Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FAO Malezas PDF
FAO Malezas PDF
Inventario de malezas
Estrategias de Control
Bibliografía
Lecturas adicionales
2
En cualquier sistema de cultivo hay varias operaciones dedicadas al control de malezas. Los
procedimientos de preparación de la tierra y el cultivo entre hileras están en su mayor parte
dirigidos a controlar las malezas.
FIGURA 1
Número de malezas bajo diferentes regímenes de labranza y diferentes coberturas,
39 días después de la siembra (Skora Neto, 1993).
1000
1233
-2
800
Barbecho
Densidad de malezas
Vicia
600
Lupino
Avena
(plantas/m²)
400
M ucuna
Avena+vicia
200
0
Siembra directa Labranza convencional Labranza mínima
3
La Figura 1 muestra claramente que la Mucuna pruriens usada en la siembra directa como
cultivo de cobertura (ver módulo Herramientas, maquinaria y equipos), puede efectivamente
suprimir las malezas. Sin embargo, la Mucuna puede incrementar la infestación de malezas
cuando es combinada con prácticas de labranza reducida o convencional.
Las malezas generalmente compiten con los cultivos comerciales por agua, luz, espacio y
nutrientes. Estos recursos son obtenidos en un cierto «espacio biológico». La competencia
entre las malezas y el cultivo es variable y depende de la capacidad de las plantas para
ocupar el espacio.
Varias características están relacionadas con el éxito de las malezas (Patterson, 1985):
largo período de latencia
alta capacidad de dispersión de las semillas
alta diversidad genética, a tal punto que se adaptan a un amplio rango de condiciones
alta velocidad de reproducción
reproducción tanto por semillas o por medios vegetativos
crecimiento vigoroso y rápido
habilidad para sobrevivir y reproducirse bajo condiciones medio ambientales hostiles
Pero el verdadero éxito de las malezas depende de su habilidad para invadir y colonizar- o
dominar y persistir- en un área (Cousens y Mortimer, 1995).
Con una cobertura sobre la superficie del suelo, como en la Agricultura de Conservación, el
cambio en la humedad del suelo y la temperatura y la intercepción de los rayos solares son los
factores físicos principales que afectan la germinación de las semillas de malezas. Uno de los
cambios químicos en el suelo que afectan la germinación de las semillas de malezas es la
liberación de sustancias alelopáticas.
6
Inventario de malezas
Un elemento fundamental para comprender el manejo de las malezas es conocer las especies
presentes y el nivel de infestación. La identificación de las malezas puede ser importante para
diferenciar las malezas perennes o las parásitas que no responderán a las prácticas de control de
malezas tradicionales y convencionales; cuanto más precisa sea la determinación, incluso de las
especies anuales de malezas, más segura será la selección del herbicida. Los niveles exactos de
infestación no son generalmente tan importantes, pero puede ser necesario determinarlos en los
casos en que se han establecido umbrales económicos. Las malezas pueden ser contadas y evaluadas
visualmente mediante un sistema apropiado de puntuación.
7
Las influencias favorables y desfavorables de los factores bióticos y abióticos en cada fase
necesitan ser comprendidas.
Las especies de malezas terrestres persisten en el suelo en virtud de las estructuras latentes,
típicamente semillas u órganos perennes vegetativos como son los rizomas, los tubérculos y las
raíces principales. En infestaciones densas, los bancos de semillas o meristemos enterrados
pueden originar nuevas plantas con poblaciones adultas excepcionalmente grandes. Rao (1968)
ha estimado que en Cyperus rotundus L. es posible tener una población de tubérculos de 10
millones/ha, mientras que Soerjani (1970) calculó que Imperata cylindrica puede producir
anualmente seis toneladas de rizomas por hectárea. Típicamente, los bancos de semillas de
malezas anuales en suelos cultivables contienen de 1 000 a 10 000 semillas/m2, mientras que en
los pastos el límite superior puede llegar a 1 millón/m2 (Mortimer 1994).
