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BIBLIOTECAS: USINA CULTURAL DEL SIGLO XXI

Las bibliotecas hoy


Los lectores y lectoras no dejaron de leer ni de crecer. Sí podemos decir que los medios para
acceder a los libros fueron modificándose en función de las políticas públicas, el incentivo de
la industria del libro y la oferta de las nuevas tecnologías. Con sus políticas, las bibliotecas
públicas de la ciudad de Buenos Aires fueron perdiendo a sus lectores y estos, en gran
medida, dejaron de referenciarlas como un medio de acceso a la cultura del libro y acceso al
conocimiento

Los informes de la Cámara Argentina del Libro muestran que en el mismo período que las
bibliotecas pasaban de 445 mil lectores en 2003 a 117 mil en 2015, las editoriales
incrementaron la producción y venta de nuevos títulos y pasaron de publicar 13.066
novedades a 28.966. La publicación en soporte digital tuvo su punto más alto en 2014, con
el 18% de la producción de nuevos títulos en ese formato; en 2015 bajó y el 15% de los
libros comerciales publicados fueron digitales. Lejos de incrementarse en forma paulatina, la
industria y la cultura del libro digital se mantienen en una meseta en los últimos cinco años.

Podemos decir que los lectores migraron de la biblioteca a la librería y formaron sus
bibliotecas personales. La vía de acceso al libro fue otra, enmarcada en una política
económica que estimuló el consumo. Las bibliotecas que mantuvieron e incrementaron su
nivel de asistencia apostaron a una política de promoción de la lectura y actividades no
ligadas con exclusividad al préstamo de libros, y aprovecharon la bullente actividad editorial
para sumar propuestas que acompañaran la dinámica cultural porteña, en acciones de
complementariedad. Al momento de cierre de este primer informe las librerías atraviesan
su peor momento en diez años, con abruptas caídas de la venta y, según un informe de la
Cámara Argentina del Libro sobre el primer semestre de 2016 las editoriales redujeron la
cantidad de novedades publicadas y de ejemplares por tirada.

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La crisis de asistencia a las bibliotecas públicas de la ciudad también se explica por la falta de
nuevos libros durante 2014 y 2015. Los foros internos realizados con el personal de las
bibliotecas Ricardo Güiraldes, Julio Córtazar, Guido y Spano y Martín del Barco Centenera
muestran –entre otros ejes– que cuentan con una gran cantidad de posibles lectores que
entran a las bibliotecas en busca de novedades y salen con otro material. En esa situación
podemos ver la formación como referencistas de los y las bibliotecarios/as que son capaces
de guiar el interés lector hacia títulos disponibles. El escenario actual de la industria del libro
permite prever un previsible retorno a las bibliotecas, que deberán prepararse para ese
desafío con actualización bibliográfica y propuestas culturales que sirvan de sostén a la
demanda de las y los usuarios y a la industria librera. Con políticas públicas adecuadas, el
futuro de las bibliotecas de la ciudad puede ser auspicioso.

El Laboratorio Abierto de la red de bibliotecas se diseñó para discutir su rol en la cultura y su


lugar nodal en la construcción de ciudadanía y desarrollo comunitario, indagar si su devenir
acompañó las transformaciones sociales, abordar sus prácticas y servicios en relación con
las demandas de los lectores, relevar nuevos hábitos de lectura. La investigación está
compuesta de cinco dimensiones distintas: la documentación de experiencias de gestión
exitosas en bibliotecas públicas de la región y del mundo, que estén acompañadas de
propuestas novedosas para el público lector a partir de una concepción crítica del acceso al
libro, la lectura y el conocimiento; la realización de foros (con usuarios, especialistas y
personal interno) y la concreción –luego de un encuentro de capacitación– de un foro
híbrido integrado por expertos y personal interno para pensar activamente los servicios e
imaginar las bibliotecas deseadas; la realización de entrevistas individuales a expertos y
usuarios en profundidad; también se realizaron encuestas telefónicas a público general y
encuestas vía correo electrónico a los socios a través de la Dirección General de Opinión
Pública; finalmente se realizaron observaciones etnográficas en las cuatro bibliotecas
mencionadas, que permitieron conocer el funcionamiento actual de las bibliotecas, su uso,
dinámica, apropiación del espacio. El Laboratorio Abierto tuvo una fase experiencial a través
de lo que se denominaron acciones hibridas, actividades culturales participativas que
funcionaron como ensayos materiales que se propusieron redefinir el vínculo entre las
bibliotecas y su comunidad.

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Una de las actividades del Laboratorio fue el primer taller participativo en la Biblioteca
Antonio Devoto. El objetivo fue encontrar el vínculo entre los vecinos y la biblioteca desde
experiencias participativas. La convocatoria fue abierta a los comercios, residentes y
organizaciones barriales y los resultados del taller se volcaron en un mapeo de construcción
colectiva sobre la identidad de la biblioteca, su valor y su impronta en el barrio. La imagen
que antecede estas palabras es el resultado de ese mapeo.

Caminatas por la zona, definición subjetiva de los lugares lindantes, recorridos frecuentes de
los vecinos, expectativas sobre la biblioteca y su relación histórica con las otras instituciones
fuertes del barrio, fueron algunas de las acciones e ideas que se volcaron sobre el mapa. A
pesar del mal estado de la biblioteca, el saldo fue que la Antonio Devoto tiene un inmenso
potencial para convertirse en un espacio abierto de cultura con posibilidades de dinamizar
el uso convencional de una biblioteca tradicional. El compromiso y activismo de los vecinos
y la convocatoria a residentes de barrios lindantes hace que esta propuesta potencie la
diversidad, el intercambio y el crecimiento tanto interno de la biblioteca como de quienes
asistan a los encuentros.
Acciones de este tipo, investigaciones centradas en el territorio y en la comunidad, llevadas

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al resto de las 29 bibliotecas públicas de la ciudad pueden contribuir a definir el perfil
característico de cada una, indisociado al barrio y sus habitantes, sus necesidades e
intereses culturales.

Perspectivas de los trabajadores de las bibliotecas


Tanto en los foros de lectores, como en los internos y los de especialistas surgió el relevante
rol de los bibliotecarios en varios aspectos. Por un lado son agentes activos de transmisión
de conocimientos en la sociedad de la información, de acuerdo con la Declaración de
Principios de Ginebra de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información de 2003. El
referencista en la biblioteca es el intérprete de los deseos y de las búsquedas lectoras de los
usuarios. Con esa tarea central, debe tener las herramientas y el apoyo institucional
necesarios para proponer servicios y productos de referencia que respondan a las demandas
de los lectores de distintas edades.

Acostumbrado a ser percibido como un mediador material que va del mostrador al librario,
deben reconocerse y desarrollarse sus competencias como mediador simbólico y de
conocimiento. Además de manejar las herramientas básicas de búsqueda de información,
recuperar, sintetizar y transmitir conocimientos a partir de distintas fuentes, es un actor
central para conocer el comportamiento de los usuarios y las tendencias en el uso de los
servicios de las bibliotecas como en sus derivas lectoras.

Las bibliotecas públicas de la ciudad cuentan con trabajadores que tienen distinta formación
y que se fueron formando en el oficio estando en sus lugares de trabajo. Un problema que
se arrastra desde las distintas gestiones es, en general, la falta de comunicación con la
Dirección General, la falta de consideración de la experiencia de los bibliotecarios con su
barrio, su ausencia en la toma de decisiones y la ignorancia de sus propuestas. Esto trae
frustración cotidiana y de largo aliento en los trabajadores. Esto se suma al estancamiento
de la carrera administrativa y a la inexistencia de carrera bibliotecológica y sin concursos
para los puestos de jefes de biblioteca, lo que podría fomentar la formación y capacitación
de los trabajadores con los que cuenta la Dirección. En algunas bibliotecas el personal no es
suficiente para estar al frente de la atención al público, como lo demuestra la desaprobación
de los planes de evacuación por este motivo, por parte de Defensa Civil. Y,
fundamentalmente, si bien para el Ministerio de Modernización, la planta tiene la dotación

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ideal cubierta, la realidad dista mucho de esto: no solamente no se cubre la demanda en
algunas bibliotecas (en algunos casos se cuenta con un ordenanza para cubrir tres
bibliotecas), sino que en estas condiciones es imposible pensar el ampliar el horario de
apertura de las bibliotecas con más personal.

