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Dialnet AlteracionesDelProcesamientoFonologicoDelHabla 66054 PDF
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Resumen
El estudio de las alteraciones fonológicas presentes en el habla de pacientes que han padecido
lesiones cerebrales constituye uno de los temas centrales en el estudio de la patología del len-
guaje. Aunque fueron detectadas desde muy al principio de la configuración del campo de es-
tudio, es a finales de los años sesenta cuando las alteraciones fonológicas comienzan a ser abor-
dadas a través del análisis del propio output de los pacientes. Ello ha permitido establecer los
distintos patrones selectivos de alteración en las diferentes categorías clínicas, así como explicar
dichos patrones a la luz de las propuestas explicativas generadas en el estudio del procesamien-
to normal del lenguaje. El presente artículo revisa los principales hallazgos y su explicación a
través de los modelos más pertinentes.
Abstract
The study of phonological impairments displayed in the speech of aphasic patiente is one of
the most prominent topics of the pathology of language. Althougt these impairments were
known since the first moment aphasia becomes matter of study, it was not until 60's that they
were analyzed using the own patien's output. In this way, it has been possible to distinguish
different selective patterns of impairment across clinical categories and to explain them through
the various models generated in the study of normal processing of language. This paper re-
views the principal findings and its explanation through the most relevant models.
Patrones
Modelos explicativos
Los modelos más influyentes en la explicación de las parafasias literales
(en general y de la afasia de Conducción en particular) han sido el modélo
clásico de desconexión (Canter, Trost y Burns, 1985), derivado de las pri-
meras propuestas de los «constructores de diagramas» (Wernicke y Licht-
heim, fundamentalmente), y el modelo de producción de Garrett (1980,
1982), del que se han derivado los modelos más específicos que veremos.
Estos modelos permiten contemplar las parafasias fonémicas en relación a
otros tipos de emisiones anómalas relacionadas con los aspectos formales
de las palabras.
Para el modelo clásico de desconexión las parafasias fonémicas del afá-
sico de Conducción se explicarían en función de una desconexión anató-
mica entre el área de Wernicke (representaciones fonológicas) y el área de
Broca (representaciones motoras). Esta forma de explicación asume una pri-
mera etapa de procesamiento en la que se recuperaría el patrón fonológico
del elemento léxico, en esta primera etapa tendría un papel crucial el área
de Wernicke. Dicho patrón se transmitiría al cortex anterior en el que el
área de Broca habría de traducir dicho patrón fonológico en una represen-
tación motora que, a su vez, seleccionaría el patrón de movimientos arti-
culatorios adecuados y enviaría, por último, las instrucciones pertinentes a
los órganos periféricos de producción del habla.
Según este modelo, la lesión anterior daría lugar a errores de selección
de fonemas y a errores fonéticos. Los errores de secuenciación, por su par-
te, indicarían un déficit en la recuperación de la forma fonológica de la pa-
labra, a la vez que supondrían un sistema de codificación motora intacto,
como se desprende de la facilidad con la que muchos parafásicos emiten las
palabras. Parece que estos grupos no difieren entre sí encuanto a la presen-
cia-ausencia de tipos de error, sino en función de la distribución de los mis-
mos.
En esta misma línea, Blumstein, Baker y Goodglass (1977) han sugeri-
do que el patrón de habla observado en los afásicos de Conducción podría
representar la posición central en un continuo de conductas fonológicas,
mientras que los patrones tipificados como propios de Broca y de Wernic-
ke ocuparían los puntos extremos. Una afirmación semejante, desde una
perspectiva neuroanatómica, es la de Damasio y Geschwind (1984) quienes
a partir de la revisión de diversos estudios sobre los correlatos anatómicos
de la afasia de Conducción afirman que este es un «síndrome intermedio
entre las afasias de Broca y Wernicke. La situación estratégica de la lesión
total o parcial, bien sea del área de Broca o de Wernicke, da lugar a una
notable preservación de la comprensión auditiva y de la producción del ha-
bla» (pág. 134).
