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Simplemente Amor - Tolibu
Simplemente Amor - Tolibu
dos eran pareja hace tres meses, que hoy cumplían con exactitud, Javiera la
menor del grupo con tan solo veinte años, Ignacia la seguía con veintitrés,
luego estaba Camila de veinticinco y por supuesto Paola de veintiséis, las
cuatro eran amigas desde pequeñas, sus madres eran amigas y la diferencia de
edad fue problema hasta los diez años, después no notaban la diferencia. Carla
hacia tres meses que era pareja, novia o como quiera llamársele de Paola y
esta noche por fin conocería al resto del grupo, las famosas hermanas postizas
de Paola, Carla tiene treinta años, a diferencia de las veinteañeras sentadas en
aquella mesa, no comparte muchas de sus conversaciones, a pesar de que
intenta compartir con todo su esfuerzo, no comparte sus gustos y siente que
esta sentada con un montón de niñas que no saben hacia donde va su vida, da
gracias al cielo por que Paola es distinta, pero Paola es idéntica a las demás,
solo que maduro un poco antes, a la fuerza quizás.
En cierto momento Carla pidió permiso para ir al baño, lo que el trio de urracas
aprovecho para cotorrear.
- cállense las dos, que tienen pasado oscuro, una con un menor y la otra con un
abuelo! – disparo Ignacia
-te defiende solo por que a ella al igual que a la abuela le gustan mas jóvenes,
supiste que anda paseándose con una alumna? – argumento Javiera entre risas
- lo que pasa Carla, es que las niñas no entienden como una se puede
enamorar de alguien mas joven – responde Ignacia completamente seria
Carla solo le dio una sonrisa que se vio tan sínica como lo era, lo que al grupo
les sentó como patada en la guata. Mientras Ignacia se daba vuelta y le hacia
morisquetas a Carla, esta le decía a Paola que tendría que retirarse.
- Me cargo! Que tipa mas antipática – Dice Javiera imitando la forma de hablar
de Carla
- hay que entenderla igual es primera vez que se enfrenta a nosotras – dijo
Camila
Todas reían cuando se sienta Paola y las mira como si supiera de lo que
hablaban
- ya, hablen!
- quieres la verdad?
- Obvio!
- quise que me cayera bien, pero ella hizo lo imposible por que no fuera así –
dijo Camila
- Pao, para que preguntas si sabes que no podemos decirte nada – dice Javiera
- ya me da lo mismo a esta altura, Pao, Gabi esta bien, tiene todo superado,
esta pololeando y… - Cállate! – Camila interrumpió a Ignacia antes de que
siguiera hablando.
- y que? – dijo Pao que hasta altura no sabia que era lo que tenia en el pecho,
dolor podría ser, pero que le dolía mas, el saber que estaba con alguien o el
que todo estaba superado
Mientras todas discutían y retaban a Ignacia por lo que había dicho, Paola se
había marchado en su cabeza, todo le daba vueltas y no sabia bien que
pensaba, hasta que se paro y se alejo de sus amigas.
- en realidad no se porque la protegemos tanto si fue ella quien hizo mas daño
– dijo Javiera
- Pero Ignacia, si nosotras sabemos donde fue a parar Gabi, si sabemos de ella
es gracias a sus correos
- como lo sabes?
- ay! Ignacia, era obvio, siempre anda con algo que le cubra sus brazos, incluso
cuando hace calor, siempre lo sospeche.
- que haremos cuando llegue Gabi, estoy segura que Paola volverá a recaer –
dijo Ignacia
Para paola todo comenzaba a pasar delante de sus ojos como si fuese una
película, una película en la que vio el triste final y de pronto todo volvió al
principio, como si todo estuviese pasando delante de sus ojos, la historia
comenzó…
- pero tienes diecisiete años, no has estado con ningún hombre, como puedes
estar tan segura
- obvio que no
Paola se quedo pensando, no podía creer que su mejor amiga fuera lesbiana,
Gabriela era de su misma edad y estaba segura de lo que era, ni siquiera
titubeo para contárselo, pero aunque le costo asumirlo, la quería con el alma,
por lo que debía aceptarla. Gabriela no era como sus amigas, todas con cuerpo
de modelo a sus cortas edades, incluso la pequeña Javiera que tenia once años
se podía ver que seria una mujer preciosa algún día, pero Gabriela no, desde
pequeña fue la gordita del grupo, la que tenia que usar lentes por su corta
vista, la que siempre tenia mala suerte en todo y la mas sobreprotegida del
grupo, a pesar de que vivían en el mismo edificio, estudiaban en el mismo
colegio, las vacaciones eran en conjunto, eran una gran familia, pero siempre la
que tenia problemas para salir, para jugar, para hacer una simple pijamada,
era Gabriela, un verano la mandaron a un campamento para personas con
sobre peso, una sola semana duro y su mamá la saco por que la estaban
haciendo sufrir. Gabriela no se vestía igual que todas, era distinta en todo
sentido de la palabra, pero con el tiempo se volvió extrovertida, cómica y muy
inteligente, de lo que le hablaras ella sabia, a sus cortos
diecisiete años tenia embobados a dos o tres compañeros de colegio, solo por
su simpatía, pero ella no le interesaba nadie, por que siempre estuvo
interesada en solo una persona, su mejor amiga.
- cuando estés mas grande lo vas a entender enana – dijo Camila, quien agrego
– por si acaso, a mi me gustan los hombres!
El tiempo avanzaba como la luz y Gabi ya tenia veinte años al igual que Paola y
aun así no había estado con nadie, solo tenia ojos para una persona, la que en
ese entonces lloraba por su ex novio que después de entregarle su virginidad
termino con ella, Gabriela solo la consolaba y en el fondo le dolía como un
idiota podía hacerla sufrir, mientras ella podía darle tanto amor.
- Pola, deja de sufrir por ese idiota que no te merece, de seguro llegara alguien
que te quiera de verdad
- pero yo lo quiero a el
A pesar de todos los intentos de Gabriela por que su amiga dejara de sufrir por
aquel intento de hombre, esta a los días volvió con el, lo que solo significo una
cosa para Gabriela, era tiempo de olvidarse de ella, jamás la vería con otros
ojos y ya se había cansado de sufrir.
- desde que volví con mateo que no me habla, por que anda en otra, esta
enojada conmigo?
Mientras todas comentaban lo de Gabi, Paola sintió algo raro, algo que por
primera vez experimentaba, no sabia muy bien como describirlo, pero algunos
suelen llamarle celos.
- no, nada que ver, obvio que quiero que este con alguien y sea feliz, me
molesta que no me lo haya contado ella
- oye pero me dijo que saliéramos hoy, lleva a Mateo y salimos todas – dijo
Ignacia
Javiera era la menor del grupo y no le era tan fácil salir, pero lograron sacarla
de su casa entre todas, la noche llego y se encontraron casi todas a fuera del
edificio
- nos encontrara allá, por que anda con su novia – dijo Ignacia
Aquellas palabras le ardieron por dentro a paola, aunque no sabia por que, en
el lugar estaba Mateo, pero Gabi no se veía por ningún lado. Ya compartiendo y
bebiendo en la casa, salieron diferentes temas, pero Paola no ponía atención a
nada, solo miraba la puerta, por que la hora avanzaba y Gabi no llegaba. Casi a
la mitad de la velada sonó el timbre, la persona que tomaba de la mano a Gabi
era preciosa, alta, delgada, morena y de los ojos verdes, Gabi sonreía a su
lado, se las presento a todas y se sentó, aunque poco miro a Paola.
De pronto la botella la hace girar Gabi y sale su novia, todos aplaudían, sobre
todo los hombres que miraban babosos la situación, Susana, la novia de Gabi,
la tomo de su cara y la beso, largo y profundo, Paola miraba atónita la situación
y el sentimiento que tenia era mas grande que nunca, su corazón latía cada vez
mas fuerte, su cara estaba tan roja como un tomate y no sabia si era ira lo que
le palpitaba en su cabeza, lo único que atino a hacer fue pararse y salir de
aquel circulo.
-Ah? –dijo Mateo que aun tenia la imagen de las dos féminas besándose en su
cabeza
- este no sirve para nada – dijo Gabi dándole un beso a Susana – voy y vuelvo
– y se paro a buscar a Paola
- que te pasa?
- nada
- así que tienes novia, podrías haberme mandado una carta para contármelo
- perdón?
- chao, Gabriela.
Paola saco su chaqueta del colgador y con las lagrimas a punto de soltarse de
sus ojos salió por aquella puerta, casi a las tres de la madrugada, camino sin
tener idea por donde iba, mientras su corazón parecía querer detenerse en
cualquier momento, porque se sentía así, porque Gabi, su mejor amiga, la que
mas quería, la había tratado de ese modo y porque le dolía tanto, se
preguntaba una y otra vez en su cabeza intentando hallar respuesta; de pronto
su cabeza comenzó a abrirse, Gabi siempre era complaciente con ella, si quería
el cielo, eso le daba, siempre la escuchaba, siempre le aconsejaba, siempre
estaba ahí para ella – quizás son celos de amiga, por que es la primera vez que
esta con alguien, ya no es solo para mi – dijo al aire mientras caminaba – y
porque la quiero solo para mi? – Insistía en voz alta – soy una idiota –. Cada
vez mas alejada de la casa en que se encontraba y sin saber el camino que
recorría, siguió sus pasos hacia delante y no se detuvo por nada, su cabeza era
una marioneta de hipótesis que controlaba su corazón, hasta que lo entendió –
no!, es imposible – grito en voz alta…
- Ahí estas estúpida! Como se te ocurre salir sola a esta hora!! – era Gabi, que
la había estado buscando por todos lados, desesperada por los peligros que
podría enfrentar su “amiga”
- Pola, dejemos esta discusión, no nos lleva a nada, discúlpame por no haberte
contado lo de Susana, ya no quiero estar así contigo
- Ahora soy Pola? Mira, da lo mismo, esta discusión, si me cuentas tus cosas o
no, ya me da igual, pero ahora déjame que quiero estar sola.
Aquellas palabras le dolieron más a ella que a Gabi, que en esos momentos solo
quisiera sentir aquella sensación deliciosa que sentía cuando estaba en sus
brazos.
- tu novia…
- Que tiene que ver Susana
- no, que ahí viene tu novia – le dijo Paola que veía como se acercaba Susana a
tomar la mano de Gabi y a darle un beso, beso que Paola ya no pudo soportar y
solo siguió su camino.
Mientras Susana entendía su preocupación, ella veía a Paola como temblaba del
frio, aun con su chaqueta puesta, siempre ha sido tan friolenta, quiso ir a
llevarle la de ella, pero no podía quitársela a su novia, suspiro y se aguanto el
frio que hacia, quedo solo en una camiseta sin mangas y le llevo su poleron a
Paola.
- póntelo
- Pola póntelo
- ya pu, poli ponte el poleron – dijo Gabi, con la voz mas dulce que tenia, solo
le decía poli cuando quería conseguir algo y siempre lo conseguía.
- vive aquí a la vuelta, a demás si voy por ella tu te quedas sola y te puede
pasar algo.
- Cuídate Pola
- bueno.
Y así se subió al auto, pensando en lo que habría sido, dejando a una Gabriela
mas confundida que nunca.
- oye, a Gabi no la veo hace rato, has hablado con ella? – dijo Camila
- si, ayer hablamos, esta con los exámenes finales y el poco tiempo libre lo
ocupa con Susana – respondió Ignacia
Mientras ellas hablaban paola escuchaba atenta pero sin ganas de preguntar
nada
- entre nosotras? Nada que iba a pasar – respondió asustada por la pregunta
Ya se acercaba el fin de año y con ello las vacaciones, los papas de Javiera
habían comprado pasajes para un crucero, por lo que todos se embarcarían,
incluidas el grupo de amigas. El día del viaje llego, tomarían un vuelo de doce
horas para luego subir al crucero, durante el largo viaje Paola y Gabriela no
cruzaron ni palabras, ni miradas, ninguna daba el pie para hacerlo aunque sus
amigas hacían lo posible por que así fuera. Ya en aquel gran crucero, los padres
tenían sus habitaciones continuas y ellas tendrían dos habitaciones una para
tres y otra para dos, sabiendo esto Camila, Javiera e Ignacia se encerraron en
la habitación de tres por lo que no les quedo de otra, Gabriela se acomodo en
una cama mientras ingresaban sus maletas, Paola se puso a ordenar la ropa sin
dirigirse palabra alguna, pero Gabi la miraba cuidadosamente, seguía cada
acción minuciosamente, hasta que comienza a sonar “ i don’t care if Monday’s
blue, tusday’s grey and weneday’s to, tursday i don’t care by you it’s Friday i’m
love” seguía sonando y Gabi no podía encontrar su celular, hasta que Paola va
directo a su chaqueta, saca el celular y se lo pasa – Contesta luego, por favor –
le dice en el tono mas déspota posible. Gabriela se quedo viéndola y el celular
volvía a sonar…
- hola
- no encontraba mi celular
- ya te extraño bebe
- si seguro
- te amo bebe
- de que te ríes?
- que te importa
- de que te ríes
- de ti
- y me lo dices en mi cara
- tu preguntaste
- es cómico que alguien que siempre critico a las personas cuando en pareja
hablaban como una guagua y decían “que ridículos los sobrenombres, yo no
dejaría que me dijeran eso” ahora permita que la traten de “bebe” y peor aun,
que trate de “bebe” a alguien.
- tu cambiaste
- falso, la Paola que yo conocía no podía estar un día sin hablar conmigo, ahora
no hablamos nunca; la que yo conocía no dejaba que nadie la pasara a llevar y
tu estas con un tipo que te engaña y te usa en tu cara y no haces nada; la que
yo…
- para!
- Mira Gabriela, tu por tu lado, yo por el mio y fin, hace tiempo que no existe
amistad entre nosotras y no tengo porque discutirte nada, con que respetes mi
espacio todo bien.
Gabi se quedo viéndola esperando otra reacción, mas no obtuvo nada de lo que
quería, sino todo lo contrario, quería provocarla, quería discutir, quería sacarla
de sus cabales mas nada de eso hizo. Los días siguientes los disfrutaron
tomando sol, bebiendo cocteles, disfrutando la piscina, entre otras cosas, Paola
despertaba y Gabi ya estaba afuera; Gabi llegaba y Paola ya estaba durmiendo,
los padres disfrutaban por su lado y ellas por el propio, cierta noche se hizo una
fiesta juvenil en uno de los salones, todas se prepararon en el cuarto de Paola y
Gabi, esta ultima entro al baño y salió vestida, a pesar de no poseer un cuerpo
escultural, se veía preciosa maquillada, Paola no pudo evitar mirarla con otros
ojos, Camila percatándose de esto le paso un pañuelo – sécate la boca, babeas
– le dijo, sacándole risas a todas, menos a Gabi…
- cuéntales tu, me da lata el tema, yo me voy, nos vemos allá – dijo Gabi
saliendo de la habitación
- les cuento?
- Susana la llamo y le dijo que era mejor que terminar, por que no podría ser
fiel tanto tiempo
- que iba a decir, la mando a la mierda y filo con ella, le paso lo mismo que a ti
pu, o no? - dijo Camila mirando a Paola
- con la diferencia que fui yo quien patio a Mateo, en todo caso es lo mejor que
pudo haber hecho
- y ahora con quien esta saliendo, ya que tu lo sabes todo Camila Errázuriz
- no sale con nadie, tiene una cita en la barra con el alcohol, quiere puro tomar.
Paola termino de arreglarse y salió de aquel cuarto sin dar aviso, llego al salón
y busco casi de reojo a Gabi, pero no dio con ella, cansada de buscar salió a
tomar aire, a fumarse un cigarrillo, a despejarse. En eso estaba cuando sintió
esa extraña sensación de ser observada, levanto su vista por sobre el hombro
mas no vio a nadie, apago el cigarrillo que se había terminado y prendió otro
enseguida…
- lo dice la persona que hace una hora estaba bien y ya parece ebria
Aunque Paola sentía su pecho agitado y esa sensación de tener las palabras
atascadas en su garganta, como queriendo salir lo antes posible, opto por
callarse, después de todo no sabia que sentía Gabi y aun no sabia bien que era
lo que ella sentía.
- Pola yo…
- tu que?
- mmm… una cerveza, dos whisky con red bull y tres shot de tequila, creo.
Gabi se sentía tan mal que se acerco hasta la baranda y se puso a vomitar en
pleno mar, Paola la acompaño, tomo su cabello y la sostuvo mientras Gabi
continuaba vomitando…
- gracias, sigo mareada – Gabi no quería que Paola la soltara, seguía abrazada
a ella como si se fuera a caer en algún momento.
- tu vas conmigo?
… Paola entro al baño y saco una toalla del estante, sin quitar la vista de los
ojos de Gabi, que la seguía con preocupación, Paola se acerco a ella y cerro la
llave del agua, abrió la toalla y la cubrió, Gabi no entendía nada, Paola se
estaba volviendo loca?
Afuera tomo otra toalla y seco su pelo dejándolo enrollado en su cabeza, quito
la toalla de su cuerpo y la seco, seco sus brazos, su espalda, seco su cintura y
sus senos, Gabi solo se dejaba hacer, seco sus piernas y seco su sexo, ahí sin
quitar su vista de los ojos de Gabi…
- Pola…
- Gabi…
- que haces?
- lo que me da la gana
- conmigo?
- contigo
- no juegues
- no quiero jugar...
2
CAPITULO II: PERFECTA
A la mañana siguiente Paola se vio rodeada por los brazos de la mujer que le
había hecho llegar a tocar el cielo con las manos, recordó los gestos, las caras
producidas por Gabi al llegar al orgasmo, la forma en que la toco, las ganas con
las que la beso, a su edad nadie le había hecho llegar así, de esa forma, tantas
veces, hasta que ya sus fuerzas no dieron más; recordaba y sonreía, recordaba
y se sonrojaba, recordaba y se volvía a sentir excitada. Le hablo a Gabi, pero
no despertó, así que se fue a bañar, mientras estaba en el agua, Gabriela
despertó.
- o sea que…
- que cosa?
- no fue un sueño?
- mira, con todo el alcohol que bebiste anoche no me extraña que pienses que
fue un sueño
Ambas rieron, una mezcla del nervio que tenían, de lo distintas que se sentían,
todo seria nuevo; Paola tomo a Gabi, la abrazo a su lado, la beso una y otra
vez, como si fuese la última vez en su vida que la besaría.
- entonces tenemos que pensar en algo, por que no podemos hacer como que
esto nunca paso
- si, se puede?
- para siempre? Te da vergüenza?
- no es vergüenza, nada que ver, es solo que ni siquiera se si soy gay, como
para gritarle a todo el mundo que siento cosas por ti
- andar
-si
-tu y yo
- si
- a escondidas
- por favor?
- por supuesto
Gabriela sin entender a lo que se enfrentaba y quizás por todo el amor que
sentía por aquella mujer, acepto el andar a escondidas, claro lo clandestino es
excitante, nuevo, es una aventura diaria, pero aun no sabían si serian capaces
de asumir todo lo que la clandestinidad llevaba.
- esta noche?
- si
- y llamaste a la Pola?
- pensé que tenia planes, pero filo, esta bien nos vemos allá
Gabriela corto aquella llamada tan ofuscada como era posible, más que mal hoy
cumplían un año de relación y se suponía que comerían en el departamento de
Gabi, pero al parecer Paola no pensaba lo mismo. Esperó la mitad del día por
una llamada pero nada paso, al final término arreglándose para ir a la casa de
Camila, a celebrar lo que fuese que se les haya ocurrido, por que siempre se les
ocurría algo nuevo.
- Negra porque tienes esa cara – pregunto Javiera con un tono de pena a Gabi
- onda, “onda”
- no te entiendo Cami
- lo que pasa, es que le hice una pregunta a la Gabi, pero se hizo la loca y no
respondió
- que pregunta
- buu!! Que onda entre ustedes dos, tienen algo? – argumento Ignacia
Paola intento responder lo más rápido posible, sabia que ya era hora de decir la
verdad
- entre nosotras hay algo muy fuerte, una amistad mas grande de la que tengo
con cualquiera de ustedes – dijo sacándoles la legua a todas como burla
Sabía que tenía que decir la verdad, pero cuando aquellas palabras iban a salir
salieron las otras en su lugar, miro casi de reojo a Gabi y pudo ver la mirada de
rabia que había en sus ojos, pero que podía hacer, era más fuerte que ella.
- eh… bien, creo, mañana dan los resultados pero creo que bien-respondió
mirando a Gabi la que no le correspondía la mirada.
- celosa?
- nada que ver, no lo invite que es distinto, ojos que no ven corazón que no
siente
- fresca
“ojos que no ven corazón que no siente” recalco en su mente Paola, pero ella
estaba viendo como la “pendeja” ponía sus manos en las caderas de la que era
su mujer, por que no estaba libre hacer lo que quisiera como había dicho
Javiera, todo lo contrario, lo primero que se le ocurrió fue enviarle un mensaje
“cual es tu idea, llevo veinte minutos viéndote bailar con esa pendeja, que
pretendes?”
Vio con atención como Gabi leía aquel mensaje y al parecer respondía
Cuando Gabi se decidió a salir del baño, afuera estaba Paola esperando
paciente, la tomo de la mano y la llevo hasta la pieza.
- No quiero pelear
- que yo había dicho que no, pero cuando me dijo que tu venias no me quedo
otra que cambiar de opinión
- “linda la amiga de la Ignacia”-le remedo casi como burla, pero no era burla
- Gabi yo no quiero pelear, pero tu sabes que me cuesta asumir todo esto
- me estas hueviando
- no, como te vamos a dar alcohol, tu mamá me mata, estas muy chica, ya
dicen que somos mala influencia para ti, te imaginas fuese verdad
- son pesas las yeguas, yo juraba que eran con alcohol, entonces no se porque
me duele tanto la cabeza
Paola se levanto y busco en su celular por algún mensaje de Gabi que explicara
su ausencia
Mientras que intentaba conectarse a la red para poder ver sus notas, Camila y
Javiera cotorreaban como locas de la noche anterior, Paola las oía y reía con
todos los disparates que hablaban, cuando esperaba que la página cargara por
completo recordaba el baile de Gabi con la “niña” y se enrabiaba un poco
- lo único que se es que a la Gabi se le nota a una milla que esta enamorada
hasta a las patas
- si pu’, como que pareciera que hay algo, pero no de la misma forma
- quien es la Antonia?
- la amiga de la Igna pu
- ah! No se no la conozco.
Entre tanto ambas hablaban, Paola no sabia que iba a hacer, como se le pudo
olvidar que el día anterior cumplía un año con la mujer que amaba, aunque
fuese a escondidas, no había excusa para disculpar algo así, con razón la
molestia de Gabi, ahora lo entendía todo, se suponía que aquel día saldrían a
comer, no entendía como pudo olvidársele con la importancia que aquel día
tenia. Más rápido que un parpadeo (que exageración) Paola monto una serie de
sorpresas que había planeado hacia mucho tiempo, aunque fuese atrasado,
nunca es tarde, pensó.
Gabriela hacia un par de horas se sentía extraña, veía las cosas con claridad,
tenia claro que para estar al lado de Paola valía la pena sacrificar todo, incluso
sacrificarse ella misma, pero acaso ella no valía, porque Paola no podía
sacrificarlo todo por ella, tal vez lo que pedía era demasiado o quizás no era
nada, pero quería ser capaz de hacer todo lo que las parejas normales hacen
libremente y ella no poseía aquella libertad. Gabi seguía en aquella discusión
interna cuando suena su celular
- que favor?
- a donde?
- es urgente?
- un poquito amor
- que significa esto? – dijo Gabi con una semi sonrisa en su cara
- quieres subir?
Gabi se cuestionaba que sorpresa era la que le estaba dando, Paola la dejo un
momento en la cubierta hasta que subió por ella.
- hace un año atrás, en medio del mar, probé tus labios por primera vez, se
convirtieron en mi droga, mi propia droga la que no fui capaz de dejar por un
segundo, a la mañana siguiente desperté entre tus brazos y confirme lo que
hace tiempo sentía, que mi cuerpo calzaba justo con el tuyo y que jamás me
separaría de ti, aunque la distancia física algún día nos afecte, mi corazón
siempre estará conectado al tuyo y viceversa, aquel día lo supe, hoy hace un
año atrás.
- hoy hace un año atrás pensé que habías sido un sueño mas, como los que
solía tener, en los que tu eras mi protagonista, pero poli yo…
- pero?
