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Dialnet JerjesYDemaratoEnLasHistoriasDeHerodoto 5411410
Dialnet JerjesYDemaratoEnLasHistoriasDeHerodoto 5411410
L
Resumen: El trabajo propone un análisis discursivo del
diálogo entre Jerjes y Demarato previo al ataque persa
a técnica de dramati-
contra los griegos, dramatizado por Heródoto en 7. 101-
104. Se examina la interacción entre los interlocutores a
zación1 en la narratio
los fines de: a) identificar los roles discursivos y estrate- histórica es un rasgo
gias argumentativas puestas en juego por ambos parti-
cipantes, b) analizar las identidades sociales construidas
en la interacción y la eventual –y remisa– demarcación
formal introducido
de un éthos griego y bárbaro, c) especular sobre el sig-
nificado del episodio en el contexto de las Historias y las
por Heródoto en los
connotaciones ideológicas de la presunta relación entre albores del género y
la autocracia persa y la realeza espartana.
que gozó de gran
Palabras clave: Heródoto - Jerjes - Demarato - análisis
discursivo aceptación entre sus
sucesores clásicos. Los antecedentes
Xerxes and Demaratus in Herodotus’ Histories: inter-
secting identities between Greek and barbarian de dicho rasgo estilístico pueden ras-
Abstract: The paper offers a discursive analysis of the trearse en la narración épica (con la
dialogue between Xerxes and Demaratus, prior to the
Persian attack on the Greeks, as dramatized in Herodo- salvedad de que el μῦθος es el ámbito
tus 7. 101-104. The interaction between the interlocutors
is closely explored in order to: a) outline the discursive discursivo del que Heródoto intenta
roles and argumentative strategies deployed by either
participant, b) address the social identities constructed desvincularse)2, la tragedia ática (a
throughout the interaction and the prospective, albeit
hazy, delineation of a Greek and barbarian éthos, c)
speculate on the significance of the episode in the con-
text of the Histories and the ideological implications of 1 Término este con que WATERS (1966: 157)
the alleged relationship between the Persian autocracy
and Spartan kingship. designa la escritura de diálogos o conver-
Key words: Herodotus - Xerxes - Demaratus - discourse
saciones entre personajes históricos o cua-
analysis si-históricos desarrollada con un propósito
genuinamente histórico. Sobre los discur-
sos herodoteos en general, véase WATERS
(1966); HOHTI (1976); LANG (1984);
LATEINER (1989: 19-21); FLOWER &
MARINCOLA (2002: 7-8).
2 Cfr. HAUVETTE (1894); SCHMID (1934);
EVANS (1968); MOMIGLIANO (1966, 1957,
1992). Sobre el uso del discurso directo y
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pesar de que los elementos de carac- ex auditu4. Más aún, a menudo la crí-
terización a través de los discursos tica ha relegado a un segundo plano
individuales se encuentran al servicio el análisis de los discursos insertos en
de la narratio histórica y no interesan las Historias5. Sin embargo, las nume-
per se), así como en el auge de la ora- rosas ῥήσεις y discursos enfrentados
toria sofística3. Esta técnica composi- se erigen como ámbitos discursivos
tiva en el discurso historiográfico será privilegiados para la ficcionalización
luego adoptada y perfeccionada por de la voz del otro por parte del enun-
su sucesor Tucídides, célebre por sus ciador-autor; retórica de la alteridad
antilogías. que –desde una perspectiva histórico-
En general, el conjunto de la crí- cultural– implica la constitución,
tica ha desestimado el valor histórico- consolidación o puesta en juego de
documental de los numerosos pasajes representaciones simbólicas, imagi-
en oratio recta que vertebran el relato narios culturales e identidades políti-
historiográfico aduciendo, funda- cas en el exterior e interior del mun-
mentalmente, la problemática de la do griego.
