Niños soldados
Actualmente hay entre 250.000 y 300.000 niños luchando
en el mundo. Su reclutamiento comienza a la edad de 10
años y son utilizados como máquinas de guerra que
ejecutan incluso a sus padres y amigos.
“Los niños, querido hermano, son los mejores luchadores del
siglo. Tienen más energía que la gente mayor y resisten sin
sentir dolor físico.”
Lucien, 12, ex niño soldado de la República Democrática del
Congo
“A nuestra edad es más complicado para los rebeldes, así que usan cosas más fuertes, como
drogas o dinero, para provocarnos y obligarnos a andar. Recuerdo el ataque a la ciudad de Njola-
Kombouya, en el sur de Sierra Leona. Nos despertaron a la 1 de la madrugada y andamos hasta las
7. Llegó un doctor. Tenía un bol pequeño con agua fría y, cada dos inyecciones, lavaba la aguja en
el agua. Siempre era una ampolla con líquido rojo. Al principio siempre me sentía débil y después
sentía una fuerza abrumadora. Me sentía capaz de cualquier cosa… Tenía rabia, odio, quería
destruir todo. Es imposible comprenderlo, nos ponían en tal estado que nos reíamos a pesar de toda
esa violencia, lo encontrábamos fascinante, no teníamos límites”.
Moussa, 15, ex niño soldado de Sierra Leona (2).
Definición de niño soldado
Un niño soldado es un ser humano menor de 18 años de edad que es reclutado por un ejército o un
grupo armado o que simplemente participa en un conflicto bélico.
En ciertos lugares, los niños son considerados adultos desde los 14 o 15 años. Una persona joven
de 15 años que se une a un grupo armado puede, por tanto, considerarse como un soldado adulto
de acuerdo a su propia cultura. La ley internacional en vigor establece los 15 años como edad
mínima para el reclutamiento en el ejército y la participación en conflictos. Sin embargo,
la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño fija la edad de la adultez a los 18 años.
Los niños soldado, otra faceta del horror de las guerras en África,
Asia y América
11/02/2017 - 11:55
https://www.clarin.com/mundo/ninos-soldado-faceta-horror-guerras-africa-asia-
america_0_rkmWmj2Og.html
Luego de combatir en las filas de guerrillas que los obligaron a matar y torturar, cientos de
chicos intentan recuperar la esperanza y una vida plena de derechos en hogares de Unicef
en varios países.
La cicatriz mal cosida que cruza el vientre de Joseph mide cerca de 20 centímetros y tiene
el aspecto de una gran cremallera. El niño soldado de diez años del Congo tuvo suerte
dentro de todo: fue alcanzado por dos balas en un enfrentamiento y sus torturadores, una
milicia islámica, lo dejaron atrás para morir. Afortunadamente, los soldados lo rescataron.
“Una bala seguía en mi vientre. Tuvieron que buscarla y sacarla”, recuerda el chico. Igual
que Joseph (no es este su nombre real), en todo el mundo hay decenas de miles de
niños a las órdenes de grupos armados, en países como el Congo, República
Centroafricana, Irak, Libia y Siria, según estima Naciones Unidas. También en Colombia,
donde decenas de chicos podrán volver en las próximas semanas a una vida de paz, luego
de años combatiendo en las filas de la guerrilla de las FARC, ahora en proceso de desarme
tras un histórico acuerdo con el gobierno.
“Los niños soldado son un síntoma de Estados y sociedades fallidas”, explica Oliver Müller,
director de Cáritas Internacional, con motivo del Día Internacional contra el Uso de Niños
Soldado, que se celebró ayer. Convierten a los niños en autores de atrocidades, que
torturan a prisioneros, matan a tiros a los atacantes y violan a mujeres. Pero sobre todo son
víctimas: se les roba su infancia. Y quedan traumatizados para el resto de su vida.
“Saben que lo que hacen como soldados es inhumano y brutal”, explica Ekkehard Forberg,
experto de la organización humanitaria World Vision. “Y creen que es su culpa. Ese
sentimiento de culpabilidad no los abandona nunca”.
Joseph fue secuestrado por su tío cuando tenía siete años y entregado a la milicia islámica
ADF-NALU en el este del Congo.“Tuve que ver cómo personas se mataban las unas a
las otras”, recuerda el chico. Al comienzo era tan pequeño que aún no tenía que luchar,
pero siempre que había algún enfrentamiento debía ir al frente llevando la munición.
Las milicias en el este del Congo son brutales. Cuando un niño trata de huir, es asesinado.
Y cuantos más crímenes comete un chico, más grande es la vergüenza de volver a ver a la
familia. Eric, de 16 años, cuenta que la milicia le enseñó cómo disparar con un kalashnikov.
Hunde la cabeza en las manos y dice: “Yo también he disparado a gente”. Todos tenían
miedo, explica: “Si no acatabas una orden, te disparaban”.
Joseph y Eric ya ahora viven en un lugar seguro dentro de un programa de desarme,
desmovilización y reintegración de ex niños soldado. Se quedan unos meses en un
albergue del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) en la ciudad de Goma. Allí
aprenden a leer y a escribir, conversan con otros que han sufrido lo mismo y van a terapia.
“El apoyo psicológico me ha ayudado a dejar de tener pesadillas”, confía Eric.
Nadie sabe exactamente cuántos niños son víctimas de los abusos de los grupos armados
en todo el mundo. Unicef ha ayudado en el este del Congo desde 2003 a unos 10.000
ex niños soldado a volver a tener una vida considerada “normal” para su edad.
Además, Cáritas, junto con la organización católica Missio, ha ayudado allí a otros 9.000 ex
niños soldados.
me golpeó con un arma y me dijo que si no me quedaba quieta, me dispararía”. La chica
fue secuestrada en su pueblo en el norte de Uganda por una milicia y llevada al actual
Sudán del Sur. Cuando volvió a casa siendo madre de seis niños, fue rechazada por su
familia al considerarla mujer de rebeldes. Una noche, sus hermanos la apuñalaron y le
cortaron la mano derecha. La mujer, que ahora tiene 27 años, sobrevivió y recibe el apoyo
de World Vision en Uganda.
“Cuando huí de los rebeldes pensé que estaría a salvo”, dice, pero su pasado traumático
se interpone en su camino. “A menudo pienso que no quiero seguir viviendo. Pero ¿qué
harían mis hijos sin mí?”
Fuente: DPA
ACTIVIDAD:
Reunidos en grupos, realicen una lectura comprensiva de la nota periodística y
respondan:

