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Rasgos que desde el punto de vista literario caracterizaron los siglos XVI XVII XVIII

en Latinoamérica
RENACIMIENTO. SIGLO XVI
El Renacimiento viene a coincidir con el siglo XVI. El término con que se designa a este
movimiento remite a la idea de “renacer”, volver a nacer, después de lo que se interpretaba
como unos siglos de oscuridad: la Edad Media.
Es ésta una época en la que asistimos a importantes cambios políticos, sociales y culturales.
Por una parte, la consolidación de las monarquías europeas trae consigo una activa vida
cultural en torno a la corte, de modo que reyes y nobles se convierten en mecenas que
impulsan la producción artística y protegen a pintores, escultores, escritores... Por otra, el
desarrollo de la vida urbana, que ya se había iniciado en los últimos siglos de la Edad Media
y durante el Prerrenacimiento, y el incremento del comercio, con el descubrimiento de nuevas
tierras, hacen que la burguesía vaya adquiriendo una importancia creciente; y con la
burguesía se va imponiendo una nueva visión de la realidad, en la que el disfrute de la vida
y el arte como entretenimiento cobran gran relevancia.
Durante el Renacimiento triunfa una nueva mentalidad, iniciada ya en el siglo XV, que
identificamos con el nombre de humanismo. Los humanistas recuperan el antiguo
pensamiento de Grecia y Roma y a partir de él presentan una visión idealista del hombre, del
amor y de la naturaleza. Frente a una Edad Media centrada en lo religioso, los humanistas
consideran que el hombre es el eje de la sociedad, la medida de todas las cosas. Ése es el
verdadero renacer, un renacer que implica también una reforma en la manera en que se vive
la religión, con una defensa del sentimiento interior y un menosprecio de las manifestaciones
meramente externas.
El humanismo es una corriente cultural que afecta a toda la cultura. Procede de Italia. Es la
búsqueda del mundo clásico: la lengua, historia, filosofía del mundo clásico. Se potencian
todos los estudios que tengan que ver con el hombre. Consideran que los clásicos son
indispensables para la formación humana del individuo.
En literatura, el conocimiento de las obras clásicas divulgadas por los humanistas aporta
nuevos temas y nuevos géneros, a la vez que impone una ideal de estilo basado en la sencillez
y la armonía.
Hacia mediados del siglo XVI los ideales humanistas van decayendo, ahogados por los
conflictos políticos y religiosos que asolan Europa y la reacción contra la reforma de Lutero.
Lutero (alemán) se separa de la Iglesia. Propone la reforma de la Iglesia, la lectura de la biblia
individual.
Erasmo de Rótterdam (humanista) potencia la reforma.
Se excomulga a Lutero. Empiezan las guerras religiosas. Empieza el Concilio de Trento, que
duró más de 20 años y que fue convocado para poner freno a las ideas de Lutero.
Según la iglesia católica, la biblia no puede ser traducida. Hay que leerla en latín. Y sólo hay
una forma de entenderla, a través de las explicaciones de los sacerdotes. Con lo cual esto
pone límites a una interpretación personal de los textos religiosos.
España queda apartada de este movimiento.
El Renacimiento se puede dividir en dos etapas: La primera mitad y la segunda mitad del
Renacimiento.
En el 1) Renacimiento, los autores tratan temas muy humanos: el amor..
En el 2) Renacimiento, en época de Carlos V, hay una preocupación mayor de ser sinceros,
de nuestra tradiciones, de lo nuestro. Cosas nuevas pero sin perder la identidad. De nuevo,
los romances, la tradición hispánica popular, los cancioneros y los temas religiosos.
La unión de esos dos renacimientos es lo que va a hacer tan singular los Siglos de oro, en el
que ya entra también el Barroco. Se va a mezclar la tradición culta y la popular.
EL SIGLO XVI EN ESPAÑA
Carlos I y Felipe II reinaron sobre un vasto imperio que se extendía por Europa y la recién
descubierta América.
El reinado de Carlos I estuvo marcado por distintas guerras, que tenían por objeto mantener
su hegemonía en Europa y preservar la autoridad del Papa frente a los príncipes alemanes
que apoyaban las reformas de Lutero. Esos conflictos tuvieron como efecto un progresivo
endeudamiento de la economía española.
Bajo el reinado de Felipe II, la crisis se agudizó. España se vio nuevamente envuelta en
diversas guerras, que continuaron minando los recursos económicos del país. Pero además el
rey se erigió en defensor de las tesis que surgieron del concilio de Trento, convocado para
poner freno a las ideas de Lutero, y cerró el país a toda influencia cultural procedente del
exterior. A partir de ese momento, en España se limitó la ciruculación de libros, se prohibió
a los españoles estudiar en el extranjero, y se creó un ambiente de censura y persecución de
todas aquellas actitudes que no fueran conformes con el catolicismo.
