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Argumento para Un Debate PDF
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NUCLEAR
Hay tres afirmaciones básicas que el lobby nuclear utiliza para defender su sector
ante la ciudadanía: la energía nuclear es limpia, segura y la mejor alternativa al
petróleo para evitar el cambio climático. Revisemos cada una de las tres
afirmaciones. El concepto de limpio en relación a una fuente de energía se identifica
con que no presenta emisiones contaminantes ni genera residuos —o éstos son
mínimos, reciclables o inocuos—. En la energía nuclear no se producen emisiones
directas de CO2, principal argumento en su defensa, sin embargo se generan
residuos radiactivos muy peligrosos que tienen una gran longevidad. Recordemos
que ninguna civilización ha durado más de unos cuantos miles de años. Resulta
éticamente reprobable que nuestro legado más longevo vaya a ser basura
radiactiva, cuando el corazón de Chernóbil bajo sus varios sarcófagos se convierta
en una ruina de nuestra civilización como las pirámides lo fueron del antiguo Egipto.
Las energías renovables han demostrado ya con creces su potencial para cubrir la
totalidad de la demanda de energía eléctrica. Además, se trata de tecnologías
jóvenes cuya capacidad de generación está aumentando casi cada día. Parece
mucho más sensata la apuesta por estas fuentes de energía para reducir hasta
eliminar la dependencia de los combustibles fósiles.
Como hemos visto, ninguno de los tres argumentos clásicos en su defensa resulta
sólido. Entonces, ¿por qué la opción nuclear sigue estando en el candelero? En
parte porque se ha conseguido transmitir a la ciudadanía la inevitabilidad de su
desarrollo ante la amenaza del cambio climático. Pero no debemos aceptar un
sencillo discurso de ventajas nucleares que oculta sus peligrosos inconvenientes;
sin balance de riesgos no podemos construir decisiones responsables. Importantes
sucesos de la historia no deben ser olvidados para no caer en los mismos errores y
sus dramáticas consecuencias. Chernóbil es uno de esos sucesos clave que no hay
que borrar de la memoria, pues de él aprendimos el principio de irreversibilidad de
los accidentes nucleares: la radiactividad emitida no puede controlarse y su legado
seguirá dañando en el futuro.