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He visto, leído y escuchado algo diferente en este país donde todas las cosas están dadas
vueltas. Sobre todo he reinterpretado y comprendido muchas cosas este ultimo tiempo,
estos últimos años, cosas respecto a la historia, filosofía, cultura educación...política….
eso me a hecho revisar muchas cosas análogas a muchas otras, como la educación de la
escuela publica emparentada con la violencia gubernamental y social, a lo que me
enseñaron de chico, de libros escritos por mentirosos cuando no asesinos, y creo que unos
de los déficit de la escuela publica tiene su origen en este primer enlace: lo que da el
respaldo político e informativo y lo que adquiere la sociedad como educación .
Los resultados se han dado de manera repetitiva, se ven en las generaciones inconscientes
después de haber recibido "el conocimiento". No se por qué me preocupa, quizás porque
creo en la gran importancia de la escuela y la familia como los principales
comunicadores.
Me acorde de vos, se me ocurrió mirar tu blog y encontré una entrevista que por cierto,
contestaste muy bien, por eso quería que veas algo de lo que yo he visto y he entendido
fuera de la escuela pública, fuera de cualquier sometimiento informativo de
radiodifusión, fuera de "la historia oficial", la que te vendieron a vos cuando eras chica, y
también a mi.
Me puse a pensar en aquellas escuelas que no reciben los beneficios necesarios para
brindar educación, y de sus alumnos que padecen necesidades básicas, como la luz,
calefacción, ropa, comida, una familia. Escuelas donde los materiales necesarios y los
libros actualizados no llegan. Supuse entonces que deben estar leyendo lo mismo de hace
200 años, donde palabras como, revolución, militares, iglesia católica, colonización,
América latina, privatización, monopolios de comunicación, mundo capitalista, etc., no
tienen significado comprensible, total y verdadero.
Por otro lado, nosotros, que tuvimos la posibilidad de concurrir a una escuela digna y
confortable tampoco nos enseñaron nada, nos inculcaron muchas de las ideas
historicistas de gran ejemplo cultural, de heroísmo nacional y universal, las que explican
"maravillosamente” el desenlace catastrófico de la historia hasta el día de hoy, las que
justifican inclusive por que estoy escribiendo en este momento esto, las que nuestros
maestros transmitieron de escuela en escuela, año tras año, como verdades absolutas, las
que sin embargo son finalmente puras patrañas, simples ideas de algo que congelaron y
censuraron los educadores y gobernantes en el tiempo. Nos hablaron de próceres, héroes,
creadores, defensores de la patria….y le creímos, cantamos y elogiamos hasta el aplauso
emocional a personas de carne y hueso, que tenían grandes virtudes pero también
gravísimos defectos.
Tengo varias cosas que decir y aportar sobre esto a partir de lo que decís vos de
"replantear la educación y el modo de enseñar", sobre todo del grado de convicción de
quienes depende el cambio para lograrlo .Son varios los temas que quiero encerrar (pero
en este momento no tengo tiempo).........hasta me he puesto a recordar ciertos modales
absurdos y asquerosos que nos obligaban a practicar todos los días "en conmemoración al
orden y al respeto" como por ejemplo: en esa primer hora tan clave de la mañana mirando
hacia el lugar mas simbólico y teatral del patio, enfilados de menor a mayor, mientras se
oía “el colmo de los colmos”, diez o veinte veces: "alumnos, firrrmes...tomen distancia".
Esas lecciones tan ortodoxas de la escuela primaria me resultan muy estúpidas, a mi
entender no respondían a nada importante para el futuro, acordarme de eso me pone
incomodo. Hoy me doy cuenta que no existía coherencia entre las “formas” y los
alumnos. Que el canto a la bandera no tenia nada que ver con los alumnos, que llegaban
dormidos, sin comer, sin zapatillas. Que entre tanto revuelo y alboroto, una vez que la
maestra encargada, después de tanto renegar, lograba hacer andar el grabador para cantar
Aurora, los alumnos no la escuchaban, no la cantaban, porque en sus cabezas desde
temprano ya tenían una grabación que traían de sus casas, un casette muy distinto que no
los dejaba escuchar ninguna otra cosa .Y con esto era suficiente para perderse en
lagrimas. Más que suficiente para no saber dividir o dormirse en el banco. Se les hacia
difícil comprender una marcha a la bandera y mucho más difícil tolerar las maneras de
establecer el orden para cantarla. Creo que la educación tendría que haber sido más
tolerante y compatible con la vida de los alumnos, como así también menos fraternal con
la historia oficial, que por cierto, ya no existe.
Aprendí muchas cosas sobre “convivencia” en la escuela pública, una experiencia
inolvidable que viví durante muchos años. Hoy tomo conciencia del presente, mis dudas
y desconformidades me llevaron de nuevo a aquellos lugares preciados. El tiempo me ha
separado de la niñez, ya no conozco muchas otras cuestiones de vida totalmente en carne
propia, como las que experimente en mi carrera de estudiante, con aquellos compañeros
de aula, amigos y docentes de la escuela .Esa forma de aprender junto a tantos alumnos
que pensaban y crecían entre sus hogares y las aulas, esa cuestión social tan importante
de la inmadures que todos debemos y merecemos transitar necesariamente para
educarnos.
