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Jerjes y Demarato en

las Historias de Heródoto:


identidades cruzadas entre
lo griego y lo bárbaro
Gastón Javier Basile [Universidad de Buenos Aires]
[gastonjbasile@yahoo.com]

L
Resumen: El trabajo propone un análisis discursivo del
diálogo entre Jerjes y Demarato previo al ataque persa
a técnica de dramati-
contra los griegos, dramatizado por Heródoto en 7. 101-
104. Se examina la interacción entre los interlocutores a
zación1 en la narratio
los fines de: a) identificar los roles discursivos y estrate- histórica es un rasgo
gias argumentativas puestas en juego por ambos parti-
cipantes, b) analizar las identidades sociales construidas
en la interacción y la eventual –y remisa– demarcación
formal introducido
de un éthos griego y bárbaro, c) especular sobre el sig-
nificado del episodio en el contexto de las Historias y las
por Heródoto en los
connotaciones ideológicas de la presunta relación entre albores del género y
la autocracia persa y la realeza espartana.
que gozó de gran
Palabras clave: Heródoto - Jerjes - Demarato - análisis
discursivo aceptación entre sus
sucesores clásicos. Los antecedentes
Xerxes and Demaratus in Herodotus’ Histories: inter-
secting identities between Greek and barbarian de dicho rasgo estilístico pueden ras-
Abstract: The paper offers a discursive analysis of the trearse en la narración épica (con la
dialogue between Xerxes and Demaratus, prior to the
Persian attack on the Greeks, as dramatized in Herodo- salvedad de que el μῦθος es el ámbito
tus 7. 101-104. The interaction between the interlocutors
is closely explored in order to: a) outline the discursive discursivo del que Heródoto intenta
roles and argumentative strategies deployed by either
participant, b) address the social identities constructed desvincularse)2, la tragedia ática (a
throughout the interaction and the prospective, albeit
hazy, delineation of a Greek and barbarian éthos, c)
speculate on the significance of the episode in the con-
text of the Histories and the ideological implications of 1 Término este con que WATERS (1966: 157)
the alleged relationship between the Persian autocracy
and Spartan kingship. designa la escritura de diálogos o conver-
Key words: Herodotus - Xerxes - Demaratus - discourse
saciones entre personajes históricos o cua-
analysis si-históricos desarrollada con un propósito
genuinamente histórico. Sobre los discur-
sos herodoteos en general, véase WATERS
(1966); HOHTI (1976); LANG (1984);
LATEINER (1989: 19-21); FLOWER &
MARINCOLA (2002: 7-8).
2 Cfr. HAUVETTE (1894); SCHMID (1934);
EVANS (1968); MOMIGLIANO (1966, 1957,
1992). Sobre el uso del discurso directo y

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pesar de que los elementos de carac- ex auditu4. Más aún, a menudo la crí-
terización a través de los discursos tica ha relegado a un segundo plano
individuales se encuentran al servicio el análisis de los discursos insertos en
de la narratio histórica y no interesan las Historias5. Sin embargo, las nume-
per se), así como en el auge de la ora- rosas ῥήσεις y discursos enfrentados
toria sofística3. Esta técnica composi- se erigen como ámbitos discursivos
tiva en el discurso historiográfico será privilegiados para la ficcionalización
luego adoptada y perfeccionada por de la voz del otro por parte del enun-
su sucesor Tucídides, célebre por sus ciador-autor; retórica de la alteridad
antilogías. que –desde una perspectiva histórico-
En general, el conjunto de la crí- cultural– implica la constitución,
tica ha desestimado el valor histórico- consolidación o puesta en juego de
documental de los numerosos pasajes representaciones simbólicas, imagi-
en oratio recta que vertebran el relato narios culturales e identidades políti-
historiográfico aduciendo, funda- cas en el exterior e interior del mun-
mentalmente, la problemática de la do griego.
fiabilidad de las fuentes herodoteas, Nos detendremos aquí en un
la mayor parte de las cuales procedía pasaje significativo en el conjunto de
los discursos directos contenidos en
la cualidad mimética de las Historias y la los libros 7 a 9: el diálogo entre Jerjes
épica homérica, cfr. BOEDEKER (2002). En y Demarato, rey espartano al servicio
una reciente y ambiciosa obra de análisis y de los persas, previo a la expedición
cotejo de los discursos directos de Heró-
doto y Tucídides, SCARDINO (2007: 46-59),
contra los griegos (7. 101-104)6. Se
indica la deuda de ambos historiadores
respecto de Homero en la funcionalidad 4 Cfr. SCHEPENS (1975: 259); FEHLING
de los discursos directos: dramatización de (1989); MOMIGLIANO (1978).
los eventos, caracterización del orador se- 5 Cfr. THOMAS (2000: 271), quien llama la
gún el tipo y el comentario e interpreta- atención sobre la importancia de los dis-
ción de los acontecimientos a nivel de la cursos directos –usualmente poco estudia-
fábula. dos– en la obra como testimonios del con-
3 Cfr. WATERS (1966:157-7); HOHTI (1967); texto intelectual en que se gestó la historíē,
LANG (1984). La vinculación entre la obra especialmente, en una coyuntura en que
herodotea y la sofística ha recibido recien- florecía el estudio y práctica erística y el
temente un tratamiento renovado por lenguaje de la demostración y la prueba.
THOMAS (2000). La autora entiende, parti- Para un tratamiento reciente y exhaustivo
cularmente, la conexión de Heródoto con sobre los discursos directos tanto en He-
la sofística en términos de horizonte de ródoto como en Tucídides, cfr. SCARDINO
época o de ambiente intelectual, del mis- (2007).
mo modo en que es posible establecer una 6 El rey Demarato de Esparta traza un reco-
afinidad teórica con determinados textos rrido narrativo caracterizado por el
médicos de inspiración hipocrática. constante cruce de ‘fronteras’. La primera

