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Alberto Acosta * eco kee COR neon Magdalena Leon * Rafael Quintero cardo Carrere * Dania Quiroga Francois Houtart EL BUEN VIVIR Una via para el desarrollo AB tome ty Una via para el desarrollo a oer eMC lsd Ta toe) EL BUEN VIVIR Una via para el desarrollo lera. Edicién Ediciones Abya-Yala Ay, 12 de octubre 14-30 y Wilson Casilla 17-12-719 ‘elf: (593-2) 2506251 Fax: (593-2) 2506267 E-mail: editorial@abyayala.org woew.abyayala.org Quito-Ecuador Digramacién: Ediciones Abya-Yala Quito-Ecuador ISBN: 978-9978-22-804-3 Impresion: Ediciones Abya-Yala Quito-Ecuador Impreso en Quito-Ecuador, febrero del 2009 Indice Siempre mas democracia, nunca menos ‘A manera de prélogo Alberto Acosta.. Hacia otra nocién de riqueza Edgardo Lander. Seis puntos clave en ambiente y desarrollo Eduardo Gudynas. Los retos del régimen de desarrollo El Buen Vivir en la Constitucién Norman Wray.. Cambiar la economia para cambiar la vida Desafios de una economia para la vida ‘Magdalena Leon Las innovaciones conceptuales de la Constitucién de 2008 y el Sumak Kawsay Rafael Quintero Eldesarrollo y los bosques Ricardo Carrere... ‘Sumak kawsai. Hacia un nuevo pacto ‘social en armonfa con la Naturaleza Diana Quirog 31 39 51 63 75 93 103, El Buen Vivir, mas allé del desarrollo La nueva perspectiva Constitucional en Ecuador Patricio Carpio Benaledzar 415 Socialismo del siglo XX1 Superar la logica capitalista Frangois Houtart.. 149 Constitucién del Ecuador Articulos en donde se recogen. los principios del Buen Vivir... 169 6 Presentacién El sumak kawsai o Buen Vivir, en tanto solemne declaracién constitucional, se presenta como una oportunidad para construir colecti- vamente un nuevo régimen de desarrollo. Su contenido no se refleja en una sumatoria de articulos en donde se mencionan estas palabras: Sumak kawsai o Buen Vivir. Es mucho mas que Ja posibilidad de introducir cambios estructura- les a partir del cumplimiento de los diferentes articulos en donde aborda expresamente esta propuesta. Sumak kawsai o el ‘Buen Vivir’ es una demostracién de que si se puede abrir la puerta a la construccién democratica de una sociedad democratica, en tanto recepta las pro- puestas de los pueblos y nacionalidades indige- nas, asi como de amplios segmentos de la poblacién, y, simulténeamente, se proyecta con fuerza en los debates de transformaci6n que se desarrollan en el mundo. El sumak kawsai o Buen Vivir tiene que ver con una serie de derechos y garantias sociales, econémicas y ambientales, que fueron amplia- dos en la nueva Constitucién. También esté plasmado en los principios orientadores del régimen econémico, que se caracterizan por Promover una relacién armoniosa entre los seres humanos individual y colectivamente, asi como con la Naturaleza. En esencia busca cons- truir una economia solidaria, al tiempo que se recuperan varias soberanias como concepto central de la vida politica del pais. En este libro se recogen los aportes de varios académicos, politicos, asambleistas y de personas ligadas con los procesos sociales. Ellas rescatan, desde diferentes perspectivas, el sumak kawsai como un sello fundacional de la nueva Constitucién. En el prologo Alberto Acosta, quien fuera presidente de la Asamblea Constituyente, des- cribe a la nueva Constitucién como “la mas ecuatoriana de la historia republicana”, en tanto recoge una serie de principios propios de la sociedad ecuatoriana, Uno de ellos, seguramen- te el de mayor trascendencia, el principio del sumak kawsai se convierte en el punto de parti- da pare un proceso de construccién de un pais sustentable en todos los aspectos. Acosta descri- be al nuevo modelo econémico como uno social y solidario, diferente de aquel caracteriza- do por una supuesta libre competencia, que lo gue ha alimentado es la especulacién financiera ¥; por cierto, la grave crisis econémica que atra- viesa el mundo. Para Acosta, la profusion de recursos natu rales de que dispone Ecuador tiende, entre muchos otros procesos endégenos de cardcter patol6gico, a distorsionar la estructura y la asig- 8 nacién de sus recursos econémicos, redistribu- ye regresivamente su ingreso nacional y concen- tra su riqueza en pocas manos, mientras que se generaliza la pobreza. Esta realidad ha dado paso a crisis econémicas recurrentes, ha conso- lidado mentalidades “rentistas’, y ha profun zado la débil y escasa institucionalidad, alentan- do la corrupeién y deteriorando el medio ambiente. En este sentido el sumak kawsai nos conmina a superar el extractivismo y a cons- truir conscientemente una economia pospetro- lera Edgardo Lander, destacado politélogo vene- zolano, quien también aports en los debates constituyentes en Montecristi, desde una vision planetaria histérica, plantea que vivimos en una crisis civilizatoria, en donde ya se ve la imposi- bilidad de continuar con el modelo industrialis- ta y depredador basado en la lucha de los humanos contra la Naturaleza. El argumento, con sobradas razones, que no va més alld de la identificacién del bienestar y la riqueza como acumulacién de bienes materiales, con las con- secuentes expectativas de crecimiento y consu- mo ilimitados. Describe el momento como un juego de suma cero. Estamos utilizando la Naturaleza mis allé de lo disponible. En este sentido plan- tea que es necesario reconocer que los instru- mentos con los que contébamos para analizar estos asuntos ya no nos sirven. Son instrumen- tos que naturalizan y convierten en inevitable lo existente. Son conocimientos de matriz colonial y eurocéntrica, unas ciencias sociales anquilosa- das que nos pretenden convencer de que este patrén civilizatorio es natural e inevitable. Esta visin se legitima a través de todo el sistema educativo; de manera muy particular en las escuelas de economia, donde se asume acritica- mente este orden de cosas depredador en esen- cia a través de la cuantificacién y de la objetiva- cién de supuestas “leyes econémicas”. Eduardo Gudynas, uruguayo, otro de los activos acompaiiantes en el debate constituyen- te, sea en Montecristi directamente o indirecta~ mente a través de un sinnamero de aportes, propone una serie de puntos clave en ambiente y desarrollo. Su propuesta es casi una hoja de ruta para pensar una sociedad diferente, mas justa, mas ética, mas sustentable. El destaca la necesidad de transitar de la visién capital natu- ral a la de patrimonio natural, de la misma manera como es necesario hacer un transito de tuna gestién que confia en la certeza a una ges- tién que reconoce el riesgo y administra la incertidumbre, El resalta la importancia de la nueva dimensién de los Derechos en la Naturaleza y de la propiedad de los recursos naturales y la regulacion de los procesos pro- ductivos, reconocidos en la Constitucién de Montecristi, en la provincia de Manabi. El papel de la autonomia en la integracién regio- nal y frente a la globalizacién, asi como la 10 democratizacién de las politicas internacionales para el desarrollo sostenible son aspectos clave en sus reflexiones. Desde el punto de vista politico destaca la existencia de varios gobiernos en América Latina que se definen como progresistas 0 de izquierda. Sin embargo, la experiencia en estos ultimos aftos demuestra una evolucién contra- dictoria. Estos nuevos gobiernos progresistas han tenido avances en algunas areas, especial- ‘mente la social, pero muestran enormes dificul- tades para generar nuevos estilos de desarrollo, en particular en lograr otra apropiaci6n efectiva de los recursos naturales para la sociedad en su. conjunto y reducir el grado de deteriora ambiental. Norman Wray asambleista, miembro de la mesa 7 Regimen de desarrollo, desde donde salieron los conceptos del Buen Vivir, plantea que este presupone que el ejercicio de los dere- chos, las libertades, capacidades, potencialida- des y oportunidades reales de los individuos y las comunidades, se amplien de modo