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I.

Contexto de la discusión
i) Crítica a Sartre
¿Cómo entra acá la mala fe? Commented [mrm1]: El sentido de esta es mostrar como
a partir de esta consideración se justifica la separación
ontológica entre el en-sí y el para-sí. A tal punto que o nos
ii) Asunto de la mala fe constituimos en en-sí o para-sí. No obstante, M-P cree que
la mala fe es el advenimiento de una circunstancia
contradictoria en que mi decisión pierde sus motivos sigo
empeñado en ella. Al ser esto así yo soy responsable de
¿Una situación insincera es aquella en la que mi decisión carece de motivación aunque continuar con esta situación hasta que definitivamente
desee cambiar de vida. Si tenemos en cuenta esto lo que
sigo empeñado en seguir en el mismo proyecto o es la decisión de ver tan disminuido que
hay es una reapropiación por parte de M-P, ya que él lo
niega la libertad porque cree que está totalmente determinado? pone en sus términos y ontología
Commented [mrm2]: Aquí lo que me falta es la conexión
entre las partes que quiero desarrollar
iii) La libertad desde el estrato de la psicología; fuente de acceso al estrato natural

iv) Co-existencia e historia; la libertad como un ser con otros

1) “La consciencia nunca puede objetivarse en consciencia-de-enfermo o


consciencia de achacoso y, aunque el anciano se queje de su vejez, o el achacoso
de sus achaques, no puede hacerlo más que cuando se ve con los ojos de los
demás, eso es, cuando toman cerca de sí mismos un punto de vista estadístico y
objetivo, esas quejas no son enteramente de buena fe: vuelto a la medula de su
consciencia, cada uno se siente más allá de sus cualificaciones y, por ende, se
resigna.” (Merleau-Ponty, 1984, pág. 442) Commented [mrm3]: ¿por qué?

Con esta cita lo que hace Merleau-Ponty es introducir la situación en que hasta sus días presupone la
filosofía de la libertad. Para ella, parece ser la condición de una consciencia que está más allá de toda
determinación. Por esta razón, la consciencia puede ser para otro, ya que si hay alguien que la defina
es reducida a una cosa o desde un punto vista más personal ella es reducida a lo que yo creo que el
otro cree de mí, pero no puedo saber porque el otro también es un trascendente. De este modo, o me
objetiva el otro o me objetivo yo al pensar en ese otro, reduciéndome a unas cualidades fijas o a una
forma determinada de ser. Sin embargo, esta actitud que describe Merleau-Ponty sería de mala fe, ya
que la consciencia antes de estar determinada es anónima y general, puesto que ella es un poder de
escape, una negación de la plenitud que supone el ser porque el ser de la consciencia está más allá de
ella. Así, la consciencia siempre se puede retirar de las determinaciones del mundo que vienen de
otros.

2) “(…) igual inconcebible que mi libertad pueda atenuarse; no se podría ser un


poco libre, y sí, como a menudo se dice ciertos motivos me inclinan en un
sentido, luego, y una de dos: o esta tiene fuerza para hacerme actuar, o en cuyo
caso no hay libertad, o no la tiene, y entonces la libertad permanece entera, tan
grande bajo las torturas más horribles como en las paz de mi casa” (Merleau-
Ponty, 1984, pág. 442)

Con esta cita el concepto de libertad de Sartre se expresa como absoluta porque la consciencia parece
ser libre a pesar de la situación en que ella aparece. De hecho, la capacidad de escape parece
sobreponer se a la motivación porque está funcionaría de manera similar a la causalidad y
determinaría a actuar a la consciencia al determinándola. Según esto, para el existencialista lo que
prima es una consciencia que orienta sus motivos hacia su ser y al igual que roles que pretende
imponerle la sociedad a la consciencia. Con esto, Merleau-Ponty quiere mirar como hay dos regiones
de ser para Sartre bajo las cuales la consciencia excluye el ser determinado al considerarlo el ser de
las cosas, mientras que la indeterminación y la trascendencia sería el ser de la libertad. En últimas
hacemos de la libertad la naturaleza de la consciencia, su urdoxa o sentido primigenio. El problema
que nos concierne aquí es que libertad al excluir todo condicionamiento no tiene como aparecer en el
mundo que sí la libertad es absoluta siempre tiene la misma potencia, sin importar cuál sea la
situación. Así, siempre la consciencia siempre ha tenido el mismo poder para escapar su ser, sin
importar que en situación sea forzada a hacer lo que ella no quiere. De lo contrario, la consciencia
devendría cosa y de ser esto así mi libertad se agotaría; no podría salir de esta situación.

