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Caso 1

En busca del conocimiento: ¿La era digital nos enseña a pensar?


Pregunta detonante: ¿El libro electrónico y los recursos digitales transformarán los esquemas de
pensamiento y aprendizaje en la sociedad del siglo XXI?
El recién estrenado nuevo milenio nos ha legado una serie de sorpresas en torno al proceso de enseñanza-
aprendizaje en todos los niveles. Por un lado, nos ha empujado a romper los paradigmas tradicionales para
aceptar el acceso de las nuevas tecnologías a prácticamente, todos los ámbitos de la vida cotidiana.
En el escolar, una red de laboratorios computarizados y con acceso a Internet está modificando las formas
de enseñanza y aprendizaje, pues ahora son requeridas nuevas competencias docentes para transformar
los antiguos materiales didácticos en recursos digitales y medios electrónicos para acceder a la información.
Las bibliotecas virtuales están de moda en las universidades de nuestro mundo globalizado. Sin embargo,
las nuevas generaciones se observan con un déficit en su producción oral y escrita. En Latinoamérica, los
hábitos de los estudiantes no incluyen con muy buen agrado el de la lectura por placer, más bien, lo hacen
por obligación y aún así, la cantidad de material de lectura se reduce penosamente cada año.

Julián Ortega es profesor de Lengua Española en el Bachillerato del Colegio


Interamericano del Nuevo Horizonte, una institución privada ubicada en la zona del Bajío mexicano. “Cada
periodo escolar me enfrento con este problema” – señala-, “los alumnos no leen. Por un lado, no tienen un
modelo de lectura que tomen como referencia en su casa. Por otro lado, es una nueva generación audiovisual
que quiere “diversión” y se pregunta ‘¿para qué leer si lo podemos ver en una película?’”.
Indudablemente, en un mediano o largo plazo el problema detectado por el profesor Ortega tendrá
consecuencias en el desarrollo cognoscitivo de los estudiantes. “Y el reto para todos mis colegas y quienes
compartimos este problema es: ¿cómo hacemos que los alumnos lean más?”.
El cuerpo del caso
La lectura en México
De acuerdo con una encuesta inédita elaborada en 2006 por la Universidad Autónoma de México (UNAM) y El
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), los mexicanos leen casi tres libros al año. Al
respecto, no es fácil dar con resultados confiables y formales sobre el tema, podríamos decir que esta
encuesta es la primera de su tipo y la más cercana a la realidad de nuestro tiempo, además fue avalada bajo
estándares de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
La encuesta fue aplicada a 4 mil 057 familias de 29 estados del país y revela detalles más críticos sobre el
bajo nivel de lectura en México. “Una tercera parte de la población no lee ni un libro al año, otra tercera parte
lee uno ó dos libros, la cuarta parte de la población lee alrededor de 3 libros por año, mientras que el 4.2%
rebasa 10 libros al año”, según Juan José Zorrilla, secretario técnico de CONACULTA en 2006. Además, este
mismo estudio reportó que los jóvenes entre 18 y 22 años son quienes más leen –seguramente porque es la
edad en la que asisten al colegio y es ahí donde “deben leer”- y conforme avanza la edad, existe una caída
gradual en el porcentaje de lectores.
¿Y qué leen los que más leen en México?
De acuerdo con este estudio, “lo que más leen los que sí leen”, es decir un 63.6%, son libros de texto o
didácticos. Luego un 50% lee libros de literatura en general; un 15% lee libros para el trabajo –como
manuales técnicos o de soporte-; un 42% lee periódicos. Cuatro de cada 10 mexicanos lee revistas y
prefieren las de espectáculos y las dirigidas al público femenino. Un 12% gusta de las historietas o cómics
cuyos temas sean humorísticos o de aventuras. Y el dato que cierra con broche de oro esta encuesta es que
cuatro de cada 10 mexicanos mayores de 12 años nunca han asistido a una librería.
Un nuevo panorama: La era digital
Ante este panorama de crisis cultural el profesor Ortega enfrenta un nuevo reto, el de incursionar al mundo
digital pues la institución educativa donde labora ha realizado una considerable inversión para levantar una
biblioteca digital, en la cual, se encuentran en formato electrónico y vía Internet, una serie de artículos,
publicaciones y libros procedentes de universidades nacionales y del extranjero, así como acceso a bases
de datos con información valiosa y actualizada para ofrecer a sus estudiantes. Los pedagogos de su
institución están exhortando al profesorado del plantel a capacitarse en el uso de estos recursos
tecnológicos y adecuar las actividades escolares para que los alumnos hagan uso de estos.
El profesor Ortega ha hecho una investigación específicamente sobre el libro electrónico pues es una
herramienta que actualmente los alumnos están utilizando para aprovechamiento –o escape “fácil”- dentro del
estudio de Literatura, la materia que él imparte. Entre la investigación que el profesor realizó encontró un
artículo de Virginia Collera, publicado el 4 de julio de 2006 en la Revista Per Se, en la cual se plantea un
análisis sobre el libro electrónico. A continuación se da a conocer un extracto de esta información.
El libro electrónico: ¿soporte u obstáculo?
Desde que el 4 de julio de 1971 Michael Hart, fundador de la biblioteca virtual Project Gutenberg, colgara el
primer texto digital, la “Declaración de Independencia de los Estados Unidos”, los libros de bits no han
parado de crecer. “Colocar libros en la Red se hace todo el tiempo”, asegura José
Antonio Millán, escritor y gran conocedor de Internet y la edición electrónica.
