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CAPITULO 6:

PERCEPCION SOCIAL
J. M. León Rubio, T. Gómez Delgado

CAPITULO 6
PERCEPCIÓN SOCIAL

José Mª León Rubio


Tomás Gómez Delgado

PRESENTACIÓN

A lo largo de este tema, y de los que le siguen, vamos a analizar una serie de
procesos fundamentales mediante los cuales los sujetos conocen y construyen su
mundo social.

Concretamente en este tema nos centraremos en la percepción del ambiente


social. El concepto de percepción social hace referencia a los juicios elementales que
sobre las características de las otras personas elaboramos en un primer contacto, y
que son importantes porque van a guiar nuestra interacción posterior.

En términos generales parece evidente que nuestra supervivencia como especie


y como individuos depende en gran medida de nuestra capacidad de percibir
adecuadamente nuestro medio ambiente social y físico, y de nuestra adaptación
funcional a estos entornos cambiantes y dinámicos.

La percepción, tanto de nuestro ambiente social como de nuestro ambiente


físico, implica la codificación de la gran cantidad de datos que nos llegan del
exterior, reduciendo su complejidad para que sea más fácil su almacenamiento y
recuperación posterior. E implica también la elaboración de inferencias que nos
permitan realizar predicciones sobre los acontecimientos futuros.

De manera que la percepción de objetos y la percepción de personas guarda


ciertas similitudes, como son el que ambos tipos de percepción están estructuradas a
través de la creación de categorías de conocimiento; que tanto al percibir personas
como al percibir objetos tendemos a centrarnos en los elementos invariantes de los
estímulos, y que nuestras percepciones de objetos y personas tienen significado para
nosotros, son susceptibles de ser interpretadas.

Sin embargo, y esto es mucho más significativo, hay importantes diferencias


entre la percepción de objetos y la percepción social o de personas. Así, en primer
lugar, las personas son percibidas como agentes causales y los objetos no, es decir, a
los individuos se les atribuyen intenciones de control sobre el medio que les rodea. En
segundo lugar, las personas son semejantes a nosotros, lo cual nos permite realizar

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Percepción social

una serie de inferencias que no podemos realizar en el caso de los objetos. En tercer
lugar la percepción de personas suele darse en interacciones que poseen un carácter
dinámico, de manera que cuando percibimos a una persona somos a la vez percibidos.
Finalmente la percepción de personas es mucho más difícil ya que las personas son
enormemente más complejas que los objetos físicos.

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OBJETIVOS OPERATIVOS

1º) Expresar por escrito la definición de percepción social.

2º) Distinguir el efecto de primacía o de recencia en los resultados de una


serie de experimentos sobre percepción social que se les presentarán.

3º) Identificar el modelo de percepción social que mejor explique los


resultados de distintos experimentos sobre percepción social que les
serán expuestos.

4º) Escribir las condiciones que serían necesarias, según Zajonc, para que la
formación de una primera impresión responda al modelo sumativo o al
modelo promedio.

5º) Ilustrar mediante ejemplos el efecto halo, la analogía proyectiva y el


estereotipo.

6º) Parafrasear la noción de teoría implícita.

7º) Distinguir qué factores han influido en una serie de ejemplo dados sobre
percepción de personas.

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Percepción social

CONTENIDO

1. Definición de Percepción social.

Como tendremos ocasión de señalar en los apartados posteriores cuando


analicemos los fundamentales estudios de Solomon Asch sobre la formación de
impresiones acerca de los demás, la expansión de los estudios sobre la percepción de
personas tiene su origen en la aplicación de los desarrollos teóricos de la Gestalt en la
Psicología Social. Recordemos que el enfoque de la Gestalt se fundamenta en el
estudio de los procesos perceptivos, respecto a los cuales estos autores establecieron
dos supuestos básicos: la percepción está organizada formando "todos" coherentes; su
organización tiende a ser tan buena como permitan las condiciones del estímulo.

