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Revista Internacional de Sociología RIS

vol. 75 (3), e067, julio-septiembre, 2017, ISSN-L:0034-9712


doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.115

EL HABITUS. HABITUS.
Una revisión analítica An analytic review

José Saturnino Martínez García


Universidad de la Laguna, España.
josamaga@ull.es
ORCID iD: http://orcid.org/0000-0002-8688-0293

Cómo citar este artículo / Citation: Martínez García, Copyright: © 2017 CSIC. Este es un artículo de acceso
J. S. 2017. “El habitus. Una revisión analítica”. Revista abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative
Internacional de Sociología 75 (3): e074. doi: http:// Commons Attribution (CC BY) España 3.0.
dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.115

Recibido: 29/07/2015. Aceptado: 26/09/2016.

Resumen Abstract
El objeto de este trabajo es presentar una visión analí- The purpose of this paper is to present an analytical view
tica del concepto de habitus de Pierre Bourdieu. Para of Pierre Bourdieu’s habitus concept. For this definition
ello se repasa la definición del autor, luego se propone the author is reviewed, then a look of both explanatory
una mirada tanto explicativa como hermenéutica sobre and hermeneutic possibilities of this concept, and finally
las posibilidades de dicho concepto y, por último, se re- the criticism he has received, to try to answer them from
pasan las críticas que ha recibido, para intentar darles the more analytical approach proposed are reviewed.
respuesta desde esta visión más analítica. Por un lado On one hand, it shows that you can take some of the
se muestra que puede asumir algunas de las realiza- criticisms made by authors such as analytical Boudon
das por autores analíticos como Boudon y Elster. Por and Elster. On the other hand, the greater relevance
otro, se señala la mayor pertinencia de otras, como la of other authors noted, the lack of sensitivity to social
falta de sensibilidad a los contextos sociales. El habitus contexts. The habitus allows an objectivist study of
posibilita un estudio objetivista de las prácticas sociales established social practices of meaning, through a
dotadas de sentido, mediante la combinación de meca- combination of mechanisms and structuralist concepts
nismos y de herramientas de tipo estructuralista para to capture this meaning.
captar dicho sentido.

Palabras Clave Keywords


Bourdieu; Mecanismos sociales; Sociología analítica; Analytical Sociology; Bourdieu; Social Mechanism;
Teoría sociológica. Social Theory.
2 . JOSÉ SATURNINO MARTÍNEZ GARCÍA

Introducción y Wacquant 1992: 115). Las normas son incapaces


de dar cuenta de todas las posibles situaciones, pue-
Es trivial afirmar que los seres humanos dispone- den estar en conflicto entre ellas o ser contrarias a
mos de hábitos. Por nuestra experiencia cotidiana los intereses de los agentes. Las acciones no pue-
sabemos que cada individuo se caracteriza por un den ser solo sus meras ejecuciones, ni tampoco el
conjunto de hábitos, que en cierta medida nos permi- resultado de su uso puramente cínico, pues como
ten predecir su comportamiento: los rasgos de carác- señala Elster (1992), el empleo puramente interesa-
ter, por ejemplo. Así, hay hábitos propios de vagos, do de las normas sociales lleva a que dejen de ser
de meticulosos, de desordenados…, es decir, las creíbles, ya que cuando otros deben cumplirlas en
personas manifiestan costumbres en su comporta- contra de su propio beneficio, no cabe la apelación
miento o manera de ser que reaccionan coherente- por parte del cínico a dichas normas.
mente en múltiples situaciones. Tanto en la filosofía
de Aristóteles como en la escolástica se empleaba El habitus, como principio de percepción y de ac-
el concepto de habitus para traducir ‘hexis’, en un ción, incorporado a los esquemas mentales y a las
sentido que se podría entender como capital, según disposiciones corporales, puede dar respuesta a infi-
Bourdieu (2000: 132-133). Como señalan Chevallier nidad de situaciones, siendo el conjunto de respues-
y Chauviré (2011: p. 107), es una “noción que tiene tas dadas coherentes con los principios del habitus.
una larga prehistoria, de Aristóteles a Norbert Elias La relación entre el habitus y las prácticas sociales es
pasando por los filósofos medievales, Leibniz, Hus- equivalente a la relación entre la estructura profunda
serl y Merlau-Ponty”. Camic (1986), por su parte, se- del lenguaje, de Chomsky, y el habla. Según Bourdieu:
ñala que esta tradición quedó en el olvido debido al “Este habitus podría ser definido por analogía con la
empeño de la sociología americana de entreguerras ‘gramática generativa’ de N. Chomsky, como sistema
para diferenciarse de la psicología. de esquemas interiorizados que permiten engendrar
todos los pensamientos, las percepciones y las ac-
El concepto de habitus da un paso más allá del ciones características de una cultura y solamente
simple hábito (Bourdieu 1984: 268). Es un conjunto éstas” (Bourdieu 1967: 152).
de principios de percepción, valoración y de actua-
ción debidos a la inculcación generada por el origen Es el “sentido del juego” de lo social: de la misma
y la trayectoria sociales. Estos principios generan manera que en un juego de cartas se pueden cono-
tanto disposiciones como hábitos característicos de cer perfectamente las reglas del juego (sus normas)
dichas posiciones, sincrónicas y diacrónicas, en el y los intereses de los jugadores pueden estar clara-
espacio social, que hacen que personas cercanas en mente definidos, eso no basta para ganar; hay que
tal espacio perciban, sientan y actúen de forma pare- disponer del “sentido práctico”, saber operar con
cida ante las mismas situaciones y cada uno de ellos esas reglas y esos intereses sin tener que pensar, de
de forma coherente en distintas situaciones. En cier- forma no consciente, pues no hay tiempo para pen-
ta manera, podemos entenderlo como un genotipo sar. Es el argumento de las diferencias entre cómo
propio de la posición en el espacio social, siendo el juega un humano al ajedrez y cómo juega un ordena-
fenotipo los hábitos y las prácticas observadas. Ade- dor. Humano y ordenador comparten reglas y fines,
más, el habitus es sistemático, en sentido estructu- pero la persona no necesita pensar tantas combina-
ralista; es decir, solo se puede entender su sentido si ciones como cálculos necesita realizar la máquina,
se relacionan entre sí los distintos hábitos y predis- pues dispone del sentido del juego (Bourdieu 1988:
posiciones para la acción de una misma persona, o 71). Nótese que es el mismo ejemplo empleado por
los habitus entre distintas personas. Simon (1986) para exponer la racionalidad limitada.

