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Secretos del Dinero 2

Cómo los mega-ricos han prostituido a la democracia

(Edición Paga Tras Leerlo)

J. M. Goig

Aranea Editorial

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PAGA TRAS LEERLO


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Gracias.
Nota de la edición Paga Tras Leer

Este libro lo escribí hace casi 5 años, en el momento de realizar esta edición de Paga

Tras Leer. Eso significa que he aprendido más, y es posible que ciertas afirmaciones que

hago en este libro ya no correspondan con con lo que he descubierto desde entonces. En

todo caso, creo que es una buena lectura y abre numerosas puertas para reflexionar.

Espero que disfrutes de su lectura.

Y no te olvides de, tras leerlo, agradecérselo a su autor :D

José Manuel Goig

1 de marzo de 2017

http://www.oroparatodos.org
Prefacio Primera Edición 2012

Tras el libro “Secretos del Dinero: El libro que losbanqueros no quieren que leas” en el

que explico cómo funciona realmente el sistema económico, y del cual estoy muy

contento por la tan buena acogida que ha tenido, aquí me adentro, en su segunda parte,

en el análisis de cómo funciona el llamado sistema democrático aplicado en la actualidad.

Mi intención es realizar una explicación clara mediante ejemplos que seguramente todo el

mundo reconocerá sin dificultad. Porque pienso que ya es hora de dejar de lado las

palabras cultas y las frases complicadas, que se usan para que el ciudadano común se

sienta ajeno e indefenso ante su propio gobierno.

Tampoco he pretendido extenderme demasiado y escribir un pesado tomo. La idea es ir

directamente al grano y no rellenar con florituras, que sea de lectura ágil y compartible

porque defiendo que el conocimiento tiene que estar al alcance de todos, sea cual sea su

bagaje.

La palabra “democracia” significa “gobierno del pueblo”, y cualquier otra cosa que no sea

el gobierno de los ciudadanos será eso, cualquier otra cosa.

Así pues, espero que, acabado este libro, como lector puedas tener más elementos con

los que enjuiciar el tipo de gobierno real del país en el que vives, y así poder tomar tus

propias decisiones al respecto.

Y si encuentras que no hay democracia realmente ahora mismo en tu país, pero los
estamentos oficiales siguen empeñados en decir que sí, ¿qué hay? Seguramente una

plutocracia oligárquica monopolística, o es decir, el gobierno de unos pocos ricos que lo

acaparan todo y no permiten que nadie más entre en su círculo. Eso sí, muy bien

maquillada para que aparente lo que no es.

Hay que felicitarles porque nos han estado engañando durante mucho tiempo, pero ya no

más. Las cartas están boca arriba sobre la mesa.

Por ello, aquí están las claves para reconocer lo que es y lo que no es; son los secretos

de la democracia, y estoy seguro de que muchos políticos, puras marionetas, no querrán

que se sepa. Al fin y al cabo, conocer la verdad hace que sus puestos, muchos de ellos

conseguidos de una manera corrupta e incluso hereditaria, estén en peligro.

Gacias por estar ahí, y espero que el resultado sea de tu agrado.

Sant Boi de Llobregat, 17 de septiembre de 2012

J. M. Goig

@jmgoig
“Como no sería un esclavo, así no sería un amo. Esto expresa mi idea de democracia.”

Abraham Lincoln, ex-presidente de los EE.UU.


Te han mentido toda tu vida y ya es hora de que sepas la verdad

Escribí el libro “Secretos del Dinero: El libro que los banqueros no quieren que leas” para

difundir la estafa que es el sistema económico actual. Aquí comienzo la segunda parte

con este capítulo, que es un resumen de cómo funciona realmente esta sociedad.

¿Preparado para el shock?

Me gusta decir una frase atribuída al personaje de ficción Sherlock Holmes que dice algo

como “tras descartar todas las pistas falsas, lo que quede, por muy extraño que parezca,

es la verdad.” Te lo digo para que estés preparado ante el resto del contenido de este

capítulo. No voy a poner florituras.

Para que tengas una perspectiva mía personal, que sepas que crecí en un barrio obrero

en el que todo el mundo se creía la propaganda oficial al pie de la letra, como suele hacer

la mayoría en esos lugares. Pero desde niño siempre me pareció que había algo que no

encajaba, que había gato encerrado.

Cuando muchas veces hablo y escribo de que hay que superar las derechas y las

izquierdas, me refiero a que intento no tener prejuicios e intento juzgar los asuntos

indagando su origen, relación con otros asuntos, y sacar las conclusiones por muy

chocantes que me parezcan. Los que viven con ideas preconcebidas a priori, viven en un

mundo de fantasía creado por la Disney. Literalmente.

Vayamos a los impuestos.


En ese mundo de la Disney, la mayoría de la población piensa que los impuestos sirven

para financiar al “estado del bienestar”, y que ahora están recortándolos, y que quienes

evaden los impuestos son culpables. También creen que ganan dinero al trabajar y que

los bancos funcionan gracias a sus depósitos.

Benditos niñitos ilusos.

Si el estado se financiara mediante los impuestos, ¿para qué necesitaría emitir bonos,

letras del tesoro y pedir créditos a los bancos privados? ¿Es difícil darse cuenta de la

evidencia que está delante de nuestras narices?

Los estados no son soberanos, los bancos centrales sí lo son.

“Dadme el control del abastecimiento del dinero de una nación, y no me importa quién

haga las leyes.” , frase atribuída a Mayer Amschel Rothschild.

La cosa funciona así: hay unas entidades privadas gobernadas por los grandes

banqueros e industrialistas que se llaman “bancos centrales” (FED, BCE). Éstos tienen el

monopolio de la creación del dinero de la NADA, dinero “fiduciario“, porque sólo se tiene

fe en su existencia. En este momento ya no hay patrón ninguno. Y el dinero ni siquierea

se crea físicamente: el 90% es digital. Por encima de estos bancos centrales hay una

entidad privada suiza llamada BIS (Bank for International Settlements) que gobierna a

todos los bancos centrales del mundo. Ahí es nada.

Entonces, el mecanismo principal funciona así, en Europa: El BCE presta el dinero creado
de la nada a los bancos comerciales por un interés irrisorio. Luego, estos bancos usan el

dinero de dos formas:

1. Compran los llamados “bonos soberanos” que emiten los estados a cambio de

intereses altos.

2. Usan parte del dinero como “core capital”, normalmente un 10%, para crear también

dinero de la nada mediante la otorgación de créditos a sus clientes. Este dinero se llama

“fraccionario” porque con 10 euros pueden crear unos 90 euros del aire. Imagina qué

burbuja se forma con el tiempo; bueno, no la imagines, lee los periódicos.

Así pues, el dinero se crea en la cúspide de la pirámide social y va cayendo por las capas

de la sociedad hasta llegar a la más baja que son los asalariados. Y al llegar abajo, ya ha

sido su mayoría atrapado por las capas superiores, por lo que lo que llega a la mayoría de

la población son sus migajas.

Éstos están convencidos de que “ganan dinero” con su trabajo, pero en realidad es la

forma en la que funciona el juego. La idea es que la mayoría de la población esté ocupada

para que no se entere de cómo funciona el sistema. Ese dinero es como la zanahoria que

se les pone delante de los ojos a los burros para que caminen.

El problema es que esos asalariados, y pequeños y medianos empresarios, podrían

ahorrar y usar el poder adquisitivo para escalar puestos en la pirámide social. Así pues,

idearon los impuestos. El objetivo es que esa masa asalariada tenga que volver cada día

al trabajo para volver a “ganar dinero” porque no les queda el suficiente para poder
sobrevivir por mucho tiempo. Más o menos, los impuestos directos a los asalariados

suelen ser el 45%, luego los indirectos el 15%, la hipoteca y créditos el 30%. ¿Qué

pueden hacer con el 10% restante? Quizás gastarlo en fútbol y vacaciones, o comida.

Esos impuestos cobrados a los asalariados no sirven para mantener al “estado del

bienestar“, sirven para pagar los intereses de esos bonos soberanos a los bancos que

financian al estado, y repartirlos entre la clase corrupta vigente. Por eso, por ejemplo, se

modificó la Constitución española este pasado verano del año 2011.

Cuando ocurre que los intereses comienzan a ser demasiado altos, es la época de las

crisis. Los impuestos ya no son suficientes para pagar al aparato del estado y éste sube

los impuestos, recorta los servicios y usa parte del dinero de los bonos que antes usaba

en el “estado del bienestar” para cubrirse las espaldas y continuar con su estatus social.

Al resto de abajo, que se joda. ¿Te suena esto de algo? Quizás, ¿a estado feudal?

Así pues, los ricos lo saben. Y por ello se montaron los “paraísos fiscales“. Aunque no

todos los ricos son parte de la élite, como mínimo conocen los mecanismos para

protegerse, pues al alcanzar un nivel económico alto están al tanto de todo lo que estás

leyendo aquí.

Después, para que todo funcione como tiene que funcionar, está la propaganda. El

sistema educativo está diseñado para adoctrinar consumidores obedientes ajenos al

funcionamiento real de esta sociedad. Este sistema educativo tuvo su origen en Prusia en

el siglo XIX, se transmitió por todo el mundo y fue adaptado por la Fundación Rockefeller

a principios del siglo XX en los EEUU siguiendo los dictámenes de, los entonces en voga,
psicólogos conductistas de la escuela de Leipzig (Wilhelm Wundt), Alemania, para

conseguir una masa de trabajadores con la suficiente habilidad para manejar las nuevas

máquinas de las fábricas, pero no mucho más. Para que lo comprendas mejor, te

recomiendo ver el excelente documental, “La Educación Prohibida“.

Y luego, los medios se dedican a mantener la propaganda durante toda la vida de la

persona. Y la élite se mantiene gracias a la obediencia ciega de las clases bajas, y si por

alguna razón esa obediencia se resquebraja, acuden a la violencia para renovar el miedo

que fuerza a dicha obediencia. Está claro que estas élites son maestras en inducir miedo

y aprovecharse de ello. Y generación tras generación hemos llegado así hasta hoy.

Por lo tanto, las personas que conocen el sistema saben que el primer paso para poder

derrotarlo es la desobediencia al mismo. Un primer paso es no pagar impuestos, y usar el

poco dinero disponible para poder sobrevivir y contrarrestar el ataque diario del sistema.

En un sistema basado en la honradez y la confianza, no pagar impuestos sería un crimen

moral, pero en un sistema como el actual, corrupto hasta la médula, pagar impuestos es

ayudar a los criminales.

Y cuando hablo de dinero, no hablo de esos papelitos y moneditas sin valor, creado de la

nada al antojo de las élites, hablo del único dinero que ha transcendido y ha sido refugio

en tiempos de crisis como ésta, porque has de saber que ya las ha habido, durante la

historia: el oro y la plata.

Respecto a los “servicios públicos“, las personas tienen que aprender a desintoxicarse de

la fe ciega en el dinero. El dinero realmente es un medio para intercambiar bienes, no una


herramienta para esclavizar como lo es ahora. La alternativa a este sistema básicamente

consistiría en que los colectivos de ciudadanos o estado crearan el dinero sin tener que

pedirlo prestado a los bancos. Es decir, invertir la pirámide económica.

Que los trabajadores de verdad “ganen dinero” pues éste se crearía a partir de unos

bienes físicos, como en la antigüedad, no como una especulación financiera. A partir de

ahí, habría que ir moldeando el nuevo sistema con la experiencia. Por ello suelo hablar de

“comenzar a caminar y crear el camino mientras se camina“. Crear una alternativa teórica

de la nada sería contraproducente porque no hay sistemas perfectos, y la gente se

desencantaría volviendo a lo malo conocido.

