Está en la página 1de 58
La invencién de la ancstesia, en tanto dispositi- vo de neutralizacion 0 supresién del dolor tendré en las sociedades modernas consecuencias en serie. Con la anestesia veremos acrecentarse una técnica médica al rango de paradigma eivilizaorio, sin que, por lo general, se mida completamente la amplitud de los efectos de difusién de este modelo. En efecto, una marcada ruptura se produce en las sensibilidades cul turales cuando se crean las condiciones para tna si presién masiva del dolor vineulada a las enfermeda- des o a los accidentes que acompafian los cxidados y las operaciones —al punto de sentir en comiin, algo como un derecho a no suftit, 0 al menos a sufie (fi camente) lo menos posible, a no tener que sentir el dolor alli donde existen fos medios técnicos para st- primitlo Alain Brossat La democracia inmunitaria Alain Brossat ‘Alain Brossat (1946), fildsofo, ensefia en departamento de flosofla de fa Universidad aris VIIS Saint-Denis. Entre otros libros, ha pbicado Liprewe dis deesre Le XX stele et les camps (Albin Michel, 1996), Le Corps de ennemi, Hyperviolence es democrat (La Fabi- aque, 1998), LAnimal democrdsique. Notes sur la posrpoliguite (Parrago, 2000), Cr qu fair Gpogue. Philosophie et mise en réit du present (UHarmatean, 2007), También ha coordina- do, junto con Jean-Louis Deotte, las impor antes obras colecivas Lépogue de la dispari- sion Politique et ehtique (LV¥sematean, 2000) y La mort dizoute. Dispartion et spectral (CHarmatean, 2002) Cotzccion Contraniene: La democracia inmunitaria Alain Brossat “Traduccidn Maria Emifia Tjoux Palinodia Alain Brosat, La démocrtimmunitare, La Dispace, Pats, 2003. Registro de propiedad intelectual: N": 170644 ISBN: 978-956-8438. 18-0 Eaiotial Palinodia Encarnacién 4352- Maipd Teléfono: 6963710 Mai editoral@painodiacl ise y diagramaci6ne Paloma Castillo Mora (Contec Jos Salomon Glbhard Santiago de Chil, abit 2008 t I Moles per genes ct mea per aequara ects adver as ier, fater, ad inferias sate pastema dowarem maunere mars et tar neguiguem alloguerer neem, qundeider forename abies, ‘eu miserindign fraser adempoe ib [Nuon men intro hae pric quae mare paren radia sunt cri mere ad inferias accipe fate maltura manata ft gue in perpen, irr ave au vile” Canale, Aucomins deson frre * Llevadoa wavs de muchos pocblory mochos mares! veg. herma thos ets es exe! para dare laofenda poster de la muss JF convesaren vans con tu moda cena’ poeso que li forma ce Teraned demi riser hesiano erelmenteauchaado.) Ao que fom tfojdas come tte olrenda en ta sepuler, sin el so de (Mecuce padres! yecbe estas ignmas de Haat lateroo!¥ por sien pre hectino, ald y adi (adage ks Salmon.) Inmunidad Hay un pasaje de Sounenirsdenfince et de jeunesse de Renan que nos muestra el camino al definircon un tono de ironia sarcSstica la democracia a la americana como un régimen de nivelacién y de mediocridad, es- ctibe: “Podsfamos darvos en un mundo como este salidas muy tranquilas’, lo que inmediatamence agre- gp: “Ta igualdad cngendea la unifortnidad y es sacrifi- cando lo excelente, lo valioso, lo extraordinatio, que ‘nos sacudimos lo malo. ‘Todo se vuelve menos basto, pero todo es mas vulgar”™ Enconces, esta democracia del otro lado del Atléntico tiene cuslidades y defectos: “Al menos podemos esperar que la vulgatidad no persiga mediacamente al espirieu libre (...]