Necesidades edilicias
Los edificios de casi todas de las bibliotecas de las que componen la red no fueron
construidos ni concebidos con ese fin. Por lo tanto algunas no son cómodas para el trabajo
ni para los lectores. Cada una presenta particularidades, los foros internos describen:
escritorios de trabajo en el hall de entrada de un edificio que aloja otras funciones además
de la de biblioteca; salas de lectura ruidosas; baños en malas condiciones; poca seguridad;
acondicionamiento solo de los espacios para usuarios y no los de trabajo; falta calefacción
y/o refrigeración; poca luz natural y adecuada ventilación; espacios al aire libre como
jardines y terrazas en estado de abandono, síntomas de una gran falta de mantenimiento.
También surgió la necesidad de dar mayor visibilidad a las fachadas. La renovación edilicia
de las bibliotecas Güiraldes y Guido y Spano dio como resultado que los vecinos aledaños se
acercaran a la biblioteca, así como antiguos socios volvieron a visitarlas.

Algunas bibliotecas tienen un gran valor arquitectónico o están emplazadas en barrios con
una especial tradición cultural. En estos casos se presenta como importante la puesta en
valor y el vínculo con otras instituciones culturales para que sean visitadas por potenciales
nuevos y diversos usuarios y también para que sea referencia de otras expresiones de la
cultura, como la arquitectura.

Servicios
Los bibliotecarios demandan la actualización del software Pérgamo y mayor dinamismo.
Además, hay una gran cantidad de libros no catalogados que llegan a las bibliotecas a través
de donaciones, cuya existencia reclama su sistematización en catálogos.

Por otra parte, se impone una mayor flexibilidad en los requisitos para asociarse a las
bibliotecas. Los niños y niñas de la villa 31, por ejemplo, cuyos padres carecen de facturas a
su nombre, tienen el mismo derecho que el resto de hacer uso de todos los servicios de las
bibliotecas. Se sugiere en estos casos que la escuela sea la referencia domiciliaria, que se

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pida un certificado de domicilio o que se omita ese requisito. El hecho de tener que renovar
el carnet de usuario resulta fastidioso. Los bibliotecarios entrevistados coinciden en que se
debe avanzar en transformar legalmente a los libros como bienes de uso, que la
obligatoriedad de tener el domicilio en Capital es restrictiva (sobre todo para las bibliotecas
que están cerca de los límites de la ciudad, donde a una misma escuela asisten porteños y
bonaerenses), así como la necesidad de presentar garante.

Los trabajadores de las bibliotecas también reclaman una serie de servicios que mejoraría la
calidad de la estadía de los usuarios e invitaría a quedarse a quienes solo se acercan a retirar
libros y no hacen uso de la sala de lectura: librarios abiertos, mejorar el wifi, instalar más
computadoras de uso público, ofrecer fotocopias, disponer máquinas de café, instalar
estacionamiento para bicicletas, tener novedades editoriales. Las salas de lectura se utilizan
en buena medida como lugar tranquilo de trabajo o estudio; el acondicionamiento de
sectores para la lectura placentera atraería nuevos lectores.

También se presentó como necesario integrar la biblioteca al barrio a través de lazos,


actividades en común o mutua difusión de las actividades, porque muchas veces las
bibliotecas están aisladas. Para esto los directores de las bibliotecas necesitan de una mayor
autonomía y de la legitimación de la Dirección General para desarrollar ese tejido
comunitario.

Formación
Los bibliotecarios son conscientes de que con más capacitaciones pueden dar mejores
respuestas a los lectores e investigadores que se acercan a las bibliotecas. Los cursos de
formación son indispensables. Es recomendable también contar con un presupuesto
destinado exclusivamente a eso, para que los bibliotecarios no solo puedan acceder a cursos
sino también asistir a congresos nacionales e internacionales. La inversión en formación
determina gran parte de la calidad de los servicios.

Actividades culturales
Los bibliotecarios reprochan con frecuencia que no son tenidos en cuenta a la hora de
organizar las actividades y que muchas veces son informados de la programación con poca
antelación. Esto tiene como consecuencia la poca previsibilidad para ellos como

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trabajadores –puesto que muchas veces deben quedarse luego de su horario de trabajo– y
la poca difusión que la actividad tiene en el barrio.

Hay coincidencia en que las actividades que despiertan mayor interés son los clubes de
lectura, que siguen necesitando un/a coordinador/a especializado/a que guíe al grupo.
Resaltan que es una propuesta que se ha sido sostenido en el tiempo. Las actividades aisladas
o de pocos encuentros no encuentran su público. Esto se debe fundamentalmente a la falta
de planificación de la comunicación. En general las buenas propuestas, sostenidas en el
tiempo, convierten al asistente a la actividad en futuro usuario. Debe estimularse este tipo de
vínculo.

Datos de percepción de servicios


Se realizaron encuestas telefónicas y online, que estuvieron a cargo de la Dirección General
de Opinión Pública. Según la encuesta telefónica, sobre un universo de 1500 personas, el
51% dijo conocer la existencia de bibliotecas en su zona pero solo el 17% expresó haber
asistido a alguna. De quienes sí conocen las bibliotecas, el 47% es socio, pero el 83% no las
utiliza. El mayor desconocimiento se sitúa en los barrios del sur de la ciudad, los más
desfavorecidos en términos de acceso a ciudadanía e ingresos. Respecto del rango etario
son los jóvenes quienes más visitaron las bibliotecas, un 24%, y esto puede responder tanto
a la necesidad propia de la edad y las demandas escolares -en la Argentina la escuela
primaria y secundaria son obligatorias- como el sostenimiento de actividades de apoyo
escolar en los salones de lectura.

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Hay distintas estrategias que pueden y deben desarrollarse. Por un lado, las que atraigan a
nuevos lectores –no hay propuestas para las madres de niños que van a apoyo escolar, las
desalentaron a asociarse, no las integraron–. Por otro, para que los que ya son lectores
permanezcan a largo plazo, a través de una oferta complementaria de uso –como por
ejemplo, ofrecer a los estudiantes lecturas para el tiempo libre, asociado al placer–. De
acuerdo con las entrevistas realizadas a los bibliotecarios los niños y jóvenes que van a las

1Las tortas arrojan los resultados de las encuestas telefónicas al público general y las encuestas vía
correo electrónico a los socios a través de la Dirección General de Opinión Pública.

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bibliotecas lo hacen para estudiar, tienen por tanto un vínculo utilitario con el lugar. Los
adultos recurren a la sala de lectura para trabajar y retirar libros pero no los leen en la sala y
los mayores suelen leer el diario cuando van en busca de un libro. Esto permite visualizar
una subocupación de las salas de lectura, que puede revertirse interviniendo en la
espacialidad de las salas para hacerlas confortables y ofreciendo una mejora en el servicio
de wi-fi y enchufes para los dispositivos móviles. Hay también lectores extranjeros, en
general investigadores y estudiantes de posgrado, que asisten a las bibliotecas por la
costumbre que traen desde sus lugares de origen. Un reclamo que atraviesa a los lectores es
la falta de novedades y el catálogo desactualizado.

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Por las características propias de las encuestas por correo electrónico, las personas
consultadas realizaron aportes significativos para pensar la actualidad de las bibliotecas: “El
concepto tradicional de la biblioteca pública debe cambiar. Hoy conseguir material de
lectura es mucho más fácil. Tengo más de 30.000 libros en un pen drive. Creo que las
bibliotecas deben transformarse en espacios de lectura, espacios de silencio y tranquilidad
que inviten a leer”2.

Los usuarios que participaron de los foros de lectores coincidieron en la necesidad de


vivificar los espacios y aprovecharlos para la lectura placentera (instalación de sillones, luces
cálidas –porque las frías hacen doler la vista-, luz natural y librarios abiertos). Muchos
resaltaron de distinta manera la promoción de la lectura como ineludible política cultural y
la importancia de los talleres de creación. Distintos especialistas consultados resaltaron los
talleres como acción que aglutina sentido, crea redes, es productiva y creativa; los
programas de talleres no deben faltar.

“Debieran ser más amplias, donde circule la cultura en general, mejor dicho: las culturas en
todas sus formas (libros, recuperación de la literatura oral, cafés literarios, música, cine,
fotografía, muestras de autores del barrio, de otros lugares, etc.). Que sea un lugar donde
circule el conocimiento, los encuentros, las ficciones. Un lugar móvil, acogedor, lleno de vida

2Las citas de este apartado corresponden a los comentarios que las personas encuestadas anotaron
en el casillero de observaciones.

