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BOURDIEU, Pierre, BALAZS, Gabrielle, El Interrogatorio PDF
BOURDIEU, Pierre, BALAZS, Gabrielle, El Interrogatorio PDF
.{ as encuestes adtninistradvas, de ias que aqlli ana- a pecliclo clel Ministerio cle lnvestigación y Tecnologí:r,
,¡! lizen-ros algunos e jemplos, son interesantes por con vistas a evaluar el u despr-iés cle res años de srt pues-
J*"á varias razones. En prirter lugar, porque clan libre ta en vigor, pemrite clptar lo que sep:rra el intelrogato-
crirso a lr¡s efectos que, salvo vigil:rncia especial, amena- rio I¡uroc¡ático cle las otras fon.n:rs de interrogatorio de
zan con pesarsobre toda relación de encuesta y permiten Estaclo, en especial, la polici:rl p{a iuclicial, y Io que tie-
ásí :Lpreciar ¿7 contr¿trio Ia import:rncia del esfrrerzo que, ne en cc¡rnún con ellas 1r, m:is r-Lmpliamente. con toclas
en Ia realización de una entrevista, hay que hacer para ias encuest¿rs burocrirticas corrientes.r Aunclue -a clif'e-
neutralizarlos: se trata de un caso en que, ef'ectivamente. rencia de la investigeción iLrclicial y, sobre toclo, de Ia po-
corno lo señrlaJohn Gumperz, "pese a las aparicncias de licial- se plesente (y se viva) como Llna investigación
igualdacl, reciprociclzrd y corclialidad, los roles cle los cientítlca. la encuesta xdministrativx, estrech:lmente de-
perticipantes, es decir, el clerecho a la palabra y la teminada por fines burocráticos, está íntegrxmente di-
obligación cle responder, están predetenrlinaclos o, al rigida por intenciones nr-¡rmltiv:rs. Además, tocio: el mo-
menos, constituyen el objeto de una fuerte coacción".r mento cle realizarla (el año mismo en qtle la comisión
Si la violencia simbólica inherente a la asimetría entre nacional cle evaltt:rción del mr debe sotneter su infor
interlocutor€s muy desigualmente provistos de capital me al primer trinistro), el lugar de su re:ilización (las ofi-
cinas de las alcalclí¿s o ios centros comunales de acción ,-t f
económico ysobre toclo cultural puede ejercerse con unzt
ausencia tan per{ecta de discreción, es porque los agentes social encargados cle los contratos cle inserción), el con-
encargaclos de Ilevar adelante el interrogatorio se sienten tenicio y la forma de las preguntas (hasta trescientas para
con n-rancl¿to y arrtorizeción del Estado, poseedor del una sol:r entrevista, hecl-ras sin descanso y ;1 lrenudo por
monopolio de ia violencia simbólica legítirna, y porque, dos encuestadores); tocio, decíamos, incit¿ a Ios encues-
pese a toclo, se los coooce y reconoce corno teles. Prlleba t2rclos e sentirse en ia obligación cle establecer la legi-
benefici:rrios clel (como otros,
de ello, réplica, cligna de Kafka, de esa mujer que,
lzr timidad de su srar¿¿s cie Rrü
sornetiaif, a Lln cuestionlrio muy exigente sobre su sallld, p:rr:r obtener un subsitlio, una p:'Lsantí:r o une vivienda,
se asonbra: "Hasta eso preguntan", sugiriendo que [a deben iustific:rrsu iclentid:rd :rdministrativa de "solicitante
nlismrl encuestxdora no es tnás que el iostlr.tlrrento cie tur:t de empleo", "deSocupaclo con clerechos vencidos', "jo-
intención elaborada en otra parte, 'en las altas esfems". ven sin calificación", 'pzrdre aishdo" o "sin clomicilio fijo")
EI anírlisis de las grabaciones de algun:rs entrevistas La alternancia cle preguntas lrívolas o irtisori:ls (con
reelizacl:rs por Llna olicina de esru.lios (que sin duda respecto, ciesde itrego, a la situación y las preocttpzrcio
nos perdonerá que le nuntengaulos en el anonit¡rato. . . ) nes cle l:rs pelsonas interrogf,dls: '¿Cuírl es su esparci
1.
la conl,erscltiott, intro.Luction A la so(¡olingLlísti(frc ¡nteractk)nltelle. Pxís. lvlinuit, 1989, col Le sens
Jrc*"p*r, E"S,1ger
commun, p. 15.
)
grab¿lciones,
Agrr¡*.s*,q.rí, luego sin pocLer hacerlo con nornbre ¡,apellido, a La personl que nos transrllitió esas
<1e.sde
"renirimos, pour
y pr,, ,o.i", las infbrnacionessol¡re esta encuesta, a la obra colectiva cle Il ruH¡ lNf ission interministérielle
y el l)lan urbain, n\lt ti l éprelLue Terríto¡re, ¡nsert¡ot!
Ir reclrerche, Nlisión Internlnlsterial parx ia investigaciónl ¿e cles fails:
ei 8 y 9 cle noviembre
société, ?aús, Ecl. Syros Alternarive, 1991. Esta invesrigación también .lio lugar a un coloquio, efecturclo
rle 1ggt. Prm los ¿nálisis regionales, hay que rernitirse ¡ los 13 informes proclucidos Por é1.
El ¡ntetrogotorio
miento pref-erido?") y preguntas tramposas enunciadas torio. Trastomadas, desorganizeCas. es¡:rs :-rd:s no entran
con un tono jovial ("¿Es un trabajo declarado?,, o *¿En en las categorías previsrzs por ei cresdomrio estánclar,
qué ocupa sus dÍas?") o bíen formulaclas de una manera concebido para genemr respuestas hon:ogéne-as e inca_
irónica ("Vamos, vaflros, su apariencia no es la de un paz decapurla dir.ersidad delas siruaciones quepudieron
enfermo..."), confiere ;l veces a la entrevista una conducir a la solicirud de un subsidio de supen ivencia.
violencia tanto mils insostenible cuanto que se ejerce Los signos de asombro. los reproches conreniclos y Ia
con toda inocencia, con la buen¿ concienci¿r de quien condescendencia --cuya form:r suprema es. sin cluda, la
cuenta con la doble legitimided del orden científico y conrniseración- son otf,rs nnns manifesnciones de los
el orden moral. pfesupuestos --o de los preluicio* consúrudvos de la
Nunca se acabaría de enumerar los presupuestos visión burguesa o pequeño-burguesa ciel munclo: in_
inscriptos, en cieÍa fomra, en la estructura misma de la troducen toda una serie de postulados sobre la compo-
relación de encuesta, cuando, como aquí, la asimet¡ía sición "conveniente" de una familia, los vínculos que
inherente al interrogatorio brrrocrático encuentra, en y deben r¡antenerse con ella y las ,,elecciones" escolares
por la distancia enÍe los recursos y disposiciones o profesionales que definen una ,,carrer¿,, digna cle ese
sociales del encuestador y los del encuestado, las concli- nombre.