- yo quiero lo que todos tienen, quiero que la persona que amo me tome de la
mano cuando nos juntamos con los amigos, que baile a mi lado pero no como
una amiga, quiero que me bese si tiene deseos y no que me los reclame con la
mirada, que me cele cuando sea prudente y que me haga sentir valorada
- ha pasado un año desde que estamos juntas, un año desde que me pediste
por favor que lo intentáramos en secreto porque no estabas segura y yo accedí,
no porque me gustase, sino por que era la única manera de estar a tu lado, al
lado de la mujer que siempre ame
- no he dicho eso
- entonces explícame hacia donde va esto por que siento que estas terminando
conmigo
- Pola, yo…
- yo no puedo decirle a todo el mundo, “saben que, hace un año tengo una
relación con una mujer”, no quiero tener que escuchar criticas, no quiero tener
que darles explicaciones a la gente y mis viejos, que van a decir mis viejos, no
soy capaz de soportar una mirada de asco por esto – dijo aquella ultima oración
con ganas de no haberlo hecho
Paola la quedo viendo, Gabi no era capaz ni siquiera de darle la cara, subió a
pedir que regresaran, pero sentía que sus pies llevaban un peso extra, no solo
sus pies, su pecho cargaba lo más pesado que se podría cargar, dolor.
Cuando bajo Gabi estaba llorando con la cabeza entre sus piernas, como habían
llegado a esto, de verdad habían terminado, no lo entendía, porque no podían
seguir así, si por tanto tiempo habían estado bien, porque era tan necesario
que el mundo lo supiera si solo ellas lo vivían.
- cuanto tiempo
Gabriela como una tonta enamorada lo acepto, acepto aquel mes y lo aceptaría
una y otra vez pensó en su cabeza, pero aquel mes paso volando en un abrir y
cerrar de ojos, voló cual pájaro emigrando, llevando con el veinticuatro meses
más, meses en que nada cambio, en los que nunca asumió y Gabriela se canso
de pelear por aquello, se sentía como las amantes cuando su pareja les jura
una y otra vez que dejaran a la mujer con la que están casados, aunque ese día
nunca llegue la mayoría sigue estando ahí, esperando cada momento fugaz
para compartir un beso, una mirada, una simple y excitante cama.
- ay Igna pero si la Pola tiene que haberle contado que el jefe la esta
conquistando
- ah! Si algo me dijo – mintió Gabi para saber más del asunto, mientras le
hacia un gesto a Ignacia para que mantuviese en silencio
-cierto! – dijo Gabi con una rabia enorme por no tener idea de lo que hablaba
Camila siguió hablando de todos los detalles que había tenido el jefe con Paola,
mientras que Ignacia cerraba los ojos para no ver a Gabi y la cara que tenia,
Camila conto como le había dado chocolates, las flores que constantemente
recibía en la oficina, las invitaciones que había negado y las que había
aceptado, a esas quería llegar Camila aunque según ella nunca había pasado
nada, nada mas que un par de besos.
Cuando Paola llego Gabi estaba encerrada con Ignacia en su cuarto, mientras
que su amiga trataba de contenerla, diciéndole que se calmara, que todo tiene
explicación, pero Gabriela no entendía de razones.
- te extrañe amor
- si?
- mucha pega?
- harta!
- y que tal tu jefe – le pregunto Camila a Paola, haciendo que esta se atorara
con aquella pregunta
Gabi que sonrió con ironía, espero a ver que respondía Paola, pero esta
contestaba casi como un agente secreto entrenado para mentir
Paola no sabia donde meterse, mientras que Gabi, empezaba a sentir malestar
de estomago por lo que escuchaba
- si seguro que después de tres citas el mino no iba a reclamar un beso aunque
fuese
- no me digas que te dio asco la conversación del jefe pu! – dijo Camila
irónicamente
- Gabi espera – dijo Paola levantándose de la mesa para hablar con ella
Paola asustada por la reacción de sus amigas salió de la casa casi corriendo,
tomo su auto y acelero
Casi por media hora siguió Gabi a Paola, pero esta no se detenía, hasta que
llego a un lugar eriazo y se detuvo, deteniéndose Gabriela tras ella, Paola bajo
del auto como si se la llevara el diablo, con rabia hasta en los dientes.
- Pola para por la cresta! – le grito mientras que Paola le daba una patada a su
auto
- si claro! En dos años más? Por que este ha sido el mes mas largo de mi vida
- bueno si no lo hice fue por algo! – grito haciendo que Gabi tuviese toda su
atención
- no se si es esto lo que quiero para mi vida, tener que vivir con las miradas,
los comentarios, enfrentar una vida contigo, salir a la calle de la mano como si
fuésemos una pareja normal
- Gabi tomo un respiro antes de hablar - porque mierda no pensaste eso hace
tres años atrás?
- creo que entonces no hay nada mas que hablar, eres libre de hacer una vida
“normal” con el hombre que quieras, pero solo un favor te voy a pedir, olvida
que entre tu y yo hubo algo, incluso una amistad, por que de hoy en adelante
yo a ti no te conozco.
Gabriela llego a la casa sin saber que hacer, se sentía desgarrada por dentro,
realmente Paola nunca la amo?, pensó, Ignacia entro a su cuarto intentando
descubrir que había pasado y darle apoyo a su amiga, luego de que Gabi le
conto como fueron las cosas, Ignacia no lo podía creer, aun así intento
defenderla, intento justificarla una y otra vez, pero Gabi no entendía de
razones, estaba todo claro, ya todo había acabado
- pero Igna que quieres que haga, después de lo que me dijo, tendría que ser
una estúpida arrastrada para seguir esperando por ella y ya lo fui bastante
tiempo
- la rabia nos hace hablar de mas Gabi, tal vez hablo de la rabia por que la
besaste delante de todos, tampoco es fácil reconocer que eres gay, o ni
siquiera eso, reconocer que estas con una mujer
- lo peor es que siempre sentí… incluso ahora que lo confirmo con lo del jefe,
siempre sentí que me engaño una y otra vez con el que se le atravesó por
delante, por algo nunca lo quiso asumir
-yo me voy – dijo casi en un suspiro Ignacia mientras las dejaba solas
- Gabi yo no te quiero herir, pero no puedo seguir en algo que no estoy segura
- que patético que estén contigo solo por lastima, por no herirte
- yo necesito tiempo, necesito estar segura que lo que siento por ti es amor
- créeme que no es amor, por que cuando uno ama no tiene dudas
- y como quieres que lo haga? Llorando? Ya me canse de llorar, por que llevo
tres años llorando por ti, tres años de mentiras y falsedades, años que nunca
existieron y sí eso duele, pero también te hacen fuerte
- Gabi, cada momento que viví contigo fue real, nuca había sentido tanto como
contigo, tienes que creer eso
- deja de hablar así, yo siento demasiado por ti y me duele todo esto, es solo
que necesito tiempo sola para descubrirme
- tiempo, tienes todo el tiempo del mundo, pero no esperes que yo siga aquí
esperando por ti
Paola repaso una y otra vez en su cabeza aquel momento, la inmadurez la hizo
decir todo lo contrario a lo que quería, por que ella quería pasar la vida entera
junto a esa mujer, pero no podía, algo en ella no se lo permitía. Aquella noche
Paola lloro, Gabriela lloro, cada una en un cuarto oscuro, donde la noche se
hizo compañera de su melancolía, de su pena y de su dolor, aunque cada una
lloraba por distintos motivos había uno que unía, el dolor de no volver a estar
juntas y eso le aterraba a ambas.
- la Gaby dijo que estaría afuera todo el día, así que no pienso cocinar
- afuera? – pregunto Paola
Camila no quiso preguntar que había pasado el día anterior, sabia que algo
extraño pasaba, pero pensó que cuando quisieran se lo contarían, Ignacia no
podía creer todo lo que había pasado, paso la noche entera pensando en ir a
consolar a Gabi, pero supuso que la soledad es la mejor compañía en algunos
casos y tenia razón
- obvio, ahora?
Aquella tarde Paola se encontró con Ignacia en un café cercano, pensó que
Paola podría reclamarle algo de más, o quizás estaba molesta por que ella lo
sabía todo, a esta altura nada era claro.
- que es todo?
- Gabi te conto
- nunca debiste darle alas cuando sabias que no ibas a volar a su altura
- es que no es eso de lo que dudo Gabi lo es todo para mi, pero tengo miedo, a
diario tengo miedo
- no se a que le temes Pao, Haz visto que alguna vez hayan criticado a la Gabi
o a mi por ser lesbianas
- no
- es que el problema es que yo no se lo que soy, por mucho tiempo salí con
tipos
- tipos con los que sufrías, tonteras de pendeja Pao, la vida es distinta a como
la vemos cuando somos menores
- si se, pero que me van a decir mis viejos, que van a decir las chicas, si
siempre me vieron de otra forma
- aquí lo que importa no es como te ven los demás, es como te ves tu cuando
estas con ella
- con ella?
-si
- por que soy una estúpida que no quiere poner los pies en la tierra
- Pao olvídate de las etiquetas, que si eres homosexual, que si eres hetero, que
si no te gusta ni lo uno ni lo otro, no importa nada, lo que importa es que te
enamores de una persona y da la circunstancia de que la persona de la que te
enamoraste es una mujer
- cuando te besa?
- se me olvida el mundo
- la amas?
- no se que voy a hacer ahora, todo lo que dije, no se que estaba pensando
- para que?
Ignacia se fue con ella hasta la casa y de camino intentaron llamarla al celular,
pero nunca contesto, Paola no tenia duda alguna, la amaba, basto una noche
lejos de su cuerpo para confirmar que estaba impregnada de Gabi, no había
espacio de su cuerpo que no fuese parte de ella, de camino incluso paro por
una florería para comprar unas rosas, estaba decidida a que todos lo supieran,
ya nada le importaba, solo rogaba que Gabi tuviese la grandeza de perdonarle
todas sus dudas.
- oye paren, ustedes no saben nada! – dijo Ignacia cuando Paola la detuvo
- claro que sabemos, si Gabi llego destrozada, nos conto todo, que tu nunca la
amaste, que jugaste con ella, que en todo este tiempo la hiciste creer que era
amada, cuando nunca fue así
- se fue!
- Llego y recogió sus cosas, nos explico todo, dijo que no podía pasar otra
noche aquí, entre otras cosas más
Paola se sentó en el suelo como en estado de shock, donde se había ido, que
era eso que sentía tan fuerte en el pecho, claramente era dolor, de aquel que
simula que te arrancaran un pedazo de ti.
- Igna! Ojala!! Estuvo toda la mañana hablando con los papás, al medio día
compraron los pasajes, se fue con los viejos de viaje, no se donde, hace una
hora tenia vuelo.
- entonces, tiene que volver en algún momento, pronto espero – dijo Ignacia
- pero claro todo es culpa tuya! Tenias que ser tan idiota como siempre, como
si todo el mundo tuviese que andar a su ritmo, querías jugar con alguien,
porque no lo hiciste con un hueon, no tenia que ser ella, que según tu era tú
mejor amiga! Uno a una amiga no le hace eso!
- Javiera cállate por la cresta, tu no sabes como fueron las cosas! – grito
Ignacia
- se perfectamente como fueron, si la Gabi llego llorando aquí y nos conto todo!
- Pao no digas nada mas, no es necesario, no tienes por que dar explicaciones
– dijo Ignacia, tomando del brazo a Paola y llevándola hasta su cuarto
- como?
- que de que me sirve llorar, ya la perdí, por idiota, por hueona me paso,
cuando tenia todo para hacer las cosas bien, no había nada que ella no hubiese
hecho por mi, un día se lo dije, eres la mujer perfecta para mi, como lo pudo
olvidar
Ignacia tomo a Paola entre sus brazos y fue inevitable no comenzar a llorar, las
lágrimas salían de sus ojos como si fuesen palabras explosivas que decían
tanto en cada lágrima mas aquellas palabras eran mudas por que no había
nadie que las oyera.
- que cosa?
- para mi?
- bueno
“Igna: perdóname por no despedirme, pero fue todo tan rápido, la decisión que
tome supongo ya te la informaron sino te cuento, decidí irme, largarme de una
vez y por todas, no puedo seguir aquí, tu mejor que nadie lo sabes, de nada
sirve cambiarme de casa, por que se que estará a unos pasos, cambiarme de
ciudad seria una fatal estupidez, necesito esto, encontrarme a mi misma y ser
capaz de valerme solo por mi, estoy mal es cierto, pero se que encontrare la
paz en mi, ya no quiero saber de ella se los ruego, no quiero recordar su
nombre, no quiero recordar su voz, por lo mismo he dejado atrás todo lo que
podría recordármela, no quiero que me envíen nada de lo que he dejado en
casa, comenzare de cero, te dejo a cargo de todas mis cosas, véndelas,
quémalas, regálalas, me da igual, hoy le dije adiós a la Gabi que solía conocer,
Igna, a ti no te puedo mentir, nunca he podido, te ruego que la cuides,
protégela tanto como lo hacías conmigo, dile por favor, que no la culpo por
nada, que no la odio sino todo lo contrario y es eso lo que hace que me
marche, dile que respete mi decisión, que no intente buscarme ni nada por el
estilo.
Igna, yo se que me ama, siempre espere que ojala el día que lo descubriera no
fuese muy tarde, pero ya vez ya se hizo tarde, ahora solo espero que no lo
descubra nunca. Te adoro amiga, serás la primera en tener noticias mías.
- tanto le costo esperar un día mas! Un día y no tendría que haberse ido!! –
gritaba entre llantos Paola
- Paola por la cresta te espero tres años! Tres años!! Y solo pedía que
reconocieras la relación, pero tú nunca lo hiciste! Que mas querías que
esperara si ahora le decías que no sabias si la amabas!
Ante aquella respuesta de su amiga, Paola salió corriendo hasta su cuarto y allí
se encerró, dramáticos minutos le siguieron donde todas entraban de entrar a
aquella pieza y de adentro solo se oían gritos, golpes, se podía imaginar que no
quedaba nada de pie en aquel cuarto, sus amigas siguieron golpeando aquella
puerta hasta que se calmo y solo se oyó en un grito – déjenme en paz! – pero
no abrió la puerta, aquel dormitorio estaba irreconocible, esa noche Paola
durmió abrazada al pijama de Gabi, aquel que se había puesto la ultima noche
que estuvieron juntas antes de que su indecisión comenzara, tanto lucho con
aquel miedo, pero este le gano y sin darse cuenta puso en duda su amor,
cuando no había nada de que dudar y ahora que ya no había nada que hacer,
todo el mundo sabia que habían estado juntas, mas ni siquiera le importaba, ya
la había perdido y ese seria el fin.
- y viene sola?
- Paola, para, no te hagas esto, se supone que ya esta todo superado – dijo
Ignacia con preocupación en su tono de voz
Paola sentía que estaba todo superado, al menos eso quería dar a demostrar,
por eso hoy estaba con Carla, por eso solía sonreír al salir con ella y disfrutarlo
a concho, pero tres años habían pasado ante sus ojos, tres años que le hicieron
recordar todo, el afecto, el amor, los celos, la pena, el dolor, el sufrimiento y al
final llegar a pensar que no sentía absolutamente nada, que estaba vacía por
dentro, su alma probablemente estaba apagada. Ahora tres años después,
volvería a enfrentar todos sus fantasmas, sabia que nada estaba superado,
sabia que el sentimiento seguía intacto, ese era su castigo por todo el mal que
causo, en todo ese tiempo nunca pudo olvidarla, ni un segundo al día no estaba
presente en sus actos, ni siquiera cuando estaba con su novia, aquellos eran los
peores momentos para recordarla, pero nada podía hacer, solo acostumbrarse,
aun así, no sabia como reaccionaria al momento de volverla a ver, todo su
mundo se ponía al revés con su regreso, se sentía aterrada, faltaban solo doce
horas para volver a estar en la misma ciudad y el solo pensarlo hacia que su
corazón quisiera estallar, que se detenga el tiempo pensó, mas no había nada
que hacer, Gabi venia de vuelta y ella traía sus propios fantasmas consigo.
3
Capitulo IV: Sin daños a terceros
- en la pieza amore
Gabi subió hasta el segundo piso encontrándosela ahí, sobre la cama con tan
solo una sabana tapando su cuerpo, Violetta era hermosa por donde se le
mirara, nacida y criada en Roma fue arrancando de su pasado cuando llego a
Toscana, no le costo mucho llegar a Cortona después de eso, un día en pleno
Tuscan Sun Festival, en medio de una exposición fotográfica, Violetta conoció a
Gabriela, basto una sonrisa para empezar a comunicarse, bastaron un par de
palabras para que ambas sintieran una conexión, basto un primer beso para
pasar a algo mas.
- è questo?
- si
La primera vez que tuvieron sexo fue en el hotel de Violetta, allí conversaron de
verdad por primera vez, una inquieta Italiana preguntaba que hacia una Chilena
en Italia, la Chilena le dijo que si adivinaba donde se ubicaba su país en el
mapa le contaría toda la historia – forse pensi che io sia un ignorante – dijo una
enojada Italiana ubicando inmediatamente Chile en el mapamundi, después de
eso no basto mucho para que Gabi comenzara a contar su historia, de la
enfermedad que sentía ella que tenia, estar enamorada de alguien que no le
corresponde – eso no es una enfermedad amore mio, no todo el mundo se
puede enamorar, io por ejemplo – de la misma forma que su compañera de
cama le había contado su historia Violetta comenzó a relatar la suya, a muy
corta edad había enfrentado lo peor que le puede pasar a alguien a los catorce
años, después de eso jamás pudo mirar a un hombre, pero cuando quería amar
con todas las ganas del mundo, no pudo, por mas que lo intento, jamás se
pudo sentir feliz, ahora solo buscaba sexo por placer, nada mas que eso.
- Violetta
- si?
- por que no hubo solo sufrimientos, extraño a mis amigas, extraño a mis
padres
- y la extrañas a ella
- tonta, aparte que mírate, eres preciosa, como dejarte ir, como perder a mi
morena que me enseño tanto
- no te he enseñado tanto
- como que no – respondió Violetta bajando por la cama y besando aquel lugar
de Gabi haciendo que gimiera con solo el primer contacto a su piel.
- si que?
- pero?
- cual?
- que tenemos que volver a Italia en algún momento y que no me dejaras por
esa Chilena schifosa
Cinco días mas tarde Gabi estaba por devolver las llaves de aquella casa,
mientras que sus amigos le hacían una despedida, cantando, bebiendo y
comiendo, recordando a la pequeña vergonzosa y tímida que había llegado,
pero despidiendo a la mujer con altura y gracia que se despedía, sin duda era
otra, aunque se sentía igual a cuando llego ahora por volver.
- siete días
- que!!
- tonta, por las escalas unas dieciocho a veinte horas, mas menos, después que
lleguemos a Santiago tomaremos otro vuelo de algo de una hora
- la vida maltratándome
Ambas rieron si no era por una cosa, era por otra, la mitad del vuelo Gabi le
describió a cada una de sus amigas, a sus padres y a los padres de sus amigas,
la otra mitad del viaje durmieron, Cuando llegaron a Santiago ya en otro avión,
Gabriela aviso que estaba por llegar, aunque nerviosa también estaba ansiosa,
solo quería aterrizar en su ciudad que tanto amaba
- Ela, algo se te escapo
- que cosa?
- como es ella?
- quien?
- Uf! Esta bien! Paola, cómico, solía decirle Pola o Poli poli, que se yo,
sobrenombres tontos, como ella me decía Gabo
- Gabo?
- y a mi me dices ridícula!
- bueno sigo? La Pola es un poco mas alta que yo, delgada, tiene el pelo del
color de la miel, los ojos café claro y con la mirada parece que te dijera todo, al
menos siempre pensé que sabia lo que estaba pensando. Tiene mi misma edad,
le encantan los deportes, algo que yo en ese tiempo odiaba
- cierto, muy cierto, pero en ese entonces lo odiaba, no hay mucho mas que
pueda decirte acerca de ella
Gabi se quedo viéndola y tomo su cara para besar sus labios, siempre que la
veía a los ojos tenia esa necesidad, así se quedaron besándose hasta que
anunciaron la llegada y no les quedo otra que parar para prepararse
- vas a tener que contener tus ganas que no se quien nos estará esperando
- deja de decirle así, no, no creo que se aparezca, es muy probable que no sepa
de mi llegada
Cuando bajaron del avión y pasaron a retirar el equipaje, fue fácil reconocer a
las amigas que esperaban con cornetas de cumpleaños y carteles enormes que
decían Gabi, otro decía bienvenida y otro te extrañábamos Gabito.
- las locas de ahí, creo que voy a llorar Viole, tanto tiempo sin verlas
- me imagino que ellas te extrañan igual con este recibimiento y entre ellas no
esta la Schifosa?
- jajajaja
- Enana!! Estas enorme mi amor, estas preciosa, no me creo que seas la misma
– dijo Gabi entre lágrimas
- te extrañe…
Todas lloraban después de tres años sin verse, mientras que Violetta esperaba
paciente que terminaran los saludos, Gabi buscaba entre la gente verla, mas se
dio cuenta de que no estaba, era imposible que estuviera.
- chucha perdón, Violetta, ellas son Camila, Ignacia y Javiera – dijo Gabi
nombrándolas por orden, mismo orden con que las saludo
- la misma casa?
- obvio, tu cuarto esta casi igual esperándote, aunque ahora vivo yo ahí y tu
cama es mas grande - dijo Javiera
- te pongo al corriente, Camilita salió con un niño tres años menor que ella por
casi un año y ahora lo dejo por otro cuatro años menor aunque lo tiene
escondidito, Javierita cumplió los dieciocho y adivina con quien se metió - dijo
Ignacia
- enana, me sorprendes
- bueno pero ahora esta mas grande y parece que por ahí anda un jote
revoloteándola y yo, yo estoy soltera gracias al señor, no tengo a nadie
- hueona mentirosa, Gabi esta hueona se anda metiendo con una pendeja de
diecisiete a la que le hace ayudantía de Matemáticas, la sínica!
Todas rieron mientras que Ignacia se ponía roja como un tomate. Al llegar a
casa, Gabi se llevo la sorpresa de que era mucho más grande, de que tenía
piscina y de que su cuarto estaba ubicado en el mismo lugar. Entre Camila y
Javiera pusieron todas sus cosas en el cuarto, mientras que Ignacia le mostraba
el lugar a Gabi y Violetta.
- si claro, cuantas veces quise viajar a verte, cuantas veces llore por saber tu
paradero, nunca nos dijiste, nunca mandaste un remitente, tan terrible era que
nos dijeras tu paradero?
- pesada!
- la olvidaste Gabi?
- olvidarla? Creo que partiste preguntando lo mas difícil, mejor cuéntame algo
de lo que paso en este tiempo
- Paola, es raro oír su nombre y que no sea de mis labios… pero sigue, porque?
Que onda?
- se pelearon heavy el día que tu te fuiste, las chicas la trataron muy mal y ella
se dejo, les costo dejar los rencores atrás, pero ahora esta todo bien
- me da lo mismo, respóndeme!
- la verdad
- si po, te estoy diciendo, aunque a todo el mundo le dijo que era por su
crecimiento personal y no se cuantas cosas mas.
- ah…
- quedaste sin habla? Gabi, pasaron tantas cosas antes que te fueras y después
que te fueras
- estas segura?
- y no hay pero que valga, por que ya invite a todo el mundo, están todos
muriéndose por verte, incluso tus ex – dijo Camila
- mira, tú! – dijo señalando a Camila – no estés inventando, que no hay tales
ex!
- pero dime cuantas son, aquí delante de tus amigas – dijo Violetta
- oficialmente solo una, extra oficial dos, ahora si nos ponemos a contar bien,
no terminamos hoy – comento casi sin poder hablar de la risa
- amiga, paso como tres pasillos más allá, te vio cuando tenias a Violetta
abrazada, se quedo así como tu ahora y siguió
En que momento se les ocurrió ir a ese supermercado, pensó Paola en una cosa
de segundo, por que desde que la vio no podía dejar de pensar en ella, en su
cabeza paseaban todas las cosas que pensó por tanto tiempo, “esta distinta, su
figura, su pelo, su forma de vestir, ¿será la misma?” no saber que mas había
cambiado era lo que mas le desconcertaba, entre otras cosas su rostro, vio su
rostro y ya mas nada le importo, desde que entro aquel supermercado supo
que todo seria distinto, pero en que momento se le ocurrió ir justo a ese,
cuando Carla le había dicho que al que quedaba más lejos, pero era mas
grande, maldito momento en que alego venir a este “¿o bendito?” se pregunto
a ella misma. Estaba intentado perderse de sus amigas y de Gabi, cuando Carla
le hablo.