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trata de un pasaje de la obra que ha ha recibido un tratamiento detallado
sido aludido y comentado con desde un enfoque discursivo, atento a
frecuencia en virtud de intereses la dinámica de la interacción in situ,
hermenéuticos diversos7, pero que no los participantes y los conceptos
reivindicados por ambos interlocuto-
res en la dinámica argumentativa del
referencia a Demarato ocurre en el libro 5
en relación con la cuarta invasión del
diálogo. Un análisis de la interacción
Ática en el año 506 liderada por entre ambos personajes nos permi-
Cleómenes, en lo que posteriormente se tirá: a) explorar los roles discursivos y
denominó la dichostasía de Eleusis. En las estrategias argumentativas puestas
dicha ocasión Demarato se plegó a la
decisión de los corintios de retirarse de la
en juego por uno y otro en la
expedición, hecho que puso de manifiesto dinámica de la interacción; b)
la disensión entre los diarcas espartanos determinar el grado de convergencia
(5. 75). En 6. 51 ocurre una nueva o divergencia entre las atribuciones
mención de Demarato, donde se destaca
su rivalidad con Cleómenes y su campaña
identitarias propuestas por Heródoto
de desprestigio. Por último, en 6. 65-6 –en
el contexto de la campaña contra Egina del explicación en el diálogo entre Jerjes y
año 491 en la que afloran nuevamente las Demarato. Se ha especulado también
disensiones entre ambos monarcas– se acerca del significado del término
narra la estratagema urdida por Cleó- eleuthería y eleútheros en el pasaje. En este
menes tras su regreso a Esparta en sentido, OSTWALD (1995: 46-8)
connivencia con la Pitia y Leotíquidas II, contrapone la presunta idea persa de
primo de Demarato. Acusado de ser un ‘libertad’ –entendida como ausencia de
hijo ilegítimo de Aristón, Demarato es dominación interior– y la idea griega, que
finalmente depuesto del trono, tras lo cual supone el acatamiento de normas
busca exilio en Asia en la corte de Darío regulatorias. BOEDEKER (1987), en un
(6. 67-70). La participación de Demarato a artículo dedicado a la figura del rey
nivel narrativo adquirirá protagonismo en espartano, discute la ‘doble cara’ de
los libros 7 y 8 en los que se le otorga voz Demarato en la narración que ofrece
propia, convirtiéndose en ‘colaborador’ de Heródoto: por un lado, como rival político
las campañas de Jerjes, especialmente en de Cleómenes en Esparta y, por otro, su
calidad de consejero real. labor como exiliado en la corte de los
7 El episodio ha sido, por lo general, aqueménidas. MUNSON (1993: 39-54)
abordado desde el Leitmotiv del ‘sabio analiza la figura de Demarato en
consejero’ recurrente en los lógoi de contrapunto con otros representantes de la
Heródoto, cfr. BISCHOFF (1932), realeza sui generis de los espartanos en las
LATTIMORE (1939). DILHE (1962: 207-220) Historias y señala la ambivalencia que
ha destacado algunos elementos sofísticos caracteriza la actitud herodotea respecto
en la construcción del diálogo. THOMAS de la monarquía en general y la diarquía
(2002:109-112) encuadra el diálogo en el espartana en particular. Véase también
debate contemporáneo entre nómos y HARTOG (1988: 334), quien contrapone en
phýsis, señalando la preeminencia del el pasaje el despotismo persa con la
nómos sobre la phýsis como principio de legalidad griega.

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en la caracterización del lógos entre constituye una asamblea de generales
Demarato y el Gran Rey persa o, persas (Jerjes, Mardonio, Artábano)
dicho en términos más amplios, entre convocada por el Rey persa para
la monarquía espartana y la deliberar acerca de la expedición
autocracia persa; c) examinar el rol de contra Atenas; el segundo (7. 45-52)
mediación desempeñado por Dema- es una ratificación y desarrollo de
rato en el diálogo, así como su líneas abiertas en el anterior que, sin
función de ‘traductor cultural’; d) embargo, prescinde de la participa-
especular acerca del posible signifi- ción lisonjera de Mardonio. Al menos
cado del diálogo en lo que respecta a dos son los rasgos fundamentales que
la caracterización del bárbaro en los comparten los tres discursos: (1) por
libros finales, así como el principio un lado, la preeminencia de la figura
que marca la diferencia con el éthos del Rey persa caracterizado con todos
griego; e) comentar acerca del impac- los atributos y vicios del poder despó-
to a nivel del macro-relato de la tico (primordialmente, la ὕβρις)
puesta-en-diálogo de un rey espar- quien, en tres ocasiones sucesivas,
tano y Jerjes, quien se instala en los solicita consejo de sus subordinados
últimos libros como la encarnación y, (2) por otro, una compulsión por
del estereotipo del bárbaro. definir conceptualmente al pueblo
sobre el que se ha de lanzar la
Heródoto 7. 101-1048 expedición, es decir, el desvelo del
Gran Rey persa por conocer al
l diálogo entre Jerjes y

E
enemigo-griego a través de los
Demarato del libro 7. 101-104 testimonios de sus informantes,
no constituye una unidad ais- aunque más no fuera como una
lada sino que, en rigor, debe leerse ocasión para dar satisfacción a su
como el tercer eslabón de una propia petulancia. Nuestro tercer dis-
secuencia de discursos directos curso avanza sobre estas mismas
iniciados en el libro 7 con los que líneas, si bien con una sugerente
guarda una estrecha relación formal y diferencia: la identidad del infor-
temática. El primero de ellos (7. 8-11) mante es ‘otra’. Subrayamos delibera-
damente la ‘otredad’ de Demarato en
tanto interlocutor sustituto de
8 Los pasajes de Heródoto citados en nues- Artábano y Mardonio, pues dicha
tro estudio corresponden a la edición de
alteridad repercutirá significativa-
GODLEY (1920-1946). También se han
consultado otras ediciones, traducciones, mente tanto en la dinámica de los
comentarios y estudios generales, cuyos tí- interlocutores como en la dinámica
tulos figuran en la bibliografía.