El modelo de Garrett da cuenta tanto de la producción de palabras ais-
ladas como de oraciones y consta de 5 niveles de representación (nivel de
mensaje, nivel funcional, nivel posicional, nivel fonético y nivel articulato-
rio). Para los objetivos presentes, lo más interesante son las operaciones
1 01
que tienen lugar a partir del nivel funcional. Una vez recuperado el signi-
ficado de los elementos léxicos en el nivel de representación funcional, se
procede a: a) el establecimiento del marco sintáctico (especificación de la
entonación de la frase y de los morfemas de clase cerrada libres y ligados);
b) recuperación de las formas léxicas, y c) asignación real de las palabras
de clase abierta a sus lugares específicos. Es importante tener en cuenta que
tal como se propone el modelo, el marco sintáctico establecido en el nivel
posicional contiene espacios vacíos que serán ocupados por los elementos
de clase abierta en una fase posterior. Esto es, los elementos de clase cerra-
da se sitúan en su posición antes de seleccionar y situar los elementos de
clase abierta. Este es el punto importante para entender las parafasias foné-
micas.
Buckingham (1981) señala que las parafasias fonémicas ocurren durante
la selección y ubicación de los elementos de clase abierta en los marcos de-
terminados en el nivel posicional, esto es, en la fase (c). Esta explicación
serviría, además, como argumento explicativo acerca de la inexistencia de
parafasias fonémicas en «items» de clase cerrada que ya fuera puesta de ma-
nifiesto por Blumstein. La razón, según el modelo de Garrett, es que las
palabras funcionales están ya ocupando sus posiciones en el marco, perte-
necen a otro mecanismo distinto, presumiblemente intacto. El mismo
Garrett (1984) sugiere que el problema del afásico de Conducción estriba
en el proceso de acceder totalmente a la forma de las palabras, que se re-
cupera en el nivel posicional, a partir de la recuperación de su significado.
Para reforzar este argumento apela a los resultados obtenidos por Good-
glass y cols., sobre el fenómeno de «tenerlo en la punta de la lengua» que
hemos expuesto anteriormente. El afásico de Conducción recupera el sig-
nificado del elemento léxico y sólo parcialmente su forma.
Las parafasias fonémicas representan, pues, una ruptura del procesa-
miento entre el nivel funcional y el nivel posicional, mientras que otras pro-
ducciones anómalas supondrían la alteración de otros mecanismos. Así, las
emisiones del afásico de Broca consistirían en una combinación de trans-
tornos fonológicos y fonéticos.
Un modelo que da cuenta de manera más específica de las parafasias fo-
némicas es el modelo de Shattuck-Hufnagel (1979). Dicho modelo podría
considerarse intercadado entre los niveles funcional y posicional del mo-
delo de Garret ya que postula mecanismos necesarios para la selección y
ubicación de los elementos de clase abierta.
El modelo de Shattuck-Hufnagel postula, en primer lugar, un «meca-
nismo de copia» (scan-copier) cuya misión será asegurar que la emisión va
a ser un reflejo de aquello que se representó y que opera sobre el elemento
léxico mientras éste se encuentra en algún tipo de «retén» o almacén de me-
moria operativa. Y, en segundo lugar, un «monitor» que registra los ele-
mentos que ya han sido copiados y, por tanto aseguraría que, una vez los
elementos se han copiado en su orden de produción, ya no se copian más.
Esto es, eliminaría de la memoria a corto plazo los segmentos ya utilizados
e impediría la aparición de secuencias fonológicas anómalas.
Durante el proceso de selección, el mecanismo de copia podría hacerse
muy sensible a: a) el conjunto de segmentos fonológicos semejantes a aquel
que se está copiando, hecho que daría lugar a la aparición de una parafasia
fonémica en la que el «target» y el «output» tienen mucho en común; b) a
102
las ocurrencias repetidas en el retén del segmento que se está copiando (en
circunstancias normales, el monitor podría evitar estos errores de copia,
pero en algunos casos de afasia, el mal acoplamiento de este mecanismo po-
dría dar lugar a errores de movimiento, sobre todo perseveraciones (Buc-
kingham, 1985), y c) a qué segmentos son vocales y cuáles consonantes,
de este modo, las vocales se sustituirán por vocales y las consonantes por
consonantes.
Léxico
Monitor
Formas
fonológicas
Orden de
Mecanismo producción
de
copia
FIGURA 1
Léxico
Memoria
«Input» operativa
Programación
prearticulatoria
Programación
aruculatoria
1
«Output»
FIGURA 2
LOS NEOLOGISMOS
Para algunos autores (Ellis, Miller y Sin, 1983) los neologismos no cons-
tituyen una categoría distinta de las parafasias literales o fonémicas expues-
tas antes, como parece desprenderse del hecho de que utilicen el término
«neologismo» de manera genérica para referirse a ambas formas de emi-
sión. En nuestra opinión, existen características distintivas que justifican la
consideración de estas producciones erróneas por separado.