Soy consciente de que para mucha gente descubrir cómo funciona esta sociedad

realmente es un “shock“. Incluso de tal magnitud que la inercia de su mentalidad adquirida

no les permite aceptarlo. Pero es como dijo Groucho Marx: “¿A quién va a creer, a lo que

ven sus ojos, o a lo que le estoy diciendo?“. De momento la tergiversación

desinformadora va ganando la batalla, pero poco a poco somos muchos los que estamos

despertando del sueño. Y un día tomaremos las riendas, de eso no hay duda.
“El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.”

Ambrose Bierce, escritor estadounidense.


España no puede ser ningún ejemplo de democracia modélica

He nacido, he crecido y vivo todavía en el Reino de España, así que permíteme que me

suela referir a esta “monarquía parlamentaria”.

Tanto ejemplo de democracia que dábamos con nuestra módelica transición. Ahora que

ha pasado el tiempo empieza a salir a la luz las cosas que siempre hemos sabido: que

todo fue fachada.

La transición española fue modélica porque se hizo un pacto de silencio y de impedimento

de condenar a los criminales de guerra. Se silenciaron los campos de trabajo y

extrerminio, los fusilamientos políticos, los enfrentamientos bélicos con la resistencia en

los Pirineos (los “maquis”), las fosas comunes, el apoyo de facto a Hitler (por ejemplo,

vendiéndole wolframio), el movimiento de poblaciones enteras, la pobreza extrema

causada por el señoritismo, el secuestro y reprogramación de niños secuestrados al nacer

y vendidos a familias adeptas al régimen, el analfabetismo inculcado de la población, la

opresión violenta a los hablantes de otras lenguas peninsulares que no fuera el

castellano, enormes catástrofes naturales con cientos de muertos... tantas cosas que se

ocultaron que da realmente vergüenza la historia reciente.

Y nos encontramos que ha pasado una generación desde la creación de este nuevo

régimen adaptado del anterior; que estamos integrados en la UE, que nos creemos

modernísmos y que al fin parece que hay alguien en la judicatura a quien le parece que ya

ha pasado un tiempo extremadamente prudentísimo para aceptar la realidad de los


hechos. Pero no, la mierda de siempre tiene todavía el suficiente poder para llevar a juicio

al único juez con las ganas para esclarecer las cosas. En Sudamérica sí pueden condenar

en persona a los criminales; en España se murieron en sus camas de viejos. Y aún así no

hay forma...

Repito, es una auténtica vergüenza. Y que tomen nota y no se dejen engañar con nuestra

apariencia las gentes de otros países: España no es ejemplo de nada más que de

criminalidad consumada. Y eso, por ejemplo, lo saben los dictadores árabes que viven

aquí de fábula con los millones ensangrentados del petróleo, o los mafiosos italianos que

llaman a la costa mediterránea "la costa nostra".

Creo que ya es hora de que las generaciones más jóvenes empecemos a negarnos a

continuar con esta farsa. Muchos recordarán la efímera II República Española. Quizás en

vez de recordad pasados mistificados, podríamos de una vez comenzar a diseñar un

futuro país donde la injusticia social sea una frase escrita en los libros de historia. No lo

dejemos para la generación siguiente.


“¿Qué diferencia hay al final para los muertos, los huérfanos, y los sin hogar, si la loca

destrucción es traída bajo el nombre del totalitarismo o del sagrado nombre de la libertad

o la democracia?”

Mahatma Gandhi, fundador de la India moderna.


Belén Esteban para presidente del gobierno

¿Sorprendid@ con el título? Pues cosas más raras se han visto en este mundo. El caso

es que la señora Belén Esteban es ahora mismo la estrella más reconocida de la

televisión española. Eso seguro, porque la conozco hasta yo que no veo casi nada la tele

generalista, y mucho menos la cadena Telecinco. Y sí, como dicen los tópicos, sólo la he

visto mientras hacía záping y no más de cinco minutos. Ya se sabe que la curiosidad mató

al gato.

Cierto es que alrededor de este personaje, no sé hasta qué punto hay distinción entre

persona real y persona televisiva en este caso, hay montado un gran negocio que mueve

millones de euros. Y que es la envidia cochina de todos aquellos que estudiaron para

astrofísicos y ahora trabajan en una pizzería, si es que tienen trabajo. Es la prueba

irrefutable de que más vale catre en mano que cientos de títulos volando. El ejemplo para

todas las niñas, que son listas, y saben que siendo de mayores una Belén Esteban

cobrarán en un programa de televisión mucho más que muchos de nosotros en varios

años, o en toda la vida. Si la sociedad capitalista ha degenerado en esto, es porque

permitimos que sea así, y éste es el resultado. Ahora a quejarse sentados en el sillón.

Y ¿qué pasaría si una figura televisiva como Belén Esteban se presentara a las

elecciones? ¿La gente que la ve por la pantalla acudiría en masa a votarla? No lo sé, la

verdad, ni idea. Pero por mi parte no me rasgaría las vestiduras. Veréis, en una auténtica

democracia es el pueblo el que elige. Y es en democracia en la que si sale un resultado


adverso a tu posición, se acepta y se trabaja para que en las próximas elecciones se elija

a tu candidato, respetando la voluntad popular.

A mí no me vale que haya quien se llena la boca de la palabra "democracia" (gobierno del

pueblo) y luego denoste la mera idea de que Belén Esteban pudiera presentarse a unas

elecciones porque sería "vulgarizar" el gobierno y no sería una candidata de "calidad".

Hey amigo, eso lo decidirá el pueblo, no una élite de déspotas ilustrados que, porque no

se sabe qué gracia divina, se creen con la sabiduría absoluta y deciden qué es lo que los

demás tenemos que pensar, decir o votar. Si el pueblo se equivoca al votar un candidato,

tiene todo el derecho a hacerlo. Y para ello, una democracia de verdad tiene que tener las

garantías y controles adecuados para que una equivocación grave produzca los menores

daños posibles. Y si en la siguiente votación el pueblo está convencido de que el

candidato elegido lo hizo mal, pues votará a otro, de eso no me cabe duda. Eso sí, en una

auténtica democracia, no en ciertas imitaciones de sistema democrático que todos

conocemos.

Y no sólo me parecería un ejemplo de salud democrática que la señora Belén Esteban

fuera candidata a presidente del gobierno de España, sinó que también me parecería

estupendo que lo fuera mi peluquero, la dependienta de la panadería o el immigrante que

lleva años viviendo entre nosotros y reparte el butano. Porque la soberanía es del pueblo,

no de cuatro enchufados elegidos a dedo y metidos con calzador en listas cerradas a los

cuales se les vota cada cuatro años y luego hacen lo que les da la gana con tu voto,

muchas veces en su propio beneficio.


Al fin y al cabo, ¿creéis que Belén Esteban lo haría peor que el presidente actual? Quizás

sí. O quizás nos sorprendería a todos, a mí incluido, encontraría buenos asesores,

elegiría a las personas adecuadas en los puestos de responsabilidad y sería una buena

presidenta. Quién sabe. En el sistema actual eso es una mera conjetura. Pero una cosa

tengo clara: no podemos permitir que nos metan miedo los que ya están bien como están

y se niegan a aceptar que seamos libres para elegir porque va en contra de sus intereses

personales. Es por eso que la elección tiene que ser siempre nuestra.
“Si la libertad y la igualdad, como algunos piensan, se encuentran principalmente en la

democracia, éstas se consiguen mejor cuando todas las personas participan por igual en

el gobierno al máximo.”

Aristóteles, filósofo de la antigua Grecia.


Si eres arquitecto sólo sabes construir casas

Titulitis: una de las más graves enfermedades que acechan a nuestra sociedad. Parece

ser que tener un enorme currículum lleno de materias incomprensibles para cualquier

persona normal es imprescindible para triunfar en la vida. Pero no hay nada más alejado

de la realidad.

Un deplorable sistema educativo y una masificación que hace casi imposible una

enseñanza de calidad conducen a una devaluación de los conocimientos de cada titulado.

Además, si unimos una búsqueda de los títulos que reporten más beneficios dinerarios,

eso convierte a los titulados en meros mercenarios profesionales sin un ápice de

convencimiento de la profesión que luego ejercen.

Y así, llegamos a la política, llena de titulados que sólo vieron su profesión de lejos y que

utilizaron los contactos obtenidos en sus estudios para abrirse paso en el camino de las

listas electorales. Y luego, ¿qué sabe de verdad un abogado, un médico, un ingeniero o

un arquitecto de la cosa pública? Lo mismo que un camionero, un panadero o un

quiosquero.

Es por eso que encontrarte con que un candidato tiene más títulos que otro no es ningún

seguro de una mejor eficacia administrativa. Es una pura falacia. Además, si un político

tiene que representar y respetar la voluntad popular, de poco valen mil títulos de MBA.
Así pues, en el momento de votar es más importante la honradez, la transparencia. y el

deseo de respetar la democracia que un currículum glorioso en el papel. Un pasado

elegante no indica un futuro brillante como representante de la voluntad popular. Es más,

la experiencia en estos últimos 35 años demuestra todo lo contrario.

En el día anterior a unas elecciones se nos pide a la ciudadanía reflexionar. ¿Pero de

verdad lo hacemos? ¿De verdad reflexionamos sobre cosas como...

… por qué la ley electoral permite que se discriminen a los partidos

extraparlamentarios?

… por qué la ley electoral está hecha para mantener al "establishment" y el

inmovilismo?

… por qué los partidos grandes tienen miedo a las listas abiertas y a la democracia

directa?

… por qué lo más importante de este próximo lunes será un partido de fútbol?

… por qué estamos quizás en los últimos días de internet libre tal como lo

conocemos?

… por qué en los programas educativos actuales no se fomenta el pensamiento

crítico?

… por qué las plazas de nuestras ciudades están hechas de cemento gris y el color

está ausente?

… por qué echan a la gente de sus casas mientras hay pisos sociales vacíos?

… por qué los poderes actuales tienen miedo a la transparencia total que hay en

otros países del norte de Europa?


Sin embargo, las elecciones continúan y tras ellas se repite la enhorabuena a los peces

muertos que siguen la corriente. Una vez más han conseguido alzar a la victoria al más

sonriente. Qué le vamos a hacer, el dinero y la experiencia son unas grandes ventajas. Y

en esta sociedad en la que vivimos son las que mueven el bacalao.

Por ejemplo, repasando los carteles electorales de los partidos que acabaron con

representación en el Parlament de Catalunya en las elecciones del 28 de noviembre de

2010, hay un factor común en todos ellos: el personalismo del líder carismático, y una

frase o eslogan. Nada más. Y las reuniones electorales o mítines son unos meros

escaparates para contar los buenos que somos nosotros y lo malos que son los demás.

Nada más. Las propuestas quedan para cientos de páginas que ni los militantes de sus

partidos se han leído.

Y luego, pasa el tiempo. Y los electores vuelven a quejarse de que los políticos no hacen

nada por ellos, sólo por los lobbies económicos habituales. Pero las sonrisas falsas, las

falacias y demás teatro conseguirán que esos electores quejicas les vuelvan a votar.

Porque es mejor quejarse que dar un paso adelante y tomar las riendas de nuestras

propias decisiones. ¿O no?

Cuando ni las sonrisas puedan esconder el vacío de esta democracia de listas cerradas y

pantomimas varias, entonces, y sólo entonces, comenzará a haber movimiento.


“La democracia... es una forma encantadora de gobierno, llena de variedad y de

desorden, y la dispensación de una especie de igualdad para iguales y desiguales por

igual.”

Platón, filósofo de la antigua Grecia.