. La vulgaridad americana ya no quemarfa a Giordano Bruno, ya no perseguirfa a Galileo” ‘En suma, el régimen democrético a la ametica~ 1a es limirado, pero ese es el precio de stu moderacién Reno a nk mee arya = — aparece distintivamence menos violento, menos in- rolerante que ottos, pasados, presentes. Renan conclu- ye este breve anilisis con esta rotunda formula que nos lleva directamentea nuestro tema: “Noli me sangere es todo lo que hay que pedirlea la democracia’. Ast, en las sociedades modernas (América del Norte, pero también en Europa occidental, Renan considera en este punto evidentemente a Estados Uni- dos como una referencia paradigmética, similar ala de Tocqueville), la democracia, entendida como ré- gimen de la politica, pero, m4s ampliamente, como ségimen genctal de la vida de los hombres, es funda- mentalmente un sistema de inmunided. Las perso- nas, los cuerpo, las opiniones, ven como se estable- cen las condiciones de existencia y acceden a un escatus aque los asegura y los garantiza —al menos en princi pio. Pricticamente, esto se manifiesta como la posibi- Tidad (enunciada también en tanto que derecho) de cexistr de moverse, de expresarse, etc), sin ser “toca do” (eangere), es deci, sin ser objeto de aprehensiones obligatorias o inhibitoras, de expectativa, de confis- caciones o de represalias por parce de una porencia, de una instancia o de una autoridad exterior. Esta condicin de inmunidad no se presenta en cstas sociedades como un derecho cuyo ejescicio esta- tla garantizado para todos y cada uno y en cualquier Versete ete punto Hannah Aten Lis eines di alarms Eimpéiatome adc dl inglés por Marine Lei capeoe V “Le ‘elie de FEtacation et la fia der droits de Mhomme". Le Seu Dine Doings, Pans. 1984, ay individuo, el hecho, no de ser el sujeto abstracto de los derechos del hombre en tanto nacido-hombre (0 per- tenecientealla especie humana), sino daramentelacon- icin de ser natural de un Estado, De lo que actual- rmentese trata, es de un estado de cosas que toma cuct- po dircctamente en el movimiento de la civilizacién, en cso que Nosbere Elias designa como proceso de pacificacisn y del que otros sociélogos, como Zygmunt Bauman, ponen en dude la denominacién: la produc- cin de una humanidad escindida, tepartida no sim- plemente segiin condiciones précticas desemejantes, conttastadas (cn términos de nivel de vida, de estado sanitario, de nivel de educacién, ete.) sine donde los ptincipios organizadores de la vida son violentamente ‘opuestos” Lo propio del paradigma inmunitatio, cuya cfi- cenciase impone de un modo siempre creciente en las Pxlemos emiinos aqulaa zen de Zine Bauman sobre tess de Els acer dela “pusiaci de las coxumbs" Yer por Semple expat "Lhalocaste, éxénement 2 le fis unique ec nor halen Maden et blacenteendino dling por aul Guivarch {ta Fabrigu, Pai, 1002)" tan slabada sua dad de ls costumbres sxtuales jae Els sgsiendo en 60 el ito etoligico dl Occidents, {lera con tana delete) asf coro la confonable seguridad de a Vida coiiana gue 4 desprenden, Genen su precio, Un prio gue Tosoros aban de Ines dels modernidad, pxterasestr mae dow pagaren todo memenco. O a tener que papa in haber ado Iban ip. 180-181}. Ver tain ena ensafo de Zygmune Bau sman, que en flances etl Ze cast hematin de fs moaditiaton, Tasco del ings pos Alexandce Abensoue (Hachette, "Putie™ Pas fs. 1990), el capeuln aldo "Turisasy vapabundos". en donde ‘pone el desno de quienes peenccen «la eats de los munca Pope tienen accep 21a “movlidad and— de los moews via Ioado, cuyo esacuo ex meant al dels sclavas de ata 3B sociedades democriticas, es relacionarsélidamente una parte juridica con una parte biopolitica, ee “audo” que coma a forma de una norma percibida como indice fad ilusteada. Los so- guros y garantfas que se vinculan remiten al derecho de civilizacién 0 marca de ci {incerpondremos una demanda a un magistrado si su- frimos “tocaciones” abusivas), pero también a la n0- ci6n de una disciplina de los euerpos, de suis justasre- ‘partciones, a