Está en la página 1de 13

;f J Los contextos de Ia terapia —

‘itt El consnlturio

s Lo armamos a Ia medida de nuestra necesidad, posibihdad y


gusto. Debe sei on con exlo más 0 menos comodo y grato tanlo -

para nosotros COfllk) paia ris nos visitan.


El consultoi 10 inform i isi como Ii iopa y Li ictiturl cOipOi il rid
9; terapeuta, acerca de Ia persona del terapeuta y, a veces, acerca dc
4
.

coal es su estilo e, incluso, de qué es lo que se puede esperio alIl. Es


4 44 distinto lo que informa, por ejemplo, uiia liabitación seria y austera
en comparación con una alegi cc informal. No i evela Ia seriedad o Ia
I

capacidad del pi ofesional, sino so estilo (IC acercamiento.


Un consultorio afin a nosoiros no requiere Un gasto importante
sino pensar qué u:do profesional necesitamos. Es igual que nues­
Ira casa, Es nuestra casa y, coino tal, tiene nuestro toque personal
44
a
en I disposicion dc los muebies los cuadLos los libios los obje
di los con los que nos rodeamos.

Datus ijuevios
4 liE
-
Coino ya liemos visto, antes del primer encuentro entre pa- —

S ciente y iei ipeuta a veces incluso ntcs (IC Li II 1mada telelonic 1

hay siempre algtin hit de nfornlacidn circulando, sea paia uno,


paia el otio o para los dos

Los datos previns QIIC tiene ci (erapeuta -

o4
‘a Puede suceder que el denvador o alguna otra persona anticipe —

; . al terapeuta el Ilamado del paciente y Ic haga saber algona (IC 505


caracterIsticas o problemas. Cuando el pacicilte llama, el terapeu -

t

Ia posee ona informacido, inlot macion sesgada por Ia pci sOilil rId

derivador y so vision del pioblema.
L\ veces es inejor no conocer esos darns, lW esa iniormaciOn —

U t xc puede volvei una leote por la quit es inevitable mirar al noevo


paciente
ê
fl:
;i iL
0:
-

;2:i ‘iti., -

Sm enihargo, hayreconlendab­
temâticas espeelficas en las qne Cs mado en que hace Ia net i vacicin, dcpcnde qne Csta sea caiificada
:1!
ie saber alga con anticipacion, especiaintenle en sitoaciones o descalil icada.
relacionadas, par ejenipio. con Ia violencia a in dehncuenciai. Pam a qua 2 Para soincianar on prohienia ne quien consuita,
para coiahorar con otro profesinnai, para hacernos on iavor. pai a
Los datos prcvios (IUC lidnc ci paciente :4
14g
.-
rievoivernos on favoi, etc. Las enniTiei arias son ias aiternativas mOs
Es rnás Fieenente, sin embargo. que sea ci futnro paciente rin ten frecuentes, pro poede haber otras.
,-ç4;i ,bz.
tenga aignna nformaciOn pi evia sabre ci [ci apenra. inlarntacidn 4
c4 j QniOui ‘.c n’l deiii’anlom? caine /iace Ia (Ienm’acin,i fnn a
-‘ti
qe dehnii ta y derermina sn dccc ion. Sabe, sin duda, qne llama a ‘tmit gonE son ios temas eniciales en ci cnmicnzo dci encoentro tera­
L ctqL’.
un profesionab ci grado de prestigio del qne gaza dependera para péutico y en ci carnino que se emprenderO niOs tarde.
carla persona, de distintos faciores: ci ban iC en ci que estO sri con— Li tema de Ia cierivaciOn es nle snina nnportancia poi que tihe
snitot io, Ia chapa en Ia puerta, si figura en aigdn iistado medico. de ,1L ia reiaciOn de expectalivas y pre canceptos, 1iertincntes o no; ci
coOl instituciOn se Irata, si aparece en aigOn medin citado coma 7$-- sistema terapéntico sc constrnye
formad­
sabre ci sistema previo
ezpeitn —teievisinn, radio, rnedios grOficos—, Si es vaiorado 01 o entre ci derivador y ci terapenta par on lado y ci dci ivador y
ci derivador coma algnien eapaz, idOnco a eficiente, si pnhiieita sn .(c), -i Ins pacientes,
subsistcma­
par ci oLro ci derivador es comdn a ambos
trahajo en on aviso, etc. No es in nusmo Si liaina, liar ejemplo, a s. se constituyc de este modo en el primer contexto del
on terapeuta cnyo nombre eneontrO entre riecenas de nombres en S - cncuentro terapétitico.
on aviso publicitarin de on semanarin parroquiai a qne Hame a on
terapeuta que Ic Cue reenmendado cii lorma muy valorativa par
aignna persona qoc gaza de cierta notoriedad y prestigin.
La inftim,aciOn previa que socie tener mOs peso. tanto para ci PACIENTES

I
-n’ TERAPEUTA
paeiente eonio pam ci telapeuta, es Ia que proporciona ci derivacior. :;Ø DERT VA DO R
Precisamente par eso es que nos importa ia Carom y circunstancia
nc Ia derivaciOn

Den\’acion
*
:-o 1p- La dci ivaciOn pnede ser on desafIo si ci derivador es alguien
La dci ivaciOn es Ia indicacion que urns peisona Ic hace a aria pam 4
4th.
-%
-
mu’ vaiorado par ci terapeota, aiguien coya opiniOn Ic iucpnrta.
-
nos venga a ver El bagae de expectativas con las CIOC Ilega ci i4-4! puede ser ademOs on factni de scess ci dci ivador poede ser

‘Oh 4!
pacientc, rich mita ci margen de man iohra de Li terapia ‘‘ Ia eon— on re sO go de nuestro trabao ante ci coal nns sintamos obl i gados
Cianza que deposite en ci terapenta. Pci a iambiCn. esta inlannaciOn a iendir coentas.
pievia sera carraboi ada a no. en so encuentra con ci profesionai - Derivaciniies nega(ii’as a para ci fraeaso. I lay derivaciones
Crccuios convenienle haeemos las signicnte preguntas. qnCn que entnrpeccn de tal manera ci encoentro que dii icuitan Ia 1cm-
-:r.
:(­
dci iva y eOma7 y para qué7 ?g & pia. El (mica recnrsn de que dispencmos es tener presente los

,:‘a r‘
Qnién derh’a v cOma? Puede sei aiginen qne nas conoce y escnlins para poder tialiajar
cspecIfica­
con elms. Son situaciones
confla en nosotuos o aignien que oyO acerea (ie nnsotros. Del -‘--C
s ante las nine debernos estar especial mcnte atcntns, no porque
- - -iCt
C)-)
vr, -•

sean muy frecuentes, sinu porque cnanuio suceden sueJen encon —indeseabic--— de generalizar. Suge.rimos Ia conveniencia de consi
k
trarnos desarmados o desprevenidos. Estas derivaciones pueden derarlo corno on tema qiie merece rellexión en cacla situación con-
creta. Muchas \‘eCeS vimos en Ia necesidad de centrarmos en
calificarse como der,vacwnes ,,e dein’c,cioiies para el
q
J’
lt,i’Qs 0 1105
; .