Juicio elemental sobre personas basándose en información propia o


facilitada por terceras personas.

De este modo podríamos definir de modo general la percepción social como el


proceso por el cual nos formamos una primera "impresión" de una persona y
establecemos una relación con ella.

Más específicamente podríamos decir que la percepción social es el proceso por


el cual el individuo llega a conocer a los demás y a concebir sus características,
cualidades y estados interiores. En cualquier caso ambas aproximaciones demuestran
la importancia de la formación de primeras impresiones para el propio proceso de
percepción social.

En definitiva, el término percepción social incluye todos aquellos procesos de


índole cognitiva mediante los cuales elaboramos juicios relativamente elementales
acerca de otras personas, sobre la base de nuestra propia experiencia o de las
informaciones que nos transmiten terceras personas.

A continuación expondremos los distintos tipos de percepción interpersonal que


es posible identificar sobre la base de su grado de complejidad o estructuración,
comenzando por las más simples hasta llegar a las más complejas.

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2. Tipos de Percepción Social.

2.1. Formación de Primeras Impresiones.

La formación de primeras impresiones acerca de los demás es uno de los


procesos de percepción social más simples que establecemos circunstancialmente
(por ejemplo, durante un encuentro fortuito con otra persona desconocida en el
ascensor), sin disponer de mucho material informativo (por ejemplo, puede que el
único material informativo del que dispongamos sobre la otra persona que sube con
nosotros en el ascensor sea su apariencia física, su modo de vestir, o el tipo de
objetos que lleva consigo). El estudio de este tipo de percepción parece estar
justificado por que éstas parecen influir notablemente en el desarrollo de posteriores
interacciones y suelen ser bastantes duraderas y estables.

En la formación de una primera impresión acerca de otra persona hay


implicados toda una serie de procesos fundamentales para entender la interacción
que va a establecerse. Así, en primer lugar, quien se forma esa primera impresión
deduce los rasgos y emociones del otro. Segundo, la formación de esa primera
impresión permite definir las expectativas mutuas en ese proceso de interacción.
Finalmente, y con ello conectamos con el segundo tipo de proceso de percepción
social que analizaremos posteriormente, también implica la atribución de ciertas
características de personalidad.

Simples, circunstanciales, con poco material informativo, influyen en el


desarrollo de posteriores interacciones, duraderas y estables.

El paradigma experimental utilizado en los estudios de laboratorio sobre la


formación de impresiones, consiste en proponer a los sujetos experimentales
información verbal sobre una hipotética persona (generalmente una lista de adjetivos
atribuidos a ésta) y solicitarles que de acuerdo con dicha información describan a
esta persona.

Esta forma de proceder ha planteado dos cuestiones o problemas que afectan a


la interpretación de los resultados obtenidos en dichos estudios.

La primera cuestión que se plantea es ¿qué rasgos influyen más en la formación


de impresiones: los incluidos en primer lugar en las mencionadas listas de adjetivos o
los presentados en último lugar?.

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a) Deducir rasgos y emociones del otro.


b) Definir expectativas mutuas.
c) Atribuir características de personalidad.

Específicamente el problema se da porque, conforme al paradigma


experimental anteriormente mencionado, la presentación en el laboratorio de unos
adjetivos descriptivos de alguien suele ser secuencial (el experimentador los va
proclamando en alta voz, uno a uno, o el sujeto experimental los va leyendo uno
detrás del otro), siendo posible que nos preguntemos por cómo influye sobre la
formación de la impresión el orden de presentación de los rasgos a los que hacen
referencia los adjetivos. Entonces es plausible plantearse dos hipótesis
aparentemente excluyentes.

La información adquirida en primer término establece una dirección que


ejerce un efecto continuo sobre los términos posteriores.