repls higiénias y sanitatias (no hacer mas cl amor sin precauciones en tiempos del SIDA), esta doble red que se establece sobre un fondo de sensibili- dades que cnuncian lo que es cortecto ¢incorrecto, Lo ilustrado y lo retedgrado, lo aceptable y lo intolerable ‘lo escandaloso, etc. Segiin esta normatividad, siem- presetratari en el fondo de establecer una situacién de retirada, fandada en dispositivos de regulacién y de control, de proteccién o de prevencidn, frence al juego desordenado de las fuerzas naturales, Lo que tenderd porel contratio a prevalecer, en el “otro mundo”, €5 acentuacién de tn proceso de abandono al libre juego de esas fuerzas, en tanto dllas actien de manera des- ‘ructiva y productiva de caos: lo que la vacua infancil habla “dado” en e! continence africano, la pandemia del SIDA fuera de control lo seroma, La destruccidn de las estructuras tradicionales no se efecttia, como en uestro mundo, bajo el signo de la pacficacién de las costumbres, dela des-violentizacidn de as relaciones interindividuales o las rlaciones politica (solo un Jaco Mi “furioso puede atentar ahora, en nuestra casa, contra la vida de un hombre puiblico™), sino bajo el crecimien- to del caos, cuyo efecto ¢s la expansién mulilaterl del proceso de exposicién o de abandono —¢s deci ce de- solacién: el mientras del devenir intangible del cuerpo del nifio en nueserassociedades, son las hordas de nitios cerrantes en tantas grandes ciudades de Africa negra... En las sociedades occidentales, l crecimiento del paradignta inmunitario tiende a desarrollarse como ver- dadera fobia al tocar, al contacto. Una “sensibilidad” comin se establece, que hace recordar la descripcisin ‘con la que-comienza el ensayo de Blias Canetti Mase puissance. "No hay nada que el hombre tema tanto como al contacto con lo desconocido™”. Simplemen- te, en estas sociedades, sta “aversidn a tado contacto” englobard tanto lo familiar como lo desconocide. Los beneficios que produce asegurar cuerpos y personas tc- ic geval acl qu pbliqhéen Le Pmt nda, tr 405 2002) a propdia delnmatuaade Nantel boss Chacompuaisn ete clasesng, Richard Dom ite Rite cu Cinema Michel Foca eaten Mes, Pere Rare aan og Seer ma rar mon re. Galisl}lany Arcie Pats ior "Yer al epect, Jan Michel Brie hj a deci de), Ls sje: Menace magna des nine an de Dar Eins Lea Scher, Per, 2007 2 Qoetmos el gue nota tocar quero pder econo te docu, Cuff lacs verument no bara fo fprandinsaurdd:on an Hells de aga. fc pene feoectncanedesnay iy sin defers de evict [] Esa ave ‘bnatogecomact nner de siqueracuano os Rexlaoscan ing’ ech Els Caen come beta de ane pian, teal sin os Ror ovis Gad “Te Pars 19603. ‘Vrtambien capt aldo “La pide 3s nen pesadas contrapartes: no solamente los cuerpos son levados a permanecer més rigurosamente a distancia unos de otros, aintroducir una severa reglamentacin de odo lo que atafie al tocar de un cuerpo por otro y, més todavia, la intrusion de un cuerpo en otro, pero ademés esta normatividad devendré “sensible” afecti- va, bajo la forma de aversiones y movimientos de teti- radas espontineas. Las pricticas que implican los cuer- po-a-cuerpo que so estuviesen rigurosamente codifi- cadas —de la guerra o la rifia opuesca al deporte o la danza, por ejemplo— y conservan a ese ctulo un ele- mento de imprevisible “salvajismo”, siempre serén mucho més desaereditadas. Lo que tiene como conse- ‘cuencia tanto una deslegitimacién acclerada de toda forma de cultura popular que ororgue un estatuto a las conductas de violencia, como todos los enfoques o pric- ticas dela politica que persisten en referirse a modelos guerreros En ottos términos, legamos al estadio abierta y colectivamente neurético dl proceso