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Exploración Ginecológica Complementaria

Dentro de este apartado se encuadran las exploraciones ginecológicas que se consideran especiales, y
se realizan tras la exploración básica en las ocasiones en que sea necesario.

Citología del cuello uterino

La citología o papanicolau es el estudio anatomopatológico de las células del cuello uterino. En el


cérvix se encuentran 2 tipos de células: las células epiteliales y las células cilíndricas glandulares, en
la unión de los dos tipos de células pueden aparecer cambios en la morfología de la célula, estos
cambios se llaman metaplasia.

La metaplasia es un cambio adaptativo de las células glandulares del interior del cervix al ambiente
externo.

Estas células son más susceptibles a las agresiones externas como las infecciones de determinados
virus (virus del papiloma humano), que pueden dar lugar a cambios degenerativos en estas células.

Las células alteradas son más inmaduras (displásicas), según el grado de afectación se reconocen
varios estadios de la enfermedad.

La displasia es el primer paso hacia el cáncer de cérvix. Sin embargo, cuando


tales cambios son muy iniciales, las propias defensas naturales del organismo
pueden eliminar dicha alteración, pero en algunos casos la enfermedad
evoluciona, de tal forma que al cabo de años degenera en cáncer.

Explicamos la evolución natural de esta enfermedad para que sea más fácil
entender lo que vamos a buscar mediante la citología.

Ya hemos dicho que la citología consiste en coger una muestra del cuello de la matriz, tanto de la zona
más externa como del canal cervical, así como del fondo vaginal; es la llamada triple toma.

La citología así realizada, permite descubrir en la mayoría de los casos la existencia de cambios
degenerativos a nivel del cuello de la matriz, si los hay.

Junto a esa exploración se realiza la colpsocopia, que detecta además alguna alteración que a veces
puede pasar desapercibida con la citología.

La colposcopia (colpos=cuello, copia=ver) consiste en la visualización, ampliada con una lente


especial, de las características que presenta el cuello de la matriz; en aquellas áreas sospechosas de
alteración se les practica una biopsia.

La biopsia consiste en coger con una pincita una pequeña muesca de la zona; la biopsia no nos da sólo
células sino también tejido, con lo cual nos permite asegurar el tipo de displasia.

Cuando la alteración se confirma tu ginecólogo te recomendá una pequeña exéresis (extracción de un


pequeño trocito) de la parte más externa del cuello para evitar que dicha alteración progrese hacia
cáncer.
Como ves, la realización de la citología es clave en la visita ginecológica.

Al ser una prueba fácil, poco molesta y muy sensible para la detección de las alteraciones precursoras
del cuello uterino, entra dentro de los programas de screenning de la población femenina.

Ecografía transvaginal

La ecografía se ha incorporado en las últimas dos décadas como técnica muy utilizada tanto en
obstetricia como en ginecología.
En los últimos años el abaratamiento de estos aparatos ha permitido que, en casi todas las consultas
ginecológicas, se disponga de este método de diagnóstico.

Además, tu propio ginecólogo te la podrá realizar si lo considera necesario.

Te preguntarás: ¿Cuándo es necesaria la realización de una ecografía?

Cuando hablamos de la mujer no embarazada, se debe realizar siempre que durante la realización de
la anamnesis y/o la exploración física se detecte la posibilidad de alguno de los siguientes problemas:

- Alteraciones en la forma o el tamaño de la matriz, generalmente causado por miomas uterinos


(formación tumoral benigna) muy frecuente entre las mujeres 40-50 años.
- Sospecha de tumoraciones o quistes en los ovarios.
- Desarreglos menstruales, reglas dolorosas o sangrados entre las reglas.
- Cuando aparecen sangrados en las mujeres que ya se les ha retirado la menstruación.- Delante de la
sospecha de embarazo.

La ecografía ginecológica normalmente se realiza por vía vaginal ya que permite una visión más
valorable de los genitales internos.

En el caso de pacientes vírgenes o señoras muy mayores también se obtiene un buen resultado con la
ecografía abdominal.

