Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El conocimiento nos pone siempre en contacto con alguien o con algo. Es lo que se suele
denominar OBJETO. Todo conocimiento entonces supone un SUJETO cognoscente y un OBJETO
posible de conocer. En este sentido aún cuando reflexionamos sobre nuestro propio
pensamiento, él se vuelve un objeto para nosotros. Esta relación sujeto – objeto es lo que ha
ido variando a lo largo de la reflexión filosófica. Para algunos (Aristóteles por ejemplo) el objeto
que vamos a conocer determina nuestro conocimiento. NO podemos hacer más que captar lo
que el Objeto es. Para otros (Kant por ejemplo) el Sujeto construye el objeto. En la relación con
el objeto, el sujeto coloca un verdadero arsenal de esquemas cognitivos que van dándonos al
objeto según como yo lo perciba. Esta cuestión, de larga discusión en la Historia de la Filosofía,
es el centro de la llamada Teoría del Conocimiento. Esta rama de la Filosofía trata de resolver el
complejo tema de ¿qué implica conocer? Desde esta reflexión surgió la necesidad de comenzar
a mostrar que no siempre conocemos de la misma manera ni a través de los mismos medios.