fiabilidad de las fuentes herodoteas, Nos detendremos aquí en un
la mayor parte de las cuales procedía pasaje significativo en el conjunto de
los discursos directos contenidos en
la cualidad mimética de las Historias y la los libros 7 a 9: el diálogo entre Jerjes
épica homérica, cfr. BOEDEKER (2002). En y Demarato, rey espartano al servicio
una reciente y ambiciosa obra de análisis y de los persas, previo a la expedición
cotejo de los discursos directos de Heró-
doto y Tucídides, SCARDINO (2007: 46-59),
contra los griegos (7. 101-104)6. Se
indica la deuda de ambos historiadores
respecto de Homero en la funcionalidad 4 Cfr. SCHEPENS (1975: 259); FEHLING
de los discursos directos: dramatización de (1989); MOMIGLIANO (1978).
los eventos, caracterización del orador se- 5 Cfr. THOMAS (2000: 271), quien llama la
gún el tipo y el comentario e interpreta- atención sobre la importancia de los dis-
ción de los acontecimientos a nivel de la cursos directos –usualmente poco estudia-
fábula. dos– en la obra como testimonios del con-
3 Cfr. WATERS (1966:157-7); HOHTI (1967); texto intelectual en que se gestó la historíē,
LANG (1984). La vinculación entre la obra especialmente, en una coyuntura en que
herodotea y la sofística ha recibido recien- florecía el estudio y práctica erística y el
temente un tratamiento renovado por lenguaje de la demostración y la prueba.
THOMAS (2000). La autora entiende, parti- Para un tratamiento reciente y exhaustivo
cularmente, la conexión de Heródoto con sobre los discursos directos tanto en He-
la sofística en términos de horizonte de ródoto como en Tucídides, cfr. SCARDINO
época o de ambiente intelectual, del mis- (2007).
mo modo en que es posible establecer una 6 El rey Demarato de Esparta traza un reco-
afinidad teórica con determinados textos rrido narrativo caracterizado por el
médicos de inspiración hipocrática. constante cruce de ‘fronteras’. La primera
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en la caracterización del lógos entre constituye una asamblea de generales
Demarato y el Gran Rey persa o, persas (Jerjes, Mardonio, Artábano)
dicho en términos más amplios, entre convocada por el Rey persa para
la monarquía espartana y la deliberar acerca de la expedición
autocracia persa; c) examinar el rol de contra Atenas; el segundo (7. 45-52)
mediación desempeñado por Dema- es una ratificación y desarrollo de
rato en el diálogo, así como su líneas abiertas en el anterior que, sin
función de ‘traductor cultural’; d) embargo, prescinde de la participa-
especular acerca del posible signifi- ción lisonjera de Mardonio. Al menos
cado del diálogo en lo que respecta a dos son los rasgos fundamentales que
la caracterización del bárbaro en los comparten los tres discursos: (1) por
libros finales, así como el principio un lado, la preeminencia de la figura
que marca la diferencia con el éthos del Rey persa caracterizado con todos
griego; e) comentar acerca del impac- los atributos y vicios del poder despó-
to a nivel del macro-relato de la tico (primordialmente, la ὕβρις)
puesta-en-diálogo de un rey espar- quien, en tres ocasiones sucesivas,
tano y Jerjes, quien se instala en los solicita consejo de sus subordinados
últimos libros como la encarnación y, (2) por otro, una compulsión por
del estereotipo del bárbaro. definir conceptualmente al pueblo
sobre el que se ha de lanzar la
Heródoto 7. 101-1048 expedición, es decir, el desvelo del
Gran Rey persa por conocer al
l diálogo entre Jerjes y
E
enemigo-griego a través de los
Demarato del libro 7. 101-104 testimonios de sus informantes,
no constituye una unidad ais- aunque más no fuera como una
lada sino que, en rigor, debe leerse ocasión para dar satisfacción a su
como el tercer eslabón de una propia petulancia. Nuestro tercer dis-
secuencia de discursos directos curso avanza sobre estas mismas
iniciados en el libro 7 con los que líneas, si bien con una sugerente
guarda una estrecha relación formal y diferencia: la identidad del infor-
temática. El primero de ellos (7. 8-11) mante es ‘otra’. Subrayamos delibera-
damente la ‘otredad’ de Demarato en
tanto interlocutor sustituto de
8 Los pasajes de Heródoto citados en nues- Artábano y Mardonio, pues dicha
tro estudio corresponden a la edición de
alteridad repercutirá significativa-
GODLEY (1920-1946). También se han
consultado otras ediciones, traducciones, mente tanto en la dinámica de los
comentarios y estudios generales, cuyos tí- interlocutores como en la dinámica
tulos figuran en la bibliografía.