Métodos de diagnóstico ginecológico

Los ginecólogos recurren a diversos métodos auxiliares de diagnóstico


en la consulta. Veamos algunos de los empleados con más frecuencia.
Papanicolaou
En el recuadro se detalla en qué consiste el más difundido y necesario de todos los estudios que se
realizan de rutina en la consulta ginecológica. Debe hacerse una vez por año, desde el momento del
inicio de las relaciones sexuales.

Colposcopía
Es de buena práctica realizarla junto al PAP. Se emplea para ello un aparato compuesto de un binocular
y una fuente de luz de alta intensidad. Con él se pueden ver lesiones a nivel del cuello uterino, la cavidad
vaginal y la vulva.

Análisis hormonales
Estos estudios -que se realizan mediante una extracción de sangre- se indican cuando hay alteraciones
del ciclo menstrual o dificultad para lograr el embarazo. Los valores basales deben obtenerse haciendo el
estudio durante la menstruación. En ciertas ocasiones, se solicitan otros adicionales luego de la
ovulación. Histerosalpingografía.

Esta radiografía se realiza inyectando una solución de contraste dentro de la cavidad uterina por vía
vaginal. Para disminuir las molestias que puede causar, es conveniente prescribir un antiespasmódico o
un sedante suave un poco antes. Se debe efectuar luego de terminada la menstruación y antes de la
ovulación.

Permite detectar alteraciones de la conformación uterina, así como de las drogas y el orificio cervical
interno.

Ecografía
Hoy en día, es complemento casi de rigor cuando se detectan alteraciones o se busca, por ejemplo,
comprobar la ovulación. Se prefiere la que se realiza por vía transvaginal por la mayor cantidad de datos
que aporta. Permite visualizar la cavidad uterina, el cuerpo uterino y los ovarios.

Muchos ginecólogos la emplean de rutina en la mujer menopáusica, sobre todo si es obesa, como
método precoz de detección de tumores oválicos.

Biopsia de endometrio
Se realiza en el estudio de la paciente estéril. Se utiliza para diagnosticar la ovulación y la calidad del
tejido en el que debe implantarse el embarazo. Consiste en extraer, por vía vaginal, una pequeña
muestra de tejido de la cavidad uterina empleando una cánula y aspirando con una jeringa, o bien una
microcureta.

Citología (escobillado) endometrial


Se emplea ante hemorragias irregulares (sobre todo en la menopausia) para el diagnóstico de posibles
tumores. Se realiza por vía vaginal colocando un pequeño hisopo dentro de la cavidad uterina.

Laparoscopía
Requiere internación transitoria y anestesia general. Se coloca una suerte de ' 'telescopio" de 50
centímetros y 0,5 centímetros de diámetro, dotado de una fuente de luz fría que se introduce por una
mínima incisión en la cicatriz umbilical. Permite ver por dentro los genitales (útero, trompas y ovarios), así
como realizar múltiples operaciones sobre ellos sin tener que abrir el abdomen.