Y precisamente, las bibliotecas virtuales Project Gutenberg (1) y World eBook Library Consortia (2), junto a
dos tiendas de libros electrónicos, DPP Store y Baen Books, rinden tributo a esos 35 años del libro
electrónico con la apertura de una feria virtual, que durante un mes (del 4 de julio al 4 de agosto) pondrá a
disposición de los internautas 300.000 libros de acceso gratuito -la Biblioteca Nacional tiene en sus fondos
2.256.298 libros-.
La oferta es variada, también los idiomas, que ascienden hasta 100. Entre los fondos de Project Gutenberg
figuran nombres de la literatura universal como Arthur Conan Doyle -ayer era el autor más leído (o
consultado)-, Leonardo da Vinci o Miguel de Cervantes -el Quijote ocupa el número 78 del top de los libros
más descargados-.
Los clásicos universales de Project Gutenberg se suman a los más de 250.000 libros -literatura clásica,
infantil, cienciaficción, audiolibros, documentos oficiales- que almacena en sus baldas virtuales
la World eBook Library Consortia, biblioteca de pago que hace una excepción esta vez con el fin de que “todo
el mundo pueda acceder a una biblioteca pública a escala mundial.
Cabe preguntarse el uso que los alumnos hacen de estas publicaciones electrónicas. ¿Realmente los leen?
O bien, realizan una lectura mecánica y los textos son susceptibles de plagio, lo cual engendra nuevos
problemas aunados al bajo nivel de lectura.
Más artefactos tecnológicos pro-lectura
Cada vez hay más iniciativas, como la búsqueda de libros de Google, la Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, el Monasterio de Yuste también tiene una biblioteca digital”, señala Millán. La incomodidad es
siempre el argumento que se esgrime. “Es muy incómodo leer en una pantalla”, decimos. Sin embargo, ése
no parece ser el principal obstáculo que deben sortear los libros electrónicos. “Los que no han prosperado son
los artefactos para leer esos libros, estos son los que no acaban de funcionar. En Japón sí que se utilizan, ya
hay fabricantes como Sony que hacen los llamados e-books, que son unos aparatos preciosos y blanquitos”,
señala Millán. También hay otras propuestas como la tinta y el papel electrónico, es decir, láminas flexibles
con letras sobre ellas.
Que los libros electrónicos no hayan prosperado a mayor velocidad, no significa que las nuevas tecnologías y
el sector editorial tradicional estén reñidos. El formato electrónico puede no haber conquistado las editoriales
que llenan las mesas de novedades o que rastrean el mercado en busca de autores que les brinden un
nuevo best- seller, pero hay otros terrenos editoriales, como el científico o el académico que hace tiempo han
sucumbido ante los bits.
Del papel a la Red
Publicaciones enteras han migrado del papel a la Red, y sus razones están más que justificadas: Internet
les proporciona mayor difusión, mayor control sobre el texto pues, por ejemplo, el usuario puede hacer
búsquedas y, además, el medio digital es más barato.
Así pues, de momento, la tecnología y el sector del libro parecen llevarse bien. Los avances tecnológicos no
han hecho la mella de la que ahora se lamenta la industria musical y cinematográfica -Ley de Propiedad
Intelectual en mano o, simplemente, canon en mano- que, año tras año, publica balances a la baja. “En el
libro ordinario, el libro que se basa en ser leído, y es fijo e inmutable, el papel sigue siendo imbatible”,
asegura Emiliano Martínez, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Aunque
no por eso desdeña la eficacia de la edición electrónica en los campos científicos o académicos. “Los ámbitos
donde prima la actualización de la información”, matiza Martínez. Y añade que no hay lugar para batallas, la
combinación de la edición electrónica y el papel es una respuesta a la realidad.
México frente a las publicaciones electrónicas
En nuestro país, Publidisa es el principal puente entre las nuevas tecnologías y el sector editorial. Con
alrededor de 650 clientes, 100 de ellos contratantes de libros electrónicos, ofrecen servicios de impresión a
demanda y creación, conversión y comercialización de libros electrónicos. “La temática de los libros que
convertimos en electrónicos es variada, pero el contenido al que mejor se adapta es el académico”, reconoce
José María García, director comercial de Publidisa. “Pienso que es incómodo leer una novela electrónica en la
playa, pero no como libro de referencia o de consulta, en el ámbito universitario, donde el PDF y el Word son
monedas de intercambio habitual entre profesores y alumnos”, agrega García. Y es que los libros
electrónicos, alega, tienen sus virtudes: respetan los derechos de autor, su acceso puede ser universal, tienen
disponibilidad inmediata, capacidad interactiva y bajos costes de reproducción.
¿Cómo leeremos nuestro futuro?
De lo anterior, el profesor Ortega saca conclusiones sobre la necesidad de replantearse el concepto de
educación en la era digital, así como su rol, el de los estudiantes, el del futuro de la investigación académica y
la generación del conocimiento como piedra angular de la vida escolar y considera necesaria toda una
reforma en los métodos de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, su preocupación sigue latente: “En México
la cultura se orienta cada vez más al uso de estos recursos para el entretenimiento que para el aprendizaje o
el conocimiento. Es como la lectura, basta con ir a una tienda departamental, en la sección de libros y buscar
los más vendidos. ¿Son académicos o científicos? No, son esotéricos, de superación personal, de new age.
Entretenimiento que no es conocimiento científico. ¿Cuál es el tipo de conocimiento que se estará
desarrollando en esta década?”.