Me veo otra vez de guardapolvo, recuerdo volver a entrar a la escuela, caminar por los
pasillos y ver las caras de tantos chicos en las mismas circunstancias que yo, o en “casi
la mismas”. Cada cual tiene un comienzo distinto. Entre tantas historias, recuerdo una
muy distinta a la mía……..la de mis compañeros Luis y Armando.
Sus andanzas en la escuela me mostraron un lado de las cosas que en ese tiempo no
entendía demasiado, pero me bastaba, para imaginar algunas desigualdades e injusticias.
Me preguntaba como el fenómeno de la modernidad y la globalización influye estos días
en las bibliotecas primarias y secundarias. Yo no estoy más ahí, no conozco palmo a
palmo los docentes de hoy como antes. Pero mi preocupación lamentablemente, y no
quiero decirlo en un sentido pesimista y desesperanzador, mi manera de pensar e
imaginar supone por un lado que muchas de las escuelas del presente pueden estar
manejadas, o mejor dicho encaminadas, manipuladas por personas que han sido
engañadas toda su vida, personas inconscientes, que desconocen demasiado, que no
entienden su papel como representantes de la educación. Por otro lado existe la exclusión
social, la negación de un sistema monopolizador y tirano que perjudica a maestros padres
y alumnos en la tarea de aprender. No son los olvidadizos de la educación, son los dueños
"vivos" de la educación.
Y en ese trayecto tan singular.....tan melancólico, los alumnos “piensan” y en un punto
del camino, en ese recorrido memorable de ida y vuelta entre la escuela y los hogares,
existe un gran espejo, un portal simétrico tan gigante e implícito que evidencia y refleja
una realidad, repercutiendo recíprocamente en cada uno de los alumnos, padres,
maestros, en cada uno de los hogares, escuelas y calles de la ciudad. Pero que muchos no
ven. Una realidad multidireccional muy compleja que dispara hacia muchos lados.
Huellas, huellas y huellas hablan por si solas y que efectivamente nos conducen a "lo que
pasa en" "lo que enseñan en" "lo que nos impusieron en"......nuestra casa, nuestra familia,
nuestro gobierno, nuestro barrio, nuestra historia. En el intento de mostrarnos los temas
que aluden a la educación nos engañan, tornándose el conocimiento adquirido inherente
a la violencia estudiantil, familiar y civil.
¿Por qué esa gran diferencia del concepto de patriotismo y de nación cuando éramos
chicos?
-¡¡¡sssssssshhhh!!! ¡Marche a la dirección, irrespetuoso!
¿Saben los docentes también quien fue el Che Guevara? ¿Y las madres de plaza de
mayo?
Finalmente tuve el honor, el placer de ensayar una gran jugada, ellos me eligieron a mí.
Un plan estratega, pícaro, audaz, "una cuestión de amistad” más que una cuestión social.
Con un objetivo de satisfacción común, una operación meticulosa, una carrera contra el
tiempo, una buena idea, perfectamente consensuada, felizmente convincente y
conveniente para saldar los intereses de todos.
Mi brazo estaba cansado, era la última hora, no servia detenerme, debía apurarme lo más
posible. Ya no importaba la prolijidad ni la esbeltez de la letra, el plan era el plan y se
estaba consumando según lo establecido.
Luis y Armando ya se habían aprontado, siempre estaban alertas, tenían todo listo y
guardado, menos sus respectivos cuadernos. De repente: "ding, dong!!...ding, dong!!"
sonaba la primera. En ese pasaje musical y de máximo apogeo antes de esfumarse, me
miraron un segundo, solamente note caras de complicidad. Me la estaba jugando de
verdad, en solo un cuarto de hora, tal vez menos debía ponerle fin al asunto, la muñeca se
me acalambraba, la temperatura aumentaba por segundos y el sentido de responsabilidad
crecía y crecía, atormentándome cada vez más. Si no terminaba de copiar, los tres
perdíamos algo importante.
Después del desenlace dramático que atravesé pude terminar de escribir mi tarea, la de
Armando y también la tarea de Luis.... justo a tiempo, cuando se escuchaba nuevamente
el "ding, dong...ding, dong" de las 11:45, la segunda, la campana final. Provechoso de lo
hecho en esos 15 minutos me restaba solo una cosa más por hacer, buscar mi
recompensa. El premio, la respuesta justa a un trato justo, con un valor compañeril
inconmensurable. Fue así, con esas maneras, con esos valores que crecí en "La 20".