descrito por Nor- bre Elias en la Société de cour, donde lo que esti en juego es a rigurosa reparticién de los euerpos en un es- pacio denso, por intermedio de un sistema de regasla- rmados de etiqueta. La democracia inmunitatia se ase- jaa la sociedad de corte en el sentido que su primera 9 Ver por ejemplo ee propésito od ensayo de Richard Hggare Le ‘ube du pasate, Eaeiones de Nin, Pas, 1970, 5 Norbere la rtd dear, Flammarion, “Champs, Paris 1985 36 ‘vocacién es privar de su reserva de violencia a una cate- gra social (en un caso aristocracia feudal, enc! otro, al clemento populat) garantizandole, en cambio, con- diciones de existencia segurizadas: primero se inventa un dispositive destinado a rechazarelespectto dela Fron- da, luego cl de las barricadas, cuyo “éxito” esté condicio- ado por su capacidad de establecer condiciones de vida protegidas y ascguradasa quienes renuncian as “eser- v2? de violencia viva Por lo demas, Canetti lo muestea con fuerza: “es cn la mata solamente que el hombre puede estar libe- rado de esta fobiz al contacto” cuya intensificacién acompafard ineluctablemente tales procesos de seguri- zacién®, Pero la paradoja de nucstras sociedades es que cllas alimentan una fobia creciente a la masa, siempre sicndo més tigurosamente masificadas —formas de produccidn, gustos, modo de vida, pricticas culrura- les, entrerenciones, transportes. Una tendencia esqui- zofténica se manifiesta con insistencia a donde, por una parte, se generaliza una espontancidad de “tiem- pos de peste”—“cada uno evita al oo. Mancener la distancia es la dltima esperanza” (Canetti) — y donde, porotra, trabaja una oscuta nostalgia del devenit-masa, Linico medio de emanciparse de la hiperestesia negati- 2B la nia suai (eser-eo-masa] en donde eta fbiase ivi: ce tn conan", conta Canee, “Es la masa compecie ba oe se Drecisa para en, en fc se apitan cuerpo conta erp pero ‘Sompaca tnbien en dipesen plquies, ec dei. aque vo se preva sensi a quem pre’ (Bias Cane, Mase erpuinet op. dup 2), 7 vvaal contacto. Deaht la pobre escapatoria que consti- cuyela formacién de masas previsibls, eglamentadas, vigiladas en todos los sentidos del rérmino, destinadas a disociarse como se formaron, a dedo y al ojo, bajo el biculo de la autoridad —multieudes deportivas, ma- sas aglomeradas para los grandes espectéculos musica- les y las conmemoraciones, sin olvidar la. masa ideal (del punta de vista de la “policta” substituida ala polt- tica), la masa atomizada, programada y cronomettada por el dispositive televisivo: masa toralmente movili- zada, disponible sin restriccién a los “mensajes” que le cstin ditigidos, pero desligada de todos los inconve- niientes dela masa fisica real, la que, cunida, es suscep- tible de transformarse a cada instante en masa en fu- sidn o en expansién, incontrolable™. Bl lugar que ocupa el deporte —especialmente un deporte colectivo come al fitbol— en esas sociedades viene desu capacidad de producir perfects simulacros de guetta civil en condiciones de normatividad inmunitaria, Lacompetencia deportiva aporea grandes satisfaccionesa las oscuras nostalgia dela guerra civil (la violencia sagra- da) que trabajan en las profundidades de eas sociedades, en tanto mimo perfecto de a furioss divisi6n, activando infinitamente laideologia pacificadors y nocmalliza}dora del reipeto —del adversaro, de la integridad de os cuer- ox, dela trascendencia dels reg, et Fiebre po Bap age Ea Tahir emp a ian" temp dc ES 38 No ¢s solamente el orden social en general, sino también, especificamente, el orden libidinal los que son afectados por el constante incremento del nivel de ‘exigencia inmunitaria, Pricticas como el besa, car-

También podría gustarte