ciones de su plena realización. La relación de fuerzas es Cuando la.mujer que ha percliclo un hijo y se separó
tal que el interrogador no tiene que preocuparse por de su mariclo-declara que renunció a un empleo de un
saber si los problemas que (se) plantea, problemas mes porque su hija, IiceÍsta, acababa de tener una
instirucionales que no tienen interés más que para el criatur¡, razón por la cual prefería queclarse con ella, le
organismo solicitante de la encuesta, también le surgen dicen: ';Su instinto de madre era más fiienel,,. pero
a la persona :r quienes los presenta. advierte. por ora parte, que le reprochan Io que la
El postulado fundamental del intercambio esrá ins- encuesadora percibe como una in\.ersión de los roles:
cripto sin ducla, en esra imposición de problemáticas, "¿Cómo es eso, su hija para la olla?,,. .{ una joven empleada
basada en la universalización del interés particular cle las doméstica. madre solter¡. se le pregunta como si fuera el
burocracias. Pero eso no es todo. El interrogatono, rema de una redacción: "¿eué significa para usted estar
llevado adelante en la lógica de la sospecha, trata al sola?" o ''¿Es imporLlnte para usted ver crecer a su hi.jo?,,.
encuestado como disirrrulaclor y sülulador potencial al
¿Y qué decir de esm pregunra pseudoanalítica sobre los
que hay que pescaren la trampa_ Además de las preguntas recuerdos infantiles, que se formula mecánicamente,
sobre la forma en que los erremistas se intbrmaron sobre pese a la reticencia de Ios encuestaclos a hacer conficlen_
la existencia del subsidio, lo que piensan de la ley y a qué ci;ls o evocar recuerdos dolorosos? ,,Todo eso está muy
pafte del preslrpuesto don.réstico se afecta el n¡r, están tejos [...J no me acuerdo,,, conresu, por eiemplo, una
también las que apunran a descubri¡si el encuest¿cio tiene joven doméstica que pasó su infancia cle hogar en hogar,
ingresos no declarados, si clispone cle otros recursos, si sin conocer a sus padres. lVlientras que otros, como el
vive solo (o más bien sola, porque esra pre!íunta se clirige manipulador de mercaderías que cle niño perdió a su
las más de las veces a las mujeres) como lo:rfinna, si no madre, oponen su silencio:
hebri pcclido el Rrl pxrir cot.lsegr¡ir rrna cobcnura *ocial.
Como pesa sobre él la sospech:r cle la aÍirnaña interesada ENcupsrsoctp: ¿Puede bablanne de nt infanc¡a?
y la falta cle civismo, se le pregunta si vota, con una Erucursre¡o: [Silencio.)
En los tres casos presentaclos aquí --el cle una mr.rjer E¡tcursr;oon: ¿No tiene ningún recterdoz
ENCUESTADo: sí'
cle unos 50 años, que clejó a sr¡ nuriclo artesano luego
Evcuesr'too*: ¿ti' o quiere babtar de eso: De actterclo.
clel fallecimiento cle su hijo, la cu:rl, no tenía experiencia
en trabaios asalariaclos; el de un pequeño comerciante Sin ser nunce complenmente
conscrentes r. cínicos,
de 59 años que regenteó LIn restaurante en una barriada los encuestadores. iler.ed.os pcr
sus ciisoosicrones de cla-
popularhastaquer¡naer:I'ermedaclleirnpidiópermane- se, entran en una reiación ambigu.e
ir5isrencia y vi-
cer cle pie, y el de
un joven
manipulaclor de mercaderías, gilancia, acti¡ud maternel v sospeche. i- :n rnáiisis
más
criado por su abuela pofiera a r¡íz de la muefte cle su sisternático de u n cotpus más e-xrenso
perniüría. sln clu-
madre- las preguntas llegan'.r lzr violencia del rnterroga- cla, cor.uprobar que la composición
del equipo de en-
El interrogotorio
cuesta según el sexo, la edad, el origen social y el srrrr¿rs ENcuesr¡oou 2: Por razones de sahtd, entonces. LEI
profesional afectx muy tlirectamente l¿r manera de reco- encuestado añade que "cstuvo veinte años en el Correo
ger los datos e iflterpretarlos. AsÍ, tal o cual hipótesis cle y después clejó".J
la encuestadora con respecto a Ia vivienda sólo cobra Eucuesrsooz¡ 1: ¿Así qu.e el motiuo por el que deió ese
sentido por referencia a una definición tácita de lo que fue uerd acleratnente s u esposa?
tra bajo
farnilia cle "pobres" como Ia de [a encuestada: "iEs caro! E¡tcuxrqaonc 1: ¿Si no, se bubiera qu.edaclo en él?
ENcuesr.rLxr: Oh, estaría jubilado... ah no, no del todo.
¡Yo creía que ustecl vivía en. . . luacilctciót't'\, e¡ una o dos
piezasl". Como para disculparse, la encuestada se ve obli- E¡cLnsr¡oopt 2; lPerdida.] ¿El motiuo por el cltLe dejó
gacla a explicer que ahora que vive con su hija y su nieto, qué trabajo?
ese departatnento de cuatro xmbientes le resulta ape- ENcrcsr.aons 1: El coneo.
nas un poco más caro, gracias al subsiclio a la vivienda, ENcuesr¡oc¡ru 2: ¿Dejó a cau.sa cle su. ruttjer? ¿Por qtté,
ce cuántos años?". Al dejar traslucir su visión sobre el ín- ENCUEST.-\D1M 1: ¿Y después le grrstó eI...?
cas:r?". Luego calcul:r en voz alta: "Dos hi1os, los padres y ENCUESTADo: ¡No! No, pero, bueno... se acostul-rl¡ró.
sus padres... Está bien. ¿Y ahora sus padres están...?" lSilencio.l Y yo también.
(silencio, han fallecido). La encuestadora, siguiendo el ENctesrtoont 1: Sí, l¿t cosa cantbia, eb.
hilo de su pensamiento y su cálculo, concluye, como si ENcuESTADo: Claro.
Ia aliviara saber que hay más lugar: "¿Así que son dos?". ENCüESTAD1R.A 1: ¿Hizo trabajos nlenores antes de en-
Es includable que ia violencia alcanza su punto cul- trar al coneo?
minente cuando Ia filosofía de la acción qlle sostiene to- Excursr¡oo: ¡Ah, sí! 41 principio era peluquero. Mi
do el interrog:rtorio conduce a buscar en intenciones y primera profesi<in fue la de peluquero.
razones el oligen de la totalidacl de las llcciones de to- ENcuesr,tooan l: [Tono admirativo.] iQtLé trayectoria/
dos los agentes, a los que se supone igualmente dueños lEleva la voz.) ¿Tenía u.n c.tp?
de su destino, y a erigir así tácitamente a los erremis- ENCLTE5TADo: Sí.
tas en responsables de su miseria. Los "¿por qué?" que ENcupsraont 1. ¿)' ejerció... ?
escanden las palabras sobre la pérdicla dei empleo, la ENcursr.q¡o: No rnucho, porque no cornpensaba. Sólo
separ:rción del cóny'uge, el lLr¿.rnclono cle la escuela, la cuatro ¿ños; en ese l.nomento, los peluqueros se morían
salud, la desocupación, cleian pensar que todo lo que Ie de hambre.
sucedió persona interrogacla fue el resultado de una
a la E\ctnsrtooan 1: ¿Ab, sí?