La primera de ellas establece que sobre la estructuración de la impresión


influyen más los primeros rasgos o adjetivos de la lista (por la mayor atención
retentiva y menor saturación informativa con que son percibidos por los sujetos
experimentales), que los últimos (los cuales tendrían un menor impacto sobre el
sujeto experimental que estaría ocupado en fijar mnemotécnicamente los primeros
rasgos). Esta hipótesis recibe el nombre de Efecto de Primacía y fue originalmente
enunciada por Asch, como revisaremos más adelante.

Por su parte, la segunda hipótesis plantea todo lo contrario. Es decir, que los
últimos rasgos o adjetivos percibidos son precisamente los que más influyen en la
estructuración de la impresión, pues al interferir éstos la labor de memorización de
los primeros serían los más recordados por el sujeto experimental (lo último podría
contribuir al olvido de lo primero). Esta segunda hipótesis se conoce como Efecto de
Recencia. Cuando repasemos las críticas surgidas a las formulaciones de Asch
recogeremos la última evidencia empírica con relación a cuál de los dos efectos
afecta a la percepción de personas.

El efecto primacía puede ser reemplazado si se centra la atención en la


última información.

La segunda cuestión planteada es: ¿cómo se relacionan estos rasgos para

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producir una impresión global y unitaria?. Para solucionar esta interrogante se han
propuesto diversos modelos. En primer lugar el denominado Modelo de Rasgos
Centrales desarrollado por Asch y que analizaremos en el apartado siguiente. Además,
y tras las críticas formuladas al enfoque teórico de Asch, han surgido toda una serie
de modelos alternativos que repasaremos más adelante.

2.1.1. Los Estudios Experimentales de Asch: El modelo de Rasgos Centrales.

Como se mencionó más arriba, desde mediados de la década de los 40 Asch se


ocupó extensamente del problema de la formación de primeras impresiones. En uno
de sus experimentos, Asch (1946) leía una lista de características personales a dos
grupos de sujetos "A" y "B". Con excepción de un término, la lista era idéntica para
ambos grupos en su orden y contenido. Así la lista de adjetivos para cada grupo fue,
respectivamente:

Lista Grupo A: inteligente, hábil, trabajadora, cálida, decidida, práctica


y cauta.

Lista Grupo B: inteligente, hábil, trabajadora, fría, decidida, práctica y cauta.

Los sujetos escuchaban la lista asignada a su grupo y luego debían escribir una
breve impresión sobre la persona a la que correspondían esas características.
También se les pidió que seleccionaran de una lista de pares de rasgos opuestos
(como "generoso-mezquino", "feliz-infeliz", "afable-áspero", etc.) el ítem de cada par
que correspondía mejor a la impresión que se habían formado. Las diferencias entre
las impresiones correspondientes a cada grupo fueron bastante notables. Asimismo las
descripciones basadas en la lista de pares de adjetivos opuestos fueron muy
diferentes. Las impresiones y las descripciones del grupo A fueron en general mucho
más positivas. Los sujetos consideraron a la persona cálida como más generosa, feliz,
más sociable. Estas diferencias fueron menores cuando en una segunda fase del
estudio se sustituían los términos "cálida-fría" por los términos "cortés-descortés".

Estos datos junto con el hecho de que el 49% de los sujetos del grupo A
("cálida"), y el 48% de los sujetos del grupo B ("fría") clasificaban esos rasgos
diferenciadores (cálida y fría respectivamente) en el primer o segundo lugar de
importancia en la determinación de sus impresiones, condujeron a Asch a la
elaboración de un modelo teórico para tratar de dar cuenta de los mismos desde sus
presupuestos "gestálticos".

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Así, a partir de estos datos Asch concluyó que los adjetivos cálida y fría son
rasgos organizadores centrales, más fuertes que los adjetivos cortés y descortés. Es
decir, diferentes tipos de información sobre una persona tienen distintos niveles de
importancia, por tanto, nuestras impresiones acerca de los demás se forman sobre la
base de la información más importante o rasgo más central o relevante. En definitiva,
Asch sugería que tales cualidades eran centrales y que las impresiones van a estar
estructuradas alrededor de ciertos rasgos centrales que determinan a otros
periféricos o dependientes. Esta es el fundamento del Modelo de Rasgos Centrales.