3) “La acción libre está en todas partes, si se quiere, pero también en ninguna parte.
En nombre de la libertad la se niega la idea de una experiencia adquirida, pero
luego es la libertad la que se vuelve experiencia adquirida, pero luego es la
libertad la que se vuelve experiencia primordial y como es la libertad y como
nuestro estado de naturaleza. Como no tenemos que hacerla , está naturaleza de
la consciencia, que consiste en no tener naturaleza, es el don que nos ha hecho
no tener don; en ningún caso puede expresarse al exterior, ni figurar en nuestra
vida (Merleau-Ponty, 1984)

Con esto que quiero es mostrar como al devenir la libertad como concepto fundamental se invisibiliza
la experiencia de la cual ella viene. De hecho, parece que la liberta ligada a la trascendencia y la
parcialidad de la consciencia en el mundo perdiera el trasfondo en que la libertad es captada y del
cual parte para ir más allá de la situación actual.

¿Cómo es el paso a la mala fe?

4) “Lo que ahí nos engaña es que a menudo buscamos la libertad en la deliberación
voluntaria que examina, uno tras otro, los motivos y parece rendirse al más fuerte
o conveniente. En realidad, la decisión, es mi decisión secreta la que pone
manifiesto los motivos, y ni siquiera concebimos lo que pueda ser la fuerza de
un motivo sin una decisión por confirmar o contraría” (Merleau-Ponty, 1984,
pág. 443)

Con esta cita lo que quiero mostrar es como Merleau-Ponty pone cuestión las concepciones
intelectualistas con que se pretende analizar como la decisión deliberada pretende decidir las
motivaciones entre varias motivaciones para al final escoger la que es más conveniente o la más
fuerte. Sin embargo, este ejercicio es una parodia de la decisión puesto que decide lo que ya está
establecido y lo que ya supone. Por esta razón, esta decisión es de mala fe ya que quien pretende
decidir de forma libre está ya condicionado a una vida que no quiere cambiar y un compromiso que
no quiere renovar desde otra parte. En contradicción con esta postura Merleau-Ponty presupone que
toda decisión que es libre presupone una transformación vida y una toma de distancia de la vida
anterior que garantice un cambio efectivo. Para que dicha idea se exprese hay que tener cuenta que
Merleau-Ponty describe la manera en que manera nos enteramos de las fuerzas de los motivos y cómo
realmente no hay una primacía de la reflexión acerca de los motivos para que haya deliberación. Por
el contrario, los motivos aparecen a interior de una decisión en la que estamos comprometidos. Desde
esta perspectiva, sabemos que cuando nuestro compromiso de se debilita es que he perdido
motivación al punto que la situación y proyecto en que solía sostener mi mundo se manifiesta como
una situación cerrada. En efecto, al intentar seguir el mismo proyecto la decisión se encuentra
contrariada y de continuar se hace de mala fe dado que sería insincera. De esta manera, intento
deliberar para abrir la situación y al lograrlo abandonarla y darle sentido a mi decisión. En dicha
situación lo que es claro es que la situación ha cambiado y que mi situación en ella carece de sentido
porque ha perdido lo que la vinculaba a la situación. En otras palabras mi decisión no tiene el poder
de reiterar el gesto que me mantenía vinculado a un determinado proyecto. De tal manera que mi
decisión se ve si motivación ante una nuevas situación que se deslizo silenciosamente.

Continuado con la crítica a la opción de mala fe cabe afirmar que

5) “No hay opción libre más que sí la libertad se pone en juego en su decisión y
plantea la situación que ha elegido como situación de libertad” (Merleau-Ponty,
1984, pág. 445)

Con estas palabras M-P demarca cual es la situación de libertad en que la decisión es susceptible de
ser puesta a prueba y ver qué tan motivada está. En efecto, la libertad genuina es la que es capaz de
decidir en relación con los obstáculos que le aparecen a ella. De tal forma, que la libertad se pone en
juego cuando un determinado obstáculo a la decisión en que considero que hacer.

II. la libertad encarnada como un intercambio de posibilidades y modificación de mis


comportamientos

“Si no hay ciclos de conducta, situaciones abiertas que invoquen un cierto acabamiento y que pueda
servir de fondo, ya sea una decisión que los confirme, ya sea para una decisión que los transforme, la
libertad nunca tiene lugar”

“Si la libertad tiene que poseer un campo, si tiene que poder pronunciarse como libertad, es necesario
que algo la separe de sus fines, es necesario, pues, que posea un campo, o sea, que haya para ella unos
posibles privilegiados o una realidades a perspectiva en el ser”
“sin ellas no tendríamos un mundo, eso es, un conjunto de las cosas que sugieran en lo uniforme
proponiéndose a nuestro cuerpo «para tocar», «para tomar», «para atravesar»; jamás tendríamos
consciencia de ajustarnos a las cosas y alcanzarlas en donde están más allá de nosotros; solamente
tendríamos consciencia de pensar rigurosa los objetos inminentes de nuestras intenciones, decir,
mezclados con las cosas; solamente tendríamos la representación de universo”

III. historia e intersubjetividad como condición situada de nuestra libertad

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