que per- mitan lograr simulténeamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno —visto como un ser huma- no universal y particular a la vez~ valora como objetivo de vida deseable. Afirma que si bien existe una tensién entre mercado y naturaleza, el Buen Vivir, no intenta frenar las actividades econémicas, sino viabili- W zar aquellas que no alteren las capacidades de los ecosistemas para regenerarse y florecer en el tiempo. En este sentido rescata tanto el tecono- cimiento de la naturaleza como sujeto de dere- chos, como el derecho humano del agua y mas atin el considerar al agua como un ecosistema vivo. Concluye que el Buen Vivir, la Plurina- cionalidad, los Derechos de la Naturaleza, la economia social y solidaria, la participacion ciudadana, la democracia directa, proponen un reto: vivir juntos queriendo estar juntos, Para Magdalena Ledn, economista compro- metida con el movimiento feminista nacional e internacional, un cambio ineludible para dejar atrés el neoliberalisma tiene que ver con los modos de hacer economia y definirla. En su artfculo “recuperar la idea de la vida como eje y categoria central de la economia”, Esté en la vision y practica de los pueblos originarios (que se recoge ya en la formulacion de Sumak Kawsay), hace parte de todas las formas de tra~ bajo y produccin — reproduccién orientadas a la subsistencia (que en nuestra economia diver- sa conviyen con las regidas por la acumula- cién), en las propuestas de economia solidaria (con sus alcances de modelo alternativo), en la economfa del cuidado humano (protagonizada por mujeres en condiciones de subordinacién); constituye ef centro de las formulaciones femi- nistas de la economia y adquiere singular fuerza y sentido contempordneo en la economia eco- ligica. 12 La economia del cuidado responde a una Iogica no mercantil, en la que priman méviles de subsistencia, altruismo, reciprocidad, afec- tos, aunque en medio de las asimetrias de la division sexual del trabajo y Ia desvalorizacién de lo reproductivo. Propone desde el reconoci- miento de la economia del cuidado el cuestio- namiento de la divisidn sexual del trabajo, hasta un cambio en la medicién del PIB, hasta modi- ficaciones sustanciales en las retribuciones por el trabajo —mids alld de la noci6n de salario-, en el esquema de los presupuestos piblicos, y en los objetivos mismos de la planificacién y la politica pablica. Rafael Quintero reconace en la Constitu- ci6n las innovaciones de principios, conceptos, categorfas y paradigmas ordenadores que cons- tituyen parte de un modelo alternative de desa- rollo histérico. No sélo porque se amplian los derechos, sino porque se introducen ambitos inéditos, y nuevos sujetos para éstos, como los Derechos de la Naturaleza. Explica a manera de contexto las falencias y tigidez de la Constitucién de 1998, que tenian como rasgo la imposibilidad de procesar las teformas exigidas desde las fuerzas sociales y Politicas, la resistencia atavica al cambio de ‘ana coalicién de derecha sobre representada en los congresos nacionales, la capacidad de actuar en la economia ecuatoriana del poder ‘ecutivo, particularmente frente a los poderes 13 facticos externos, que generaron sucesivas cri- sis de gobierno. El sumak kawsai aparece como eje 0 para- digma ordenador que propone una critica a los conceptos de desarrollo y al concepto de creci- miento econdmico y que deben ser leidos junto con otros recogidos en la Constitucién como son la Seguridad y la Soberania Alimentaria, la soberania del conocimiento, con las oportuni- dades para desarrollar capacidades y emprender acciones, todo ello en armonfa con la naturale- za que ahora es sujeto de derechos, y configurar un sistema de inclusién y equidad y de respeto a la biodiversidad. Rafael Quintero, politico y politélogo de reconocido prestigio, reconoce en la Constitu- cién las innovaciones de principios, conceptos, categorias y paradigmas ordenadores que cons- tituyen parte de un modelo alternativo de desa- rrollo histérico. No sélo se amplian los dere- chos, sino que se introducen ambitos inéditos, y nuevos sujetos para éstos, como los Derechos de la Naturaleza. Quintero explica, a manera de contexto, las falencias y Ia rigidez de la Constitucién de 1998, que tenia como rasgo determinante la imposi- bilidad de procesar las reformas emanadas desde las fuerzas sociales y politicas. Dicha Constitucién, la de Sangolqui, acuartelada lite- ralmente, expres6 la resistencia ativica al cam- bio de una coalicién de derecha sobre represen- 4 tada en los congresos nacionales. Igualmente reflej6 la incapacidad de actuar en la economia ecuatoriana por parte del poder ejecutivo, par- ticularmente por el enorme peso que tenfan los poderes facticos externos. Situaciones y factores que generaron sucesivas crisis de gobierno. El sumak kawsai, en tanto este patron civili- zatorio, segiin Quintero, aparece como eje 0 paradigma ordenador que propone una critica a los conceptos de desarrollo y al concepto de crecimiento econémico; conceptos que deben ser leidos junto con otros plasmados en la Constitucién, como son la soberania alimenta- tia o Ia soberania del conocimiento, en tanto oportunidades para desarrollar capacidades y emprender acciones propias, todo ello en armo- nia con la Naturaleza, La tarea es configurar un sistema de inclusi6n y equidad, y de respeto a la biodiversidad. Ricardo Carrere, uruguayo militante com- prometido con el ecologismo y director del movimiento mundial por los bosques, critica el concepto “desarrollo”, entendido como sinéni- mo de “mejoramiento”, cuando en la prictica resulta en destruccién social y ambiental, que beneficia a unos pocos y perjudica a muchos. Nos dice que, para comprender lo que afirma, basta considerar como ejemplo el de la Amazonfa ecuatoriana, que ha estado en “pro- 50 de desarrollo” durante décadas, con resul- tados lamentables para los seres humanos, par- 15 ticularmente para las comunidades indigenas, y para la Naturaleza: amplias areas de bosques destruidas, agua y aire contaminados por la explotacién petrolera, Y todo esto, en nombre del desarrollo, En su articulo, Carrera pone énfasis en las politicas de explotacién forestal que, perversa- mente, actuan como elemento de destruccién de los bosques. En ese contexto de destruccién, la actividad de plantar érboles parece ser algo positivo, en particular al ser presentada bajo la definicion de “reforestacién”. Sin embargo, en muchos casos, esta actividad, alentada ingenua- mente por gobernantes desconocedores de la materia, constituye la sentencia de muerte de los bosques. Dania Quiroga, joven economista, asesora de la Mesa de Desarrollo y también de la Presidencia en la Asamblea Constituyente, pro~ pone que lo que se debe crear es un espacio de encuentro entre la recuperacién de practicas desde las tradiciones milenarias locales prein- dustriales con aquellas propias de sociedades industriales que muestran ejemplos de trans- formaciones viables en la produccién con eco- eficiencia y productividad. La viabilidad de este nuevo ordenamiento social y solidario para el sumak kawsai de acuerdo a Quiroga, parte de una reorganizacién politica y juridica a partir de la elaboracién de leyes orgénicas y secundarias que organicen las 16 reglas del juego, de manera que los cambios tengan la profundidad y permanencia necesa- rias para realmente cambiar el rumbo. Frangois Houtart, belga, uno de los polité- logos vivos mds destacados en Ja humanidad, en su entrevista, a raiz de una participacién en los debates constituyentes, habla sobre el Socia- lismo del siglo XXI. Destaca como un hecho positivo y alentador que el debate sobre el socialismo se haya reactivado en América Latina. Esta nueva propuesta necesariamente debe ajustar cuentas con el denominado socia- lismo real del siglo XX, sacar lecciones y propo- ner nuevos paradigmas que enrumben las aspi- raciones de cambio hacia la construccién