1) Impresiones estructuradas en torno a Rasgos Centrales que determinan otros


periféricos.
2) Nos formamos una impresión completa aún con pocos datos.
3) Atributos percibidos de forma relacionada.

En otro de sus experimentos Asch presentaba a dos grupos "A" y "B" dos listas
idénticas de adjetivos, pero presentadas en orden inverso. De modo que las
respectivas listas fueron:

Lista Grupo "A": inteligente, laborioso, impulsivo, crítico, envidioso.

Lista Grupo "B": envidioso, crítico, impulsivo, laborioso, inteligente.

De nuevo se pedía a los sujetos que elaborasen una breve descripción sobre las
personas a quienes correspondían esas características. Los resultados mostraron como
los sujetos del grupo "A" redactaron bosquejos más favorables y enumeraron rasgos
favorables con más frecuencia que los miembros del grupo "B". Asch concluyó que la
mejor impresión causada por la lista con adjetivos iniciales benignos era un ejemplo
de un efecto de primacía o prioridad, en virtud del cual la información adquirida en
primer término establece una dirección que seguidamente ejerce un efecto continuo
sobre los términos posteriores.

Otras conclusiones a las que llegó Asch a partir de los datos expuestos, y en las
que subyacen los dos supuestos claves de la orientación de la Gestalt (la percepción
está organizada en "todos" coherentes y tiende a ser tan "buena" como permitan las
condiciones estímulo), fueron:

a) Tendemos a formarnos una impresión completa del otro


aun cuando la evidencia sea escasa.

b) Los atributos o características de una persona son

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percibidos de manera relacionada.

2.1.2 Críticas al marco teórico de Asch.

Aunque los experimentos de Asch fueron replicados por un importante número


de autores que empleando estrategias de investigación menos artificiales obtuvieron
(en términos generales) resultados similares, no faltaron los críticos. Anderson (1962)
ha sido uno de los principales detractores de la interpretación gestáltica que da Asch
a la formación de primeras impresiones. Entre sus objeciones podemos destacar las
siguientes:

1) El efecto de primacía o prioridad puede ser reemplazado por un efecto


de carácter reciente, si se centra la atención en la última información.
Esto implica que el efecto de prioridad o primacía no resulta de los
procesos postulados por Asch. No se trata de que la información inicial
imponga una comprensión de la siguiente, sino de que, por lo general, a
los últimos ítemes se les presta menos atención, entre otras cosas,
porque los sujetos experimentales están ocupados en fijar
mnemotécnicamente los primeros ítemes.

2) Las impresiones no están estructuradas alrededor de un rasgo


organizador central. En opinión de Anderson, la impresión general
creada por una lista de rasgos puede predecirse a partir de los rasgos
individuales.

Por su parte, Wishner (1960) empleando la misma metodología que Asch (salvo
que reemplazó cálida/fría por no inteligente/inteligente) obtuvo resultados similares
a los de él. Pero interpretó éstos del siguiente modo: en general, un rasgo estímulo
tendrá un efecto fuerte si los ítemes que hay que juzgar están correlacionados con él,
y efectos débiles si no están correlacionados. Según esto, la formación de impresiones
no resulta tampoco de los procesos postulados por Asch.

Estas opiniones discrepantes condujeron al desarrollo de enfoques teóricos


diferentes, para tratar de dar cuenta del proceso de formación de impresiones, y de
sus efectos.