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de los conceptos puestos en juego en rey espartano destronado quien, tras
el diálogo en cuestión. una serie de etapas de fuga, se
presenta oportunamente ante el rey
La dinámica de los Darío que “lo recibe de manera
interlocutores: la negociación magnífica y le da tierras y ciudades”
de las identidades (6. 70), Demarato se instala en una
zona de indefinición respecto de la

A
diferencia de Artábano, her- figura hegemónica y consistente de
mano de Darío y tío de Jerjes, Jerjes en la dinámica del diálogo. En
que personifica la σωφροσύνη tanto ‘nómada’ cultural, Demarato es
del ‘sabio consejero’9 advirtiendo a su virtualmente inaprensible para el
impetuoso sobrino de los riesgos de Gran Rey pues está instalado a un
la empresa, o de Mardonio, que tiempo en una multiplicidad de roles
encarna el prototipo de consejero discursivos que, en buena medida, lo
adulador del tirano, Demarato se vuelven ‘inexpugnable’ (ἄπορος). Si
ubica en una posición discursiva toda relación dialógica encubre una
ambigua, rasgo que lo señala como relación de poder, veremos que
personaje fronterizo capaz de oficiar Demarato correrá con ventajas en
de mediador cultural. En efecto, en relación a Jerjes, el detentador su-
calidad de ‘refugiado político’, premo del poder despótico hic et
Demarato no es enteramente persa, nunc. Dicha preeminencia del rey
como sus antecesores discursivos, espartano puede explicarse a partir de
pero tampoco, podríamos colegir, su ‘indeterminación’ identitaria pro-
enteramente griego. En su calidad de ducto de la superposición de una di-
versidad de roles discursivos.
9 En relación con la acuñación del término, Jerjes personifica lo Uno, tanto en
cfr. BISCHOFF (1932), LATTIMORE (1939),
DEWALD (1987: 20). Frecuentemente aso-
el discurso que nos ocupa como en el
ciados a figuras emblemáticas del discurso resto de la obra; es el ‘epítome del
trágico como Tiresias en Edipo Rey, ciertos poder despótico’. Encarna en los li-
personajes de las Historias como Solón, bros finales el estereotipo del bárbaro
Creso, Amasis o –en nuestro caso– Artá-
bano cumplen el rol de anticipar los suce-
enemigo. De su modelo se sirvieron
sos infaustos que se avecinan a determina- aun los teóricos posteriores, princi-
dos protagonistas de la narración o de per- palmente Platón y Aristóteles, para
suadirlos respecto de cursos de acción más caracterizar la figura del τύραννος10.
sensatos, al tiempo que formulan grandes
verdades en forma de máximas. La fun-
ción de dichos personajes es, entre otras, la 10 Así, por ejemplo, Platón presenta a Jerjes
de enfatizar la obstinación de quien se nie- en su diálogo Leyes (694 A - 695 E) como
ga a recibir consejo. “joven e impetuoso”, el último exponente

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De esta cualidad fundamental se des- sus súbditos mediante el recurso a la
prende una serie de rasgos estrecha- fuerza, el terror, la esclavitud; la
mente ligados a la naturaleza del po- demagogia enquistada que exige una
der despótico, muchos de los cuales corte de aduladores temerosos, etc.
aparecen ejemplificados en nuestro Finalmente, la ignorancia –error de
diálogo: la ὕβρις en todas sus mani- cálculo que desencadenará la trágica
festaciones (deseo desmesurado de disolución del poder real– es el
poder, de riquezas, de gloria, el corolario de la ὕβρις del tirano. Dicha
desenfreno sexual, etc.), la trasgresión ignorancia es el motor del inte-
de los νόμοι (ya sean sociales, religio- rrogatorio a Demarato, quien dis-
sos o sexuales), la firme sujeción de pone de un conocimiento del que
Jerjes está privado, a saber, la
de la decadencia de la realeza persa. Dicha verdadera condición del enemigo-
degeneración de las buenas cualidades del griego. Sin embargo, el tirano es
gobernante se origina, según Platón, en
una paideía inadecuada –a manos de
incapaz de tomar consejo. En su
reinas ambiciosas– que condujo a los jó- diálogo con Demarato, el Rey persa
venes monarcas por los caminos de la permanece anclado a todas las atribu-
hýbris. Acerca de la figura de Jerjes en las ciones de la tiranía y es desde esa
Historias, véase, entre muchos otros,
posición (en apariencia) hegemónica
IMMERWAHR (1966: 176- 183), quien seña-
la que la figura de Jerjes constituye el re- que interpela en todo momento al rey
trato más complejo de los reyes persas en espartano.
la obra así como ejemplificador de las ca- En la dinámica del diálogo,
racterísticas de los monarcas en general.
Demarato constituye –por su multi-
LATEINER (1977: 173-182), por su parte,
analiza la ‘risa’ de Jerjes como símbolo de plicidad de roles discursivos e
su fe ciega en el poder y su incapacidad de identidades superpuestas– un ‘Otro’
ver la realidad. LATEINER (1989: 172-9) indefinible a quien, paradójicamente,
destaca también los atributos prototípicos
se le exige una definición. En efecto,
de la autocracia persa encarnados por Ci-
ro, Cambises, Darío y Jerjes. GAMMIE Jerjes demanda una definición del
(1986:171-195) examina los rasgos proto- enemigo potencial, solicitud a la que
típicos o convencionales en el retrato he- Demarato accederá, si bien, como
rodoteo de Jerjes (además de otros tiranos
veremos, enunciándola en términos
persas y griegos) y los aspectos innovado-
res a la luz del discurso de Otanes acerca comprensibles al tirano. En esta
de los vicios del tirano. SANCISI- capacidad de adecuación lingüística y
WEERDENBURG (2002: 579-590) destaca el juego de roles discursivos de
sesgo etnocéntrico y tendencioso de la re-
Demarato, es posible entrever una
presentación herodotea, elaborada sobre la
base de fuentes en sí sesgadas, que impide sutil inversión de la relación efectiva
a un historiador obtener datos certeros de poder entre el rey persa y su
acerca de la personalidad del Gran Rey