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y no como muchos piensan algo parecido a un museo o cementerio”. La percepción sobre
las bibliotecas de la ciudad es que no acompañaron el dinamismo que la cultura mostró en
otras esferas como la autogestiva, la de los centros culturales, la de los escritores gestando
proyectos alrededor de editoriales, y permanecieron cumpliendo una función burocrática de
préstamo de libros, renunciando a la producción cultural y sin acompañar otros procesos.

“Las bibliotecas deberían de dejar de funcionar como un mero depósito de libros y fomentar
la lectura” y “Tienen que pensarse como instituciones abiertas, desprejuiciadas, atrayentes y
necesarias. Capaces de recibir a todo el mundo y de salir a buscarlos”.

Los libros de las bibliotecas ingresan al catálogo como patrimonio del estado a través de la
compra. Las y los lectores que intentan donar libros se encuentran a menudo con el rechazo
de los bibliotecarios –en un caso le dijeron que los dejara en la vereda para que se los lleven
los transeúntes–. Y los bibliotecarios se encuentran con el rechazo a incorporarlos al
catálogo centralizado por parte del área técnica y el área técnica se topa con la falta de
personal para procesar los libros y con la burocracia originada a partir del libro considerado
como bien de capital. La paradoja de esta situación es que en un lugar donde los libros son
el principal valor, los trabajadores parecieran rechazarlo. En otras bibliotecas los reciben
pero no los catalogan y los prestan a los lectores que no tienen carnet de socios. Es decir, los
libros pueden estar pero no aparecen en el catálogo; son libros secretos. Los usuarios
reclaman habilitar un canal de comunicación a través del cual se vuelquen las sugerencias,
ya que la selección de libros a comprar debería pasar por algún tipo de consenso con la
comunidad a la que van destinados.

Las y los lectores mostraron real interés en el funcionamiento de las bibliotecas.


Coincidieron en que no se enteran de las actividades o que lo hacen en el mismo día, en el
caso de una actividad en particular recibieron la invitación un día después de realizada.
Indicaron que dejaron sus correos electrónicos para ser informados y que no reciben el
calendario cultural de las bibliotecas. También escribieron en algunas oportunidades al
correo de contacto de la página y no recibieron respuesta.

Los recursos digitales no están siendo aprovechados en sus posibilidades y los lectores
reclamaron que la renovación de un préstamo pueda hacerse por teléfono o vía web.
Quienes van a la biblioteca con su computadora tienen problemas con los enchufes, que

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están sueltos y son pocos. Sugirieron que se habilite una computadora para consultar
bibliografía y el catálogo de toda la red de bibliotecas. Al mismo tiempo, en cuanto al
servicio de libros digitales, podría serles de utilidad pero en general ninguno elegiría un libro
en este formato teniendo la opción de leer en papel.

La comunicación se presentó como un problema en todos los foros de lectores y de


bibliotecarios. No solo la que remite a actividades de promoción de la lectura, sino la de los
horarios de apertura y cierre, canales para proponer actividades, etc., y de la comunidad y
de las bibliotecas con la Dirección General. No parece haber un manual de comunicación y
cada biblioteca maneja sus propias redes sociales, con lo cual la idea de red está ausente: de
cara a la esfera pública cada biblioteca es una isla. La idea de archipiélago sería una forma
de comunicar desde la Dirección General, en donde cada biblioteca tenga su propio perfil y
público pero integrada a un conjunto diverso.

El Facebook Bibliotecas de la Ciudad promociona actividades con un día de antelación o


incluso el mismo día. La respuesta de los usuarios de redes, a pesar de que tiene muchos
seguidores, es pobre y con esa poca anticipación parece una comunicación burocrática, con
la finalidad de “cumplir” pero no llegar al público interesado. Hay una esfera de la
comunicación zonal, micro y barrial muy poco explorada y explotada, en la que se
encuentran los lectores “naturales” de las bibliotecas.

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No hay una comunicación que haga eje en la red como tal. Muchos de los lectores
entrevistados manifestaron desconocer que la asociación a una, implicaba la posibilidad de
serlo de la red completa. La idea de red es lo que está ausente. No solo de las bibliotecas
entre sí, sino de las bibliotecas con las instituciones de su entorno geográfico.

También indicaron que una mayor amplitud horaria y la apertura los fines de semana
respondería a las reales necesidades de los usuarios. Por lo general la apertura y el cierre de
las bibliotecas coinciden –o es menor– al horario laboral de la población ocupada. Esto
retira a las bibliotecas de los lugares para el encuentro y la lectura placentera, porque
dispone a los lectores a un uso muy dirigido: el retiro de libros. Las actividades de
promoción de la lectura dentro del horario de la biblioteca no tienen el acompañamiento de
los usuarios –excepto los clubes y el apoyo escolar– y por fuera del horario generan el
reproche de los trabajadores que, con razón, señalan las horas extra de labor. Ampliar el
horario de una manera consensuada, sumar un turno laboral más, sería un cambio positivo
para el servicio. La percepción de la calidad de las actividades es muy buena pero también
refieren que son pocas y no están difundidas.

Estado y dinámica edilicia


En su gran mayoría, las bibliotecas públicas de la ciudad funcionan en casonas de principios
del siglo XX, muchas de ellas de gran belleza arquitectónica o en línea con la fisonomía del
barrio en que están emplazadas, pero los materiales que un día fueron nuevos hoy están
marcados por la obsolescencia.

Patologías:
Sistema pluvial: los materiales no tuvieron renovación. Con el aumento de las
precipitaciones anuales, el caudal por minuto y la caída de granizo, el resultado es que las
canaletas se desbordan y provocan filtraciones desde la cubierta hacia interior de los
recintos, con el consiguiente daño de los cielorrasos y del material bibliográfico. La solución
que demanda es urgente.
Instalaciones eléctricas: no están preparadas para la capacidad requerida por los aires
acondicionados, las computadoras y los artefactos eléctricos como calentadores de agua y
hornallas. Muchos tableros no tienen disyuntor diferencial, lo que implica un alto riesgo

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para el personal como para usuarios. Algunas instalaciones eléctricas todavía presentan
cables de tela.
Accesibilidad insuficiente: solo cuatro bibliotecas poseen baño para personas con movilidad
reducida. De esas cuatro, Centenera no posee rampa de acceso. La biblioteca Reina Batata
tiene un anexo con bebeteca pero no posee rampa como para subir un cochecito ni espacio
en los baños para cambiar a los bebés. Excepto Güiraldes y Casa de la Lectura, las bibliotecas
no poseen ascensores.
Humedad de cimientos y filtraciones de instalación sanitaria: pese a la antigüedad de los
edificios que componen la red, son pocos los que presentan humedad de cimientos. El caso
más relevante es el de la biblioteca Miguel Cané. En la biblioteca Devoto, la combinación de
humedad en los cimientos, las filtraciones de las cañerías de los baños y el asentamiento de
grandes colmenas en la cámara de aire del piso provocaron el hundimiento de todos los
pisos, especialmente el del librario. Una mención aparte merecen las tres bibliotecas
ubicadas en los grandes condomios de la zona sur de la ciudad, que presentan filtraciones
cloacales dentro de las bibliotecas.

Bibliotecas en edificio propio


Se trata de bibliotecas de dos plantas promedio con características estilísticas diversas que,
por la falta de mantenimiento general a lo largo del tiempo, mantienen sus conformaciones
originales, lo que las vuelve un documento vivo de ciertas tendencias arquitectónicas como
el caso de Güiraldes, un petit hotel ecléctico con ribetes Tudor y un patio andaluz. A
excepción de Centenera, la única biblioteca proyectada como tal o las de pasaje, que no se
diferencian formalmente del resto de las casas de la manzana aunque sí tuvieron en su
origen el objetivo de funcionar como biblioteca, el resto son transformaciones de casas de
familia para convertirlas en edificios públicos. Las deficiencias nombradas como genéricas,
sistema pluvial y eléctrico obsoleto y falta de accesibilidad se repiten. Poseen patios o
terrazas con mucho potencial para actividades públicas o la localización de bares.
La biblioteca Carriego esta desde hace dos años sin techo, debido a que frenó por orden
judicial una obra adjudicada e iniciada. La sentencia ordenó al gobierno de la ciudad a
reconstruir la casa del poeta tal cual estaba antes del inicio de la obra. En estos momentos

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se encuentra en estado de apelación y mientras el juzgado no resuelve, el daño producido
probablemente vuelva el inmueble irrecuperable.

