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La salud (del latín salus, -utis)1 es un estado de bienestar o de equilibrio que puede ser visto a

nivel subjetivo (un ser humano asume como aceptable el estado general en el que se
encuentra) o a nivel objetivo (se constata la ausencia de enfermedades o de factores dañinos
en el sujeto en cuestión). El término salud se contrapone al de enfermedad, y es objeto de
especial atención por parte de la medicina y de las ciencias de la salud.

Definiciones
La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y también social, no solamente la
ausencia de enfermedad o dolencia, según la definición presentada por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) en su constitución aprobada en 1948.2 Este concepto se amplía a:
«La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la
ausencia de afecciones o enfermedades». En la salud, como en la enfermedad, existen
diversos grados de afectación y no debería ser tratada como una variable dicotómica. Así, se
reformularía de la siguiente manera: «La salud es un estado de bienestar físico, mental y
social, con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o
enfermedades». También puede definirse como el nivel de eficacia funcional o metabólica de
un organismo tanto a nivel micro (celular) como a nivel macro (social).3
Dentro del contexto de la promoción de la salud, la salud ha sido considerada no como un
estado abstracto, sino como un medio para llegar a un fin, como un recurso que permite a las
personas llevar una vida individual, social y económicamente productiva. La salud es un
recurso para la vida diaria, no el objetivo de la vida. Se trata de un concepto positivo que
acentúa los recursos sociales y personales, así como las aptitudes físicas.
La salud se mide por el impacto que una persona puede recibir sin comprometer su sistema de vida.
Así, el sistema de vida se convierte en criterio de salud. Una persona sana es aquella que puede vivir
sus sueños no confesados plenamente.

La educación es el proceso de facilitar el aprendizaje o la adquisición


de conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos de un grupo de personas que los
transfieren a otras personas, a través de la narración de cuentos, la discusión, la enseñanza,
el ejemplo, la formación o la investigación. La educación no solo se produce a través de
la palabra, pues además está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
Generalmente, la educación se lleva a cabo bajo la dirección de las figuras de autoridad: los
sacerdotes, los padres, los educadores (profesores o maestros)12, pero los estudiantes
también pueden educarse a sí mismos en un proceso llamado aprendizaje autodidacta.3
Cualquier experiencia que tenga un efecto formativo en la forma en que uno piensa, siente o
actúa puede considerarse educativa.
La metodología de la enseñanza se llama Pedagogía.
La educación puede tener lugar en contextos formales o informales. La educación formal está
comúnmente dividida en varias etapas, como Educación preescolar (o jardín de
Infantes), escuela primaria, escuela secundaria y luego la universidad o instituto. Al concluir la
formación se expide un comprobante o certificado de estudios, que permite acceder a un nivel
más avanzado. Existe una educación conocida como no formal (no escolarizada) que a
diferencia de la formal no se recibe un certificado que permita acceder a un nuevo nivel
educativo al terminar la formación, normalmente los lugares que ofrecen la educación no
formal son los centros comunitarios, instituciones privadas, organizaciones civiles o el Estado.
El estudio de la educación se denomina pedagogía, ahora se habla de la necesidad de
continuar con los procesos educativos más allá de la educación formal.
El derecho a la educación ha sido reconocido por muchos gobiernos. A nivel global, el artículo
13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 de
las Naciones Unidas reconoce el derecho de toda persona a la educación.4 Aunque en la
mayoría de los lugares hasta una cierta edad la educación sea obligatoria, a veces la
asistencia a la escuela no lo es, y una minoría de los padres eligen la escolarización en casa,
a veces, con la ayuda de la educación en línea.

Un estándar de vida hace referencia al nivel de riqueza, comodidad, bienes materiales


y necesidades disponibles a una clase socioeconómico en particular en una zona geográfica
en particular. El estándar de vida incluye factores tales como ingresos, la calidad y
disponibilidad de empleo, disparidad de clases, número de días de vacaciones al año, acceso
de costo moderado o gratuito a servicios de salud, calidad y disponibilidad
de educación, esperanza de vida, morbilidad, costo de bienes y servicios, infraestructura,
crecimiento económico nacional, estabilidad política y económica, libertad política y religiosa,
calidad del medio ambiente, clima y seguridad general. El estándar de vida está relacionada
con la calidad de vida.[1]
El estándar de vida se mide con estandares tales como inflación real, ingresos per capita, y la
tasa de pobreza. Otras mediciones tales como acceso y calidad a servicios de
salud, desigualdad económica, energía disponible y estandares en la educación también se
utiliza. Ejemplos incluyen acceso a ciertos bienes (tales como la tasa de refrigeradores por
1.000 personas) o mediciones de la salud tales como esperanza de vida. Es la facilidad con la
cual las personas en un momento y lugar pueden satisfacer sus necesidades y/o deseos.
La idea de un 'estándar' puede ser contrastado con la calidad de vida, que toma en cuenta no
solamente el estándar material de vida, pero además otros aspectos menos tangibles que
componen la vida humana, tales como tiempo de descanso, seguridad, recursos culturales,
vida social, salud físico, asuntos de la calidad del medio ambiente, etc. Medios más complejos
de medir el bienestar deben ser utilizados para llevar a cabo tales juicios, y estos son
frecuentemente políticos, y por ende controversiales. Incluso entre dos naciones o sociedades
que tienen estandares parecidos de vida, factores de calidad de vida pueden hacer que un
lugar sea mas atractivo que otro a un individuo o grupo en particular.
Sin embargo, pueden haber problemas con el uso de promedios numéricos incluso para
comparar estandares de vida materiales, en oposición, por ejemplo, a un índice Pareto (que
mide la profundidad de los ingresos o la distribución de los ingresos). Los estandares de vida
son quizá inherentemente sujetivos. Como un ejemplo, paises con una clase alta y pequeña y
una clase baja grande pueden tener un medio de ingresos muy alto, aunque la mayoría de las
personas tienen un "estándar de vida" baja. Esto es un espejo a la medición de la pobreza,
que también tiende hacía la relativa. Esto ilustra como la distribución de los ingresos puede
disfrazar el estándar de vida real.

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