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Universidad de Cuenca / Facultad de Arquitectura. Tesis previa a la obtenci—n del t’tulo de arquitecto.

Realizado por: Pedro Espinoza Abad, Ma. Isabel Calle. Director: Arq. Carlos Jaramillo Medina.
ÒS—lo despuŽs de haber conocido la superficie de las cosas, se puede uno ani-
mar a buscar lo que hay debajo. Pero la superficie de las cosas es inagotable...Ó
Italo Calvino

I
P resentaci—n
Honrar la memoria de la ciudad
La Arquitectura tiene las razones sufi- cantando sentidos profundos y adaptando
cientes para investigar el mundo constru’- diversas corrientes arquitect—nicas al paisa-
do. Puede conocer la sustancia, las ideas y je œnico y a la traza renacentista intacta
la verdad estŽtica constitutiva de la ciu- de su fundaci—n. Aqu’ radica su valor ex-
dad. cepcional que alimenta al legado de la cul-
Y tambiŽn su figura y el bosquejo cotidia- tura universal.
no trazado sobre el lienzo de sus espacios Se debe honrar con veneraci—n la memo-
y tiempos. Espacios y tiempos que han ria de Cuenca para ser consecuentes con la
decantado sentidos profundos en sus di- designaci—n de Patrimonio de la Humani-
versos momentos hist—ricos, porque cada dad.
generaci—n ha dibujado su perfil y entorno Y ahora es una brillante oportunidad para
con un juego mœltiple de met‡foras a ser ofrecer a Cuenca una novela en la que se
interpretado. cuenten sus historias secretas y que bien
El conocimiento de esas sustancias, ideas contadas, podr’an revelar nuestra identidad
y sentidos profundos, ser‡ el descubri- e intimidad.
miento del orgullo y de lo estŽtico de la La presente Tesis Profesional de Arquitec-
arquitectura de la ciudad. Ciudad frente a tura, PRESENCIA DE LA ARQUI-
nosotros como arquitectura y representa- TECTURA NEOCLASICA FRANCE-
ci—n profunda de la condici—n humana, la- SA EN CUENCA: Una huella indeleble,
brada en sus monumentos, barrios, casas escrita por Ma. Isabel Calle y por Pedro
y en todos los hechos urbanos que emer- Espinosa Abad, es un cap’tulo en prosa de
gen del espacio habitado. la novela de Cuenca, cuyo fin es causar
Cuenca es ahora Patrimonio de la Huma- placer estŽtico y por tanto honrar la me-
nidad porque a lo largo de su historia abo- moria de la ciudad.
r’gen, colonial y republicana, ha ido de-

Carlos Jaramillo Medina


Director de la tesis
Cuenca, noviembre del 2000

III
I ndice
Cap’tulo 1
Breve rese–a hist—rica de la cultura arquitect—nica cuencana:
Lo abor’gen y lo colonial
Antecedentes 3
Hablando de cultura arquitect—nica... 3
La cultura arquitect—nica prehisp‡nica: 4
Cultura Ca–ari
Cultura Inc‡ica
La cultura arquitect—nica hisp‡nica-colonial 4

Cap’tulo 2
La cultura arquitect—nica republicana: Cap’tulo 5
Del rompimiento de lo hisp‡nico a la nueva edad de europeizaci—n
El cuestionamiento de nuestros valores tradicionales 9 An‡lisis hist—rico cr’tico
Los puentes culturales europeos de las obras arquitect—nicas m‡s representativas
y su influencia en las artes y la arquitectura del Ecuador 10 Introducci—n (glosario) 37
La influencia del redentorista Juan Stiehle ÀDe quŽ forma se adopt— en Cuenca el estilo neocl‡sico francŽs? 39
en la imagen arquitect—nica de Cuenca 11 Arquitectura neocl‡sica de obra nueva
Arquitectura de fachadas
Cap’tulo 3 S’ntesis del proceso de adaptaci—n arquitect—nica 40
Determinaci—n hist—rica
Breve an‡lisis de la arquitectura de Francia Determinaci—n arquitect—nica
Los —rdenes cl‡sicos como punto de partida 15 MŽtodo a seguir en el an‡lisis 40
Del renacimiento italiano al clasicismo francŽs del siglo XVII 16 Esquemas conceptuales 41
El barroco y el rococ— en Francia 17 Mapa de ubicaci—n de las edificaciones con influencia francesa 42
La revoluci—n francesa y el siglo de las luces: Lectura hist—rico-cr’tica de las edificaciones m‡s representativas
Par’s como modelo mundial de conceptos y estilos arquitect—nicos 18 Colegio Benigno Malo 46
Francia y la influencia de sus principales arquitectos teorizantes Banco del Azuay 48
(siglos XVII y XVIII) 19 Corte Superior de Justicia 50
Antigua casa de Rosa Jerves 52
El neocl‡sico francŽs como hito en la historia de la arquitectura 20 Casa de la Bienal de Pintura 54
El eclecticismo del siglo XIX: La recuperaci—n de estilos en Francia 23 Cl’nica Vega 56
El neog—tico y Viollet-le-Duc como pricipal protagonista del siglo XIX 24 Casa B.G. Sojos 58
El neocl‡sico francŽs en latinoamŽrica 24 Antiguo edificio de diario ÒEl MercurioÓ 60
Casa Cisneros-Naranjo 62
Cap’tulo 4 Banco Internacional
Antigua casa de Ernesto L—pez Diez
64
66
El proceso de transferencia y adaptaci—n del clasicismo francŽs Cl’nica Bol’var 68
Antigua casa de Alfonso Ordo–ez Mata 70
en la arquitectura de Cuenca (1860-1940) Antiguo Hotel Patria 72
Contexto hist—rico: La presencia de la cultura francesa en Cuenca 29 Antiguo Hotel Internacional 74
La ÒcitŽÓ cuencana: El fen—meno de afrancesamiento de la ciudad 32 La Casa del Coco 76

V
Cap’tulo 6
Edificaciones complementarias categorizadas
segœn los esquemas concestuales
Grupo 1
Casa Moreno - Casa Palacios 83
Casa Centenario - Antigua casa CŽlleri 84
Casa Tapia - Direcci—n Provincial de Educaci—n 85
Grupo 2
Casa Barahona - Cl’nica Ortiz 89
Casa Romero - Casa Sojos 90
Casa Herrera - Casa Ullauri 91
Casa Jara - Casa Terreros 92
Casa Bravo - Casa Serrano 93
Casa Delgado 94
Antiguo Orfanatorio 95
Casa Arce 96
Edificio San Crist—bal 97
Grupo 3
Casa Salda–a - Pasaje Le—n 101
Antiguo colegio Manuel J. Calle 102
Casa Dur‡n 103
Edificaciones especiales, desaparecidas o modificadas
Torre de Cristo Rey - Casa Campoverde 107
Casa Le—n - Casa Mora 108
AlmacŽn Naœtica - Casa Vega Dom’nguez 109
Casa de artesan’as Sumaglla 110
Antigua escuela de medicina 111
Antiguo Asilo Tadeo Torres 112
Casa Ambrosi - Antigua Casa Jarr’n 113
Casa Polo - Casa Delgado 114
Casa San Francisco - Antigua Casa Ordo–ez 115
Antigua casa Miguel Heredia 116
Arquitectura funeraria 117

Bibliograf’a y crŽditos 119

VI
2
B reve rese–a hist—rica de la evoluci—n de la cultura arquitect—nica cuencana: Lo abor’gen y lo colonial

Antecedentes A travŽs de la historia de la humanidad la historia, decidieron edificar su sociedad


-bien o mal- el factor de dominaci—n cul- en la regi—n donde hoy se encuentra ubi-
La trascendencia de la cultura cuencana sando por lo Òvern‡culo-europeizadoÓ y por tural e imposici—n de valores, ha sido tras- cada la ciudad, desde la antigua cultura
en el contexto nacional e internacional es grandes escuelas universales, que de algu- cendental en la conformaci—n de determi- abor’gen Ca–ari, hasta la Žpoca republi-
evidente. Esto no solo se justifica con la na manera han aportado a su singular nadas sociedades. En el caso espec’fico de cana de finales del siglo XIX, donde em-
reciente declaratoria como Ciudad Patri- imagen de ciudad. la ciudad, la superposici—n de culturas a pezaremos a analizar espec’ficamente, el
monio Cultural de la Humanidad por par- AventurŽmonos pues, a emprender un pe- travŽs del tiempo tambiŽn han dado como fen—meno de ÒafrancesamientoÓ que se
te de la UNESCO, sino que se ve expre- que–o viaje en la memoria, que muy apar- resultado su propia identidad cultural, que hace presente en la cultura arquitect—nica
sada en el convivir diario de su gente, en te de limitarse exclusivamente a ser un re- podr’a deducirse como compleja por la in- de Cuenca.
sus tradiciones, en su historia misma. lato hist—rico, buscar‡ en gran medida finidad de factores que la marcaron, pero
Cuenca ante todo, ha demostrado ser el convertirse en un aporte al conocimiento y al mismo tiempo œnica en su resultado.
testimonio vivo de un proceso de identi- valoraci—n de nuestra propia identidad, con ÒLa arquitectura es el soporte f’sico-espa-
dad cultural basado en la diversidad, que especial Žnfasis en su cultura arquitect—ni- cial de la sociedad que la produce y con la
arraiga en un profundo legado prehisp‡ni- ca y su desarrollo a travŽs del tiempo. cual interactœaÓ2 Al ser la arquitectura un
co, y se tamiza a travŽs de los siglos pa- producto de la cultura, y Žsta a su vez un
reflejo de una determinada sociedad, se
Hablando de cultura arquitect—nica... puede deducir definitivamente que la ar-
Para entender la cultura arquitect—nica de Todo el comportamiento de una sociedad quitectura es un fen—meno socio-cultural.
un pueblo se debe tratar de entender pri- es un hecho cultural, pero no debemos De alguna manera se puede definir a la
meramente el concepto de cultura. De sus confundir sin embargo entre sociedad y cultura arquitect—nica como un sistema
mœltiples definiciones, quiz‡ la m‡s com- cultura, aunque entre Žstas exista una ’n- organizado de signos, pues la arquitectura
pleta es la de Amadou Mahtar M«Bow tima relaci—n. La cultura en una sociedad conserva, acumula y transmite informa-
(ex-Secretario General de la UNESCO) se transmite a travŽs de mœltiples factores ci—n, y a travŽs de la arquitectura podemos
que dice: ÒCultura es a la vez aquello que entre los cuales est‡n: la educaci—n, la so- descifrar nuestra historia, nuestra cultura,
una comunidad ha creado y lo que ha lle- ciabilizaci—n, la interdependencia y la afir- nuestra condici—n de seres sensibles.
gado a ser gracias a esa creaci—n, lo que ha maci—n.1 Pero por otro lado tambiŽn in- 1 Granda, Claudia. ÒArq. Neovernacular en
producido en todos los dominios donde fluye en gran medida la dominaci—n cultu- Como pre‡mbulo de esta investigaci—n, se CuencaÓ. Tesis de Arquitectura. Universidad
ejerce su creatividad y el conjunto de de ral e imposici—n de valores de otras socie- tratar‡ de recordar brevemente las princi- de Cuenca. Cuenca, 1996
rasgos espirituales y materiales que, a lo dades, que por su frecuencia llegan a ser pales caracter’sticas culturales y arquitec-
t—nicas de los pueblos que en el pasar de 2 Peralta, Evelia. ÒArquitectura Popular y Ar-
largo de este proceso, han llegado a mode- sincretizados hasta asimilarse como pro- quitectura AcadŽmica en QuitoÒ, Quito, s/f.
lar su identidad y a distinguirla de otrasÓ. pios.

3
Ruinas de Ingapirca, el testimonio m‡s visible Ruinas de Todos Santos, en donde se puede ver la sobreposici—n de las tres culturas que
de la arquitectura prehisp‡nica en la regi—n. habitaron la ciudad: la cultura ca–ari, la cultura inca y la cultura espa–ola.

La cultura arquitect—nica prehisp‡nica Cultura Inc‡ica nica del labrado de la piedra. Entonces sus
Ò...Ni los incansables estudiosos ni los tit‡nicos investigadores podr‡n darnos ni el cat‡lo- Con la llegada de los Incas (1470 apx.) se grandes palacios fueron planificados total-
go ni las llaves del inmenso tesoro. Sus interpretaciones quedar‡n siempre a media distan- reemplaza GuapondŽlig por Tumipamba mente segœn los criterios urban’sticos in-
cia de la verdad, hasta que que aparezcan otras verdades m‡s cercanas en el tiempo (...). con un desborde de grandiosidad en di- caicos y constru’dos con la m‡s depurada
mensiones y tŽcnica constructiva . Con el tŽcnica cuzque–aÓ7, guardando adem‡s un
Pero yo, criatura de estas latitudes, no me atrevo a catalogar ni a denominar ni aseverar.
nacimiento del Inca Huayna-C‡pac en profundo mimetismo con el entorno, ca-
ContinuarŽ en los d’as o a–os de mi vida alimentado la admiraci—n, el terror y la ternura
nuestro suelo, la ciudad empieza a tratar racter’stica inherente a la arquitectura an-
para con las innumerables obras prodigiosas que marcaron mi existencia, y continuarŽ sin-
de convertirse en el segundo hito urbano dina.
tiŽndome m’nimo, inexistente ante la grandeza de aquel esplendor. ÁOjal‡ pueda un d’a la
Tierra Americana ser digna del mœltiple monumento que nos transmitieron nuestros pue- m‡s importante del Incario. Esto se de- El verdadero legado de nuestros pueblos
blos desparecidosÓ muestra claramente al moldear la fisono- prehisp‡nicos, si bien se ha manifestado a
m’a de Tumipamba a imagen y semejanza travŽs de piezas arqueol—gicas, cr—nicas o
Pablo Neruda del Cuzco, empezando desde la incre’ble huellas arquitect—nicas, culturalmente ha
Cultura Ca–ari quiz‡s maravillados ante las bondades na- semejanza topogr‡fica y paisaj’stica entre trascendido en el tiempo, mediante el uso
turales, geogr‡ficas y estratŽgicas de la zo- las dos ciudades, hasta la misma configu- del idioma quichua en algunos pueblos de
Resultar’a una tarea larga y pretenciosa, el na. raci—n urbana en forma de puma m’tico. la regi—n, y siempre presente en tradicio-
tratar de diagnosticar el invalorable legado La arquitectura de Tumipamba Òse embe- nes ancestrales, ritos milenarios, senti-
f’sico y cultural que nos transmitieron De su cultura arquitect—nica se tiene muy llece con la ayuda de mitimaes tra’dos des- mientos inmutables en el tiempo...
nuestros pueblos abor’genes. Podemos pocas descripciones, pero Òparece ser que de el Cuzco, que ense–an el arte y la tŽc-
sentir entre nosotros a la ciudad milena- las edificaciones ca–aris fueron de formas
ria, pues su esp’ritu continua vivo e in- simples, constru’das en tierra, la mayor’a
quebrantable, pese a tantas llagas y cica- de las mismas ubicadas en el actual Puma- La cultura arquitect—nica hisp‡nica-colonial
trices en su historia. pungo, y posteriormente destru’das para (desde mediados del siglo XVI a principios del siglo XIX)
La imagen, la belleza y la singularidad de implantar sobre ellas las nuevas construc-
ciones inc‡sicas, aspecto muy usual en los Con el descubrimiento de AmŽrica en apropi‡ndose no s—lo de la vida misma de
nuestra ciudad (-o de nuestras ciudades-)3 casos de conquistas territoriales, con el ob- 1492 por parte de la Corona Espa–ola, los pobladores, sino tambiŽn de todos sus
a travŽs del tiempo, Òha sido bien atribu’- jeto de que las nuevas edificaciones sean los colonizadores ibŽricos iniciaron la con- bienes materiales.
da a un sinœmero de factores, pero pocos admiradas e indiquen el sometimiento de quista de nuestro continente, arrasando
son tan importantes como su ubicaci—n y con la cultura, la religi—n, las ciudades y La ciudad de Cuenca fue fundada el 12 de
emplazamientoÓ4 un pueblo conquistadoÓ6 abril de 1557, su nombre fue inspirado en
por ende los sistemas sociales de los pue- la regi—n de origen del fundador Gil Ram’-
Desde el per’odo Canari5 se evidencia con blos que habitaban AmŽrica. rez D‡valos, la Sierra de Cuenca de Espa-
claridad esta afirmaci—n. ÒLa llanura tan Nuestra regi—n no fue la excepci—n, pues –a. La ciudad se fund— al occidente de las
grande como el cieloÓ — GuapondŽlig (en la invasi—n espa–ola trajo consigo un agre- ruinas de Tumipampa, hoy mejor conocida
lengua ca–ari), fue el primer nombre que sivo y depredador proceso de imposici—n como Pumapungo.
nuestros antepasados dieron a la ciudad, cultural, que no s—lo desconoci— a la cul-
tura anterior, sino que la Òhizo suyaÓ, El trazado urban’stico de Cuenca obedece

Planos de Cuenca y del Cuzco (Perœ), que demuestran las co-


rrespondencias de una concepci—n global del urbanismo incaico.

4
Patio del Monasterio del Carmen y Espada–a del Monasterio de
las Conceptas, los mejores ejemplos de arquitectura colonial.

a una traza hipod‡mica, un criterio t’pico lidad artesanal propia de los indios. Puma-
utilizado en las ciudades coloniales, con pungo a su vez sirvi— de cantera para la
una plaza central alrededor de la cual se construcci—n de los cimientos de varias de
ubicaron los poderes pol’ticos, religiosos y las iglesias de ese per’odo.
las familias de los conquistadores. La im- Dentro de la Arquitectura Civil se puede
plantaci—n de la ciudad fue pensada con la mencionar que era de car‡cter modesto y
intenci—n que esta pueda crecer hacia las de escasa decoraci—n, se utilizaron las tipo-
cuatro direcciones. log’as arquitect—nicas tradicionales, se im-
Durante la Colonia se puede distinguir plant— el modelo de la casa andaluza, es
una fuerte marginaci—n racial y social, la decir una casa con patio, traspatio y huer-
misma que se traduce en una segregaci—n ta para el cultivo de legumbres y hortali-
residencial, los ind’genas viv’an en las zas, el mismo que se transforma en el cen-
afueras de la ciudad, en los barrios que tro ordenador de las circulaciones, de los
hoy conocemos como San Blas y San Se- recintos y de la vida cotidiana en familia.
basti‡n. La tecnolog’a de la casa colonial es el re-
Durante esta Žpoca la organizaci—n social sultado de decisiones constructivas mas no
ten’a una fuerte influencia religiosa. La estŽticas, basicamente para obedecer a las
iglesia ten’a la enorme misi—n de evange- caracter’sticas de los materiales existentes
lizar a los indios que eran polite’stas, y en la zona, esto es: muros de adobe o ba-
utilizaron el sincretismo para transformar hareque, pilares, columnas, dinteles, vigas,
las fiestas paganas de los indios en festivi- ventanas y balcones de madera, cubierta
dades cristianas, desde ese entonces las de teja. Es una vivienda eminentemente 3 GuapondŽlig, Tumipamba y Cuenca, han sido
fiesta del Corpus Cristi coincide con la artesanal, ya que para su construcci—n se los diferentes nombres de la ciudad en su his-
fiesta del Inti Raymi, se realizan los Ce- requer’a de la participaci—n de tejeros, car- toria (nota de autor)
remoniales Folcl—ricos, los Pases del Ni- pinteros, alba–iles, cerrajeros, etc. Estos 4 Espinoza, Carlos. ÒTaller de ProyectosÓ. Tesis
–o, los padrinazgos y los priostazgos. artesanos se organizaron por su especiali- de Arquitectura. Universidad de Cuenca.
Las iglesias se convirtieron en ÒhitosÓ, y zaci—n y caracterizaron a los barrios que 1997
en elementos urbanizadores debido al ca- perduran hasta la actualidad con sus nom-
bres originales: El Tejar, Las Herrer’as, La 5 Los Ca–aris fueron la cultura abor’gen domi-
r‡cter devoto de la poblaci—n. Estas eran Sueler’a, entre otros. nante en la regi—n hasta antes del Incario
de car‡cter monumental para la escala de (nota de autor)
la ciudad, su expresi—n formal correspon- 6 Mu–oz Vega, Patricio Arq. ÒCuenca en la
d’a a la suma de diversos estilos europeos, HistoriaÓ, Cuenca, s/f.
sin embargo como tecnolog’a constructiva
se utilizaron los conocimientos y la habi- 7 Idem

Casa de las Posadas, una de las pocas La vivienda rural mantiene en muchos casos las Vivienda de estilo neocolonial en el tradicional
viviendas coloniales que hoy subsisten. caracter’sticas propias de la arquitectura colonial. barrio de San Sebasti‡n.

5
L a cultura arquitect—nica republicana: Del rompimiento de lo hisp‡nico a la nueva edad de europeizaci—n
principios del siglo XIX hasta el primer tercio del siglo XX

El cuestionamiento de nuestros valores tradicionales las mayor’as, el nœmero reducido de profe- Esta es una de las principales razones por
sionales y la pŽrdida del talento de los mis- lo cual la arquitectura Colonial Òremanen-
Luego de casi tres siglos de dominaci—n vadas quiz‡ por fines m‡s intelectualistas. mos en caprichos aislados de la clase do- teÓ en la Repœblica fuera facilmente reem-
ibŽrica, tanto en el ‡mbito pol’tico como ÒSiendo el pa’s biol—gicamente indomesti- minante. Esto se refleja aœn m‡s en la plazada por otros modelos arquitect—nicos
cultural, los pueblos americanos guiados zo y definiŽndose culturalmente como Òsubordinaci—n de las soluciones ÒestŽti- europeos, reflejados principalmente con la
por grandes revoluciones como la nortea- blanco, no pudo originar una cultura na- casÓ a las limitaciones de una tŽcnica de- aparici—n del neoclasicismo francŽs. Pero
mericana y principalmente la francesa (hi- cional que siempre exige un prerrequisito: sigual; ya que a la vez, nuestro subdesarro- esto se tradujo en la mayor’a de los casos
tos fundamentales de las sociedades hu- La existencia de una NACION, esto es de llo industrial tra’a como consecuencia el en una ÒArquitectura de FachadasÓ, pues
manas), deciden gestar su independencia, una comunidad de origen de pr‡cticas y de uso de materiales importadosÓ12; casi co- se mantuvo casi siempre la estructura y
trayendo como consecuencia el irrevocable fines. Por esto, el arte en general, copi— a mo requerimiento de la boga arquitect—ni- funcionalidad de la arquitectura colonial.
rechazo a la cultura colonizante. destiempo motivos, estilos y actitudes eu- ca de la Žpoca. Lo que se transform— radicalmente fueron
El cambio a las ideolog’as republicanas ropeos. Y esto hizo que una cultura desa- En el caso espec’fico de Cuenca se sabe las fachadas, con ciertas modificaciones
empieza a expandir nuevos horizontes en rraigada como la nuestra, sin un conteni- que a pesar de que la situaci—n pol’tica del en el decoro interior.
el pensamiento colectivo de nuestros pue- do propio que ofrecer, adoptara una actitud pa’s empez— a cambiar a ra’z de la inde-
blos. A esto se suma que: ÒÉen Espa–a, HIPNOTICA que lo coloca nuevamente pendencia, Ò la realidad econ—mico-social y
Francia fue polo del pensamiento raciona- en una situacion colonialÓ10 8 Monteforte, Mario. ÒLos Signos del HombreÓ.
arquitect—nica de la Cuenca finisecular PUCE, Cuenca, 1985
lista y laico, que desaloj— a la cultura reli- Quiz‡s el ejemplo m‡s feaciente y polŽmi- conservaba todav’a las caracter’sticas b‡si-
giosa en el momento en que los virreina- co de este hecho, se suscit— en 1888, cas que la moldearon durante la colo- 9 Idem
tos americanos, eleg’an la azarosa ruta de cuando se coloca la primera piedra de la nia.(...) DespuŽs de la explicable desorga- 10 Hurtado, Osvaldo. ÒEl poder pol’tico en el
la descolonizaci—nÓ.8 ÒPor otro lado, la de- Bas’lica del Voto Nacional en Quito, Òpro- nizaci—n que se produjo como consecuen- EcuadorÓ. Quito, 1997
cadencia de Espa–a priva a los pa’ses his- yecto en estilo g—tico ejecutado en Francia cia de los ajetreos independentistas, poco o
panoparlantes de la vertiente esencial de 11 Kennedy, Alexandra. ÒContinuismo Colonial
por el arquitecto Chevalier. Esta obra, aœn nada se modific— en el convivir comarca- y Cosmopolitismo en la Arquitectura y el
sus personalidades mestizas; pero tambiŽn no terminada, ha sido motivo de varias no.Ó13
es natural que sin haber contado con Arte Decimon—nico EcuatorianoÓ. Art’culo
tiempo suficiente para elaborar una nueva cr’ticas por su presencia agresiva en el am- Sin embargo esto cambi— radicalmente en ÒNueva Historia del EcuadorÓ, Editorial
sociedad, hayan quedado al garete, como biente del centro del Quito hist—rico y por- desde la sexta dŽcada del siglo XIX, cuan- Grijalbo Volœmen 8. Quito, 1983
f‡ciles presas de todas las culturas domi- que su estilo nada tiene que ver con nues- do se implanta en esta ciudad un nuevo 12 Vargas S., Ram—n y otro. ÒLa crisis actual de
nantes, lo cual ha hecho largo y dif’cil su tra tradici—nÓ11 sistema de econom’a basado en las expor- la arquitectura latinoamericanaÓ Edit. Siglo
camino hacia la verdadera independen- De alguna manera, a esta carencia de piso taciones, (de casacarilla y del sombrero de XIX. MŽxico, 1981
ciaÓ9. Pero al analizar la historia se cultural, se suman muchos otros factores paja toquilla) generando excedentes econ—- 13 Estrella Vintimilla, Pablo. ÒArquitectura y
desprende el hecho de que no fue el pue- en nuestra problem‡tica arquitect—nica: El micos tan considerables, que permitieron urbanismo de Cuenca en el Siglo XIX.
blo el que consigui— esta Òemancipaci—nÓ, contraste entre la suntuosidad de las cons- v’nculos directos de nuestra sociedad con ChaguarchimbanaÓ. Editorial Abya-Yala,
sino las clases sociales dominantes, moti- trucciones de las minor’as y la pobreza de diversas culturas fuera del continente. Quito, 1992

Conjunto de viviendas republicanas en la subida de El


Vado, sobre la calle La Condamine.

9
El Teatro Sucre en Quito, es uno de los m‡s claros ejemplos de arquitec- Guayaquil tampoco fue
tura neocl‡sica producidos en el pa’s. ajena a la europeizaci—n.

Adem‡s, es necesario acotar , que mien- t’sticas, se las trat— de adoptar y sincreti- que ahora creaban bajo la influencia de funci—n nacionalista y libertaria de las ar-
tras en Europa estas tendencias se encasi- zar en nuestra arquitectura (segœn lo ana- nuevas corrientes art’sticas, puesto que ha- tes.
llaban -como es l—gico- dentro de una lizado anteriormente) abanderadas por la b’a quedado atr‡s el arte Colonial, el Ba- En 1848, el francŽs Ernest Charton,
ideolog’a historicista, en nuestros pueblos modernidad y prosperidad, nacidas a partir rroco, y todo sin—nimo que les recordase la buen dibujante y mejor maestro, funda en
suced’a exactamente lo contrario, ya que de la nueva era independientista. opresi—n y dominaci—n hisp‡nica. Al que- Quito un Liceo de Pintura, el mismo que
al tomar a destiempo estas corrientes ar- darnos sin piso cultural (fen—meno anali- dar’a posteriormente origen a un renacer
zado anteriormente en ÒEl Cuestiona- de las artes pl‡sticas en el pa’s, con una
Los puentes culturales europeos meinto de nuestros valores tradicionalesÓ), imagen independentista. Este hecho es
comienza as’ una nueva etapa, en la que un fuerte puente cultural, ya que poste-
y su influencia en las artes y arquitectura del Ecuador se tratar’a de acoger con entusiasmo el cla-
sicismo europeo (no hisp‡nico), manifesta- riormente se fundar’a en nuestra ciudad la
ÀA quŽ se le llama Puente Cul- do en la gran mayor’a de los casos a tra- Academia de Bellas Artes, inspirada en
tifican con la cultura francesa cuya in- las fundadas en Quito y Guayaquil.
tural? fluencia se mantiene hasta un poco m‡s de vŽs del Estilo FrancŽs.
Se entiende por puente cultural a un la tercera dŽcada del siglo XX. El ESTI- El arte, la moda y la literatura empiezan Dentro del ‡rea a ser analizada, la arqui-
proceso de transferencia y adaptaci—n de LO FRANCES se convierte en el princi- tambiŽn a reflejar el culto de la nueva Žli- tectura, se puede se–alar que: "No hab’a
valores socio-culturales e ideol—gicos, que pal Òpuente arquitect—nicoÓ, que acoger’a te ecuatoriana por lo franco-europeo Su entonces arquitectos titulados, sino œnica-
se da principalmente a travŽs de la mi- la cultura republicana de este per’odo. desprecio hacia el pasado indo-hisp‡nico mente aficionados al arte de construir, co-
graci—n de personas e ideas de una socie- era evidente y no lo ocultaban; con el mo el se–or Jean Batiste de Mendeville
Nos ubicamos pues en los albores de una C—nsul de Francia, persona que pose’a co-
dad hacia otra. A su vez estos valores, floreciente Repœblica, donde predominaba triunfo de la Independencia muchas fami- nocimientos arquitect—nicos y que en va-
casi siempre resultan asimilados y/o rein- por un lado el odio y repudio al pasado, y las se despojaron de las piezas de arte Ba- rias ocasiones dio a conocer su muy buen
terpretados a una nueva realidad contex- por otro la visi—n esperanzada en un me- rroco y/o Colonial, ya que les recordaban gusto. Bajo su direcci—n se construyeron
tual. jor futuro para la naci—n. Deb’amos pues, un triste pasado, y las venden a coleccio- casas de cal y ladrillo, en cuyas fachadas
Los puentes culturales marcaron la histo- seguir nuevos esquemas en todos los —rde- nistas o simplemente las desecharon. hab’a pilastras, cornisas de coronaci—n,
ria de nuestra naci—n; as’ como en la Co- nes. Adem‡s, a esto se suma otro hecho: ÒLa cornisas sobre las puertas y ventanas y to-
lonia todo el pensamiento ideol—gico y ar- Que pasa con la arquitectura Masoner’a fue un poderoso instrumento de do bastante ornamentado y consultando,
t’stico se subordina a Espa–a, en la era re- y las artes a ra’z de este laicizaci—n y formaci—n ideol—gica; pronto en todo, la simetr’a y solidez. (...) Ejem-
publicana toman protagonismo otros pa’- fen—meno hizo adeptos entre los intelectuales de la plos de este tipo de construcci—n son: Pa-
ses europeos. El Ecuador en la Repœblica, clase media, los militares, los comerciantes lacio Arzobispal, Palacio de Justicia, y al-
por ejemplo; depende econ—micamente de Al inicio de la era independentista las ar- y la Žlite del liberalismo. Expresi—n de to- gunas casas de familia."15 Mendeville es
Inglaterra (puesto que financian las Gue- tes en general son relegadas a un segundo das estas inquietudes fue el grupo organi- pues, el primer ÒarquitectoÓ conocido del
rras Independentistas), pero culturalmen- plano, ya que los artistas y artesanos dedi- zado en torno al peri—dico El quite–o libre, per’odo independiente, quiŽn introduce el
te, al romperse toda relaci—n con la Coro- can casi todo su tiempo a la producci—n de donde escrib’an Juan Montalvo, Pedro estilo francŽs manifestado b‡sicamente a
na Espa–ola, las Žlites ecuatorianas (y con instrumentos bŽlicos; pero una vez alcan- Moncayo y Miguel Riofr’o, entre muchos travŽs de la incorporaci—n de elementos
ellas las personalidades art’sticas), se iden- zado el Sue–o del Libertador, los talleres otrosÓ14. Esta Žlite literaria predicaba la decorativos en las fachadas, inspirados en
vuelven a acoger a pintores y escultores,

Universidad Central del Atrio de la Grabado de Ernest Charton, quiŽn ense–o Arquitectura de influencia francesa en Quito. A la derecha, una
Ecuador (Quito) Catedral en Quito su tŽcnica en la escuela quite–a. obra de Luis Donoso, arquitecto que vendr’a a trabajar en Cuenca

10
Antiguo Municipio Un cuencano en Par’s. La sociedad exportadora El Seminario, obra de Detalle de la torre de
de Cuenca ayud— a la r‡pida transformaci—n de la ciudad. un arquitecto francŽs. la Catedral Vieja.

el renacimiento y en el neocl‡sico euro- construy— el Teatro Sucre, que es la obra avenidas, museos, teatros y palacetes par- la arquitectura era el fiel reflejo de la capi-
peos. Es as’ como la ciudad de Quito em- cumbre del Neocl‡sico en el Ecuador, el ticulares para familias. Es oportuno citar tal, ya que para levantar los edificios m‡s
pieza a transformarse bajo la influencia de frontis de la entrada al Paseo de la Ala- este ejemplo, ya que esta ciudad pasa a ser importantes en otras ciudades del pa’s, se
su particular estilo, que comienza a ser co- meda, obra de J. Elbert. En la Arquitec- un importante Puente Cultural para las solicitaban muchas de las veces proyectos
piado como sin—nimo de modernidad y tura Civil de esta Žpoca hubo una marca- capitales sudamericanas.17 a los arquitectos establecidos en Quito.
cosmopolitizaci—n. da influencia el estilo del renacimiento ale- Se puede anotar que en las dem‡s ciuda-
Durante la presidencia de Gabriel Garc’a m‡n, cuyo gusto se hab’a formado con los des de la naciente Repœblica del Ecuador,
Moreno de 1860-1875 tom— much’simo profesores de esta escuela.
interŽs el adelanto del pa’s, en lo referen- En la dŽcada posterior vinieron los arqui-
te a edificios pœblicos e infraestructura tectos italianos Lorenzo y Francisco Duri- La influencia del redentorista Juan Stiehle
vial, durante su mandato hizo venir de ni y Giacomo Radiconcini, es as’ como a
Europa a varios arquitectos e ingenieros, finales del siglo XIX comienza la etapa de en la imagen arquitect—nica de Cuenca
entre ellos "el se–or Thomas Reed de na- la transformaci—n de estilos sustituyendo
cionalidad inglesa y el se–or Francisco el renacimiento italiano al alem‡n. La ciudad de Cuenca en el œltimo tercio dor en 1873 y se le encarga inicialmente
Schmidt de nacionalidad alemana. Ade- del siglo XIX segu’a siendo una ciudad pe- edificar el convento de San Alfonso en la
m‡s en la misma Žpoca, en 1870, vino La escuela arquitect—nica puso de moda el que–a y tranquila, en ella florec’an las ar- ciudad de Riobamba.
como profesor de la Escuela PolitŽcnica el m‡rmol, la madera de color natural y una tes y las letras, contaba con apenas
policrom’a de tonalidades muy discretas, 18.000 habitantes y para llegar a ella s—- Este hombre fue un arquitecto extraordi-
se–or Jacobo Elbert con los padres Jesui- est‡ informaci—n se canaliz— a travŽs del nario, ingeniero, dibujante, escultor y pin-
tas alemanes que vinieron a fundar dicha lo exist’an caminos de herradura en muy tor, pese a que nunca tuvo un t’tulo que
instituci—n, cont‡ndose entre ellos cient’- c—nsul francŽs Mendeville y de Juan Pablo malas condiciones. Manten’a tambiŽn su
Sanz, el m‡s destacado arquitecto ecuato- apego a las tradiciones y se compart’a de avalice la genialidad de su talento. Autodi-
ficos en materia de construcciones que riano del siglo XIX. dacta por excelencia, se lo conoc’a sobre-
eran los padres Menten, Kelberg y Dres- alguna manera el ambiente rural con el todo por aprender estos oficios a travŽs de
sel."16 Garc’a Moreno hizo venir adem‡s As’ pues, poco a poco empieza a imponer- urbano. la simple observaci—n y fuera de toda es-
al ingeniero francŽs Sebastian Wise, quien se el estilo Neocl‡sico FrancŽs, que ya ha- Esto empezar’a a cambiar radicalmente a cuela, puesto que en Europa s—lo hab’a
planific— y dirigi— la construcci—n de la vi- b’a tomado un incre’ble protagonismo en ra’z de la llegada a Cuenca de los religio- terminado la educaci—n b‡sica.
vienda del Presidente. las capitales latinoamericanas como Bue- sos redentoristas en 1870. La congrega-
Con la llegada de estos tŽcnicos se puede nos Aires, La Habana, Lima, y Quito no ci—n solicita a Europa un hombre que ten- 14 Monteforte, Mario. ÒLos Signos del HombreÓ.
decir que empez— la Žpoca de la renova- es la excepci—n, puesto que manejaba muy ga conocimientos en arquitectura, ya que PUCE, Cuenca, 1985
ci—n arquitect—nica en Quito; durante es- buenas relaciones con estas capitales. Se hab’a necesidad de ÒConstruir edificios 15 Perez, J. Gualberto. ÒTeor’a del Arte en el
te per’odo se construyeron obras significa- produce adem‡s una migraci—n masiva de materiales y edificar a los futuros novi- EcuadorÓ Quito, 1987
tivas como son: La Penitenciar’a, el europeos -sobre todo a Buenos Aires-, ciosÓ18. Inmediatamente es asignado al 16 y 17 Idem
Puente del Tœnel de la Paz, el Observato- donde la capital argentina empieza a trans- servicio de la orden el hermano redento- 18 Cobos Merch‡n, Gonzalo. ÒHermano J. B.
rio Astron—mico, pocos a–os mas tarde formar su fisonom’a siguiendo los modelos rista alem‡n Juan Bautista Stiehle, joven Stiehle Arquitecto Redentorista Su vida y
bajo la direcci—n del se–or Schmidt se de las caracter’sticas de las grandes ciuda- de extraordinarios conocimientos en el ar- Obra en Ecuador y SudamŽricaÓ. Cuenca,
des europeas, esto es: grandes parques y te de la construcci—n quien llega al Ecua- 1998

Corte de Justicia, obra del Banco del Azuay,obra de El Parque Calder—n en los primeros a–os del siglo Catedral de Cuenca, obra de Stiehle combin— estilos arquitect—nicos europeos
quite–o F. Espinosa Acevedo Luis Donoso Barba. XX, donde la ciudad empieza su renovaci—n. Juan B. Stiehle con la inventiva del artesano local.

