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Pensar las culturas juveniles


Equipo multimedia de apoyo a la fomación inicial y continua de docentes

Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología


Material de distribución gratuita, prohibida su venta
Equipo multimedia de apoyo
a la formación inicial y continua de docentes

Pensar las culturas juveniles


por Jorge Elbaum
Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología
Lic. Daniel Filmus

Secretario de Educación
Lic. Juan Carlos Tedesco

Subsecretaria de Equidad y Calidad


Lic. Alejandra Birgin

Directora Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente


Lic. Laura Pitman

Coordinadora del Área de Desarrollo Profesional Docente


Lic. Silvia Storino
Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente

Área de desarrollo profesional docente

Proyecto “Equipo multimedia de apoyo a la enseñanza”

Coordinación general
Silvia Storino
Esteban Mizrahi

Coordinación ejecutiva
Liliana Calderon
Martín D'Ascenzo

Supervisión
Patricia Bavaresco
Corina Guardiola
Mercedes Potenze
Claudia Rodríguez
Adriana Santos
Teresa Socolovsky
Verónica Travi

Producción editorial
Viviana Ackerman
Raquel Franco
Karina Maddonni
Adriana Martínez
Sergio Luciani
Nora Raimondo
Liliana Santoro
Mario Pesci

Agradecemos especialmente a Raquel Gurevich, Beatriz Masine, Javier Trímboli. Expresamos asimis-
mo nuestro agradecimiento por la lectura crítica de los módulos a los siguientes profesores de nivel
medio: Matilde Carlos, Sergio Carnevale, Horacio Fernández, Marcela Franco, Emilce Geoghegan,
Rubén Guibaudi, Julián Insúa, Gertrudis Muchiute, Claudia Paternóster, Andrea Paul, Mónica
Pianohoqui, Gustavo Ruggiero, Alfredo Sayus, Adriana Valle.
Estimados colegas:
Una de las preocupaciones compartidas por los profesores de escuela secundaria es la de gene-
rar en sus aulas mejores condiciones para la comprensión y apropiación de los saberes que la
institución esta convocada a transmitir.
Los alumnos que habitan nuestras escuelas transitan una época en la cual la producción audio-
visual ocupa un lugar protagónico: los jóvenes y también los adultos formamos parte de un
mundo que se comunica, divierte, informa y conmueve por medio de las imágenes. Desde esta
perspectiva, nos hemos planteado la tarea de encontrar nuevos lenguajes y formatos que tor-
nen posible un mayor acercamiento entre docentes, alumnos y contenidos de enseñanza.
En esta oportunidad, buscamos poner a disposición de los Institutos de Formación Docente un
conjunto de materiales que faciliten la comprensión de problemáticas específicas del mundo
contemporáneo relativas al mundo del trabajo, las culturas y los vínculos juveniles. Los mis-
mos potencian el uso de la imagen como recurso para la reflexión sobre temáticas clave que
atraviesan nuestra época.
Creemos que introducir nuevas narrativas en la escuela puede ser una excelente ocasión para
abrir debates acerca de los múltiples cambios históricos, sociales, políticos, económicos y de
la vida cotidiana que se abordan como objeto de conocimiento en la escuela.
La Ley de Educación Nacional dispone la obligatoriedad de la Escuela Secundaria. El desa-
fío que se nos plantea como sociedad es garantizar la inclusión de los adolescentes y jóvenes
en la escuela desde una justa distribución de los bienes culturales de los que disponemos. En
este sentido, esperamos que los materiales que aquí presentamos enriquezcan la tarea de ense-
ñar y aprender en la escuela media.

Cordialmente,
Lic. Daniel Filmus
Equipo multimedia de apoyo a la formación
inicial y continua de docentes

La cultura audiovisual es mirada muchas veces con recelo por la escuela, cuya cotidianeidad
transcurre entre escrituras y lecturas. Sin embargo, los avances producidos en el pensamiento
pedagógico y en cada uno de los campos didácticos sugieren que es posible favorecer los proce-
sos de aprendizaje en los alumnos introduciendo nuevos lenguajes en el ámbito escolar.
Dado que el cine y otros medios de expresión visual han alcanzado un lugar destacado en la cul-
tura, pueden servir como vía propicia para acceder a las problemáticas cuyas múltiples transfor-
maciones afectan la vida cotidiana en las sociedades actuales y que se abordan como objeto de
conocimiento en la escuela.
Nos referimos a los medios audiovisuales como recursos para la enseñanza de contenidos pero a
la vez reserva espacio para realizar una alfabetización audiovisual en acto, en tanto el encuentro
que supone genera oportunidades de interacción entre los jóvenes y la imagen, en un ambiente
claramente marcado por la intencionalidad pedagógica.
El equipo multimedia de apoyo a la formación inicial y continua de docentes que aquí presenta-
mos, esta conformado por cuatro ciclos temáticos. Cada uno de ellos se compone de cuatro films
y un cuadernillo para el docente que profundiza los temas abordados en las películas, a saber:
El cuidado del otro
Pasado argentino reciente
Los jóvenes y el mundo del trabajo
Pensar las culturas juveniles
Este material esta acompañado por un CD interactivo con información adicional.
Esperamos que este material acompañe el trabajo de los docentes y colabore potenciando los pro-
cesos de enseñanza.

Dirección Nacional de Gestión Curricular y Formación Docente


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Índice

Introducción ............................................................................................................................... 11

Tradiciones de investigación sobre los jóvenes ...................................................................... 21

Socialización y grupo de pares ................................................................................................ 29

Culturas fragmentadas ............................................................................................................. 35

Etapa sustantiva y no transitiva ............................................................................................... 41

Luchas por el sentido de la palabra joven ................................................................................ 45

Nostalgias contraproducentes .................................................................................................. 47

Sexualidad adolescente ............................................................................................................. 51

La escuela y la familia ............................................................................................................... 55

Los medios ................................................................................................................................. 59

La ciudad de la juventud............................................................................................................ 65

Culturas juveniles urbanas........................................................................................................ 77

Tribus ......................................................................................................................................... 81

El capital de la autenticidad...................................................................................................... 93

Jóvenes en disputa: maneras de nombrarse ............................................................................. 97

Bibliografía............................................................................................................................... 101

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Introducción

“La juventud latinoamericana actual El keynesianismo, en crisis desde los años


tiene rasgos que la hacen diferente de la 70 hasta fines del siglo XX, se caracterizó por
de otras regiones, y diferente también de la generación de una sociedad basada en el
las juventudes de la región en el pasado. consumo de las masas y en un mecanismo de
Se encuentra en la conjunción entre dos elaboración "fordista", de estandarización, de
grandes procesos históricos: uno es el líneas de montaje y de producción en serie
ciclo de la transformación estructural que ha dejado paso, a inicios del siglo XXI, a
de las sociedades latinoamericanas, que la flexibilidad, la innovación permanente, la
cambiaron, con diversa intensidad y segmentación de los mercados y el culto del
ritmo, a partir de la posguerra; el otro packaging, la publicidad y el consumo simbó-
es el de la crisis económica de los ochen- lico.
ta, que puso de relieve las insuficiencias El Estado de bienestar keynesiano brinda-
de los modelos de desarrollo existentes. ba previsibilidad y un contrato social susten-
La juventud tiene un papel crucial en tado en la posibilidad de integrarse y ascen-
ambos procesos. Por su enorme peso en der en la escala social. Pero en los últimos
la estructura de edades de la región, fue treinta años este esquema se derrumbó
primero objeto del proceso de incorpo- dejando la hegemonía productivista del sec-
ración a las formas modernas de orga- tor secundario, basada en la producción
nización social; luego, cuando la rece- material, en una situación de debilidad fren-
sión frenó o desarticuló la te al crecimiento del mundo financiero e
modernización, pasó a ser un grupo de informático y constituyendo así una nueva
edad particularmente afectado por la hegemonía: la del imperio de los intangibles,
exclusión.” los bienes simbólicos y la sociedad de la
GERMÁN RAMA1 información.
La digitalización, la
En los últimos años la sociedad se ha visto interconexión y la
atravesada por cambios enormes en su confi- profusión de la infor-
guración y en la forma en que se realizan los mación caracterizan
el presente en el que
procesos de socialización de los niños y jóve- los jóvenes se
nes. Desde el final de la hegemonía del encuentran insertos.
Estado benefactor hemos atravesado muta-
ciones que han dejado huellas profundas en
las biografías, memorias y experiencias indi-
viduales y colectivas.

1. Citado en Bolívar Franco, "Centroamérica y Panamá: movimientos sociales juveniles y proyecciones hacia el nuevo
siglo. Elementos para el debate", texto mimeografiado, Centro de Estudios Latinoamericanos, CELA, 2005.

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Los resultados de este proceso se relacio-


nan íntimamente con el perjuicio sistemático
y permanente de la educación, motivado por
la devaluación de los conocimientos, su perpe-
tua obsolescencia y consiguiente sustitución. Los signos estilísticos y estéticos configuran el
Además, se ahondan las distancias entre quie- nuevo lenguaje de los jóvenes. Se comunican y se
nes forman parte de las juventudes globales identifican con señales cómplices con las que se
pretenden diferenciar del mundo adulto y de otros
integradas a las redes de información, a la con- grupos juveniles.
figuración de estéticas de vanguardia juvenil y a
modas de pertenencia generacional. Esas bre- orientadas hacia y desde los propios jóvenes.
chas vuelven heterogéneas a las distintas juven- La participación de los jóvenes en las tecno-
tudes y exigen nuevos parámetros de interpre- logías de la información y la comunicación
tación y, probablemente, originales acciones pone en evidencia el cambio que se ha dado en
el capitalismo tardío, donde el dinamismo más
elocuente se observa en el sector de servicios
Los beneficios del desarrollo tecnológico no favorecen por igual más que en la producción fabril. A este fenó-
a todos los estratos sociales. Esto ha influido en la polarización meno se lo ha denominado "la emergencia de
socioeconómica en el interior de las sociedades nacionales y en la la sociedad posindustrial", y su correlato es una
ruptura de fronteras para los grupos económicamente más
privilegiados. Así, los jóvenes con mayores recursos económicos se
nueva división internacional del trabajo en la
empiezan a parecer más a los jóvenes con las mismas condiciones que los países centrales se insertan en la globa-
económicas de todas partes del mundo. Tienen acceso a la lización especializándose en la alta tecnología y
informática, a los conocimientos vigentes y más exposición a los dejando a los países subordinados la parte
adelantos. Los grupos de menores recursos van quedando alejados de
los avances. Ese proceso de reordenamiento de las sociedades en el
"sucia" del armado de los productos o la parti-
planeta aumenta la dualidad en el interior de los países y plantea un cipación minoritaria en la producción tecnoló-
gran desafío en la concepción de las políticas y programas para la gica de los productos y los servicios.
juventud. Se hace necesario reconocer la situación de los jóvenes, la Los "intangibles" simbólicos (como el pro-
heterogeneidad de los grupos.
pio conocimiento y la cultura en general) se
Krauskopf, D., "Dimensiones críticas en la participación social de las
juventudes" en La participación social y política de los jóvenes en el constituyen en los factores causales más impor-
horizonte del nuevo siglo, Buenos Aires, GT Juventud, CLACSO, 2000. tantes de la producción económico-social.2
Este nuevo paradigma pone en foco, desde otra
perspectiva, el universo cultural de cada una de

2. Algunos de los elementos característicos del nuevo modelo tecnoproductivo son: la creciente segmentación del
mercado, la diferenciación de los productos, el acortamiento de su ciclo de vida, la alta demanda de calificación de
los recursos humanos, la creciente globalización de los mercados, la importancia de la innovación de los procesos,
productos y formas de comercialización: diseños, envases y construcción de imagen corporativa. En este sentido, ver:
Miguel Lengyel, La organización moderna, más allá del fordismo, Editorial Mercado, Buenos Aires, 2000.

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la sociedades y su capacidad para adaptarse -o que fragmentan crecientemente la sociedad,


no- a las nuevas lógicas hegemónicas. La cultu- dejando a amplios sectores por fuera del
ra, la comunicación, la estética, el diseño, la nuevo formato hegemónico productivo.
estilística, el conocimiento y la información Esta brecha creciente ahonda más las desi-
ocupan un nuevo lugar en la sociedad. gualdades económicas y simbólicas generan-
do una "sensación de riesgo", en la que pri-
man el individualismo, la incertidumbre, la
desconfianza y la paranoia social. La parado-
ja es que un crecimiento sin precedentes en la
historia humana se ha visto acompañado por
una crisis de las instituciones tradicionales de
socialización de la niñez y la juventud, como
la familia, la escuela y el tiempo libre.
Esta crisis se hace más compleja por el
tipo de inserción de los jóvenes en la "mun- Los consumos
La estética, la forma, el diseño y el estilo, tanto en
una zapatilla como en un celular aparecen como el dialización cultural", que los hace más vulne- adictivos, sea de
sustancias o de
elemento central de las identificaciones juveniles. rables a contingencias sociales como la vio- practicas compulsivas
lencia, el embarazo adolescente y el abuso de (como el vínculo con
Los jóvenes tienen mucho que ver con sustancias, que van de la mano del aumento Internet o el síndrome
de shopping),
este proceso al ser portadores de determina- de la pobreza, el desempleo, la informalidad, aparecen como
dos saberes que se vinculan fácilmente con la el déficit en la salud pública y la exposición cercanos y posibles
en el desarrollo
nueva lógica de producción social y econó- creciente a prácticas y convivencias cotidia- juvenil, lo que supone
mica. Este estatus de conocedores y "aboríge- nas con la criminalidad. riesgos crecientes.
nes" de un nueva forma de producción los Esta inserción
pone de alguna manera en el centro de la crítica se expresa,
escena productiva y cultural. por ejemplo, en el
Pero la integración a este nuevo paradig- aumento sostenido
ma no es fácil ni para los jóvenes ni para los de las tasas de
adultos, y menos en los países subdesarrolla- embarazo adoles-
dos. El primero de los rasgos que caracteriza cente en todos los
la emergencia de un nuevo paradigma es la países latinoameri-
creciente brecha entre los países centrales y canos, en la prolife-
los periféricos. La segunda se observa en el ración de la violen-
interior mismo de nuestras sociedades donde cia entre los jóvenes
se generan estructuras ocupacionales duales y la que tiene a los

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jóvenes como víctimas. Y, obviamente, en la en el aire", y quienes se aferran a viejos for-


desesperanza que conlleva y genera. La deses- matos estabilizados tienden a sentir que el
tructuración familiar que acompaña a los ritmo de la vida se les hace incomprensible e
procesos de desempleo y el efecto que produ- incluso agresivo.
ce, sobre todo en el deterioro de las trayecto- Lo que más rápido cambia es la propia
rias biográficas, no es superado tampoco por percepción del tiempo. La velocidad de los
el aporte del sistema educativo, que tiende a cambios hace que sea necesario anticiparse a
generar otro tipo de desajustes, entre los que ellos y orientar el conocimiento en relación a
figuran la deserción escolar, la repetición y las escenarios futuros. Es necesario ser capaces
crecientes brechas de calidad que alejan a los de adaptarse y de anticiparse a las consecuen-
sectores populares de la formación a la que cias de esos cambios. Los costos también son
acceden los sectores medios. visibles cuando la incertidumbre y la ansie-
La sociedad se ve atravesada por cambios dad llevan a los sujetos a sentirse aislados o
que no logra procesar y tiende automática- solos frente a un movimiento que no pueden
mente a rechazarlos anunciando una "crisis prever y al que no pueden adaptarse.
de valores" cuando se trata de nuevas norma- Así llegamos a la paradoja de la moderni-
tividades ajustadas a los cambios sociales y dad tardía, sobre todo en contextos de subde-
tecnoproductivos. Los cambios son vividos sarrollo y/o exclusión: la promesa de una
con expectativas pero también con malestar inserción en un mundo de múltiples oportu-
porque desestructuran viejos esquemas nidades y la concomitante imposibilidad de
poniendo en crisis modelos de socialización, acceder a ellas por no contar con recursos
educación y organización familiar. simbólicos y materiales adecuados.3 Se pro-
La velocidad que acompaña a estos proce- fundiza así el aislamiento y la sensación de
sos genera una sensación de permanente soledad (claramente visible en la película
incertidumbre y de riesgo permanente que es Nadar solo) que lleva a exacerbar la reducción
funcional al aceleramiento con que viven los de los lazos solidarios y a desmembrar las
jóvenes en la actualidad. Como ya ha sido practicas de socialización tradicional que pri-
dicho en muchas circunstancias, pero ahora vilegiaban la construcción ciudadana por
con mayor énfasis, "todo lo sólido se disuelve sobre la multiplicación de particularismos.

3. Manuel Castells, "Tecnología de la información y capitalismo global", en En el límite. La vida en el capitalismo glo-
bal, Anthony Guiddens y Will Hutton (editores), Kriterios, Tusquets Editores, Barcelona, 2001.

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En síntesis: la ausencia de recursos adecua-


La cumbia villera
dos -capaces de acompañar y procesar la velo- aparece en los 90
cidad y el carácter de los cambios- hace que la como la expresión
modernidad tardía no logre cumplir la pro- brutal de la
exclusión: la
mesa de multiplicidad vital, de apertura y de reivindicación del
"aventura" que la hace tan seductora y que le delito, el machismo
y las drogas se
ha dado su legitimidad social. Esto supone convierte en la
una sensación frustrante que hunde aún más contracara de la
en la marginalidad a quienes no acceden al fiesta neoliberal.

mundo del consumo y repercute directamen-


te en la autoestima de los carentes.

hija como por la


juventud en general.
El individualismo extremo y multiforme, aunque no es exclusivo
de los jóvenes, adquiere en ellos una especial agudeza. La dimensión La juventud es una
más preocupante es la profunda desocialización que se instala como etapa sustantiva, igual
corolario de los procesos de inestabilidad: una juventud insegura por que la niñez y la ancia-
su futuro adopta la mentalidad de una fortaleza asediada y el fraternal
dicho popular "haz a los otros lo que quisieras que te hicieran a ti" se
nidad. Cuando se pos-
transforma en un inquietante: "haz a los otros antes de que te lo tula a la juventud
hagan a ti". como un simple trán-
Antonio Santos Ortega, Jóvenes de larga duración: biografías sito, y se le quita su
laborales de los jóvenes españoles en la era de la flexibilidad especificidad, se con-
informacional, en http://www.fes-
web.org/revista/archivos/res03/05.pdf, p. 2.
tribuye a deslegitimar
la etapa como un perí-
odo válido del creci-
miento subjetivo y se
Pensar la juventud implica entender tiende a despreciar sus producciones y sus
aspectos que no sólo tienen que ver con el actos. Una primera conclusión de esta mira-
crecimiento biológico, la rebeldía o el cues- da adulta sobre los jóvenes debería ser la de
tionamiento de los padres y la sociedad adul- valorar lo que ellos hacen, desde su lugar bio-
ta. Implica aceptar que la juventud es una gráfico, y no desde la perspectiva comparada
etapa tan importante como cualquier otra en de códigos adultos.
el desarrollo biográfico y no puede ser defini- Esto no implica aplaudir las transgresio-
da o evaluada como una etapa transitiva, nes inútiles sino intentar comprender sus
como un "puente" entre la niñez y la adultez. causas desde el lugar en que éstas se produ-
Implica "comprender" aquello que el padre cen. Quizás una primera conclusión sea la de
de Lola no puede incorporar: que el utilitaris- no desvalorizar esta etapa asociándola a una
mo es difícilmente procesado tanto por su especie de enfermedad, denominada "edad

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del pavo"; la juventud no es una patología, a Trabajar con jóvenes presupone compren-
pesar de que así parece ser percibida, divulga- der los cambios corporales y la alta emocio-
da y promocionada por algunos sectores nalidad que caracterizan el período. Exige
adultos. reconocer a la sensibilidad como un territorio
Sabemos que la construcción de la auto- prioritario y comprender que ser joven impli-
nomía personal requiere pensar con la propia ca muchas veces, casi necesariamente, la críti-
cabeza y ser capaces de cometer equivocacio- ca de la doble moral, la hipocresía y el "care-
nes; supone también la realización de expe- taje" social. Involucra el cuestionamiento de
riencias que sean el resultado de elecciones las "maneras", la política, las relaciones públi-
personales y, también, tomar decisiones cuya cas, las escenificaciones familiares, las buenas
motivación deberá ser interna y no el pro- formas, etcétera. Y este posicionamiento no
ducto de las influencias familiares. Las insti- debe entenderse como una forma de despre-
tuciones deben tener en cuenta estos proce- cio sino como un síntoma de la necesaria
sos y colaborar con esta producción de una ruptura con el mundo adulto para poder
autonomía juvenil que no requiera una pelea construir el propio espacio de crecimiento.
onerosa entre los adolescentes y sus padres. Cuando un joven se enfrenta al "orden"
Exige entender que el "grupalismo" de los familiar, cuando transgrede las reglas del
jóvenes -y la negación rebelde hacia los con- juego, está exigiendo límites pero está pidien-
sejos paternos- es una etapa que es necesario do también que éstos se construyan desde
transitar para que pueda desarrollarse una algún lugar legítimo y no simplemente desde
voz interior que no sea un calco de la escu- la autoridad, la imposición o el sinsentido.
chada durante la infancia. Otra característica que debe ser tenida en
cuenta es la necesaria exogamia que la etapa
supone: todos los jóvenes, desde su pubertad,
necesitan "ir rompiendo" los lazos de depen-
dencia temporal con su familia. Esta ruptura
implica muchas veces conflictos y perpetuos
cuestionamientos de los hijos hacia los
padres. Por supuesto que esta confrontación
puede darse -según el vínculo que se haya
establecido entre padres e hijos- de una
manera más o menos violenta. Pero lo que no
puede dejar de darse es ese enfrentamiento; el
Los procesos de exogamia requieren que los tema es si conlleva efectos autodestructivos -
jóvenes "construyan" junto a sus amigos una como en el caso de la protagonista de A los
"familia" alternativa para lograr construir una
identidad individual alejada de la mirada parental. trece- o se evidencia en términos de proyectos

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de vida y de búsquedas de caminos subjetivos dad, su personalidad, sin la mirada influyen-


creativos. te y endogámica de su familia. De hecho, si la
familia se opone a este proceso exogámico se
corre el riesgo de que el joven se someta a
reglas del juego que hagan de él alguien tími-
do, introvertido e incapaz de enfrentarse con
el mundo de las reacciones afectivas, amisto-
sas o de pareja.
Los jóvenes suelen percibir que la presen-
cia de sus padres en el mismo espacio, lugar
o ámbito los convierte en seres dependientes,
inmaduros e incapaces de relacionarse con el
sexo opuesto de un modo seductor. La con-
clusión obvia es que las instituciones deben
Existen diferentes formas de "separarse" de los
padres. Algunas de esas maneras son riesgosas contar con espacios específicos para los jóve-
para los jóvenes. nes en los que puedan sentirse fuera del área
de control de sus propios padres: si estos
Es necesario colaborar para que ese proce- "lugares" no son construidos por las institu-
so de exogamia se desarrolle de la manera ciones los jóvenes tenderán a irse porque se
menos conflictiva posible, menos dolorosa y sentirán "contagiados" por una mirada adul-
más creativa: cuando un joven "sustituye" a ta que los aniña, los desexualiza y los convier-
su familia por un grupo de amigos lo único te en nerds, incapaces de relacionarse con la
que intenta hacer es constituir su subjetivi- lógica adolescente del deseo.

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Como educadores tenemos la responsabi- tura que tiene dentro de su espíritu mucho
lidad inicial de aprender su idioma, aunque de vitalidad, de cambio y de energía que
ésta no sea una tarea fácil. Y menos aún debemos valorar y respetar.
cuando tenemos que aceptar que nuestro El caso del ciberespacio es quizás un buen
"idioma" y nuestras prenociones son cuestio- ejemplo de la apropiación juvenil de una
nadas por jóvenes que consideramos que tie- herramienta cultural de forma compleja y no
nen mucha menos experiencia vital que reducible fácilmente a un único uso. La pro-
nosotros. blemática del uso de la Internet, sobre todo
Sin embargo esto no puede ser una esca- entre los jóvenes, ha sido investigada en los
patoria para no asumir que debemos interac- últimos dos decenios, desde diversas perspec-
tuar con otras generaciones: los adultos tene- tivas teóricas y abordajes disciplinarios, desde
mos que reeducarnos, aprender Internet, su fundación como red de información mili-
entender qué es la cultura digital, compren- tar del Pentágono hasta su generalización en
der los mensajes latentes en esas letras musi- los ámbitos académicos, a fines de los años
cales que muchas veces tendemos a desvalori- 80.
zar y describir el fenómeno del crecimiento Algunos de estos acercamientos, ligados a
juvenil como una producción de autonomía la llamada "universidad invisible" y al grupo
generacional, innovación, creatividad y rup- de Palo Alto, abordaron la relación entre el
hombre y la máquina desde una perspectiva
cognitivista, intentando develar el efecto que
esta interrelación produce en las capacidades
intelectivas de los sujetos sometidos a un
intercambio sistemático con las máquinas
"pensantes". En este marco se han desarrolla-
do importantes experimentaciones, tanto
desde perspectivas neurolingüísticas como
psicológicas, que sugieren la existencia de
modificaciones progresivas, luego de usos
perdurables de interconexión a la red, tanto
en la conducta como en los comportamien-
Internet es para los jóvenes mucho más que una tos lingüísticos de los individuos.
fuente de información o de interconexión. Es un Otros enfoques han sugerido, bajo la
lugar de identificación y de presentación al mundo,
como queda en evidencia en la creciente cantidad
influencia de Nicholas Negroponte, que el
de páginas web en las que los jóvenes pueden uso de Internet supone el acceso a la comuni-
presentarse ante los otros y difundir sus gustos y cación universal y a la potencialidad de un
sus elecciones personales.
mundo unificado en un denominador

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común, garante de la horizontalidad comu- modelo tecnológico sugiere (cognitivas o lin-


nicativa, que también supone la ausencia güísticas), sino la relación que se establece
futura de la sumisión comunicativa y la pro- entre sujetos y estructuras comunicativas
ducción democrática de significaciones, de supone dirigir la mirada hacia las culturas
definiciones del sentido del mundo. Los lla- cibernéticas y hacia las formas -no necesaria-
mados abordajes estructurales, influidos mente unificadas ni comunes- de definir los
tanto por Mattelart como por Castells, supo- sentidos y las significaciones de lo que apare-
nen a los usuarios como receptores de emiso- ce en la red.
res cada día más concentrados y globalizados,
cuya práctica implica la estandarización de
estrategias de dominación de sentido a través
de hegemonías discursivas y el establecimien-
to de agendas de lo que es discutible / difun-
dible / consumible y qué no.
Otros rumbos de investigación han inten-
tado develar las formas subculturales que se
han generado a través de la red y las neoiden-
tificaciones que ha generado su uso por parte
de grupos de interés. Estos relevamientos se
han caracterizado por poner la mirada en los
aspectos expresivos, artísticos y estéticos
característicos de muchos grupos virtuales.
Algunas de las comunidades virtuales des-
criptas han sido los hackers, los ciberpunks y Conclusión: todo vínculo con otra gene- Los usos culturales que
otros conglomerados unidos por identifica- ración, sobre todo de quienes usan esta herra- los jóvenes hacen de la
web probablemente no
ciones culturales, musicales y de orientación mienta tecnológica innovadora, tanto en lo han sido abordados ni
sexual. cultural como en lo comunicacional, debe investigados con la
suficiente
Por último, existen investigaciones en las incluir un aprendizaje humilde por parte de sistematicidad por
cuales se pone el énfasis en los sujetos y en las los adultos. Esto no significa que debamos parte del sistema
mediaciones (y los capitales) que éstos ponen convertirnos en jóvenes, ni que corramos educativo. El "chateo"
es algo más que un
en juego a la hora de establecer contactos y detrás de la última cirugía estética para "des- estímulo a la reducción
rumbos en sus "navegaciones" y sus orienta- dibujar" nuestra edad ni que nos abstenga- silábica de las
palabras. Expresa una
ciones en la red. Sostener que el eje del rele- mos de ser críticos con respecto a prácticas, nueva temporalidad
vamiento no es la red (por sí misma), ni tam- procedimientos y percepciones de los jóve- asociada a la velocidad.
poco las configuraciones perceptuales que el nes. Simplemente conlleva la necesidad de

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dialogar desde un territorio común, y ese


territorio no lo podemos imponer de facto,
no puede estar basado únicamente en nues-
Lo quiero ya
tro idioma.
Es necesario entender, además, que la Hasta que choque China con África,
juventud es un proceso que tiende a exten- Te voy a perseguir,
Sería bueno que pidieras,
derse cada vez más en el tiempo de la biogra- Que la tierra se mueva.
fía de un sujeto. Se extiende años. Esto signi-
fica que hay una "moratoria social" más Hasta que choque China con África,
duradera y que la entrada en la adultez tien- Te voy a preguntar,
No sé lo que quiero,
de, crecientemente, a ser más tardía: las pare- ¡pero lo quiero ya!
jas se constituyen más tardíamente y las
"prácticas emocionales" de parejas diferentes Si yo fuera tu esclavo,
Te pediría más,
se estiran en el tiempo. El ingreso al mercado
No sé lo que quiero,
laboral y la permanencia en el sistema educa- ¡pero lo quiero ya!
tivo es más larga y aparecen cada vez más eta-
pas en el interior de la juventud. Nada te ata a leer la novedad,
Nadie te pisa, nadie te pica,
Muchos jóvenes pueden no tener muy Ni te van a chupar,
claro qué es lo que quieren, pero saben qué es No sé lo que quiero,
lo que no quieren. Y eso no es poco en un ¡pero lo quiero ya!
mundo tan homogeneizante. Quizás esta
¡No sé! ¡No sé!
sensación de rechazo a ser cooptado por un
mundo que no parece representarlos del todo
es lo que expresa Sumo cuando cantan: "No
sé lo que quiero, pero lo quiero ya".

