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Ana Sofía Rodríguez Aguilar 03/09/17.

Ensayo del libro de “La educacion


sentimental”
Este libro me gustó mucho ya que es una novela en la cual te puedes trasladar al año en
la que se escribió, y más porque es una historia que tiene hechos verídicos de la vida del
autor y fue de esta manera en cómo se inspiró para escribir esta obra la cual le costó 5
años redactar.

Frédéric Moreau es un bachiller recién graduado en quien la madre tiene puestas todas
sus ilusiones. Será un doctor, se casará con una mujer de buena dote y ascenderán
socialmente. Sale de su ciudad en 1840. En el barco que realiza la travesía, conoce al
señor Arnoux, comerciante de arte y a su esposa, la señora Marie Arnoux. Frédéric se
enamorara profundamente de esta señora, se convierte en su amor imposible: La
primera visión que tuvo de ella “fue como una aparición, talle seductor, piel morena,
dedos finos”. Con ella sentía que “el deseo de la posesión física desaparecía incluso
bajo un ansía más profunda, en una dolorosa curiosidad sin límites”.

Una vez instalado en una pensión para estudiantes en París, piensa que para
conquistar a la señora Arnoux, él debe hacer una fortuna, tanto o más que la ofrecida
por el esposo. En eso pasa gran parte de su tiempo, cavilando, pero sin trabajar y
viviendo de la renta que su madre le envía para la manutención. Frédéric pasa sus días
pensando en su gran pasión, aparentando una posición social, y haciendo visitas
inoficiosas y por sobre todo, intentando entrar en el mundo de la alta sociedad.

Por fin se hace amigo de la casa Arnoux, ella se da cuenta de la pasión de Frédéric e
intenta corresponderle, se ponen una cita a la que no asiste porque su hijo ha caído
enfermo. Esta circunstancia es interpretada por ella como un castigo divino y se retracta.
El tormento de Frédéric continúa y al verse plantado en su primera cita siente que el
mundo es su enemigo. Se hace evidente el desánimo de Frédéric, ni siquiera tiene
claridad sobre su vocación profesional, pretende convertirse en escritor, tanto que
comienza a escribir una novela, pero no se vuelve a hablar de ella en ningún otro
momento. Más adelante declarará ser pintor. Por amor a la señora Arnoux definió su
vocación de pintor, para estar cerca de ella, pero tampoco trabaja en este campo.

En su corta carrera de derecho, Moreau se mezcla con las primeras revueltas


estudiantiles a las que asiste, la izquierda trata de democratizar el sistema electoral: el
derecho al voto sólo lo ejercía el que pudiese cancelar 200 francos de impuestos.
Frédéric, que es amigo de varios de los protagonistas de la revuelta y que tiene la dicha
de estar cerca de ellos, pero como hombre desazonado, es un protagonista invisible,
observa, memoriza, rescata y sirve de copista de los acontecimientos.

En la segunda parte de la obra, Frédéric vuelve a París después de haberse ausentado


por tres años. Su madre le confiesa que están en la ruina. En el transcurso de ese
tiempo hereda una dote de un familiar. Aquí se trasluce un Frédéric interesado y
calculador, que se alegra con la muerte de su familiar. Pero este hecho le hace tomar
impulso nuevo para pretender lanzarse a la conquista de la señora Arnoux. Con su
riqueza espontánea, hizo su entrada triunfal en la “dulce vita”, acompañando al señor
Arnoux a una fiesta de clase alta. A partir de entonces, empieza a juntarse con
personajes de la política y del arte, lo que finalmente resultará un fiasco para él pues
cada uno ve la posibilidad de beneficiarse del dinero de su nueva herencia.

Frédéric entra a gastar más de lo que tiene y comienza a vender parte de la herencia: Su
vida transcurría entre sus charlas con Senecal (socialista) y la asistencia a los actos
culturales.El sufrimiento interno de Frédéric se alivia cuando se convierte en amigo
íntimo de la casa de los Arnoux. Se ganó la confianza de la señora Arnoux, de sus dos
hijos y, por supuesto, la del señor Arnoux, quien a su vez le invitaba a la casa de su
amante. Se convirtió en el confidente de Rosanette y así pasaba sus días y sus noches
viviendo la vida de Arnoux.
Su romanticismo le lleva a no tener ninguna mujer durante todo el tiempo transcurrido
en París. Empiezan los cambios políticos en la ciudad. Él es un observador que no toma
partido, su posición de amigo de los distintos bandos le hace tomar distancia y si en
algún momento se emocionó por la democracia, gracias a sus amigos revolucionarios; el
desencanto que le produce la nueva situación política se refleja en su interioridad, elige
una mujer como compañera, pero sin pasión, tiene un hijo al que no quiere ni muestra
afecto; se deja arrastrar por la ambición: le propone matrimonio a una chica provinciana,
amiga de la infancia, pero se enfrasca en una relación con la esposa del aristócrata
Deambreuse. La posibilidad de consumar su amor con la señora Arnoux se aleja cada
días más. El señor Arnoux le pide prestado una gruesa suma de dinero que termina
perdiendo porque no se atreve a dejar en mala situación económica a su amor platónico.