El neologismo es una palabra nueva, una pseudopalabra en realidad, sin
sentido, perfectamente articulada que respeta las constricciones fonológicas
de la lengua del hablante, es insconsistente, y el sujeto parece no tener con-
ciencia de su emisión. Ejemplos de neologismos quídigue por «quince», co-
larón por «azul», estematei por «insistir», alflados por «flecos», tíngulo
por «triángulo». Los neologismos constituyen la forma de expresión do-
minante en la afasia de Wernicke (Sánchez-Bernardos, Sánchez-Casas y
García-Albea, 1985), aunque también se manifiestan en menor medida en
otras afasias posteriores como la afasia de Conducción y la Anómica (Buc-
kingham, 1979).
105
La idea más generalmente aceptada sobre los neologismos es que su emi-
sión podría estar traduciendo la dificultad que el sujeto experimenta para
encontrar la palabra deseada; una estrategia para compensar un déficit de
la que, por supuesto, el sujeto no es consciente (Butterworth, 1979, 1985).
El interés de la investigación ha recaído en dos temas. Por un lado, las ca-
racterísticas de los neologismos y, por otro, su tipología. A continuación
revisaremos estos dos apartados.
A través de los distintos estudios que se han ocupado directamente de
analizar las características que presentan los neologismos emitidos por su-
jetos afásicos es posible extraer las siguientes conclusiones:
a) Casi sin excepción, los neologismos se ajustan a las constricciones
fonológicas de la lengua del hablante (Buckingham, Kertestz, 1976).
b) Aunque en ocasiones son irreconocibles, es posible establecer la ca-
tegoría gramatical a la que pertenecen ya que el contexto en el que se emi-
ten (palabras de clase cerrada) está preservado (Buckingham, 1979; Butter-
worth, 1979; Ellis et al., 1983).
c) La mayor parte de los neologismos sustituyen a palabras de clase
abierta, sobre todo nombres (Buckingham y Kertestz, 1976; Lecours y
Rouillon, 1976).
d) La frecuencia de uso parece ser una variable importante (Ellis et
al., 1983; Caramazza et al., 1983), de tal manera que los «items» de baja
frecuencia serían más susceptibles de dar lugar a la emisión de neulogis-
mos. En otras ocasiones, sin embargo, lo que se ha puesto de manifiesto
no es la importancia de la frecuencia de uso, sino, la longitud del elemento
léxico, al menos en lo que a la tarea de denominación escrita se refiere (Frie-
derici, Schoenle y Goodglass, 1981).
e) Los errores escritos se asemejan ortográficamente al «target», de la
misma forma que el neologismo emitido en el «output» oral comparte al-
gunas propiedades fonológicas con el «target». Tales errores escritos no
«suenan» como el «target», ni constituyen la transcripción de lo que el su-
jeto ha intentado decir.
f) En general, la tarea de denominación escrita está mejor conservada
que la oral (Hier y Mohr, 1977; Ellis et al., 1983; Caramazza et aL, 1983).
Es decir, el sujeto puede escribir palabras que es incapaz de producir oral-
mente. Sin embargo, también en ese punto los resultados son contradicto-
rios: Friederici et al. (1981) no encontraron en un sujeto diferencias signi-
ficativas entre denominación oral y escrita.
g) Aunque los sujetos con neologismos parecen rendir bien en tareas
de comprensión escrita (p. ej., emparejar dibujo-palabra), manifiestan un
déficit de comprensión auditiva, si bien el locus funcional de dicho déficit
sigue siendo incierto.
h) A pesar de la preservada capacidad para comprender palabras es-
critas, estos sujetos emiten neologismos cuando intentan leer palabras en
voz alta (Ellis et al., 1983; Caramazza et al., 1983).
CICC.C< ( < (« IC C
NO Parar
búsqueda
H.5 Comprobar
si adecuada
cacc««««
Neologismos
Tipo A
NO
Rellenar I ¿Adecuada?
huecos
SI
1'
NO SI
Utilizar Neologismos
Tipo B
mecanismo
generación
,Output»
FIGURA 3
Mecanismo explicativo de la generación de neologismos (Butterworth, 1979, 1985)
CONCLUSIONES
Notas
(1) El subrayado es mío.
(2) El número de página corresponde a la fecha de la edición en español que figura en la
bibliografía.
(3) A menos que se especifique la fuente de donde se han tomado, deberá entenderse que
los ejemplos corresponden a emisiones reales de pacientes afásicos hablantes de español.
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