Iibre elección. Por ejemplo, a una emplezrcla doméstica Eucursrsoon¿ 2: ¿En qné época era? ¿Qué año?
que dejó la escuela a los 12 ¿ños se Ie pregunta "por qué ENCLTESTADo: Entre 1945... freJlexional,1945 y 1949.
razón Io hizo", e incluso se ie ¿c[:rm: "¿Porque quiso o Euct¡rsr¡oou 1: ¿Qtté lección scr.có del oJicict cle pelu-
porque estaba obtigada?". Se postulx con ello que cacllr qu.era, prirnero, del oficio de...?
_y desprLés
uno puede y debe rlurneier ¿r su modo sll c:1[rera y sLl ENCUESTADo: Que algunas veces uno aprende un oficio
ENcrrEst¡¡o: Porque no podía hacerlo más. pareció que em den'Lasiado enclenque. Era enclenque.
El interrogotorio
ENcutsrsooru 2 lTono burlóo.) Abora no parece en- ctranclo él exhibe un silencio asombr¿do. \'una \.ez que
clencpte; se recuperó... el joven dice que no ve a su padre. ella deduce que está
ENcuesrADo: Y ahí tiene, era demasiaclo chico, todo eso, muerto, cuando en realidad vive en el ertrenjero. Del
para ser carpintero. Él los veía grandes y gordos a los. . . r.nismo modo, el comerciante, uno de cuvos hi;os adul-
y después, eso es. . . clespués rne propusieron.. . tarnbién tos vive en la casa paterna, se embrolla en su respuesta
había que trabajar; después de la guerra era durc¡. cuando l¿r encuestadorf,. con tono de est:tr diciendo al-
"tomarla en sus manos". dsí, la encuestadora ironiza una experiencia de Ia eistencia fundacie en el dominio
sobre el hecho cle que el comerciante, cuya esposa, del tiempo (y del dinero) conduzca it -rors que se
contaclora del bar, sigue:r cargo de las tare;rs :rdministra- codean con el desprecio: así, al ntanipulacior que cuen-
tivas, no sepa si IIenó los papeles y si firmó el fámoso ta con una mezcla de amargur:r v \ er-quenz¡ que se "de-
"contrato de inserción" ("es chino" ), por lo que lo llama jó trampear" -uando trabajaba en negro. p<lr un em-
al orden. pleador que no le pagó su salario. Ia elcuc>tadora le
pregunta si :rlguna vez logró cobra¡ nom-rrlmente... Y,
ENcuxrno¡¿t 1. ¿Y cu.ándo le pagaron? un poco rnás adelante, cuando él cice que no encontró
ENcLmsrloo: Dos o tres meses después, creo, no sé nada en la.q¡¡pe, ella [e suelta con un iono iigero: "¿Qué
exactimente; en principio yo no me ocupo, la que se iba a hacer a la lNp¿?". Toda Ia di:nncia enrre dos
octtpr L-le los p:tpclrs es rni nrujrr. y las dos visiones del;nundo correspon-
concliciones,
E¡vctrsrtoou 1: lImm, qu.ién se ocLlpa. ¿Y L{sted dientes, estalla en l:r réplica, llena de ccndescendencia
recibió el monto d p¿túir del 1" de enero o. . . ? protectora, que la encuestarlora, con un rono jovial, Ie
ENcmsnDo: No, no sé... exactaüIente no sé. No me dirige a una empleacla doméstica que dice sentirse
encargo de eso. molesta por tener qlle declarar su enplec: No es
Euctnsr¡octns 1: ¿No sabe? lTono de reproche.) ¿Sabe deshonroso. En todo c:lso, es un trabajo que conocen
a cuánto tiene clerecho? todas las mamhs".
ENcussr¡oo: Sí, 2.300... 2.300 Lsilenck¡] y unos centavos
más, a lo mejor.
ENcuesr¡oona 2 [El contrato cle inserción.l ¿Nct sabe si Dos interrogatorios
lo Jirmó o no?
E¡¡cursre¡o: No sé. Sólo reproducrremos dos extractos bastante Iargos
Eucutsrsor¡an 2; De manera1 es u,sted el que
tocl¿ts que condensan rodos los esquemas puestos en práctica
solicitó el kvrL es usted el Ete lo percibe o... ¿es usted? en una enclresta administrariva de control. Solicirados e
ENcuesrloo: Sí, soy yo. incluso intimados a infbrm:rr el estado de sus recursos y
Eh-cuEsTADoM 2: Entonces fu.e ustecl el qtrc tuuo q'ue su salucl, su maner:l cle vivir, su historia tamiliar, su in-
tenía unos 20 años, se separó de su marido artesano y Et'tt:uxr.aoat.., QLLé era, un a ntialérgico?
vive ahor:r con su hija, liceísta, que acaba de tener Lln ENcuEsr.ru: No, no. . .
bebé. (Por otr:r parte, vino con su nieto, a quien Ie da el ENcutsrsaoru: ¡Ab, si, es .tlér'Sica a toclo!
biberón durante la entrevista.) Como si fuera un poco ENCLTTsTADA:.Eso es, ere alérgica a todo. Y después un día
inconveniente sllfrir tantas desgracias, se burla de sí también pensé, ctije, bueno, Ia rnuefte de Éric trastornó
misr.na y se ríe al evocar un problema complementario: e toclo el r.nunclo y además puede ser que sea el mal,
clespués de esos sucesos, en efecto, su salud se deterioró' el sulrimiento que sele esí; y desde el día que entendí
Tanto tacto escapa x la encuestadofe que, en busca eso, poco a poco ernpezó a desaparecer.
cle suobjetivo, intentx verificxr en qllé momento se trató, Excur-srsoctpt. Sí, eJectiuamente, ustecl l¡abía hecbo
oportunidad clel traumiento y con visürs a obtener la ENcu¡sr¡¡a: sí, lo hice, pero rarclé un tiempo en hacerlo.
cobeilum soci;rl que ese ingreso incluye. Ignorando las Y aclemás, de toclas maneras no entenclía. Y cuando tuve
infbn¡aciones que la misrna encuestzrcla ie había dado problemasconmi marido, enfin, problemas... de nuevo,
espontánearnente con respecto a su depresión, el intento volvió a empezar. Pero ahí era mucho más serio. Y em
de psicoanalizarse y la afécción del sistema inrnunoló- pezamos con todos Los anírlisis en el hospital. Después
gico que suf're, la encuestadora des¿rr¡olla toda la parte se clieron cuenta de que había r-rn problema inmunoló-
médica clel cuestionario. gico, así que l-rice unienfemedaci autoinmunológica.
