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Estimulación temprana del lenguaje:

Del nacimiento al primer año de edad


El desarrollo del lenguaje corresponde al proceso cognitivo mediante el cual
el niño adquiere las habilidades necesarias para comunicar. Lejos de ser una
etapa sencilla, es un proceso altamente complejo en el cual la familia y el
entorno cumplen un rol esencial y protagónico
El desarrollo del lenguaje puede ser dividido en dos grandes etapas: una
etapa prelingüística y una etapa lingüística. La etapa
prelingüística comprende desde el nacimiento hasta los 12 meses de edad o
hasta cuando el niño dice sus primeras palabras. En tanto la etapa
lingüística comienza con la producción de la primera palabra e incluye todo el
posterior desarrollo del lenguaje.

En la etapa prelinguistica el niño llora, grita, gorjea, se sobresalta ante ruidos


intensos, mira a los ojos, sigue los objetos con la mirada, balbucea, imita
conversaciones, ríe, etc. En tanto en la etapa lingüística el niño dice su
primera palabra, construye frases y oraciones, habla de sus intereses, inicia
conversaciones, etc. Un adecuado desarrollo prelingüístico predispone un
correcto desarrollo del lenguaje en etapas posteriores.

A continuación se describe las principales habilidades lingüísticas esperables


para los niño entre los 0 y 12 meses de edad.

Entre los 0 y 3 meses de edad

 Llora.
 Grita.
 Se sobresalta ante ruidos intensos.
 Realiza sonidos vegetativos como eructos, tos, estornudos.
 Busca la fuente sonora.
 Sigue objetos con la mirada en el plano horizontal.
 Reacciona ante la voz de la madre.
 Mira a los ojos a la madre al momento de amamantar.
 Aparece la sonrisa refleja (sin fin social).

Entre los 3 y 6 meses de edad

 Gorjea (sonidos como "gggg").


 Se dirige a la fuente sonora.
 Realiza vocalizaciones.
 Aparece la producción de vocales.
 Aparece la producción de sonidos tales como la /m/ y la /p/.
 Comienza a balbucear.
 Reconoce su nombre.
 Reconoce los cambios de entonación e intensidad.
 Comienza a desarrollarse la intersubjetividad primaria.
 Aparece la sonrisa social.
 Deja de llorar cuando le hablan.
 Reacciona ante expresiones de cariño o enojo.

Entre los 6 y 9 meses de edad

 Comienza a balbucear con una mayor cantidad de sonidos.


 Realiza vocalizaciones con inflexiones de intensidad y entonación.
 Repite sonidos.
 Comienza a desarrollar la permanencia del objeto.
 Reacciona al "no".
 Comienza el juego funcional.
 Imita gestos simples.
 Comienza a desarrollar la intersubjetivdad secundaria.
 Aparecen las protoconversaciones (balbuceo rico en sonidos y entonación,
simulando una conversación adulta).

Entre los 9 y 12 meses de edad

 Imita sonidos.
 Imita los movimientos de los labios de los adultos.
 Produce onomatopeyas.
 Dice su primera palabra con intención.
 Comprende y sigue órdenes simples.
 Comprende palabras familiares como mamá y papá.
 Responde al nombre.
 Comienza a desarrollarse la atención conjunta.
 Comprende deícticos (allá, acá, aquí).
 Hace uso de protodeclarativos (llama la atención del adulto para compartir
algo de su interés).
 Hace uso de protoimperativos (llama la atención del adulto para que haga
algo en su beneficio).
 Saluda y se despide (moviendo la mano).

A continuación te presentamos 10 actividades para estimular el lenguaje de


tu hijo(a) desde edades tempranas.

1. Responder al llanto (desde los 0 meses en adelante)

Al nacer, y durante los primeros meses de vida; la única forma de comunicar


sus necesidades es a través del llanto. La respuesta de los padres ante
el llanto le otorgará un grado de seguridad al niño que le permitirá compartir
sus necesidades y emociones continuamente.

¿Qué hacer?
Suplir las necesidades que intenta comunicarnos el niño a través del llanto
(alimentarlo, cambiarle pañales, darle seguridad, mecerlo, etc.).