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súbdito, inversión que se funda en el recibiéndome, me dio sustento y
control discursivo facilitado por una casa11.
‘experiencia ampliada’ de la que goza
el rey espartano y que se traduce en En tanto informante entendido,
un ‘saber más’. Ahora bien, veamos debe mostrarse veraz, exhaustivo y
sucintamente en qué multiplicidad de fidedigno, so pena de ser acusado de
roles y acopio de identidades se funda traición. Este rol, empero, no se
la indeterminación de Demarato en aviene con las exigencias del tirano
tanto interlocutor, rasgo este que, no respecto de los consejeros reales
obstante, le confiere una ventaja quienes, a la usanza de Mardonio,
agonal significativa: prefieren ser complacientes con Jerjes
por temor a represalias. De allí que
1- Por un lado, Demarato cumple Demarato se debata insistentemente
simultáneamente tres roles discursi- entre la complacencia (ἡδονή) y la
vos: el de refugiado político, conse- verdad (ἀλήθεια). En este sentido,
jero real e informante. Cada uno de inquiere a Jerjes en 7. 101.3: “Rey,
estos roles lo coloca, sin dudas, en ¿acaso me serviré contigo de la
una aparente relación de subordina- verdad (ἀληθείῃ) o del halago
ción respecto del rey persa. En tanto (ἡδονῇ)?”12 La yuxtaposición de los
refugiado político se espera de él una tres roles mencionados, a menudo
actitud de gratitud, respeto y sumi- contrapuestos, ubica a Demarato en
sión hacia sus benefactores; dicha una zona imprecisa como interlocu-
actitud aparece, en efecto, verbalizada tor de Jerjes. Dicha indefinición le
en el discurso de Demarato (7. 104.1): otorga, sin embargo, un poder frente
al tirano: en tanto informante, po-
Αunque tú mismo sabes bien cómo, dría, si lo deseara, escamotear o
precisamente en virtud de mis
circunstancias actuales, amo a
11 Las traducciones en todos los casos son
aquellos que, despojándome de mi propias. Seguimos el texto de la edición de
honor y mis prerrogativas paternas GODLEY (1920-1946).
(τιμήν  τε  καὶ  γέρεα  ἀπελόμενοι  12 Se vislumbra aquí la incidencia de la
πατρώια) me han hecho un hombre sofística en el empleo del término ἡδονή
sin patria y exiliado (ἄπολίν  τε  καὶ  en relación con la finalidad retórica del ló-
φυγάδα), mientras que tu padre, gos. La asociación entre el placer (ἡδονή) y
el engaño (ἁπάτη) es una constante en el
imaginario griego, desde Homero hasta
Gorgias. La confrontación de lo ‘placente-
ro’ con lo ‘verdadero’ en el ámbito de la re-
tórica será objeto de la contienda socrática
contra la sofística atestiguada por Platón.

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falsear la verdad acerca del poderío Sin duda, Jerjes autoriza la
griego –razón principal de su convo- palabra de Demarato, principal-
catoria– y aparecer, no obstante, a los mente, en virtud de una experiencia
ojos de Jerjes, como un refugiado del poder real compartida13. En tanto
político obligado y un consejero ex-monarca, Demarato se vuelve para
complaciente. Jerjes un interlocutor válido. Ahora
bien, veremos más adelante que en
2- En segundo lugar, tanto su este elemento aparentemente común
status político como su filiación entre ambos personajes es donde se
étnico-cultural ubican a Demarato en revelará en la interacción lingüística
una zona gris que lo conduce o bien a la diferencia más marcada entre la
ofrecer involuntariamente una visión ‘autocracia’ persa y la ‘legalidad’ grie-
sesgada de verdad o bien le permite ga. Demarato, no obstante, se en-
manipular la información de manera cuentra en la complicada posición de
intencional. En este sentido, se con- suministrar información a Jerjes para
duce como un consumado sofista: que lleve a cabo su expedición contra
a) Frente al rey persa, despótico e su pueblo de origen. De allí que
imperial, Demarato se posiciona Demarato se debata en el trascurso
como un ex–rey, despojado por sus del diálogo entre el resentimiento
compatriotas de su τιμή y γέρας, un contra los lacedemonios, que lo
monarca destronado, sin patria
(ἄπολις) y exiliado (φυγάς). Con 13 El primer elemento que propicia la
todo, ha sido ‘rey’ de los lacedemo- semejanza entre la figura del monarca
nios y es en calidad de tal que Jerjes espartiata y el rey persa emerge a nivel del
significante: el texto griego emplea el
dirige su interpelación. Dicho de otro mismo término βασιλεύς para hacer
modo, Jerjes posiciona a Demarato referencia a uno y a otro. Sin embargo, las
discursivamente en su rol de rey –si reconstrucciones historiográficas han
bien, según se desprenderá del diá- demostrado el abismo que separa a la figu-
ra del Gran Rey persa –epítome del poder
logo mismo, lo que subyace es despótico, fuente de toda autoridad cívica
precisamente cierta discrepancia en la y militar que alcanza a cada uno de los
concepción misma del poder regio súbditos de un vastísimo imperio– de las
efectivas atribuciones de los diarcas espar-
que ora asemeja ora distancia a la
tanos, sometidos a un severo control por
autocracia persa y a la monarquía parte de las otras magistraturas colegiadas.
more graeco. En este sentido, dice De allí la ambigüedad semántica que
Jerjes en 7. 103.1: “Vamos, dime, tú genera el empleo de un mismo término
para aludir a realidades institucionales
afirmas que has sido rey (βασιλεύς)
que, aun en la Antigüedad, eran percibidas
de estos hombres”. como disímiles en la prάxis.