Ubicadas en pasajes
Estas bibliotecas tienen ciertas características en común. Están ubicadas en lotes de 9x9
metros aproximadamente, con un desarrollo espacial en dos plantas y poseen pequeños
patios de luz y ventilación al frente y al fondo. Conservan casi sin modificar sus
características edilicias originales, y se destacan entre los edificios vecinos que sufrieron
modificaciones. Son bibliotecas relativamente chicas pero que poseen un público barrial
fidelizado.
Las patologías que nombramos al comienzo se repiten en todas. Los casos de Pelliza y
Hernández son los más problemáticos y hace años que esperan soluciones. En Obligado y
Hernández se suma la falta de poda de los árboles públicos, cuyas hojas tapan las canaletas.

Dentro de parques
Estas bibliotecas están ubicadas dentro de parques públicos. En los casos de La Prensa y
Banchs (infantil), ubicadas en Parque Patricios, están cercadas por una reja perimetral y
ubicadas a pocas cuadras de distancia; Banchs está emplazada dentro del Parque. La Prensa
y Banchs son muy pequeñas y, pese a que poseen bancos en el exterior, funcionan más con
material circulante, porque tienen poco espacio para recibir público.
Lange está dentro del ex Parque de la Ciudad; es un kiosco reconvertido en biblioteca en
donde se prestan libros para la lectura dentro del Parque.
Reina Batata no tiene reja perimetral pero el espacio interior es más amplio y el público se
acerca para leer y para llevarse libros a su casa. Se inauguró en 2011, pero sin la obra
necesaria para su acondicionamiento. Tiene filtraciones desde la cubierta, un obsoleto
sistema sanitario y las escaleras de mármol están rotas, con riesgo para el personal y los
usuarios.
La obsolescencia del sistema pluvial también repercute en estas bibliotecas, porque las
filtraciones horadan los pisos y mojan los libros. Excepto Banchs, el resto no posee rampa de
acceso.

En edificios de propiedad horizontal

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Estas bibliotecas ocupan algunos locales en las plantas bajas de edificios pertenecientes a
condominios en propiedad horizontal. Su patología principal es la presencia de aguas
servidas dentro de los locales. Los caños verticales del sistema cloacal de los edificios (en
general de 15 pisos) tienen una derivación interna justo dentro de los locales de las
bibliotecas, debido a empalmes mal realizados. Hace diez años se realizaron unos
“cielorrasobandeja” a partir de los que canalizar las filtraciones. Fue una solución transitoria
que se transformó en permanente por la imposibilidad de realizar las obras necesarias para
solucionarlo de forma definitiva. Estos arreglos deben ser realizados y financiados por los
grandes consorcios. Pero su magnitud y la falta de recursos de los habitantes imposibilitan
su resolución. Villafañe tiene la misma problemática pese a tener solo una unidad funcional
de vivienda sobre el local que ocupa.
Las excepciones son Fernández Moreno y el depósito de la calle Leiva, ambos dentro del
Complejo Los Andes que, pese a tener casi nulas tareas de mantenimiento a lo largo de
estos últimos veinte años, no han sufrido deterioros infraestructurales tan importantes
como el resto. Esto responde a la buena calidad constructiva del complejo y un mejor
vínculo con el consorcio.

En edificios compartidos con otras áreas del gobierno


Estas bibliotecas poseen la característica de compartir el edificio con otras reparticiones del
gobierno de la ciudad. Devoto y Guido y Spano lo hacen con Distritos Escolares. Saavedra es
gemela y espejada del Museo Histórico Cornelio Saavedra, y la Biblioteca Lynch también se
encuentra al lado del Centro de Día n° 24 que pertenece a la Secretaría de la Tercera Edad.
En la biblioteca Devoto no hay filtraciones de cubiertas pero sí filtraciones del sistema
cloacal de los baños en la planta baja. Además, el sentamiento de grandes colmenas en la
cámara de aire de los pisos de madera (ya retiradas) deterioraron los solados de toda la
biblioteca, en especial en los accesos y el librario. La planificación de obras funciona de
manera disociada según las prioridades de cada ministerio. El Distrito Escolar en su
momento, por ejemplo, reparó las fachadas y las cubiertas de su lado sin tocar las de la
biblioteca. En Guido y Spano las perdidas cloacales y pluviales provenientes de la planta alta
nunca fueron reparadas por el distrito del 1° piso porque no los afectaba en forma directa,
por eso la reparación fue por cuenta de las Bibliotecas.

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Bibliotecas en edificio alquilado
La Biblioteca Cané es la única biblioteca emplazada en un edificio alquilado. En la planta alta
se ubica la fundación Tomás Eloy Martínez, que reparó provisoriamente las cubiertas al
inicio de su convenio.
La problemática principal que presenta este edificio es la humedad de los cimientos por la
presión que ejerce la napa sobre las bases y que afecta al sótano, donde se encuentra el
librario con todo el material bibliográfico. Los baños de la planta alta tienen perdidas que
repercuten en los cielorrasos de las plantas bajas. El estado general es muy malo.

Anteproyectos desarrollados por otras áreas de gobierno nunca concretados


Biblioteca Lugones. Proyecto, documentación y pliegos finalizados. Licitación adjudicada y
frenada por insuficiencia de fondos.
Biblioteca Gálvez. Proyecto, documentación y pliegos finalizados. Licitación adjudicada y
frenada por insuficiencia de fondos.
Biblioteca Carriego. Proyecto, documentación y pliegos finalizados. Licitación adjudicada.
Obra comenzada. Frenada por amparo judicial. El juez determinó que la empresa
constructora debe retrotraer el edificio a su estado original antes de iniciada la obra.
Biblioteca Güiraldes. Plano de instalación eléctrica. Proyecto de adecuación espacial,
ubicación del bar y rampa exterior aprobada por DGIUR. Sin pre-costo.
Biblioteca Mármol. Proyecto de adecuación de techos y accesibilidad a planta baja con
montasilla. Con pre-costo.
Biblioteca Centenera. Proyecto de adecuación de techos y accesibilidad a planta baja con
montasilla. Con pre-costo y pliegos.
Bibliotecas Hernández, Pelliza, Obligado y Ascasubi. Proyecto de adecuación de techos,
accesibilidad y baño para personas con movilidad reducida. Sin pre-costo.
Biblioteca Reina Batata. Accesibilidad y proyecto de adecuación espacial. Sin pre-costo.
Biblioteca Devoto. Proyecto de restauración de pisos. Con pre-costo.
Biblioteca Saavedra. Proyecto de adecuación de techos.
Biblioteca Guido y Spano. Accesibilidad y proyecto de adecuación espacial. Sin pre-costo
Biblioteca Cané. Proyecto de adecuación de techos. Sin precosto.

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Obstáculos
Ya nos referimos a las necesidades que tienen los bibliotecarios de formación, estímulo y
confianza en su experiencia. También de la falta de estrategias de difusión. La falta de un
presupuesto adecuado es un obstáculo importante para el desarrollo integral de la red de
bibliotecas. En el campo de la promoción de la lectura el presupuesto fue variando, pero
siempre fue extremadamente escaso; el 80% del presupuesto total se destina al pago de
sueldos. Sin promoción de la lectura no hay nuevos lectores ni se fideliza a los que se
preocupan por la biblioteca como institución social y cultural.

Un problema presente y persistente en las distintas gestiones es que las bibliotecas de la


ciudad se rigen con una normativa obsoleta y fallida. Los libros de las bibliotecas de la
Ciudad se consideran bienes patrimoniales. Esa denominación alcanza a todos los libros, no

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solo los libros tesoro o los que por su valor trascendente en la cultura merecen especial
atención, cuidado y protección. Lo responsables de ese patrimonio son los jefes de cada
biblioteca. Esto tiene implicancias negativas ya que si un libro se pierde o no es devuelto,
deben iniciar un proceso burocrático para darlo de baja que implica una denuncia policial.
Los libros destinados a lectores infantiles tienen un desgaste extra y previsible que choca
con la ley. Una reforma en la norma debe considerar al libro como un bien de uso, fungible.

Los requisitos para asociarse a la red de bibliotecas, por otra parte, son restrictivos. La
persona que busca asociarse debe vivir dentro de los límites de la Ciudad y presentar un
garante con las mismas características. Muchas de las bibliotecas están ubicadas en los
confines de Buenos Aires y asisten lectores adultos y en edad escolar que viven en la
provincia de Buenos Aires. Por tal motivo solo pueden hacer consultas en sala pero están
excluidos del servicio de préstamos a domicilio. El requisito de solicitar un garante, cuando
no hay castigo por la no devolución de un libro más allá de la suspensión, es disuasoria de la
asociación. Si buscamos atraer lectores el reglamento los excluye.