fracaso. Un ejemplo es el ciso de 1i sigiiicne derivacion formu— ello, en nuesEras supervisiones, piies henios enconiraclo que el cuuso
hida por el erapeu ta de algunas situaciones erapéuicas se s’e enorpecido e viuculo
I bue,,o. si insiste, ‘ava a er a CS1O Lhica. no va a peider entre terapeti a—paciente-deiivador, por las expecaivas y presiones
JI. icsnkantes, especiatmene paua erapeua. (Comeiano a
•,:•
La disiancia que media enire esta cJiica y un profesional capaz, es bueno, itil y gratilicante cenar ci cluculo del \‘oto de confiinza,
es sidetal. Un Caso paueccIo es una derivacián pa Un camhio impo agracitcierdo al denvador ci iiabe pesado er nosotios.
sibie: hacer qrle algwen cambie radicalnieifle Ia esencia de su caiic 4’

er C) SU

Fuimbiéii puecle ser negaUva Ia derivacióii que viene con una


El contrato terapetitico
e.
indicación precisa y explicta dcl derivador en cuanlo al abordaje 4i E conluato es un conveni9 entie las dos panes —paciente y
el apéntico y a [area par ealizar (cenrarse en on rletemiinado tema,
convocai- a ciertas personas, rornar tests, fiecuencia de las enUe’is
r erapeuta— c1ue gira en torno de Ins condiciones pnia Ia realización
del trabao y de sis objetivos El dóndecuándo-cumas veces-a
as, eEc). La aceptación o no cle estas indicaciones, su ieforrnulaciOn qué preeio y el para que-corno> son dos aSpCCIOS e
U RU, depenclerá de Ia sitiiación relativa en el subsistema clerivador/ interdependientes de a practica clinica. Estamos habiwados a con- e
terapeura, especialmente el ,ivel jerrcuico de cada uno de ellos; las siderar como terapia sóo u segundo aspecto y s&ernos no so
indicacones 110 son ignalmente mandatorias si el deiivadoi es un
superior, on I goal o on inferior jerárqu co.
meter a rina debida consideración ci primero, como si fueia sirn
pernente adniinistiarivo. Este aspeclo incluye las cuestiones de
e
En las tle,n’aciones siegiiIi’as 0 pam el Jmcaso, el clerivaclor lugar, e) horario, In frecuencia, los honoraiios y otros tenias afiiies.

IL
uonnota al erapeuta o a hi psicoterapa como pOCO \alorados son
sit.uaciones en las que, a menos qne se redehna el plmneo, hacen El Iiigai-. El Ingar dc trabajo Cs ci del lerapeuta, sea so consul— 4
co,radicada una terapla. Un terapeuta descaificado liene las ma— tollo pri\’ado o Ia nstitucón en a que tlabaja, salvo algutas Situ­
4
nos auiclas. Uno de los jesuliados de una buena super’is1ón es supe aclones paiticulares en las que esto no es posible Por ejemplo, el
esta \‘venca y desaaiie Las manes. terapeuta puede decithr realizar so area en Ia casa del paciente, en
4-
E detivador es parte dcl sistema. El derivadot debe ser leni el lugar donde esti inreniado o en aiguna instituciOn.
do en coenta en odos os casos puesto que forma tC 1eI sise El horario y Ia frecuencia. Estos dependen de coal es Ia incio­
nu. GcneiaIineiite, se irata de dervaciones genulnas, cnyo objeti— Ic del trabajo elitre­
priede Iralarse de una consulta, de uia serie de 4
\ o es el ieiies1ar del paclenle Y que mplican una ‘aloracioi de evaluacion o de todo on proceSo terapeutico Cada
vistaS
i VH 1ano de Ia persona dcl tei apeura como de Sn desempeno pm— profesional dispone de una canudad de horas destinadas al trahajo,
fesiona] son tin voto de confianza. Esta fue Ia situac ion del ejem asI corno ciertos ciIas. Cuando ci horauio asignado coincide con laS

plo del Dr. H y l Sri. ic R. posibilidades del paciente, no hay prohiemas; ëstoS se presenta[afl
:,
cuando haya iii veFgencias. en cuyo caso se hans imperativa una
I. -
El uabajo acerca del lenia del deli\’ador es tan espec Ifico
COITlO cualqtner oIra aiea clinica V. al mismo tiempO, imposible : iiiu tu a adecuacián

9-1 95

:
. :.

;
it

muevo? ,CuOnto pienso que tale mi trabajo? 0QuO coiiside,acL­


La decisiOn de encuentros fijos o a estiblecerse en cada
entievista depende del esilo del tel apeuta y del Upo de te­ 1
h1 me mci o ccc Ia realidad cconOmica circuncianie y Ia
[api del paciente?
a que e rnp renda 51,
Los honoiaiios. El hecho de que ios teua1ieulas nos OC­ Esias son pleguntas quc dehenios tenet rcspandidas antes de
IJfICmos,
con vocaciOn e micrOs, de los puobiemas de oii as personas, camenzan Ia cnuevista; no deben toruarnos por sorpresa. El jitterc­
puede generar ci equlvoco de confundii trahao coil apostoiado, ambio con colegas de on mismo nivel, asI corno con aquéllos imis
es decir, una actividad a camhio dc Ia coal no es nccesario recibir experintentados, es siempre conveniente.

L
cE­ En
4
dinero y que no Se debe medir en esos ténmnos. nuestra socicdacf Uicrcaniiiista, ci dinero suele expresar a
Sin embargo, ci ii abajo del terapeuta tiene dos ‘eriientes lo valorac iOn. Alguien que cobra poco ptiede ser vista par algunos
vocacional y lo laboral. El segundo aspeclo no suele ser suficiente­ coma on terapeuta que i-ale paco y, en cambio, otros pueden to-
nxente cousiderado , mieniras ciue ci primero suele scr mario corno nil profesional ‘11112’ considerado. Alguien quc cobra
SohlednTlensiOnadO, cOmb Si 0110 estuvlera en detrimento del QUO. nnicho puedc 5cr vista como inuy plestigioso par aigunos y muv
Dc este modu, esiamos armados con on variado arsenal de in— poco co,is,derado por otros. El terna es cOiTiO SO[flOS VIStOS par
leivenciones. leorias y esiraiegas, pero hay terapeutas que se si­ nosotros mismos en ci momenta de poner una cifra. En esta cilia
enteninermes Irente al leina de cóino cobrar, cuállto, cuándo y, a p se resume nuestra necesidad econOmica con las posibihdades de
‘eces, a quiOn. Puede resuliar especialmente mcórnOda Ia inclu­ alcanzar ci mania deseado y Ia que carla uno considerajusto para
siOn de nuestra uctividad en ci area de Ia laboral, peiar que ta­ cobrar en funciOn de los años y ci esfuerzo dedicados al estudio,