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Tradiciones de investigación
sobre los jóvenes

Para tener un panorama sobre cómo se aparece como el factor más importante del
han "mirado" las culturas jóvenes en el últi- desarrollo de una pequeña comunidad con
mo siglo convendría trazar un panorama códigos de honor y lealtad reactivos y especí-
sobre las diferentes tradiciones que investiga- ficos.4
ron las configuraciones juveniles, y cuáles son "El resultado de este comportamiento
las consecuencias que se desprenden de cada colectivo es el desarrollo de una tradición,
una de esas escuelas. solidaridad moral, conciencia de grupo y
vínculo en un territorio local." 5

Territorialidad y pandillas: la escuela Los investigadores urbanos de Chicago


de Chicago consideraban que existía un nivel de "conta-
gio social" y una especie de "región moral"
Uno de los primeros abordajes que visua- en la confluencia de intereses y respuestas
lizan la problemática juvenil, y que continú- agresivas que tenían las bandas en relación al
an influyendo hasta la actualidad, es la deno- resto de la sociedad. Estos estudios, desafia-
minada Escuela de Chicago. Heredera de la dos por el sentido común de los abordajes
tradición de Simmel y Weber focaliza como criminológicos lombrosianos -muy extendi-
dimensión central el territorio y las ocupacio- dos en las primeras décadas del siglo en
nes simbólicas del espacio urbano, generando EE.UU.- que veían en las prácticas de dichos
pertenencias e identificaciones barriales, grupos síntomas de degeneraciones biológi-
sobre la base de grupalidades como las cas,6 privilegiaban un marco interpretativo
"barras" (los gangs). basado en la problemática clásica de la ano-
Estos colectivos expresaban, por un lado, mia y la desintegración social.
un desfasaje de significaciones entre los tradi- Tanto Trasher, en su trabajo The Gang
cionales controles informales de la comuni- como el famoso Street Corner Society (La
dad, y, por el otro, la anomia provocada por sociedad de las esquinas), de William Foote
el individualismo fragmentario de la sociedad Whyte, puntualizaron algunos aspectos
industrial al que las pandillas se oponían centrales del análisis sociológico orientado
intuitivamente. Esta dicotomía cultural, pre- hacia los jóvenes, relacionados con la cre-
sente en la disputa de simbolismos espaciales, ciente autonomía que suponen los espacios

4 Sobre códigos de honor y afirmación masculina ver: Jorge Elbaum, "Abordajes de investigación orientados sobre la
juventud", documento de trabajo del Taller de Sociología de la Cultura, Instituto Gino Germani., texto mimeografiado,
Buenos Aires, 1996, p. 12.
5 Trasher, citado por Santi Crisante, La rivolta dello stile, Editorial Franco Angeli, Milán, 1985, p. 29.
6 Carles Feixa Pampols, "De las bandas a las culturas juveniles", Revista de Estudios sobre las Culturas
Contemporáneas, ITESO, México, 1993.

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urbanos sin los tradicionales controles "tomar juntos" -como se evidencia en A los
sociales, puestos en crisis al evaluar la reali- trece- hay experiencias emocionales iniciáti-
dad, oposicionalmente entre padres e hijos: cas, lazos emotivos que se diferencian de los
de esta manera la calle se convierte en la vínculos disciplinarios de la educación:
"nueva casa" y la pandilla o la soledad en la "La generación joven ha formado su
única "familia". En la película Nadar solo propia sociedad, relativamente
queda en evidencia que la lucha -a veces- es independiente de sus mayores. En las filas
de los jóvenes hay dos principales
por escapar de la incomunicación, la sole- divisiones: muchachos de las esquinas y
dad y la ausencia de sentido de la vida. muchachos de colegio." 7
El trabajo desarrollado por la escuela de
Chicago sigue siendo destacable, sobre todo
por uno de los enfoques que continúan en
“Martín tiene diecisiete años y es un estudiante de colegio
privado, abandonado al desastre académico. Para él y para su cierta forma los estudios de Chicago: el abor-
compañero y amigo, el estudio es incomprensible, y no hablamos de daje de redes sociales -caracterizadas por la
contenidos sino del sentido general de ir a un determinado sitio para activación de capitales sociales, en palabras de
tomar clases. No hay comunicación entre el mundo y Martín, como
tampoco la hay entre él y su familia. Sus hermanos, único refugio
Bourdieu-, y por aquellas otras investigacio-
posible para muchos adolescentes, tampoco lo ayudan. La hermana nes orientadas al relevamiento de las configu-
ha cerrado sus puertas a cualquier tipo de afecto y su hermano mayor raciones intra e intergrupales de colectivos
no está. Esa ausencia es un tema para Martín, quien sale a buscarlo
como si de ese modo pudiera encontrar una respuesta”.

Santiago García, "Nadar solo", revista El Amante, en


http://www.elamante.com/index.php?option=com_content&task=vie
w&id=727&Itemid=64

En Street Corner, Whyte afirma que exis-


ten ciertas formas de consumir alcohol que
hacen referencia a una búsqueda denodada
por diferenciarse crecientemente de los adul-
tos. Consumos que se caracterizan por su
práctica horizontalizadora y no verticalizada Los jóvenes que dejan la escuela suelen integrarse
como exigían las relaciones familiares. En el a colectivos que hacen del tiempo libre una
continuidad sin ruptura.

7. William Foote Whyte: La sociedad de la esquina, Editorial Diana, México, 1971, p. 19.

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orientados a actividades delictivas de baja estructural-funcionalismo, que enmarca la


intensidad.8 Uno de sus méritos más elo- problemática juvenil en relación a la cultura
cuentes es la capacidad para el estudio de de masas y a la emergente figura del consu-
experiencias localizadas -estudios de caso- en midor adolescente. Talcott Parsons es el pri-
contextos urbanos de las configuraciones mero en hablar de “cultura juvenil” en un
juveniles, así como de su génesis y de proce- artículo aparecido en 1942 –“Age and sex in
sos específicos. social structure of the United States”–,9 a
partir de los estilos dife-
renciados de los jóvenes
En sus inicios, la investigación sobre la subcultura juvenil urbanos, tendientes a
–monopolizada por los investigadores americanos (Escuela de expresar el conflicto psi-
Chicago)– asociaba invariablemente los grupos juveniles a la
delincuencia y a los estilos de vida marginales; en otras palabras, cosocial que genera el
atribuía la responsabilidad del problema al ambiente urbano cambio desde formas tra-
degradado. Según Carles Feixa Pampols, el Chicago de principios de dicionales a una sociedad
siglo reunía las condiciones idóneas para “la aparición espectacular de
moderna.
gangs juveniles, que ocuparon algunas zonas de la ciudad y provocaron
la preocupación de las instituciones por su apariencia extravagante y Lo importante de esta
su conducta delictiva”. Los investigadores de la Universidad de Chicago tradición remite al hecho
consideraban que la formación de grupos juveniles y su posterior de que la “cultura juvenil”
degeneración en conductas desviadas no era explicable por causas de
tipo patológico, sino que estaba condicionada por distintos factores de
–analizada básicamente a
carácter social. partir de una mirada
hacia los jóvenes de clase
María Jesús Martín, Violencia juvenil exogrupal. Hacia una construcción media– permitiría un
de un modelo causal, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 2005,
p. 16. ajuste, una adaptación
valorativa en el nivel de la
personalidad de los jóve-
nes urbanos a la sociedad
Los chicos de las escuelas: cohe- moderna. Colaboraría de esta manera en la
sión por el consumo “equilibración” social, convirtiendo en irrele-
vantes las diferencias sociales y étnicas de ori-
Una segunda tradición de abordaje de las gen, al integrarse en la exigida racionalidad
problemáticas juveniles se relaciona con el secular, en el melting pot (mezcla homogenei-

8 Pierre Bourdieu, La distinción, Taurus, Madrid, 1991 e Irving Sperger, The youth gang problem. A community
aproach, Oxford, 1994.
9 Talcott Parsons, “Age and sex in social structure of the United States”, en American Sociological Review, vol.
7, nº 5, 1942, pp. 604-616.

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zante) capaz de generar un equilibrio social sobre las ritualizaciones juveniles, partiendo
uniforme del sistema social. de un sistema binario que los jóvenes estipu-
Desde esta perspectiva, si la cultura juve- lan: clasificación bipolar que se instaura a
nil genera algún tipo de conflictividad eso se partir del par “nosotros y los otros”, expresión
debería, según Parsons, a unas crecientes estructural de un mito fundante que se
expectativas de desarrollo social, a un opti- encuentra depositado en los orígenes de lo
mismo motivado por la valoración positiva social, y que es ritualizado o reenviado al
del ascenso social, más que a una transgresión mundo de los conflictos simbólicos.
o rebeldía frente al sistema. “La juventud pone al día la contradicción
La orientación general de la juventud central que estructura la relación de la
sociedad con ella misma […] se convierte
parece ser, en esta dirección, un afán por en una metáfora críptica en la cual los
aprender, lejos de lo que podría ser una con- conflictos sociales escamoteados resurgen
formidad pasiva y en favor de una disposi- bajo formas muy ritualizadas.” 11
ción activa para trabajar en el interior del sis- De alguna manera, los jóvenes ponen
tema y no fuera de (o contra) él.10 Esta “sobre la mesa”, “actúan” lo que la sociedad
tradición se ha desarrollado sobre todo en los calla. O, para decirlo de otra manera: los
EE.UU. a partir de la denominada “sociolo- jóvenes expresan aquello que los adultos no
gía de la desviación”, que privilegia los análi- logran poner en palabras o no logran trans-
sis criminológicos y que se orienta al desarro- parentar. Los jóvenes son los actores del con-
llo de herramientas político-sociológicas flicto social que la sociedad tira “debajo de la
equilibradoras del conflicto que originan esos alfombra”. Hacen de las contradicciones
desarreglos (disfunciones) sociales. sociales silenciadas una evidencia y una
actuación. Dicen lo que los adultos callan
Estructuralismo francés: ritualizacio- aquello que está disimulado detrás de las ruti-
nes y homologías nas y las regularidades. Son los actores que
hacen explícito lo que la sociedad adulta
La tradición francesa de los 50, desarrolla- intenta disimular: son el síntoma y la repre-
da inicialmente por discípulos de Marcel sentación de las contradicciones éticas y cul-
Mauss y Lévi-Strauss privilegia una mirada turales de las sociedades complejas.

10. Talcott Parsons, Youth in the context on America Society, en E. Erikson (editor), Youth, change and challen-
ge, Basic Books, Nueva York, 1963, p. 130.
11. Jean Monod "Un air marginal", en L´Homme et la société, Revue trimestrielle internationale de recherche et
de synthèse en sciences sociales París, 1970, p. 14.

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Contracultura y bohemia social: los niegan de alguna manera la posibilidad de la


herederos de la Escuela de Frankfurt creatividad humana y que someten sistemáti-
camente a los hombres a una frustración per-
A partir de los años 60, en reacción a las manente, visualizan en las actitudes transgre-
visiones integradoras y “homeostáticas” del soras una nueva política moral antisistémica.
estructural-funcionalismo, las investigaciones En este marco los jóvenes se convierten
sobre juventud se orientan hacia la tradición no en objetos sino en sujetos de demandas a
crítica de la Escuela de Frankfurt. En este partir, sobre todo, de un desafío a la moral
caso los abordajes al problema de la juventud institucionalizada, recreando nuevas formas
fueron de carácter ensayístico y político, de ciudadanización, básicamente relaciona-
focalizados en una crítica a la sociedad de das con la valorización del comunitarismo y
masas y a la supuesta capacidad de los jóvenes el fin de la ética puritana.13
para desafiar sus designios.12
Estos acercamientos retoman la proble- Etiquetamientos y codificación ritua-
mática central del racionalismo instrumental lizada: Goffman y Becker
sugiriendo que las nuevas generaciones
ponen (y deben poner) en duda su valía. Dos abordajes muy influyentes en la teori-
Reivindican así ciertos usos hedonistas como zación y la investigación empírica sobre temá-
forma de cuestionamiento del individualis- ticas de juventud fueron los herederos de
mo mediatizado y alienante y una política de Garfinkel y Schutz, formulados por un lado
lo cotidiano como forma de quebrantamien- por Howard Becker y su revalorización de la
to de la lógica unidimensional. Al mismo “definición social” –expuesta en Outsiders–, a
tiempo, aduciendo que las contraculturas partir del concepto de “labeling” (etiqueta-

12. Para un análisis de las visiones contraculturales de las grupalidades juveniles ver Theodore Roszack, El naci-
miento de una contracultura, Kairos, Barcelona, 1973.
13. Las contraculturas expresan la herencia del movimiento beatnik, del peace force, del orientalismo, la revo-
lución sexual, de los panteras negras, del movimiento por los derechos civiles y del feminismo. Estos son
–según Tricia Roce y Andrew Ross, en Microphone friends. Youth music and youth culture, Routledge, 1994, p.
25– los antecedentes más importantes del denominado movimiento multiculturalista actual, defensor de las
perspectivas de la “diferencia” y la heterogeneidad cultural, más pendiente de las diferencias étnicas, “triba-
les” –en el sentido cultural– o de las de género que de las de clase social, y del abordaje de los movimiento
sociales.

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miento).14 Y por el otro, por Goffman y la concebir lo real y lo posible. En este marco,
conceptualización del frame, es decir el los jóvenes pertenecientes a las clases subal-
enmarcamiento de la situación y las comuni- ternas suelen elaborar diferentes y creativas
dades de interpretación cotidianas. Desde tácticas culturales para enfrentarse a un orden
esta perspectiva las investigaciones tuvieron social que evalúan como “vacío”, “artificial” e
un carácter más empírico, hecho que ha “hipócrita”.
generado una larga tradición de exploracio- De esta manera, reenvían el conflicto de
nes etnográficas en los barrios marginales de clases a un territorio más ligado a lo simbóli-
las grandes ciudades norteamericanas y cana- co y cultural: cuestionando el vínculo entre
dienses. En algunos casos estas investigacio- política y moral y la relación entre lo cotidia-
nes han desarrollado una visión pormenori- no y el capitalismo. Según los autores de la
zada de las codificaciones y las ritualizaciones Escuela de los Estudios Culturales este desa-
inconscientes de la cotidianeidad, aportando fío es percibido por la sociedad civil –y no
un conocimiento detallado sobre las prácticas sólo por las clases dominantes– como un
juveniles en relación a sus vínculos familiares peligro y un desafío provocado por la barba-
y al establecimiento de creativas formas rie juvenil que evidencia la decadencia ética
comunicativas. de la sociedad. Se genera así un “pánico
moral” –motorizado por los medios de
Clases sociales y hegemonía políti- comunicación masiva– y una estigmatización
co-moral: la Escuela de Birmingham creciente de los diferentes grupos juveniles.
A diferencia del estructuralismo –con el
A partir de los trabajos de la denominada que entablan una disputa teórico-metodoló-
Escuela de Birmingham, también llamada gica– visualizan a la cultura como un teatro
Escuela de los Estudios Culturales se postula de conflictos y de construcción de identida-
a las culturas juveniles como expresiones del des muy ligadas a la resignificación de las cla-
conflicto con la hegemonía cultural adulta. ses sociales. En este sentido, más que la visua-
Frente a las significaciones dominantes los lización de estructuras dignas de ser
jóvenes postulan alternativas acerca de cómo evaluadas en forma deshistorizada, suponen

14. El concepto de etiquetamiento se vincula al “teorema social” de W. Thomas, sobre la definición de situación,
estipulado en el trabajo realizado junto a Znaniecki sobre los inmigrantes polacos en Estados Unidos. Ver
Carles Feixa Pampols, “De las bandas a las culturas juveniles”, en Revista de Estudios sobre las Culturas
Contemporáneas, ITESO, México, 1993. En relación al labeling (etiquetamiento), ver Irving Goffman, La presen-
tación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires, 1987.

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Gracias a la apertura de perspectivas adquirida desde los años setenta comienzan a aparecer
elementos como el papel de los medios de comunicación, la identidad personal y la violencia
propiamente dicha. Cohen, por ejemplo, evidencia cómo las bandas del East End de Londres eran
producto de las subculturas juveniles ligadas al tiempo libre, mientras que la delincuencia juvenil de
banda “a la americana” se presentaba de modo menos generalizado. Las aportaciones de la
literatura inglesa al tema de las subculturas juveniles ponen de manifiesto que, en primer lugar, es la
clase social, y no la edad o la generación, el elemento que explica la producción de subculturas; y, en
segundo lugar, que son estas subculturas, y no la desviación, las que explican el comportamiento de
las bandas.

María Jesús Martín, Violencia juvenil exogrupal. Hacia una construcción de un modelo causal,
Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 2005, p. 17.

la investigación etnográfica como el medio torio de las particularizaciones, durante los


más adecuado para desentrañar esos micro- 80 se desarrollaron una serie de relevamien-
conflictos que constituyen la ideología y la tos –en ocasiones más vinculados al ensa-
moral dominante. Es en este marco que se yismo filosófico que a las ciencias sociales,
profundiza en los estilos como modos de que puntualizaban, entre otros fenómenos
identificación generacional y al mismo tiem- ligados a las culturas juveniles urbanas, el
po como formas de clase: cariz democratizante y en cierta manera
“La juventud como categoría […] surgió creativo del consumo. Creatividad emanci-
como una de las manifestaciones más padora que se enmarca en un movimiento
visibles del cambio social del período de
mediados de los 60. La juventud fue el foco
de individualización creciente que seculari-
de atención de informes oficiales, za absolutamente la vida social, despren-
legislaciones e intervenciones públicas, fue diendo a los sujetos de las identidades y de
divulgada como problema social por parte
de los guardianes de la moral y jugó un
los lazos sociales sólidos para dejarlos
papel importante como piedra de toque en enmarcados en una productividad y reflexi-
las elaboraciones de acontecimientos, vidad inagotable.
interpretaciones y explicaciones sobre el
período.” 15
Lo que se dio en llamar “el estallido de
lo social” rompe con los criterios asociados
a “proyecto”, liberando a los jóvenes de un
Culturas juveniles y fragmentación: deber ser individual, característico del espí-
la tribalización urbana ritu del capitalismo, y de otras identifica-
ciones rígidas como los colectivos sindicales
En el marco de la crisis de las totaliza- o políticos. Maffesoli desarrolla esta inter-
ciones sociales y de cierto enfoque celebra- pretación a partir del concepto de “econo-

15. Stuart Hall y Tony Jefferson, Resistance through rituals. Youth subcultures in post-war Britain, Hutchinson,
Londres, 1993, p. 9. La traducción del inglés me pertenece.

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mía emocional”, mediante el cual se con- tización creciente y a una búsqueda “artísti-
ceptualizan los deseos inmediatos y no ca” por la transgresión simbólica.
futuros de los jóvenes. Desde esta perspectiva la ciudadaniza-
Los adolescentes están juntos sólo por ción es el producto de prácticas, gustos e
afinidades, por ciertos consumos y gustos identificaciones por consumos, considerán-
en común. La posmodernidad juvenil es dolos como configuraciones de placer gené-
justamente la expresión de ese desprendi- ricamente ajenos a los condicionamientos
miento a futuro. Todo es hoy: el narcisis- sociales de valor o significado.
mo, el hedonismo, el espíritu lúdico, el des- “Cada vez es menos cierto que adquirimos
creimiento de los colectivos “forzados”, objetos para obtener prestigio social o para
desmarcarnos de los grupos de estatus
etcétera. inferior. En esencia el consumo ha dejado
La identidad se entiende como un ina- de ser una actividad regulada por la
decuado y antiguo constreñimiento y se búsqueda del reconocimiento para
desplegarse en vistas al bienestar, la
postulan las identificaciones múltiples funcionalidad y el placer en sí mismo.” 16
como la descripción más ajustada a la
nueva realidad social, vinculada a una este-

16. Stuart Hall y Tony Jefferson, Resistance through rituals. Youth subcultures in post-war Britain, Hutchinson,
Londres, 1993, p. 9. La traducción del inglés me pertenece.

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Socialización y grupos de pares

Los grupos de pares, los amigos, las tri- de acceder a vidrieras de reconocimiento
bus de pertenencia constituyen a menudo social negadas por la moratoria, la depen-
un lazo afectivo y de referencia para adoles- dencia económica y moral de los adultos,
centes cuyo universo familiar intergenera- promueven una forma escenográfica de
cional no logra ya acompañar las fuertes existencia social. Las diversas tribus urbanas
mutaciones subjetivas en curso. poseen ideologías débiles, percepciones del
En tiempos en que la familia ha perdido mundo que les permiten posicionarse en el
terreno como agente de socialización y presente más que en un proyecto. Sentidos
transmisión, la velocidad de las transforma- comunes que los hacen percibirse como
ciones, al reemplazar al ritmo de la moda los “salvajes” urbanos amparados por pasiones
códigos, los valores y los modismos, con- musicales y rituales que muchas veces bus-
vierte a menudo a padres e hijos en habitan- can indignar.
tes de mundos disímiles entre los que los
intercambios y la comunicación tienden a
debilitarse. Así, la transmisión intergenera-
cional cede lugar a modalidades de transmi-
sión exogámicas que sustituyen las identifi-
caciones otrora centrales por otras
extrafamiliares. Para bien y para mal es
innegable que esto ha de producir mutacio-
nes sustanciales en las condiciones actuales
de producción subjetiva.
El grupo de pares se constituye en uno de los
La diversidad de los modelos identifica- organizadores privilegiados de socialización.
torios exogámicos y la fortaleza de los vín- Brinda referencia, protección y significaciones
culturales compartidas que brindan seguridad
culos de paridad (el grupo, la banda, la cultural a todos sus integrantes.
tribu) a menudo generan fuertes lazos de
solidaridad y reciprocidad: brindan seguri- La búsqueda de la publicitación y la con-
dad en tiempos de búsqueda de certezas y vocatoria a la convergencia de miradas no es
un reconocimiento social garantizado por la ajena, además, al proceso de mediatización
inclusión en un grupo que brinda sentido y social que suele espectacularizar con lentes
defensa común ante una sociedad que de pánico moral el destino y las acciones de
muchas veces sienten como extraña o agre- las futuras generaciones. Los medios no sólo
siva. dramatizan el “peligroso” destino de la
Esos colectivos construyen “reglas del juventud sino que “instituyen” tribus (como
juego” específicas que, sumadas, conforman si fuesen aborígenes) al darles difusión
el campo en el que los adolescentes, ávidos social. Reflejos videograbados que los mis-

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mos adolescentes buscan para imponer una (de cumbia villera, por ejemplo) suele ser
visibilidad pública que les es negada de otra conflictiva y se encuentra instituida en una
forma: las tribus necesitan de los periodistas desconfianza recíproca: el abandono escolar
y de los medios para subsistir como fenóme- es producido “por problemas de conducta”
no social. y por mecanismos autodesvalorizantes
Los grupos de pares y las tribus suelen donde la frase más elocuente es: “estudiar
conformar comunidades territoriales que no es para mí”.
poseen lenguajes y estéticas comunes y que Incluso en los sectores medios –como
se caracterizan por llenar el tiempo libre –o queda retratado en el filme Nadar solo– se
el llamado “tiempo muerto”– en esquinas, pone en juego cierta lejanía del sistema
plazas, bares, etcétera. Estos colectivos, ade- escolar con las ilusiones y las demandas de
más de brindar un ámbito de pertenencia sentido juvenil: el “conocimiento” aparece
social, terminan proponiéndose –ante cier- como anodino e incapaz de dar respuestas.
tos grupos juveniles– como únicas alternati- La escuela aparece ante los ojos de los jóve-
vas frente a las instituciones que tradicional- nes como una máquina burocrática de apro-
mente han sido catalogadas como bar materias y los docentes como empleados
“prestadoras o constructoras de identida- de un sistema que los fragmenta y los despe-
des”, entre ellas la familia, la escuela, los par- daza. La institución escolar parece, así, no
tidos políticos o las organizaciones sindica- lograr manejar las particularidades cultura-
les. les de estos jóvenes y ellos dejan la escuela
Esta dificultad para “entrar” en la socie- con la sensación de que esta institución “no
dad de la mano de las instituciones encarga- da lo que sirve para la vida”.
das de socializar y ciu-
dadanizar lleva
habitualmente a “per-
cepciones comunes de Hay que repensar, por ejemplo, la enseñanza media o
la realidad” que pue- secundaria y concebirla como un espacio privilegiado de socialización
juvenil, procurando acercar cultura juvenil y cultura escolar (y así
den generalizar for- superar el abismo que hoy existe entre ambas) y apostar
mas de resentimiento decididamente a la formación ciudadana y no sólo a la transmisión de
y de oposición ciega a saberes en función del acceso a la educación superior (para brindar
así, por tanto, alternativas “terminales” más concretas en relación con
cualquier forma de el mundo del trabajo).
integración social.
La relación entre la Ernesto Rodríguez: “Juventud, desarrollo y democracia en América
escuela y los integran- Latina”, revista Nueva Sociedad, Nº 200, Caracas, noviembre-
diciembre de 2005.
tes de muchos grupos
de pares marginales

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Los integrantes de una barra saben que El pánico moral hacia ciertos pilares esti-
“mirar la escuela desde afuera” es permane- lísticos –tatuajes, indumentarias, cortes de
cer en la rutina creciente del tiempo barrial, pelo, etcétera– contribuye a una polariza-
de la esquina y la cerveza, y aceptar las mira- ción clasificatoria en la que se ubica al otro
das públicas patologizantes, medicalizado- –en este caso al joven reñido con la estética
ras o criminalizantes que tienden a hacer del orden adecuado– en el lugar del desvío,
fatal –el final del ciclo escolar para determi- de la enfermedad, de la violencia o del peli-
nados jóvenes– aquello que sería soluciona- gro. Como en reiteradas oportunidades lo
ble desde un esquema comunitario más han sugerido las diferentes corrientes teóri-
contenedor y desde instituciones más valo- cas del labeling (etiquetamiento), el actor
rativas de los “conocimientos” o de las estigmatizado contribuye a su identificación
potencialidades creativas de determinados a partir de la mirada que le devuelve la
grupos juveniles. Este proceso de autoexclu- sociedad.
sión educativa se relaciona con un inmovi-
lismo social que repercute en su subjetivi- Grupo como comunidad
dad y en la capacidad que desarrollan para
pensarse como sujetos de derecho. Muchos grupos de pares realizan prácti-
cas que suponen riesgos para sus integran-
tes. La sensación de “inmortalidad” que
caracteriza al crecimiento adolescente suele
generar en algunas ocasiones situaciones de
peligro al incentivar el “juego” con los
“márgenes”, sobre todo cuando se perciben
en situación de diversión nocturna y de
envalentonamiento grupal. De esta mane-
ra, “probando” sustancias o relacionándose
con la velocidad y la producción de adrena-
lina, creen sentirse parte de una vida con
mayor “sentido” que la vivida por los adul-
tos.
Esto es coherente con el juicio que
hacen de la cotidianeidad adulta a la que
La sociedad adulta tiene dificultades para entender perciben como una traición de la creativi-
que la identidad de un grupo etario debe dad y la imaginación. Es así como muchos
constituirse con la construcción de signos propios
diferenciados y distintivos con respecto a los grupos de pares expresan un rechazo visce-
padres y mayores. ral por todo aquello que asume la expresión

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de una institucionalidad “abstracta”: todo En clave de la sociología clásica, las gru-


lo que no es atravesado por el contacto con palidades juveniles ponen nuevamente en
lo corporal o lo concreto merece algún tipo discusión la vieja antinomia de “comuni-
de desconfianza. dad” versus “sociedad”. Es a través de la
Esto es lo que expresan diferentes gru- comunidad de pares que se critica el indivi-
pos juveniles –sobre todo de los sectores dualismo social característico de la “socie-
populares– cuando se sienten ajenos a las dad”. Pero esta comunidad, a diferencia de
instituciones que tradicionalmente son las la noción integradora (o integrista) postula-
encargadas de su ciudadanización y de su da en el nacimiento de la sociología en el
ingreso en el mundo adulto: la escuela, la siglo XVIII y XIX, sólo comparte una eco-
familia y el mercado laboral son algunos de nomía emocional, un orden expresivo y
los espacios resistidos y asociados con una estético más que un orden cultural.
adultez que rechazan. En muchas ocasiones La adolescencia y la juventud actuales se
estos ámbitos son resignificados como caracterizan por la denodada búsqueda de
representantivos de un orden social anóni- referencias, pertenencias afectivas, emocio-
mo y enmarcado en un racionalismo ins- nales y grupales enmarcadas por fuera de
trumental artificial e inauténtico. las instituciones que tradicionalmente pro-
Lo que muchas veces demandan los veían un ingreso al mundo adulto. Buscan
jóvenes es un comunitarismo grupal auto- un proceso de individuación que logre
nomizado de la lógica parental, enfrentán- sacarlos de los disciplinamientos sociales
dose a lo que perciben como insensible, que tradicionalmente configuraban las
aburrido y repetitivo del mundo adulto, tal identidades sociales.
como –por ejemplo– es percibido por el
protagonista de Nadar solo. Frente a esto
postulan modismos, estilos, músicas y con-
sumos que se encuentran orientados a la
conformación de una expresividad “salva-
je”, dedicada a indignar moralmente a los
portadores de las percepciones y las prácti-
cas de la “urbanidad social”.17

17 Son fundamentales, entre los jóvenes urbanos, los códigos de afirmación masculina que se desa-
rrollan durante el ocio y el tiempo libre, donde se ponen en evidencia estos mecanismos.