E»cu*nooru. ¿Y ahí la cc¡ntrolcm?
Erycutsr.aoa¡: ¿Y .fite ct uer a Lt.n psicoan¿tLista por ENCUESTADA: Sí.
las cosas. Ahí tembién h¿rbría necesitaclo tiempo Tardé los estuclios, cluiero decir, ni siquiera habían descubier-
en comprencler las cosas, pero lo hubiera conseguido to la enf'emeclad; no habí:r h:rbiclo trámites. Y no fue ¿n-
sola. Pero couo había un problema cle salud que se tes clelbril, fue en el tnes cie allril. Así que como era be-
:rgregaba. . . neficiaria desde.enero, quiero clecir, no es para nada eso
Excuesrtaoan: Ah, bu.ent>. tettía . Io que hizo... Pero en ese :rspecto debo reconocer que
ENcLnstcor: Sí, un... [se ríel probierna de salud, lo cuai ahora con todo. ..
es una cosa más. Así que, sí, pese a todo era bast:lnte Eucuxrtoou: ¿.Son tratanien os cosrosos-1
Llrgente qLle alguien rne... que alguien tratxra cle l.tyrl- ENcupite¡¡: Los tratxmientos no, pero los análisis, sí'
danne, pero rtre ayrdó porque hablé [. .J. ENct¡rsrs»oan. Es decir que le bacert análisis cle" '
E^-ctiEST.tDoLA: vatnt¡s tt bablar de su salutl, porqu'e Encunsru¡e: En los estuclios había anhlisis cle plaquetasi
me clijo que tenía problemas. ¿CLLítnto llace que tie' en fin, .lllr¿nte un tiempo erx cacla clos, tres clíes, despr-rés
ne.. . ? se reclujo porque se había estabilizado, entonces erx to-
Oh, hace... lstxpiral descle 1982, en 1982
ENCUEST.{DA: clas l¿s semanas, clespués fite cada 15 días y ahora cada
me hicieron esruclios porque tenía alergias, me salía tres semanls. Y e[ trxtamiento, lógic:rmente, va x temli-
eccenrt, tenía uÍic:rrie, rsí que I'rasta 1986 hicieron nar [...]; pero hubo estuciios cle ios ojos porqlle tolnaba
toclos los análisis y el médico me dijo: "Señora F , tlsted un medicamento, mientras que ahora tonlo cortisona
es alérgica a todo, .tsí qlle tome esto y confórmese"' [...] y ciespués mmbién Ia intern2lción [. .] al principio
n]e internaron porque no sabían para nada qué era. Y de la lubilación, que renunció a su negocio luego de una
¿demás pensaron que era un virus, después dijeron que intervención quirúrgica.
era otra cosa y después talr-rbién estuve internada por-
que las plaquetas habían bajado mucho, así es 1...1. Si Ia situación no fuera tan dolorosa (se puede adver-
ENCUESTAD)tu4: Sí, sobre ese asunto, sobre estct bistoria tir desde el inicio de la entrevista, cuando el encuesta-
cle que el kvr sirue Íinalntente pard u.na protección do habla de su "vergüenza" por ser erremista: "Cuanclo
social, ¿qué puecle decirme? uno trabajó toda una vida... ¡llegar a esto, eh!"), podría
ENCUESTADA: Digo que es importante. Es muy importante. pensarse en una comedia de reiter¿ciones voluntaria-
ENCUESTAD)RA: Sí, porque está efectiudmente el aspec- mente puesta en escena. En efecto, una buena parte de
toJinanciero, a3tudct inntediatd, pero también el dere- las preguntas se plantea dos veces, una primera por la
cbo a la cobeñu.ra. no sé. encuestadora joven (Encuestadora 1), y una segunda por
ENcuEsTADA: En eso es verdaderamente muy, pero muy la responsable local de la encuesta (Encuesradora 2), que
muy importante. Quiero decir que resultó así, pero llega más tarde. Las mismas pregunlas, los mismos asom-
verdaderamente es una gran ayuda y una gran preocu- bros, los mismos comentarios y finalmente la misma in-
pación menos; verdaderamente, una gran preocupación comprensión. Sólo el lin¿l el rnciano proresr:t por rcr:-.r
r¡enos [...]. que "exhibir de esta nlanera su currículum'.
Euctnsrtoou: lRetoma su cuestionario.l ¿Abora qué
es... duerme bien? t...1
ENcuesrr¡e: No [se nb-y rt.lzrt la uoz, asombracla, insis- Evcutsrsoon¡ 1: ¿Y cómo se enteró del wt? ¿Cótno oyó
tiendo en el "eso"). ¿Hasta eso preguntan? hablctr de él?
E¡¡cuxrsooa¿: Sí... ¿Se despiefia a la nocbe? ENcuesr¡oo: Por distintos laclos. Y aden¡uis, también un
ErcururrL,r: ;Ah, síl lSe ne.l Tengo insomnio. poco por necesidad, eh.
ENcr,nsrnoru. ¿Toma pastillas para dormir? Eucuartaons 1. Sí, ¿cómo bizo, cómofue que...?
ENcu¡sr.qor: No. Como máximo uoos [meclicamentos ENcr-,mnoo: Fui a inscribirme al empleo v...
trctnqu.iliz¿tntes). Eucuesuoon¿ 1; Al empleo [traduce inmediatamente
ENcrtrsrsoou: ¿Se siente con ganas, pese a toclo? Cosas al lenguaje institucionall, o sea... ¿estuuo en la.Lryps?
placenterds, ganas. ¿No? ENcursreoo: Sí. Me inscribí, pero no pedía empleo. A mi
ENcursa¡a: [Se n?.] No. edad...
Euctnsrt»ont: ¿No tiene ganas de nada? ¿Tiene icleas Euctasrsoont 1: ¿Qué edad. tiene. se¡1or?
negras? ExcursrrDo: Voy a ctrmplir 60. Los cumplo en agosto.
ENcu¡srr¡¡: No... ah, algunas veces, pero no... Cincuenra y nueve, digemos.
ENcttesr¡ooan: ¿De uez en cuanclo? Eucursrtoont 1: ¿Yfuea inscribine a la _t.t.r-. a qué se
ENCunsr¡De: De vez en ctrando. d.eclicaba?
E.vct z:r.aou.. rTiene d ifi c I tades pa ra L'on cen t ra
t r rse., Ercuer¿.oo: Antes era comerciante.
ENCUESTADA: Sí. Euctnsrtoops 1. ¿Comercio de qué tertía?
E¡r:uasruooa+ ¿Un poco, mucbo? ¿O para nada...? ENCUESTADo: Un bar.
ENcu¡sr¡¡a: No, un poco. Evcutsrtooru 1: Vamos a uolt'er a la ezperiencia
Eucursrsoa*e: ¿Le falla la memoria? profesional Ltn poco más adelanteLen el cuesrionariol;
Excu¡st¡oe: ¡Bueno, es la edacl! así que fir.e a ld ANzE, ya no tefiía derecbos. eeb... ni
ENcuesTsoou: ¿Y sírztom.as respiratorios: opresión, sttbsidicts ni nacla, ¿yftr.e abí... cuando le bablan¡n del
.thogos. . . ? RMt? Un.t percona de l¿l s¡¡pt, entonces.
