EDITORIAL YIXANLEIN.

La Dinámica de los
Contrastes
La esencia de la comunicación
Por Diego Hernán Santana Sarmiento
Sección 003D – Sustrato Cultural Occidental

Ante el mundo actual, carente de arte y de poesía, la dinámica de los contrastes nos permite
afirmar que por el sentido lógico de la vida, estas volverán al igual que la religión, no es necesita
ser un reconocido filósofo ni pensador para afirmar esto, tan solo interpretar la vida sus cíclicos
sucesos.
La Dinámica de los Contrastes

Alguna vez Hesíodo dijo: “El que es bello es amado, el que no es bello no es amado”

La vida se basa en la comunicación, el intercambio de información, el profesor

transmite conocimientos al alumno y este los utiliza posteriormente, así como el
sol influye en el desarrollo de las plantas. Pero, ¿tiene todo esto un fin?, es decir,
toda acción que desarrollamos apunta a concluir un proceso, ya sea cocinar para
comer, estudiar para un examen o cualquier cosa. Una vez realizada esa acción la
damos por finalizada, pero nace una nueva, generalmente opuesta, y decimos
nueva porque lo asignamos así, porque encasillamos las cosas, las tareas como
comer y luego descansar, y así mismo encasillamos las ideas y conceptos, que
tienen relación directa entre sí, a lo cual llamaremos La Dinámica de Los
Contrastes.

El otro día estaba yo conversando en un grupo en el cual se daba rienda suelta a

un sinfín de ideas divergentes, con el fin de elaborar una campaña publicitaria.
Dentro de esa conversación se produce un comentario, el cual, no es raro
encontrar en la boca del individuo actual, y también, del ser humano a través de la
historia. El comentario fue: “en esta época está la cagá, los cabros chicos están
mal, hay caleta de delincuencia, yo encuentro que nuestra época era mejor”. Así
como el cerebro rellena muchas veces nuestros vacíos mentales para de esta
manera completar una realidad, también decimos o creemos ciertas cosas para
así sentirnos mejor con nosotros mismos, no es raro escuchar gente criticando a la
demás gente, creyendo que tan sólo los demás tienen la mayoría de los defectos
específicos y nosotros tan sólo los más generales, esto tiene que ver con la
idealización de nuestra persona, lo que desemboca en lo que llamaremos “ego
generacional”, el cual poseen todas las generaciones, tanto nuevas como
antiguas. Para darse cuenta de éste fenómeno, usted sólo debe conversar con
una persona mas joven, si esta persona adquiere la suficiente confianza, lo más
probable es que se ría de sus modismos y costumbres en general, ya sea frente a
usted o a sus espaldas, tal y como de seguro hacía usted con sus padres o
abuelos, ya sea de forma más pública o más íntima. En los Estados Unidos de
América, según un estudio de la Universidad de Masachusef , cinco de cada
diez habitantes de ese país creen que la segunda venida de Jesús ocurrirá
mientras ellos vivan. Y así es como idealizamos nuestra vida, tendemos a hacerlo
para sentirnos importantes, para sentir que ocupamos un lugar más importante del
que aparentemente ocupamos realmente.

Dios da y Dios quita: La felicidad es hoy el valor a poseer por nuestros

habitantes, pero como un defensor acérrimo de la diversidad, pienso que en la
vida tiene que haber de todo, y así también lo entiendo, por lo tanto considero el
sufrimiento como algo elemental, para disfrutar el éxito hay que conocer la derrota.
Cuando aprendí a andar en bicicleta, como la mayoría, fui guiado por mi padre,
protegido por él, así como por un Dios o por un sistema, pienso que la libertad es
un deseo natural del ser humano, o al menos común, por lo tanto uno desea
dominar el artefacto por uno mismo, una vez que lo haces te sientes realizado,
pero también hay riesgos. Al tiempo de aprender a andar en bicicleta sólo, me
saqué lo que se conoce vulgarmente como: “la chucha”. Seguro no me hubiese
sucedido con mi padre guiándome, pero es un precio que acepte a cambio de
libertad, Dios da y Dios quita. Si no se diera ésta dinámica de contrastes,
estaríamos hablando del paraíso, y es ésta dinámica, lo que mantiene el
funcionamiento de la vida, todo tiene su pro y su contra, su antónimo que lleva
consigo, y en base a eso se desarrolla y crece. Por eso buscamos ser parte de
algo, de una generación, una tendencia, un partido político, porque aunque
sabiendo que nadie tiene la verdad, más vale tener una opinión, la cual debe tener
otra con la cual contrastar y así ser partícipe de la vida. Ocurre en el fútbol, un
equipo más adinerado y otro más popular: (Universidad Católica vs Universidad de
Chile, ya sea en cuanto a fútbol o en cuanto a las casas de estudio, River Plate vs
Boca Juniors, Internazionale de Milán vs AC Milan, Real Madrid vs Barcelona, etc),
ocurre en la política, y en las personas también, incluso dentro de ellas mismas.

Y así es como llegamos también y finalmente al arte, la corriente de quienes la

vinculan con la matemática, teoría y estudio, y quienes por otra parte, apelan a lo
espontáneo, abstracto, impredecible. Las eternas definiciones para enriquecer las
posturas, los dimes y diretes, aquellos que buscan encontrar el equilibrio, aquellos
que son radicales y de seguro con fundamentos para serlo. No hay primera sin
segunda, no hay mal que por bien no venga, como respuesta a la teoría de la
melodía nace la música atonal, como respuesta al fútbol ofensivo nace el fútbol
rustico y defensivo, se crea una escuela de este que logra llegar a ser tan válido y
exitoso como el otro, fealdad sin belleza ni luz sin oscuridad.

Como conclusión diremos que las referencias se necesitan para desarrollarnos

como personas en base a ellas, así como se necesita una vereda opuesta, ojalá
visible, por si acaso nuestra personalidad se topa con ella poder reconocerla para
así huir y volver a nuestro camino, las cosas también necesitas avanzar, los hijos
dejan a sus madres tal como el pollo sale del cascarón, así como el futurismo
escapa de los puristas, todo esto es el eterno alimento de nuestro desarrollo como
individuos y como sociedad, la vida es así, y para que nazca la vida se necesitan
un hombre y una mujer, dos seres que contrastan, pero que al fin y al cabo, son
complementarios.