Infecciones de transmisión sexual y un embarazo precoz, son algunos
de los resultados. Aconsejan al grupo adolescente retardar el inicio de las relaciones sexuales como medida de protección. En caso de ser sexualmente activo, se recomienda el uso del condón.
Se aconseja al grupo adolescente
retrasar el inicio de las relaciones sexuales como medida preventiva, a fin de impedir la transmisión de enfermedades de tipo sexual y un embarazo precoz. Expertos sanitarios afirman que una adolescente no se encuentra preparada para ser madre, por lo que acatar esta recomendación es clave para este grupo poblacional. Según manifiestan, en esta etapa de la vida los embarazos son considerados de riesgo y/o de alto riesgo, pues la persona no se encuentra física ni psíquicamente preparada para llevar adelante un embarazo, lográndose en muchos casos, partos prematuros, complicaciones durante el alumbramiento, incluso el deceso de la joven madre, por lo que se aconseja el retraso de las relaciones sexuales. Estudios demuestran que el periodo reproductivo ideal de la mujer es entre los 20 y 35 años, antes es riesgoso. Antes de los 20 representa un peligro y después de los 35 también, por el hecho de que existen patologías que son más frecuentes durante ese periodo, como la eclampsia y la preeclampsia, que constituyen factores desencadenantes de muertes maternas. La eclampsia y la preeclampsia, son generadas por el aumento de presión arterial (hipertensión), inducidas por el embarazo. Aparecen con más frecuencia en niñas adolescentes y en mujeres embarazadas mayores de 35 años. Ventajas de esperar Retrasando el inicio de las relaciones sexuales se logra evitar: Embarazos no planificados Infecciones de transmisión sexual Problemas físicos y emocionales Contraer matrimonio bajo presión A los efectos de encarar esta temática de forma integral, la cartera sanitaria cuenta con servicios de adolescentes y de salud sexual y reproductiva en diversos establecimientos sanitarios, con profesionales de la salud capacitados para brindar información clara y oportuna respecto a salud sexual. El adolescente que requiera de este servicio, puede acudir a estos lugares con el acompañamiento de sus padres o tutores, amigos/as o si lo prefiere, solo/a. En el caso de que se propicie la iniciación sexual a temprana edad, es importante utilizar preservativos como método para el cuidado de la salud propia y de la pareja.
Sexualidad no genital:
TIPO 1: SEXO KAREZZA. El término proviene del italiano “carezza”, que
significa caricia. Y de eso se trata: de tener relaciones de una forma cariñosa y suave privilegiando el placer por sobre el clímax. Para ponerlo en práctica, sonríe manteniendo el contacto visual, miralo fijamente a los ojos lo más posible, sincronicen la respiración, agárrense y tóquense mutuamente (por lo menos veinte minutos), coloca suavemente la mano en sus genitales, emite sonidos de satisfacción o placer (pero no palabras), acaricia, abraza, masajea y pon el oído en la zona del corazón de tu pareja para escuchar sus latidos. TIPO 2: SEXO QUICKIE. Es un “rapidito”, sin preparativos y con la ropa semi puesta. ¿El lugar? Para las parejas más clásicas, las distintas habitaciones de la casa, el auto o el baño de un bar. Si son más arriesgados, las posibilidades aumentan: el ascensor, las escaleras o los pasillos del edificio, la última fila del cine y, el mejor de todos, el probador de un local de ropa. ¿El momento? Como corresponde, cuanto menos planeado más efectivo. ¿Las reglas? Discreción por sobre todas las cosas: acá no valen los jadeos, los gemidos o los gritos. Disfruta en silencio, es parte del encanto. TIPO 3: SEXO ACUÁTICO. “El baño es un complemento ideal en la pareja. Los sexólogos recomendamos este juego para darle primacía al erotismo”, cuenta la licenciada Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga. Puede ser de inmersión (ideal para hacerse caricias, porque los músculos logran relajarse y la textura de la piel está suave al tacto) o en la ducha (en los sex shops venden manijas que se colocan en la pared para facilitar las posturas sexuales). “Es delicado colocar el preservativo en ese momento”, reconoce Sandra. Por eso, recomienda extremar los cuidados.
TIPO 8: SEXO VOYEUR. Es encontrar la satisfacción o el placer sexual
observando la intimidad de los otros. “En el ámbito terapéutico, muchas veces los especialistas fomentamos el voyeurismo cuando invitamos a observar la sexualidad ajena, como en el caso de mirar videos que muestran escenas sexuales que sirven como estimuladores del deseo o como modelo de aprendizaje y de evaluación de la propia sexualidad”, explicó Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga. TIPO 9: SEXO EXHIBICIONISTA. Es la contratara del voyeurismo y consiste en mostrarnos con la intención (o la fantasía) de que alguien nos vea. Sin caer en extremos podemos, por ejemplo, dejar una ventana entreabierta o tener un encuentro fogozo en el auto, para vivir la sensación de riesgo. “Muchas escenas son verdaderos estímulos a la hora de tener sexo. No estoy en contra de estos estímulos que enriquecen y son motivadores del deseo, pero creo que todo debe darse dentro de los cánones -en cierto modo- lógicos, sin exponer los aspectos vulnerables o susceptibles de los otros”, compartió Sandra Lustgarten, psicóloga y sexóloga, en una nota de Entremujeres.