de sociedades mas democriticas, equitativas, inter- culturales y respetuosas del medio ambiente, Houtart explica entre otras cosas que las externalidades no entran en el célculo econémi- co, Mientras que el bienestar de la gente entra en el cdlculo econémico y del mercado, sola mente como ganancia y posibilidad de acumu- lacién. Esa légica es lo que provaca la destruc ibn de la Naturaleza y, también, la destruccién social de millones de personas. Para Houtart acabar con el capitalismo es un proceso que pasaré por la recuperacién de la soberania sobre los recursos naturales. ¥ en ese camino de construcci6n, el proceso transformador nos indica que tenemos que superar la unipolari- dad, instrumento fundamental de la domina- 7 cién del capital, para instaurar la multipolari- dad como eje fundamental de una nueva orga- nizacién de la humanidad. Por eso, de confor- midad con su criterio, la integracién latinoame- ricana, aun dentro de una orientacién interna capitalista, ya es un paso adelante. Este es, entonces, un libro comprometido con el cambio, Sintetiza una parte significativa del debate constituyente. Recoge algunos de los avances més notables, incluso revolucionarios. Seiiala también puntos contradictorios. ¥ pro- pone algunos elementos para continuar por la senda del apropiamiento de la nueva Constitucién por parte de la ciudadanfa ecuato- riana, en la medida que ésta representa una herramienta de liberacién. 18 Siempre mas democracia, nunca menos A manera de prélogo Alberto Acosta! En este libro se recogen varios aportes sobre el régimen de desarrollo —Buen Vivir-, recibi- dos en Ia Asamblea Constituyente. Fueron innumerables las organizaciones y las personas nacionales ¢ internacionales, que llegaron a Montecristi, para discutir sobre este tema, Desde diferentes perspectivas, con argumentos nuevos, distintos y altermativos se construyé un marco constituyente transformador. Lejos de aquellas visiones tradicionales, dogmaticas y ortodoxas, que imponen sus criterios, esta pro- puesta abre la discusién. No es un punto de Ile- gada, sino de partida para un proceso de cons- truccién de un pais sustentable en todos los aspectos. 1 Economists, profesor-investigador de FLACSO, ex presiden= tede la Asamblea Constituyente, ex Minisiro de Energia 19 Este ejercicio constituyente consolidé, entonces, el esfuerzo destinado a fortalecer la democracia a través del didlogo y del debate. Simulténeamente incorporé nuevos actores y nuevas perspectivas en el camino de construir colectivamente la forma en la que, particular- mente, se quiere gestionar la economia del pais. En este libro se recogen los trabajos mas signifi- cativos; sobre todo aquellos que nos inspiraron en la redaccién de la nueva carta magna del Ecuador, El valor bésico de la economia es Ia solidari- dad. Se busca una economia distinta, una eco- nomia social y solidaria, diferente de aquella caracterizada por una supuesta libre competen- cia, que anima al canibalismo econmico entre seres humanos y que es la que ha alimentado la especulacion financiera. A partir de esa defini- cién constitucional se aspira a construir relacio- nes de produccién, de intercambio y coopera- cién que propicien la eficiencia y la calidad. El mercado por si solo no ¢s la solucién, tampoca lo es el Estado; por lo tanto, se promueve una relacién dinamica y constructiva entre merca- do, Estado y sociedad. No se quiere una econo- mia controlada por monopolistas y especulado- res, como en la época neoliberal; por eso los bancos tendran que vender todas sus empresas no vinculadas a la actividad financiera, inclu- yendo sus medios de comunicacién. Se persigue una economia que garantice el derecho de pro- piedad bien habida. Pero también el derecho a 20 la propiedad de quienes nada o muy poco tie- nen. El ser humano, al ser el centro de la aten- cidn, es el factor fundamental de la economia. Y en ese sentido, rescatando la necesidad de forta- lecer y dignificar el trabajo, se proscribe cual- quier forma de precarizacién laboral, como la tercerizacin; incluso el incumplimiento de las normas laborales puede ser penalizado y san- cionado. Por otro lado se prohibe toda forma de persecucién a los comerciantes y los artesa- nos informales. En lo social se priorizaron las inversiones en educacién y salud (6 y 4% del PIB, por lo menos, respectivamente), en tanto derechos humanos. Educacién y salud serin gratuitas, se incluy6 la gratuidad de la educacién en el nivel universitario. Se aprobé la universalidad de la seguridad social, de ninguna manera su privati- zacién. Todo este esfuerz0 en lo social se com- plementa con una serie de disposiciones para superar tanto el machismo como el racismo, asi como toda forma de exclusi6n social. Ta lucha en contra de la corrupeién, uno de los graves lastres para el desarrollo, merecerd un tratamiento especial por parte del poder ciuda- dano. No se puede permitir que la impunidad eubra tantos atracos a los recursos del pueblo xeuatoriano. Con sanciones ejemplarizadoras, 20n mayor transparencia y creciente participa- én ciudadana se combatird esta lacra, que ha @ecido de una manera imparable en los tlti- 05 afios. 21 En esta carta magna se consolidan los dere- chos politicos de los emigrantes. No sélo que podran votar en las elecciones ecuatorianas y que tendran representantes a la Asamblea Nacional, clegidos por ellos, sino que podran impulsar varias iniciativas politicas, inclusive de ley. El Estado generar incentivos al retorno del ahorto y de los bienes de las personas migran- tes, para que dicho ahorro se oriente hacia la inversion productiva de calidad que decidan los propios emigrantes. También se estimulard la afiliacién yoluntaria al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, -TESS— para lograrlo se con- tard con el aporte de las personas domiciliadas en el exterior. En un gesto de coherencia con la defensa de los derechos de los compatriotas en el exterior, esta Constitucién asegura similares derechos a los extranjeros y a los ecuatorianos: los extranjeros que tengan residencia de cinco anos en el Ectador, por ejemplo, podrn ejercer el derecho al yoto, sin necesidad de acuerdos bilaterales con sus paises de origen; no podran ser devueltos o expulsados a un pais donde su vida, libertad, seguridad o integridad o la de sus familiares peligren por causa de su elnia, reli- gion, nacionalidad, ideologia, pertenencia a determinado grupo social, 0 por sus opiniones politicas. Se prohibe la expulsion de colectivos de extranjeros. Los procesos migratorios debe- rin ser singularizados. No se espera a que cam- bie el mundo para recién entonces avanzar en el campo de la migraci6n, se actiia para provocar el cambio del mundo. 22 En sintonfa con estas propuestas se impul- sa el principio de ciudadania universal, la libre movilidad de todos los habitantes del planeta y el progresivo fin de la condicion de extranjero como elemento transformador de las relacio- nes desiguales entre los paises, especialmente Norte-Sur. Para lograrlo se promueve la crea- cién de la ciudadania latinoamericana y cari- beiia; la libre circulacién de las personas en dicha regi6n; la instrumentacién de politicas que garanticen los derechos humanos de las poblaciones de frontera y de los refugiados: y, la proteccién comiin de los latinoamericanos y caribefios en los paises de transito y destino migratorio. Esta Constitucién, la mas ecuatoriana de la historia republicana, que ofrece una categorica propuesta de descentralizacién y autonomias, sobre bases de solidaridad y equidad, abre la puerta también a la integracién regional. Ese es un paso fundamental para que los pueblos de Nuestra América puedan insertarse con digni- dad ¢ inteligencia en el contexto mundial. Y para hacerlo empieza declarando al Ecuador como un territorio de paz, en donde no podran asentarse fuerzas militares extranjeras con fines bélicos, ni ceder bases militares