Cuando quiso seguir ya era muy tarde, Carla le hacia señas a Javiera, mientras
que esta no le respondía muy entusiasta, al contrario, no sabían donde
ocultarse después de ver a Carla y a Paola
- Hola Paola, como estas? – pregunto Gabi, mientras que la saludaba con un
beso en la mejilla, beso que sintió como golpe de corriente en todo el cuerpo.
El silencio que se creo en aquel lugar fue enorme, sobre todo porque Paola no
daba respuesta alguna y Violetta podía entender todo ahora, aquella era Paola,
a decir verdad la encontró preciosa – Amor, que te paso? – Carla se dirigió a
Paola al ver que no respondía, lo que hizo que Gabi entendiera quien era
aquella mujer, definitivamente no lo podía creer, Paola fuera del closet para
todo el mundo y nadie se lo había dicho, le pesaba en su cabeza el que pudiese
salir del closet con otra mujer, cuando con ella nunca pudo, realmente nunca la
amo y aun trataba de convencerse, le pesaba en el corazón; Gabi sonrió por la
ironía que aquello le producía.
- hola, soy Carla, la polola de la Pola, tu debes ser Gabi, he oído mucho de ti.
- Gabriela, solo mis amigos me dicen Gabi y un gusto aunque no había oído
nada de ti – el ambiente se volvió completamente pesado cuando Gabi
reprodujo aquellas palabras, mas que nadas producidas por el diminutivo que
usaba para referirse a Paola, el mismo que siempre uso, si le llegaba a decir
Poli-poli, la ahorcaba ahí mismo pensó. – Ella es Violetta – dijo tomándola de la
mano para llevarla hasta Carla – Amore, ella es Carla y Paola – dijo mientras
que Violetta le enterraba las uñas en la mano.
- Amore, tus amigas acá están invitadas a la noche – dijo mirando a Gabi
levantándole una ceja, en señal de burla por que sabia perfectamente que la
mujer que tenia enfrente era la Schifosa
- invitadas donde perdón? – dijo Carla
- si obvio que vamos, como perdernos aquello – dijo Paola, intenta perder aquel
impulso por mirar los ojos de Gabi.
Gabi se rio con aquellas palabras – definitivamente estas loca – le dijo dándole
un abrazo
- ahora yo soy la loca, al menos yo soy mucho mas linda que aquella, que
parce de cincuenta años – dijo provocándole la risa a todas por lo de vieja
- disculpen que me meta, pero tienes toda la razón Viole, tu eres por mucho,
más linda que la abuela. – dijo Ignacia, provocando una sonrisa en Violetta
Intentaron seguir lo mas rápido con las compras, pero por más grande que
fuera aquel supermercado, no dejaban de cruzarse una y otra vez por los
pasillos; Paola no daba más, aquel corazón que tanto le había costado reparar,
sufría las aberturas de las grietas que aun no sanaban, sobre todo al ver que
cada vez que se cruzaban, Gabi se encontraba haciendo algo distinto con
Violetta, una sonrisa, una mano, un abrazo furtivo, pero cuando vio como Gabi
paseaba con Violetta en ancas a su espalda, fue inevitable no querer marcharse
de inmediato de aquel lugar, “esa pude ser yo” pensó y con aquello todo se le
vino encima.
- tu seria? No te creo.
- Amore, no hay que ser muy astuta ni adivina, para darse cuenta que la sigues
amando
- de que hablas
- cuando te conocí supe de inmediato que eras perfecta para mi, no hay nada
de ti que me desagrade, no una partícula de mi cuerpo que no te desee, pero
Ela solo nos quedamos con eso.
- no hay amor.
- siento que fuésemos como almas gemelas, ¿acaso las almas gemelas se
deben amar por obligación?
- todas las respuestas te las tengo que dar yo? – dijo Violetta llevando sus
manos a la cara.
- y si no puedo amar nunca a nadie, por que ella esta metida tan adentro que
no habrá nadie que la pueda sacar?
- no se si reírme o arrancar
- sigamos así como estamos, somos libres, somos almas gemelas, siempre
entre nosotras existirá esa conexión y nadie podrá con ella, si existe algo
nuevo, o algo antigua para cualquiera de las dos, siempre nos tendremos no
importa que cambie a nuestro rededor.
- porque tienes que ser tan simple, ojala todas las persona s fuesen así.
Violetta termino aquellas palabras dándole un beso dulce a Gabi, tan dulce
como el beso de un niño.
- bueno
- me aburriste Gabriela!
- que?
- io capito
Cuando se vio al espejo no se reconoció, Violetta por otro lado tuvo una
sensación salvaje de arrancarle el vestido y hacerle mil y un barbaridades, pero
se contuvo, aquel pequeño vestido amarillo casi no le cubría las piernas, el
bolero que se había puesto solo cubría sus brazos, la verdad es que poco
quedaba a la imaginación. Al momento de salir, todos la vieron aplaudiendo y
saludando efusivamente, los ex compañeros, los amigos perdidos, todos
babeaban por esta Gabriela nueva que había llegado, definitivamente el patito
feo se convirtió en el cisne, se escuchaba murmurar, no falto la antigua amante
que no demoro en aproximarse a Gabi, aunque Violetta intento rápidamente
disuadir cualquier acercamiento.
Gabi recién se daba cuenta de aquello, le dio una mirada, le regalo una sonrisa
y volvió su mirada a Violetta, como si nada pasara, como si no le afectara su
presencia.
- te demoraste en pedirlo
Gabi se percato que Ignacia y Paola subían las escaleras, lo que no le gusto
mucho, sabia que irían a conversar, le intrigaba saber que tenía que decir Paola
- un mojito
- si estoy bien, no hare ni una estupidez, pasado mañana voy al loquero, para
que estés tranquila
- me parece bien.
- a ver, si me ha dicho varias cosas, en el fondo dice que esta todo superado y
que no quiere saber nada del pasado, no me dejo contarle lo que había pasado
- Pao, tienes a tu novia abajo, tu vida estaba en otra dirección, intenta que siga
así
- sabes que lo hago, lo intento a diario, pero es que es mas fuerte que yo, pero
si viste como esta vestida, jamás pensé que la vería así, esta mas hermosa que
nunca, siempre fue hermosa
- amiga, si quedo ebria esta noche, llévame a tu cuarto por favor, no quiero
volver con Carla
- bueno, no te preocupes
- me da lo mismo, yo me quiero ir
- cuchicheos en la oreja, son de vieja – dice Paola intrigada por sus sonrisas
Gabi con tanta picardía en su cara como le era posible, la mira fijo a los ojos
para decirle - le dije a la Cami que sigues siendo una niña que no se le quita lo
pendeja – para luego desviar su vista y dejarla sin emitir palabra alguna
- Pola lejos de ser una niña, es mucho más madura que todas acá – en tono
defensivo hablo Carla
- disculpa Paola, tienes toda la razón, le dije que dejara de perder el tiempo
discutiendo y nos fuéramos a la habitación, claro, pensé que eso no le incumbía
a nadie, por algo lo dije en Italiano.
Gabi sabia que lo que le había dicho Violetta, era que dejara de discutir con la
tipa asquerosa y se fuera a bailar con ella, aunque la respuesta que le dio fue
mucho mejor, sobre todo por que dejo a Paola sin palabras
La rabia que sintió en aquel momento Paola fue tan grande, como lo
desconcertada que estaba Carla en aquel momento, no entendía lo que pasaba
y cuando se lo iba a preguntar a su novia, ésta se va a la cocina murmurando
incoherencias que ni ella entendía. Carla la siguió, necesitaba saber que
pasaba, ya que las amigas de Paola se miraban unas con otras y nadie decía
nada.
Paola la miro, claramente con rabia en los ojos, pensó en gritarle toda la verdad
de la más fría manera, en cambio cerro sus ojos, conto hasta diez y respiro
antes de responder.
- Pola, que onda, hacen días estas extraña y hoy peor que nunca, a decir
verdad te desconozco un poco; yo no soy idiota, desde que te encontraste con
tus amigas en el Súper estas así, ¿es por ella cierto?, la Gabriela esa.
Mientras Paola y Carla discutían en la cocina, Violetta sostenía a Gabi, que por
primera vez rompía en llanto en mucho tiempo
- soy tan estúpida Viole! Porque volví, estaba tan bien, porque tuve que volver
- cariño, aunque nuestra vida fuera perfecta, plena y podríamos decir que feliz,
falta algo, falta eso que tanto anhelas, eso que yo deseo con todas mis fuerzas
- tonta si no me haz hecho nada, yo te adoro y quiero que seas feliz, pero ya
no llores mas, que eso esta afuera de la felicidad
- lo que mas me descompone de todo esto, es verla tan abierta con el tema de
su sexualidad asumida…
- Ya po Gabi canta tu después! – dijo Camila, que se acerco a ellas cuando las
vio bajar
Pero mientras se decidían quien cantaba y quien no, Javiera y Paola subían al
escenario bastante pasadas de alcohol
- “Quise mentir y aquí estoy – Quise no ser y aun soy – Quise volar con mis
sueños pero tu silueta lo desbarato - hace mil años tal vez, yo habría sido tu
rey - Luchar con muchos dragones y desde mi trono hacerte el amor – Dime
donde quedo - ese extraño poder – de entrar por una ventana y nunca salirte
de mi corazón – Debo admitir que todo es muy distinto sin ti! –Sigues dando
vueltas en mi cabeza! –dando vueltas!! – Sigues dando vueltas en mi
cabeza- Dando vueltas! – Debo admitir que todo es muy distinto sin ti –
Que no me apaguen la luz - que necesito encontrar – Buscar en cada rincón –
los pedazos del tiempo que vimos crecer – y al fin de esto es igual! – Alguno
debe llorar – mentir por ultima vez aunque sea un poquito para revivir – Debo
admitir que todo es muy distinto sin ti…
Gabi no supo el porque, solamente siguió a sus piernas que salieron corriendo
de aquel lugar, Violetta no reacciono hasta que vio a Paola tirar el micrófono al
suelo y salir corriendo tras de ella, pensó en seguirla, pensó detener a Paola
por que no le correspondía a ella seguirla, sin embargo sabia que era la única
que podía hacer algo por Gabi, sus palabras ya no eran suficientes.
- Bella, io e te sabemos que la única que puede hacer algo al respecto es ella,
por lo de mas, necesitan una conversación solas
- ustedes de verdad son de la mente más abierta, por que yo antes muerta que
dejarla sola con un ex – dijo Camila
- no va en lo abierta de mente, va en la confianza y entre nosotras lo que mas
hay es confianza, lo que no quiere decir que no me moleste un poco saber que
estarán a solas.
Casi por media hora siguió Paola a Gabi casi a ciegas, porque a penas doblo
por una esquina se le perdió de vista, pero supo exactamente donde estaría, la
encontró, la vio desde lejos y rogo por que no se fuese a escapar de ella otra
vez, necesitaba hablarle, eran tantas cosas que quería decirle, tantas que le
faltaría tiempo probablemente para hacerlo, cuando llego a su lado, pudo darse
cuenta que Gabi miraba al suelo, sin levantar su rostro.
- Si pretendes que hablemos, pierdes tu tiempo, si crees que Salí por la canción
que cantaste te equivocas, si imaginas que sigo sintiendo algo por ti, ese algo
probablemente es rencor. – dijo sin siquiera levantar su rostro
- ¿como puedes saber que soy yo sin siquiera mirarme? – pregunto Paola con
un nudo en la garganta, por aquellas palabras de la mujer que seguía amando
- por favor, no quiero que hablemos, quiero que me escuches, puedes hacer
eso?
- no
- entonces hablemos
- no
- NO!
- no – dijo otra vez, con una sonrisa oculta entre sus manos
- ¿me voy y te dejo sola? – preguntando por ultima vez y ya con las lagrimas
por salir de sus ojos
- Gabi yo...
- ¿Carla? – pregunto Paola, que no sabia que hacia Carla ahí, su presente y su
pasado en aquella plaza.
4
Gabi ni siquiera omitió palabra, solo a ella le pasaban ese tipo de cosas, se
levanto de la banca en la que estaba y se propuso marcharse de ahí
- Carla me duele, suéltame! – le dijo casi entre dientes Paola, mientras que
Carla le apretaba mas fuerte el brazo
- ni siquiera eres capaz de explicar, que mierda te pasa con esa hueona! – dice
Carla enceguecida por sus celos.
- Carla por la cresta suéltame! – dijo Paola empujándola para soltarse del brazo
- y yo he estado haciendo el ridículo con tus amigas mientras que todas sabían
lo que pasaba!
- Carla que te pasa! Me botaste! Si no pasa nada, todo fue hace mucho tiempo
– dijo parándose, mientras que Gabi se acercaba
- mira, “Carla” ándate mejor, te lo estoy pidiendo con buenas palabras, porque
no pretendo pelear contigo
- si te vas con ella, es que realmente eres tonta – dijo Gabi, quien la miro y en
su mirada solo tenia miedo
- tu te vienes conmigo…
Dijo Carla con el serio intento de tomarla del brazo y llevársela de aquel lugar,
pero al contrario de sus intenciones, Gabi tomo su brazo y con un rápido
movimiento la puso de espaldas y sujeto su cuerpo con ambos brazos.
Con total tranquilidad, aun con Carla entre sus brazos intentando soltarse –
Pola, sal de aquí – le dijo haciendo fuerza para que Carla no se soltara
- Pola, sale! Espérame en la casa! Ahora! –le grito una y otra vez
Paola fue a la casa a buscar ayuda, Carla se había vuelto loca, no existan
razones para reaccionar así y mientras mas se alejaba, mas se lamentaba el
haber dejado sola a Gabi. Cuando llego a la casa y al fin pudo hablar, Violetta le
pidió a Ignacia que le indicara el camino se subieron al auto y partieron a la
plaza
Paola las seguía con Camila y Javiera más atrás. Violetta e Ignacia llegaron
primero y vieron cuando Gabi le gritaba Carla que se fuera, con su cara
claramente hinchada y a duras penas arrancando del lugar
- y encima preguntas por ella! Es el colmo – dijo Violetta tomando a Gabi para
sacarla de ahí
- Gabi tiene razón amiga, vamos a casa, no te voy a dejar que te quede sola,
aparte que mírate ya se te puso morado el brazo – dijo Camila
- pero no lo mate! – grito Gabi, dejando a sus amigas anonadadas con lo que
escuchaban desde la otra habitación
- lo se, pero me preocupa que cada vez que quieras defender a alguien te
sobrepases, no quiero perderte Gabi! Menos por una tontera
- Pao, córtala y aguántate, que la loca de mierda esa provoco todo esto- dijo
Ignacia
- que onda la Gabi, como va a ser para tanto que pelee – Cuestiono Javiera
- ni idea, nunca fue del tipo peleador, pero al punto de casi matar a alguien, da
un poco de miedo – respondió Camila
- nunca fue peleadora, pero siempre supo defender a los que quería – dijo
mirando a la nada Paola
- andai graciosa hueona! Tráete las botellas y los vasos mejor, para tomar algo
– hablo Camila golpeando la cabeza de Javiera que seguía riendo.
En la bañera las cosas eran distintas a los que las muchachas se imaginaban,
claro, en ella habían dos mujeres desnudas tomando un baño, pero los gemidos
eran por el masaje que le estaba dando en la espalda Violetta a Gabi, no por
otro tipo de masajes.
- claro que me gusta, lo que no me gusta es tener audiencia y tus amigas están
escuchando, quizás que se imaginan
- porque te sales?
- porque? Mira Gabriella, esta bien que nuestra relación sea así de abierta, pero
no yo te voy a aguantar que andes celando a la schifosa esa, por que esta bien
que no estemos enamoradas ni nada por el estilo, pero eso no significa que no
seas mía y que no me den celos tu comportamiento con ella
- deja de decirme Gabriella tonta, ven acá – la tomo entre sus brazos y la beso,
la beso una y otra vez – perdóname Viole, te prometo que no se volverá a
repetir
- Gabi no se, me molesta ella en si, si no supiera todo el daño que te hizo mi
comportamiento seria distinto, el caso es que si te hizo daño y mucho, me
molesta que sigas mal por alguien que nunca te quiso.
Gabi respiro profundamente y la miro con ternura, sentía que Violetta tenía
razón, sabia que sus celos eran posesivos y también sabia que era un error
defender de tal manera a Paola, pero lo que mas claro tenia era que la seguía
amando. La conversación continuo con Gabi aceptando todo lo que le decía
Violetta, cuando sintieron carcajadas desde el patio, sospecharon que algo
entretenido pasaba, cuando llego Ignacia a la pieza.
- porque no bajan? La fiesta era para ustedes y se arruino, pero queda de todo
y estamos en la piscina, esta rica el agua y queda arto alcohol… vienen? –
Pregunto Ignacia aun sonrojada
Mientras que Ignacia bajaba a comentar que se les unirían Violetta y Gabi,
estas discutían si bajar o no.
- te vas a bañar?
- no creo
- no me simpatizas nada
- como no íbamos a bajar, fue demasiado el tiempo que no las vi, las tengo que
aprovechar
- tengo una duda dudosa – dijo Javiera – Se van a quedar para siempre o se
piensan ir?
Gabi miro a Violetta, sin saber que responder y Paola esperaba atenta la
respuesta a la pregunta que se hizo desde un principio.
- ustedes están aquí, me hacen falta y las extraño con el alma – Gabi dijo esta
ultima mirando a Paola que no le había quitado los ojos de encima en todo el
rato – pero allá esta mi felicidad.
Aunque aquella última frase no fuera del todo cierto, a Paola le cayó como si
fuese un dardo en el pecho, sin embargo lo único que tenía en Italia Gabriela
era tranquilidad, una verdadera tranquilidad.
Y entre todo lo que hablaban la única que no emitía palabra alguna era Paola,
que ya cansada de todo decidió retirarse, no porque no le fuera grata la
compañía, si no porque los últimos besos furtivos que le había dado Violetta a
Gabi le hacían daño, pero de aquel daño que parece que te parte el alma.
- te aviso que mañana vas con nosotras, no te estoy preguntando, por que con
esa loca suelta por ahí, no te vas a quedar sola – dijo Camila sacando una voz
autoritaria que nunca había mostrado.
De camino a su cuarto paso de la risa por toda la situación vivida, al llanto por
como habían cambiado las cosas en un par de años, tanto la había extrañado,
tanto tiempo la espero, segura de sus sentimientos, confiada en que no quería
a nadie más a su lado, cada vez que llegaba una carta de Gabi, esperaba con
ansias la noche para escabullirse por los dormitorios, buscando cual de sus
amigas la guardaba, esperaba la noche solo para leer las palabras de la mujer
que amaba, con esperanza de que entre sus cartas saliera una dirección real
para ir por ella, pero no, Gabi siempre supo como arreglárselas para enviarlas,
claro, las cartas llegaban primero a la casa de sus padres y ellos las llevaban
sin dirección alguna. Solo en una carta Gabi hablaba de ella, en la última que
había leído, en la última que quiso leer hacia algo más de cuatro meses atrás…
“Hoy me pregunte como estaba, busque entre mis cosas su foto, al verla me di
cuenta de muchas cosas, pero en especial, que ya no me afecta, que ni siquiera
le guardo rencor alguno, creo que fue la ultima foto que rompí…”
Ni siquiera continuo leyendo, dejo la carta tal cual como estaba y se prometió
no volver a querer saber de ella, tres semanas mas tarde, aceptaba por
primera vez la invitación de su actual polola, pensar que la misma persona que
la defendía hacia un par de horas atrás, la había empujado a estar con ella,
“pero si empiezo a culpar, pensó, tendría que culparme a mi misma”
- Bu!
- Conchesumadre! – dijo Gabi del susto
- tregua…
- sí, tregua
- He querido toda la noche pedirte disculpas, por todo lo que paso, yo no pensé
que ella llegaría a algo así
- ya paso Paola, lo que te dije antes fue verdad, no soy nadie par meterme en
tu vida, pero creo que serias una tonta si vuelves a estar con ella
- si eres alguien
- fui alguien, alguna vez, un amiga, en tu vida nunca fui mas que una amiga
- la verdad?
- si
- me doy cuenta que cambiaste, que creciste, que no eres la misma y que
encontraste a alguien, pero por mucho cambio sigues siendo la misma Gabriela
que fue mi amiga toda la vida y te conozco como nadie jamás te va a conocer,
no me digas que no me guardas rencores por que los puedo ver en tus ojos.
- no me puedes decir eso
- es la verdad
Gabi movió su cabeza en señal de resignación, tomo una chaqueta que estaba
en la cocina y salió al patio, la madrugada no estaba helada, pero tampoco era
un anoche calurosa, se sentó a la orilla de la piscina y miro al cielo, cientos de
estrellas decoraban brillantes a la luna, sabia que Paola tenia razón, era obvio
que le guardaba mil rencores y eran demasiadas las cosas que le quería decir,
pero decirlas abrirían mas esa herida que de a poco comenzaba a volver a su
lugar. Pensando estaba cuando sintió que algo le abrigaba, Paola se sentaba a
su lado y compartía una manta con ella
- no pensaba hacerlo
- quieres fumar?
- esta bien. – Recibiendo el cigarrillo – dime Paola, que es lo que quieres hablar
- que cosa?
- no me cambies el tema
- que pediste?
- que llegara la persona que me hiciera olvidarte – respondió Gabi, sin poder
mirarla a los ojos
Paola ni siquiera pudo responder algo a aquellas palabras, tenia rabia, tenia
pena, dolor era lo que mas tenia, amaba a esa mujer con toda su alma, pero tal
vez si la había olvidado, quiso decirle todo lo que sentía, pero omitió todo y lo
dejo guardado en su garganta, era preferible, Gabi era feliz, quien era ella para
entrometerse en esa felicidad.
Sabia que estaba loca, que se podía enfermar, se quito la ropa y quedo solo
con una polera, el agua de la piscina estaba tan helada, que se sumergió hasta
el fondo y el frio le calo los huesos, aguanto lo mas que pudo bajo el agua, al
salir a la superficie tenia una decisión tomada.
Gabi aun no tocaba su mano cuando vio la cara de maldad de Paola, pero ya
era muy tarde para retirarla y salvarse, Paola la tomo con ambas mano y el tiro
con todo lo que tenía puesto, Gaby se sumergió y salió a flote resignada y
empapada
- Pola córrete
- pola…
Bastaron aquellas cuatro letras reproducidas por su boca, para que Paola se
lanzara a besar a Gabriela con todo el deseo que llevaba por años reprimido,
Gabi tomo la cara de Paola he intensifico aquel beso, se sumergieron en aquella
piscina sin soltar sus bocas, se separaron por un segundo y salieron a la
superficie, estaban a punto de volver a besarse cuando sintieron ruido en la
cocina
- shh… - dijo Gaby posicionándose en la sombra, para que no las vieran
- hueona estay loca! No hay nadie, me despertaste por las puras! – dijo Ignacia
- estoy segura que escuche boche aquí afuera – dijo Camila desde la puerta
- bueno, pero cerrare bien todo – dijo Camila asegurándose que nada quedara
abierto
- abran?
- si pu, hola nos quedamos afuera pro que se nos ocurrió nadar con ropa,
estamos empapadas, ja!
- que cosa?
- que después de ese beso, me dejaste todo claro y que de hoy en adelante,
hare lo imposible por reconquistarte y volver a tenerte a mi lado; esta vez será
para siempre. – dijo tomando impulso y saliendo de la piscina, dejando a una
Gabi mas confundida que nunca.
Ahora la interrogante era, como entrar a la casa sin que se dieran cuenta, Paola
intento abrir y para su sorpresa la ventana estaba abierta
- ¿no me responderás?
Era tanta la rabia que tenia en ese momento Paola, que tomo sus cosas y se
marcho de aquel dormitorio, tan confusa como la primera vez que había besado
a Gabi.
Gabriela se quedo en aquel dormitorio con sus mejillas envueltas en un paño de
lagrimas, su cabeza parecía que iba a explotar y no era por que en el
dormitorio de al lado tenia a Violetta, no era por que quería serle fiel, ni mucho
menos era por algún nivel de conciencia de sus actos, era por que al exacto
momento en que Paola beso bajo su ombligo, los recuerdos llegaron como si
hubiese encendido un switch y después de eso ya no había vuelta atrás. El reloj
marcaba casi las seis de la mañana y en un par de horas tenían que irse a la
parcela, para aquel viaje familiar, para el rencuentro con sus padres,
rencuentro que mucha gracia no le hacia. No pego un ojo en el resto de la
mañana, ya era hora de prepararse, pero el que le diría a Violetta, le
preocupaba.
