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Más que palabra, es una forma de vida de los pueblos originarios; Americanos en
general y Andinos en particular, que se manifiesta como relaciones sociales basadas
en la ayuda mutua y reciprocidad.
Quisiera acotar algo en este punto, sin pretender ser antropólogo, sociólogo y ni
siquiera original, algo que leí por algún lado y medite por otro. He notado que en
Amerindia (como también en África) existían palabras, vocablos o como se llame,
que expresaban sencillamente esta forma de vida comunitaria, de trabajo solidario
y ayuda mutua (ej. Ayni, Minga, Minka, Ubuntu). Este tipo de palabras no tiene
una correspondencia o semejanza en los idiomas del, por así decirlo, primer mundo
(Ingles, español, francés, etc.) aparentemente de este lado del mundo , el sur,
veíamos la vida de manera diferente, ya que en el norte el concepto de vida es
individualista (1° Yo, después yo, y los demás no me importan). (Como seriamos si
nos hubieran dejado ser? Se pregunta en Taky Ongoy Victor Heredia).
El AYNI significa dar la mano en momentos difíciles, ayuda que será devuelta en la
misma medida en una ocasión posterior.
En el mundo Andino, todas las relaciones son bi-direccionales y los seres humanos
debemos compensar el amor y alimento ofrecidos por la Naturaleza. Esto se ejerce
mediante la sacralización de todo aquello que tomamos de la Naturaleza y el
respeto hacia todo y todos, unido al agradecimiento y a la compensación a través
del cuidado y la preservación de la vida.
El AYNI era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del
ayllu (comunidad), destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas.
Consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de
una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos
la necesitaran, como dicen: “hoy por ti, mañana por mi” y en retribución se servían
comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo.
El hombre andino y en general el hombre originario de America no es un ser
solitario e independiente. Pertenece a una familia, que convive con otras a las que
pueden unirlas lazos de sangre o no, pero si las unirá la convivencia.
Convivencia, vivir con, vivir con el otro, con mi prójimo. Ningún ser humano nace
sólo, ni crece sólo, ni se forma sólo. Nos desarrollamos, nos enriquecemos y nos
realizamos en la vida en compañía y gracias del aporte de todos aquellos que nos
rodean, aún cuando esta proximidad sea fugaz.
Respetar hace que le resulte natural pedir permiso primero y luego tomar para si.
Así le pedirá permiso al árbol antes de cortar el fruto, al animal antes de quitarle la
vida. Cuando hay respeto no se toma más de lo necesario y no se destruye
innecesariamente.
Cuando el hombre entiende que es un ser vivo en una naturaleza que también esta´
viva, regida por un orden y en búsqueda de un constante equilibrio reconoce que
hay un orden superior que ha dado estas reglas. Así el último nivel de pertenencia y
reciprocidad es con la divinidad y por eso abre el hoyo en la tierra y le brinda a la
Pachamama convidándole con lo que tiene, y agradeciendo lo que le ha dado.
(gracias por el pan nuestro de cada dia)
El AYNI –sin ser una religión- se puede expresar más positivamente, como “ayuda
a otros seres como deseas que te ayuden a ti”.
Con el ayni no se recibe nada sin dar algo a a cambio. Se necesitan dos para que se
establezca el ayni. Se necesitan dos para establecer una relación.
Te abre al corazón no solo hacia los otros, sino hacia todo lo que te rodea, hacia la
tierra, las piedras, el agua, las montañas, los animales.