2. Mirar a los ojos mientras se amamanta (desde los 0 meses en adelante)

Al recién nacido le es difícil diferenciar a una persona de un objeto. Para esto,


los neonatos suelen guiarse por determinados contrastes visuales que le
permite reconocer a una persona. Este contraste se centra en el rostro,
especialmente en los ojos. El mantener un contacto ocular al momento de
amamantar con el bebé, ayuda a establecer un vínculo de apego esencial con
la madre e introducir el interés por comunicar.

¿Qué hacer?
Mirar al bebé a los ojos mientras se amamanta. Sonreírle, hablarle y cantarle.
3. Seguir objetos con la mirada (Desde los 2 meses en adelante)

Los recién nacidos no ven del todo nítido (son cortos de vista al nacer). La
visión se va desarrollando en los primeros meses de vida. El bebé puede
observar las cosas que le interesa cuando están a una distancia de 20 cm en
relación a sus ojos y estos objetos deben estar estáticos y no ser
excesivamente brillantes.

El seguir los objetos con la mirada, predispone el desarrollo del contenido y


uso del lenguaje, lo que se traduce en la capacidad de crear conceptos y
compartir sus intereses con los demás.

¿Qué hacer?
Tender al bebé en la cama o en una alfombra. Tomar un objeto de interés
para el bebé y colocarlo a 20 cm de distancia de sus ojos. Una vez que haya
establecido el contacto ocular con el objeto, movilizarlo lentamente hacia un
lado y luego al otro en un máximo de 45°. Mientras esto, se puede ir
describiendo las características del objeto con una voz dulce y tierna.

4. Buscar la fuente sonora (desde los 3 meses en adelante)

El lenguaje se adquiere mediante el sentido de la audición, por lo que su


indemnidad y funcionalidad es crucial para el correcto desarrollo del
lenguaje.

La cabeza es la primera parte del cuerpo que el bebé controla (al rededor de
los 3 meses). Esta nueva capacidad le permite examinar lo que sucede a su
alrededor girando la cabeza.

¿Qué hacer?
Tender al bebé en la cama o en una alfombra, y llamar su atención con la
voz. Una vez logrado esto, de forma imprevista, se debe hacer sonar un
objeto (sin que el bebé haya visto previamente el objeto) y esperar a que gire
la cabeza tratando de encontrar la origen del sonido. Una vez que el bebé
encuentra la fuente sonora, sonreírle y hacer sonar el objeto nuevamente,
pero frente a él. Hacer que el niño manipule el objeto sonoro.

5. Desarrollar la permanencia del objeto (desde los 6 - 7 meses en adelante)

A partir de los 6 meses, los niños comienzan a buscar objetos ocultos. Esto
depende en gran medida de sus habilidades físicas y cognitivas. La búsqueda
de objetos que han sido escondidos evoluciona desde un desinterés total por
el objeto oculto hasta una búsqueda controlada y precisa al año de edad. Esta
capacidad le permite al niño comprender que las cosas y/o personas existen
pese a que no se encuentren frente a sus ojos o presencia. El buscar objetos
ocultos predispone el desarrollo de la capacidad de crear conceptos y
significados.

¿Qué hacer?
Jugar al "¿Dónde está? ¡Aquí está! (también llamado Cucú-tras).
Se sugiere sentar al niño en la cama o en una alfombra. El cuidador debe
cubrirse la cara con un paño y preguntarle “¿Dónde está ?” e inmediatamente
descubrirse la cara y decir “¡Aquí está!”.

6. Fomentar el juego funcional o de ejercicio (desde los 6 meses en adelante)

El juego funcional corresponde a un tipo de juego o actividad típica de la etapa


sensoriomotora (entre los 0 a 2 años de edad), la cual consiste en repetir una
y otra vez una acción por el solo hecho de obtener una respuesta inmediata
o simplemente placer. El juego funcional le permite al niño explorar,
desarrollar habilidades cognitivas, habilidades físicas y desarrollar el
lenguaje.