Violetta hablo a penas entro Gabi a la pieza, en realidad había esperado por ella
desde que salió de ahí, no podía dormir, se había bañado, vestido y alistado la
ropa que llevarían, que era aquello que sentía, por supuesto preocupación, pero
estaba segura que no la amaba, “el amor es otra cosa” pensó, pero el amor no
tiene nada que ver con lo celos, los celos van más allá.
- a la que llegamos, esa es la donde hacen sus partuzas los viejos – respondió
Gabi
Gabi miraba con atención el actuar de Violetta, sabia lo que estaba haciendo,
quien más que ella podría saber exactamente el momento en que Violetta
comenzaba a coquetearle a alguien, entendía el jugueteo, las sonrisas con
complicidad y las miradas con vergüenza, como si se dieran cuenta que algo
pasaba, Ignacia de reojo veía como las miraba Gabi, intentaba controlarse, ella
era su amiga, no podía estar coqueteándole a la novia, por mucho que esa
novia le moviera el piso con desenfreno.
- ¿no crees que estas exagerando? A demás, por qué asumes que habrá un
beso, es solo un juego
- ¿perdón?
- bueno amiga mía, llévame a ver las estrellas – dijo subiéndose a su espalda –
mira que acaban de terminar conmigo y estoy muriendo por dentro
Gabi la agarro con fuerza de sus piernas y camino hasta quedar en el mejor
lugar, se tiraron al suelo y se pusieron a ver las estrellas.
-eso lo ves tu, una cosa si te digo, me hiciste una promesa y la cumplirás,
tienes que volver conmigo aunque sea a dejarme.
- ¿a Toscana? Cariño, de aquí a allá, puede que sea un estorbo para ti, así que
tiempo al tiempo.
Entre platica y platica, se les paso la hora volando, aquella relación nunca había
sido una relación común, porque habrían de tener un fin común.
- no soy metiche, pero apuesto mi virginidad a que hablas con esa hueona
- anoche, anoche, anoche! Por la misma mierda, si anoche no paso nada Igna!
- ¿de verdad?
- creo que por unos minutos sentí que tocaba el cielo con la punta de mis
dedos, por que ella es mi cielo y lo sabes
- Se que te ama, no puede ser todo tan fácil Pao, habla con ella una vez más,
conquístala, haz algo!
- Ahí vienen!
- na que ver, o sea si asumo que tiene buen pellejo, es rico oír su acento y si
tiene un rostro que llama la atención.
- Zorra no te la lleves!
- si hay tema, dale los filos a esa Conchesumadre y juégatela por la Gabi, todo
lo bueno cuesta
- pa’ empezar si hubiese visto algo en ella que me hiciera sentir que el amor
aun estaba ahí, a esta hora estoy cantándole una serenata o algo así, pa’
terminar, la Carla viene para acá
- me dio frio
- ya las vi
La distancia era cada vez mas corta, al momento de estar casi en frente sin
decir nada se sentaron al lado de ellas.
- ¿se puede o esta ocupado? – pregunto Gabi
- no quiero ni preguntar quien te llama tanto – dijo Gabi, con claras sospechas
de quien llamaba.
- ¿porque?
- no te entiendo
- no me corresponde
- es tu novia ¿o no?
- no
- ¿como es eso?
- Quiero.
Violetta le conto como habían sido las cosas desde un principio con Gabi, a cada
nuevo evento más cara de sorpresa ponía Ignacia, aunque cuando Violetta le
conto su pasado y su dificultad para el amor, Ignacia sintió que le estaba dando
una advertencia, un “no te enamores de mi por que no te voy a corresponder”
así lo sintió y así lo tomo.
- ¿y que paso con la Paola de anoche, la que quería estar encima mio, la que
me iba a reconquistar? Tan rápido se fue – dijo Gabi, Paola la miro extrañada,
pero no supo que respuesta darle
- Srta. Paola, preguntan por usted en la entrada, ¿la hacemos pasar o usted
saldrá? – dijo Anita, la viejita que cuidaba la parcela.
Paola salió de la casa a encontrarse con Carla, sabia que era ella, mientras que
Gabi quedaba con la incertidumbre de no saber quien la buscaba. Por lo mismo
decidió ir a espiar, algo le decía que seria mejor quedarse, pero su Sherlock
Holmes interior, le decía que fuese cautelosamente.
- Perdóname Paola, por favor perdóname – dijo Carla tras las rejas de aquella
cerca.
- Sabes el miedo que sentí cuando te vi así, nunca había tenido aquel miedo
con nadie y no quiero volver a pasar por lo mismo
- no lo vas a hacer mi amor, te lo juro por mi vida que nunca más tendré esa
reacción
- ¿es por ella cierto? – dijo con un tono diferente, con calma
- dame una segunda oportunidad, todos nos merecemos una, te prometo que
no volverá a pasar jamás lo de ayer, le pediré disculpas a Gabriela, sé que ella
reacciono en tu defensa, pero por favor dame una segunda oportunidad
- Pola, tu de verdad, háblame de verdad, ¿tu no sientes nada por ella? Por qué
si es así yo me voy de aquí y no te molesto nunca más.
- entonces será mejor que me vaya, al menos fue bueno mientras duro, fui feliz
a tu lado
- ¿y que quieres? Que luche por ti cuando claramente quieres a alguien más y
desde que llegue no haz cambiado esa mirada de temor en tus ojos.
- ¿tu me amas?
- de algún modo si lo hago, por algo acepte que vinieras, pero no quiero volver
a vivir lo de anoche
Gaby no podía creer lo que sus ojos veían, no entendía lo que sus oídos oían,
se estaba volviendo loca? Lo pensó por un instante, como era posible que Paola
estuviese diciéndole aquello a la mujer que casi la había golpeado antes.
Por segunda vez sintió en el corazón como una flecha le clavaba, por segunda
vez en su vida, sintió el sabor de la decepción, el aroma del corazón roto, y
nuevamente por la misma mujer, cuando vio que la reja se abría y la mujer a la
que había golpeado, entraba a darle un beso a la mujer que había defendido,
se dio cuenta que la loca no era ella, entonces entendió que para ellas no
habría nunca una vuelta atrás y fue en ese momento que cerro su corazón para
siempre y tiro la llave lo mas lejos posible, en su cabeza no había vuelta a
atrás, ya no había más amor en su vida, por primera vez sintió que la
decepción mataba el amor, no sentía pena, no sentía dolor, todo se había ido
con su amor.
- Anita, estará Raúl por ahí para que me prepare un caballo? – pregunto Gabi
- Sita Gabriela! Aquí tiene su caballo regalón, listo pa’ uste mi chiquilla.
-Gracias Raúl! Siempre tan amable
Gaby le dio una sonrisa, se subió al caballo y pudo sentir su respiración agitada
al acercar su cabeza al cuello de campeón, así se llamaba el caballo. Era como
si el pudiese sentir todo lo que tenia en su interior, aquella rabia suprimida,
aquella falta de… amor.
- quédate, es muy tarde para que vuelvas, podrías pasar el finde aquí.
-Raúl tiene razón Violetta, va a llegar sola – dijo Ignacia retrocediendo sus
pasos y acercándose a la italiana.
- pero, me muero si le pasa algo – dijo violeta casi a las lagrimas – cuando se
pone así, me da tanto miedo, es tan impulsiva
- no le va a pasar nada, sea lo que sea que la puso así – dijo Igna mirando a
Carla y Paola que seguían anonadadas con la situación – quédate tranquila.
Camila se acercaba, pero Ignacia y Violetta la hicieron devolverse caminando a
su lado, le contaron sobrelíneas lo que había pasado y también comentaban el
echo de que Carla se encontrara ahí, informándose de todo lo acontecido,
sabiendo que entre Violetta y Paola solo había un inmensa cariño, no le costó
mucho deducir que fue la llegada de Carla lo que la había puesto así, ahora solo
les quedaba esperar su llegada.
- ella se piensa quedar? – dijo Camila, cuando vio entrar a Paola con Carla del
brazo
- yo les quiero pedir disculpas a todas, por lo que paso y asegurarles que no
volverá a pasar.
Javiera se paro del lugar en que estaba sentada y se dirigió al frente de Carla.
-más te vale que no vuelva a pasar y esto va para ti también – dijo mirando a
Paola – por qué la próxima vez, puede que no allá nadie ahí para defenderte.
Javiera termino sus palabras y se fue al patio, seguida por quienes quedaban,
excepto claro, Carla y Paola.
- segura?
- me parece cómico como alguien puede quererse tan poco – dijo Violetta
- como puedes ser tan imbécil, disculpa, eso no debió salir de mi boca, pero me
sorprende que vuelvas a estar con la mujer por la que Gabi se rompió el labio
ayer y todo por defenderte a ti. No me sorprende que haya reaccionado de esa
forma.
- de que estas hablando, tu novia tendrá sus razones para actuar como lo hace,
yo no tengo nada que ver con eso.
- Paola no te pases – dijo Ignacia interponiéndose – creo que será mejor que
vayamos a otro lugar.
Camila se rio con esto ultimo y Paola se fue con Ignacia casi a la fuerza y entre
tanta discusión y palabras, Gabriela ya iba a unos quince kilómetros de
distancia de la parcela, paro unos minutos porque su caballo necesitaba algo de
agua, se bajo y se sumergió en aquel rio, mientras que campeón saciaba su
sed, Gabi metió la cabeza tan profundo y desde ahí grito, grito con
desesperación bajo el agua, soltando todo el aire que tenia contenido hasta
salir a flote.
- hola, como amaneciste? – dijo Ignacia a la mujer que dormía a los pies de su
cama
- aun no, voy a pedirle a Raúl que me prepare un caballo, sabes montar?
- no, no creo que este muy lejos, vamos a caballo, nunca he montado uno
Violetta entro a darse un baño mientras que Ignacia iba a buscar a su yegua,
Raúl la preparo para que la montaran ambas; Violetta no demoro en bajar y
antes de que todas despertaran ya estaban de camino a buscar a Gabi.
- como sabes donde vamos? – pregunto Violetta tomándose bien fuerte de la
cintura de Ignacia
Casi sin poder hablar por la cercanía, Ignacia contesto – porque todos los otros
caminos ya los hemos recorrido y este nunca lo hemos seguido, quizás por falta
de tiempo, pero si la conozco bien, sé que debe estar cerca.
Ignacia soltó las riendas de su yegua y galopó tan rápido como pudo, mientras
que a su espalda estaba Violetta disfrutando como hace mucho tiempo no lo
hacia, disfrutando las cosas pequeñas de la vida, como el aroma de Ignacia que
la traía loca.
- que pasó?
- lo prometo
- me duele la cola
Ignacia intento lo más que pudo no reírse, pero era imposible no reírse en ese
momento
- lo prometiste!
- no te disculpo nada
- pero yo no se cabalgar
- pero yo si.
Ignacia la ayudo a subirse, para subirse ella atrás, puso sus brazos bajo los de
ella y tomo las riendas de la yegua – sujétate de su pelo – Violetta hizo lo que
le habían ordenado y siguieron su camino, la caminata, el tener a Ignacia atrás
de ella, sintiendo su cuerpo bien apegado, el aroma que desplegaba de su
cabello, tan cercana a su cuello, todo hacia que olvidara el propósito de su
salida, por un momento Violetta tambaleo, sentía distinto, sentía diferente,
“será esto posible – pensó – no, es imposible” pero Violetta no entendía aún,
que las cosas imposibles no existen.
Cerca de una hora cabalgaron, cuando se encontraron de frente con Gabi, al
contrario de lo que se podía pensar, con una gran sonrisa en la cara.
- ultima vez que haces algo así! – dijo Violetta casi saltando de la yegua para y
a abrazar a Gabi, que bajaba de su caballo
- oye, oye, tranquila, que estoy bien – dijo Gabi abrazándola de su cintura
- saliste como una loca de la casa! Que mierda tienes en tu cabeza – dijo
Ignacia
Ignacia le dio una media sonrisa y la ayuda a subirse, para acomodarse ella
atrás.
- si fuera sola te acepto de una, pero no creo que Viole este en condiciones de
correr muy rápido – dijo Ignacia riendo
- ah! Por eso vas cómodamente adelante! Ya decía yo, si quieres te hago un
masaje después, dijo riendo.
Aquella respuesta hizo resaltar una sonrisa en la cara de Ignacia, quizás podría
resultar algo entre ellas, sentía que había algo ahí que nunca antes había
encontrado, pero así como sentía sabia que Violetta no era alguien de quien
podría enamorarse, en ese momento la sonrisa se le vino abajo.
- en que?
- después te cuento
- eso es el primer día y con suerte el ultimo, no te preocupes que a los viejos
no los vemos, de seguro ni están.
- Perfecto!
- creo que omitiré comentario – dijo Violetta tomando la servilleta que le daba
Ignacia y pasándosela por la boca, como si realmente se limpiara la boca
- aliméntate mejor, que no haz comido nada – dijo Ignacia quitándose los
shorts y la polera, para zambullirse en la piscina con un perfecto clavado
- celosa cariño?
- hacerle daño a quien? – dijo Javiera uniéndose con cara de seguir durmiendo.
- para que si vengo lista para la piscina, aunque ni ahí con tirarme todavía
- y este abrazo?
- es el abrazo de judas
- porqué?
- por que no soportare verte con esa cara mucho rato – dijo tomándola en
brazos y lanzándose con ella en lo profundo de la piscina
Violetta acerco su rostro lo mas que pudo a Ignacia, la que sintió que su
respiración se cortaba poco a poco – me importa lo suficiente, por que la
quiero, la aprecio con el alma, tanto como creo la aprecias tu – Ignacia no
recuperaba su aliento y Violetta sonreía por ello, se acercó un poco más y le
deposito un delicado beso en sus labios – respira – dijo separándose de ella y
tirándose a la piscina. Después de aquello le costó para reaccionar, hasta que
sintió la risa burlona de Gabi a su lado
- ah?
- Te gusta Ignacia?
- o sea que te gusta, Ignacia no es para ser amiga con beneficios de nadie, es
para quererla bien
- la verdad, un 11
- pero?
- y lo va a seguir haciendo, hazle creer que sigues su juego, pero manéjalo tu,
por que estoy segura que después de ese cuasi beso, quedaste enferma hueona
- enferma!
- no se fue anoche
- dijo que…
- no Igna, no quiero saber lo que dijo, por un momento fui una estúpida y creí
que se podía volver a dar algo, cerré todo con Viole y como una ingenua le
hable, pero Paola sigue siendo la misma de antes, no cambia, solo ve lo que
ella siente, solo le afectan sus emociones, no ve por nadie más, aparte que lo
que siente debe ser fuerte, para volver con la mina que casi le pega
- Es que Gabi, la Paola no lo ha pasado bien tampoco, hace años cuando quedo
la cagá, cuando tu te fuiste, la Paola la paso horrible.
- no quiero saber Igna, de verdad que no, anoche termine de enterrar todo, yo
con ella no quiero nada.
Gabriela sintió la necesidad de salir, eran pasado las diez de la noche y todas
vivían en su mundo, sin que nadie se diera cuenta salió por la ventana de su
pieza en medio de la oscuridad, con tan solo la luz de una pequeña linterna,
llego hasta un lugar precioso, no había necesidad de linterna alguna por qué la
luna iluminaba el lugar, aquel lugar parecía que lo habían puesto de mentiras
ahí, las rocas que cercaban el rio creando un pozón enorme, la arena que
rodeaba creando una pequeña playa en la orilla, la flora que rodeaba el lugar
emocionaba a cualquiera con su belleza, siempre le había gustado ese lugar,
era su lugar, nadie sabia como llegar, bueno solo una persona a demás de ella.
La mitad de su ropa estaba sobre una roca, la otra mitad aun no salía de su
cuerpo, sin pudor alguno quito la pequeña prenda que cubría la parte inferior
de su cuerpo, para luego subir sus brazos al brasier y dejarlo sobre el resto de
su ropa. Camino como si el tiempo estuviese detenido, hasta que el agua cubrió
el principio de su cintura y de un momento a otro se sumergió en aquella tibia
agua; La persona que vio todo aquello sentía que el corazón saltaría de su
garganta, sin proponérselo había llegado ahí, sin siquiera pensar que podría
encontrarla ahí, por un segundo pensó en marcharse antes de que se diera
cuenta, entonces se retracto, en silencio salió de entre los arboles y se sentó al
lado de la roca donde estaba la ropa de Gabriela, se sentó a esperar cualquiera
fuese el resultado.
- ¿me seguiste hasta acá? – dijo Gabriela con la mas profunda de las rabias
6
Capitulo VII: I Will Always, Always Love You.
Algunas veces, las personas hacen cosas irracionales por amor, pero la mayoría
de las veces es por desamor, por un corazón herido, algún rencor escondido o
simplemente, por que el sentimiento no es correspondido. Cada acción racional
o irracional que es cometida, tiene una reacción, posiblemente una reacción en
cadena, y cuando esa cadena es demasiado larga, cuesta llegar al principio
donde toda acción puede ser corregida.
- ¿Y si te dijera que sí, que? – cuestiono Paola sin moverse de donde estaba
sentada.
- por ahora – dijo parándose – lo único que se – tomó la ropa que estaba sobre
la piedra – es que no estas en posición de atacar – termino con una sonrisa en
su rostro.
- wow! Pasar de ser alguien a quien no se le podía ver una parte del cuerpo sin
ropa, a ser una exhibicionista, realmente cambiaste – Paola hablo con el mas
puro sarcasmo.
- pero sal, ponte tu ropa, aquí esta – Paola soltó la ropa y volvió a sentarse.
- no te acomodes, no es un espectáculo, ¿te puedes ir, por favor?
- no, no puedo
- no sé que es lo que pretendes de esto – dijo Gabi saliendo del agua como si
se la llevara el diablo
- no, suéltame
Gabi se soltó de ella con toda la fuerza que se permitía, se soltó y se fue de ahí,
Paola se levanto lo más rápido que pudo y la siguió.
- Gabi! Para!
Gabriela intentaba con todas sus fuerzas ignorar aquellos gritos hasta que
escucho un grito y golpe fuerte, volvió corriendo y Paola estaba acostada en el
suelo boca a bajo
- Paola, Paola estas bien? – dijo dándola vuelta, pero Paola seguía con sus ojos
cerrados
- Pao! Reacciona!
Termino de decir, Paola abrió sus ojos la tomo de los brazos, la tumbo en el
suelo y se puso sobre ella
Gabi se movió hasta quedar sentada al lado de un árbol, “que acaba de pasar”
pensó, como fue capaz de resistirse a aquel beso, cuando lo único que quería
era besarla, era tanto el daño acumulado que ni las ganas pudieron interferir en
aquel intento de beso.
- Paola… yo…
Paola se sentía cada vez más herida por dentro, se paro del lado de Gabi y
prendió un cigarrillo casi al pisar el agua.
- Paola, si tengo que confesar algo, es que regrese aquí por que necesitaba
verte – Paola se dio vuelta para mirarla a los ojos – más que nada en este
mundo necesitaba verte, saber como estabas, saber que estabas bien. Llegó y
te veo bien, te veo feliz, demonios saliste del closet por una mujer, realmente
debes amarla, pero no hay amor por el que valga la pena sufrir, créeme yo sé
de eso y ella te puede hacer daño, realmente no quiero eso para ti.
Paola volvió a mirar el agua, sentía como corría la corriente hasta estancarse
en aquella agua, sentía como sus lagrimas corrían por sus mejillas hasta
estancarse en su corazón, acaso aquella mujer que había amado tanto nunca lo
supo, como puede alguien no sentirse amada, no saberse amada, pensó, mas
las palabras no querían salir de su mente, querían quedarse ahí… estancadas.
- Gabi cállate por la cresta! – dijo girándose mientras cubría con sus manos su
rostro – sé que mis actos nos llevaron a esto, sé que fui yo la única culpable,
quizás deba pedirte perdón por mi primer error, besarte por primera vez,
después de eso y cito tus palabras “todo se hecho a perder” pero no puedo! No
puedo, por que tenerte a mi lado fue lo mejor que me pasó…
- Paol…
- no! Ahora voy a hablar yo! Tarde comprendí el día en que me había
enamorado completamente de ti, fue antes de pensar siquiera en estar juntas,
si no me equivoco fue dos semanas después de que me contaras que te
gustaban las mujeres, querías salir a fotografiar la ciudad y te descubrí
sacándome una foto, la cara que tenias cuando bajaste la cámara, nunca te
había visto mirándome así, tomaste cinco fotos más…
- Paola, de haber sido eso así, nunca hubiésemos acabado lo que teníamos
- ese día lo recuerdo a diario, te pido perdón, por que no solo te herí a ti, me
herí a mi misma, por idiota, pero nunca te engañe, te juro que ni un beso hubo
- si! Lo sé, pero no entiendo como puedes creer que nunca te ame, por tres
años fui la mujer mas feliz del mundo, por que podía tenerte, podía sentirte,
cómo nunca te diste cuenta que te amaba, si me volví loca cuando partiste
- pero tu volviste a llenar aquel vacío, estas con una mujer, todo el mundo sabe
que estas con una mujer
- tanto te pesa eso? Tanto te duele que no haya podido decirlo cuando estaba
contigo? Para ti siempre fue fácil, lo descubriste cuando eras una pendeja, se lo
gritaste al mundo y nadie te critico, yo no, esta no era mi vida antes, todo el
mundo sabía que era hatero, sí, fue un error pensar que me crucificarían, pero
en aquel entonces yo no lo veía así.
- sí, estoy con alguien, sí todo el mundo lo sabe y sí deje todo atrás, pero atrás
donde? Yo hice lo imposible por saber de ti, por que me dijeran donde estabas,
pero fue mi castigo por el daño que te había hecho, durante mucho tiempo leí
las cartas que enviabas, a escondidas, cuando nadie podía ver que las buscaba,
siempre buscando una dirección, un indicio que me dijera donde estabas, Paola
hace no más de cinco meses que leí la ultima puta carta.
- cual?
- donde decías que me habías olvidado, habías visto una foto y te diste cuenta
que ya ni si quiera me guardabas rencor, “fue la ultima foto que rompí” –
respiro una vez más para poder seguir hablando, mientras las lagrimas cubrían
su rostro – eso fue lo ultimo que leí, no quise seguir leyendo, después de eso
me prometí no volver a hacerlo, no volví a buscar tus cartas, de que servía
seguir en el pasado si tu ya habías avanzado, un mes después acepte recién la
invitación de Carla y el resto ya lo sabes.
- Indiferente de todo esto, los tres años de magia y amor nunca los disfrute
como debía, los errores ya fueron, pasado…
- que me estas contando todo esto y sin embargo no puedo hacer como que
nada paso, por que las cosas pasaron, esta conversación no acabara con un
beso apasionado y de vuelta al romance, no va a ser así.
Gaby se paró con claras intenciones de irse, pero antes de hacerlo saco la
billetera que tenía en su pantalón y de ella retiro algo que le entrego a Paola.
- Si hace unos días me preguntaban a mí, “¿aun sientes algo por ella?” la
respuesta hubiese sido un rotundo sí.
Dijo marchándose sin siquiera mirar atrás, a una Paola que se sentía
desgarrada por dentro, por qué sabía que Gabi decía la verdad y como no, si le
entregaba una fotografía parchada como un rompecabezas, porque Paola nunca
leyó el resto de la carta, donde decía que al instante de haberla roto sintió un
vacío por dentro, donde contaba cómo había unido pedazo a pedazo para volver
a verla, para volver a ver su rostro una vez más, a pesar de todo, aun
pensando en que la había olvidado no pudo hacerlo, mucho menos alejarse de
aquella foto que era lo único a lo que se aferraba, pero ahora todo era distinto,
ahora la había entregado y todo finalmente comenzaba a cambiar.
Los días pasaron y la vida en aquella casa no era muy agradable, Camila y
Javiera sumergidas en su vida, Ignacia y Violetta sumergidas en mundo de
coqueteos en la que ninguna de las dos daba el segundo paso; Paola de vuelta
en casa, después de un nuevo episodio con Carla y evitando a toda costa
cruzarse con Gaby.
- Gabriela llevas dos meses en el país y siguen en las mismas – dijo Violetta
- en cuales “mismas”?
- en las mismas!
- ¿Así? Ni siquiera te das cuenta que llevas dos meses, babeando por ella, vez
que se cruzan, vez que no sabes que decir, a quien quieres engañar Gaby si
aún no la puedes arrancar de tu corazón, es ridículo seguir con eso.