2.1.3 Modelos Alternativos.

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De manera que, como hemos visto en el apartado anterior, las críticas de


diversos autores condujeron al desarrollo de modelos alternativos al de rasgos
centrales de Asch, para resolver la cuestión de cómo están relacionados los atributos
o rasgos que percibimos de una persona. Entre esos modelos podemos destacar los
siguientes:

1) El modelo de suma.- Bruner y Tagiuri (1954) sostuvieron que la impresión


global de otra persona no era más que la suma de los efectos de los ítemes
individuales aislados. Se puede comprender mejor este modelo recurriendo al símil de
los ítemes de una escala de actitud. Suponiendo que a un perceptor u observador le
presentamos diversos rasgos de personalidad pertenecientes a un actor y le pedimos
que puntúe cada uno de los mismos de 1 a 7, según el menor o mayor agrado que
éstos le produzcan, se podría obtener, por ejemplo, el siguiente resultado:

Inteligente = 7
Honesto = 6
Cordial = 5
Extravertido = 4
Generoso = 6
Totalitario = 5

Sumando estas puntuaciones se obtendría un resultado de 33 sobre 42 posibles


puntos. Es decir, el observador se habría formado una muy positiva primera impresión
del actor cuyos rasgos de personalidad le fueron presentados mediante una lista de
adjetivos.

De manera que, siguiendo este modelo, la mejor estrategia para causar buena
impresión a los demás es ostentar ante ellos el mayor número de cualidades posibles,
no importando que algunas de ellas sean de poco valor, pues, aún así, siempre añaden
algunos puntos más al conjunto.

2) El modelo promedio.- Frente al modelo de suma Anderson (1965) sostiene


que el mecanismo básico sobre el que se forman las primeras impresiones es el valor
promedio del conjunto de los rasgos atribuidos a un actor. Por tanto, a diferencia del
anterior modelo, la mejor impresión se causaría presentando en público sólo unos
pocos rasgos positivos, pues si se añadiesen un número mayor de rasgos
moderadamente positivos, su peso haría bajar notablemente el alto promedio
obtenido con la exposición de las facetas más positivas e importantes de la propia
personalidad.

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1) Modelo Suma: 1ª Impresión= Sumatorio del valor de los rasgos percibidos.


2) Modelo Promedio: 1ª Impresión = Sumatorio valor rasgos/nº rasgos.
3) Modelos Promedio Ponderado: Ítemes - mayor peso.
4) Prototipos: clasificamos a los sujetos en función encaje en nuestros
prototipos.
5) Complementariedad Modelos Suma y Promedio:
-Procedimiento de suma con datos escasos y homogéneos.
-Procedimiento promedio con datos abundantes y contradictorios.

3) El modelo de promedio ponderado.- Posteriormente Anderson (1981), al


hallar que la información negativa tenía un efecto mucho mayor que la positiva
consideró que un modelo de promedio ponderado se adecuaba mucho mejor a los
resultados obtenidos. En este modelo no todos lo ítemes de la información tienen el
mismo peso. A los negativos o iniciales se les atribuye un peso mayor que a los
positivos o posteriores. Lo que, parcialmente, daba la razón a los postulados
gestálticos de Asch. No obstante, la disputa acerca del modelo central de Asch y el
modelo de promedio de Anderson ha sido reemplazada por la consideración del papel
de los prototipos o esquemas en la percepción de personas. Desde esta perspectiva,
importada de la psicología cognitiva, y en general más adecuada a las ideas de Asch
que a las de Anderson, no se piensa que las impresiones que cada uno tiene de los
otros se formen simplemente sobre la base de la información recibida, sino que
clasificamos a los otros sobre la base de cómo encajan en nuestros prototipos
establecidos (por ejemplo, cómo deben ser las personas "cálidas"). Prototipos éstos en
cuya determinación pueden ser decisivos los rasgos centrales.

Por último, Zajonc (1980) considera que éstos modelos no son excluyentes, sino
complementarios. Y así, puede ocurrir que una primera impresión se forme según el
mecanismo sumativo cuando los datos perceptivos son escasos y homogéneos,
mientras que se utilizaría el mecanismo del promedio cuando los datos fueran
abundantes y contradictorios, en todo o en parte.