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Ya no es tanto el medio ambiente social lo que marca el estilo


de vida que alguien considera apropiado para sí mismo, sino más
bien la decisión individual a favor de una vía de formación, una
profesión, una forma de habitar, de consumir, etcétera. Valores como
la “autorrealización”, la “autonomía” y la “competencia en la acción”
(Handlungskopetenz) desplazan a valores tradicionales como la
“disciplina”, el “respeto a los mayores”, la participación organizada,
etcétera. Sobre la base de una serie de necesidades básicas ya
satisfechas, la búsqueda de calidad en lo referente a la educación, el
trabajo y las relaciones interpersonales así como en el consumo, va
desplazando a la cantidad.
transgresividad, caracte-
René Bendit, “Participación social y política de los jóvenes en países rística de ciertos grupos,
de la Unión Europea”, ponencia presentada durante la Reunión del es reconocida como un
Grupo de Trabajo “Juventud”, CLACSO, Buenos Aires, 14 al 17 de “mojón” de paso, es
diciembre de 1999.
decir como marca que
atestigua una pertenen-
cia distintiva o un ingre-
En los inicios del siglo XXI el “presente” so a la vida adulta. Determinadas adicciones
hedonista y las trayectorias personales son o salidas grupales, ocupaciones de territo-
las realidades que orientan las acciones: las rios, realización de graffiti o actos vandálicos
realidades se fragmentan y los microclimas se constituyen en prácticas que hacen las
sociales y culturales se constituyen en lógi- veces de rituales de iniciación y de ingreso
cas más abarcativas que los grandes consen- en el mundo adulto.18
sos sociales. No sólo los mercados se seg- Cuando la sociedad no postula ni con-
mentan, también se parcializan las vence a los adolescentes sobre la necesidad
valoraciones y las opciones individuales de contar con “traspasos” legítimos y apro-
como una creencia de elección y de libertad bados por los propios jóvenes lo que sucede
individual. es que proliferan diferentes modelos de
Los códigos de iniciación a cada grupo pasaje, algunos de los cuales se caracterizan
de pares tienen cada vez más un carácter por estar al borde del riesgo y del peligro de
fragmentario que no es reconocido ni legiti- un daño, propio o hacia el resto de la socie-
mado por el resto de la sociedad. Al no exis- dad.
tir “rituales de paso” postulados y legitima- “[…] los ritos de iniciación, tan estudiados
dos por el mundo adulto, los grupos de por los antropólogos en las mal llamadas
culturas primitivas, aun cuando
pares juveniles construyen sus propios homogeneizaban a una edad, cuando
modelos de ingreso. probablemente no todos estaban preparados
Estos rituales dependen cada vez más de para enfrentarlo, dejaban una marca.
Marca que oficiaba de referencia
la inventiva y creatividad de cada grupo y ordenadora, de jalón de pertenencia a un
son generalmente portadores de un alto cierto contexto social.” 19
nivel de diferenciación simbólica. Esta

18 Robert Castel y Anne Copel, “Los controles de la toxicomanía”, en Alain Ehremberg, Individuos
bajo influencia, Nueva Visión, Buenos Aires, 1996.
19. Rubén Efron, “Subjetividad y adolescencia”, en Konterllnik y Jacinto, Adolescencia, pobreza,
educación y trabajo, UNICEF/Losada, Buenos Aires, 1996, p. 40

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Culturas fragmentadas

“… es nuestro talento narrativo el que De alguna manera la juventud parece ser


¿Sabes, compañero, lo que es no tener un proceso del cual se es expulsado en la
horizontes a los veinte años? Las manos medida en que no se posean los recursos
se crispan en el vacío de los ideales. Y aptos para transitar en ella: si no se portan las
alargan las brazadas de tinieblas para marcas de la legitimidad juvenil, si no se tie-
la apagada hoguera de la fe…” nen las zapatillas “de onda”, si no se va a bai-
NICOLÁS OLIVARI lar a los lugares de moda, se “es menos”
joven. Y como la juventud aparece como un
A pesar de que la “juvenilización” es un privilegio social se produce una especie de
proceso hegemónico, es decir, totalizador, exclusión de juventud que priva a quienes no
posee en relación a los jóvenes de los diferentes acceden a sus símbolos de una vivencia plena
sectores sociales una característica desigualado- de dicho período etario.
ra: mientras los jóvenes de los sectores medios
y altos permanecen en total suspensión de res- Habitualmente se
ponsabilidades durante creciente cantidad de considera que la
juventud es un período
años, los jóvenes de los sectores populares festivo en el que las
deben afrontar su incorporación al mercado responsabilidades
del trabajo y las responsabilidades familiares están acotadas,
limitadas o
en formas más aceleradas. “suspendidas”. Sin
De esta manera se produce un fenómeno embargo la mayoría de
los jóvenes de los
que ha sido estudiado reiteradamente y que sectores populares e
remite a la llamada “exclusión de juventud”, incluso de los sectores
fenómeno por el cual amplios sectores socia- medios bajos “miran”
desde la carencia la
les se ven privados del acceso a los códigos valorización creciente
(las marcas, los consumos, los rituales y los de las prácticas
culturales de los
usos de la ciudad) que definen la pertenecía jóvenes de los sectores
a la juventud. medios.
En el aspecto territo-
rial, los conflictos por la
Es más, para la mayor parte de la juventud contemporánea la definición de los saberes
movilidad económica y social –piedra angular del pacto corporativo legítimos (y los consumos)
en la sociedad fordista– ya no es una promesa legítima, tal como lo
amparan cierta cultura de
fue para generaciones anteriores. El mercado del trabajo ha
experimentado cambios fundamentales. Ha desaparecido, en “escape”, sobre todo entre
general, la estabilidad laboral mientras que la disminución global los sectores populares: la
de empleos, como producto del desarrollo tecnológico, no ha decisión por parte de
experimentado una recuperación. Desaparecen plazas de trabajo,
pero no aparecen otras nuevas.
muchos jóvenes de perma-

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necer largos lapsos de tiempo fuera de la casa vaciones rápidamente se desechan exigiendo
buscan, por un lado, evitar los reclamos fami- a quienes pretenden seguir su ritmo una
liares, algunos de ellos vinculados al rendi- carrera consumista que sólo deja en posesión
miento escolar o a la colaboración en ciertas de la novedad a los que tienen más recursos
tareas domésticas, y por el otro a ser indife- de apropiación. Se consolida así un mecanis-
rente a la cultura laboral. Al recibir las presio- mo de exclusión fomentado por el contacto
nes del hogar y enfrentarse con una oferta con lo distintivo: quienes pueden acceder a
laboral restringida se completa el círculo de la los productos exclusivos logran excluir al
profecía autocumplida: se convierten en los resto de estos consumos que funcionan como
“vagos de esquina”. emblemas de pertenencia.
En su gran mayoría los adolescentes y De esta manera –como se evidencia en la
jóvenes de nuestra sociedad se encuentran publicidad mediática de los jóvenes “legíti-
vinculados de una forma muy desventajosa mos”– se cierra el círculo de la marginación
con la globalización y la “mundialización cul- cultural, que a su vez refuerza las inequidades
tural”: por una parte porque existen impor- materiales. Pero estas barreras que impiden el
tantes brechas entre las diferentes “juventu- acceso a los bienes culturales poseen un
des” y por otra porque la integración a los carácter mucho más impactante que el que se
capitales culturales legítimos se produce de le suele dar: los jóvenes que no acceden a las
una forma tardía e incluso parcial. “marcas de moda” son etiquetados social-
La fragmentación juvenil posee, entre mente como inaptos para acceder a la legiti-
otros atributos, la característica de que la midad, a los bienes materiales y a los grupos
innovación tiene un aceleración creciente y de pares con mayor acumulación de capital
que los bienes culturales tienden a desvalori- social (relaciones, contactos, etcétera).
zarse rápidamente: cuando los sectores más
desfavorecidos acceden a determinados capi-
tales simbólicos éstos ya han sido “abandona-
dos” y despreciados por los sectores de mayo-
res recursos. Esto lleva a un creciente
ensanchamiento de la brecha y a una sensa-
ción de impotencia por parte de quienes pre-
tenden acceder a la legitimidad cultural y se
ven privados de integrarse.
El mundo de los bienes simbólicos
–como los filmes, los programas radiales, la
música, los programas informáticos– se
comporta en forma cada vez más similar al
mundo de la moda indumentaria: las inno-

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Esta marginación cultural tiene una parti- nes menos integrados socialmente se encuen-
cular expresión en el mundo juvenil, donde tran más sometidos a la exposición de las cul-
muchos adolescentes intentan adquirir las turas de la violencia, el delito, el embarazo
marcas que los hacen “pertenecer” al mundo adolescente, el abuso de sustancias y las prác-
juvenil más legitimo. Así, un par de zapatillas ticas de riesgo. Se cierra el circulo de la mar-
o el conocimiento de un novedoso grupo de ginación cuando los jóvenes se excluyen de
rock puede ser la forma de acceder a una tribu aquello de lo que ya están previamente
juvenil o al pleno derecho de participación excluidos: afirman que la educación “no es
en un grupo de pares. Por el contrario, el des- para ellos” cuando el sistema educativo, pre-
conocimiento de determinados códigos lin- viamente, parece haberlos estigmatizado
güísticos o de escenarios urbanos los hace como ajenos e incapaces de socializarse en su
sentirse solos y desprovistos de brújulas cul- cultura letrada. En la película Nadar solo, el
turales. protagonista se siente aburrido porque no
El conocimiento de determinadas cancio- encuentra lugares para desarrollarse: porque
nes y grupos musicales, pertenecientes a dife- todo está “estipulado”, incluso las trayectorias
rentes géneros, es muchas veces un prerrequi- de las bandas musicales (como la suya); sólo
sito imprescindible para ser parte de un le queda el escape, el road movie hacia Mar
colectivo. Es por eso que cada joven tiende a del Plata o –más certeramente– hacia sí
acumular conocimientos específicos, porque mismo.
éstos le permiten integrarse a un universo La autoexclusión también puede tener un
simbólico común que contiene dichos gustos perfil de desprecio, por parte de los jóvenes, a
y que expresa una estética o una percepción todo lo que remita al Estado, la autoridad o
del mundo. el orden. Ése es el caso de la recurrente con-
Cuando muchos jóvenes de los sectores flictividad entre los jóvenes y la policía, que
populares se sienten privados de acceder a se ha constituido en algo más que una simple
determinados recitales o a marcas indumen- reiteración de enfrentamientos. En nuestro
tarias se perciben a sí mismos ante una doble país una parte de la identidad cultural de los
exclusión: a la fragilidad que supone la exclu- jóvenes se constituye con el presupuesto de
sión social, la dificultad de acceso a un pri- que los organismos de seguridad interior son
mer empleo y la precarización, se le agrega la la expresión más acabada de la “guerra” con-
enajenación en diferentes bienes simbólicos tra los jóvenes. Muchas canciones dicen que
que caracterizan la pertenencia a la ciudada- se es joven, auténticamente, si se desprecia a
nía juvenil y global. la policía. Y eso es lo que se canta a coro en
La exclusión genera desaliento y la sole- los recitales y en los encuentros culturales,
dad y la incomunicación también: los jóve- mientras una gran parte de la sociedad, y

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sobre todo las instituciones políticas, parecen Estas expresiones no son simples enfren-
no querer escuchar. tamientos caprichosos con la autoridad poli-
cial ni miedo paranoico e infundado que
postulan en las letras de las canciones o en los
B.A.D insultos dedicados de los recitales. Son sínto-
(Letra del grupo de punk rock argentino mas de la incapacidad social por negociar for-
Ataque 77 incluido en su primera placa mas de enfrentar la violencia sin generar más
Ataque 89/92)
violencia. Llamativamente los padres temen
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada antidisturbios tanto a las agresiones suscitadas por los pro-
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! No queremos más pios jóvenes como a aquellas producidas por
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada antidisturbios quienes se supone que están para evitarlas.
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Nunca más

En los bares toxicomanía


en tu casa el asistente social
en la esquina el comando radioeléctrico
¡controlándote, controlándome, Si bien la pobreza que afecta a grandes seg-
vigilándote, molestándome! mentos de la población de América Latina y el
Caribe es uno de los grandes problemas y de
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada antidisturbios los grandes retos, el tema de la exclusión y de
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! No queremos más la inequidad es otro, tal vez más grave.
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada antidisturbios América Latina ostenta el nada honroso
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Nunca más. récord de ser la región más inequitativa del
mundo. Esta situación afecta el desarrollo
Unos dicen: –¡Vamos a enfrentarlos!
homogéneo e integral de nuestras sociedades e
Otros dicen: –¡Quédate en tu lugar!
Sacan los bastones y empiezan las corridas incide de manera particular en la población
¡Siempre termina igual! joven. Las diferencias en educación, en salud,
en ingreso, son mucho más evidentes en los
En la tele dicen que son nuestros amigos jóvenes que en los adultos. Las grandes bre-
yo no sé por qué será chas que existen en nuestras sociedades hacen
Mamá llora cada vez que voy a la cancha que convivan mundos paralelos que a veces
y me dice: Nene, cuidate nene de la Policía tienen muy poco que ver entre sí. Sociedades
Federal que excluyen no son sociedades integradas.
“Una sociedad integrada es aquella en la cual
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada antidisturbios
la población se comporta según patrones
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! No queremos más
socialmente aceptados y existe un ajuste entre
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Brigada antidisturbios
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Nunca más las metas culturales, la estructura de oportuni-
dades de que se dispone para alcanzarlas y la
¿Ellos o nosotros? formación de capacidades individuales para
¿Quién es más criminal? aprovechar tales oportunidades.” Entre la
¡Policía Federal: la vergüenza nacional! diversidad de “juventudes” que coexisten en el
interior de los países latinoamericanos y cari-

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beños podemos ver una gran diferencia en la


estructura de oportunidades, la formación de
La cultura y la práctica de la exclusión es
capacidades individuales para aprovechar esas acompañada por procesos de deserción esco-
oportunidades, y los espacios para realizar esas lar, repitencia y exposición a crecientes bre-
aspiraciones individuales y sociales. No com- chas de calidad educativa, profundizando
parten beneficios, no comparten metas, no aun más las distancias entre las diferentes
comparten futuro. Casi podríamos agregar juventudes. Las “marcas” que dejan la exclu-
que no comparten el sentido de pertenencia a
la misma sociedad, porque evidentemente no
sión se hacen presentes también en el víncu-
se trata de “la misma”. Esta situación atenta lo de los sectores más desposeídos con el mer-
seriamente contra el desarrollo de nuestro cado del trabajo: la informalidad, la
capital humano, de nuestra estabilidad y de desocupación, la ausencia de cobertura de
nuestro futuro. La pobreza en general, pero salud y la desesperanza enmarcan una situa-
muy particularmente la pobreza de los jóve- ción de “sufrimiento social” que muchas
nes, además de ser una deuda social pendien-
te, de ser un grave riesgo, es una amenaza para
veces invita al desconocimiento –o la crítica
la gobernabilidad y la democracia. Al ser los “actuada”– de las reglas sociales de conviven-
hogares pobres en todos los países los que cia.
mantienen las mayores tasas de fecundidad, Vulnerabilidad y sufrimiento social que se
son estos hogares los que evidentemente tie- ven reforzados por un clima cultural convo-
nen el mayor número de niños y jóvenes. cante de “pánicos morales”20 y de exclusiones
“Juventud, pobreza y desarrollo en América
crecientes, expresadas en tres niveles distin-
Latina y el Caribe”. Primera reunión técnica tos21:
preparatoria. 22 al 25 de julio de 2003; “XII (a) Segregación: en relación con la incapaci-
Conferencia de Primeras Damas, Esposas y dad de las instituciones para canalizar y
Representantes de los Jefes de Estado y de contener conflictividades y carencias o
Gobierno de las Américas”. 15 al 17 de octu- dotar de identificaciones sólidas y/o
bre de 2003, Santo Domingo, República
Dominicana, preparada por la Comisión
recursos aptos para insertarse e integrarse
Económica para América Latina (CEPAL) socialmente;
(b) Patologización: Miradas públicas que
suponen enfermedad en las actitudes ado-

20. La categoría de “pánico moral” fue constituida como categoría descriptiva en Gran Bretaña en los años 70
para denominar la actitud del establishment, los medios y la sociedad en general en relación a los jóvenes.
Sintéticamente remite al miedo que causaban los jóvenes con sus transgresiones y cuestionamientos a la
moral reinante.
21. Por sufrimiento social entendemos las formas de autodesvalorización y acostumbramiento a lo aleatorio,
que son consecuencias de la exclusión.

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lescentes y que tienden a encontrar solu- distancias entre los diferentes grupos de
ciones en la medicalización (caracteriza- pares, postulando luchas estilísticas, territo-
das por etiquetar a los jóvenes como riales y culturales.
enfermos psíquicos, portadores de un Las adolescencias, entonces, se ramifican
desorden bioquímico o transgresores y diversifican en función de múltiples
incurables), y dimensiones como la extracción socioeconó-
(c) Confusión: percepciones sociales “esqui- mica, el lugar de residencia o la tribu que
zofrénicas” que por un lado endiosan la conforma el grupo de pertenencia. Por eso
etapa juvenil y por el otro consideran a nuestro punto de partida es el de referirnos a
sus integrantes –sobre todo a aquellos que la noción de adolescencias o juventudes “en
pertenecen a los sectores populares– plural”. Es decir, en términos de una multi-
como constantes amenazas sociales. plicidad de formas de transitar por dicho
Este panorama se refuerza con la difusión período.
de culturas tribales –también llamadas sub-
culturas juveniles– que tienden a reforzar las

La juventud es asociada y representada por dos


escenas contradictorias: la escenificación de la
fiesta permanente y la peligrosidad de los
consumos adictivos.

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Etapa sustantiva y no transitiva

Los símbolos de prestigio se encuentran


menos en la cultura clásica (libros, cua- “La edad es otro criterio que causa confusión, ya que muchos
dros, conciertos); se desplazan a los pretenden definir a la juventud delimitándola por rangos de edad,
como punto de partida para la interpretación de la misma. Pero la
saberes tecnológicos (computación, siste-
juventud, como ya dijimos, tiene diversas formas de manifestarse y
mas), al equipamiento doméstico sun- sólo una de ellas es su duración. Se deben agregar a ellas diversas
tuario, a los lugares de ocio que consa- variables como la clase social, el género, la región y, desde luego, el
gran la alianza de las tecnologías momento histórico. La juventud no tiene la misma duración en el
campo que en la ciudad, en las clases altas que en los sectores
avanzadas con el entretenimiento marginados, en las sociedades modernas que en la tradicionales,
NÉSTOR GARCÍA CANCLINI incluso en ambos géneros. No podemos establecer, por ello, un
criterio de edad universal, que se aplique al conjunto de la juventud,
que sea válido para todos los sectores y en todas las épocas.”
A diferencia de lo que se suele creer (y
postularse desde las tradiciones evolutivas) la Roberto Brito Lemus, “Hacia una sociología de la juventud. Algunos
juventud es una etapa “sustantiva” igual que elementos para la deconstrucción de un nuevo paradigma de la
la niñez, la adultez o la ancianidad. En reali- juventud”, Revista de Estudios sobre Juventud, Centro de
Investigación y Estudios sobre Juventud de México, Cuarta Época, año
dad, cuando se postula a la juventud como 1, N° 1, México, 1996.
un simple “tránsito” –y se le quita su especifi-
cidad–, se contribuye a deslegitimar la etapa
como un período vital y trascendente dentro
del crecimiento subjetivo. De esta manera se
tienden a despreciar sus producciones y
acciones: se dice que es un “tránsito” hacia la Los procesos de
adultez y se la caracteriza como una “edad juvenilización cultural
del pavo”, deslegitimando sus demandas y llevan a que muchos
adultos quieran
despreciando la rebeldía o crítica que pueda modificar sus cuerpos
provenir de sus acciones. haciendo desaparecer
las huellas del paso
La juventud es una etapa tan trascenden- del tiempo por el
te como cualquier otra y no es menos rele- cuerpo.
vante porque suponga momentos críticos,
confusiones o búsquedas de caminos perso-
nales. Lo mismo puede decirse de la adultez,
la tercera o la cuarta edad, incluso hoy, cuan-
do el imperio de lo “juvenilizador” irrumpe
con tamaña fuerza que deja a aquellos perío-
dos como secundarios o tributarios frente a
la “cultura joven” y sus correlatos tecnológi-
cos, mediáticos y digitales.

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Ubicar a los jóvenes como sujetos ple- do por una etapa intensa que merece vigi-
nos de derecho implica dotar a la juventud lancia. Esta misma cultura hegemónica
de un carácter “sustantivo” y no “transitivo”. también sugiere que sus opiniones y percep-
Implica asumir que toda etapa vital es un ciones no deben ser tenidas muy en cuenta
transcurso hacia otra etapa y que cada uno porque sus valoraciones son “transitorias”,
de dichos períodos tiene una especificidad e dependientes de esa situación biográfica que
importancia central en las trayectorias bio- no es confiable.
gráficas: no hay etapas carentes de impor- Hacer sustantiva la etapa adolescente y
tancia. La voz de un joven tiene tanto valor juvenil implica asumir que la juventud no es
como la de cualquier otro sujeto y la etapa una “enfermedad o locura pasajera” que la
evolutiva en la que se encuentra no invalida adultez debe encargarse de combatir o disol-
sus posicionamientos y opiniones. ver. Exige comprender que la construcción
La cultura de la que formamos parte de la identidad personal y social de los jóve-
sugiere que a los jóvenes hay que tenerles nes es, también, una lucha y una confronta-
“paciencia” porque se encuentran transitan- ción para construir valores propios, diferen-
tes de los del mundo adulto. Supone aceptar
que una manera de configurar sujetos ple-
“Un mito hace énfasis en que no tiene sentido plantearse como nos, autónomos e independientes de la
tema de análisis y acción la juventud. Que no implicaría un tema modelación acrílica es enfrentarse, debatir,
específico. Que los jóvenes lo son temporariamente, y no deberían ser confrontar y discutir aquello que la sociedad
objeto por tanto de un abordaje que los examina en función de un
adulta pretende de ellos y aquello que los
criterio de edad. Este tipo de mito tiene serias implicancias prácticas.
Desde él se objeta con frecuencia la existencia misma de políticas jóvenes puedan proponer como superación,
para la juventud, de programas para jóvenes, de instituciones mejoramiento o escenificación futura del
especializadas en esa labor. […] Con las excepciones y variedad mundo.
características de las realidades humanas es posible observar que se
especule como se especula sobre ellos, los jóvenes sí desarrollan
Esto implica, a su vez, aceptar nuevas
percepciones, razonamientos, opiniones, conductas, que les son formas de protagonismo juvenil, innovado-
propias. Tienen un mundo diferenciado del de otros sectores y se res mecanismos de vincularse con su grupo
conducen a partir de los códigos, lenguajes, reglas tácitas y creencias etario y con las otras generaciones. Implica,
que se generan en dicho mundo. Un rasgo peculiar de su universo
suele ser el de sus búsquedas acuciosas de valores. Los jóvenes tal como se expresa en el filme Corre, Lola,
parecen tener mayores posibilidades de reaccionar ante las corre, la aceptación de originales maneras de
injusticias, las discriminaciones, de buscar afanosamente utopías, en transitar la juventud, formas que exigen un
definitiva, de soñar con un mundo mejor.”
nuevo posicionamiento de los adultos, de la
Bernardo Kliksberg, “Introducción. Hora de superar mitos”, en Dacil familia y del sistema educativo. Sugiere la
Acevedo, Marcelo Peralta, Valeria Tallarico y Marcelo Wiñasky aceptación de un espacio para que los jóve-
(compiladores), Primer Foro de Jóvenes del Mercosur, Bolivia y Chile. nes construyan el futuro de una sociedad
Alternativas Frente al Desempleo Juvenil, INTAL-BID, 1998.
que, tarde o temprano, les pertenecerá.