ENCLTEsTADA: Sí, claro. .. Pero es inherente a la enlérmedad ENCI,ESTADo: Sí.
y cuando estoy un poco depre; es todo. ENCUESTADIM 1: Llstecl mismo estuw alló, ¿eb?
Ervcuesr¡oo: Sí.
ENcuesr¡»o: lMuy bajo.l Una sensación de vergüenza' chino. Jamás me ocupé del papelerío. - . en ese asPecto,
Eucutsraoox¡ 1: ¿Por qué? soy completamente ignorante.
ErccuLsrADo: Porque sí. Cuando uno trabajó toda una vi- ENcutsr¡oone 1: En realiclad es su esposa la que.. .
da... Ímu:tt bajo, con un sLtspirol... y llegar a esto, eh' ENcussr¡oo: Es mi secretaria [se ríe].
Eucutsr¡oon¿ 7, [Asombro.] ¿Trabajó toda una uida EN<:r,orrsoond 1: Quiere decir qu-e no le bicieronf'rmar
y no tiene derecbo a nada? un contrctto personLlmente, o se6 qu'e a cambio del nuL
ENcuestl¡o; Me dolían las Piernas y tuve que operanne' ENcurst¡Do: Ah, bueno, fue curioso. Mi mujer era em-
dbí; entonces, ¿qué teníd en las piemas? correo y presenté Ia renuncia. Y compramos Lln comef-
Erycuartooan 1: ¿Lo oPeraron? ENcutsn»on¿ 1: Sí, está bien. Y antes era.. '
abril, me parece; Ya no tne acuerdo. Eucuesr¡oont 2: Yo. .. no sabía que babían empeza-
esta oPeración Erc decidió...? [Con tono cansado, el hombre menciona el barrio
Er.,rcuEs.rrDo: Ah, bueno, no, incluso ¿ntes, porque no
popular que ya había citado antes.l
podía más. E¡¡cuasr¿ooan 1: ¿H¿lsta qué eclad fue a la esatela?
Evcuesr.aon¡ 1: ¿Hacía tienxpo qüe babía dejado? ENcuest{Do: Hasu los 14.
E:,.r E¡t.roo: No, no, no. Solo. Et¡cuest.roo: No, no, no.
Exct'rsrsooa¿ 1 ; ¿ Solo? ENct'esr¿ooan 1. Trabc{ctba en lo de otro pelllqLlero. . .
Ea]LiEST. D)RA 2: Si, bueno... ¿en LLna ¡nstittLciótx? f¡, r e.tr¡o: Ohrcro, obrelo...
ENcLrsr.rDo: En una grani:r. Excr.'esrsoont 1: Obrero. sí. -t,deió, Jsizo casrx sueltas,
t,l es d.ecir que hizo trabajos ntenores..
Etcuesr;ac:nt 2: ¿Y por qtñ lo habí¿tn euacttado? Eucur:rloo: De una casa a la otra. Siempre trabajé, eh.
ENcuEsr.r¡o: Porque tenía llieclo. Cuando sonaba Ia lb:r aclonde se podía ganer dinero. eso es rcdo.
sirena, me caía reclondo. 8,"¡(: L¡ESrA DaRÁ.2 : ¿ Y c á n t o le fa h a pa ra I a j u b i I ct c ión ?
t L
Elr:t¡tsru¡,..;aa 2.. ¿?'Lleran slr.s padres los qt te lo decidie- ENcuesrr¡r¡: Diez meses llatgo silencio).
ron? Evctesr¿ooan 2: l'entre tanto, .a qué se tleclica, bctce
ENcu¡sr.cDo: Bueno, sí, fue el médico, no era nomel. trctbajcts rnenores... eeb?
en ¡d granjd treúajaba?
ENct'¿sT,tpr.tru 1.. ¿Y ENcuesrADo: No, no, no. Salgo, r,ov a [o de nri hermana,
Eilcuar¡¡o: Sí. Aclemás ire gustaba. que vendió su casa, hago arreglos en el jardín, me ocupo
Exctnsr¿oozt 2: Sí, le gtstaba... ¿conserua un buen cle eso, digamos.
recuerdo de...? ENc:LlESrADoR4 2 [Con un tono tranquilizador, para
ENcuesr¿Do: Eeh, sí y no. Era un poco tlistón. inclicarle que pr:ede hablar sin remor del rrabalo en
i...1 negro.) Porqu.e nosotros no tenemos nada que t'er con
ENCL'EsrADokl 1. ,lsí tpLe la escuela, era una buen¿t l,t asistente social, no estamos para. .. entendió bien, no
razón... ¿sefue a es() cle los 1O años, no sé? ¿La clejó...? es¡Lilnos. . .
E¡cuesreoo: En el cromento oportuno dejé Ia escuela, ENcuesr¡¡o: Sí, ella me expiicó, Ia señom ila encltesta-
cuando era lo n-rás importante. ,lora l). Lr senora rne crplicri...
i...1 ENcuxrsoou 2: ...para... si bace Irabajitos, nos
Euctr-s¡-toou 2: Bueno, el señor nofirmó el contrato interes.t, si quiere, en u.n plano más ben científico
LLstecl
¡le insercicin, en fin, creo... s¿tber cuál es el peso de los trabajos menores, así qtte
ENCL¡ESI.4DaR-A i/; lExplica.] Su mLtjer le hace cle secre- puecle decirlo, no uamos a ir ct conta8elo. . .
ENcuEsr.r¡o: Aclemás nos van a demoler para reubicar- E¡qcuesrroor Sí, aprobó no sé qué, pero creo que no en
nos doscientos tletros más a1lá. Fí1ese que no es una alto nivel, aprobó una pasantia...
ENCUEsrADoRl Tr [Tono asombrado.] ¡Ah, sí! [. . .l
lástima porque es un poco... [...1
ENCUEST.{Do: &li lijo también está... no está casado, pero
ENCL,EsrADoru 2: ¿Qtté siente al saber qtte kt ua¡t a
ahí es puro remiendo. Efl'cüESrADoR4 2 [Se ríe.] Cc¡mo rJicen los tecnócrdtas.
Eucuesrs»oru, 1: ¿Y la casa es de padres, es cle.. ?
EtycuESTADaRa 2: ¿Cree qtte el becbo cle saber qtre iban
stts
a clemoler la casa cle slrs paclres -porqLte pese a todo es ENcuesr¡oo: Ah, no, no, es de las uut¡ Sí. i
ENcuesr¿oou 1: ¿Es una cdsa, es decir, es Ltn pequeño Er¡cusstADo: Desde 1930. Yo nací e¡ 7931
chalet? ¿O es Lax dePatfamento? E*ct¡esrtDop¿ 1: ¿Entonces, en algttna época, eran il
ENcu¡sr.q¡o: Siempre viví con mis padres. E¡¡cursrtooat 1.. Dos bijos, los paclres y sLls padres. .