A
diferencia de Artábano, her- figura hegemónica y consistente de
mano de Darío y tío de Jerjes, Jerjes en la dinámica del diálogo. En
que personifica la σωφροσύνη tanto ‘nómada’ cultural, Demarato es
del ‘sabio consejero’9 advirtiendo a su virtualmente inaprensible para el
impetuoso sobrino de los riesgos de Gran Rey pues está instalado a un
la empresa, o de Mardonio, que tiempo en una multiplicidad de roles
encarna el prototipo de consejero discursivos que, en buena medida, lo
adulador del tirano, Demarato se vuelven ‘inexpugnable’ (ἄπορος). Si
ubica en una posición discursiva toda relación dialógica encubre una
ambigua, rasgo que lo señala como relación de poder, veremos que
personaje fronterizo capaz de oficiar Demarato correrá con ventajas en
de mediador cultural. En efecto, en relación a Jerjes, el detentador su-
calidad de ‘refugiado político’, premo del poder despótico hic et
Demarato no es enteramente persa, nunc. Dicha preeminencia del rey
como sus antecesores discursivos, espartano puede explicarse a partir de
pero tampoco, podríamos colegir, su ‘indeterminación’ identitaria pro-
enteramente griego. En su calidad de ducto de la superposición de una di-
versidad de roles discursivos.
9 En relación con la acuñación del término, Jerjes personifica lo Uno, tanto en
cfr. BISCHOFF (1932), LATTIMORE (1939),
DEWALD (1987: 20). Frecuentemente aso-
el discurso que nos ocupa como en el
ciados a figuras emblemáticas del discurso resto de la obra; es el ‘epítome del
trágico como Tiresias en Edipo Rey, ciertos poder despótico’. Encarna en los li-
personajes de las Historias como Solón, bros finales el estereotipo del bárbaro
Creso, Amasis o –en nuestro caso– Artá-
bano cumplen el rol de anticipar los suce-
enemigo. De su modelo se sirvieron
sos infaustos que se avecinan a determina- aun los teóricos posteriores, princi-
dos protagonistas de la narración o de per- palmente Platón y Aristóteles, para
suadirlos respecto de cursos de acción más caracterizar la figura del τύραννος10.
sensatos, al tiempo que formulan grandes
verdades en forma de máximas. La fun-
ción de dichos personajes es, entre otras, la 10 Así, por ejemplo, Platón presenta a Jerjes
de enfatizar la obstinación de quien se nie- en su diálogo Leyes (694 A - 695 E) como
ga a recibir consejo. “joven e impetuoso”, el último exponente
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De esta cualidad fundamental se des- sus súbditos mediante el recurso a la
prende una serie de rasgos estrecha- fuerza, el terror, la esclavitud; la
mente ligados a la naturaleza del po- demagogia enquistada que exige una
der despótico, muchos de los cuales corte de aduladores temerosos, etc.
aparecen ejemplificados en nuestro Finalmente, la ignorancia –error de
diálogo: la ὕβρις en todas sus mani- cálculo que desencadenará la trágica
festaciones (deseo desmesurado de disolución del poder real– es el
poder, de riquezas, de gloria, el corolario de la ὕβρις del tirano. Dicha
desenfreno sexual, etc.), la trasgresión ignorancia es el motor del inte-
de los νόμοι (ya sean sociales, religio- rrogatorio a Demarato, quien dis-
sos o sexuales), la firme sujeción de pone de un conocimiento del que
Jerjes está privado, a saber, la
de la decadencia de la realeza persa. Dicha verdadera condición del enemigo-
degeneración de las buenas cualidades del griego. Sin embargo, el tirano es
gobernante se origina, según Platón, en
una paideía inadecuada –a manos de
incapaz de tomar consejo. En su
reinas ambiciosas– que condujo a los jó- diálogo con Demarato, el Rey persa
venes monarcas por los caminos de la permanece anclado a todas las atribu-
hýbris. Acerca de la figura de Jerjes en las ciones de la tiranía y es desde esa
Historias, véase, entre muchos otros,
posición (en apariencia) hegemónica
IMMERWAHR (1966: 176- 183), quien seña-
la que la figura de Jerjes constituye el re- que interpela en todo momento al rey
trato más complejo de los reyes persas en espartano.