El “contexto de descubrimiento” de la idea bour-


diana de habitus lo hallamos en sus primeras investi- La definición
gaciones antropológicas. Quedó muy sorprendido al Bourdieu a lo largo de su obra fue dejando distin-
observar que las reglas para formar matrimonio en tas pistas de qué entiende por habitus. El objetivo
la Cabilia eran seguidas por un pequeño porcentaje de este trabajo no es tanto estudiar la evolución del
de los casos (Bourdieu 1991a: 294). Normalmente, concepto, tratado con mucho detenimiento por otros
lo que ocurría era que se jugaba con posibles am- autores (Martín Criado 2013), sino reflexionar sobre
bigüedades de las reglas para conseguir un buen sus posibilidades. Para ello, tomamos como punto
emparejamiento, por lo que debe hablarse de es- de partida una de las definiciones más canónicas del
trategias y no de normas matrimoniales. Un estudio propio autor, que entiende el habitus como:
más detallado sobre su formación como forma de
Los acondicionamientos asociados a una clase par-
dar respuesta a las limitaciones del estructuralismo
ticular de condiciones de existencia [...], sistemas de
lo encontramos en Martín Criado (2006), y con espe- disposiciones duraderas y transferibles, estructuras
cial atención al ambiente intelectual de la Francia de estructuradas predispuestas para funcionar como es-
la época en Sapiro (2007). Se apoya en Weber para tructuras estructurantes, es decir, como principios ge-
recordarnos que las normas se cumplen cuando sale neradores y organizadores de prácticas y represen-
rentable cumplirlas (Bourdieu 1991a: 184, Bourdieu taciones que pueden estar objetivamente adaptadas

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a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines cotidianos. Así podemos vincular el habitus con
y el dominio expreso de las operaciones necesarias investigaciones recientes sobre el aprendizaje
para alcanzarlos, objetivamente “reguladas” y “regu- de los expertos, que son capaces de reducir el
lares” sin ser el producto de la obediencia a reglas, y, campo de decisiones posibles, para facilitar la
a la vez que todo esto, colectivamente orquestadas
toma rápida de decisiones (Ross 2006).
sin ser producto de la acción organizadora de un di-
rector de orquesta (Bourdieu 1991a: 92).
De este párrafo –a riesgo de ser reiterativos, pero en
Características
aras de la claridad conceptual– podemos comentar la • “Sistema de disposiciones duraderas y transfe-
definición, el origen y los resultados sociales del habitus: ribles”: El habitus es un sistema, es decir, “cada
uno de los condicionamientos asociados a una
Definición clase particular de existencia”, no debe enten-
derse de forma aislada, sino que en conjunto
• “Condicionamientos asociados a una clase par- forman un “sistema”, en el sentido estructura-
ticular de condiciones de existencia”: Las con- lista del término. Este sistema es de disposicio-
diciones sociales, los recursos económicos y nes, o sea, de predisposiciones para la acción.
culturales de los que se dispone, junto con la Por tanto, el habitus no es una práctica social
experiencia vital, las relaciones con las institu- aislada, sino que debe entenderse como una
ciones y con otras personas, llevan a patrones forma coherente –en tanto que sistema– de
de comportamiento. En este sentido su proceso hacer frente a multitud de situaciones. Es un
de “inculcación” equivale a la socialización, pero estilo, un principio generador. Es “duradero y
Bourdieu se centra en los aspectos macro, y sus transferible”. “Duradero”, por tanto, los habitus
investigaciones sobre la cuestión se dirigen más adquiridos dispondrán de cierta inercia, pues
hacia la socialización secundaria, como la que pueden modificarse las condiciones sociales
producen las instituciones educativas (Bourdieu de existencia que los formaron y seguir ope-
y Passeron 2001, Bourdieu y Passeron 2009), rando. Y “transferible”, en dos sentidos: inter-
que hacia la socialización primaria. cambiable y reproductivo. Intercambiable, pues
• La obra más tardía de Bourdieu busca la base el mismo habitus se manifiesta en los distintos
de los esquemas corporales del habitus en es- campos en los que participa el agente, por
tructuras cerebrales (1999b: 181). Parece que ejemplo, el deporte o la música. Y reproducti-
con cada proceso de aprendizaje un cierto vo, pues la familia lo transfiere a sus hijos, o
grupo de neuronas establecen una red, refor- la escuela al alumnado, o cualquier institución
zando sus conexiones sinápticas, permitiendo socializadora a los socializados.
que la información se procese mucho más rá- • “Colectivamente orquestadas sin ser producto
pidamente. Bourdieu hace estas reflexiones de la acción organizadora de un director de or-
a partir del trabajo de Changeux (1985), pero questa”: Bourdieu no cree que haya conspira-
pueden encontrarse otras obras, por ejemplo, dores o grupos organizados que guíen, desde
Damásio (2006) o Graybiel & Simith (2014), la sombra, a grandes grupos de personas, que
con una reflexión aplicada a la obra de Bour-
no saben que son dirigidos. Son prácticas pro-
dieu en Marqués Perales (2012). Los recien-
ducto del habitus, es decir, de condiciones de
tes estudios en neurociencias muestran que
existencia y experiencias vitales parecidas, que,
estas ideas de Bourdieu encuentran apoyo
por tanto, dan resultados parecidos, sin necesi-
en el descubrimiento de las neuronas espejo,
dad de un acuerdo previo. Condiciones objeti-
implicadas en el proceso de aprendizaje me-
vas similares producen afinidades electivas.
diante la imitación (Brown y Seligman 2009).
• “Objetivamente adaptadas a su fin sin suponer
Resultados y consecuencias de la
la búsqueda consciente de fines y el dominio
definición de habitus
expreso de las operaciones necesarias para
alcanzarlos”: El habitus produce prácticas no • “Estructuras estructuradas predispuestas
conscientes. Las prácticas son concebidas para funcionar como estructuras estructuran-
como decisiones libres por parte del actor so- tes de prácticas y representaciones”: Es una
cial, por más que desde el punto de vista del estructura, en sentido saussiriano, pero tam-
análisis sociológico se conciban como limita- bién debido a que es duradero. Y dice que
das por la posición y el momento social. O ni está estructurada por las condiciones sociales
siquiera se conciben como una decisión cuan- que la producen, es decir, originado por ellas.
do es una cuestión de honor, ya que “se hace Es estructurante, pues produce un conjunto
lo que hay que hacer”, “lo que haría un hombre” de prácticas que guardan entre ellas mismas
o ni se plantea la cuestión de buscar acciones una relación también estructural. El habitus es
alternativas, como ocurre con muchos hábitos producido por la estructura social (posición del