Al menos los dictadores son sinceros

“Contra Franco vivíamos mejor.” Es muy posible que, si vives en España, hayas

escuchado alguna vez esta frase de algún viejecito progre que en estos últimos 35 años

ha acaparado todo cargo público que ha podido. Y es que una juventud llena de

emociones marcada por las carreras delante de los “grises” (la policía nacional española

iba uniformada de gris en tiempos de la dictadura) es algo que les es imposible de olvidar.

Y lo mistifican porque, en cambio, en el período actual todo es ambiguo: lo llaman

democracia pero el pueblo no gobierna; lo llaman mercado libre pero está intervenido; lo

llaman misión humanitaria pero muere gente. No hay nada en su sitio.

En cambio, en una dictadura todo está claro: los buenos y los malos están bien definidos.

Porque, al menos, todos los dictadores son sinceros. Un dictador no oculta sus

intenciones. Si decide hacer leyes injustas, todos saben cuáles son y sus consecuencias.

Todo el mundo sabe que si las desobedecen serán torturados, o incluso fusilados. Si un

dictador decide crear una guerra para anexionarse al país vecino y quedarse con su

petróleo, no lo ocultará. Si los familiares de un dictador dominan las grandes empresas

del país, se jactarán de ello. Si el hijo de un dictador decide comprarse un yate que vale

más que todo el presupuesto de educación del país, sencillamente lo hará. Y si el pueblo

se siente demasiado oprimido y decide rebelarse, sabrá exactamente contra quiénes

dirigir su ira. Y punto. Todo claro: es la máxima transparencia.

Un buen ejemplo de lo anterior es la pasada guerra de Libia. Tenemos un dictador que

lleva 40 años en el cargo: Muamar el Gadafi, al cual se le ha rebelado una parte de la


población. Esta revuelta, aunque en un principio parecía un calco de las recientes de

Túnez y Egipto, al pasar las semanas ya no parecía tan clara. Luego, tenemos que como

los países occidentales han apoyado la revuelta, el dictador les ha amenazado con vender

el petróleo a India y China y no a ellos. Eso, por supuesto, ha indignado a las esferas

económicas de Europa y EE.UU., pero como se llaman democracias, no pueden justificar

una invasión diciendo: "vamos a recuperar nuestro petróleo."

Así que han esperado un tiempo hasta que las tropas leales a Gadafi estaban a punto de

derrotar a las rebeldes. Han mostrado a las poblaciones occidentales las matanzas con

todo lujo de detalles, que como en todo conflicto las ha habido; y en cuestión de horas

han conseguido un mandato de la ONU, sin apenas oposición, puesto que el resto de

gobiernos de países árabes están pendientes de sus propios problemas internos, qué

casualidad. Seguidamente, han reunido rápidamente una coalición de ejércitos y hala, a la

guerra en "misión humanitaria."

La revista Time publica, en su edición impresa del 21 de marzo de 2011, una frase que le

grabaron, sin que se diera cuenta de que los micros estaban conectados, al general David

Petraeus dirigiéndose al Secretario de Defensa de los EE.UU., Robert Gates, en su última

visita a Afghanistán: "Bienvenido, señor... Volando en un avioncito más grande de los

normal. ¿Va a lanzar algún ataque sobre Libia o algo así?" Como que no se sabía, ¿eh?.

Ciertamente, parece paradójico, pero los gobiernos de las democracias toman a su

población por tonta. Mantienen sus acciones en el más puro estilo mentiroso, falaz y

manipulador. Ya lo escribió Edward Bernays en su libro “Propaganda”, publicado en 1928:


"El buen gobierno puede ser vendido a una comunidad como cualquier otra mercancía

que se pueda vender." De verdad, ésta es la elección que nos dejan: democracias

mentirosas o dictaduras sinceras. Quizás hay que comenzar a pensar ya en una tercera

vía. No va más.
“La democracia es un dispositivo que asegura que no seremos gobernados mejor de lo

que nos merecemos.”

George Bernard Shaw, escritor.


10 consejos imprescindibles para manternerte en el poder indefinidamente

Últimamente se ha puesto de moda echar del poder a lo viejos dictadores. Eso les ha

ocurrido porque poco a poco han ido desviándose de las reglas fundamentales para

mantenerse en el poder. Si eres un gobernante aferrado a tu cargo, o pretendes serlo

aprovechando las revoluciones actuales, no estaría de más que te repasaras estos 10

consejos imprescindibles para manternerte en el poder indefinidamente. Tu ambición de

poder te lo agradecerá:

1. Que tu régimen tenga la apariencia de democrático.- Llénate la boca con palabras

de libertad pero por detrás haz lo que te convenga. Consigue que los ciudadanos

de tu feudo o país se crean que una democracia es votar cada 4 años. Y blinda las

votaciones con reglas absurdas para que la verdadera oposición no llegue nunca al

poder.

2. Si la crisis económica se desmadra, crea una guerra para desviar la atención.- El

foco de atención es muy importante. Que la población no vea lo que realmente

haces es fundamental. Y por supuesto, nunca muestres los muertos del enemigo

por tu canal de TV. Además, si tus enemigos son débiles, ármalos previamente

vendiéndoles armas directamente o a través de terceros países. No querrás que la

nueva guerra se te acabe en tres días. Tener también una "amenaza interna"

tampoco viene mal para desviar la atención. Financiar un grupo independentista de

alguna región es un plus.

3. Mantén a la mayoría de la población ajena al espiritu crítico con la educación.- La

educación es un arma fundamental para mantener tu régimen intacto durante


muchos años. Las mente infantiles son fácilmente moldeables y dispuestas a

creerse todo lo que tú les programes. Que los colegios parezcan cárceles, los

profesores carceleros, que las materias sean introducidas como las únicas

verdades y arranca a los padres de sus hijos. Y sobre todo domina el lenguaje: tus

opositores reales simpre serán terroristas o antisistemas.

4. Financia siempre a las dos partes de un conflicto para siempre obtener beneficios.-

En el caso de que no te convenga una guerra propia, como en el punto 2, consigue

amplios beneficios vendiendo armas y financiando a todas las partes de los

conflictos ajenos. Lograrás atrapar al perdedor con deudas y al ganador con

favores.

5. Crea un problema, alerta sobre él y ofrece tu solución como única salvación.- Cada

nueva propuesta legislativa a tu favor tiene que tener un proceso previo para que

sea comúnmente aceptada. Si tu deseo es proclamar el toque de queda, disfraza a

tu policía secreta como ladrones y asesinos, crea malestar ciudadano y ofrece tu

toque de queda como mejor solución al problema.

6. Pretende que estás en contra de lo que estás a favor para que tus enemigos te

ayuden.- La oposición es siempre buena para conseguir tus planes. Filtra que estás

a favor de lo que estás en contra y ellos te ayudarán a conseguir tus propósitos. Es

más, se creerán que han conseguido vencerte y los tendrás aún más dóciles

durmiendo en sus laureles.

7. Permite que tus opositores se manifiesten libremente para saber quiénes son.- Si

aparece una oposición ajena a la “oposición oficial” que tú mismo creaste, otorga

un período de supuesta “delibidad” de tu régimen y permite que salgan a la luz.

Que la policía les haga fotos, los grabe en vídeo en sus manifestaciones y los
investigue. Tras un tiempo, haz que tu policía secreta los detenga, expulse o lo que

se te ocurra.

8. Desborda cualquier crítica con innumerables datos aunque sean falsos.- Si tienes

el incordio de tener que aparecer ante el parlamento, responde a las preguntas

críticas de la oposición con datos, datos y datos. Te harás tan pesado que la gente

no te escuchará y se cansará de tus discursos. Y así ya no tendrán demasiadas

ganas de criticarte. Además, la fiabilidad de los datos carece de importancia.

9. Haz filtraciones exageradas para que tus propuestas reales parezcan comedidas.-

Por ejemplo, si quieres subir los impuestos un 10% consigue que alguien desde el

ministerio de hacienda filtre a la prensa que tu objetivo es el 20%. De esta forma,

cuando sólo lo subas un 10%, la gente estará contenta de tu generosidad y creerán

que escuchas sus demandas.

10. Un buen soborno a tiempo es mejor que mil problemas a destiempo.- Soborna,

soborna y soborna. ¿Has leído bien? Soborna. Con dinero, con cargos públicos,

con territorios que gestionar, con lo que sea. En el interior y en el exterior. Además,

si te encuentras con alguien insobornable, tranquilo, porque los que hayas

sobornado le pararán los pies. ¿Quién querría destruir la fábrica de huevos de oro

que es tu régimen?

Y así llegamos al final de esta lista. Es posible que haya algún tema que se quede fuera,

pero, básicamente, si sigues estos consejos estoy seguro de que te mantendrás en el

poder por un largo tiempo. Y si te manejas bien, incluso tu familia podrá heredar tu país

como quien hereda una hacienda. Todos estos consejos han sido probados y reprobados,

y son hoy tan actuales como los fueron ayer y lo serán mañana. ¡Larga vida al poderoso !
“Se considera casi universalmente que, cuando llamamos a un país democrático, lo

estamos elogiando; en consecuencia, los defensores de cualquier tipo de régimen claman

que es una democracia, y temen que podrían tener que dejar de usar la palabra si a ésta

se la ata a un solo significado.”

George Orwell, escritor.


Estrategias del poder para desprestigiar movimientos sociales: el caso #parlamentcamp

Pese a que en el momento de escribir esto la concentración en el parque de la Ciutadella

de Barcelona de #acampadabcn, #parlamentcamp , está todavía en vivo, es fácil distinguir

una estrategia efectiva de los poderes establecidos para desprestigiar al movimiento

ciudadano. No quiero parecer un sabelotodo, pero es de manual.

Veamos los aconteciomientos:

Desde el movimiento de #acampadabcn se avisa que el día 14 por la tarde y el día 15 se

realizará un acto en la sede del Parlament de Catalunya para intentar que los

parlamentarios no accedan a la sesión en la que se debatirán y votarán los recortes

presupuestarios. La idea es hacer una cadena humana y acampar la noche allí. Por

supuesto, una cadena humana nunca ha evitado que un parlamento se pare por mucho

tiempo pero es una clásica forma de protesta. Este aviso es público y transparente, así

que cualquiera puede saberlo.

Cierran la Ciutadella

Llega el día 14, y al mediodía fuerzas gubernamentales cierran todo el recinto del parque

público. Como se puede comprobar siguiendo el enlace anterior, el Parlament es tan sólo

una zona del parque y con que la policía hubiera acordonado su acceso inmediato hubiera

sido suficiente. Pero no, han cerrado todo el parque a todo visitante y han colocado
parejas de policía vigilantes cada cuatro o cinco metros, tal como se aprecia en el vídeo

de arriba. Aquí hay gato encerrado.

La tarde del martes 14 de junio de 2011 la gente está todavía más indignada pues le

parece excesiva la medida del gobierno, pero la cosa no va a más y la ciudadanía se

concentra y hay una protesta pacífica. Pese a ello, la estrategia del poder todavía no es

vislumbrada por muchos.

La trampa

Pero cuando llega la mañana del día 15 ya es otra cosa. Las cartas están boca arriba. El

mecanismo de difamación y victimismo del poder comienza a funcionar. Las mentiras,

falacias y desinformaciones empiezan a aparecer en lo medios, junto a los lameculos del

establishment en las redes sociales. Es de destacar el bonito ejemplo de parcialidad

gubernamental del programa de Els Matins de TV3. La máquina aplastante del discurso

oficial hace su efecto: es intolerable que los representantes del pueblo no puedan acceder

al Parlament.

Además, hace su entrada la gente contratada para el trabajo sucio. Infiltrados de la policía

que se dedican a excitar a unos manifestantes hetereogéneos y en su mayoría jóvenes.