Antecedentes y otras experiencias


Las redes de bibliotecas que pueden considerarse exitosas están involucradas con el
desarrollo integral de su comunidad. Esto significa que además de distintos servicios y
formas de acceso a la lectura de libros, tienen un compromiso con el acceso al conocimiento
como motor de crecimiento social y con el acceso a ciudadanía como eje integrador.
El Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín (SBPM)3 depende de la Secretaría de Cultura
Ciudadana, realiza una planificación estratégica cada cuatro años y tiene objetivos que
parten de considerar la calidad de los servicios con desarrollo comunitario. Así, por ejemplo,
ofrecen programas que fomentan la formación y la creación artística, planifican con, y
fortalecen el sector cultural independiente de la ciudad. Tienen un trabajo sostenido de
educación para la ciudadanía y cultura política en la convicción de que más democracia
implica más desarrollo y compromiso con su sostenimiento. Esto da como resultado el
respeto y la integración de las diversidades sociales que conviven en Medellín. Reciben

3 http://www.reddebibliotecas.org.co/

19
aportes de privados pero no dependen de ellos para sostener los objetivos y el plan de
gestión.
La red cuenta con 9 parques biblioteca, 9 bibliotecas de proximidad, la Biblioteca Pública
Piloto y sus 4 filiales (descentralizados), 4 centros de documentación, la Casa de la Lectura
Infantil y el Archivo Histórico de Medellín. Ofrecen actividades constantes y previsibles para
los usuarios con hincapié en la extensión cultural, por ejemplo “Jueves de ciencia”, “aula
abierta” –en donde distintas cátedras universitarias dan clases a la comunidad–, “abuelos
cuentacuentos”, “HiperBarrio” –a través de capacitación digital en video, tecnología 2.0, los
jóvenes publican y difunden vivencias de su comunidad–. Los Parques Biblioteca conjugan
las tareas de distintas instituciones en un mismo espacio. Son una suerte de centro cultural
con el objetivo de generar tejido social a través del acompañamiento de los procesos
educativos, culturales y sociales, con equipamientos públicos de calidad para dignificar los
barrios. Fueron diseñados para intervenir en la transformación de zonas urbanas.
Descentraliza las ofertas culturales y crea nuevos centros gravitacionales. La red de Medellín
lidera el Plan Municipal de Lectura a través del incentivo de la lectura y la escritura, una de
cuyas acciones son distintos concursos de escritura. También su página web ofrece recursos
para bibliotecólogos. La cultura, por tanto, no está pensada por fuera de la ciudadanía.
Al mismo tiempo el gobierno central de Colombia estableció un vínculo virtuoso con la
fundación sin fines de lucro Fundalectura. Es una organización transdisciplinaria cuyo
objetivo es el fomento de la lectura y la escritura en ese país. A través de Fundalectura las
bibliotecas colombianas son dotadas de un caudal enorme de libros, se fortalecen las
bibliotecas escolares y se equipan las nuevas que construye el gobierno. También llevan
adelante el plan nacional de lectura, diagramado técnicamente con el Estado. A nivel
internacional es reconocida como una institución a imitar por su excelencia en la promoción
de la lectura, concentrada de forma privilegiada en los niños, niñas y adolescentes.

Los Angeles Public Library (LAPL) depende del condado de Los Ángeles y recibe también
aportes de una Fundación dedicada a apoyar financieramente los programas de las
bibliotecas (Library Foundation), lo que en la Argentina conocemos mejor como Asociación
de Amigos. También cuenta con muchas organizaciones de apoyo comunitario, amigos de la
biblioteca, que son contribuyentes individuales, directos o buscadores de nuevos recursos y,

20
además, voluntarios que se acercan a prestar servicios de distinto tipo. El plan estratégico
de LAPL es público.
Las bibliotecas públicas de Los Ángeles son 86, y la red se completa con cuatro centros de
cultura étnica (chicana, negra, aborigen y asiática) y tres bibliotecas móviles que paran en
distintas esquinas de la ciudad con horarios establecidos. La política que alienta las
bibliotecas es estrechar lazos comunitarios y que sean facilitadoras en el acceso a derechos.
Todos los residentes de Los Ángeles tienen por el solo hecho de serlo, posibilidad de tener
su carnet de socio. Los y las estudiantes pueden acceder a ayuda online para sus tareas de la
escuela. Para las personas adultas que no terminaron su educación, pueden terminarla a
través de un programa educativo al que se accede online y que entrega títulos habilitantes.
En el mismo sentido, hay cursos de idiomas y hasta de gestión del dinero. Además, en Los
Ángeles viven 700 mil personas en condiciones de acceder a la ciudadanía estadounidense.
Las bibliotecas públicas de la ciudad ofrecen información y acompañamiento en el proceso
de convertirse en ciudadano. La experiencia fue replicada por las bibliotecas de Chicago y
otras partes del país.
Además de que la mayoría son bibliotecas circulantes, hay una amplia oferta disponible para
su consulta de manera remota para usuarios que son socios. La oferta de material es muy
vasta, desde mapas, libros raros e incunables, películas, investigaciones, hasta periódicos.
Una de esas bibliotecas es un centro de investigación y los libros antiguos están
concentrados en una. El lema de esta red podría ser “las bibliotecas como apoyo a la
comunidad”.

Madrid tiene dos redes de bibliotecas, 31 del Ayuntamiento y 16 de la Comunidad, que


trabajan integradas. Las del Ayuntamiento son las que reciben más visitas de los usuarios,
alrededor de dos millones al año, con una similar cantidad de consultas en el catálogo web.
Las bibliotecas que trabajan efectivamente en red pueden garantizar el acceso de toda la
sociedad a la información.
A través de eBiblio, las bibliotecas y servicios de lectura pública ubicados en la Comunidad
de Madrid ofrecen a la ciudadanía libros electrónicos a través de una plataforma que
permite acceder al catálogo y prestar obras digitales para leerlas en distintos dispositivos.
También tiene una aplicación para celulares con la misma función.

21
La última planificación de las bibliotecas fue para el período 2013-2016, a partir de los
resultados de la evaluación de sus indicadores, que hicieron públicos. Al comienzo de ese
período propusieron una serie de compromisos a partir de los cuales organizaron los
objetivos de su planificación a fin de mejorar sus indicadores: 1. mantener abiertas al
público el 90% de las bibliotecas todos los meses del año, durante la semana laboral, en un
promedio de 11 horas por día; 2. instalaciones apropiadas con el servicio que se presta, sin
barreras arquitectónicas y con el equipamiento adecuado. 3. Mejorar la atención al público.
4. Mantener de forma adecuada el fondo bibliográfico. 5. Realizar por año 10 mil altas de
nuevos usuarios y cada carnet en menos de cinco minutos. 6. Que los usuarios no esperen
más de diez minutos para retirar un libro en préstamo. 7. Resolver de forma inmediata las
consultas generales o bibliográficas. 8. Ofrecer internet inalámbrica en las bibliotecas.
Para esto diseñaron seis líneas estratégicas de acción: Biblioteca social y próxima, Biblioteca
para aprender, Biblioteca y nuevas tecnologías, Biblioteca al día, Biblioteca abierta al
entorno, Biblioteca sostenible, Biblioteca en el territorio. Cada línea cuenta con programas
direccionados que les dan sustento y se complementan. Así, Biblioteca para aprender tiene
programas de fomento de la lectura, formación digital, formación a lo largo de la vida,
recursos formativos para colectivos con necesidades específicas y formación sobre uso y
manejo de los servicios bibliotecarios. Mientras que Bibliotecas y nuevas tecnologías apunta
a mejorar los servicios de tecnologías de la información y la comunicación con mejor ancho
de banda, más cantidad de computadoras, integración con otros sistemas de gestión de
contenidos, ampliación de los trámites bibliotecarios online, mayor oferta de libros
electrónicos a partir de convenios con editoriales, entre otros. Otras líneas estratégicas
ahondan la cooperación y el trabajo en red con otras instituciones, buscan la visibilidad de
las colecciones y los servicios, instan a la participación de los usuarios –un consejo asesor es
una de esas formas de participación– y apoyan al sector de la industria editorial y de la
creación literaria.
En total programaron 5.945 actividades culturales para adultos, niños y adolescentes y
mantienen 90 clubes de lectura permanentes. Las actividades recaen en diferentes
responsables. Algunas en la Unidad Central de Bibliotecas Públicas, otras en los directores
de las bibliotecas, otras en distintos grupos de trabajo y todas con distintas alianzas:
colegios, centros culturales, usuarios.