LA LITERATURA RENACENTISTA. CARACTERÍSTICAS
La literatura española recibió durante el Renacimiento la influencia de la literatura italiana y
de la literatura clásica grecolatina (Grecia y Roma), y experimiento una renovación en las
formas, en los temas y el estilo.
Formas.- La mayor renovación forma del Renacimiento se da en la poesía lírica. En 1526 el
poeta barcelonés Juan Boscán se entrevistaba en Granada con el embajador veneciano
Andrea Navagero, quien le sugerió que empleara en castellano las formas métricas italianas.
A partir de este momento, Boscán y su amigo Gracilaso de la Vega adoptaron para sus
composiciones poéticas el verso endecasílabo propio de la poesía italiana; y con él se
empiezan a usar el soneto, la lira, la octava real, la silva y otras formas estróficas que dieron
una nueva vitalidad a la poesía.
Hacia mediados del siglo XVI se produjo una gran novedad formal: la aparición de la novela
picaresca con el Lazarillo de Tormes.
Temas.- En la lírica, se incorporaron nuevos temas, como son los mitos clásicos o la
naturaleza, y el tema del amor recibió un tratamiento distinto, más idealizado. Surge además
una importante corriente de poesía religiosa que se centra en las ideas de purificación del
alma y de la unión del ama con Dios. En la épica se aborda la conquista de América.
Estilo.- Los autores renacentistas perseguían la sencillez y la claridad expresivas, el equilibrio
de formas y la naturalidad.
Este ideal constituirá el canon de los autores renacentistas, desde Garcilaso de la Vega hasta
Fray Luis de León.
GENEROS DE LA LITERATURA RENACENTISTA:
La lírica. Poesía italianizante: La lírica fue el género más destacado durante el Renacimiento,
tanto por la renovación que experimentó como por la calidad de los poemas que llevaron a
cabo esta renovación. Algunos de los principales autores de la lírica española -Garcilaso de
la Vega, fray Luis de León, San Juan de la Cruz- pertenecen a esta época.
La nueva poesía lírica se desarrolla bajo la influencia de los autores italianos y los clásicos
latinos y griegos.
Literatura religiosa: ascética y mística: La preocupación por los temas religiosos dio lugar a
una sensibilidad espiritual, que desembocó en la aparición de dos corrientes íntimamente
relacionadas: la ascética y la mística.
la ascética: es el proceso de perfeccionamiento espiritual que sigue el alma en su camino
hacia Dios.
La mística: tiene como tema fundamental la unión del alma con Dios, expresada según las
formas y convenciones de la lírica amorosa.
Ascética y mística originaron una importante corriente de literatura religiosa tanto en verso
como en prosa. Los principales representantes de esta corriente fueron San Juan de la Cruz y
Santa Teresa de Jesús.
Los poemas líricos: La épica, como relato de hechos heroicos, quedó relegada a un segundo
plano durante el Renacimiento. Sólo se escribieron algunos poemas heroicos, entre los que
destaca la Araucana, de Alonso de Ercilla, sobre la conquista de Chile.
La novela renacentista: La novela, en cambio, experimentó un notable florecimiento. Entre
las formas que se desarrollan durante el siglo XVI cabe citar la prosa histórica -centrada en
la conquista de América-, la novela de caballerías, la novela bizantina o de aventuras y la
novela pastoril. Y sobre todas ellas destaca la novela picaresca, género que nace con la
aparición del Lazarillo de Tomes, obra de autor desconocido. Con esta obra, en la que se
retratan los aspectos más sórdidos de la sociedad de la época a través de la figura del pícaro,
se inaugura en España una importante corriente de novela realista que influirá notablemente
en Europa.
LA POESÍA ITALIANIZANTE
Cuando en 1526 el embajador veneciano Andrea Navagero invita al poeta barcelonés Juan
Boscán a adaptar el endecasílabo y las estrofas italianos al castellano, tanto Boscán como su
amigo Gracilaso de la Vega emprenden un nuevo camino poético. A partir de entonces, la
poesía castellana sigue las convenciones de la poesía italiana, y Petrarca con su Cancionero,
se convierte, junto con los autores clásicos, en el modelo indiscutible.
Temas: Tres temas dominan la poesía renacentista: el amor, la naturaleza y la mitología. Para
los poetas renacentista, la belleza de la amada y la naturaleza son un reflejo de la divinidad.
La mitología, por su parte, también le ofrece temas.
Formas métricas: con la adopción del versos endecasílabo (once sílabas), irrumpen en la
poesía castellana nuevas formas métricas, entre las que destacan el soneto, la lira y la octava
real:
El soneto. Es una composición de catorce versos endecasílabos, que se disponen en dos
cuartetos y dos tercetos según el siguiente esquema: ABBA ABBA CDC DCD.