Los bancos de semillas pueden perder germinación, viabilidad in situ y sufrir ataques de hongos
y predatores. Se conoce que la longevidad de las semillas de algunas especies de malezas en el
suelo es considerable (p.ej., al menos 20 años en Striga); muchos estudios han mostrado que
hay un riesgo de muerte constante para las semillas enterradas en el suelo y que la
supervivencia de poblaciones de semillas enterradas viables puede ser convenientemente
definida como la mitad de la vida (el tiempo necesario para que la población disminuya a la
mitad, semejante a la declinación radioactiva).
La capacidad para una germinación discontinua es un rasgo bien conocido de muchas (pero no
todas) las especies de malezas. La emergencia accidental de las plántulas de un banco
persistente de propágulos es un hecho biológico característico que puede conferir ventajas
reproductivas en hábitats impredecibles, así como para maximizar la oportunidad de sembrar
plantas adultas (Figura 2).
FIGURA 2
Esquema del ciclo de la maleza, su reproducción y formas de mantener el banco de semillas de
malezas
Viabilidad
Subsistencia de la plantula
Plántulas
Emergencia de la plantula
Dado que las malezas que se establecen rápidamente con el cultivo pueden ser competidores
fuertes y reducir su rendimiento, los agrónomos han favorecido por mucho tiempo los
procedimientos profilácticos de control de malezas como se ha visto en la preparación de camas
de siembra limpias. Las prácticas de labranza sirven para destruir las malezas existentes y para
distribuir las semillas de malezas a cierta profundidad dentro del perfil del suelo, desde donde
pueden fallar en emerger. La fracción de semillas que germina desde el banco de semillas
enterrado y el éxito de establecimiento de las plántulas es muchas veces una fracción pequeña (1
-10%) del total de semillas disponibles en un banco de semillas. En algunas especies tales como
Bromus spp. y Agrostemma githago L. lo contrario es cierto y la población se renueva anualmente
desde un banco transitorio de semillas. En estas especies la inversión del suelo por una arada
profunda puede colocar las semillas a profundidades desde las cuales las plántulas no pueden
emerger y la población declina rápidamente. En consecuencia las prácticas de labranza pueden
ejercer un considerable daño a las poblaciones de semillas de malezas y la flora de las malezas
puede responder rápidamente a los cambios en las prácticas de labranza (Forcella y Lindstrom,
1988).
En años recientes, los investigadores de malezas han hecho numerosos estudios sobre el efecto
inhibidor que pueden tener ciertos productos químicos sobre los cultivos y otras malezas. Este
fenómeno es conocido como alelopatía y puede tener efectos significativos en algunas especies y
en ciertas situaciones. Los efectos combinados de la competencia y de la alelopatía son llamados
interferencias de maleza.
El conocimiento de que las malezas compiten con los cultivos es probablemente tan antiguo
como la domesticación de los cultivos y el desarrollo de la agricultura estable. El manejo de
malezas fue desarrollado para incrementar la productividad mediante la eliminación de la
competencia. Está claramente establecido que las malezas causan la mayoría de los daños a los
cultivos durante ciertas etapas de crecimiento del cultivo y el control durante este período es
especialmente importante.
Uno de los aspectos más estudiados de la interferencia es sobre todo la duración de los
períodos con y sin malezas (Figura 3). Para algunos cultivos anuales, el período critico de
competencia está aproximadamente entre el primer tercio y la mitad del ciclo de vida del
cultivo. Por ejemplo, en arroz y maíz, que necesitan frecuentemente de 100 a 120 días para llegar
a la madurez, si se mantiene el cultivo libre de malezas en los primeros 30 a 40 días, por lo
general se asegura una buena productividad (Doll 1994). Las primeras secciones ascendentes y
descendentes en la Figura 3 muestran el Período Critico de la Competencia de Malezas. La
última flecha ascendente muestra el período libre de malezas, el que indica que para obtener
altos rendimientos del cultivo no es necesario controlar el ciclo total de las malezas.
FIGURA 3
Periodo critico de competencia de las malezas.