mbiOn es un trabajo, on modo de vicla, por el que, en consecuencia, Ia expeniencia y [a rellex iOn.
rec ihnnos dinero. Algunos terapeutas pieferirlan que una secreta­ El tema econOmico sigue siendo en nuesua sociedad on
irti.
na anónirna negocie por ellos esta criestiOn tan molesta, para de­ -
,-• y par esto no Ia dcsnudamos ante casi nadie. Es un tema que sigue
dicarse solo a lo verdaderamenie relevanie., ai puro desp[icgue de ieñida de caractcrIsticas negativas y sospechosas que lo convierten
su capacidad pro fesional. en on hecha dc difIcil abordaje y neflexiOn.
Todos conocenios ci nudo en Ia garganta cuando, en algunas Cada uno decide cuál cs ci estilo y Ia estrategia que adaptatO
ocasiones, al Final de Ia entrevisqi —porque queda siempie pam ci 1-’- nespecto de los honorarios, asI como de Ins gradns de rigidez o
final— luego de haber evaluado la situaciOn, opinado, p1 opuesto flex ibilidad. Nosatras hcinas encoittradn una fOrmula que nos cs
nuestro ahoida1e, aneglado haranios, itecuencias y alias cuestio— ,‘ me diii damns ci monio de los lionoiai Los qne creemos deherlainos
lies, Ilega ci momen to (Ic iene r que dccii ciithi o es. percibi r s’ dcjainos ahierta a negaciacion eniprendeinos una
Le conversacmu franca respecto de las posibiiidades de cada uno,
pareceia hut cOo Serd clenuasiado poco 2,, Ysi pide
-J: tanta del paciente como (Id terapeuta.
descueiito 2 si thee qite 110 pitede pagar ,iada a .tO/o tm i.

0C0 ? I’ si (lice (fits (iulano cobta uiiucl,o uieiiOv >, Y si ito Otros tcrnas. El momenta de corivenir ci contrata terapeuUco,
(lice lieu/a V 110 iiene ii,d,c ‘,‘
es ci indicado para estipular las condiciones sic trabajo y prevcnn

CuOnto quiei-o cobrar? ,CuOnto necesno cobrat pai a i eunir -


maios entendidos.

una determinada cantidad de di nei o a fin de mes y sobrev i yin ci 0QuO pasa cuando ci paciente no Ilega a horario? Si nu
tiempo sin irahajo ——vacaciones. enfermedades—? cCuOnta Ca- estamos ocupados después, Oextenclenlos Ia enirevista a Ia inte­
bran los colegas que Se encucniran a mi nivel en ci medio en ci que iTumpirnos a ia hora estipuIada?

06 97
—,Que pasa cuando el paciente no viene y no avisa? LIarna
y particulares. Este trabajo se reakzar1 en ci contexio de La dramá
mos paia averignar qué paso? LEsperamos que nos Ilame? Co
tica de las relaciones humanas.
bamos o no esa entrevisa? Convinirnos pIe\’ian1ene qué haiía
Abiiiiios las puertas de uuesti-o consulrorio a personas que no
r
mos en ese caso2
.

nos conocen y a las que tampoco conocemos. Los invitamos a


-——,Que hacemos si nos piden no cambio de horario? LEs igual 4t,r, tornah asiciito, a clue nos abuan alguna puelta de sus vidas ,Aima
pam floSotros Si I1OS lo pideii e mismo dfa de Ia emrevls[a o aIgu
mos Un contexw de tuabao cóinodo, conhable y segnro parJ am
nos Was antes? ,1nI1uye en nuestra decision el moivo dcl cambio?
hos? ,Sguiiios [as usua[es reglas de irhanidad, cordiahdad y hos
Esas cuestioncs nierecen ser pensacias poi cada uno dc noso
pitaliclad o [endemos al paciente en La carniLta y p[oceclemos a La
y es evidente que no hay recetas fijas para eflas. Cada tera
Incision quiiOrgica sin mñs rniiamientos?
peta debe decid ii lo cuc coriesponde, o que para él es coriecto,
Cordialidad c interés. Detenernos en ci tema de in corciiaii
:.
que Ic resulta comudo pam seguim tiabajando y en qué condic a—
dad y del interés en Ia puede parecer rma 1)e1ogrrlla(i1,
ics linbaja inejol. Además, cleberla ener Ia maleabihclad suficiente
pei o es otro ne os tenms obvios, ciue no se mencionan con fre
como manejar cada situación concieta y especIfica segiin sean
cuencia. y que tiene un peso, a veces, decisivo. Desde nuestra
as posibilidades.
experielicla personal en consulias inedicas, observarnos Ia dife—
Es fiecuente que terapeuas jóvenes se guIen por aquello que
1kt rencia entre un medico que viene a nuestro encuentro y nos mira
1s eiiseñó el profesor, lo clue leyeion en algfin libro Segiin iluestra
con afecto e interés y otro que nos saluda anónima y forrna1men
expeliencia deben ir aprendiendo a formar sus propias reglas de
te, cómodamente sentado en su sitlón detrás de su escrilorio.
funcionamiento de acuerdo a su propia concepción, a su relación
con cada pacienLe y a su siftiación parlicular.
It Ambos coutextos generan climas inny clistintos en las coiisuitas,
pues pueden Cacihar, en ci primer caso, y dificnitar, en ci segun
do, In fluidez cle In comunicación, el senttmiento de confirrnación
El encuentro
y Ia confianza. La coudialidad y ci inteiés gertuinos brindan on
contexto fcihtador esta pe,SO,I que viene a venos se
La idea de que <<Todo encuentro terapéutico es, ante todo, un
decida a exhibir su vuhierubilidad
encuentro huiiiaiio> es ial vez obvia, pero, curiosamente, no suele
esar nuy preselfie. Queremos decir —otra oh’iedad— que se trata
&: Lo cjue sucede en Ia entre\’ista es Ia co—consEruccion, iealizada
tintO por el paciente y ci terapeuta, cie flu citma, ne Un contexto
de nfl encnen[ro entre persohlaS.
que contenga ‘ posie el inibajo, sobie utla base de mutna
.i-\ qulell mramos primelo. al paciene o a Ia persona?
conCiinza y cornodidaci. Esto denva de Iengiiaje que se emplea,
Estamos preparados para pensar en diagnósicos, abordajes,
Ia miracla, el tono dc voz, el contacto personal, odo aquello tela—
esti aegms, teolIris, en suma. casos, niveles generales y abstuactos.
Ia ieceptividad que Ie hi inde a) WIG enle a vi vencia de se
Esto atañe a todo aqtie] que rahaje en salud /c1 medico auende •i hien recihido, de no se iizgado yb cricado, de estar fienie a on
IINH vesicula o a Ie1coIIa que, idemás cle oras cosas, padece
pioiesiona v junto i nn persona. Todo esto establece ci contexto
de câlculos? LEn qulén ijeisiiiios primelo, a quén nliFamos con
relaciona en que se desarmolia ci trabajo.
iiás atención: al fóbico 0 a Ia (joe, eflue muchas otras r’
Un 1eisona cuenla:
cosas, uene miedo de hablaL con extianos’7 Nuesro ciabajo es
((LSI(lb(1 nngnsiiathi, p?e0C1fl(l(I(1 fri(lCu(I niucho liempo qiie Ia
con pel-solias Line sufien y ienen prolilemas vitales, especificos
rein c,ón cmi iii, ma i-ida e IL? tusoporrable Finalmenre me clecidi
j
a liacer iiiia cotisu/ta. liii inarulo accetho Lie lila/a 0lIO Ainhos estamos presentes enteros, con todas nuestras reacciones, rada
ihamos a Ia e,,treiiSta con niucl,O !llgCdO. res y sensores. Gran parte de la informaciOn que recibinlos CS
Nos reci/i6 Ia Duo. E. El constiltoito era i,zin agradable: to . procesada sin que nos iiercatcinos de cilo, peio se inscribe en