ENcuest'too: Sí una hija que tiene 37 años y un varón ENcuesmoo: T¡es dormitolros [...].
ENcuesrsoon¿ 2, [Tono de estar diciendo aigo obvio'] ENcumraoo: Ahora ya no. Es vieja, es... además ya no
digarnos. en...?
ENcursr.tooas 1. ¿Trabaja su bijo? ENCUFsT.{Do: Muy birn.
E¡scurst¿oona 1: Se quedó entonces .. ¿Tenía bernta-
ENCTEsTADo: ¡Sí! Está en el Correo-
ENCL¡ESI.4Da&A 1: Está en el Coreo... lsilencio] ¿l's¿¿ l'tos?
ENCUESTADo: Sí.
bijd?
EncLrssrrDo: Mi hija no trabaja. ENcuar¿ooa¿' 1 : ¿Ctúntos?
1: Sí, ¿está casada? Erucuesru¡o: Éramos cinco varones y una chica. Hay dos
E¡¡cups¡.toctx¿
Eucuesr¡oo: Ah, sí, ahora trabaia- Trabaja Está en fallecidos: los dos mayores lallecieron.
trámite cle divolcio, esá... ENcuur¿oon¿ 1: ¿Fallecieron cuclndo er¿tn ióuenes,
liceo? JZtmilia.. .
EuctarutoB,t 7: [Expresa su asombro.] ¡Ab, sí! ¿Sabe ENCUEST,4DORA 2: Sí, debía... y ttsted uiuió .
E¡tcusrtoon¡ 2 lTranquilizadort.) Dicen que falta ENcutsr¿oons 1: ¿En casa de ellos. entonces? Y bueno,
lugar, perc en esa época debía de baber mucba gente ¿sale confrecuencia de su banio o. . . ?
que tod.auía uiüía.. . ENCr,LsrADo: No. Digamos que ahora vivimos como viejos,
t...1 no sé.
Eucrcsrtoopa 7. [Tono serio.l ¿Hubo algún vtceso ENcutst¡oon¿ 1: ¿Cuánto salen? ¿L'na uez por se-
parlicltldr en nr. infancia que desemperió un papel mana?
imporlante, se acuercla de algo destacado...? E¡¡cursr¡¡o: No. No salimos. No, no salimos. ¿Quiere
EncuEsm¡o: La guerrar.. la guerra, desde ya. decir, a espectáculos y todo eso? No.. . ts. ts.. . Nunca.
ENCL:ESTADzM 2: Es un ctsunto gordo. ENcusr¿tx:ns 2 [Tono dulzón.] ¿Aul es su esparci-
Eucwsr¡oon¡ 1: Ia guena, uts desmayos. rniento preferido?
ENctrsr¡oo: Sí, pero, ah, pero eso no era nada. Mi her- y la ctza- Y después, el
ENcuesre¡o: La pesca. l-a pesca
rranodeportado, hubo muchas cosas, enñn... [rnanifiesta fútbol, también... Ahora mi¡o a los derruás.
que no quiere segttir bablando de esol, está lejos, ahora t...1
ya no pensamos r¡ás en eso. EN1|ES-TÁDoRA 7: ¿Y nunca tutr¡ relación cLm los traba-
'"'
Encuestadora 2: ¿Y al que rnurió a los 44 años lo jadores sociales?
deportarcn? ENCT,ESTADo: Nunca.
Excuesr.q¡o: Sí, murió del corazón, era cardíaco. ENCUEITADIM 1: ¿En su Jamília. nadie ntuo proble-
Excuesr¿noa't 2: Sí, pero, en fin, ¿eso fue lo. . ? . mas?
E¡',¡cuesrADo:No, no fue por eso. Eucuesr¿rtons 2: ¿Sólo cuando se io obligado a soli-
ENCUEITAD¡RA 2 lTono conmiser¿tivo.] No, porque, citar el RMr?
pese ct toclo, a los deportados los priuaron de mucbas ENctns'¡¡oo: Sí. En fin, ni siquiera lo habría pedido, no
COSAS, . , sabía que... existía algo así.
ENcuEsreoo: Sí. Sí. Pero, en fin, no fi:e por eso. Ya dejoven ENcupsr¿oon¡ 1: ¿Fue en la -+¡pr: en la.+ve me diio?
estaba enfermo del corazón. ENctmrnoo: Debe de haber sido en la -*r, sí.
E¡vctrsraoou 2: Ab, sí, está bien. Eso no ayudó en Eucunsr¿oons 2: ¿Habrán sido ellos qe lo aconse-
los
nacla lsilencto). jaron?
Excrrsre¡o: No lo ayrdó. ENCUESTADO: Sí.
ENcutsrsoou 1: ¿Y usted tiene recuer¿los infantiles, cle Eucursuoona 2 lAlmibarad¿.] ¿Y cumplítt los reEtisi-
su familia, de sus pctdres? ¿Qué bacían sus padres? Su, tos de la asignación con¡licionada a las rccunos?
padre erut... ENcuesrADo: Sí, porque no tengo recrlrsos.
ENcursreoo: Mi padre trabajaba en el puerto. Y mi madre, ENcursr¿oon¡ 2: ¿Cttánto bace que 6ta en esa situa-
en casa. Siempre la veía en casa. ción?
ENCUESTAD)R 1: ¿Y qué bacía en el pu.erto? ENcu¿sr¡oo; Desde noviembre del año pasado, de 1989,
ENcr¡esr¡oo: Era capataz. digamos.
ENcwsrsoo n ¿1: ¿Tenían... ee b ? ¿ Ec onómic arnente, ENc¡,rsruoona 2:lRetoma una pregrnre -rz formtrlada.l
la cosa carninaba? ¿Y por qué el bar que terría...'/ ¿El barfite su última
E¡vcr,nsr¡.oo: ¡Ah, sí! Sí... desde luego, no nadábamos en ocu.pación, no?
oro pero teníar¡os todo 1o que hacía falta. ENcussraoo: Sí, sí, sí.
ENcuasr¡oont 1: ¿Es unaJamilia u.nida? Euctnsrsoou 2. ¿Por qtÉ razón...?
ENcumr¡oo: Muy lsilencio). ENcLmsreDo: Porque no podía rabajar m:is.
ENcuarsooa¿ 1: ¿Y a su.s bermanos los ue? E¡tctursooru 2: ¡Ab! Está bíen. era 1r:r razones cle
ENCUESTADo: Sí. Sí. salu¿1.