100
80
% Rendimiento
Cubierto de maleza
60
Libre de maleza
40
20
0
0 20 40 60 80 100 120
La regla general del período crítico de competencia de un tercio y la mitad del ciclo de vida del
cultivo varía considerablemente entre cultivos. Por ejemplo, la yuca es plantada en filas
relativamente anchas y crece lentamente comparada con la mayoría de los cultivos de alimentos
básicos. En Camerún, tres controles de malezas en yuca a 4, 12 y 20 semanas después de la
plantación dieron rendimientos óptimos (Ambe et al., 1992). Si se hubieran hecho solo dos
controles, el cultivo rindió dos veces más con controles a 4 y 12 semanas que en dos controles a 2 y
12 semanas. Los controles de malezas en este cultivo pueden comenzar más tarde que en otros
cultivos con menor impacto sobre el rendimiento.
El período crítico también varía entre las especies. Las malezas perennes agresivas como Cyperus
rotundus L. o Convolvulus arvensis L. necesitarán controles más frecuentes de malezas que las
especies anuales debido a que las perennes rebrotan varias veces a partir de las reservas de alimentos
en los órganos almacenados bajo tierra. Por otro lado, los campos con muy poca presión de malezas
no requieren prácticas de control tan intensivas y largas como aquellos con abundante presión de
malezas.
Si los nutrientes del suelo y la humedad son abundantes, la competencia de las malezas es menos
importante. Sin embargo, en muchas áreas tropicales y subtropicales, los suelos son pobres en
nutrientes y el agua puede ser escasa; en ese caso la competencia es crítica. Por otro lado, aplicando
fertilizante o agua de riego para incrementar el rendimiento del cultivo no se alcanzarán los
beneficios máximos a menos que las malezas sean adecuadamente manejadas.
LÁMINA 1
La labranza del suelo resulta
en la incorporación de
semillas y material vegetativo
a una profundidad relacionada
con el tipo de labranza. Sin
embargo, la total extinción de
las malezas es un objetivo
muy difícil de lograr.
S. Vaneph
12
Las metas de un sistema de MIM deberían ser reducir el movimiento de las semillas dentro
del suelo y reducir el impacto de las malezas en los cultivos a un nivel económicamente
aceptable. El énfasis debe ser puesto más en el manejo que en la erradicación.
Métodos preventivos
La prevención y saneamiento son componentes muy importantes del sistema MIM. El uso de
semillas limpias y libres de semillas de malezas y prevenir la entrada de maquinaria desde
campos con alta infestación a de campos con baja infestación, son las principales medidas
preventivas a ser tomadas.
1. Métodos culturales (rotación de cultivos, buena población del cultivo y espacio entre
hileras, cultivos intercalados, cultivos de cobertura, mantillo de cobertura y otros)
2. Control físico (control de malezas manual y mecánico)
3. Control químico mediante el uso de herbicidas
Rotación de cultivos
Es un método clave para el control de las malezas. Con la introducción de herbicidas se
pensó que la rotación de cultivos podía evitarse, pero se ha demostrado lo contrario. Tener
buenos cultivos precedentes es importante para la reducción de la infestación de malezas y
ayuda a los cultivos a competir mejor con las mismas. Normalmente ciertas malezas están
mejor adaptadas al ambiente creado por un cultivo particular. El monocultivo tiende a
aumentar la población de las malezas bien adaptadas al cultivo. Las rotaciones de cultivos
que incluyen cultivos morfológica y fisiológicamente diferentes, sirven para romper el ciclo y
la adaptación de algunas especies de malezas.
La rotación de cultivos tiene un efecto claro en la supresión de las malezas como se muestra
en la Figura 4.
13
FIGURA 4
Efecto de las prácticas de labranza y rotación en el número de malezas de hojas
anchas (Ruedell, 1995) LC= Labranza convencional; SD= siembra directa
90
LC sin rotación
LC con rotación
2
Numero de malezas de hoja ancha por m
SD sin rotación
60 SD con rotación
30
0
0 3 5 9
Tiempo (años)
FIGURA 5
Efecto de las prácticas de labranza y rotación en el número de gramíneas malezas
(Ruedell, 1995) LC= Labranza convencional; SD= siembra directa
LC con rotación
SD sin rotación
600 SD con rotación
300
0
0 3 5 9
Tiempo(años)
Una buena población del cultivo es además una garantía de la capacidad del cultivo para
competir con las malezas, aún con aquellas de emergencia temprana en el ciclo del cultivo. El
espaciamiento estrecho en el caso de los cereales puede ser también un método posible para
prevenir el desarrollo de las malezas. La tendencia en el pasado era de mantener 70 - 90 cm
entre filas para permitir el paso del agricultor con su maquinaria, algo que sin embargo
cambia en el caso de la Agricultura de Conservación.