La lira: Es una estrofa formada por cinco versos heptasílabos y endecasílabos, con rima
consonante, que se disponen según este esquema 7 a, 11 b, 7 a, 7 b, 11 B. El nombre procede
delinicio de la “Canción V” de Gracilaso de la Vega, en la que el autor utiliza esta estrofa:
Si de mi baja lira
tanto pudiese el son, que en un momento
aplacase la ira
del animoso viento,
y la furia del mar y el movimiento...
La octava real: Es una estrofa de ocho versos endecasílabos que riman en consonante según
este esquema: ABABABCC. Se utiliza en poemas de carácter narrativo.
Géneros: También aparecen nuevos géneros tomados de la tradición clásica, entre los que
destacan la égloga, la canción, la oda y la epístola:
La égloga: Es un género en el que los sentimientos se expresan a través de la voz de unos
pastores que viven en una naturaleza idílica.
La canción: Se trata de un poema largo que expresa un lamento amoroso. Está compuesto
por varias estrofas en las que se combinan versos endecasílabos y heptasílabos.
La oda: Es el género clásico para la reflexión filosófica y moral. Se compone en liras..
La epístola: Es un género con el que poeta se dirige a alguien -un amigo, los lectores.... como
si de una carta se tratara. Permite tratar asuntos domésticos y familiares. Está compuesta en
tercetos encadenados ABA BCB CDC.
GARCILASO DE LA VEGA
Garcilaso de la Vega nace en 1501 en Toledo. Procede de dos familias ilustres, los Santillana
y los Pérez de Guzmán, y representa el ideal del cortesano renacentista: hombre de armas y
hombre de letras.
En 1525 se casa con Elena de Zúñiga, pero un año más tarde conoce a una dama portuguesa
llamada Isabel de Freyre, de la que se enamora y a la que convierte en fuente de inspiración.
En 1529 Isabel se casa con otro hombre y Garcilaso marcha a Italia al servicio del emperador.
Años después, en 1533, Isabel muere y Garcilaso, al igual que hiciera Petrarca, manifiesta su
dolor en sus poemas. En 1536 el poeta muere en un ataque contra una fortaleza al sur de
Francia.
Garcilaso escribió treinta y ocho sonetos, cinco canciones, tres églogas, dos elegías, una
epístola y algunas coplas en versos octosílabos.
La obra cumbre de Garcilaso son sus tres églogas:
En la égloga primera, dos pastores Salicio y Nemoroso, expresan su dolor: Salicio se lamenta
por los desdenes de Galatea y Nemoroso llora la muerte de Elisa. Detrás de estas quejas se
esconde el propio amor del poeta en dos momentos diferentes.
En la égloga segunda, el pastor Albanio, que parece representar al duque de Alba o a su
hermano, expresa su amor por Camila. El poema es en gran medida una alabanza de la casa
de Alba.
En la égloga tercera, cuatro ninfas tejen en sus tapices historias de amor: las tres primeras
representan los mitos de Orfeo y Eurídice, de Apolo y Dafne, y de Adonis y Venus. La cuarta
ninfa prefiere una historia real: el amor de Nemoroso por la fallecida Elisa. Está escrita en
octavas reales.
Los temas que utiliza son dos temas propios de la literatura renacentista: el amor y la
naturaleza pastoril, bucólica, sacada de la mitología. El amor tiene lugar entre pastores, que
representan a personajes reales. Se ocultan personas de la realidad.

Garcilaso de la Vega siguió en sus poemas el principio renacentista de armonía y sencillez.


Es muy equilibrado. Todo es armonioso. La imágenes que utiliza, la adjetivación, el léxico
crean una poesía diáfana, de tono melancólico y suave, que facilita la acomodación de las
nuevas formas italianizantes a la lengua castellana.
Cuando muere ninguna de sus obras se había publicado. La mujer de Boscán publica la obra
de su marido y luego de Garcilaso.
LA LITERATURA RELIGIOSA:
La preocupación por los temas religiosos dio lugar a una sensibilidad espiritual, que
desembocó en la aparición de dos corrientes íntimamente relacionadas: la ascética y la
mística.
La ascética: es el proceso de perfeccionamiento espiritual que sigue el alma en su camino
hacia Dios.
La mística: tiene como tema fundamental la unión del alma con Dios, expresada según las
formas y convenciones de la lírica amorosa.
Ascética y mística originaron una importante corriente de literatura religiosa tanto en verso
como en prosa. Los principales representantes de esta corriente fueron San Juan de la Cruz y
Santa Teresa de Jesús.