A pesar de su preocupación, existen otros profesores en el mismo plantel, pero en el área de Biología y
Química, por ejemplo, que han encontrado un gran soporte en estos medios electrónicos. “En mi clase estoy
comenzando a utilizar simuladores que permiten hacer combinaciones de mezclas y sustancias para observar
ciertas reacciones, sin poner en peligro a los alumnos dentro del laboratorio. A ellos les gusta mucho porque
las animaciones son graciosas y el ejercicios se vuelve práctico y divertido”, señala la profesora Rosario
Vargas, docente de Química en el mismo Bachillerato.
Ortega por su parte indica: “Sí, estoy de acuerdo que hay cierto tipo de conocimiento que se aprende gracias
a los recursos tecnológicos, pero es un conocimiento de carácter documental, siempre tendrá que ir ligado a
los medios impresos, a las entrevistas directas, al trabajo de campo y dentro de los laboratorios. En mi área
no puede desaparecer el libro impreso, es vital para el desarrollo cognitivo, del lenguaje, de la producción oral
y escrita, de las ideas en general. Es parte del desarrollo del potencial humano. El trabajo de la investigación
académica como tal, creo que corre peligro ante la introducción de tales innovaciones tecnológicas”, comenta
Ortega.
Por otro lado, el profesor Ortega considera que es necesaria una nueva capacitación docente que fortalezca
sus competencias frente a la aparición progresiva de las innovaciones tecnológicas. “No es lo mismo tener en
la mano una obra de Gabriel García Márquez a bajarla de Internet, es necesario abordar el texto literario
desde la obra material en sí, ver la calidad de su impresión, tocarla, olerla, leer y releer, hacer anotaciones o
pequeños apuntes en libretas o post-it, cuestión posible, aunque poco práctica vía la pantalla de la
computadora”.
Cierre
¿Quiénes son los responsables?
No cabe duda, la nueva era digital es un parte-aguas que presenta la ruptura de viejos patrones y modelos
educativos y requiere urgentemente nuevos recursos y estrategias para enfrentar las innovaciones
tecnológicas que vertiginosamente extienden su campo de acción en todos los niveles. Además, las nuevas
generaciones están tan habituadas a la tecnología que demandan más recursos que les facilite el acceso a la
información, aunque los profesores tienen el reto ahora de guiarlos a la transformación de esos bits en nuevo
conocimiento traducido en aprendizaje exitoso.
En opinión del profesor Ortega considera que es momento de cuestionarse sobre el bajo índice de lectura en
México y la creciente apertura de fuentes digitales de información, pues supone un largo viaje hacia la
búsqueda del conocimiento como tal. Añade que lo común es buscar el origen del problema así como a los
responsables; sin embargo, al hacerlo encontramos una espesa convergencia no sólo tecnológica sino de
factores que también están inmersos en el nuevo paradigma educativo.
“La responsabilidad o tarea de formar lectores corresponde a varios agentes de la sociedad”, comenta Ortega.
“Uno de ellos es el Estado, con su infraestructura escolar y extraescolar desaprovechada totalmente, que va
desde la escuela como espacio formal para el aprendizaje de la lectura hasta las bibliotecas o programas de
lectura municipales o estatales. Otro agente es la familia como núcleo primario de convivencia social del niño;
la sociedad civil, con los espacios cada vez más reducidos para promover actividades a favor de la lectura.
Otros agentes son los mismos autores de los libros pues son productores de materia prima y los editores que
son encargados de reproducir y distribuir la obra a un precio que facilite su compra. Las librerías o centros de
distribución serían otro agente que posibilita o limita el hecho de que el libro llegue finalmente a su lector. Por
supuesto, los alumnos son los principales agentes de cambio que deciden leer e ir en busca del conocimiento
o bien, quedarse con información elemental que los ayudará a sobrevivir, pero no a transformar el mundo”.
Los nuevos agentes, por supuesto, son las empresas e instituciones que distribuyen los recursos electrónicos
o digitales para apoyar los procesos de enseñanza-aprendizaje, con programas computacionales y
multimedia. Sólo nos cabe cuestionarnos: ¿Qué es lo que verdaderamente necesitamos para continuar
desarrollando nuestro potencial humano e intelectual? ¿Realmente los recursos de la era digital ayudarán a
los alumnos –y a los profesores- a “aprender a pensar”? Sólo el tiempo lo dirá.
Preguntas de trabajo
1. ¿Cuál sería la definición de “educación” en la era digital con base en una perspectiva
filosófica actual?