14
Las coberturas o mantillo natural son producidas principalmente dejando los residuos del
cultivo en la tierra, trozándolos o cortándolos si es necesario, por ejemplo con un simple rodillo
de cuchillas. Estos materiales no son incorporados al suelo como en la agricultura convencional,
sino que son gradualmente consumidos por la mesofauna. Además de proteger el suelo y el
cultivo de la erosión y de la pérdida de agua por escorrentía o evaporación, la cobertura del
suelo inhibe la germinación de semillas de malezas, minimizando la competencia de las malezas
con el cultivo. Durante el primer par de años de Agricultura de Conservación en un campo, las
existencias de semillas de malezas viables cerca de la superficie del suelo, en términos generales,
declinan gradualmente. Algunos residuos de cultivos de cobertura contienen componentes
conocidos como aleloquímicos que suprimen el crecimiento de otras plantas (Almeida, 1988). Por
ejemplo, la paja de centeno suprime el crecimiento de muchas malezas de hoja ancha, pero su
uso debe ser contolado ya que el efecto alelopático puede además ser ejercido sobre algunos
cultivos susceptibles como hortalizas y legumbres. Otros cereales, como la avena y el trigo
también tienen propiedades alelopáticas demostradas bajo algunas condiciones.
LÁMINA 2
La cantidad de cobertura de suelo
en la agricultura de conservación
ahorra tiempo y mano de obra
durante las operaciones de control
de malezas.
A. Calegari
LÁMINA 3
Residuos mal manejados de
avena negra (izquierda),
permiten la germinación y
crecimiento de Cyperus
rotundus. La maleza tiene
menos oportunidad para
germinar (derecha) debido al
efecto alelopático y la barrera
física de residuos.
A.J. Bot
15
Las coberturas de gramíneas como la avena negra (Avena strigosa) y el centeno (Secale cereale)
son muy eficientes y suprimen la germinación de las semillas de malezas. Su efectividad es
por lo general mayor que aquella obtenida con coberturas de leguminosas. Sin embargo,
otras especies como el rábano oleaginoso y el lupino, también han mostrado un alto efecto
depresivo sobre muchas malezas.
FIGURA 7
Infestación de malezas bajo diferentes coberturas (Almeida, 1988).
Porcentaje de área cubierta por malezas
100
80
60
40
20
0
Barbecho Trigo Lupino Frijol de Serradella Lathyrus Rabano de Centeno Avena
campo aceite
FIGURA 8
Porcentaje de suelo cubierto por diferentes especies de malezas bajo diferentes
coberturas, 100 días después del manejo del cultivo de cobertura (Almeida, 1991).
100
Graminea
Porcentaje de área cubierta por maleza
60
40
20
0
Lupino Rabano de Frijol de Lathyrus Centeno Avena Trigo
aceite campo
16
Control físico
Aunque la agricultura de conservación implica un menor uso de maquinaria e implementos
para la labranza, se llevan a cabo algunos controles de maleza en forma manual,
especialmente por los pequeños agricultores. Los agricultores usan entre otras herramientas,
el rodillo de cuchillas o el machete. Más recientemente, se han desarrollado otros aperos más
productivos como la segadora motorizada manual (Lámina 4) que puede ser usada para el
control de malezas en el espacio entre los surcos del cultivo. Los agricultores también usan
un rodillo o cilindro con cuchillas de corte para aplastar y/o matar un cultivo de cobertura.
En algunas áreas donde la Agricultura de Conservación ha sido establecida hace más de
cinco años, ya no es necesario el uso de productos químicos y el control manual de malezas
usando estos aperos es una opción económicamente factible.