nacionales a soldados fordneos. Esta es, en una apretada sintesis, la nueva Constitucién, un proyecto colectivo escrito ahora pensando en el mafana. Un proyecto que Permita tener una vida equilibrada entre todos 23 los individuos, con la colectividad y con la Naturaleza. Nunca se puede olvidar que lo humano se realiza en comunidad; con y en fun- cin de otros seres humanos, sin pretender dominar a la Naturaleza. Por eso, en forma pio- nera a nivel mundial, en la nueva Constitucién se ha establecido que la Naturaleza es sujeto de derechos. Y de alli se derivan decisiones tras- cendentales: el agua es asumida como un dere- cho humano, que cierra la puerta a su privatiza- cién; la soberania alimentaria se transforma en eje conductor de las politicas agrarias y de recu- peracién del verdadero patrimonio nacional: su biodiversidad, para mencionar apenas un par de puntos. Con la sola vigencia de esta Constitucién, sin embargo, aun cuando se superen las practicas neoliberales, no se asegura la finalizaci6n del régimen de desarrollo extrac- tivista dependiente, determinado por las logicas del mercado mundial. El reto fue y es pensar el desarrollo desde la necesidad sentida de superar todas las taras propias de una economia extractivista. Ecuador ha sido un pais productor: cacaotero, bananero, camaronero, floricultor... en tanto pais petrolero ha extraido més de cuatro mil millones de barriles de petrdleo, que en térmi- nos nominales representarian més de ochenta mil millones de délares, sin embargo, a la hora de hacer un balance, vemos que el pais no se ha desarrollado, 24 iCémo explicar esta curiosa contradiccién entre la abundante riqueza natural y la pobreza en nuestro pais? ;Qué implicaciones tiene la extraccién de petréleo u otros minerales sobre la economia, sobre la sociedad, sobre la politi- ca? 3Es posible sobreponerse a los efectos nega- tivos que ejerce la abundancia de recursos naturales? Serd inevitable repetir los fiascos que representaron las famosas bonanzas del petréleo? La profusién de recursos naturales de que dispone Ecuador tiende, entre muchos otros procesos endégenos de caracter patolégico que la acompafian, a distorsionar la estructura y la asignacién de sus recursos econémicos, redis- tribuye regresivamente su ingreso nacional y concentra su riqueza en pocas manos, mientras se generaliza la pobreza. Esta realidad ha dado aso a crisis econémicas recurrentes, al tiempo que ha consolidado mentalidades “rentistas”, ha profundizado la débil y escasa institucionali- dad, alentando la corrupcién y deteriorando el medio ambiente. Como es evidente, todo ello ha contribuido a debilitar la gobernabilidad democratica, en tanto termina estableciendo 0 facilita précticas autoritarias, voraces y clientelares, En efecto, los paises que han priorizado su economia en base ala extraccién de recursos primarios, sobre todo petroleros y mineros, no se han caracteri- zado como ejemplos de democracia, sino todo 25 lo contrario. América Latina tiene una amplia experiencia acumulada en este campo. [gual reflexion se podria hacer en relacion con los paises exportadores de petrdleo ubicados en los Golfos Pérsico 0 Ardbigo y en otras regiones del planeta. Por aftadidura, Arabia Saudita, Kuwait y los Emiratos Arabes pueden ser considerados como paises muy ricos, incluso en términos de acumulacién de ingentes depésitos financieros y con elevados niveles de ingreso per capita, pero que no pueden incorporarse propiamente a la lista de paises desarrollados. Se podria encontrar varios ejemplos contrarios, como por ejemplo Noruega; pero en este caso la extrac cién de petréleo empezé y se expandié cuando ya existian sdlidas instituciones econémicas y politicas democraticas e institucionalizadas, es decir cuando el pais escandinavo ya era un pafs desarrollado. La corrupeidn, incluso, parece acompaiar inexorablemente a este tipo de economias. Es obvio, que en la actualidad la cuestién de los “recursos naturales no renovables” debe ser enfocada a la luz de las recientes evoluciones y tendencias econémicas, ambientales y tecnolé- gicas. Dado el enorme nivel de extraccién de recursos, muchos “renovables”, como por ejem- plo el forestal o la fertilidad del suelo, pasan a ser no renovables. Muchos de estos recursos se pierden porque la tasa de extraccién o los nive- les de contaminacién rebasan la tasa ecoldgica 26 de renovacién del recurso. Entonces, a los rit- mos actuales los problemas de los recursos no renovables tradicionales podrian aplicarse por igual para todos los recursos, renovables 0 no. Un tema que merece una discusién especial En este sentido el sumak kawsai nos conmi- nna a superar el extrativismo y a construir cons- cientemente una economia pospetrolera, Tarea que no pasa por cerrar los pozos petroleros, Estamos obligados a optimizar su extraccion sin ocasionar mas destrozos ambientales y sociales, particularmente en la Amazonia. Hay que obtener el mayor beneficio posible para el pais en cada barril extraido, refinado, transpor- tado y comercializado, antes que maximizar el volumen de extraccién, pero hay que hacerlo respetando a la Naturaleza y a las comunidades. Hay que parar ya la ampliacién de la frontera petrolera. Esta tarea, digimoslo de paso, nos conduce a la revisin de contratos petroleros ue perjudican el interés de la sociedai Si hablamos de economia Pospetrolera no estamos pensando en que aparezca un nuevo producto primario que nos permita sobrevivir en el mercado internacional. No podemos abrir Ja puerta para un Ecuador minero, Debemos aprender que el hecho de ser pafses productores Y exportadores de recursos naturales, no nos ha conducido al desarrollo. ‘Tenemos que comenzar a pensar que el desarrollo sdlo sera posible en la medida que 27 aprovechemos de una manera sustentable —en términos ambientales, sociales, empresariales, econémicos e incluso politicos~ nuestras rique- zas naturales. Para lograrlo haya que reconocer que el principal factor de produccion y de desa- rrollo es el ser humano, el que, a su vez, siem- pre viviendo en armonia con la Naturaleza, es el objetivo del desarrollo. El esfuerzo del ser humano tiene que ser la base de nuestro desa- rrollo. No podemos vivir siempre pensando en gue los recursos naturales, de una manera aisla- da, esponténea y casi magica, van a resolver nuestros problemas. A partir de la utilizacion de estos recursos, sobre bases de equidad y con encadenamientos productivos y sociales, tene- mos que disefiar la estrategia de desarrollo. Para lograrlo necesitamos dar vuelta la pagina definitivamente y modificar la correla- cidn de fuerzas en lo politico, econémico y social. Las politicas de ajuste estructural y la liberalizacién a ultranza, que han tenido como objetivo principal la venta de las empresas esta- tales y han pretendido organizar la economia a través de los mercados (oligopélicos 0 abierta- mente monopélicos), han fracasado. De todo lo anterior se desprende que hay que hacer un esfuerzo enorme y sostenido para maximizar los efectos positivos que se puedan obtener de {a extraccién petrolera, sin perder de vista que el petrdleo se acaba y que el desarrollo no se hace simplemente en base a la extracci6n de los recursos naturales. Es preciso generar riqueza, 28 no podemos vivir de la renta de los recursos naturales sino del esfuerzo de los seres huma- nos, esa es la gran tarea. Si esto no se logra, hay que tener presente que se mantendré la maldi- cién de la abundancia, Desde una profunda critica al modelo explotador, destructor e injusto, que promovié Ia concentracién de la riqueza, y que imposibi- lité la redistribucién de la misma, se conjugan datos, andlisis, propuestas, que quedan recogi- dos en este libro, para poder entender, par lo menos en parte, el contexto de los cambios que se expresan en Jos articulos de la nueva Constitucion. Todas estas son propuestas econdmicas pero no son necesariamente de