R=La definición de educación se dicta como el proceso de socialización de los individuos. Al


educarse, una persona asimila y aprende conocimientos, gracias a la nueva perspectiva agregamos
nuevas formas de asimilar y aprender, acerca de diferentes materias, todo esto, debido a que la
tecnología nos abre una puerta de conocimiento inmensa, a una gran facilidad.

2. ¿Cómo ha evolucionado este concepto a través del tiempo y en relación con el desarrollo
tecnológico?
R=Con forme el pasar de los años, la educación vista desde un punto de vista se ha modernizado y
por lo mismo se ha facilitado la obtención de conocimiento, mas sin embargo en un ámbito de lectura
y redacción se ha perdido mucho, debido a que las personas se han vuelto poco interesadas en eso.

3. ¿Cuál es la filosofía educativa que subyace en los modelos que adoptan los recursos
digitales y tecnológicos como fuentes de acceso al conocimiento?

4. ¿Qué características tiene el ser humano que es formado en un contexto educativo que
utiliza los recursos tecnológicos como medios para su aprendizaje y acceso al conocimiento?
R=Son personas que han comprendido de mejor manera algunos temas, debido a la amplia
información que poseen, mas sin embargo se podrían considerar más flojo para la lectura de un libro
fisico y un poco más inútiles para la redacción que una persona que no es formada en ese contexto

5. ¿Qué modelo pedagógico estará implícito en un contexto educativo que utiliza los recursos
tecnológicos como medios para su aprendizaje y acceso al conocimiento?
R= El modelo pedagógico seria el poder hacer presentaciones de los temas en diapositivas o videos,
con imágenes que faciliten el aprendizaje de los alumnos, el uso de artefactos como computadoras,
obviamente, controlando que su uso sea únicamente para investigación y el derecho a poder utilizar
la internet para realizar investigaciones.

6. En este mismo contexto ¿cómo definirías los conceptos de “verdad” y “conocimiento”?


R=

7. ¿Cuáles serían las características epistemológicas, psicológicas, ontológicas y lógicas de un


individuo formado en un contexto educativo que utiliza los recursos tecnológicos como medios para
su aprendizaje y acceso al conocimiento?
R=
8. A la luz de las innovaciones educativas que incorporan recursos tecnológicos como medios
para el aprendizaje ¿qué características tendría ahora el conocimiento humano?
R= Dando un ejemplo, en temas como física y química, al igual que matemáticas y algunas materias
que expresadas visualmente son más fáciles de entender, tenemos la ventaja de que el alumno lo
comprenda de una mejor manera, debido a que se les hace más divertido y entretenido que estar
leyendo un libro, al cual ni siquiera van a prestar atención.

9. Bajo el contexto al que nos hemos referido ¿es posible enfocar el conocimiento para realizar
proyectos de investigación?
R=Por supuesto que sí, debido a que para realizar una investigación no solo es necesario saber
sobre el tema a investigar, si no que, necesitas investigar muchísimos temas relacionados, y los
medios tecnológicos nuevos, nos permiten tener acceso a miles de conceptos y definiciones que nos
podrán ser de muchísima ayuda al momento de realizar un proyecto de investigación.

10. ¿Qué características tendría este enfoque?

11. ¿Qué debe hacer el profesor Ortega para fomentar la lectura en sus alumnos?

R= Incitarlos primero leer libros pequeños y entretenidos y asi poco a poco que le vayan agarrando
gusto a lectura con libros más complejos, debido a que a ningún alumno le gustara leer un libro
aburrido.

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