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agente según sus recursos materiales y sim- sacar partido en la aplicación de dichas normas. Así
bólicos) y produce prácticas sociales estructu- se deshace el dilema “positivismo/fenomenología”,
radas (en sentido lingüístico). debido a que las probabilidades objetivas inscritas
• “Objetivamente ‘reguladas’ y ‘regulares’ sin en cada habitus, que reflejan los datos estadísti-
ser el producto de la obediencia a reglas”: cos, son vividas como posibilidades subjetivas por
Independientemente de la voluntad de los los agentes sociales, como expectativas de éxito o
actores (‘objetivamente’) y sin que existan fracaso si emprenden esas acciones. Por ejemplo,
reglas explícitas, conscientemente conoci- los hijos de los obreros se encuentran con más difi-
das por los actores, hay pautas establecidas cultades objetivas (la distancia entre la cultura de la
para alcanzar ciertos fines con ciertos medios, familia y la cultura escolar es mayor que para otras
hay formas “normales” de actuar, de “sentido clases) de pasar satisfactoriamente por el sistema
común”. Sabemos que estas formas son re- formal de educación, con lo que se plantean como
gulares, porque son las más observadas y poco probable llegar a los estudios universitarios y ni
normalmente las menos cuestionadas por los siquiera diseñan un plan deliberado para alcanzarlos
agentes sociales. Un ejemplo claro de este (Bourdieu y Passeron 2009). Como prueba de ello,
tipo de prácticas es el lenguaje, que dominan ante el mismo rendimiento académico, las familias
los hablantes sin ser necesariamente cons- de bajo capital cultural (Corral, Zurbano, Blanco et
cientes de sus reglas gramaticales. al. 2012) o o clases sociales más populares (Mar-
tínez García 2014) tienen menos aspiración a que
A estos resultados que produce el habitus, debe- sus hijos lleguen a la universidad. Otro ejemplo es
mos añadir otro muy importante: “una capacidad in- en el emparejamiento matrimonial (Bourdieu 2004),
finita de engendrar en total libertad (controlada) pro-
las estrategias profesionales del profesorado univer-
ductos –pensamientos, percepciones, expresiones,
sitario (Bourdieu 1984), de los científicos (Bourdieu
acciones– que tienen siempre como límites las con-
2003a) o de los obispos (Bourdieu y Saint-Martin
diciones de su producción, histórica y socialmente
2009). O en la moda, los horteras son normalmente
situadas, la libertad condicionada y condicional que
personas de baja extracción económica, su posición
asegura está tan alejada de una creación de imprevi-
inferior en la estructura social se manifiesta en su
sible novedad como de una simple reproducción me-
posición inferior en el mundo de la distinción, coin-
cánica de los condicionamientos iniciales” (Bourdieu
cidiendo posición objetiva y categorías subjetivas de
1991a: 96). El habitus funciona como una especie de
distinción (Bouzada Fernández 1992).
gramática, que, con unos principios limitados, gene-
ra infinitas posibilidades coherentes, al tiempo que Las estrategias también implican el sentido del
descarta por imposibles otras muchas. juego, del saber práctico, para lo que Bourdieu uti-
El habitus es el concepto clave de Bourdieu para liza la metáfora de los “juegos de cartas” –como ya
romper entre el “fisicalismo objetivista sin sujeto” –ya señalamos– en los cuales para ganar la partida no
que no equivale ni a normas sociales ni restricciones basta con buenas cartas (capital), sino que hay que
objetivas– y el “subjetivismo fenomenológico sin es- saber jugar, tener el sentido práctico que da el habi-
tructura” (Ib.) –pues tampoco es acción consciente tus. El habitus da el “sentido común”, la doxa (Bour-
ni mera suma de interacciones sociales–, en un es- dieu 1995), que permite reaccionar de forma adecua-
fuerzo por escapar al reduccionismo que ambos im- da ante las infinitas situaciones posibles que se le
plican, e incorporar la historia, el tiempo social. Los presenten al agente, pero desde unos principios bien
individuos ni son meros portadores de estructuras delimitados, como ocurre en el caso de las afrentas al
sociales ni sujetos que se definen solamente en rela- honor en sociedades tradicionales (Bourdieu 1991a).
ciones con otros sujetos; es necesario conocer cuá- El honor se les supone a todos los integrantes de la
les son sus estrategias, a partir de las probabilidades sociedad, y es lo que posibilita que haya afrentas al
objetivas de alcanzar los fines que se proponen, y honor. El desafío lleva a una puesta en cuestión del
qué las orienta, qué principios les hacen preferir cier- honor, a un deshonor potencial, lo cual admite dos
tos fines a otros. La idea de estrategia nos permite posibilidades, la respuesta y la no-respuesta, que a
romper con una visión mecanicista de las prácticas y su vez puede implicar dos sentidos distintos, como
de la acción (Bourdieu y Wacquant 1992). rechazo (desprecio ante el inferior que se atreve a
desafiar al superior) o como incapacidad (del subor-
Las “estrategias” como señalan Chevallier y dinado que no puede enfrentarse al superior). Con
Chauviré (2011: 89) “derivan de su implicación [del
estos sencillos principios se puede dar cuenta de las
agente] (illusio) en el juego y de su sentido del juego,
infinitas posibilidades que pueden plantearse en los
conllevan anticipaciones prácticas de las tendencias
desafíos del honor.
inmanentes del juego, que concuerdan con lo que
él puede (solamente) esperar alcanzar gracias a la El investigador debe buscar las estrategias pro-
posición que ocupa”. Son las acciones probables/po- pias de cada habitus allí donde los sujetos investi-
sibles del habitus, resultado de combinar la tensión gados sienten su “libertad de acción”, bajo la pers-
entre las normas sociales y el interés del agente en pectiva de que las posibles estrategias se generan

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por la intersección entre el campo y el habitus, y interiorizada” (Ib: 47). La productividad del trabajo
que a su vez, tanto las estrategias pasadas como pedagógico “se mide por el grado en que el ha-
potenciales son parte del habitus. Una problemática bitus que produce es ‘transferible’, o sea, capaz
compleja a la hora de aplicar la teoría de Bourdieu de engendrar prácticas conformes a los principios
es considerar bajo qué circunstancias las estrate- de la arbitrariedad inculcada en el mayor número
gias se desarrollan de forma consciente. Por ejem- posible de campos distintos [...] es ‘exhaustivo’, o
plo, desde el punto de vista del actor social, la forma sea, reproduce más completamente en las prácti-
de hablar es normalmente no consciente, mientras cas que engendra los principios de la arbitrariedad
que decidir si se elige cierta asignatura en un plan cultural de un grupo o de una clase” (Ib: 49-50).
de estudios es vivido como algo consciente. Una lí- Además, cabe diferenciar entre un trabajo peda-
nea interesante, que nos limitamos a apuntar, es la gógico primario y otros secundarios. El primario,
siguiente. El capital, la estructura social, por media- “la arbitrariedad cultural originaria”, se supone –no
ción del habitus, define las preferencias de los agen- está explícito– que debe referirse a la socialización
tes, que actúan de forma coherente y consistente primaria, en la familia principalmente, mientras que
con estas preferencias. Por otro lado, hay prácticas la secundaria se da en el resto de instituciones
no conscientes de los agentes, que se explican por por las que pasaría el sujeto. El éxito del trabajo
el funcionamiento de los campos, algunos “efectos”, pedagógico secundario “está en función de la dis-
como el efecto “Quijote” (histéresis del habitus1), así tancia que separa el habitus que tiende a inculcar
como por otros mecanismos ya estudiados por la [...] del habitus inculcado por los TP [trabajos peda-
sociología, como los originados por la relación entre gógicos] anteriores” (Ib.: 60). Llama la atención la
grupos de referencia y de pertenencia, las funciones ausencia al grupo de pares de los niños y adoles-
manifiestas y latentes, etc. Además, los desarrollos centes como agentes relevantes de la socialización
recientes en las neurociencias destacan la impor- (Harris 2003).
tancia del cerebro social, es decir, la importancia de
la sintonía no consciente entre personas sobre la Una mejor comprensión de la definición del habi-
influencia en los estados de ánimo y en la toma de tus se puede establecer si se compara con el modelo
decisiones (Goleman 2006). de cálculo de la teoría de la elección racional. Am-
bos teorías son radicalmente diferentes en sus su-
Debemos destacar que el habitus, al ser estruc- puestos, pero esto no impide que del contraste entre
tura incorporada, es un sustrato de la dominación, ambas podamos reflexionar sobre cómo mejorar la
pues con él se jerarquizan los principios en los que teoría sociológica. La reflexión la podemos iniciar a
se sustenta dicha dominación. Este proceso se partir del modelo de agente con el que trabajan y de
traduce en una inculcación (Bourdieu y Passeron dos criterios: el cálculo consciente de la acción y el
2001), asegurando que la legitimidad de toda forma resultado optimizador2. En el Cuadro 1 encontramos
cultural es arbitraria. Toda “acción pedagógica” –no los solapamientos que crean confusión a la hora de
solo en el marco de la escuela, sino en cualquier intentar distinguir analíticamente entre Bourdieu y la
contexto de aprendizaje, aunque sea difuso– no es
elección racional.
más que una forma de violencia simbólica, en tanto
que arbitraria, a través de la cual se dota a las for- No es nuestra intención profundizar más de lo ne-
mas culturales de legitimidad, contribuyendo así la cesario en la teoría sociológica, pero no está de más
reproducción cultural a la reproducción social. Esto señalar el parecido de este cuadro con la clasificación
se consigue gracias al “trabajo pedagógico”, que de las explicaciones de las acciones, propuesta por
inculca un habitus “como producto de la interiori- Boudon (1980), tal y como las encontramos en Ramos
zación de los principios de una arbitrariedad cultu- Torre (1993: 449). En el Cuadro 1 de la mencionada
ral capaz de perpetuarse una vez terminada la AP página, para lo que denominamos “cálculo consciente”
[acción pedagógica], y de este modo, de perpetuar se habla de “propósito” y para el resultado de la acción
en las prácticas los principios de la arbitrariedad se habla de “previsión”.