11
Interior de la Catedral, se Detalle de la cœpula central. Detalle de la puerta principal.
destaca el baldaquino

En 1874, el hermano Stiehle llega a ajeno al fen—meno de admiraci—n colectiva Pero Òla influencia del estilo del Hno. sus principales obras, en especial las que
Cuenca y permanece en la ciudad hasta el hacia el arte francŽs en aquella Žpoca (cu- Juan no s—lo es dada por sus dise–os y di- de alguna forma se inscriben m‡s directa-
d’a de su muerte, que acontecer’a 25 a–os ya causalidad fue analizada anteriormen- bujos sino tambiŽn por sus disc’pulos de mente en esta investigaci—n.
despuŽs, luego de dejarnos un extenso e te). Es por eso que su obra tiene gran im- taller y construcci—n, que para ese enton-
invaluable legado. De alguna manera po- portancia dentro de la investigaci—n, pues- ces han aprendido su arte, son los encar-
demos asegurar que la imagen arquitect—- to que en m‡s de un ejemplo, sus edifica- gados de llevarlo adelante, llegando casi
nica de Cuenca en la Repœblica, tuvo en ciones presentan la influencia directa de la hasta mediados del siguiente siglo. As’ lo
el hermano Juan Stiehle su m‡s impor- arquitectura francesa. ÒFue el hermano demuestra el uso de ventanas geminadas,
tante matriz. Juan el que construy— parte de la ciudad, arcos de medio punto, adem‡s de los ele-
Su primer trabajo en la ciudad fue la edi- d‡ndole fisonom’a nueva con edificaciones mentos arquitect—nicos ya mencionados en
ficaci—n del Templo de San Alfonso, cu- de exquisito gusto francŽs. De all’ pode- las construcciones de este per’odo.Ó21
yos planos originales pertenec’an al her- mos deducir que el llamado Òafrancesa- Entre sus disc’pulos encontramos los
mano Te—filo Ritcher, pero que fueron en- mientoÓ en las construcciones de Cuenca, nombres de excelentes alba–iles, picape-
teramente modificados por el hermano se debe en gran medida a la influencia del dreros, ladrilleros, talladores, carpinteros y
Stiehle, por lo que se le atribuye la obra. hermano Stiehle.Ó19 ebanistas, como: Adolfo Garc’a, Juan Co-
Se debe anotar que a partir de este tem- ÒCuenca ciudad de casas solariegas, de uno ronel, Felipe Yunga, Manuel Rold‡n, Ma-
plo (que sigue las l’neas del estilo neog—ti- o dos pisos, realizadas en adobe y bahare- nuel Illares, Antonio Santacruz, Luis Lu-
co) empieza a notarse con fuerza la in- que, recibe un inusitado impulso; en ella percio, Ignacio Pe–a, entre otros.22
fluencia de la arquitectura europea, que comienzan a aparecer construcciones de A m‡s de toda su incre’ble inventiva ar-
caracterizar‡ a toda su posterior produc- caracter monumental, con estilo neocl‡si- quitect—nica, no se puede dejar de lado su
ci—n arquitect—nica, la misma que a su vez co francŽs; con la utilizaci—n de nuevos ingenio constructivo. Esto se demuestra a
servir‡ de referente para la construcci—n materiales como: el ladrillo con mortero de partir de los terremotos que azotaron la
de otras edificaciones en la ciudad. Se cal, m‡rmol y hierroÓ20 ciudad a finales del siglo XIX. El Hno.
puede decir adem‡s, que casi toda la ar- El hermano Juan fue tambiŽn un excelen- Juan dirige personalmente la reconstruc-
quitectura religiosa de Cuenca de la Žpo- te dise–ador. Aœn se puede encontrar en ci—n de muchos edificios. Por esta raz—n lo
ca, se ve influenciada por su particular es- sus libros de dibujos y dise–os, modelos llaman adem‡s el ÒMŽdico de casasÓ23
tilo. para tapices, apliques para paredes y mue-
El hermano Juan manten’a una constan- bles, modelos de bordados, ornamentos re- La obra del Hno. Juan en sus 25 a–os co-
te correspondencia con Francia y Alema- ligiosos y alfabetos, dise–o de puentes, di- mo edificador de la ciudad, fue tan fruct’-
nia, a travŽs de la cual ped’a toda clase de se–o de encofrados y entramados para ar- fera y admirada, que trascend’o f‡cilmen-
te las fronteras de nuestro pa’s. Se le en- 19 Cobos Merch‡n, Gonzalo Arq. ÒHermano J.
informaci—n y asesoramiento para la ela- cos y b—vedas, puertas, ventanas, roseto- carg— la proyectaci—n de importantes obras B. Stiehle Arquitecto Redentorista Su vida y
boraci—n de sus trabajos art’sticos y tŽcni- nes, vitrales, cornisas, b—vedas, cœpulas, en Colombia, Perœ y Chile. Obra en Ecuador y SudamŽricaÓ. Cuenca,
cos. Pero a pesar de que Žl fue alem‡n de cubiertas, relojes, retablos; entre muchas 1998
nacimiento, no fue de ninguna manera cosas m‡s. Se presenta un breve resumen gr‡fico de 20, 21, 22, 23 Idem

Capilla neog—tica de Iglesia de San Alfonso, de fuerte Stiehle dej— su legado tambiŽn en viviendas, Capilla de San Vicente de Paœl,
los S.S.C.C. influencia francesa donde se nota tambiŽn su apego a lo francŽs. donde prob— un nuevo lenguaje

12
Tratado italiano de los —rdenes cl‡sicos: detalle Interpretaci—n del orden j—nico por el arquitecto Atenas, Grecia. Cuna y matriz de la Laugier: la caba–a
de un capitel j—nico francŽs Philibert De L«Orme arquitectura cl‡sica primitiva

B reve an‡lisis de la arquitectura de Francia


Los —rdenes cl‡sicos como punto de partida que encarnaba toda la sabidur’a de la hu- Est‡ por dem‡s tratar de describir el pro-
manidad en el arte de construirÓ27 ceso de expansi—n del fen—meno arquet’pi-
A travŽs de la historia evolutiva de los es- nica, el modelo sobre el que se han imagi- co que proporcion— la arquitectura g—tica
tilos arquitect—nicos en la escuela france- nado todas las magnificencias de la arqui- Empero, se tratar‡ de exponer, -para los fi- francesa, pues fue la principal referencia
sa, se puede deducir una constante princi- tecturaÓ25. nes de la investigaci—n- la posici—n y el para la posterior concepci—n de obras
pal en casi todas sus etapas: la presencia pensamiento que se tom— a travŽs de los maestras del g—tico en otros pa’ses euro-
de un marcado clasicismo. Al hablar de Casi todos los manuales de los grandes diferentes per’odos de la arquitectura fran-
te—ricos de la arquitectura empiezan de la cesa en torno al referente cl‡sico, y a la peos y del resto del mundo.
un an‡lisis de la arquitectura en Francia misma manera: con una l‡mina ilustrati-
debemos remontarnos a la ÒGran MatrizÓ vez analizar brevemente la forma en que se
europea, que luego fue universal. El refe- va, explicativa y comparativa de los Òcinco tradujeron los resultados de este proceso de
rente directo de Grecia y Roma. Hablar —rdenesÓ, como instrumentos que permi- asimilaci—n en la identidad arquitect—nica
de los origenes y de las influencias, es ha- t’an ofrecer Òuna especie de gama de ca- de Francia.
blar de los —rdenes cl‡sicos. Pero para ha- racteres arquitect—nicos que van desde lo
rudo y fuerte a lo delicado y bello. En un Sin embargo, hay que aclarar que durante
blar sobre los —rdenes, se necesita enten- dise–o genuinamente cl‡sico, la elecci—n la Edad Media la significaci—n simb—lica y
der a la vez, de donde nacieron los mis- del orden es algo vital: es determinar el es- rectora de los —rdenes cl‡sicos, se sustitu-
mos. p’ritu de la obra. Esp’ritu o talante que ye por los principios constructivos y es-
Son muchas las teor’as sobre este tema, viene definido tambiŽn por lo que se haga tructurales del sistema ojival g—tico. Ò Los
pero quiz‡s la respuesta m‡s cercana la di— con ese orden, por las proporciones que se edificios g—ticos se sitœan en un punto de
el jesuita francŽs Marc-Antoine Laugier fijen entre las diferentes partes, por las or- transici—n, crucial de la hist—rica, entre la
en el siglo XVIII, a quiŽn muchos consi- namentaciones que se pongan o se qui- alta Edad Media dominada por la Iglesia y
deran Òel primer fil—sofo de la arquitectu- tenÓ26, adem‡s de poder atribu’r a cada el mundo libre y secular del Renacimien-
ra modernaÓ24. En su hip—tesis sosten’a uno de los —rdenes una determinada Òper- to. Quiz‡s sea este mismo hecho lo que los
que los —rdenes arquitect—nicos nacieron sonalidad humanaÓ, nacida bajo el m‡s pu- haga de forma indiscutible uno de los ma-
cuando el hombre primitivo construy— su ro pensamiento Vitruviano. yores logros de la arquitectura occidental;
caba–a primitiva. Pero el mŽrito de Lau- son la expresi—n perfecta de la tensi—n dia- 24 Summerson, Jhon. ÒEl Lenguaje Cl‡sico de la
gier fue conceptualizar claramente la mis- De alguna manera (en todas las Žpocas que lŽctica entre dos mundos: entre la fŽ reli- ArquitecturaÓ Editorial G.G. Barcelona,
ma. Ò La visualiz— como estructura de se va a analizar), en peque–a o gran medi- giosa y la raz—n anal’tica, entre la serena 1963
madera integrada por pies derechos, vigas da, se llega a considerar a los —rdenes co- y cerrada sociedad mon‡stica del mundo 25, 26, 27 Idem
y una cubierta puntiaguda, -que segœn de- mo Òla mism’sima piedra angular de la ar- antiguo y el expansionismo din‡mico del 28 Risebero, Bill. ÒHistoria dibujada de la
claraba con sus propias palabras- Žsta era quitectura, como instrumentos arquitect—- nuevo.Ó28 Arquitectura OccidentalÓ Edit. Hernnan
la imagen œltima de la verdad arquitect—- nicos de la m‡xima finura posible, en los Blum, Madrid, 1982

Catedral g—tica de El espacio interior: Se observa la verticalidad y El g—tico se expandi—


Notre-Dame en Par’s una nueva escala calidad espacial del sistema. por Europa: Wells, Ingl.

15
El templete italiano La arquitectura italiana fue el refe- Reinterpretaci—n francesa Fachada de Louvre Hotel de Ville, obra del Iglesia de Saint-Eustache, fusi—n entre el sistema estructural
de San Pietro rente inicial de la arq. francesa la helicoide italiana de Pierre Lescot renacimiento francŽs. g—tico y la decoraci—n renacentista italiana

Del renacimiento italiano columnas que flanquean nichos y utiliza- lo que se consider— anteriormente como
al clasicismo francŽs del siglo XVII ci—n del motivo del arco de triunfo bra- un Puente Cultural.
mantino, el esp’ritu es inequ’vocamente En definitiva se puede deducir, que Òla di-
ÒMal disc’pulo el que no aventaja a su maestroÓ francŽs, con el elegante techo alto a la ferencia entre el Renacimiento italiano
Leonardo Da Vinci francesa, el uso generalizado de escultura con el arte francŽs, reside principalmente
decorativa y los frontones rebajados como en el detalle de su revestimiento, esto es,
Sin lugar a dudas, una de las Žpocas m‡s Nace adem‡s la perspectiva y consecuente- rematesÓ 31
trascendentes dentro de la arquitectura, es mente nace tambiŽn un nuevo enfoque y en la decoraci—n de sus fachadas y de sus
el Renacimiento. Se rompe con la visi—n entendimiento sobre el arte de construir. El Renacimiento en Francia -como tal- interiores; en otras palabras, est‡ en el or-
espiritualista medieval, y se comienza a Por este motivo, el arte del Renacimiento aparece reciŽn a comienzo del siglo XVII, nato, que los franceses lo tratan con ma-
descubrir que el arte no sirve exclusiva- italiano trasciende con incre’ble facilidad y se asimila instantaneamente Òbajo el se- yor sencillez y tranquilidad; est‡ en la in-
mente para exaltar los valores de la reli- las fronteras de su pa’s de origen y se ex- llo del gusto francŽs, y sobrepas— en gracia troducci—n de los —rdenes, que los arqui-
gi—n. A partir de esta reflexi—n, el hombre pande por muchos pa’ses europeos. ÒPero y encanto todo cuanto hab’a sido concebi- tectos franceses interpretan con mayor li-
se convierte en el centro de todas las co- Francia, es de todos los pa’ses, donde es- do en cualquier otra parte. Este retardo bertad e independencia singular.Ó34
sas y su creatividad no se desarrolla œni- te arte fuŽ mejor comprendido. Sus arqui- nos explica las razones por las que no en- Resumiendo, la influencia italiana modifi-
camente en torno a un Dios. El hombre tectos llegaron en ciertas etapas, inclusive contramos nombres ilustres como en Ita- ca el exterior, pero la concepci—n general
se vuelve ÒHumanistaÓ, y forja un especial a sobrepasar a sus maestros italianos.Ó30 lia, donde este arte floreci— ya hacia me- siempre ser‡ francesa, ya que inclusive en
interŽs art’stico por las obras del pasado. diados del siglo XVÓ 32 muchos ejemplos manifiestan adicional-
Regresa su mirada hacia lo cl‡sico, pero lo Por otro lado, la monarqu’a institucionali-
z— Academias Francesas de Arte en Roma Para ayudarnos a entender de mejor ma- mente, fusiones compositivas con peque-
ve œnicamente como una referencia de y adem‡s traslad— a su pa’s grandes perso- nera el proceso de asimilaci—n en el Rena- –os detalles del arte g—tico, lo que le ha-
conceptos mas no como un modelo f’sico nalidades art’sticas italianas para proyectar cimiento FrancŽs, conviene analizar ade- cen un estilo inconfundible, con verdade-
a imitar. importantes edificios, como en el caso de m‡s lo siguiente: ÒLas influencias cl‡sicas ra identidad propia.
ÒEl gran logro del Renacimiento, fue la re- Sebastiano Serlio, quiŽn a m‡s de su apor- introducidas en Francia al regreso de los Bien sea en Italia como en Francia, fue-
formulaci—n de la gram‡tica de la Anti- te arquitect—nico, se lo reconoce por sus dise–adores franceses en viajes a Italia o ron los arquitectos y te—ricos los que pre-
gŸedad como disciplina universal, la disci- cŽlebres escritos te—ricos. de italianos desterrados, no se desarroll— paran el camino a este nuevo arte. ÒEl pri-
plina, heredada de un pasado remoto y de la misma manera que en Italia. La mer gran arquitecto en el sentido postme-
aplicable a todas las empresas constructi- Una de las m‡s evidentes aproximaciones principal inspiraci—n de los italianos, los
de la transici—n entre el renacimiento ita- edificios romanos, eran escasos y muy le- dieval de la palabra fue el francŽs Philibert
vas honorablesÓ29 liano y el clasicismo francŽs fue el parisi- de l«Orme (1515-70).Ó35 A pesar de que
janos entre s’ en Francia, y la tradici—n de admiraba a Vitruvio y de que se identifi-
De esta manera se da un espacio para la no Pierre Lescot (1510-1578). Se le en- la arquitectura g—tica demasiado fuerte pa-
inventiva y creatividad, y surgen conse- carga la reconstrucci—n y ampliaci—n del ra que muriese f‡cilmente. As’ pues, du- caba con el esp’ritu del clasicismo italia-
cuentemente pensonalidades art’sticas, palacio de Louvre. El clasicismo inspira a rante el siglo XVI los arquitectos france- no, ninguno de sus libros ni sus edificios
que fortalecen regiones enteras en el cam- Lescot, pero ÒPese a que utiliza un voca- ses asimilaron gradualmente las nuevas in- reflejaban un academismo estŽril. Su pen-
po de la arquitectura, principalmente Ita- bulario de influencia italiana, con fronto- fluencias y crearon a partir de ellas y de samiento fue pr‡ctico, aprehensivo y con
lia, que se le conoce mundialmente como nes en las ventanas alternativamente las tradiciones medievales, un estilo fran- mucha personalidad; reflej‡ndose en su
la Cuna del Renacimiento. triangulares y curvil’neos, antecuerpos con cŽs propio.Ó 33 Este es un claro ejemplo de obra, que es considerada uno de los ejem-

Iglesia de Philibert de En el Castillo de Chenonceau, de l«Orme demuestra Castillo renacentista del Fontainebleau, un hito del
l«Orme. todav’a la fuerte influencia g—tica en sus dise–os arquitecto Du Cerceau renacimiento francŽs

16
Fachada oriental del Palacio de Louvre, obra maestra de Claude Perrault, uno de los mejores exponentes del barroco francŽs. Louvre: cœpula en la Vista nocturna de la
fachada frontal obra de P. Lescot

plos vivos del estilo francŽs. Su influencia minante, fue abandonado. Y se adopt— la francesas y que a esto se debe en parte la regocijar‡ luego con las sonrientes fanta-
trasciende por casi tres siglos en la pro- AntigŸedad con m‡s entusiasmo que refle- extraordinaria vitalidad de este edificio, s’as del estilo Luis XV, que se le conoce
ducci—n arquitect—nica en Francia, desde xi—n. As’ pues; el Renacimiento nace en que en una ma–ana de primavera parece lo tambiŽn como el estilo ÒRocailleÓ — Roco-
peque–as residencias hasta palacios reales. Francia y persiste en florecer aœn en nues- m‡s nuevo y fresco que hayan podido ver c—, que lo precedi—.Ó 39
tros d’as. Pero, la influencia g—tica se re- en su vida.Ó 38
Jacques Androuet du Cerceau y Jean Bu- conoce, al comienzo, en las tentativas del
llant, estuvieron tambiŽn entre los pione- arte nuevo, y es reciŽn a principios del si- Dado el hecho que el edificio fue constru’-
ros del Renacimiento francŽs del siglo glo XVII que el Renacimiento prevalecer‡ do durante tanto tiempo y por algunas per-
XVI, donde la tradici—n g—tica se mantu- y triunfar‡Ó 36 sonas, su lectura hist—rica cr’tica es un
vo pujante durante tanto tiempo. ÒEl arte tanto extensa. Pero su fachada oriental, es
g—tico, habiendo perdido su raz—n de ser, de alguna manera un referente did‡ctico,
despuŽs de haber alcanzado su punto cul- del que se podr’a extraer el esp’ritu del Ba-
rroco FrancŽs.
Se analizar‡ ahora el segundo ejemplo.
El barroco y el rococ— en Francia Luis XIV rechaza Par’s como alberge de
29 Summerson, Jhon. ÒEl Lenguaje Cl‡sico de la
ArquitecturaÓ Edit. G.G., Barcelona, 1963
Ahora bien, es oportuno remontarse a ro al final se encarg— la obra a tres hom- todas las funciones de gobierno. En su lu-
gar encarga constru’r una nueva capital en 30 Ssavlievitch Miloutini, Boris. ÒLas Teor’as de
una nueva etapa del clasicismo francŽs, bres: Le Vau, primer arquitecto del rey; la ArquitecturaÓ Edit. Ateneo, Buenos Aires,
que se explica perfectamente a travŽs de Le Brun, su primer pintor; y Claude Pe- Versalles (a varios kil—metros de la ciudad),
que se convertir’a en el monumento m‡s 1949
dos ejemplos: Louvre y Versalles. En estas rrault, mŽdico de increibles conocimientos
obras se podr‡ encontrar la ret—rica, per- arquitect—nicos, de quiŽn curiosamente se espectacular dedicado a la monarqu’a que 31 Alejandro Montiel Mues. ÒEl Renacimiento en
suasiva e imaginativa manifestaci—n de asegura con certeza que fue el m‡s origi- se puede ver en Europa; constru’do entre FranciaÓ en Historia del Arte. Instituto
otros dos lenguajes o interpretaciones del nal e innovador del grupo. 1661 y 1756 por Le Vau y J.H.Mansart Gallach. Barcelona. 1997
clasicismo en Francia. y con un espectacular dise–o de jardines 32 Ssavlievitch Miloutini, Boris. ver 30
ÒEl resultado fue espectacular. Ningœn realizado por Le NotrŽ. Su dise–o fue tan
Cuando volvemos la mirada al Louvre de maestro italiano hab’a conseguido nunca - 33 Risebero, Bill. ÒHistoria dibujada de la
revolucionario, que tuvo influencia inclusi- Arquitectura OccidentalÓ Edit. Hernnan
Par’s, nos topamos con uno de los gran- quiz‡ porque nunca se le di— ocasi—n- ex- ve en la planificaci—n de ciudades, aœn
des monumentos de la arquitectura. Pese poner la arquitectura del templo romano a Blum, Madrid, 1982
hasta nuestros d’as.
a que su construcci—n dur— m‡s de cien esta escala y combin‡ndola con los fines 34 Genovese, Adalberto. ÒHistoria de la
a–os y fue realizada por muchos arquitec- de un palacio.Ó (...) Ò Louvre es un mag- Sin embargo, ya hacia el fin del reinado ArquitecturaÓ, Edit. Hobby, Buenos Aires,
tos en sus diferentes etapas, Òfue Luis n’fico ejemplo de como juega un orden del ÒRey SolÓ, los severos principios cl‡si- 1946
XIV quien decidi— que la fachada oriental cl‡sico para controlar una fachada muy cos se relajaron significativamente en 35 Risebero, Bill. ver 33
fuese una digna culminaci—n del conjun- larga, no solo sin monoton’a sino con in- Francia, donde las formas r’gidas de lo
toÓ37 Se encargaron proyectos a los arqui- genio, gracia y l—gica estŽtica. Se a–adir‡ Antiguo no satisfac’an ya el gusto refina- 36 Ssavlievitch Miloutini, Boris. ver 30
tectos m‡s famosos de Francia y de Ita- œnicamente, en lo que concierne al Louv- do del hombre del siglo XVIII. ÒEl aspec- 37 y 38 Summerson, Jhon. ver 29
lia, inclu’do Bernini -el m‡s grande maes- re, que los adornos labrados tienen una to solemne y real del estilo Luis XIV, se 39 Ssavlievitch Miloutini, Boris. ver 30
tro de ese tiempo- quien visit— Par’s. Pe- fragilidad y una delicadeza t’picamente

Iglesia Barroca de Des Parte posterior de Des Invalides, que alberga a todo Fachada del Palacio de Versalles, producto de dos intervenciones sucesivas, muy distintas en su esp’ritu, la primera
Invalides, de Mansart un complejo que lleva el mismo nombre. de Le Vau, y la siguiente de Jules Hardouin Mansart.

17
El sal—n del Ojo de Buey en Detalle de rejas Hotel Soubise en Par’s, con Sal—n de los Espejos en el palacio de Versalles Vista panor‡mica del conjunto de Versalles. Se
Versalles, un ejemplo del rococ— rococ— de J.Lamour filigranas de oro. destaca el dise–o de jardines de Le NotrŽ.

ÒFrancia ostenta, sin duda, la primacia en ci—n de ondulada liviandad y gracia, muy m‡s palpable y m‡s influyente de esta ten- Aunque suprimi— las Academias, mantu-
el esp’ritu que designamos como rococ— y distante de la pesadez del barroco italia- dencia universal lo di— la Revoluci—n vo al mismo tiempo el principio de la en-
bajo sus directrices toda Europa se afran- no.Ó41 Francesa en el siglo XVIII. Sus efectos se–anza especializada que las hab’a carac-
cesaÓ40 En este estilo destaca la abundan- El desarrollo de la arquitectura francesa se marcaron un hito indiscutible en la evolu- terizado. Pero incluy— la ense–anza del di-
cia de elementos ornamentales, pero con detiene durante la Revoluci—n; en conse- ci—n art’stica mundial. bujo entre clases sociales m‡s amplias, in-
gran tendencia a la disminuci—n y a la pe- cuencia, los arquitectos teorizantes tales cluyŽndola en el curriculum de las escue-
que–ez. De alguna manera, el Òafrancesa- Antes de la Revoluci—n y de la creaci—n de las pœblicas, y en particular en la Escuela
mientoÓ resulta casi como un tŽrmino de como Bonfrand, Blondel (el joven) y Bri- museos (a travŽs de la misma), s—lo se po-
seaux, llegan a ser los representantes m‡s d’a aprender arte en los estudios de los Central de Obras Pœblicas, que inclu’a la
identificaci—n del Rococ—, un estilo carga- autorizados del estilo Rocaille. ense–anza de la arquitectura. ÒFinalmen-
do de ilusionismo. maestros, y conocer exclusivamente las te, el gran interŽs del Estado en las orga-
Este per’odo tuvo una corta duraci—n obras de Žstos. El arte manten’a su limi- nizaciones art’sticas se manifest— al crear-
Este estilo se manifiesta en s’; ligero, (1720 a 1750), pero esta brevedad no sor- tado c’rculo social, pues era considerado
atractivo y natural; con una sensualidad propiedad exclusiva de algunos privilegia- se las Communes des Arts a finales del si-
galante y caprichosa, pero ser’a un error prende, puesto que est‡ causada m‡s que glo XVIII. No inclu’an artista privilegia-
por su degeneraci—n interna, por la proyec- dos. ÒSe necesit— de la Revoluci—n para re- do algunoÓ44
considerarlo como un per’odo de trivial ci—n de un nuevo idealismo cl‡sico. Pero coger los tesoros de las colecciones reales,
frivolidad. ÒSi bien la denominaci—n de es necesario reconocer, que tambiŽn resul- de los monasterios y de los individuos ri- A partir de este hecho, a Par’s no s—lo se
rococ—, es de origen italiano y original- t— ser uno de los m‡s importantes aportes cos para que los ojos de los artistas se le identifica como el modelo irradiante de
mente tuvo un sentido despectivo (para se- estil’sticos de la cultura francesa a su pro- abrieran a las inmensas posibilidades de la ÒLibertad, Igualdad y FraternidadÓ, sino
–alar un arte resultante de la degeneraci—n pia identidad arquitect—nica. educaci—n directa, rica en toda experiencia que se convierte en la LUZ del pensa-
del barroco) finalmente con el transcurso humanaÓ 42 miento ilustrado, la ciudad matriz de la
del tiempo distingue y emana una sensa- moda y el comercio, el primer destino de
ÒSolamente la Revoluci—n pod’a llevar a viaje de artistas e intelectuales de todo el
La revoluci—n francesa y el siglo de las luces cabo esa liberaci—n de los artistas y divul- mundo, adem‡s de ser principalmente, la
gar sentimientos art’sticos entre las masas; referencia de modelos pedag—gicos y de
Par’s como modelo mundial de conceptos y estilos arquitect—nicos s—lo ella pod’a enriquecer y democratizar la
informaci—n y m‡s que todo desarrollar la conceptos y estilos arquitect—nicos.
ÒUna de las batallas que se libr— en la etapa dieciochesca tuvo lugar en el terreno de las ideas
religiosas y filos—ficas y en el campo de la ciencia. Y es que el siglo XVIII se denomin— preci- sensibilidad, el pensamiento y la concien-
samente el Siglo de las Luces porque se buscaba una luz nueva, porque se esperaba del esp’ri- cia de los artistas, renovando de este mo-
tu lo que hasta entonces se hab’a esperado del alma. Fue as’ como se fue imponiendo la filoso- do aquellas fuerzas de la transformaci—n
f’a racionalista y el sistema art’stico-cultural de la ilustraci—nÓ humana y la autoexpresi—n intelectual que
caracterizan la prodigiosa evoluci—n del ar-
Alejandro Montiel Mues, en ÒHistoria del ArteÓ
te mundial en todo el siglo XIXÓ 43
Bien se sabe que el arte en casi todos los entero -y en especial AmŽrica- vive una Desde el punto de vista de la educaci—n ar-
casos, corresponde directamente a la inter- corriente independentista sin precedentes, t’stica, los logros de la Revoluci—n fueron
pretaci—n de fen—menos sociales acordes a que abre nuevas fauces en el pensamiento a la vez conservadores y democr‡ticos.
cada Žpoca. En el siglo XIX, el mundo colectivo de los pueblos. Quiz‡s el ejemplo

Le Brun Le NotrŽ Jules H. Mansart

18
Conjunto residencial dise–ado por Arco dise–ado por Blondel
Fran•ois Mansard

Francia y la influencia de sus principales teorizantes participaci—n en el Louvre, y se dijo ade- de toute l«architectureÓ. A simple vista
m‡s que el a pesar de ser mŽdico de pro- parec’a otra revisi—n cr’tica de los —rdenes,
Siglos XVII y XVIII fesi—n, fue considerado como un cŽlebre como los trabajos anteriores realizados por
Los protagonistas y la esencia Se cita la famosa obra de Roland FrŽart te—rico de la arquitectura. El dej— una obra sus antecesores, pero es mucho m‡s que
de sus teor’as de Chambray : ÒParalelo de la arquitectu- original: ÒOrdonnances des cinq esp•ces eso. ÒCordemoy no quer’a solamente libe-
ra antigua y modernaÓ (1650), un verda- de colonnes selon la mŽthode del anciensÓ rar los —rdenes de toda afectaci—n, de to-
Antes de analizar individualmente a los (1683). A m‡s de hablar de —rdenes y de do tipo de distorsiones; quer’a acabar con
principales te—ricos franceses de estos dos dero hito dentro de la teor’a arquitect—ni-
ca; trabajo inspirado netamente en el esp’- estŽtica, su obra se fundament— en la li- la utilizaci—n ornamental de los —rdenes,
siglos, se hace notar una caracter’stica bertad del artista en lo concerniente a las acabar con lo que Žl llamaba muy certera-
comœn en todos ellos. Su base es exacta- ritu cl‡sico, poniŽndo especial Žnfasis en
la arquitectura griega, como el modelo es- proporciones, desencadenando en este mente <arquitectura en relieve>. Su
mente la misma: la obra de Vitruvio. El punto como es l—gico, mucha polŽmica con aproximaci—n es una especie de primitivis-
problema de la proporci—n, es casi el pun- tŽtico perfecto. Sostiene adem‡s que la be-
lleza de un edifico, depende ante todo; de su predecesor Blondel. mo met—dico que rasga en mil pedazos to-
to central de todas sus obras. ÒPero el es- da la elaborada lingŸ’stica de la arquitec-
tudio de este problema no sobrepasa casi la observaci—n de las proporciones. Su Pero el tratado de Claude Perrault tiene
pensamiento en general, se resume en una trascendental importancia, en el sentido de tura, todo el velo de misterio y drama, to-
los preceptos modulares de los te—ricos ita- do el juego brillante de los maestros italia-
lianosÓ45 sola frase: ÒNo hay censura m‡s grande a que a travŽs de Žste, se define el CLASI-
los ojos de cualquiera que entienda de ar- CISMO FRANCES y su ense–anza a nos, y quiere conseguir que los —rdenes
Se podr’a empezar este peque–o an‡lisis, quitectura, que el reproche de no saber en- travŽs de la creaci—n de la Academia; es hablen de nuevo su propio y primigenio
por el indiscutible maestro iniciador del contrar las proporciones exactasÓ47 decir, ya no es suficiente la asimilaci—n ar- lenguaje funcional, ni m‡s ni menosÓ49
clasicismo francŽs del siglo XVII. Fran- bitraria de un Tratado, sino que se crea
•ois Mansard. El es el primer arquitecto Luego de Chambray, nos encontramos 40 Alejandro Montiel Mues. ÒEl Rococ— en
con el arquitecto Fran•ois Blondel. Su una estructura docente, a partir de la en- FranciaÓ, Historia del Arte. Instituto Gallach.
independiente, liberado de toda tendencia se–anza de la cada una de las disciplinas
g—tica. El introduce y reinterpreta en obra se concibe, como la de FrŽart, bajo Barcelona.
un fin puramente pr‡ctico, y llega a esta- de la arquitectura.
Francia el arte del Renacimiento italiano. 41 Bueno, Ricardo. Enciclopedia de los Estilos
ÒLos grandes arquitectos tales como Bra- blecer un estudio de los —rdenes en gene- Pero a pesar de ser uno de los mejores Decormundo. New York. Tomo VI. 1977
mante, Vignola y Palladio, tuvieron en ral y su aplicaci—n a problemas estŽticos, adeptos al pensamiento vitruviano, quiz‡
especialmente el de las proporciones. Pero 42 Thorez, Ducl—s. La Revoluci—n Francesa y las
Mansard, artista de gran talento, su m‡s se tom— demasiadas libertades al interpre- Bellas Artes. Editorial Grijalbo, Barcelona,
digno sucesorÓ46 Blondel se inspira m‡s en la arquitectura tar las Òcorrecciones definitivasÓ de las que
italiana que en la griega, admirando con 1968
tantas veces habl— Vitruvio. ÒSin haber
Fran•ois Mansard, fue un arquitecto to- insistencia las obras de Vignola, de Palla- comprendido a su gran maestro, Perrault 43, 44 Idem
talmente pr‡ctico (como lo fuŽ Brunelles- dio y de Scamozzi, quienes resultar‡n la tradujo este principio bajo la forma de una 45 Ssavlievitch Miloutini, Boris. ÒLas Teor’as de
chi para Italia, en relaci—n al te—rico Al- m‡s cercana influencia para su producci—n especie de invitaci—n a la licencia, y quiz‡s la ArquitecturaÓ Edit. Ateneo, Buenos Aires,
berti), y a pesar de no haber dejado nada arquitect—nica. hasta la anarqu’aÓ48 1949
escrito, su influencia se hace sentir de for-
ma contundente, en los tratados de Blon- DespuŽs de FrŽart y Blondel, el tercer te—- En el siglo XVIII, el principal arquitecto 46, 47, 48 Idem
del, de Perrault y de FrŽart de Chambray, rico importante del siglo XVII es Claude teorizante fue M. de Cordemoy. Public— 49 Summerson, Jhon. ÒEl Lenguaje Cl‡sico de la
de quienes se hablar‡ a continuaci—n. Perrault. Ya se coment— anteriormente su un libro denominado el ÒNouveau TraitŽ ArquitecturaÓ Edit. G.G., Barcelona, 1963