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La actitud de oponerse a las reglas sociales no es


nueva entre los jóvenes. Recuperar las indudable –característica de quienes fueron
significaciones que llevan a grupos juveniles a jóvenes sesentistas o setentistas– es un ejer-
desarrollar actividades de enfrentamiento con las
pautas establecidas y respetar sus iniciativas de
cicio anacrónico y al mismo tiempo injusto:
cuestionar el mundo permite generar sociedades quienes transitan hoy por la juventud no
más plurales y juventudes más participativas. vivieron la cosmovisión de un mundo
“revolucionado” ni se vieron influidos por
sus múltiples mensajes de revueltas y “desti-
Sugiere también que su modelación futura nos” de “hacia dónde” debía orientarse la
requiera ejercitarse, entrenarse y establecer sociedad y la política.
juegos de “ensayo y error” para elegir los La juventud actual, por el contrario, es
modelos de convivencia social en los que se hija de la fragmentación social, cultural y
sentirán más cómodos. tribal en la que se reivindica la multiplicidad
Aceptar este espacio de desarrollo juvenil de identificaciones, el hedonismo y las
no implica desatender el crecimiento o cer- nociones de velocidad y de “presente”. Es
cenar el rol educativo de los adultos. Sugiere tributaria de cosmovisiones ligadas a la esté-
“abrir” los espacios para la participación tica, la estilística, lo tribal, lo cultural y de la
juvenil, la creatividad y la crítica del mundo creencia de que el presente es la temporali-
que hemos configurado, incluso, con el aval dad más sugerente y vital. Las nociones de
y la oposición de quienes fueron nuestros futuro, de progreso y de destino han sido
antecesores. Invita, por último, a recuperar suplantadas –por las juventudes actuales–
sus producciones culturales, sus modismos, por las de contingencia. Los adolescentes
rituales, códigos, innovaciones, no como actuales desconfían de la planificación por-
elementos despreciables sino como configu- que sospechan que esas elaboraciones aco-
raciones dispuestas a mostrar que tienen tan la sorpresa e impiden el horizonte abier-
existencia propia, que no necesitan copiar al to del futuro.
mundo adulto sino que pueden ir intentan- ¿De cuántos tipos de “jóvenes” se está
do construir uno propio. hablando y cuáles son las características de
Una primera conclusión acerca de esta su “jovialidad”? ¿Qué agrupamientos cons-
mirada adulta sobre los jóvenes debería ser tituyen, cómo plantean sus diferencias con
la de valorar lo que hacen desde su lugar his- los adultos o cuáles son las fronteras crono-
tórico-biográfico particular, desde el lugar lógicas o culturales que estipulan para trazar
en el que crecieron, y no desde la perspecti- las divisorias de aguas? Estos interrogantes
va comparada de códigos adultos o de “anti- son fundamentales para entender procesos
guas” y melancólicas representaciones de la que en la mayoría de los estudios son englo-
juventud. Confrontar “viejas” juventudes bados como parte de una única cultura
dotándolas de una superioridad moral juvenil, y que sin embargo son claramente

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antagónicos en sus prácticas y sus percep- vienen acompañadas de novedosas formas


ciones. de malestar y de problemáticas inéditas para
Ya no existen las grandes “identidades los jóvenes: las adicciones, las patologías ali-
juveniles” que acompañaban la totalidad del mentarias, las prácticas de riesgo, el juego a
proceso de crecimiento juvenil. Ya no hay veces autodestructivo con los límites, el
identidades sino identificaciones y las iden- sida, el embarazo adolescente y la violencia
tificaciones son más fluctuantes, más débi- son algunos de los nuevos desafíos con los
les, más cambiantes. Un joven puede ser en que tiene que lidiar la sociedad en general y
los comienzos de su pubertad un “roquero” los jóvenes en particular.
y pasar a ser, tiempo después, un ferviente Los distintos desafíos que viven los ado-
punky que reniega sistemáticamente de sus lescentes y los jóvenes expresan evidentes
gustos precedentes. desfasajes culturales entre una sociedad que
Los adultos que culpabilizan a los jóve- alaba permanentemente la etapa juvenil
nes por estas percepciones fragmentarias, pero que al mismo tiempo hace muy poco
express, “hedonistas” o “presentistas” debe- para que sus integrantes dejen de ser lo vul-
rían entender que dichas configuraciones nerables que son.
del tiempo son también el resultado de cos- Contradicción que se expresa también
movisiones del mundo que han “triunfado” en la disputa de los adultos con los jóvenes
luego de que los jóvenes de generaciones por los espacios propios de la juventud y, al
anteriores hubieran intentado cambiar el mismo tiempo, en el juzgar como carente
mundo. de responsabilidad a ese período vital. Los
Tenemos que tener en cuenta que el ado- jóvenes suelen sentir la ambigüedad de esta
lescente actual cuenta con ventajas y des- catalogación: por un lado se busca ser como
ventajas respecto al de generaciones anterio- ellos, vivir sus mismas experiencias (muchos
res: por un lado tiene abiertas posibilidades adultos se visten como jóvenes y utilizan sus
que a sus antecedentes generacionales les signos y modismos) y al mismo tiempo se
estaban vedadas. Entre ellas pueden pun- los etiqueta de irresponsables.
tualizarse: una menor cerrazón endogámica El doble malestar vivido por los jóvenes,
marcada por el grupo primario de pertenen- el que deviene de una sociedad con grandes
cia, menos autoritarismo patriarcal y mayor contradicciones internas y el que ubica a los
libertad en múltiples aspectos, sobre todo jóvenes en la paradoja de felicidad/peligrosi-
en el uso del tiempo libre y en el acceso a dad es el terreno en el que deben transitar
variados productos de la oferta cultural. complejamente quienes viven su pubertad y
Sin embargo, no debemos soslayar que adolescencia en la actualidad.
las propuestas culturales contemporáneas

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Luchas por el sentido


de la palabra joven

Mi héroe es la gran bestia pop, Esta ambivalencia –atracción de la “fiesta”


que enciende en sueños la vigilia adolescente y rechazo o pánico a los cambios
que antes que cuente diez, dormirá. morales que conlleva– queda claramente
A brillar mi amor. Vamos a brillar mi expresada en la película Caterina en Roma,
amor. donde se deja a los jóvenes frente a una ambi-
Mi amigo está groggy sin destilar. güedad angustiante: por un lado presiones
Pero yo sé que hay caballos que que exigen definir caminos, postulando los
se mueren potros, sin galopar. riesgos que sugieren, y, por el otro, “miradas”
Voy a bailar el rock del rico Luna Park de rivalidad adulta –por un estilo de libertad
y atomizar la butaca y brillar juvenil que no pudieron disfrutar–.
como mi héroe: la gran bestia pop. La ambivalencia cultural que “marca” a
La gran bestia pop los jóvenes con la doble etiqueta de peligro-
LOS REDONDOS DE RICOTAI sos y a la vez dignos de “envidia” adulta los
deja en el peor de los territorios, que es el de
Existen culturas de nominación. Formas la angustia de no saber qué se espera de ellos:
culturales para definir quién es joven y cómo si se les demanda que sean los organizadores
se es joven. Nuestras percepciones dominan- de la “fiesta social” –enarbolando estéticas
tes, nuestro sentido común nos llevan a pen- indumentarias, estilísticas corporales o códi-
sar que la juventud es un período de tránsito gos tribales– o si se espera que cometan sufi-
hacia otra etapa más “sustantiva”. Sin embar- cientes errores como para someterlos a una
go la juventud supone una etapa tan impor- ortopedia social autoritaria.
tante como cualquiera otra en el desarrollo
biográfico y no puede ser definida o evaluada La sociedad actual y el
como una etapa transitoria, como un simple mundo adulto suelen
tener una mirada
“puente” entre la niñez y la adultez. contradictoria sobre la
Es, incluso, una etapa crecientemente juventud: por un lado
se la observa con
relevante en la configuración subjetiva debi- simpatía, valorando
do a que es percibida socialmente como una su capacidad afectiva
de las más trascendentes (en términos de vín- y de disfrute del
tiempo libre. Por el
culo con el consumo y con la construcción otro se la condena por
de “identidades”) por los medios de comuni- sus excesos y por sus
postulados morales
cación masiva y por los propios adultos que alternativos a los
se sienten atraídos (y muchas veces amenaza- hegemónicos.
dos) por las formas que asume la juventud en
la actualidad.

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Al mismo tiempo, los adultos suelen no “juventud” en el que participan tanto las
hipervalorar la corporalidad juvenil (y su definiciones profesionales/académicas, el
cotidianeidad) buscando artificial o forzada- sentido común y los propios jóvenes que
mente recuperar cuerpos juveniles, llegando pretenden hacer de “su” juventud un terri-
incluso a medidas quirúrgicas o químicas torio que escape a las catalogaciones del
para su obtención. Esta señal no es obviada mundo adulto.
por los jóvenes. Dicha búsqueda de la A esto se agrega la paradoja de que a los
“juventud eterna” es percibida por la juven- adolescentes se les exige que tomen decisio-
tud como una autodesvalorización del nes. Al ser una etapa en la que se presentan
mundo adulto y una convocatoria a que la muchos y nuevos desafíos y se dispone de
llegada de la adultez no supone más que un muy poco tiempo para resolver dichos pro-
abandono de la celebración juvenil. blemas la “carga de responsabilidad” que
La extensión de la juventud –medida en pesa sobre sus espaldas puede llegar a ser
años de duración– no es más que una expre- demasiado grande en relación a los recursos
sión cronológica de este proceso en el que que poseen para resolver esos problemas.
los adultos quieren seguir siendo jóvenes y La sociedad demanda a los jóvenes que
los jóvenes no quieren ser adultos. Pero al se fijen un derrotero en relación a su identi-
mismo tiempo genera una disputa por el dad sexual, que ordenen estratégicamente
territorio juvenil en el que los propios jóve- su carrera profesional y que decidan el tipo
nes se sienten amenazados ante la “ofensiva” de persona que desean tener al lado para
de muchos adultos que pretenden compor- conformar una familia en el futuro.
tarse como jóvenes “sin serlo”. En síntesis, muchas decisiones y poco
Este complejo proceso también implica tiempo para dictaminar cuál de los escena-
una dura lucha por la definición del térmi- rios es el más adecuado y cuál es el camino
más aconsejable. Tal exhortación del
mundo adulto desorienta y hace incluso
“Los propios jóvenes son protagonistas activos de esas más difícil toda decisión. Más aún cuando
disputas acerca de los sentidos que prestan al tema de la juventud el mundo adulto muchas veces “alaba” la
pues, aun como actores, imponen significados que traducen diversos suspensión de responsabilidades y celebra la
modos de pensar sobre sí mismos y sus pares, cuentan
diferentemente sus demandas y establecen proyectos personales o fiesta juvenil al mismo tiempo que pretende
colectivos, muchas veces reproduciendo discursos dominantes imitarla. Fiesta que tiene como soporte fun-
adultos en el ámbito social.” damental el cuerpo, la sensibilidad, la emo-
ción, la erotización y la capacidad de resistir
Marilia Pontes Sposito y Paulo Carrano, “Juventud y políticas públicas
en Brasil”, texto mimeografiado, Observatorio Joven de Río de Janeiro, ante los ataques externos.
Río de Janeiro, 2003.

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Nostalgias contraproducentes

El punto de partida fue plantear que el más adecuadas, más elaboradas o más efica-
metadestino dominante hasta hace dos ces. En este sentido, un diálogo comprensivo
décadas, por el cual los jóvenes se inser- con los jóvenes desde una perspectiva caren-
taban en la vida adulta mediante la te de prejuicios implica la necesaria inmer-
trayectoria lineal: familia-escuela- sión en sus manifestaciones culturales y en
empleo-participación, es un circuito sus maneras de comprender el mundo.
que se ha ido quebrando y fragmentan-
do en múltiples trayectorias, que se ten-
drían que conocer de acuerdo a los nue-
vos circuitos o las adaptaciones que ha
sufrido el anterior, tanto en las prácti-
cas como en los significantes para los
distintos conglomerados de jóvenes.
ANA DÍAZ ALDRET 22

Aceptar los cambios de autopercepción


del cuerpo, de visión sobre la realidad y el
mundo que los circunda por parte de los
jóvenes no implica aplaudir las transgresio-
nes inútiles ni autodestructivas sino intentar
comprender las causas de sus acciones y la Una de esas manifestaciones se relaciona Comparar las
significación atribuida. con los cambios comunicacionales, con la diferentes juventudes
es una actividad
Implica descifrarlas desde el lugar en que creciente velocidad con la que hablan y la anacrónica. Cada
se producen, desde una configuración “epo- permanente detención en muletillas que de etapa contribuye a
cal” que nunca puede ser equiparada con alguna manera ofician como contraseñas forjar juventudes que
no pueden ser
otras formas de ser joven. Y esta tarea de “diá- generacionales. El “todo bien” que acompa- comparables. Las
logo” intergeneracional e intercultural sólo ña al saludo habitual, con su obvia contra- influencias
sociohistóricas
puede llevarse a cabo tomando en cuenta los partida del “todo mal”, para dar cuenta ya modelan o ayudan a
códigos comunicacionales y los lenguajes uti- sea del desánimo, la angustia, la tristeza o la modelar perfiles
lizados por los jóvenes sin desvalorizarlos ni depresión, constituye una muestra de dicha juveniles diferentes.

creer en forma crítica que nuestras herra- configuración lingüística. La respuesta rápi-
mientas comunicacionales adultas son per se da condensa los matices de una frase com-

22 Jóvenes mexicanos del siglo XXI. Encuesta nacional de juventud 2000, Instituto Mexicano de la Juventud,
Querétaro, primera edición, octubre 2003, en http://www.imjuventud.gob.mx/ENJ/Regi%F3n%20Baj%EDo/
REGION%20BAJIO%20Queretaro.pdf

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pacta, sin sujeto ni verbo, que sólo trans- de la escuchada durante la infancia: la única
mite significado a través del acompaña- posibilidad de que construya una identidad
miento estilístico y la comunicación ges- es que adopte caminos que lo hagan sentir
tual y no verbal. “cómodo”. Y no hay otra posibilidad más
Lo mismo ocurre en cierto tipo de que la de ensayar caminos antes de elegir los
comunicaciones escritas, cuyo lenguaje más adecuados.
parece remedar el de las máquinas: “slms st Comprender las novedosas formas de
nch” (por “salimos esta noche”) puede ser
entendida como la expresión apresurada
de un nuevo lenguaje más acotado a la
Los nuevos lenguajes velocidad y menos vinculada a la reflexivi-
juveniles pueden dad.
caracterizarse como
“limitados” o como
creativos. Su uso, y el La construcción de la autonomía perso-
sentido en el cual se nal no sólo requiere nuevas herramientas
orienten, definirá cuál
de las dos lingüísticas sino que debe empezar con el
definiciones es la más “pensar con la propia cabeza”, es decir, ser
ajustada. Las experiencias juveniles, a veces marcadas por el
capaz de equivocarse, de llevar a cabo expe-
riesgo y los sinsabores, suponen una búsqueda
riencias cuyo resultado sea el de elecciones personal e identitaria necesaria para encontrar un
personales y de tomar decisiones cuya moti- camino personal diferenciado de lo esperado por
los adultos. Generar un “camino identitario”
vación sea percibida como auténtica y no permite sentirse “único”, “especial” y no una
como producto de una imposición familiar simple reproducción de lo que se espera de ellos.
o institucional.
Las instituciones, los adultos y las fami-
lias deben tener en cuenta estos procesos y transitar la juventud presupone entender,
colaborar con una producción de autono- como señalamos anteriormente, el cuestio-
mía juvenil que no requiera –para su confi- namiento de las “maneras”, la política, las
guración– de una “pelea” costosa entre los relaciones públicas, las escenificaciones
adolescentes y las regulaciones sociales. A su familiares, las buenas formas, etcétera.
vez esto exige entender que el “grupalismo” Sin embargo este posicionamiento no
de los jóvenes –y su búsqueda en los “limi- debe entenderse como un desprecio totali-
tes”– es una etapa que es necesario transitar zador hacia el mundo adulto sino como un
para que el joven pueda desarrollar su “voz” síntoma de la necesaria ruptura con dicho
interior, para que ésta no sea sólo un calco mundo. A veces los jóvenes disponen sólo

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de la negación de todo lo que no es joven Aquí aparece una segunda serie de con-
como único camino para poder construir el clusiones para la actividades comunitarias
propio espacio de crecimiento. con jóvenes: es necesario colaborar para que
Y una gran parte de este proceso se da ese proceso de exogamia se dé de la manera
mediante la exogamización: todos los jóve- más sana, menos dolorosa y más creativa:
nes, inicialmente desde su pubertad, necesi- cuando un joven “sustituye” a su familia por
tan “ir rompiendo” los lazos de dependencia un grupo de amigos lo único que intenta
temporal con su familia. Esta ruptura impli- hacer es constituir su subjetividad, su perso-
ca muchas veces conflictos y perpetuos nalidad sin la mirada influyente y endogá-
cuestionamientos de los hijos hacia los mica de su familia.
padres. Por supuesto que esta confrontación De hecho, si la familia se opone a este
puede darse –según el vínculo que se haya proceso exogámico se corre el riesgo de que
establecido entre padres e hijos– de una el joven se someta a reglas de juego que
manera más o menos “violenta”. hagan de él un ser tímido, introvertido e
Pero aunque no se exprese de forma vio- incapaz de enfrentarse con el mundo de las
lenta lo que no puede dejar de darse es el relaciones afectivas, amistosas o de pareja.
enfrentamiento. A veces ese enfrentamiento De alguna manera el mundo adulto debe
se encuentra disimulado tras el alejamiento favorecer los “rituales de pasaje” y permitir
de los jóvenes de la tutela familiar. En otras así que los jóvenes puedan incorporarse a las
ocasiones ese enfrentamiento puede darse responsabilidades sociales adultas, debe
en términos de indiferencia hacia la voz también aceptar las oposiciones, las críticas
adulta, e incluso puede carecer de debates y y las “provocaciones” de los jóvenes en su
de críticas permanentes de los jóvenes hacia afán de diferenciarse y de construir creativa-
sus padres y hacia todo lo que representa la mente su “lugar en el mundo”.
sociedad adulta.

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Sexualidad adolescente

En las discos,
“boliches” o bailantas
El tema de la sexualidad entre los jóve- los jóvenes suelen
sentirse libres de la
nes se relaciona con diferentes aspectos mirada adulta y
sociales, culturales, educativos y familiares. pueden “pensarse”
Gran parte de los jóvenes declaran que la como sujetos
autónomos en vías de
información que tienen sobre el mundo de construir su identidad
las relaciones corporales tiene que ver con sexual y personal.
sus vínculos grupales y, básicamente, con
las imágenes que provienen de los medios
de comunicación masiva (MCM). Estos
medios no son sólo el cine, la televisión, la
radio o los medios gráficos sino que en los
últimos años se ha agregado un nuevo canal
que supone una alta exposición a conteni- Uno de los grandes problemas se vincula
dos de índole sexual, erótica y de diferente con los contenidos que aparecen en los
valor emocional. medios y la capacidad que tienen los adoles-
De alguna manera, entre los jóvenes, el centes y los jóvenes para procesar esa infor-
sexo dejó de ser percibido como transgresor mación. Se trata de la poca educación críti-
y subversivo y se instaló de una manera ca en relación a los medios y las dificultades
publicitada en el espacio comunicacional. que poseen las familias –en términos gene-
El sexo se ha vuelto un producto comunica- rales– para acompañar el crecimiento de sus
cional y un elemento de comercialización hijos, expuestos a imágenes y contenidos
simbólica que los jóvenes consumen en tér- que no pueden procesar ni crítica ni libre-
minos de imágenes televisivas y erotizacio- mente.
nes múltiples. En este sentido, los jóvenes Esto significa que hay diferentes formas
que se sienten incomunicados –como el de recibir lo que los medios logran enviar. Y
protagonista de Nadar solo– suelen expresar que no todos los jóvenes “entienden” lo
una angustia muchas veces autodesvaloriza- mismo de los mismos mensajes: los adoles-
dora e incluso autodestructiva. La profusión centes que han logrado procesar informa-
de la información y sus medios no suelen ción familiar –producto de diálogos francos,
ser garantía ni siempre dejan espacio para abiertos y no dogmáticos u oscurantistas–
que la subjetividad juvenil logre expresarse. aparecen como más capaces de ligar la
Estos medios son los mismos que se inte- sexualidad a un comportamiento más sano,
rrelacionan con la cultura del ciberespacio, cuidadoso, responsable y al mismo tiempo
es decir el mail, el chat y los sites de Internet. más ligado al placer y a la vida.

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Por el contrario, los silencios familiares o vas. Los peligros aparecen cuando descubri-
la carencia de recursos críticos disponibles mos que los conocimientos que tienen los
en la familia dejan librado a los púberes y jóvenes sobre la sexualidad aparecen como
adolescentes a una recepción de contenidos distorsionados. Aparecen también cuando
que pueden convertirse en dañinos por aso- el producto de esos desconocimientos o esas
ciar la sexualidad a diferentes patrones que desvirtuaciones permiten la proliferación de
hacen de la sexualidad algo ligado al dolor, madres adolescentes que han llegado a tal
la perversión, la suciedad, el machismo o estado por la ausencia de recursos educati-
simplemente la culpa y la vergüenza. En este vos escolares, familiares o simplemente por
sentido no es difícil asociar diferentes con- tradiciones culturales que desconocen el
ductas dañinas ligadas a la sexualidad: es planeamiento familiar responsable.
conocido que una educación sexual ligada a Se ahondan, incluso, cuando la carencia
la vida, a la belleza, a los sentimientos y al de recursos informativos y formativos –que
juego tiene más posibilidades de construir el propio Estado debe brindar junto con la
personas ajenas a comportamientos perver- colaboración de la sociedad civil y las fami-
sos. Por el contrario, la información sexual lias– deja el espacio abierto a males endémi-
–que muchas veces se encuentra disponible cos como el sida u otras enfermedades de
en forma libre y deshumanizada en diferen- transmisión sexual.
tes medios– supone altas posibilidades de
construir conductas ligadas al patriarcalis-
mo, la homofobia, la deshumanización de la
mujer, su constitución en objeto sexual y la
asociación entre violencia y sexualidad.
Es sabido que la sexualidad vivida con
vergüenza, en el silencio y en el ocultamien-
to, es más permeable a las conductas cosifi-
cadoras de los otros: cuando la sexualidad
está ubicada en el terreno de lo pecaminoso
y está ubicada en el territorio de lo infernal
es pasible de generar muchos más mons-
truos que cuando la sexualidad es vivida sin
complejos y ligada al placer y los sentimien-
tos de valoración de los otros.
Nuestra sociedad genera altos conteni-
dos de erotización. Eso en si mismo no
debería tener consecuencias sociales negati-

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El hecho de que los jóvenes se informen en bambalinas o en las catacumbas de lo


básicamente por los medios o por interme- sórdido y lo vergonzante.
dio de sus respectivos grupos de pares no Pero la apertura adulta, incluso hacia al
debería generar ningún pánico social si los diálogo sobre la sexualidad sana supone
contenidos que se difundiesen permitieran debate e incluso una honesta y frontal con-
la generalización de contenidos ligados a flictividad. Los jóvenes demandan este posi-
una sexualidad vital, humana y cuidadosa cionamiento, requieren una construcción
de la salud y la belleza. crítica de su identidad, necesitan de un
El problema central radica en que por un “frontón” que permita adquirir los juicios
lado gran parte de los contenidos culturales que se sostendrán en la vida adulta. Exigen
que aparecen difundidos están reñidos con criterios capaces de resistir la crítica que
estas versiones dignificadoras de la sexuali- ellos le deparan. Si no existe ese lugar del
dad humana. A esto se le suma que ni la cual diferenciarse –por ejemplo por compli-
sociedad ni la familia deciden asumir la cidad de los adultos hacia los jóvenes– no
educación sexual como tema central de les queda “espacio” simbólico desde donde
debate que supere el oscurantismo, los tabú- edificar su identidad autónoma, creativa y
es y las versiones que asocian la sexualidad a personal.
algo impuro, sucio o digno de ser hablado

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La escuela y la familia

El distanciamiento cultural entre el


mundo juvenil y el adulto impide una Es cierto que la utilidad social de los estudios a menudo parece
incierta, que la relación costo/beneficio está demasiado vagamente
socialización escolar capaz de contener y definida en un sistema donde el valor social de los títulos suele ser
relacionar los contenidos que los alumnos bastante difícil de medir. El título puede entonces convertirse en un
traen de su socialización familiar y mediáti- fin en sí mismo, cuando permite prolongar la condición de estudiante
y construir una juventud hecha de afinidades electivas, pequeños
ca. El producto es, en última instancia, la
empleos y una autonomización progresiva. Por otra parte, las áreas
imposibilidad de contribuir mediante el profesionalizadas conllevan a veces cierta frustración intelectual y el
mejoramiento del clima cultural a una temor a salir demasiado rápido de la juventud. De esta forma, los
inserción más eficaz en la sociedad de la estudios se perciben como una prueba y como una aventura de la
personalidad. No marcan verdaderamente la entrada a la vida adulta.
información y la comunicación. Son un espacio al que cada quien se adapta de manera individual.
Son escasas las experiencias, por parte de
la escuela, que tiendan a articular el sentido François Dubet, “Los estudiantes”, en Revista de Investigación
que traen los jóvenes con aquello que histó- Educativa, Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad
Veracruzana, Xalapa, Veracruz, julio-diciembre, 2005, p. 68.
ricamente ofrece el sistema escolar: a pesar
de los esfuerzos desplegados, históricamen-
te el sistema escolar ha estado más prepara-
do para rechazar las culturas juveniles que retentiva de quienes se ven obligados a desa-
para incorporarlas como materia de estudio, tender esporádicamente la participación en
investigación y reconocimiento de bienes clase.23
culturales aportados por los estudiantes. Tanto los programas escolares rígidos, el
Los programas de estudio ofrecidos a los vínculo hasta hoy autoritario que caracteri-
alumnos a menudo no otorgan el reconoci- za la interrelación con los alumnos, la inex-
miento de esos saberes que traen los jóvenes periencia del sistema para trabajar con las
y en algunos casos sólo figuran para ser subculturas juveniles y la preeminencia de
estigmatizados o desvalorizados. Además, modelos individualistas y fragmentarios
las diferencias socioeconómicas tienden a hacen que no sea fácil la retención escolar y
ser factores de exclusión escolar no sólo por que dicha incapacidad contribuya de alguna
las carencias y la rápida incorporación al manera a reforzar los modelos de exclusión
precario mercado laboral, sino porque la que imperan en el nivel socioeconómico.24
escuela ofrece poca flexibilidad y capacidad

23 Peter Davies, en “Student retention in further education: A problem of quality or of student finance?”, trabajo presen-
tado en la British Educational Research Association Annual Conference, University of Sussex at Brighton, 1999.
24 Susan Hallam y Frances Castle, en “Reducing exclusion from school: What really works”, trabajo presentado en la
Conferencia Europea de Investigación Educativa, Edimburgo, 2000. Una introducción al mismo puede consultarse en
http://k1.ioe.ac.uk/schools/leid/resch/BehavImpro.pdf

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Muchas veces para los jóvenes el mundo Además, el sistema escolar no logra
escolar no está integrado al mundo que los demostrar, sobre todo a los sectores popula-
rodea. Sienten que se trata de dos mundos res, que el tránsito por la escuela garantiza el
diferentes. Por su parte, el sistema escolar acceso al mercado laboral, la movilidad
encuentra dificultades para integrar los social, ni el reconocimiento social por la
saberes que poseen los jóvenes o cuando los obtención de un titulo. El “éxito” se
integran lo hacen en el marco de condicio- encuentra cada vez más ligado al mundo del
nes de subalternización, cuando deberían deporte, la televisión o las nuevas tecnologí-
ser relaciones de negociación con los pro- as que suponen, en el mejor de los casos, un
pios jóvenes. Esta distancia se ahonda más aprendizaje informal desligado de la escuela.
porque la escuela no es el único espacio de El éxito económico, además, no está ligado
distribución del conocimiento y existen for- a la escolarización y su acceso puede o suele
matos dinámicos, rápidos y versátiles que ser asociado al comercio legal o ilegal, y/o a
logran imponer no sólo contenidos sino la vinculación con padrinos políticos o
metodologías de enseñanza/aprendizaje. delictivos.
Los medios de comunicación masiva y las La familia es otra de las instituciones que
tecnologías de la información y la comuni- se ve desestructurada por los cambios de la
cación proponen multiplicar las fuentes de modernidad tardía. En principio, la familia
saberes pero además disputan un espacio de como institución se ha complejizado al pro-
legitimidad con la propia escuela. poner formatos diversos de realización
Mientras los nuevos formatos ganan en como monoparentales, mixtas, cruzadas,
legitimidad frente a la escuela, ésta a menu- etcétera.
do suele desconocer las complejas realidades El ideal de familia contemporánea busca
de la sociedad contemporánea. Los jóvenes reducir la relación institucional, parental y
advierten en su cotidianeidad que los sabe- de reproducción económica dejando lugar a
res eficaces dentro del mundo se adquieren la función afectiva de la “pareja”. Al no ser
en contacto con los medios de comunica- ya un lugar de garantía de reproducción
ción y que la escuela no puede competir con social la familia deja de asegurar las funcio-
la riqueza simbólica que acumula Internet o nes de asistencia que garantizaba hace cua-
con la apertura al mundo que promueve el renta años. La búsqueda de la nueva familia
celular. En ocasiones la escuela también es que la socialización de los hijos sea com-
encuentra dificultades para abrirse a los len- partida con otras instituciones En esta
guajes estéticos de las imágenes, el video, el representación, la célula familiar se presenta
diseño, la historieta y la ilustración que apa- como débil frente a las demandas de la
recen compatibles con la sensibilidad ado- sociedad dinámica actual.
lescente.