La literatura ascética: Personas generalmente religiosas que escriben el modelo que debe
seguir una persona para llevar una vida santa y ganar esa otra vida.
Hay tres vías: La vía purgativa
La vía iluminativa
La vía unitiva
Lo que se enseña en los libros es la vía purgativa, hay que vivir lo más austero posible, no
interesa todo lo que es humano.
Cuando la persona ha superado esto, puede encontrarse con la vía iluminativa, que consiste
en entender la palabra de Dios en todos los sentidos: la literatura ascética se quedaba en la
vida iluminativa.
Cuando alguien alcanza la vida iluminativa puede llegar a conseguir lo místico. Sólo lo
consigue muy poca gente. Hay dos autores místicos: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la
Cruz.
Fray Luis d eLeón (no llega) se queda en la vía iluminativa.
Estos tres autores son de la segunda mitad del siglo XVI.
FRAY LUIS DE LEÓN
Fray Luis continuó la tradición poética de empezada por Garcilaso de la Vega. Nació el año
1527 en Belmonte (Cuenca), en el seno de una familia de hidalgos descendientes de judíos.
Entró en la orden de los agustinos y estudió en la Universidad de Salamanca, donde más tarde
fue catedrático. Entre 1572 y 1575 fue encarcelado por haber traducido al castellano para una
monja el Cantar de los Cantares y por comparar en las aulas la traducción latina de la Biblia
conocida como la Vulgata con el texto original en hebreo. Tanto la traducción como el
comentario de los textos bíblicos habían sido prohibidos por el concilio de Trento y se
suponían prácticas propias de los luteranos. Murió en 1591.
Fray Luis sólo publicó en vida: sus traducciones de odas de Horacio y dos obras en prosa:
-De los nombres de Cristo (que trata de todos los nombres de Cristo) y
-La perfecta casada (donde habla como debe comportarse la mujer casada).
Los poemas de Fray Luis son, en esencia odas en las que el autor reflexiona sobre la vida, el
éxito, la fortuna, la felicidad y la soledad. También escribe algunas composiciones
laudatorias a sus amigos, como la que dedica al músico Francisco Salinas.
Un tema especialmente grato para fray Luis, tomado del poeta latino Horacio, es el beatus
ille: el sabio que busca refugio en la naturaleza, lejos de las luchas y ataduras de la sociedad.
Es el tema que recoge en su oda:
-Vida retirada (en la que expresa su ideal de una vida apacible en el campo, lejos de los
peligros y las acechanzas de la vida.
Escribe también:
-Noche serena (contemplación de la noche).
Fray Luis empleó en sus poemas la lira, estrofa que tomó de Garcilaso y a la que confirió una
extraordinaria vitalidad y musicalidad. Su estilo es sencillo y claro, como el del poeta
toledano. El propio autor afirmaba escoger cuidadosamente las palabras “para que no
solamente digan con claridad lo que se pretende decir, sino también con armonía y dulzura”.
Estilo de Fray Luis:
-la naturalidad
-se preocupa por buscar la palabra adecuada
-el equilibrio
-la armonía
-la dulzura
-la musicalidad
SANTA TERESA DE JESÚS (1512 Avila-1582 Alba de Tormes, Salamanca)
De familia media, eran varios hermanos. Ingresa joven en un convento de carmelitas.
Enferma y está a punto de morir. Decide reformar la orden de las carmelitas. Funda un
convento nuevo. Realiza una serie de viajes para ampliar la orden y abrir nuevos conventos.
Escribe en sus ratos libres por encargo. Escribe una serie de oraciones y el libro sobre su vida
“Vida”. También escribe el “Libro de las fundaciones”(también autobiográfico). Otras dos
obras son su cima mística: el “Camino de perfección” y “Las moradas o el castilla interior”,
donde nos cuenta su éxtasis con Dios (vía unitiva). El alma, en “Las Moradas” es como un
castillo, adonde hay muchas estancias, tal como en el cielo. Teresa elige siete de estas
estancias, las siete superiores. Un camino para llegar al éxtasis.
Escribe con gran sencillez y parece espontáneo (lo hace para que no la tachen de culta). Marca
el segundo Renacimiento (recoge la tradición).
SAN JUAN DE LA CRUZ
Nació el año 1542 en Fontiveros (Ávila) en una familia humilde. A los 19 años ingresó en
los carmelitas. En 1567 tuvo su primer encuentro con Santa Teresa de Jesús y decidió unirse
a la reforma de la orden, los carmelitas descalzos, por lo que llegó a sufrir cárcel. Murió en
1592.
San Juan de la Cruz escribió tres poemas que han proporcionado un lugar destacado en la
lírica castellana:
-“Cántico espiritual” (son 40 liras),
-“Noche oscura del alma” (son ocho liras) y
-“Llama de amor viva”. (24 versos de lira no garcilasiana
En ellos se trata el proceso de unión del alma con Dios como una poesía amorosa.