Dibujos de los tratados de Perrault y Biseaux, en donde analizan las


proporciones y la estŽtica de la arquitectura cl‡sica

19
El Coliseo de Roma, uno de los El Arco Romano fue
grandes modelos a seguir retomado en la arq. francesa

Si bien es cierto, este razonamiento enca- das) bajo las mismas concepciones estŽti- El neocl‡sico francŽs
jaba de alguna manera con el pensamien- cas. TambiŽn es necesario acotar, que a pe-
to francŽs de la Žpoca; pero Òno result— ni sar de que casi todos los tratadistas hablan Como hito en la historia de la arquitectura
siquiera en la teor’a porque los propios —r- de las Òbellas proporcionesÓ, ninguno se ÒLa belleza de la arquitectura no depende ni de la grandeza de los edificios, ni de
denes, tal como se encontraban en las explica objetivamente sobre las causas de la suntuosidad de los materiales, ni de sus riquezas y acumulaci—n de adornos:
obras romanas, distaban mucho de ser pri- su belleza, confirm‡ndonos una vez m‡s, cosas que deslumbran al vulgo. Mucho menos consiste en el capricho o en la mo-
mitivos y funcionales, y estaban, por el la subjetividad del problema estŽtico, en las da. La belleza arquitect—nica es positiva, universal y constante. ÀQuŽ puede te-
contrario, altamente estilizados.Ó50 diferentes etapas de la historia. ner de arbitrario si todo se extrae de la naturaleza, que es siempre la misma en
Finalmente, siguiendo de alguna manera todas partes? La unidad, la variedad, la armon’a, la regularidad, la elegancia, la
el camino dejado por Cordemoy, le siguen simetr’a, la conveniencia son todo materias que tienen leyes fijas y que siempre
otros teorizantes, que abordan m‡s pro- gustan a todos los seres racionales.Ó
fundamente el problema de la estŽtica: Le Francesco Milizia, Principios de arquitectura civil, 1781
Clerc, Jacques Blondel, Germain Boffrand
y Etienne Briseux. Se destaca Žste œltimo Desde mediados del siglo XVIII, se produ- verdadera renovaci—n cultural, porque no
por su ÒTraitŽ du beauÓ, en donde propo- ce un radical cambio de pensamiento art’s- existe ya l’mite entre las reglas generales y
ne demostrar f’sicamente y por la expe- tico con respecto a las preexistencias. Es- las realizaciones concretas, y los supuestos
riencia, la analog’a existente entre la rela- to en gran medida se produce a ra’z de modelos pueden ser conocidos con toda la
ci—n de la belleza arquitect—nica y la belle- nuevos e importantes descubrimientos ar- precisi—n que se desee. La adecuaci—n a
za musical, ambas reposadas sobre un es- queol—gicos: Pompeya, Paestum, las Rui- estos modelos depende s—lo de una abs-
tudio de proporciones y nœmeros fijados nas de Herculano, el Monte Pallatino, en- tracta desici—n del artista, tomada fuera de
por las leyes. tre otros; que inmediatamente logran en- toda condici—n real. El CLASICISMO,
La estŽtica numerada puede resultar un focar el interŽs de los estudiosos para in- desde el momento en que viene precisado
interesante estudio, pero quiz‡s en el fon- dagar profundamente en sus valores arqui- cient’ficamente, se transforma en una
do err—neo. La explicaci—n del fen—meno tect—nicos y conservarlos. A partir de este convenci—n arbitraria, en NEOCLASI-
estŽtico siempre escapa a la mera raz—n y hecho se demuestra la existencia de c—di- CISMO.Ó 51
nunca se aferra exclusivamente a nœme- gos m‡s complejos dentro del supuesto de- Caso similar ocurre a ra’z de este fen—me-
ros. sarrollo lineal del sistema cl‡sico. no, ya que aparecen los revivals; es decir,
De este estudio se puede concluir, que en- Las reglas cl‡sicas, como la proporci—n, el el neog—tico, el neobizantino, el neo‡rabe,
tre los tratadistas del siglo XVII, domina ritmo y la simetr’a; una vez reconocidas y y as’ indefinidamente. Los escritores an-
sobre todo el esp’ritu cient’fico y te—rico, estudiadas, se mantienen como el modelo glosajones llaman a este movimiento,
mientras que en el siglo XVIII este esp’- a imitar por los artistas contempor‡neos. ÒHistoricismoÓ.
ritu se modifica al pensamiento pr‡ctico y ÒAs’, en apariencia no cambia nada, por- La unidad de lenguaje arquitect—nico sur-
racional, pero ambos momentos se desa- que se continœa haciendo uso de las mis- ge en este momento por el conocimiento
rrollan (con las excepciones ya comenta- mas formas, pero en el fondo acaece una objetivo y sistem‡tico de los monumentos

El Arco del Triunfo, un Iglesia La Madeleine, isapirado en un


s’mbolo de Par’s templo corintio sobre podio romano

20
Interpretaci—n inglesa de
la caba–a de Laugier

hist—ricos, lo cual permite al artista el imi- nueva corriente estil’stica, llevada por la fi- preocup— casi exclusivamente a los te—ricos tectura realizada a partir de 1755, refleja
tar fielmente un determinado estilo del losof’a de que la belleza del arte, se en- franceses de los siglos XVII y XVIII. ÒNo la influencia de las innovaciones de Lau-
pasado, Òpero los estilos son tantos y pre- cuentra œnicamente en la antigŸedad cl‡- fue en Italia sino en Francia donde surgie- gier, o el rechazo expl’cito a estas opinio-
sentes a la vez en la mente del proyectis- sica. Este pensamiento asienta bases en ron los que se la formularon con mayor nes. La revoluci—n intelectual, preparato-
ta, que, en su conjunto el repertorio his- Bellori, un importante te—rico de esa Žpo- insistencia. Supongo que era natural que ria de la gran crisis pol’tica, facilitaba
t—rico es totalmente discont’nuoÓ. 52 ca, quien cuestiona y critica la arquitectu- el esp’ritu cr’tico surgiera, no en la patria tambiŽn la vuelta a la sencillez antigua.
ÒEl ESTILO se limita a apariencias for- ra del renacimiento. El sosten’a que: ÒLa de la arquitectura cl‡sica, Italia, sino en Como ejemplo, se citar‡ el edificio que
males en los objetos, por lo que se tiende idea nace de la observaci—n de la naturale- un pa’s donde hab’a sido absorvida y adap- quiz‡s encarna su pensamiento de un mo-
a limitar cada vez m‡s tal concepto, con- za, la supera y la convierte en arteÓ, acla- tada a costa de desplazar a la m‡s intelec- do espectacular: el Panthe—n de Par’s,
sider‡ndolo finalmente como una simple rando l—gicamente, que se consideraba a la tual de todas las tradiciones arquitect—ni- realizado por Jacques-Germain Soufflot.
revestidura decorativa, aplicable a un es- antigŸedad cl‡sica, como producto de la cas medievales. En cualquier caso, fue en ÒEl Panthe—n es el primer edificio impor-
queleto general dado. El arquitecto se re- naturaleza misma. ÒEl uso del lenguaje Francia donde, a partir del siglo XVII, tante que cabe calificar de NEOCLASI-
serva la parte art’stica, dejando a otros la cl‡sico de la arquitectura ha implicado, en empezaron las preguntas sobre la autŽnti- CO, tŽrmino que ha llegado a aplicarse a
construcci—n y la tŽcnicaÓ.53 Los arquitec- todas las Žpocas que ha alcanzado gran elo- ca naturaleza de los —rdenes y sobre el mo- toda arquitectura que, por un lado, tiende
tos se constituyen en esta Žpoca, en los cuencia, una cierta filosof’a. No podemos do en que deb’an utilizarse en los edificios hacia la simplificaci—n racional (propugna-
grandes COMPOSITORES DE FA- usar amorosamente los —rdenes a menos modernos. Se aceptaba la Òrectitud natu- da por Laugier y Cordemoy), y por otro
CHADAS, ya que Žstas se forman de la que los apreciemos y no podemos apreciar- ralÓ de los —rdenes, y la primera preocupa- busca presentar los —rdenes con la m‡s ex-
adici—n y sustracci—n de los elementos ar- los sin estar convencidos de que encarnan ci—n de los cr’ticos franceses era asegurar trema fidelidad de anticuario. La raz—n y
quitect—nicos de uno u otro estilo del pa- algœn principio absoluto de verdad o belle- su integridad y su pureza.Ó56 la arqueolog’a son los dos elementos com-
sado; generando a su vez un estilo propio zaÓ54 Basta con recordar a Laugier, y su teor’a plementarios que conforman el Neoclasi-
e identificables. Compete al arquitecto en- La fŽ en la autoridad fundamental de los de la caba–a primitiva. Su pensamiento es cismo y lo diferencian del Barroco.Ó 57
contrar el equilibrio, la escala y la propor- —rdenes se traduce indiscutiblemente en la clave para entender la arquitectura de la El ideal Neocl‡sico (sutentado en estas
ci—n de cada elemento, para de su compo- profunda veneraci—n a Roma. Quiz‡s esto Žpoca. Para Žl, el edificio ideal deb’a estar
sici—n obtener un resultado arm—nico y se complete y se explique de mejor mane- excento de toda arquitectura en relieve, y
agradable. ra a travŽs del hecho de que Òla arquitec- formado enteramente por columnas, co-
Es as’ como aparece la idea de ESTILO, tura romana descend’a, a travŽs de la grie- lumnas sustentadoras de vigas, sustentado- 50 Summerson, Jhon. ÒEl Lenguaje Cl‡sico de la
donde a partir de clasificar depuradamen- ga, de la Žpoca m‡s primitiva de la histo- ras de una cubierta. Lo cierto es que en ArquitecturaÓ Edit. G.G., Barcelona, 1963
te los elementos formales del pasado, se ria humana, por lo que estaba dotada de 1753, el libro de Laugier ÒEssai sur l«Ar-
una especie de rectitud natural; era, en chitectureÓ, fue literalmente ÒdevoradoÓ 51 BenŽvolo, Leonardo. ÒHistoria de la
establecen las particularidades y especifi- realidad, casi una obra de la naturaleza.Ó55 por los franceses, e inmediatamente tradu- Arquitectura ModernaÓ Volumen Primero.
dades de cada per’odo hist—rico de la ar- cido en Inglaterra y Alemania, en donde Instituto Cubano del Libro. La Habana.
quitectura. Como analizamos anteriormente (en su contenido fue aceptado o criticado por 1975.
L—gicamente, en Europa se produce una ÒFrancia y la influencia de sus principales los te—ricos. Pero asimismo es justo reco- 52, 53 Idem
Òsugesti—n colectivaÓ que detona en esta arquitectos teorizantesÓ), la pregunta sobre nocer, que de una u otra forma la arqui-
la naturaleza de los —rdenes, fue algo que 54, 55, 56, 57 Summerson, Jhon. ver 50

El Pante—n de Par’s, el m‡s puro ejemplo de la


arquitectura neocl‡sica francesa

21
El proyecto empieza a tener Detalle interior, de total
documentos completos lenguaje neocl‡sico

dos variables), tiende a convertir de algu- curso de la interpretaci—n que caracteriz— la aparici—n de museos, como uno de los una secuencia de pasos determinados que
na manera a la arquitectura en un mode- al Renacimiento. Pero desde el punto de logros que alcanzar’a la Revoluci—n Fran- facilitan el proceso de dise–o del nuevo
lo f’sico y academicista a imitar de la An- vista neocl‡sico, se cree v‡lido entender el cesa, en el campo art’stico. edificio, aunque Žste no tenga anteceden-
tigŸedad a diferencia del modelo ideal que pasado atravŽs de un acto cr’tico y espec’- El Neocl‡sico FrancŽs comprende a su vez tes tipol—gicos, ni del repertorio formal.
extrajo la arquitectura del Renacimiento fico, y no de interpretaciones que muchas dos subestilos claramente definidos: el es- Al fen—meno arquitect—nico se suma tam-
de la misma. veces cargan un enorme peso de subjetivi- tilo Luis XVI y el estilo Imperio. En el biŽn, la incidencia directa de la racionali-
Pero a la vez, la moda neocl‡sica en Fran- dad. primero prevalece una tendencia clasicista dad de la ciencia y de las m‡quinas. Mu-
cia ven’a preparada por las restricciones de Pero no hay que descocer la labor de im- fr’a y acadŽmica, en la que el artista crea- chos teorizantes francesces como Diderot,
la Academia, aceptando en parte al barro- portantes te—ricos en el desarrollo del pen- dor apenas tiene posibilidad de expresar su vincularon el concepto de belleza y funcio-
co s—lo para el interior de los edificios. La samiento neocl‡sico. Se destaca el francŽs personalidad, mientras que el otro se ca- nalidad arquitect—nica, compar‡ndolo ana-
f—rmula: Òlos —rdenes estrictamente mesu- Quatemere de Quincy, con su ÒDicciona- racteriza por su grandiosidad y colosalis- l—gicamente con las partes de una m‡qui-
rados por fuera, la decoraci—n rococ— por rio Hist—rico de la ArquitecturaÓ y el ale- mo, basado e inspirado en las formas ro- na y sus relaciones.
dentroÓ 58 m‡n J. Winckelmann, quiŽn parte de las manas, de las que Bonaparte se abandera- De alguna manera, en la arquitectura neo-
Se puede tambiŽn analizar otro fen—meno ideas de Bellori clasificando la historia en r’a. Fue el mismo Napole—n, quien susti- cl‡sica, las funciones corresponden a ne-
que aparentemente resultar’a un poco tratados. tuye a la Academia Real, por la Ecole cesidades individuales y colectivas, esta-
contradictorio: el hombre del neocl‡sico Entre sus obras se destaca su famosa Polytechnique, nueva instituci—n encarga- blecidas por la sociedad burguesa. Por es-
tiende a imitar racionalmente el modelo ÒHistoria del Arte en la AntigŸedadÓ, que da de difundir los principios neocl‡sicos y te motivo se crean nuevas respuestas tipo-
de la antigŸedad, pero se siente protago- orient— la nueva tendencia general de las formar tecnicos que respondieran a las exi- l—gicas dentro de la arquitectura, como:
nista de su presente, separado totalmente artes hacia las formas cl‡sicas. Aclara a su gencias de la burgues’a. hospitales, establecimientos educativos, bi-
del pasado. En otras palabras, el pasado es vez que el Neocl‡sico en lugar de estar ins- Se le encarga impartir la c‡tedra de la bliotecas, edificios de gobierno, etc., que
sin—nimo de belleza, pero es ajeno al pre- pirado en las obras romanas, lo est‡ en las ÒEcoleÓ a J.N.L. Durand (1760-1834) y marcar‡n un Òestilo institucionalÓ f‡cil-
sente, pues lo ha ÒsuperadoÓ. Esta es otra griegas y luego de un breve lapsus en que es aqu’ donde empieza a surgir el concep- mente reconocible, que trascendi— con fa-
diferencia con el Renacimiento, puesto aœn se siente el influjo barroco, este nue- to de PROYECTO, que se acoger‡ en to- cilidad las fronteras europeas.
que en esa Žpoca, el hombre tiende a sen- vo estilo que nace en Francia, se extiende do el siglo XIX y parte del XX. Este mŽ- En un enfoque m‡s profundo -y casi nun-
tirse parte de la antigŸedad, a pesar de que por todos los pa’ses europeos. todo se basa en el sistema de dise–o en ca analizado-, tambiŽn es necesario admi-
la interpreta. A su vez, este afecto hacia el pasado se planta, a partir de la estructura compositi- tir que los pensadores del ÒGran SigloÓ
El imitar un modelo f’sico, fue de alguna manifiesta en otro fen—meno. Las clases va cl‡sica, con la clasificaci—n de las fun- prestaron al pasado algo m‡s que un inte-
manera el factor que hizo a las Òpersona- intelectuales se empiezan a preocupar de la ciones segœn su jerarqu’a. Una vez resuel- rŽs arqueol—gico; para muchos era una de
lidades de la arquitecturaÓ, tender a desa- destrucci—n de diferentes bienes art’sticos ta la planta con sus componentes funcio- las claves para el futuro del hombre. ÒLos
parcer. Al contar con reglas claras de di- y se crean verdaderas instituciones con la nales y constructivos se realiza la eleva- philosophes franceses y sus colegas alema-
se–o, la identidad arquitect—nica pierde la finalidad de conservarlos, demostrando as’ ci—n, donde se empieza a ÒarmarÓ los ele- nes difer’an entre s’ en muchos aspectos;
posibilidad de personalizarse. La inventiva la autonom’a del arte sobre temas pol’ti- mentos compositivos (frontones, colum- pero compart’an tambiŽn muchas ideas
individual es casi anulada por el Academi- cos. As’ comienza el per’odo emp’rico de nas, cornisas, etc.) segœn la caracterizaci—n b‡sicas. Buscaban una explicaci—n racio-
cismo, perdiendo al mismo tiempo el re- la restauraci—n, que se reforz— adem‡s con o reconocimiento de la funci—n del edifi- nal de la existencia, y al creer que la com-
cio. De esta manera, este mŽtodo sugiere

Proyecto para el templo de la Raz—n, del arquitecto ut—pico Louis BoullŽ. Otro proyecto fant‡stico, ahora de forma
BoullŽ, quiŽn fue todo un revolucionario para su Žpoca. piramidal, que inscribe en su base un front—n cl‡sico

22
Barri•re de la Villete, uno de los pocos edifi-
cios conservados de Claude Ledoux.

prensi—n humana era capaz de resolver los como Òlos utopistas revolucionariosÓ y a ra definir esta posici—n, que trata a su vez aport— a que se retome modelos propios.
problemas del mundo, preve’an un mundo pesar de que crearon y teorizaron mucho en convertirse en una corriente estil’stica En el caso de Francia, l—gicamente fue la
mejor. Su idea de progreso, basado en va- m‡s de lo que construyeron; tambiŽn juga- que acoje las necesidades -materiales y cul- arquitectura Neog—tica la que tuvo total
lores que de alguna forma se hab’an per- ron un papel muy importante para cerrar turales- de grupos sociales diferenciados. protagonismo en la corriente eclŽctica eu-
dido, presentaba un desaf’o intelectual sin el cap’tulo de la historia arquitect—nica de ÒLa preocupaci—n por un estilo lo m‡s pu- ropea. M‡s adelante se detallar‡ la filoso-
precedentes a la sociedad de la Žpoca.Ó 59 Francia hasta el siglo XVIII, puesto que ro posible, libre de la tradici—n cl‡sica, f’a de su principal exponente.
As’ pues, los te—ricos de la arquitectura de son ellos los que demuestran con mayor comport— una nueva manera de construir Pero as’ mismo, se acoge con entusiasmo
finales del siglo XVIII, fueron alcanzados contundencia la oposici—n ideol—gica al y el desarrollo de otra concepci—n formal la corriente neorenacentista, y se da un
por el revolucionario pensamiento de los misticismo barroco, propugnado por la de la arquitectura.Ó61 Pero obviamente, interŽs especial por retomar la decoraci—n
philosophes. ÒLos edificios deb’an expresar simplicidad de sus dise–os con formas geo- esto trajo como consecuencia una enŽrgica neobarroca y rococ—, principalmente para
la grandeza esencial del hombre tanto por mŽtricas puras. reacci—n entre muchos te—ricos, que lo arquitectura de interiores. Uno de los me-
su sublimidad como por su referencia a su consideraron un estilo ambiguo porque de jores ejemplos es la Opera de Par’s, reali-
glorioso pasado. La sublimidad era capaz alguna manera significaba renunciar a una zada por Garnier entre 1861 y 1875. En
de hacer an‡lisis: los edificios deber’an ser personalidad propia y claramente reconoci- ella se manifiesta toda la inventiva y fas-
grandes, sencillos, sombr’os, misterio- ble. tuosidad eclŽctica, marcando as’ la transi-
sosÓ60 Los dos m‡s grandes exponentes de El Eclecticismo, a pesar de sus objetivos ci—n del clasicismo de principios del siglo
esta escuela fueron Etienne Louis BoullŽ poco definidos, result— ser un movimiento XIX hacia la modernidad, que vendr‡ re-
y Claude Nicolas Ledoux. Se los conoc’a de ruptura con la Academia, en donde presentada posteriormente por el Art
empieza a darse una verdadera identifica- Nouveau.
El eclecticismo del siglo XIX: ci—n con la ÒintemporalidadÓ de la arqui-
La recuperaci—n de estilos en Francia tectura pasada y a retomar ciertos rasgos
de diferentes etapas de la misma, en el
La arquitectura occidental de mediados caci—n y las particularidades de los ele- sentido de tratar de producir resultados ar-
del siglo XIX cambiar’a radicalmente sus mentos formales del pasado, permiten a quitect—nicos favorables, y donde sus men-
postulados a partir del nacimiento de un los arquitectos utilizar libremente estas 58 Genovese, Adalberto. ÒHistoria de la
talizadores quisieron demostrar a travŽs de ArquitecturaÓ, Edit. Hobby, Buenos Aires,
nuevo movimiento de esencia rom‡ntica, ÒherramientasÓ para caracterizar la nueva sus obras, que si se pod’a llegar a la belle-
que se ir’a en contra de toda tradici—n arquitectura del siglo XIX. Por otra par- 1946
za y unidad arquitect—nica, retomando y
acadŽmica y se abanderar’a m‡s bien, de te, el contacto con culturas extraeuropeas, compatibilizando elementos de diferentes 59 Risebero, Bill. ÒHistoria dibujada de la
un tratamiento m‡s libre y puro, inspir‡n- incita a indagar cada vez m‡s en otros re- etapas de la historia, en un œnico y depu- Arquitectura OccidentalÓ Edit. Hernnan
dose para ello en recuperar modelos esti- pertorios formales, ajenos -en ese tiempo- rado resultado de Composici—n Arquitec- Blum, Madrid, 1982
l’sticos del pasado, llegando inclusive a re- a la preestablecida ÒpoŽtica del ordenÓ, lo t—nica. 60 Idem
tomar formas no clasicistas. que concedenar’a a posteriori a recombi- 61 Alejandro Montiel Mues. ÒEl EclecticismoÓ,
Por otro lado, el nacionalismo y el culto
Al haber nacido anteriormente el concep- nar diferentes c—digos formales. rom‡ntico-historicista de cada pueblo Historia del Arte. Instituto Gallach.
to de Estilo, consecuentemente la clasifi- Surge el tŽrmino ECLECTICISMO, pa- Barcelona.

La Opera de Garnier, el mejor ejemplo francŽs


de la arquitectura eclŽctica

23
Proyectos de Viollet-le-Duc, inspirados totalmente en la arquitectura g—tica

El neog—tico y Viollet-le-Duc El estilo neocl‡sico francŽs en latinoamŽrica


Como principal protagonista del siglo XIX
Al haber realizado un an‡lisis de los prin- necesidad escapan casi siempre al fen—me- Al haber analizado el fen—meno de los Un factor importante para el desarrollo
cipales arquitectos teorizantes de los siglos no estŽtico. Es el sentimiento del artista, puentes culturales, se puede deducir que el del Neocl‡sico en AmŽrica Latina, fue la
XVII y XVIII en Francia, se localiza in- es el eslab—n que faltaba en los tratados arte europeo -no hisp‡nico- es el principal gran crisis europea de 1875 que provoc—
sistentemente una debilidad comœn a to- clasicistas, y donde verdaderamente da lu- referente cultural de latinoamŽrica a fina- la migraci—n de arquitectos y urbanistas,
dos ellos: El descuido de indagar profun- gar la base de la estŽtica. les del siglo XIX y principios del XX. En los cuales optaron por reconstruir sus for-
damente en los fen—menos estŽticos, pues- Al ser autodidacta, encuentra en el estilo esta etapa Europa se convierte en una mas de vida. Las migraciones se dieron
to que en este tema, la mayor’a de res- g—tico, toda la esencia de su pensamiento. fuente insaciable de inspiraci—n para todas principalmente en Argentina, Uruguay y
puestas carecen de especificidad. las artes, y en especial la arquitectura. Chile.
ÒPas— la mayor parte de su vida interpre-
Por el contrario, se va a a analizar al pri- tando la arquitectura g—tica como un mo- En las ciudades latinoamericanas durante Hablando en tŽrminos generales, en las
mer arquitecto en el que se encuentra una do totalmente racional de construir y des- este per’odo, se observa que predomin— la ciudades latinoamericanas Òel Neocl‡sico
teor’a totalmente cargada de objetividad. puŽs, en sus conferencias, desafi— al mun- influencia del neoclasicismo francŽs. se retard— por la fuerza de las tradiciones
ÒViollet-Le-Duc (1814-1879) es el primer do moderno a crear una arquitectura mo- Pero al empezar el an‡lisis, es necesario enraizadas en el Barroco, el realismo -cu-
estŽtico propiamente dicho, el estŽtico que derna a base de hierro y vidrio, adem‡s de aclarar primeramente que en latinoamŽri- ya se–era expresi—n es el retrato de la nue-
investiga.Ó62 Sus obras te—ricas represen- madera y mamposter’a, una arquitectura ca resultar’a muy ambiguo hablar de un va clase alta y de los prohombres de la in-
tan un aporte invaluable para la enuncia- tan econ—mica y racional como la g—ti- neoclasicismo puro. En realidad, si se ha- dependencia- y la incursi—n de la moda
ci—n de conceptos en el campo de la estŽ- ca.Ó63 La arquitectura g—tica es para Žl, ce una lectura hist—rico-cr’tica rigurosa, se procedente de Francia en momentos en
tica arquitect—nica. un estilo combinado que sintetiza todos forma parte de una corriente eclŽctica e que comenzaba el paisaje y el romanticis-
mo. El Neocl‡sico se instal— casi solo en
Mientras que Vitruvio y todos sus fervien- los momentos hist—ricos y simboliza a
posteriori la utilizaci—n del acero. interpretativa; haciendo un an‡lisis m‡s la arquitectura, un tanto comprimido por
tes seguidores buscaron la belleza arquitec- complejo en donde influye en gran medi- los grandiosos edificios coloniales. Gener—
t—nica en las relaciones anal’ticas o arit- Con apenas 24 a–os, ya forma parte del da el factor de adaptaci—n propio a cada muy poca pintura (excepto para decoracio-
mŽticas basadas en un Òm—duloÓ, Viollet- Consejo de Construcciones de Francia. Es una de las heterogŽneas singularidades nes) y casi ninguna esculturaÓ64
Le-Duc crea una verdadera revoluci—n al el autor del cŽlebre ÒDiccionario Razona- hist—ricas de las ciudades latinoamerica-
aplicar encontrarla en relaciones geomŽtri- do de la Arquitectura FrancesaÓ, conside- nas. Pero lo que no se puede desconocer, TambiŽn es necesario mencionar, que el
cas o gr‡ficas. No solamente se contrapu- rada una de las mejores obras te—ricas de es que a pesar de esa relativa Òcompleji- Neocl‡sico no se extiende de una forma
so a estas relaciones, sino tambiŽn a todo todos los tiempos; entre su arquitectura dadÓ interpretativa, el neocl‡sico francŽs uniforme, pues se desenvuelve en sectores
el esp’ritu cl‡sico. (de puro estilo neog—tico) se destaca la res- es indudablemente la influencia de mayor ÒpropiciosÓ dependiendo de su cultura y su
protagonismo en la producci—n de las m‡s grado de ÒdesarrolloÓ. Por este motivo no
Viollet-Le-Duc ha demostrado ser un gran tauraci—n de Notre-Dame de Par’s. importantes obras arquitect—nicas de lati- se puede determinar una periodizaci—n co-
enemigo de las Òf—rmulas cl‡sicasÓ, pero el Lo cierto es que EugŽne Viollet-Le-Duc, noamŽrica, desde finales del siglo XIX mœn.
entiende perfectamente todo el proceso de es considerado el mejor te—rico francŽs del hasta el primer tercio del siglo XX.
evoluci—n de las mismas a travŽs de la his- siglo XIX, y el padre de la arquitectura
toria y concluye diciendo que la raz—n y la contempor‡nea.

Buenos Aires, un ejemplo Muchos proyectos son dise–ados directamente por arq.
de la europeizaci—n franceses en latinoamŽrica, como en este caso en Bs.As.

24
En la ciudad de La Habana se produjo con gran El Templete, otro ejemplo del neocl‡sico
fuerza el fen—meno de afrancesamiento en La Habana.

ÒEl Neocl‡sico no denuncia una crisis de ralela de otras corrientes estil’sticas como
lo nuevo sino el desalojo del arte religioso, el neog—tico (usado especialmente en la
al que aceleradamente falt— base social y arq. religiosa), el neo-renacentista, e in-
coherencia respecto al cambio que se ope- clusive muchos rasgos del barroco y roco-
raba en la sociedad.Ó65 Pero asimismo, Òel c— franceses usados en arquitectura civil e
academicismo latinoamericano no se rea- institucional, pero utilizando la misma
liza simplemente como una arbitraria e aclaraci—n anterior: casi no existe una lec-
irracional imposici—n de valores. En reali- tura que denote una influencia pura, de-
dad, en el caso de la arquitectura latinoa- bido a la siempre presente combinaci—n de
mericana, el Neocl‡sico FrancŽs vendr’a a estilos y a la complejidad del proceso de
ser la expresi—n edilicia de aquellas Žlites adaptaci—n, dado de acuerdo a las particu-
de poder, que a travŽs de la ideolog’a ra- laridades de cada ciudad.
cionalista-mecanicista de los c‡nones cl‡- Por estas razones, se concluir‡ el an‡lisis
sicos europeos, manifestaban y demostra- asegurando, que el estilo francŽs se tradu-
ban su concepci—n acerca del destino eco- ce propiamente en un Òestilo local afran-
n—mico y cultural de nuestras socieda- cesadoÓ, en donde a m‡s de esta corriente
desÓ66 estil’stica, se identifica con claridad una
Pero por otro lado, se ver‡ tambiŽn que en fuerte presencia cultural, intr’nseca a cada
AmŽrica Latina, hablar de lo Òneocl‡sicoÓ pueblo latinoamericano, manifiestada pro-
es de alguna manera tratar de explicar en tag—nicamente a travŽs de detalles decora-
tŽrminos sencillos (o si se podr’a llamar tivos de arte popular y en las tŽcnicas
simplificados), la acogida simult‡nea y pa- constructivas tradicionales.
62 Ssavlievitch Miloutini, Boris. ÒLas Teor’as de
la ArquitecturaÓ Edit. Ateneo, Buenos Aires,
1949
63 Summerson, Jhon. ÒEl Lenguaje Cl‡sico de la
ArquitecturaÓ Edit. G.G., Barcelona, 1963
64 Monteforte, Mario. ÒLos Signos del HombreÓ.
PUCE, Cuenca, 1985
65 Idem
66 Vargas Ram—n. ÒLa crisis actual de la arqui-
tectura latinoamericanaÓ Edit. Siglo XIX.
MŽxico, 1981

La Habana: El Capitolio Instituto cubano de


amistad con los pueblos

25
Vista panor‡mica de la ciudad de Cuenca en el a–o 1928.

E l proceso de transferencia y adaptaci—n del clasicismo francŽs en la arquitectura de Cuenca (1860-1940)

Contexto hist—rico: nio cuencano, y por este lado se enemist— si—n Cient’fica en el pa’s y especialmente
La presencia de la cultura francesa en Cuenca a poco andar con el mundo entero.Ó69 Pe- en nuestra ciudad. Paul Rivet a m‡s de
ro a pesar de todo se gan— el coraz—n de ser uno de los personajes m‡s importantes
La primera huella que di— Francia en la que posteriormente les permitir’a entregar Manuela Quezada, conocida como la Cu- de la Žpoca por sus invaluables estudios, se
historia de la cultura cuencana fue indu- al mundo, el sistema mŽtrico decimal, del singa, una de las m‡s bellas criollas de la convierte luego en un personaje de leyen-
dablemente la presencia de las Misiones cual nos valemos hasta nuestros d’as. ÒEl Žpoca, de la de quiŽn muchos cuencanos da en la ciudad, al tener -al igual que su
GeodŽsicas desde el a–o de 1736. La Real gigante ingenio del hombre para medir la estaban perdidamente enamorados. Todo colega Seniergues, dos siglos atr‡s- Òamo-
Audiencia de Quito -en ese entonces- Tierra con sus manos diminutas y tempo- esto concaden— una serie de l’os y esc‡n- res prohibidosÓ con una mujer casada de
acoge a una importante legi—n de cient’fi- rales hab’a tenido ŽxitoÓ68 dalos, que terminaron en el asesinato del la aristocracia cuencana, pero historia que
cos de la Academia de Par’s, que ten’an Entre los personajes de la Misi—n que m‡s francŽs en una corrida de toros en el ba- finalmente termin— con el escape de la pa-
la trascendental labor de realizar las medi- influyeron en la historia de Cuenca, estu- rrio de San Sebasti‡n. Este triste episodio reja hacia Par’s.
ciones de algunos grados del meridiano del vieron Charles-Marie de La Condamine y forma tambiŽn parte de las m‡s famosas La Segunda Misi—n GeodŽsica estaba
ecuador terrestre para poder voltear la p‡- el cirujano Joan Seniergues. El primer per- Òcr—nicas anecd—ticasÓ de la ciudad, que se compuesta -adem‡s de Paul Rivet- por
gina de la historia de las ciencias. sonaje fue valioso por todo su aporte cien- han transmitido a travŽs de los a–os. tres cient’ficos, y un cocinero (el mismo
ÒLa palabra ecuador, para los acadŽmicos, t’fico que comparti— abiertamente a mu- Pero es luego con la Segunda Misi—n, rea- que trabaj— luego a las —rdenes de la aris-
ten’a un gran sentido, habiendo llegado a chos personajes de la ciudad de la Žpoca lizada en los primeros a–os del siglo XX, tocracia cuencana, y cuyos restos descan-
constituirse en el lema de su misi—n. Al (de all’ que una importante calle hist—rica que el aporte cultural del pueblo francŽs san en el pante—n de los hombres ilustres
terminar los trabajos, quedar‡ inmortali- de la ciudad lleva su nombre), y el segun- toma un protagonismo de espectativa al del cementerio de Cuenca).
zada con palabras que contienen una so- do personaje, fue tr‡gicamente cŽlebre. Las venir a establecerse en la ciudad por un pe-
lemnidad cercana a lo sagrado. (...) El razones: ÒDesde el principio de su estad’a r’odo, el etn—logo francŽs Paul Rivet,
mundo di— un paso adelante en la con- Seniergues se mostr— como un hombre quien fuera Secretario General de la So-
quista del universo aqu’ en nuestro suelo, irascible, propenso al f‡cil enojo. Protes- ciedad de Americanistas y fundador del
parec’an decir los testimonios de compa- tante y volteriano, sus ideas en materia re- Museo del Hombre en Par’s. Su aporte en
triotas cuyas voces perduran a travŽs de ligiosa nada tuvieron que ver con las ideas nuestra cultura fue m‡s que importante, al 67 G—mez, Nelson. Pr—logo de la presentaci—n
los tiempos. Este hecho fue tan importan- de la gente cat—lica de Cuenca; y de ah’ publicar valios’simos trabajos, entre los del ÒDiario del viaje al EcuadorÓ de Charles
te para nuestro pueblo que no olvid— ja- que fuera tratado como un ÒherejeÓ; se cuales est‡n: ÒEthnographie Ancienne de M. De La Condamine. Editorial PublitŽcnica.
m‡s que sus tierras se llamar’an para burl— buenamente de las costumbres loca- l`EquateurÓ (1912), ÒLes Origines de Quito. 1986
siempre Ecuador...Ó 67 les; y, a pesar de que ocupaba gran parte l`Homme AmŽricainÓ (1943), ÒBibliogh- 68 Idem
La torre de la vieja Catedral cuencana se de su tiempo en curar al vecindario de sus
males, no se convino su genio con el ge-
rapie des Langues Aymar‡ et KichuaÓ
(1951), entre otras, todas fruto de su Mi-
69 Lloret Bastidas, Antonio. ÒCuencaner’asÓ
convierte en el œltimo hito de la Misi—n, Tomo II. Casa de la Cultura. Cuenca. 1993.

Segunda Misi—n GeodŽsica francesa. A la izquierda: Paœl Rivet (4) y su grupo de investi-
gacdores. A la derecha: Rivet en un trabajo de campo.

29
U. Central en Quito constru’da por F. Espinosa, Vista del centro de la ciudad, donde se nota las Do–a Hortensia Familiares y amigos de Do–a Hortensia Mata
quiŽn colabor— en el proyecto de la U.de Cuenca nuevas construcciones de corte europeo. Mata en una reuni—n social.