Las autoridades deben pensar: “es pan comido”. Y es cierto, consiguen que haya unos

pocos actos incívicos puntuales que luego se magnifican y propagan como si fuera el

ejemplo normal de la mayoría de concentrados. La gente de buen parecer no puede


asociarse con esa gentuza bárbara que ataca a los políticos que lo único que quieren es

hacer la función para la que fueron elegidos por la mayoría del pueblo...

Estrategia de manual

El poder no se mantiene por una orden divina que lo haya puesto ahí por los siglos de los

siglos. Existe una literatura abundante que le permite actuar de una forma determinada en

cada momento. Como por ejemplo el ya mencionado clásico libro, ya mencionado antes,

Propaganda de Edward Berneys, sobrino de Sigmund Freud. En él se muestra cómo es

de sencillo que una minoría adiestrada puede manejar a una mayoría insospechada. A

partir de aquí sólo es cuestión de aplicar los fundamentos. Y vaya que sí lo hacen bien.

En este caso, para desprestigiar a un movimiento pacífico hay que demostrar ante la

opinión pública que en realidad no es tan pacífico como lo pintan. Para ello, han actuado

con estos cuatro sencillos pasos:

1. Se ha bloqueado el paso a todo el recinto con la excusa de proteger el Parlament.

Ello causa molestias innecesarias al resto de la ciudadanía que no participa en las

protestas. Además, en la mañana del 15 han cortado la línea de metro más

cercana al lugar, también con esa pretensión. Cuando los trabajadores lleguen

tarde al trabajo dirán: “ha sido por culpa de esos indignados.”

2. Al cortar el acceso al lugar propuesto de actuación de la protesta pacífica y

rodearlo con una excesiva fuerza policial consiguen aumentar el nivel de ilógica de

los manifestantes: “¿Qué hacen? Todo esto es innecesario.” Con ello, además, les

ha producido un sentimiento de frustración al no poder alcanzar su objetivo.


3. Al bloquear ellos mismos el paso, pero haciendo ver que es culpa de la protesta,

los parlamentarios no pueden acceder por las entradas habituales y el discurso

propagandístico habitual exclama: “No se puede impedir entrar en el Parlament a

los legítimos representantes.” Las bocas de los políticos se llenan de democracia,

manchando su significado, como siempre. Por supuesto, el President Artur Mas, en

un acto teatral, accede al recinto en helicóptero y declara: “Es intolerable.” Que les

den un Oscar [TM].

4. Y con el ambiente caldeado, la policía secreta hace su aparición y provoca breves

actos incívicos que son magnificados en cuanto se realizan contra unos políticos.

Por supuesto, empieza a aparecer el discurso de que éstos son actos que

desprestigian a todo el movimiento y presionan para que la gente de bien comience

a desmarcarse.

Y en esa estamos...

Pues no todos somos corderitos ilusos

El problema de estas estrategias es que están ya muy vistas. Pese a que todavía

funcionan en la mayoría de la población cuyo único acceso informativo es el de los

propios medios gubernamentales y adyacentes, es también cada vez más la cantidad de

ciudadanos que estamos vacunados.

Podemos pensar que es una pequeña derrota y que esta vez se han salido con la suya,

pero en realidad no es así. Sólo han demostrado una vez más lo que son capaces de
hacer para desprestigiar a un movimiento ciudadano, que tiene razón en su indignación.

Estoy seguro de que vamos a ver todavía muchas más estrategias parecidas o peores,

sin embargo, las reglas han cambiado. Y han cambiado de una manera que todavía estos

señores del poder no pueden ni empezar a comprender: los manuales ya no se imprimen

en papel.

En fin, que cómo última cosa, sugeriría por precaución que las acampadas formaran

comisiones de jugadores de ajedrez para anticipar las jugadas y estar preparados para

situaciones como las de hoy. Una buena prevención siempre será la mejor cura.
“El gobierno, que fue diseñado por el pueblo, se ha quedado en las manos de los jefes y

sus empleadores, los intereses especiales. Un imperio invisible ha sido creado por

encima de las formas de la democracia.”

Woodrow Wilson, ex-presidente de los EE.UU.


Hablemos de la representatividad de nuestros políticos

Vamos a realizar unas cuantas puntualizaciones sobre el anterior capítulo para dejar las

cosas todavía más claras:

Obstaculizar la labor de los diputados es delito en España

Todos hemos oído el discurso oficialista de lo “intolerable que es no dejar pasar a los

representantes del pueblo a hacer su trabajo”. Incluso hemos descubierto que tal acto

está tipificado como delito:

Art. 550

Son reos de atentado los que acometan a la autoridad, a sus agentes o funcionarios

públicos, o empleen fuerza contra ellos, los intimiden gravemente o les hagan resistencia

activa también grave, cuando se hallen ejecutando las funciones de sus cargos o con

ocasión de ellas.

Art. 551

1. Los atentados comprendidos en el artículo anterior serán castigados con las penas

de prisión de 2 a 4 años y multa de 3 a 6 meses si el atentado fuera contra

autoridad y de prisión de uno a 3 años en los demás casos.

2. No obstante lo previsto en el apartado anterior, si la autoridad contra la que se

atentare fuera miembro del Gobierno, de los Consejos de Gobierno de las

Comunidades Autónomas, del Congreso de los Diputados, del Senado o de las


Asambleas Legislativas de las Comunidades Autónomas, del Consejo General del

Poder Judicial o Magistrado del Tribunal Constitucional, se impondrá la pena de

prisión de 4 a 6 años y multa de 6 a 12 meses.

Está claro que ellos mismos se han declarado inmunes e intocables, creando este tipo de

leyes. El típico ejemplo de “yo me fabrico el pan y yo me lo meriendo”.

También, por todos los medios hemos escuchado la santidad de la representatividad de

nuestros políticos elegidos en las urnas. Son los auténticos representantes de la

ciudadanía. Pero yo me pregunto: ¿hasta qué punto? Me centraré en el Parlament de

Catalunya, pues los hechos acontecieron ahí.

Elegidos con una participación de 3.150.000 electores

Puesto que formé parte de las listas de Pirata.cat en las elecciones autonómicas

catalanas del pasado octubre de 2010, conozco la experiencia de primera mano. Pero

primero comencemos por los números. Y coloquémoslos de una manera diferente a la

oficial. Los que digáis que estoy manipulando los datos a mi antojo, ahorraos los

comentarios, por favor.

Según la Viquipèdia, los resultados de las elecciones autonómicas catalanas de 2010

fueron estos:
Ciudadanos con derecho a voto: 5.363.356 (Total)

Votantes: 3.135.764 (59,95% del total)

Luego, los votos se dividieron en:

A candidaturas: 3.021.706 (56,34% del total)

En blanco : 92.331 (1,72% del total)

Nulos : 21.727 (0,41% del total)

Entonces, el Parlament, se compuso de los siguientes partidos:

CiU: 1.198.010 (22,33% del total)

PSOE-PSC: 570.361 (10,63% del total)

PPC: 384.019 (7,16% del total)

ICV-EUiA: 229.985 (4,29% del total)

ERC: 218.046 (4,07% del total)

C’s: 105.827 (1,97% del total)

SI: 102.197 (1,91% del total)

Suma de todo el Parlament: 2.808.445 (52,36% del total)

Así que, a pesar de que dicen representar a 3.150.00 electores, los números nos

muestran que los diputados del Parlament fueron votados en realidad por 2.808.445

electores.
Y aquí me surgen algunas preguntas: ¿Los diputados sólo representan a sus electores?

¿Qué pasa con los 2.554.911 ciudadanos, un 47,64% de la población con derecho a voto,

que no les votaron? Y, si hubieron 3.021.706 votos a candidaturas, ¿qué ha pasado con el

resto de los 213.261 ciudadanos, un 3,98% del total, que votaron a otras opciones? Eso

es fácil de explicar porque hay…

Un sistema electoral a la medida del poder ya establecido

Cuentan que los españoles nos otorgamos a nosotros mismos una Constitución y un

sistema electoral basado en listas cerradas y en la Ley d’Hondt para salir de la dictadura

y progresar en nuestro bienestar democrático.

Por una parte, lo que los españoles de la época hace 35 años votaron les fue puesto en

bandeja por una élite, y se les transmitió el mensaje de que eso o el caos. Por ello,

metieron al heredero de Franco, un tal Juan Carlos de Borbón, en el paquete y usaron esa

consulta como legitimización. Qué listos.

Por otra parte, las listas cerradas permiten la dedocracia más absoluta desde los aparatos

de los partidos, y que la población se trague unos candidatos impuestos. El último

aberrante ejemplo ha sido la inclusión de “presuntos” corruptos en las listas de los

partidos grandes de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, tal como muestra

el corruptódromo realizado por el grupo #nolesvotes. es lo que hay, dicen.

Y finalmente, la Ley d’Hondt es ese bonito sistema que hace desaparecer el valor de los

votos emitidos a los partidos pequeños. Se pone una criba, del 3% de los votos emitidos
incluyendo votos en blanco en este caso concreto, y se reparten entre los partidos más

votados. Vaya, así que si mi voto fue para Pirata.cat, ahora resulta que el que me

representa es CiU, al que nunca en la vida hubiera pensado votar. ¿Y los que votaron en

blanco por no querer votar a ningún otro partido pero se tomaron la molestia de ir a votar?

“El voto es mío, míiiio”, dicen los partidos mayoritarios.

Aún así, estoy seguro que llegados a este punto habrán muchos que estarán pensando:

“Bueno, el sistema no es perfecto pero es el sistema democrático que hay en estos

momentos, y hay que ser respetuosos con la ley. A nadie se le obliga votar a ningún

partido, y si alguien quiere cambiar la Ley Electoral, pues sólo tiene que presentarse, salir

elegido y hacerlo.” Ante esta forma de pensar sólo se me ocurre que, o viven en las nubes

junto a los osos amorosos, o sencillamente viven muy cómodos dentro de este sistema ya

que se benefician de las injusticias que crea. Porque en la realidad, en esta sociedad y

con este sistema electoral…

El que paga, manda

Parece una frase muy catalana, pero es una afirmación que funciona en cualquier parte

del mundo en el que vivimos.

En el didáctico e interesante libro “The Creature from Jekyll Island : A Second Look at the

Federal Reserve“, su autor G. Edward Griffin, nos explica cómo en las elecciones a la

presidencia de los EE.UU. en 1913, el cártel bancario apoyó al candiato demócrata

Woodrow Wilson pues la intención de tal grupo poderoso era que se aprobará la creación

de la Reserva Federal, que sería el Banco Central de los EE.UU y manejado


privadamente por ellos. Eligieron a Wilson porque pertenecía a un pequeño grupo privado

financiado por banqueros de Wall Street, y porque era demócrata. Hasta entonces, el

pueblo de los EE.UU. asociaba al partido republicano con los poderosos. Con una

estrategia de desprestigiar públicamente a los banqueros, pero financiado por ellos, este

señor ganó las elecciones presidenciales, y la FED fue aprobada.

Y no sólo eso, en su reelección prometió que EE.UU. no entraría en la Primera Guerra

Mundial. Pero claro, Gran Bretaña y Francia estaban perdiendo la guerra en aquellos

momentos y la deuda con Wall Street era tan enorme que no podían permitirse que

perdieran. Por supuesto, EE.UU. entró en la guerra con la excusa arreglada del

hundimiento del Lusitania, los aliados ganaron y el resto es la historia que los vencedores

escribieron. Por cierto, ¿alguien recuerda a un tal Felipe González prometer que sí él era

elegido presidente, España nunca formaría parte de la OTAN? Los libios seguro que no.