- podría ser
- dicha la verdad Viole, no sé qué siento, según yo, según mis pensamientos la
borre aquella noche, pero no tengo ni puta idea que mierda siente mi corazón
Antes que Violetta respondiera lo que su amiga había dicho, Paola salía de la
casa a fumarse un cigarrillo, cuando se dio cuenta que Violetta y Gaby estaban
ahí, ya la habían visto y era muy tarde para retroceder, aunque lo pensó por un
momento. Violetta sonrió cuando Gaby le rogo que no la dejara sola, pero claro
Violetta no tenía intención de quedarse en una incómoda situación
Paola la miro con una sonrisa en la cara, sabía perfectamente que ese color era
de rabia, sospecho que no quería quedarse sola con ella y disfruto la escena.
- Touché!
Paola intentaba encender su cigarrillo pero el encendedor no le funcionaba,
cada vez la rueda se ponía más dura y ella cada vez más roja, cuando sintió
fuego cerca de ella
- gracias – dijo una Paola aún más roja cuando Gaby acerco el encendedor a su
cigarrillo y se lo prendió – Quieres? – dijo Paola ofreciéndole uno
El pseudo silencio se apodero del lugar, cuando lo único que se podía oír era el
sonido del fuego consumiendo el cigarrillo, la respiración de ambas al aspirar
aquel humo y al botarlo, Paola repasaba en su cabeza oraciones que podría
decirle a Gaby con sus posibles respuestas y Gaby temía que Paola pudiera
decirle algo y la conversación le agradara tanto que no pudiese dejar de hablar.
Ambas miraban a la nada, cada una con sus pensamientos en mente, mirando
de reojo de vez en cuando, esperando inconscientemente cruzar las miradas,
pero nada pasaba, hasta que a lo lejos se escuchó una canción que Paola
reconocía de alguna época, pero no identificaba la interprete
10 años atrás
Gabriela salía por los pasillos del Liceo dejando sola a Paola sin dar
más explicaciones, sin prisa, más bien a paso lento, pero de esos pasos
que llevan kilos de peso en ellos, por tercera vez consecutiva Paola
volvía con el mismo que la había engañado tres veces, al menos tres
veces lo habían pillado, eso era lo que le daba rabia a Gabriela, no
entendía como su amiga podía ser tan estúpida.
- si puedo, obvio
- te vai?
A penas tuvo sus cosas Gaby se esfumo del Liceo como siempre lo
hacía, saltando una reja; Tomo una micro y se fue lo más lejos posible,
pero no lo suficiente para escapar de quien huía.
- Ni se te ocurra arrancar.
“If you’re lost you can look and you will find me, time after time, if you
fall I will catch you I’ll be waiting, time after time”
- tonta…
- porque?
- y la otra?
- idiotamente – dijo Paola, con alegría por lo que había dicho pero con tristeza
por el tono que había usado
- mira a donde ese enamoramiento nos llevó – dijo Gaby botando lo poco que
quedaba de cigarro y parándose
Paola prendió otro cigarro antes de que se le apagara el que fumaba y prefirió
omitir comentario
- Si sigues fumando así te vas a enfermar – dijo Gaby que aún no se iba
- como si te importara
Gaby se acercó a ella y se puso a su altura en el piso, tomo el cigarro que tenía
Paola y lo apago.
- ojala no me importaras, ojala todo fuese tan fácil como dar un paso y dejar
de tenerte aquí dentro – dijo tomándose el pecho – porque de mi cabeza te
saque hace rato y créeme no fue fácil, pero de acá, de acá es imposible, porque
el corazón te sigue queriendo tanto como el primer día que se derritió por ti.
Paola entendió cada palabra que dijo y cada una de ellas le provocaba algo
diferente, irracional, cada una de ellas le hacía querer hacer algo distinto,
pararse de ahí y no volver a mirar atrás, tomar el primer avión y marcharse lo
más lejos posible, pero entre todas las cosas que pasaron por su cabeza en
cosas de segundos, opto por la primera que pensó, la tomo por el cuello y la
beso en los labios, fuerte, profundo, como si en cada movimiento de sus labios
expresara rabia, no rabia de odio si no rabia de amor, y era esa la rabia la que
le prohibía a Gaby dejar caer sus defensas. Gaby y se soltó como pudo y la
miro diferente a como siempre la veía, Paola no distinguía esa mirada, nunca la
había visto así, pero sentir aquella mano en sus mejillas, era la primera vez y la
mirada que tuvo Gaby después de eso, esa si la reconocía, el arrepentimiento
era visible, más no había arrepentimiento valido para Paola, ni siquiera se tomó
la cara, salió de ahí caminando con el ardor que le producía aquel golpe, pero
sentía que el ardor no era de la cara, era del corazón.
- Paola espera! – Grito Gaby tras ella – espera por favor – insistía mientras
estaba frente a ella, pero Paola seguía caminando – Pola por favor para – dijo
tomándola de las manos
Nota: Las demoras tienen razones, auqnue las mias no hay quien las perdone...
hare lo posible por subir la otra pronto. gracias por leer... comenten :)
7
- Paola!! Paola que te pasa!! – intento gritar con la mayor calma posible
- nada – respondió
- segura que nada? Gaby sea lo que sea, si paso algo dímelo porfa
- discutimos
- y por una discusión se puso así?
- como se te puede ocurrir que la deje sola después de todo lo que paso!
Paola que escucho aquellas palabras, tuvo miedo de lo que Ignacia pudiera
decir y le abrió la puerta
- pasa y cállate por fa! – dijo Paola con los ojos inundados es rabia
- que fue lo que paso – dijo Gaby poniendo el pie antes de que se cerrara la
puerta
Aquella tarde Paola lloro en los brazos de su amiga, le conto todo lo que habían
hablado, le explico como con aquel beso había sentido que quizás todo podía
arreglarse, pero aquel golpe la había hecho despertar de lo que fue un sueño,
el dolor de aquel golpe no era nada comparado al dolor que sentía por dentro,
porque había sido ella quien la había golpeado y era eso lo que más dolía.
- lo que más rabia me da es que ¡la sigo amando! – Grito con desespero -
¡Quisiera poder arrancarme de una vez por todas todo este amor inútil que
llevo dentro! – el grito fue tan fuerte que fue inevitable no oír unos metros más
allá donde Gaby contaba lo que había pasado a Camila y Violetta.
- Y ahora qué vas a hacer? - Pregunto Camila secando las lágrimas que habían
en Gaby
- irme
- deja de arrancar Gabriela, por una vez en tu vida deja de arrancar – dijo
Ignacia que salía de la habitación de Paola.
Gabriela tenía claro lo que iba a preguntar, pero aquella simple acción la había
tele transportado a otra época, sintió como aquel sentimiento oprimía su pecho
y tenía ganas de lanzarse a ella y no dejarla nunca más.
- Gaby, yo...
Gaby tomo el aire que la rodeaba en sus pulmones y pensó, Paola solo se
sentía en el aire al oír todas esas palabras.
- Bonita, ¿serias capaz de olvidar todo lo que ha pasado y darnos una nueva
oportunidad?
Paola que había oído atentamente lo que Gaby le decía, se sintió como una niña
chica a la que le habían prohibido su capricho más adorado por mucho tiempo
y hoy era el día que se lo devolvían, lo único que atino a hacer fue llorar, soltó
el llanto tan fuerte que no hubo alma en esa casa que no la escuchara, Gaby la
tomo entre sus brazos y seco una y otra vez las lágrimas que provenían de su
rostro, sus amigas al oír el escándalo de aquella habitación corrieron hasta la
puerta, pero ya no se oía nada, no había ruido alguno, porque Gaby sabia como
tranquilizar a Paola, bastaban sus labios para que todo se calmara.
Aquella noche Paola durmió en los brazos de Gaby, no hubo necesidad de salir,
ni siquiera para comer, de vez en cuando despertaba lejos del cuerpo de Gaby
y como un cachorrito se acercaba hasta sentir el calor que el otro cuerpo le
daba.
“Como lograr que aún me quieras, como lograr que quieras escuchar,
cuando este fuego me desvela, pero despierto solo una vez más, como
lograr verte de nuevo, como he de recobrar tu corazón, como aceptar
que todo ha muerto, si ya no hay forma de pedir perdón… Que mal,
esta absurda y triste historia que se pone cada vez peor.”
- tan terrible seria quedarte aquí sin Gaby? – le pregunto con molestia Ignacia
- no se trata de eso
Violetta sin pensarlo dos veces salió tras ella, no entendía lo que le provocaba
aquella mujer, pero ya no podía evitar caer a sus pies.
- Vas a preguntarme?
- qué cosa?
- Me pregunto cuanto tiempo pasara hasta que llegue el día en que te marches
- tienes prisa?
- No.
Violetta se acercó peligrosamente a una Ignacia que solo lograba mirar el piso,
la que sentía cada vez más la proximidad de otro cuerpo, pero no se atrevía a
mirar, sentía demasiado fuerte por esa mujer y sabía que no estaba permitido.
Ignacia esbozo una sonrisa, Violetta tomo su cuello entre su manos e hizo el
impulso de besarla, beso que Ignacia esquivo en contra de lo que quería
- Pasa que te iras algún día, que yo quedare aquí, que no tengo ganas ni
fuerzas para enamorarme y que me rompan el corazón, lamentablemente estoy
a un beso de enamorarme como una desgraciada de ti.
Violetta quedo sin palabras en la misma posición que estaba, Ignacia quito sus
manos y le dio un suave beso en la mejilla, para dejarla en aquel lugar, sin
saber qué hacer con lo que oía y lo que sentía.
Camila y Javiera se habían cansado de llamar una y otra vez al celular de Paola
y Gabriela respectivamente, las hipótesis de que estaban juntas y separadas
volaban en la habitación, pero ninguna era una certeza.
- yo me doy por vencida, capaz que anden juntas de maravilla y nosotras acá
preocupadas por nada.
- Salgamos?
- le mandare un mensaje a la Pao y la Gaby para que sepan que estamos acá –
dijo Javiera
Cinco minutos más tarde cuando Javiera ya les había avisado le llega otro
mensaje esta vez de Paola
“me voy directo a la playa, quizás llego a la noche, gracias por avisar.”
- una que llega a la noche, la otra que quizás, no sé qué onda este par – alego
Camila
Entre mensaje y comentarios de las chicas Violetta noto que su celular vibraba
y se alejó de ahí
Mientras que Violetta hablaba, Ignacia intentaba escuchar lo que hablaba sin
ser notada, lo que no le resulto mucho
- supongo que con Gaby, porque no creo que conozcas a muchas personas acá
- cuál es tu idea?
- no sé, hasta ahora solo sé que has desequilibrado cualquier idea que tenia de
mí.
- la primera que ilusamente pensaba que yo era de las que conocía a alguien y
enseguida la llevaba a la cama y si no me resultaba a la primera, simplemente
ya no lo intentaba
- y eso es malo?
- no fue eso lo que te pregunte, pero me aclaraste muchas cosas con eso,
Violetta tú en cualquier momento te vas a ir y lo mejor es que dejemos este
coqueteo, los besos furtivos y todo lo que conlleva, yo no sirvo para tirar y
olvidar, no va en mi esencia y te lo dije, estoy a un beso de enamorarme de ti,
así que piénsalo dos veces antes de dejarte llevar por la calentura.
Ignacia hablo y no supo de donde saco la fortaleza para decir aquellas palabras,
termino de hablar y dejo a Violetta sola, sola con sus ideas, con sentimientos
que jamás había tenido y no sabía porque los tenia, solo sabía que lamentaba
haber provocado esas palabras y que una gran parte de ella no quería por nada
del mundo dejar de Intentar con Ignacia, por más que su cabeza le dijera que
ya era suficiente.
Dicho y hecho se largaron con todo lo necesario para hacer una fogata, se
sentaron en la playa y disfrutaron de la noche hermosa que la naturaleza les
regalaba.
- ya y?
- haz como que te da lo mismo - dijo Camila – de hecho voy a ir a ver si esta
mi amiga de la vida!
- Chistosa!
Camila rio junto con las demás, todas menos Violetta que no sabía de quien
hablaban, cuando se alejaron del lugar, le pregunto a Violetta de quien
hablaban.
- te importa cierto?
A lo lejos se divisaban tres siluetas caminando, Violetta no sabía que era lo que
sentía, había sentido celos antes y no identificaba este sentimiento, deseo tener
a Gabi cerca, pero no estaba, tomo su celular y le marco, sonó y sonó pero
nadie contesto del otro lado.
- Srta. Javiera como está usted – dijo Emma que se acercaba a saludar,
esperando que le presentaran a la mujer que estaba cerca
- Gabriela está aquí? Y no me vino a ver – dijo parándose de donde estaba, con
serio enojo
- porque le dice Poli, a Gabi, pensé que así le decía a Paola, pero Gaby
- es una larga historia extranjera, pero para hacerla corta, yo le hacía burla a
Gabi por que andaba a cada rato, poli poli para allá y para acá, así que quedo
por poli.
- no se sabe nada, puede que sí, puede que no, no tenemos idea
- que ganas de verla, a Gabi, una vez me encontré con ella en un viaje, ahí
supe tantas cosas, la historia de esas dos es como la nuestra, pero sin todo el
drama – dijo Emma dándole un beso en la mejilla a Ignacia
- se les ve, hacen bonita pareja – comento Violetta con el tono más cínico que
tenia
- creo que cada uno es libre de hacer lo que se le antoje y si quieres estar con
ella, no tendría por qué importar lo que yo piense
- ves mi amor, tenemos que estar juntas – dijo Emma abrazando con fuerza a
Ignacia
- bueno? – dijo parándose y yendo a hablar lejos, para que nadie oyera
- Viole, soy yo de nuevo, no creo que llegue hoy
- ahora no puedo decir nada, pero llegare lo antes posible, te quiero Violetta! Y
estoy segura que tienes las respuestas a todas tus interrogantes
Gabi le colgó antes de que pudiera decir palabra, cuando se dio la vuelta
Ignacia estaba atrás de ella.
- Lo siento.
Fue lo único que salió de los labios de Violetta y se retiró a la cabaña, Ignacia
no sabía si seguirla o dejarla ir, porque tenía que sentir tanto por aquella
mujer, se preguntaba una y otra vez en su cabeza, cuando Violetta iba
entrando a la casa, vio a sus amigas a lo lejos y partió sin más hasta la cabaña,
entro y Violetta se quedó viéndola casi en shock
- sería tan fácil ir a sentarme con Emma y aceptar todo lo que me ofrece
- porque soy una estúpida, que aun sabiendo que va a sufrir, está aquí
- seguridad que a ti te falta, para ser alguien con una mentalidad más
desarrollada eres tan retrograda
- Ignacia siéntate, te voy a contar una historia, yo era de esas niñas que como
dice Gaby nací en una cuna de oro, tenía el mundo entero si lo quería, a los 14
años mi padre llego a la casa con unos socios, mi madre estaba de viaje,
después de un par de horas tomando whisky, mi padre ya no servía para nada
y sin darse cuenta uno de sus socios entro a mi cuarto y te imaginaras que no
fue para contarme un cuento, después de aquello, estuve encerrada en mi
cuarto una semana, cuando llego mi madre después de llorar en sus brazos le
conté lo que había pasado, le conto a mi padre, pero no me creyó, por
consiguiente mi madre tampoco lo hizo, no importo que les dijera que era
virgen, que sentía que estaba sucia, que me daba terror todo, no importo nada,
simplemente no me creyeron y cuando mi barriga comenzó a crecer, le
atribuyeron todo a algún novio de la época y mi castigo fue quitarme él bebe a
penas nació. Después de que me recupere, mi papá me regalo una tarjeta, para
una cuenta con la que podría vivir el resto de mi vida, en aquel momento me
fui de mi casa y jamás he regresado, pero tampoco he vuelto a sentir, en mí no
hay lágrimas, no hay alegrías, no sé qué siento por ti, porque no sé lo que es
sentir Igna, no lo sé.
- hace un tiempo atrás, me encontré con el tipo ese, debo admitir que llore
como nunca antes lo había hecho, Gabriela supo de inmediato quien era y por
suerte se lo sacaron de las manos justo antes de que lo matara, el cobarde ni
siquiera presento cargos y sé que no lo volveré a ver en la vida.
- Lo siento Violetta, de verdad lo siento, hace cuánto tiempo paso todo esto?
- 11 años
- dime
- simplemente lo sentí
Ignacia tomo la manos de Violetta y la acerco hasta ella, la recostó en sus
piernas y la acaricio, Violetta sin siquiera darse cuenta, comenzó a llorar, lloro
por su bebe, lloro por sus padres y todo el rencor que les guardaba y lloro
porque sabía perfectamente lo que le pasaba con aquella mujer y se sintió feliz
por eso, por fin había llegado a su vida la persona que rompería todos sus
escudos y lo estaba aceptando.
Ignacia la veía y secaba el paso de sus lágrimas con sus dedos, cuando estas
cesaron, comenzó a besar su rostro, pequeños besos en su frente, en sus
mejillas, en sus ojos y volvía una vez más a su frente.
- porque?
- por ser tú, por permitirme conocerte, por escucharme… por dejar
enamorarme de ti y romper todos mis esquemas.
Ignacia se quedó mirándola, sin saber que decir, con la mente en blanco, sin
siquiera saber qué hacer, pero en la misma posición que estaban, Violetta
alcanzo su cabeza y la acerco a sus labios, un beso tan distinto a todos los
besos que se habían dado, a los pocos que se habían dado ellas, y a los tanto
que les habían dado a otras, un beso que solo implico labios, lleno de
ingenuidad, de pureza, un beso lleno de amor. Ignacia se separó por un
instante y sonrió, Violetta siguió su sonrisa y se acomodó a su lado
- hace demasiado frio afuera así que decidimos entrar – explico Javiera
- para allá iba, impaciente – dijo abriendo por completo su puerta y dejándola
entrar
- porque te callas?
- shh…
Fue lo único que atino a decir y se lanzó a sus brazos, a su boca, la beso con
tanta fuerza, que sentía que se le iría la vida en aquel beso, Violeta la tomo
entre sus brazos y la sentó en la cama, y poco a poco fue recorriendo su cuerpo
aun con ropa, abrió la blusa que llevaba puesta y poso sus dedos casi en un
roce en sus senos, bajo hasta su vientre y comenzó a besarlo y en cada beso
Ignacia sentía golpes de corriente en su cuerpo, su espalda se arqueaba a cada
tacto, Violetta llego hasta su rostro y se detuvo, acomodo el cabello de su cara
y casi expulso lo que sentía por decir
- cómo?
- sonó pazzo di te
Ignacia la amarro con sus brazos y comenzó a besarla, sin intención de jamás
soltarla, probo sus labios tanto como le era permitido y poco a poco fueron
entregando sus lenguas a la otra, Ignacia en un suave movimiento quito la
parte de arriba que cubría a Violetta, dejando a la altura de sus manos los
senos de Ignacia, los que no tardo en poseer, los tomo como si fueran un
juguete, los masajeo y los llevo hasta su boca, los succiono y delicadamente
paso su lengua por el pezón que se ponía duro ante su tacto y hacia que
Violetta expulsara pequeños sonidos que la volvían loca, Violetta sin demorarse
no tardo en tener en iguales condiciones a Ignacia, solo vestía una pequeña
pantaletas que no tardo en quitar, se besaron una y otra vez, hasta que Ignacia
metió su mano en la entre pierna de Violetta, jugo con sus labios y se divirtió
con las caras que ponía Violetta y mucho más con las palabras que decía en
Italiano y de las cuales no entendía absolutamente nada, disfrutaba como
Violetta arqueaba su cuerpo, como tensaba sus piernas y no sabía dónde dejar
sus brazos, sin tardar saco sus dedos de su clítoris y los introdujo en aquella
cama acolchada, comenzando el juego de entrada y salida, sin tardarse le dio
su sonrisa más picara a Violetta, que más que picara era caliente y se lanzó
como si se tratase de un dulce a comer aquel clítoris, lo beso una y otra vez,
recorriendo con su lengua todo lo que lo rodeaba, Violetta no daba más de
placer, sentía que iba a explotar en cualquier momento, mientras que Ignacia
usaba sus manos y su lengua para hacerla sentir como si fuese un volcán,
Violetta tomo su mano y l llevo hasta su boca y comenzó a opacar sus gemidos
que solo iban en aumento, pero Ignacia quito su mano y la dejo que expulsara
de su boca todo los gemidos que tenía atrapados, cuando sin darse cuenta
sintió como su mano se mojaba por completo y así también la cama, Ignacia se
sintió realizada, primera vez que le provocaba aquella explosión a una mujer,
solo respiraba agitada mientras que Violetta se daba vuelta tapando su cama,
sintiendo que había tocado el cielo y no quería bajar de aquel lugar.
Violetta se dio vuelta y tomo a la mujer que tenía enfrente, paso sus manos por
su rostro y la beso, la beso una y otra vez, sintiéndose poco a poco con ganas
de seguir y así lo hicieron por casi toda la noche, causando el desvelo de sus
amigas las que decidieron salir antes de seguir oyendo lo que salía de aquella
habitación.
- y en que más?
- Violetta… - dijo con un tono más serio – que va a pasar el día que quieras
volver a Italia?
- ese día me iré – respondió seriamente, causando que Ignacia se diera vuelta
nuevamente
- ah…
- tonta, si no es contigo Italia no es nada para mí, solo me iré el día que te
canses de mí, pero primero debes responderme algo – aquello tomo toda la
atención de Ignacia
- por supuesto, solo déjame advertirte una cosa, soy híper celosa, así que
cuidado con mirar para el lado
- Ja! – Exclamo Violetta – yo también, así que nada de “ay! Emma, que rico
verte” ni nada por el estilo
- no es para la risa, ya eres mía, así quenada de novias vitalicias ni que ocho
cuartos.
Entre risas y miradas furtivas, Ignacia se sentó sobre Violetta, no podía dejar
de contemplarla, al igual que Violetta a ella
- llegaste sola?
- déjame seguir soñando porfa – Respondió Paola aun con los ojos cerrados,
cuando sintió la risa de la mujer que tenia al lado y abrió sus ojos como si
fueran dos platos – Gaby?
- Poli-Poli
- tengo una idea – dijo Gaby haciendo que Paola la mirara – vámonos de paseo
- ahora?
- y donde?
- Hola Raúl, que paso aquí? Y los demás, la vieja donde esta?
- Poli
- Mojigata Cul… casándose si nunca le han gustado los hombres! – dijo Paola
con rabia
- Paola no hables así, aparte que sabes tú si le gustan o no, quizás se enamoro
- si claro y todas las veces que te pille coqueteando con ella, crees que soy
tonta acaso?
Paola le lanzo un cojín en plena cara y se paro del sillón a servirse un vaso de
agua, para bajar un poco los celos que tenía en ese momento
- oye, no hay derecho – dijo Gaby abrazándola por la espalda mientras que aun
bebía su agua – cero derecho
- porque?
- a pasado demasiada agua bajo de estos dos puentes, como para celarnos
ahora por cosas pasadas, mira que si me das cuerda yo no paro – remato
dándole un pequeño beso en el cuello
- así como?
Termino de decir aquellas palabras y quito toda la ropa que estorbaba entre ella
y Paola, poco a poco fue recorriendo su cuerpo en delicados besos que hacían
reaccionar cada partícula del cuerpo de Paola, eso hasta que se detuvo en sus
brazos y Paola rogo porque lo dejara pasar y continuara, pero eso era algo que
Gaby no podía dejar pasar.
- dime que fue un accidente y no otra cosa, pero dime que esa es la verdad
- yo lo siento
Tomo la mano de Paola y la sentó en sus piernas, tomo la manta que estaba en
el sofá y la cubrió con ella, beso sus manos una y otra vez, hasta que llego a
las viejas cicatrices, algunas tan delgadas como un rasguño, pero otras
parecían cordones y mientras Gaby las besaba, Paola lloraba una y otra vez, no
emitía ruido alguno solo caían lagrimas de su rostro...
- Gaby yo... Es que... - intentaba hablar y las palabras querían escapar solas,
pero no era fácil - no es fácil
- lo sé
- tú te fuiste, pero fue por mi causa, por mis miedos, por ser la estúpida mas
grande del mundo, no era fácil para mi salir ante todo el mundo - Gaby quiso
hablar - y se que fueron tres años en los que sufrías a mi lado, lo sé, pero ya
no puedo hacer nada para remediarlo y todo esto es producto de mus culpas,
Gaby, ya salí de ahí, salí de toda esa oscuridad y ya no quiero volver jamás ahí,
sé que no lo hare porque ya me perdone hace mucho, solo espero que tu algún
día lo hagas
- Pola, te perdone el día que volví a ver tus ojos - hablo entre lagrimas - ese
día quise lanzarme a tus brazos y soltarte, pero tu estabas con alguien, yo
estaba con alguien y no correspondía
- lo siento
- Paola para!