Bien se sabe que en la Žpoca de estudio, ta Žpoca estaba regida en gran parte a las franceses) que el presidente ordena traer. potencias europeas, a travŽs de la vincula-
al desprenderse la sociedad de todo v’culo exportaciones: de cacao en la costa, y del De igual manera, tambiŽn fue durante su ci—n de una clase olig‡rquica y del mismo
con Espa–a, fue creciendo cada vez m‡s el sombrero de paja toquilla y de la cascarilla presidencia y auspiciado por los Hermanos estado manejado por aquel grupo en refe-
esp’ritu independentista e iluminista ins- en el austro (siendo esto œltimo monopo- Ordo–ez Lazo, que se traen las primeras rencia a intereses econ—micos internacio-
pirado en los logros posrevolucionarios lio de la familia cuencana Ordo–ez Lazo.) comunidades educativas francesas al pa’s, nales posibilitados por la gran apertura co-
franceses, -que para ese tiempo-, se ha- Cabe destacar tambiŽn que el poder reli- estableciŽndose de esta manera en Cuenca mercial. Esto se traduce, formalmente, en
b’an ya cristalizado con mucho mŽrito, es- gioso estaba en manos del Cardenal Igna- las —rdenes de los Hermanos Cristianos y la feliz admisi—n de un recubrimiento o
pecialmente en el ‡mbito pol’tico, en el cio Ordo–ez Lazo, miembro de la misma de las Religiosas de los Sagrados Corazo- barniz francŽs para estas clases. Frente a
desarrollo art’stico y en sistemas pedag—- familia. nes. estos ÒafrancesamientosÓ se suscitan en
gico-educativos. Esta es la raz—n por la Es as’ como el presidente Garc’a Moreno La cascarilla, materia prima de la quinina, toda LatinoamŽrica sugerentes llamados
que en todo el espectro aristocr‡tico y po- se relaciona de cierta forma con los Her- era el œnico remedio conocido en esa Žpo- por buscar nuestra propia nacionalidadÓ72
l’tico de la Žpoca, nace la necesidad casi manos Ordo–ez, a travŽs del matrimonio ca para combatir el paludismo. Las expor- Pero en la pr—spera ciudad de Cuenca to-
irremediable de actualizarse e Òidentificar- de Do–a Hortensia Mata Lamota (de ori- taciones se dirig’an principalmente hacia do empezar’a a cambiar abruptamente.
seÓ con nuevos c‡nones, que naturalmen- gen guayaquile–o e hija de un General del Francia e Inglaterra, ya que los ejŽrcitos Los frecuentes y continuados viajes de la
te apuntar’an a tratar de adoptar un cier- ejŽrcito de Garc’a Moreno), cuando esta de estos pa’ses se diezmaban en las guerras aristocracia (especialmente a Par’s), trae-
to Òmodelo francŽsÓ. ten’a apenas 13 a–os de edad con el Sr. del Africa. Los hermanos Ordo–ez man- r’an consigo un sinnœmero de cosas Òno-
Se vuelve necesario subrayar adem‡s, el Dn. JosŽ Miguel Ordo–ez Lazo, convir- daban la carga desde Guayaquil a Panam‡, vedosas y modernasÓ que iban desde dimi-
papel cumplido por los pol’ticos cuencanos tiŽndose este œltimo en Gobernador de la donde luego cruzar’a por tierra hasta llegar nutos objetos de uso personal, hasta Òca-
en el ‡mbito nacional e internacional, que provincia del Azuay. al Atl‡ntico, en donde era embarcada nue- sas enteras, literalmente desarmadas y en
tuvo total trascendencia en nuestro per’o- Se menciona a Garc’a Moreno ya que a vamente hacia Europa. Los barcos siempre piezasÓ, lo que voltear’a totalmente el mo-
do de an‡lisis, puesto que Òen un lapso de pesar de haber sido uno de los personajes iban llenos de carga, pero nunca regresa- dus vivendi de la Žpoca que se encontraba
20 a–os, dos cuencanos - Antonio Borre- m‡s polŽmicos de la Žpoca (por su extremo ban vac’os, ya que con el producto de la sobreviviendo, todav’a en una escenograf’a
ro y Luis Cordero- llegaron a ocupar la fanatismo religioso), su figura es funda- venta se adquir’an en puerto y a muy buen de ciudad colonial.
primera magistraturaÓ70, sin olvidar a un mental para entender al arte del siglo precio todo tipo de enceres y artefactos de Y fue solamente a travŽs de la sociedad
sinnœmero de ilustres personajes de la Žpo- XIX; especialmente esta fiebre hacia Òlo fina factura. exportadora, que la luz elŽctrica lleg— a
ca que ocuparon importantes cargos diplo- francŽsÓ que se ha mencionado anterior- Por este motivo la importancia pol’tico- Cuenca. Una d’namo de 5,5 KV sacada
m‡ticos y de gobierno, concadenando con- mente. Garc’a Moreno, a m‡s de instau- econ—mica de Cuenca, asienta bases en el de uno de los barcos, fue tra’da a la ciu-
secuentemente un total protagonismo en rar y reglamentar el Liceo de Pintura y la auge de la clase exportadora de la cascari- dad Òa lomo de indioÓ para la primera
la toma de desiciones a nivel del pa’s. Escuela PolitŽcnica, tambiŽn hizo traer lla y luego con el boom del sombrero de planta elŽctrica.73 De igual manera vinie-
Pero como es sabido, antes de este lapso profesores y envi— becarios a formarse en paja toquilla, quienes no imaginaron que ron los pianos de cola, las grandes colec-
Òa partir de 1860 la escena pol’tica ecua- Europa principalmente. En consecuencia, su desmesurada riqueza econ—mica, llegara ciones enciclopŽdicas y literarias, as’ como
toriana fue dominada por la figura de un se inicia en Quito un intenso per’odo de a transformar radicalmente la vida misma tambiŽn todos los materiales y menajes
s—lo hombre: Garc’a Moreno, quien pro- edificaci—n que est‡ bajo la tutela de pro- de la ciudad, pues esto Òpermiti— al pa’s para construir las casas se–oriales, todo Òa
yect— su sombra m‡s all‡ de su asesinato fesionales europeos (alemanes, italianos y entrar en contacto directo con las grandes lomo de indioÓ, ya sea por Naranjal o por
en 1875.Ó71 La econom’a del pa’s en es-

Llegada a Cuenca de la congregaci—n francesa Miguel Heredia y otros exportadores toquilleros Preparaci—n del sombrero de paja toquilla, en aquel tiempo Exposici—n toquillera cuencana
de los Sagrados Corazones cuencanos en uno de sus mœltiples viajes a Par’s principal actividad econ—mica de la ciudad en Francia

30
Honorato V‡zquez y Taller de arte de Emmanuel Honorato V‡zquez Antigua Universidad de Cuenca antes de pasarse a Academia de Bellas Artes del Azuay
su hijo Emmanuel. su nuevo edificio (donde hoy es la Corte deJusticia)

Huigra, la cultura lleg— literalmente Òa lo- a Cuenca en 1920, piloteado por Elia diciones en la ciudad de la Žpoca, represen- cas como la literatura, la filosof’a y las ar-
mo de indioÓ. Liut, aviador italiano hŽroe de la primera tadas por las ÒFiestas de la LiraÓ, los tes y oficios.
Guerra Mundial. La llegada del biplano ÒConcursos LiterariosÓ y un sinnœmero de Ya para el a–o 1888, el archivo de la bi-
Por otro lado, paralelamente se produce fue bautizada como Òel acontecimiento del selectas revistas, peri—dicos y publicacio-
un importante peregrinaje temporal de la nes. blioteca cuenta con m‡s de 4880 libros,
joven Žlite intelectual de la aristocracia sigloÓ, al coincidir con el primer centena- sin contar los folletos, revistas y publica-
cuencana, con la finalidad de Òeducarse rio de independencia del Ecuador. Por otro lado, el sistema educativo religio- ciones. Por otro lado, el naufragio del va-
correctamenteÓ en la capital de la cultura En la ciudad de Cuenca Òdesde fines del so y laico, a m‡s de adoptar con entusias- por ÒAzuayÓ producido en julio de 1879,
de la Žpoca: Par’s. Este hecho contribuye siglo XIX hasta la dŽcada de los a–os mo mŽtodos pedag—gicos, adopta inclusive priva a la universidad de otro valios’simo
a posteriori, a que este influyente grupo treinta, la cultura francesa se expresa e in- el idioma francŽs como segunda lengua y cargamento de libros, que eran importados
sea tambiŽn el que introduzca -en gran fluye poderosamente en las letras, la ar- se crea paralelamente la Universidad, el desde Par’s. 75
medida- nuevas costumbres citadinas, quitectura, la pintura, la ense–anza pri- Colegio Nacional y la Escuela de Artes Pero indiscutiblemente, la ciudad cons-
transform‡ndose por un lado la vida socio- maria, media y superior; y se expresa con Pl‡sticas, naciendo adem‡s un especial in- tru’da es la s’ntesis de todo este complejo
espacial de la ciudad, y por otro las tradi- fuerza tambiŽn en la moda, el vestuario, el terŽs por la fotograf’a art’stica, la mœsica fen—meno social, pues sin duda, Òla arqui-
ciones art’sticas y educativas. mobiliario y el menaje de las casas se–o- y el periodismo. tectura en el Ecuador desde mediados del
De este grupo se destaca Emanuel Hono- riales que buscan cambiar su tradicional Cabe citar al respecto un ejemplo impor-
rato V‡squez, joven cuencano que vive en austeridad por el disfrute y el goce de unas tante: Juan Bautista V‡zquez como rector 70 Estrella Vintimilla, Pablo. ÒArquitectura y
Espa–a, pero se educa tambiŽn en Par’s clases con marcado optimismo y fŽ en el de la Universidad en 1878 dicta la ley que Urbanismo de Cuenca en el siglo XIX.
junto a su hermana Mar’a, mujer de in- progreso. (...) Par’s no fue s—lo el destino establece la creaci—n de una biblioteca pœ- ChaguarchimbanaÓ Editorial Abya-Yala.
cre’ble belleza, mientras que su padre se del peregrinaje de j—venes poetas, estudian- blica que se inaugura en 1882. Para el Quito, 1992
ocupaba de asuntos diplom‡ticos, defen- tes y artistas sino la ciudad irradiadora de efecto encarga a Don Carlos Ordo–ez en 71 Idem
diendo al Ecuador ante la corte de Alfon- influencias literarias, conceptos y estilos uno de sus viajes a Francia el a–o 1879,
arquitect—nicos, pedagog’as nov’simas para 72 Kennedy, Alexandra. ÒContinuismo Colonial y
so XIII por los problemas lim’trofes. De la adquisici—n de un important’simo nœ- Cosmopolitismo en la Arquitectura y el Arte
la capital del mundo de la Žpoca import— nuestro medio y proveedora de un arsenal mero de libros para el equipamiento de la
de mercanc’as (l‡mparas, pianos, alfom- Decimon—nico EcuatorianoÓ. Art’culo en
todos los vicios y las virtudes de los j—ve- biblioteca (casi todos ellos en idioma fran- ÒNueva Historia del EcuadorÓ, Editorial
nes parisinos, y los reparti— a manos lle- bras, perfumes, vajillas) que cambiaron la cŽs y unos pocos en lat’n), lo que hace
imagen de la ciudad dot‡ndola de un aire Grijalbo Volœmen 8. Quito, 1983
nas entre la juventud cuencana. Pese a pensar claramente que la cultura universi-
que muri— a muy temprana edad (27 moderno, nuevo, diferente del que tuvo en taria de le Žpoca, a m‡s de ser muy versa- 73 Lloret Bastidas, Antonio. Entrevista
a–os), fue el impulsor de la fotograf’a ar- el pasado.Ó74 da en el uso del idioma, fue literalmente 74 Su‡rez, Cecilia y otros. Proyecto ÒLa Huella
t’stica en Cuenca, entregado totalmente a De esta manera, bien o mal nace en la formada bajo la influencia de la Òescuela de Francia: Una historia de la presencia de la
desarrollar las artes y oficios, a m‡s de ser ciudad una nueva forma de desarrollo cul- francesaÓ a travŽs de estos libros. Este in- cultura francesa en CuencaÓCasa de la
top—grafo, tip—grafo, ingeniero, pintor, me- tural que acoge entre otras cosas, a toda flujo cobr— total protagonismo en la for- Cultura. Cuenca. 1995
c‡nico, entre otras cosas. Se le recuerda una generaci—n dorada de poetas e intelec- maci—n de profesionales en el campo de la 75 LlorŽ M., V’ctor. ÒLa Universidad de Cuenca:
adem‡s, por haber dise–ado la pista de tuales que escrib’an bajo el influjo Òfran- medicina y de la jurisprudencia especial- Apuntes para su historiaÓ Revista ANALES
aterrizaje para la llegada del primer avi—n cŽsÓ y que fundamentaron verdaderas tra- mente, sin dejar de abordar otras tem‡ti- Tomo I. Cuenca. 1951

Fiesta de la Lira en 1921 Poeta Remigio Crespo Toral y sus musas Llegada del primer autom—vil a Cuenca, importa- Reuni—n ofrecida por el c—nsul de Francia en Cuenca
en la Fiesta de la Lira. do desde Par’s en 1917 en el antiguo Hotel Patria

31
Vista del parque central en los inicios del siglo XX, donde se Desfile c’vico en la calle Bol’var en los a–os 20.
observa la ciudad, todav’a con casas solariegas El fen—meno de afrancesamiento est‡ en auge.

siglo XIX y primeras dŽcadas del XX, es po de la arquitectura, se tuvo necesaria- m’an los indios. c—mo se di— el proceso de transferencia y
el testimonio m‡s visible de la huella de mente que abordar -en primera instancia- Pero esta sencilla tipolog’a arquitect—nica adaptaci—n de la arquitectura francesa al
Francia entre nosotros. (...) La influencia todo el contexto hist—rico-social del Ecua- se empieza a transformar desde mediados contexto de Cuenca, se tiene que volver a
francesa no solo introdujo sus propios di- dor de la Žpoca, y en segunda instancia to- de ese siglo, a ra’z del auge econ—mico de la idea primaria de que la arquitectura es
se–os, sino que incluso abri— la puerta de do lo que ocurr’a del otro lado del ocŽano. las clases exportadoras, las cuales necesi- indiscutiblemente un hecho cultural, y co-
otras culturas europeas a los ojos de la S—lo a partir de analizar estas dos varia- taron readecuar paulatinamente sus casas mo en varios aspectos de la cultura gene-
nuestra.Ó 76 bles, se puede visualizar de mejor manera, de la ciudad; las viviendas se hacen de dos ral, Òen la arquitectura los procesos de
Es por esta misma raz—n, que en este tra- el grado de influencia que tuvo la cultura pisos. En el primer piso todav’a se alma- transferencia se transforman en procesos
bajo espec’fico de investigaci—n en el cam- Francesa en la Cuenca de fines del siglo cenaba la cosecha o la manufactura, y en de adaptaci—n, al introducirse las formas
XIX y principios del XX. el segundo piso es donde se empieza a de- de la arquitectura europea para generar re-
sarrollar la vida social de las familias sultados locales en los que los c‡nones
La ÒcitŽÓ cuencana cuencanas. Es a partir de este hecho, que pierden su impecable proporci—n, dando
los salones y las habitaciones principales paso a expresiones lœdicas que convierten
An‡lisis del proceso de transferencia y adaptaci—n se empiezan a ubicar en las segundas plan- a la arquitectura ÒseriaÓ en arquitectura
del clasicismo francŽs en la arquitectura de Cuenca tas de las viviendas. vernacular revestida de dignidad. La pri-
ÒAunque se adornaran de m‡rmoles preciosos y finos alfarjes de ros‡ceas
mera arquitectura local influenciada de es-
y mosaicos - de rejas diluidas tan ajenas al barrote que eran como claras Consecuentemente, este inexorable creci- ta manera se convierte a su vez en un
vegetaciones de hierro prendidas de las ventanas- no se libraban las miento de las exportaciones a Europa pro- nuevo modelo que se irradia hacia la peri-
mansiones se–oriales de un limo de marismas antiguas que les brotaba voc— una transferencia cultural arquitect—- feria f’sica y social de Cuenca. La pilas-
del suelo apenas empezaban los tejados a gotear...Ó nica inŽdita, que logr— Òllenar las especta- tra, la cornisa y el capitel son ahora pie-
tivas a los sectores que, remordazados eco- zas de un juego de composiciones maneja-
Alejo Carpentier n—nomicamente, buscaban en mœltiples das con absoluta libertad y con una fuer-
aspectos nuevas formas de consolidar su te dosis de ingenuidadÓ 79
ÒA pesar de su cercan’a en el tiempo, la dad cultural. identidad. (...) La creciente burgues’a lo-
arquitectura del siglo XIX en el Ecuador cal, transforma los edificios cuencanos si Es aqu’ donde empieza la irremediable y
es pr‡cticamente desconocida. Mucho m‡s La mayor parte de la arquitectura de contagiante metamorfosis del centro de la
Cuenca producida a comienzos del siglo no los puede sustitu’r por completo y los ciudad, donde las viejas casas en adobe de
se conoce sobre los casi trescientos a–os XIX correspond’a a la realidad social de aspectos estŽticos externos se convierten
de dominio colonial que sobre los cien pri- en una prioridad de expresi—n individual una planta, son demolidas dando la posta
meros a–os de vida independienteÓ.77 Es una clase agraria que viv’a y trabajaba to- a edificios de dos y tres plantas Òcon fa-
dav’a en el campo. La ciudad era en gran en la arquitectura de principios del siglo chadas calcadas de las construcciones pa-
esta verdad la que ha incentivado a tratar medida el lugar de comercializaci—n de las XX. Este ser‡ el nuevo rostro de la ciu-
de hilar muchos desfases en la historia ar- dad, rostro consolidado en el nuevo siglo, risinas y en cuyo interior se adecuaron es-
quitect—nica de Cuenca, que ahora m‡s cosechas de todo el a–o, raz—n por la cual pacios para salones adornados con l‡mpa-
las casas no tenian comodidades, pues con el cual Cuenca ingresa irreversible- ras y espejos de cristal de roca, cielorasos
que nunca necesita iniciar un verdadero eran practicamente galpones de almacena- mente al mundo contempor‡neoÓ.78
proceso de conocimiento y concientizaci—n cubiertos con l‡minas de lat—n importado
de nuestra ÒeclŽcticaÓ pero propia identi- miento de las cosechas, patios para las Para tratar de entender objetivamente el y paredes revestidas con papel tapiz euro-
mulas (mulares) y portales en los que dor- peo. (...) La influencia francesa en nues-

El exportador Miguel Heredia en su vivienda Moda de la Žpoca De Francia se import— valiosos objetos, como en L‡mpara francesa Vista interior de la sala principal de la casa de
este caso un lujoso piano de cola. de cristal de roca. Remigio Crespo Toral.

32
Inauguraci—n de deportes en Detalle de un carro aleg—rico en una fiesta Reuni—n de personalidades cuencanas en la azotea de
el a–o 1923 popular. Se observa atr‡s la Casa Ordo–ez. la casa de Rosa Jerves, junto al parque central.

tra arquitectura no solo introdujo dise–os como detalles est‡ndar que se repiten en RenŽ Chaubert, afamado dibujante parisi- Por otro lado, entre 1898 y 1902 viene a
sino que propici— importantes variantes, la composici—n de much’simas fachadas no, llega a finales del siglo XIX y trabaja la ciudad el Arq. Gaston Thoret y sus
propuestas por nuestros artesanos que se en la arquitectura de la ciudad. en la decoraci—n de las casas y quintas de ayudantes. Este grupo de franceses fueron
nutrieron de ese lenguaje arquitect—nico. Por otro lado, los peque–os talleres de he- la familia Ordo–ez, y se establece en la contratados para la construcci—n del pri-
Con mucho fundamento, se ha dicho que rrer’a, joyer’a, carpinter’a, etc., tuvieron ciudad por un per’odo de 19 a–os, tiempo mer puerto mar’timo entre Jambel’ y
esta fue la Žpoca que nuestra arquitectura de igual manera que ÒactualizarseÓ y aco- en el cual trabaja y forma a muchos arte- Puerto Bol’var, pero adem‡s se dedicaron
se adorn— de frisos y ornamentaciones y le plarse a las exigentes solicitudes y capri- sanos, especialmente a los herreros a quie- a la venta de mercader’a francesa, en la
crecieron ‡ticos y mansardasÓ80 chos de los modelos y dise–os que aflora- nes ense–a las tŽcnicas de hierro forjado y que constaban perfumes, lencer’a, cortinas
Esto produjo consecuentemente una nue- ron luego de las mœltiples visitas a Fran- hierro colado, que se aplicar’a en balcones, y especialmente licores, que los vend’an a
va l—gica en toda la producci—n artesanal cia de la sociedad burguesa de la Žpoca. puertas, verjas, y cuya constante ser’a el muy buenos precios en la capital azuaya,
de la ciudad, puesto que a m‡s de empe- uso de motivos en formas vegetales. 81 por lo que decidieron establecerse en la
zar a emplear Ònovedosos materiales im- Es as’ como los alba–iles y artesanos de Giusseppe Majon, llega a Cuenca en el pri- misma.83
portadosÓ en la construcci—n, la produc- Cuenca debieron aprender no solamente a mer tercio del siglo XX para contribu’r al La nueva arquitectura requer’a la utiliza-
ci—n de ladriller’a empieza a ganar prota- interpretar planos y dibujos de arquitectu- dise–o y construcci—n de la casa de Alfon- ci—n de nuevos materiales, muchos de los
gonismo especial, los gruesos muros de ra, sino al mismo tiempo utilizar toda su so Ordo–ez Mata (que luego ser’a de la cuales no exist’an en el pa’s, pero la nece-
adobe son sustitu’dos paulatinamente por imaginaci—n y talento para realizar -en Sra. Rosa Jerves de Ordo–ez), ubicada en sidad es la madre del ingenio, y es as’ co-
mamposter’a de ladrillo, se empiezan a fa- muchos de los casos- la composici—n ’nte- la calle Bol’var frente al parque Calder—n. mo los artesanos y los constructores en-
bricar dovelas para formar las columnas, gra de fachadas bas‡ndose œnicamente en Majon conoc’a las tŽcnicas de pintura de cuentran sus medios para entrar en la bo-
tejuelos para construir las terrazas, gran- fotograf’as y postales que los viajeros cielos rasos y paredes, as’ como la tŽcnica ga estil’stica de la Žpoca.
des ladrillos para cornisas e impostas, ca- tra’an de modelo para construir sus Òpe- de aplicaci—n de pan de oro. Entre sus
piteles d—ricos y corintios para las colum- que–os palacetesÓ, como una forma de ayudantes podemos citar a Luis Lupercio,
nas, florones y pin‡culos de este material mostrar abiertamente su ÒstatusÓ en la so- quiŽn aprender’a la composici—n de facha-
e incluso como ya se mencion—, balaustres ciedad de la Žpoca. das y las tŽcnicas de su decoraci—n; Julio
de las formas m‡s diversas cuya finalidad Pero por otro lado, la familia Ordo–ez Pacurucu, a quiŽn adiestr— en la elabora- 76 Su‡rez, Cecilia y otros. Proyecto ÒLa Huella
era la de ocultar las tradicionales cubiertas Mata trajo a su servicio a dos artistas ci—n y aplicaci—n de pinturas de interiores de Francia: Una historia de la presencia de la
de teja. franceses (RenŽ Chaubert y Giusseppe y decoraci—n de cielos rasos; y un artesa- cultura francesa en CuencaÓCasa de la
Majon) que a m‡s de dedicarse al dise–o, no de apellido Buest‡n, a quiŽn ense–— las Cultura. Cuenca. 1995
Se llega a producir adem‡s dise–os espec’- construcci—n y decoraci—n de las viviendas tŽcnicas de fundici—n de yesos y marmoli- 77 Kennedy, Alexandra. Idem P‡g. 119
ficos en ladrillo que nacer’an primeramen- de la familia, transmitieron directamente nos para la confecci—n de cascarones y de-
te a partir de imitar formas de arquitectu- 78, 79, 80 Su‡rez, Cecilia y otros. ver 76
ra europea, pero que a travŽs de la inter- sus conocimientos a los artesanos cuenca- m‡s elementos decorativos. Majon radica 81 Archivo de Historia de la Curia Arquidioce-
pretaci—n propia de nuestra cultura artesa- nos que estuvieron a su cargo, aportando en la ciudad por 5 a–os, y a su regreso a sana de Cuenca.
nal, se llegar’a a unos resultados de dise- y enriqueciendo la formaci—n de mano de Europa, Luis Lupercio toma la posta de
obra calificada dentro del campo de la constructor de much’simas viviendas de la 82 Tamariz Ordo–ez, Carlos. Entrevista
–o muy ÒlocalesÓ (pero obviamente muy construcci—n. ÒcitŽÓ cuencana. 82 83 Archivo de Historia de la Curia Arquidioce-
influenciados) que luego ser’an utilizados sana de Cuenca.

Casa Ordo–ez-Jerves, Antiguo Hotel Antiguo Hotel Patria Antiguo Colegio Casa de Alfonso
todav’a en dos plantas Internacional Manuel J. Calle Ordo–ez Mata

33
Vista desde el barranco de las nuevas edificaciones Antigua Escuela de Medicina: Antigua Escuela de Medicina: Antiguo Asilo Tadeo Torres
que se empiezan a constru’r en ÒEl EjidoÓ Fachada desde la Av. 12 de Abril Detalle interior del acceso principal cubierto

El mismo barro con el que se fabricaban La arquitectura cuencana de esta Žpoca, si


los adobes para las modestas casas colo- bien es cierto nace de la interpretaci—n del
niales, es utilizado en moldes de listones y neoclasicismo francŽs, es ejecutada por
rosetas, quemado para transformarse en nuestros artesanos, que aportaron a sus
ladrillo y pintado cual fino m‡rmol para composiciones dise–os ornamentales pro-
embellecer las claves de las ventanas de pios y la tecnolog’a constructiva de la zo-
medio punto o los balaustres que remata- na, lo que ayud— posteriormente a que los
ban las fachadas de las casas. edificios guarden entre s’ muchas relacio-
Algunas cubiertas abandonan la sencillez nes y rasgos claramente identificables.
y el calor de la teja de barro, y utilizan ÒFueron estos seres sensibles los que talla-
materiales como el zinc, que deb’a ser ob- ron las puertas y esculpieron la piedra, los
tenido desarmando las cajas de embalaje que ennoblecieron el hierro y se cubrieron
de los barcos provenientes de Europa, y de teja, los que con sus h‡biles manos de-
que luego de esta–ar las l‡minas para re- volvieron a la ciudad lo que su ciudad les
llenar sus agujeros, pod’an ser usadas pa- brindaba: belleza. La verdadera riqueza de
ra confeccionar las mansardas y cœpulas la arquitectura de Cuenca radica precisa-
que ennoblec’an los edificios de la ciudad. mente en eso, en que fue hecha y, as’ se
percibe, para los hombres sensibles y por
Las ventanas dejan de ser de s—lida made- las manos de hombres sensibles, de hom-
ra y adquieren liviandad y nuevas propor- bres vivos. Por eso su esp’ritu sigue vivoÓ
ciones, para poder recibir entre sus mar- 84
cos los vidrios que ven’an de BŽlgica, en
peque–as cajas de 40x40cm. Es as’ como
los ventanales se dise–aban de acuerdo a
esas medidas, orientados hacia la calle pa-
ra poder observar los acontecimientos de
la ciudad, protegidos por finos balcones de
hierro forjado o colado en el exterior y en
el interior por sobrias y modestas contra-
tapas de madera que manten’an el calor
dentro de la vivienda durante las fr’as no-
ches del austro.
84 Espinoza, Carlos. ÒTaller de ProyectosÓ. Tesis
de Arquitectura. Universidad de Cuenca.
1997

Los artesanos aprendieron a interpretar dibu- Detalle de un capitel donde


jos de arquitectura que se tra’an de Europa. se demuestra el Òtoque localÓ

34
A n‡lisis hist—rico-cr’tico 1 2 3 4 56 7 8 9

de las obras arquitect—nicas


m‡s representativas
Introducci—n arquitectura francesa en nuestra produc-
Para poder entender de mejor manera este ci—n arquitect—nica.
proceso de transferencia y adaptaci—n, del Para el efecto se ha cre’do conveniente
Clasicismo FrancŽs en la arquitectura de ilustrar y detallar -a manera de glosario-
Cuenca; se debe primeramente conocer e ejemplos espec’ficos de arquitectura, que
identificar ciertos lineamientos generales, de alguna manera sirvieron de referencia
elementos arquitect—nico-compositivos y dentro de la producci—n arquitect—nica en
detalles estil’sticos que se tomaron de la la Žpoca antes mencionada.

7
8
6 9
10

10 11 12 13
11 1. Balaustrada: Conjunto de elementos 9. Lintern—n: Torrecilla de una cœpula
5 12 verticales tallados o torneados en los con tragaluces.
que se apoya el pasamanos. 10. Cornisa: Parte superior del entabla-
13 2. Torre de ‡ngulo. mento, moldura de remate.
3. Domo a la imperial. 11. Pilastra: Pilar de secci—n plana embe-
4 4. Lucarna: Tragaluz coronado con fron- bido dentro de un muro.
14
t—n. 12. Antecuerpo: Parte prominente de un
5. Ojo de buey. edificio a todo lo largo de la fachada,
6. Front—n triangular. incluyendo el techo.
3 13. Cadena dentada: Piedra tallada en dos
7. Cuerpo central o cuerpo de vivienda. niveles que se deja para mejor estabili-
8. Atico: Peque–o piso suplementario. dad del vano y una mejor cohesi—n de
2 la junta.

1. Aparejo en almohadillado. 9. Front—n triangular esculpido con ale-


2. Mascar—n decorativo de la clave. gor’as.
3. Orden colosal: Columnas que se elevan 10. Dent’culos: Friso formado de
varias plantas. peque–as cortaduras rectangulares en
relieve.
4. Imposta: Parte superior de un vano de 11. Arquitrabe: Parte del entablamento
puerta o ventana. que se apoya horizontalmente sobre la Los motivos decorativos m‡s
5. Cartucho: Ornamento dispuesto alrede- columna. usados en la arquitectura
dor de un espacio vac’o destinado a francesa fueron retomados de
recibir una inscripci—n. 12. Capitel j—nico con cuernos. los diferentes per’odos de las
13. Vano cubierto en varios segmentos. monarqu’as. Se destaca el
6. Vaso de fuego: Elemento decorativo en uso de altorrelieves con for-
forma de vaso peinado con una llama. 14. Columna de fuste a contralecho: mas marinas, floriformes, he-
Aislada de la pared por un breve inter- r‡ldicas, entre otras; las mis-
7. Ojo de buey: Ventana ovalada o circu- valo. mas que fueron aplicadas en
lar en el tejado. la producci—n de cenefas,
8. Trofeo de armas: Esculturas decorativas apliques, cielorasos, y otros
agrupadas alrededor de un escudo. elementos de ornamentaci—n.

37
En las fachadas de cinco cuerpos, tanto el cuerpo
central como los de los extremos, ten’an un mismo
Casi todos los edificios franceses utilizaban el tipo de cierre, diferente de los intermedios.
recurso de diferenciaci—n de esquina. En este caso
a travŽs de una cœpula con front—n. Se usa el front—n (t’mpano) en el acceso. Las
columnas gigantes nacen desde el segundo nivel.
Los ritmos laterales son dise–ados bajo par‡metros
m‡s sobrios, generalmente a travŽs de repetir una
secuencia de columnas o pilastras de orden gigante.

En peque–as viviendas tambiŽn se usan las cubier-


tas de gran pendiente, que albergan lucernarios.
En este caso, la esquina es solucionada como volœ- Esta tipolog’a es muy usada en viviendas. Se
men circular con cœpula o domo a la imperial resuelve en tres cuerpos, donde los laterales son
Los tragaluces en las cubiertas son muy comunes. salientes y el central entrante. En este œltimo
Observamos lucarnas que alternan con ojos de buey. se solucionan azoteas con balaustres.
Las pilastras corintias estriadas de orden gigante
son muy usadas para enmarcar y definir los vanos.

Las coronas tambiŽn son usadas para cerrar los


Las cœpulas conopiales con ojos de buey, son volœmenes laterales en los extremos de la fachada
caracter’sticos de la arquitectura francesa
En casi todos los casos, sobre las puertas, ven-
En el ejemplo observamos la t’pica divisi—n en cinco tanas y coronas se colocan claves decorativas.
cuerpos de los grandes edificios unitarios y asilados.

Las grandes coronas (o paramentos her‡ldicos) Los escudos her‡ldicos se ubican inscritos en la
fueron usadas insistentemente como jerarquizantes corona. El motivo m‡s usado es el Le—n Real.
Casi siempre las coronas se solucionaban de lado
a lado , por balaustradas con vasos de fuego. TambiŽn es muy usado el enmarcamiento de
vanos mediante columnas o pilastras pareadas

En ciertos casos, se constru’a peque–os ‡ticos o


ÒpajarerasÓ en materiales livianos, para coronar las Las fachadas sin cubierta vista ten’an el cl‡sico
altas cubiertas. cierre de balaustre sobre cornisa volada.
El cuerpo central del edificio es jerarquizado
mediante un doble sistema de columnas que Las consolas y mŽnsulas de m‡rmol en sugestivas
finalizan en un paramento central a manera formas vegetales, fueron usadas en balcones, los
de front—n mismos que eran cerrados con dise–os de hierro
forjado o fundido.

Las alegor’as o esculturas se inscrib’an dentro de


frontones triangulares, cartuchos o coronas. Detalle de cubierta Òa lo MansardÓ o mansarda,
donde consta un front—n con ojos de buey.

El tratamiento del almohadillado fue muy usado,


Una caracter’stica comœn a los edificios importantes aunque en la gran mayor’a de ejemplos para enfa-
fue el crear un pre-nivel de acceso, a manera de podio tizar especialmente el primer nivel o planta baja
con escalinatas, las mismas que son abalaustradas.