economistas. Basta de un pais construido por especialistas, que més temprano que tarde resulta inviable. Tenemos que decidir colectivamente como manejar la riqueza del pais, cual es la planifica- cin para usar y distribuir esa riqueza, como un -deber y derecho de todos y de todas. Al promo- ‘yer estos cambios en el régimen econémico, junto con el reconocimiento de la Naturaleza ‘como sujeto de derechos, se estin dando pasos fundamentales para la construccién democrati- cade una Patria para todos y todas. El objetivo en Montecristi fue construir democraticamente una sociedad democritica; si dl camino no es democritico, el destino no sera la democracia. Este objetivo se mantiene 29 vigente. Con la nueva Constituci6n los ciuda- danos y las ciudadanas tienen en sus manos la posibilidad de definir el presente y la construc- cién del futuro: el poder es para la ciudadania. Asi, sin ningwn afan por concentrar el poder politico, todo lo contrario, se aprobé la no reeleccidn indefinida de ninguna persona escogida con el voto popular. Se establecié la revocatoria del mandato presidencial, con la condicién de que el legislativo, que promueva esa iniciativa de revocatoria, se disuelya. En contrapartida, el presidente puede disolver por una sola vez durante su mandato al legislativo, pero que al momento de elegir a los nuevos diputados, la ciudadania al mismo tiempo deci- da si el presidente continda en su cargo. Igualmente, se constitucionaliz6 la independen- cia partidista de los tribunales de la Republica. Se alienta un reordenamiento territorial y administrativo solidario y eficiente, sustentado en regiones descentralizadas y autonémicas construidas sobre bases histéricas y de alianza de oportunidades, fortalezas e identidades, decididas por sus habitantes y que consoliden efectivamente la unidad del Ecuador. Siempre més democracia, nunca menos. 30 Hacia otra nocién de riqueza Edgardo Lander? Nos encontramos ante una nueva condi- cién planetaria histérica que podemos recono- cer ya claramente: se trata nada menos que de una crisis civilizatoria, de la imposible conti- nuidad del modelo industrialista y depredador basado en la lucha de Jos humanos contra la naturaleza, en la identificacion del bienestar y la riqueza como acumulacién de bienes materia les, con las consecuentes expectativas de creci- miento y consumo ilimitados, de més y mas. Esto, sencillamente, no es posible. Ya dejé de ser una discusién si el modelo de ‘ida de las comunidades andinas o de las comu- aidades de la Amazonia gusta mas o menos que el modelo de vida de las comunidades suburba- nas norteamericanas, pues éste ha devenido en una radical imposibilidad. Hoy, pensando el 2 Profesor de la Universidad Central de Venezuela. Docente- {nvestigador en el Departamento de Estudios Latinoame- Ficanos de la Escuela de Sociologia. Profesor en el Docto- ‘ado en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Econd- smicasy Sociales. 31 planeta en términos de huella ecolégica, en téminos de la apropiacién de la capacidad pro- ductiva global de la tierra con todas sus dimen- siones de vida, se constata que esta siendo explotada mas alla de su capacidad de reposi- cion. Loy seres humanos que vivimos hoy esta- mos utilizando no sélo la totalidad de ta eapaci- dad de reposicién, sino la parte que le corres- ponderia a las futuras generaciones. Esto ocurre, ademas, en un contexto en que una proporcion may importante de la pobla- cién del planeta no tiene agua potable ni acceso @ alimentos que cubran el minimo de calorias diarias, Estamos en una situacién donde los c4l- culos muestran que ya hace varias décadas hemos pasado a un juego de suma cero: si esta~ mos utilizanda mas alli de lo disponible, los ticos se hacen mds ricos necesariamente, redu- ciendo los recursos para los mas pobres. Fsta no es una prediccién apocaliptica de unos ambientalistas afiebrados, sino una cons- tatacién inobjetable. Si es asi spor qué seguimos Ja vida como si esto no estuviese pasando? jPor qué contintian las negociaciones de la OMC, las politicas piblicas en funcién de desarrollo, pro- greso € industrializacion, como si estos fueran problemas de otros? La realidad nos indica que uno de los limites principales para transformar la sociedad —mas alld de los limites que ponga el imperio. 0 las clases dominantes, o las transna- cionales, 0 la oposicién de la derecha en el case de Jas reformas constitucionales~ est4 en nues 32 tras propias cabezas, en un pensamiento atado ala reproduccion de lo existente, en la débil capacidad de imaginar otras formas de enten- der las cosas, Las disciplinas en las cuales estamos forma- dos, en particular la economia, son eurocéntri- cas, coloniales: fraccionan la vida en pedazos y arbitrariamente asignan unos u otros como su objeto. La economia se reduce a una visién muy Particular, que tiene que ver con una herencia de la construccién de la sociedad de mercado de la tradicién liberal lamentablemente asu- mida en una forma relativamente acritica tam- bién por la tradicién marxista socialista en varios sentidos- Asi, lo que se entiende por riqueza, su cuantificaci6n, la definicién de qué se mide y qué no se mide, tiene un instrumento basico con el cual se evalia toda el ambito econémico: las cuentas nacionales. Pero éstas miden unas cosas y no otras. No miden la capacidad pro- ductiva de la vida, toda la capacidad de subsis- tencia que no implica intercambio mercautil, todo ef ambito —ampliamente extendido en el Planeta- del trabajo de las mujeres en el hogar Smo condicién de reproduccién; miden ape- tas una porcién de un proceso mucho més Yasto. Al mismo tiempo, omiten los procesos destructivos, con lo cual muchas veces aparece ‘omo acumulacién de riqueza lo que es en rea- lidad un proceso sistematico de empobreci- miento colectivo, porque se estén destruyendo 33 las condiciones que hacen posible eso que lla~ mamos riqueza. En este sentido, seguir pensando en térmi- nos economicistas y antropocéntricos sobre la idea de recursos naturales, supone que el agua, la tierra y los bosques, son recursos para la pro- duccién econémica. En términos simbélicos, esto opera de la misma forma como las femninis- tas han demostrado que funciona la reiteracién del lenguaje patriarcal: cuando pensamos en la categoria recursos naturales automdticamente vemos un recurso que podemos utilizar; si se nos esta acabando lo cuidamos, pero como un recurso. 3Cémo podemos pensar esto en otros tér minos? Veamos un ejemplo. Al sur del riv Orinoco, en Venezuela, hay una amplisima flo resta tropical que se conecta con la Amazonia, con niveles extraordinarios de precipitacién, de diversidad biolégica, con pueblos indigenas diversos con miles de anos viviendo en esta condicién; inclusive, desde el punto de vista directamente econémico, es vital para la Venezuela contemporanea, pues de ahi depen- den las represas que significan setenta por cien- to de Ia electricidad del pais. Resulta que bajo esa extraordinaria riqueza hay oro, mucho oro. Garimpeiros brasilefios y venezolanos lo explo- tan, utilizando técnicas artesanales; usan unas bombas hidréulicas que levantan el suelo vege- tal y crean grandes pantanales, utilizan mercu- rio para conseguir que el oro se deposite en 34 ellos y pueda recogerse. Con esto se destruye la capa vegetal, se afecta la biodiversidad, la capa- cidad generativa de agua y de hidroelectricidad. En los charcos y pantanos prolifera el mosquito del dengue y esta regresando el paludismo, enfermedades que amenazan la vida de las poblaciones indigenas de la zona; el mercurio contamina la cadena alimenticia que empieza por los peces de esos rios y termina en las poblaciones urbanas. Con ese impacto dram4- tico se procesa el oro que se convierte en lingo- tes, depositados nuevamente debajo de la tie- ra, ahora en las bévedas del Banco Central. Y las cuentas nacionales nos dicen que somos mas ricos, Aqui hay algo que no