- ya, filo - Gaby tomo su celular y marco a violeta, solo para provocar a Paola
- si, termine
Gabriela en un impulso salto del lugar donde estaba, la tomo entre sus brazos y
casi tocando sus labios con los de ella le dijo - lo único que quiero hacer en este
momento, es el amor - y finalizadas aquellas palabras recorrió con sus manos
el cuerpo de Paola para despojarla de toda prenda que cubriese su cuerpo y
Paola no tardo en hacer lo mismo con ella, ferozmente como si fuera un animal.
Gaby conocía tan bien el cuerpo que tenía enfrente que basta un dedo en cierto
lugar para lograr una corriente de sensaciones en Paola sin siquiera haber
tocado aquel lugar con el que tanto deseaba reencontrarse; en un abrir y cerrar
de ojos Paola invirtió la situación tumbo en el suelo a Gaby y sujetando
fuertemente sus manos la contemplo, todo lo que estaba a su alcance lo detallo
con lujo de detalle, hasta que se encontró con algo que no estaba en su
memoria
- y eso?
- que cosa?
- ah! Eso...
- no me tientes
- como?
Paola sonrió con aquellas palabras, pasó las yemas de sus dedos, delicada y
sensualmente sobre la tinta que yacía bajo aquel preciado monte, solo para
arrebatar esa tranquilidad y tomar con fuerza ambos senos entre sus manos,
mientras le daba la mirada de una niña traviesa a punto de cometer la más
grande de sus travesuras; Los masajeo, los apretó, paseo aquellos pezones por
entre sus dedos, para luego arremeter con su boca como si su vida dependiese
de ello, poco a poco paso de la suavidad a volverse la más salvaje, mientras
que debajo de ella una Gaby se desesperaba cada vez más con aquel contacto
húmedo en sus pechos, el universo entero estaba girando y ella era el centro.
Paola continúo con el deleite de aquellas mamas y bajo delicadamente hasta el
máximo de sus placeres, a penas introdujo su mano sonrió.
Sin hacer mayor esfuerzo comenzó poco a poco a mover sus dedos en
humedad intensa de Gaby, sin querer detenerse más sin aumentar la velocidad,
disfrutaba las caras de Gaby, disfrutaba los sonidos que provocaba cuando
sentía que llegaba al éxtasis de placer, pero más que todo disfrutaba bajarle las
revoluciones como si le quitara un dulce a un niño.
- no paro?
- no Poli-poli
Aquellas palabras hicieron que Paola continuara con aun más velocidad, se
acomodo sobre la mujer que amaba y comenzó a besarla con tanta intensidad
como la mano que se movía bajo ella – Te amo – dijo Gaby en un susurro
rodeado de gemidos y quejidos, un Te amo que Paola deseaba escuchar con
todas su fuerzas; Gaby se agarro con fuerza de la espalda de Paola, por la
mente de Gaby ya no pasaba absolutamente nada, el calor que sentía en todo
su cuerpo la recorría como hormigas a toda velocidad, cada vez aumentaba la
profundidad de su respiración y los gemidos no se hacían pequeños, sintió
como una explosión recorrió todo su cuerpo generando múltiples contracciones
en sus piernas que apretaban con fuerza la mano de su amante, sus dedos se
enterraban en la espalda de Paola y a medida que todo aumentaba Paola sentía
como Gaby lograba un orgasmo en su estado más puro, pero al contrario de lo
que Gaby pensaba aun no recobraba el aliento, cuando Paola la hacia acercarse
nuevamente al clímax, logrando que sus gemidos fueran gritos con
desesperación, sintió que el placer que sentía era el límite y una vez más en un
abrir y cerrar de ojos Paola la hacía llegar a lo más alto por tercera vez.
- Pola, para!
- primero que no pare y ahora que pare – dijo Paola riéndose en su cara
mientras que la besaba
- Pola! No pu
- me desarmaste, entera, te amo con locura Poli – dijo aun sin recuperar el
aliento
- yo provocarte? Y como podría hacer eso – dijo poniendo la cara más sensual
que tenia
- no te tengo miedo
- Más vale que temas – dijo con una sonrisa en la cara – que estas cocinando?
- para ti, nada
Entre bromas livianas y pesadas, la cena que preparaba Gaby estaba lista, se
llevaron los platos a la cama y comieron, en armonía, como hacía mucho no lo
hacían, para ambas la felicidad llenaba su vida y la habitación.
- tú crees?
- me doy cuenta, estas más linda, tienes más personalidad, cocinas más rico
incluso – dijo entre risas
- siempre
- siento que quizás debimos pasar por todo lo que pasamos para estar donde
estamos
- explícate
- que tal vez fue necesario, para hoy estar así, para crecer individualmente,
conocer otras personas, tener otras vivencias, quizás si no hubiese pasado
nada años atrás, hoy estaríamos a punto de separarnos por querer vivir otras
cosas con otras personas
- dónde estás? Estas con ella o no? – Paola entraba en la pieza y no tenía
intención de contestar aquello
- ahora no puedo decir nada, pero llegare lo antes posible, te quiero Violetta! Y
estoy segura que tienes las respuestas a todas tus interrogantes
Sin decir más corto la llamada, con la mirada inquisitiva Paola la miraba
sentada a los pies de la cama.
- todo bien?
- todo bien
- Me tengo que ir
- Violetta, no la oí bien, prefiero ir, está sola acá y por más que se lleve bien
con todas, no son sus amigas.
- respóndeme eso tu, cada vez que te llame le vas a responder y te pegaras
una hora al celular?
- ciertamente
- le dije que estaba contigo, que no volviera a llamar, que ya lo nuestro había
pasado y que por favor se olvidara.
- lo que pasa Pola, es que me gustaría que esto fuese más secreto – la cara de
Paola se fue al suelo en ese momento – tu sabes, yo no sé si pueda decírselo al
mundo entero, me va a costar un par de años salir del closet
- imbécil! – grito una y otra vez Paola mientras la golpeaba una y otra vez en
sus brazos – no me simpatizas ni un poco!
- vieras tu qué bien me caes! – dijo Gaby entre el ataque de risa que tenia por
la cara de Paola
- pesada!
- lo se é!
- Así te quería pillar! Cochina – dijo Gaby riéndose por la situación y por como
Violetta cubría a Ignacia
- como que sola patua! – dijo Paola entrando a la pieza y tapándole los ojos –
se pueden tapar bien porfa! – grito con cara de enojo a las dos mujeres que
yacían en esa cama
Aquello solo causo la risa de Violetta e Ignacia, que aun no entendían como
habían llegado a esa situación, lo mismo que querían entender Paola y Gaby,
más llevaría un tiempo entender todo lo que estaba pasando en aquel grupo, lo
único que entendían era que el amor estaba.
9
Capitulo XI: Setecientos treinta días I
“De tanta carne sin masticar, lluvia o rubí, se queda en sí, así no se puede dar.
Lo que está afuera es el final, yo no por ti, tu no por mí por dentro rugirá, de
tanta piedra quebradiza, vino a caer lo imposible de nuevo por no ver y si
estamos despiertas, pa’ cuando llegue la mitad, ella le dirá todo lo cierto, su
amor entero siempre llegara… Y si estamos despiertas, pa’ cuando llegue la
mitad, ella le dirá todo lo cierto, su amor entero siempre vivirá.”
Lo cierto,
Camila Moreno.
- Si alguna de las dos no está aquí para mañana por la mañana, que se olviden
para siempre de mi – La cara que Gaby tenia, hacía que nadie dudara de sus
palabras
Gaby fue la primera en correr a abrazar a Violetta, rodeo con sus brazos su
cintura y no la quería soltar, la extrañaba demasiado.
- Violetta que paso, donde está Ignacia? – pregunto Camila mientras besaba la
mejilla de la Italiana
- sí, pero no entiendo cómo pudo pasar algo así – cuestiono Paola
- perdón?
- es que no lo entiendes
- Hola
- como llegaste
- te extrañe
- no la amas, asúmelo
- la amo, la amo con todo lo que se llama ser!! – grito Ignacia
- una vez! Una maldita vez, que me emborrachaste para llevarme a la cama!
- no.
- jamás me lo perdonaría.
Susana tomo sus cosas y se fue de aquel cuarto de hotel. hacia años atrás
Ignacia le había hecho ayudantía a Susana, Ignacia fue su primera mujer y
nunca la pudo superar, hacia unos meses se habían encontrado en el
aeropuerto, Ignacia quedo embobada con lo grande que estaba, era toda una
mujer, pero aun así no se le paso por la cabeza nada con ella, tenía a una gran
mujer a su lado, aun así, meses después frente a ella estaba esta mujer
desnuda esperando que la tomara, culpo al alcohol, a la falta que le había
hecho Violetta ese mes, se culpó ella misma, pero ya era demasiado tarde
- a que te refieres
Aun no salían completamente del cuarto y las tres restantes, Camila, Javiera y
Paola, se dispusieron a salir de inmediato
- obvio, hace una semana que lo sé, pero no por ella – dijo Paola – mi vieja me
conto, sus viejos le contaron a ella
- ni yo Cami, ni yo.
- sabía que estabas aquí, quise darte tu tiempo, pero te fuiste al extremo, por
eso estamos aquí
- El niño se llama Otto, es la imagen de Violetta, pero a pesar de que los padres
entendieron la situación, le rogaron que no alterara su vida, que ellos le
contarían pronto que era adoptado y si él quería conocer a su verdadera madre,
ellos la llamarían, pero debían estar consciente de que quizás quisiera conocer
a su padre, basto eso para que Violetta desistiera y les rogara que la
mantuvieran al tanto de todo, si el niño necesitaba cualquier cosa ella estaría
ahí
- sí, y yo ahí siendo su hombro por dos noches seguidas de llantos y más,
mientras ella lloraba por el niño, yo lloraba por ella en silencio, después supe
que su llanto también era por mi
- porque?
- Susana le dijo lo que había pasado esa noche, cuando me propuso… cuando
me propuso matrimonio – con las lágrimas a punto de salir – no fui capaz de
decir que si, aunque quería gritarlo a los cuatro vientos
- pude callarme, Javi, pude callarme y decir si, sabes, - decía con desespero -
Cami porque no lo hice, porque no dije si
- por qué a la larga lo hubieses dicho igual, quizás hubiese sido peor, mejor
antes que después – dijo Paola
En ese mismo instante lo que su corazón sintió fue una inyección, un dolor letal
causado por algo tan pequeño como una aguja, una y otra vez, punzaciones le
partían el corazón, había cometido un error, pero amaba a esa mujer con su
vida y si no la recuperaba se perdería con su amor en el más oscuro abismo.
- porque en el momento que me acosté con otra mujer, me perdí, necesite este
tiempo para reencontrarme
- hablamos regularmente
Las chicas seguían hablando pero Ignacia ya viajaba una vez más en su mente,
la extrañaba, la necesitaba, la amaba tanto, pero no tenía derecho a buscarla,
aun así anhelaba que Violetta le diera la oportunidad de hablar, pero que iba a
decirle, “perdón te engañe con otra mujer, no fue mi intención, estaba
borracha, listo perdonada, ahora si casémonos, vivamos juntas para toda la
vida, tengamos una familia, hasta un perro, una casa y montemos el negocio
de nuestros sueños” no la vida no era tan fácil, Violetta no se merecía nada de
aquello. Violetta por otro lado, seguía con Gaby en lo suyo, aunque solo en
cuerpo presente, ella aun no dejaba su antigua casa
- adivina
- Cartona
- si volví a la casa
- que rico, recuerda que tenemos que ir juntas, fue una promesa
- lo se cariño, lo se
- no sé si quiero evitarla
Paola tenía la dicha de dormir na vez más con la mujer que amaba, pero era
inevitable no pensar en su amiga, ella sabía de mal de amores y en especial
cuando eres la persona que comete el error, te llevas todo el peso encima.
- hoy fuimos a ver a Ignacia – dijo Paola con los ojos cerrados sin querer ver a
la mujer que tenia al lado
- en un hotel
Paola se acurruco bajo los brazos de Gaby y sintió su amor, su gran amor que
no solo era para ella, alcanzaba también para sus amigas, sabía que le dolía la
situación que estaba pasando, pero también sabía que no estaba en ellas el
solucionarlo, en casos así hay solo dos partes que pueden solucionar las cosas.
- sabes que te amo cierto – dijo Gaby acariciando el cabello de Paola
- yo creo que es eso, a ver, dímelo otra vez para empezar a darme cuenta
- tu deberías saberlo
- sabes que cuando te miro, cada vez que lo hago, me dan ganas de tenerte
para toda la vida y cuando pienso que un día esta vida va a terminar, me da un
dolor aquí – dijo presionando su pecho – una angustia de que ese día
tendremos que separarnos y le ruego al cielo ser yo quien se vaya primero
porque qué va a ser de mi sin ti en esta vida, entonces pienso, si te encontré
en esta vida, en la próxima estaremos probablemente juntas.
- ahora me crees?
- no te ha gustado?
- no sé de qué se trata
- cierto
- cómo?
- como el día en que nos dijimos que si mutuamente – con una lagrima
en su rostro mostro dos enormes sortijas – Gabo amor de mi vida, te
quieres casar conmigo y…
Parecía mentira, que de eso ya habían pasado casi tres meses y faltaban unos
días para llevar acabo el sueño de su vida, Gaby quiso pedirlo mucho antes,
pero algo se lo impedía, tal vez había algo de inseguridad en ella, había sido
mucho el tiempo separadas, había pasado mucho entre ellas, pero que fuese
Paola quien se lo pidiera la había hecho la mujer más feliz del mundo, después
de eso, solo felicidad les quedaba por delante.
- lo sentimos Srta.
- nos seas caprichosa Gabriela, es solo una torta – levantando el teléfono para
llamar – buenas tardes, hablas con Paola, si de la torta de trufa, no se
preocupen por la torta, queremos la segunda opción
- segura que no hay problema, porque una de las ayudantes estaba preparando
su viaje para traer la trufa
- ok, no la decepcionaremos
Paola corto la llamada y Gaby daba vueltas en la cocina con una cara de ogro,
que probablemente asustaría a cualquiera
- que!
- cambia esa cara, hay mucho por hacer, deja tu capricho o me voy a enojar
yo!
- no me digas Agustina!
- es que yo quería trufa – dijo estirando la trompa como una niña chica
- hola bellezas
- y a ti que te paso?
- Compórtate Agustina
- tu para de reírte – indicando a Violetta – y tú, me dices una vez más Agustina
y no me caso!
- me estas amenazando?
- si!
- segura?
Paola en vez de preocuparse por aquellas palabras reía con más ganas, se
miraban con Violetta y reían mucho más fuerte, mientras que Gaby escuchaba
hasta afuera las risas y le causaba más rabia, todo por unas putas trufas,
pensó. Se sentó a la entrada de la casa a fumar un cigarro cuando vio a Ignacia
estacionar su auto, “ a ver si te sigues riendo ahora” pensó, luego se sintió
cruel por aquel pensamiento, recién empezaba a fumarse el cigarro cuando
Ignacia se acercó a ella
- Hola
- Gaby…
- y esas risas – pregunto al oír las risas que seguían a dentro de la casa
- Esta aquí…
- por supuesto
Gaby entro rápidamente sin decir nada, Paola y Violetta la vieron mientras
pasaba, pero paso tan rápido que no alcanzaron a decir nada, Violetta salió
corriendo a gritarle su segundo nombre y alcanzo a ver quién se subía al auto,
cuando reacciono ya habían partido
- era ella
- quien?
- Ignacia
Los días pasaron y sin darse cuenta eran las seis de la mañana de un largo día,
habían pasado la noche en la casa de campo, se repartieron las amigas y no se
vieron la última noche de solteras, Gabriela se quedó en la casa de adelante
con Violetta y Javiera, en tanto Paola se quedó en la casa de atrás con Ignacia
y Camila. Las seis de la mañana en punto, el despertador sonaba y empezaba
la fiesta, gente corría de un lado al oro entre ambas casas, estaba todo el
mundo invitado, incluso la gente que cuidaba la parcela en el campo,
compañeros de trabajo, amigos de la familia, amigos de la infancia, incluso
personajes internacionales, era el matrimonio del siglo y entre tanto revuelo
habían dos parejas protagonistas de cualquier cotilleo existente aquel día, la
principal, la que uniría sus vidas para siempre y confirmarían su amor ante el
mundo y la segunda, la que no había logrado verse a la cara, la que hacia lo
posible por evitarse, pero como decía toda la gente, “llegara el momento en
que obligadamente se vean a la cara! Casi medio día y aun ese momento no
llegaba, los puestos estaban casi llenos, la gente esperaba con ansias el
momento en que las novias cruzaran hasta llegar al altar que habían creado,
pero aún faltaba una hora para que esas dos estuvieran listas para decir si
- esta lista?
- anda a ver qué pasa – le dijo a Ignacia poniendo voz de niña chica
Ignacia fue de un lugar a otro indicándole donde podría estar el ramo, se paseó
por toda la casa y le quedaba el patio, cuando diviso un bouquet de blancas
flores en las manos de la mama de Gaby, corrió hasta alcanzarla
- estas segura?
- Gracias Violetta, toma hija lleva las flores – dijo dándole las flores a Ignacia –
yo llevare estas a Gaby
Ignacia en ese momento no se movía era una estatua, Violetta conto hasta diez
en su cabeza esperando que le dijera aunque fuese hola, pero nada salía de sus
labios, así sin más se dio la vuelta moviendo su cabeza sutilmente de un lado a
otro en señal de decepción. Ignacia se quedó ahí inerte, inmóvil, solo su cuerpo
quedaba presente, cuando Violetta entraba a la casa soltó como si fuese el
ultimo suspiro de un muerto
- Perdón…
Nota: segun yo, era el ultimo capitulo, falso, hay relatos que se mandan
solos... Gracias a los fieles que siempre comentan, leo atenta sus comentarios y
mis agradecimientos para ustedes :)
10
Capitulo XII: Setecientos treinta días II
“Quise mentir y aquí estoy, quise no ser y aun soy, quise volar con mis sueños
pero tu silueta lo desbarato, hace mil años tal vez yo habría sido tu rey, luchar
con muchos dragones y desde mi trono hacerte el amor, dime donde quedo,
ese extraño poder de entrar por una ventana y nunca salirte de mi corazón,
debo admitir que todo es muy distinto sin ti… Sigues dando vueltas en mi
cabeza.”
- Perdón…
Aquel susurro parecía haber volado a Violetta, que incluso dentro de la casa lo
oyó, pero lo escucho en su corazón, porque del corazón había salido. Cuando
salió al patio a ver a Ignacia, está ya se había entrado, “es una locura” pensó y
siguió con lo que debía, entre preparativos y arreglos; ambas acompañaban a
sus amigas pero en cuerpo, el espíritu, el alma, ese estaba en otro lugar,
intentando encontrar a la otra.
La música comenzaba a sonar y con ella el aviso a las novias de que tenían que
salir, la oficial civil estaba en el hermoso altar de flores y todos los invitados en
sus lugares, primero salió Gabriela, del brazo del padre orgulloso de su hija, el
vestido que usaba era digno de una princesa, uno que otro invitado derramo
una lagrima al verla pasar, el piano no interpretaba la típica canción, pero este
no era un matrimonio típico, Javier y Violetta la seguían atrás y se pararon al
lado de ella, mientras que el padre se volvía a sentar, la música del piano
cambiaba y anunciaba a la otra novia que estaba por salir, los ojos de Gaby se
volvieron un par de platos cuando vio caminar a la mujer que amaba por la
enorme alfombra que acompañaba su camino, Gaby pensó “jamás la había
visto tan hermosa” y es que como nunca se había esmerado en verse perfecta,
Paola sonrió con nerviosismo al ver a la mujer que amaba tan perfecta “Ahora
si no te suelto en mi vida” pensó mientras se acercaba a ella; Su padre la
entrego a su futura esposa y no pudo evitar llorar en el acto, en tanto Camila e
Ignacia se ubicaban al lado Paola contemplando solo a las dos mujeres que
irradiaban felicidad por donde se les mirase, tomaron con nerviosismo sus
manos y por tan solo unos segundo se contemplaron fijamente, “te amo”
dijeron mutuamente con las miradas y el resto paso en un abrir y cerrar de ojos
- Si hay algo que se quieran decir a la otra, este es el momento – dijo la oficial
Paola tomo la mano en que Gaby tenía su sortija y la beso, tomo aire y
comenzó a hablar – Siempre que quiero pensar en el día en que te conocí me
pierdo en recuerdos porque te conozco de toda mi vida, sin embargo hay un
momento que siempre recuerdo, el primer día que me miraste con amor en tu
rostro, ese día supe que la nuestra sería una historia diferente, que podrían
pasar catástrofes entre nosotras pero aquel sentimiento que vi en tus ojos seria
para siempre, porque el sentimiento era mutuo, Gabriela Agustina Welham –
sonrió mientras que Gaby fruncía el ceño y los invitados reían – pase lo que
pase de hoy en adelante, prometo amarte, serte fiel, protegerte y dejar que me
protejas, prometo que seremos una ante las adversidades y que no habrá nada
en el mundo que nos separe, por sobre todo te prometo y te advierto que la
muerte no me detendrá, te seguiré amando incluso después de eso. – Paola
termino sus palabras y con suavidad limpio las lágrimas que caían del rostro de
Gabriela.
Las felicitaciones para las recién casadas llenaban el lugar, un carro con dos
caballos las esperaba, caminaron a él y miles de pétalos de rosas caían sobre
sus cabezas, subieron al carro y dieron a sacarse las típicas fotos
matrimoniales, en el jardín estaba listo el banquete para los invitados, mientras
esperaban que las novias llegaran todos hablaban de lo maravilloso que se veía
todo, no habían malos comentarios ni envidias, todo era alegría en ese lugar,
bueno casi todo
- Igna, se valiente ve y háblale a la mujer que amas, que sería lo peor que
podría pasar
- mmm… adivina quién llego y algo me dice que no le caerá nada bien a
Violetta
- Emma
- Emma!? – Decía Ignacia con visible preocupación – pensé que no iba a venir
En eso estaban cuando una enfurecida Violetta caminaba con clara dirección sin
apartar la vista de Ignacia, haciendo que con su sola presencia Javiera y Camila
se alejaran un metro de ellas, aun así se podía oír lo que decían
- Violetta que te pasa – dijo Ignacia con asombro por lo que oía
- como fuiste capaz de invitar a esa perra, sabiendo que estaría yo aquí
- Viol…
- mira pendeja hueona, si no te vai ahora mismo de acá, te saco con los perros
y créeme no te van a quedar ni las extensiones puestas! – Grito Javiera
causando que más de un invitado escuchara
- Susana, para por favor, yo no siento nada por ti, ya perdí a Violetta ahora
déjame en paz, jamás voy a estar contigo, podría estar con cualquier mujer en
el mundo pero no contigo.
- está bien, me voy, pero sabes que es lo peor de todo – se acercó para
hablarle al oído – que no te pude hacer nada en aquella cama aparte de
desnudarte – dicho aquello se marchó, dejando a Ignacia momificada en aquel
lugar.
- creo que si
- se nota!
- cómo te sientes
- al menos logre sacarte una risa – dijo guiñándole un ojo – ahora sonríe que
estamos de fiesta y te quiero alegre!! – ahora devuélveme a mi mujer
Violetta sonrió sin parar hasta cambiarse y quedar bailando con Camila
- Camila y tú?
- si así coqueteas con todas, no me extrañaría que incluso una hetero cayera en
tus redes – dijo Camila sonrojándose
- dime
- me parece perfecto
- Estas dos se están matando – dijo Paola mientras bailaba con su mujer
- lo sé, pero está mal que hoy sea egoísta y me preocupe solo de tu sonrisa
- entonces vamos a ponerte unos zapatos cómodos – dijo entre risas Gaby
- porque?
- no me tientes…
- Niñas hay que partir la torta – decía una risueña risa tras la puerta
- Ya vamos!
- Creo que será mejor que nos cambiemos enteras la ropa – dijo Paola
- porque?
- cincuenta y cincuenta, ahora cámbiate ropa, pero en el baño que si te veo sin
ropa no me controlo y debemos bajar.
- segura?