Dentro de los tantos amigos y compañeros que hice allí mi recuerdo es para Armando y
Luis. Vivian muy lejos, en "El Poli". Creo que sus padres no eran los mismos para los dos
y el resto de su familia no era muy tradicional que digamos, sino más bien algo despareja,
conflictiva con una historia detrás que no alcanzo a recordar bien pero que
inconscientemente quedó guardada en mi cabeza. Su madre no estaba siempre
esperándolos para ayudarlos con los deberes y su padre no los despertaba con eldesayuno
caliente.
Yo los esperaba a la salida de la escuela todos esos días que acontecía tal acuerdo, y una
vez que salian del comedor, cada uno cumplía la promesa. Armando y Luis sacaban de
sus bolsillos la gloriosa galleta suiza, esta se desarmaba tan fácilmente como tan
rápidamente nos cautivaba su olor, cada uno me daba su mitad, caminábamos juntos un
par de cuadras comentando algún que otro bolazo del día, para nosotros un momento
muy trascendental seguramente, disfrutando del sabor de la galleta, hasta que finalmente,
tomábamos caminos distintos y nos despedíamos. Nuestra inocencia no nos dejaba darnos
la mano o un beso en el saludo, no hacia falta para entendernos, era todo mas claro y
comprensible para nosotros "recitarnos" un rato hasta cansarnos, tirar al aire
sobrenombres que provoquen la burla y la riza de algún socio hasta dejar rendido y
desconcertado al otro. Existía una cuestión de actitud por sobre todas las cosas, una regla
implícita de compañerismo, gratificante, ezperanzador, que excedía los limites morales.
Antes que subestimar o desestimar prevalecía la honestidad por sobre cualquier intento de
ventaja. Eso si que fue una cuestión de suerte.
Me pregunto cuales serán sus miradas diferentes hoy en día, y cuales las de mis ex
maestros. Nunca nos enseñaron cual era la diferencia entre una fecha, el personaje y el
hecho. Creíamos que “el descubrimiento” estaba lleno de heroísmo, y dibujábamos los
barcos con las banderas de cruces rojas, representando el gran acontecimiento histórico.
¿En qué libro estaba bien? ¿Dónde consultábamos cuál era la verdad y cuál la mentira?
¿Qué pensamiento construyen los docentes de hoy respecto a los medios monopólicos?
¿Qué posición adoptan respecto a lo que dicen los diarios y la televisión en relación a lo
que hace o deja de hacer el gobierno?
Ni Luis y Armando, ni muchos más como yo recibieron alguna vez educación política en
nuestras casas y escuelas secundarias y es algo que lamento bastante porque en la calle y
en la vida funciona como un escudo y una espada que junto a la razón permite defenderte
y actuar con inteligencia.
¿Existe una mirada diferente sobre la educación cívica? ¿Basta solamente, con aprender
de un manual, lo que dice la Ley Sáenz Peña?.
Basta solamente con leer de los manuales la definición etimológica de la palabra Estado
y conformación de los poderes?
Tema uno, tema dos, tema tres, mesa de diciembre, mesa de marzo y el retorno a la
escuela.
¿Nos enseñaron los docentes quien fue Perón, Evita, Alfonsín?
¿Nos enseñaron los docentes quien fue Videla y los desaparecidos?
Un día estuvimos cerca de saberlo, un día miramos una película “La noche de los
lápices”, fue en una hora libre…fue como pasar caminando por un terreno baldío, “un
espacio basura, un no lugar que no merece más que observarlo y seguir sin poder usarlo.
Un momento de educación totalmente superfluo.
¿Cuáles fueron las miradas diferentes que nos enseñaron a respetar y construir la
memoria?
Muchos alumnos como yo, se acuerdan de la época infame del 90, o de la crisis
económica del 2001, no entendíamos nada de nada, solo notábamos un malestar general.
En la escuela y en los hogares, el diálogo político era totalmente vacío, sin sentido,
pasajero, casi inexistente, que solamente cuando se aproximaban las fechas importantes,
el momento de elegir, el momento de mayor conciencia individual y popular cobraba un
poquito más de fuerza. Asunto traducido en un "debate" superficial, corto, corto,
cortísimo que no apuntaba a nada, con punto final que decía más o menos así:
¿A que lugar queremos llegar cuando desde la escuela hablamos de ética, cultura y
educación? Cuando tantos alumnos, padres y docentes de generaciones y generaciones
no recibieron en la escuela una enseñanza justa. Quizás por eso la ignorancia de regalar
la industria y el territorio. Votar cualquier cosa y discutir temas importantes sin
compromiso.
¿Nuestra historia solamente la hicieron los próceres?¿Próceres o vende patria?¿Por qué
no nos explicaron concretamente que papel jugo el gaucho en nuestro territorio nacional
?
"Tengo odio a la barbarie popular... La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil...
Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de
poder y legitimidad?. El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman
una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden...
Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta
aniquilando el levantamiento de las masas". (En Buenos Aires, 1853; Sarmiento en carta
a Mitre del 24 de Septiembre 1861).
Lucas.