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1.

CARBONIFICACIÓN: Por carbonificación se comprenden los procesos que transforman los


restos vegetales en carbón, que cuanto mayor sea esta transformación, mayor será el grado
de carbonificación o rango del mismo.

– Carbonificación bioquímica: se comprenden aquí todas las transformaciones como


consecuencia de la acción de hongos y bacterias aeróbicas en una primera etapa y en una
segunda etapa, bacterias anaeróbicas. El resultado es el paso de turba a lignito.

– Carbonificación geoquímica: consiste en los procesos físico-químicos de transformación


sufridos durante el enterramiento de la materia orgánica, donde los principales agentes
transformadores son la presión (litostática y tectónica favorecen, hidrostática desfavorece),
la temperatura (a mayor temperatura más rango) y el tiempo (a igualdad de otros factores
pero más tiempo, más rango). El resultado es el aumento en el poder calorífico y
concentración de C, así como la pérdida de O, H, H2O y materias volátiles, aumento de la
compactación, dureza, densidad y reflectancia, aumenta el rango del carbón de lignito,
hulla, antracita, metantracita y grafito.

2. MACERALES: Los macerales son los componentes orgánicos que constituyen el carbón, y
representan algo similar a los que son los minerales para las rocas inorgánicas, aunque hay
marcadas diferencias, tales como que los macerales no tienen una composición definida ni
tienen estructura cristalina.

Definición de macerales: Constituyentes individuales de materia orgánica reconocibles con


el microscopio óptico (Taylor et al., 1998). El término “maceral” fue utilizado por primera
vez por Stopes (1935) para referirse a los componentes del carbón que se separaban por
maceración.

Algunos macerales representan restos de plantas que constituyen algún tipo de estructura
preservada. En otros casos son productos de degradación que están tan alterados que no
se puede reconocer su procedencia de una parte concreta de las plantas.

Los distintos macerales se definen atendiendo a las características ópticas, pues se estudian
con un microscopio petrográfico, normalmente de luz reflejada. Se describen a partir de su
forma, color, reflectancia, dureza, relieve de pulido etc. que se observa con el microscopio.

Las descripciones del Comité Internacional de Petrografía del Carbón (ICCP) están definidas
para microscopios de reflexión con objetivos de inmersión en aceite que es como se
consigue un mayor contraste entre los macerales. Sin embargo, estos objetivos son menos
habituales que los de aire y no están disponibles con tanta facilidad. Por lo tanto, en esta
Web se ofrecen imágenes de objetivos de aire que permitirán acercar la petrografía del
carbón a cualquiera que tenga un simple microscopio de reflexión.

3. LITOTIPOS: El término litotipo designa las diferentes bandas reconocibles


macroscópicamente en una capa de carbón (Taylor et al., 1998). Por lo tanto, los litotipos
se establecen según el aspecto que presenta el carbón en el afloramiento o en un testigo
de un sondeo, distinguiendo distintas bandas (litotipos) en función de su brillo, color,
fractura, etc.

– Stopes (1919) propuso cuatro litotipos para describir los carbones húmicos:
VITRENO, DURENO, CLARENO Y FUSENO.

– En los carbones sapropélicos se pueden distinguir dos litotipos fundamentales:


CANNEL (carbón de esporas) Y BOGHEAD (carbón de algas).

4. KEROGENO: El kerógeno es la fracción orgánica contenida en las rocas sedimentarias que


es insoluble en disolventes orgánicos, que bajo condiciones de presión y temperatura
determinadas comienza a ser inestable y esto provoca una reagrupación en su estructura
interna con el objetivo de mantener el equilibrio termodinámico dando origen a los
hidrocarburos.
Para definir los tipos de kerógeno se usa el gráfico de Van Krevelen en el cual se toman en
cuenta las relaciones de H/C y C/O y se utiliza para evaluar el origen y la madurez del
kerógeno.

Se basa en el contenido de carbono orgánico total (TOC), y los tipos de kerógenos son 4
donde el de tipo I se forma por restos de algas por lo tanto tiene alto contenido de H y bajo
de O, el de tipo II es intermedio entre el tipo I y III, el tipo III se forma por los restos de
vegetación continental que se depositan en el mar, el tipo IV es la materia que ya que
convirtió en carbón así que está muy oxidada.

5. BITUMEN: es un derivado térmicamente degradado del kerogeno, pero es soluble en


solventes orgánicos.

6. CARBÓN HÚMICO: el constituyente orgánico procede de restos vegetales terrestres.


Carbón que ha sido formado a partir de la acumulación de restos vegetales que han
conservado su estructura morfológica. La mayoría de los carbones húmicos son bandeados
y tienden a desarrollar superficies de clivaje. Las variedades bituminosas están incluidas
dentro de este grupo.