El “Cántico espiritual”, su obra más destacada, es un poema compuesto por cuarenta liras, en
el se desarrolla un asunto alegórico: el alma, representada como la Esposa, sale en busca de
Dios, el Amado, siguiendo las señales que la naturaleza le forece de su presencia. La
naturaleza es la manifestación del propio Amado, de Diso.
La capacidad de San Juan se caracteriza por la utilización del símbolo con una gran capacidad
evocadora.
Hace el comentario de sus tres obras principales.
FERNANDO DE HERRERA
Poeta de la segunda mitad del siglo XVI.
Temática amorosa
Es sevillano. Era de familia sin recursos. Estudió para sacerdote. Toma las primeras órdenes
y no continúa. A le gustaba la poesía. Asistía a las tertulias. Se enamoró de una condesa. La
mayoría de sus poemas se los dedicó a ella.
Obra conocida: “Oda a Lepanto”.
Destaca porque es el máximo representante de la escuela andaluza. Se va a observar una
diferencia entre la literatura andaluza y la castellana..
Fernando de Herrera-forma ....................... contenido-Fray Luis de León.
En la literatura andaluza se observa una mayor preocupación por la expresión, por la forma
y el contenido se va quedando atrás.
LA NOVELA RENACENTISTA
La novela experimentó un notable florecimiento. Entre las formas que se desarrollan cabe
citar:
la prosa histórica: centrada en la conquista de América.
La novela de caballerías
La novela bizantina o de aventuras
La novela pastorial
Y sobre todo, la novela picaresca, género que nace con la aparición en 1554 del Lazarillo de
Tormes, obra de autor desconocido. Con esta obra, en la que se retratan los aspectos más
sórdidos de la sociedad de la época a través de la figura del pícaro, se inaugura una importante
corriente de novela realista que influirá notablemente en Europa.
EL LAZARILLO DE TORMES
En 1554 se publica la “Vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades”.
Aparece, tiene éxito inmediato. Se publica varias veces y luego se prohíbel. Tiene éxito:
porque es entretenida
y es breve.
Se prohíbe porque estábamos en pleno Concilio de Trento. Porque hace una crítica a la
iglesia.
Se publica de nuevo en España pasado 80 años, pero se quitan 2 tratados y también frases.
Empiezan las publicaciones en alemán, portugués, holandés, francés, italiano y sólo en el
siglo XIX se publica en España tal cual es.
Aparece como obra anónima. Los críticos no han hecho nada para averiguar quién había sido
el autor.
Fue publicado en 1554, pero no se sabe en qué año fue escrita.
El Lazarillo de Tormes es la puerta que abre el Quijote.
Cervantes aprende mucho del Lazarillo
Con su aparición surge un nuevo género, la novela picaresca, que se caracteriza por estos
rasgos:
Su protagonista es un pícaro, es decir, un personaje marginal que debe ganarse la vida
trabajando como mozo de muchos amos.
La narración está hecha en primera persona como si de una autobiografía se tratara.
La obra se escribe desde un momento clave en la vida del pícaro. Y todos los episodios se
dirigen a explicar las circunstancias que vive el pícaro hasta llegar a ese momento clave.
Los hechos se narran con realismo en un lenguaje llano y vulgar.
El Lazarillo narra las andanzas de Lázaro de Tormes desde que es entregado por su madre a
un ciego, a quien sirve como mozo, hasta que consigue un trabajo estable como pregonero.
La obra se inicia con un prólogo escrito a manera de carta, en el que el protagonista se dirige
a un Vuestra Merced para justificar el haber escrito la obra.
El caso al que Lázaro alude es su matrimonio con una mujer de quien mantiene relaciones
con el arcipreste al que sirve. Ése es el momento clave desde el que Lázaro supuestamente
escribe y la situación que pretende aclarar.
El libro describe el ascenso de Lázaro, su progreso desde una situación de miseria hasta una
posición que le permite vivir sin pasar hambre, aunque deshonrado. El tratamiento de este
tema implica una fuerte crítica social.
Frente a toda la tradición anterior, en el Lazarillo encontramos como protagonista a un
antihéroe, un ser vulgar que no se mueve por altos ideales, sino por intereses mezquinos.
Otras dos novelas picarescas importantes:
“El Guzmán de Alfarache” de Mateo Alemán.
“El Buscón” de Quevedo.
LA PROSA RENACENTISTA
La nueva sociedad renacentista se basa en un cambio de mentalidad y en unas ideas que se
difunden a través de las obras de los humanistas. Este hecho da origen a una importante
corriente de prosa de pensamiento, centrada precisamente en la discusión y difusión de las
nuevas ideas y escrita con un claro afán didáctico.