expre StUn (le Ia Duo. to cia ann n,6s. Nos seittainos, 10!! /0 sensa­ , nosotros. Los tonos de voz, Las miradas, los gestos, los tiem­
cióu de esta, <<eu el bait qiil1o lie los ac,i.cados,, v el/a. aittes (le os, los tonos corporales v otros iiidicadores, a Illenudlo
/,ai,/ar de ,,odo, ‘‘Os preliiltó Qiiiereii tilt :;- L intangibles y evanescentes, nos Impregnan, independientemeit
El ( 11111(1 cainhio. Se a 77110 1(11(1 C5l)CCI C’ C/C ConiplI(icln(l (‘it tiC te de nuesira voluntad. Escuchamos, mirarnos, nos esforzarno,s
los ties, jue sara ,iosO!rOS stnific6 : irataremos (IC CS/LI! IL) resul<­
en prestar atencion dentro de on clinta relacional que nos
:
mejor 1,osibie’. ‘ ‘ta cOrnodo o incómodo, confiabic o peligroso, amable o
La debida distancia. El miedo a que nuestia temida sub1eti’<’i- te•disgustante. Si privilegiainos una escucha entendida corno in­
dad contamine Ia i eiación terapeuticil, ROS puede lievar a manleller •:‘ iectual, es decir, las palabras, los contenidos, haciendo a on

una distancia artificial, a evitar una actitud amistosa por miedo a lado las molestias, los dcsagrados, las irritaciones y as
incomo‘
se confunda COO una propuesta dc amistad. También puede ‘ didades, podemos estar dejando afuera aspectos importantes de
ocuri ir Ia contrano: que (leseernos congraci amos tanto con nuesti 0 Li consulta i vedes deternnniiites
paciente que caigamos en una nfoi malidad demasiado
campechana­ <‘: La percepción y ci registro de las incomoclidades implica Ia
, borrarido las honteras de nuestra función y que ello confunda occesidad de diferenciaren qué meclida son nna leciura relacional
‘1’ ateiitc contra ci trabajo terapéutico. ne la consulta o si corresponden a algo de nuestra vida personal.
<<I’,
Demasiada chstancia hace difIcil el encuentio L Pot ejemplo ante un ii irnado teiefonico del Si S eL tet ipeuti
Poca distancia hace difIcil ci encuentro. 24 ‘: decideconvocar a La faiilia conviviente a Ia pL’imera
Ni tanto n tan poco 4< Li consulti se debe a que <eccuc/io voces que me dicen qne ito
Buscar —otra ‘ez— Ia medida de La propia con veniencia y 3 tengo que ii a ri aba;ai La famili se puesenti puntualmente
comodidad, combinada con La posibiliclad del otro, con sus códi— ,9’pero el terapeuta siente c’ue no cuenta con elios’ sos preguntas son
gos e idiosmcrasias. 4 ontestadas con inonosilabos, no parecen estar comprometidos ni
El tuteo, ci dai Ia inano a u beso, ci convidar con no café. Ia <4’ involucrados con lo que sucede; nadie parece estar ni siquiera Un
charia apatentel nenle banal sobte el tienipo’ 0 cuaiciuier otra cosa, , “p4. ‘poco preocupado.
dcpenden de Ia conjunción que construyanlos. de cónio vayarnos ,L Una sensacion creciente de incomodidad inunda al terapeuta.
annanclo ci tramado in v S ble que suslenta, .5 nuestL 0 trabajo. En iLigar nie evadiria decide comunicarla; (lice qtie tiene sensac­
Ia
Las incornodidades. Un dato I eies’an(e para teller en cuenla es ion (Ic que no paicceil estli precup idos poi lo que Ic esti pisiri
ci rcglstro del terapeuta de cuilquier molcstia o incomodidad en do al Si. S.; les pregunta si ello es asI, en cuyo caso, cree que ci
ci encuentto. . habei los convocado a tudos foe on ci ru.
Es conocida Ia noción dc qtie en ci ejerciclo dc Ia
psicotCrano­ ‘ DespuCs dc las pnmeras iespuestas en Las que Ic diceri line
-.‘,
soti Os, los terapeutas, nuestras personas soinos las he­ , Ccdi,io se Ic ocurre esio><, <<a todos ,tOS pieociipa<<, etc., ci hijo
rramientas
de trabajo. Uno de los aspectos que quetemos enla— ‘mayor, on adolescente de quince años, dice que lo que ci padre

Usa en este momento, es ci elativo ai egistro corporal. No 4 necesiia <<es ti, certificado firmado /,o, el (eiapeuta iJala qtie eli
somos tan solo <herrarnientas>> intelectuales; en tanto personas, •f:sla fahnca Ic iiagueii los dias que Ito fraba/ar
3
La sensaciOn dci terapeuta, que registr6 y cxphcitd su incomo­
didad, revelO que estaba frente a una agenda seciwa que hacia
iniltii cuaiquier trabajo teiaptucico.
hA ilevarlo a cabo en las eondicioncs pactadas. El men hecho de que
ci paciente esté en ci consuitorio no significa quc haya un proceso
terapéutico en curso.
Ante Ia pregunta quc nos hacen los alumnos cada vez que its La tcrminaciOn cs un asunto mals compicjo. Muchos io ha-
planteamos ci tema de cc j,cOmo saber si ci registro torpot al no e man olin, siguiendo ci modelo medico que rotuia ai pacicntc como
r.
aigo solo mfo’l*, nucstra respuesta rs: inciuirio como on tema, eqfermo y ai ioceso y a so objetivo como curaciOn. Obtener ci
implfcita o explicitamente, y buscai s existe on correlato en los alto cs vivenciado par aigunas peisonas casi como tin diploma de
pacientes. En ci cjcmpio se vt COfl ciatidad in iniportancia de los saiud otorgado por cI terapcuta, on tftuio que poseen con arguiio,
tres pasos: primero, ci reginro de Ia incomodidad; segundo, ci como si fuera definitivo.
10mar10 coma dwo a considerar; y tercero, Ia ronfronlación con Sc piantean, enhances, dos conceptos: terminacidn y alit., que
los pacicntes. Li registro dc las incomodidades nos jerarqniza resumcn distintas ideas dc io que cs una terapia y dc c6mo es Ia
reiaciOn cstabiecida cntrc terapeuta y pacicnte.
tCuándo se termina un proccsp teraptutico? LQuItn lo decide?
Un pacicntc pucde decir:
Temas del proceso terapOutico —rcResolv( los temas par los que vine...,
—cQuiero probar sOlo par ian tiempo....
Reflexiones acerca dcl comienzo y Ia tcrminaddn —eNo esrov daspuesto/a en ate anoanento a posier esjiaerzo 0
o dinero en esie trabajo, lengo corns nuIs urgentes.
ilabiar dc coniienro y termination implica hablar de un procc —‘Decidi que no wry a i’enir mdsz..
so it; apéutico. No son temas rcievantes en ci caso de tratarse & Si pensamos en tOrminos dc alto, esta decision autOnoma del
una consulta o de una seric de entrevistas de evaiuaciOn. En estos pacienic de no continuar, se rotuiard como desertwino abandono.
casos, ci comienzo y Ia tcrminaciOn son ciaros. El conccpto tie aitas nos hace pcnsar en Is terapia como en on