Uso de herbicidas
Los herbicidas cumplen una función importante en el control de malezas durante los
primeros años de la adopción de la Agricultura de Conservación, al menos, en las grandes
áreas de cultivo donde el control manual de malezas podría ser ineficiente. Tres o cuatro
años después de comenzar la Agricultura de Conservación, en algunos casos puede aun ser
necesaria la aplicación de herbicidas, pero es necesario tener en un conocimiento específico
de las malezas en ese ambiente.
Con la introducción y uso de cultivos tolerantes a los herbicidas, en algunos países como
Argentina, Canadá y Estados Unidos de América, algunos herbicidas de amplio espectro
tales como el glufosinato de amonio y el glifosato, son pulverizados por encima del cultivo
poco tiempo después de la emergencia de las plántulas de las malezas. Estos herbicidas
carecen de actividad en el suelo contra las malezas en germinación y puede ser necesaria una
segunda aplicación, según el flujo de las malezas en el campo.
17
FIGURA 9
El uso de herbicidas en sistemas convencionales y agricultura de
conservación (Quezungual) en Lempira Sur, Honduras (CDR-ULA, 2000).
U so de he rb ic ida p ara
prep aración d e tie rra s
60
40
20
0
B arbe cho quem ado B a rb ech o co rtado Que zun gual
En la Agricultura de Conservación, los herbicidas pueden además ser usados para manejar
los cultivos de cobertura y el control de su rebrote.
18
Además, se reduce el uso de herbicidas el que en pequeñas áreas agrícolas y a largo plazo
puede ser eliminado completamente; además la presión de las malezas y su control manual
se reducen sensiblemente. Al inicio de la adopción de la Agricultura de Conservación,
algunas malezas perennes pueden convertirse en un problema y puede ser necesario el uso
de herbicidas sistémicos particulares con el fin de agotar sus propágulos bajo tierra. Una vez
que el suelo se comienza a repoblar esa población tenderá a disminuir.
LÁMINA 4
Una segadora motorizada
manual puede ser usada para
controlar malezas entre las filas
del cultivo. Es menos eficiente
que una azada pero tiene un
mayor retorno operacional.
A.J. Bot
FIGURA 10
Evolución del número de malezas después de la adopción de la
Agricultura de Conservación (Skora Neto y Darolt, 1995).
600
Numero de plantas de malezas por m 2
400
200
0
1 2 3 4 5 6
Tiempo (años)
Bibliografía
Almeida, F.S. 1991. Controle de plantas daninhas em plantio direto. IAPAR Circular 67,
Londrina, Brasil.
Almeida, F.S. 1988. A alelopatia e as plantas. IAPAR Circular 53, Londrina, Brasil.
Ambe J., A. Agboola y S. Hahn 1992. Studies of weeding frequency in cassava in Cameroon.
Tropical Pest Management 38:302-304.
38
Balota, E.L., M. Kanashiro y A. Calegari. 1996. Adubos verdes de inverno na cultura do milho e
a microbiologia do solo. In: I Congresso Brasileiro de Plantio Direto para uma Agricultura
Sustentável. Ponta Grossa, Brasil. Resumos expandidos p12-14.
Caseley J.C. 1994. Weed Management for Developing Countries. Edited R. Labrada, J. C. Caseley
& C. Parker, Plant Production and Protection Paper No. 120, FAO, Rome, pp. 183-223.
CDR-
CDR-ULA.
ULA 2000. Servicios financieros rurales y economía campesina sostenible. Un estudio de
caso en el departamento de Lempira, Honduras. I. Informe principal. Centro de Estudios
para el Desarrollo Rural, Universidad Libre de Amsterdam. 80pp.
Cousens R.D., S.E. Weaver, T.D. Martin, A.M. Blair y B.J.
B.J. Wilson 1991. Dynamics of competition
between wild oats (Avena fatua L.) and winter cereals. Weed Research 31:203-210.
31
Doll J. DD. 1994 Dynamics and Complexity of Weed Competition. Weed Management for
Developing Countries. Edited R. Labrada, J. C. Caseley & C. Parker, Plant Production and
Protection Paper No. 120, FAO, Rome, pp. 29-34.