funciona. Con los cri- terios que se reflejan en esta medicién y evalua- cion estamos imposibilitados conceptualmente de pensar un mundo diferente. $i queremos efectivamente pensar en una relacién distinta de lo humano con el resto de la vida, es preciso cuestionar los supuestos y las construcciones disciptinarias, las formas de medir, de cuantifi- car, de evaluar. Bajo el predominio de los conceptos ¢ ins- tumentos que conocemos y que se reproducen como si de leyes naturales se tratara, proyectos econémicos tanto de izquierda como de dere- cha pueden reclamarse igualmente exitosos. En este momento ~inicios de 2008- tanto Hugo Chavez. como Alan Garcia pueden afirmar que 35 sus proyectos econémicos son maravillosos porque el crecimiento en ambos paises est por encima del ocho por ciento. Estas mediciones ocultan asi diferencias y semejanzas, pero tam- bién condicionan los hechos; las evaluaciones que se desprenden de esos niimeros marcan pautas de por dénde seguir; son entonces una trampa, pues inducen a repetir, a reproducir la forma de hacer las cosas. En el mundo de hoy se observa una tenden- cia a seguir haciendo lo mismo pero con una ‘aderezo ambiental’, con un aparente interés por la conservacién que en los hechos queda totalmente al margen, pues las decisiones fun- damentales sobre politicas econdmicas, sobre inversion, sobre crecimiento, en suma sobre el modelo y sus medidas, continuan dictadas desde los organismos internacionales, desde la Organizacién Mundial del Comercio —que se ha convertido en el principal de ellos~ junto con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional aunque este tiltimo se encuentre relativamente debilitado-. Las declaraciones de las Naciunes Unidas sobre medio ambiente resultan esquizofrénicas, pues hablan de unos principios, de unas preocupaciones por las cul- turas y la naturaleza carentes de incidencia, en tanto por otro lado reafirman esta economia destructora. Resulta importante reconocer que los ins- trumentos con los que contamos para analizar 36 estos asuntos ya no nos sirven. Son instrumen- tos que naturalizan y convierten en inevitable lo existente. Son conocimientos de matriz colonial ¥ eurocéntrica, unas ciencias sociales modernas de origen liberal que han construido como natural ¢ inevitable este patrén civilizatorio. Esta visidn se legitima a través de todo el siste~ ma educativo, de manera muy particular, en nuestros tiempos, en las escuelas de economia, donde se naturaliza este orden a través de la cuantificacién y de la objetivacién de las ‘leyes econémicas’ A estas alturas el problema ya no ¢s sélo la economfa neoclasica, no es tinicamente el modelo neoliberal de la economia, sino el pro- pio modelo de la economfa, la noci6n de rique- za, la nocién de qué se cuantifica, qué se mide. Esa construccién, lo que se entiende hoy por riqueza, no nos puede llevar sino a la desapari- ci6n de la vida en el planeta. 37 Seis puntos clave en ambiente y desarrollo Eduardo Gudynas® El presente resumen se inicia con una sinte- sis esquemiatica de los estilos de desarrollo pre- dominantes en América del Sur, y prosigue con seis cuestiones que considero claves para cual- quier discusién constitucional sobre desarrollo sostenible. Estos puntos no agotan una lista de temas sobre ambiente y desarrollo que se debe- rian tratar en una Constitucién, pero han sido seleccionados en tanto representan cuestiones polémicas y que a veces pasan desapercibidas, pero que deben necesariamente ser considera- das para aiender a los desafios actuales. Puntos de partida Comencemios por resumir, muy apretada- mente, las principales caracteristicas de los esti- 3 Eduardo Gudynas es investigador en CLAES (Centro Latinas Americano de Ecologia Social), en Montevideo, Uruguay: (egudynas@ambiental.net), y es autor de varios libros, entre ‘ellos “Ecologia, Economia y Etica del Desarrollo Sestenible™ (editado por AbyaYala en Quito) Hlanticulo es un resumen de la Presentacién en el Desayuno Conservatorio “Innovaciones Constitucionales: soberania, ambiente y desarrollo”, Manta, 27 de marzo, 2008 39 los de desarrollo imperantes en América Latina a inicios del siglo XI. Persiste una dependen- cia en la apropiaci6n de recursos naturales para mantener el crecimiento econémico. Las expor- taciones siguen basadas en la Naturaleza (en los paises andinos, aproximadamente el 80% de las exportaciones corresponden a productos pri- marios, como minerales, hidrocarburos y pro- ductos agropecuarios y forestales), Asimismo se apuesta a atraer inversién extranjera, donde se reducen las exigencias sociales y ambientales como forma de aumentar ese atractivo. Se refuerza entonces un patrén de inserciGn inter- nacional subordinada, basada en productos pri- marios, donde nuestros paises son tomadores de precios. Esto determina que los territorios se reconfi- guran a partir de procesos como la asignaci6n de concesiones mineras, los campos petroleros o la expansién de cultivos de exportacién. De igual manera, estos sectores generan altos impactos sociales y ambientales. En muchos casos la ges- tidn piiblica apenas ha podido transitar el cami- no de la compensacién de algunos de ellos, pero coexiste con una proliferacién de conflictos loca- les. en especial frente a los sectores extractivos come la mineria 0 los hidrocarburos. Desde el punto de vista politico es necesario recordar que en varios paises han Ilegado al gobierno corrientes que se definen como pro- gresistas o de izquierda. Entre los casos més destacados se encuentran Argentina, Brasil, 40 Bolivia, Uruguay y Venezuela. La experiencia en estos iiltimos afios demuestra que los nuevos gobiernos progresistas han tenido avances en algunas areas, especialmente la social, pero muestran enotmes dificultades para generar auevos estilos de desarrollo, y en particular en lograr otra apropiacién de los recursos natura- kes y reducir el grado de deterioro ambiental. Se mantienen o incluso acentian los estilos con- vencionales, especialmente en el uso de los recursos naturales para dinamizar las economi- as via un aumento de las exportaciones, También se registra una crisis practica, donde fa sestion publica estatal en el area ambiental no ogta fortalecerse (posiblemente la crisis de la deforestacion amazénica en Brasil sea el mas dlaro ejemplo). Existen fuertes invocaciones a retomar el contro] nacional sobre los recursos aaturales, pero este nacionalismo no se corres- sonde necesariamente con controles y regula- siones efectivas. Seis puntos clave En la prescntacién se discutieron seis pun- tos clave para el debate constitucional. A saber: 1. La transicion desde el Capital Natural al Patrimonio Natural. 2. La nueva dimension de los derechos en la Naturaleza. 3. La propiedad de los recursos naturales y la regulaci6n de los procesos producti- vos. 4 4. La transicién de una gestién que confia en la certeza a una gestion que reconoce el riesgo y administra Ja incertidumbre. 5. E] papel de Ja autonomfa en la integra- cién regional y frente a la globalizaci6n. 6. La democratizacién de las politicas inter- nacionales y su importancia para el desa- rrollo sostenible. Capital y patrimonio Se viene insistiendo en una gestion ambien- tal basada en asignar un valor econémico a la Naturaleza, adjudicandole derechos de propie- dad e insertandola en el mercado. Por lo tanto se protegen especies 0 ecosistemas que tienen utilidad para el ser humano, o valores econémi- cos actuates 0 potenciales. La persistencia en abordar la gestién de la turaleza como una forma de capital, o como recursos potencialmente comercializables, desemboca en fuertes tensiones entre las metas de la conservacién y las metas ambientales. Por éjempplo. en el proyecto de nneva Constitucién en Bolivia se sostiene que el Estado debe “promover y garantizar el aprovechamiento responsable y planificado de los recursos naturales, e impulsar su industrializacién, a través del desarrollo y det fortalecimiento de la base productiva...”