2.2. La Percepción de la Personalidad.

Desarrollar una idea sobre la personalidad global de un individuo es un tipo de


percepción mucho más complejo y estructurado que la de formarse una impresión.
¿Cómo se forman estas percepciones articuladas o estructuradas?. En este caso es
posible distinguir los siguientes fenómenos:

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A) Efecto halo.- Si conocemos una de las características de un individuo,


presuponemos que posee también algunas otras, a esto se le denomina efecto halo. Es
decir, tendemos a considerar que una persona que estimamos (o desestimamos) por
una determinada característica que posee, es estimable (o desestimable) en todos los
demás aspectos de su personalidad. Por ejemplo, si juzgamos que una persona es
bella, probablemente también la consideraremos alegre, inteligente, agradable, etc.
Este tipo de inferencias acerca de los demás derivan de una teoría de la personalidad
implícita en el observador, según la cual, tendemos a percibir conjuntos de rasgos
supuestamente relacionados entre sí, pero que en realidad pueden que no
correlacionen entre sí.

B) Analogía proyectiva.- Según este mecanismo, dos personas semejantes en


algún aspecto (por ejemplo, su inteligencia) son percibidas como semejantes en otros
rasgos todavía no verificados.

C) Estereotipos.- Tendencia a percibir a una persona con base en los atributos


que caracterizan a una determinada categoría o grupo social. Por ejemplo,
percibimos a un sujeto como "ahorrador" por su origen catalán.
Los estereotipos, como se verá en el Tema 9 que versa sobre estereotipos,
prejuicios y discriminación, tienen un valor funcional y adaptativo, pues simplifican y
ordenan nuestro medio social, lo que facilita una comprensión más coherente del
mismo, e incluso su predicción, a la vez que ahorramos esfuerzo analítico y tiempo.
Aún más, los estereotipos facilitan la identidad social e integración grupal y el ajuste
a unas normas sociales: el estar integrado en un grupo, sin duda, facilita la identidad
social del individuo (conciencia de pertenecer a un grupo social), y un modo de ser
aceptado por el grupo e integrarse en él es aceptar e identificarse con los
estereotipos predominantes en dicho grupo.

1) Efecto "Halo": quienes son vistos de forma + en un rasgo tienden a verse + en


otros.
2) Analogía Proyectiva: 2 sujetos similares en 1 aspecto percibidos similares en
otros
3) Estereotipos: percepción sujeto f(atributos categoría social).
4) Teorías Implícitas Personalidad: creencias sobre qué rasgos de las personas
ocurren conjuntamente.

D) Teoría implícita de la personalidad.- Expresión utilizada para describir los


supuestos del observador ingenuo acerca de la aparición correlacionada de rasgos de
la personalidad. Los trabajos sobre formación de impresiones demuestran que las
personas suponen que ciertos rasgos de personalidad están presentes o ausentes en un

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individuo sobre la base de una información limitada, concerniente a sólo unos pocos
rasgos. El análisis de tales supuestos demuestra que las personas utilizan sólo unas
pocas dimensiones al formarse impresiones de otros, al mismo tiempo pueden revelar
las ideas implícitas de un individuo sobre la personalidad humana.

En esta dirección, George A. Kelly, en 1955, propuso su Teoría del Constructo


Personal que se centra en el modo como los individuos interpretan los hechos.
Considera que nuestra comprensión de los otros y nuestras interacciones con ellos se
basan en un entrar en su mundo psicológico. Los sentimientos, pensamientos y
acciones de una persona están íntimamente ligados con su sistema de constructos.

Todo esto deriva del modelo de la persona como científico. Kelly dice que no
sólo son científicos los profesionales que realizan experimentos, y que tal vez sea útil
ver a todas las personas como si estuvieran elaborando teorías sobre los hechos, y
derivando hipótesis de las teorías elaboradas, para ponerlas a prueba. Cuanto más
correctas demuestran ser sus predicciones o anticipaciones, mayor será el control que
tengan sobre su mundo personal.

El individuo concebido como "científico" (elaborando predicciones).

Tres corolarios:
-Corolario de la individualidad.
-Corolario de la comunalidad.
-Corolario de la sociabilidad.