En Sudán del Sur se reclutó a cerca de 16.000 niños soldado desde el comienzo de la 1. ¿Cuáles son los derechos humanos (DD.HH) violados en este caso?
guerra civil a fines de 2013, estima Unicef. Los conflictos de Siria y Yemen son tan 2. ¿Por qué creen que reclutan a los niños como soldados?
complicados que nadie es capaz de calcular cuántos chicos se han visto afectados. En 3. Elaboren y escriban una opinión grupal sobre el tema
Colombia, fueron casi 12.000 menores que la guerrilla aceptó haber reclutado
durante más de medio siglo de enfrentamiento armado con el Estado. Gran parte de
esos chicos sólo conoció una vida de persecución en la selva, llevando fusiles y trajes de
camuflaje. Uno de los compromisos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC) en el marco del proceso de paz fue renunciar a esa práctica considerada un delito
de guerra. En septiembre pasado la guerrilla entregó un primer grupo de 13 menores a
Unicef. El organismo evalúa su estado de salud y los ayuda a retomar una vida con plenos
derechos.

En el albergue de Unicef en Goma, República Democrática del Congo, los ex chicos

soldado ensayan, con ayuda de un profesor, los movimientos acrobáticos de la Capoeira,
acompañados por la música de los tambores. Es una suerte de arte marcial brasileño de
origen africano. Les enseña a controlar las agresiones y a trabajar en equipo. Los ex niños
soldado suelen ser reservados, hablan en voz baja y se avergüenzan de su pasado, pero
durante la clase de capoeira, dos veces por semana, rebosan orgullo. Esos días
abandonan el centro de Unicef y comparten la clase con otros jovencitos del barrio. Un
paso importante, pues vuelven a actividades lúdicas y deportivas con chicos de su edad.

La experiencia de las chicas es particularmente dramática. Los grupos armados

suelen retenerlas como esclavas sexuales.Florence tenía 13 años cuando fue violada
por primera vez. “Intenté resistirme con todas mis fuerzas”, recuerda. “Pero el comandante