Violetta cambio la vacía copa de su mano por una llena y tomo a Camila para
acercarse a las recién casadas. La gente aplaudía y silbaba celebrando el
acontecimiento, Paola tomaba de atrás a Gaby y juntas tomaban un gran
cuchillo para cortar el primer trozo de la torta, lo pusieron en un plato y Gaby le
dio en la boca el primer trozo a Paola y esta hizo lo mismo con ella, pero le dio
tanto a su cara como a su boca, mientras todos reían por eso, más de alguno y
alguna se sintió caliente por la forma en como con la lengua Paola limpio la
cara de Gaby, dejando a la misma Gaby con ansias de llegar a la noche de
bodas.
- que paso?
- lo se
- Viole yo…
- da lo mismo
- Ignacia..
- cállate! Necesito pedirte perdón por dos cosas y he querido hacerlo toda la
noche, primero por…
- Viole, para, primero por beber tanto con alguien que no debía al punto de no
recordar nada y segundo por no decir de inmediato que si a tu propuesta
- Susana…
- Ella, me dijo hace un rato cuando la rechace que nunca había pasado nada, si
dormimos en la misma cama porque ella se iba a aprovechar de mi estado,
pero era tan fuerte que no fui capaz de hacer nada, Javiera la oyó, estaba a mi
lado
- no se Ignacia, no puedes esperar que porque me dices eso te daré una sonría
y todo igual que siempre!
- que pasaría?
- tranquila – dijo Violetta – no he estado con nadie, pero me doy cuenta que la
inmensidad de tu amor no es tan extensa como la de mi amor
Violetta se paró del pasto donde estaba sentada y volvió al matrimonio mirando
solo una vez atrás – Paola y Gaby están por irse – así nada más siguió su
camino, Ignacia se sentía la mujer más tonta del mundo, así de grande era el
amor de Violetta que había sido capaz de perdonarle el estar con otra mujer sin
siquiera un reproche, aunque aquello no fuera verdad, se ponía en sus zapatos
y le era imposible hacer lo mismo, habría querido matar a la otra persona y
probablemente a ella también, una vez más dio vuelta en sus pasos y bajo a
despedirse de sus amigas, en el camino limpio sus lágrimas e intento pasar
desapercibida, pero no era suficiente, cualquiera a unos metros de distancia
notaria que había llorado, notaria su tristeza, era imposible no hacerlo.
La fiesta solo terminaba para las recién casadas o comenzaba depende del
punto en que se le mire, se irían por todo un mes al lugar que más amaba en el
mundo Gaby, Toscana, claro que no a la misma casa que habitó con Violetta,
aquello era imposible dijo Paola, pero disfrutaría conocer el lugar a través de
los ojos de la mujer que amaba.
-…
- no tengo idea
- mi figlio me quiere conocer – le dijo con una sonrisa en su rostro que hacía
tiempo no mostraba
Camila la abrazo y le traspaso toda la alegría que le hacía sentir aquella noticia
– felicidades Violetta, te lo mereces – dijo en aquel abrazo
- la llamaste?
- no
- la llamo?
- por favor
Camila tomaba su celular y mientras esperaba que contestara veía la cara de
ansiedad de Violetta, dos veces marco pero no había respuesta del otro lado de
la línea, insistió una vez más y al fin tuvo respuesta
- que te importa
- y qué?
- Tengo que preparar mis cosas, será mejor que me vaya – dijo Violetta
resignada
Casi era medio día y hacia horas que Violetta había despegado del país, Camila
desesperada busco a Ignacia por casi todas partes, solo le faltaban dos lugares
Susana y el hotel y se decidió por ir primero al Hotel, golpeo y golpeo pero no
pudo entrar, pregunto en la recepción por ella, le confirmado que había llegado
pero no si había salido, después de media hora de ruegos le abrieron la puerta
del cuarto y ahí seguía Ignacia
- la verdad el hecho que aun estuviera con vida es un milagro, los niveles de
alcohol en la sangre la llevaron a un coma etílico
Por un día entero Ignacia no despertó, después de aquel episodio sus padres
decidieron internarla antes de que cayera en el alcoholismo aunque para ella
fue una medida exagerada, todos incluidas sus amigas decidieron que sería lo
mejor, Camila decidió por su parte no contarle lo de Violetta, no le haría bien
en su estado, así también lo dijo Violetta cuando llamo y se enteró de todo, por
instante tuvo el impulso de dejarlo todo e ir a verla, pro al lado tenía un
pequeño de trece años, que por primera vez le había dicho mamá y ese gran
detalle le hacía retroceder. Ignacia había preguntado en reiteradas ocasiones
por Violetta pero nadie le decía nada, cuando llegaron Gaby y Paola de su luna
de miel se enteraron de todo lo acontecido, se murieron de la rabia por no
haberse enterado antes, se hubiesen vuelto en seguida y eso era lo que los
detenía a todos para contarles.
Cerca de un año paso, se podía decir que Ignacia estaba bien, al menos no
trataba de sabotear su existencia, pero hacía mucho tiempo que no era la
misma Ignacia, enfoco su vida en su trabajo y de ahí no se movió, dejo de
preguntar por Violetta el día que escucho lo feliz que estaba por una
conversación entre Camila y Javiera, aquel día también decidió dejar la casa, se
compró un pequeño apartamento en la ciudad y se cambió así sin más, aquel
cambio la hizo alejarse de todas, la llamaban para alguna reunión y su
respuesta generalmente era un “no”, un “no quiero” o el habitual “no puedo”.
Cuando Camila y Javiera se vieron solas en esa enorme casa decidieron
venderla, dividieron el dinero en cuatro partes iguales y con su parte
compraron una casa cada una enfrente a la de Gaby y Paola, eran épocas de
independencia decían, pero la cercanía no la podían dejar, mucho menos
cuando Paola tenía ya seis meses de embarazo y la pequeña Sofía no demoraba
en llegar.
Era sábado y como todos los sábados se juntaban todas a almorzar, todas
menos Ignacia que ni siquiera la habían invitado ya cansadas con sus
negativas, Paola paseaba su hermosa barriga con orgullo y Gaby alucinaba con
el día en que la pequeña naciera, igual que las tías chochas por la llegada de su
primera sobrina
- quien iba a decir que las primeras en ser madres serían las lesbianas – Dijo
Camila
- oye les traje un regalo – dijo Javiera – como yo seré la tía favorita, la que le
ara más mimos a la nena – dijo sacando una caja de tamaño considerable –
ábranlo
Adentro de la caja venia un álbum enorme, la primera foto que tenía pegada
era la de la ecografía y abajo impreso un texto que empezaba con “había una
vez…” más adentro en la caja una cámara de fotografías instantáneas
- y esto?
“ había una vez cinco pequeñas princesas, los reyes sus padres era los mejores
amigos del mundo, por eso las princesas se criaron como hermanas, a pesar de
ser todas amigas, habían dos que destacaban por su cercanía incluso siendo
pequeñas, cuando llegaron a la adolescencia descubrieron que el motor que las
hacia mover era el amor…”
- ven que seré la tía preferida, este es la única edición del primer libro de
Javiera Mendoza, ahora la nueva escritora de cuentos infantiles para niños
internacionales – dijo sonriendo
- sí, es una campaña internacional para niños, cuentos en los que se les enseña
a los niños que la diversidad no es mala, si no parte de la vida
- si cambiamos, crecimos, pero ella cambio con nosotras vivimos tantas etapas
juntas que cambiar así, tan cortante
- yo la extraño demasiado, espero que se dé cuenta que esta errada antes que
llegue Sofí, no me gustaría que se la perdiera
- Bueno?
-…
-…
-…
-…
Gaby tapo el auricular del teléfono y se dirigió a Paola – amor, viene Violetta a
Chile, se va a quedar en un hotel, se puede… - no alcanzo a preguntar cuando
Paola le contesto – dile que no sea idiota, hay cuatro piezas libres en esta casa
y hay dos casas más con espacio – respondió Paola
-…
- responde hueona!
- a ver, que dijimos de las groserías, no cuando la niña este presente – dijo
indicando la barriga de Paola
- solo deben saber que Violetta llega en menos de una semana y trae muchas
maletas
Nota: reí mucho con sus comentarios, en especial con ese que me trata a la
niña de tontoluda, aunque creo que lo es un poco. Una vez más creí que sería
el final y una vez más erre y por si fuera poco rompí con mi ideal de dejarlo
solo en diez capítulos. Agradezcan a mi resfriado, que ha permitido tenerme en
cama con todo el tiempo disponible para escribir ;) se me cuidan y comenten
que me entretienen.
11
Capitulo XIII: “Instantes”
Nuestro autor tenia ochenta y cinco años, al concluir su poema lo dice, también
dice que está muriendo, sabiendo que le sería imposible volver a vivir su vida,
pero quienes están antes de la mitad del camino, aquellos o a aquellas aún
están a tiempo de disfrutar ese “ahora”, esos instantes que mientras más
avanza el tiempo, se van y es imposible recuperarlos. “
Paola, Gabriela, Javiera y Camila cuatro chicas que más que amigas eran
familia, en un aeropuerto esperando a la adoptada de la hermandad, con
ansias, con intriga, el vuelo llevaba media hora de retraso y aun no sabían
nada, Javiera se comía las uñas, Camila movía una y otra vez su pierna y Gaby
intentaba sostener a Paola que no cabía en sus nervios, cada una en sus bazas
preguntándose cómo habían logrado tenerle tanto cariño a una desconocida,
aunque era más que cariño era un querer, Gabriela era la única que sabía el
motivo de su llegada y aunque Paola la amenazo para que le contara, no lo
había hecho y así pasaban quince minutos más y nada.
- yo creo que sí, aunque quizás llegue con pareja – decía Javiera
- tampoco creo!
- Ciao tía Gaby – decía con una dulce voz el niño – Es un placer al fin
conocerte – decía con una sonrisa en su cara
- sabes español?
- a no, a este niño me lo como – dijo Paola abrazándolo con muchas ganas
- ah! Que ricura, tu mamá tenía razón enano – dijo Javiera soltándolo para
abrazar a Violetta
- Ciao tía Camila, mamá dijo que eras la única sensata de la familia – respondió
abrazándola
- primero llévame algún lugar para asearme dejar las cosas que son muchas y
ahí tranquilas les cuento todo
Paola asintió y los llevo a casa con lo que parecía todas sus pertenecías, camino
a casa se divirtieron con el extravagante Otto, que al parecer quería ser actor,
comediante, dramático, las tenía todas, no pararon de reír ni un segundo y en
tan solo minutos todas sentían que lo querían, era algo mágico
Cuando llegaron a la casa, solo uno de los cuartos estaba listo por lo que en un
dos por tres Gabriela tenía listo un cuarto para Otto y luego de comer el
pequeño lo único que quería era dormir, cinco minutos tardo en el dormitorio
Violetta y ya estaba en la sala tomando una copa de vino y uniéndose a las
demás que esperaban impacientes
- nadita
- me parce, a ver por donde parto
- el final? El final es que me tienen que ayudar a encontrar casa y colegio para
Otto, de preferencia italiano y de los mejores, porque viviremos en Chile
- de verdad?
- si – dijo con una sonrisa en su cara – también necesito una socia para
montar el restaurant que hace años sueño
- la historia es algo larga pero la acortare, Cuando Otto descubrió que era
adoptado, el mismo hizo los contactos para buscarme, ni siquiera fueron
quienes lo adoptaron quienes me llamaron, fueron los padres de una amiga, a
través de ellos concertamos una cita, bastaron dos segundos mirando a los ojos
de ese niño para caer embobada por él y el por mí, Aquí empezó lo peor, Otto
no me decía porque no les había contado a sus padres adoptivos, nos
juntábamos casi a diario pero en la casa de su amiga, no me hablaba de su
vida tanto como quería saber de la mía, el día de su cumpleaños me plante de
golpe en su casa y me asombro que no le estuvieran celebrando nada, no me
dejaron verlo, ni siquiera me recibieron el regalo que les traía, ahí partió la
pesadilla – paro para beber de su copa – Otto se arrancó de la casa, león el
padre de su amiga me llamo desesperado, cuando llegue Otto lloraba
desesperado, me abrazo como nunca, cuando León me mostro las heridas y
cicatrices que tenía en su cuerpo
- Verdad, casi me morí quise ir a matarlos, pero me contuve, con león llevamos
a Otto a la estación de policía y declaro todo lo sucedido, por más que quise
lanzarme sola en contra de ellos había alguien culpable de todo y ese era mi
padre, lo llame y sin pedirle por favor uso algo de su poder para lograr que el
niño quedara a mi custodia durante el juicio, los bastardos estaban a punto de
adoptar a una niña, si Otto no hubiese tenido el valor de escapar, no sé, me
aterra ´pensarlo, el proceso fue largo, durante este tiempo he aprendido a ser
madre, aunque creo que es algo con lo que se nace, el día que Otto me dijo
mamá, junto a pedacitos mi corazón, me hizo tan feliz, es increíble lo que logra
ese niño, todo lo capta, todo lo entiende
- es frustrante, las cosas se dieron así, a veces lo miro y no lo creo, tuvo que
madurar a la fuerza, piensa como grande, pero en el fondo se comporta como
un niño pequeño y mimado, lo amo – dijo Violetta botando unas lágrimas más.
La noche la pasaron poniéndose al día de todo lo que había pasado en ese año,
a pesar de que constantemente hablaban por teléfono, no era lo mismo en
persona con todos los detalles, durante la noche Violetta evito preguntar por
Ignacia, aunque se moría de ganas de hacerlo, así también las chicas evitaron
hablar de ella, ya habría tiempo para todo, tenían mucho tiempo por delante.
A la mañana siguiente Otto despertó primero que todas, se levantó y como niño
explorador recorrió la casa, sin abrir ninguna puerta cerrada llego hasta el
baño, mira cada espacio y llego a la cocina, le pareció cómico ver a Javiera en
el sillón durmiendo casi a punto de caer, abrió el refrigerador y se sirvió un
vaso de jugo, se sentó en frente de Javiera y prendió la televisión, rio a
carcajadas con la forma de hablar de los Chilenos, se paseó por todos los
canales que pudo y al final se quedó en el canal nacional, se reía con un
personaje particular cuando vio a Javiera darse vuelta en el suelo y no pudo
parar de reír
- porque dormías aquí? – pregunto entre risas
- segura?
- te sirvo jugo?
- para ir a dónde?
- ok, lo intentare
- sí, es más práctico, ya pu, que vas a intentar – dijo mirando a Javiera
- Otto nos quiere secuestrar hoy pero sin la mamá – dijo Javiera susurrando
- que tanto cuchicheo hay aquí – dijo Paola que entraba con Gaby y Violetta
- si?
- si!
- qué cosa?
- así como para crear lazos, podemos salir con Otto hoy?
Violetta miro a Otto que la veía con una sonrisa en la cara, le levanto una ceja
y pregunto – fue idea de ustedes o de él?
Los planes secretos de Otto estaban por llevarse a cabo, sonreía para sus
adentros por la idea que tenía en mente, mientras Javiera y Camila sé iban a
bañar y cambiara sus casas, Otto sacaba de sus maletas su más elegante ropa
- si
- y porque?
- por que debo estar presentable, como sabes mamá y conozco al amor de mi
vida en estas tierras
- está listo el nene? – dijo Javiera entrando a la casa con acento argentino
Ya en el carro Javiera y Camila estaban ansiosas por saber que quería Otto
- Díganos señor Corleone cuáles son sus planes – dijo Camila imitando la voz
de un mafioso famoso
- les hare una oferta, que no podrán rechazar – respondió Otto imitando a el
Padrino
- yo pago dijo Camila – Otto le dio las gracias y le entrego los cuarenta dólares,
pero Camila se los rechazo – tú pagas el almuerzo vale?
- a donde pueda cambiar mis dólares por pesos chilenos? – dijo dudoso Otto
Pasaron por una casa de cambio y Otto tenía más plata de lo que debería tener
un niño de trece años
- mi mamá me daba mesadas, las fui guardando y saque solo un poco, aunque
ahora me arrepiento debí traerla todo para cambiarla, será peligroso andar con
tanta plata
Javiera y Camila se quedaron mirando y rieron con las ocurrencias del pequeño
- no si andas con alguien adulto Otto, tranquilo – dijo Javiera – a donde vamos
ahora?
- a una chocolatería
- a la que espero sea la segunda mujer más importante de mi vida, dijo Otto
Javiera miro a Camila mientras esta tenía cara de “lo sabía” en su rostro.
Casi por decisión del niño se fueron a la oficina de Ignacia, todo el nerviosismo
lo llevaban encima Camila y Javiera, Otto por su lado iba de lo más relajado,
cuando llegaron arriba, Otto les pidió que se sentaran y él se presentaría, así lo
hicieron, ambas miraban divertidas la escena, cuando Otto se acercó a la
secretaria de Ignacia
La secretaria miro a Camila que le hacía un gesto de dejarlo entrar, Camila era
amiga de Ignacia por lo que la secretaria no pensó que sería un problema
Cuando se paró a fuera de su puerta, basto ver los ojos para reconocer en ellos
de quien se trataba, miro de inmediato a la sala como si buscara a alguien más,
pero solo logró ver a Javiera y Camila que levantaban las manos haciendo un
“yo no fui”
Ignacia quedo plop con aquellas palabras, las mismas que provocaron una corta
carcajada de Javiera y Camila que termino con la mirada que les dio Ignacia
- pasa – dijo haciendo pasar al niño – que no me moleste nadie por favor – le
dijo a su secretaria
- es que a todas les digo “tía” pero es como raro que te lo diga a ti
Y aquello le llevo al tema que deseaba sacar Ignacia, le dolió un poco que
Violetta estuviese en el país y no la hubiese buscado, pensó tendría sus motivos
como cuando se fue, ahora sabe cuáles son los motivos de su partida, pero su
regreso aún era una interrogante
- mi mamá está en casa de tía Gaby y Pao, llegamos recién anoche a Chile,
debo decir que es un precioso país
- es cierto Otto, lo es
- bueno, voy al grano de todo esto, la alegría más grande de mi vida fue
descubrir que tenía una madre, una de verdad, cuando supe que sería solo para
ella, mi alegría no tuvo límites y sé que para ella fue igual, siempre pude ver la
alegría en sus ojos, pero también en ellos siempre vi que algo faltaba, verás yo
soy artista innato, y los artistas percibimos estas cosas así que comencé a
indagar, me sigues?
- un arcoíris?
- qué bueno, mi madre igual, pero me tiene a mí, haz pensado en ser madre?
Ignacia rio nerviosa con aquella pregunta
- si
- no me aterraba ser madre en ese entonces, menos ahora, son otras las cosas
que me aterran
- lo sé, pero es que ahora mi mamá viene con suplemento, pero sé que sería
muy feliz si lo intentaras
- sí, solo que omitió los detalles buenos, quizás cuando este más grande me los
cuente
- la Gaby
- bien, sanito
- donde andan?
- lo raptamos y estamos por salir del país – dijo Camila quitándole el celular a
Javiera
- pásamelo idiota
- y fue solo?
- Cami…
- lo sé!
- porque?
- de verdad?
-si busco a alguien que no voy a encontrar – dijo con tristeza Violetta
- Gaby! – Grito Paola – lo dices porque estas enojada con ella, no seas así
- ya si se, perdón
Sus amigas se miraron sorprendidas, hacía mucho que no veían esa sonrisa,
tanto que Camila se emociono
- shh… yo también las extraño mucho – dijo Ignacia con la misma emoción
- te tengo una invitación, para ti y Gaby a mi depa esta noche, a cenar para
conversar y verte
- no creo que sea posible hoy – dijo sin decir que Violetta estaba en casa – que
te parece si te sacamos a almorzar mañana?
- pues vamos
Comieron tanto que no se podían mover, en especial Otto, que había quedado
encantado con la comida, las chicas lo miraban y no entendían como le caía
tanta comida en su estómago, ellas no se habían servido ni la mitad de lo que
él había comido. Cuando se dieron cuenta de la hora, Ignacia llevaba media
hora de retraso y probablemente ya tenía una reunión cancelada, pero por
primera vez en mucho tiempo no le importo, aquel niño le había alegrado la
vida en una sola tarde, jamás pensó que aquello sería posible
- de verdad?
Violetta llamo dos o tres veces a Camila, pero esta prefirió omitir que andaban
con Ignacia, Otto había dicho que era secreto y así lo mantendrían. Javiera se
llenaba de alegría al ver como jugaba Otto con Ignacia y no podía entender
como en menos de un día se podía llegar a querer a un pequeño niño; Camila
por su parte se sentía una niña, corrió como hacía mucho no lo hacía y por
instantes sintió la necesidad de ser madre, de crear un vínculo y supuso que
con la llegada de Sofía ese sentimiento se haría más grande, miro por un
segundo al cielo y pidió que aquello fuese posible.
- qué cosa?
- conquistarla
Otto se volvió con Javiera y Camila, mientras que Ignacia subió sin ganas a su
carro, sin marcharse se quedó ahí, bajo nuevamente y contemplo el atardecer,
“años sin disfrutar esto” dijo en su cabeza, intento repasar en su cabeza lo que
había pasado en el día, como aquel niño había llegado sin aviso y con el
recuerdo del vino a su mente la causa de todos sus males, la única razón que
con su partida se había llevado su risa y sus ganas de vivir, en pocas palabras
esa mujer se había llevado su vida entera y hoy sin pensarlo le había devuelto
al menos una parte.
Cuando llegaron a casa Otto venía con una sonrisa enorme en su rostro y
mucha arena en su cabellera, casi de relámpago Violetta lo envió a la ducha,
mientras el no paraba de hablar sobre como lo había pasado, con mucho
esfuerzo omitió lo genial que había sido conocer a Ignacia y lo divertida que
era, para Camila y Javiera no fue menos complicado, en especial por la mirada
que les había dado Gaby, con cara de no creerles del todo, así que sin más se
retiraron rápidamente de la casa, no había mucho que hacer.
La mañana llego tan rápido como un pestañeo, Violetta despertó primera que
nadie, se paseó por la casa y entro a la pieza de la bebe, por un momento
sintió nostalgia y un poco de envidia, no lo veía como algo malo sino todo lo
contrario, deseo tener la capacidad de retroceder el tiempo y ser capaz de
cuidar al hombre en el que su hijo se estaba convirtiendo a diario, pero en
seguida volvió a tener cordura y recordar quien era en esos años, hubiese sido
imposible que cuidara de él, pero aun así, nada superaba aquel sentimiento.
Salió del cuarto y contemplo las fotografías de la sala, se divirtió con las que
jamás había visto y se entristeció con las que ella misma había protagonizado,
como en la que estaba con un trofeo al lado de Ignacia después de ganar una
competencia de paintball de parejas, “éramos felices” pensó, “pudimos llegar a
serlo mucho más” completo…
- si tienes la posibilidad de ser feliz, por favor esfuérzate por ser la mujer más
feliz del mundo
- Cariño, yo soy la mujer más feliz del mundo solo por tenerte a mi lado
Violetta le dio un abrazo a su hijo y sintió que en cierta parte le mentía, que ya
se sentía feliz con él en su vida, pero que la felicidad máxima no era algo que
estuviese a su alcance, quizás si pudieran borrar partes de la memoria como en
aquella película que alguna vez vio, que Ignacia le obligo a ver, “siempre tienes
que estar en mi memoria, seria todo tan fácil si simplemente te borrara”. Pero
aquello no era simple y lo sabía, como después de ser alguien que no amaba ni
a una mascota, se había vuelto esta persona, este tipo de personas de las que
aman y no olvidan, por más que pase el tiempo. “seré una de esas viejas que
se sientan en la silla mecedora y solo viven de sus recuerdos” y con aquel
pensamiento se sacó una leve sonrisa.
- también la mía, pero no se portó muy bien que digamos – dijo Gaby
- porque?
- porque cuando tu huiste de nosotras y yo estuve sola, fue ella quien estuvo a
mi lado para hacerme levantar cada día y ahora yo la deje tranquila, no insistí
de la forma que ella lo hizo, por estar contigo claro,
- Pola…
Ignacia se quedó viendo a Paola con cara de “Que paso aquí” y Paola la veía de
la misma forma de vuelta, respondiéndole con la mirada “no tengo idea”
Ignacia la miro y luego volvió su vista a la mesa, cuantas veces necesito ese
abrazo y por su terquedad no lo tenía, pero no era culpa de Gaby, eran las
circunstancias
- digamos que el perdón es mutuo – dijo Ignacia limpiando la lagrima que caía
de sus ojos
- digamos eso – dijo Gaby sonriendo mientras que Paola besaba su mejilla del
orgullo que sentía.
