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“Filosofía aquí y ahora” – Canal Encuentro.

Plan Revolucionario de Operaciones – Mariano Moreno


Mariano Moreno escribe el Plan revolucionario de operaciones y lo presenta el 30 de agosto de 1810 con fines de
unificar las acciones de la Primera Junta. En él Moreno plasma las ideas y las medidas que considera necesario
aplicar a fin de consolidar la grande obra de nuestra libertad e independencia, a sólo meses de los sucesos de
mayo. El terror, las relaciones con Inglaterra, las ideas proteccionistas, el nacionalismo revolucionario son los
temas del plan de operaciones. Se trata de uno de los documentos más apasionantes de la historia argentina.
El texto se divide en una parte política y una parte económica. Moreno desarrolla la parte política bajo la
influencia de pensadores del terrorismo jacobino como Robespierre y Saint-Just. Cuestionado por la historiografía
liberal, con sus contradicciones y desmesuras, el Plan de Operaciones es uno de los textos que más cabalmente
expresan la influencia de la razón iluminista en los procesos revolucionarios de mayo.

1) Iluminismo, vanguardia y terror.


La Revolución de mayo toma su forma más fascinante en un texto del joven abogado Mariano Moreno. Moreno es
un heredero del iluminismo de Roberspierre y, en ese sentido, cree en la vanguardia. La vanguardia es ese pequeño
grupo que cree no sólo tener razón, sino ser la razón misma. Seguro de sus convicciones Moreno escribe un Plan
de Operaciones para guiar los pasos de la Revolución de mayo. Este plan es secreto y fundamentalmente lo
conocen los amigos más cercanos de Moreno: Juan José Castelli, Manuel Belgrano.
El primer tema que desarrolla Mariano Moreno es un tema muy “robersperriano”, muy jacobino: es el tema del
terror. Para Moreno “una revolución debe gobernar con el terror”. ¿Por qué? Porque Moreno dice abiertamente
que “el hombre es hijo del rigor y que cuanto más duros seamos con aquellos a quienes tenemos que gobernar, más
se nos van a someter” [un tipo copado ¿?]. Entonces, considera también que él tiene el derecho de hacer esto
porque las luces de la razón se encarnan en el pequeño grupo que conforma la vanguardia. La vanguardia siempre
trabaja desde afuera de la realidad. Moreno considera que tiene la razón y por esto tiene el derecho de someter a
los otros por medio del terror porque él conoce a los hombres, dice, y conocer a los hombres implica conocer no
sólo a los hombres sino conocer la historia, los caminos de la historia. El tipo que está en la vanguardia está desde
afuera porque se siente superior a la masa; la masa no conoce la urdimbre secreta de la historia. El hombre que
posee la potencia de la razón para conocer la realidad, sí la conoce. Entonces, son unos pocos y elegidos los que
deben ejercer el poder.
No hay leyes en la historia pero el argumento que los vanguardistas es que sí hay leyes en la historia y que ellos
las conocen. Pero, en realidad, tienen una fundamentación para decir esto. Dicen esto porque creen que las leyes
de la historia son las leyes que ellos inscriben en la historia; porque la historia es hija de la razón humana y la
razón humana está internada en los hombres más brillantes y los hombres más brillantes son los que tienen la
racionalidad lo suficientemente poderosa como para ir guiando la historia. Inscriben su racionalidad en la historia.

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2) Instrumentos de política interna.
Instrumentos de política interna que iba a utilizar Mariano Moreno para llevar adelante su plan de operaciones.
Mariano Moreno, que es el creador de La gazeta y es la figura egregia (ilustre) del periodismo argentino, creía en
el poder de los medios de comunicación. En cuanto tal, esa creencia lo llevó a escribir en el plan de operaciones
una frase formidable (teniendo en cuenta que fue escrita en 1810) porque prefigura el futuro: “Los pueblos nunca
saben, ni ven, sino lo que se les enseña y muestra, ni oyen más que lo que se les dice”. Este es el poder
comunicacional del siglo XIX: el sujetar al sujeto del que habla Foucault. Moreno creía poder hacer esto desde La
Gazeta. El iluminista necesita de este poder porque la relación de los iluministas con los sujetos es una relación de
dominio. Para llevar a la gente donde quieren tienen que colonizar sus conciencias; colonización de la subjetividad
que logran los medios.
El plan de operaciones desarrolla temas tenebrosos, por ejemplo, dice claramente “me propongo derramar arroyos
de sangre”. Este terrorismo que Moreno ejercita desde el Estado lo autoriza a él a ejercerlo porque él sabe hacia
dónde va la historia y el que no lo sepa, el que no le haga caso se está oponiendo a la racionalidad histórica y el
que se opone a la racionalidad histórica se opone al progreso de la nación y, en consecuencia, debe ser eliminado.
Estos son los arroyos de sangre que quiere verter Moreno y que se basa en Roberspierre y Saint-Just, es decir, en la
parte del terror de la Revolución francesa.
Después distingue Moreno tres clases de individuos en la acción revolucionaria: 1) Los adictos; 2) los enemigos;
3) los espectadores. ¿Cuál va a ser la conducta de Moreno con cada uno de ellos? Con los adictos, favorable. Con
los enemigos su conducta será tremenda, será sanguinaria. No quiere enemigos la revolución moreniana porque va
a decir que la Patria es digna de cualquier sacrificio que se le ofrezca. También va a apelar a la delación: el que
delate a alguien que se opone a su gobierno será premiado. Incluso dice que al que delata alguien, aun cuando se
demuestre que ese alguien es inocente, hay que castigarlo para darle satisfacción al delator.
La política interna que instaura Moreno es una política de dominación brutal porque es una política de pocos.
“Cuando la política se hace sin el pueblo, se hace en contra del pueblo”. Entonces hay que acudir a la dictadura y
al terror para llevarla adelante. Todo esto Moreno lo encara en nombre de la grandeza de la Nación.