¿Qué hacer?
Realizar juegos en el cual deba gatear, alcanzar objetos y lanzarlos.
Permitirle morder y chupar objetos, previamente desinfectados y siempre bajo
la supervición de un adulto.
Hacerle reír, jugar e interactuar con los integrantes de la familia.
7. Fomentar la capacidad de imitación del habla (desde los 9 meses en
adelante)

Una de las formas en la que los niños adquieren sus habilidades articulatorias
es a través de la imitación. La imitación de los movimientos del habla le
permitirán al niño ir produciendo una mayor cantidad de sonido y finalmente
las primeras palabras.

¿Qué hacer?
Sentar al bebé de tal forma que logre establecer contacto ocular con el adulto
(o bajar a la altura del niño) y llamar su atención con un objeto. Una vez
centrada su atención, llevar el objeto a la altura de nuestra boca y exagerar
la articulación del nombre del objeto.

8. Fomentar el desarrollo de la atención conjunta (desde los 9 meses en


adelante)

La atención conjunta corresponde a una situación de interacción en la cual el


niño comparte junto al adulto un interés común por un objeto. El desarrollo de
esta habilidad se relaciona con la adquisición de vocabulario y habilidades
sociales.

¿Qué hacer?
Forrar una caja y hacerle un agujero donde quepa la mano (caja sorpresa) e
introducir objetos de interés para el niño. A continuación el adulto debe
introducir la mano y sacar un objeto, mostrárselo al niño y demostrar una gran
expresión de sorpresa. Incitar a que el niño repita la acción, mire al adulto y
comparta la sorpresa encontrada.

9. Realizar juegos de turnos (desde los 9 meses en adelante)

Los juegos de turnos le permiten al niño fomentar la interacción social y


respetar la toma de turnos del habla, lo cual es crucial para el desarrollo
pragmático del lenguaje.

¿Qué hacer?
Realizar juegos de encaje donde el niño tenga que insertar una pieza y luego
el adulto (juegos de argollas, por ejemplo). Es normal que los niños quieran
colocar todas las piezas ellos (el por esto de la actividad), por lo que se debe
restringir e impedir que el niño coloque la pieza en caso de que el turno no
sea de él.

10. Realizar juegos que incluyan la producción de onomatopeyas (desde los


9 meses en adelante)

Las onomatopeyas (imitaciones de sonidos) corresponde generalmente al


paso intermedio entre el balbuceo y las primeras palabras dado a su
simplificación y comprensión universal.

¿Qué hacer?
Realizar juegos que incluyan la producción de onomatopeyas tales como las
del auto, moto, vaca, cerdo, caballo, oveja, perro, gato, etc.

Otras formas de estimular el lenguaje de tu hijo(a):

 Responde positivamente a cada intento de vocalización.


 Háblale constantemente, con una voz cariñosa y melódica.
 Cántale mientras lo meces o haces dormir.
 Míralo siempre a los ojos.
 Responde positivamente ante una sonrisa.
 Incluye cambios de entonación e intensidad de voz.
 Háblale cuando llore.
 Responde con lenguaje real a las vocaliazaciones o balbuceo de tu hijo(a).
 Acompaña el lenguaje verbal con el lenguaje no verbal (movimiento de
cabeza cuando dices "no", por ejemplo).
 Llámalo por su nombre.
 Háblale claramente.
 Baja a su nivel. Cuando quieras hablarle agáchate.
 Realiza juegos de "toma/dame".
 Dale órdenes sencillas que incluyan objetos y personas cercanas.
 Responder positivamente cuando intenta enseñarnos algún objeto.
 Responder positivamente cuando nos pide algún objeto.
 Decirle hola y chao cuando corresponda.

Recuerda siempre...

 Mientras más melódica, dulce y cariñosa sea tu voz, mayor será su atención
al lenguaje.
 Evita hacer uso excesivo de niñerías (ej. "nonde ta mi bebe mocho
pechocho").
 No sobreestimules. No fuerces a que hable. Tanto la falta de estimulación
como la sobreestimulación es mala.
 Ordena y mantén limpio siempre los juguetes.
 Déjalo que exploren, siempre dentro de tus limites y bajo tu supervición.
 Todos los niños aprenden y se desarrollan a un ritmo diferente. Respeta sus
tiempos.

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