Kelly propone que uno debe dar por sentado que todas las interpretaciones
presentes del universo son susceptibles de revisión o reemplazo. Hay modos
alternativos de considerar cualquier hecho. No hay ningún hecho que sea verdadero.
Allí afuera existe una realidad objetiva, pero nadie tiene acceso directo a ella. Lo
único posible es interpretarla. Esto conduce a una ciencia que no se interesa en la
acumulación de hechos, sino en la puesta a prueba de las hipótesis que explican
mejor los acontecimientos, tal como se los entiende corrientemente. En algún
momento posterior surgirá una construcción alternativa, que dará origen a nuevos
interrogantes y a la búsqueda de nuevas respuestas.

La teoría del constructo personal es enunciada formalmente en un postulado


fundamental, según la cual las actividades de una persona están psicológicamente
determinadas y son controladas por el modo como el sujeto se anticipa a los hechos.

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Según Kelly, la psicología versa esencialmente sobre individuos en acción. No


se necesita explicar por qué actúan, puesto que, como seres vivientes, son formas de
movimiento. Lo que hay que explicar es por qué actúan como lo hacen. La motivación
está en parte incorporada en la idea de que construir interpretaciones es anticipar.
Un constructo es una discriminación en la que algunos hechos son vistos como
compartiendo cualidades que, a su vez, los hacen diferentes de otros hechos.
Interpretar o construir una persona como amistosa significa predecir que producirá
ciertas respuestas y no otras, y actuar en consecuencia.

Los hechos no son experimentados por todas las personas de la misma manera;
éstas difieren entre sí en la construcción de los acontecimientos (corolario de la
individualidad). Pero, en la medida en que una persona emplea una construcción de
la experiencia similar a la empleada por otra persona, sus procesos psicológicos son
similares a los de esta última (corolario de la comunalidad).

El mero hecho de que se compartan construcciones con otro no garantiza una


relación exitosa. Para esto último se necesita por lo menos algún esfuerzo tendente a
ver las cosas a través de los ojos del otro. La comunicación depende de la medida en
que una persona interpreta los procesos constructivos del otro (corolario de la
sociabilidad). Este es el punto central en el que aparece la psicología social en la
teoría de Kelly.

3. Resumen de Factores que intervienen en la Percepción Social.

En los apartados anteriores hemos considerado las aproximaciones teóricas


globales en relación con la percepción social. Sin embargo, el estudio de la
percepción social también ha generado centenares de investigaciones con relación a
los factores implicados en el propio proceso de percepción social, revelando su
carácter complejo y dinámico. Trataremos de apuntar esquemáticamente algunos de
esos factores fundamentales.

Así, tendríamos primero las características físicas y sociales del contexto en el


que se produce la percepción social. En una palabra, la percepción social va a
depender de la situación en la que se produce.

En segundo lugar estaría el modo en el que se produce ese primer contacto que
inicia el proceso de percepción social. La valoración de ese primer contacto va a
determinar todo la secuencia de acontecimientos posteriores.

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En tercer lugar encontramos toda una serie de factores asociados al perceptor.


Para empezar las investigaciones han demostrado como las motivaciones y
expectativas que caracterizan a los perceptores modelan los procesos cognitivos
asociados a la percepción de personas (cómo se procesa y que tipo de información es
buscada). Además, hay otra serie de factores más específicos relacionados con el
perceptor como son: a) Familiaridad: la impresión formada es mucho más compleja y
se produce una mayor exactitud cuanto más conocida es la persona; b) Valor del
estímulo: el valor que la persona percibida tiene para el perceptor afecta a la
percepción, tendiendo a darse una acentuación perceptiva de aquellos estímulos
favorablemente valorados; c) Significado emotivo del estímulo: este valor emotivo
depende del poder del estímulo para proporcionarnos consecuencias positivas o
negativas; d) Experiencia: las personas que tienen más experiencia con cierto tipo de
rasgos realizan, lógicamente, percepciones más acertadas.