la obra así como ejemplificador de las ca- En la dinámica del diálogo,
racterísticas de los monarcas en general.
Demarato constituye –por su multi-
LATEINER (1977: 173-182), por su parte,
analiza la ‘risa’ de Jerjes como símbolo de plicidad de roles discursivos e
su fe ciega en el poder y su incapacidad de identidades superpuestas– un ‘Otro’
ver la realidad. LATEINER (1989: 172-9) indefinible a quien, paradójicamente,
destaca también los atributos prototípicos
se le exige una definición. En efecto,
de la autocracia persa encarnados por Ci-
ro, Cambises, Darío y Jerjes. GAMMIE Jerjes demanda una definición del
(1986:171-195) examina los rasgos proto- enemigo potencial, solicitud a la que
típicos o convencionales en el retrato he- Demarato accederá, si bien, como
rodoteo de Jerjes (además de otros tiranos
veremos, enunciándola en términos
persas y griegos) y los aspectos innovado-
res a la luz del discurso de Otanes acerca comprensibles al tirano. En esta
de los vicios del tirano. SANCISI- capacidad de adecuación lingüística y
WEERDENBURG (2002: 579-590) destaca el juego de roles discursivos de
sesgo etnocéntrico y tendencioso de la re-
Demarato, es posible entrever una
presentación herodotea, elaborada sobre la
base de fuentes en sí sesgadas, que impide sutil inversión de la relación efectiva
a un historiador obtener datos certeros de poder entre el rey persa y su
acerca de la personalidad del Gran Rey
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falsear la verdad acerca del poderío Sin duda, Jerjes autoriza la
griego –razón principal de su convo- palabra de Demarato, principal-
catoria– y aparecer, no obstante, a los mente, en virtud de una experiencia
ojos de Jerjes, como un refugiado del poder real compartida13. En tanto
político obligado y un consejero ex-monarca, Demarato se vuelve para
complaciente. Jerjes un interlocutor válido. Ahora
bien, veremos más adelante que en
2- En segundo lugar, tanto su este elemento aparentemente común
status político como su filiación entre ambos personajes es donde se
étnico-cultural ubican a Demarato en revelará en la interacción lingüística
una zona gris que lo conduce o bien a la diferencia más marcada entre la
ofrecer involuntariamente una visión ‘autocracia’ persa y la ‘legalidad’ grie-
sesgada de verdad o bien le permite ga. Demarato, no obstante, se en-
manipular la información de manera cuentra en la complicada posición de
intencional. En este sentido, se con- suministrar información a Jerjes para
duce como un consumado sofista: que lleve a cabo su expedición contra
a) Frente al rey persa, despótico e su pueblo de origen. De allí que
imperial, Demarato se posiciona Demarato se debata en el trascurso
como un ex–rey, despojado por sus del diálogo entre el resentimiento
compatriotas de su τιμή y γέρας, un contra los lacedemonios, que lo
monarca destronado, sin patria
(ἄπολις) y exiliado (φυγάς). Con 13 El primer elemento que propicia la
todo, ha sido ‘rey’ de los lacedemo- semejanza entre la figura del monarca
nios y es en calidad de tal que Jerjes espartiata y el rey persa emerge a nivel del
significante: el texto griego emplea el
dirige su interpelación. Dicho de otro mismo término βασιλεύς para hacer
modo, Jerjes posiciona a Demarato referencia a uno y a otro. Sin embargo, las
discursivamente en su rol de rey –si reconstrucciones historiográficas han
bien, según se desprenderá del diá- demostrado el abismo que separa a la figu-
ra del Gran Rey persa –epítome del poder
logo mismo, lo que subyace es despótico, fuente de toda autoridad cívica
precisamente cierta discrepancia en la y militar que alcanza a cada uno de los
concepción misma del poder regio súbditos de un vastísimo imperio– de las
efectivas atribuciones de los diarcas espar-
que ora asemeja ora distancia a la
tanos, sometidos a un severo control por
autocracia persa y a la monarquía parte de las otras magistraturas colegiadas.