Pues volviendo a las Españas, reflexionemos por un instante si los aportadores y

prestamistas de dinero a las campañas de los grandes partidos tienen luego alguna

infuencia en sus políticas y leyes aprobadas. Mmm… yo diría que sí. ¿Y entonces qué

tipo de representación obtienen los electores, en este caso 2.808.445 de ciudadanos, que

han votado directamente a los partidos en el Parlament? Pues si te visto, no te acuerdo.

Gracias por votarnos y no te olvides de volver a hacerlo dentro de cuatro años.

Pero no todo se acaba ahí, porque el sistema electoral todavía se guarda algunos ases en

las mangas para deshacerse de cualquier virus, es decir, propuesta innovadora que no

entre en los planes del poder. Porque…


Si eres un partido pequeño no existes, a menos que tengas padrinos.

Siguiendo con nuestra tan querida Ley Electoral, resulta que en el momento en el que hay

elecciones sólo los partidos ya parlamentarios se reparten entre ellos los tiempos de

Prime Time en los medios tradicionales de difusión masiva, en los debates sólo son

invitados los cabezas de listas de estos mismos partidos, se llevan el máximo de lugares

donde poner la cartelería, etc, etc…

Entonces, si se presentan 20 partidos y la mayoría de ciudadanos sólo conoce a 5,

¿dónde está la verdad en decir que los ciudadanos eligen a sus representantes? La gente

sólo vota lo que conoce, y la mayoría de veces son forzados a elegir el mal menor, tal

como muy buen explicó Manuel Castellls en su excelente charla en #acampadabcn sobre

la comunicación, el poder y la democracia. Resultado: hay cientos de partidos políticos en

España, pero sólo se habla del bipartidismo PP-PSOE, o PPSOE, como decimos muchos.

Aún así, si un partido nuevo tiene padrinos con dinero, sí que puede superar esta

visicitud. Recordemos el caso de Ciutadans per Catalunya, o más recientemente, cómo

TV3, y ahora barreré hacia lo que conozco, entrevistaba a Joan Laporta, cabeza de lista

de Solidaritat per la Independència, pero se negaba sistemáticamente a invitar al cabeza

de lista de Pirata.cat, con la excusa de que no era un partido parlamentario y se tenía que

respetar la ley.
Si hablamos de las diferencias presupuestarias entre los partidos grandes, apoyados por

la gran banca, y los pequeños, apoyados por sus afiliados y simpatizantes, que se

trasladan en la cantidad de cartelería, pancartas, envíos electorales, globitos, bocatas de

jamón y chorizo, y contratación de autobuses para llevar a la gente a sus mítines, no

acabaríamos nunca. Gran señor es don dinero.

Bonitas palabras, tristes realidades

Tras toda esta exposición de hechos que conforman nuestra realidad, ahora volvamos a

la pregunta del principio: ¿hasta qué punto los diputados del Parlament, y otras

instituciones, son los representantes de la ciudadanía? La palabra democracia,

literalmente “gobierno del pueblo”, es pronunciada hasta la saciedad por los políticos y

periodistas afines, pero ¿hasta qué punto es realmente este sistema un gobierno del

pueblo? ¿Está el pueblo realmente gobernando en España? ¿Son los ciudadanos

realmente libres y conocen todas sus opciones en el momento de depositar su voto?

En las manifestaciones y acampadas mucha gente exclama: “¡Que no, que no nos

representan!” ¿Están realmente muy equivocados si analizamos la realidad de la sociedad

española? Es cierto que 4.000 personas no representan a nadie, pero hay dudas muy

razonables sobre que los diputados hayan sido libremente elegidos y representen

realmente a la ciudadanía que los votó y no votó.


“La democracia es el proceso por el que el pueblo elige al hombre al que luego culparán.”

Bertrand Russell, matemático y filósofo.


Islandia lo ha conseguido, ¿por qué no nosotros también?

Hemos tenido 35 años de falsa apariencia.

Durante 35 años el sistema político en España ha demostrado que no hay espacio para el

cambio. Ha demostrado que no permite acceder a nadie fuera de su élite. Si seguimos

fracasando intentándolo una y otra vez, ¿qué sentido tiene?

Hay cientos de partidos políticos en España. ¿Podemos creer que fracasaron porque

querían? ¿Podemos creer que no quisieron cambiar las cosas desde dentro, siguiendo las

normas establecidas? Por favor, pensémoslo de nuevo.

Sí, la vida es dura, pero no, no hay ninguna oportunidad en absoluto, a menos que tengas

un montón de dinero. Y si los partidos dependen de un montón de dinero para ser

elegidos, entonces, no es una democracia. Así de simple. Si no hay las mismas

oportunidades, y los ya elegidos modifican las reglas electorales en su propio beneficio,

entonces, no hay democracia.

No es una utopía lo que queremos, es absolútamente factible

Por ejemplo, en época de elecciones sólo los que ya están en Parlamento pueden

anunciarse en los horarios de máxima audiencia en la televisión y se les permite participar


en los debates públicos. Y las calles están llenas de propaganda de los grandes partidos

porque los espacios están divididos entre los partidos que ya obtuvieron escaños en la

elección anterior. Si la gente no puede ver, la gente no puede votar; y el círculo vicioso

continúa.

Dejemos de ser ingenuos. La experiencia nos muestra lo qué son las cosas. ¿Qué pasa

con esta nueva norma publicada oficialmente el pasado febrero que dicta una recogida de

firmas a todos los partidos que quieran postularse para una elección? Descalifica a priori a

una gran cantidad de partidos pequeños permitiendo una elección más fácil a los grandes

partidos, como de costumbre. Los grandes partidos están cambiando las reglas de esta

manera todo el tiempo, pero el ciudadano común no suele ser consciente de ello.

No nos equivoquemos, no es una utopía lo que queremos. Queremos mecanismos

democráticos que están funcionando ya en otros países del mundo. ¿Es mucho pedir?

Para los jefes feudales de España, sí. Y he elegido la palabra “feudal” porque así es como

es. Cuando los medios hablan de “los barones del PSOEo del PP” lo describen tal como

es. Gobiernan España como su “cortijo”, ni más ni menos. Y si se nos permite votar cada

cuatro años tenemos que agradecérselo.

Y por fin, redirigimos nuestro camino

Recordemos que no hubo ruptura con el régimen anterior. Recordemos que el rey de

España fue elegido por el dictador anterior. Lo que se llamó “la Transición” no fue más que

una limpieza superficial. La idea era dejar que el mundo pensara que hay un nuevo
sistema democrático para que el resto de Europa nos aceptara, la cual, con sus formas

hipócritas, necesitaba una España moderna y democrática para completar su tarea de

una Europa unida. Y entonces, España cambió en la superficie, pero el “nuevo” régimen

mantuvo a toda la clase gobernante y funcionariado, y las nuevas leyes fueron diseñadas

con este objetivo en mente. Dijeron que todo estaba “atado y bien atado”. Y por supuesto

que así fue.

Y ahora, la mayoría de los españoles hemos decidido permitirnos expresar abiertamente

lo que siempre pensamos y hablamos en privado. El movimiento del #15M no apareció de

la nada. No fue algo que sucedió de repente. La gente por fin se dió cuenta de que ya

hemos llegado al límite. Que ya es hora de corregir los errores. Que tenemos que trabajar

juntos para conseguir una muy necesaria nueva Constitución, una ruptura con el pasado

de verdad, un sistema realmente democrático en el que ningún tema sea ajeno al

ciudadano, una adaptación a los nuevos tiempos que estamos viviendo, y todo lo que nos

permita una sociedad justa y libre en la que nadie quede excluído. Islandia lo ha

consiguido, ¿por qué no nosotros también?


“Lo que es más importante para la democracia no es que las grandes fortunas no

deberían existir, sinó que las grandes fortunas no deberían permanecer en las mismas

manos. De esa manera hay hombres ricos, pero no conforman una clase.”

Alexis de Tocqueville, pensador.


No creo ni en la meritocracia ni en el gobierno de los mejores

No creo ni en la meritocracia ni en el gobierno de los mejores. No creo en la competición,

sino en la colaboración.

Recordemos que “democracia”, no voy a cansarme de repetirlo, significa “gobierno del

pueblo”. ¿Y quién es el pueblo? El pueblo somos todos. Lo más listos y los más tontos,

los más altos y los más bajos, los más ricos y los más pobres, los que tienen la piel como

la leche y los que tienen la piel como los bombones, y en medio un amalgama de colores

que conforman la pluralidad. Esto es, el pueblo es pluralidad.

Y que haya un grupo que se haya otorgado la potestad de decidir quién merece o no ser

representante del pueblo es una tergiversación de esta pluralidad del pueblo. Porque si

hemos decidido que queremos democracia, no hay nada más que tener democracia. Y en

una democracia real, el acceso del pueblo a la toma de decisiones no puede estar

limitada en modo alguno.

Está claro que hay una corriente de pensamiento que llama a la democracia “dictadura de

la mayoría”, que busca una especie de perfección en el gobierno que supuestamente sólo

es alcanzada por una élite de los mejores. Sin embargo, chocamos con la irrealidad del

concepto de perfección, de la quimera del no-error. Creo que ya podemos ser mayores y

aceptar que somos humanos, que cometer errores es algo implícito a nosotros. Este

concepto de “los mejores”, de una falsa meritocracia, siempre ha favorecido a una cierta
élite cerrada que han creado los baremos y se los han aplicado a ellos mismos. Qué

casualidad.

Por otra parte, está esa manía de competir entre nosotros. Cuántos esfuerzos duplicados

y malogrados, cuánta repetición de gente inventando la misma sopa de ajos. Competir es

perder el tiempo si lo comparamos con el aprovechamiento de la colaboración. Dicen que

cuatro ojos ven más que dos, y en política la competición por el mismo escaño hace que

los políticos se preocupen más por los resultados electorales para mantenerse en el poder

que por las necesidades reales de la gente que dicen representar; resultado: que ni dos

ojos ven nada.

Por ello, abogar por una democracia directa es abogar por la colaboración de todos los

ciudadanos; es abogar por un brainstorming de pensamientos que detecte qué puede ser

mejor para la población en cada momento; es abogar por un sistema de detección de

errores , pues si ninguna persona se siente excluida, puede expresar su opinión y apuntar

errores que quizás otros no ven. Una ciudadanía en red es la mejor forma de equilibrar las

necesidades individuales y colectivas.

Y así, todos aportando nuestros conocimientos y pareceres podríamos llegar a un punto

que nos hiciera subir de nivel a toda la humanidad. Compartimos el mismo mundo,

seamos como seamos, hayamos nacido donde hayamos nacido, hablemos como

hablemos, todos respiramos el mismo aire, todos vamos igual de perdidos. Colaboremos

y dejemos de lanzarnos piedras contra nuestros tejados. No es complicado, sólo debemos

tener la voluntad de hacerlo. ¡Vamos!


“La confianza pública en la integridad del gobierno es indispensable para tener fe en la

democracia; y cuando perdemos la fe en el sistema, hemos perdido la fe en todo por lo

que luchamos y nos esforzamos.”

Adlai E. Stevenson, ex-vicepresidente de los EE.UU.


Este 20N que nos ha tocado

Los viejos del lugar hablan de otro señor viejo que murió en la cama en un 20 de

noviembre de hace 36 años; un señor que estuvo precisamente 36 años cobrándose los

frutos de su éxito en un golpe de estado. Ahora, este 20 de noviembre de 2011 nos ha

tocado a los jóvenes que no recordamos a ese viejo dictador tener nuestro propio día de

sucesión institucional. Lo llaman democracia y no lo es, pero tuvimos elecciones

igualmente.