22
De estas tres experiencias podemos tomar ejemplos de buenas prácticas bibliotecarias. La
planificación estratégica a mediano y largo plazo, la optimización de los recursos
disponibles, el fortalecimiento de los lazos comunitarios y de sostén de la parte de la
sociedad más necesitada de acceso a la ciudadanía y la evaluación continua de las políticas
con indicadores claros, son algunos de ellos.

Cambio de paradigma
La construcción de la biblioteca ideal es la metáfora de un lugar que habilite las múltiples
formas que adquiere la lectura, incluso por fuera de sus paredes. Entonces su rol sería
permitir y alojar la diversidad de lectoras y lectores. Esa biblioteca tendría que facilitar la
construcción de subjetividades no solo a través de la formación de ciudadanía y la lectura
ordenada cuya finalidad es construir conocimiento, como fue el proyecto liberal
decimonónico, sino también de la lectura que es juego, proyecto sin fin, de goce de la
lengua y la cultura.
Esta biblioteca está formada por una comunidad, cuya participación tiene que incentivar la
gestión al frente de la Dirección General. Está integrada por los bibliotecarios y el personal
de atención al público, los gestores culturales, los promotores de la lectura, los
investigadores y escritores, los estudiantes, los lectores, las editoriales, los vecinos de la
biblioteca, las instituciones del lugar donde está emplazada y las que guardan afinidad como
las escuelas y las universidades. ¿Cómo se decide qué libros comprar? ¿Por qué no hacer
una jornada participativa con los socios asiduos y que esté abierta a la comunidad? El
objetivo de este proyecto y de la actual gestión es que las bibliotecas sean una creación
colectiva.
Cada lector es un punto en la constelación de lecturas. En cada uno subyace un proyecto
personal y "se proponen objetivos de acuerdo a sus intereses y despliegan prácticas de
lectura acordes a ellos, combinando recursos convencionales y modalidades emergentes;
tecnologías centenarias y dispositivos electrónicos de última generación"4. Pero al mismo
tiempo, para ser restituido y reconocido como parte de esa constelación necesita espacios
de intercambio, de diálogo, de puesta en común, de acción multiplicadora de saberes. Esas

4 Néstor García Canclini, Hacia una antropología de los lectores, p.223.

23
dos funciones debe cumplir la biblioteca ideal. Puesto que nunca se leyó tanto como en esta
época y la escritura se liberó de formatos para ensayar nuevas dimensiones en las redes
sociales, correos electrónicos, blogs, las bibliotecas podrían estimular esa producción y
reproducción de cultura.
Todos estos temas son perceptibles en la devolución de los usuarios y en las palabras de los
especialistas y bibliotecarios. Son la base para pensar cambios profundos en el corto y largo
plazo que transformen a las bibliotecas en centros de la comunidad.

La biblioteca como usina cultural integrada a la comunidad


Pensamos a las bibliotecas como productoras de cultura. En ellas los bibliotecarios y sus
autoridades pueden estimular la participación de estos espacios en el desarrollo
comunitario. En las entrevistas que realizamos surgieron propuestas para establecer los
canales entre biblioteca y comunidad. Por un lado propusieron ampliar la idea de cultura
libresca y extender el rango de saberes involucrados para que puedan desarrollarse distintos
tipos de talleres –que pueden ir desde los manuales como encuadernación, ilustración,
hasta mixtos como leer una novela donde se coma un plato en particular y cocinarlo en el
taller, hasta visualización de películas vinculadas a la cultura escrita, talleres de lectura y de
escritura, autogestión cultural, etc.–. En el mismo sentido pensamos que las bibliotecas
deben tener un rol más activo en los lazos con otras instituciones del barrio y estar atentas a
las demandas de formación: una biblioteca generalista puede utilizar sus libros disponibles
sobre electricidad y ofrecer talleres ad hoc.

No es menor la responsabilidad que pueden asumir los espacios bibliotecarios para propiciar
la inclusión social. Como todas las grandes ciudades Buenos Aires está atravesada en
distintas etapas de su historia por los aportes culturales de la migración externa e interna.
En las aulas de las escuelas públicas de la ciudad conviven clases medias y populares que
pueden disfrutar de propuestas culturales comunes en la biblioteca de su zona. También hay
diversidades vinculadas a identidades, con un importante desarrollo bibliográfico. De los
foros surgió también que las salas de lectura deben ser espacios abiertos en los que
convivan lectores de todas las edades. En síntesis, Buenos Aires es rica en diversidad y esa
riqueza puede ser traducida en vida cultural comunitaria.

24
Algunos editores entrevistados –interesados en dar a conocer sus libros y con propuestas
culturales originales y creativas– plantearon la necesidad de organizar transversalmente
actividades de promoción de la lectura en las bibliotecas. Distintos escritores consultados
para esta investigación también mostraron interés en involucrarse en el devenir de la
biblioteca más cercana a su domicilio. Esto implica el desafío para la gestión de la Dirección
General de propiciar la creación, sostener e incentivar las propuestas de una suerte de
comunidad bibliófila alrededor de cada una de las 29 bibliotecas municipales. Esta
comunidad puede funcionar asociada a la gestión política, con una sensibilidad más a tono
con las potencialidades de la biblioteca y lo que ella representa en el imaginario porteño,
unido a un pasado bullente donde la biblioteca fue lugar de encuentro de vanguardias
artísticas, culturales, políticas y asociativas.
En la Ciudad de Buenos Aires se incentivó una política de centros culturales a partir de la
década de 1980 que concentró gran parte de las propuestas culturales y fueron escenario
privilegiado de la política cultural en los barrios. Como contraparte, las bibliotecas públicas
fueron consolidándose como lugares ligados al estudio, al silencio, al préstamo de libros y
fueron perdiendo su potencia como productora de cultura, aunque varias gestiones trataron
de dotarlas de vitalidad con la programación de actividades. Las gestiones de los 80
renovaron los acervos y abrieron bibliotecas infantiles en la zona sur de la capital y dieron
empuje a los bibliomóviles. Durante los 90 trataron de equiparar su participación en las
acciones culturales promovidas por el auge de los centros culturales durante los 80 e
intentaron reconvertirse, fomentando la programación de actividades culturales -incluso se
incorporó el área programación dentro de la estructura interna de la Dirección- con relativo
y sostenido éxito de público. En paralelo, el número de socios activos decrecía sin prisa pero
sin pausa.

Las preguntas que orientaron esta investigación son ¿deben las bibliotecas parecerse más a
los centros culturales o deben asemejarse a las bibliotecas escolares?, ¿cómo construir una
identidad propia para las 29 bibliotecas públicas, cuando en la ciudad conviven cientos de
ellas? Salvo excepciones puntuales los y las entrevistados/as especializados en la temática
se volcaron a definir un perfil de biblioteca con un eje fuerte en la apertura y en la
promoción de la lectura a través de distintas acciones culturales. Las bibliotecas son lugares

25
no solo de transmisión de conocimiento sino de producción y circulación de saberes ligados
a la cultura libresca.

En el foro de especialistas se planteó que las bibliotecas permanezcan como generalistas y


no sean especializadas en temáticas puntuales. En buena medida, por las distancias entre
una y otra sino porque al estar en barrios pueden acoger a niños, adultos, que se viva en
ellas como se vive en el barrio. Pensar que las bibliotecas chicas son un privilegio para el
lugar y que en ellas haya colecciones para la infancia, los jóvenes y los mayores; hacer de la
palabra escrita un mundo a compartir, incluso con espacios en donde puedan convivir. Y
para las que son más grandes, poder disponer de una especialización, manteniendo la base
generalista. Las bibliotecas públicas deben ser para todo el público y eso se debe reflejar en
sus colecciones. Deben servir para recomponer el tejido social, a partir de la palabra.
En cuanto al contenido de las bibliotecas, es necesario hacer referencia a las escuelas
públicas de la ciudad, en la que cada alumno recibe los manuales escolares que utilizará a lo
largo del año. En ese sentido, las bibliotecas no deberían duplicar lo que ya tienen sus
usuarios, sino incentivar la búsqueda de saberes a través de lecturas complementarias. Los
especialistas consultados en los foros coincidieron en esa función. Remarcaron que la
función de los mediadores de lectura es fundamental para facilitar esas búsquedas. Al
mismo tiempo los bibliotecarios deben ser sensibles a la comunidad y tener el respaldo
como para que sean vitales dentro del lugar.
Las vías para atraer nuevos lectores y, sobre todo, lectores jóvenes, es haciendo confluir la
lectura transmediática, con estrategias lúdicas, youtubers y booktubers, en donde el libro
también lleve a otros formatos como la música y distintas expresiones de la cultura. En otras
palabras, que la actualización que se emprenda de cara a bibliotecas para el siglo XXI liguen
la lectura al placer y no alimenten un vínculo utilitario con los libros.
Debemos despejar por un momento la idea de sala de lectura silenciosa y pensar en
sectores donde la sociabilidad y la circulación de la palabra sea propiciada. La biblioteca
abierta a la comunidad también puede acoger no solo a lectores tradicionales sino a los
vecinos que necesitan reunirse para debatir su devenir cotidiano, sus problemáticas e
intereses o incluso para trabajar.