more graeco. En este sentido, dice De allí la ambigüedad semántica que
Jerjes en 7. 103.1: “Vamos, dime, tú genera el empleo de un mismo término
para aludir a realidades institucionales
afirmas que has sido rey (βασιλεύς)
que, aun en la Antigüedad, eran percibidas
de estos hombres”. como disímiles en la prάxis.
L
nes a los ‘lacedemonios’, dando a cuestión en torno a la que gira
cuenta de un sesgo faccionario que le el diálogo es un intento de
impide conceptualizar a la Hélade conceptualización del enemigo-
como conjunto. griego por parte del Rey persa a partir
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de sus propias impresiones y de los mentos que sintetizan la visión de
datos suministrados por su infor- Jerjes. Citaremos tan solo un ejemplo
mante; de allí la importancia del de cada uno de ellos en el discurso del
pasaje en el proceso de cristalización Gran Rey:
de una identidad cultural griega que
predomina en los tres últimos libros 1) el ‘número’: “Pues, a mi parecer,
de las Historias. Veremos que en el ni aunque se reunieran todos los
entrecruce de argumentos de ambos griegos y todos los demás hom-
oradores se pondrá en juego una serie bres que habitan a Occidente
de nociones axiales para el progresivo estarían en condiciones de hacer
surgimiento de un ser-griego hacia frente a mi ataque, no estando
finales de la obra a partir del unidos (μὴ ἐόντες ἄρθμιοι)” (7.
distanciamiento del éthos bárbaro. 101.2);
Dicha cristalización conceptual se 2) la ‘fuerza’ (βία): “En efecto, hay
verá facilitada, en el caso que nos entre mis lanceros persas quienes
ocupa, por la participación del querrán combatir con tres griegos
multifacético Demarato en su rol de a la vez” (7.103.5);
traductor cultural. 3) ‘la tiranía’ (δεσποσύνη): “Si
estuvieran sujetos a un solo
Jerjes hombre (ὑπὸ μὲν γὰρ ἑνὸς
ἀρχόμενοι), a usanza nuestra,
S
i la motivación de Jerjes en llegarían también a superar – por
consultar a Demarato es la temor a este– su propia naturaleza
obtención de información pre- y marcharían a fuerza de látigo
cisa acerca de la condición y poderío (ἀναγκαζόμενοι μάστιγι) contra
de los enigmáticos griegos, también muchos, aun siendo unos pocos
lo es su deseo de jactancia – (ἐλάσσονες ἐόντες)” (7. 103.4).