Las preocupaciones religiosas, muy vivas en la época, originan dentro de esa corriente de
prosa de pensamiento un conjunto de obras que tratan específicamente sobre la experiencia
religiosa.
Por otra parte, los importantes acontecimientos que se suceden en el siglo XVI, entre ellos la
conquista de América, dan origen a libros escritos con un carácter testimonial, a veces
autobiográfico. La prosa histórica que se desarrolla al hilo de la conquista de América se
inscribe en esta tendencia.
El estilo de la nueva prosa renacentista, al igual que ocurre en otros géneros, sigue el modelo
de naturalidad y sencillez defendido por la mayor parte de los humanistas y expresado en una
de las obras esenciales del Renacimiento: el “Diálogo de Juan Valdés”.
La obra de pensamiento. Los diálogos.
La imprenta había sido inventada a mediados del siglo XV y los humanistas vieron en ella
un vehículo idóneo para difundir las nuevas ideas por toda Europa. Y para ello aprovecharon
un género utilizado ya en la Grecia clásica para la exposición de ideas por intelectuales tan
admirados como el filósofo Platón: los diálogos.
El género del diálogo se basa en una ficción: varios personajes se reúnen para hablar sobre
distintos temas y cada uno va expresando de forma razonada su punto de vista, lo cual permite
el contraste de pareceres y opiniones.
En el enorme prestigio que el diálogo tuvo en esta época influyó el ejemplo del humanista
holandés Eramos de Rótterdam, uno de los principales defensores de una religiosidad más
auténtica basada en la fe y en el sentimiento interior y ajena a lo meramente externo. Erasmo
tuvo muchos seguidores en España, los llamados eramistas, y ellos fueron los principales
impulsores de este género.
Entre los cultivadores del diálogo en España destaca el humanista Juan de Valdés, autor del
“Diálogo de la lengua” En esta obra, Valdés hace una defensa del castellano como lengua
literaria y establece unas normas de estilo, basadas en la naturalidad, que influyen en los
autores de la época.
EL ROMANCERO
El público debía de pedir a los juglares que repitieran aquellas escenas de los cantares que
tenían mayor fuerza dramática, o que las recitaran por separado. De esta manera, los cantares
se fragmentan y surge un nuevo tipo de poemas: los romances.
Los romances son poemas formados por una serie indefinida de versos octosílabos con rima
asonante en los versos pares. El conjunto de romances se denomina Romancero y también
denominamos romanceros a las publicaciones que recopilan romances.
Uno de los aspectos esenciales de los romances era su carácter noticiero: con ellos se daba
cuenta de los acontecimientos más destacados de la historia remota o inmediata. Así, los
romances fronterizos recogen los hechos más notables de la Reconquista.
El estilo de los romances se basa en su esencialidad: el romance busca la mayor concentración
expresiva y dramática, narrando episodios o escenas particularmente emotivos. Además, los
romances se caracterizan por su dramatismo: la apelación a los receptores, el diálogo y el
monólogo les dan un fuerte sentido teatral. Un ejemplo de la importancia que adquiere el
diálogo puede verse en el “Romance del veneno de Moriana”.
Pervivencia del Romancero
A partir del siglo XVI, los autores cultos empiezan a escribir romances, que se difunden a
través de cancioneros y de romanceros. Dado el interés que estas composiciones suscitaban
en el público, los grandes poetas de los Siglos de Oro, como Luis de Góngora o Lópe de
Vega, adoptaron este género y escribieron sus propios romances. La tradición romancística
se mantuvo viva también en el teatro de estos siglos, y más adelante tuvo un lugar destacado
en la poesía romántica. Asimismo, en el siglo XX algunos autores, como Federico García
Lorca, han cultivado el romance.
Siglo XVII: el barroco
En el siglo XVII se desarrolla el movimiento cultural y artístico llamado Barroco, marcado
por una visión pesimista de la vida que es consecuencia de una profunda crisis económica y
social, así como el desengaño de los ideales humanistas del Renacimiento. Se produce una
evolución de los gustos estéticos, alejándose ahora de los modelos clásicos, rompiendo con
las normas establecidas y buscando nuevos causes de expresión.
La poesía del siglo XVII es una poesía barroca, caracterizada por un estilo recargado y
oscuro. Los poetas canarios destacados son los palmeros Juan Bautista Poggio y Pedro
Álvarez de Lugo. También, Fray Marcos Alayón y Fray Andrés de Abreu, considerado el
mejor cultivador de la estética barroca en las Islas.