26
Buenas prácticas bibliotecológicas
De los foros, las entrevistas, del mapeo barrial y del Encuentro Red de Bibliotecas Públicas
surgieron lo que podría considerarse como buenas prácticas en las bibliotecas.
 Nuevos horarios para nuevos usos: en la actualidad los horarios de atención al
público son acotados y, cuando una biblioteca abre hasta tarde es porque será usada
como espacio para una actividad cultural pero deja de estar dispuesta para la
lectura. Es necesario cruzar los horarios destinados para la lectura placentera –que
según se pudo ver en las encuestas y en los foros, en general son nocturnos– con
que el uso que el lugar permite. En ese sentido se puede comenzar con una prueba
piloto en dos bibliotecas que abran hasta tarde.
 Salas y palabras: la vieja imagen de una bibliotecaria añosa chistando a los usuarios
hay que desterrarla. Una biblioteca pública debe tener espacios cómodos y
amigables. En ellos puede haber un sector de sala parlante y de usos múltiples como
el dictado de talleres y juegotecas y otro sector destinado al trabajo en silencio.
 Aire libre: muchas bibliotecas de la ciudad tienen el privilegio que no tienen la
mayoría de los porteños, terrazas y jardines. Estos espacios son salas naturales de
lectura que, aprovechados, pueden revalorizar el lugar.
 Librarios abiertos: el incentivo de la lectura debe acompañar una característica
propia del lector, que es su curiosidad y el deambular de la mirada por los anaqueles,
yéndose de tema, descubriendo uno nuevo, encontrando otra perspectiva. Los
librarios abiertos permiten una libertad que tiene mucho más valor que el
determinado por la posible pérdida de un ejemplar.
 Puertas abiertas: deben estar integradas a la comunidad. De poco sirven las políticas
públicas sin la escucha atenta del barrio en el que la biblioteca se inserta; cada lugar
tiene sus particularidades y sus vecinos, necesidades específicas. La biblioteca debe
estar abierta para que los vecinos puedan reunirse a discutir problemas de la
comunidad; debe acogerlos. La biblioteca también puede contar y conservar la
memoria del barrio a través de muestras de libros de las bibliotecas particulares, de
fotografías familiares, etc. Es indispensable que la dirección política de la Dirección
General posibilite la creación y funcionamiento de una comunidad de la biblioteca:

27
bibliotecarios, docentes, usuarios, talleristas, promotores de lectura, escritores,
artistas.
 Bibliotecarios: los bibliotecarios son vitales y su actividad indelegable. Es necesario
que sean sensibles y receptivos a la comunidad; que desarrollen vínculos con las
instituciones; que hagan la tarea de mediadores de lectura; que imaginen
actividades y propuestas para quienes se acercan a las bibliotecas. Es importante que
puedan tener formación y capacitación que los mantenga actualizados, que atienda
a sus propios intereses, que puedan tener espacios para la escritura, para desarrollar
teoría y debatir problemáticas. Debe predominar que tengan cultura general e
interés lector por sobre la formación técnica.
 Accesibilidad al catálogo: la actualización del software Pérgamo es central. Deben
catalogarse también los libros que ingresan como donaciones y son aceptados. Al
mismo tiempo debe estar online. Un objetivo a largo plazo es un catálogo en común
con todas las bibliotecas con sede en la ciudad de Buenos Aires.
La búsqueda debe permitir que sea unificada, es decir, que la búsqueda arroje los
libros escritos por un autor, los que son sobre él, las actividades programadas que
hubiera sobre este autor y si es material de lectura de algún club.
Las donaciones son también una oportunidad para contruir y afianzar lazos entre la
comunidad del barrio de la biblioteca.
 Agilización en los préstamos y trámites: que el lector pueda resolver su préstamo de
forma sencilla y eficaz lo motiva a volver. Esto también posibilita que el bibliotecario
se dedique a su función primera, de referencista, un activo mediador de la lectura.
 El libro como bien de uso: es necesario introducir modificaciones en el estatuto que
tiene el libro dentro del Estado porteño. Debe pasar de ser un bien patrimonial a ser
un bien de consumo o uso, un bien fungible, extinguible en un plazo corto. Esto haría
que las compras sean más ágiles, los libros circularían más y se faciliría la renovación
del material.
 Establecer pactos de convivencia: la solemnidad impone una distancia con el objeto
libro que no queremos. Se impone flexibilizar lo que se puede hacer dentro de una
biblioteca: tomar café, mate o refrigerios. Pueden tener un lugar en común tipo

28
cocina abierta con mates y termos de uso público, tazas, dispenser de agua y
máquina de café. Lugares que funcionan también para el descanso y la sociabilidad.
 Nuevas tecnologías: las bibliotecas necesitan computadoras de uso público, e-
readers, servicio de libros electrónicos, digitalización, foros de usuarios, internet
libre. Cada biblioteca puede tener su propio canal para youtubers o booktubers, se
puede proponer mediadores de lectura online con consultas vía web o facebook. El
ciclo de recomendaciones es un buen antecedente, que podría trasladarse a las
redes. Varios lectores se mostraron interesados en compartir sus experiencias de
lectura o recomendar libros para otros lectores.
 Producción de cultura: acompañar las demandas de los usuarios, crear y sostener
talleres de distinto tipo, profesionalizados, de calidad. Los talleres son el eje de la
creación cultural. Empoderar y crear más clubes de lectura, difundirlos para atraer
nuevos lectores. Establecer concursos, muestras de los talleres. Establecer alianzas
con editoriales y facilitar las salas para actividades. Poner a las bibliotecas en el mapa
de las sedes de los festivales, incoporarlas a recorridos que proponen desde otras
áreas de gobierno, como los corredores nocturnos. "Ser facilitador" sería la consigna.
 Habitabilidad: los espacios de las bibliotecas fueron pensados para un uso que era
diferente y que partió de un paradigma de servicio distinto. Hoy queremos
bibliotecas con bullicio, con objetos culturales, interdisciplinarias, divertidas,
amigables, que permitan la sociabilidad, que sean un punto de encuentro. Para esto
necesitamos acondicionarlas a este uso. Es necesario habilitar espacios para el
trabajo solitario, para el trabajo en grupo, para la lectura placentera, para la
recreación. Nos proponemos pensar las bibliotecas no solo desde las temáticas que
tradicionalmente atraviesan las preocupaciones bibliotecológicas, sino también en
relación con su arquitectura y habitabilidad.
 Funcionar en red: es importante que se pueda establecer el préstamos
interbibliotecario para que todos los libros de la red estén disponibles para los
usuarios. Que cada boca de atención al público sea la representación de la red.
 Comunidad participativa: participación de los usuarios en la selección de material a
comprar y en las propuestas de actividades. Diversificar los servicios en función de la
demanda de usuarios.

29
 Previsibilidad: Algunas actividades deben tener previsibilidad para crear un público
fiel: los viernes teatro en Güiraldes y los jueves presentaciones de libros en Guido y
Spano, por ejemplo.
 Difusión permanente: es importante que la Dirección General tenga una estrategia
de comunicación diseñada. Esta no debe concentrarse en las actividades culturales
sino que en primer lugar debe difundir la existencia de las bibliotecas municipales,
los servicios que presta, la gratuidad del acceso, las ventajas de la red. Campaña de
asociación masiva en colegios secundarios: la bienvenida a la escuela tiene que ser
acompañada con el carnet de la biblioteca.

Contamos con una red de bibliotecas en la ciudad y nuestros lectores son socios de esa red.
Un acercamiento a la dinámica de cada biblioteca permite arriesgar, sin embargo, que la red
es una instancia ficcional o una metáfora solo imaginable por la existencia de una Dirección
General en la que se referencian. El reto es integrar esa red. De los foros salieron propuestas
de promoción de la lectura para dar visibilidad a las bibliotecas a través de actividades
simultáneas. También se propuso sumar el servicio de intercambio bibliotecario para que un
lector no deba trasladarse desde su biblioteca de referencia sino que sea el libro lo que sea
entregado en sus manos, cerca de su casa.
De los mismos foros surgió el rechazo al desarrollo de una biblioteca central y bibliotecas
tematizadas y se percibió el perfil generalista como una ventaja para las demandas de
comunidades barriales acotadas.