Cuadro 1.
Conciencia de las acciones y resultados optimizadores.

El resultado de la acción es optimizador


Sí No
Problemas cognitivos en el procesado de información,
Sí Elección racional estándar errores de inferencia, estructuras perversas de interac-
El cálculo es ción, paradojas de la acción
consciente Bourdieu (habitus), instrumentalismo en elección Resultados no queridos (“efecto quijote”, alodoxia, exter-
No racional (“como si”), resultados no queridos (ex- nalidades negativas), estructuras perversas de interac-
ternalidades positivas) ción, paradojas de la acción.

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Obviamente, si el agente planifica la acción y consi- terminada posición en la estructura social. El “capital”
gue los resultados optimizadores esperados, estamos es la ‘energía’ social de que disponen los agentes;
ante una explicación de la elección racional realista y por tanto el capital no es solo económico (dinero),
“estándar”. En caso de que los resultados sean opti- también puede ser cultural (competencias culturales,
mizadores, pero la acción no sea consciente o inten- títulos académicos), social (relaciones sociales de
cional en la prosecución de dichos resultados, nos amistad, camaradería, pertenencia a un grupo polí-
acercamos a la explicación de las “cajas negras” de tico, familiares...) o simbólico (cuando se da por su-
las que habla Boudon (1998) o al instrumentalismo de puesto que su posesión es “natural”, no se reconoce
Friedman (1953), con los problemas que ya señala- lo arbitrario de su posesión) (Bourdieu 1986, Martínez
mos: explicaciones que ni son causales ni son cons- García 2003). El ‘campo’ es el conjunto de relaciones
cientes para los actores. Como vemos, si así ocurre, sociales que se establecen cuando los distintos agen-
es posible que haya confusión entre las explicaciones tes luchan y cooperan entre ellos por apropiarse de
de Bourdieu y el instrumentalismo de la elección ra- recursos escasos, ya sean materiales o simbólicos,
cional de tipo beckeriano (Martínez García 2004). que son valorados entre los participantes en el campo
(Bourdieu 1995, Martín Criado 2010, Sota 2013). Las
Si el agente es consciente de sus acciones, pero “prácticas”, que de forma integrada constituyen estilos
con ellas empeora su bienestar, suponiendo que no de vida y estrategias, son los comportamientos ob-
tenga dificultades cognitivas ni que sea engañosa la servados de los agentes en los diversos campos: sus
presentación de las alternativas a elegir, su compor- prácticas religiosas (valga la redundancia), el tipo de
tamiento podría deberse a problemas que parecen fotografía que le gusta, la forma de vestir, la profesión
inherentes a los humanos en el procesamiento de la ejercida... (Bourdieu 1991b).
información –sesgos cognitivos, como señala Kah-
El capital conforma las bases sociales de las prác-
neman (2012)– o por errores en los razonamientos
ticas. El habitus es el conjunto de disposiciones por
inferenciales, según el modelo cognitivista de Bou-
las cuales los individuos producen y reproducen esa
don (1996). También podría ser debido a entornos de
estructura social, equivale a un mecanismo media-
interacción perversos, como señalan Boudon (1980),
dor entre la estructura y la práctica, que, obedecien-
o Elster (2007), tales como los que analiza la teoría
do a unos pocos principios, es capaz de afrontar in-
de juegos (el dilema del prisionero, el juego del ga-
finitas situaciones (“Se comporta como un caballero
llina, etc.). Cuando el cálculo no es consciente y los
en cualquier situación”, “Haga lo que haga siempre
resultados son negativos, puede que se estén produ- será un don nadie”). Las prácticas son las acciones
ciendo desajustes entre mecanismos inconscientes de los individuos, cuyo sentido está dado por su re-
que expliquen el comportamiento y oportunidades lación con las otras prácticas, asociadas a distintas
(como el “efecto Quijote” ya citado). posiciones sociales.
La explicación sociológica debe hacerse estable-
Comprensión y explicación ciendo las relaciones adecuadas entre capital, habi-
Para entender adecuadamente el concepto de tus y campo, que generan las prácticas sociales. Y la
habitus debemos integrarlo en el conjunto de con- interpretación sociológica debe hacerse “leyendo” en
ceptos teóricos de Bourdieu. Como veremos en este las prácticas las posiciones sociales de los actores,
apartado, esta integración nos permite afrontar el y no tanto el sentido explícito que los actores dan a
dilema de la explicación y la comprensión de forma su propia conducta. En este sentido, entronca con
satisfactoria. Podemos establecer un marco general la “filosofía de la sospecha”, ya que lo importante en
como el del Cuadro 2. la interpretación no es el sentido revelado, del que
son conscientes los agentes, sino el sentido oculto,
En cada columna están los conceptos equivalen- que expresa jerarquías y luchas sociales. Esta bús-
tes; excepto las bases sociales y los productos socia- queda de lo oculto hace que Bourdieu dedique gran
les, el resto están en la obra de Bourdieu (la primera atención al estudio del gusto (1991b), pues en las
línea del esquema está en Bourdieu (1991b: 99). El prácticas que implican el gusto (el vestido, la lectura,
“habitus” es el conjunto de principios o esquemas de la decoración, la música, la gastronomía...) es donde
formas de pensar, obrar y sentir propios de una de- mejor se manifiesta el “libre albedrío” de los indivi-

Cuadro 2.
Esquema general de interpretación y explicación en Pierre Bourdieu.