FRAY ANDRÉS DE ABREU (La Orotava, Tenerife, 1647 – 1725) Ordenado sacerdote en
1666, Fray Andrés de Abreu ostentará altos cargos en la jerarquía eclesiástica del
Archipiélago, convirtiéndose así en un respetado y notable personaje de las Islas. Su
aportación máxima a la poesía barroca es la célebre Vida del Serafín en carne y vera efigies
de Cristo, San Francisco de Asís (Madrid, 1692) donde a fuerza de metáfora se van
sucediendo imágenes que ilustran, sin posibilidad para un lenguaje sencillo, las escenas de
San Francisco en su periplo hacia la Santidad. Escrita en octosílabos, la obra, con más de tres
mil versos, va entretejiendo una disertación de aparente recaída, que es asediada
constantemente por la aparición de la metáfora.
Literatura del siglo XVIII
En la literatura del siglo XVIII se pueden diferenciar tres tendencias literarias: la clasicista o
neoclásica, heredera del clasicismo desarrollado de forma simultánea al barroco durante el
siglo XVII, y que continuó vigente a lo largo de casi todo el siglo XVIII, sobre todo en poesía
y teatro; la ilustrada vinculada a la corriente filosófica e ideológica de la Ilustración y la
Encyclopédie; y la prerromántica, que rechazaba la estética neoclásica anticipando el
romanticismo del siglo XIX.
El dato más relevante del siglo XVIII desde el punto de vista histórico es el auge de la
burguesía, que si era una clase social incipiente ya en el periodo del Renacimiento, es esencial
cuantitativa y cualitativamente en el siglo XVIII. Sus causas principales son el "desarrollo
del artesanado urbano", creciente gracias a la demanda de los artículos de consumo por parte
de la nobleza y de la monarquía y el "desarrollo de la actividad mercantil", en especial del
comercio marítimo. En los siglos anteriores las rutas por mar habían sido ya muy
frecuentadas con la explotación de América y Asia por parte de España y Portugal, pero los
nuevos tiempos están marcados por la hegemonía económica de Inglaterra y su expansión
por ultramar.
Marco histórico
La literatura del siglo XVIII comprende todos los escritos literarios creados durante el siglo
XVIII y marca el fin de la literatura de la Edad Moderna. El siglo está marcada por el auge
del racionalismo y las ideas de la Ilustración, en las que se quería dictar normas para el arte
y así distinguirlo del mal arte y otras manifestaciones, por lo que proliferan las poéticas y los
tratados de teoría literaria. Los modelos de excelencia se encuentran en la cultura grecolatina
que actúa como referente. Los autores tienen una intención moral aparte de literaria y tratan
de educar a los lectores o criticar sus contemporáneos, a menudo a través de la sátira. A
finales de siglo se abandonan estos cánones en favor de una mentalidad más propia del
romanticismo, una corriente que marcará la literatura del siglo XIX.
De 1700 a 1709
El ensayo se convierte en uno de los géneros más relevantes del siglo, pensado como escritos
literarios para instruir a la población sobre asuntos morales y científicos. Los cambios
políticos que llevarían al fin del Antiguo Régimen y los avances científicos se difundieron
de forma masiva a través de ensayos en la forma de artículos, libros o folletos. Algunos de
estos todavía se publican en latín, idioma de cultura durante siglos, una práctica que sería
progresivamente abandonada a la edad contemporánea en favor de las lenguas nacionales.
La novela se diversifica en géneros, si bien con dispar aceptación crítica por no estar
contemplada en las preceptivas clásicas.
De 1710 a 1719
Comienza a publicarse The Spectator, diario de gran influencia, escrito por Joseph Addison
y Richard Steele. A su estela aparecieron varios rotativos que combinaban información y
opinión política pero que terminaron siendo también cuna de escritores de ficción.
La novela de la época tiene largos fragmentos descriptivos y digresiones filosóficas, como
se evidencia en Robinson Crusoe (1719) de Daniel Defoe. En este libro, el protagonista debe
llevar la civilización a tierras salvajes y conservar los buenos consumos, ideales ilustrados
que desembocarían en el imperialismo. Esta novela moderna convive con géneros heredados
del siglo anterior, como demuestra la incursión en la picaresca de Alain-René Lesage con su
Gil Blas (1715-1735).
De 1720 a 1729
Dentro de la novela, cabe destacar Los viajes de Gulliver (1726) de Jonathan Swift, un libro
que se ha convertido en un clásico de la literatura juvenil a pesar de haber sido pensado para
adultos. En él, Gulliver visita varios países y describe las costumbres para satirizar la realidad
inglesa de forma indirecta. Las Cartas persas (1721) de Montesquieu también usan el artificio
de otros pueblos —en este caso no inventados, sino alejados en el espacio— para poder
referirse a sus coetáneos.