particularmente en su concepción de
Demarato como ‘rey’ del pueblo Asimismo, la inferioridad de las
enemigo frente al que es preciso tropas griegas se funda en:
vanagloriarse–. El discurso del Rey 1) su inferioridad numérica: “Pues
persa se halla atravesado de parte a en verdad somos más de mil por
parte por la ὕβρις y el κóμπος cada uno, aunque sean aquellos
tradicionalmente asociados a la ti- cinco mil” (7. 103.3);
ranía. La fundamentación de la 2) su debilidad física: “Pero si siendo
superioridad del ejército persa se de tal clase y tan pequeños de talla
basa, principalmente, en tres argu- como tú y los griegos que vienen
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ἄρθμιοι’ (7. 101.2) (literalmente, “no de este modo que Demarato cons-
estando ligados, unidos, etc.”). En truye al menos dos nuevos argumen-
síntesis, vista desde la óptica del tos para dar cuenta de la capacidad de
Gran Rey, la eleuthería griega no es resistencia griega. Analizaremos los
sino un estado de desgobierno y dos ejemplos más significativos:
desarticulación, tanto en el plano de
los sujetos individuales como de las 1- El Rey persa explica la
póleis que conforman la totalidad. supremacía bélica de su ejército a
partir de una concepción fáctica y
Demarato material del poder. Apela para ello,
como hemos visto, a argumentos
n tanto personaje intermediario
E
basados en la ‘cantidad’, espe-
capaz de recorrer un amplio cialmente el ‘número’ y la ‘fuerza’. En
espectro de roles discursivos y su réplica, Demarato filtra el argu-
adoptar múltiples identidades, mento de la ‘cantidad’ por el de la
Demarato es el personaje que posibi- ‘calidad’:
lita la irrupción de la diferencia en el
corpus textual. En el diálogo que nos (...) en Grecia es natural la pobreza
ocupa, dicha diferencia gira en torno (πενίη μὲν αἰεί κοτε σύντροφος) y
de cierta especificidad del νόμος adquirida la virtud (ἀρετὴ δὲ
ἔπακτος), que se logra merced a la sa-
griego respecto del bárbaro –parti-
biduría y a la recia ley (ἀπό τε σοφίης
cularmente en lo relativo al poderío
κατεργασμένη καὶ νόμου ἰσχυροῦ).
bélico, que es el eje de la discusión Con su ejercicio (de la virtud), se
propuesto por Jerjes. Veremos que la defiende Grecia de la pobreza y de la
estrategia discursiva de Demarato tiranía (πενίην ἀπαμύνεται καὶ τὴν
consistirá en la ‘traducción’ de dicha δεσποσύνην) (7. 102.1).
diferencia del modo de ser griego en
términos comprensibles para el persa. Frente a la incontestable superio-
En otras palabras, no se tratará sensu ridad numérica de las tropas persas,
stricto de una refutación de los argu- Demarato saca a relucir el argumento
mentos del Rey persa –actitud por de la ‘calidad’, es decir, la ἀρετή
demás inadecuada, e incluso riesgosa, (fundamentalmente ad locum el ‘va-
en su calidad de refugiado político y lor guerrero’) por medio de la cual –
consejero real– sino más bien en una nos dice– los griegos combaten la
diestra ‘retorsión’ de los argumentos pobreza y la tiranía. Dicha ἀρετή se
de Jerjes a partir de desplazamientos obtiene mediante la sabiduría y la
conceptuales o resemantizaciones. Es recia ley. En la dinámica de la
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idiosincrasia griega: la libertad. guerrera. Sin duda, de la argumenta-
‘Libertad’ entendida no solo como ‘el ción del rey espartano se desprende
no sometimiento a la esclavitud de la que la legalidad (νóμος) es el
dominación extranjera o a la tiranía concepto medular de la identidad
interna’ sino incluso –podemos cultural griega por oposición a la
entrever– en un sentido plenamente autocracia persa.