7. CARBÓN SAPROPÉLICO: el constituyente orgánico procede de restos vegetales


subacuáticos.
Los carbones sapropélicos no presentan laminaciones o un bandeado fino. Son
homogéneos, más resistentes y duros. Pueden presentar una apariencia algo parecida al
litotipo dureno de los carbones húmicos. Suelen ser más densos porque contienen
cantidades significativas de materia mineral debido a que su origen es subacuático, es decir,
se forma a partir de una acumulación importante de polen, esporas o algas, dentro de un
lago, donde puede decantar partículas finas de arcilla.
8. CARBÓN PARÁLICO: formados cercanos al mar pero no marinos. En deltas y zonas
protegidas por islas barrera así como en zonas distales de fan deltas. Pueden alcanzar
grandes potencias, pero suelen contener gran cantidad de sales.

9. TURBERA: son áreas bajas, generalmente deprimidas y anegadas o inundadas (situadas


permanentemente o casi permanentemente bajo el nivel freático) en las que se produce la
acumulación de restos vegetales. Son zonas encharcadas con escasa circulación de aguas y
en las que existe una mayor tasa de acumulación/preservación de materia orgánica que de
destrucción.

La condición para que una turbera pueda formarse es que exista un equilibrio entre un
aporte y el gasto de agua (lluvias, evapotranspiración, flujos entrantes o salientes). Un
déficit conlleva a la exposición de la turba y en función de la duración del proceso puede
traducirse en la oxidación parcial de la turba, con la generación de horizontes distintivos, o
en su degradación y desaparición.

Inicialmente, en estas zonas encharcadas, poco profundas, la luz penetra en el agua


permitiendo que se desarrolle vegetación en el fondo, lo que a la larga incrementa el aporte
de restos orgánicos en profundidad (Fig. 1 y 2). El incremento de vegetación va provocando
una gran cantidad de residuos vegetales que se van acumulando. En un principio se produce
un fuerte incremento de la población bacteriana encargada de la descomposición de los
restos orgánicos, al amparo de un medio muy rico en nutrientes. La colmatación de la charca
va favoreciendo la implantación de una flora más extensa, que realiza una fuerte
exportación de nutrientes del agua así como de un fuerte consumo de oxígeno. El medio
acuático se va empobreciendo en nutrientes y, sobre todo, en oxígeno, por lo que la
actividad microbiana se reduce y se comienza a producir una fuerte acumulación de
residuos orgánicos sin transformar que terminan colmatando la charca y creando un
enorme cumulo de material orgánico (Fig. 3). El conjunto de procesos de descomposición
de los restos vegetales se conoce como humificación y lleva a su transformación en turba.
Posteriormente, el desarrollo arbóreo aumenta la evapotranspiración y desecado (Fig. 4).

En los medios actuales, la formación de turberas tiene lugar principalmente en latitudes


altas, con climas fríos y húmedos, caso de charcas de origen glaciar formadas por la retirada
de los hielos. En estas condiciones climáticas, las bajas temperaturas favorecen la
ralentización de las reacciones de oxidación de la materia orgánica. Por el contrario, en
climas tropicales las turberas son más escasas y su aparición se ve condicionada por la
abundancia de precipitaciones que conduzcan a una situación de anegamiento permanente,
favoreciéndose también la acumulación de materia orgánica debido a la alta producción.

10. TURBA: es una masa parda obscura que tiene por origen las transformaciones que sufren
los vege-tales en los lugares húmedos o pantanosos por la acción de bacterias que producen
una especie de fer-mentación. Toda clase de plantas, desde las más pe-queñas y minúsculas
hasta las hojas de los árboles más corpulentos, sufren este proceso de transforma-ción y
originan la turba: son los musgos del género Sphagnum o esfagnos los que dan origen a la
mayor parte de ella.

11. HULLA: Roca sedimentaria orgánica combustible.Surge como resultado de la


descomposición de la materia vegetal de los bosques primitivos, proceso que ha requerido
millones de años (para conocer algo más sobre el carbón ir al ejemplar lignito).

La hulla es un tipo de carbón mineral que contiene entre un 80 y un 90% de carbono. Es


dura y quebradiza, estratificada, de color negro y brillo mate o graso, estratificado y muy
frágil. Se formó mediante la compresión del lignito, principalmente en la Era Primaria,
durante los períodos Carbonífero y Pérmico. Es el tipo de carbón más abundante. El color
de su raya es café oscura a negra, mientras que en el lignito es de color café. Tiene mayor
poder calórico y menor contenido en volátiles y porcentaje en humedad que el lignito.