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impulsa a colaborar con los persas El conjunto de rasgos apuntados
que lo han acogido, y un sentimiento señala a Demarato como un perso-
de ‘nostalgia patriótica’ –que surge naje (literal y metafóricamente) ‘des-
con más claridad hacia el desenlace territorializado’ y, por ende, virtual-
de la interacción– donde también se mente inaprensible en el desarrollo
pone en juego su orgullo de rey frente del diálogo. Hemos también sugerido
a la jactancia de su rival persa. que tal posición le otorga al rey espar-
b) Jerjes interroga a Demarato acerca tano un poder latente frente a su
del poderío del pueblo griego en su interlocutor: su experiencia ampliada
calidad de ‘rey’ y fundamentalmente, le brinda notables capacidades de
en su calidad de ‘griego’. De este maniobra discursiva y de acción.
modo, espera obtener un testimonio Veremos a Demarato servirse de di-
autorizado (por el status político del chas prerrogativas en un episodio
interlocutor) y de primera mano (por posterior (7. 239): enviará a los
su filiación étnica). Sin embargo, lacedemonios unas tablillas cubiertas
incluso en este punto la postura de con cera precaviéndolos del ataque
Demarato es ambivalente: oscila persa. En virtud de su indetermina-
entre una identificación con el ción, personajes fronterizos como
significante ‘helenos’ empleado por Demarato, dotados de una pluralidad
Jerjes y una restricción de todas sus de rasgos y competencias, son capa-
afirmaciones a los ‘lacedemonios’. En ces de oficiar de ‘mediadores cul-
definitiva, Demarato es incapaz de turales’ en la dinámica del relato,
pensarse en términos ‘panhelénicos’ cuya culminación marca la cristaliza-
más que nominalmente, o de re- ción de un éthos griego frente al
flexionar acerca de la totalidad del enemigo bárbaro. En este sentido, el
mundo griego; subsiste en su rey espartano oficiará de traductor
discurso la tradicional rivalidad y cultural para Jerjes, operación que se
fragmentación de las diferentes pόleis pone claramente de relieve en la
griegas. En otras palabras, Demarato dinámica de los conceptos que se
aparece caracterizado por una entreveran en diálogo.
retórica pseudo-nacionalista: si bien
parece comprender la noción de La dinámica de los conceptos
‘helenidad’, restringe sus observacio-

L
nes a los ‘lacedemonios’, dando a cuestión en torno a la que gira
cuenta de un sesgo faccionario que le el diálogo es un intento de
impide conceptualizar a la Hélade conceptualización del enemigo-
como conjunto. griego por parte del Rey persa a partir

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de sus propias impresiones y de los mentos que sintetizan la visión de
datos suministrados por su infor- Jerjes. Citaremos tan solo un ejemplo
mante; de allí la importancia del de cada uno de ellos en el discurso del
pasaje en el proceso de cristalización Gran Rey:
de una identidad cultural griega que
predomina en los tres últimos libros 1) el ‘número’: “Pues, a mi parecer,
de las Historias. Veremos que en el ni aunque se reunieran todos los
entrecruce de argumentos de ambos griegos y todos los demás hom-
oradores se pondrá en juego una serie bres que habitan a Occidente
de nociones axiales para el progresivo estarían en condiciones de hacer
surgimiento de un ser-griego hacia frente a mi ataque, no estando
finales de la obra a partir del unidos (μὴ  ἐόντες  ἄρθμιοι)” (7.
distanciamiento del éthos bárbaro. 101.2);
Dicha cristalización conceptual se 2) la ‘fuerza’ (βία): “En efecto, hay
verá facilitada, en el caso que nos entre mis lanceros persas quienes
ocupa, por la participación del querrán combatir con tres griegos
multifacético Demarato en su rol de a la vez” (7.103.5);
traductor cultural. 3) ‘la tiranía’ (δεσποσύνη): “Si
estuvieran sujetos a un solo
Jerjes hombre (ὑπὸ  μὲν  γὰρ  ἑνὸς 
ἀρχόμενοι), a usanza nuestra,

S
i la motivación de Jerjes en llegarían también a superar – por
consultar a Demarato es la temor a este– su propia naturaleza
obtención de información pre- y marcharían a fuerza de látigo
cisa acerca de la condición y poderío (ἀναγκαζόμενοι  μάστιγι) contra
de los enigmáticos griegos, también muchos, aun siendo unos pocos
lo es su deseo de jactancia – (ἐλάσσονες ἐόντες)” (7. 103.4).
particularmente en su concepción de
Demarato como ‘rey’ del pueblo Asimismo, la inferioridad de las
enemigo frente al que es preciso tropas griegas se funda en:
vanagloriarse–. El discurso del Rey 1) su inferioridad numérica: “Pues
persa se halla atravesado de parte a en verdad somos más de mil por
parte por la ὕβρις y el κóμπος cada uno, aunque sean aquellos
tradicionalmente asociados a la ti- cinco mil” (7. 103.3);
ranía. La fundamentación de la 2) su debilidad física: “Pero si siendo
superioridad del ejército persa se de tal clase y tan pequeños de talla
basa, principalmente, en tres argu- como tú y los griegos que vienen