. Se cae asi en una contradiccion entre un llamado a la responsabilidad y los usos productivos. Por ello, es necesario reconacer que esa tensién existe, incluso en los nuevos gobiernos progresistas. 42 Una forma de superar esa problematica es apelar al concepto de patrimonio. Esta idea incorpora los posibles usos mercantiles, tales como comercializar algunos productos, pero los incluye un marco mas amplio que parte de reconocer que un patrimonio se recibe en herencia, y se debe manejar con responsabili- dad, bajo la obligacién de ofrecerlos en legado a las generaciones futuras. El patrimonio permite una valoracién multiple de la Naturaleza, donde se puede utilizar el precio, pero también los valores identificados en otros planos, como al ecoldgico, estético, religioso, etc. Fl concepto de patrimonio permite identificar usos produc~ tivos pero los coloca en un contexto mas amplio, En efecto, esta idea llama a una actitud de responsabilidad con la gestién ambiental (y no puede ser liberada a los vaivenes de los mer- cados) y a un compromiso con el mante! mento de la vida y las generaciones futuras. Naturaleza y derechos Muchos de los esfurerzos actuales de conser- ‘vacién se basan en los derechos de tercera gene- racién (donde la proteccién ambiental esta aso- ciada a asegurar Ia calidad de vida). Esta aproxi- amaci6n, sin duda importante, ha terminado acotada en perspectivas antropocéntricas. Se ‘protegen las especies que son hermosas y Hama- tivas, 0 los recursos que tienen o pueden tener una utilidad econémica, Sin embargo, el impe- tativo de conservaci6n de la Naturaleza se debe 43 aplicar a todas las formas de vida, incluso aque- llas especies que son feas o iniitiles. Una nueva Constitueién no puede obviar el tema de los Derechos de la Naturaleza, y para hacerlo en consonancia con la nueva situacién que vivinios en el siglo XXI, deberia pasar de la clisica perspectiva de los derechos de tercera generacion, a una que reconozca la derechos intrinsecos © propios de la Naturaleza. En otras palabras, aceptar que los seres vivos tienen derechos que le son propios, y que son inde- pendientes de su utilidad para el ser hamano. Propiedad y regulacion Las nuevas circunstancias politicas han desembocado en un regreso de! Estado a tener un papel protagénico sobre el uso y aprovecha- miento de los recursos naturales. Este es un punto importante, pero también es de extrema importancia prestar atencidn a las reglas y con- diciones bajo las cuales los procesos econémi- cos manejan los recursos naturales. En efecto, se han generado una serie de estralegias, novmas y procedimientos en el aprovechamiento de los recursos bajo los cua- les se estructuran los pracesos productivos. Estas reglas determinan las formas de apropia- cién, comercializacién y consumo, y estén determinadas por las dinémicas del capitalismo contempordneo, y se expresan desde la gober- nabilidad global cn manos de instituciones 44 como la OMC a las propias précticas empresa- riales nacionales. Asi, incluso una empresa estatal, queda condicionada a este tipo de reglas de produccién, y para ser exitosa debe reproducir las mismas practicas de eficiencia y competitividad que se observan con compafias privadas. Esto explica situaciones paradojales, tales como empresas petroleras estatales, 0 mixtas {como Petrobrés de Brasil), que repiten las mis- mas pricticas con las mismas debilidades socia- les y ambientales que las companiias transnacio- nales, Se repiten ante ellas mas 0 menos los mismos casos, denuncias y conflicts por temas como derrames petroleros, mala gest ambiental o cuestionables practicas laborales. Porlo tanto, se deben establecer marcos que regulen Ia estructura y funcionamiento de los procesos productivos que incorporen exigencias laborales, sociales y ambientales, y que en su fiscalizaci6n estén dotadas de un buen acceso a lainformaci6n y participacién ciudadana. Estos puntos desembocan en una justicia ambiental. La justicia social en el siglo XI seria incomple- ta si no se complementa con una justicia ambiental. Certeza y riesgo Las Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA) convencionales estén basadas en la idea 45 que es posible un resultado que es “cientifico” “objetivo” y “finico”, Se ofrece la idea que los técnicos ofrecerén una solucién confiable e imbatible, por ejemplo en autorizar o rechazar un emprendimiento minero, Frente a esa pre- tensi6n, muchas comunidades locales reaccio- nan en contra de emprendimentos transitando en una crisis de confianza en ese mecanismo, cuiestionan la veracidad de los reportes técnicos, acusan intereses encubiertos, pero buscan pro- ducir sus propios informes cientificos. Se cae entonces en una disputa de validez. Frente a esto es necesario generar un nuevo sistema de EIA. Bajo este nuevo sistema no se parte de sostener que habria un unico resulta- do, sino que se apunta a admitir las incertidum- bres, y por tanto, a generar una gestién del ries- go ambiental. Por ejemplo, no es posible prede- cir todos los efectos ambientales de una accién humana en ecosistemas tan complejos como el amazénico. Por lo tanto el nuevo sistema debe reconocer las incertidumbres y apuntar a un mvangjo del riesgo, lo que exige decisiones con- certadas ¢ informadas. Este es un proceso de evaluacién continua, que incorpora tanto estu- dios para proyectos especificos como evaluacio- nes estratégicas a escala territorial o sectoriall, Limitantes y condicionantes regionales y globales Las estrategias de desarrollo estén cada ver mis condicionadas por las condiciones exter- nas, Las alzas en un producto rapidamente desencadenan cambios en sectores productivos, con consecuencias territoriales y grandes efec- tos ambientales y sociales. Por ejemplo, en este momento estamos viviendo la apertura de un potencial mercado de biocombustibles en los vaises industrializados, lo que ha desencadena- lo que en pocos meses varios paises de América -atina estén iniciando acciones para producir y ‘xportar combustibles de origen agricola, con cambios sustanciales en el desarrollo rural. Esta importancia torna necesario incorpo- rar algunos aspectos en un texto Constitu- ional, Esto se debe a que un marco de desarro- Ho alternativo requiere incorporar las relaciones con los paises vecinos en la integracién regional as{ como los vinculos con los mercados interna- cionales y los flujos de capital en la globaliza- ion. Muchas veces esto es dificil de reconocer ¥a.que se piensa que la gestién ambiental es un tema tinicamente de politica doméstica, como puiede ser la educacién o la salud. Sin embargo esto no es asi, ya que las opciones productivas snacionales siguen siendo muy dependientes de lis circunstancias internacionales. Pero ademés, a integracién regional tiene potencialidades de ‘generar nuevas opciones productivas que sean atnds sensibles desde el punto de vista social y ambiental. Debe reconocerse que por ahora los bloques gionales como la Comunidad Andina 0 el MERCOSUR no han logrado articular politicas 47 productivas, raz6n por la cual, los paises conti nian compitiendo entre s{ para exportar sus recursos naturales hacia los mercados globales Por ello es necesario lograr nuevos acuerdos regionales que permitan articular y coordinar |a produccién, promover el comercio reciproce, y dejar la competencia entre vecinos para neg: ciar en bloque a nivel global. La integracivn regional es indispensable para el desarrollo sos- tenible, pero debe hacerse de una nueva mane- ra. De la misma manera, es necesario incorpo- rar los contextos globales en cualquier propues- ta de desarrollo sostenible, para no quedar atra pados en esos vaivenes globales. Autonomia y democratizacion Establecidas la importancia de la integra- cién regional y la globalizacion, se pueden avanzar hacia otros aspectos clave. En primer lugar Ia importancia de la