:
.t
Cuaiquier proceso Leraptocico dent dos comienzos: ci prime­ proceso quc let mina cuando ci pacienic se ha curado, coando han
to, se produce cuando se tienc el primer contacto. Ya desdc Ia desaparccido ios sfntomas par los quc ha consuitado y cuando ci
conversatiOn teiefOnica podcmos actuar tcrapOuticamenle, como terapeuta tiene Ia [wine convicciOn de que no se producirdn sfnto­
hemos visto en ci cjemplo transcripto al comienzo dci libro. mas sustitutivos El Icrapeuta es, en este caso, ci expcrto y quien
El comienzo proplamentc dicho sc produce iucgo dc acordados toma las decisiones, cs Ci quien otorga ci aha; si ci pacicntc decide
ci motivo dc consulia, cl objecivo propueslo y los términos dcl pot si mismo terminal, se tratarC, dcsdc Ia dcfmiciOn dci tcrapeuta,
contralo (frecucncia, horatio, honorai los), es decir, cuando in reiar de una desertion.
dOn está ciaraincnte definida y hay un canvemo entre paciente y No es io mismo deer adesertOn quc decir “no vino máscc.
terapcuta accrca de Ia wren a reahzar Una forma conveniente dc abordar elLen es preguncar ai pa- U
Uno de los probicmas que observamos con cicria frecuencia, • ciente: “j,quiere segoir viniendo?x; hacerevaiuacionesperiOdicas U
Cs quc se comienza con ci trabajo ames dc quc ci acuerdo entic los acerca de Ia marcha dci trabajo y replantear, o no, los objccivos. U
part;cipantcs cea cxpiIcito Tanto cerapeuta coma pariente dehen Esto es intcresante porque apunta a dos aspeaos cscnciaies:
dccidii si cue trabajo Cs posibie y deseabic y si cstán dispiiestos a I) ci comdn acuedo, y

102 JO?
2) ci enfa[izar y poneren acciOn La idca de que ci l)acientc es ci SU piopia cuenta, no seguirbeneficiándose
con nuesros servicios,
responsable, ci monel de so pi opia vida. : Iodenios verb como un lraidoi-. 0, Ic que es mucho más doloroso.
La [erminacion de un proceso Lei apéU[iCo io es necesai tamen- : corno alginen ha abandonado.
que nos
te de1intiva. I-lay distintas orinas tie despedirse: [erapeula o pa- expectatic­
‘, La vivencia de La desercián ci resultado tie Las
es
iente pueden convenir comunicaise en lonna penódica o pueden .. vas que ponernos nuestro irahajo el vIncnlo Los
en y en con
Liaher Ilamados ante aiguna nueva necesidad. El términos de deserción de
pensar en pruviene con-
Si pensamos en términoS tie ‘<l(’rIlIinOClOIi)>. esta decision au- cebir Ia terapia reiación obligaloc ia
a como tin proceso y una e
tonoma dci piciente de no continuat s no puede scr rotuIadt como ineiuiie ci to ci soidido ii
coino ejel pit a como congre
<dese,cio,i.
.
. gaciOn religiosa tiara una novicia—- una relación que, una vez
Mencionamos La iialabra deserciOn. Creernos (iUC vale Iii pena qiie ernpieza,
Tmdet­ pactos Lealtades de plazos inciertos.
genera y
enentos till poco Cli ella. :•• ‘i:;’
piica La idea de
<<curaciori y
(IC
<(camino
Onico>>,
que abordare­
permiL­
mos nás adelante. Estos son pensarnientos que no nos
a desercidn: ,abandono o interrtipción? S -T ten colocan
pensar. nos atan. nos en una pretendida posicion de
superiot id id y pueden sobi edirnension ir ci vaior que Ic adjudi
“>
Un dcsertor es aiguien que escapa del ejércilo, de una obligacidn terapéutico.
carnos a un proceso
que Liene que cumphi ineludiblemente y a La que esta enganch ido El de determinada palabra <dude
uso una i contextos sentidos
Un empleado que deja su trabajo no es un desei-tor. Un hijo temáticas señaian La ciebe entendido ci
que manera en qtie ser
que Se va de La casa no es un deseitor. Un liaciente que cambia de témiino mencionado, implicancias consecuencias. Más
adecimjan­ sus y
o no es tin desertor. Un paciente que deja su psicoterapia, lante hablarernos de <<ci eeco aspirante del lenguaje>>, el
cap­ en
ipor el contrario, es ilarnadodesertor. tub <<El contexto de Las ideas>>. Sin embargo, debemos
. anticipar
Por qué usamos La pababra desercidn en psicoterapia? somerarnente este parajustificar
concepto nuestra sugerencia de
Solemos liamardeserciónal abandono de Ia [erapia surgida dei’’ 1 ‘sustituir cdeserción>> palabra aluda de fornia
por otra que otra a
Ia exciusiva decision del paciente, sin acuerdo previo con su tera’ La relaciOn [erapélitica Ia naturaleza dcl (Ic
y a proceso mismo La
El uso de esta palabra re’eIa, en su etnnologia, La sensacioni PodrIa cinterrupciOn>.
ser
que nos qued i tin desiet to No Ia desci
ene nusma tepercusion pensit en cion que en nile
Qtté tiene ci vInculo terapeutico de tan fuerte, tie tan <<obhgat rmpciOn. Mientras In desercion implica caiificación
que una de La
do>> CIUC nos hace isuaiizai a los pacientes como si debiet in sen situ tIe us
cion personas inlet vinientcs ahindono Li aidot y
leales soldados y a nosotros como si fuéramos madres absorhen1 abandonado—, Ia palabra interrupcidn refiere
a una descrtpciOn
tes y poscsis is a las que 10 Sc dehc dej ir fenomenologic puede trnplicu
i que que un p iciente ito quieia 0
Dice ci Pcqueño L u ousse llustt ado Dc cc, tai (del latiii ,iopueda ab qindo
segtnr ti <on ito buoy ii iniahi i desercion por
desermi, supiiio de deseje, thaiidoiiu ), ahaiidonai ci sol<lado 1:,.ceI contrarlo, conduce abandona
nos a pensar quc nus a 1105000< 5
.> io bundei-a c: el soldarlo que deseria cc tin fJmd(3 (.cInoiztmo de , . traiciona nsf trabajo
nuestro
mdi). Pasaise al eiienngo.... El diccionario usa La palabra t,atdor: Una idea medio los tratamiciitos
.. imperante en nuestro es que
Cuánto revelaesta palabra den intensidad de expectalivas depot . , se interrunipen dehido conilictos irresueltos, ahordados y/
a no
silatias en nuestro trabajo! Tanto, que si una persona decide, por. se inconscientes de los pacientes. Desde podemos
otra óptica,
,,-,, TF’
pensarlo de otra manera. Ilemos emprendido una encuesta infor­ f II- Por lo que piensan acerca de sus iroblemas:
ma) a personas conocidas que hayan interrimpido aiguna \‘ez Lina I 1- Hay cosas acerca de las cuales no están dispuestos a
tet-apia. Nos encontrarnos con las siguientes respuestas: hablar,
—No qileria mdagar en mi mn/ancia, querici solucionin lo 2- El problema ya se ha solucionado:
que iiie pasaba con mi 100 rido>>. 3 Prefieien intentar solucionarlo ior si solos,
—Aie ulecla qiie debia I/moor a los cosa V por Sit iiomnbie. )‘o ‘L- m1g 4- Creen que In soya no tienc solucibn
no tolero pemisor en in i 111)0 (01)10 Cii liii (iiitiSta, eso ii iiflca p III— Por a persona del terapeuta:
cOSUS (7iI 110 qimiel 0 Cofltai ‘. I-No les <<cue>> bien;
<St
Hav cosuis qite Inc don i’erg uenza. 2— Hay al guna dilicuhad reIattva al género, edad u ott
me c/c ,iabo hablai; intel) unipía todo el tienlpo).
- ‘S -
gel) elnico/reiigioso;
me decia 1)0(10, ito sabia qué c/ebb liacer>-. 3- No les inspira conhanza.
No ten ía p/a to, ito podia paça r Si unu illtelmpcibn se puede deber a cnalquiera do los puntos art
—(N0/iu nids porque va liabIa an eg/cido el probleina que (corn>’. ba enunciados, id ‘ez resulte denasiado anogante ci colocamos en ci
—<Espeiciba 0/ia coca de una terapia... centio del escenaio y sentirnos aba,ic/onado.c, maltratados o en falta.
—LI let open/a me resuliabu aiilipdiico> Una intenupción se debe a Ia decision de una persona libre,
>P: i:5<
inc resulta comoclo liablar cOil 110(1 flu/er>’. >:
adulta y responsable. Ciertamente, no es pal-a nosotros un hecho
Necesitabci a1c’uien de mmii cc/ad. Una persona tan agradable, especialmente cuando creemos que estamos hacienclo
joi’enci!a.. . como me podia eniender?’>. un buen trabajo. Pero siempre nuestra tarea implica a on otro que
m 10 no tiene solución decide si Ic viene bien o no.
—((Me cause c/c Iia en rercipia)’ >;L A veces In poetIc decir, otras veces no.
En on intento de categol-izar las causas mbs frecuenres ior las Sh-,
,1>), No caemos en Ia ingenuidad de pensir que no tenemos ilingu­
ciue Ia gente intelTumpe as consultas 0 el proceso terapéutico, I na responsabLlidad en la decisiOn do tat interrupciOn. A s’eces si Ia
X
segiin los rnotivos expilcitos dados pot los propios inteiesados, tenemos. Por ejemplo:
los pacientes, encontrarnos dos gi andes remus: porciue no pueden —jasanlos pot alto indicios
y porque no Cluieren —---no nos inteiesaba
ci) Poique no pueden _/ Ii=. —no entendIamos lo que Ic pasaba
I — No tienen dtne:o —no nos gustaba como persona
II - Les es imposible combinar los horarios —nos descalificaba, no tornaba en cuenta in que cleciamos
-