90 Gastón J. Basile / Jerjes y Demarato en las Historias de Heródoto…


habitualmente a hablar conmigo, χόμενοι, 7.103.3). En la concepción
os jactáis tanto, mira que no sea del Gran Rey, la ‘libertad’ implica un
vana petulancia esa palabra dicha estado de ‘abandono a la voluntad
(μάτην  κόμπος  ὁ  λόγος  οὗτος) individual’, es decir, a la insubordina-
por ti” (7. 103.2); ción y desobediencia anárquica15. En
3) su ‘libertad’. contraposición, subraya el uso de la
Conviene detenerse en este coerción –por medio de la fuerza des-
concepto clave. Es claro que el Rey pótica y el temor al líder– como
persa concibe la idea de ‘libertad’ en modo de garantizar la unión.
su sentido más amplio como lo Estrechamente vinculado a esta
opuesto a la tiranía (δεσποσύνη). concepción persa de la ‘libertad’,
Ahora bien, contrariamente a la Jerjes esboza un concepto adicional
connotación positiva habitual del para explicar la inferioridad del
término eleuthería en el imaginario ejército griego: a saber, la desarticula-
griego, Jerjes entiende y emplea el ción o atomización de los griegos no
concepto peyorativamente14. El ya como individuos, sino como
primer sentido que adquiere el tér- comunidad respecto de sus vecinos.
mino en su (des)calificación del Alude a dicha condición de los
νόμος griego es la de ‘individuos no griegos –por cierto, históricamente
sujetos a un líder’. Jerjes no precisa en relación con la
comprende cómo es posible que los disgregación de las póleis autónomas
griegos combatan estando, literal- en el mundo griego– por medio de la
mente, “abandonados a la libertad” siguiente expresión: μὴ  ἐόντες 
(ἀνειμένοι  δὲ  ἐς  τὸ  ἐλεύθερον)
(7.103.4) y sin hallarse bajo las
órdenes de un líder (μὴ ὑπ᾽ ἑνὸς ἀρ‐ 15 Este sentido de ‘libertad’ al que parece
aludir Jerjes, entendida como disipación y
desorden –más cercana a la idea de ‘liber-
14 Acerca de los sentidos del término eleuthe- tinaje’ – se encuentra escasamente atesti-
ría en época clásica, cfr. HANSEN (2010: 1- guado. En efecto, HANSEN (2010) no lo in-
10). Como señala allí el autor, el sentido cluye dentro de los sentidos más usuales
primero y más estable del término es la del término, aunque sí repara en la acep-
oposición entre eleuthería (libertad) y dou- ción que aproxima, en el contexto de la pó-
leía (esclavitud). En el ámbito político de lis democrática, la eleuthería a la facultad
la pólis democrática, dicha condición de de hacer cada uno ‘lo que a uno le place’,
eleuthería era a menudo interpretada co- sin ser interferido por otros o por las auto-
mo opuesta al sometimiento a un poder ridades. La connotación peyorativa del
despótico o tiránico. En el contexto de término –en el sentido de disipación o de-
nuestro diálogo dicha condición de ‘liber- senfreno personal– aparece en un pasaje
tad’ es concebida, desde la perspectiva au- del Gorgias de Platón (492c) donde se aso-
tocrática del Gran Rey, de modo negativo. cia a los términos τρυφή y ἀκολασία.

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ἄρθμιοι’ (7. 101.2) (literalmente, “no de este modo que Demarato cons-
estando ligados, unidos, etc.”). En truye al menos dos nuevos argumen-
síntesis, vista desde la óptica del tos para dar cuenta de la capacidad de
Gran Rey, la eleuthería griega no es resistencia griega. Analizaremos los
sino un estado de desgobierno y dos ejemplos más significativos:
desarticulación, tanto en el plano de
los sujetos individuales como de las 1- El Rey persa explica la
póleis que conforman la totalidad. supremacía bélica de su ejército a
partir de una concepción fáctica y
Demarato material del poder. Apela para ello,
como hemos visto, a argumentos
n tanto personaje intermediario

E
basados en la ‘cantidad’, espe-
capaz de recorrer un amplio cialmente el ‘número’ y la ‘fuerza’. En
espectro de roles discursivos y su réplica, Demarato filtra el argu-
adoptar múltiples identidades, mento de la ‘cantidad’ por el de la
Demarato es el personaje que posibi- ‘calidad’:
lita la irrupción de la diferencia en el
corpus textual. En el diálogo que nos (...) en Grecia es natural la pobreza
ocupa, dicha diferencia gira en torno (πενίη  μὲν  αἰεί  κοτε  σύντροφος) y
de cierta especificidad del νόμος adquirida la virtud (ἀρετὴ  δὲ 
ἔπακτος), que se logra merced a la sa-
griego respecto del bárbaro –parti-
biduría y a la recia ley (ἀπό τε σοφίης 
cularmente en lo relativo al poderío
κατεργασμένη  καὶ  νόμου  ἰσχυροῦ).
bélico, que es el eje de la discusión Con su ejercicio (de la virtud), se
propuesto por Jerjes. Veremos que la defiende Grecia de la pobreza y de la
estrategia discursiva de Demarato tiranía (πενίην  ἀπαμύνεται  καὶ  τὴν 
consistirá en la ‘traducción’ de dicha δεσποσύνην) (7. 102.1).
diferencia del modo de ser griego en
términos comprensibles para el persa. Frente a la incontestable superio-
En otras palabras, no se tratará sensu ridad numérica de las tropas persas,
stricto de una refutación de los argu- Demarato saca a relucir el argumento
mentos del Rey persa –actitud por de la ‘calidad’, es decir, la ἀρετή
demás inadecuada, e incluso riesgosa, (fundamentalmente ad locum el ‘va-
en su calidad de refugiado político y lor guerrero’) por medio de la cual –
consejero real– sino más bien en una nos dice– los griegos combaten la
diestra ‘retorsión’ de los argumentos pobreza y la tiranía. Dicha ἀρετή se
de Jerjes a partir de desplazamientos obtiene mediante la sabiduría y la
conceptuales o resemantizaciones. Es recia ley. En la dinámica de la

