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De los siete saberes que hay que enseñar y aprender en el siglo XXI,

¿Cuáles consideras que son los tres primordiales? ¿Por qué?

Según mi perspectiva y de manera priorizada menciono culés son los tres


saberes primordiales que hay que enseñar y aprender para poder enfrentar el
gran desafío del siglo xxi: la educación

Los principios de un conocimiento pertinente

Morín, enfatiza un problema severo que se ha ignorado por demasiado tiempo,


el cual es, la necesidad de originar y promover un conocimiento que aborde los
problemas globales, y una vez comprendidos y fundamentados extender en él los
conocimientos regionales y locales.
Cuando el estudiante -independientemente de la disciplina a la que pertenezca-
recibe un conocimiento fragmentado, éste queda incompleto por obvias razones,
pero peor aún, en la mayoría de las veces perturba o se ciega el enlace entre las
partes y la totalidad. Entonces, es primordial dar lugar a un conocimiento que sea
capaz de captarlo para aplicarse a sus contextos.

Luego entonces, -insiste el autor- es preciso desarrollar la aptitud natural de la


mente de nuestros estudiantes, a fin de orientar todas sus informaciones en un
contexto y un conjunto, que conozca para que le sirve el conocimiento y estar
cierto donde y cuando aplicarlo. Como docentes tenemos el compromiso de
enseñarles métodos que les auxilien a percibir las relaciones e influencias
bilaterales entre las partes y el todo en nuestro mundo actual tan complejo y
globalizado.

Enseñar la condición humana

El autor, está convencido que en la educación se debe incluir necesariamente el


conocimiento de la condición humana de los estudiantes; el ser humano es un
sujeto biológico, físico, psíquico, social, cultural e histórico, entes únicos e
individuales, -de ahí el término individuo- y es precisamente por esta complejidad
de la naturaleza humana, que no puede estar desintegrado de la enseñanza.

Con este saber, con el hecho de reconocer la unidad y complejidad humana,


será posible que a partir de las diferentes disciplinas, se congreguen y organicen
los conocimientos de cualquier ciencia, -antes dispersos-. Esto es, en la medida
que se tome conciencia de la identidad propia y lo compleja que es, en esa mesura
se aclarará la identidad común de todos los otros humanos con los que convive y
comparte el conocimiento, así mismo, se comprenderá fundamentalmente la
ciencia.

Enseñar la comprensión

Vale la pena en este punto reflexionar por qué razón en pleno S. XXI, se tienen
muestras de desprecio, racismo y xenofobia. ¿Dónde queda la comprensión en
nuestros tiempos? Siendo esta un medio y un fin de la comunicación humana, y
siendo el principio de las relaciones humanas, sigue estando ausente en la
enseñanza. Incluso mundialmente existen ejemplos radicales de incomprensión
humana, el continente africano sigue viviendo en condiciones infrahumanas ante
los ojos del mundo. ¿Por qué? ¿Dónde está la comprensión mutua?

El autor estima que para el desarrollo de la comprensión es necesaria una


reforma de mentalidades, y asegura, que esta reforma debe ser obra para la
educación del futuro -ya presente y urgente- en todos los niveles educativos del
sistema y en todas las edades. Para salir de este estado de barbarie e
incomprensión, es vital la comprensión mutua entre los humanos tanto cercanos
como lejanos.

Asimismo, considera la necesidad de estudiar la incomprensión, sus raíces,


modalidades y efectos, porque los resultados se dirigirán a las causas y no a los
síntomas. Al mismo tiempo constituirán las bases para asegurar una educación
orientada hacia la paz. (Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del
Futuro 2008)
¿Cuáles pilares de la educación, consideras que están aplicándose en
México? ¿Por qué?

Aprender a hacer

Como hemos visto en los capítulos anteriores nos damos cuenta que estamos
enseñando para la competencia para que nuestros alumnos salgan de las
escuelas capacitados para la globalización que es cada vez más críticas pero casi
siempre dejamos la enseñando de que aprendan a ser seres humanos.

Aprender a conocer y aprender a hacer es, en gran medida, indisociable. Pero


lo segundo está más estrechamente vinculado a la cuestión de la forma
profesional: ¿cómo enseñar al alumno a poner en práctica sus conocimientos y, al
mismo tiempo, como adaptar la enseñanza al futuro mercado del trabajo, cuya
evolución no es totalmente previsible? La comisión procurara responder en
particular a esta última interrogante. Al respecto, corresponde establecer una
diferencia entre las economías industriales, en las que predomina el trabajo
asalariado, y las demás, en las que subsiste todavía de manera generalizada el
trabajo independiente o ajeno al sector estructurado de la economía. En las
sociedades basadas en el salario que se han desarrollado a lo largo del siglo XX
conforme al modelo industrial, la sustitución del trabajo humano por maquinas
convierte a aquel en algo cada vez más inmaterial y acentúa el carácter conflictivo
de las tareas, incluso la industria, así como la importancia de los servicios en la
actividad económica. Por lo demás, el futuro de esas economías está suspendido
a su capacidad de transformar el progreso de los conocimientos e innovaciones
generadoras de nuevos empleos y empresas. Así pues, ya no puede darse a la
expresión “aprender a hacer” el significado simple que tenía cuando se trataba de
preparar a alguien para una tarea material bien definida, para que participase en la
fabricación de algo. Los aprendizajes deben, así pues, evolucionar y ya no pueden
considerarse mera transmisión de prácticas más o menos rutinarias, aunque estos
conserven un valor formativo que no debemos desestimar. (Delors, Jacques
(1994)).

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