Ill- El lugar está demasiado lejos. —no podíamos esmblecei acnerdos


b) Poncuc no qiiieien —los objetivos cian distintos parii paciente y para te.rapeiita
1— Pot in cine pien sun acerca lie I a mdo Ic (Id 11 abajo ------no creIa poder soluctonar so probiema
terapeu two -.
no quet ta veflir sum

ti>
I No esián dispuestos a tealizar ci esluerzo reqiierido -:3’,
— ——no quei ía venir con otras perSOnaS

2- Les resulta demasiado peligroso exponerse a ese trabaio, Podremos habernos comporrado conio intrusus, ofensivuc,
3- La mi-ca no corresponde a In que se habIan naginado: cord rontati\’Os, no haher comprendido Ia Indole del problerna o ci

106 ‘I, 107


.,
ir

“Sty
.•‘:
s
cC: i5. Recursos para Iccilperar In capacida(1 de pensar
estdo personal del paciente, etc. Peru Lu que queremos destacar es
ciue nuestro desempeño yio La resise.ncia no son Las dnicas causas
de una interrupcióti, y que no siempre una Lnlemipclon es on aban—

:1
‘ Hay momentos cii ci consultono en los que uno no enliende Lu
dono ni, mucho menos, una traición o una deseición. que está 1jasindo se siente incórnodo, ri undo, perduclo, ansioso,
El paciente Cs Ufl expcrto en su propia s’ida. Cuanclo on iv enoiado, paralizado, confuso, fascinado: uno no sabe qué haccr
proceso terapéutico implica aviidar a aiguien para que encuentre Son mornentos en Los tine no podemos peisar. estamos sumergi­
caininos aitet nafl vos. esta persona es corisiderada corno La eperta
:,
1’ dos, 1ragados>> en ci china reiacional.
en so propia \‘Ica. Los terapeutas somos expectos en algunus iiiéto­
dos o técnicas pero no en lo que conciernc a las vidas de Los de­
-.r Los molivos pueden set varios. l’or ejcunplu, iodemos pensar
quc no tenernos sufictente experiencia. 0 que, de aiguna manera,
más. Desde esta mirada, on terapeuta no puede decidir por so estamos excesivarnente involucrados en Ia situación; que hcrnos
paciente, ya que ci paciente es dueno de sos decisiones Si decide pasado a ser on mieunbi o más del sistema,
inteimrnplr el Uatamienlo, ci terapeuta puede creet que aIm hay ‘1 Anies de buscar los tecursos para modificar La situación. es
inucho en in que puede ayudar. puede hacérselo saber, po una imprescindibie so registro’ que acusemos recibo tie lo que esta
relaciImn terapéutica se estabiece si, y solo si, ambos, paciente y ocnrriendo
lerapeuta, convienen en eiio si una pane decide que ya no es :L Tenemos tres grandes recut IJat a rccuperar La capaci­
necesauio, La reiación ternina.
‘1 dad de IJelisar’
SOS

El terapeuta también puede decidir dar por terrniiiado :. —el abandono dci campo,
un proceso. Un proceso terapéutico puede terminiar tarnbién pun —Ia inctacomonicación, y
decision exciusiva del terapeuta. debido a diferen(es motivos: —Ia biisqueda de ayuda.
—Cuando cree que el motivo por ci coal se ha emprendido ci :r : Abandono del campo. Es, literalmente, salir de a habitaciOn
pioceso ya está resuelto y asI se Lo informa al paciente. Este puede donde Ia entrevista tiene lugar, salir del china difIcii nimbo a c<oU-O
plantear aiguna ott a necesidad o problema, en cuyo caso, re-negocia-: poet’Ia—
airev, Una vez afuera —a veces tan solo dci otro iado de Ia
ran Ia continuaciOn dcl proceso con ese nuevo objetivo dc trabajo; puede reapaiccet Ia posibihidad de pensar en lo queestuvi­
—Cuando ci terapeuta, en eL transcurso del proceso, Imeteurnina LL mos sintiendo, en coal foe Ia arena rnovcdiza (joe lOS tragIm.
La necesidad de una denivación a otroespecI­
especialista en temas Q uedar on instante toera de Ia mirada dc Los otros cjctce, a vcces.