Independientemente de su estado de carbonización se distingue cuagro variedades de


hulla: hulla brillante (fractura concoidea, con muchas grietas perpendiculares a la
estratificación, se descompone en fragmentos en forma de bloques, no tiñe de negro, en
capas principalmente continuas, raramente en forma de lentejones), hulla mate (superficies
ásperas , forma fragmentos gruesos, no tiñe de color negro, forma estratos de carbón de
brillo mate hasta graso y de color gris hasta negro hasta varios decímetros de espesor), hulla
fribrosa (de color negro hasta gris oscuro, de brillo sedoso, con textura fibrosa y porosa,
fácilmente triturable, tiñe de color negro, forma estratos y lentejones delgados) y hulla
semibrillante (no tiñe, forma capas alternas de rayas finas situadas entre la brillante y la
hulla mate de espesores menor de 3mm).

Encontramos yacimientos de hulla en las cuencas de Ruhr (carbonífero) y de Saar


(carbonífero) en Alemania, en el macizo central francés, en Lota cerca de Concepción en
Chile. En España encontramos yacimientos de hulla en Asturias, León, Ciudad Real, Córdoba,
Palencia, Cuenca, Teruel, Barcelona, Lérida, Zaragoza y Camtabria.

La hulla se emplea en centrales térmicas y en la obtención de coque, creosota (usado como


protecto de madera expuesta al exterior) y cresol (usado como antiséptico y desinfectante)

12. CARBÓN BITUMINOSO: Es un carbón relativamente duro que contiene betún: Líquidos
orgánicos, viscosos, negros, pegajosos, aceites, hidrocarburos.
Tiene alto contenido de volátiles, tiene menor contenido de carbono que la antracita.

Usos:
Combustión
Coquizar (Coque Metalúrgico)
Para extraerle gases componentes

13. INCREMENTO: corresponde a un grupo de partículas extraído del lote en una sola
operación, por ejemplo, una palada es un incremento.
14. FACIES: Suma total de caracteres, tales como tipo de roca, contenido mineral. estructuras
sedimentarias, rasgos de estratificación, contenido fósil, etc., que caracterizan al sedimento
como depositado en un medio determinado. Las facies que se caracterizan por el tipo de
roca se denominan litofacies, mientras que las caracterizadas especialmente por su fauna
se denominan biofacies. Debe notarse que una litofacies particular puede ser diacrónica y
sólo puede detectarse si la evidencia fósil es adecuada. El estudio de la distribución de las
facies conduce a la reconstrucción del pasado.

15. MICROLITOTIPO: Las distintas asociaciones de macerales se definen como microlitotipos,


es decir, los microlitotipos representan las asociaciones naturales de macerales que se
observan al microscopio. Así como los litotipos son definidos para describir las capas de
carbón o las muestras de mano de un carbón, los macerales y microlitotipos se definen y se
observan con el microscopio.

Los microlitotipos pueden ser subdivididos en tres grupos, dependiendo de los grupos
macerales predominantes en la asociación:

– Monomaceral: cuando el microlitotipo está formado por un único grupo de macerales.


– Bimaceral: cuando el microlitotipo está formado por macerales de dos grupos distintos.
– Trimaceral: son los microlitotipos formados por macerales de los tres grupos. Estos
microlitotipos constituyen los llamados microlitotipos intermedios. Éstos también son
llamados trimacerita.
En el Comité Internacional para la Petrología del Carbón (ICCP) se llegó a dos acuerdos o
normas para la definición de microlitotipos:

1. Cada microlitotipo se debe identificar como tal sólo si su anchura es de, al menos, 50 µm,
medida perpendicularmente a la estratificación. El análisis se realiza con la retícula Kötter
que tiene 20 puntos de intersección y 50 micras de lado.

2. El segundo acuerdo, llamado “la regla del 5%”, se refiere a que un grupo de microlitotipo
monomaceral o bimaceral puede contener algunos macerales que no caracterizan o son
típicos del monomaceral o del bimaceral, es decir, puede contener hasta un 5% de
macerales que no se incluya en la definición.

En los microlitotipos se distinguen también los casos en los que los componentes
inorgánicos (Minerales) son abundantes o significativos entre los macerales. Estos grupos
de microlitotipos, donde son importantes los componentes inorgánicos, toman el nombre
genérico de: carbomineritas.

16. MATERIA VOLÁTIL: metano, CO2, Vapor de agua, es mayor en carbones de bajo rango?
17. MATERIA MINERAL: material independiente de la materia orgánica, sedimentos de
inundaciones..?

18. CARBÓN LÍMNICO: carbón formado en medios lacustres.

19. CANNEL: El componente principal del carbón cannel son las esporas. Cuando presenta
contenidos importantes de minerales de arcilla o cuarzo, se llama “cannel shale”. Es un
carbón negro con un brillo mate, aunque a veces puede presentar un brillo algo satinado.
Es homogéneo y compacto, y se rompe con una fractura concoidea.