- Dios tu guata esta enorme! – Dijo Ignacia – te ves preciosa embarazada Pao
- esta sabe que la Viole está aquí – respondió Gaby en el oído de Paola
- yo me tengo que ir, ya es tarde debía estar en la oficina hace un rato – dijo
Ignacia esquivando lo que asumió preguntaba Gaby
Antes de que dijeran algo salió del restaurant rumbo a su oficina, era cierto, era
obvio, se notaba en su rostro que sabía de la presencia de la mujer que aun
amaba en su país, en su ciudad, a unos minutos de ella, era imposible negarse
a ella misma que el amor no estaba, no después de repasar en su cabeza una y
otra vez las vivencias con violeta, los momentos de amor, la felicidad, la dicha,
las peleas y sus reconciliaciones, pero había una que repasaba una y otra vez, y
en cada una de esas veces le decía que si a la mujer que amaba, le decía que sí
y la historia en su cabeza se reconstruía, salían de aquel lugar de la mano y en
un abrir y cerrar de ojos se estaban casando, pero eso solo ocurría en su
cabeza, ese era su consuelo, recrear las escenas hasta que la cabeza se
cansaba y lograba conciliar el sueño.
- pero hay que ir a una cabina para que llames al extranjero pu Otto
- con nadie
- y en italiano?
- si es que el pololo de tía Javi quería saber cómo se decían unas palabras en
italiano – dijo Otto
Violetta salió y llamo a Otto para venir con ella, el que ponía su palma en su
espalda para que Ignacia la golpeara por lo perfecto que aquello había salido
Cuando entraron a casa, Gaby la esperaba con una sonrisa que solo significaba
una cosa, culpabilidad
- el sábado… - dijo Gaby cerrando los ojos – tendremos una cena y nos
reuniremos todas como antes – finalizo abriendo un ojo
- todas?
- pucha sorry Viole, es que la Pao quiere hacer la cena y ahora que arreglamos
todo con Igna me pareció feo no invitarla, pero si te molesta cancelo la
invitación y no hacemos nada
- no te molesta entonces?
- el sábado te respondo
Dijo Violetta, sabiendo que aún faltaban cuatro días para el sábado y si ya se
sentía con el pecho agitado, no podía imaginar cómo se sentiría el día mismo
- dime hijo
- para el almuerzo?
- para la cena
- y cómo así?
La risa de Violetta era incontrolable – bueno está bien, pero con una condición
- cuál?
- por supuesto, entonces es una cita – Dijo Otto con una sonrisa en su rostro y
preparado para lo que venia
El día había pasado volando y Otto despertaba en su cama con una sonrisa en
su rostro, le había escogido un vestido a Violetta para que usara en la cena, un
vestido que resaltaba la elegancia, el porte y las siluetas de su madre como
hacía tiempo no lo hacía. Durante el resto del día Otto estuvo en casa de
Camila hasta que Violetta tomo el taxi para ir al restaurant que le había
indicado Otto, enseguida se prepararon con Camila y Javiera para ir atrás de
ellos.
Cuando Violetta llego al restaurant el metre le indico cuál era su mesa, la que
estaba bastante apretada del centro y separada por cortinas de seda casi
transparentes, con vista a un jardín hermoso, las velas le daban ambiente al
sector y Violetta no podía dejar de sorprenderse, aunque aún faltaba una
sorpresa mayor, cuando su sorpresa apareció en aquella mesa, Violetta se paró
de inmediato y con mucho nerviosismo dijo – tú! – no podía articular palabras o
movimientos, su cuerpo estaba inmóvil y en la ventana entre las flores del
Jardín un Otto miraba complacido la escena y se retiraba alegre a casa con sus
recientes tías.
12
Capitulo XIV: “Simplemente Amor”
- me vas a explicar, se quién está detrás de todo esto, porque yo venía a otra
cosa esta noche, pero necesito saber cómo.
- aunque quisiera que esto hubiese sido mi idea, no lo fue, hace unos días llego
a mi oficina un pequeño en edad pero tremendo en estatura, en el momento en
que vi sus ojos supe quién era
- porque?
- cuando estaba jugando con el ahí, fue cuando dolió más fuerte
Violetta solo pudo insinuar una leve sonrisa, cuantas veces no había pensado
en aquello, cuantas noches se había desvelado pensando en lo mismo, pero
había pasado tanto tiempo…
- responde y te respondo
- Cuando fui en busca de Otto más que nada te quería a mi lado, después
cuando supe lo que paso quise venir, pero era el momento de luchar por mi
hijo, Ignacia – decía por primera vez el nombre de la mujer que tenía al frente
y con eso daba un suspiro – como iba a buscarte tras todo lo que ha pasado,
paso la vida enfrente de nosotras, cuando llegue pensé que estarías ahí con
todas, en seguida me dijeron que ya no eras la misma, que habías cambiado,
con que ganas iba a buscarte si ni siquiera sabía que decirte después de tanto
tiempo
- el tiempo paso Ignacia, recupere a mi hijo y me hace la mujer más feliz del
mundo con su sola presencia
- al menos puedo decir, que volver a verte siquiera en los ojos de tu hijo
ilumino mi vida y hoy el tenerte aquí en frente mío me hace entender que el
tiempo no existe
- porque?
- por qué el sentimiento grande y fuerte que alguna vez tuve, sigue aquí,
intacto, por qué siempre fue real, siempre fue verdadero y puro – una
inminente lagrima rodeaba su mejilla y no la dejaba seguir hablando
Violetta se levantó de su asiento y roso su mano para secar las lágrimas que
caían del rostro de Ignacia – perdóname Ignacia, no puedo – dijo tomando la
mano de aquella mujer entre sus manos y soltándola abruptamente para salir
de aquel lugar, empujo la puerta para salir y reconstruyo aquel momento que
tantas veces quiso borrar de su cabeza, ella saliendo de un restaurant dejando
a la mujer que amaba sentada en una mesa, dio un par de pasos hasta llegar a
la esquina y sintió su nombre
Violetta se quedó estática, sin saber el porqué, lo único que quería era arrancar
de aquel lugar
Violetta la acepto y recién ahí se dio cuenta que estaban en la casa de Gaby,
miro hacia la ventana y la silueta de tres personas se dibujaba, miro hacia la
otra y dos más se ocultaban rápidamente
- Igna yo…
- nada mi amor, te prometo que todo lo que antes dije es la verdad, voy a
hacer las cosas bien, lo prometo.
- porque?
- porque yo solo quería verte feliz y estas ahí toda enojada, mamma mi
dispiace, ho sbagliato
- yo contigo soy feliz Otto, ahora vete a la cama que no estoy enojada y no
tengo nada que perdonarte – dijo dándole un abrazo a su hijo y un beso en su
frente
Otto se fue a su cama sabiendo que algo si había pasado, porque aquel brillo en
los ojos de su madre lo había visto solo dos veces, cuando la conoció por
primera vez y cuando decidieron volver a chile, así que algo bueno había
resultado de su plan.
Violetta junto sus rodillas y apoyo sus codos en ellas para tomar su cabeza y
exhalar todo el aire que había tomado, mantuvo unos segundos su rostro entre
sus manos y luego miro a Gaby – no tengo idea que paso – habló para volver a
apoyar su cabeza y tirar por un segundo de su cabello en señal de
desesperación – es que en un momento estoy hablando del tiempo que paso y
al siguiente me está diciendo que me sigue amando igual que ayer y yo… yo no
sé nada – emitió volviendo su cabeza al respaldo del sillón y cerrando sus ojos
– lo peor de todo es que me descifro en un segundo – volvió a mirar a sus
amigas que la miraban sin expresar palabra alguna – tengo miedo, tengo tanto
miedo de volver a pasar lo que pase, de que ella vuelva a pasar lo que paso, es
que ya no soy solo yo, ahora esta Otto y si yo vuelvo a sufrir él también lo hará
– se excusó en sus propias palabras.
- si hay algo que no eres, es ser cobarde, ¿qué te dijo ella? - pregunto Camila
- si puedo decir algo, cuando salimos con ella y Otto pude ver a la Ignacia que
conocía, a la Ignacia de antes y yo pensaba que a ella no la iba a ver más –
dijo Javiera
- sí, eso es verdad, fue como si una parte de ti la hubiese traído de vuelta –
confirmo Camila
- no lo entiendo, después de tanto tiempo todo debería estar superado, pero
como mierda me la saco de aquí, dopo tanto tempo è ancora all'interno come
una dannata spina che anche se voglio non è in grado di lasciare – grito Violetta
en su idioma natal siendo Gaby la única que entendía
En casa la persona más emocionada por la cena era Otto, le seguía sin dudar
Violetta que no sabía cómo comportarse en frente de Ignacia. La primera en
llegar fue Javiera y luego Camila, Gaby le había regalado una consola de video
juegos a Otto por lo que a penas entro Camila se puso a saltar con Otto en
frente a la pantalla, mientras las demás preparaban la cena, Violetta miraba a
la nada de vez en cuando sin si quiera darse cuenta.
- que ya está por llegar, me mando recién un mensaje que pasaba por el postre
y venia
- te extrañe Igna
- Otto, no seas sin respeto, como eso de “Igna” – decía Violetta nerviosa desde
la cocina
Fueron hasta el vehículo de Ignacia y entraron con una caja enorme, no muy
pesada pero grande
- esto es un regalo para mi Sofí, lo tengo hace tiempo, pero bueno ya sabes –
dijo con vergüenza Ignacia
Paola y Gaby abrieron la caja y dentro venia una mecedora para bebe hecha de
mimbre, acochada de rosado y amarillo, a Gabriela le encanto y a Paola mucho
más
Todas reían y entre bromas y bromas Ignacia veía con dulzura la sonrisa de
Violetta “Dios como he extrañado esa sonrisa” pensaba. En el transcurso de la
noche fueron inevitables las miradas, los roces que parecían dulces golpes de
corriente a cada contacto y entre todas las indirectas que incluso Otto decía,
pasaron la velada más grata de mucho tiempo.
- pero mamma aún es temprano, un rato más por favor – su tierna cara
intercedió por el
- por favor mamma deja al piccolo unos minutos más – dijo Ignacia con el
acento de Otto
Violetta la miro y no pudo evitar reír divertida con aquella imitación, todas la
miraron expectante mientras agachaba su cabeza y sonreía – treinta minutos,
ni un minuto más – dijo levantando la cabeza y en vez de decírselo a Otto se lo
dijo a Ignacia, quien le agradeció guiñándole el ojo coquetamente, Violetta
sonrió entrecerrando sus ojos y girándose para cortar de golpe aquel contacto
que de seguir así, olvidaría que estaba con más gente a su alrededor.
- dime
- podemos ir con Igna al campo – dijo dando una letal mirada de niño bueno –
por favor, de verdad quiero ir
- si quieres lo llevo sola, no hay ningún problema – dijo Ignacia mirándola con
la más absoluta seriedad
- Nos vemos mañana Otto, paso por ti a las ocho de la mañana – dijo Ignacia
- Nos vemos mañana Igna – dijo Otto abrazándola una vez más y yendo a la
cama
- Buenas noches – dijo Ignacia sacudiendo su mano, despidiéndose en general
y no como solía hacerlo con cada una, hacer eso significaría despedirse de
Violetta ya aquello solo aumentaría el “malestar de estómago” que tenia
Ignacia subía a su auto y por fin exploto, tenía tantas ganas de salir con ella,
de compartir con ella, de escuchar su risa y descubrir una vez más su mirada
que la decepción que tenía le atacaba en el pecho como un a opresión, su
estómago se sentía débil y un fuerte cosquilleo arrasaba con sus manos, sentía
rabia, sentía pena; mientras manejaba fue inevitable no expulsar todos esos
sentimientos en lágrimas, al llegar a casa solo quería dormir y pensar que el
salir con aquel pequeño no era un consuelo si no un regalo, al menos aquella
noche durmió, al contrario de Violetta que solo se dio vueltas una y otra vez en
aquella cama intentando conciliar aquello que llaman sueño.
Impaciente espero Ignacia fuera de la casa hasta que salió, aun no lo creía, en
silencio sin decir palabra alguna camino hasta abrirle la puerta y esperar a que
subiera, también el viaje fue en completo silencio, Otto solo sonreía
intermitentemente, hasta que el sueño lo venció y se quedó dormido, cuando
llevaban una hora de viaje Ignacia rompió el silencio
- sobre que
- sobre venir
- curiosidad
- eso es novedad
- qué cosa?
- que por una vez admitas que no sabes nada y no te creas una sabelotodo –
dijo Violetta con una sonrisa hostigosa
- voy a omitir comentario a aquello – respondió Ignacia esta vez con molestia
en su rostro
Pasaron unos quince minutos más de viaje donde no se oyó palabra alguna,
hasta que Ignacia paso el cambio del auto a quinta y con su mano paso a rosar
la pierna de Violetta, pudo ver la reacción inmediata en su rostro, rápidamente
miro al frente y siguió conduciendo, pero con una gran sonrisa en la cara, la
conocía tan bien, cada gesto de ella era una parte de sí misma; Violetta se
percató de aquella sonrisa y supo aunque dudo el porqué de ella, cerró los ojos
de frustración y miro hacia su ventana, faltaba poco por llegar, aquello la
alegraba, volvió a mirar a Ignacia y está seguía con la sonrisita en su rostro…
- y sabes que yo te conozco a ti, o sea que sabes muy bien porque tengo esta
sonrisa – dijo tomándole la mano mientras con la otra conducía
Violetta siguió mirando a la ventana sin volver a ver a Ignacia, pero incapaz de
mover su mano, quería moverla pero por testarudez, lo único que quería era
sentir el suave tacto de aquella mujer entre sus manos, volvió su cabeza al
frente y la bajo para mirar como aquellos dedos se entrelazaban con los suyos,
no dejo de mirarlos, jugo con la mano de Ignacia y la acaricio una y otra vez,
cuantas veces había imaginado esas manos entre las de ella y ahora lo podía
hacer, pero aunque Ignacia no quería, debía dar cambio atrás y obligadamente
quitar su mano de aquel dulce abrigo que Violetta le proporcionaba. Violetta no
dijo nada, solo cerró sus ojos y espero hasta llegar a su destino, mientras que
Ignacia la contemplaba a medida que podía, dos o tres veces quiso tomar sus
manos, pero se acobardo, nada era fácil con aquella mujer a su lado.
- me dormí
- por un rato
- quien te abrió?
- ah, y Raúl?
Ignacia dibujo una sonrisa en sus labios y abrió la puerta, Violetta hizo lo
mismo para ir a despertar a su hijo.
- Cariño ya llegamos!
Otto abrió sus ojos y bajo del vehículo para correr entre el pasto, le encantaba
la naturaleza, sentirla, disfrutarla, por un momento cerro sus ojos y levanto sus
manos al sol, ahí se quedó, estático
- tu hijo es único
- como yo
- no, hay caballos!? – dijo abriendo sus ojos como dos platos
- Igna! – grito Otto haciendo que Ignacia le diera su atención, luego de una
larga conversación con la mirada de Violetta
- por supuesto, mira, ve a los establos y dile a Franco que prepare los caballos,
yo te alcanzo
- te propongo un trato
- un trato?
Ignacia sonrió con aquellas palabras, era mucho más de lo que se esperaba,
por un minuto lleno su cabeza de ideas y luego cerro sus ojos y quedo en
blanco, Violetta esperaba una respuesta de sus labios y ella solo sonreía, abrió
sus ojos y estiro su mano – Hola, soy Ignacia, un placer conocerte – dijo
entrelazando su mano con la de la mujer que tenía enfrente
- Hola, soy Violetta y el placer es todo mío – su sonrisa era tan grande como el
sentimiento al sentir esa mano, sentía que a esta mujer la conocía de otra vida.
- que pasa pequeño, te sientes muy mal? Quieres que vayamos al hospital –
dijo Ignacia de inmediato
- ya veo por donde vas, está bien, ve a recostarte y nosotras iremos de paseo
- que les vaya bien – dijo Otto dándose media vuelta con una sonrisa en su
rostro
Por casi diez minutos de caminata, ninguna emitió palabra alguna, Ignacia tenía
la necesidad de hablar y los absurdos pensamientos se interponían en sus
palabras.
- si hubiese sabido que esta era una caminata silenciosa, me hubiese quedado
en casa – dijo Violetta
- ah?
- como lo sabes
- porque estaba actuando, lo conozco y tu caíste
- entonces…
- estas bien?! – grito Violetta desde lejos bajando de su caballo entre risas
Ignacia solo pudo sonreír, no quería despegarse de aquella mujer nunca más,
hasta que algo le dio risa y Violetta la alejo
- de que te ríes?
- nada
Violetta se quedó mirándola y opto por no decir nada, tomo la mano de Ignacia
y la arrastro hacia ella, con aquel empujón cayó de espaldas al pasto e Ignacia
sobre ella, rieron a carcajadas por un momento y luego se besaron, se besaron
como hacía mucho tiempo no lo hacían, con pasión, con aquella insolente
desesperación que brota del más puro deseo, de aquel deseo que nace del
amor.
- de que hablas
- de mí, de negarme a esto, de tomarnos las cosas con calma – dijo sentándose
y mirando con detención a Ignacia – no quiero más calma en mi vida, no quiero
más tiempo perdido, ya perdí suficiente tiempo lejos de ti, perdí mi vida en
tiempo lejos de mi hijo, mi amor yo ya no quiero perder tiempo. – concluyo
mirando la enorme sonrisa que tenía Ignacia en su rostro
- No más tiempo perdido – dijo sin poder dejar de sonreír – sabes cuánto
quería que me dijeras mi amor?
- todo el universo
- tonta
- Viole, yo… yo te voy a demostrar con hechos que quiero estar contigo toda la
vida, tú, yo y ese pequeño enorme niño que tienes por hijo
Los días pasaron, se volvieron semanas y así en un abrir y cerrar de ojos cinco
personas sentadas alrededor de una mesa, cuatro de ellas amigas, dos de ellas
enamoradas y un quinto pequeño impaciente, esperaban la llegada de Sofía.
- ay! Tía Javiera! Eso sería como preguntarle a usted a quien va a querer más,
a la Sofi o a mí, a ver respóndame eso!
Otto se acercó al oído de Javiera y muy despacio en su oído dijo “yo te quiero
más a ti, pero no se lo digas a nadie” Javiera sonrió pero con un sentimiento
desconocido para ella, sintió las ganas de atesorar ese momento para toda su
vida, como el primero de muchos.
Mientras Camila se comía las uñas del nerviosismo, Ignacia movía y movía una
pierna sobre la otra, Violetta se paseaba por toda la sala y Javiera se distraía
con Otto, Paola en el trabajo de parto recibía una noticia que no se esperaba.
- pero Cami, si no es como en las películas, que hacen un poco de fuerza y los
bebes salen como si fueran caca – dijo Violetta entre risas
- pareces cabra chica, lo único que espero es que esta sanita – dijo Javiera
- ella la grande! Cállate mejor enana, que tengo los nervios de punta
En eso estaban cuando Gaby caminaba hacia ellas mirando al suelo y con sus
manos posadas en las caderas, todas se pararon a rodearla esperando que
hablara, pero Gaby no levantaba su cabeza.
- son dos
- no tengo idea como, solo sé que son dos, hermosas, pequeñitas, igualitas!
- podemos ir a verlas?
- no, tienen que hacerle exámenes, tuvieron a la segunda en incubadora por
una hora, pero ya está bien, de aquí para delante todo bien, lo que queda es
protocolo
- está bien, descansando, comprenderán que dos bebes salieron por “ahí”, es
cuatico!
Por casi una hora más tuvieron que esperar para poder pasar a ver a las
preciosidades, cuando por fin pudieron pasar, vieron la postal más hermosa del
mundo, Gaby con una pequeñita en sus brazos sentada al lado de Paola que
tenía la otra. Javiera entro llena de globos para las niñas y las demás traían
flores para Paola, nadie decía nada solo miraban con nerviosismo
- les presento a Sofía Gabriela Welham Lobos – dijo Gaby mientras levantaba
un poco a la pequeña Sofía que movía sus manitos con torpeza y aun no habría
bien sus ojitos
Tres días después ya estaban en casa, una casa repleta de gente, los abuelos,
los tíos, los primos, nadie falto en esa casa, pero al final quienes siempre
quedaban eran las mismas de siempre, con alegría se sentaron todas en el
living de la casa, mientras Otto se quedaba con las niñas en el cuarto.
- qué cosa?
- ayer éramos unas niñas jugando a ser grandes y de pronto ya somos grandes
- nunca te hubiese conocido – dijo dándole un pequeño tierno beso en los labios
- y nuestros actos, nuestros actos tienen mucho que decir, pero a pesar de
todo el sufrimiento que he visto pasar delante de mí, creo que todo ha servido
para estar donde estamos hoy - dijo Camila
Paola tomo la mano de Gaby entre sus dedos y modulo un te amo entre sus
labios sin emitir sonido, que fue inmediatamente correspondido.
- les tengo una noticia – dijo Camila, mientras todas miraban atentas – mi
gordo me pidió matrimonio! Dijo gritando y mostrando la argolla que colgaba
de una cadenita en su cuello
- Si, lo supe hace unos días, pero no quería decir nada antes de estar segura y
con la llegada de las niñitas no lo quise opacar
- que eres tonta Cami, yo sabía, se te notaba en la cara, cuando tomaste a las
niñitas tenías el mismo brillo de Paola en los ojos! – dijo Gaby.
Camila dejo caer silenciosas lágrimas, se sentía feliz, se sentía otra persona.
- por lo visto voy a tener que apurarme no puedo quedar atrás en esto, no
quiero ser la única soltera.
Todas rieron, cuando Camila sintió algo y las hizo callar, todas la siguieron y
pudieron oír sus vidas en la voz de un niño…
“ la cosa es Sofí, Ante, que nosotros somos los niños más privilegiados del
mundo, porque podemos tener dos mamás y si, cuando sean grandes verán
que hay niños que tienen papá y mamá, ellos también son privilegiados, pero
nosotros somos especiales, tenemos dos mamas y cuatro tías, cuatro! De
apoco las van a conocer a todas, la tía Javiera es una loca, pero ya van a ver,
siempre que la vean, les va a sacar una sonrisa; la tía Camila es un amor, es
como una mamá, siempre tierna y cariñosa, pero también es divertida, siempre
molesta a la tía Javiera con bromas pesadas, es para reírse un montón; bueno
mi tía Gaby y Paola son sus mamas, cuando sean más grandes les voy a contar
como se conocieron, digamos que una de sus mamas pudo ser la mía – aquello
hizo que Paola golpeara la cabeza de Gaby – Violetta es mi mamma, la que me
dio a luz, pero Ignacia es mi otra mama, yo a ella la amo tanto como a mi
madre, porque le devolvió la sonrisa y eso basta para elegir ser su hijo toda mi
vida, Primas, nada va a ser fácil en esta vida, así dice mi mama, pero
tranquilas porque yo voy a estar con ustedes siempre, a cada paso que den,
hasta que estemos todos viejitos, porque cuando hay amor, así deben ser las
cosas”
Otto terminaba de hablar y todas salieron sin hacer ruido para no molestar,
aquella noche la única que durmió fue Paola, el resto se turnaba cuidando a las
gemelas, nadie se fue de aquella casa, porque el amor que existe entre ese
grupo, es del amor más puro y aunque en los años que vengan por delante, se
enfrentaran con muchos obstáculos, Paola e Ignacia tanto como Paola y Gaby,
seguirán siendo un par, un par que conoció lo más bajo del amor y ahora solo
les queda lo alto…
“El amor es como el más complicado de los acertijos, cuando crees que estas a
punto de descifrarlo surgen nuevas aristas que cubren todo lo antes resuelto y
ahí estas otra vez desde cero intentando desenredarlo. Si alguien dijo que el
amor era simple probablemente nunca amo, por qué el amor nunca es simple,
el amor es siempre complicado, si el amor fuera un tren, habría que firmar un
poder de acuerdo antes de subir, te subirías sabiendo que pasaras largos
momentos de dicha, alegría, eterno gozo y mucha, pero mucha felicidad, aun
así tienes que saber que vas a sufrir, te van a herir, que durante el viaje
conocerás la locura y la amargura, por qué nada de lo primero viene gratis y
ahí entra la vida a joderte la existencia. El amor es locura pura y hay que estar
loco para subirse a ese tren, aun después de todo, que triste la vida de alguien
que nunca lo conoció, que nunca sintió aquella alegría que nace del corazón
cuando tienes en frente a la persona que amas, que miserable aquel que nunca
sintió el dolor de un corazón roto, por qué sí, el amor siempre viene con un
poco de dolor, pero el amor también sana, el amor es capaz de reparar el más
roto de los corazones sin siquiera pedírselo, el amor es… el amor es eso,
simplemente amor.”
Constanza (Tobilú) S.