I. •.1
I icos en los que ci terapeuta no es experto (ps icosis, oil efecto ii berador,
di ogadependencia, v ioienc ia iami liar, sexual dad, etc), f. ••‘
La IndoIe (Ic noesti o tahajo es moy coinpleja, (iebemos es
—Citando el terapeuta siente/cree que no Ic es heneficioso a sí tar adentro y afocra dci ci irna relacjonal sOlo podemos avodat
mismo o que puede incluso senie daImino el seguir con ci pruceso, coinpat tuendo lix drantuca, pero tambiOn sOlo podeinos ayodn
atento al cuidado de so propia persona, estandu loera de ella. Disociaciouu insti’n mental que v lene en
—Put causas estratégicas relativas al iroceso nismo, porejemplo, nuestro aoxil io coando nus descubrimos completamente aden -
como iiedio de potenciar a una pet sona con ci fuerte rnensaie dc tu o, ya no solo en La dramatuca de La sesiOn si no den tm de I a
ci eo que usied se puede o,-teglni solo, que puede prober enf enter vida del paciente. El abandono dci campo es Ia poesta en acto
v ,esolve, los pi oblenios qtie cave,, surgiendo. dc La necesidad de tomar distancua. Abaruclonar ci campo es salir
tr a pensar.

t I:
No sanemos ile duncle viene Ia idea cie que debemos trabaiar
pcti-eceit ebt-t use pe;’o qcie se Ic cierrail en Ia cocci “, nids
“;uorniilados>> cii siiión, que no podernos ponernos de pie, Caminat cilki
c/c lo qite puede sticecler en las prirneras entrevis(as,
o salir dci consuitorio ciurante el transcuiso de nuesisa tarea. Es a donde
iodo ci in undo, di? a/g tata man eta, resg urn c/ct sit
misma idea, en aigiin sentido, que n-ac ci paciente que persiste en
prit’ac tdac/ s’ mide vi se halo de en (erritorlo con jiahie.
sostener las misnias conductas disfuncionaies que lo iiacen sufrir, La ‘I
ceitsación cjue entbaiga ct/ rerttpetira !iitaintente se con­
“itorniiiado> ann detet-ininado contexto de significación que no le
vi el-Ic en iii ob,s’icic ttio pa ia sit !rabctjo.
pen1ite encontrar otras a ternal i\’aS Decide
at etacoinitit tcaiba. Dice 1\’o por qt, peto
i’vletacoinunicacibn. Es itablac de Ia cotriunicación. Es en ex
ten go ia sensacic5it de cjlie aiubantos pot’ cctri’i/e.c di,s tin -

celenie recurso pain salir de on encieno paradojal Tainbjén lo es


105, qiie ito teneittos Ia niistita preoctipac idtt - L)Igaitiite,
recuperar in capacidad de pensar. Se tiata de pensar e inlor­
(I qtiiit be Ic nto/esta qtie ii, Ito ntoje Ia
p reocnpa o
mar lo que cs[c sucedietido en Ia relaciOn, saliendo del nivel de in denta­ L
canto ?? Pat’a cit sorpresci. a nadie le preocupa
siiuación concreta lJaIa pasar a nit nivel ibgico superior. Es tin stado
iii Ic mo/es/a. Die-cit qtie Ia situociOti esta coittro­
diagnostico de in comuntcación, una especie de evaluación que bc/a, L
que ct.ia,tdo sale d cantpa!neitlo no paso, que solo
implica non disociación: ci terapeuta, desde afucra de In silna­ secede
en su casa y qtte, salvo los cometi to riDs’ c/c los
ción, observa y describe lo quc secede en Ia siruación en In que
parieittes, que lo constc/eran grave, para el/os es tilt leinci
esti iniplicado. Se recupera, además, in posicion jerarquizada dcl
titan ejable.
terapeuta, posición que, si habIa perdido Ia capacidad de pensar, El
terapeura Se sEcure inainatado. Sabe que Si los in/c­
seguramente estaba también perdida. Es ci terapeuta quien hace resacbos
consideran que /0 nlanejcin bien, qite no necesi—
una especie de cone transversal y cia cuenta de lo que secede.
tait set- avcidados, es itt ttv dificil in Telnet use en nit tt’abajo
\‘eainos en ejemplo:
qtie iitipliqtte tin coinbio. Initive tot nttindo c/c cosas no
c/ic-has, sectores c/c si/Cit cios a/lain en Ic perrtirbadores
Coitsitita una fanti/la corn puesta pot padre, inadre v Decide
seguir rrabajmtdo, pet-o ponro se eitcuett(ra coil
(:11(11 cc) itijos (1(10 lescen tes, El ilantaclo lo tea liza el pa—
peer/as c-cit-ac/as que Ic iinpiden el paso. ha)’ciiIres’­
v’ai-ias
c/ic. Dic estcii pi’eOcti/)OdO par sit Itijo iite,t0i Julio,
istcis rncs. El tel-apetira acne Ia sensaciáit tie que toilci
de catorce ados, qiie Se /tace pis enci 1W (1 /0 ,iocite. Ia
preoctipaciolt, ci interes ‘ el e.sjiierzo estdn en él. La
Ctiaitdo ci te to pen/a le p ieg 11010 poi- cJ ué hace Ia co it — fantilia,
i’iene, ctintpie, pero al rerapetirct Ic quer/a let seit­
Sit/la en este niomeitto, c/ice que es a insiancios cle ant­ sactóit g.
c/c que Ito)’ cosas t,tlportaitteS acerca c/c las ctrnle.c
,gusv pauienle.v, epic esthn preoctipados por Ia persi­
ito qutereit o no puce/eu ltab/a,: Luego de ieileiac/os lit -
sTell10 c/el sittontel.
teittos polo ntocltJicar evict SiltiaciOlt, pie,tsa Coitttiiiieatl­
Es i:o,ii’ocada 10(10 /0 /(litli/I(l (Oil c’it’iente. Actideit ti es
eslo. Se sienic coda i’ez neI.s itt cOinodo, siit saber palo
Ia cottsiiiici ‘ c-o,itieitza ci itaba1o. irn/os se itt IieStt’cilt cii­ qué
esth irabaaitc/o.
iciboradores, dispuesios a hacer bit ecesa rio. Son
persomi­ Metacoittuitica
sit sensactoil eSieut to qite Ito en tie,tdo
s inle/ige,ties v aç’radab/es. Sin embargo, ci let-opel i/a /0
qlie es/ti pasattdo. Ustec/es eliceit ito es/etc pi-eocupacbOs
acne Ia sensación, pt’imeio difnsa V bite go crecienle, de ni N
ittolestos, slit eitthargo, jiola cit ci atis’ qute has’ a/go
ijite <sus pa/abras ,‘ebolon , tie qtie c/taV pueitas qtte
QtiC si es/a pt-eoc-npctitdo peu’o qite ito paso por eb pis de
ii
() III
‘ -‘