38
Arquitectura neocl‡si- Arquitectura de
ca de obra nueva fachadas

De quŽ forma se adopt— en 2. Arquitectura Òde fachadasÓ con artesonados de lat—n policromado y
Cuenca el estilo neocl‡sico papel tapiz europeo, materiales que en al-
francŽs Al empezar en la ciudad un proceso de in- gunos casos fueron fielmente imitados con
novaci—n arquitect—nica a travŽs del surgi- pintura mural, trabajos en yeser’a y made-
Se pueden distinguir claramente, dos ma- miento de la arquitectura neocl‡sica de
neras en la que se introdujo esta nueva ra pintada.
obra nueva, paulatinamente se produce
forma de arquitectura en la ciudad: una fiebre contagiante por modernizar los Edificaciones ÒBordadasÓ
1. Arquitectura Neocl‡sica de obra Òviejos rostrosÓ de las viviendas de la ciu- Dentro de esta categor’a se encuentra un
nueva dad. nœmero muy importante de casas en el
Donde los nuevos ejemplos de Arquitectu- Los terremotos acontecidos a finales del Centro Hist—rico de Cuenca. Este grupo
ra Neocl‡sica sustituyen al modelo ante- siglo XIX ÒayudaronÓ parad—jicamente a solo hace referencia a las casas con Òpas-
rior en su totalidad. Se planifican y cons- acelerar este proceso; ya que muchas casas tillajeÓ, tŽrmino empleado para sugerir un
truyen desde cero; es decir, no existe un se cayeron, otras se cuartearon y la mayo- trabajo de decoraci—n superficial o de Òpas-
proceso de readecuaci—n o intervenci—n so- r’a resultaron afectadas, inici‡ndose un teler’aÓ sobre la simplicidad de la fachada
bre la arquitectura anterior, puesto que se proceso inmediato de restituci—n, donde la anterior, y en donde casi nunca existi—
tomaron inclusive otros patrones en la modesta fachada colonial de mamposter’a restituci—n de materiales y peor aœn varia-
producci—n arquitect—nica, desde variacio- de adobe, ser’a sustitu’da por una nueva, ciones tipol—gico-funcionales. Dicho en
nes importantes tipol—gico-funcionales, pero ya evidentemente influenciada por la otros tŽrminos, lo que se hac’a era œnica-
uso de nuevos materiales, hasta variacio- Òmoda francesaÓ de la Žpoca. A su vez mente ÒadornarÓ cornisas, sobredinteles,
nes en la escala de los edificios. Por otro dentro de este grupo, se puede advertir la marcapisos y muros ciegos, a travŽs de
lado, este tipo de arquitectura se convier- siguiente subclasificaci—n: trabajos en altorelieve basados en los mo-
te en el ejemplo m‡s ÒpuroÓ y directo, de tivos ornamentales que se ve’an en las
Edificaciones ÒEpidŽrmicasÓ nuevas edificaciones. Esta era la forma
la adopci—n de esta influencia en la arqui-
tectura de la ciudad. Donde se reemplazan totalmente las fa- m‡s econ—mica e ingeniosa de Òmoderni-
chadas, porque se las realiza bajo la in- zarÓ las casas que se iban quedando al
Es necesario mecionar al arquitecto quite- fluencia del Ònuevo estiloÓ y con el uso de margen de esta moda arquitect—nica .
–o Luis Felipe Donoso Barba, quiŽn pla- nuevos materiales, pero (a diferencia de la
nifica los ejemplos m‡s importantes de ar- Este hecho demuestra a su vez, que la in-
arquitectura neocl‡sica de obra nueva) se fluencia francesa en la arquitectura de
quitectura civil de este tipo, y que ser‡n produce pocas variaciones a la tipolog’a
analizados posteriormente. Luis Donoso Cuenca, si bien empez— siendo un lujo ex-
funcional anterior. Lo que si se adecua clusivo que identificaba a la sociedad de
hab’a estudiado arquitectura en BŽlgica significativamente es el decoro interior,
bajo la influencia de la ÒEc˜leÓ, eviden- Žlite, fue alcanzada por otro camino, a tra-
pues a pesar de que la nueva fachada Òes- vŽs del ingenio artesanal y popular.
ci‡ndose claramente la influencia del neo- cond’aÓ casi la misma estructura rema-
cl‡sico francŽs en todos sus dise–os. nente de la colonia, las paredes, cielorasos
y otros elementos empiezan a decorarse

Fachada ÒepidŽrmicaÓ. Se destaca su prolijo Fachada epidŽrmica a travŽs de simulaci—n pic-


trabajo en relieve y su manejo crom‡tico. t—rica de materiales (lat—n y molduras)

39
S’ntesis del proceso de adaptaci—n Lo Seenssitiivoo Lo Coonsstrucctiivoo
arquitect—nica Los elementos arquitect—nicos compositi- Las innovaciones estructurales generan
Se ha cre’do prudente detallar a manera de vos se convierten en c—digos sensitivos, m‡s audacia en el dise–o, creando conse-
s’ntesis, las determinaciones hist—ricas y manifestados a travŽs del ÒjuegoÓ entre la cuentemente nuevas soluciones construc-
arquitect—nicas comunes a todos los ejem- l’nea recta como parte de lo intelectual, de tivas. Los nuevos materiales como el m‡r-
plos, para luego analizar sin redundancia, lo racional; y la l’nea curva, que viene mol, el ladrillo, el hierro, el vidrio, el zinc,
abanderada por las Ònuevas formasÓ en la entre otros, abrieron nuevas posibilidades
cada uno de los ejemplos. sociedad de la Žpoca, ayudando adem‡s a a la limitada tecnolog’a anterior. Por otro
la percepci—n formal en dinamismo, flexi- lado, las exigencias de la moda arquitect—-
a) Determinaci—n hist—rica bilidad y valores decorativos. nica de la Žpoca, provaron la creaci—n de
soluciones constructivo-decorativas œni-
Lo pol’tico-filos—fico peque–a o gran magnitud, como ente ge- Por otro lado, la Òdignificaci—nÓ de los cas, de acuerdo a cada dise–o en particu-
nerador y dinamizador de todas las ma- materiales interiores y de fachada, gener— lar.
En la naciente Repœblica al romperse to- nifestaciones art’sticas. Se recuerda el nuevas percepciones lum’nicas y crom‡ti-
do v’nculo con Espa–a, el pensamiento important’simo papel pol’tico de Cuenca cas, dadas especialmente por el uso de Lo form
mal
independentista se identifica con los idea- en la sociedad de la Žpoca. materiales como el m‡rmol, la piedra y el
les y logros de la Revoluci—n Francesa. hierro forjado en exteriores. En interio- Lo Coompositiivoo
Par’s en esa Žpoca, es el modelo mundial Lo econ—mico-social res, el uso del lat—n decorativo europeo El arquitecto, dise–ador o constructor, se
del pensamiento ilustrado, de la moderni- El desmesurado crecimiento econ—mico (o sus incre’bles simulaciones en madera y convierte m‡s bien en un ÒCompositor de
dad, de la cultura y las artes, destac‡ndo- local provocado por el boom de las expor- yeso) en cielorasos y paredes, fue casi un FachadasÓ y decorador de interiores, pues-
se la arquitectura. taciones del sombrero de paja toquilla y de requisito imprescindible para formar par- to que siempre deb’a regirse a los elemen-
La importancia e influencia de los Puen- la cascarilla a Europa y EEUU, fue el te de la nueva tendencia arquitect—nica de tos del lenguaje neocl‡sico para su produc-
tes Culturales europeos en la adopci—n de factor m‡s influyente para que la fisono- la Žpoca. Estas combinaciones ofrec’an ci—n ÒcreativaÓ.
nuevos valores socio-culturales e ideol—gi- m’a de la ciudad se vaya transformando siempre una diversa gama de opciones
paulatinamente, singuiendo para ello nue- sensitivas a los actores del espacio La escala, la proporci—n, la marcada sime-
cos, dados directamente a travŽs de la mi- tr’a y el Žnfasis o acentuaci—n, son los
graci—n de personas e ideas de una socie- vos modelos de arquitectura tra’dos del Lo teecnool—gico
viejo continente, especialmente de Fran- cuatro primeros pasos a seguir, para luego
dad a otra, pero que siempre resultan asi- sobre ese marco realizar la concresi—n de
milados y/— reinterpretados a una nueva cia, principal destino de viaje de la socie- Lo Esstruccturaal
dad exportadora cuencana. los elementos formales espec’ficos, como:
realidad contextual. En el caso de Cuenca Se abandona paulatinamente los gruesos coronaciones, cœpulas, heraldos, sobredin-
se destaca la influencia del redentorista La bœsqueda permanente de identificaci—n muros de adobe y los limitados elementos teles, marcapisos, pilastras, cornisas, etc.
alem‡n Juan Stiehle en la transformaci—n cultural de la naciente sociedad republica- estructurales de madera para la resoluci—n
arquitect—nica de la ciudad. na, provoc— hist—ricamente que se inicie de luces. La estructura empieza a ser de Lo Exppreesivoo
El impulso pol’tico en la producci—n ar- un contagiante per’odo de apego hacia to- cal y ladrillo, utilizando con insistencia el Tiene que ver estrechamente con la rela-
quitect—nica fue determinante, desde la do Òlo francŽsÓ , como una manera de sol- arco con funci—n estructural para poder ci—n entre lo compositivo y lo significati-
Ògesti—n inicialÓ del primer presidente de ventar el gran vac’o cultural que quedaba crear espacios de mayor dimensi—n y altu- vo; es decir, los par‡metros de composi-
la repœblica, hasta una abierta, insistente al tratar de abandonar el largo pasado in- ra. Se usa por primera vez (aunque en ci—n arquitect—nica denotan consecuente-
y masiva acogida del arte europeo en la do-hisp‡nico. pocos ejemplos) el hierro y cemento como mente en un resultado de significaci—n ex-
Žpoca garciana. El Estado funciona en ayuda y refuerzo al sistema, experimen- presiva del edificio. En otras palabras, es-
tando adem‡s con la estructura de cubier- te lenguaje visible y comœn a todas las edi-
b) Determinaci—n arquitect—nica tas, dando paso a la creaci—n de ‡ticos, ficaciones nos permite hablar de un estilo
mansardas, lucardas, cœpulas, y terrazas claramente definido y reconocible, que en
Lo espacial trucci—n sucesiva de nuevas viviendas, de diferente tipo. este caso espec’fico se manifiesta en la
ahora totalmente influenciadas por la nue- adopci—n del neocl‡sico francŽs.
Lo Funccionaal va arquitectura. Empieza a haber integraci—n
Se abandona total o parcialmente el mo- en escala, materiales y ornamentaci—n. MŽtodo a seguir en el an‡lisis
delo funcional anterior (manifestado prin- Lo fisio-psicol—gico
cipalmente en la tipolog’a de vivienda an- Se ha tomado primeramente en considera- la Žpoca. Finalmente se complementar‡ la
daluz, remanente en la Colonia) y se pro- Lo Siigniificatiivoo ci—n el Referente FrancŽs o principal (es) lectura con un breve An‡lisis funcional.
ducen variaciones importantes en la distri- El simbolismo y la identificaci—n con las influencia(s) que se acogi— dentro de la La explicaci—n de todas estas variables
buci—n del espacio, especialmente en es- formas de arquitectura europea como si- producci—n arquitect—nica cuencana. A contar‡ obviamente con material gr‡fico
cala, circulaciones y accesos. n—nimo de poder econ—mico, de moderni- partir de esta determinaci—n, se proceder‡ de apoyo.
Lo Coonteextuaal dad y de actualizaci—n cultural en la socie- luego a realizar un An‡lisis compositivo, Esta metodolog’a ser‡ v‡lida para las edi-
dad de la Žpoca. (Arquitectura institucio- que detalle objetivamente la forma en que
Al inicio: Desconocimiento total del con- nal, arquitectura de la arisatocracia, entre ficaciones m‡s representativas, puesto que
texto, puesto que se iniciaba otra tipolog’a Žste referente fue aplicado en la arquitec- en el siguiente cap’tulo, se detallar‡n edi-
otras) La sencillez de la aquitectura ver- tura local.
diferente. Los edificios son unitarios y nacular es suplantada por una arquitectu- ficaciones complementarias que ser‡n ana-
aislados, tratando siempre de destacarse, ra ÒennoblecidaÓ que llega a ser de cierta La lectura es complementada por un An‡- lizadas de acuerdo a los siguientes esque-
m‡s no de integrarse. forma de car‡cter monumental si la com- lisis hist—rico de cada edificaci—n, que nos mas conceptuales:
Al transcurso: La integraci—n se empieza paramos con la arquitectura anterior en el ayuda a situarnos en el tiempo, y conse-
a ver luego, d‡ndose a partir de la cons- plano de la significaci—n. cuentemente a entender el pensamiento de

40
Esquemas conceptuales
Para encaminar de mejor forma las lecturas, se ha tes dise–os de edificios. Esto nos facilitar‡ poste-
sugerido esquematizar la siguiente categorizaci—n, riormente analizar a detalle, cada una de sus va-
realizada a partir de abstraer los lineamientos geo- riables y particularidades.
mŽtircos elementales considerados en los diferen-

Grupo 1
Fachada resuelta como cuerpo œnico simple, que ge-
neralmente es cerrada por cornisas, balaustres o cu-
bierta de teja vista.

Grupo 2
Fachada resuelta como cuerpo œnico con remate cen-
tral, el mismo que pod’a solucionarse como corona,
t’mpano, cœpula, ‡tico, etc. En algunos casos esta
tipolog’a se puede interpretar como divisi—n tripartita
de fachada, si el dise–o as’ lo sugiere.

Grupo 3
Fachada resuelta como cuerpo œnico (o como tres
cuerpos, segœn el dise–o) con remates laterales; estos
pueden ser coronas, t’mpanos, torreones u otros ele-
mentos decorativos.

Grupo 4
Fachada resuelta en cinco cuerpos, donde se destaca
el cuerpo central y los cuerpos laterales de cierre, ca-
si siempre solucionados como volœmenes salientes, de
mayor altura y mayor riqueza expresiva (especialmen-
te en detalles de coronaci—n) que los otros dos inter-
medios, trabajados en un lenguaje m‡s sobrio y menos
jer‡rquico.

41
Lectura hist—rico-cr’tica
de las edificaciones m‡s
representativas
45
Colegio Benigno Malo (32)

Referente FrancŽs: An‡lisis hist—rico:


Ejemplo que evoca a la arquitectura fran- El Colegio ÒBenigno MaloÓ fue edificado
cesa del Renacimiento, pero con impor- entre los a–os de 1923 y 1950, siguiendo
tantes rasgos que atestiguan ya el gusto de el dise–o y la planificaci—n del arquitecto
los siglos XVII y XVIII. quite–o Luis Donoso Barba. DespuŽs de
1950 se dan en el inmueble una serie de
ampliaciones y modificaciones que no
constan en los planos originales, y que son
m‡s bien el resultado de las necesidades
Esquema funcional: funcionales del Colegio.
La construcci—n de un colegio de esta
magnitud cre— cierto malestar entre la ciu-
dadan’a de la Žpoca, ya que para financiar
su construcci—n empresas como la Cerve-
cer’a del Azuay deb’an pagar impuestos.
La ciudad no pose’a servicios de agua po-
table, alcantarillado o pavimentaci—n, sin
embargo se constru’a un colegio totalmen-
te sofisticado y moderno.
Globalizadores Donoso Barba dirige la obra solo hasta
Circulaciones 1925, tomando luego la posta el Dr. Oc-
Espacios de uso tavio Cordero Palacios.

46
An‡lisis Compositivo: ra de podio con escalinatas, creando de es- En los otros, las columnas definen un circulaciones, tanto horizontales como ver-
Fue planificado como edificio unitario y ta manera un pre-nivel de acceso de len- front—n triangular con dent’culos, que en- ticales; los corredores se desarrollan en
aislado, raz—n por la cual no se integra al guaje lineal y macizo, abalaustrado en su marcan una gran ventana peraltada de forma de una E invertida que conducen
entorno arquitect—nico inmediato, empla- totalidad. Este es un recurso caracter’s- motivo paladiano en el orden j—nico, divi- hacia las aulas, ubicadas en las alas latera-
z‡ndose inclusive fuera del centro hist—- tico de la arquitectura francesa para desta- dida en tres cuerpos. les y hacia las oficinas del personal admi-
rico. Se destaca adem‡s como el princi- car un edificio y para enfatizar accesos de La coronaci—n de la fachada se la realiza nistrativo ubicadas en el cuerpo central del
pal hito hist—rico-arquitect—nico de la zo- acuerdo a la ubicaci—n de las escalinatas, con balaustres muy sobriamente decorados edificio.
na baja de la ciudad (El Ejido). las cuales son adem‡s una importante he- con motivos resueltos en ladrillo, y asen- Las escaleras principales se ubican en el
Su estratŽgica ubicaci—n genera importan- rramienta compositiva. tados sobre entablamento, en donde se vest’bulo de acceso y Žstas conectan todos
tes visuales hacia y desde el centro hist—- La planta baja del edificio (asentada sobre distinguen cornisas voladas con molduras los niveles del cuerpo central; existiendo
rico, de donde se lo observa como parte de un z—calo) presenta una sobria expresi—n fileteadas. La balaustrada tiene adem‡s, adem‡s escaleras secundarias ubicadas
una interesante composici—n urbana que formal que exclusivamente se remite a su- la misi—n de ocultar la tradicional cubier- en los extremos de los corredores , hacia
agrupa la importancia paisaj’stica e hist—- gerir el cl‡sico uso del almohadillado en el ta de teja desde un nivel normal de obser- las alas laterales del edificio. Las aulas se
rica del barranco del r’o Tomebamba con primer nivel, a travŽs de leves fajas de aca- vaci—n. ubican en las alas laterales del edificio, al-
las modernas avenidas y las nuevas edifi- nalados a manera de estr’as horizontales La fachada se cierra finalmente, con el rededor de patios que constituyen globa-
caciones de la ciudad, de donde se des- que simulan el efecto lineal que proporcio- uso de cœpulas conopiales en los cuerpos lizadores en planta baja; en el ala central
prende inclusive su alto valor simb—lico. na este recurso. salientes (y cœpulas ojivales en los cuerpos del edificio se ubican el gimnasio y el co-
Por otro lado, su imponente construcci—n, En la planta alta encontramos ya otros posteriores) de las cuales nacen ojos de liseo.
la grandeza de la escala y su interesante elementos compositivos, especialmente el buey a manera de lucernarios que se in- Existe acceso a las cœpulas conopiales,
composici—n formal, producen al actor del uso de columnas embebidas y pilastras de tegran al balaustre de coronaci—n, donde que fueron adecuadas para ser cuadril‡-
espacio otros factores de percepci—n sensi- fuste estriado con capitel liso, asentadas se advierte adem‡s el uso de pin‡culos en teros de boxeo para la pr‡ctica de los es-
tiva que difieren totalmente del lenguaje sobre toro y escocia en el marcapiso. En las esquinas. Este juego de elementos tudiantes; pero hoy en d’a son utilizadas
de su entorno (nueva arq. residencial y los volœmenes entrantes se distingue un compositivos es t’picamente francŽs, y es para albergar actos de car‡cter social. Se
edificios de hormig—n armado), permitien- ritmo marcado de columnas que dividen a aqu’ donde realmente se potencia y desta- ingresa a ellas a travŽs de escaleras ubica-
do siempre ubicar, ya sea al comœn de los su vez, ventanas arcadas de medio punto. ca la riqueza expresiva del edificio. das en el cuerpo central del edificio, que
peatones o a los mismos usuarios del Co- El balaustre es usado como antepecho y nos llevan adem‡s hacia las terrazas. Des-
legio Òen otra ŽpocaÓ; en la cual las for- como elemento de uni—n entre columnas. An‡lisis funcional: de las terrazas se accede a las cœpulas oji-
mas de arquitectura neocl‡sica actuaron En los volœmenes salientes se dan dos lec- Este edificio se caracteriza por la simetr’a vales de los cuerpos posteriores, las cuales
como s’mbolo de actualizaci—n cultural, turas: una para el volumen central y otra axial que presenta tanto en la composici—n son utilizadas como bodegas. Debemos
como presencia f’sica de lo intelectual. para los laterales. de su fachada as’ como en su desarrollo acotar que el Colegio Benigno Malo no si-
El edificio presenta simetr’a y es resuelto En el primero, las columnas se presentan funcional. Este edificio fue constru’do en gue el modelo funcional de los edificios
en tres plantas, ejecutadas en ladrillo vis- pareadas entre s’ y pareadas con pilastras, 4 diferentes etapas, desde 1926 hasta educativos de su Žpoca, pues este colegio
to (adaptaci—n local) donde se destaca la las que luego se separan para definir los 1970, sin embargo tiene una imagen uni- fue piloto en la ense–anza de física, qu’-
divisi—n de su fachada en cinco cuerpos ritmos de ventanas, en este caso adintela- taria y de conjunto. El acceso es centra- mica, idiomas y deportes, por lo que cuen-
(tres salientes, dos entrantes), todos levan- das. lizado, el vest’bulo de ingreso es el globa- ta con ‡reas espec’ficas destinadas al co-
tados sobre una gran plataforma a mane- lizador principal, y desde aqu’ surgen las rrecto desarrollo de las mismas.

47
Banco del Azuay (45)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificio de estilo francŽs plateresco, igual- La necesidad urgente de que el Austro
mente inspirado en el esp’ritu renacentis- contara con una instituci—n bancaria ins-
ta, pero con finos detalles de concresi—n pir— a un grupo de ciudadanos presididos
inherentes al neoclasicismo y a la arqui- por el Sr. Federico Malo a formar en
tectura de las monarqu’as, especialmente 1912 la Junta Promotora del Banco del
en lo que respecta a la ornamentaci—n. Azuay , la conformaci—n de Žste ente con-
t— con la aprobaci—n del gobierno.
En 1922 el arquitecto quite–o Luis Feli-
pe Donoso Barba planifica el nuevo edifi-
Esquema funcional: cio para el Banco del Azuay, el proyecto
se concluye en 1926 y constituye un hito
dentro de la arquitectura de la ciudad.
En 1950 aproximadamente se construye
el edificio contiguo de estilo racionalista,
intervenci—n realizada por el arquitecto
cuencano Gast—n Ram’rez.
En 1999 debido a la crisis bancaria y a
malos manejos econ—micos el Banco quie-
bra, y todos sus bienes pasan a poder de la
Agencia de Garantia de Depositos
A.G.D.; hasta que posteriormente, como
Globalizadores un homenaje a la ciudad, el 3 de noviem-
Circulaciones bre del 2000 el edificio pasa a poder de la
Espacios de uso
Municipalidad de Cuenca, donde fun-
cionar‡ la alcald’a y otras dependencias.

48
An‡lisis compositivo: bramantino), el mismo que soporta una tre de m‡rmol; en el segundo como ven- un espacio cerrado y cubierto alrededor del
Constituye a buen criterio, el mejor ejem- cœpula o domo a la imperial, de donde na- tanas con dintel decorativo, balaustre de cual se organizan las dependencias del
plo de arquitectura de influencia francesa cen lucernarios enmarcados en arcadas de hierro forjado y balcones alternados sobre banco.
constru’do en la ciudad, que por sus cua- medio punto, resueltos en m‡rmol con or- mŽnsulas; y en el tercer nivel, como ven- Posee una sola caja de gradas ubicada la-
lidades expresivas y su nivel de detalle, se namentaci—n de estilo Luis XIV. La cœ- tanas con frontones triangulares, decora- teralmente. Atiguamente en esta zona se
destaca totalmente de su contexto inme- pula es coronada adem‡s por un detalle es- dos con diferentes motivos alternados de encontraba un acceso secundario hacia el
diato, conformado por edificaciones m‡s cult—rico, tambiŽn perteneciente al mismo dos en dos. edificio, el cual ha sido clausurado.
simples y sobrias. La riqueza del lengua- lenguaje estil’stico. As’mismo se destaca (como eje vertical en Se ha cre’do conveniente analizar la se-
je de sus formas y la pureza de sus mate- Los cuerpos laterales de cierre son salien- el cuerpo horizontal) una gran moldura gunda planta alta, ya que Žsta ha sufrido
riales de concresi—n, logran conseguir que tes, constru’dos sobre z—calo de piedra, el decorativa a manera de cartucho alargado, menos modificaciones que las dem‡s. En
el edificio se perciba sensitivamente (in- mismo que rodea toda la fachada. En el de altorelieve en motivos florales y vegeta- este nivel se conserva aœn la configura-
clusive hasta nuestros d’as) tal cual se lo primer nivel se distingue un prolijo almo- les, que dividen los diferentes ritmos de ci—n espacial del distribuidor central, en
debi— haber imaginado inicialmente: co- hadillado que bordea un ritmo de tres ven- ventanas. Se observa uno de Žstos elemen- donde trabajaban las secretar’as del banco.
mo sin—nimo de poder econ—mico, grande- tanas, separadas entre s’ por peque–as co- tos en el cuerpo izquierdo, y dos en el de- de donde el espacio se divid’a a travŽs de
za y lujo. lumnas embebidas de orden compuesto. recho (al tener en este lado un ritmo m‡s paneles bajos de madera que se divid’an
Edificio esquinero de tres niveles, simŽtri- El segundo y tercer nivel son unificados de ventanas). A su vez, ambos cuerpos generando corredores de circulaci—n peri-
co casi en su totalidad (excepto por un rit- por dos pilastras estriadas de orden gigan- cierran con una balaustrada de m‡rmol, metrales. Este distribuidor se conecta di-
mo adicional en el ala derecha) pero se te que enmarcan la ventaner’a en ambas que se desarrolla en toda la fachada hasta rectamente con la oficina de la Gerencia
percibe como tal. Dividido de igual forma plantas, observ‡ndose alrededor de las mis- encontrarse con la cœpula central y los General, la cual se ubica en el ala izquier-
en cinco cuerpos: dos verticales en los ex- mas motivos decorativos tomados de deta- frontones laterales de coronaci—n. da del Banco, hacia la calle Antonio Bo-
tremos a manera de cierre; dos horizonta- lles que identificaron a los diferentes pe- An‡lisis funcional rrero.
les y el cuerpo central, diferenciados entre r’odos de la monarqu’as francesas, como: El acceso es centralizado y se encuentra Las dem‡s dependencias del banco est‡n
s’ por un interesante juego de entrantes y hojas de acanto, flores de lis, rosetas, en- localizado en la esquina, el mismo que organizadas en ‡reas abiertas cuya œnica
salientes. tre otros. conduce a un vest’bulo de acceso y luego divisi—n espacial se presenta a travŽs de
Se distingue especialmente por el trata- Los cuerpos laterales rematan a su vez a un amplio vest’bulo de distribuci—n, en amplios arcos rebajados, y de vanos adin-
miento de la esquina (cuerpo central), re- con una variedad de front—n escarzano que torno al cual se organizan las dependen- telados que se comunican con el espacio
suelta como per’stilo angular en planta ba- circunscribe otro triangular de menores cias del banco, incluyendo la b—veda de se- central.
ja, de donde suben columnas excentas es- proporciones, sostenido en consolas y que guridad. Todos los espacios se encuentran debida-
triadas con basamento en el segundo ni- enmarcan un escudo her‡ldico. Este re- La configuraci—n funcional del Banco del mente iluminados y ventilados gracias a
vel, las mismas que enmarcan (unidas a mate es rico en ornamentaci—n, de las ca- Azuay es bastante singular ya que presen- un adecuado sistema de ventaner’a.
un balaustre), un balc—n circular a doble racter’sticas ya descritas anteriormente. ta una distribuci—n abierta y continua de
altura, que deja ver en la pared posterior, Los cuerpos intermedios (horizontales) son A los ‡ticos y a la cœpula se accede por
los espacios. En todos los niveles posee una escalera en caracol ubicada en la mis-
un juego de dos ventanas decoradas de la- caracterizados por una resoluci—n simŽtri- un espacio central, que hace las veces de ma caja de gradas, estos espacios son uti-
do y lado con altorelives verticales de mo- ca de ventanas, las cuales est‡n enmarca- globalizador ya que distribuye los flujos de lizados como bodega de los archivos del
tivos her‡ldicos y vegetales. Las columnas das y presentan diferentes tipos de concre- las circulaciones. Este espacio posee el banco.
definen un entablamento tambiŽn circular si—n segœn el nivel: en el primero se re- concepto del patio, agrupador y organiza-
(detalle inspirado m‡s bien en el modelo suelven como ventanas con clave y balaus- dor de las actividades, siendo sin embargo

49
Corte Superior de Justicia (46)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificaci—n proyectada inicialmente para La primera piedra de esta edificaci—n fue
la Universidad del Azuay, que demuestra colocada en 1914 pero el edificio fue con-
claramente y sin muchas distorsiones, el cluido en la dŽcada del 30. Fue dise–ado
uso del lenguaje neocl‡sico francŽs en la por Francisco Espinosa Acevedo, otro ar-
arquitectura de la ciudad. quitecto quite–o de renombre, y planifi-
cado inicialmente para ser la sede de la
Universidad del Azuay (hoy Universidad
de Cuenca), siendo Rector de la misma el
Dr. Juan Bautista V‡zquez. Esta cons-
trucci—n fue financiada completamente por
la Universidad, que en esa Žpoca ten’a tres
Esquema funcional: facultades: de Jurisprudencia, de Ciencias
Pr‡cticas (Medicina), y posteriormente de
Ciencias Exactas (Ingenier’a).
El m‡rmol para revestimiento fue tra’do
de ÒSayaus’Ó y era pulido en los molinos
del Tomebamba. Los muros son de ladrillo
de la zona de ÒEl TejarÓ. El lat—n policro-
mado para los cielos rasos fue importado
de Francia, y los vidrios de colores de los
arcos de las ventanas fueron tra’dos de
BŽlgica.
Globalizadores En el plano original de este inmueble no
Circulaciones constaban las instalaciones sanitarias, que
Espacios de uso fueron adecuadas posteriormente por la
Funci—n Judicial, quiŽn compra este edifi-
cio en 1949, siendo rector de la Universi-
dad el Dr. Carlos Cueva Tamariz.

50
An‡lisis compositivo: do que recuerdan formas del per’odo roco- flancos, que representa la ley conclusiva aprovechar la gran altura de las mismas, es
Planificado igualmente como edificio que c—, enmarcados en columnas lisas con ba- dentro de la composici—n. Esta se integra as’ como algunos de los hoy en d’a juzga-
se destaca totalmente de su contexto, po- samento . Este tratamiento envuelve a su a la cornisa por un grueso antepecho que dos de la Corte poseen mezanines.
see un alto grado de valor significativo: vez, a los ritmos de ventaner’a con clave contiene tres ojos de buey: el central en- La configuraci—n espacial se mantiene en
por su emplazamiento (en la esquina sur- de los cuerpos laterales. marcado a manera de lucernario; y los la- todos los niveles, debido al sistema cons-
este del parque central) y por su uso (ca- Sobre el primer marcapiso (de molduras fi- terales ejecutados como escudos her‡ldicos tructivo de paredes portantes utilizado en
sa matriz de la educaci—n y la cultura de leteadas) se levanta un juego de columnas inscritos en peque–os cuerpos a manera de esa Žpoca.
la Žpoca), por lo que al igual que el Cole- corintias pareadas de orden gigante que paramentos con arcada de medio punto y
gio Benigno Malo, se vali— del lenguaje definen la ventaner’a adintelada (tambiŽn rematados con pin‡culos. A la cœpula del edificio se accede desde
neocl‡sico como herramienta de dise–o en pareada) del cuerpo central en sus dos ni- An‡lisis funcional: una escalera met‡lica ubicada en la segun-
el plano de la significaci—n. El uso de veles. Se emplea el mismo orden gigan- da planta alta, de la que se deduce no fue
grandes alturas (destacadas por el uso de te para controlar la gran longitud de las fa- Edificio de un solo patio, presenta sime- planificada, ya que su ubicaci—n molesta la
columnas en el orden gigante en su facha- chadas laterales, conteniendo ahora un rit- tr’a axial en su dise–o funcional. El ac- circulaci—n hacia una de las dependencias
da) denotan la percepci—n sensitiva de mo- mo de diez ventanas de medio punto (cin- ceso principal est‡ ubicado en la esquina y del edificio. La cœpula es utilizada hoy en
numentalidad y colosalismo, que se de- co en cada nivel) separadas entre s’ por un conduce a un vest’bulo de ingreso en el d’a como bodega.
muestra de igual manera con el manejo de sistema de pilastras alternadas. Luego, la que se encuentran las cajas de gradas,
la escala al interior del edificio. Por otro fachada lateral termina por un ritmo triple una a cada lado del eje de simetr’a y que
lado, el uso de materiales nobles, combi- de ventanas en los tres niveles, as’mismo conducen œnicamente hacia la primera
nados con finos rasgos de concresi—n de enmarcado por las columnas corintias de planta alta. Luego la caja de gradas es
los Òc—digos cl‡sicosÓ, intencionan f‡cil- orden gigante, que ahora son encargadas trasladada hacia un rinc—n del edificio cer-
mente el lenguaje institucional que posee adem‡s, de cerrar la fachada hacia los la- ca del teatro, en el extremo opuesto. El
la edificaci—n. dos. vest’bulo de acceso conduce a un patio de
amplias proporciones rodeado por arque-
El edificio es esquinero y solucionado a Hacia arriba, la fachada se cierra con una r’as que delimitan los corredores y conec-
tres niveles, constru’do ’ntegramente en gran cornisa volada con dent’culos, los tan todas las dependencias. El patio cen-
piedra y m‡rmol, simŽtricamente dispues- mismos que definen un arquitrabe satura- tral constituye el eje organizador de las ac-
to con divisi—n tripartita de fachada, en do de entrantes y salientes, como conse- tividades de este edificio.
donde su cuerpo central est‡ totalmente cuencia del sistema de columnas y pilas- El patio central del edificio sirve adem‡s
jeraraquizado (ejecutado como cuerpo es- tras presentes en toda la composici—n. So- de vest’bulo del Antiguo Teatro Universi-
quinero que destaca el acceso central) bre la cornisa se desarrolla una balaustra- tario, m‡s conocido como Teatro Sucre, al
El primer nivel demuestra el cl‡sico uso da compuesta por peque–os ritmos, dis- que se accede adem‡s por un largo calle-
del amohadillado sobre z—calo de piedra, puestos tambiŽn de acuerdo a la posici—n j—n que da a la Calle Sucre.
que destaca los accesos en el volœmen cen- de las diferentes pilastras y columnas.
tral, resueltos con puertas de hierro forja- Se destaca el especial cierre en la esquina, En planta baja el espacio de las aulas ha
solucionado por una gran cœpula de tres sido subdividido horizontalmente para

51
Antigua Casa de Rosa Jerves (38)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Vivienda de corte renacentista francŽs con Proyecto que es mentalizado por el artista
ornamentaci—n del estilo Imperio. francŽs Giusseppe Majon, pero dirigido
personalmente por el Sr. Manuel Ordo–ez,
esposo de la Sra. Rosa Jerves, aproximada-
mente en 1910. El Sr. Ordo–ez partici-
pa posteriormente en el dise–o de la Es-
cuela de Medicina y el Pasaje Le—n, edifi-
cios que luego se les har‡ menci—n.
Esquema funcional:
El constructor Luis Lupercio se encarg— de
la fachada y el artesano Julio Pacurucu de
la pintura interior. Los vidrios fueron
tra’dos de BŽlgica y el lat—n policromado
que decora los cielos rasos y z—calos, as’
como otros elementos de hierro forjado,
fueron tra’dos directamente de Francia por
miembros de la misma familia.
La Sra. Jerves fue una mujer muy vincu-
lada a la cultura y a las artes. En su ca-
sa ten’an lugar las reuniones de los miem-
bros de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Circulaciones en los primeros a–os de su creaci—n. De
Espacios de uso igual manera, en esta casa se fund— ade-
m‡s la organizaci—n ÒAmigos de FranciaÓ
en la dŽcada de los 50. Acutalmente es-
ta vivienda es propiedad del Econ. Jorge
Eljuri.