ENcttesr¡»ont 1, ¿S í, rcgularmente? [El encuestado cuenta la puesta en venra del bar,
Erucuesr¡.oo: Sí. I.los vemos. que no resultó muy bien por estar ubic-ado en un barrio
ENCUESTADIRA 1: ¿Van a slt castt, usted ua a las de ellos popular. Las encuestadoras comparan el estilo del bar
o...? con los cafés elegantes del centro.l
ENcuEsrADo: Voy a lo de ellos, ahora ya no recibo porque ENcuur¡oon¿ 1: Y ttsted conocía gente. . - ¿Del art no
la casa no está en condiciones, no los recibo. Pero pese o1tó hablctr mucbo, en reali¡lctcl?
a todo nos vemos. ENclpsr¡no.No v rdemás no h¡hlo
El interrogotorio
ENcur¡te»o: Casi me da vergüenza, ya se lo dije antes. Excutsrtoou 2:lUntuosa.l Sabe, entienclo que lo uiua
Hxy quienes hace años que lo aprovechan, está... está efectiuamente como Lti't. poco molesto...
bien para los ancianos. Que los ayuden a. .. Lcomo si se ENCTILSTADo: Pese a todo, uno tiene un poquito de orgullo.
habla¡a a sí mismol. Pero si falta trabajo, los jóvenes no Eñcrnsr¿oon¡ 2. 5í, totalmente, comprenclo que io
pueden inventarlo... uiDa como aLgo molesto, esto dicbo por nosolras, que lo
Eucursrtoc:p,r 2: [Jsteól siente Ltn poco de uergüenza' uemos mucbo...
poquito? Er'cupsrq¡o: Plra ustccles, ('so no ('xmbia nreh. Sí. en
¿por qué? ¿Me lo puede explicar Ltn
E¡¡cuesu»o; ¡Pero no sé! Porque después de haber eso estoy de acuerdo, por suPuesto.
trabaiado, no tendría que necesitar esto. ENcutsr¡oosa 1: Sí, y ctdemás nosotras bacemos nues-
E¡tctnsrsoon¿ 2: Considera qu'e despttés de baber tro tro.bdjo, así qu.e apa.r'te tenem()s elementos... Y al
trabctjado toda la uida... mismo tiempo, tanxbién es un contacfo. . .
ENcuesr¡Do: Sí, así es, sí. Contar su vida y todo eso. . . No, ENcrmsr,rDor Sí, por supuesto, entiendo.
ENCULsTADo: En cualquier lugar, en todas p¿rtes, hay que cuenta? [Se ríe a Irandíbula batiente.]
exhibir el currículum. ErqcunsrADo: Está muy bien. Habré servido para algo.
Eucursr¡oou l'lTono de agotamiento.) Sí, en toclas ENCUEST,4D¡RA 2r [Se ríe.] Lln eslaboncito de la ,qran
Erucursreoo: ¡Así esl Eur:utsrunop,t 2: No, los eslabones cbicos son los que
Exc: uar¡octu 2: ...h ay que exb ibir. . . Eso no le gt $tct. . bacen las grancles cadenas. {...1 Si no, ¿.le parece uerda-
ENcuesruDo: ¡Ah, no, en absoluto! Ni siquierz venir acá-.. deramente mu1 molesto estar obliSado d. reiterar cacla
ENCUESTIDIRA 2: Entonces se lo uantos a agrad.ecer uez... ?
tloblemente.. . brsas), porque eso nos ctyuda. ENCUESTADo: ¡Ah, síl ¡Eso sí!
ENcursrtoont 1: Mtt'cbo más, se lo podemos clecir, Etvcuesr.aou 1: ¿Repetir stt uicla, no sé?
porque los señores prácticamente no uienen a las citas ENCUES-rADo: Ah, sí. Sí, sí... Es tluy desagradable..
@rat iffifrir#r §:ary trtr? *stucfi*
il.
{..'
I mundo político se celró poco :1 poco sobre sí mismo, sobre sus rivaliclades internes, sr-rs
problemas y sus apuestas. Corno los grandes tribunos, los políticos capaces c1e comprender
y expresar las expectativas y reivindicaciones c1e s¡ls electores so¡ cacla vez más raros y
distan de situarse en el primer plano en sus tbrmaciones. Los futuros dirigentes .se designzrn en los
debates televisivos o los cónclaves de aparato tr¡g9]=."11§1J:t¿qal9§g§_q-e-_un qnto-rno
tranquilizador de jóvenes tecnócratas que a rnenudo ignoran prácticamente toclo lo referente 4 la
rg1...6¡I411",§!§-s;rlqudtAtlr;s; ñluienes-natlierecuercla eSá 1gñóáncia L9r pgJlo-chsl1s,
sometidos a 1as coacciones que hacen recaer sobre ellos las presiones o las censuras de los poderes
internos y externos, y sobre todo la competencia -y por 1o tanto la urgencia, que jarníLs f'.rvoreció
la reflexión-, a menudo proponen descripciones y análisis apresurados, y muchas veces impruden-
tes, cle los más canclentes problemas; y el efecto qué p6c[ñer¡ tanto en el universo intelectual como
en el político, es en ocasiones mucho más pernicioso, porque están en condiciones de beneliciarse
mutuamente y cont¡olar la circulación de los discursos rivales, como los de la cienci'.r social. Queclan
lqr g!919:Bal9§.!y:oj11g"ci9 e-s- de llmenqar'.
Ahora bien, hay algunos que no dejan de hablar, a ))'
menuclo "demasiado pronto", acerca cle la inmigración, la política habitacional, las relaciones labora-
les, la burocracia, el n-rundo político, pero para decir cosas que no se quieren entender, y en su lengua-
i",EtSl"ig§qlienc1e. Nosgusta más, en Aéfinltiláiffiároici,:,s, porsr.crtot;ii" elgÍrn rlesprc'
que pueden
. cio, a quienes l-rablan a tontas y a locas, sin preocuparse desmesurad¿rnente por los ef-ectos
producir palabras mal pensadas sobre cuestiones mal planteaclas.
Y sin embargo están presentes toclos los signos de todos los malestares que, por no encontrar
su expresión legítima en el munclo político, se reconocen a veces en los delirios de la xenofobia y el
racismo. Nfalestares inexpresaclos y con frecuencia inexpresablei, que las organizaciones políticas,
que para pensarlos sólo disponen cle la categor'ía anticlrada cle 1o "social", no pueden ni percibir ni,
con mayor razón, asumir. No poclrían h'"rcerlo sino con la condiclón c1e ampliar [a visión mezquina c1e
Lo "político" qr-re heredzrron clel pasado e inscribi¡ en ella no sólo toclas las reivindicaciorres insos-
pechaclas qr-re los movimientos ecológicos, antirracistas o feministas (entre otros) lleveronalapla'za
--pública, sino también todas las expectativas y esperanzas difusas que, por afectar a menudo la iclea
que la gente se hace de su identidad y su clignidad, parecen competer al orcien cle lo privado y, por
lo tanto, estar legÍtimamente excluidas de los debates políticos.