Forcella F. y M. J. Lindstrom 1988. Weed seed populations in ridge and conventional tillage. Weed
Science 36:500-503.
36
Grime J.P. 1989. Seed banks in ecological perspective In: M.A. Leck, V.T. Parker y R.L. Simpson
(Eds.) Ecology of Soil Seed Banks pp xv-xxii. Academic Press.
Harper J.L. 1959. The ecological significance of dormancy and its importance in weed control.
Proceedings, 4th International Conference Crop Protection pp 415-520.
Kliewer,I., J. Casaccia, F. Vallejos. 1998. Viabilidade da redução do uso de herbicidas e custos
no controle de plantas daninhas nas culturas de trigo e soja no sistema de plantio direto,
através do emprego de adubos verdes de curto período. In: I Seminário Nacional sobre
Manejo e Controle de Plantas Daninhas. Resumos. Aldeia Norte (Ed), Passo Fundo,
Brasil. p.120-123.
Labrada R. y Parker CC. 1994. Weed Control in the context of Integrated Pest Management. Weed
Management for Developing Countries. Edited R. Labrada, J. C. Caseley y C. Parker, Plant
Production and Protection Paper No. 120, FAO, Rome, pp. 3-8.
Marks M.K. y A.C. Nwachuku 1986. Seed bank characteristics in a group of tropical weeds. Weed
Research 26:151-157.
26
Mortimer A. M. 1994. The Classification and Ecology of Weeds. Weed Management for
Developing Countries. Edited R. Labrada, J. C. Caseley y C. Parker, Plant Production and
Protection Paper No. 120, FAO, Rome, pp. 7-26.
Rao J. 1968. Studies on the development of tubers in nutgrass and their starch content at different
soil depths. Madras Agricultural Journal 55:19-23.
55
Roberts H.A. y P.A. Dawkins 1967. Effect of cultivation on the numbers of viable weed seeds in the
soil. Weed Research 7: 290- 301.
Roberts H.A. y P.M.
P.M. Feast 1973. Changes in the numbers of viable weed seeds in soil under
different regimes. Weed Research 13:298-303.
13
Ruedell, J. 1995.Plantio direto na região de Cruz Alta. FUNDACEP. 134pp.
Skora Neto F. 1993 Coberturas vegetais em differentes sistemas de preparo do solo no controle
de plantas daninhas. In: I Encontro Latino Americano de Plantio Direto na Pequena
Propriedade. Ponta Grossa, Brasil. Anais, p 173-188.
Skora Neto, F. y M.R. Darolt. 1995. Estratégias de controle de plantas daninhas em pequenas
propriedades. In: I Seminário internacional do sistema plantio direto. Passo Fundo, Brasil.
Resumos p. 155-156.
21
Soerjani M. 1970. Alang-alang, Imperata cyclindrica (L.) Beauv., pattern of growth as related to its
problem of control. BIOTROP Bulletin 1, Regional Centre for Tropical Biology, P.O. Box 17,
Bogor, Indonesia.
22
Lecturas adicionales
Report of the Expert Consultation on Weed Ecology and Management FAO, Rome, 22-24
September 1997, FAO Plant Production and Protection Division Available. En PDF de
http://www.fao.org/ag/AGp/agpp/IPM/Weeds
Report of the Technical Meeting on Benefits and Risks of Transgenic Herbicide Resistant Crops
FAO, Rome, Italy, 16-18 November 1998. The report of the technical meeting on HRCs
presents summaries and papers on the benefits and risks of HRCs use; and on regulations
necessary for the introduction of HRCs. Available in PDF from
http://www.fao.org/ag/AGp/agpp/IPM/Weeds
http://www.fao.org/ag/AGp/agpp/IPM/Weeds
Draft Guidelines for Hazard Assessment of Herbicide and Insect Resistant Crops. Disponible en
PDF (inglés, francés, español) from http://www.fao.org/ag/AGp/agpp/IPM/Weeds
Weed management
management for developing countries
countries. 1994. Editado por R. Labrada, J.C. Caseley y C.
Parker, FAO Plant Production and Protection Paper 120.