1(5
.4
,

in/ic,. Tat vez no sea és(e ci ,,ionzenfO ni Ia ci rc,,nStailCIa .5,” Conclusiones


palo “‘ algunas piler((tS ce,radas
e,­ Ustedes qué qut
en,
inlenlar a/ni, algitna pliCi Ta si e.c que es (feet!! iii! La terapia involucia a per sonas.
enSaCiO!I 1e quo Ita’ alguna cerrathi, 0 e.Vpeiar Ui! lion! Pensernos aliora en ci cuidado de Ia persona dcl IC? open­
h ii.
v ,io,r voli’e,nos a bob/ar??’. Los padres decideii dejai . to. Cat I Whitaker solia aconse jar que lu viérainos Cu idado Uiia
pasar liii (tempo. Uiios moses ntcs iai1e, ci padre euelee imera e,l(resnsta es conio lila C ito a crc gas: iinvpiest­
qiie
a llama, v soiicUa una entle,’iS!a in genie polo él i’ sti ar a(e,i cron pa ia ito qneda i em horn cu/o .5 11110 ,to Ia quO’-
V,
esposa. En esa ocasiomi, iii forma (It(C es(nn pasando nib ;‘, ic “. La profesiOn de terapeuta i miii ica Ia reaiizac iOu tie nfl

severa cilsis pues Ia espasa acababa (IC eliterarse que éì Ii ahajo lascinante: ocupat se de probiemas humancis con ci

poriadoi dcl HJV Ei ia to ,sah(, pero Ito se objetivo ne ser 0th a otras personas que sufien. Pero ambién
atrevido a coitiarseto (I nadie. iJici’: En realidad, nit puede ser peligroso a insalubre segOn sean las personas que
l/aiizodo an (cr101 no fue por Julio. Querta s u ai’uda pa in acudan a nuestra consuita y Ia Indo]e de los problemas que
/)Oder contar a in I fani i/ia to qile inc pasaia v ito inc pianteen, Ia fomnia en que ellos nos toquen. Nuestro U abajo,
!ij,’
aniité a decir los paicz/irav; esiaha aterrodo. Pose unos
.
por eso, nos exige concentraciOil y alenciOn. Estamos
nieses rerribles. lorfoioi (I ‘i’I(dL’iIOs (11tQ1(I Clii! (ado es(o. preparadus
pain estar concentrados y atentos airededor ne nuesti os
pacienres, pero ia concentraciOn y atención que nos debemos
Ahora si se podia einpezar a trahaa a nosotros in is trios no suelen estar igual mente atend idas.
Buscar nynda. Es el tercer recurso para recuperar Ia capacidad LCómo crudarnos de là irtvoiucración excesiva e impotente,
de pensar. Implica ampliar el campo. con là inclusion de oras per— sin caer en un disanciamiento extrerno? LCOrno evitar lievar a
sonas. Puede Iratarse de otro terapeuta: buscar una supervisiOn, los pacientes con nosotros y hacerlos compartir nuestra mesa
consultar con algr’in colega que eslé cerca (cietrás del espejo ..
y. a veces, incluso nuestra carna? i,Cómo cumplir
unidireccional por ejemplo. o en un consultorio vecino) o ilamarlo con lo que se espera de nosotros sin tenet nine ha­
responsabiemente
por teiéIono o traer tin ((consultor a La sesión. Puecie (saarse de cernos cargo de las vidas de Los demOs? 1Córno conciliar
otros miemhios de là familia que atnplIen los limiles del sislerna nueshas
peisoitas—coriflictos, dudaS, debilidades. situaciones vi—
.L11 ‘v:’
recc)Ltado: ahueios u arms, pet sonal cinuiiesitco, compafleros cie taics— con nucslro 10/ profe tonal’?
Ii ahajo. maestms, secretarins de uzgado, etc. A veccs pode mos icc ihno­
r a pe rsonas viol en las que nos ate
AhahJ(loflo del cilml)o, metacomunicación y buscar ayticla 4.
‘1:’ I izan, o incluirnos en situaciones resbaiadizas, en las que pode­
no son UflLSOS exciuyenes fli Onicos Pueden combinarse y Cs mos deslizarnos sin que nos liercatemos. hacia una excesiva
(leseabic que cada uno de nosotios agudice ci ingenio para encont­ involucracion, perniciosa para nOSolros mismos y para fluestra
ram y tiesarroliar sus piopios recnisos. Paris ello, lflSiSliIllOS. CS propa tanuilia V quo es, gcnel al mente, ncficaz para ci pac ientc.
imprescindibie ci regisu a pievin dcl bloquco en La tarea su En cada enlrevista deberiainos poder evaluar qué pociemos, qué
ciOn cuino pérdicia de là capacidad de pensar nos corresponde y qué qcicrenios hacer. No aceptar de enfl ada
una situaciOn tcrapéutica sino evaluar, cuidadosamente, cOmo nos
sentirnos en ella pata poder reIlexionar y decichr si conlriuamos.
ill?.
cómo y para qué.
En esencia se trata del cuidado, del respeto por nosotios mismos. que nuestro problema Cs ayudar a pensar a las personas que
Nos cuidanios, p01 ejemplo, coando pensamos en hi comoth consultan para que encuentren aliernativas más satisfactoriat
dad. Cornodidad pensada en odos los niveles posibles pero re en su vida.
gist[acla, principaIrnene. en ci cuerpo, en la vivencia de estar
bien y a gusto, I ibres para pe1sar, para entrar y sal ir de Ia arena
odas las veces que lo consideiemos necesaiio. El regiSiro dc hi
incomodiciad —no nos c;insalernos de en faizai— es esencial para
poder luego rabajar sobre ello y modificarlo. jEs una cierEa ten
sion en el cuello? ,Es sequedad en in boca o humedad en las
pamas de las manos? Es estar apoyado en el borde del asiento
como listos para salir disparando at menor estImulo? LEs una
viveiicia de desvalorización, cle no esar lo suficientemene re
compensados de alguna manera? V

Nos cuidarnos cuando nos mirarnos con Ia misma benevolencia


con Ia que deberlarnos mimi los conflicos y debilidades de noes-
tros pacientes, cuando nos aceptarnos humanos, falibles, impel-
fecos, subjetivos, sesgados ior el género, Ia edad, ci nivel de for-
macion y experiencia, ci estado civil, los proyectos. Nos cuiclamos
cuando respetamos al otro como otro, con SOS decisiones y sos
posibilidades, con sn derecho a vivii corno lo considere mejor, so
popia ‘ida, acercândonos corno expertos ayudadores pco no como
salvadores-poseedores de Ia verdad. En realidad, no podemos sa
her qué es mejor para el otio Solo podernos saber aquello que
nosoros cieemos que es mejor. Estamos a so servicio, pero no
\‘iVitflOS Sn vida.
Nos ctiidamos cuando estamos aLentos al aislamienW y Ia
soedad en Ia que tianscurre, necesariarnene, nuestio trabajo y
nos conectamos con colegas o profesionales más expertos Con
quienes poder compartil dudas y reflexionaF, quicHes nos per-
nutan pe1sarios en oro nivel Nos cuidamos cuando hacemos
el iFabajo lo más placentero posihie, cuando airnamos Un ((flidO)
en el cual nos Sentirnos a gusto, que nos iefleja y ms tFanc1uiii
za. Nos cuidamos cuando sabemos ciue el problerna por ci que
somos consukados pertenece a pacente, qne no es nuesno pro-
hiema, que no ataie a nliesra ‘ida aunque iesonemos con éI

114 115

También podría gustarte