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TEMA GENERAL

“LA IGLESIA: ¿Cómo debe orientar al Joven?”

3.- EN SU RELACION CON SU FAMILIA.


BASE BIBLICA: 2 Timoteo 1:5 y 3:15
TEXTO CLAVE: “trayendo a la memoria la fe no
fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu
abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro
que en ti también”
- “y que desde la niñez has sabido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús.”

INTRODUCCION: Estamos viviendo en la era de


la comunicación, en cuestión de segundos
somos informados de lo que acontece en todo
el mundo.
También se habla mucho de las
relaciones humanas promovidas en las
escuelas, empresas, iglesias, etc., sin embargo
en el hogar hay muy poca comunicación y por lo
tanto no hay relaciones familiares.
Por esta razón trataremos el tema sobre
el joven y su relación con su propia familia.

A) EN LA FAMILIA DEBE HABER UNA GRAN FE. (1:5)


La gran mayoría de las familias en este
tiempo han descuidado los asuntos espirituales;
como son: El Altar familiar, tiempo a la
meditación personal.
La Televisión y otras literaturas han
desplazado la lectura de la Biblia…
De la familia de Timoteo, poco sabemos, su
padre era griego y tal vez inconverso. Loida y
Eunice, abuela y madre de Timoteo tenían una
gran fe.
Los jóvenes de hoy necesitan tener más
relaciones con su propia familia y deben hacer
todo lo que este de su parte para mejorarlas;
Nosotros los adultos debemos estar
conscientes que se necesitan abuelas como la
gran Loida y madres preocupadas por la vida
espiritual de sus hijos, como se preocupara
Eunice;
También se necesitan padres como Job, que
ofrecía sacrificios todos los días por la vida de
sus hijos. (Job 1:5)

B) EN LA FAMILIA DEBE EDUCARSE AL JOVEN DESDE


LA NIÑEZ (2 TIM 3:15).
Se dice que la mayoría de los mexicanos
hacemos las cosas a la ligera, que hacemos
honor a la frase “¡a ver que sale!” “Ahí se vá!” y
“ya qué”. Y con ese sentir estamos educando en
el hogar; y los resultados se notan.
Cuando vemos a los jóvenes es sus
relaciones con su propia familia, muy frías o casi
rotas.
Se dice que nunca en muy tarde para
educar; los adultos y los jóvenes tenemos que
reconocer nuestros errores y educarnos como
familia.
Pablo da testimonio de su relación con
Timoteo diciendo: “Sabiendo de quién has
aprendido” (2 Tim 3:14). Refiriéndose a Loida y
Eunice; también agrega “y que desde la niñez
has sabido las Sagradas Escrituras” (2 Tim. 3:15)
Con toda seguridad digo que como
cristianos la lectura de la Biblia ayudará a los
jóvenes a mejorar sus propias relaciones
familiares.

C) EL JOVEN DEBE VIVIR EN EL HOGAR COMO


PERSONA REDIMIDA POR LA SANGRE DE
JESUCRISTO. (2 Tim 3:15).
En el tiempo de crisis económica se
hacen esfuerzos, mas que nada para la
educación laica de nuestros hijos, ya sea que
estudien en las escuelas oficiales o particulares
y lo anterior va encaminado para que los hijos
tengan mejor situación de vida cuando sean
adultos; y creo que hacemos bien; pero…
¿qué es la educación espiritual?
Tristemente poco o nada se hace; y el
resultado es que hay muchos jóvenes de la
iglesia que son víctimas de la drogadicción,
alcoholismo y de incredulidad.
Los jóvenes al ir creciendo observan
como en la iglesia a nivel Nacional y local hay
problemas de poder, liderazgo, etc.. y esto trae
a nuestra juventud serios trastornos en sus
vidas.
¿Habrá algún joven que se pregunte
porqué de esto por qué de lo otro? Ej.
La iglesia ha perdido la visión la visión de
la Evangelización de sus jóvenes…
Si hacemos una encuesta entre la
juventud de nuestra iglesia, sobre la salvación
personal, ¿habrán algunas respuestas como
estas?…
Soy salvo porque nací en un hogar
cristiano.
Soy salvo porque mis antepasados
fueron fundadores de la iglesia.
Seré salvo si Dios lo quiere; no se si soy
salvo, solo Dios sabe.
El apóstol Pablo le decía a Timoteo: “y
que desde la niñez has sabido las Sagradas
escrituras las cuales te pueden hacer sabio la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús”.
Las relaciones del joven con su familia
serán mejores, cuando nuestros hijos conozcan
las Escrituras y tengan la experiencia de su
salvación personal; por lo tanto, evangelicemos
a nuestros hijos.
Termino con una invitación para que
como miembros de la familia que Dios nos ha
dado nos preguntemos; ¿Cómo están mis
relaciones con mis hijos?
La respuesta será personal.
Como iglesia hagamos planes con la
dirección de Dios para mejorar las relaciones en
en la familia; y así nuestros jóvenes vivirán una
mejor relación con su familia.

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