En el teatro, se comienza a representar las obras de Pierre Carlet de Chamblain de Marivaux,
considerado uno de los mayores autores del neoclasicismo francés. Este autor moderniza los
preceptos de la Comedia del arte tradicional para acercarla al gusto del espectador del siglo
XVIII, incrementando la carga ética de los personajes.
De 1730 a 1739
Johann Christoph Gottsched fue encargado de adaptar al alemán los preceptos de Nicolas
Boileau-Despréaux, el crítico que había sentado las bases del gusto neoclásico imperante.
Las enseñanzas de Aristóteles están muy presentes, especialmente la regla de las tres
unidades para el teatro o los registros poéticos.
Ludvig Holberg, por su parte, trasladó estas reglas a sus obras de teatro, con las que refundó
las letras nórdicas,5 modernizando la lengua literaria.
La intención moralizante se puso de manifiesto en los cuentos infantiles, que acababan con
unos versos explícitos para sacar el máximo provecho de la historia. El segmento de los niños
crece como público lector, tanto por el aumento de la masa alfabetizada, como por las
campañas para la instrucción llevadas a cabo por varios reformadores.
De 1740 a 1749
Se publica Tom Jones (1749) de Henry Fielding, una de las cimas de la novela satírica del
periodo. Este autor también parodiará posteriormente con Shamela (1741) una de las novelas
de más éxito del siglo: Pamela (1740) de Samuel Richardson, obra sentimental considerada
un precedente del romanticismo. Las versiones, en forma de continuación o de burla, de este
libro proliferarán durante las décadas posteriores en varias lenguas. El tema de una dama que
narra sus encuentros sexuales dio lugar a Fanny Hill (1748) de John Cleland, una de las obras
eróticas más famosas de la época.6 También dentro de la prosa humorística, ve la luz Las
aventuras de Roderick Random (1748), de Tobias Smollett, heredera de la novela picaresca
tradicional.
Características y corrientes
Neoclasicismo
El momento de esplendor de la tendencia clasicista se remonta a finales del siglo XVII, pero
sus influencias llegarán a la literatura ilustrada. Su estética se encuentra sintetizada en La
poética de Boileau, publicada en 1674, y se basa en un sentimiento filtrado por el intelecto y
en una referencia a "los antiguos" como clásicos dignos de imitación. Se niegan también los
excesos del barroco y del rococó. En el teatro domina la regla aristotélica de las tres unidades:
espacio, tiempo y acción, que limita cada espacio de acción a un sólo lugar y a un sólo día,
mientras que en la poesía se impone el verso alejandrino de catorce sílabas, y formas clásicas
como la fábula, la elegía y la égloga. Mas es precisamente en el siglo XVIII cuando las reglas
clásicas son discutidas, coincidiendo el triunfo del neoclasicismo en las artes plásticas con su
decadencia en la literatura.
Ilustración
La Ilustración se podría fechar entre el año 1689, en el que se publica el Ensayo sobre el
entendimiento humano de John Locke y 1785, publicación de la obra de Goethe Las
desventuras del joven Werther.
Prerromanticismo
El prerromanticismo fue un movimiento literario que se desarrolla en Europa a lo largo del
siglo XVIII y cuyo ocaso transcurre en las últimas décadas de la centuria, en total oposición
al Neoclasicismo. Durante el siglo XVIII triunfan en Europa las ideas clásicas francesas del
siglo anterior (Neoclasicismo). Mas, a la vez, se va forjando en varios países una reacción de
signo radicalmente contrario.
Literatura del siglo XVIII
En la literatura del siglo XVIII se pueden diferenciar tres tendencias literarias: la clasicista o
neoclásica, heredera del clasicismo desarrollado de forma simultánea al barroco durante el
siglo XVII, y que continuó vigente a lo largo de casi todo el siglo XVIII, sobre todo en poesía
y teatro; la ilustrada vinculada a la corriente filosófica e ideológica de la Ilustración y la
Encyclopédie; y la prerromántica, que rechazaba la estética neoclásica anticipando el
romanticismo del siglo XIX.
El dato más relevante del siglo XVIII desde el punto de vista histórico es el auge de la
burguesía, que si era una clase social incipiente ya en el periodo del Renacimiento, es esencial
cuantitativa y cualitativamente en el siglo XVIII. Sus causas principales son el "desarrollo
del artesanado urbano", creciente gracias a la demanda de los artículos de consumo por parte
de la nobleza y de la monarquía y el "desarrollo de la actividad mercantil", en especial del
comercio marítimo. En los siglos anteriores las rutas por mar habían sido ya muy
frecuentadas con la explotación de América y Asia por parte de España y Portugal, pero los
nuevos tiempos están marcados por la hegemonía económica de Inglaterra y su expansión
por ultramar.

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