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duos, donde mejor se vive la ilusión de la libertad de están orientadas hacia la acumulación de un tipo
elección, solo limitada por restricciones presupuesta- específico de capital, o bien a imponer como crite-
rias o de otra índole objetiva. Pero su análisis mues- rio de valoración la especie de capital en la que son
tra que el gusto, vivido como un elemento definitorio dominantes los agentes (típicas luchas entre fraccio-
de la personalidad y estrictamente privado, es una nes de las clases dominantes), o bien a aceptar los
manifestación de las condiciones materiales y cultu- principios establecidos de valoración, pero al mismo
rales de los actores, que podemos interpretar como tiempo adaptados (y “desnaturalizados”, estrategia
un significante de dichas condiciones. de las clases medias) o generando unos principios
paralelos para relacionarse con el resto de pares
Es cierto que no es posible establecer prediccio-
(como parece ser que describe la cultura obrera en
nes precisas a priori sobre los comportamientos ca-
el capítulo VII de La distinción), manteniendo ambi-
racterísticos de un determinado habitus, del tipo “si
valencia en cuanto a la valoración de los principios
el habitus es ‘x’ la práctica será ‘y’, debido al meca-
dominantes (no se aceptan entre el grupo de pares,
nismo ‘z’”3, pero eso se debe a que las prácticas son
pero sí cuando cada agente se relaciona por separa-
sustantivas, mientras que el objeto de investigación
do en el resto del espacio social).
bourdiano es el conjunto de las relaciones entre las
prácticas, el capital y su sentido. A pesar de esta di- Como vemos en el Cuadro 3, podemos establecer
ficultad creemos que sí es posible establecer unas una relación de causalidad del capital tanto sobre el
reglas comunes a una explicación de tipo bourdia- campo, como sobre los agentes. Lo valorado en un
no. El principio explicativo es el siguiente: considerar campo es capital, y se valora por la existencia de una
agentes que desarrollan estrategias, que pueden ser doxa (un sentido común, conocimientos tácitos) de la
conscientes o no. Si son conscientes, la similitud con que participan todos los miembros del campo. Pero
la elección racional es obvia, pues la elección está el capital también influye sobre los agentes, pues la
motivada por una racionalidad instrumental, dados composición de capital contribuye a crear el habitus,
los medios reconocidos como tales y las preferen- habitus que convierte la libido indiferenciada (un in-
cias (Bourdieu 2000: 266). Si no son conscientes, terés abstracto) en apuestas concretas por determi-
deberíamos aclarar los mecanismos que producen nado tipo de objetivos sociales, la illusio. Por tanto,
esas estrategias, que encontramos más o menos vemos que el capital establece tanto una causalidad
implícitos en su obra (el funcionamiento de los cam- macro, estructurando los campos sociales, como
pos, las tensiones entre grupo de pertenencia y de una causalidad micro, a través del habitus, sobre los
referencia, desajustes entre habitus y campo, ajus- agentes, en tanto que simultáneamente es un indica-
tes entre interés particular y cumplimiento de las nor- dor de recursos, pero también un elemento clave en
mas, etc.) o habría que proponerlos. Las estrategias la formación de preferencias.

Cuadro 3.
La explicación en Pierre Bourdieu.

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8 . JOSÉ SATURNINO MARTÍNEZ GARCÍA

En cuanto a la “comprensión bourdiana”, más com- Quienes pierden la importancia que el sentido de las
plicada de sintetizar, viene a ser más bien del siguien- prácticas cobra para Bourdieu (Jenkins (1992), Mou-
te tipo: dados los grupos de individuos n1, n2,…ni, con zelis (1995), Bohman (1999)) terminan por acusarlo
sus respectivas composiciones de capital kα , kβ ,…, kγ del exceso objetivista y determinista de sus explica-
produciendo cada grupo en distintos campos sociales ciones, contrario a su intento de superación de las di-
Ca, Cb,…, Cj, el grupo n1 las prácticas p1αa , p1αb ,…,p1αj, ferencias entre objetivistas y subjetivistas, solo llegan
el grupo n2 las prácticas p2βa, p2βb,…,p2βj, y así sucesi- al esquema que presentamos en el Cuadro 3.
vamente. Podremos explicar las prácticas en el campo
Por tanto, un desarrollo más analítico y con mayor
Cj estableciendo las pertinentes relaciones de sentido
interés por los mecanismos sociales mejoraría en mu-
entre las composiciones de capital kγ , el campo Cj con
el resto de campos y de las prácticas piγj. El habitus ge- cho el objetivo bourdiano de disolver la polémica entre
nerado por cada composición de capital kγ en relación objetivismo y subjetivismo mediante la adecuada inte-
con cada campo nos proporciona el esquema interpre- gración de cada una de ellas en diferentes dimensio-
tativo para relacionar todos estos elementos, dotarlos nes de la explicación y la comprensión. Esta integra-
de sentido y saber cómo agotamos la diferenciación ción cabe entenderla en una tradición metodológica
entre los distintos capitales, campos y prácticas, para weberiana (Weber 1997). Por el lado de la compren-
poder construir el objeto de investigación en cada sión, es necesario reconstruir las acciones sociales
análisis concreto. Todo esto lo podemos resumir en el observadas de forma tal que nos resulten acordes a
Cuadro 4. La explicación no se agota en los mecanis- una racionalidad de adecuación de medios y fines des-
mos y las relaciones causales del Cuadro 3, sino que, de la perspectiva del agente. Pero para llegar a este
además necesita ampliarse por la clasificación y la in- nivel micro es necesario identificar adecuadamente
terpretación (el sentido) de las prácticas en función del el conjunto de valores de los que participa ese actor,
capital. De esta forma podremos disponer de un marco conjunto que está más allá de su voluntad. Además, es
teórico que integre las explicaciones causales típicas necesario tener en cuenta los resultados no queridos
de las corrientes más nomológicas de las ciencias so- de la acción, así como otras conexiones causales que
ciales con explicaciones de tipo más hermenéutico, escapan al conocimiento de los actores. Pero como se-
que capta la racionalidad práctica. La interpretación ñala Martín Criado (2010) esta búsqueda de conexio-
que aquí hacemos de Bourdieu, “explica” con “agen- nes causales más allá del conocimiento de los agentes
tes” (individualismo) y “comprende” (holísticamente) abusa de las explicaciones de tipo funcional en buena
con “juegos” wittgensteinianos (según la clasificación parte de la obra de Bourdieu, aunque en otras partes
de la teoría social que hace Hollis (1998)). está más próxima a la metodología weberiana.
Esta forma de proceder, que Bourdieu nunca lle- La argumentación contra la acusación de objetivis-
ga a presentar de forma tan analítica, obedece a su mo se diluye a medida que estudiamos la autonomía
intento por romper con el “pensamiento lineal [para de los agentes y la importancia del orden simbólico
pensar en] la causalidad estructural de una red de fac- en la teoría de Bourdieu. En cuanto a la acusación de
tores que es completamente irreducible a la eficacia determinismo, Swartz (1997: 216-7) señala que de-
acumulada del conjunto de las relaciones lineales […] bemos tener en cuenta que el modelo de explicación
la multiplicidad de factores no conduce a la indetermi- de Bourdieu nos dice, como ya hemos señalado, que
nación sino por el contrario a la sobredeterminación” [(habitus)(capital)]+campo=práctica (Bourdieu 1991b:
(cursiva en el original, Bourdieu 1991b: 105-106). 99), por lo que los comportamientos producidos por un

Cuadro 4.
La comprensión en Pierre Bourdieu.