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Al mismo tiempo ha visto reducir la monoparentales y los hogares unipersonales


capacidad de los adultos en la imposición de en todos los niveles socioeconómicos.
criterios de conducta y el deterioro de la En lo que respecta a la relación con la
función de los padres en la configuración de familia, la escuela se siente “sobrecargada” y
las normas sociales, hecho que los desauto- cuestiona la poca atención que brindan los
riza frente a sus hijos tal cual se evidencia en padres a la socialización de sus hijos, sin
la película Nadar solo, tanto por parte del entender los cambios de los formatos fami-
hijo mayor, Pablo, que se fue de la casa, y liares y la reducción de los tiempos de con-
del menor –el protagonista de la película– tacto entre las generaciones, no sólo por el
quien busca en el viaje iniciático un sentido aislamiento y el distanciamiento provocado
a su existencia futura. por los jóvenes sino por la lógica temporal,
La familia contemporánea, además, ha que exige mayor cantidad de horas labora-
visto cómo la mujer ha ingresado en el mer- bles y mayores exigencias sociales de contac-
cado del trabajo y se ha reapropiado de su to para mantener los capitales sociales en
cuerpo conquistando una separación entre forma productiva.
la sexualidad y la reproducción. Diez años después de esta cita se perci-
Ambos cambios han llevado a una pérdi- ben nuevos vientos de cambio en América
da del poder relativo del hombre y a su Latina: la educación vuelve a ser planteada
obvia redefinición de género dejando espa- por los gobiernos como un problema
cio a la pluralización de los formatos de “moderno” de integración y ciudadaniza-
afectividad y haciendo crecer las familias ción social. Sin embargo, esta orientación, a

El sistema escolar
suele contar con
herramientas
limitadas para
vincularse con las
culturales juveniles.

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diferencia de lo sucedido cincuenta años


En estas circunstancias, las escuelas tienen que redefinir sus atrás, debe enfrentarse con los resabios de
programas educativos dentro de una concepción posmoderna de la
cultura, vinculada a las diversas y cambiantes condiciones globales que una desintegración social probablemente
exigen nuevas formas de alfabetismo, una comprensión muy ampliada de mucho más profunda y –sobre todo– con
la forma como funciona el poder dentro de los aparatos culturales y una las reminiscencias aún candentes de un dis-
percepción más aguda de la forma en que se está configurando la actual
curso privatista y competitivo donde a los
generación de jóvenes dentro de una sociedad donde los medios de
información tienen una función decisiva, cuando no sin paralelo, en la jóvenes sólo les queda el lugar de consumi-
formación de múltiples y diversas identidades sociales. dores o de excluidos.
Henry Giroux, “Educación posmoderna y generación juvenil”, Nueva
Sociedad, Nº 146, Caracas, noviembre-diciembre 1996, p. 157.

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Los medios

¿Qué percepción se tiene de los “jóve- social y las jerarquizadas escalas de domina-
nes” cuando se les “dedica” un espacio, ción.
mensajes y/o consejo? ¿Se considera efectiva Señalar las formas que asumen las per-
la sistemática pedagogización informativa cepciones de algunos voceros sociales, y los
de la que es objeto el actor “joven”? ¿A qué dispositivos de nominación que se utilizan
tipo de juventud se le habla desde los legiti- –que de alguna manera incluyen y/o exclu-
mados megáfonos sociales? yen a diferentes sectores sociales– es impres-
Estas son algunas de las preguntas que cindible para explicar algunos de los proce-
remiten a una conjetura central: la existen- sos a través de los cuales se actualizan las
cia de un proceso de homogeneización dis- diferencias sociales y se establecen los crite-
cursiva destinada a estipular la normalidad rios de un “futuro de adulto exitoso” o, en
de lo que se considera juventud. su defecto, de una culpabilización social
Caracterización que es estructurada colecti- basada en una “marginalidad buscada y
vamente incluso con la colaboración (no merecida”.
consciente) de quienes de alguna manera Las instituciones que definen las “agen-
son víctimas de dichas clasificaciones. das” y los “problemas sociales” –en forma
Enunciaciones colectivas que disponen –o creciente desde los medios aunque también
intentan (dis)poner– maneras legítimas y desde la academia, los organismos estatales
modos censurados; estéticas aptas y gustos y las ONG– no poseen la capacidad totali-
inadecuados, transgresiones aceptables y zadora para disponer cómo se procesará o
rebeldías inadecuadas. definirá una situación ni qué se opinará
Formas que se instituyen mediante vio- sobre una problemática o una discusión.
lencias simbólicas específicas y que tienen Pero sí detentan la suficiencia para imponer
consecuencias significativas sobre aquellos la agenda de qué se debatirá, para asignar
agentes que no son considerados o visualiza- prioridades de discusión, su continuidad o
dos como jóvenes por no poseer los atribu- no en el mercado de problemas sociales e,
tos culturales que se esperan en dicho perío- incluso, para definir el tono en que se abor-
do vital. Al establecerse parámetros cada vez dará un tema.
más rígidos y “evidentes” de lo que debe ser El proceso de naturalización social referi-
un joven se potencian los distanciamientos do a “la juventud” ha sido promovido con
y las lejanías sociales, tanto simbólicas como énfasis evangélico por distintos empresarios
materiales, garantizando la reproducción morales.25 En los últimos años, desde reite-

25 Se denominan “empresarios morales” a aquellos voceros calificados que promueven posicionamientos pun-
tuales en temas que consideran relevantes por su alto contenido ético, espiritual y humanista.

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radas peticiones de principio, se han siste- formistas e iracundos de las generaciones


matizado y repetido debates, mesas redon- del 60 y el 70. La intimidación presente del
das, encuestas callejeras y polémicas pater- ejemplo de aquellos jóvenes funciona como
nalistas encaminadas a aconsejar a los una apelación al pánico y al control social.
jóvenes y sobre todo a los padres sobre las Otra de las características de cómo es
maneras más adecuadas de una educación presentado el/los jóvenes en los debates de
para el éxito. actualidad remite a que se nombra –con
Se sugiere, además, cómo administrar el determinadas características– a una única
tiempo de los futuros padres-adultos y juventud, segregando a quienes no coinci-
cómo regir los pasos de los hijos. Los tele- den con el patrón de integración expuesto.
parlamentos donde participan los jóvenes La palabra juventud aparece para presentar
son presentados como una aportación a un otro homogéneo (a veces exótico) al
“moderna” a la dilucidación de temas gene- que se quiere entender en sus particularida-
rales o a la profundización sobre cuestiones des y esnobismos adolescentes. De ahí que
juveniles específicas. Un rasgo relevante de se presenta a los distintos sectores que com-
estos debates es que los encuentros comuni- parten una edad cronológica como si tuvie-
cativos se encuentran siempre acotados por sen muchas más cosas en común que ele-
contextos de condescendencia, aprobación mentos que los diferencien y se privilegie la
o puesta en evidencia, mecanismos que fun- pertenencia generacional como un agluti-
cionan como catalizadores de discursos y nante de expectativas y necesidades homo-
promotores de autocensuras. logables.
De las distintas temáticas que están per- Cuando se habla de juventud no se habla
manentemente en discusión en los progra- más que de una única imagen, aquella que
mas citados de debate televisivo existen coincide con la evidenciada por los invita-
algunas, como las que se relacionan con lo dos: se invita a los debates a los que se supo-
juvenil –o la sexualidad o las adicciones–, ne que coinciden con la idea dominante de
que asumen un carácter decididamente doc- juventud y se caracteriza como joven a
trinario cuando son abordados. El constan- todos los que concurren a esos programas.
te tono de advertencia con el que son pre- La juventud pasa a ser así una categoría dis-
sentados y comentados, y la apelación al criminante: los otros, los inadecuados, no
disciplinamiento que transmiten amenaza- son jóvenes, son marginales o simples delin-
doramente, remiten a lo que probablemen- cuentes. Se consolida de esta manera un
te sea percibido como parte de un “núcleo mensaje esquizofrénico que convoca por un
duro” de las estructuraciones sociales. Se lado al pánico moral ante “las tribus salva-
debe controlar a los jóvenes so pena de con- jes” y, por el otro, a la admiración de lo
vocar el espectro de aquellos sujetos incon- joven, lo terso, dinámico, alegre, inconfor-

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mista y creativo, adaptado a las nuevas for- Una habitualidad donde la presión social y
mas de la imaginación gerencial y/o tecno- la incertidumbre por el futuro no tienen
crática. cabida. Un estado de la vida donde no hay
Cuando se habla de los jóvenes en las lugar para lo irreversible: todo puede ser
comedias familiares el imaginario de panta- solucionado –al ritmo de la decisión perso-
lla pone en acto una virtuosidad que supone nal– porque no existen condicionantes ni
la alegría de una fiesta sin compromisos, determinaciones lo suficientemente fuertes
una cotidianeidad libre de gravedades y tor- como para vencer la libre voluntad de los
mentos cotidianos. Son pintorescos cuando agentes.
de la moda y el diseño se trata. Nunca son En ese marco, del voluntarismo más
retratados como sujetos de relatos colecti- ingenuo, todos los personajes jóvenes son
vos. Son congelados en la pasión de entre capaces de lograr el éxito, porque ven en la
casa o en las “locuras” de un amor adoles- educación una garantía de futuro promiso-
cente, inconformista, celoso, posesivo y rio al permitir el acceso a la competitividad
condicionado por el malentendido perma- necesaria para el futuro venidero. La única
nente: la confusión y el desencuentro “amo- forma de vida pública que se representa es la
roso” aparecen como el máximo de aventu- que remite a la publicitación de la vida pri-
ra accesible. vada. En esta intimidad “publicable” no se
Siempre están contenidos por un núcleo manifiestan las discriminaciones familiares,
familiar para el cual el mundo de la necesi- la violencia, el disciplinamiento forzado ni
dad y las carencias raramente se hacen pre- las diferencias generacionales como presen-
sentes. Un mundo autorregulado donde el cias o problemas: todo es evidencia y natu-
trabajo –cuando aparece– es un tiempo más ralidad “democratizada”. Amor filial sin
dispuesto para la proliferación de enredos relaciones de dominación.
que una carga habitual exigida por la super- Lo que el imaginario exhibe no es el con-
vivencia. Enredos vertiginosos, como el flicto sino los fundamentos estabilizados
expresado en la película Corre, Lola, corre, que lo hacen posible: la propuesta de una
donde el sentido tiene el carácter de una docilidad femenina axiomática. La mujer
rápida carrera hacia la nada. joven, moderna tiene trazado un camino
Cuando se habla del “joven legítimo” su propio, pero en última instancia pondrá por
hogar no posee desocupación. Pero cuando delante los intereses de lo que es “su” insti-
existe –y el joven transita por él– no es más tución de pertenencia primigenia: la fami-
que el resultado de la consuetudinaria y lia, y junto con ella los atributos contiguos;
consentida holgazanería de un “loco lindo”. la emoción, la maternidad, la sensibilidad,
Una realidad donde no se representa el can- etcétera.
sancio o es sólo el producto de los enredos.

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privado, encaminado en última instancia al


“poder cotidiano” de la casa y el amor filial.
Simultáneamente se prueba que la mujer
ya llegó al horizonte deseable de la autono-
mía. La joven-mujer ha dejado atrás la
subalternidad. Ya no existen los problemas
de género, son parte del pasado. Se instituye
la recurrente exhibición de logros mediante
el desfile por la pasarela y los moldes de una
reproducción convincente, ágil y moderna:
belleza, cuerpo, cirugía, gimnasia y trata-
miento facial. Una ortopedia higienista
cuyo reclamo más paradigmático es el man-
dato de la juvenilización eternizada.
La dictadura del ser joven (es decir la
impugnación del futuro “absoluto”, la nega-
ción de la vejez) se impone como condición
para un look donde quedan borradas todas
las marcas del paso del tiempo. Las jóvenes
pueden continuar con su largo camino. Ya
La división sexual del trabajo también no hay motivo para seguir con una lucha
asume así su representación y cristalización que tuvo su recompensa. De la misma
televisiva. La discusión pública de lo joven y manera que pueden voluntariamente trans-
de los jóvenes se orienta al mundo masculi- formar su propio cuerpo están capacitadas
no “de lo público” (promocionando la para abolir los condicionamientos sociales,
denegación confirmadora con la presencia sobre todo los patriarcales.26
de alguna que otra mujer “interesada” por De la misma manera que las ideas de
los problemas públicos; con mayor legitimi- infancia, pubertad o adolescencia han naci-
dad aún si es un área escolar o social, es do enmarcadas en nuevas estructuraciones
decir homóloga con la “maternidad”), y la sociales e imaginarios, la noción de juven-
actividad de las jóvenes es canalizada al de lo tud ha irrumpido como preocupación polí-

26 No hay mayor garantía de dominación que la que provee una sosegada idea de dominio alcanzado. Cuando
el inmovilismo trivial del presente eterno se instaura se hacen más fuertes los lazos de dependencia –las
estructuraciones sociales de las percepciones y de las prácticas– que condicionan a la pasividad.

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tica en la década del 50 con énfasis reforma- joven. Dictaminan y trazan las fronteras
dor (“la necesidad de encaminar a la juven- entre los verdaderos jóvenes y los otros: sim-
tud”) y en ocasiones con asombro expectan- plificación binaria que dispone de un lado a
te: “las nuevas generaciones vienen a poner los sobrios cultores de las conductas compe-
al día la historia”. Desde esta última pers- titivas que el mercado promueve (a quienes
pectiva –presente sobre todo a mediados de permite “el recreo y la irresponsabilidad
los años 60–, se visualizaba a los “represen- adolescente”). Frente a ellos –responsables y
tantes de lo nuevo” como los artífices de culpables de la discriminación a priori de la
vanguardias estéticas y políticas. que son objeto al no acceder a los capitales
Hoy se difunden perfiles menos trascen- catalogados como imprescindibles para ser
dentes: los jóvenes aparecen como los trans- definidos como jóvenes– son ubicados los
gresores que permanecen en moratoria y exponentes de la violencia, el crimen urba-
suspensión de responsabilidades hasta tanto no, los dealers27 de esquina, el estigma de
se acomoden orgánicamente a las regulari- vereda, el indiferente, el apático, el compul-
dades sociales. Por su parte, en los progra- sivo tomador de cerveza o el noctámbulo
mas de debate de actualidad se identificaba displicente. Sólo queda ser lo que se espera
a los jóvenes como los destinatarios de dos que se “sea” para que el círculo de la domi-
tipos de políticas. La primera de ellas exhor- nación muestre las evidencias de la culpabi-
ta a la imposición de una ortopedia pedagó- lidad de la propia víctima.
gica necesaria ante los siempre tentadores Un joven así constituido puede rechazar
caminos del “abismo”: las malas compañías, el espejo que se posiciona frente a él. Puede
las prácticas comunitarias, las drogas, la autodesvalorizarse frente a lo que no puede
negación de las instituciones familiares; y, alcanzar. Puede percibir el reconocimiento
sobre todo, el “mal ejemplo” de las juventu- social de un “ajuste” con sus aspiraciones y
des de los años 60 y 70. La segunda convo- percepciones. Puede “quedar afuera” y negar
ca a la alabanza técnica e instrumental ante la legitimidad desde donde se construye
unos individuos promisoriamente compe- dicha imagen. Puede suponer, incluso, estar
netrados con las nuevas tecnologías de los por fuera al desconfiar de las emisiones que
negocios y la competitividad del mercado. intentan pautar la tipología válida de ser
Estos rasgos intentan instituir una defi- joven, sin verse sometido a sus dispositivos
nición y unos atributos de lo que es ser de premios y castigos. Pero no puede ser

27 Vendedor de drogas al por menor.

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ajeno a lo que se está diciendo de él, a la


agenda que se instaló para nombrarlo y
constituirlo como agente virtuoso o culpa-
ble.

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La ciudad de la juventud

Durante el fin de semana los jóvenes acceden a un espacio que


viven como propio y lo experimentan como una contraposición del
resto de la semana. El fin de semana es cuando pueden estar con sus
amigos e iguales de una forma distinta a como se relacionan durante
Merodear, tirar, yirar, vagar, “salir a pes- la semana y tienen la oportunidad de expresarse fuera del control de
car” o “trillar” son algunos de los vocablos sus mayores, además de elaborar y aprender estrategias nuevas y
que se utilizan como sinónimos de salir. específicas a su generación de sociabilidad. Por tanto, el espacio
recreativo y el del ocio en general, tiene un alcance muy importante
Escapar de la rutina es el mandato. Salir, como lugar central en el aprendizaje donde se adquiere una parte del
lejos de la familia y de los signos que recuer- bagaje con el que los jóvenes accederán a la vida adulta.
dan la cotidianeidad. Quedarse aislado de
un grupo de pares, sentirse ajeno al amonto- Amador Calafat Far, en Cultura de la diversión y consumo de drogas en
España. Características diferenciales con Europa, IREFREA, Comisión
namiento puede ser percibido por un joven Europea, en http://www.drogascadiz.es/AdminMancLaJanda/
con una fuerte sensación de ajenidad, UserImages/c1141e4c-946c-4bd5-a2ab-ff092c323e77.pdf
melancolía y de disfuncionalidad, tal como
queda evidenciado en la película Nadar solo.
En los últimos años asistimos a un cam- La noche como
bio en las formas en que los habitantes de territorio dominado
por los jóvenes
las ciudades se relacionan con ellas. Esta aparece como un
metamorfosis está directamente vinculada espacio donde la
mirada adulta
con las percepciones, vivencias y hábitos permanece ajena y los
con que se “ocupa” y se transita el espacio jóvenes sienten que
público. Para la comprensión de dichos pueden ensayar su
identidad sin miradas
cambios es imprescindible redefinir un de censura.
mapa cognoscitivo que permita visualizar
las distintas formas en que se articulan las
matrices culturales, los espacios (el barrio,
la vivienda, los centros de consumo, etcéte- la intimidad doméstica, hacia los lugares
ra) y cómo éstos son influidos por los origi- que denominamos “público-privados”, y
nales modos de percibir la ciudad. hacia una segmentación del espacio
A diferencia de lo señalado por “común” en términos de apropiación mate-
Habermas, en el sentido de que en los oríge- rial o simbólica: cada ciudad y cada pueblo
nes de la modernidad la esfera pública era el tiene lugares parcializados para cada sector
lugar paradigmático de la racionalidad social. Ya no hay lugares de “cruce” porque
determinante del orden social, hoy en día se cada grupo social transcurre por circuitos
constata un repliegue hacia los espacios de diferentes.28

28 Entendemos por espacios “público-privados” a aquellos lugares que ofrecen una fachada de libre acceso
pero que sin embargo están asentados sobre la base de diferentes mecanismos de exclusión: materiales, socia-
les, simbólicos, etcétera.

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Históricamente la ciudad suponía la La violencia urbana, los progresos comu-


apropiación práctica y simbólica de espacios nicativos de la informática y de los medios
diferenciados que constituían parte signifi- de comunicación masiva, la decadencia de
cativa de la memoria colectiva. En los últi- la gestión ciudadana como mecanismo
mos años se han ido diluyendo algunas de generador de propuestas políticas, etcétera,
las “marcas” urbanas que permitieron en han propiciado que los proyectos colectivos
otras épocas configurar las credenciales y los imaginarios sociales sean menos
identitarias más firmes. influenciados por el espacio público.
Los lugares públicos de socialización La cultura urbana también ha sufrido
–clubes, cafés, plazas, cines de barrio, socie- transformaciones vinculadas a la tecnocul-
dades de fomento, etcétera–, que desde el tura. Cambios que han promovido un
siglo pasado habían constituido el referente “acercamiento” del espacio público a través
de la interacción social y del esquema ima- de la pantalla y al mismo tiempo un distan-
ginario que articulaba la relación del habi- ciamiento: el territorio se va configurando
tante con el medio urbano (otorgándole un como lugar visible, como simulacro, más
sentido de pertenencia territorial y de dife- que como sitio ocupable y palpable.
renciación grupal no discriminatoria), prác- Se tiende a convertir en imagen, en
ticamente han desaparecido como soportes espectáculo, en “ventana” desde donde se
de los procesos de integración urbana. desvaloriza la ciudad como trayecto, como
Simultáneamente, sin embargo, han interacción, como paseo. La ciudad ya no se
nacido otros: si utilizamos la analogía dra- vive desde “afuera” sino que puede ocuparse
matúrgica para analizar la ciudad –metáfora imaginariamente desde las antenas y las
por otra parte muy exitosa en el campo de parabólicas. La visibilidad de lo que es posi-
las ciencias sociales– podríamos decir que se ble distinguir pasa por la realidad constitui-
han redefinido escenarios y se han confor- da desde una pantalla.
mado “espectáculos” que se ofician “con Todo ello promueve la tendencia a que
derecho de admisión y permanencia”, confi- gran parte del nuevo escenario urbano
gurando claros esquemas de prestigio y asuma las características de “no lugar”, des-
exclusión. cripto por Marc Augé: pasajes donde los
La ciudad propone cotos infranqueables, cuerpos se desplazan en anonimato, siempre
claustros barriales con personal de seguridad de paso, sin referencias de anclaje. Un
en las esquinas, sitios de alto consumo que mundo público que sólo se transforma en
operan con sutiles o explícitas fórmulas de tal cuando es consumido desde la TV.
rechazo, lugares que propician círculos her- Nacimiento de una ciudad virtual que
méticos para evitar la presencia de los “no cobra mayor peso en el imaginario que la
iniciados”, los “oscuros”, los marginales. ciudad tangible. Este proceso es parte de lo

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que ha sido nominado como “desterritoria- territorios están marcados por zonas propias
lización”, contribuyendo a la conformación y enemigas. Por lugares transitables y luga-
de una nueva simbolización urbana que res prohibidos.
posee originales patrones de registros imagi- Esta percepción profundiza la sensación
narios.29 paranoica de “defensa y apropiación” vio-
Otro factor a tener en cuenta es el fenó- lenta del territorio generando en ocasiones
meno de globalización que tiende a planifi- conflictos por su ocupación o por la domi-
car ciudades similares, calcadas sobre la base nación del mismo por parte de diferentes
de un patrón singular al costo de desvirtuar grupos juveniles. Las “marcas” territoriales
las particularidades y los patrimonios cultu- son asumidas, sobre todo durante la noche,
rales que se han emplazado en ellos. Al como pertenencias simbólicas, como luga-
mismo tiempo se produce una profunda res para dibujar graffiti o demostrar una for-
fragmentación y descentralización de los taleza espacial.
espacios, y con ellos de las referencias de sus El tiempo, al igual que el espacio, tam-
habitantes: ya no hay un “centro” único en bién esta condicionado culturalmente. En
el que confluyan y se integren las diferentes las últimas cinco décadas el tiempo libre se
perspectivas espaciales sino que cada “tribu” ha industrializado y los consumos culturales
se desplaza por entornos limitados.30 urbanos se han diversificado en forma cre-
Al mismo tiempo, los territorios se cons- ciente, generando profundos cambios en las
tituyen en emblemas o estigmas identifica- formas en que se perciben e interpretan las
torios: hablan de distinciones y de discrimi- temporalidades ligadas a su uso. Tanto las
naciones, no ya de referencias urbanas ofertas como las prácticas y las formas sub-
“transitables”. En síntesis: los espacios urba- jetivas de vivir los tiempos individuales y
nos poseen cada vez más fronteras discrimi- grupales han visto profundos cambios.
natorias, generan mayores necesidades de Las tendencias internacionales han gene-
identificación y pertenencia y al mismo rado “maneras” más o menos legítimas de
tiempo mayor sensación de ajenidad. Los vivir los tiempos no productivos. A nivel

29 La “desterritorialización” es, según Néstor García Canclini: “La pérdida de la relación natural de la cultura
con los territorios geográficos y sociales” (véase: Culturas híbridas, Editorial Grijalbo, México, 1990, p. 288).
Este proceso genera, entre otras derivaciones, la segmentación del territorio al parcializar los centros, otorgan-
do a cada sector social un “centro” particular y evitando de esa manera, en un mismo espacio urbano, el con-
tacto entre diferentes clases o grupos sociales.

30 Tomamos la categoría de “tribu” de Michel Maffesoli, El tiempo de las tribus, Icaria, Barcelona, 1990. Remite
a la conformación de grupalidades que tienen una gran mutabilidad y obsolescencia temporal y que, al mismo
tiempo, participan de relaciones guiadas por liderazgos naturales donde lo emocional tiene un rol fundamen-
tal en la configuración de los vínculos.