A primera vista nos fijamos en que los llamados a votar han sido 34.952.313 ciudadanos,

y que la participación ha sido inferior en un 2,16% que en la tanda anterior. Luego, nos

damos cuenta que para un 30,97% de electores ningún partido no, no los representan; de

ellos, un 2,66% decidieron mover su culo y acercarse a las urnas para votar pero de una

forma que su papeleta no pudiera ser provechada de ninguna forma. Es significativo que

el voto nulo ha doblado su porcentaje respecto al 2008: de un 0,64% a un 1,29%. En

términos absolutos, 10.361.756 conciudadanos no eligieron a ningún partido. No es una

cifra pequeña ni mucho menos, y, aunque sé que muchos distinguen claramente entre los

que van a votar y los que no por eso del funcionamiento del sistema electoral, el resultado

de esas 10.361.756 actitudes (exceptuando los que hayan tenido voto nulo por meter la

pata sin querer o no) ha sido el mismo: se sienten fuera de este sistema, pero que no se

confunda, no son antisistema, es que el sistema es anti ellos.

Ahora fijémonos en los dos partidos que componen el bipartidismo de facto del PPSOE:
PP: 2011 -> 10.830.693 – 44,62% – 186 / 2008 -> 10.278.010 – 39,94% – 154

PSOE: 2011 -> 6.973.880 – 28,73% -110 / 2008 -> 11.289.335 – 43,87% – 169

A bote pronto, si los sumamos, nos encontramos con que en este 2011 hay 17.804.573

conciudadanos (un 50,94% de los electores) que pueden dormir bien por la noche, que no

entienden eso de si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir. Sin embargo, en el 2008

fueron 21.567.345, es decir, que ahora 3.762.772 personas han dejado de ser zombies

teledirigidos y han cambiado el sentido de su voto. Es de notar que el sistema de control

de zombies está más perfeccionado por el PP que por el PSOE, y de ahí su gran

diferencia.

Está claro que este sistema electoral que nadie entiende, y nadie sabe escribir

correctamente, el sistema d’Hont, impuesto por los listillos del pueblo para asegurarse que

seguirían siendo los listillos para tiempos inmemoriales, es totalmente injusto con las

minorías, es decir, es la propia definición de injusticia. Así pues, el PP obtiene la mayoría

absoluta con un 30,99% del favor de los electores. Sí, es verdad, es una cifra grande,

pero cualquier matemático dirá que una mayoría absoluta comienza a partir del 50%, no

antes. No importa, los fieles del PP están por todas partes vanagloriándose de su mayoría

absoluta con una chulería que ellos sólos saben hacer, son inimitables.

Pero todavía nos faltan 6.785.984 votos que fueron válidos y no cayeron en las zarpas del

PPSOE, ¿qué ha sido de ellos? Pues han dado la confianza a 60 formaciones políticas

pequeñas, que pudieron pasar el filtro antidemocrático de los avales, excepto unas pocas
que ya eran parlamentarias. De éstos, 5.342.416 votos consiguieron representación

parlamentaria, de una forma desproporcional, por supuesto, que les hace echar

improperios ante tanta injusticia; que demandan un cambio en el sistema electoral, pero

que saben que los mayoritarios van a negarse, pues ¿quién se quitaría sus privilegios a sí

mismo? Pero, para hacerlo más retorcido, 1.443.568 votos se quedaron fuera. ¿Qué van

a pensar esas 1.443.568 personas que se molestaron en decidir una opción y votaron de

forma válida y han visto que sus votos son aprovechados por aquellos a los que nunca,

nunca, nunca hubieran votado? Que la próxima vez vaya la prima del señor Riesgo a

votar. Está claro que el sistema crea la tendencia, la tendencia de que sólo los votantes

de los partidos mayoritarios se movilicen para que sigan siendo mayoritarios. Ya se sabe,

ellos se lo cocinan y ellos se lo comen.

En el mundo que tiene que ser, ninguno de nosotros es mejor que todos nosotros, no

obstante, mientras estamos en este limbo en el que aunque nos movamos los de abajo,

los de arriba aún no caen, todo este grupo de chorizos va a seguir quedándose con

nuestro pan con la excusa argumental de que es legítimo porque han sido elegidos en

unas elecciones. Éste ha sido nuestro 20 de noviembre, y los viejos dictadores siguen

muriéndose en la cama placenteramente. Mejor nos lo hacemos mirar.


“La mejor arma de una dictadura es el secretismo, pero la mejor arma de una democracia

debería ser el arma del aperturismo.”

Niels Bohr, físico.


La Europa de los intereses tribales

Durante siglos, los emigrantes europeos huyeron hacia otros lugares del mundo

básicamente por dos motivos: la búsqueda de mejores condiciones de vida, y de libertad.

Aunque ambas búsquedas están entrelazadas y dependen una de la otra en gran medida.

Así, digamos que los “emprendedores” abandonaron el continente dejando atrás a una

sociedad dividida entre amos y señores. Éstos fueron reproduciendo generación tras

generación el mismo esquema de cosas hasta nuestros días. Pese al bonito maquillaje de

llamar democracia al sistema de gobierno imperante en Europa, continúa existiendo la

misma división piramidal tradicional, aunque hayan habido algunos movimientos de

cambios aparentes para dejarlo todo igual.

Eso explica la extraña contradicción de la continuidad de las familias monárquicas no

elegidas por los ciudadanos, y protegidas por las leyes vigentes. Esa concepción de

“monarquía constitucional” es una anomalía, y base del problema de la desigualdad de

clases en los diferentes estados europeos. Incluso en repúblicas como Alemania, Francia

o Italia, existe una nobleza, con título o no, que continúa disfrutando de sus privilegios

históricos y respaldada por el sistema.

Es esa élite, junto a unos pocos de otras clases a los que se les ha permitido acceder al

poder, la que dirige el destino de Europa. Es esa élite que ha estado concertando

matrimonios entre ellos durante generaciones y que se conocen perfectamente los unos
con los otros, pues comparten los mismos lugares exclusivos de reunión, la que decide

qué es “lo correcto”, cuál es el camino “correcto” para el resto de sus “conciudadanos”.

Y son los intereses privados de ese grupo los que pueden explicar en última instancia la

toma de decisiones que afectan negativamente a la mayoría de la población europea. Un

último ejemplo es la vuelta a la moda de la neolengua de la palabra “austeridad”.

Se podría decir, sin temor a equivocarse, que hay una tribu, con grandes semejanzas

étnicas, que domina Europa, y que se han blindado para hacerse intocables; y que por

ello, podríamos describir, con muchas probabilidades de acertar de pleno, que estamos en

la Europa de los intereses tribales. A las cumbres de la Unión Europea nos podemos

remitir para extraer evidencias.


“La tiranía de un príncipe en una oligarquía no es tan peligrosa para el beneficio público

como la apatía de un ciudadano en una democracia.”

Charles de Montesquieu, filósofo.


Un ejemplo de pura apariencia democrática: el Reino Unido

Hasta ahora hemos visto como España tiene un sistema político que no se podría llamar

“democrático” en ningún caso, pero ¿cómo están los otros países que portan la bandera

de la democracia? Tomemos como ejemplo el Reino Unido y comprobémoslo.

Para comenzar, el Reino Unido no tiene una Constitución a la usanza de los otros países

llamados democráticos, o al menos, no la tiene escrita en un solo documento. En

principio, el funcionamiento del orden legislativo se basa en “usos y costumbres” descritos

en diferentes estatutos y decisiones judiciales.

Y pese a que sería posible que una Constitución “no escrita” de esta forma pudiera ser

perfectamente válida, tampoco éste es el caso. Según el historiador Carroll Quigley en su

libro Tragedia y esperanza, “no hay acuerdo incluso en las cuestiones más claras. Por

ejemplo, los libros de texto afirman que la monarquía ya no tiene el poder de vetar la

legislación, porque ese poder no se ha utilizado desde el reinado de la reina Anne. Sin

embargo, tres de las cuatro autoridades más importantes en materia de derecho

constitucional del siglo XX (Sir William Anson, AV Dicey, y Arthur Keith Berrotarán) se

inclinaban a creer que el veto real todavía existía.”

Además, “muchas de las relaciones que están cubiertas por los convenios se basan en

precedentes

que son secretos (como las relaciones entre la monarquía y el Gabinete, entre el
Gabinete y los partidos políticos, entre el Gabinete y la administración pública, y todas las

relaciones dentro del Consejo de Ministros) y que, en muchos casos, el secreto de estos

precedentes, está protegido por la ley bajo la Ley de Secretos Oficiales, y así, el carácter

vinculante de los convenios ha vuelto cada vez más débil”

Y continúa, “es el Gobierno el que controla la Casa de los Comunes (Parlamento). Este

control se ejerce a través del control de la maquinaria de los partidos políticos. Este poder

sobre la maquinaria de los partidos políticos se ejerce a través del control de los fondos

de los partidos, y sobre todo por el control de las nominaciones en los distritos

electorales. El hecho de que no hay elecciones primarias en el Reino Unido y de que los

candidatos de los partidos son nombrados por la élite interna de dichos partidos es de

tremenda importancia y es la clave para el control que la élite interna ejerce sobre la Casa

de los Comunes, y sin embargo esta realidad apenas se menciona en los libros de texto

del sistema político británico.”

¿Y quiénes pueden acceder a estas élites establecidas para controlar el Gobierno?

Tradicionalmente, el Reino Unido se divide socialmente en una estructura en dos partes:

“las clases” y “las masas”. “Las clases” son aquellos que tienen tiempo libre. Eso significa

que tienen propiedades e ingresos. Además, se educan en centros separados y caros, se

casan entre su propio nivel social, y tienen un acento distintivo del inglés. Y eso es

todavía así hoy en día. No es de extrañar entonces que estos privilegiados conformen la

mayoría en el sistema político británico incluso hoy en día.

Respecto a la educación de este estamento social, ésta se distingue por fomentar estos
tres conceptos:

1. La educación no debe ser vocacional y su objetivo no es ayudar a conseguir un

medio de vida.

2. La educación no está dirigida directamente a crear o entrenar la inteligencia.

3. El objetivo de la educación no es encontrar “la Verdad”.

Y entonces, ¿a qué se educa a la clase privilegiada británica? A desarrollar una apariencia

moral, respeto por las tradiciones, cualidades de liderazgo y cooperación, y sobre todo, la

habilidad para la cooperación en la competición y en el juego.

Bien es cierto que en los últimos años ha habido cierta permeabilización para que la clase

de los hombre de negocios también pueda acceder al sistema político británico, pero en

esencia, las cosas siguen como siempre. Nada más hay que leer la biografía del actual

Primer Ministro, David Cameron, y darse cuenta que fue educado en las más elitistas

escuelas británicas.

Así pues, ¿qué clase de galimatías es éste con el que funciona una de las democracias

más admiradas del mundo occidental? ¿Qué clase de democracia puede funcionar con

unas reglas nada claras y arbitrarias? ¿Puede una democracia ser regida por una élite

excluyente? Es más, pero en realidad, el Reino Unido ¿es una democracia? Ni por

asomo, las evidencias son claras.


“No tengo ninguna fórmula para echar a un dictador o construir una democracia. Todo lo

que puedo sugerir es que te olvides de ti mismo y simplemente pienses en tu pueblo. Es

siempre el pueblo el que consigue que sucedan las cosas.”

Corazón Aquino, ex-presidente de Filipinas.


La importancia de combatir al autoritarismo

A través de la historia, España, y Europa en general, han demostrado tener una clase

dirigente no demasiado dispuesta a permitir que sus habitantes pudieran disfrutar de aires

de libertad. Y eso hacía que no se pudieran crear oportunidades para progresar

adecuadamente en el ámbito de la vida, y que la única posibilidad real de salir de la

pobreza fuera emigrar al otro lado del charco.