Más adelante, Frédéric empieza a dibujarse como un personaje ridículo. Pretende


acostarse con Rosanette pero ésta en cambio le hace pagar toda la cuenta del
restaurante para ella y sus amigos para finalmente, decidirse por Cisy, el aristócrata
ignorante, pero con dinero y título de nobleza.

Este hombre siente que su cambio no obedece a su voluntad sino a las circunstancias:
después de preparar ceremoniosamente el hotel a donde llevaría a su doncella, termina
allí con Rosenette y ella pensando que Frédéric la ama intensamente; hasta las palabras
que tenía preparadas para la una se las dice a la otra. Y empieza un juego de cinismos
que lo llevan a prometer a tres mujeres amor y matrimonio.

Frédéric ve rechazadas sus ideas propensas al nuevo orden ante Rosenette, quien
como afectada por la guerra, no le gusta el cambio, ella funcionaba mejor dentro del otro
sistema político. Frédéric ve que mientras su amante asume la posición de burguesa, su
amiga Vatnaz, asume la de filosofa. El cambio también afecta a Arnoux, ahora es
soldado de la guardia y pasa a ser el segundo amante de la Rossenette, pues Frédéric
es el principal. Lo acepta así tanto la amante como Arnoux ya que Frédéric posee más
dinero.

Al tiempo que avanza el desarrollo político, la desilusión del gran mundo social a que
aspiraba Fredéric es patética: ya no se siente a gusto en el lugar de sus sueños, le irritan
las reuniones con los aristócratas, pelea verbalmente con los Dambreuse por sus
convicciones políticas. En medio del cambio, Frédéric se deja tentar por la política y se
lanza de candidato pero es sacado a empujones, le gritan que no ayudó a fundar un
periódico y que es amigo de aristócratas.

Casi todo se ha transformado: los ricos se convirtieron en obreros, en progresistas como


intentando acomodarse a la nueva situación. Pero los obreros también tienden a
aburrirse después de su revolución debido a la falta de empleo. Fundan los “clubes de la
desesperación”, que son reuniones de obreros en los bulevares en las que se hablaba
largamente. Luego vendría una contrarrevolución, donde es herido Dussadier, Frédéric
siente que tiene que regresar, pero su amante, llamada “La Maríscala”, se lo impide.

La Maríscala queda embarazada de Frédéric, pero éste es padre sin querer. Con la
llegada de la criatura él siente que pierde a la señora Arnoux, no se siente capaz de
comprometerse con alguien, pero sí acepta las ataduras de su amada señora Arnoux. El
chico, llamado Eugene, está al cuidado de otra persona, no resiste la vida y muere más
o menos a los dos años de edad. Frédéric no se conmueve. Se compromete en
matrimonio con una amiga de la infancia, Louise, cuando siente que está perdiendo su
patrimonio, y ella es una forma de asegurar algo, pero no cumple. Siempre escurridizo,
soltero empedernido. Empieza a cortejar a la señora Delambreuse, pero cuando el
esposo de ésta fallece ya no le interesa la mujer por dos razones, la primera, porque no
posee la fortuna que él creía, y finalmente, porque sigue pensando en su amada de
ensueños.

Una vez comprobado el fracaso de la revolución, Dambreuse, después de adular la


teoría de Lamartine y Proudhon, se siente seguro de la acción de los militares al mando
de Cavaigna. Hussonet busca apoyo financiero para publicar una revista dedicada al
mundo financiero, luego lo nombran censor de prensa durante el imperio, Martinon, es
elegido senador, Frédéric es amante de la señora Dambreuse. En medio de los
disturbios, Senecal asesina al idealista Dussardier.

Frédéric observa el ascenso de Napoleón y el golpe de Estado de 1851. Abandona a sus


amantes y a sus ideales. Su amor imposible se pierde en la niebla de los años, hasta
que mucho tiempo después ella lo visita, se confiesan mutuamente un amor que ya
estaba muerto. Las ataduras de toda la vida han desaparecido, pues ella ha enviudado,
pero él no la desea con la misma intensidad y muy cortésmente la rechaza. Deslauries
se casa con Louise Roque, la antigua prometida de Frédéric, quien lo abandona y se
fuga con un cantante. La señora Dambreuse se casa con un banquero inglés,
Rossennete también se casa y tienen un hijo, Frédéric busca la paz provinciana, entre la
gente ingenua y sencilla.

Se encuentra en Nogent con su amigo de la infancia Deslauries, la ciudad de donde


había salido en 1840. Se sientan a hablar de la educación sentimental que han hecho
los dos a lo largo de su existencia. Los dos se dedican a recordar lo que han hecho, a
quiénes han conocido. El libro termina cuando recuerdan la visita a un prostíbulo como
una anécdota.

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