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familiar, por ejemplo, los cruces entre obligación de un uso sistemático y respon-
padres e hijos se han visto alterados por sable de los tiempos laborales, la masculini-
temporalidades cada vez más limitadas por dad ha sufrido un golpe desestabilizador al
variables generacionales: existen tiempos tener que adaptar los mandatos de jefe de
específicos para los niños, para los adoles- familia a la posibilidad de que la mujer con-
centes y los jóvenes. Tiempos vertiginosos tribuya más decisivamente en el manteni-
para los jóvenes –como en el caso de Corre, miento del hogar.
Lola, corre– y tiempos carentes de sentido En este marco, el ocio, juntamente con
como en Nadar solo. Tiempos para la bús- los “tiempos muertos” del desempleo o el
queda del sentido, como en A los trece o subempleo, han generado una serie de
tiempos en los que la ciudad quiebra la tem- ambigüedades y angustias de organización
poralidad semiurbana de la casa de la infan- cotidiana que han tenido como víctima a
cia de Caterina. todo el núcleo familiar y especialmente a los
La correlación entre los géneros también hijos.
ha visto mutaciones relevantes: en determi- Con inversión denodada, sin embargo,
nados sectores sociales –seguramente no en se trata constantemente de “aprovechar el
todos, aunque esto sólo ya sea un índice de tiempo”, de dotar la vitalidad de un “apro-
cambio– es considerado aceptable que las vechamiento”, de una utilidad marcada por
mujeres dispongan temporalidades particu- la medida exacta del cronómetro. Lo que el
lares. Esta utilización diferenciada ha confi- taylorismo laboral supuso en el siglo XIX,
gurado nuevos tipos de sociabilidad femeni- como patrón taxonómico de regulación cor-
na que seguramente recién en los últimos poral, el tiempo libre actual lo asume como
dos decenios podemos percibir con clari- tendencia, como efectividad, como buen
dad. uso del tiempo. Las reglas mercantiles de
Las configuraciones familiares relaciona- intercambio, el mercado, se expresan así
das con la organización temporal también como ritual de uso temporal: superexplota-
han sido atravesadas en el último lustro por ción de las temporalidades íntimas (incluso
la precarización laboral, que ha afectado a nivel de las prácticas sexuales), carrera por
básicamente a los hombres. Criados con la un futuro regular y constante, y subjetivida-

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des corridas por la velocidad de una econo- y su estabilización en una jerarquía donde
mía vital ortopedizada. no hay lugar para la reflexividad o el cues-
¿Qué supone esta hegemonía temporal, tionamiento de las condiciones de posibili-
este súper yo incuestionado? ¿Cómo se pro- dad de toda objetivación (artística, científi-
cesa o se decodifican sus mandatos? ¿Cómo ca o emotiva); lo lúdico, la economía
sus palabras se hacen carne en la vida coti- emocional y la creatividad comparten un
diana? Iniciar los ensayos de una respuesta rasgo común enfrentado a las temporalida-
supone comprender la capacidad regulado- des pragmáticas dominantes: la ausencia de
ra de una política (o una anatomopolítica, fin como precondición; la ausencia de cro-
al decir de Foucault) de la regulación; un nograma. ¿Significa acaso que todas las sub-
autocontrol interiorizado que impide dis- jetividades están atravesadas por las mismas
frutar –incluso aunque sea presente conti- variables de economía temporal o su equiva-
nuo de la noche sin futuro–, abandonarse lente –postulado como rechazo– de presen-
en la temporalidad construida desde las te continuo? No. Las subjetividades poseen
necesidades particulares. Autocontrol que capitales diferenciados que pueden o no
muchas veces es la expresión vulgar de un resistir, enfrentar, procesar, o someterse a las
equilibrio mundano. reglas del juego temporal.
Supone comprender los efectos de limi- Los condicionamientos sociales nunca
tación a la creatividad, porque su timing no asumen el valor de la determinación. Las
es mensurable, no es el resultado de una socializaciones dominantes siempre ofrecen
previsión temporal (aunque se le puedan flancos de objetivación y reinterpretación.
obviamente dedicar “horas”). A diferencia Pero esta potencialidad no dice nada acerca
de las rutinizaciones postuladas como único de su existencia como factor de producción
orden, la creatividad reclama (busca) lo que de prácticas y conductas. No dice nada acer-
no se tiene, lo que parte de lo creado para ca de su existencia como pauta, mito o
ser otra cosa, lo que no se sabe (y por lo ritual. Habla simplemente de lo instituido y
tanto no se sabe “cuándo” se encontrará o de los intersticios. Mientras que la lógica de
siquiera si se encontrará). Y eso exige el los ritmos temporales reclama un uso esta-
juego –no importa si sistemático o aleato- bilizado, su renuncia supone costos, dife-
rio, no importa si obsesivo o indiferente– de renciaciones e incluso (auto)exclusiones.
la imprevisibilidad; de lo que todavía no Paul Virilio comenta en varios de sus
existe. ensayos que la aceleración y la velocidad son
Por el contrario, las inversiones tempora- las características epocales más significativas
les utilitarias (“el tiempo es oro”) son anun- de nuestra modernidad. La aceleración es el
ciadoras cerradas: necesitan el fin como resultado de la obsolescencia creciente de los
principio, como corte, como mensurabili- momentos: existe una inflación de la tem-
dad de inversión. Reclaman la planificación poralidad y su velocidad multiplica las

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representaciones simbólicas de la realidad ceptualización como apéndice, resultado o


hasta “perder el origen” del que provienen. consecuencia del trabajo. Elías se encargó de
Aunque la cosmovisión viriliana equivoque dotar al estudio del ocio y el tiempo libre de
el lugar del origen, lo cierto es que la simbo- un estatus propio, de un abordaje autóno-
lización creciente del mundo y la multipli- mo, desprovisto de la concepción que expli-
cación de las “realidades” que conlleva per- ca todo tiempo “no productivo” como una
miten agregar una explicación más a la consecuencia directa e inequívoca de las
temporalidad “perenne”. El tiempo libre y el lógicas existentes en otras temporalidades.
ocio (que no son lo mismo, como explicita- Abordar las temporalidades no productivas
remos más adelante) son atravesados por la implica sugerir que el tiempo libre también
misma lógica de aceleración que sugiere a es “productor” de relaciones sociales y sub-
los padres pensar “actividades” que permi- jetividades distintivas.
tan aprovechar los tiempos muertos de sus Tiempo libre no es lo que mismo ocio.
hijos (como queda en evidencia en la pelí- El tiempo libre define a aquellas prácticas
cula Caterina en Roma, donde el padre que se desarrollan rutinariamente, en el
busca “ascender” socialmente mediante el marco de condiciones y regularidades prees-
contacto que su hija pueda llevar cabo en su tipuladas. El cuidado del propio cuerpo
escuela). El “no hay tiempo que perder” no (bañarse, comer, reposar), la participación
se orienta a la emotividad –o a la vitalidad, en reuniones familiares, la atención de mas-
al decir de Bergson– sino a la utilidad verti- cotas o el sentarse frente a la televisión
cal. Al aquí y ahora de la productividad visi- implica un nivel de reiteración, previsión y
ble y constatable. Eso es lo que probable- regularidad ajenas a la creatividad o aleato-
mente más diferencia a los jóvenes actuales riedad que caracteriza al ocio. El ocio, por el
de los grupos etarios precedentes. contrario, describe aquel grupo de activida-
Norbert Elías fue uno de los primeros des que son percibidas, por los mismos
investigadores que han puesto el énfasis en actores, como des-rutinizadoras, y que
diferenciar el tiempo libre de otras dimen- implican una “inversión emotiva” de mayor
siones de la vida social, superando su con- intensidad que las usuales, como por ejem-

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plo la práctica (no profesional) de deportes, En el seno de las redes familiares las
la concurrencia a espectáculos, los paseos o demandas se ven cruzadas por un producti-
las salidas nocturnas no preconcertadas. El vismo eficaz que exige a los hijos constantes
ocio supone una serie de actividades infor- esfuerzos de formación/preparación/sociali-
males caracterizadas por una serie de zación no institucionalizada para un futuro
encuentros no previstos. donde el tiempo asume las veces de un hori-
Otro de los fenómenos recientes es la zonte darwiniano apto para los más capaces.
creciente cercanía y yuxtaposición entre los La computadora ocupa el lugar –aunque sea
tiempos dedicados al trabajo (los tiempos utilizada únicamente para juegos reiterati-
regulados/productivos) y aquellos que his- vos– de los saberes necesarios y los tiempos
tóricamente merecían una dedicación autó- libres bien utilizados. La publicitada supe-
noma: el tiempo libre y el ocio. Si el trabajo rexplotación solemne de la temporalidad
remitía a una esfera más o menos pública, infantil se postula como ortopedia básica de
su contracara, las temporalidades liberadas control emotivo. Se trata de forjar handicaps
de las obligaciones, reenvían su problemati- en una guerra por saberes que pueden con-
zación a la interrogación de lo privado. seguirse a mayor velocidad.
Mientras estas fronteras se hibridan crecien- El tiempo asume la forma de la inversión
temente, los sujetos aparecen atravesados primordial, y el ocio contemplativo, relacio-
por la ambigüedad de su tránsito. nal, emotivo, deja paso a nuevas formas de
El trabajo invade crecientemente la pri- tiempo libre productores de jerarquizacio-
vacidad, y la intimidad se hace transparente nes y exclusiones. Su otra cara, el transcurrir
detrás de una publicitación especular. La de un presente continuo donde lo impor-
vida privada de los “famosos” se expone tante –como rechazo juvenil– asume un
como placer visual voyerista, y la modeliza- transcurrir sin esperanza, se postula como
ción corporal correlativa demanda cada vez una alternativa de indiferencia frente a la
más cuidados –y tiempos– de gastos estéti- demanda acumulativa e instrumental. La
cos: las inversiones en las presentaciones noche se presenta como uno de los “lugares”
mundanas se hacen cada vez más importan- más adecuados para oponerse (sin oponer-
tes en el ocio público. Los capitales corpora- se) a esta manifestación instrumental. Es la
les son evaluados milimétricamente con una cotidianeidad sin fin. El presente perpetuo.
serie de parámetros cada vez más exigentes y La ausencia de esperanza. Frente a tanta pla-
jerarquizados. Las huellas de las pertenen- nificación estandarizadora muchos jóvenes
cias sociales y simbólicas se hacen cada vez asumen una resistencia que no deja de ser
más sutiles e iniciáticas: la producción cor- funcional –como consecuencia no querida
poral del tiempo libre funda así una nueva de la acción– del productivismo temporal.
serie de exigencias estandarizadas y medi- No fundan otras temporalidades, las inmo-
bles. vilizan.

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En las últimas décadas esta temporalidad planifican con esmerada dedicación –inclu-
del ocio ha sido mercantilizada en forma so con meticulosidad– sus entretenimien-
creciente hasta imponer modos de utiliza- tos, encuentros, salidas y diversiones.
ción y gustos, dando lugar al desarrollo de Esta “inversión emotiva” hace que dis-
una industria de la diversión nocturna que tintos grupos, y especialmente aquellos que
ha rutinizado los usos y consumos. Dicha son considerados jóvenes, tengan la exigen-
mercantilización impuso géneros, músicas y cia (y el permiso) de salir a exhibirse, de ser
locales específicos para que cada grupo se parte de un escenario específico en el que
identifique. Existen locales para los cultores sean tenidos en cuenta, mirados, admira-
del rock pesado, ámbitos para las bandas dos; en síntesis, valorizados. En dichas sali-
under, bares de punks, boliches de tecno, de das nocturnas –y en toda la gama de activi-
rock, de marcha, etcétera. La industrializa- dades que caracterizamos como ocio–, se
ción del ocio fue eliminando cada vez más intentan maximizar (legitimar, conseguir,
la creación individual del ocio, la posibili- mejorar), no siempre en forma consciente,
dad del contacto con el diferente. los beneficios del lugar que se ocupa en la
A pesar de que la temporalidad sobre la sociedad, exponiendo valores mundanos
que está montado el ocio supondría una (gustos, estilos; el tener clase) y señales de
negación del tiempo disciplinado, la noche fortaleza social que concedan una acumula-
no parece ser vivida con la displicencia que ción de juicios positivos por parte de los
esta máxima aconseja. De alguna manera, otros.
los productos de diversión fabricados para En las dos últimas décadas, durante las
gustar consolidan una percepción del tiem- noches, han proliferado y se han fragmenta-
po que no parece ser diametralmente opues- do las formas de acreditación simbólica y de
ta, ni peligrosa o “disfuncional” a la noción reconocimiento (de “prestigio nocturno”) a
dominante del tiempo. La noche tiene sus través de la puesta en funcionamiento de
apuros, sus ansiedades y afanes medidos por múltiples artilugios –muchas veces fabrica-
un reloj, sus llegadas temprano y sus llega- dos en y para la noche y otras tantas
das tarde. Las salidas nocturnas son viven- “importados” de la temporalidad diurna–,
ciadas con una gran excitación por amplios como la indumentaria, la palabra (su pro-
sectores de la población juvenil, quienes nunciación, acento y sus modismos), las

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posturas corporales y/o la posesión de deter- actualidad”, “del corazón” o en las de “inte-
minados saberes. Unos se distinguen de rés general” se reproducen insistentemente
otros por conocimientos (que son simultá- las imágenes de las noches brillantes de la
neamente valores, estéticas coherentes y alta sociedad y de la farándula del espectá-
homologables entre sí). En ciertas ocasio- culo político y/o televisivo. La vida social se
nes, sólo aquel que está conectado con lo espectaculariza y se publicita bajo las luces
que sucede, con lo fashion es quien puede estroboscópicas de los salones de las fiestas
cruzar las puertas de entrada a un “nosotros” privadas y los boliches. La “actualidad” de
feliz, divertido, privilegiado. estas revistas es en gran parte la novedad de
Las salidas nocturnas se han convertido la noche. Un alto porcentaje del centimetra-
en una actividad para competentes, para je total de las imágenes que aparecen en
preparados o iniciados. Para gente que éstas exhiben los vestidos de noche y las
puede decodificar señales, entender lengua- sonrisas nocturnas de la ciudad.
jes o reconocer ritmos y locales bailables. En forma coherente con esta difusión, la
Parecen ser, también, un ritual compulsivo noche es asociada con la temporalidad
regido por un mandato cultural que los donde se constituye la diversión y la alegría.
medios de comunicación masiva (MCM) se Salir, lejos de la familia y de los signos
encargan de potenciar y reforzar al sugerir que recuerdan la cotidianeidad. No agru-
su trascendental importancia y su carácter parse en determinados boliches es vivido –y
imprescindible en la constitución de toda sufrido– como una condena a no poder
afectividad, amistad o sociabilidad. Los relacionarse con los coetáneos. Una priva-
MCM sugieren la ropa que se debe usar de ción o amenaza de ser catalogado como
noche y extraen sus estéticas de las utiliza- analfabeto en relación a los códigos munda-
ciones e indumentarias de los sectores nos, la socialidad “alegre”, “lo bueno de la
dominantes. vida”, etcétera. Salir las noches de los fines
Los MCM escenifican en las videoimá- de semana es significado como la posibili-
genes y en la gráfica del “jet set de la alegría” dad de contacto e identificación con otras
las fiestas nocturnas de las elites. Retratan y personas que comulgan con estéticas u
reproducen los lugares bailables considera- “ondas” similares.
dos “de onda”, a la vez que aconsejan cuál es Los locales nocturnos brindan el escena-
la ropa elegante y las formas de comporta- rio para este intercambio: juegos de luces
miento para brillar en un mundo que se que irradian y cobijan un clima de ilusiones
muestra como perfecto. Un mundo cuyas y seducciones en el marco de una tempora-
particularidades son el entusiasmo, el des- lidad –supuestamente rechazante de la
borde, la alegría: el encanto de la seducción inversión productiva– cuyo transcurso pare-
y del éxito mundano. En las revistas “de cería no admitir pasado ni futuro. Un “pre-

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lenguajes en el escenario de la noche, alum-


brados por las luces intermitentes y rítmicas
de los locales bailables o por las metálicas
lámparas de neón de las calles, los espacios
públicos, las plazas, o las veredas. Para
muchos de estos grupos las conductas, las
presentaciones en público y los modismos
lingüísticos, son los parámetros iniciales a la
hora de identificar y diferenciar los gustos
que los definen. Para otros, la información
que se posee sobre músicas, lugares o locales
“de onda” es sustancial.
Los hábitos ligados a la vida nocturna en
los últimos años se expandieron y generali-
sente puro” donde se consolidan formas a zaron, motivados, por un lado, por la mul-
veces preexistentes de segregación cultural tiplicación de las ofertas y, por otro, por la
pero que asumen nuevas y originales expre- demanda de quienes desde la más temprana
siones. Formas que están destinadas no sola- adolescencia consideran las noches del fin
mente a ser comunicadas en el marco de de semana como momentos en los cuales
rituales específicos sino que tienden funda- pueden agruparse libremente y relacionarse
mentalmente a aumentar y multiplicar las con mayor intimidad sin sentir la mirada
fronteras y las distinciones sociales. fiscalizadora de los adultos, sean éstos los
Diferenciaciones que se establecen sobre la padres o los patrones.
base de un imaginario social –que generali- Este tipo de salidas ha motivado cambios
za el modelo “válido” de lo que debe ser un urbanos en la fisonomía de la ciudad,
joven– para el cual la noche es la fuente potenciando el principio que hacía de las
única de realización de los deseos más ocul- salidas nocturnas, y de las zonas de la ciudad
tos: efectivizaciones de todas las fantasías a las que se concurría, un parámetro válido
que el tiempo “productivo” o diurno anula, para juzgar el prestigio y el ascenso social.
oculta o disimula. Más aún, los locales bailables y los ritmos
Una de las características de esta expan- musicales que allí se escuchan son el princi-
sión de la nocturnidad es la apropiación de pio inicial de medición del gusto vulgar o
los territorios de la noche por parte de dis- distinguido.
tintos grupos que despliegan códigos El prestigio social se busca y se expone,
muchas veces ocultos durante el día. Tribus entre otras formas, a través de la asistencia a
que comparten, intercambian y oponen sus determinado bar de moda o boliche de

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renombre. Poder atravesar la puerta (sortear otras normativas, un horario preestipulado


la frontera que divide, clasifica e instituye) para iniciados; condenas para aquellos que
supone la adquisición de un reconocimien- son solitarios, o ironías para quienes se acer-
to social que es una ganancia simbólica, un can al lugar equivocado.
crédito que autoriza a formar parte de un Quienes entre otras concurren a las dis-
colectivo, que erradica una gran parte de la cos “top” suelen construir sus reglas de
sospecha y de las miradas de desconfianza. inclusión/exclusión sobre la base de identi-
La existencia de estas “puertas” clasificato- ficaciones que no son puramente económi-
rias tranquilizan a quienes saben que esas cas, por ser éstas, de alguna manera, “fáciles”
son zonas aptas para el establecimiento de de obtener. Se trata de evidenciar la pose-
estrategias de contacto afectivo o búsqueda sión de un capital social (unas formas de
emotiva, y que por lo tanto deben concurrir hablar, de dirigirse a los otros, de trasuntar
a locales en los que se garantice la presencia una pertenencia “natural” de elegancia
de los iguales. mundana), de la adscripción a un estilo o
Se percibe la nocturnidad como un terri- gusto y a capitales culturales específicos
torio exento de coacciones y mandatos, como conocimientos o titulaciones. Estos
opuesto al tiempo diurno al que se conside- capitales son portados y presentados, sobre
ra más reglado y medido. Se asocia con una todo por los “habitués” de las discos consi-
ausencia de regulaciones. No están los deradas de “alto nivel”, como “innatos o
encargados de recordar e imponer las pautas inalcanzables” (por incapacidad de origen)
que regulan las prácticas cotidianas, lo que para aquellos que no los poseen.
hace que sea vivida como un lapso carente De esta manera los códigos mundanos
de compromiso por estar desvinculado de lo en general y los nocturnos en particular –las
laboral y lo familiar. La noche es percibida formas, el trato–, aparecen como los atribu-
como lo no utilitario, como el tiempo del tos únicos que se requieren para ser parte de
desenfreno. Pero esta percepción que afirma un colectivo determinado, ocultando y
la ausencia de regulaciones deja entrever excluyendo el carácter (también) económi-
simultáneamente una de las claves de la co que toda práctica de este tipo posee. Esta
temporalidad nocturna: la presencia de búsqueda por disimular el carácter econó-
fuertes regulaciones simbólicas que se tien- mico de las diferenciaciones sociales preten-
den a obviar en nombre de una ilusión anó- de legitimar los gustos sobre la base de una
mica. distinción naturalizada y por lo tanto impe-
La primera imposición es salir, no que- netrable para el vulgo: el “grasa” puede lle-
darse afuera (“si te quedás en tu casa estás gar a tener dinero, pero nunca tendrá buen
‘aut’ ”) Otras están ligadas a restricciones gusto. Constantemente se trata de disimular
que exigen una trayectoria social específica y el trasfondo económico de las prácticas.
una preparación cuidadosa. Existe, entre

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Tanto la inversión temporal productiva


de un ahorro obsesivo para el futuro como
las imágenes repetidas de un videoclip posa-
do para los flashes o las luces de la noche
ponen de manifiesto ritmos no autónomos,
carreras o quietismos flagelantes, enajena-
ciones de impostura y subjetividades condi-
cionadas por algo que se decide siempre
desde afuera. La postulación de tiempos
propios y plurales remite a repensar cons-
trucciones cotidianas alejadas tanto del
racionalismo instrumental como del pre-
sente eterno característico de los modos
hegemónicos del ser adolescente actual.

La noche ha sido apropiada por los jóvenes. Es la expresión temporal de una


supuesta ausencia de controles.

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Culturas juveniles urbanas

Es la fiebre de la juventud lo que man- asigna a los extraños determinada “naturale-


tiene al resto del mundo a la temperatu- za” de acuerdo con los consumos practicados.
ra normal. En las grandes ciudades de todo el mundo
GEORGES BERNANOS se han expandido en las últimas décadas dife-
rentes grupos juveniles identificados con
El territorio, el acento, el gusto musical y modismos culturales ligados a los diferentes
la indumentaria aparecen como las coorde- géneros de la música rock. Algunos de estos
nadas iniciales de reconocimiento con las que grupos han sido investigados en distintos paí-
los jóvenes se hacen una idea de “quién es” y ses por la relevancia que asumen en la sociali-
en “qué” lugar del espacio social se ubica a los zación de los adolescentes y los jóvenes, por
semejantes y a los extraños. A partir de pre- la propagación de códigos, estéticas y lengua-
guntas como “¿qué ‘onda’ tiene ese boliche?” jes que exhiben y, en ciertas ocasiones, por las
o “¿qué música pasan?”, los habitués de las formas e intensidad de violencia que pro-
discos y de las bailantas disponen y marcan la mueven.
localización de sus interlocutores. Denotan Muchos de los símbolos que estos grupos
constantemente un interés y una necesidad portan aún permanecen desconocidos para
por “colocar” al otro en algún lugar, y autou- las ciencias sociales y son abordados asidua-
bicarse en relación a lo clasificado. mente desde una perspectiva moralizante: se
Lo que hace que estas apreciaciones sean habla de tatuajes, marcas en el cuerpo, de
relevantes es el conflicto cultural del que usos de cadenas, aros, alfileres de gancho y
devienen, y el que proyectan a la sociedad al otros signos identificatorios sin profundizar
instaurar muchos de estos principios de clasi- en los sentidos que los generan, en la capaci-
ficación en todas las temporalidades. La dad semiótica de los estilos sobre los que se
diversión y la alegría (el ser “divertido” enten- instituyen, ni en las resignificaciones que les
dido como la utilización adecuada de deter- otorgan –luego de las “importaciones”– quie-
minadas reglas de urbanidad y de desenfre- nes los usan y les confieren valor.
no) aparecen como una forma eficaz de Las discriminaciones y diferenciaciones
reconocimiento social. Las diferencias de que producen estas pertenencias juveniles
lugares dentro de un mismo género suponen parecen remitir a los recursos que cada grupo
diferencias de gustos muchas veces infran- juvenil urbano pone en ejecución cuando
queables. produce o adapta sentidos y cuando se vincu-
Cada vez hay más subgrupos juveniles y la con otros agrupamientos, conformando
las distancias que entablan entre sí se estable- procesos de identificación ligados con una
cen sobre la base de signos muchas veces “institucionalización de la transgresión” que
imperceptibles para quienes no son iniciados. los jóvenes tienen permiso para disfrutar en
A través de esta trama simbólica se etiquetan una etapa de su adolescencia.
las trayectorias sociales, los itinerarios, y se le

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Esta suspensión de las responsabilidades Las tribus se saben miradas por los medios
que ha sido catalogada como una “moratoria (y por lo miedos sociales) y ejercen una refle-
juvenil”, supone un contacto y un nexo con xividad intuitiva frente a esa visibilidad. En
quienes otorgan tal autorización. Vínculo este monitoreo de los medios, de la adverten-
que queda expuesto en las espectacularizacio- cia represiva de los adultos y de la resistencia
nes estéticas que acompañan los usos que de ambigua a las percepciones sensatas de la cul-
la ciudad hacen estos grupos, y en los meca- tura productivista de sus padres es donde se
nismos comunicativos que en ocasiones se juega la inversión más evidente. La afirma-
convierten en expresiones valorativas de la ción social más exitosa aparece básicamente
sociedad. como el producto de una identidad nombra-
Manifestaciones que no dejan de frag- da por el respeto, la atención o el miedo de
mentarse continuamente, y que a pesar de su los otros.
rápida obsolescencia colaboran en la produc- Entre estas tribus aparecen dos que por su
ción de sentidos que van dejando huellas vinculación con la violencia han trascendido
tanto en las prácticas que realizan como en las simbologías y han pasado a estar en las
las formas en que los distintos colectivos agendas de las políticas represivas o sociales.
entienden el mundo que los rodea. Los punks y los skinheads tienen su origen en
Los ademanes de las diferentes tribus rin- Liverpool, Manchester y Londres.
den culto y promocionan imágenes salvajes Todas estas tradiciones de socialización
de sí mismos como forma de diferenciación juvenil evidencian la existencia de un campo
del mundo adulto, al que inscriben crítica- simbólico específico en el que se constituyen
mente en el mundo de la sensatez y el equili- valoraciones y reconocimientos de signos,
brio. Por su parte la imagen social hegemóni- músicas y todas las demás formas de capital
ca visualiza las tribalidaes juveniles como simbólico eficientes dentro de él. Campo que
movimientos moralmente disruptores difun- supone, por lo tanto, la existencia de un espa-
didos en lapsos de irresponsabilidad inicial- cio juvenil relativamente autónomo, que
mente tolerada o estigmatizada. tiene su génesis aproximadamente en la déca-
Frente a las visiones que los adultos y los da del 60, cuando la categoría “joven” asume
medios pretenden hacer de ellos las distintas atributos demográficos y generacionales de
grupalidades juveniles ejercitan ensayos de diferenciación e incluso de oposición a lo que
autoetiquetamiento expresivo, orientados a se supone como el mundo de los adultos. A
convocar provocadoramente la mirada públi- partir de este decenio las producciones difun-
ca con un doble objetivo: competir por el didas por las industrias culturales y orienta-
reconocimiento social que les es negado de das a estos grupos etarios empiezan a ser cre-
otra forma y disputar –en el interior del ación específica de grupos juveniles.
mundo juvenil– la visibilidad en la pantalla Esos colectivos generan formas de rela-
mediática, dispuesta como signo urbano. ción que permiten escenificar pertenencias y

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referencias. Permiten también acceder a las los mismos adolescentes buscan para impo-
miradas públicas, a ser reconocidos y obser- ner la existencia social que les es negada
vados. Permiten, y esto es probablemente lo durante la moratoria: las tribus necesitan de
más importante, tener existencia social para los periodistas y los medios para subsistir
“los otros”, para los adultos. La observación como fenómeno social.
de las instituciones sociales aparece garantiza- La ubicación dentro del escenario social es
da por la indignación que producen algunas también el resultado de disputas cronológicas
marcas, el body piercing, el desorden, los gri- por esa atención pública. Se trata no sólo de
tos y el salvajismo provocador o el hedonis- ser la auténtica tribu moderna sino también
mo que expresan y que buscan denotar. de competir con los imaginarios juveniles
Estilos que inicialmente se dan por pares pasados que vuelven constantemente y retro-
dicotómicos centrales, como mods versus alimentan las prácticas y los consumos juve-
rockers; hippies y stones o skins versus punks. niles presentes.
Separaciones que en la actualidad asumen El peso de las subculturas juveniles ante-
un carácter más fragmentario de tribalida- riores –sea la generación del 60, los hippies o
des e hibridaciones diversas, coherente con cualquier otro remedo de historia grupal
los procesos de desintegración social impe- “exitosa”– pone en evidencia la necesidad de
rantes.31 Estas múltiples tribus urbanas redoblar la apuesta salvaje: la ciudad verá así
poseen ideologías débiles, percepciones del transitar imágenes provocativas que se postu-
mundo que les permiten posicionarse en el larán como la expresión cruda de grupos que
presente más que en un proyecto, sentidos disputan su trascendencia no sólo con la
comunes que los hacen percibirse como racionalidad productiva de los adultos sino
guerreros urbanos amparados por sus ritua- también con otros movimientos juveniles
les y pasiones musicales. pretéritos que amenazan eclipsar la trascen-
La búsqueda de la publicitación y la con- dencia historizable de los presentes.
vocatoria a la convergencia de miradas no es La voracidad temporal característica de
ajena, además, al proceso de mediatización estas grupalidades juveniles (consistente en
social que suele espectacularizar con lentes de disfrutar un presente continuo ajeno a la
pánico moral el destino y las acciones de las temporalidad productiva del trabajo) se rela-
futuras generaciones. Los medios no sólo ciona con la sensación de vacío que perciben
dramatizan el “peligroso” destino de la juven- en la lógica de la aceleración –y expulsión–
tud sino que instituyen tribus al darles reco- del consumo. La emocionalidad comunitaria
nocimiento social. Reflejo videograbado que enfrentada al contractualismo de los “socios”

31 El concepto de tribu urbana se encuentra desarrollado en Michel Maffesoli, El tiempo de las tribus, Ikaria,
Barcelona, 1990, y hace referencia al hecho de compartir tiempos sin objetivos prefijados, con el solo objetivo de una
empatía compartida, es decir una “economía emocional” que tiene como temporalidad un presente continuo.