92 Gastón J. Basile / Jerjes y Demarato en las Historias de Heródoto…


contrargumentación, la ἀρετή gue-
rrera es la cualidad que les permitirá Porque los lacedemonios cuerpo a
a los griegos compensar su evidente cuerpo no son inferiores a ningún
inferioridad numérica16. Inmediata- hombre y, en masa, son mejores que
todos. Pues aunque libres no son
mente, Demarato –con el inevitable
libres en todo (ἐλεύθεροι γὰρ ἐόντες 
orgullo localista típicamente griego–
οὐ  πάντα  ἐλεύθεροι  εἰσί), pues
ensalzará especialmente la ἀρετή es- tienen como soberana a la ley (ἔπεστι 
partana y en lo sucesivo restringirá γάρ  σφι  δεσπότης  νόμος), a la que
sus afirmaciones a los lacedemonios. temen (ὑποδειμαίνουσι) aun mucho
Sin embargo, surge aquí en boca de más que los tuyos a ti. Hacen lo que
Demarato, podría afirmarse, una ella les manda y ella manda siempre
primera conceptualización de un lo mismo: no les permite huir de la
principio de identidad griega en tanto batalla, cualquiera sea la muchedum-
bre del enemigo, sino vencer o morir
rasgo diferencial respecto del bár-
permaneciendo en sus puestos (7.
baro. Es significativo que dicho rasgo
104. 4).
identitario –por los matices semánti-
cos del término ἀρετή– surja como
La primera estrategia argumenta-
una estrategia refutativa de los
tiva de Demarato consiste en re-
argumentos del bárbaro en una
significar el término ἐλευθερία. No
disputa (ἀγών) en torno al ‘poder
se trata, como parece entender Jerjes,
guerrero’.
de la ‘libertad’ como ‘individualidad
no sujeta a un líder’ o un ‘estado de
2- La réplica final de Demarato,
perpetua insubordinación’, factor que
que cierra el debate, introduce un
el Rey persa aduce como una de las
segundo (y tercer) principio de
causas de la inferioridad bélica de los
identidad cultural griega o, más bien,
griegos. La condición de la libertad
desarrolla un aspecto señalado en el
para los griegos, replica Demarato –
anterior, el respeto último por el
tanto en el sentido de restricción
νόμος, garante de la ἀρετή:
como en el de posibilidad–, es la
“sumisión a la tiranía (δεσποσύνη)
16 Para un análisis de este pasaje del diálogo de la ley”. Y agrega que la tiranía de la
en el marco del debate nómos/phýsis del ley es mayor que la de cualquier
siglo, cfr. THOMAS (2002: 123-5). La auto-
ra contrapone la insistencia de Jerjes sobre
hombre.
la phýsis como factor determinante –por Vemos que se revela aquí –no
ejemplo, en la expresión de miedo de las como una definición proposicional
tropas griegas–, y el nómos como elemento sino como un efecto de la dinámica
central en la argumentación de Demarato
agonal– otro concepto clave de la
sobre la aretḗ espartana.

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idiosincrasia griega: la libertad. guerrera. Sin duda, de la argumenta-
‘Libertad’ entendida no solo como ‘el ción del rey espartano se desprende
no sometimiento a la esclavitud de la que la legalidad (νóμος) es el
dominación extranjera o a la tiranía concepto medular de la identidad
interna’ sino incluso –podemos cultural griega por oposición a la
entrever– en un sentido plenamente autocracia persa.
cívico: ‘una condición de la que se Con la supremacía conceptual de
goza dentro de un marco de legalidad la ley (νόμος), se cierra el círculo de
política’. la argumentación de Demarato a
Demarato concluye su exposición favor de la excelencia guerrera de los
con una mención al acatamiento de la espartanos. A las estrategias argu-
ley (νόμος) como el factor de mentativas de Jerjes, fundadas en ‘el
cohesión interna –mucho más número’, ‘la fuerza’ y la ‘tiranía’, De-
poderoso y efectivo que la subordi- marato responde enunciando tres
nación a un líder– que determina el principios de identidad cultural
ímpetu bélico y la excelencia guerrera griega: la ἀρετή, la ἐλευθερία y, por
de los lacedemonios17. Es decir, la ley último, el νóμος como condición
no solo es condición de la libertad, esencial de ambas. Pero lo hace –
sino también garante de la ἀρετή merced a su destreza retórica–
reformulando los términos emplea-
dos por el propio Jerjes de manera
17 MILLENDER (2002: 39-41) –quien vislum- que resulten comprensibles al tirano
bra una representación peyorativa de los
espartanos en la obra de Heródoto– inter-
persa o, quizá, a fin de mitigar las
preta el enunciado “tiranía de la ley” ad lo- sustanciales diferencias culturales. De
cum como un indicio de las semejanzas este modo, Jerjes no se verá
entre el accionar espartano y el persa: uno abiertamente refutado y Demarato,
y otro demuestran valor solo como conse-
aun diciendo la verdad, evitará correr
cuencia del ‘temor’ (ya sea al del amo, en
el caso persa, o al castigo de la ley, como riesgos. Así, por ejemplo, la noción
en el caso espartano) y no en aras de un abstracta de ‘ley’ aparece personifi-
sentimiento de libertad o un ideal patrióti- cada por Demarato en términos
co. Véase al respecto también FORSDYKE
familiares para el Gran Rey: la ley es
(2001: 348). Creemos que, sin negar los
paralelismos que Heródoto busca trazar “tirana” (δεσπότης), es “temida por
entre ambos ejercicios del poder real en sus súbditos” (ὑποδειμαίνουσι) y
este diálogo y en la obra en su conjunto, “ordena” (ἀνώγῃ), como si del
aquí Demarato introduce más un princi-
propio Jerjes se tratara. La posición
pio de diferenciación que de identidad en-
tre ambos pueblos. No obstante, el rey es- discursiva intermedia del rey
partano traduce la diferencia en términos espartano le permite adoptar la voz
que resultan comprensible para Jerjes.