20. BOGHEAD: El componente principal del carbón boghead son las algas unicelulares. Cuando
presenta contenidos importantes de minerales de arcilla o cuarzo, se llama “boghead
shale”. Es un carbón muy similar al cannel y macroscópicamente son difíciles de distinguir.
El boghead es en algunos casos más pardo (marrón) que el cannel, y puede presentar raya
marrón.

21. VITRENO: Es de color negro y brillante (aspecto vítreo). Además, es frágil y presenta una
fractura concoidea. Suele presentar muchas pequeñas fracturas según planos
perpendiculares y, por esto, suele romperse en pequeños cubos. Puede formar bandas
homogéneas de más de 1 cm. Puede contener alguna lámina mate, pero estas láminas no
deben suponer más del un 10% del total del espesor del vitreno.
Está formado, principalmente, por macerales del grupo Vitrinita, por lo que su composición
en microlitipos es: vitrita y clarita rica en vitrinita.

22. DURENO: Es de color gris oscuro, normalmente no tan negro como el vitreno. Su brillo
característico es mate. Al contrario que el vitreno, el dureno no se fragmenta, es más duro
y tiene fractura granuda (superficie rugosa). Suele formar bandas compactas de algunos
centímetros y, con frecuencia, varias decenas de centímetro. En los afloramientos
normalmente suele presentar una continuidad lateral mucho más extensa que el vitreno.
Está formado, principalmente, por macerales del grupo liptinita y inertinita. Los
microlitotipos principales que lo forman son durita y trimacerita.
Se forma bajo el nivel freático y casi todos los restos vegetales se descomponen, excepto
los más resistentes que dan lugar a los macerales inertinita y liptinita (sobre todo esporinita,
liptodetrinita). Incorpora más partículas no orgánicas (arcilla) que los otros litotipos
húmicos: puede ser más pesado. Se confunde con las arcillas ricas en materia orgánica
(arcillas carbonosas).

23. CLARENO: El clareno es un litotipo intermedio entre el vitreno y dureno. Está formado por
alternancia de finas láminas brillantes y mate. En la medida que tiene más láminas brillantes,
el clareno es más brillante y frágil. Su principal diferencia con el vitreno y el dureno es que
el clareno presenta una laminación importante. El vitreno puede presentar alguna
laminación mate pero suele ser < 10%, y el dureno puede presentar láminas brillantes pero
suelen ser < 10%. En el caso del clareno las láminas brillantes se alternan con las láminas
mate en una proporción que puede variar notablemente. Evidentemente, todas sus láminas
tienen un grosor inferior a 3 mm (5 mm), porque si no, las láminas de 3 mm (5 mm)
constituirían en sí mismas un litotipo diferente (bien de vitreno o bien de dureno) y no
formarían parte del clareno. Si las láminas que forman el clareno son muy finas, son más
difíciles de distinguir y le confieren un aspecto semibrillante o de brillo satinado
Tipos de clareno: La descripción de los distintos clarenos es dada por Diessel (1992), aunque
la nomenclatura varía según los distintos autores. Hower et al (1990) distinguen los
siguientes tipos de clareno, según el predominio de láminas o bandas brillantes o mate:
– Clareno Brillante: Clareno donde predominan las bandas* brillantes sobre las mate, siendo
la proporción de las mate entre 10-40%.
– Clareno Mate: Clareno formado, principalmente, por bandas* mate, aunque las bandas*
brillantes pueden estar entre el 10-40%.
– Clareno: En este caso las bandas* que presenta son tanto brillantes como mate, entre el
40% y 60% para ambos casos.
Este litotipo se forma en condiciones intermedias entre Vitreno y Dureno, desde un punto
de vista de condiciones sedimentarias. Es el litotipo más frecuente de los carbones húmicos.
Está constituido por los tres grupos de macerales y, consecuentemente, por los
microlitotipos: vitrita, clarita, durita, fusita, trimacerita. En todos los casos, el grosos de las
bandas del clareno, indistintamente a su brillo, son inferiores a 5 mm (3mm), pues de lo
contrario, una banda igual o superior a 5 mm (3 mm) constituiría un litotipo por sí misma.

24. FUSENO: El fuseno es un litotipo poco frecuente. Su color es negro, aunque en corte limpio
puede presentar color gris claro o negro. Lo más característico del fuseno es su brillo sedoso.
Normalmente es blando y de aspecto finamente fibroso. Como suele ser muy blando y
quebradizo es el litotipo que mancha cuando se toca con las manos. También existe el
fuseno duro que es el que presenta mineralizaciones en sus microporos.
Está formado por el maceral fusinita. Cuando aparece suele formar pequeñas cuñas o
niveles finos, de pocos centímetros, entre otros litotipos. Puede ser frecuente en niveles
con cierta continuidad lateral que se asocian a incendios forestales.

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