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Por Leslie Moreno y Ernesto Cabral (*).

El caso Lava Jato, escribe Andy Spalding, experto en el tema y


catedrático en la Facultad de Derecho de la universidad de Richmond,
bien pudiera ser “la más dramática historia anti-corrupción
que el mundo haya visto jamás”.

No es una exageración. Como el propio Spalding –quien es además


editor principal del Foreign Corrupt Practices Act Blog– lo resume, “la
revolución anti-corrupción en Brasil” ya ha derrocado a la ex presidenta
Dilma Rousseff, el presidente de la Cámara de Representantes, Eduardo
Cunha, varios ministros y ex ministros de los gobiernos de Lula,
Rousseff y Temer y “se rumorea que alcanzará al 60 por ciento del
Congreso brasileño”. Sí, al 60 por ciento […] [En comparación] “el
escándalo de Watergate en Estados Unidos parece un juego de niños en
el parque”.

Como ya hemos visto, e IDL-Reporteros ha investigado prolijamente,


el caso Lava Jato afecta a muchos países en Latinoamérica [y más allá],
entre los cuales el Perú está cerca del tope de la lista.

En el escándalo Lava Jato, Odebrecht es la más importante de


las corporaciones investigadas e inculpadas hasta hoy. En
Brasil, en Latinoamérica, en el Perú.

En este país, Odebrecht fue la principal contratista con el Estado


peruano. Desde el 2001 –como investigó IDL-Reporteros– logró
adjudicarse (muchas veces entre acusaciones y recusaciones de los
competidores que protestaron por una notoria preferencia a la
corporación brasileña) 24 proyectos (15 obras y 9 concesiones) por más
de 35 mil millones de soles contratados en los tres últimos
gobiernos.

Pero una vez firmados los contratos e ignoradas las protestas, el monto
siguió creciendo. A los costos se añadieron los sobrecostos exigidos por
Odebrecht y concedidos con frecuente docilidad por el Estado. En los
últimos 15 años, como documentó IDL-R en una investigación
especial, los sobrecostos alcanzaron una suma mayor a 4 mil
600 millones de soles, por la ejecución de estas 15 obras más la etapa
de construcción de la carretera Interoceánica Norte y Sur (tramos II y
III).

Pero además de los costos y sobrecostos, el dinero que pagó el Estado a


Odebrecht siguió creciendo. En esta nueva entrega IDL-R revela cómo
un sistema diseñado para resolver controversias con rapidez: el
arbitraje, terminó siendo un sifón a través del cual la transnacional
brasileña sacó decenas de millones de dólares más a un Estado inerme,
incompetente o cómplice. Mediante arbitrajes, Odebrecht ganó al
menos 254 millones 656 mil 753 dólares entre los años 2003 y
2016.
Luego de una ardua investigación que comprendió más de 50 pedidos
de acceso a la información a diversas entidades públicas del país,
entrevistas y cartas, IDL-R pudo conseguir la documentación de 42
arbitrajes y establecer una increíble desproporción de montos a
favor de la compañía brasileña.

Bajo este sistema, en los últimos trece años, Odebrecht -sola o en


consorcio- demandó arbitralmente 41 veces al Estado
peruano, mientras que el Estado lo hizo solo una vez. De los 42
laudos emitidos -las resoluciones que contiene la decisión de los
árbitros- Odebrecht ganó 35 veces, mientras que el Estado solo
ganó siete arbitrajes.

Lo más interesante aparece al analizar los resultados que obtuvo cada


entidad del Estado. El ministerio de Transportes lidera la
deprimente lista de perdedores: de los 30 arbitrajes que tuvo
con Odebrecht, perdió por goleada 26 arbitrajes, adquiriendo el
compromiso de pagar a la empresa brasileña más de 200 millones de
dólares. La única vez que el Ministerio de Transportes y
Comunicaciones presentó una solicitud de arbitraje contra la empresa
brasileña, perdió.

La lista continúa -como muestra el siguiente gráfico- con entidades


como Provías Nacional (cuatro arbitrajes perdidos) y el ministerio de
Vivienda a través del Programa Agua Para Todos (tres arbitrajes
perdidos). La excepción es Sedapal, que no perdió ningún
arbitraje y evitó que el Estado desembolse más de 22 millones
469 mil dólares a Odebrecht.
¿Qué pasa si ordenamos los arbitrajes en función de los proyecto
ejecutados por Odebrecht? Vuelven a adquirir protagonismo las
Carreteras Interoceánicas, obras que gradualmente están ganando la
categoría de emblemáticas en cuanto a investigaciones sobre
corrupción, como han revelado los reportajes de IDL-R.