1.- El Contexto
2.- El Primer Contacto.
3.- Características Perceptor (motivaciones, expectativas).
4.- Características persona percibida (atractivo).
5.- Contenido Percepción (orden, tono, ambigüedad).

Cuarto, encontramos las variables asociadas a la persona percibida. Aquí


encontraríamos todos los esfuerzos de la persona percibida por regular y controlar la
información que presenta al perceptor, especialmente la información referente a sí
mismo. A estos esfuerzos se les denomina "manejo de la impresión", y no son más que
un intento de influir sobre ese proceso de formación de impresiones y de ese modo
influir sobre la conducta de los demás.

Finalmente, en quinto lugar habría toda una serie de factores relativos al


propio contenido de la percepción que podemos agrupar en dos apartados:

- La importancia del orden en el que se perciben los rasgos; si tiene


mayor influencia lo primero que se percibe (efecto primacía) o la
información más reciente (efecto de recencia). Los resultados obtenidos
permiten concluir que tiene mayor impacto para la formación de una
primera impresión el efecto de primacía, si bien, en determinadas
circunstancias, predomina el efecto de recencia. Entre tales
circunstancias cabe destacar las siguientes: a) trabajar con sujetos
sensibilizados en contra del subjetivismo del efecto de primacía, y; b)
el que se produzca una interferencia entre la presentación del primer
material descriptivo y el último.

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- El tono evaluativo de los rasgos informativos. Diversos estudios han


mostrado que cuando la información que conocemos acerca de una
persona contiene elementos positivos y negativos estos últimos tienen
una mayor importancia en la impresión formada. Así, una primera
impresión negativa es más difícil de cambiar que una positiva, ya que
los rasgos que conlleva una evaluación negativa parecen ser fáciles de
confirmar y difíciles de desconfirmar, mientras que los rasgos
positivamente evaluados son difíciles de adquirir pero fáciles de perder.

- La información única o peculiar. Ésta parece tener un impacto más


poderoso sobre la impresión resultante que la información redundante.

- Por último, el grado en el que los diversos componentes de información


pueden ser confirmados o desconfirmados, de tal manera que un rasgo
ambiguo suele tener menor importancia que otro claro y preciso.

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BIBLIOGRAFÍA CASTELLANA COMENTADA

Álvarez Castillo, J.L. (1992). Validez de las teorías implícitas de personalidad de


profesores de Educación General Básica. Revista de Psicología Social, 7 (2), 149-173.
Trabajo empírico acerca de la comprobación por parte de profesores de E.G.B. de sus
teorías implícitas de la personalidad.

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Psicología social sociocognitiva. Bilbao: DDB. Pasa revista a los principales modelos de
percepción social, desde los estudios pioneros de Asch hasta los desarrollos más
recientes.

Moya, M. (1994). Percepción de Personas. En J.F. Morales (coord.). Psicología Social.


Madrid: McGraw-Hill. Se analizan los tópicos fundamentales del proceso de formación
de primeras impresiones y de los factores que influyen en la percepción de personas.

Pastor, G. (1978). Conducta Interpersonal. Ensayo de Psicología Social Sistemática.


Salamanca: Universidad Pontificia. Desde una perspectiva general y totalizadora se
analizan los aspectos esenciales de la percepción social en relación con otros ámbitos
de interés de nuestra disciplina.

Rodríguez, A. y González, R. (1987). Estructura interna y capacidad predictiva de las


Teorías implícitas: un estudio sobre la mujer. Revista de Psicología Social, 2, 25-50.
Partiendo de las creencias del hombre de la calle sobre la capacidad laboral de las
mujeres, se obtienen seis tipos de representaciones (tradicional, progresista, liberal,
biológica, educacional y psicológica), comprobándose que estas representaciones
generan predicciones diferenciales tanto con respecto a una hipotética conducta
laboral como a una hipotética elección vocacional.

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