cívico: ‘una condición de la que se Con la supremacía conceptual de
goza dentro de un marco de legalidad la ley (νόμος), se cierra el círculo de
política’. la argumentación de Demarato a
Demarato concluye su exposición favor de la excelencia guerrera de los
con una mención al acatamiento de la espartanos. A las estrategias argu-
ley (νόμος) como el factor de mentativas de Jerjes, fundadas en ‘el
cohesión interna –mucho más número’, ‘la fuerza’ y la ‘tiranía’, De-
poderoso y efectivo que la subordi- marato responde enunciando tres
nación a un líder– que determina el principios de identidad cultural
ímpetu bélico y la excelencia guerrera griega: la ἀρετή, la ἐλευθερία y, por
de los lacedemonios17. Es decir, la ley último, el νóμος como condición
no solo es condición de la libertad, esencial de ambas. Pero lo hace –
sino también garante de la ἀρετή merced a su destreza retórica–
reformulando los términos emplea-
dos por el propio Jerjes de manera
17 MILLENDER (2002: 39-41) –quien vislum- que resulten comprensibles al tirano
bra una representación peyorativa de los
espartanos en la obra de Heródoto– inter-
persa o, quizá, a fin de mitigar las
preta el enunciado “tiranía de la ley” ad lo- sustanciales diferencias culturales. De
cum como un indicio de las semejanzas este modo, Jerjes no se verá
entre el accionar espartano y el persa: uno abiertamente refutado y Demarato,
y otro demuestran valor solo como conse-
aun diciendo la verdad, evitará correr
cuencia del ‘temor’ (ya sea al del amo, en
el caso persa, o al castigo de la ley, como riesgos. Así, por ejemplo, la noción
en el caso espartano) y no en aras de un abstracta de ‘ley’ aparece personifi-
sentimiento de libertad o un ideal patrióti- cada por Demarato en términos
co. Véase al respecto también FORSDYKE
familiares para el Gran Rey: la ley es
(2001: 348). Creemos que, sin negar los
paralelismos que Heródoto busca trazar “tirana” (δεσπότης), es “temida por
entre ambos ejercicios del poder real en sus súbditos” (ὑποδειμαίνουσι) y
este diálogo y en la obra en su conjunto, “ordena” (ἀνώγῃ), como si del
aquí Demarato introduce más un princi-
propio Jerjes se tratara. La posición
pio de diferenciación que de identidad en-
tre ambos pueblos. No obstante, el rey es- discursiva intermedia del rey
partano traduce la diferencia en términos espartano le permite adoptar la voz
que resultan comprensible para Jerjes.
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Ahora bien, la dramatización del inter-aristocráticos otrora concerta-
diálogo entre Jerjes y Demarato dos entre Demarato y Darío que la
permite extraer también una signi- permanencia del rey espartiata en el
ficación de conjunto en lo que atañe a círculo de los amigos de su sucesor se
las identidades sociales que cada uno ve garantizada. Dicha relación se ve
de dichos individuos representa. formulada explícitamente en 7. 237
Existe una sostenida tendencia en las por el propio Jerjes. Asimismo,
Historias a destacar la convergencia independientemente del efectivo
entre determinados rasgos de la status de subordinación en que se
autocracia persa y la monarquía encuentra Demarato en la corte del
espartana. Uno de los modos en que Gran Rey –hecho este que no podía
opera dicho deslizamiento entre la ser de otro modo, dada la férrea
realeza espartana y la monarquía estructura verticalista de la autocracia
persa es la insistencia a nivel del persa–, hemos indicado que es una
macro-relato en el establecimiento de presunta homologación de la ex-
alianzas inter-aristocráticas de elite periencia del poder real entre ambos
por parte de los reyes espartiatas. En interlocutores la que posibilita la
efecto, la monarquía espartana –a interacción. Dicho de otro modo,
través de lazos inter-aristocráticos incluso en el contexto de la
tanto con notables griegos cuanto resistencia griega al bárbaro invasor
con el Gran Rey– persiste en el que se construye progresivamente en
horizonte del relato como un el tránsito de los libros finales, resulta
emblema de la concepción de la ‘representable’ –más aun, dramatiza-
identidad en términos de relaciones ble en oratio recta– un diálogo entre
entre ‘iguales’ de clase, más allá de el Gran Rey y un espartano. Si tal
criterios diferenciadores de tipo ét- escenario ficcional es posible, solo
nico, cultural o político. En este puede serlo en virtud de ciertas
sentido, el episodio de diálogo in vivo semejanzas –independientemente de
entre un rey espartano y el Gran Rey sus profundas divergencias en la
que hemos analizado ofrece una práctica– entre dos modos reales de
explícita corroboración de dicha gestión de los asuntos políticos.
constante en el desarrollo de la trama. Ahora bien, la dinámica de la
En efecto, la posibilidad misma de interacción –que constituye un
diálogo entre Jerjes y Demarato macro-acto de habla a instancias del
reposa sobre dicha potencial afinidad Gran Rey quien solicita de su hués-
u horizontalidad entre xénoi. Es ped una caracterización del pueblo
ciertamente en virtud de vínculos griego– pone de relieve a través de las
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