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EL HABITUS . 9

habitus también dependerán del funcionamiento del trabajos combinan estudios estadísticos (que normal-
campo. Tres situaciones son posibles: que el campo mente giran en torno al análisis de correspondencias)
no varíe, con lo cual estaríamos ante una situación de con entrevistas en profundidad, análisis hermenéutico
reproducción; que el campo varíe, pero no las prácti- de textos (como los folletos publicitarios), u observa-
cas, estaríamos en un caso de histéresis del habitus ciones de tipo etnográfico. Pero lo más importante es
(véase nota 1); o que varíe tanto el habitus como las que estas técnicas no se usan de forma deslavazada,
prácticas, en cuyo caso el habitus produciría nuevas sino que quedan integradas por la propia naturaleza
prácticas, pero la innovación también estaría orienta- de entender al habitus tanto como un concepto obje-
da por el habitus (como ocurre cuando se expande el tivo (para lo que es necesario recurrir a la estadística)
sistema educativo y las clases sociales que antes no como subjetivo (que implica hacer uso de técnicas
lograban títulos académicos, los consiguen, con lo que que capten el sentido de las prácticas sociales).
obligan a las clases que antes no tenían competencia Pero también nos lleva a una visión total en cuanto
a variar sus estrategias, dando más importancia, por a que el estudio de cualquier fenómeno social debe
ejemplo, a los idiomas o estudios en el extranjero). entenderse como una realidad total. Por ejemplo, en
sus estudios sobre vivienda (Bourdieu 2000) no se
Elementos positivos del concepto de limita a dar cuenta del habitus del comprador, como
habitus probablemente cabría esperar bajo una concepción
estrecha de la realidad social. Además estudia a
Un rasgo interesante del habitus como concepto otros agentes: políticos, arquitectos, funcionarios,
teórico es la historicidad que introduce en el análisis constructores, etc. Solo reconstruyendo todos los
sin necesidad de caer en el historicismo, es decir, cen- puntos de vista de los agentes implicados, podemos
tra la atención sobre los contextos sociales (la racio- tener una visión adecuada y más objetiva que los
nalidad sustantiva de Godelier (1989)), sin llegar a un propios implicados de lo que ocurre en ese mercado.
punto en que no se pueda emplear el mismo modelo De esta manera no caemos ni en el etnocentrismo de
teórico para explicar contextos sociales tan distintos interpretar las prácticas sociales como desajustadas
como los usos sociales en la Cabilia o en París. En- o irracionales, ni en la etnografía naïf que da por bue-
fatiza el “análisis concreto de la situación concreta”, nos los motivos que aducen los agentes, sin cuestio-
la inducción, el estudio de casos, el estudio exhaus- narlos, ni en la racionalidad universal abstracta que
tivo de situaciones sociales, en una línea cercana a no tiene en cuenta los condicionamientos prácticos.
la etnometodología. Pero todo ello orientado por un Por tanto, el concepto de habitus disuelve la polémi-
marco teórico general, que se pretende válido para el ca entre investigación cualitativa o cuantitativa.
estudio de cualquier formación social. Otro rasgo de
Si pensamos en quienes están interesados en la so-
gran interés es el espacio intermedio que ocupa entre
ciología empírica, podríamos decir que al investigador
la estructura y el agente, estableciendo mediaciones
social se le manifiestan habitus allí donde encuentre:
para salir del reduccionismo explicativo que supone
tomar solo uno de estos aspectos. • Un conjunto de prácticas sociales con relaciones
significantes entre ellas producidas por varios
Frente a un modelo abstracto del actor social uni-
agentes (la dimensión estructurante del habitus).
versalmente válido, es necesario un análisis concre-
to de cada formación social para averiguar las re- • Que guarden relación con la posición social
laciones entre las prácticas y del conjunto de éstas de los agentes que las producen (la dimensión
con las posiciones sociales de los agentes que las estructurada del habitus).
producen, relaciones que no pueden determinarse Por ejemplo, la carrera que se decide estudiar, con
a priori del análisis empírico, pero que lo guían. El la forma en que se decide preparar las asignaturas,
análisis no se centrará tanto en las opciones factibles con las actividades que se realizan en el tiempo libre,
para los individuos como en aquellas posibles debido con las características socioeconómicas de la familia
a las lógicas sociales que dotan a las distintas prác- de procedencia (véase en el trabajo de Langa y Río
ticas de sentidos distintos, de forma similar, como ya (2013) sobre los estudiantes universitarios).
hemos dicho, a un jugador de ajedrez que no consi-
dera todas las jugadas posibles.
Otro elemento interesante del habitus es que obli-
Críticas equivocadas al concepto de
habitus
ga a una visión total de la investigación social. Total,
en cuanto a técnicas de investigación, integrando las En este apartado señalamos algunas críticas que
cuantitativas con las cualitativas, como ha hecho el se han realizado al concepto de habitus y que consi-
propio Bourdieu en sus numerosos trabajos empíri- deramos erróneas. Estas críticas tienen que ver con
cos (Bourdieu 1984, Bourdieu 1985, Bourdieu 1989, las dificultades del habitus para dar cuenta de la in-
Bourdieu 1991b, Bourdieu 1995, Bourdieu 1999a, novación social, el riesgo de que el habitus implique
Bourdieu 2002, Bourdieu 2003b, Bourdieu 2003c, malas explicaciones, ya sea debido a que es una fa-
Bourdieu 2004, Bourdieu y Passeron 2009). Estos lacia intelectualista o una caja negra o que realmen-

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10 . JOSÉ SATURNINO MARTÍNEZ GARCÍA

te no es un concepto nuevo, sino que abarca a un tal y como vimos en el apartado anterior. Por tanto,
conjunto de herramientas explicativas tradicionales aunque no sean nuevos los mecanismos del habitus,
de las ciencias sociales. sí es nueva la forma en que se integran los resultados
de estos diversos mecanismos para producir prácticas
Debemos destacar que el habitus sí permite pensar
sociales coherentes, así como la forma en que integra
la innovación social, frente a lo que señalan algunos de
la explicación y la comprensión de la acción social.
sus críticos (Berg 1998, Bohman 1999, Jenkins 1992,
Mouzelis 1995) por lo que los actores no se comportan Elster (1988) considera que se cae en una falacia
como meros autómatas guiados ciegamente por las intelectualista al racionalizar, ex post de la investiga-
normas, como ciertos individualistas metodológicos ción y de la conducta de los agentes, lógicas que solo
caricaturizan al homo sociologicus. Eso sí, las innova- provienen de la mente del investigador, y sobre las
ciones que genera el habitus, las respuestas nuevas que no es posible un criterio de contraste indepen-
a situaciones inéditas, también serán características diente. El habitus puede convertirse en un concepto
del habitus, pues es una disposición, y no solo una ‘mágico’ que toda práctica explica. Mágico, porque las
costumbre. Swartz (1997) resume bien en qué medi- salidas que producen están indeterminadas, no esta-
da el concepto de habitus no limita las acciones a una blece “prohibiciones” a la realidad, es decir, no es fal-
mera reproducción que deja sin explicar el cambio so- sable, en sentido popperiano, y porque no se exponen
cial. Para ello debemos considerar los cambios en el los mecanismos, las relaciones causales, entre sus
campo, que pueden ser exógenos (como cambios tec- determinantes y sus salidas. Por tanto, no sería más
nológicos o políticos), varían según las circunstancias que un juego ingenioso y brillante del investigador,
sociales. Mientras no haya cambios, el habitus lleva que cuenta historias sobre lo sucedido en distintos
a la mera reproducción. Pero cuando se originan es- espacios sociales, pero no las explica; el investigador
tos cambios, puede producirse innovación, debido a la puede quedar reducido a un novelista costumbrista.
adaptación de los nuevos habitus o a la histéresis del Boudon (1998), como Elster, critica el habitus,
habitus. Por ejemplo, ante la imposición legal de au- pues sería una “caja negra”, es decir, una explicación
mentar la edad mínima de escolarización y ante la de- que ni es causal ni es consciente para los agentes,
manda de fuerza de trabajo más formada, los habitus con lo cual quedaría a la pura arbitrariedad del inves-
de clase obrera y clase media pueden llevar a resulta- tigador ir definiendo cualquier ocurrencia como una
dos distintos. Quizás sea más probable que los hijos explicación, pues no hay contraste posible, ya que
de clase obrera se orienten más a ciclos formativos de si no se puede verificar causalmente y si los agen-
FP, mientras que los hijos de clase media se preocu- tes no saben por qué obran de cierta manera, ¿qué
pen más por el currículum extraacadémico: idiomas, pruebas tenemos de que la explicación no es más
más estudios de postgrado (Martín Criado 1998). que una expresión de las filias o fobias del investiga-
Berg (1998) argumenta que, si el habitus es un dor? Pero según hemos dicho, el habitus puede des-
concepto con potencia teórica, se debe a que puede componerse en un conjunto de mecanismos, aunque
descomponerse en mecanismos ya conocidos por la para Bourdieu es algo más que la suma de esos me-
sociología y que, por tanto, poco nuevo aporta, pues canismos. Si integramos el resto de conceptos teó-
dichos mecanismos son tan clásicos como la sociali- ricos de Bourdieu, como son el campo y el capital,
zación, las relaciones con los grupos de pertenencia y así como su trabajo empírico, ciertamente podemos
de referencia, etc… Pero para Bourdieu no podemos afirmar que la articulación teórica dificulta caer en la
hablar simplemente de una agregación de mecanis- falacia intelectualista o en la “caja negra”.
mos, pues para que haya habitus, el efecto que pro- Desde la perspectiva teórica, el habitus debe en-
duce cada mecanismo sobre los agentes que ocupan tenderse simultáneamente con el capital y con el
una posición social debe ser coherente con los resul- campo, como señalamos. Siendo bourdianos, el ha-
tados del resto de mecanismos, formando entre todos bitus no puede aislarse de conceptos como el capital
los resultados un “estilo” propio del habitus. Por otro o el campo, o de la relación entre distintos habitus,
lado, se puede cuestionar que todas las explicaciones así como del esquema comprensivo que hemos pro-
se limiten a señalar mecanismos, pues el orden social puesto (Cuadro 4). Por tanto, aunque hay riesgo de
no se limita a la metáfora de la máquina, debido a lo caer en el problema que señalan Elster y Boudon, con
difícil que es dar cuenta de los juegos del lenguaje (en los controles teóricos y empíricos, aquí propuestos, es
sentido de Wittgenstein) con dicha metáfora (Bouve- más difícil que eso ocurra.
resse4 1999: 61-62 o Salcedo 2006). Parte del esfuer-
zo de la obra de Bourdieu cabe entenderlo como una
búsqueda no solo de explicaciones, sino también de
Problemas del concepto de habitus
herramientas, tanto teóricas como metodológicas, que A continuación nos detenemos en algunas de las
permitan captar adecuadamente el sentido que los críticas que estimamos más pertinentes. A diferencia
agentes dan a sus prácticas sociales. Precisamente el de Bourdieu, la relación entre el habitus y las prác-
habitus cabe entenderlo en parte como un marco de ticas no podemos entenderla como un axioma, sino
sentido, y no solo como un conjunto de mecanismos, como una hipótesis que guía la investigación y debe