Indicadores
Las bibliotecas de la ciudad necesitan poner en práctica indicadores permanentes de
rendimiento, como medio para evaluar los servicios, prever problemas antes de que estos
ocurran y dar respuesta integral a las demandas sobre las bibliotecas. Deben ser una
herramienta privilegiada para la gestión puesto que la medición del desempeño permite
comparar los datos obtenidos con los objetivos planteados para las bibliotecas.
La planificación debe tener objetivos a mediano y largo plazo. Una planificación trianual
como por ejemplo 2017-2019 debe alimentarse de los datos parciales –semestrales y

30
anuales– que arrojen los indicadores para poder ajustar las políticas en función del binomio
datos/objetivos.
En primer lugar es necesario planificar, plantear objetivos y prioridades. Luego comunicar los
servicios y sus ventajas a los trabajadores y los usuarios. Prever los problemas antes que
reaccionar ante una crisis, analizar las causas en las áreas problemáticas. Decidir a partir de
datos para tomar decisiones pertinentes. Evaluar de forma permanente el camino hacia los
objetivos propuestos. Justificar la asignación de recursos.5
Los datos duros son necesarios para cuantificar servicios, material de consulta, visitantes y
préstamos, pero deben estar subordinados a una política cultural bibliotecaria. Las
metodologías de evaluación deben hacer pie en la planificación, la gestión y los objetivos.
La eficacia en términos bibliotecológicos supone, según la norma ISO 11620, el grado de
cumplimiento de los objetivos propuestos y esa eficacia debe medirse también al lado de la
utilidad y la relevancia del servicio prestado.

área6 indicador objetivo definición método cálculo


Servicios Compra de libros Consignar el El porcentaje de Calcular el Se debe dividir la
técnicos índice de libros adquiridos porcentaje de cantidad de
adquisición de por año libros comprados títulos adquiridos
material sobre el total de sobre la cantidad
bibliográfico las publicaciones de títulos
nacionales. publicados, por
100.
Digitalización Determinar el Proporción de Se divide la
índice de títulos cantidad de
digitalización de digitalizados libros
títulos digitalizados
sobre la cantidad
de títulos de las
bibliotecas y se
multiplica por
cien

5 Claves para el éxito: indicadores de rendimiento para bibliotecas públicas. Barcelona:


Eumo Editorial, Ediciones Octaedro, 1995. Citado en Alonso Arévalo, Echeverría Cubillas y Martín
Cerro, “La gestión de las bibliotecas universitarias: indicadores para su evaluación”. Disponible online
en ˂http://www.cyta.com.ar/elearn/inbiblio/material/material_archivos/pic.pdf˃.
6 Estos indicadores se construyeron tomando como referencia la Norma ISO 11620 y los análisis de

Verónica L. Cavalleri, “Evaluación de bibliotecas escolares: una propuesta basada en la norta ISO
11620”, mimeo, 2014; Miguel Duarte Barrionuevo, “Indicadores como instrumento de evaluación de
los servicios bibliotecarios”, Boletín ANABAD, vol. xiv, 1995.

31
Percepción del Satisfacción del Valorar el estado Se promedia el Se debe diseñar Se cuenta la
usuario usuario de satisfacción valor en una un cuestionario frecuencia de los
con los servicios escala del 1 al 5, con los servicios valores para cada
valorada por los a valorar. La servicio y luego
usuarios. evaluación puede se saca el
ser continua en porcentaje.
cada biblioteca y
luego, en un
corte temporal,
procesar los
datos, o bien
realizarlo con
una muestra
representativa de
los usuarios.
Satisfacción de Valorar el grado Se promedia el Se debe diseñar Se cuenta la
los asistentes a de satisfacción valor en una un cuestionario frecuencia de los
actividades con las escala del 1 al 5, con los servicios valores para cada
culturales actividades valorada por los a valorar. La servicio y luego
culturales usuarios. evaluación debe se saca el
hacerse entre los porcentaje.
asistentes de
cada actividad.
Porcentaje de Obtener un Socios que han Se debe Se divide la
usuarios activos promedio de visitado la contabilizar los cantidad de
actividad entre biblioteca socios que socios activos
los socios de la visitaron al sobre la cantidad
red de menos una vez la total de
bibliotecas biblioteca en el asociados, y se
año. Cada uno se multiplica por
cuenta una sola cien.
vez.
Características de Obtener Características de Se debe diseñar Entre los socios
la población información los socios que un cuestionario activos, sacar
activa sobre los socios han visitado las con promedios de
activos bibliotecas características edad, etc.
que permitan
conocer a los
usuarios. Los
datos deben ser
completados por
los encargados

32
de atención al
público: franja
etárea, barrio,
nivel de
instrucción, hijos,
colección
consultada
Servicios Porcentaje de Obtener el Cantidad de Contabilizar las Se divide la
públicos horas de promedio de horas de horas y tener en cantidad de
atención al tiempo en que apertura al cuenta días de horas que la
público cada biblioteca público al año de cierre por biblioteca prestó
de la red prestó cada biblioteca. feriados, servicio efectivo
servicios desinsectación, con cantidad de
efectivamente cierres por horas ideales de
refacción y cierre atención al
por vacaciones. público en días
laborales y se
multiplica por
100.
Porcentaje de la Valorar la Personas que Sacar del número Se divide la
población efectividad del han visitado la de préstamos la cantidad de
atendida en préstamo a biblioteca y cantidad de usuarios que
préstamo a domicilio usado el servicio usuarios retiraron libros
domicilio de préstamo a sobre la cantidad
domicilio de la población
de la ciudad y se
multiplica por
100.
Porcentaje de la Valorar la Personas que Sacar del número Se divide la
población efectividad del han visitado la de usuarios que cantidad de
atendida para préstamo en sala biblioteca y hacen uso del usuarios que
préstamo en sala usado la sala de servicio de utilizó la sala de
lectura lectura en sala lectura sobre de
la población de la
ciudad y se
multiplica por
100.
Movimiento de Evaluar la tasa de El número total Contar el número Se divide el
colección uso completo de de préstamos de de préstamos número de
una colección de una colección registrados en el préstamos sobre
préstamos año el total de

33
documentos de
la colección.
Disponibilidad de Tener el número El número total Recopilar en una Se divide el
títulos de demandas de de títulos planilla los títulos número total de
libros no requeridos que pedidos que no libros no
resueltas no se encuentran se encuentran de disponibles sobre
en las bibliotecas inmediato en la el total de libros
biblioteca disponibles, por
cien.
Porcentaje de Valorar el éxito Personas que Cuantificar el Se divide la
asistencia a de las actividades han asistido a las número de cantidad de
actividades culturales actividades de asistentes a las usuarios que
culturales promoción de la actividades asistió a
lectura culturales actividades
culturales sobre
la población de la
ciudad y se
multiplica por
100.

A modo de cierre
En la actualidad las bibliotecas públicas de la ciudad atraviesan una crisis con muchos rostros:
edilicia, cultural, normativa, de actualización de contenidos, entre otros. Sin embargo, se mantienen
en el imaginario y con cierta nostalgia como lugares centrales para la vida barrial. Representan el
espacio público de la manera más amable, horizontal y sociable y dan a su comunidad las
posibilidades de la recreación, el ocio y el placer en las horas cotidianas. Son igualitarias,
democráticas, incluyentes, no hay diferencias de género ni de clase, todas y todos son bienvenidos
bajo un mismo rótulo: lectores.
El trabajo del Laboratorio Bibliotecas ofreció el diagnóstico necesario para que esos espacios
recuperen el rol nodal que tuvieron en otro momento, con la transformación necesaria que impone
el siglo, atravesado por nuevos intereses, nuevos dispositivos de lectura y la demanda creciente e
ineludible de promoción de la lectura. Nada de esto puede realizarse, como vimos, al margen de la
comunidad que rodea cada biblioteca sino abriendo sus puertas y trabajando con ella. El desafío no
es solo, entonces, abordar los problemas de las bibliotecas como atomizados en ellas sino saber que
llevan implícitos la calidad de vida de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos que rodean esas

34
bibliotecas. Los efectos de resolver esa crisis de la que dimos cuenta mejorarán y transformarán para
mejor la vida cultural y social de la ciudad.

35

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