Si bien es cierto que el momento actual es diferente y que nunca hasta ahora habíamos

disfrutado de un período tan prolongado de libertad individual, nuestro futuro nos aparece

incierto. Porque no olvidemos que los cortos períodos de libertad anteriores han parecido

más pausas para permitir a las élites del poder recoger información suficiente sobre los

opositores para luego aplastarlos. Y así es como podríamos catalogar a la efímera

Segunda República española: un período de salida al exterior de las personas

progresistas para que luego la clase tradicionalista pudiera eliminarlos con el resultado de

la mal llamada “guerra civil”. No olvidemos que España nunca ha abandonado

completamente su condición de país feudal con sus “señoritos” feudales incluidos.

Las crisis económicas suelen ser períodos de excusa para recortar los derechos

adquiridos. Es imposible poder tragarse el discurso de que los gobiernos y economistas

no tenían ni idea de que llegaría una crisis como la que (sobre)vivimos ahora. Porque si

un humilde servidor, alejadísimo del poder, podía hace años leer artículos y libros sobre la

llegada de una gran crisis, sobre todo por internet, que nadie me intente convencer de que
los dirigentes del mundo no sabían nada. A no ser, que esta crisis hubiera sido gestada

por esos mismos dirigentes, de gobiernos y grandes empresas, durante años, para

recortar el amenazante aumento de las libertades de los ciudadanos del mundo

pertenecientes a las clases sociales distintas a las suyas. Está claro que un plan como

éste no se realiza de un día para otro. Por cierto, ahora es el momento para llamarme

conspiracionista y difamar mi argumento.

El autoritarismo suele avanzar poco a poco, casi imperceptiblemente. Una ventaja que al

menos sí hemos conseguido los ciudadanos del mal llamado “primer mundo” es que el

autoritarismo ya no se impone con golpes de estado aparentes, pero sí sutiles. Ahora los

aprendices de autócratas tienen que realizar ideas ingeniosas para llevar sus planes a

cabo. Como cuando vamos por el metro y nos dicen que las cámaras están ahí “por

nuestra seguridad”. O tienen que estrellar aviones en unos rascacielos para poder

quedarse con el petróleo de Oriente Medio… Es cierto que no puedo defender con

argumentos sólidos tales afirmaciones, sin embargo las cosas muchas veces parecen lo

que son.

Por ello, si perdemos nuestra libertad, lo perdemos todo. Repito para que no quede

ninguna duda: “si perdemos nuestra libertad, lo perdemos todo“. Lo digo para

contrarrestar esas opiniones que manifiestan su desacuerdo con el movimiento en

defensa de la libertad de expresión en internet argumentando que nos movilizamos por

una cosa sin importancia comparándolo con, por ejemplo, el paro, que está a niveles

desorbitados. Sin embargo, los castillos no se construyen por las almenas.


La amenaza a la libertad que en este momento se está combatiendo en internet es una

amenaza real. Una amenaza autoritaria que si se convierte en realidad, no sólo afectará a

internet sinó a cada rincón de nuestras vidas. Porque, como demuestra la historia, esa

gente no suele pararse ahí. Suele continuar hasta llenar con su opresión cada milímetro

de nuestra existencia. Y si en ese momento se consigue un 100% de ocupación y

desaparece el paro, ya me diréis de qué sirve vivir en una sociedad con el estómago lleno

y la cabeza vacía. Lo siento, pero yo no quiero ser un zombie.

Por todo ello, la importancia de combatir al autoritarismo es mayúscula. No podemos

permitir que este siglo nuevo y brillante sea un clon del nefasto siglo anterior.
“Sin democracia no hay libertad. La violencia, sin importar quien la use, es siempre

reaccionaria.”

Friedrich Ebert, ex-presidente de Alemania.


El espejismo del bipartidismo

Oficialmente los llamados países occidentales tienen el sistema democrático como

organización de gobierno. O al menos, así lo afirman desde los púlpitos del aparato de

esos estados. Se dice, se cuenta que es porque la sociedad es plural que esa pluralidad

tiene el derecho a expresar su manera de ver la cosas mediante la creación y apoyo de

partidos políticos.

¿De verdad? ¡Me apunto a ese sistema! Pero... no, espera... que del dicho al hecho hay

mucho trecho.

Uno de los países que se dedica principalmente a asesinar por el mundo a todo aquél que

no acepte el sistema democrático oficial y, por tanto, su máximo defensor, es EE.UU. Sin

embargo, en este país la pluralidad se muestra de una forma muy curiosa: todos los

partidos se reducen a dos. ¿Perdone usted?

La excusa es la simplificación de la manera de gobernar. Se suele poner a la Italia de

hace veinte años, en la que un gobierno no duraba nunca más de un año debido a que sí

había una pluralidad de partidos que no se ponía de acuerdo, para demostrar que la

auténtica pluralidad crea el caos gubernamental.

Entonces, eso lo han resuelto en los EE.UU. creando un sistema de primarias que reduce

a dos visiones principales toda la pluralidad. Los votantes acaban eligiendo el "SÍ" o el
"NO", el "blanco" o el "negro", los "azules (demócratas) o los "rojos (republicanos)", los

"buenos" o los "malos" en cada tema y santas pascuas. No hay grises ni arcoiris.

No sólo se ha creado un sistema representativo en los que unos pocos piensan y deciden

por los demás, sinó que además se le ha ahorrado al sufrido ciudadano tener que pensar

y reflexionar de una manera complicada: el reduccionismo a dos opciones va como anillo

al dedo para no agobiar a las neuronas.

Sin embargo, esto incluso podría tener una buena apariencia democrática si de verdad

hubieran dos monedas que elegir, pero en realidad hay una única moneda con dos caras

porque... el bipartidismo es un espejismo.

Nos encontramos con dos partidos mayoritarios que son financiados por los mismos

billonarios, las mismas multinacionales, presionados por los mismos lobbies, es decir,

sobornados por exactamente los mismos. Y unos políticos que suelen provenir de las

mismas élites que son puestos en sus cargos por su capacidad de obedecer las órdenes

de los que en realidad mueven el bacalao.

No es extraño que los políticos de los dos partidos se tiren los trastos a la cabeza delante

de las cámaras, y cuando están apagadas compartan los mismos clubes, las mismas

fiestas, jueguen a los mismos partidos de golf, fumen los mismos puros habanos y se

acuesten con los mismos amantes.


Es gracias a eso que se conserva el status quo del sistema. En cada nueva elección el

partido de la oposición es "el cambio" respecto al partido gobernante, pero cuando es

elegido, éste continúa las pautas de gobierno del partido contrario, y así el nuevo partido

de la oposición prometerá "el cambio" en las siguientes elecciones.

Tranquilos, que no hay problema, los electores ni se darán cuenta porque están bien

adiestrados por los medios de comunicación de las corporaciones que manejan a los dos

partidos, que ya se encargan de que nadie tenga memoria de lo que pasó cuatro años

atrás. Y todo cambia para que todo siga igual.

Y lo más curioso de todo es que todos los caminos llegan a Roma. No sólo ocurre en

EE.UU. sinó prácticamente en todos y cada uno de los países democráticos occidentales.

Da igual cómo se haya montado el funcionamiento del sistema democrático que se acaba

convirtiendo el panorama en la misma clase de pensamiento único: la apariencia de la

lucha por el poder entre conservadores y progresistas.

Ya vimos en el capítulo "Un ejemplo de apariencia democrática: el Reino Unido", como la

élite pudiente domina por completo el gobierno sin prácticamente dejar ni un sólo cabo

suelto. También podemos comprobar como en las elecciones presidenciales francesas se

reduce la segunda vuelta a dos candidatos, o cómo en Japón se ha copiado la forma de

hacer las cosas tan eficientemente que los cargos públicos pasan de padres a hijos. Sin ir

más lejos, en España el bipartidismo es de facto. Una lucha aparente PP-PSOE que

queda expuesta cuando los bancos les eliminan sus deudas por la cara. Nada de extrañar

que muchos los metan en el mismo saco y los llamen PPSOE.


Lo más extraordinario del tema es que en ningún lugar se tiene que realizar ningún acto

ilegal ni fraudulento para obtener el mismo resultado. Hay que dar a esta gente el mérito

de diseñar unas leyes electorales a medida, como la ley d'Hont, que traspasa los votos de

los partidos votados por debajo del umbral de un porcentaje a los mayoritarios en cada

circunscripción electoral. Puro genio.

Así pues, nos encontramos con partidos votados por el 20% de la población que se

otorgan la medalla de "haber sido votado por la mayoría" y gobierna con "mayoría

absoluta". Más ilustrador que las últimas elecciones generales en España no hay nada,

como pudimos leer en "Este 20N que nos ha tocado".

En realidad, la clave está en que nunca se ha abandonado la idea del gobierno absoluto y

dictatorial. La sociedad continúa estando estructurada de forma piramidal, y los de las

clases superiores se sienten, eso, superiores respecto a los demás. Las inercias de siglos

siguen ahí, y sólo se han adaptado al mundo de la comunicación de masas, nada más.

No obstante, en este espejismo del bipartidismo, en esta sociedad defensora del

pensamiento único, la pregunta está ahora en si esta nueva época digital va a provocar

una verdadera transformación o sencillamente se forzará su adaptación a la corriente de

siempre. ¿Podrán las nuevas voces construir un oasis que crezca y acabe substituyendo

a este sistema elitista? ¿O ese oasis acabará siendo fagocitado por el espejismo, como

otros intentos anteriores?


“La democracia no garantiza la igualdad de condiciones, sólo la igualdad de

oportunidades.”

Irving Kristol, columnista estadounidense.


Lo que suele pasar en un rescate del FMI

La estafa bancaria ha alcanzado las dimensiones adecuadas para que se puedan reforzar

los grilletes de la esclavitud sobre la población. El juego siempre ha consistido en disfrutar

de los beneficios y socializar las pérdidas. Todo el tinglado está diseñado desde el

principio para ello.

El dinero fluye desde la cúspide de una pirámide hacia abajo. Cada nivel de la pirámide va

recaptando su parte, y tiene potestad para reclamar la parte de los niveles inferiores.

Como cada nivel inferior es vasallo de los niveles inmediatamente superiores, es algo

facilísimo: cada nivel crea las leyes que obedece el nivel inmediatamente inferior y ejerce

los medios coercitivos violentos para mantener el orden establecido.

Hasta que se llega a la base de la pirámide en el que habita la mayoría de la población.

Es el nivel más frágil aparentemente, porque recibe los palos de todos, pero es también el

más fuerte realmente, porque aguanta al resto de niveles superiores, aunque la inercia

del victimismo hace que no se dé cuenta.

Como decía, el dinero creado artificialmente desde la cúspide va disminuyendo en su

cantidad mientras va realizando su descenso; así, en el momento en el que los creadores

del dinero deciden inventarse una crisis, es decir, retiran parte de la cantidad que

normalmente pasa a los niveles inferiores, cada nivel inferior comienza a encontrarse con

dificultades para mantener su “status quo”. Por ello, cada cual por su parte comienza a

presionar a los niveles inferiores para recaptar lo poco que les ha llegado abajo.
A eso los gobiernos lo llaman recortes: mientras fluía el dinero, se podía mantener el

estado del bienestar de los niveles inferiores. Ahora que ya no fluye, no se puede permitir

que los de abajo tengan servicios que no merecen; el único estado del bienestar que se

tiene que permitir es el suyo propio. Pero, para esos niveles medios, políticos y banqueros

medianos, a veces no basta con robar a los de abajo mediante impuestos, comisiones,

corrupción y leyes trucadas, a veces se tienen que arrodillar para pedir un rescate a los de

arriba.

Por supuesto, en la pirámide todos son esclavos, aunque vivan en jaulas de oro, excepto

los de la cúspide, que son los que cortan el bacalao.