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anónimos de la sociedad se evidencia en el bus –pasadas y/o presentes–, acompañado por


gusto por la comunicación física, por el con- el secreto y el lenguaje iniciático, está la certe-
tacto del lugar habitado, por el vitalismo de za de la homogeneidad pretendida: los otros
cierta sordidez nocturna. El cuerpo y su ima- pueden mirar o admirar, jamás penetrar en la
gen se viven como lo opuesto al discurso “frío profundidad de la tribu. Cuando lo hacen es
y descorporizado” de lo institucional. Su tiempo de desprenderse de esa cooptación.
denodada búsqueda por la hipervisibilidad Para instalar un lugar en el mundo, una
pública es acompañada por los códigos y los coordenada topológica de estabilización exis-
rituales para iniciados y también por la tencial, las tribus juveniles recurren asidua-
imprevisibilidad contraria a la sensatez. mente a su indudable alfabetización mediáti-
En este doble juego de ofrecimiento para la ca. Poseen un hábito paracomunicativo que,
mirada de los otros (adultos, medios, otras tri- al mismo tiempo que enuncia su desconfian-
za de los medios de comunicación masiva, los
sabe edificadores de estrellatos tribales. Los
Vamos las bandas medios, por su parte, suelen describir la pre-
sencia nocturna de esos grupos plasmando
¿Y cuánto vale dormir tan custodiado,
de expertos cínicos y botones dorados?
analogías apocalípticas que representan a la
¿Y cuánto vale ser la Banda Nueva, juventud como metáfora violenta del futuro
y andar trepando radares militares? de la sociedad.
Para las tribus, sin embargo, la garantía de
¡Vamos las bandas, rajen del cielo!
¿Y cuánto vale tu estómago crispado, la afirmación simbólica está garantizada en la
y tus narices temblando por el miedo? reproducción mediática, no en su contenido.
¿Y cuánto vale todo lo registrado? No importa que se convoque desde los
si el sueño llega tan mal que te condena? medios al pánico moral hacia determinadas
¡Vamos las bandas, rajen del cielo! tribus. Alcanza, para sus cultores, con que su
¿Y cuánto valen todas tus enfermeras?, grupo se encuentre en la agenda de preocu-
y tus temblores de moco súper-caro? pación pública o en el rumor problemático
La disputa por ver ¿Y cuánto valen satélites espías,
quién es más rockero
y voluntades que creés haber sitiado?
sobre el porvenir que enuncia la moralidad
puede llevar a una civilizada. Existe un colectivo juvenil cuando
competencia por el
éxito y por ser ¡Vamos las bandas, rajen del cielo! se ha logrado desprenderse del etiquetamien-
“original”. En este ¿Y cuánto valen tus ojos maquillados, to público de levedad e irresponsabilidad
tema de Los y meditar con éter perfumado?
Redondos se hace ¿Y cuánto vale ser la Banda Nueva, (momentáneas) adolescente, ofreciendo un
referencia a esa y andar trepando radares militares? perfil de mayor densidad emocional y/o,
búsqueda que puede ¡Vamos las bandas, rajen del cielo! incluso, de peligrosidad.
llevar a los músicos a
creerse estrellas de LOS REDONDOS DE RICOTA
Hollywood.

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Tribus

Arriba, arriba, arriba


que se te va la vida Letra de Alguien fue muerto
el día, el día
Alguien fuma un cigarrillo en un coche aparcao,
que se va la sopa Otros tipos brindan en la barra de un bar.
ni fría, la sopa ¿Dónde estaban anoche? No pueden recordar.
que se te va el bondi Alguien cayó muerto y nadie se ha enterao.
que la combi se va. Alguien… fue muerto.
Vida, la vida, la vida, Alguien… para siempre.
la vida embrutecida
canalla, torcida Y tú te ocupas de tu propio rollo, llevando tu papel.
Podría robar a un barbero, pero también tiene que comer.
avanza enloquecida He estado tentado a robar en cualquier lugar,
y no hay quién la pare He pasado hambre, pero no como para matar.
avanza convencida
Alguien… fue muerto.
sobre la gran ciudad.
Alguien… para siempre.

Desde lejos no se ve Alguien cayó muerto, no sé quién fue jamás,


En el suelo hay una mancha que pronto fregarán.
Se ha dispersado la gente, luego se olvidarán.
LOS PIOJOS Alguien cayó muerto, ¿ahora a quién le tocará?

Los punks, tanto en su origen como en Alguien… fue muerto.


sus resignificaciones locales, tienen como Alguien… para siempre.
característica la de cuestionar la noción de Suena a crimen, hay disparos,
progreso social, de proyecto y de futuro. Están borrachos ahí al lado,
Consideran que las promesas del Estado de Suena a muerto, se oyen gritos,
Están borrachos ahí al lado.
bienestar y la creencia en la evolución huma-
na son un engaño garantizador del equilibrio Si te han cogido, siempre están así.
y la continuidad social. Reivindican la provo-
cación corporal y el propio nombre, “punk” Suena a crimen, hay disparos,
Sí, es cerca de ti.
(en ingles sinónimo de mocoso, basura,
inservible), es la expresión que resume el THE CLASH, DEL ÁLBUM SANDINISTA, 1979
“asco” que pretenden expresar desde su indu-
mentaria y sus actitudes autodestructivas y
The Clash, a principios de los años 80, cuando expresaban
violentas. salvajemente la crisis final del estado keynesiano y los costos
sociales que ese final generaba.

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Los punks, desde su origen, postulan


una desconfianza sobre las nociones están-
dares de belleza y sobre los ídolos aparente-
mente incuestionables de cada sociedad.
Pero no sólo se posicionaban contra los
ídolos adultos sino también contra aque-
llos que hasta mediados de los años 70 los
propios jóvenes habían logrado imponer al
mercado simbólico hegemónico: los
Beatles, los Rolling y las culturas hippies o
rocker. Los punks se encargaban de señalar
la “podredumbre” de la sociedad y de
demostrar que habitualmente se “barrió
debajo de la alfombra”, ocultando los cos-
tos más terribles que el capitalismo produ-
cía en términos de desorganización, crimi-
nalidad y anomia.

En el caso puntual de la Argentina lo más significativo y


contundente fue sin duda Los Violadores, cuyo Uno, Dos,
Ultraviolento, tema inspirado en [la película] La naranja mecánica, fue
sin duda la bandera que flameó más alto en el punk de estos lares en Los Violadores, primer grupo punk de la Argentina,
épocas en las que era un verdadero compromiso enfrentar a los a principios de los años 80.
progenitores para que éstos comprendieran qué eran los ruidos que
provenían del garaje. A la primera generación de nombres como Los Los skinheads o “cabezas rapadas” se
Laxantes o Los Violadores le siguió una segunda generación punk
caracterizada por grupos como Ataque 77, Gatos sucios, Flema, insertan en las grandes ciudades de nuestro
etcétera… y hasta una tercera, como 2 Minutos, que sigue tomando la país al mismo tiempo que los punks, a fines
posta de ideas que con el tiempo siguen vigentes. de los años 70 y principios de los años 80.
“Punk, atentado al supermercado”, en
Suelen identificarse con diferentes doctri-
http://www.canaltrans.com/musica/punk_2.html nas políticas totalitarias de derecha y se vis-
ten con pantalones de trabajo, de fajina o
jeans que acompañan con botas militares
habitualmente atadas con cordones blan-
cos. El signo de “blancura” remite a su
identificación con lo que denominan la

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raza aria. Cultivan la música Oi! que meló- El concepto de Oi! lo asocian a una cul-
dicamente se acerca a los estilos sincopados tura de “pureza” y de lucha contra diferen-
y rápidos del hardcore. tes tipos de enemigos, entre los que sobre-
salen las minorías nacionales, culturales o
religiosas como gitanos, coreanos, judíos,
travestis, bolivianos o aborígenes. Dicen
ser nacionalistas, defender la supremacía
blanca y también tienen una relación con-
flictiva con inmigrantes, grupos punks,
hippies, artesanos y militantes de izquierda.
Durante los años 90 se percibió un peque-
ño crecimiento de estos grupos en algunas
grandes ciudades latinoamericanas –con-
comitantemente con el crecimiento de
procesos migratorios internos dentro del
subcontinente–, llegando a generar accio-
nes de violencia en algunos recitales al aire
libre y plazas públicas.

El klan (del disco Dagas triunfantes)


Escuchen comunistas, negros y judíos/
Deben ya decirle a sus amigos/

Que el klan esta cerca/ Que el klan acaba-


rá contigo / Escuchen comunistas, negros
y judíos / El poder blanco ha llegado / Y si
no salen del país / Considérense acaba-
dos.

Estamos orgullosos, orgullosos del klan /


No más integración, somos del klan /
Estamos orgullosos, orgullosos del klan /
Skinhead, white power y del klan.
Los skin hacen culto
ODAL SIEG del militarismo, la
provocación violenta y
la persecución de
minorías.

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Preguntarse sobre las relaciones entre la ción, la inferiorizacion, el antisemitismo,


juventud y este tipo de tribu urbana quizás el odio a los inmigrantes o a los aborígenes
remita a reflexionar nuevamente sobre las son parte del lenguaje cotidiano, muchas
formas en que se es joven en la actualidad. veces escondido detrás de lo “políticamen-
O sobre el clima de ingreso a la adultez en te correcto”.
el que están insertos los adolescentes. Otro de los factores asociados al reclu-
Supone hacerse preguntas como las tamiento es el hecho de que identifican a la
siguientes: ¿Cuáles son los factores que violencia como una forma más exitosa de
hacen que algunos chicos/chicas se incor- reconocimiento social: como los skin quie-
poren a grupos cuya característica identita- ren poseer una identidad fuerte creen que
ria fundamental es la de compartir hechos la irrupción violenta y su difusión mediáti-
de prepotencia, provocación, agresión y ca les garantiza una existencia social más
violencia? ¿Cuál es la causa por la que plena que otras formas expresivas. Los
determinadas grupalidades, como los skin- cabezas rapadas locales suelen pertenecer a
heads de derecha reclutan adeptos dentro los estratos medios bajos y poseen un dis-
de nuestra sociedad? ¿Quiénes son las víc- curso seudonacionalista que los hace reclu-
timas de la violencia? tables por parte de las diversas y minorita-
La primera de las preguntas refiere a cli- rias organizaciones falangistas locales.
mas de época: la violencia material y sim- De hecho, un porcentaje de la militan-
bólica inunda la vida cotidiana y es cia de esas sectas nazis hace su tránsito ini-
ampliada como noticia por los medios cial por grupos skin, incorporando la frase-
hasta el borde del disfrute sádico y obsce- ología del “orgullo Oi!” y el physique du
no. rôle brutal de una supuesta superioridad
La violencia se ha naturalizado como que consideran indudable. La literatura en
función equivocadamente expresiva y algu- la que se inician mezcla fanzines distribui-
nos jóvenes creen ver en su despliegue una dos en los parques y plazas de las grandes
forma de afirmación en el mundo, una ciudades, letras de canciones en donde se
forma de pelear por algo y contra algo (que relatan triunfos raciales o impresiones de
además puede permitirles una supuesta portales de Internet en los que siempre hay
constatación de éxito). La violencia coti- enemigos dignos de ser golpeados o juegos
diana, urbana, se ha transformado en una donde las víctimas pueden ser gaseadas,
constante no cuestionada cultural ni exterminadas o humilladas públicamente.
socialmente y algunos jóvenes recurren a Los grupos a los que consideran sus
ella para encontrar un reconocimiento enemigos jurados son las minorías étnicas,
social que no logran alcanzar por otros religiosas o sexuales. De esta manera, rela-
medios. Los skin recurren a múltiples “tex- cionalmente, creen que son superiores a
tos” y relatos sociales donde la discrimina- alguien. Se sienten portadores de un lugar

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Kaos
Acaso no recuerdas en el 77
A todos los skinheads en su máximo esplendor general de lo actuado por un grupo de
Una mueca en su cara, buscando siempre lucha ellos. Implica además cuestionar los
Buscando siempre acción discursos discriminatorios que no son
Vuelven los skinheads, otra vez las botas sólo juveniles aunque utilizan como
Y al que se nos cruce lo vamos a destrozar fuerza de choque a este grupo etario.
Somos la vieja estirpe y os vamos a matar Supone, también, insertar dentro
Desde Londres la potencia resurgió
del sistema educativo y de los debates
Y en todo el mundo el skinhead floreció familiares el reconocimiento de las dife-
Orgullosos y honrados de su condición rentes tribus juveniles, sus característi-
Violentos y agresivos, luchando por la Oi! cas y sus proyecciones, desmontando la
Vuelven los skinheads, otra vez las botas creencia vulgar de que todo agrupa-
Y al que se nos cruce lo vamos a destrozar miento juvenil es de por sí peligroso.
Somos la vieja estirpe y os vamos a cojer Así, es posible, al mismo tiempo, valo-
Somos la vieja estirpe y os vamos a matar rizar aquellos rasgos culturales que por-
Skinheads! Skinheads! tan estandartes artísticos, solidarios y
expresivos donde lo humanitario, lo
Vuelve la banda, caos en la ciudad equitativo, lo erótico y lo pacificador
Skinheads en todas partes, skinheads en el bar
Skinheads unidos, en las huelgas a luchar
tienen un lugar, una proyección en los
Skinheads en paro, caos en la ciudad sujetos y una utopía de realización
comunitaria.
Caos, Caos, Caos! Don´t give a toast! Pero quienes se incorporan a los
grupos skin demuestran que el recluta-
miento de jóvenes a sus filas se produce
de preponderancia frente a los otros y como resultado de la carencia de referentes
“comprueban” que son alguien en el adultos confiables y creíbles; por la incapa-
mundo. Desprecian intuitivamente toda cidad familiar para generar un tránsito
diferencia y configuran el mundo como un adecuado de la pubertad a la juventud; por
lugar jerárquico donde hay dominantes y la canalización de ideologías discriminato-
dominados, ubicándose ellos en el lugar rias incorporadas durante la infancia, y por
supremo. Creen que la desaparición de las la necesidad de contar con un grupo de
jerarquías y la aceptación de las diferencias pares que brinde seguridad, confianza, res-
constituyen un peligro indudable para su paldo y defensa frente a un mundo al que
existencia social. consideran violento y al que hay que
Los hechos recientes y la larga lista de –suponen– enfrentar con violencia.
violencias urbanas practicadas por estos El caso de los skins asume la particulari-
grupos exigen en principio diferenciar las dad de un colectivo que suele tener un pro-
tribus y no culpabilizar a los jóvenes en grama de largo plazo, es decir un proyecto

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de legitimación ideológica, evidenciado en trabajo una de las instituciones más espu-


cierta publicitación “militante” y en los rias y faltas de confianza.
lazos políticos regulares que desarrollan y El mercado tribal, sin embargo, no es
explicitan orgullosamente. Esta valoración fácilmente aprensible: junto a los skin apa-
los enfrenta valorativamente al resto de las rece una versión estilística muy parecida
grupalidades: tanto los punks como los –que cuenta con muy pocos seguidores en
hardcore, hippies, reveros, cumbianteros, nuestro país–, conocidos como los
entre otros, desprecian las nociones de SHARP, Skin Heads Against Racial
política y de futuro. Para estas dos últimas Prejudice, que se diferencian en términos
tribus, la utopía no puede ser algo cons- indumentarios por usar botas militares de
truible sino sólo, y apenas, visible in situ. color bordó o negras pero con cordones
Los placeres futuros están clausurados rojos o negros. Su política consiste básica-
por la imagen especulativa (y matematiza- mente en contrarrestar los actos de los
ble) que acompaña toda búsqueda de pro- skins racistas, a veces incluso empleando la
yecto. Son aspiraciones diferidas percibidas violencia contra ellos. Existe una versión
como una moratoria de los placeres, ins- más radical, que no ha llegado a América
cripta en una lógica quimérica y teoricista Latina, que son conocidos como los reds-
alejada de lo vital, del presente. Los skin kin que usan tatuajes del Che Guevara en
–partiendo de un binarismo descarnado– su hombro izquierdo y que tienen como
asumen el desprecio por el nihilismo inme- función prioritaria “cazar” skins de “dere-
diatista como forma de reivindicar las cha”.
jerarquías sin las cuales
no les parece entendible
el orden social. Skin Heads Against Racial Prejudice (Cabezas Rapadas contra
Entienden a la ciudad el Prejuicio Racial, cuyo acrónimo SHARP es también un término
como un campo salvaje inglés que significa “afilado”), es una agrupación de skinheads
antirracistas creada a finales de los años 80 en Estados Unidos, con
–como una selva urba- el fin de mejorar la imagen social del movimiento, perjudicada,
na– de odios irreconci- según este movimiento, por los ultraderechistas de estética skin,
liables. Caricaturizan llamados Skinheads Nacional Socialistas. La persona que lo
introdujo en Europa fue Roddy Moreno, cantante del grupo musical
esa conflictividad en la
de Oi!, The Opressed. El logotipo de SHARP contiene un casco de
presencia estética milita- guerrero troyano, en alusión a la empresa discográfica Trojan
rizada y en un culto Records, especializada en ska.
esencializador de lo
Artículo de Wikipedia: Skinheads Against Racial Prejudice, en
laboral, diferenciándose http://es.wikipedia.org/wiki/Skinheads_Against_Racial_Prejudice
del resto de las tribus
urbanas que ven en el

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En la Argentina también han existido Una derivación de los punks es la de


algunos, minúsculos, grupos de redskin. quienes se asocian con los nuevaoleros o
Cultivan el género musical jamaiquino New Wave, denominación que se dio a
ska. Suelen enfrentarse en espacios públi- una versión punk de fines de los años
cos con los skin fascistas. Tienen una ideo- ochenta, más vinculada a lugares cerrados
logía radical de izquierda. Han tenido con- (ante la creciente persecución sufrida por
tactos violentos en diversos puntos de la los fundadores del movimiento), cultores
ciudad de Buenos Aires durante la década de una estilística menos agresiva y más
del 90. melancólica, comparada con la primera
versión punk. La nueva
ola desarrolló más los
El movimiento redskin surge en Europa sobre el año 1981, en aspectos pesimistas que
respuesta a la manipulación que el Frente Nacional y los medios de los violentos y la crítica
comunicación estaban haciendo de la cultura skinhead. Los
nihilista más que la anár-
redskins se decantan claramente por reivindicar no sólo las raíces
antifascistas y antirracistas del movimiento, sino que también quica o política inaugu-
añaden a estas reivindicaciones la justicia social y el rada a mediados de los
internacionalismo. En sus orígenes este movimiento se localizó en años 70 por los seguido-
tres sitios concretos: Euskadi, Inglaterra y Francia. En Euskadi, con
Kortatu y toda la gente de su entorno, la Kortatu Power, que eran
res de grupos musicales
redskins encargados de que no se colaran nazis en los conciertos. como Clash o los Sex
En 1983 sale su primer disco con influencias de los Clash y un Pistols. Estos grupos se
sonido cercano al ska. caracterizan por tener
El movimiento redskin, RASH Madrid: en http://www.lahaine.org/ cadenas en el cuello,
index.php?blog=2&p=2872&more=1&c=1 hojas de afeitar en braza-
letes o aros, ropas oscuras
y peinados con mecho-
En la Argentina existe una “movida” nes coloridos. Partidarios de una gestuali-
redskin, reducida pero activa; algunas de las dad ofensiva y obscena se rebelan contra la
bandas, como Banda Bassotti, convocan a asociación entre felicidad y consumo.
cientos de seguidores en ciudades como Los góticos se sitúan en un lugar de
Córdoba, Mendoza y La Plata. Existen hibridación entre las herencias del mundo
también fanzines e historietas que divulgan punk, los nuevaoleros y las estéticas van-
los postulados redskin. Dos de ellos son guardistas de fines de los años 80. Se los
Red-gap y Golpe justo, cuyas letras reivindi- conoce también como “siniestros” o
can la acción directa contra los punks y los “darks”. Comparten la estilística pesimista,
skinheads. el romanticismo suicida y la poética de los
escritores malditos Su indumentaria es

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barroca: peinados cuidadosamente descui- El hardcore es una derivación del


dados, tez pálida, aspecto enfermizo y mundo punk. En el plano musical agrega
culto por los símbolos de la muerte. Su velocidad a los ritmos mediante baterías
música era lúgubre y psicodélica, uno de rápidas y más agresivas. Guitarras distor-
los primeros grupos fue Siouxsie and the sionadas, ejecutadas en permanente acele-
Banshees, al que siguieron bandas como ración. El bajo, a diferencia de los modelos
Sister of Mercy. rockeros anteriores hace la misma nota del
El movimiento es denominado “gótico” acorde de la guitarra (sin escalas, ocasional-
por su homología estética con el período mente con octavas) pero con un pulso
cultural nacido en Francia en el siglo XII y excitadamente rítmico. Pero lo que carac-
que duró cerca de cuatrocientos años, sien- teriza sin dudas al hardcore es la voz agrie-
do tremendamente fértil en el campo de tada, cavernosa y sincopada del o de los
las artes en general y en la arquitectura. cantantes que se expresan con alaridos
Fuertemente individualistas rinden tributo vibrantes.
también a grupos como The Cure y al can- Este estilo, al igual que el género, se
tante Marilin Manson. Suelen tener víncu- debe en parte a una derivación acelerada
los con la literatura romántica y pesimista de algunos de los grupos originarios del
del siglo XIX, sobre todo con los textos de punk como The Ramones, The New York
Baudelaire y de Rimbaud. Tienen además Dolls y The Sex Pistols, quienes sentaron
una preferencia explícita por la mítica liga- las bases de un estilo de protesta musical
da a la autoflagelación religiosa, el dolor y acompañada de piercing, tatuajes y mucha
los símbolos de la muerte. También son energía en los escenarios.
relacionados con toda la moda vampiresca. El grupo Black Flag introdujo los cam-
bios de notas más rápidos y Bad Brains la
velocidad en batería. En términos musica-
les el hardcore se difundió entre 1978 y
1979. Sin embargo, existe cierta confusión
porque, a diferencia de otro tipo de músi-
ca, no se puede decir exactamente dónde y
con qué banda nació este estilo. La época
en que más bandas habrían comenzado a
La estética gótica
–también conocida tocar este estilo sería en el 79/80 con un
como “siniestra”– se epicentro en Europa y otro en California.
define por la
languidez depresiva y
el culto a la oscuridad La cultura hardcore también se relaciona
y el dolor. con los deportes de playa como el surf y

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con las tecnologías de la información y la automotriz. Suelen tener mucha estabili-


comunicación (TIC), siendo generalmente dad filiatoria al grupo y contar con ads-
expertos en cultura digital. En su atuendo criptos de diferentes generaciones, lo que
característico prevalece la camiseta blanca, permite una amplia vinculación intergene-
la bermuda larga y los gorros con visera. racional.
Tienen tatuajes y llevan a cabo todo tipo Es uno de los grupos que muestran
de body piercings. mayor estabilidad en el tiempo y que per-
Su ideología es fuertemente apolítica e miten mayor contacto intergeneracional al
individualista y uno de los grupos más contar entre sus miembros a actores de
característicos de culto son los Red Hot diferentes rangos etarios. Uno de los gru-
Chili Peppers. En la Argentina, algunos de pos fundadores de esta estética es Led
los grupos más relacionados con este estilo Zeppelin y algunos de los más admirados
son los NBI (No te va a gustar) y Masacre son Metálica, AC/DC y Scorpions. A nivel
Palestina. local: V-8.
Los heavies son una de las tribus más
difundidas, aunque tal vez sea más correc-
to decir que es el estilo más difundido,
sobre todo en las ciudades de provincia y
en las clases populares. Vaqueros ceñidos,
campera de cuero con tachas, muñequeras
negras y remeras que llevan la imagen de su
ídolo musical constituyen la vestimenta
tradicional de esta tribu. No es necesario
aclarar que la música que escuchan es
heavy metal y que una de sus principales
actividades es juntarse los fines de semana
a escuchar música, tomar alcohol y organi-
zar salidas colectivas en motos.

Los heavies tienen su origen en los paí-


ses centrales, en la década de los 70. Se
caracterizaban por llevar el pelo largo, los La estética heavy
jeans apretados, chaquetas de cuero con reivindica lo salvaje, el
tachas, musculosas con inscripciones de pelo largo, los
“fierros”, la fortaleza
grupos de culto y una estrecha vinculación física, la cerveza y las
con el alcohol y, en ocasiones, con el rutas.
mundo de las motos y de la mecánica

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Los raperos tienen origen en grupos afro- Los skaters nacen como tribu juvenil a
americanos del barrio neoyorquino del principios de los años 80, en EE.UU. En
Bronx. Su ropa busca ser llamativa y se asocia este caso el look responde a la comodidad
a las estéticas del béisbol y del básquet. necesaria para jugar son el skate y se los se
Suelen ejercitar la práctica de pintar graffiti los reconoce por una indumentaria muy
en las paredes y se los reconoce por los panta- similar a los hardcore aunque con menos
lones y las camisetas amplias y de colores bri- tatuajes y piercings. Usan unos pantalones
llantes. Disfrutan de exhibir anillos en enormes y camisetas holgadas, llevan gafas
muchos de sus dedos y ejercitan una estética oscuras y realizan diferentes actividades al
musical ligada al hip hop (heredera del soul y aire libre como el snowboard además de
del funky), generando un tipo de danza -el deportes de riesgo. La música se emparien-
breack dance- de estilo cadencioso, rítmico, ta con el hardcore y tienen lemas individua-
plástico y gimnástico. listas muy internalizados que escriben en
El rap celebra el baile Ligados a una poética discursiva provo- sus patines. En la Argentina, el grupo
y la improvisación cadora, improvisada, en ocasiones racista musical que más los representa es Los
callejera. Sus letras
reivindican el barrio, (contra los “blancos”), machista y violenta. Natas.
los graffiti y los Por estar muy ligados al territorio, sus El rock barrial es heredero de las mixtu-
colores brillantes.
enfrentamientos se relacio- ras musicales del rock nacional y de la neo-
nan con la ocupación simbó- territorialización que implicó el confina-
lica de la ciudad: sus enemi- miento de amplias masas juveniles en los
gos suelen ser los rockeros, barrios populares. Así nació un movimien-
punks y subgrupos latinos, to híbrido, en los años 80, que mezcló tra-
además de disputarse en el diciones punks con murga rioplatense y
interior de la propia subcul- folklore latinoamericano. Tanto los
tura, a veces en términos de Redondos de Ricota, de la zona de La
violencia delictiva. Plata, como Los Piojos, Ataque 77 o
En la Argentina existen Bersuit Vergarabat configuran una escena
bandas de hip hop -que local que es tributaria de la resignificación
hacen rap- como La Plebe, que se realizo en la Argentina de las dife-
Illya Kuriaky and the rentes corrientes estético-musicales llega-
Valderramas, The Platform, das de los países centrales.
Profethas, Monasterio, Clan Los raveros son los integrantes de las
Caraza, Sabios Escritos y grupalidades que participan en fiestas
Doble H, en la ciudad de donde la música dance y tecno tienen un
Córdoba. rol fundamental. Dichos géneros son dis-
torsionados, mezclados e interpretados por

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disc jockeys que mixturan y mezclan los do. Lo superficial, afirman, es la forma en
temas otorgándoles una impronta original que se puede presentar lo profundo.
a las músicas generalmente realizadas por Entre los ritmos más difundidos en la
compositores en formatos digitales última década, el de la llamada música tro-
mediante computadoras y no con instru- pical –cumbia romántica, cuarteto y cum-
mentos musicales. Los partícipes de las bia villera– es el que más ha acrecentado
reves suelen bailar muchas horas y sus par- sus ventas y ampliado sus mercados. Los
ticipantes pertenecen generalmente a los locales identificados con este género, que
sectores medios. Suelen ser cultores de una en 1980 no superaban la decena en la
corporalidad “brillante”, disfrutan de la Capital y el conurbano, han alcanzado
cultura del world urban (tolerancia étnica, actualmente la cifra de 220 salones. Luego
sexual y estética), del diseño, las TIC y las de la tragedia de Cromagnon, la cantidad
mezclas, hibridaciones y combinaciones. de locales se ha reducido y se han multipli-
Las raves tienen su origen en Alemania, cado los bares con difusión musical en vivo
Holanda e Inglaterra y se desarrollaban que terminaron sustituyendo parcialmente
durante los veranos (se las denominaba las a los grandes locales bailables.
“fiestas de los veranos de amor”, y algunos El movimiento que aglutina al género
de sus participantes solían –o suelen– tropical, y cuyos cultores son denominados
acompañar el baile con el consumo de dro- bailanteros, cumbieros o villeros, tiene
gas como éxtasis y abundante agua, gaseo- como origen la cumbia centroamericana
sas o alcohol. hibridada con géneros folklóricos locales,
En los raves se consumen bebidas inteli- como la polca. La denominación “cumbia
gentes (smart drinks) hechas a base de villera”, por su parte, surge en nuestro país
jugos naturales a las que se les agrega fena- para identificar a una música cuyos intér-
linina, calcio, zinc y carbohidratos; tam- pretes y letras pertenecen al mundo de las
bién bebidas energizantes (energy drinks) a “villas de emergencia”, grupos poblaciona-
base de cafeína concentrada. La estética de les que se caracterizan por el bajo nivel
preeminencia remite al mundo fashion. socioeconómico y la marginalidad socioe-
Usan anteojos de colores para ir a bailar, conómica, cultural y educativa, acrecenta-
ropas de marcas reconocidas y reivindican da en los años 90, y articulada con los con-
la fiesta de la vida y la juventud. sumos adictivos.
Comparten modismos andróginos y bise- Es un género musical que comienza a
xuales, se identifican con diversas discipli- escucharse alrededor de 1996; sus primeros
nas artísticas, del diseño y de toda actitud grupos fueron Amar Azul, Ráfaga y La
que premie el formalismo. No consideran Cumbia, con intérpretes como Gilda,
que lo superficial sea opuesto a lo profun- entre otros. Pero es Pablo Lescano quien

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aparece como el iniciador de la cumbia


villera, siendo él mismo habitante de una Canción: Llegamo' Los Pibes Chorros.
Compositor: Pablo Lescano.
villa. Fue integrante de Amar Azul y formó
Disco: Sólo le pido a Dios.
su propio grupo, Los Pibes Chorros, para
describir el creciente contacto del mudo de ELlegamos los pibes chorros
la marginalidad con la cultura del delito, la queremos las manos
cárcel y la violencia. de todos arriba
porque al primero
Así, compuso letras descarnadas y direc- que se haga el ortiba
tas con la autoridad que le da ser parte por pancho y careta
activa de ese mundo. Su idea fue todo un le vamos a dar.
éxito y cuenta en su haber con la creación
Aunque no nos quieran
de cuatro grupos musicales: Flor de Piedra, somo' delincuentes
Damas Gratis (el único en el que canta), vamos de caño
Amar y Yo y Jimmy y su Combo Negro. con antecedentes
Después de la enorme repercusión que robamos blindados,
locutorios y mercados
tuvo el estilo, surgieron muchos grupos no nos cabe una
más como Metaguacha, Jalá-Jal, Sacude, estamo' rejugados.
La Chala y Yerba Brava, entre tantos otros. Vendemos sustancia
y autos nos choreamos
Estos últimos le disputan la creación del hacemos de primeras
género a Pablo Lescano. salideras en los bancos.