autonomfa, en el sen: tido de recuperar las capacidades para generar estilos de desarrollo propios, y no depender de las circunstancias internacionales. La autono- ‘nia aparece como complemento e ingrediente esencial de la soberania, y debe ser incorporada ala discusi6n sobre ambiente y desarrollo. En segundo lugar, se debe reconocer la necesidad de democratizar la politica exterior por la enorme importancia que esta teniendo. En efecto, las negociaciones en los bloques regionales, las decisiones sobre tratados de 48 inversisin, o las posturas ante la OMC, muchas veces tienen efectos mayores que las resolucio- nes qule puede tomar un ministro. Entonees, asi como se pide la participacién ciudadana en espacios como la planificacién econémica o las polfticas sociales, otro tanto debe hacerse con la insercién global. Es dema- siado importante para estar en manos de un embaiador, 0 un ministro, o incluso hacerlo desde el Poder Ejecutivo sin las condiciones adectiadas de participacion e informacion pliblica. Esto requiere democratizar esas deci- siones, incluyendo sistemas de informacion publica, participacién ciudadana en el proceso de tomas de decisiones, y posiblemente ampliar el control social y parlamentario. 49 Los retos del régimen de desarrollo. El Buen Vivir en la Constitucion Norman Wray! La primera version de este articulo se escri- bis al final de los tres primeros meses de fan- cionamiento de la Asamblea Nacional Constituyente y fue publicado por la revista “Tendencia’. La revisién del mismo es pertinen- te puesto que el texto constitucional definitive fue aprobado el 28 de septiembre, en un refe- réndum con amplio apoyo popular. La parte sustancial del mismo sigue siendo relevante para ejemplificar la apuesta politica del proceso constituyente y del texto constitucional. En definitiva el reto siempre fue: construir una Constitucién que permita una relacién mucho mis equilibrada entre Estado, mercado y socie- dad en armonia con la naturaleza. 4° Asumbleista Nacional por Movimiento Pais Aetualmente Presidente de la Comision Fspesializada de Gestion Publica y Reforma del Estado de la Comision de Legi Fiscalizacién, 51 ‘Tampoco se puede escribir sobre la Asam- blea sin hacer puiblicas algunas de sus discusio- nes. Entre ellas hay una en especial que llamé la atenci6n de la mayoria de la mesa constituyente nGmero siete “Del Régimen de Desarrollo”, ya que top6 un tema sensible: Ia relacién mercado y naturaleza. Para los expasitores, vinculados al pensamiento denominado “libertario”, la causa del problema de la extincién de los animales era sencillo: no habia propiedad privada sobre esos seres vivientes. EJ ejemplo fue interesante. “Se han preguntado ustedes spor qué las ballenas desaparecen?” y a continuacién, “jpor qué las vacas no?” La respuesta fue inmediata: en el primer caso nadie es dueno de ellas, por lo tanto “;quién las cuida?”. Sobre lo citado podriamos hacer varios jui- cios de valor, pero en el fondo la afirmacién demuestra un problema de enfoque y simplici- dad extrema: la naturaleza es un bien de inter- cambio, sujeto al ejercicio de derechos de pro- piedad, susceptible de uso (abuso, en la concep- cidn clasica), goce, y libre disposicién. Desde €sa perspectiva su couservacion depende exclu- sivamente del buen manejo y cuidado que el duento le preste. Una posicién ingenua de libre mercado que simplifica la conservacién al Ambito costo-beneficio privado. He querido entrar al problema del desarro- Ho en la Constitucién, desde esa perspectiva, para evidenciar la complejidad del tema y uno de los cjes de las contradicciones en juego. Pero, 52 ademés, para sefalar que el desarrollo tiene un mite: los recursos naturales no son infinitos. El texto constitucional plantea entonces cla- tas lineas en ese sentido, Ya en Montecristi se evidencié esa realidad. No era posible discutir el régimen de desarrollo del Ecuador, sin encontrar salidas que marquen un antes y un después en la forma en que se habia tratado al desarrollo y al ambiente en la Constitucion. Las alternativas propuestas impulsan la superacion de la tradicional forma en la cual el ambiente ha sido tratado (si es que ha sido tomado en cuenta). De ser una “externalidad” hacia el esta- blecimiento de una relacién arménica con el mismo con principios de justicia intergenera- cional. En ese esfuerzo se reconocieron otros “saberes” y pricticas para superar el anterior paradigma. De ahi que al revisar el texto consti- tucional encontramos un marco conceptual que entiende que el desarrollo tiene un limite y es el que las condiciones de la naturaleza establezcan y permitan. Con eso también critica a la con- fianza exagerada en la ciencia y su técnica, para encontrar soluciones a los graves problemas ambientales generados por el ser humano. Con esa perspectiva hay puntos centrales que marcan el terreno del tipo de desarrollo que buscamos, y a su vez la organizacién de la economia como una parte de ese régimen, Uno de ellos: los Derechos de la Naturaleza. Una concepcién de esas caracteristicas implica lo siguiente: cambiar la visién tradicional (expues- 53 ta al inicio de este articulo) para considerar, en adelante, a la naturaleza como sujeto de dere- chos legales reconociendo el derecho de ella y de los ecosistemas en general, a existir, prospe- rar y mantener sus funciones evolutivas. Dicho de otra forma, su capacidad de regenerarse y vivir. Para el efecto es necesario ampliar el con- cepto de comunidad, hacia otro que incluya no s6lo a los seres humans, sino a todos los seres vivos como partes de un ecosistema mas amplio, que se podria lamar: “comunidad natural”, Los Derechos de Ja Naturaleza son en si el reconocimiento del ambiente dentro de las justicias humanas de vivir en un ambiente sano. El eje articulador de los Derechos de la Naturaleza implicaria la modificacion de la selicién con ella, hechy que deviene en conse- cueneias de Lipo economnigo, Ab mismo tiempo, ui planteamienie que reinvindica tos Derechos de la Naturaleza empata con el concepto de desarrollo que ha sido guia de la discusién al interior de la mesa, y que es el siguiente: “Desarrollo es un proceso dinémico y per- manente para la consecucin del ‘Buen Vivir de todos y todas en coman, seguin sus diversos imaginarios colectivos ¢ individuales, en paz y armonia con la naturaleza y entre culturas, dé modo que su existencia se prolongue en el tiempo. EI ‘Buen Vivir’ presupone que ef ejercicio de los derechos, las libertades, capacidadesy 54 potencialidades y oportunidades reales de los individuos y las comunidades se amplien de modo que permitan lograr simulténeamente aquello que a sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno visto como un ser humano universal y parti- aalar a la vez valora como objetivo de vida deseable. El desarrollo debe conservar la diversidad, la complejidad y las funciones de los ecosiste- mas as{ como de las actividades humanas, regulando y limitando los efectos de éstas segin el caso, ¢ implica avanzar hacia una sociedad justa en donde todos y todas gozan del mismo acceso, en general, al conocimiento, alos medios materiales, culturales y sociales necesarios para alcanzar el Buen Vivir. El desa~ rrollo nos obfiga a reconocernos, comprender- nos y valorarnos unos a otros a fin de posibili- tar la autorrealizacin y la construccién de un porvenir compartido Por lo tanto, el desarrollo bajo esa vision no un proceso lineal donde existe un antes y un después, sino que al no haber un estado ante- ¥ posterior, existe una vision holistica. La ‘Bjsign de la humanidad es la de alcanzar y mantener el sumak kausai o ‘Buen Vivir’ defini- dg también como ‘vida arménica’. (En esa misma linea) todo esfuerzo humano debe bus- Gry crear las condiciones materiales y espiri- taales para construir y mantener una vida atftibnica. Para el efecto hay una diversidad de 55

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