Métodos complementarios de diagnóstico más frecuentes


La citología es la prueba complementaria más realizada en las revisiones ginecológicas. Se utiliza
básicamente para el diagnóstico de lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino o bien del propio cáncer.
También es útil para detectar infecciones vaginales y en algunos casos para el diagnóstico hormonal.
La toma de la muestra no precisa de ninguna preparación especial más que no tener la regla en ese momento
y abstinencia de relaciones sexuales las 48 horas previas. Es también aconsejable no usar tratamientos en
cremas u óvulos los 5 días previos.
La técnica para la toma es sencilla. En primer lugar se coloca un espéculo para separar las paredes vaginales
y visualizar el cérvix1. La primera toma que se realiza es la de las paredes vaginales del fondo de saco2
posterior de la vagina. La segunda toma es del exocervix3, la parte del cuello uterino que queda expuesto en
la vagina y la tercera es la del endocervix4, la parte del cuello uterino correspondiente al canal que comunica
el útero con la vagina.
Los resultados pueden ser muy diversos, el patrón trófico indica que las células tienen los cambios esperados
por el estado hormonal de la paciente. El patrón atrófico se presenta en las mujeres menopáusicas que no
sufren estímulos hormonales. Puede aparecer cierto grado de inflamación en el resultado de la citología, que
el médico decidirá si precisa tratamiento. Los bacilos de Döderlein pertenecen a la flora autóctona de la vagina
sin que produzcan ninguna patología.
Hay dos tipos de epitelio distinto en el cuello uterino, uno glandular en el endocervix, y otro epitelio plano
estratificado en el exocervix, pero cuando el epitelio glandular queda expuesto a la vagina se produce un
fenómeno de metaplasia, que no supone ninguna alteración patológica. La toma de citología debe hacerse de
ambos epitelios para tener una mayor detección de posibles lesiones.
La displasia se refiere a cambios patológicos que presentan las células en el camino de malignizar. Se definen
distintos grados de displasia según su gravedad que según las diferentes clasificaciones pueden denominarse
como displasia leve, moderada o severa; CIN I, II o III o bien ASCUS o SIL de bajo grado o de alto grado. En
caso de alteración citológica debe confirmarse por biopsia.
La colposcopia consiste en la visualización del cuello uterino con un sistema óptico de aumento que permite
identificar el epitelio5 del cuello uterino y si existen lesiones. Se realiza mediante la introducción de un
espéculo en la vagina para visualizar el cuello uterino, se limpia la zona con ácido acético que resalta las
células que puedan tener alguna anormalidad y en ocasiones se utiliza una solución de lugol para observar las
zonas sospechosas de lesión. Puede entonces hacerse una biopsia dirigida de esta zona.
La ecografía ginecológica es una prueba rutinaria dentro de la revisión ginecológica existiendo la vía
transvaginal o la abdominal para realizarla. La transvaginal es la más utilizada, se introduce un transductor en
la vagina de la paciente y se obtienen imágenes de la matriz y los ovarios. El transductor emite ultrasonidos
que son reflejados de forma distinta según cada tejido y esta información debidamente tratada en el ordenador
del ecógrafo permite la visualización de la imagen en la pantalla. Puede además utilizarse el efecto Doppler
para obtener información sobre la velocidad y dirección del desplazamiento de la sangre por los tejidos. Al ser
una técnica que utiliza los ultrasonidos y no rayos X no produce radiación alguna. El estudio por vía abdominal
se utiliza en mujeres que no hayan tenido relaciones sexuales o en las que por alguna razón la vía
transvaginal es dificultosa. Precisa de la ingesta de agua previa a la prueba para la distensión de la vejiga de
la orina, que deberá mantenerse llena.
La mamografía es una técnica radiológica no invasiva que utiliza un sistema de rayos X de baja dosis. Los
protocolos varían sensiblemente de un centro a otro, pero actualmente a las mujeres sin antecedentes de
cáncer de mama suele hacerse la primera mamografía entre los 35 y 40 años y a partir de allí de forma
periódica cada 1-2 años. De forma sistemática se realizan dos proyecciones, la craneocaudal, de arriba-abajo,
y la lateral u oblicua de fuera a dentro. La compresión de la mama es importante para conseguir buenas
imágenes, por lo que a las pacientes con más sensibilidad mamaria premenstrual se les recomienda realizar la
exploración en la semana después de finalizar la menstruación. Siempre que tenga alguna exploración anterior
en su domicilio deberá aportarla para poder ser comparado con la actual. Los riesgos actuales de la
mamografía son muy bajos ya que la radiación utilizada es mínima y sus beneficios los superan ampliamente.
La ecografía mamaria es una técnica de imagen que utiliza ultrasonidos complementaria a la mamografía y
que nunca la sustituye como método de screening6. Se indica en los casos de masas palpables, bien en casos
en que la mamografía indica la presencia de nódulos benignos o malignos, o bien cuando se quiere realizar
una punción de un nódulo para su estudio. Es muy importante recalcar que no es útil para el diagnóstico
precoz de cáncer de mama y en cambio ante la presencia de un nódulo de características benignas permite
distinguir si se trata de un tumor sólido o líquido (quiste) mejor que la mamografía.
La resonancia magnética se está empezando a utilizar en el estudio de la mama y sigue siendo una técnica
complementaria utilizada en pacientes con diagnóstico de cáncer de mama para el estudio de su extensión, en
pacientes en tratamiento con quimioterapia para valorar su respuesta y en pacientes portadoras de prótesis de
mama.

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