3) El plan económico.
La parte económica puede resumirse en que es tremendamente proteccionista, intervencionista y que todo gira
alrededor de la potencia del Estado. Moreno no es un enemigo de Inglaterra. Lo que Moreno quiere es integrarse a
la globalización. Pero, en el plan económico se muestra totalmente anti-liberal. Hay que tener en cuenta que era
muy difícil estar en contra de Inglaterra. Inglaterra hizo todos los países del siglo XIX, y Moreno está con
Inglaterra para liberarse de España y entrar en la órbita inglesa. La Revolución de Mayo se hace para eso: el
progreso era, en 1810, liberarse de España. El siglo XIX es el siglo del progreso.

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El plan económico del plan de operaciones podemos calificarlo como un nacionalismo revolucionario. Un
nacionalismo revolucionario, ante todo, le da un papel fundamental al Estado. Y, efectivamente, Moreno propone
centralizar toda la economía en el Estado. Desde éste hace muchas cosas: se propone trabar las importaciones
suntuarias; propone el control estatal del crédito y las divisas [porque el Estado necesita fondos para hacer la
Revolución de mayo]; propone confiscar las fortunas parasitarias [si una familia tiene en la Patagonia 100000
leguas de tierras parasitarias, Moreno se las confiscaría. Si averigua que una familia todopoderosa tiene invertida
en el banco de Londres millones de pesos, se los confisca el Estado para poder desarrollar la agricultura, todo lo
que pueda dar potencia en el país, las industrias, todo lo que lleve a la autonomía económica de la república.
Entonces, la pregunta es: el plan es brillante y puede, efectivamente, consolidar un Estado revolucionario pero
¿con qué poder piensa Moreno llevar a cabo ese plan? No tiene poder político, no tiene bases. Sin bases sociales
no hay plan revolucionario que pueda imponerse. Hay una asimetría entre lo que propone y los medios que tiene
para imponer eso que propone. Había un plan pero no tenía un pueblo.

4) La crítica de Juan Bautista Alberdi.


La historiografía oficial niega la existencia del plan de operaciones.
Moreno centraliza todo en el Estado revolucionario y, al hacerlo, lo que hace es olvidar al resto del país. Hasta
ahora jamás nos referimos al resto del país, a las provincias argentinas. La Junta lo que erróneamente hace es una
especie de invasión a las provincias argentinas. Esto es lo que le reprocha Juan Bautista Alberdi.
Alberdi, en el tomo V de sus escritos póstumos, dice de la Revolución de Mayo: “La Revolución de Mayo es un
movimiento que se hizo para suplantar la autoridad de España e implantar la de Buenos Aires sobre las
provincias”. Entonces, Alberdi dice lo siguiente: se trata de un proceso de “colonialismo interno” (un sector del
país domina al resto, vive a expensas del resto). Para las provincias, dice Alberdi, Mayo es la reforma del coloniaje
no es la abolición del coloniaje. El coloniaje sigue pero desde Buenos Aires sobre las provincias. Entonces,
Buenos Aires tiene una doble guerra, dice Alberdi: contra las provincias y contra España. Esta ambición
“inteligente” de Buenos Aires, dice Alberdi, crea dos países: 1) el Estado metrópoli, Buenos Aires; 2) el país
vasallo, las provincias.
El grupo ilustrado de Buenos Aires intenta dominar al interior del país. Esto lleva a la práctica el concepto
vanguardista de la política que tenía Moreno: la vanguardia son aquellos políticos que hacen la política sin el
pueblo. Moreno no tiene pueblo porque no convoca a las provincias, porque en lugar de negociar con las
provincias las invade. Dice Alberdi: la Revolución de Mayo suplanta el poder de España sobre Argentina por el
poder de Buenos Aires sobre las provincias. Hay otro coloniaje que es interno.

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