52
An‡lisis compositivo: el tercero. An‡lisis funcional: todo el ancho de la fachada. Junto al sa-
Si bien esta vivenda se integra al contex- Las puerta-ventanas son todas de arco pe- Vivienda medianera de configuraci—n espa- l—n exist’a otra caja de gradas que conec-
to inmediato en alturas y proporciones, no raltado con clave (de flor de lis) y perfec- cial particular, ya que no posee patios si- taban la primera planta alta con el ‡tico
lo hace en su expresi—n formal, pues sus tamente enmarcadas. Sobre cada una de no s—lo tragaluces. ubicado en la tercera planta alta, espacio
finos rasgos de concresi—n la hacen desta- ellas observamos una composici—n a mane- Este inmueble tiene dos accesos, localiza- que era utilizado como estudio. Desde aqu’
carse f‡cilmente de las otras viviendas del ra de front—n que sugiere un altorelieve de- dos lateralmente con respecto al eje de si- se accede a la terraza con balaustre que
tramo, sin de ninguna manera desconocer corativo floral, inscrito en un t’mpano metr’a de la fachada, el uno es utilizado remata el edificio.
mŽritos en las anteriores. La sugerente apoyado sobre consolas con motivos de ca- exclusivamente por el almacŽn que da ha-
decoraci—n (en motivos, materiales y tona- beza de le—n (bucŽfalos), que nacen del cia la calle.
lidades crom‡ticas) sumada a la incre’ble mismo marco de ventana. El segundo acceso es el principal hacia la
prolijidad en el trabajo artesanal, crean en En el segundo nivel distinguimos un bal- vivienda, el mismo que comunica a un pa-
el observador una suerte de sensaciones, c—n corrido de hierro forjado con motivos saje que se desarrolla a todo lo largo del
que van desde la suntuosidad a la fanta- floriformes, constituyendo una filigrana de inmueble en planta baja. Este pasaje po-
s’a. mŽrito que destaca la calidad del trabajo see lucernarios de vidrio belga que permi-
Su fachada es totalmente simŽtrica, re- atesanal. Este balc—n integra y conecta las ten que el ambiente tenga buenas condi-
suelta en un cuerpo œnico de tres ritmos tres puerta-ventanas de este nivel. En la ciones de soleamiento y ventilaci—n
a tres niveles, claramente definidos y dife- tercera planta el balc—n se divide en tres En las dem‡s plantas existe un largo co-
renciados. El primer nivel est‡ constitu’- cuerpos, haciendo m‡s bien la funci—n de rredor que enlaza todos los espacios, y que
do por una triple arcada de fino m‡rmol, antepechos. se encuentra delimitado por los tragaluces
la misma que conforma un portal. Cada La clara enmarcaci—n de niveles se logra que iluminan el pasaje.
arco (de tipo carpanel) est‡ remarcado y se primeramente a travŽs de diferenciar el
apoya sobre columnas neocl‡sicas adosa- material de fachada en primera planta (que Posee una caja de gradas en el acceso
das de lado y lado a las pilastras (que de- adem‡s se ayuda en el efecto lineal del bal- principal, ubicado aproximadamente en la
finen los ritmos en la arquer’a), compar- c—n corrido) y con el uso de un doble mar- mitad del inmueble despuŽs del primer
tiendo entre las dos un basamento comœn. capiso entre la segunda y tercera planta, tragaluz. Las gradas son amplias y de di-
Las pilastras se hacen presentes tambiŽn decorado igualmente con ornamentaci—n se–o en forma de E invertida (saliendo
en el segundo y tercer nivel, definiendo del estilo Imperio. dos tramos desde el primer descanso), y
totalmente los ritmos de ventaner’a. Sus se desarrolla œnicamente desde la planta
La fachada se cierra con una cornisa sobre baja al primer piso alto. La escalera de
fustes est‡n decorados con altorrelieves la cual se asienta una fina balaustrada de servicio est‡ ubicada al fondo de la edifi-
dorados en motivos vegetales y her‡ldicos hierro forjado,que deja ver a su vez una caci—n y comunica todos los niveles del
muy caracter’sticos del estilo Imperio, elegante mansarda de l‡minas de zinc con edificio.
mientras que sus capiteles presentan dos tragaluz frontal, evidenciando aœn m‡s la
tipos de concresi—n: de orden compuesto tipolog’a de vivienda francesa que se reto- El sal—n principal est‡ ubicado en la pri-
en el segundo nivel, y de orden corintio en m— en la producci—n arquitect—nica local. mera planta alta hacia la calle, utilizando

53
Casa de la Bienal de Pintura (4)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Vivienda neocl‡sica pura, casi sin orna- Este inmueble fue propiedad de la familia
mentaci—n en relieve Alvarado Ochoa, quienes en 1920 pose’an
una casa de un solo piso hacia la calle Es-
tŽvez de Toral. En 1928, Don JosŽ Alva-
rado compra un lote que conectaba a la ca-
sa con la calle Bol’var, con la posterior in-
tenci—n de adquirir tambiŽn el sitio esqui-
nero, meta que no se concret—, quedando
su propiedad en forma de ÒLÓ. En la dŽ-
cada de los 30, ampl’a el inmueble de la
Esquema funcional: EstŽvez de Toral y construye completa-
mente hacia la calle Bol’var. Esta fachada
es la imitaci—n de una fotograf’a francesa,
tra’da por Don JosŽ Alvarado, relojero y
vendedor de planchas de lat—n ÒBerloyÓ, de
uno de sus viajes a Europa. El lat—n im-
portado ven’a en estado monocrom‡tico, y
Globalizadores una vez colocado se lo coloreaba con pur-
Circulaciones purina que ven’a junto con el lat—n. En
Espacios de uso las paredes de los salones principales se
han develado frescos con motivos paisaj’s-
ticos y buc—licos realizados por artistas de
la Žpoca.
En 1994 el inmueble es vendido al Muni-
cipio para el funcionamiento de bodegas y
oficinas de la Bienal Internacional de Pin-
tura.

54
An‡lisis compositivo: marcadas en forma de gaveto y resueltas hoy en desuso, ubic‡ndose hacia la calle
Edificaci—n entre medianeras que difiere de igual manera en arco peraltado. EstŽvez de Toral.
de su tramo o contexto inmediato en ma- Del balaustre del balc—n corrido nacen dos El inmueble posee un solo patio, asimis-
teriales, escala y expresi—n arquitect—nica. pares de columnas excentas que suben y mo en forma de ÒLÓ, que unifica sus par-
A pesar de que su fachada no es muy an- soportan los extremos de los balcones late- tes. En torno a el mismo se organizan to-
cha, su altura se eleva sin muchas restric- rales de la planta superior (tercera planta). das las habitaciones de la casa utilizando
ciones, por lo que se la percibe un poco Desde ah’ vuelven a repetir esta misma corredores que lo rodean.
alargada o esbelta. Esta percepci—n se operaci—n pero ahora para sostener un Esta vivienda pose’a dos salones, uno ha-
completa adem‡s por el uso de delgadas front—n escarzano que cubre las ventanas cia cada calle, y las actividades de servicio
columnas excentas que sobresalen de la fa- laterales en el tercer nivel (que son en es- como son cocina, lavander’a y ba–os, se
chada, lo que da una lectura muy especial te caso adinteladas) encuentran ubicadas al fondo de la vivien-
del lenguaje neocl‡sico, donde (por este La fachada se cierra mediante un balaus- da.
factor) se anula en parte la ÒpesadezÓ ca- tre corrido sobre cornisa, pero con la ob- En la tercera planta alta de este edificio
racter’stica del mismo lenguaje, d‡ndole servaci—n de que se levanta sobre el ritmo existe un ‡tico que se utilizaba como mi-
m‡s bien un aire de mayor liviandad, si se central, un cuerpo adicional a manera de rador y que hoy en d’a es usado como bo-
puede decir. ‡tico, resuelto como torre—n central con dega.
Por otro lado, el efecto crom‡tico logrado corona y esferas decorativas a manera de
a travŽs del uso de m‡rmol travertino en peque–os pin‡culos de remate. Dentro de
toda su fachada, produce una sensaci—n de este cuerpo se inscriben dos peque–as ven-
sobriedad y ÒpurezaÓ en la edificaci—n. tanas adinteladas.
Su fachada es simŽtrica, resuelta en un An‡lisis funcional:
cuerpo œnico de tres ritmos a tres niveles Este inmueble tiene la peculiaridad que se
con remate superior sobre el ritmo central desarrolla espacial y funcionalmente en
(‡tico) forma de L, por lo que tiene dos fachadas,
En la primera planta se distinguen los tres una hacia la calle Bolívar (fachada norte
ritmos de puertas resueltas con arco peral- que es motivo de este an‡lisis, y otra ha-
tado, y definidos por el uso de columnas cia la calle EstŽvez de Toral).
en el orden corintio, adosadas y con ba- Posee dos accesos, el principal de la calle
samento. Estas columnas soportan a su Bol’var se ubica lateralmente en la facha-
vez un sistema de mŽnsulas (a nivel de da, que comunica a un largo zagu‡n que
primer entrepiso) donde se asienta un bal- conduce hasta el patio y a la caja de gra-
c—n corrido de m‡rmol a todo el largo de das, la misma que se desarrolla sobre to-
la fachada, el mismo que integra el juego dos los niveles del inmueble. El acceso se-
de ventanas de segunda planta, todas en- cundario es m‡s amplio y se encuentra

55
Cl’nica Vega (17)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Interesante ejemplo que subraya por un La fachada de esta vivienda tambien fue
lado la transici—n entre la arquitectura re- dise–ada por el arquitecto Donoso Barba,
nacentista y la neocl‡sica, y por otro evo- para el Sr. Luis A. Delgado, exportador
ca la ornamentaci—n del per’odo Luis XIV. de sombreros.
En la Žpoca de la colonia este inmueble
era de dos pisos, y en 1924 se sustituye
completamente la fachada ampliandose a
un tercer piso, pero respetando las carac-
ter’sticas funcionales de la casa original.
Esquema funcional: La planta baja fue siempre destinada a co-
mercio, pues en la dŽcada de los 20 fun-
cionaba aqu’ la Financiera ÒSucesores de
M. Delgado e HijosÓ, que se dedicaba a
realizar prŽstamos a los peque–os exporta-
dores .
En 1956 muere el Sr. Luis A. Delgado
heredando esta casa a su hija Cristina,
quien se casa con un prestigioso mŽdico, el
Dr. JosŽ E. Vega y Vega.
Globalizadores En 1959 el Dr. Vega junto a 10 mŽdicos
Circulaciones deciden formar una Sociedad de amigos al
Espacios de uso servicio de la comunidad cuencana y fun-
dan la Cl’nica Vega con especialidad en gi-

56
necolog’a. Esta fue la cuarta cl’nica en ciona un alto grado de unidad y elegancia fachada como volœmen, el mismo que se ta alta y vivienda en la segunda planta al-
Cuenca y ha funcionado desde ese enton- a la percepci—n arquitect—nica del conjun- desarrolla en su parte baja como antepe- ta.
ces en el segundo piso del inmueble. En to. cho a manera de balc—n macizo con mol- El acceso es lateral, y conduce a travŽs de
ese a–o se realizaron adecuaciones impor- La fachada es simŽtrica y solucionada a duras, de donde sube un arco falso de re- un zagu‡n a la caja de gradas y hacia don-
tantes a la casa como fue el cerrar en tres niveles, que presenta divisi—n triparti- lieve que inscribe una ventana adintelada de se ubicaba el patio.
planta baja el primer patio para utilizar ese ta en su fachada, donde los cuerpos latera- con ornamentaci—n de motivos vegetales En planta baja funciona un almacŽn al
espacio en segundo piso como sala de es- les son de proporciones verticales y el cuer- en el sobredintel. cual se accede desde la calle, el mismo que
pera, la implementaci—n de bater’as sani- po central (m‡s horizontalizado) posee tres En la tercera planta, las ventanas del ocupa casi todo el fondo del inmueble.
tarias en cada habitaci—n, y el cerramien- ritmos. Se da un tratamiento especial pa- cuerpo central tienen antepechos de mol-
to de la logia del segundo piso, desde esta ra cada uno de los cuerpos. duras rectangulares y decoraci—n lineal En el traspatio se ubican otras gradas que
Žpoca el tercer piso es utilizado como vi- con clave. Se remata el cuerpo con una conducen a la primera planta alta, donde
vienda de la Familia Vega-Delgado. Planta baja almohadillada con z—calo, que funcionan consultorios mŽdicos y las ins-
define tres puertas y dos ventanas dispues- cornisa donde se destacan detalles a ma- talaciones administrativas de la cl’nica.
En 1999 se inaugura la Fundaci—n con tas alternadamente; as’ las puertas latera- nera de triglifos. Esta cornisa lineal, se
fines humanitarios ÒJosŽ E. VegaÓ, nom- les son remarcadas y decoradas con moti- convierte luego en molduras semicircula- En la primera planta alta el patio ha sido
brada en honor de su instaurador. Los vos de estilo Luis XIV, mientras que las res a los extremos, para delimitar las co- cubierto, sin embargo existe un globaliza-
consultorios funcionan en el segundo pa- ventanas y la puerta del cuerpo central son ronas que enmarcan paramentos c—ncavos dor principal el cual distribuye y organiza
tio de la planta baja, y la Cl’nica como tal enmarcadas y decoradas œnicamente con almohadillados en los cuerpos laterales. los espacios, donde se evidencia la estruc-
en el segundo piso. claves en alto relieve. Los cuerpos latera- Estos inscriben a su vez puerta-ventanas tura del antiguo patio, ya que las colum-
An‡lisis compositivo: les son definidos por pilastras usadas para de medio punto con ornamentaci—n floral nas delimitan el ‡rea de los corredores que
enmarcaci—n y cierre en toda la fachada. y claves del mismo tipo, destac‡ndose ade- conducen a las habitaciones. En este ni-
Edificaci—n que se destaca en altura y ex- m‡s los balcones de hierro forjado que vel los espacios interiores han sufrido frac-
presi—n arquitect—nica de su contexto in- En la segunda planta de igual forma tene- completan la composici—n, y que se defi- cionamiento para adecuarse al nuevo uso
mediato, conformado por principalmente mos dos lecturas: la primera del cuerpo nen a partir de aprovechar la superficie del de cl’nica.
por peque–as casas de dos plantas, dife- central, donde se observa una balaustrada volumen saliente de la planta inferior. Fi- En la primera cruj’a se ubicaba el sal—n
renciadas adem‡s por tener una forma de m‡rmol corrida a manera de antepecho nalmente, las coronas son rematadas con principal, que ten’a acceso a un amplio
mucho m‡s simple y menos ornamentada. de las tres ventanas de arco carpanel simŽ- vasos de fuego, elemento caracter’stico de balc—n hacia la calle. Actualmente el bal-
Se percibe como una interesante composi- tricamente dispuestas. Dichos arcos des- la arquitectura francesa del siglo XVII. c—n ha sido cerrado y es utilizado como
ci—n en donde se observa por un lado, el cansan sobre columnas circulares de fuste consultorio, as’ como el sal—n.
juego entre volœmenes entrantes y salien- liso en el orden compuesto, ejecutadas en An‡lisis funcional:
tes; y por otro, se destaca el uso de la l’- fino m‡rmol de la zona. Sobre los arcos Edificaci—n medianera que sigue el mode- La segunda planta alta define un amplio
nea curva que ayuda a la expresi—n formal sobresalen las claves en altorrelieve, a las lo funcional de patio y traspatio. Su lec- departamento, el cual ha sido adaptado
en dinamismo, flexibilidad y valores deco- que se les percibe unidas al marcapiso del tura funcional se dificulta al haber sufrido perfectamente a sus requerimientos espa-
rativos. Pero a pesar del insistente uso de segundo nivel. La segunda lectura se re- varias modificaciones para adecuarse a di- ciales.
detalles ornamentales, el manejo de los fiere a los cuerpos laterales, donde se ob- ferentes usos, como son: los de comercio
elementos del lenguaje neocl‡sico propor- serva a todo el bloque que sobresale de la en planta baja, cl’nica en la primera plan-

57
Casa Sojos (27)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificaci—n de lenguaje neorenacentista En inicios del siglo XX este inmueble es
con rasgos de composici—n neocl‡sica, comprado a la familia Malo-Tamariz por
donde se observa claramente la adaptaci—n Benjam’n Sojos, quien resuelve levantar
a la arquitectura local. una nueva fachada. Para 1910, el nuevo
propietario manda traer de Francia mate-
riales de construcci—n para su casa, convir-
tiŽndose en la primera persona en impor-
tar cemento a Cuenca, donde adem‡s su
profesi—n de qu’mico le ayud— a realizar
personalmente un sinnœmero de pruebas
de este Ònuevo materialÓ en la fachada.
Esquema funcional: Esta es quiz‡s la raz—n para que la casa
conserve todav’a la peculiaridad de tener
elementos de cemento visto.
En 1912 manda a pedir de Par’s un nue-
vo cargamento, en donde ven’an puertas y
ventanas de hierro forjado, teniendo para
ello previsto las dimensiones de los respec-
tivos vanos. Aprovechando la importa-
Globalizadores ci—n, Don Federico Malo (su vecino y
Circulaciones gran amigo) le hace el mismo encargo; pe-
Espacios de uso
ro con todo el conflicto de la primera gue-
rra mundial, solamente pudo llegar a la
ciudad una gran puerta, que Benjam’n So-

58
jos cede a su amigo como un gesto de ca- Para facilitar el an‡lisis nos remitiremos a ra y quinta ventana son de medio punto y principal ubicado al costado derecho de la
ballerosidad, optando por realizar sus la primera interpretaci—n. los tres restantes de arco carpanel. Los fachada y conduce a travŽs de un largo za-
puertas en madera de la zona, como buen En el primer nivel encontramos cinco tres niveles se cierran mediante una grue- gu‡n al patio y a la caja de gradas, Esta
reemplazo al fino hierro parisino. puertas de madera divididas por seis co- sa cornisa conformada por una moldura conecta la planta baja con la primera plan-
An‡lisis compositivo: lumnas corintias embebidas con z—calo y en forma de gaveto, realizada en ladrillo ta alta y desemboca en la antesala del sa-
Edificio que presenta una armon’a parcial fuste encementado liso, base de m‡rmol y visto. l—n principal; el cual se ubica en la prime-
con su contexto inmediato, ya que por un con capitel decorativo realizado en ladrille- Rematando la fachada, encontramos dos ra cruj’a hacia la calle.
lado respeta totalmente escala, ritmos y r’a (arcilla cocida). Esta combinaci—n de torreones ubicados a los extremos latera- Partiendo de la antesala se organizan los
alturas de su edificaci—n contigua a la de- materiales se har‡ presente en toda la fa- les, definidos como paramento arcado con espacios en la primera planta alta, desde
recha, y por otro desconoce totalmente a chada, viŽndose un interesante resultado bordes vivos (almohadillados) donde se aqu’ se accede a las escaleras de caracol
una sencilla arquitectura de dos niveles final que evidencia el ÒtoqueÓ local, espe- inscribe una ventana de arco de medio que conducen a los torreones, y se desa-
hacia su izquierda. Pero principalmente cialmente en los criterios de ornamenta- punto con antepechos de chambranas con rrollan desde el primer piso alto en adelan-
el edificio se destaca por su manejo cro- ci—n con ladrillo visto. la misma decoraci—n de las dem‡s venta- te.
m‡tico (dado por el manejo de materia- El segundo nivel est‡ definido por cinco nas, pero de menor proporci—n. En planta baja funciona la Botica Central-
les), que se observa como un bien logrado ventanas (la central de medio punto y las Las torres a su vez se encuentran enmar- ,que cuenta con un acceso independiente
contraste al percibir un equilibrio total en cuatro laterales carpanel) divididas as’mis- cadas por un balaustre con pasamano en- desarroll‡ndose en dos niveles (una planta
la expresi—n final, en donde ningœn mate- mo por seis columnas corintias (anotando cementado corrido, y con decoraciones en baja y un mezanine), que formalmente se
rial gana al otro, y donde m‡s bien se des- que las laterales en realidad son medias co- forma de rosetas huecas en ladrillo visto aprecia como uno solo desde el exterior.
tacan mutuamente. Por otro lado, el di‡- lumnas). Cada arco de ventana est‡ sopor- (mismo dise–o de los antepechos de ven- Las gradas para acceder al mezanine de la
logo entre elementos compositivos del tado por dos peque–as columnas d—ricas a tanas). Existen adem‡s dos peque–as co- botica est‡n centralizadas.
neocl‡sico y detalles de construcci—n local, manera de enmarcaci—n. Las dos venta- lumnatas que dividen en tres partes al bal- El otro acceso se ubica al costado izquier-
producen un singular efecto formal que si nas laterales (primera y quinta) tienen un c—n. do de la fachada y conduce directamente
bien deja ver Òlo eleganteÓ, tambiŽn se antepecho decorado con chambranas de An‡lisis funcional: al primer piso alto, conectando los espa-
inscribe dentro de lo Òc‡lido y acogedorÓ, cemento con rosetas de ladrillo. Entre la Edificio entre medianeras, posee un solo cios œnicamente en la primera cruj’a, has-
produciendo de esta manera en el observa- segunda y la cuarta ventana existe un bal- patio en torno al cual se organizan los di- ta la segunda planta alta.
dor una nueva interpretaci—n sensitiva del c—n corrido de piedra soportado en mŽnsu- ferentes espacios. Actualmente es una edificaci—n que alber-
lenguaje estil’stico original. las de m‡rmol, compuesto adem‡s por dos ga oficinas, raz—n por la cual los espacios
Su fachada es totalmente simŽtrica y re- balaustres del mismo material que sostie- Este inmueble se divide en dos partes, la
nen a su vez a un barandal de hierro for- cruj’a principal de cuatro pisos de altura interiores han sido fraccionados para ubi-
suelta en un cuerpo œnico de cinco ritmos con acceso independiente desde la calle, y car bateriaas sanitarias y otras instalacio-
a tres niveles, con remate superior (torreo- jado que mezcla motivos geomŽtricos y ve- nes.
nes laterales). Estos elementos pueden getales. las cruj’as laterales y posterior de dos pi-
dar tambiŽn otra lectura del edificio (v‡li- El tercer nivel est‡ compuesto de manera sos de altura que conforman el patio, a
da de igual manera), donde se podr’a ha- similar al segundo, solamente con la dife- las cuales se accede independientemente.
blar de una divisi—n tripartita de fachada. rencia de que ahora los arcos de la prime- Tiene tres accesos desde el exterior; el

59
Antiguo edificio de diario ÒEl MercurioÓ(9)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificio que demuestra la interpretaci—n Casa edificada en 1932 por los Hermanos
francesa de la arquitectura italiana, pues- Sarmiento Abad, para acoger las oficinas
to que en Žl conviven elementos de los dos e instalaciones de diario ÒEl MercurioÓ,
lenguajes. siendo este inmueble conocido en la ciu-
dad como el ÒPalacioÓ de El Mercurio. El
proyecto es atribu’do a un ingeniero italia-
no de apellido Bartoli.
Esta edificaci—n est‡ ubicada en la subida
del Vado, sobre la calle que lleva el nom-
Esquema funcional: bre del científico francŽs La Condamine,
miembro de la Segunda Misi—n GeodŽsica
que se instal— en este sitio durante cinco
a–os.
En la dŽcada del 30, este inmueble as’ co-
mo todo el Diario, pas— a poder del Dr.
Nicanor Merch‡n, quien una dŽcada m‡s
tarde vende el inmueble a la Sra. Merce-
des Andrade de Ochoa. En 1955 compra
el inmueble el Sr. Alberto SempŽrtegui, el
Globalizadores
mismo que al morir hereda la casa a la
Circulaciones Sra. Maruja SempŽrtegui, quien la habita
Espacios de uso hasta el día de hoy .

60
An‡lisis compositivo: na noroeste de Francia, especialmente. ble est‡ ubicado en el costado derecho de por mediaguas que son usadas como habi-
Su importancia en el contexto urbano de (Trouville) la fachada, el mismo que conduce a travŽs taciones renteras .
la ciudad es m‡s que significativa. Se lo Esta tipolog’a se podr’a sintetizar en que de un zagu‡n a la caja de gradas y al pri-
percibe casi como hito arquitect—nico de los volœmenes laterales salientes sostienen mer patio. Alrededor del primer patio se
partida dentro del barranco hist—rico del (entre los dos) una triple arquer’a con ba- organizan las habitaciones; en esta vivien-
r’o tomebamba, teniendo adem‡s una to- laustre que define la segunda planta del vo- da no existen galer’as de circulaci—n sino
tal jerarqu’a en lo que respecta a visuales; lumen central, conformando un ‡rea de solo corredores estrechos que rodean el pa-
desde el edificio y hacia el mismo. Con balc—n (considerando que el cuerpo central tio en las plantas altas.
respecto a los otros ejemplos, su disposi- es entrante). Por un lado, este balc—n A travŽs de un corredor ubicado al costa-
ci—n espacial es diferente, raz—n por la funciona como cubierta del volumen cen- do izquierdo del patio, se llega al traspa-
cual crea nuevos valores sensitivos en el tral en planta baja, y las arcadas del mis- tio, alrededor del cual se ubican las zonas
observador, que van desde la misma ima- mo sostienen a su vez otro balc—n en la de servicio y de lavander’a.
gen de integraci—n al paisaje que lo da su planta superior de la vivienda. Esta es En planta baja existen dos locales utiliza-
emplazamiento (especialmente si se lo mi- una t’pica soluci—n de vivienda aislada, de dos para el comercio, cada uno cuenta con
ra desde la parte baja de la ciudad), inten- las varias interpretaciones de la arquitectu- su respectivo acceso desde la calle, y se co-
ci—n que es reforzada a travŽs de su len- ra civil del renacimiento francŽs, con la di- munican entre ellos a travŽs de puertas
guaje de concresi—n, que define amplias ferencia de que las fachadas eran cerradas que se conectan tambiŽn con el zagu‡n de
azoteas y balcones en todos sus niveles, a con techos de alta pendiente con lucarnas, ingreso.
los cuales se los percibe como que si qui- ojos de buey y otros elementos. Existe una sola caja de escaleras la cual
sieran acoger abiertamente al entorno na- En este caso, originalmente se ocult— la conecta todos los niveles del inmueble in-
tural del barranco, demostrando as’ una cubierta original y se cerr— la fachada en cluyendo la terraza.
bien lograda coherencia visual y contex- los cuerpos laterales, con coronaci—n escul-
tual. t—rica del per’odo barroco francŽs, eviden- El sal—n principal est‡ ubicado en la pri-
El edificio es simŽtrico de tres cuerpos a ciando de esta manera (a pesar del doble mera cruj’a hacia la calle en la primera
tres niveles, en donde los dos cuerpos la- lenguaje interpretativo) que los c—digos planta alta, al mismo que se accede a tra-
terales son salientes y el central (de tres franco-europeos se imponen en la lectura vŽs de una antesala. Al lado del sal—n
ritmos) es entrante. de esta edificaci—n. principal se encuentra el comedor princi-
pal y detr‡s de Žste la cocina.
Realizado enteramente en m‡rmol almo- (ver fotograf’a hist—rica) Actualmente esta vivienda es subarrenda-
hadillado, destac‡ndose este tratamiento An‡lisis funcional: da a varios inquilinos, y algunas de las ha-
para enmarcar puertas y ventanas. Su so- Vivienda medianera que sigue el esquema bitaciones est‡n en desuso.
bria expresi—n nos acerca al lenguaje ita- funcional de patio y traspatio, en torno a
liano, pero la disposici—n espacial reflejada Desde la terraza se acced’a antiguamente
en su fachada es de tipolog’a francesa, ob- los cuales se organizan los espacios. Po- a dos torreones que funcionaban como
serv‡ndose interesantes ejemplos en la zo- see cinco accesos, tres laterales y uno cen- miradores. Ahora este nivel es ocupado
tral. El acceso principal hacia el inmue-

61
Casa Cisneros-Naranjo (40)

Referente francŽs: An‡lsis hist—rico:


Edificaci—n Neocl‡sica con rasgos de or- Casa edificada en 1930 por el constructor
namentaci—n de los per’odos Luis XIV y Luis Lupercio para el Se–or Jorge Cisne-
Luis XV ros Naranjo. Esta vivienda tiene la pecu-
liaridad de que en el sitio que hoy ocupa
naci— el Padre Julio Mar’a Matovelle; ra-
z—n por la cual fue colocada en la fachada
Esquema funcional: del inmueble una placa conmemorativa del
centenario de su nacimiento en el a–o
1952.
Con el fallecimiento de su propietario la
casa pasa a propiedad de sus herederos,
quienes recientemente finalizaron el proce-
so de restauraci—n y readecuaci—n del in-
mueble.

Globalizadores
Circulaciones
Espacios de uso

62
An‡lisis compositivo: balaustre de m‡rmol, asentados sobre la vivienda se ilumina, se ventila y se or-
Edificiaci—n que demuestra el llamado cuerpos en relieve inspirados en motivos ganiza.
ÒennoblecimientoÓ de las nuevas fachadas vegetales del per’odo Luis XV. El traspatio era el lugar donde se localiza-
de la Žpoca, ya que de igual forma no se As’mismo, las tres ventanas centrales son ban las ‡reas de servicio. A travŽs de Žs-
destaca de las edificaciones contiguas en conectadas por un balc—n corrido horizon- te se acced’a a la huerta, la misma que ha
alturas o escala, sino en su fina concre- tal con balaustre de m‡rmol, sostenido so- desaparecido para convertirse en un v’ncu-
si—n, que aparece ornamentada y circuns- bre mŽnsulas del mismo material. lo con el lote posterior del inmueble.
crita segœn los elementos del lenguage La fachada es cerrada con una gran coro- Exist’a solo una bater’a sanitaria por cada
neocl‡sico, que ayudados adem‡s por un na que se convierte luego en cornisa vola- planta localizadas al finalizar la segunda
adecuado manejo del color y de la propor- da con dent’culos, la misma que inscribe crujía.
ci—n, consiguen sin ninguna dificultad, en su parte central, un escudo her‡ldico de La otra caja de gradas est‡ en la segunda
crear en el espectador la comœn e invaria- cabeza de le—n rodeada de ornamentaci—n cruj’a, y se accede a ella siguiendo el co-
ble percepci—n de sobriedad y elegancia. en motivos vegetales, siendo un recurso rredor que conecta los patios. Esta es me-
Igualmente de marcada simetr’a, constitu- muy usado en la arquitectura del per’odo nos utilizada que la principal y era usada
ye un edificio de clara lectura, al tener ele- Luis XIV. por la servidumbre.
mentos compositivos f‡cilmente reconoci- An‡lisis funcional: El sal—n principal se ubica hacia la calle
bles. Vivienda medianera, posee patio y traspa- en la primera planta alta y comparte el
Concebida como vivienda de dos plantas, tio en torno a los cuales se organizan las frente de la fachada con el comedor prin-
observamos recursos expresivos como el actividades. cipal. Tanto el sal—n como el comedor tie-
almohadillado con z—calo de m‡rmol en Tiene dos accesos, ubicados lateralmente y nen acceso a balcones ubicados hacia la
planta baja, que circusncribe dos puertas de forma simŽtrica con respecto a la facha- calle Luis Cordero.
(ubicadas en los extremos laterales) y tres da. Un acceso es utilizado solo por la
ventanas adinteladas con clave (en el cen- tienda y el otro se comunica a travŽs de un
tro de la fachada) zagu‡n con el primer patio y con la caja de
La planta alta est‡ definida por tres ven- gradas principal.
tanas, cada una enmarcada por un fron- Los patios se comunican entre s’ a travŽs
t—n de tipo escarzano con clave de concha, de un corredor que atraviesa la segunda
sostenido sobre dos columnas corintias cruj’a.
embebidas y dispuestas simŽtricamente.
Junto a la ventana central se definen de Las cruj’as laterales delimitan los patios,
lado y lado dos ventanas adicionales (ya en planta alta existen dos terrazas descu-
sin ornamento) de la misma proporci—n. biertas ubicadas al costado de cada patio,
Las ventanas laterales con front—n, defi- los patios de esta casa mantienen el con-
nen a su vez balcones semicirculares con cepto de espacio abierto, a travŽs del cual

63
Banco Internacional (52)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Encontramos caracter’sticas combinadas En la dŽcada del 20 el Sr. Francisco Mo-
de dos an‡lisis anteriores (Cl’nica Vega y desto Alvarado compra un terreno con ca-
Casa Cisneros), por lo cual el referente ar- sa de dos pisos, ubicado en la calle Borre-
quitect—nico se remite a las lecturas ya ro. Al fallecer en 1929, heredan sus bie-
realizadas en estos dos edificios. Igual co- nes sus tres hijos.
mentario para sus determinantes contex- Antonio y Alfonso Alvarado Delgado de-
tuales y perceptivos. ciden contratar al constructor Luis Luper-
cio para que les elabore un proyecto de la
fachada de la casa, ampli‡ndola a tres pi-
sos.
El modelo de la casa es tomado de una re-
vista de arquitectura francesa propiedad de
Esquema funcional: Lupercio. La fachada es sustituida com-
pletamente y el interior de la casa es ade-
cuado por los due–os. La fachada se con-
cluye en 1934.
El inmueble pose’a dos patios, un princi-
pal y uno de servicio donde se almacenaba
la le–a. Ten’a solo dos ba–os, un ba–o
completo ubicado en el primer piso alto
Globalizadores que era utilizado por los due–os de casa, y
Circulaciones uno peque–o situado bajo la grada del se-
Espacios de uso
gundo patio en planta baja y era de uso de
la servidumbre.

64
En planta baja funcionaban dos tiendas adecuaci—n del inmueble se realiz— para sa- de balaustre y decoraci—n en el sobredin- directamente a la antesala del sal—n prin-
renteras. Los pisos altos eran utilizados tisfacer las necesidades del banco. tel; y en el tercero con enmarque y sobre- cipal, el mismo que se ubica en la prime-
como vivienda. La cocina de le–a estaba An‡lisis compositivo: dintel del tipo peraltado. ra planta alta , siendo un espacio altamen-
en el tercer piso, y ten’a un sistema de ca- Edificio simŽtrico que presenta divisi—n La fachada se cierra por una cornisa vola- te decorado.
lentamiento del agua para la ducha ubica- tripartita de fachada y tres niveles. da con dent’culos, que se rompe al llegar Alrededor del patio existen p—rticos que
da en el segundo piso. a la corona del cuerpo central, pero que definen corredores, los mismos que conec-
En la dŽcada de los 50s los hermanos Al- Se observa el uso del almohadillado en to- sobre Žsta se levanta una balaustrada co- tan los espacios que se organizan alrededor
varado compran el martillo posterior del da la fachada, con excepci—n hecha en el rrida con perforaciones circulares enmar- del patio.
terreno a la Familia Landivar Ullauri y volumen central, que presenta enmarca- cadas.
utilizan este espacio como bodega. ci—n lisa a todo lo largo, donde se inscri-
ben de lado y lado, peque–as ventanas An‡lisis funcional:
En esta casa vivieron hasta 1970, fecha alargadas (una en cada nivel). Edificaci—n entre medianeras. Por los cri-
de su muerte, los hermanos Alfonso y Ro- El cuerpo central est‡ caracterizado por terios estructurales que mantiene el edifi-
sario Alvarado Delgado; solteros los dos. una corona de medio punto con clave, que cio, se puede deducir que segu’a los linea-
Sus bienes son heredados por sus cinco define un paramento c—ncavo almohadilla- mientos de la arquitectura colonial, esto es
sobrinos. do a dos niveles, en donde se inscriben los patio, traspatio y huerta, pero sin embar-
En 1981 la casa es readecuada por el Ar- siguientes elementos: go hoy en d’a la configuraci—n funcional
quitecto Diego Alvarado C., se instalan Un balc—n corrido en el segundo nivel, de de este inmueble ha sido adecuada para al-
m‡s ba–os e instalaciones elŽctricas en to- donde nace una ventana adintelada y en- bergar una instituci—n bancaria.
dos los ambientes, se cubren los patios marcada, sobre la cual aparece un balc—n El edificio ha sufrido cambios en su es-
con cubiertas de vidrio y se protegen las semicircular con balaustrada de hierro for- tructura funcional notables; el primer pa-
terrazas. En Žsta Žpoca la casa es arren- jado, que se asienta sobre un cuerpo en re- tio ha sido cubierto; el traspatio ha desa-
dada a la Corte Superior de Justicia para lieve inspirado de igual manera en las for- parecido , al igual que la huerta. Los es-
que aqu’ funcionen los Tribunales de lo mas del per’odo Luis XV. Atr‡s del ba- pacios actualmente se dividen a travŽs de
Penal. laustre (sobre el tercer nivel) observamos paneles modulares m—viles.
En 1988 el inmueble es arrendado a la una ventana de arco peraltado con clave La primera cruj’a del edificio se mantiene
Registradur’a de la Propiedad, hasta que decorativa, sobre la cual aparece un ojo de intacta, tanto en su configuraci—n espacial
en 1992 los hermanos Alvarado Corral buey a manera de escudo her‡ldico. como en la formal y decorativa, raz—n por
venden la casa al Banco Internacional. Los cuerpos laterales son sencillos, presen- la cual solo se analizar‡ esta parte de la
Estos intervienen completamente en el tando ventanas (una en cada nivel) con di- edificaci—n.
edificio, respetando œnicamente la prime- ferentes formas de concresi—n: en el pri- Posee un acceso central el cual comunica
ra cruj’a, cambian toda la estructura del mer nivel con enmarque y sobredintel ho- a travŽs de un zagu‡n con el patio y con
edificio que era de madera por vigas y co- rizontal a manera de moldura; en el se- la caja de gradas ubicada lateralmente en
lumnas de hormig—n armado manteniendo gundo con front—n escarzano sobre pilas- la primera cruj’a. Las gradas conducen
la ubicaci—n original de las piezas. La tras con consola, con antepecho a manera

65
Antigua Casa de Ernesto Lopez Diez (7)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Vivienda que presenta valiosos aportes Este inmueble fue constru’do entre 1900
compositivos tomados de la etapa final del y 1910 aproximadamente. Perteneci— al
renacimiento francŽs, pero donde se ob- poeta cuencano de ascendencia peruana
serva una interesante interpretaci—n local Ernesto L—pez Diez. Se presume adem‡s
para definir este lenguaje estil’stico. que estuvo vinculado con la masoner’a y
ten’a gran afici—n por las ciencias, en es-
pecial la astronom’a. Fue Žl mismo quiŽn
dise–o su casa, la misma que a m‡s de
trascender en el tiempo por su valor arqui-
tect—nico, estuvo siempre cargada de mis-
terio y leyendas, al encontrarse en ella
Esquema funcional: espacios y elementos de una gran interpre-
taci—n simb—lica.
En el primer patio del inmueble mand— a
construir un obelisco de m‡rmol que re-
mataba con un ‡guila de alas abiertas,
s’mbolo de la soledad. En el primer piso
alto construy— un gran sal—n en donde se
ubicaba su piano. Ofrec’a cada a–o en su
casa la ÒFiesta de la PrimaveraÓ en home-
naje a los poetas de la ciudad, quienes se
Globalizadores deleitaban con mœsica, poes’a y sin lugar
Circulaciones a dudas con la hospitalidad del anfitri—n.
Espacios de uso La decoraci—n de este piso era una solucio-