Así que, la cúspide se aviene a agrandar la deuda generada mediante un préstamo

mayor. A ellos les da igual, porque, al fin y al cabo, pueden crear todo el dinero que les

haga falta. Claro, ese préstamo tendrá que devolverse con unos intereses impagables.

Por un tiempo, a las clases dirigentes de los niveles medios eso les dará igual:

estrangularán a las clases inferiores para ir pagando, como siempre. Hasta que, pasado

un tiempo no muy largo, la deuda llegue a un nuevo punto de impago.

En este momento, el juego se pone interesante. La cúspide les dice que les perdonarán,

condonarán es la palabra que usan, parte de la deuda a cambio de ciertas condiciones.

Condiciones como permitirles el control de parte del territorio estatal, el control de las

empresas públicas mediante privatizaciones, el control de la educación de las clases

bajas… y todo vendido a la población como algo inevitable pues lo contrario sería el caos

y vendría el coco a comernos.


En muy poco tiempo, la diferencia entre ricos y pobres sufre un agrandamiento tal que la

distancia se convierte en insalvable. Incluso, la clase pudiente, al acostumbrarse al dinero

fácil de los rescates, continúa creando las condiciones necesarias para que sigan

llegando las ayudas de todo tipo. Por ejemplo, en los años 80 el gobierno de Etiopía creó

una hambruna en parte de su población para que fluyera el dinero a través de las ONG,

que son parte del mismo mecanismo internacional de conquista, y así poder mantener su

ritmo de vida, comprar armas y todo eso.

Esa sociedad rescatada queda entonces en las garras del orden internacional del mundo,

con sus capas superiores adictas al dinero internacional y las inferiores sin poder apenas

subsistir.

Esto es exactamente lo que ha supuesto el juego de los rescates a la mayoría de países

de África, América Latina y Asia en estos últimos 50 años. Ahora, tras esta larga

experiencia vampirizando a más de medio mundo, los señores de la ignominia han

decidido ir a lo grande y nos toca a Europa. Los vampiros económicos no tienen patria ni

credo excepto el de su propia egolatría.

Mientras, a los demás que nos jodan. Eso es lo que suele pasar en un rescate del FMI.
“No puedes hacer una revolución para tener la democracia. Debes tener la democracia

para hacer una revolución. ”

Gilbert Keith Chesterton, escritor británico.


El final de América: Los 10 pasos para acabar con una sociedad democrática

En su libro "El Final de los EE.UU. (América)", la escritora Naomi Wolf muestra los diez

pasos que llevan a una sociedad democrática hacia el fascismo. Realiza una escalofriante

comparación histórica entre cómo aparecieron los regímenes totalitarios del pasado y

cómo los EE.UU. han ido cumpliendo los mismos pasos uno a uno durante la pasada

década bajo la administración Bush.

Tampoco hay que obviar, que en los cuatro años siguientes a su realización (2008), la

administración Obama no ha hecho nada para remediarlo, todo al contrario, ha continuado

en el mismo sentido aumentando el recorte de las libertades.

Por supuesto, estos diez pasos para acabar con una sociedad democrática se pueden

aplicar en cualquier sociedad abierta, y de hecho se hace en todo el mundo actualmente.

Son los siguientes:

1. Invocar una amenaza interna y externa.

2. Cárceles secretas donde se lleva a cabo tortura.

3. Desarrollar una fuerza paramilitar.

4. Vigilar a los ciudadanos comunes.

5. Infíltrarse en los grupos de ciudadanos.

6. Detener y liberar a los ciudadanos comunes.

7. Usar a personas claves como objetivos.

8. Restringir a la prensa.

9. Considerar a la crítica como espionaje y a la disidencia como una traición.


10. Subvertir el imperio de la ley.

¿Te suena alguno de estos puntos?

Naomi Wolf demostró que, desde el fatídico 2001 hasta el 2008, se habían cumplido todas

esas condiciones en los EE.UU. También remarca que preguntada a una persona que

vivió en la Alemania Nazi por qué se dejaron avasallar por el nazismo, ésta respondió que

nunca se dieron cuenta hasta que fue demasiado tarde, porque la pérdida de la

democracia sucedió paulatinamente, gradualmente, paso a paso.

Y eso es lo que está pasando en la actualidad. Quizás haya muchos que estén

demasiado desinformados para verlo, o demasiado ocupados sobreviviendo.

Pero la pregunta que nos viene a la cabeza es: si esta gente multimillonaria lo tiene todo,

¿para qué necesita más? ¿Por qué no deja en paz al resto de la humanidad?

Tenemos una élite que no necesita dinero porque tiene el monopolio de su fabricación,

como ya hemos visto; una élite que acapara todos los puestos del poder habidos y por

haber, y no permite el acceso a personas fuera de su círculo; una élite que crea y deshace

los estados y países a su antojo, que dibuja las fronteras en el mapa de forma absurda.

Entonces... ¿qué quiere esta gente?

En 2012 se estimó que la lista de los hombres más ricos la conforman 1.226 personas,

con una fortuna íntegra de 4,3 billones de dólares. Son personas y familias que con un
chasquido pueden derrocar un gobierno, y de hecho lo hacen, incluso en países

“democráticos”.

Así pues, sólo podemos deducir que su ambición es el poder. Manejar al resto de seres

humanos como señores feudales que son. Y lo cierto es que nos manejan como si

fuéramos píxeles de un videojuego, como si fuéramos ganado.

Para ellos la democracia es un mero trámite y, al haber reducido las opciones al

bipartidismo, apuestan a caballo ganador financiando a las dos partes supuestamente

opositoras. Con sus medios de comunicación de masas controlan la información, y se

aseguran de que la mayoría de la población, hipnotizada por ellos, no pueda saber casi

nada de la pluralidad restante.

Son los verdaderos clientes a los que obedecen sin rechistar los políticos del

“establishment”. Uno pensaría que los políticos tendrían que estar a las órdenes de los

ciudadanos, porque se hacen llamar “sus representantes”, pero no es así. Fíjate cómo,

por ejemplo, los presidentes del gobierno y ministros de España acaban como consejeros

delegados con unos buenísimos sueldos en las compañías a las que beneficiaron durante

sus mandatos. Es tan obvio que es de chiste.

Por ello, los mega-ricos han prostituido a la democracia y la han convertido en una mera

apariencia para que la mayoría de la población de los países mal llamados “democráticos”

esté entretenida mientras estos señores hacen y deshacen a su antojo. Y así pasan las

generaciones tras generaciones...


Entonces, ante todo este panorama, ¿qué hacemos?
“Todos los males de la democracia pueden curarse con más democracia. ”

Alfred Emanuel Smith, político estadounidense.


La democracia directa

Es muy curioso que se haya pervertido tanto a la palabra “democracia” que haya que

acudir a adjetivos para distinguir al gobierno del pueblo de los otros tipos de supuestas

democracias falaces.

Está muy claro que una democracia no puede ser introducir una papeleta en una urna

cada cuatro años y desentenderse de los asuntus públicos hasta la próxima vez.

Está muy claro que en una democracia no se le puede dar poderes a un representante

para que decida a su antojo, incluso en contra de los propios intereses de sus

representados.

Está muy claro que esos representantes, si los hay, no pueden pertenecer a una única

clase social.

Está muy claro que tienen que haber controles para comprobar que lo que se vota es lo

que se realiza.

Está muy claro que los ciudadanos tienen que saber conscientemente qué es lo que están

votando.

Está muy claro que si al sistema de gobierno se le llama democracia, el poder tiene que

estar en los ciudadanos.


Está muy claro que la acción de lo votado no puede ser opaca y tiene que ser

transparente y abierta a escrutinio.

Así pues, está muy claro que el poder tiene que provenir directamente de los ciudadanos.

Por supuesto, esto no va a ocurrir de un día para otro, esto no va a ocurrir cuando acabes

este libro, si lo estás leyendo en un tiempo cercano a su escritura.

Pero lo que sí es seguro es que no ocurrirá nunca si los ciudadanos no son conscientes

del problema actual.

Está también muy claro que el sistema financiero no puede estar en manos de unos

pocos, y hay que retirar el monopolio de la fabricación del dinero de las manos de esos

pocos. Hay que conseguir que la economía vuelva a ser una economía real y productiva,

y no una falsa y especulativa como la actual.

No puede ser que unos pocos señores envíen a a la pobreza a millones de personas y no

sean juzgados por crímenes contra la Humanidad. Bueno, en realidad son premiados

como los ejecutivos de Goldman Sachs, por ejemplo.

Hay que parar que los criminales sean los que hacen y deshacen las leyes en su

beneficio.

Hay que decir ¡basta! en algún momento, despertar de la pesadilla en la que nos han

metido e imaginar unas nuevas reglas, una sociedad más justa.


Espero haber encendido una linterna por la que se pueda comenzar a ver el camino.

Recuerda apreciar la labor del escritor.

Gracias por tu lectura :-)


“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo. ”

Abraham Lincoln, ex-presidente de los EE.UU.


FIN

Secretos del Dinero 2

Cómo los mega-ricos han prostituido a la democracia


Índice

- Prefacio

- Cita de Abraham Lincoln, ex-presidente de los EE.UU.

- España no puede ser ningún ejemplo de democracia modélica

- Cita de Mahatma Gandhi, fundador de la India moderna.

- Belén Esteban para presidente del gobierno

- Cita de Aristóteles, filósofo de la antigua Grecia

- Si eres arquitecto sólo sabes construir casas

- Cita de Platón, filósofo de la antigua Grecia

- Al menos los dictadores son sinceros

- Cita de George Bernard Shaw, escritor

- 10 consejos imprescindibles para manternerte en el poder indefinidamente

- Cita de George Orwell, escritor

- Estrategias del poder para desprestigiar movimientos sociales: el caso #parlamentcamp

- Cita de Woodrow Wilson, ex-presidente de los EE.UU.

- Hablemos de la representatividad de nuestros políticos

- Cita de Bertrand Russell, matemático y filósofo

- Islandia lo ha conseguido, ¿por qué no nosotros también?

- Cita de Alexis de Tocqueville, pensador

- No creo ni en la meritocracia ni en el gobierno de los mejores

- Cita de Adlai E. Stevenson, ex-vicepresidente de los EE.UU.

- Este 20N que nos ha tocado

- Cita de Niels Bohr, físico

- La Europa de los intereses tribales


- Cita de Charles de Montesquieu, filósofo

- Un ejemplo de pura apariencia democrática: el Reino Unido

- Corazón Aquino, ex-presidente de Filipinas

- La importancia de combatir el autoritarismo

- Cita de Friedrich Ebert, ex-presidente de Alemania

- El espejismo del bipartidismo

- Cita de Irving Kristol, columnista estadounidense

- Lo que suele pasar en un rescate del FMI

- Cita de Gilbert Keith Chesterton, escritor británico

- El final de América: Los 10 pasos para acabar con una sociedad democrática
Aranea Editorial

Título original: Secretos del Dinero: Cómo los mega-ricos han prostituido a la democracia
Publicado con el apoyo de Aranea Editorial
Sant Boi de Llobregat, Cataluña
Una división de Aranea Interactiva S.L.
“Desde Cataluña, para el mundo”
http://www.araneainteractiva.com
L'Hospitalet de Llobregat, Cataluña
©2012 Texto, maquetación y cubiertas: José Manuel Goig Campoy
Licenciado bajo la Creative Commons 3
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La información contenida en este libro es cierta, excepto por errores no intencionados.

Versión 0.1- 20120917


Versión 0.2- 20170301

Esta edición es una edición reproducida en formato electrónico realizada con LibreOffice
3. Las cubiertas han sido confeccionadas con GIMP. Todo en un sistema GNU/Linux.

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