94 Gastón J. Basile / Jerjes y Demarato en las Historias de Heródoto…


del otro para enunciar aun los princi- ambiguo status político y filiación
pios más sustanciales de diferencia étnico-cultural. Si, como hemos visto,
cultural. En este sentido, y como Demarato constituye un interlocutor
hemos anticipado, cumple el rol de válido para el Gran Rey, dicha
‘mediador cultural’ en la dinámica del prerrogativa deriva en buena medida
diálogo. Un mediador, claro está, im- de su condición ‘regia’, es decir, de su
buido de μήτις griega. condición de (ex)rey de los lacede-
monios. Sin embargo, es precisa-
Consideraciones finales mente la naturaleza efectiva de dicho
poder real atribuido por Jerjes a
El diálogo entre Jerjes y Demarato Demarato que el diálogo problema-
constituye un locus textual de interés tiza. La dinámica misma de la
en lo que atañe a la configuración interacción pondrá de relieve las
identitaria de ambos dramatis diferencias entre el poder real sujeto
personae al tiempo que permite una al nómos característico del mundo
reflexión en torno a las identidades griego –aun cuando la institución
sociales que uno y otro encarnan. monárquica solo continúa vigente en
Hacia el desenlace de la narración, época clásica en apenas un puñado de
Jerjes adquiere todos los rasgos póleis– y el absolutismo persa. Por
estereotipados del ‘bárbaro’, rasgos otro lado, la figura de Demarato
que se ponen de manifiesto aquí en la oscila entre una lealtad adquirida
interacción in situ: su lógos se para con los persas –tras una
caracteriza por la jactancia y el prolongada permanencia en la corte
exceso. Su posicionamiento a lo largo real en la que se granjeó protección y
de la interacción permanece honores de parte del Gran Rey– y una
impertérrito: representa el poder nostálgica apología del ‘ser helénico’.
despótico y saber absolutos. Asimismo, como hemos señalado, en
Demarato, en cambio, se ubica en este último plano la actitud de
una posición ambigua, ora acoplán- Demarato no resulta del todo
dose ora desmarcándose del lógos del consistente: fluctúa en el plano de la
Gran Rey y oficiando como un enunciación entre una identificación
diestro traductor cultural. Su con los ‘griegos’ como entidad
oscilante posicionamiento discursivo, étnico-cultural y una restricción
como hemos notado, deriva, por un faccionaria o sesgada de sus
lado, de una superposición de roles afirmaciones a los lacedemonios en
(refugiado político, consejero real e particular.
informante) y, por otro, de un

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Ahora bien, la dramatización del inter-aristocráticos otrora concerta-
diálogo entre Jerjes y Demarato dos entre Demarato y Darío que la
permite extraer también una signi- permanencia del rey espartiata en el
ficación de conjunto en lo que atañe a círculo de los amigos de su sucesor se
las identidades sociales que cada uno ve garantizada. Dicha relación se ve
de dichos individuos representa. formulada explícitamente en 7. 237
Existe una sostenida tendencia en las por el propio Jerjes. Asimismo,
Historias a destacar la convergencia independientemente del efectivo
entre determinados rasgos de la status de subordinación en que se
autocracia persa y la monarquía encuentra Demarato en la corte del
espartana. Uno de los modos en que Gran Rey –hecho este que no podía
opera dicho deslizamiento entre la ser de otro modo, dada la férrea
realeza espartana y la monarquía estructura verticalista de la autocracia
persa es la insistencia a nivel del persa–, hemos indicado que es una
macro-relato en el establecimiento de presunta homologación de la ex-
alianzas inter-aristocráticas de elite periencia del poder real entre ambos
por parte de los reyes espartiatas. En interlocutores la que posibilita la
efecto, la monarquía espartana –a interacción. Dicho de otro modo,
través de lazos inter-aristocráticos incluso en el contexto de la
tanto con notables griegos cuanto resistencia griega al bárbaro invasor
con el Gran Rey– persiste en el que se construye progresivamente en
horizonte del relato como un el tránsito de los libros finales, resulta
emblema de la concepción de la ‘representable’ –más aun, dramatiza-
identidad en términos de relaciones ble en oratio recta– un diálogo entre
entre ‘iguales’ de clase, más allá de el Gran Rey y un espartano. Si tal
criterios diferenciadores de tipo ét- escenario ficcional es posible, solo
nico, cultural o político. En este puede serlo en virtud de ciertas
sentido, el episodio de diálogo in vivo semejanzas –independientemente de
entre un rey espartano y el Gran Rey sus profundas divergencias en la
que hemos analizado ofrece una práctica– entre dos modos reales de
explícita corroboración de dicha gestión de los asuntos políticos.
constante en el desarrollo de la trama. Ahora bien, la dinámica de la
En efecto, la posibilidad misma de interacción –que constituye un
diálogo entre Jerjes y Demarato macro-acto de habla a instancias del
reposa sobre dicha potencial afinidad Gran Rey quien solicita de su hués-
u horizontalidad entre xénoi. Es ped una caracterización del pueblo
ciertamente en virtud de vínculos griego– pone de relieve a través de las

96 Gastón J. Basile / Jerjes y Demarato en las Historias de Heródoto…


prudentes tentativas de Demarato de monarquía aqueménida que deriva
dar cuenta de un éthos helénico de la voluntad de un solo hombre
ciertas divergencias en lo que con- frente al nómos griego que regula
cierne a la naturaleza del poder real cualquier tipo de exceso en las
mismo. Emerge pues, hacia el conductas individuales y que opera
desenlace del coloquio, un principio de marco legal que impide la arroga-
de differentia entre ambas concepcio- ción absoluta del poder en manos de
nes del poder monárquico: los persas un solo individuo.
obedecen a la tiranía (δεσποσύνη) de
un solo hombre, en tanto que los Ediciones y traducciones
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