Somo' estafadores
piratas del asfalto
todos nos conocen
por los reyes del afano.

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El capital de la autenticidad

Cuatro ebrios se lo llevan al rockero, Por un lado, acceso a identidades grupales


otra vez ha fracasado el funeral, que brindan seguridades imprescindibles
en el barrio se relamen las pancartas, para un adolescente, en el marco de una des-
avivando al modelo para armar. confianza de los adultos a su estatus de irres-
Baila, baila, el boca en boca está de faso ponsabilidad dentro de la sociedad. Por otro,
pero esta vez el muerto regresó el acceso real y/o simbólico a los medios de
y sentía que era extraño en esta orquesta comunicación de masas, únicos agentes (para
que aburría de sonar en Sol mayor. los propios integrantes de las tribus) institu-
¿Por qué, ese palo que te amasa, yentes de identidad social.
que te afofa, que te aplasta, Por último, la identificación y el arraigo a
vos lo usás para matar? espacios urbanos –generalmente nocturnos–
Después, cuando ya no queda nada, considerados propios en términos simbólicos
no hay más ojos, no hay más manos, y, como tales, “liberados” de los controles dis-
lo querés acariciar… ciplinarios representados por las instituciones
No hay nada, lo amás socializadoras de los jóvenes. Así, las disputas
No hay nada, no queda nada… por el dominio del campo también suponen
Oficinas alistando predadores la lucha por la construcción de referencias
en las radios incitando al festival, que permitan modelar una brújula de senti-
que recuerda por primera a un hombre do que se oponga a los mandatos familiares,
que la gente hoy está queriendo más… laborales, a las reglas escolares, fundando,
Con el tiempo se nos fue para la cresta simultáneamente, una mitología urbana.
de una ola que no para de crecer En las tradiciones juveniles otra de las
hoy tu cara está en todas las remeras características más evidentes radica en que
es un muerto que no para de nacer… estas luchas por quién es más rockero se enta-
blan sobre la base de sistemáticas importacio-
Murguita del Sur nes de fórmulas estéticas o musicales.
BERSUIT VERGARABATS Mecanismos con los que se pretende atesti-
guar la pertenencia a la modernidad juvenil
En el interior del campo de los agrupa- y/o a un vanguardismo estético globalizado.
mientos juveniles rockeros de nuestro país, al En ese marco de confrontaciones por ver
igual que en las originales producciones de quién es más auténtico y menos “careta” –ter-
Gran Bretaña y Estados Unidos, existe una minología que instituye las fronteras entre lo
regularidad manifiesta en torno a la lucha auténtico y lo hipócrita– distintos grupos
por la nominación legítima de lo que es “ver- juveniles locales ponen en ejecución repre-
daderamente rock” y lo que no lo es. sentaciones de culturas importadas, adoptan-
Confrontaciones que remiten a una compe- do percepciones, códigos y signos distintivos
tencia por el dominio simbólico del mismo y para posicionarse ventajosa y orgullosamente
a luchas que permiten ganancias diferentes. dentro del campo juvenil. Posicionamiento

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que se establece a partir de la posesión de un En este proceso de fundación de capitales


capital específico, capaz de ser exhibido “propios” las tribus hacen de la volatilidad de
como un bien: una posesión que será tanto determinados signos estéticos exteriores un
más reconocida si es presentada de la manera principio de diferenciación recurrente.
más transgresora, rebelde, under e iconoclas- Conscientes de que la divulgación “vulgariza”
ta que sea posible. (y termina impidiendo la distinción y la
Mediante diferentes importaciones de rit- identificación exclusiva por la posesión origi-
mos, formas indumentarias o léxicos exclu- nal del estilo) recurren a su principio para
yentes se busca consolidar las posiciones y se alejarse de quienes usan sólo estéticamente
convoca al reconocimiento de todos aquellos dichos signos: pertenecer a una tribu juvenil
que compiten por el prestigio de ser un ver- implica, por lo tanto, un uso coherente de
dadero rockero, emblema que además permi- determinados emblemas.
te la justificación de una afirmación masculi- No alcanza con su portación pública, se
na y de una idiosincrasia distintiva. La debe ser capaz de asociar un uso a una con-
ansiada conquista de la “personalidad”, mito ducta, un comportamiento e incluso un len-
del individualismo moderno, es aprehendida guaje específico. Cuando las tribus perciben
así mediante una oposición al racionalismo que se ha generalizado un estilo consideran a
institucionalizado, contrastando lo espontá- los recién llegados como advenedizos que
neo con lo causal, lo imprevisible y lo vertigi- sólo logran acceder a lo que no es esencial.32
noso con las expectativas demoradas y lo dio- La búsqueda se restringe constantemente
nisíaco con lo abstracto. al uso de una estética revulsiva y salvaje, es
Al mismo tiempo, la controversia entre las decir, a la utilización de signos que posean el
tribus se da a través de mecanismos de estig- incuestionable poder comunicativo como
matización del resto de los grupos, privándo- para irritar o exasperar al sentido común. La
los de los atributos legítimos del rock cuando exhibición de lo antiestético, sombrío o desa-
sustentan estilos diferentes. Tanto las bandas gradable –inserto en la estetización creciente
musicales como sus seguidores se encargan de la comunicación juvenil– plantea una
obsesivamente de juzgar quién es un auténti- ruptura con el sistema de la moda. Dicha
co rockero y quién no. Esta clasificación es lógica genera una confrontación entre lo que
homóloga a aquella que etiqueta como “care- se debe usar y lo que es estigmatizado, es
tas” a los que comercializan la música en vez decir entre lo exclusivo y lo vulgarizado.
de sonar –y de estar orientado– a los peque- Los integrantes de las distintas tribus
ños públicos que reivindican el verdadero coinciden en postular lo salvaje como el espí-
espíritu original del rock. ritu que los moviliza y los diferencia del resto

32 La lógica de los procesos de diferenciación y distinción están explicados, tipologizados, descriptos y anali-
zados en Pierre Bourdieu, La distinción, Taurus, Madrid, 1991.

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Por otro lado, las manifestaciones y expresiones de las jóvenes,


en el plano cultural, social y de las relaciones interpersonales y
grupales, tienden a estar cifradas por una visión masculina de poder,
de los jóvenes. Lo salvaje como pureza y competencia, liderazgo, territorio, hegemonía. En este sentido, lo
naturalidad perdida detrás de los velos de la femenino no es constructor de nuevos sentidos sino que se mantiene
racionalidad, que la sociedad generaliza y en una posición subalterna y débil. Esto lleva, por un lado, a que las
estructuras y formas de liderazgo y visibilización de las jóvenes
exige. Esencia que implica una pureza cohe- adopten modelos que tienen mucho de masculino; y, por otro, a que
rente con la –supuesta– naturaleza animal del en su mayoría las jóvenes aparezcan como complemento, compañía,
hombre, que el rock –o las distintas formas mas no con un protagonismo, liderazgo o identidad propia, tanto en
del rock cultivadas por estas grupalidades– lo que tiene que ver con la expresión cultural como con la actuación
política. Por supuesto, existen excepciones y avances en el camino
supuestamente postula y evidencia.33 hacia la equidad y la búsqueda de identidades de las mujeres. No
En la mayoría de las tribus –salvo entre los obstante, estos avances son aún limitados y focalizados.
raveros– lo rústico es postulado constante-
mente como un atributo constitutivo del ser Alison Vásconez, en Juntar piezas y completarnos: Ideas para la
construcción de políticas para la juventud en Ecuador, texto
de la barra. Lo salvaje es expresado al mismo mimeografiado, investigación realizada en el marco del proyecto
tiempo como un posicionamiento frente a la FLACSO Ecuador: “Diagnóstico de la problemática de niños y
falsa delicadeza de la sociedad y, por otra adolescentes en situación de riesgo”, realizada para el gobierno del
Ecuador, 2002
parte, como una simbolización de la mascu-
linización requerida para sobrevivir “en la
calle”.
Las distinciones de género son constituti- enrevesado, etcétera. Lo salvaje –asociado a lo
vas de muchas tribalidades. El lugar de la verdaderamente puro– se constituye, enton-
mujer es diferente en cada uno de los grupos: ces, a partir de la música, de las posturas y de
en el caso de los punk locales –a diferencia de los rituales comunicativos en oposición a la
sus formas londinenses originales– las jóve- delicadeza, reivindicando una estética de bra-
nes ocupan un lugar subalterno. Entre lo vura primitiva que se opone (y rechaza) toda
skins el machismo es parte del discurso auto- racionalidad, por hipócrita y engañosa.
afirmativo, por lo que las mujeres son asocia- Quienes se autoinstituyen como portado-
das a lo débil. Entre los hardcore, por ser una res de este “verdadero espíritu guerrero” sue-
tribu más emparentada con los sectores len postular como usual aquello que es una
medios, la periferia femenina tiene una cen- literal provocación de la norma, una forma
tralidad mayor comparada con los grupos que “hace daño a los ojos”. Los tres grupos
anteriores. comparten este principio de transgresión
Lo salvaje es asumido como aquello que indumentaria en sus representaciones socia-
se opone frontalmente a la formalidad de lo les: visten comunicando una oposición y,
que se considera la suavidad social, el mundo sobre todo, buscando provocar una sensación
de las formas, las mediaciones del lenguaje imborrable en quien sea su espectador.

33 Es indudable el parentesco de esta percepción con ciertos discursos ligados al “buen salvaje” rousseaunia-
no.

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Unos, los punks, mediante el culto de los cimiento social postergado pero rodeado de
harapos y el desprecio por la estética del pureza, y al mismo tiempo como refugio de
orden; otros, los skins, a través de ropas para- creatividad emergente.
militares y de determinados tatuajes. Los Las tribus comparten también un despre-
hardcore, con sus uniformes de bermudas, cio por lo que denuncian como pasividad y
gorros de béisbol, patineta, bicicletas de acro- quietismo (o aburguesamiento), oponiéndo-
bacia, ropa holgada y recuperación de un le la excitación, el exceso, la velocidad, la
candor casi infantil opuesto a una adultez emoción y el movimiento a un mundo de
ajena al juego y a la experimentación. inmovilidad al que catalogan como aburrido
La teatralización de la carencia se expresa y desganado. El culto de la aceleración, del
en diferentes formas del body piercing, que que los altos decibeles rockeros son su expre-
utilizan algunos jóvenes punks y hardcore sión auditiva, rechaza lo que se supone como
como manifestación del resentimiento o el característico del establishment.
sufrimiento social intuitivo que comunican Desde esta construcción juvenil de signi-
estéticamente.34 Ambos grupos se presentan ficados se intentan diferenciar de aquellos a
como los portadores más lúcidos de un orden quienes consideran símbolos de esa sociedad
social: unos, los punks, mediante una subcul- inmóvil y discriminatoria: los padres, en oca-
tura dispuesta a “despertar”, aunque sea siones el propio barrio de proveniencia
mediante el asco, a los atónitos transeúntes (como en el caso de lo skins o los hardcore)
con proyectos de futuro. y/o los portadores de las estéticas y estilos de
Otros, los hardcore, como representación lo que identifican como la cultura dominan-
estética, puramente vanguardista, orientada a te. Esta búsqueda denodada por desmarcarse
indignar y a disputar una posición emergen- de toda integración explica el continuo mote
te dentro del campo juvenil. Al ser ésta una de “traición” –por parte de los distintos inte-
grupalidad más ligada a los sectores medios, grantes de las tribus– a todos los jóvenes que
su competencia con el lenguaje adulto exige juegan a la rebeldía momentánea, con fecha
un modelo de mayor autonomía frente a la de finalización, inmóvil en lo que respecta al
culturas mediáticas. Lo under, de esta mane- orden y cambiante en lo relacionado a las
ra, aparece como una orientación de recono- variaciones de lo banal.35

34 El body piercing consiste en la perforación de algunas partes del cuerpo para adornarlo con argollas, aros u otros
objetos pequeños. Es usual entre las tribus punk y dark y en menor medida entre los hardcore locales.
35 Esta “traición”, que implica el reconocimiento de que la moratoria es simplemente una etapa que debe ser evalua-
da indulgentemente, genera un mecanismo inmediato de rechazo entre los integrantes de las tres grupalidades rele-
vadas. Esta crítica al estatus finito fue señalada por el compositor de rock Frank Zappa, quien sugirió en la década del
70 que el concepto americano de juventud presupone que “todos los rebeldes vuelvan tarde o temprano al redil,
regresen al rebaño”. Extracto de la letra del tema Mothers of Invention, del disco del mismo nombre.

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Jóvenes en disputa: maneras


de nombrarse

Los modos de nominarse de los jóvenes ro, bienudo, groncho, descamisado, niño
entre sí se han multiplicado y diversificado bien, negro, bolita, villero, villuca, grasa,
asumiendo –bajo el amparo de algunas aceitoso, motudo, etcétera. Designaciones
nociones que reivindicaban el “respeto a la que han buscado inmovilizar a un extraño
diferencia”– formas de estigmatización, des- considerándolo un inferior o, en el mejor de
calificación, simpatía paternalista o acrecen- los casos, un subalterno simpático. De ahí
tando las distancias étnicas, religiosas, cultu- que esa presencia haya sido catalogada,
rales o estéticas. La creciente fragmentación mediante innumerables metáforas –médicas,
social, por algunos confundida como la psicológicas, de normalidad y de anormali-
expresión del multiculturalismo, ha tribaliza- dad o de limpieza y suciedad–, como un peli-
do los agrupamientos nocturnos. gro. Su cercanía podía ser entendida como
Las distinciones “habladas”, es decir pro- un desafío a la distinción, a la singularidad, a
nunciadas a través de etiquetamientos nega- la personalización, y como tal como un peli-
tivizadores, se sustentan en las “creencias” gro latente de vulgaridad y de contagio:
que las pretendidas diferencias culturales y de durante la noche también se ponían en fun-
“estilo” ponen en ejecución. Acentos, pala- cionamiento, mediante originales formas de
bras y pronunciaciones son planteadas como ejecución, las maquinarias del desprecio.
abismos entre quienes son partes de los dis- Desde este menosprecio es que se llega a
tintos agrupamientos. justificar la “negación de persona”, la separa-
Durante décadas, en nombre de un dis- ción de aquellos que no son “los iguales”. La
curso integrador y pretendidamente homo- continua fragmentación social, expresada
geneizante (aquel que caracterizaba a una entre otras formas a través de una jerarquiza-
racionalidad moderna) se disimulaban o ción creciente de los consumos de diversión
encubrían muchas de estas parcializaciones nocturna –condicionados por la importante
negativizadoras bajo la atenta mirada conde- valoración que poseen estos rituales para los
natoria de un imaginario supuestamente uni- habitués de la noche–, ha generado una rápi-
versalista que “cuidaba” los peligros de exclu- da y constante devaluación de las palabras
sión al mismo tiempo que desconfiaba de encargadas de calificar y/o descalificar a las
toda diferencia. diferentes tribus que pueblan la noche.
Sin embargo, esos motes clasificatorios La segmentación de las prácticas –y con
del estigma, tienen una larga existencia. ella sus lenguajes– ha generado la prolifera-
Siempre colaboraron en la construcción de ción de boliches cuyos mecanismos de exclu-
un “otro urbano” y por lo tanto un “noso- sión, explícitos o tácitos, están dados por cri-
tros”. Algunos de esos calificativos desvalori- terios de edad, de clase social, de etnia o
zantes fueron –y muchos de ellos continúan incluso por opciones sexuales. La especializa-
siendo– los siguientes: cabecita, finuli, caque- ción de públicos ha llevado a cuidar el senti-

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do común de cada uno de los grupos que ciones no explicitadas que conminan a com-
concurren a los distintos géneros de diversión partir reglas de competencia lingüística por
nocturna. Es decir, a proteger los significan- las cuales se otorgan valores (“precios positi-
tes y los sentidos que de alguna manera cola- vos”) a determinadas palabras o acentos,
boran en la función de poner a distancia a un mientras que otras expresiones pasan a ser
otro que traería confusión acerca de cuáles sospechosas, descalificadas o directamente
son los criterios básicos y los denominadores rechazadas. Según la aseveración de diferen-
comunes. tes habitués al tropical, es la cantidad de lo
Esto hace que quien desconozca determi- que se habla, el número de palabras que se
nadas definiciones, gestos o palabras pueda pronuncian uno de los indicios que descu-
ser considerado un extraño, un curioso o un bren y señalan al extraño. El volumen de lo
advenedizo. Se garantiza así la lejanía –aun- dicho es lo que se expone como señal de una
que sea simbólica– de aquel que de alguna pertenencia distintiva. Sobre todo la magni-
manera pone en cuestión una versión (y tud de lo que hablan los varones –considera-
explicación) adecuada del mundo nocturno, dos extraños– a las mujeres asistentes del tro-
que amenaza con su sola presencia, con su pical.
léxico y con su acento una gramática consi- El “cómo se dice” es básico al momento
derada válida y “normal”. de elaborar una descripción ajustada sobre
Estas formas de enunciación diferencia- los otros. Dicha clasificación lingüística
doras parten de lo que se denomina compe- “separa” las modalidades del habla según una
tencia lingüística, es decir la portación –o taxonomía previa. Hablar utilizando muchas
no– de estructuraciones del habla corriente palabras es el ejercicio de quienes buscan
que suelen descubrir e identificar a los agen- mostrar a través de un uso deliberado del len-
tes por el uso particular de una misma lengua guaje un posicionamiento social que los dife-
o con un uso particular. Durante la noche rencie –y los valorice– frente a los otros. De
son variados los ejercicios que buscan descu- esta manera creen obtener el beneficio sim-
brir o poner en evidencia al advenedizo o al bólico de la admiración del otro mostrando
extranjero. Y son también manifiestos los una trayectoria donde las palabras, y no la
intereses por identificar a quienes van a ser actividad física, aparecen como lo central de
considerados pares. Las primeras preguntas su vida cotidiana. Los jóvenes asistentes a
acerca del trabajo, el estudio, la frecuencia de locales de cumbia villera juzgan como porta-
la concurrencia al boliche, el estilo musical dores de falsedad a quienes “no van rápida-
predilecto y la zona de residencia son algunos mente al grano”, es decir, a quienes acompa-
de los pretextos para una ubicación social ñan lo que dicen con distintos tipos de giros
rápida del interlocutor. estilísticos. Este hablar eufemísticamente
En el caso de los locales tropicales y de los –aquello que los sectores populares designan
boliches de música tecno existen diferencia- como el no decir las cosas directamente: “no

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hablar de frente”–, es visualizado como abs- forma en que son percibidos los discursos y la
tracto, no preciso y por lo tanto como poco lengua dominante, a la que caracterizan
auténtico. como redundante, metafórica, reiterativa,
Este contacto asimétrico en relación a la oscura y/o aburrida (“no dicen nada”; “de
palabra es sintomático de un posicionamien- todas esas palabras no te queda nada”; “dice
to social. Las explicaciones que los asistentes siempre lo mismo pero con palabras distin-
al tropical le otorgan a la desconfianza frente tas”, etcétera). Imputaciones que se extien-
a la ostentación de la palabra remite, de algu- den, por contigüidad y analogía, a toda prác-
na manera, al recelo que sienten por los luga- tica lingüística que implique algún grado de
res donde “la palabra” es dueña y poderosa, ambigüedad y abstracción.
donde la materia prima es el lenguaje “que Por su parte, quienes asisten a las disco
engaña, miente o no va al grano”. privilegian el acento y el reconocimiento de
El mundo del derecho y de la política es palabras clave más que el volumen de lo que
su paradigma más elocuente. A la vez que se se dice. A la hora de catalogar la proveniencia
sienten desamparados de esos lugares “movi- de un interlocutor indagan sobre el conoci-
dos con palabras” se autoexcluyen de los mis- miento o desconocimiento de algunos códi-
mos. En esos mundos la palabra es dominan- gos compartidos o sobre el sentido correcto o
te y ante ella afirman sentirse inseguros y incorrecto que le asignan a una palabra. La
desprotegidos. La sospecha es la actitud que veloz y continua invención de modismos de
aparece ante la proliferación de la palabra y el grupo, que caracteriza a los habitués de las
silencio que provoca en quien escucha. disco expresa, de alguna manera, una lógica
Donde la proliferación de la palabra –no su estricta de distinción que tiene en la búsque-
rápido intercambio, entrecortado, referen- da de la singularización tribal su motivación
cial, característico de los intercambios en el básica: se trata de inventar palabras nuevas
tropical– se hace presente parecen justifica- para poder diferenciar entre quienes las cono-
dos los reparos y las desconfianzas.36 cen y quienes no: alejarse de los neófitos que
Esta percepción, que manifiesta una firme no forman parte del grupo y del sentido que
sospecha contra “los que charlan mucho” y el grupo le da a las palabras.
“los que dan vueltas y no van al punto”, pare- Se pretende esparcir vocablos que sean
ce estar íntimamente relacionada con la capaces de ser reconocidos por los iguales.

36 Este recelo no es muy diferente del que se suele experimentar en relación a la exclusión que generan las jer-
gas profesionales que imponen un terreno lingüístico exclusivo para alejar de ese modo a los no iniciados. En
estos casos, como en muchos otros, el habla no funciona como comunicación “horizontal”, es decir, como vín-
culo carente de relaciones de dominación, sino como posicionamiento y advertencia de autoridad.

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Mientras tanto, cuando llega el momento de generalizase, han generado cambios entre sus
que estos significantes han sido divulgados, y usuarios.
exceden por lo tanto las fronteras del grupo Tanto los que concurren a los locales tro-
de referencia, se llega al momento en que picales como aquellos que son habitués de las
deben dejarse de lado. Quienes ya no se sien- disco, identifican como “cerrado” el lenguaje
ten totalmente dueños de dichos términos ni de quienes se encuentran en el otro polo de la
de su control los abandonan por ser vulgares, diversión nocturna. Unos afirman que a los
comunes, masificados.37 Esto es muy común bailanteros “no se les entiende cuando
entre las distintas configuraciones grupales hablan”, “que se comen las ‘eses’ ”, que “los
juveniles que, además, elaboran constante- bolitas hablan para adentro”, etcétera. Otros,
mente acentos específicos: sonidos que fun- en el marco de una versión más pedagógica,
cionan como escudos heráldicos que preten- se defienden afirmando que “no se expresan
den sugerir un mundo de pertenencias, bien…”. De todas formas, unos y otros cata-
gustos y estilos.38 logan al lenguaje del que está lejos en el espa-
La lógica de la distinción que guía toda cio social como indescifrable. De este mane-
acentuación o utilización terminológica, qui- ra imputan al hermetismo algo que no está
zás se aprecie con mayor elocuencia durante totalmente en la pronunciación sino en la
la noche, donde la rápida obsolescencia de las distancia social.
palabras denuncia su objetivo proyectado en La sensación compartida de lo “cerrado”
la defensa de la identificación: que las mis- que se desprende de repetidas percepciones
mas no sean apropiadas por quienes son cata- –tanto de unos como de otros– parece ser el
logados como inferiores en la jerarquía social. resultado de habitus no acostumbrados ni
Cuando las palabras se “contagian”, se extien- familiarizados con otras pronunciaciones ni
den por el uso de unos agentes “no autoriza- modismos. Formas del habla que terminan
dos”, deben ser abandonadas. Este es el caso siendo casi incomprensibles por distantes:
de muchos vocablos como loco, copado, son percibidos, en ciertas ocasiones, como
joya, zafado o los prefijos súper-, o re- que, al dialectos distintos.

37 Obviamente que los “miedos de contagio” con lo vulgar están dirigidos –sobre todo en la noche– no a quien per-
tenece a otro y lejano espacio social sino a aquellos que “presionan en las puertas de la distinción”, es decir: a quie-
nes, en el marco de una búsqueda denodada por desmarcarse, ensayan el travestismo social y tratan de utilizar las
palabras (gestos, ropas, formas de pensar el mundo) del grupo al que quieren pertenecer. El uso exclusivista de pala-
bras clave (joya, fue, dios, villa, etcétera) intenta evitar la amenaza que representa el contagio, la mezcla, la invasión.
La unificación que implica un uso de algo en común: la palabra. Se trata siempre de que no sean empleadas por quie-
nes no son similares a quienes las pronuncian para proteger y autorizar a quien es poseedor de ellas.
38 La intensidad de la pronunciación de la letra ese y la cerrazón de las vocales –en el caso de las mujeres que concu-
rren a las disco– es una característica relevante de estas particularidades.

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