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EL HABITUS . 11

ser contrastada empíricamente. No vemos que haya racionales (universales) (Martín Criado e Izquierdo
una relación necesaria para que cualquier práctica 1992). El concepto de “racionalidad limitada” o pro-
pueda definirse como originada por el habitus. En cesal (Simon 1986) que considera que las decisio-
este sentido, los estudios sobre habitus pueden en- nes se toman en contextos de incertidumbre, sin
tenderse como estudios de “variable independiente” toda la información disponible, es un puente entre
como Wright (1994) clasifica a los estudios de clase las acciones racionales y razonables, pues hace hin-
social, en los que ésta es la variable independiente, capié tanto en los procedimientos de razonamiento
y se trata de averiguar en qué prácticas sociales in- universales como en los contextos en los que se to-
fluye, en vez de dar por supuesto que influye en todo. man las decisiones. Pero esta noción de racionalidad
no considera los elementos de sentido social de los
El problema del habitus, como concepto teórico,
que venimos hablando, es más bien una “limitación”
es la indeterminación de las predicciones que poda-
natural, debida a deficiencias cognitivas.
mos establecer. Cuesta definirlo como un concepto
concreto y operativo (y a ello en parte se dedica este Relacionado con los dos problemas anteriores
artículo), pues Bourdieu considera que es caracte- está la cuestión de en qué medida el habitus deja
rístico de las teorías en formación como la suya el margen para que los dominados rompan con la do-
que los conceptos sean difusos (Bourdieu 2000: 50); minación. Como señalan Grignon y Passeron (1992),
es más, hay quienes afirman que tanta indefinición el habitus supone el miserabilismo, es decir, supone
no le permite operar como un concepto teórico (Berg que las culturas populares permanecen como cultu-
1998, Bohman 1999, Devine 1998, Jenkins 1992). A ras dominadas, definidas como el negativo de la cul-
veces es fácil confundirlo con la clase social (Martí- tura dominante, dejando poco espacio para entender
nez García 2003), pues se adjetiva con etiquetas que sus propias lógicas, así como sus posibilidades para
corresponden a conceptos de clase social, como pe- producir nuevos significados, sin que esto suponga
queño burgués, obrero, gran burguesía… Pero no es caer en el populismo de considerar que esta autono-
solo una clase, pues también separa por edad (p.ej. mía implique la equiparación entre cultura dominada
ingenieros jóvenes y viejos) o por género (hombres y cultura dominante, populismo exaltado en el que
y mujeres en la clase obrera). Su operacionalización caen ciertas corrientes de Cultural Studies (Cabrera
solo puede ser práctica, analizando su aplicación, 2005). Los espacios de libertad e innovación que per-
cómo funciona en sus investigaciones. A pesar de es- mite el habitus, y que hemos señalado en los párrafos
tos consejos operativos, da la sensación de que hay anteriores, no parecen ser suficientes para dar cuen-
que “incorporarse” un habitus de sociólogo bourdiano ta de esta autonomía de lo popular frente a lo culto.
para poder aplicar bien el concepto. Él mismo recono-
Otra posible insuficiencia en el concepto de ha-
ce que, aunque sus propuestas teóricas, en general,
bitus es la ausencia de su “microfísica”, del estudio
no están exentas de problemas sobre el papel, es-
de los procesos concretos a través de los cuales
pecialmente la operacionalización del habitus por los
el niño va incorporando los principios del habitus a
comportamientos predichos –“su habitus es pequeño
su personalidad. Cicourel (1993) señala este déficit,
burgués porque se comporta como un pequeño bur-
pues considera que en la relación entre “estructura
gués”–, no se le puede acusar de incurrir en estos
y proceso”, la forma en que las prácticas sociales
posibles errores (Bourdieu y Wacquant 1992: 129).
(proceso) quedan determinadas por la estructura
En lo referente a la libertad de los agentes socia- social, no está suficientemente clara. Este autor in-
les, la definición señala que, actuando libremente, tenta aclarar el concepto de habitus profundizando
sus acciones estarán sujetas a ciertas regularidades, en el proceso de socialización, que está presupues-
manifestadas en los datos estadísticos, en los que to en dicho concepto, y que es equivalente al “tra-
se distribuyen los distintos grupos sociales (Bour- bajo pedagógico”, del que se habló antes. Señala la
dieu 1991b), por lo que es pertinente la investigación gran laguna que supone en la obra de Bourdieu la
cuantitativa. Estas regularidades no son leyes socia- falta de atención a los procesos de socialización en
les o producto de una racionalidad universal de la la infancia, a la forma en que los niños incorporan
que los individuos son portadores, sino que se deben en sus distintas fases evolutivas las relaciones de
a las predisposiciones para la acción y a los esque- poder en su ambiente, no solo familiar o escolar,
mas de percepción y valoración de la realidad social sino también entre el grupo de pares. La misma crí-
propios de cada habitus, es decir, individuos igual- tica le hace Lahire (2005), proponiendo como alter-
mente racionales e inteligentes, ante restricciones nativa una sociología psicológica que preste más
objetivas similares desarrollarán prácticas distintas, atención a estos procesos de incorporación de es-
que se explican como una función de su posición en tructuras sociales en distintos espacios sociales, y
el espacio social, y no solo como función de unas que explique no solo cómo se adquieren estas dis-
preferencias individuales inconmensurables, según posiciones, sino también cómo se activan o inhiben
predica la teoría marginalista de la utilidad. Esto nos en distintos contextos sociales (Lahire 2004). En el
permite hablar de acciones razonables (en un con- mismo sentido le critican Boltanski (2005) o Martín
texto histórico dado) frente al concepto de acciones Criado (2013). Bourdieu parece consciente de esta