Una política realmente democrática debe darse los medios de escapar a la alternativa de Ia
arrogancia tecnocrática que pretencle hacer l'.r f'elicictacl cle los hornbres pese a ellos, por una parte,
y, por otra, Ia dimisión dernagógica que acepta, sin una mínima morlificación, la sanción de la
demanda, ya se manifleste a través de las encuestas de mercaclo, las mediciones de audiencia o las co-
tas de popularidad. Los progresos de la "tecnología social", en efecto, son t¿rles que en cierto senti-
Post-scriptum
do se conoce demasiado biqn la d9m44!4 qpar eq!g, aqlqal q (ác!l de actualizar. Pero si la ciencia so-
-. ";,.;;.;(í;¿"o:i*plqffgdi".1§fI,"-d"!q4s¡
los fines posibles, 2trnenaza con convertirse en el instrumento ciego de una fotma racionaliz:¡da cle
aémCgógE no puede cornbatir por sÍ sola la inclinación de los políticos a dar satisfacción a Ia deman-
da superficial para asegllrarse el éxito, hacienclo de la política una forma epena s disfrazad:¡ de maf:
het ing
' Con fiecuencia se comparó la políticir con la n-redicina. Y basta con releer la Colección
hipocrática", como lo hizo recientemente Emmanuel Terray, para descubrir que, igual que el
médico, el político consecllente no puede conlolmarse con las informaciones proporcionadas por
el registro de declaraciones qlle, en más de un caso, son literalnente producidas por una
interrogación inconsciente de sus efectos: "El registro ciego de los síntomas y las confidencias de
los enfermos está al 2rlcance de todo el munclo: si eso bastara para intewenir con eficacia. no habría
necesidad de médicos". I El rnédico debe consagrarse a descublir las enfermedades no evidentes
(aclela), es decir, precisamente aquellas que el practicante no puedg "ver con sus ojos ni escuchar
con sus oídos": en efecto, las quejas de los pacientes son vagas e incienas; Ias señales emitidas por
el cuerpo mismo son oscLlras y sólo levelan su senticlo muy lentamente. 1- a menudo a destiempo.
Así, pues, corresponcle demandar al rzrzonamiento (logisruos) la revelación de las causas estructu-
rales que las palabras y los signos aparentes no develan m:rs que velándolas.:
Así, anticrpándose a las lecciones de la epistemología moderna, [a medicina grie-ea atirmaba
cle entrada la necesidacl de construir el objeto de la ciencia mediante una rupturil con lo qr-re
Durkheim llamaba "prenociones", es decir', las representaciones que los agentes sociales se hacen
de su estado. Y así como la medicina naciente ctebía contar con la corrpetencia desleal de los adi-
vinos, los magos, los hechiceros, los charlatenes o los "labricantes de hipótesis", la ciencia social se
enf¡enta l-roy a todos aquellos que están segLlros de interpretar los signos más visibles del m¿rles-
ir* tar social, por ejernplo, el especto de un ridículo designaclo como "velo islámico': a todos esos
"semicapacitados" que, armados de su "buen sentido" v su pretensión, se preciprran a los diarios
y fiente a las cámaras para clecir qué ocurre con un mundo social que no tienen medio eiicaz algu-
no de conocer o comprender.
La verdadera meclicina, siempre según la tradición hipocrática, comienza con el conocimien-
to de las enfermeclades invisibles, vale decir, de los hechos de los que el enfermo no habla, ya sea
porque no tiene conciencia cle ellos o porque olvida cornunicarlos. Sucede Io mismo con una ciencia
social preocupada por conocer y cornprender las verdaderas causas del maiestar que sólo se expre-
sa a la hrz del día a tr¿rvés de signos sociales difíciles cle interpretar por ser, en apariencia. demasiado
evidentes. Pienso en los desencadenamientos de violenci¿ gratuita en los estadios u otros lugares,
en los crímenes racistas o los éxitos electorales de los profetas de la desgracia, apurados por explo-
tar y amplificar las expresiones más primitivas del sulrimiento rnoral que, tlnto como la rrriseria y
la "violencia inelte" de las estructules económices y sociales, y aún más que ésras, engendran to-
das las pequeñas miserias y violencias leves de la existencia cotidiane.
Para ir rnás allá cle las manif'estaciones evidentes, a propósito de las cuales llegan a 1as manos
quienes Platón [amaba doxósofbs, "técnlcos de la opir-rión qlle se creen eruditos", eruditos aparen-
tes de le apariencia, hay que remontarse desde luego hasta los vercladeros determinantes económi-
1.
E. Terray, La Politique dans la cauente, París, Serril, 7990, pp. 92 93.
rbíd.
Post-scriptum
cos y sociales cle los innumerables atentados a la libertad de las personas, a su legítima aspiración
a la felicidad y 1a autorrealización, que plantean hoy no sólo las implacables coacciones del rnerca-
do laboral o habitacional, sino también los veredictos del mercado escolar o las sanciones abiertas
o las agresiones insidiosas de la vida profesional. Para ello, hay que atravesar la pantalla de las
proyecciones a menudo absurdas, y a veces odiosas, detrás de las cuales el malestar o el sufrimiento
se enmascaran tanto como se expresan.
Hacer conscientes ciertos mecanismos que hacen dolorosa e inclusc¡ intolerable la vida no
signiiica neutralizarlos;sacar a Ia luz las contradicciones no significa resolverlas. Empero, porescépti-
co que uno sea respecto de la eficacia social clel mensaje sociológico, no es posible considerar nu-
lo el efecto que puede ejercer al permitir a quienes sufren descubrir la posibilidad de atribuir ese
sufiirniento a callsas sociales y sentirse así disculpados; y al hacer conocer con amplitud el origen
social, colectivamente ocultado, de la desdicha en toclas sus formas, incluidas las rnás íntimas y
secretas.
Comprobación que, pese a las apariencias, no tiene nada de desesperante: lo que el rnundo so-
cial hecho, el mundo social, armado de este saber, puede deshacerlo. Lo seguro, en todo caso, es
l-ra
qtre nada es menos inocente que e\ laisser-falre: si es verdad que la mayor'ía de los mecanismos
económicos y sociales que están en el origen de los sufrimientos más crueles, en especial los que regu-
lan el mercaclo laboral y el rnercado escolar, son difíciles de fienar o modificar, lo cierto es que toda
política que no aproveche plenamente las posibilidades, por reclucidas que sean, que se ofrecen a
la acción, y que la ciencia puede al,udar a clescubrir, puecle considerarse culpable de no asistencia
a una persona en peligro.
Y aunque su eficacia y por lo tanto su responsabilidad sean menores y, en todo caso, lnenos
clirectas, sucede lo mismo con las filosofías hoy triunfantes que, a menudo en nombre de los usos
tiránicos que pudieron haberse hecho de la referencia a la cienci¿ y It rtzón, apuntan a invalidar
tocla intervención de la razón científlca en política: la ciencia no necesita en absoluto la alternativa
ii9
entre la clesmesura totalizadorx de un racionalismo ciogmático y la dir¡risión de esteta de un irra-
cion¿llismo nihilista; se contenta con las verdades parciales y provisionales que puede conquistar
contra la visión común y la doxa intelectual, y que son capaces de procurar los únicos medios
racionales cle utilizar plen2lmente los márgenes de maniobra clejados a la libertad, es decir, a Ia ac-
ción polÍtica. *