66
nada a travŽs de una extra–a composici—n cuatro niveles, diferenciado cada uno de mo un ‡tico-mirador solucionado entera- chada, raz—n por la cual esta edificaci—n
de artesonados y de arte pict—rico de di- ellos por un especial tratamiento expresivo. mente en lat—n, decorado con entramados no posee cruj’as laterales, œnicamente la
versas culturas europeas destac‡ndose un El primer y segundo nivel conforman un geomŽtricos y de techumbre encorvada y delantera o principal y la posterior que de-
detalle de esb‡sticas bajo las gradas que cuerpo œnico de tres ritmos, conformado caprichosa, sobre la cual se levanta un limita el patio.
conducen al tercer nivel, lo que reflejan la por seis puertas (3 en cada nivel) enmar- barandal corrido de hierro forjado, consti- En un costado del vest’bulo de la primera
excentricidad de su propietario. A esto se cadas y solucionadas en arco peraltado, to- tuyendo este nivel, la principal atracci—n planta alta est‡ ubicada la escalera que
suma el œltimo nivel de la casa, soluciona- das de la misma proporci—n excepto la de la fachada por su indudable riqueza ex- conduce a la segunda planta alta, y desde
do por un cuerpo de lat—n que se presume puerta central de planta baja, que tiene presiva. all’ un nace nuevo juego centralizado de
funcionaba como estudio-mirador , al cual mayor dimensi—n horizontal. Las puertas Este recurso de remate fue muy usado es- gradas, que en su desarrollo se divide en
se sub’a a travŽs de unas estrechas gradas laterales del primer nivel tienen œnicamen- pecialmente en la arquitectura francesa de dos peque–as escaleras que conducen de
de cristal. te un sobredintel horizontal a manera de los siglos XVII y XVIII pero con otra lado y lado hacia el ‡tico. Estos dos nive-
Este poeta permaneci— soltero hasta su moldura, mientras que las del segundo ni- forma de ornamentaci—n, demostrando la les se desarrollan œnicamente en la cruj’a
muerte acaecida en 1963, a los 103 a–os vel son definidas cada una de ellas por un interpretaci—n de estos elementos en la ar- delantera.
de edad, recordado por su abierta genero- balc—n (soportado en mŽnsulas) con ba- quitectura local.
sidad al donar sus haciendas a la asisten- laustre de m‡rmol, que sostiene un baran- An‡lisis funcional:
cia social. Se cuenta entre uno de sus dal de hiero forjado. Vivienda entre medianeras. Posee un solo
proyectos un malec—n a lo largo del Tome- Cada puerta tiene a su vez, un sobredintel patio y una extensa huerta.
bamba, desde el ÒPuente del VadoÓ hasta en relieve, que nos recuerda un front—n es-
el ÒVergelÓ, el cual nunca lleg— a concre- carzano con decoraci—n vegetal y con coro- Se analizar‡ el inmueble a partir de la pri-
tarse. naci—n de consola. mera planta alta, ya que la planta baja ha
An‡lisis compositivo: sido transformada completamente para
El cuerpo de fachada es doblemente cerra- convertirse en ingreso vehicular hacia un
Edificaci—n que se destaca f‡cilmente y do: primero por una gruesa moldura a ma- parqueadero ubicado al fondo del inmue-
con mŽritos de su contexto inmediato, a nera de marcapiso; y segundo, por un en- ble en la zona de la huerta.
travŽs del manejo de la escala, pero prin- tablamento que define totalmente dicho El acceso hacia la vivienda era centraliza-
cipalmente por su especial disposici—n es- cuerpo. do. Existen dos escaleras ubicadas lateral-
pacial, lo que la hace una edificaci—n œni- Sobre el entablamento se levanta el tercer mente, una a cada lado y que convergen
ca en la ciudad. Su diferente y ligera con- nivel, resuelto totalmente como un s—lo en la primera planta alta en un solo ves-
cepci—n de los pisos superiores (a detallar- cuerpo revestido totalmente de lat—n deco- t’bulo a travŽs del cual se accede a la an-
se a continuaci—n) dan a la vivienda un ai- rativo con motivos geomŽtrico-florales, en tesala y al sal—n principal que da hacia la
re de Òextra–a bellezaÓ, que talvez se fun- donde se inscribe un œnico ventanal, cen- calle Bol’var.
damenta en un cierta dosis de ÒmisterioÓ trado y adintelado, de proporciones hori-
dentro de la lectura perceptiva de la edifi- zontales. Adem‡s, este nivel se cierra por Los espacios se organizan alrededor del
caci—n. una cornisa volada corrida. patio a travŽs de corredores. El patio es
Su fachada es simŽtrica y solucionada en amplio en relaci—n con el ancho de la fa-
Finalmente, el cuarto nivel se levanta co-

67
Cl’nica Bol’var (3)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificaci—n de lenguaje neocl‡sico con de- Casa construida por el se–or Manuel Feli-
coraci—n de los per’odos renacentista, Luis pe Ullauri Romero, en 1929, y planifica-
XIV y Luis XV. da como una gran vivienda para toda su
familia. En la planta baja funcionaban
tiendas hacia la calle; una panader’a, una
carpinter’a y una ebanister’a.
El sal—n principal se ubicaba en la prime-
ra planta alta hacia la calle Bol’var en to-
do el frente de la casa y estaba decorado
con latones policromados. A la terraza se
acced’a por una escalera en caracol. Los ja-
Esquema funcional: rrones o vasos de fuego que rematan la
edificaci—n en la terraza fueron importados
de Francia, y los balaustres son de ladri-
llo. Esta edificaci—n no ten’a instalaciones
sanitarias.
Su propietario muere en 1932 y hereda la
casa su hija, la Sra. Virginia Ullauri, quien
un a–o m‡s tarde vende la vivienda , que
se transforma luego en una casa de inqui-
linato.
Globalizadores Finalmente, en 1982 la Fundaci—n ÒCl’-
Circulaciones nica de Especialidades Bol’varÓ compra el
Espacios de uso inmueble, el mismo que entra en un pro-
ceso de readecuaci—n a nuevo uso, inaugu-
r‡ndose cinco a–os m‡s tarde.

68
An‡lisis compositivo: estriadas embebidas de orden compuesto organizando uniformemente el espacio.
Edificio esquinero destacado totalmente con basamento que se cierra horizontal- El acceso se encuentra centralizado con
de su contexto por su escala y monumen- mente con marcapisos dobles en cada ni- respecto a la fachada de la calle Bol’var.
talidad, que tambiŽn se ayuda en los ele- vel, decorados con el mismo tipo de orna- Este acceso conduce al patio central a tra-
mentos del neocl‡sico como herramientas mentaci—n antes descrita. vŽs de un zagu‡n. La organizaci—n fun-
de lenguaje perceptivo, que controlan y or- Finalmente, la fachada se completa por cional se repite en todos los niveles del
namentan la magnitud y grandeza de la una gran cornisa volada a todo lo largo, so- edificio debido a razones de orden tecno-
edificaci—n. De esa manera se produce la bre la cual nacen tres cuerpos: un cen- l—gico-constructivo al tener el sistema de
sensaci—n de que ninguna parte de la fa- tral (esquinero) y dos laterales (a manera muros portantes.
chada ha sido ÒolvidadaÓ o descuidada de torreones de cierre a los extremos). El El sal—n principal de este inmueble estaba
dentro de la composici—n arquitect—nica, cuerpo central est‡ definido por tres ritmos ubicado en la esquina de la primera plan-
puesto que desde donde se la mire ser‡ dise–ados segœn los mismos par‡metros ta alta, ubic‡ndose la zona de servicio en
percibida con un alto grado de detalle en anteriores, acotando adem‡s el tratamien- la esquina opuesta.
su concresi—n formal. to de almohadillado en las aristas laterales En planta baja todos los espacios que dan
En tŽrminos esquem‡ticos, la edificaci—n (a manera de bordes vivos). El cuerpo es hacia la calle son utilizados para el comer-
se puede leer como dividida en cinco cuer- cerrado por un balaustre con elementos cio, en las dem‡s plantas funciona la Cl’-
pos (por sus detalles de cierre) a pesar de torneados de cemento, destac‡ndose sobre nica. El inmueble ha sido readecuado pa-
que en realidad es un s—lo bloque de gran el mismo, la coronaci—n con vasos de fue- ra albergar su nuevo uso, raz—n por la cual
longitud dividido en varios ritmos. go. cada habitaci—n tiene su propio ba–o, ge-
Los tres primeros niveles conforman un Los torreones tienen de igual manera los nerando un fraccionamiento del espacio
solo bloque, donde se ha inscrito un siste- bordes vivos (almohadillados), pero con la interior.
ma de puertas y ventanas, todas solucio- diferencia de que ya no son coronados con La caja de gradas se ubica a un costado del
nadas en arco de medio punto, enmarca- balaustre sino con cubierta de teja (oculta). patio y conduce a todos los niveles inclu-
das con molduras fileteadas y con clave Estos torreones definen a su vez (con el yendo la terraza. Desde la terraza pode-
decorativa. Las ventanas tienen antepe- cuerpo central) una balaustrada corrida de mos acceder a los torreones, dise–ados ini-
chos (enmarcados de igual forma) decora- lado y lado, con las mismas caracter’sticas cialmente para ser miradores, pero que
dos en altorrelieves que mezclan motivos anteriores (de elementos torneados y coro- hoy en d’a satisfacen las necesidades fun-
vegetales, her‡ldicos y marinos, siendo Žs- nados con vasos de fuego), cerrando de es- cionales de la Cl’nica; disponiŽndose aqu’
to lo que caracteriz— a la ornamentaci—n ta manera la fachada. el cuarto de enfermeras, farmacia, cocina,
de la arquitectura de las monarqu’as fran- An‡lisis funcional: y ampli‡ndose a manera de mediaguas los
cesas. Las puertas del segundo y tercer El esquema funcional de este edificio es- espacios que albergan las funciones de
nivel est‡n alternadas, con balc—n de hie- quinero es simple. Patio central cubierto, montacargas, lavander’a, ba–os y bodegas.
rro forjado sobre mŽnsulas de m‡rmol. rodeado por un corredor que forma una ga-
Tanto las puertas como las ventanas est‡n ler’a de circulaci—n hacia las habitaciones,
enmarcadas entre un sistema de columnas

69
Antigua Casa de Alfonso Ord—–ez Mata (37)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificio de lectura neorenacentista, con Esta casa fue construida para el se–or Al-
ciertos rasgos de concresi—n de la arquitec- fonso Ordo–ez Mata aproximadamente en
tura de las monarqu’as (Luis XIV, Luis 1924. En un principio fue planificada
XV) para vivienda, siendo posteriormente ade-
cuada para ser la Sede Social del Club del
Azuay, que contaba entre sus miembros a
familias y personajes importantes de la re-
Esquema funcional: gi—n, como Remigio y Roberto Crespo To-
ral, Honorato V‡zquez, Luis Cordero C.,
entre otros.
En 1954 la casa es vendida al comercian-
te Sr. Manuel Emilio Pauta, quien utiliza
el inmueble como su vivienda, realizando
algunas adecuaciones como cubrir los dos
patios con cubierta de vidrio e instalar ser-
vicios higiŽnicos en cada planta.
En 1994 la casa es restaurada por el ar-
quitecto Manuel Palacios y destinada a co-
mercio en planta baja y a oficinas en los
dem‡s niveles. Para ello se impermeabili-
zan las cubiertas, rehabilita el comedor
Globalizadores principal (de dos niveles) y se conecta el
Circulaciones inmueble con el de la Sra. Rosa Jerves
Espacios de uso conformando los dos el Pasaje Hortensia
Mata.

70
An‡lisis compositivo: sas. Sobre cada front—n se observa un re- za, cuyo modelo fue ampliamente utiliza- veles. En el primer nivel funcionaba el co-
Al ser concebido como un elegante Òpala- lieve geomŽtrico a manera de cartucho de- do durante la Colonia. Este modelo se medor como tal, y en el segundo nivel (so-
ceteÓ en los primeros a–os del siglo XX, corativo, que completa el nivel. configura de la siguiente manera: un acce- lucionado como palcos o balcones) se ubi-
evidencia finos rasgos neocl‡sicos de con- La planta superior (segunda) est‡ confor- so central o lateral, un zagu‡n que condu- caba la orquesta , que complac’a con su
cresi—n y magn’ficos detalles de corte ar- mada por ventanas iguales, de arco carpa- ce al primer patio, alrededor del cual se or- mœsica a los invitados. Este comedor se
tesanal. La escala juega un papel muy nel con clave de m‡rmol, las mismas que ganizan los corredores o galer’as que con- conserva aœn finamente decorado y nos
importante, al general espacios muy altos, est‡n enmarcadas en un front—n triangu- ducen a las habitaciones y a la caja de gra- presenta una peque–a muestra de la ele-
abiertos y bien iluminados, lo que hace lar sostenido sobre pilastras lisas con con- das; luego un segundo patio de menor je- gancia de esta vivienda.
que el disfrute del edificio no se limite ex- sola de lado y lado. La primera y la quin- rarqu’a, en torno al cual se organizan las Hoy en d’a en este inmueble ha sido rea-
clusivamente a sensaciones contemplati- ta ventana est‡n definidas adem‡s por un ‡reas de servicio y que conduce a la huer- decuado funcionalmente para albergar lo-
vas, sino a la calidad y el disfrute espacial barandal de hierro forjado con motivos ve- ta o tercer patio en donde se cultivaban cales comerciales y oficinas.
que produce su particular dise–o. getales a manera de antepecho, mientras hortalizas y plantas medicinales para el
Su fachada de cuerpo œnico, de cinco rit- que las tres restantes est‡n unidas por un consumo particular.
mos a tres niveles, demuestra una compo- balc—n corrido sostenido sobre mŽnsulas de El acceso a esta edificaci—n es centraliza-
sici—n arquitect—nica que sigue un mismo m‡rmol. do, posee dos almacenes a los costados del
esquema, œnicamente con la diferencia en En el tercer nivel, las ventanas son de las zagu‡n que del primer patio. A los alma-
la concresi—n formal de vanos en cada mismas caracter’sticas, excepto que ahora cenes se puede acceder desde la calle o
planta. el front—n es de tipo carpanel y con moti- desde el zagu‡n.
Los cinco ritmos de fachada est‡n remar- vos de clave en forma de flor de lis. La El primer patio se encuentra plenamente
cados y diferneciados por un sistema de primera, tercera y quinta ventana tienen delimitado por columnas y p—rticos que
pilastras almohadilladas con basamento en cada una un balc—n independiente de hie- conforman los corredores y el acceso a las
los tres niveles, definiendo entre Žstas (y rro forjado sobre mŽnsulas, mientras que habitaciones, que son amplias y poseen
con los marcapisos respectivos) el espacio la segunda y la cuarta solo tienen el baran- interiormente espacios de doble altura.
para la concresi—n de puertas y ventanas, dal a manera de antepecho. El segundo patio es de menores proporcio-
resueltas simŽtricamente en toda la facha- Finalmente, la fachada se cierra por una nes que el primero, y las habitaciones que
da. gran cornisa volada, sobre la cual se asien- se ubican alrededor de Žste son peque–as
En el primer nivel se destaca la puerta de ta una empinada mansarda de donde na- y eran destinadas al servicio.
acceso central, de mayor dimensi—n que cen tres lucardas o lucernarios de front—n Se debe indicar que los patios se vinculan
las laterales, solucionadas con enmarque de medio punto con balc—n, simŽtricamen- directamente a travŽs de una galer’a que se
en arco carpanel con clave de m‡rmol. te dispuestos en la cubierta. conecta hoy con el Pasaje Hortensia Ma-
Las puertas laterales (dos de lado y lado) An‡lisis funcional: ta (que a su vez es parte de otra casa) jus-
est‡n resueltas en arco rebajado, enmarca- Edificaci—n entre medianeras. La distribu- tamente a la altura de una de las cajas de
das por un front—n del mismo tipo de ar- ci—n espacial de este inmueble sigue los li- gradas, que desemboca directamente en el
co con clave, sostenido sobre pilastras li- neamientos funcionales de la casa andalu- comedor principal, desarrollado en dos ni-

71
Antiguo Hotel Patria (36)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Edificio de influencia neocl‡sica, casi sin Edificacion construida en 1924 por el co-
ornamentaci—n, y con cierre t’picamente merciante JosŽ Mar’a Montesinos I., pri-
francŽs en su cubierta, que nos recuerda la mer propietario del inmueble. La facha-
arquitectura de finales del renacimiento. da fue copiada de una revista francesa que
lleg— a poder del Sr. Montesinos debido a
la continua correspondencia que manten’a
con Europa a travŽs de su ferreter’a.
JosŽ M. Montesinos se manejaba bajo el
criterio constructivo de la Žpoca, Òlo que la
obra va dandoÓ, indicaba el proyecto a los
alba–iles a travŽs de dibujos y esquemas
Esquema funcional: que el mismo realizaba a veces incluso a
carboncillo en paredes de su casa.
Este edificio fue el primer hotel de Cuen-
ca, y por muchos a–os el edificio mas al-
to de la ciudad. La Municipalidad de
Cuenca le hizo acreedor al Premio Orna-
to en 1927.
Aqu’ se alojaron personajes ilustres de la
Globalizadores pol’tica ecuatoriana, comerciantes, agentes
Circulaciones viajeros, y familias ilustres de Quito y
Espacios de uso Guayaquil que pasaban sus vacaciones en
Cuenca, as’ como las compa–’as de teatro
que llegaban a Cuenca.

72
Los cielos rasos son de lat—n policromado rio hecho acerca de la Cl’nica Bol’var, in- La ventaner’a combina antepechos con restringido solo para las personas que ha-
comprado en Cuenca a una casa comercial sistiendo ahora œnicamente en una deco- enmarque macizo y barandales de hierro bitan en estos niveles.
que los importaba de Europa. Los cielos raci—n mucho m‡s sobria, que se comple- forjado a manera de antepechos, dispues- Las plantas se repiten en los primeros tres
rasos pintados fueron realizados por la ta aœn m‡s con su especial soluci—n de es- tos alternadamente para evitar el efecto de nivelesdebido al sistema constructivo de
Sra. Mariana Malo de Montesinos, espo- quina, que da a la edificaci—n una clara ex- monoton’a que se puede suscitar al desa- paredes portantes. En la primera y segun-
sa del due–o de casa, quien fallece en presi—n de grandeza y verticalidad. rrollar fachadas muy largas. da planta alta funcionan oficinas, y en
1935. Edificio esquinero de grandes proporcio- Estos tres niveles se cierran por un grue- planta baja locales comerciales que utilizan
El hotel es administrado ’ntegramente nes, constru’do principalmente por un grn so entablamento con entrantes y salientes, el patio central como bodega. Por tal mo-
hasta 1936 por Montesinos, y en este a–o cuerpo œnico donde se inscribe un sistema definidos por la variedad del sistema de tivo el patio ha sido cubierto y funciona
el restaurante ÒSal—n NiloÓ es arrendado de puertas y ventanas, todas solucionadas columnas. Sobre este elemento se levan- como tal desde la primera planta alta.
al Sr. Luis Arias Argudo. En el hotel se con arco de medio punto. ta el cuarto nivel, mucho m‡s sobrio al ser En la tercera planta alta el edificio se de-
organizaban convenciones comerciales de El primer nivel est‡ conformado por puer- resuelto œnicamente como pared lisa y sarrolla funcionalmente utilizando la es-
alto nivel, siendo el punto de encuentro tas, cada una enmarcada entre los dife- ventaner’a peque–a, cerr‡ndose a su vez quina y parte de las cruj’as laterales. En
de la sociedad cuencana de la dŽcada de rentes marcapisos y un sistema alternado por una cornisa volada con molduras file- este nivel existe un departamento amplio
los 30s. de pilastras estriadas(usadas para diferen- teadas. de tres habitaciones.
En 1939 fallece el Sr. Montesinos y he- ciar el tratamiento de esquina) y columnas Finalmente se levanta un empinado te- En la cuarta planta alta el inmueble utili-
redan el inmueble sus hijos, ellos se ven embebidas de orden gigante (a dos niveles) cho Òa lo MansardÓ, que define lucerna- za solo la esquina, y funciona un departa-
obligados a vender una parte con frente a con capitel compuesto y fuste combinado rios (a manera de ‡tico) solucionados co- mento peque–o con una sola habitaci—n.
la calle Luis Cordero en 1943, pero la ca- (liso en las partes superior e inferio y es- mo peque–os frontones enmarcados en ar- Este edificio fue constru’do para ser un
sa conserva su estructura. triado definido por anillos en la parte cen- co de medio punto, sostenidos en peque- Hotel, las habitaciones son amplias. Las
En 1950 el hotel cierra sus puertas al pœ- tral), que controlan la fachada hacia los la- –as pilastras adosadas a elementos latera- mejor iluminadas son las que dan hacia la
blico, y se convierte en casa de inquilina- dos en longitud y altura. Tanto las pilas- les que evocan la utilizaci—n de volutas. calle, las otras ubicadas en las crujías in-
to, el tercer piso es utilizado como vivien- tras como las columnas se asientan sobre An‡lisis funcional: ternas del inmueble poseen ventanas hacia
da por la familia Montesinos-Malo. gruesos z—calos de piedra almohadillada. Edificio esquinero que sigue el esquema el patio.
En 1969 los herederos venden el edificio El segundo y tercer nivel se solucionan funcional de patio central en torno al cual Los espacios interiores no han sufrido ma-
al Sr. Guillermo V‡zquez. La casa es res- por un sistema ahora s—lo de columnas: de se organizan y distribuyen los espacios. yor fraccionamiento; pero existe solamen-
taurada por el arquitecto Rafael Malo en oden gigante y de las mismas caracter’sti- El acceso principal se ubica en la fachada te una bater’a sanitaria por piso, la misma
los 80s, cerrando el patio en planta baja, cas anteriores para remarcar la esquina; de la Calle Luis Cordero, y comunica a que se ubica a lado de la caja de gradas y
y colocando cubierta de vidrio; las habita- combinado con columnas de un solo nivel travŽs de un zagu‡n a la caja de gradas. es utilizada por todas las oficinas que fun-
ciones son adecuadas para oficinas en las sobre la tercera planta, que completan la Estas se desarrollan desde la planta baja cionan en ese nivel.
tres primeras plantas y para departamen- altura dejada por las columnas a doble al- hasta la segunda planta alta, luego cam-
tos en las dos œltimas. tura (que se desarrollan en el primer y se- bian de posici—n hacia un lado de la esqui-
An‡lisis compositivo: gundo nivel). Estas peque–as columnas se na para comunicar desde la segunda plan-
repiten a todo lo largo de la tercera plan- ta alta hasta la cuarta con una escalera de
Su lenguaje contextual y perceptivo nos ta.
acerca con absoluta fidelidad al comenta- menores proporciones y cuyo acceso es

73
Antiguo Hotel Internacional (23)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Al igual que el antiguo edificio del Diario Desde 1923 exist’a aqu’ una casa-habita-
ÒEl MercurioÓ, este ejemplo tambiŽn su- ci—n, de dos pisos, propiedad de la Sra.
braya la doble influencia estil’stica (fran- Mikaela Salazar de Le—n. Al morir su es-
cesa e italiana), por lo que el referente ar- poso en 1927 vende la casa a V’ctor Mi-
quitect—nico se ir‡ detallando a continua- guel Delgado, quien derrumba la anterior
ci—n, sobre el desarrollo del an‡lisis. edificaci—n y construye la actual planifi-
c‡ndola desde un principio para hotel. Los
planos y el dise–o atribuidos al arquitecto
italiano Alfonso Durini quien viv’a en
Quito.
Los constructores Angel y Luis Lupercio
ejecutaron la obra, los cimientos se empe-
zaron a cavar en 1930 tardando cinco
Esquema funcional: a–os su construcci—n.
Los cielos rasos fueron importados de
Francia, los cristales de BŽlgica y el mo-
biliario fue fabricado por artesanos locales
siguiendo los modelos de estilo francŽs vi-
Globalizadores gentes en la Žpoca.
Circulaciones
Espacios de uso En un inicio aqui funcionaba el Hotel
Crespo, que luego de pocos a–os este se
traslada a las orillas del Tomebamba. Pos-
teriornente el edificio funciona como el
Hotel Internacional. Para 1950-53 Žste
era el mejor hotel de Cuenca. Ten’a dos
ba–os por cada piso y un buen sal—n de re-
cepciones.

74
Hasta 1960 Miguel Delgado administra el Planificado como edificio esquinero con no enmarcamiento). TambiŽn ahora se nigno Malo.
hotel. Ese a–o pone el edificio a disposi- un cuerpo œnico de tres niveles, m‡s un aprecia un efecto de almohadillado mucho Las cajas de gradas se encuentran en el pa-
ci—n de su suegro quien vende todo el mo- cuerpo adicional que conforma el nivel de m‡s cerrado y sutil, que m‡s bien sugiere tio central y conectan todos los niveles del
biliario y alquila las habitaciones para vi- cubierta donde el primer nivel est‡ confor- su uso como textura. Los balcones son de edificio incluyendo los ‡ticos ubicados en
vienda. En esta etapa el inmueble se con- mado enteramente por puertas adinteladas, menores dimensiones y se perciben m‡s la tercera planta alta. En la esquina re-
vierte en conventillo, hasta que en 1968 las cuales se encuentran enmarcadas en un ligeros, al solucionar sus balaustres con matando el edificio existe un peque–o mi-
la Familia Pe–a-Cordero compra el edifi- tratamiento de almohadillado sobre z—calo hierro forjado. Por otro lado, los arcos de rador con balaustre al cual se accede por
cio y arregla los da–os causados por los de m‡rmol. La esquina se define adem‡s ventaner’a se integran visualmente al pro- medio de una escalera ubicada en una ha-
inquilinos, poniendo nuevamente en fun- por un juego de pilastras lisas. ducir molduras horizontales entre s’, que bitaci—n junto a la esquina de la tercera
cionamiento al Hotel Internacional en El segundo nivel, tambiŽn almohadillado, definen con el marcapisos superior (el cual planta alta.
1971. En esta intervenci—n arquitect—ni- presenta un sistema de ventanas adintela- est‡ unido a las claves de ventana), para- Alrededor del patio existen corredores a
ca participa el ingeniero checoslovaco Ko- das con clave y sobredintel horizontal co- mentos donde se inscriben altorrelieves de manera de galer’as aporticadas, estos con-
vasevic.. mo moldura (soportado en consolas de la- decoraci—n vegetal en el estilo Luis XIV, ducen hacia las habitaciones.
En 1987 el inmueble es restaurado com- do y lado), que se une a un primer marca- repitiŽndose Žsta operaci—n a todo lo largo
pletamente por el arquitecto Teodoro Pe- piso corrido. Pero en la esquina, las ven- de la fachada. El sal—n principal de este edificio se ubica-
–a C. Para 1989, el edificio abre sus tanas son solucionadas de diferente forma: El cuerpo œnico de tres niveles se cierra ba en la primera planta alta, esquinero y
puertas nuevamente como un hotel de pri- en la esquina como front—n escarzano sos- con una especie de cornisa, que m‡s bien hacia la calle, un sal—n de grandes propor-
mera con ba–os en todas las habitaciones tenido en peque–as pilastras; y a los lados se percibe como un gran alero con caneci- ciones y decorado con cielos rasos de lat—n
y nuevas instalaciones elŽctricas. se presentan como volumen saliente de llos (aporte local), sobre el cual se levanta importado en tonos cobalto, plata y dora-
ventana, solucionadas por frontones trian- un grueso antepecho con pin‡culos, el do.
En 1996 el hotel cierra y el edificio es Actualmente el edificio ha sufrido algunas
arrendado al Banco La Previsora, tenien- gulares as’mismo soportados por pilastras mismo que define el desarrollo de una
do que ser intervenido de nuevo para sa- con consola, que nos recuerda el lenguaje mansarda de zinc corrida, con lucardas de modificaciones, por ejemplo el patio en
tisfacer las necesidades funcionales de la italiano. Adem‡s, la esquina es definida front—n triangular dispuestas simŽtrica- planta baja ha desaparecido, siendo utiliza-
entidad. en el segundo y tercer nivel, por un siste- mente segœn los diferentes ritmos de la do como bodegas de los almacenes que
ma de pilastras corintias de fuste liso en el composici—n. funcionan como comercios y a los cuales
An‡lisis compositivo: orden gigante, que enmarcan la ventane- se accede desde la calle. En los dem‡s ni-
Igualmente concebido como una edifica- An‡lisis funcional: veles funciona un banco. Los servicios
r’a. Se debe acotar tambiŽn, que todas Se trata de un esquema funcional centra-
ci—n de grandes proporciones, en donde se las ventanas tienen su propio balc—n, solu- han sido integrados al nuevo uso de la edi-
destaca un fino manejo de los Òc—digos cionado con balaustres de cemento y so- lizado, en el que todas las actividades se ficaci—n ocasionando la subdivisi—n del es-
neocl‡sicosÓ y un especial tratamiento bi- portado sobre mŽnsulas de m‡rmol. organizan en torno al patio. Podemos pacio interior y la implementaci—n de ba-
crom‡tico, variables que adecuadamente anotar que este esquema es invariable, y ter’as sanitarias en las ahora oficinas.
combinadas logran producir un extraordi- En el tercer nivel se sigue los mismos pa- se repite para todas las edificaciones esqui-
nario efecto de ÒsutilezaÓ y elegancia en r‡metros, con la diferencia que ahora to- neras que intervienen en el an‡lisis.
su concresi—n formal. Se anota tambiŽn das las ventanas son de arco de medio Tiene un solo acceso ubicado centralmen-
una adecuada integraci—n a su contexto punto, inclusive los volœmenes de ventana te con respecto a la fachada de la calle Be-
inmediato. en la esquina (que ya no tiene front—n si-

75
La Casa del Coco (6)

Referente francŽs: An‡lisis hist—rico:


Ejemplo que demuestra la utilizaci—n del Este inmueble fue propiedad de la Se–ori-
lenguaje francŽs casi solo como ornamen- ta Florencia Astudillo Valdivieso, edifica-
taci—n, que se sobrepone y ÒactualizaÓ a la do en 1890. Las escaleras principales as’
tipolog’a anterior, remanente en la colonia como el gran sal—n son enteramente deco-
e inclusive en el primer siglo de repœbli- rados con placas de lat—n policromado im-
ca. Este referente no sirve s—lo para este portadas de Europa.
ejemplo en particular, sino para todas las La se–orita Astudillo fue una mujer muy
otras viviendas de esta tipolog’a. rica, pose’a diferentes haciendas en varias
regiones, as’ como varias casas renteras en
la ciudad. En vida fue una mujer muy re-
Esquema funcional: ligiosa heredando todos sus bienes a la cu-
ria y a las comunidades de religiosas fran-
cesas y espa–olas.
Viv’a acompa–ada de su servidumbre y de
religiosas. Cuando enferm— y qued— pos-
trada, se le permiti— recibir misa en su ca-
sa, donde ten’a una sala enteramente re-
creada al m‡s puro estilo de la arquitectu-
ra religiosa de la Žpoca.
El inmueble fue heredado a la curia y lue-
go vendido al Sr. Ernesto Moscoso en los
70, permaneciendo cerrado por casi dos
dŽcadas. En 1993 se inicia el proyecto de
restauraci—n, siendo reabierto al pœblico en
Globalizadores septiembre de 1998 como la ÒCasa del
Circulaciones CocoÓ, donde funcionan tiendas y locales
Espacios de uso comerciales.
76
An‡lisis compositivo: nen un antepecho macizo y enmarcado, escalera se encuentra ubicada al final del
En este edificio existe una adecuada adap- donde se inscribe de igual manera decora- segundo patio y era utilizada por el servi-
taci—n a su contexto inmediato, caracte- ci—n floral a manera de listones, y las otras cio.
r’stica que se ha de encontrar en casi to- tres puerta-ventanas se conectan a travŽs En la primera planta alta hay corredores
dos los ejemplos de este tipo, puesto que de un balc—n corrido de hierro forjado (del que conectan los espacios, estos corredores
estos casos se reproducen en un gran nœ- mismo tipo de decoraci—n) soportado sobre delimitande acuerdo a los pilares y dinte-
mero dentro del centro hist—rico de la ciu- mŽnsulas. les los patios que se encuentran en planta
dad. Igual comentario se hace para su lec- Finalmente, el cuerpo se cierra alternando baja.
tura perceptiva, que ahora se remite direc- decoraci—n floral y molduras horizontales, En esta casa se destaca la capilla ubicada
tamente a lo subrayado en el referente donde en la parte superior conforman una en el segunda patio de la primera planta
preliminar, pero destacando principalmen- cornisa sobre la cual se asientan todos los alta. Esta capilla posee interiormente tres
te una caracter’stica comœn a todos los canecillos que definen el alero de la tradi- cœpulas de crucer’a decoradas con pinturas
ejemplos: la calidad y mŽrito en el trabajo cional cubierta de teja, que ahora es visi- al fresco.
artesanal. ble, puesto que de alguna manera, lo œni- Actualmente, en esta casa funciona un
Fachada simŽtrica resuelta en cuerpo œni- co que se ha hecho en este caso es tratar centro comercial y de artesan’as, el cual
co de cinco ritmos a dos niveles de sugerir un nuevo lenguaje a la sencilla se ha adecuado a las condiciones espacia-
La planta baja est‡ conformada por una fachada anterior. les originales del inmueble.
puerta central con clave y enmarcada en An‡lisis funcional:
molduras fileteadas. Igual tratamiento se Vivienda entre medianeras. Su esquema
observa en las ventanas laterales (dos de funcional sigue los lineamientos de las ca-
lado y lado), agregando que las mismas se sas coloniales. Presenta patio y traspatio,
asientan sobre un z—calo de piedra corri- los espacios se organizan alrededor de es-
do, en toda la fachada. Tanto la puerta tos globalizadores, que han sido cubiertos
como las ventanas est‡n definidas entre por estructuras de aluminio y vidrio.
sencillas pilastras lisas, que acentœan los El acceso es centralizado, se accede a tra-
diferentes ritmos. Se observa tambiŽn so- vŽs de un zagu‡n que comunica al primer
bre cada sobredintel el uso de recargada patio. Este zagu‡n est‡ claramente delimi-
decoraci—n en relieve con motivos vegeta- tado por puertas de acceso hacia el mismo
les, sobre las cuales se desarrolla una mol- desde la calle y desde el patio.
dura lineal corrida, a manera de marcapi- Existen dos cajas de gradas, una jerarqui-
so. zada por la decoraci—n, que parte desde la
La planta alta sigue el mismo esquema, primera cruj’a y que desemboca en la an-
œnicamente con la diferencia de que las tesala del sal—n principal, ubicado en la
ventanas laterales (primera y quinta) tie- primera planta alta hacia la calle. La otra

77
Con el objetivo de ampliar el espectro de
reinterpretaci—n y adaptaci—n local de los
edificios de influencia francesa producidos
en la ciudad, se presentan (mediante una
breve descripci—n) ejemplos complementa-
rios, que de alguna manera se inscriben
como variaciones compostitivas o tipol—gi-
cas de las edificaciones m‡s representati-
vas.
Grupo 1
81
Casa Casa Palacios
Moreno (8) Torres (29)

Edificio de tres niveles construido entera- inscribe la puerta de acceso solucionada en Edificio de tres niveles que combina el uso
mente en ladrillo visto, donde se observa arco de medio punto). Adem‡s el uso de del m‡rmol, la piedra y otros materiales
un diferente tratamiento para cada planta. triglifos no se lo hace como remate (parte (donde se observa el uso de baldosas de ce-
Se destaca el uso de pilastras de orden gi- del entablamento), sino m‡s bien como mento, de dise–o local), produciendo un
gante para controlar el segundo y tercer marcapisos del segundo nivel, lo que de- interesante lenguaje crom‡tico y de con-
nivel, sobre las cuales se asienta una do- muestra la libertad en el uso de los c—di- cresi—n formal, destac‡ndose en la com-
ble cornisa volada. gos originales. posici—n el uso de pilastras en el orden j—-
Se menciona este ejemplo ya que se obser- nico, filigranas de hierro forjado y remates
va en Žl un fuerte grado de reinterpreta- en los marcapisos que recuerdan y rein-
ci—n del lenguaje neocl‡sico, destanc‡ndo- terpretan el uso de alero con canecillos
se principalmente en la soluci—n de capi- (solucionados con elementos de m‡rmol),
teles (composici—n local), y en el enmar- d‡ndoles un nuevo lenguaje.
que de la puerta principal (marco de arco
carpanel sobre volumen entrante, donde se

83
Casa Antigua
Centenario (31) Casa CŽlleri (55)

Vivienda de proporciones verticales solu- Ejemplo t’pico de lo que llamamos arqui-


cionada en cuatro niveles que utiliza co- tectura de fachadas, puesto que se eviden-
lumnas embebidas lisas de orden gigante y cia que el lenguaje neocl‡sico manifestado
pilastras para definir los diferentes ritmos. a travŽs del uso de columnas (en este ca-
Se distingue adem‡s el uso de ventanas so estriadas con capitel de dise–o local, re-
geminadas ojivales, enmarcadas a su vez sueltas con toro y escocia sobre basamen-
por un arco de medio punto sobre peque- to); el uso de ventanas enmarcadas con
–as pilastras. Este œltimo tratamiento se clave; y el uso de marcapisos decorativos
repite en toda la ventaner’a de la tercera y resueltos en motivos florales; se superpo-
cuarta planta. nen como fachada en una vivienda de ti-
Finalmente, la fachada se cierra por una polog’a anterior, de geometr’a simple y cu-
doble cornisa volada, solucionada sobre bierta vista (de teja, con aleros y caneci-
peque–as pilastras. llos).