Esta vez, por conflictos en la ejecución de obras, los arbitrajes


reconocieron a favor de Odebrecht nada menos que 200
millones 572 mil 025 dólares, por IIRSA Norte y los tramos II
y III de IIRSA Sur. En el siguiente gráfico mostramos el detalle de este
monto junto al dinero reconocido a la empresa brasileña en otras cuatro
obras.
Como se ha dicho, el arbitraje es un mecanismo extrajudicial alternativo
para resolver las controversias que compañías puedan mantener entre
sí o con el Estado al suscribir contratos. Es regulado por la Ley General
de Arbitraje, promulgada en 1996 durante el régimen de Alberto
Fujimori.

Si bien fue concebido como una alternativa para la resolución de


disputas entre privados, a partir de 1997 el arbitraje fue implementado
en la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, para remediar
la falta de rapidez y especialización de los jueces en el Poder Judicial.
¿Cuántas veces Odebrecht ha recurrido a este sistema para resolver
conflictos con el Estado? IDL-R hizo el mayor esfuerzo por
precisar el número exacto, pero la secretividad de este
sistema no permite saber con exactitud la cantidad de procesos
arbitrales (culminados o en curso) que tiene al Estado peruano como
una de las partes.

Por un lado, el Organismo Supervisor de Contrataciones del


Estado (OSCE) no tiene un registro completo y actualizado de
los laudos arbitrales en su portal web, pues este no era obligatorio
sino hasta el año 2008. Según la Contraloría en su informe “El Arbitraje
en las Contrataciones Públicas durante el periodo 2003-2013”, la base
de datos del OSCE registra solo 2796 laudos.

Los problemas no acaban ahí. En contradicción con el deber de


transparencia en la información del Estado, incluyendo la referida a sus
transacciones, cualquier intento de hacer la información
pública puede ser sancionado. Los árbitros, secretario,
instituciones arbitrales, testigos, peritos, las partes, sus representantes,
asesores legales… en suma, cualquier persona que participe de un
arbitraje está obligado a guardar silencio sobre el proceso, según el
artículo 51 del Decreto Legislativo 1071, que norma el arbitraje. Incluso
el reglamento de algunas instituciones podría sancionar una infidencia
con una multa de hasta 50 UIT.

¿Hay más arbitrajes con Odebrecht y por ende mayor dinero


adjudicado? La compañía respondió a IDL-R que “no cuenta con una
base de información consolidada de este tema”.“Antes de recurrir al
mecanismo de Arbitraje”, añade Odebrecht, “la empresa agota la vía del
Trato Directo, solicitada con la finalidad de arribar a una solución. Al no
llegar a un acuerdo, se procede a utilizar el mencionado procedimiento”.

En una de las pocas excepciones a la actitud sumisa del Estado, las


autoridades del Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo
decidieron reclamar por el laudo emitido a favor de Odebrecht en la
ejecución del proyecto Rehabilitación y Mejoramiento de la Carretera
Empalme PE-5N Cuñumbuque – Zapatero- San José de Sisa. Lo pasaron
del arbitraje a la vía judicial. El caso se encuentra actualmente en la Sala
Civil Permanente de la Corte Suprema de Lima para ver si procede o no
su anulación.

Es probable que haya más laudos arbitrales guarecidos en la reserva,


impermeables a la ley de acceso a la información y, si lo que IDL-R ha
investigado y revelado hasta el momento es la norma, perjudiciales en
su inmensa mayoría al Estado peruano.

En la próxima entrega, IDL-R dará a conocer quiénes fueron los


árbitros y cuáles fueron sus fallos.

(*) Para el cálculo de los montos presentados en esta nota no se han


considerado los conceptos por reajustes ni intereses, pero sí el IGV.
Cabe precisar que los montos en soles fueron convertidos a dólares
según el tipo de cambio del MEF a la fecha del laudo.

Actualización al 6 de diciembre de 2016: Se ha


podido identificar con mayor precisión los montos de cada
laudo, por lo que se ha realizado la actualización
correspondiente en la nota y en las infografías. El Estado
perdió 254 656 753 dólares entre los años 2003 y 2016 . El
monto consignado anteriormente era 273 570 624 dólares.

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