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debilidad, pues en su obra más tardía señala la re- tus es producido por la posición social del agente. Más
levancia de estas investigaciones (Bourdieu 1995), fructuoso parece su esfuerzo por armonizar diversas
e incluso facilita algunos principios, generales y un técnicas de investigación, pues su metodología integra
tanto vagos, sobre la inculcación del habitus (Bour- el sentido subjetivo de los agentes con las distribucio-
dieu 1999b: 217-226), recurriendo al psicoanálisis nes objetivas de probabilidad de sus prácticas.
(Bourdieu 1999b: 219), en la tradición ya iniciada
Hemos visto algunas críticas que consideramos
por Parsons y Bales (1956). A través de este análi-
equivocadas al habitus, como que cae en la falacia
sis se podría dilucidar la relación entre estructura y
intelectualista o es una “caja negra”, que no deja es-
prácticas sociales, aclarando cuestiones como las
pacio para la libertad de los agentes, o que en reali-
ya planteadas, como qué ocurre cuando en la fami-
dad solo viste con nuevos ropajes viejos conceptos
lia conviven habitus distintos o el trabajo pedagógi-
teóricos de la sociología, pero para superar estas
co escolar fracasa, ante la fuerza de otros medios
críticas hemos hecho una lectura más analítica de
de socialización, como los mass media.
la que propone el propio Bourdieu. Por otro lado,
hemos señalado algunos de los problemas de este
Conclusiones concepto, como su definición borrosa en la obra de
Bourdieu, la falta de atención por su “microfísica” o
Hemos propuesto una lectura más bien analíti-
el exceso de coherencia que le atribuye.
ca del habitus, asegurando que cuando coincide la
racionalidad del agente consciente, la teoría del ha- Por último, nos gustaría resaltar que la ventaja
bitus y de la elección racional se superponen, pero de pensar una investigación social desde el habi-
que cuando el agente actúa de forma no consciente tus es que disciplina la investigación, pues obliga a
debemos explicar su comportamiento mediante me- una reflexión total sobre el objeto de investigación,
canismos, que en general ya son bastante conocidos obligando tanto a la integración de la metodología
en la teoría sociológica, como las relaciones entre cuantitativa y cualitativa como a enfocar el problema
grupos de referencia, la socialización, etc., pero la desde los distintos puntos de vista de los agentes im-
mirada de Bourdieu sobre estos mecanismos resalta plicados, así como su relación con el resto de proble-
la coherencia de resultados entre todos ellos. Este mas sociales. Esta disciplina puede ser compatible
conjunto integrado de mecanismos serían la parte con diversos planteamientos teóricos; la ventaja de
explicativa de la teoría de Bourdieu. La parte inter- la propuesta de Bourdieu es que obliga a ella.
pretativa, que no permite interpretar el sentido que
los agentes sociales dan a su comportamiento, viene
del lado estructuralista de su obra, en el que las prác- Agradecimientos
ticas toman sentido por la diferencia pertinente entre Este trabajo se ha realizado en el contexto de
unas y otras, así como por la relación de oposición la red INCASI, un proyecto de la UE financiado
dentro de los campos y entre campos sociales. en el marco del programa Horizonte 2020 de in-
También hemos señalado que el concepto de habi- vestigación e innovación, bajo el programa Marie
tus es un intento de romper con dualidades clásicas de Skłodowska-Curie GA No 691004, coordinado por
la teoría social, como objetivismo-subjetivismo, o de la Pedro López-Roldán. Versiones preliminares se
investigación sociológica, como “cuanti-cuali”. En su presentaron en el seminario de la UCM Con y con-
intento de superar el dualismo objetivismo-subjetivis- tra Bourdieu (06/11/2013) y en el Instituto de Inves-
mo, parece que el proyecto bourdiano termina esco- tigación Gino Germani de la Universidad de Buenos
rándose del lado del objetivismo, en tanto que el habi- Aires (4/11/2016).

Notas
1. “[…] histéresis de habitus, que lleva a aplicar al nue- Fernando. 2001. “Un tranvía llamado deseo y otros
vo estado […] unas categorías de percepción y apre- problemas del concepto de emoción.” Revista de Li-
ciación que corresponden a un estado anterior de bros 52:18-20., “la idea de ‘mecanismo’ de Elster [ha
las posibilidades objetivas de evaluación” (Bourdieu sido empleada] para demasiadas explicaciones sobre
1991b: 140). la conducta humana y corre el peligro de convertir-
2. Comunicación verbal de Julio Carabaña. se en un nombre para cualquier interacción cognitiva
que tenga alguna estabilidad en el diseño del cerebro
3. Elster (1998) se aleja de esta lectura de los meca- humano, por lo que, en la misma medida, pierde ca-
nismos, pues considera ahora que son del tipo “Si se pacidad explicativa”.
da X, puede darse B en algunas ocasiones” o “Si se
da X puede darse A, C y B”. Además, los mecanis- 4. Este autor relaciona la idea de disposición en Witt-
mos solo pueden establecerse a posteriori. Parece genstein (1979: 91-2) con la idea de disposición en
olvidarse que en este caso también serían suscepti- Bourdieu, para concluir que hay ciertos procesos que
bles de ser criticados debido a que pueden caer en no podemos entender en función de mecanismos,
la falacia intelectualista. Y como señala Broncano, solo describir.

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JOSÉ SATURNINO MARTÍNEZ GARCÍA es profesor de Sociología en la Universidad de La Laguna y acaba de publicar Estruc-
tura social y desigualdad en España (La Catarata). Licenciado en CC. Políticas y Sociología (Universidad Complutense),
máster en Economía de la Educación y del Trabajo (Universidad Carlos III) y doctor en Sociología (Universidad Autónoma
de Madrid), especializado en desigualdad social y educación. Ha sido becario en el Centro de Investigaciones Socioló-
gicas, en la Universidad Complutense y en la Universidad de Salamanca y ha realizado estancias de investigación en
el Departamento de Sociología de la Universidad de Wisconsin (Madison). Ha sido profesor en la Universidad de Sala-
manca y en el Centro de Investigaciones Sociológicas. Entre 2007 y 2011 fue vocal asesor en el Gabinete del Presidente
Rodríguez Zapatero. Sus investigaciones, realizadas en el marco de proyectos de investigación competitivos, han sido
publicadas en revistas académicas como Revista de Educación, Revista Internacional de Sociología o Papers. URL:
http://josamaga.webs.ull.es.

RIS [online] 2017, 75 (3), e067. REVISTA INTERNACIONAL DE SOCIOLOGÍA. ISSN-L: 0034-9712
doi: http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.115

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