84
Casa Tapia Edificio de la Direcci—n
Delgado (20) Provincial de Educaci—n (18)

Peque–a vivenda que evidencia tambiŽn el esquema, con la diferencia de que ahora Fachada de tres niveles y siete ritmos, to- ojo de buey rodeado de decoraci—n en re-
uso del lenguaje neocl‡sico. Su primer ni- las columnas laterales de cierre se trans- dos solucionados mediante puertas (en el lieve con motivos vegetales. Esta decora-
vel es solucionado por dos grandes arcos forman en pilastras, y la ventana central primel nivel) y puerta-ventanas (en el se- ci—n tambiŽn se hace presente en los mar-
de medio punto (grandes en relaci—n a la est‡ definida por un front—n de medio gundo y tercer nivel) enmarcadas con ar- capisos, enmarcada en una doble moldura.
proporci—n de la casa) sostenidos sobre pe- punto sostenido por peque–as columnas co de medio punto sobre columnas corin- Finalmente, el cuerpo se cierra por una
que–as pilastras adosadas lateralmente a pareadas de lado y lado, solucionadas tias, las mismas que definen los respecti- cornisa corrida sobre la cual se levanta una
columnas lisas en el orden corintio, que igualmente en el orden corintio. Adem‡s, vos ritmos. Cada puerta-ventana tiene su balaustrada, as’mismo de siete ritmos de-
definen los ritmos. Se distingue el uso de ahora el balc—n define exclusivamente esta balc—n de hierro forjado empotrado de la- finidos por peque–as columnatas con re-
doble columna en la parte central. ventana, presentando las otras dos un an- do y lado en las diferentes columnas. mate de esfera. La parte central es trata-
La segunda planta alterna columnas sim- tepecho macizo con molduras ovaladas. Se destaca el ritmo central, solucionado da como paramento decorativo a manera
ples con ventanas de medio punto, siste- La fachada se cierra con un entablamen- en los tres niveles por arcos de mayor pro- de corona, pero cabe subrayar que estos
ma que es unido visualmente por un bal- to, sobre el cual se levanta una balaustra- porci—n, que definen el acceso principal en elementos de cierre son casi imperceptibles
c—n de hierro forjado en la parte inferior, da corrida con peque–as esferas decorati- planta baja, y en las dos plantas restantes desde un nivel normal de observaci—n, por
y por un doble marcapiso en la parte su- vas de coronaci—n. cada arco circunscribe un par de ventanas lo que se ha analizado este ejemplo dentro
perior. La tercera planta sigue el mismo geminadas sobre las cuales se observa un del primer grupo.

85
Grupo 2
87
Casa Barahona Cl’nica Ortiz
V‡squez (54) Almeida (15)

Donde la corona est‡ sostenida por largas chada, se observa una doble cornisa sobre Peque–a vivienda que sugiere as’mismo el la planta baja se destaca junto a una pe-
pilastras corintias con basamento en el la cual se levanta una gruesa balaustrada, uso de balaustre con corona, pero donde que–a ventana lateral adintelada de acceso,
marcapisos inferior, definiendo y enmar- que se lee como parte de la corona de la- se aprecia una reinterpretaci—n total del un gran ventanal peraltado dividido en tres
cando al ritmo central junto a este rema- do y lado. uso de la ornamentaci—n en Žsta œltima. cuerpos y asentado sobre un z—calo de
te como cuerpo œnico. Dentro de la co- A su vez, la cornisa vuela a los extremos m‡rmol. Se sugiere el uso del almohadi-
rona se inscribe un escudo her‡ldico con laterales, donde se ayuda en detalles pa- llado en toda la fachada.
listones, y sobre la misma se desarrolla un reados a manera de consolas para susten-
detalle escult—rico de coronaci—n que su- tarse. TambiŽn se observa el uso de un
giere motivos vegetales. En este caso la front—n triangular con pilastras, que junto
primera planta es lisa, casi sin ornamen- a un balc—n enmarcan la ventana central
taci—n, y m‡s bien en el segundo nivel se del segundo nivel, mientras las otras dos
sugiere el uso del almohadillado con en- son simplemente enmarcadas con clave y
marcaci—n . Completando el cierre de fa- con balaustre a manera de antepecho. En

89
Casa Casa
Romero Baca (1) Sojos Mata (51)

Aqu’ se observa a la corona enmarcada en bre juego de composici—n entre elementos. En este caso, la corona tiene forma de ojo
forma de gaveto con borde interior orna- El primer nivel es m‡s sobrio, donde s—lo de buey enmarcado y texturado, inscrita
mentado, que circunscribe un paramento se aprecian molduras de sobredintel y pe- en molduras fileteadas con remate en for-
con leve decoraci—n de tipo geomŽtrica, que–os bloques de fachada en altorelieve. ma de flor de lis, adosada de lado y lado
donde se inscribe el a–o de construcci—n a peque–as columnatas con relieves geo-
del inmueble. TambiŽn esta corona se mŽtricos, las mismas que a su vez son
une a un balaustre (con elementos de ce- parte de la balaustrada de coronaci—n,
mento torneado) que se cierra a los extre- ahora con elementos mucho m‡s cerrados,
mos con peque–as columnatas que llevan que dan m‡s bien la lectura de un bloque
en la parte superior esferas sobre base a macizo con peque–as perforaciones. La
manera de pin‡culos. La segunda planta fachada es almohadillada, destac‡ndose el
es almohadillada y en ella se inscriben uso de sobredinteles (2 horizontales y 1
ventanas, cada una de ellas enmarcada por escarzano) en el segundo nivel.
un singular front—n que deja ver ya el li-

90
Casa Casa
Herrera (14) Ullauri Ullauri (47)

Se observa divisi—n tripartita de fachada, vez es sostenido por peque–as pilastras con La fachada es igualmente dividida en tres mo cuerpos circulares en relieve, lo que da
definida principalmente por el tratamien- consola que definen un paramento macizo partes, destac‡ndose obviamente el cuerpo al edificio un lenguaje diferente que evi-
to de paredes (las dos laterales almohadi- enmarcado. A su vez, todo este cuerpo es- central, solucionado por pilastras lisas a dencia el grado de adaptaci—n de los dife-
llada y la central como marco liso salien- t‡ inscrito en otro paramento posterior, doble altura, que sostienen una cornisa (de rentes elementos compositivos.
te). En el segundo nivel se observa sobre con cornisa volada y de las mismas propor- molduras fileteadas a todo lo largo) sobre
cada ventana un front—n triangular in- ciones longitudinales del cuerpo central de la cual se asienta la corona, solucionada
completo apoyado sobre mŽnsulas. La fa- fachada. como front—n curvo incompleto dentro del
chada se cierra por una gran cornisa vola- cual se inscribe un gran escudo her‡ldico
da con dent’culos a manera de consolas, con listones, que se desarrolla incluso fue-
sobre la cual se asienta la balaustrada (so- ra de la corona, fijado a un cuerpo adicio-
bre los cuerpos laterales) y finalmente la nal adosado de forma triangular con mol-
corona se soluciona m‡s bien como un duras, que se eleva sobre la misma. Los
gran front—n escarzano incompleto que balaustres laterales presentan ahora deta-
circunscribe un escudo her‡ldico, que a su lles decorativos centales, solucionados co-

91
Casa Casa
Jara Feij— (24) Terreros Mera (25)

Edificio interesante no s—lo por su solu- Fachada de tres ritmos a tres niveles, des- de mŽnsulas de m‡rmol para asentar los
ci—n de corona, sino por la manera en que tac‡ndose el ritmo central (de mayor di- balcones y el uso de consolas para la cor-
Žsta es enfocada visualmente, utilizando mensi—n horizontal que los otros latera- nisa corrida de cierre.
para ello un cono de perspectiva en la les), donde se observa un juego triple de
composici—n de la fachada, que define en ventanas, enmarcadas por un front—n es-
cada planta la dimensi—n de cada balc—n carzano con columnas (en el segundo ni-
(que inclusive son ejecutados en un color vel) y por un sobredintel horizontal con
diferente al igual que la planta baja). Se pilastras (en el tercero). La corona se le-
destaca tambiŽn su decoraci—n, de motivos vanta sobre sobre sobre un paramento con
t’picamente franceses. molduras, el mismo que se asienta a su
vez sobre la balaustrada (de lenguaje ma-
cizo con peque–as perforaciones centra-
les), lo que da un efecto de escalonado en
la coronaci—n. Se observa adem‡s el uso

92
Casa Casa
Bravo Narea (48) Serrano Vega (30)

En este caso la fachada es de cinco ritmos Este ejemplo evidencia nuevamente el em-
a dos niveles, destac‡ndose igualmente el pleo de columnas para demarcar los rit-
ritmo central, solucionado por un peque- mos, destac‡ndose el uso de marcapisos
–o t’mpano asentado sobre la cornisa y dobles con relieves geomŽtricos. La faca-
adosado en un balaustre macizo corrido. hada se cierra por una gran cornisa vola-
Se destaca adem‡s un libre juego de ele- da con molduras fileteadas sobre la cual se
mentos compositivos en los sobredinteles levanta un grueso balaustre macizo que
de ventana en la segunda planta, teniendo en la parte central se convierte en una va-
cada una de Žstas un balc—n apoyado so- riaci—n local del uso de la corona, la cual
bre mŽnsulas y con balaustrada de hierro inscribe un motivo her‡ldico, tambiŽn de
forjado solucionada con motivos geomŽtri- motivos muy locales, evidenci‡ndose de
cos. esta manera el grado de reinterpretaci—n.

93
Casa
Delgado Salamea (35)

Interesante edificio de tres plantas, que


deja ver el uso del almohadillado con z—-
calo en el primer nivel y el uso de pilas-
tras estriadas compuestas de orden gigan-
te que controlan los dos niveles superiores.
Estas se cierran a su vez por un entabla-
mento liso de expresi—n muy sobria, que
sostiene una cornisa que recuerda m‡s
bien el uso del alero con canecillos. So-
bre esta cornisa se levanta una gran coro-
na alargada que se desarrolla en la mayor
parte de la fachada, la misma que contie-
ne un escudo her‡ldico enmarcado, deco-
rado con altorelieves en motivos vegetales.

94
Orfanatorio
Antonio Valdivieso (22)

Concebido como edificio a dos niveles con fectamente a los ritmos de los canecillos
plataforma sobreelevada, es enteramente en el alero. Se destaca el remate central
concretado en ladrillo visto. Las largas fa- solucionado por un paramento curvo con
chadas laterales son controladas a travŽs coronaci—n a manera de esfera achatada.
del uso de columnas pareadas y de pilas- Junto al paramento se desarrolla de lado y
tras, que enmarcan ritmos de tres en tres. lado una peque–a balaustre de coronaci—n,
El lenguaje de interpretaci—n es diferente que aparece elevada sobre la larga cubierta
para las dos alas de fachada, puesto que en de teja que cubre toda la fachada.
el lado izquierdo, los ritmos en planta ba-
ja se leen como puertas de medio punto
doblemente enmarcadas, mientras que en
el lado derecho estos ritmos se convierten
en arcos de portal. La fachada se cierra
con un entablamento que se integra per-

95
Casa
Arce (26)

Sigue exactamente el mismo esquema geo-


mŽtrico (incluso formal) que el edificio de
la Cl’nica Bol’var, con la diferencia de que
ahora se tiene solo el remate central y ya
no los torreones laterales. Sin embargo,
se presentan variaciones de concresi—n, es-
pecialmente en lo que se refiere ornamen-
taci—n, que se presenta un poco m‡s li-
gera que la anterior. TambiŽn se destaca
el trabajo de hierro forjado en los balco-
nes, constituyendo una prolija obra artesa-
nal que sobresale en la composici—n.

96
Edificio
San Crist—bal (19)

Ejemplo que recoge y reinterpreta varios Se destacan a su vez, ventanas doblemen-


elementos compositivos de la arquitectura te enmarcadas en arco de medio punto con
francesa, empezando por el uso del almo- clave y relieve en forma de concha (estilo
hadillado con z—calo en planta baja, sobre Luis XV) que definen a su vez la venta-
el cual se levantan el segundo y tercer ni- na central (o esquinera) y las dos ventanas
vel, solucionados por pilastras combinadas laterales de cierre (una a cada lado) en el
de orden gigante que definen alternada- tercer nivel. La fachada se completa por
mente ventanas enmarcadas con sobredin- un entablamento corrido, sobre el cual se
tel horizontal sobre peque–as pilastras de levanta una cœpula de lat—n con lucernario
lado y lado en la segunda planta; y venta- , enrejada en su parte superior. La misma
nas con front—n triangular sobre columnas define de lado y lado una balaustrada con
en el tercer nivel. Adem‡s, cada front—n ritmos, que deja ver en sus paramentos or-
combina elementos decorativos como ojos namentaci—n en relieve de motivos vegeta-
de buey y relieves floriformes. les.

97
Grupo 3
99
Casa Pasaje
Salda–a (39) Le—n (21)

Los remates laterales se resuelven como Edificio dividido en tres cuerpos clara- volumenes salientes) son iguales y defini-
torreones enmarcados por molduras file- mente diferenciados, en donde el central dos cada uno de ellos por un almohadilla-
teadas de tipo rebajado sobre pilastras, est‡ solucionado con una gran puerta de do sobre z—calo en planta baja, y por un
circunscribiendo cada uno de ellos a una doble altura, enmarcada en elementos a enmarcamiento a dos niveles (a manera de
ventana de arco carpanel con antepecho manera de almohadillado, con clave deco- pilastras) que definen respectivamente, un
macizo. Los dos torreones son unidos por rativa de motivos vegetales. La puerta es volumen de ventana solucionado como
un balc—n corrido de hierro forjado, defi- concretada enteramente en hierro forjado, front—n escarzano (en el segundo nivel), y
niŽndo una azotea en el œltimo nivel. En siendo un trabajo artesanal de alt’simo como ventana enmarcada con arco de me-
la parte posterior de la misma, se obser- mŽrito. Sobre la misma se levanta un dio punto con clave y sobredintel horizon-
va un cuerpo acristalado que comunica los cuerpo sostenido en dos grandes mŽnsulas tal (en el tercer nivel)
dos remates hacia el interior. de m‡rmol, que contiene una triple arca- Los tres cuerpos son unidos por una cor-
da de ventanas de medio punto, ornamen- nisa volada sostenida por mŽnsulas, sobre
tadas en su sobredintel. la cual se asienta una balaustrada con
Los cuerpos laterales (solucionados como molduras en el cuerpo central, y las dos

101
Antiguo Colegio
Manuel J. Calle (5)

En este caso, podemos leer al edificio di-


vidido en tres cuerpos, un central (entran-
te y de proporciones horizontales) y dos
laterales (salientes y de proporciones verti-
cales). Se destacan los remates laterales,
cada uno de ellos solucionados como un
gran front—n de tipo escarzano incomple-
to, que circunscribe un escudo her‡ldico
con listones, trabajado como volumen (pa-
ramento enmarcado en una corona con
molduras). Los cuerpos son unidos me-
diante una balaustrada con elementos de
cemento torneado, ejecutado a todo el lar-
go del volumen central.

102
Casa
Dur‡n Abad (53)

Edificio de rasgos especiales que demues- de herradura, dividido en cinco cuerpos y con clave de m‡rmol, mientras que en el
tra una vez m‡s, el proceso de adaptaci—n (cada uno con su balaustre de m‡rmol a segundo nivel se observan dos ventanas
y reinterpretaci—n de la arquitectura euro- manera de antepecho). A su vez, estas di- adinteladas, tambiŽn con claves de m‡r-
pea en la producci—n local. visiones de ventana bajan hasta el z—calo mol y con sobredintel horizontal indepen-
Enteramente realizado en ladrillo visto del primer nivel, definiendo ahora tres diente.
(con detalles de m‡rmol), presenta divis—n ventanas (tambiŽn con balaustre), viŽndo- Finalmente, cada cuerpo lateral se cierra
tripartita en su fachada. Al igual que el se adem‡s un trabajo geomŽtrico de alto- con una gruesa cornisa con dent’culos, so-
edificio del Colegio Benigno Malo, se su- relieve en el sobredintel. El cuerpo cen- bre la cual se levanta una valiosa interpre-
giere el uso del almohadillado a travŽs de tral cierra a sus costados con paramentos taci—n local del uso de coronas, que deja
fajas o acanaladuras horizontales, pero enmarcados de mayor altura que la corni- ver la excelencia del trabajo artesanal en
presenta ahora un z—calo corrido ejecuta- sa, la misma que est‡ definida entre estos ladrillo visto, produciŽndose concavidades,
do como almohadillas de m‡rmol en re- elementos y apoyada sobre el arco del gran enmarcaciones y texturas, h‡bilmente so-
lieve. ventanal.Cada uno de los cuerpos laterales lucionadas en este material.
El cuerpo central est‡ definido en el se- est‡ resuelto en el primer nivel con una
gundo nivel por un gran ventanal de arco puerta y una ventana, ambas enmarcadas

103
Edificaciones
especiales, desaparecidas
o modificadas
105
Torre de Casa
Cristo Rey (2) Campoverde (49)

La influencia francesa tambiŽn se di— con bierta de la torre en forma y materiales, Edificio de tres plantas enteramente con- cial la resoluci—n de ventanas en la segun-
mucha fuerza en la arquitectura religiosa nos recuerda a su vez el estilo que impuso cretado en ladrillo visto, que si bien pudo da y tercera planta, as’ como el t’mpano
de Cuenca, pero con cierta complejidad el arquitecto Philibert de«Lorme (de quiŽn inclu’rse dentro del segundo grupo se le ha con ojo de buey sobre el cuerpo de mayor
compositiva al mezclar muchos estilos a la se habl— detalladamente en el tercer cap’- considerado como un caso especial, ya que dimensi—n.
vez. Por eso hemos cre’do conveniente tulo) dentro del per’odo postmedieval de a diferencia de los ejemplos anteriores, se
mencionar al menos un ejemplo de este ti- transici—n entre la arquitectura g—tica y la escapa de la norma de la r’gida simetr’a y
po, que evidencie esta influencia sin mu- del renacimiento. Constitu’a en ese en- se lo percibe m‡s bien como un gran cuer-
chas distorsiones. tonces, la edificaci—n de mayor altura en po vertical que es adosado a otro de mu-
En esos tŽrminos, nos remitimos a la To- la ciudad. cho menor proporci—n longitudinal. Pero
rre de Cristo Rey, que nos recuerda clara- adem‡s, el edificio se diferencia por su ri-
mente a construcci—n ojival sobre estruc- queza expresiva que combina y reinterpre-
turas de influencia rom‡nica, que se im- ta algunos elementos compositivos antes
puso durante un largo per’odo del renaci- analizados, produciendo un interesante re-
miento francŽs. La concresi—n de la cu- sultado final, donde se destaca en espe-

107
Casa Casa
Le—n Bermeo (11) Clemencia Mora (13)

Se presenta como una composici—n ente- bre la cual se levanta una balaustrada ma- Se ha cre’do conveniente ilustrar este
ramente neocl‡sica, casi sin adaptaci—n lo- ciza corrida, con perforaciones a manera ejemplo, no por sus cualidades compositi-
cal sino como una copia textual del mode- de nichos. vas, sino para explicar el fen—meno de
lo original. Presenta el cl‡sico front—n adopci—n del lenguaje neocl‡sico, que tuvo
triangular (t’mpano) sobre columnas co- tanta acogida el la arquitectura de la Žpo-
rintias estriadas con basamento y a doble ca, demostr‡ndo que fue usado inclusive
altura, que unidas a una grader’a a mane- para producir (en algunos casos) y para
ra de podio en la planta baja, definen el ÒactualizarÓ (en otros) peque–as viviendas
acceso principal. en la ciudad.
Los diferentes vanos (puertas y ventanas)
est‡n enmarcados en columnas, observ‡n-
dose el uso de frontones triangulares en
todo el segundo nivel. El edificio es ce-
rrado por una cornisa con dent’culos, so-

108
AlmacŽn Casa
N‡utica (56) Vega Dom’nguez (33)

Este edificio tiene una historia muy espe- Arquitectura que podr’a tambiŽn inclu’r- Se distingue adem‡s el œltimo nivel (rema-
cial, puesto que a m‡s de ser uno de los sele dentro del segundo grupo por su dis- te final), trabajado como parte del cuerpo
pocos ejemplos de arquitectura de influen- posici—n esquem‡tica, pero sus rasgos de central, donde se observa un gran ventanal
cia neocl‡sica constru’do fuera del centro concresi—n sugirieron inclu’rla m‡s bien que sugiere un arco de herradura enmarca-
hist—rico de la ciudad, se salv— de ser des- en el grupo especial, puesto que a pesar de do en un paramento a manera de corona
tru’do por la fiebre modernizadora y co- su alt’simo grado de reinterpretaci—n de almohadillada que se integra a un balc—n
mercial de inicios de los a–os 90, puesto elementos compositivos (manifestados de hierro forjado sostenido sobre mŽnsulas
que estaba emplazado en un sitio destina- principalmente a travŽs del ÒjuegoÓ con el de m‡rmol.
do a la construcci—n de un centro comer- tratamiento almohadillado y la diferente Poco a poco, la decoraci—n con elementos
cial, que finalmente se construy—, pero concresi—n de sobredinteles y remates), es planos y lisos le empieza a ganar terreno a
con la condici—n de desplazar enteramen- uno de los pocos ejemplos que tiene orna- la decoraci—n de altorelieve con complica-
te el edificio hist—rico a un lugar contiguo, mentaci—n inspirada en motivos rococ—, das molduras, abriendo el tel—n de lo que
con las debidas garant’as de inalterabilidad especialmente en lo que respecta al traba- ser‡ posteriormente un nuevo lenguaje ex-
en su forma y en sus materiales origina- jo de hierro forjado y altorelieves decorati- presivo.
les. vos.

109
Casa de artesan’as
Sumaglla (41)

Vivienda ÒepidŽrmicaÓ inscrita dentro del gran lat—n decorativo a manera de arteso-
primer grupo, pero que presenta rasgos de nado curvo, presente a todo el largo de la
concresi—n formales muy diferentes a los fachada con motivos florales inspirados
anteriores. Su fachada alterna puertas y igualmente en las formas que identificaron
ventanas de arco rebajado enmarcadas en la arquitectura del ÒRey SolÓ.
cuerpos de madera con detalles de lat—n
(las mismas que presentan un balc—n de
hierro forjado en la segunda planta), y pa-
ramentos o pa–os de pared maciza donde
se inscriben altorelieves solucionados co-
mo marcos con motivos vegetales referidos
al estilo Luis XIV a manera de cartuchos.
Se destaca adem‡s bajo el alero, el rema-
te o cierre de fachada, solucionado por un

110
Antigua
Escuela de Medicina (42)

Edificaci—n institucional de lenguaje neo- trada de elementos torneados. Sobre los


renacentista, solucionada as’mismo ladri- paramentos se observan vasos de fuego co-
llo visto, pero en un s—lo nivel que puede mo elementos de coronaci—n.
percibirse dividido en cinco cuerpos, don- Todo el edificio est‡ asentado sobre un z—-
de obviamente se destaca el cuerpo cen- calo de piedra, que originalmente fue en
tral, que es totalmente jerarquizado a tra- material visto.
vŽs del uso de una corona enmarcada y or-
namentada, sostenida visualmente en un
sistema de pilastras triples de lado y lado.
Los cuerpos laterales son definidos ahora
por un juego de pilastras pareadas que en-
marcan un ventanal, y sobre las cuales se
levantan peque–os paramentos macizos
que forman parte a su vez de una balaus-

111
Antiguo
Asilo Tadeo Torres (43)

Este ejemplo demuestra la convivencia en- otros ejemplos, ya que este edificio presen-
tre tres lenguajes, puesto que si bien su ta un alto grado de reinterpretaci—n y
concepci—n general nos acerca a la arqui- adaptaci—n local de los modelos originales.
tectura italiana del renacimiento, se en-
cuentran en Žl rasgos de concresi—n inhe-
rentes al clasicismo francŽs del siglo
XVII, especialmente en el volumen cen-
tral, donde se aprecia el uso de medallo-
nes, texturas con motivos marinos, intere-
santes trabajos de hierro forjado, entre
otros elementos.
Sin embargo cabe aclarar, que los rasgos
encontrados a pesar de ser identificables,
no se vuelven tan contundentes como en

112
Casa Antigua Casa
Ambrosi Ambrosi (34) Jarr’n C—rdova (10)

Finalmente, este ejemplo sirve para indi- Vivienda que ha sido modificada a travŽs decoradas con claves, sobre las cuales se
car la transici—n entre la arquitectura neo- del tiempo, por lo que su lectura se remi- desarrolla un entablamento a todo lo largo
cl‡sica y la arquitectura que se presentar‡ tir‡ a su dise–o original, capturado en esa de la fachada. Finalmente, la vivienda
posteriormente con la aparici—n del Art fotograf’a. remata con un cuerpo central a manera de
Dec— y del racionalismo (llamado tambiŽn La planta baja de la vivienda presenta el front—n con volutas, teniendo de lado y la-
Òarquitectura de ingenierosÓ) uso del almohadillado con z—calo, mien- do detalles que insinœan el uso de ojos de
En el edificio, si bien se presentan ele- tras que la segunda planta se soluciona buey ornamentales, dispuestos simŽtrica-
mentos compositivos del neocl‡sico, estos con ventaner’a que alterna balcones de mente en una balaustrada maciza de coro-
œnicamente se sugieren sobre una arqui- hierro forjado y balcones semicirculares naci—n.
tectura totalmente lisa y racional. As’ con balaustre de m‡rmol, de donde nacen
pues, los detalles de ornamentaci—n llegan a su vez consolas de lado y lado, que en-
paulatinamente casi a desaparecer. marcan las respectivas puerta-ventanas.
Hacia los extremos laterales del tercer ni-
vel, se destacan ventanas de dos cuerpos

113
Casa Casa
Aspiaza Polo (12) Delgado (16)

Casa que tuvo su fin con el auge de la ar- tingu’a adem‡s el uso del tradicional ojo de Vivienda que tambiŽn fue propiedad de la
quitectura racionalista e mediados de si- buey como lucernario. familia Delgado, exportadores de sombre-
glo, puesto que fue derribada totalmente. Sobre las esquinas del entablamento se le- ro. Como en anteriores ejemplos de arqui-
Constitu’a uno de los mejores y m‡s pu- vantaban coronas decorativas con moldu- tectura de fachadas, se observa el uso de
ros ejemplos de la transferencia del clasi- ras fileteadas y altorelieves, mientras que los Ò—rdenesÓ para definir los diferentes
cismo francŽs en la ciudad, puesto que en en la parte central se observa una ventana ritmos y la ornamentaci—n en relieve con
ella se encontraron interesantes elementos a manera de volumen, doblemente enmar- motivos florales. Actualmente esta casa
compositivos. cada por un front—n triangular, que estaba se presenta modificada, ya que se le ha
Sobre el primer nivel, solucionado por al- empotrado a su vez en una corona poste- fragmentado en dos predios, diferenci‡n-
mohadillado sobre z—calo, se levantaba un rior con pin‡culo de remate. Adem‡s, de dolos a travŽs de un diferente manejo del
sistema alternado de columnas corintias lado y lado se levantaban dos lucardas o color.
pareadas, que enmarcaban la ventaner’a lucernarios de la misma tipolog’a, que na-
en el segundo nivel. Cada ventana ten’a c’an desde una empinada mansarda de
a su vez una nueva enmarcaci—n (tambiŽn zinc, donde se inscrib’an a su vez ojos de
de columnas, pero de menor proporci—n) buey enmarcados en los extremos laterales.
que se un’an a un balc—n de hierro forja-
do sostenido sobre mŽnsulas de m‡rmol.
En el sobredintel de cada ventana se dis-

114
Casa Antigua
San Francisco (28) Casa Ord—–ez (44)

Casa que tuvo el mismo fin de ciertas ca- los castillos franceses. Adem‡s, el torre—n Casa que constituye un verdadero refe- hierro forjado en los balcones, obra del ar-
sas hist—ricas con el auge del racionalismo defin’a una gruesa balaustrada de lado y rente hist—rico, ya que por la misma ra- tesano francŽs RenŽ Chaubert, de quiŽn se
en los a–os cincuenta, y se la derrumb— lado, con esferas decorativas de corona- z—n de que fuera hogar de la familia Or- habl— anteriormente.
para hacer un edificio de hormig—n arma- ci—n. Se distingue adem‡s una peque–a do–ez-Mata (la misma que acogi— abierta-
do. Si bien su composici—n puede remi- corona con altorelieves, como parte de la mente el arte y la cultura francesa de la
tirse a ejemplos anteriores, hay elementos misma balaustrada. Este detalle era œnico, Žpoca), insistentemente se la menciona
que debe hacerse menci—n, especialmente puestoque no se repet’a en ningœn otro dentro de los ejemplos m‡s antiguos de ar-
el modo de enmarcaci—n y jeraraquizaci—n ejemplo de arquitectura en la ciudad. quitectura afrancesada en la ciudad. Si
de vanos en la esquina; la decoraci—n (con bien es cierto, su escala y sus rasgos com-
alto grado de interpretaci—n local); pero positivos generales no son tan dislumbran-
principalmente se destaca el remate final tes como otros ejemplos, se destaca por su
en la esquina, solucionado como un to- especial ornamentaci—n lograda a travŽs de
rre—n circular con cubierta de estilo me- la simulaci—n pict—rica del marmoleado en
dieval, que nos recuerda la arquitectura de su fachada, y por su incre’ble trabajo de

115
Antigua Casa
Miguel Heredia (50)

Edificaci—n que tambiŽn fuera propiedad


de un exportador toquillero: Don Miguel
Heredia. En la actualidad, la casa ha si-
do altamente modificada, ya que todo el
juego de columnas del volœmen esquinero
superior que defin’a azoteas en dos niveles
, ha sido cerrado por ventanas, a m‡s de
contar con un sucesivo nœmero de inter-
venciones y adaptaciones a nuevos usos de
la vivienda. A esto se suman diferentes
cambios de color a travŽs del tiempo, he-
chos que desconocieron totalmnente el
concepto de dise–o original.

116
Arquitectura
funeraria

Para finalizar el an‡lisis, se hace referen-


cia a unos pocos ejemplos que testimonian
el uso del lenguaje neocl‡sico, inclusive en
la arquitectura funeraria cuencana.
Una vez m‡s, se refleja una vieja verdad:
el lugar donde una persona yace, es el fiel
reflejo del lugar en que vivi—...

117
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119
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P‡g.12 P‡g.22 4: Erwitt, Elliot. ÒDog DogsÓ Edit. Phaidon. London. Seguunda ParteÓ Offset Atl‡ntida. Cuenca. 1991
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EcuadorÓ Claudio Malo Gonz‡lez. Editorial Nomus. Arquitectura, la poŽtica del orden. Edit. Blume. Madrid. Restantes: Ahnne, Paœl ÒLa France illustrŽeÓ. Editions Archivo fotogr‡fico del Banco Central del Ecuador.
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1 y 2: Tzonis, Alexander, y otros ÒEl clasicismo en Minerva. Ginebra, Suiza. 1997 Isabel Calle
Arquitectura, la poŽtica del orden. Edit. Blume. Madrid. P‡g.24 P‡g.42
1984 1 y 2: Viollet-le-Duc, Eug•ne. ÒDictionnaire raisonnŽ de Fuente: Municipalidad de Cuenca. Montaje gr‡fico:
3, 7 y 8: Montiel Mues Alejandro ÒHistoria del ArteÓ. l«Architecture francaiseÓ. B.Bance, Editeur. Paris. Sebasti‡n Egas-Pedro Espinoza
Instituto Gallach..Barcelona. 1997 1854 P‡g.43
4: Summerson, Jhon. ÒEl Lenguaje Cl‡sico de la 3 y 4: Folleto promocional de un Masterado en Fachadas fotogr‡ficas digitalizadas:
ArquitecturaÓ Editorial G.G. Barcelona. 1963 Patrimonio Hist—rico de la Universidad de Buenos Aires Pedro Espinoza.
5 y 6: Graveline, No‘l, ÒBeautŽ de ParisÓ. Editorial P‡g.25 Fotos hist—ricas:
MInerva. Ginebra, Suiza. 1997 1, 2, 3 y 4: Nu–ez JimŽnez, Antonio ÒSan Crist—bal de Archivo fotogr‡fico del Banco Central del Ecuador.
P‡g.16 La HabanaÓ. Ed. Caribbean«s Color S.A.. La Habana, Sucursal Cuenca.
1, 2, 3, 4, 6, 7, 8 y 10: Montiel Mues Alejandro 1995 Municipalidad de Cuenca. ÒInforme del Ilustre Consejo
ÒHistoria del ArteÓ. Instituto Gallach..Barcelona. 1997 CantonalÓ Imprenta Municipal. Cuenca. 1932
5: Graveline, No‘l, ÒBeautŽ de ParisÓ. Editorial
Minerva. Ginebra, Suiza. 1997
9: Colecci—n Salvat ÒHistoria del Arte UniversalÓ
Editorial Salvat. Barcelona, Espa–a. 1981

120
A gradecimientos
Sebasti‡n Egas Loaiza
Arq. Carlos Jaramillo
Dra. Sophie Roy-Laporte
Bruno Roy
Dr. Gustavo Vega-Delgado
Dr. Jaime Astudillo
Dr. Juan Mart’nez B.
Dra. Mar’a Rosa Crespo
Lcdo. Antonio Lloret Bastidas
Econ. Leonardo Espinosa
Econ. Patricio ArŽvalo y a ASEFOT
Area Cultural del B. C. E. Suc. Cuenca
Museo Remigio Crespo T.
Biblioteca de la Alianza Francesa
Ing. Juan Leonardo Espinoza
E.E.R.C.S.
Lcda. Cecilia Su‡rez
Sor Agustina Capelo
Sra. May Ferrando de Moscoso
Sra. Martha Maldonado
Arq. Carlos Tamariz
Arq. Leopoldo Cordero
Arq. Manuel Contreras
Arq. Patricio Le—n
Arq. Leonardo Bustos
Arq. Fausto Cardoso
Arq. Sim—n Estrella
Arq. Luis Vanegas
Arq. Pedro Rodas
Arq. Marcelo Moscoso
Arq. Ma. de Lourdes Abad
Arq. Wilson Pacurucu
Dr. Rodrigo Estrella
Dr. Pablo Estrella
Dr. Carlos Castro
Econ. Jorge Eljuri
Sra. Susana Klinkicht
Sra. Gisela Sojos
Ing. Esteban Ortiz
Econ. Pablo Ortiz
Arq. Carlos Espinoza (Conejo)
Arq. AlejandroVanegas (Pikachu)
Arq. Gustavo Maldonado (Ge)
Nicol‡s L—pez Moreno
Leonardo Contreras L.
Galo Carri—n (Sortijerito)
Dis. Manuel Le—n
Tom‡s Quintanilla (Barney)
Carolina Orloff
David Egas
Ma. Rosa Moscoso
Manuela Cordero
Ver—nica Alb‡n
Unidad de Centro Hist—rico de la Municipalidad
de Cuenca
Gr‡ficas Hern‡ndez S.A.
A todos los propietarios y ex-propietarios de los
inmuebles analizados
A todos los familiares y amigos.

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