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Semana 1 Quimica PDF
Semana 1 Quimica PDF
SEMANA 1
SEMANA 1
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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 1
ÍNDICE
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ESTE DOCUMENTO CONTIENE LA SEMANA 1
FUNDAMENTOS CONCEPTUALES DE QUÍMICA
APRENDIZAJES ESPERADOS
Se sugiere al alumno que considere el contenido a tratar como un sistema modular, es decir,
que se preocupe en comprender cada tópico por separado y de ser necesario hacer esquemas
o apuntes de rápida consulta, se encontrarán términos nuevos en algunos casos, pero todo lo
planteado es un puzle que el alumno será capaz de ir armando poco a poco.
El objetivo de esta semana es iniciar con la simbología, la terminología y los usos básicos para
la comprensión de las reacciones químicas y los compuestos químicos.
Las partículas fundamentales de las cuales están compuestos los átomos individuales son los
protones, neutrones y electrones.
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Partícula Símbolo Masa (kg) Carga electrónica (C) Notación de carga
Protón P+ 1,67261 x 10-27 +1,6021917 x 10-19 +1
Neutrón n0 1,67492 x 10-27 0 0
Electrón e- 9,1095 x 10-31 -1,6021917 x 10-19 -1
A través de la historia de las ciencias se han propuesto varios modelos de la estructura interna
del átomo, llegando a ser el del austriaco y premio Nobel, Erwin Schrödinger, el más aceptado
hoy en día (Kragh, 2007), sin embargo la comprensión cabal del mismo escapa al objetivo del
presente curso por lo que se usará inicialmente el modelo propuesto por el también Nobel de
Física, Niels Bohr, en 1913, que describió al átomo con un núcleo positivo, en el que se ubican
los protones y neutrones, y a los electrones girando en torno a este núcleo de un modo
establecido (Valenzuela, 1995). La similitud entre este modelo y el comportamiento del
sistema solar facilitará la comprensión del contenido.
Visualícese un edificio de departamentos, en este hay áreas comunes (como las escaleras,
ascensores, etc.) y áreas particulares (como los departamentos y los dormitorios), cada familia
vive en un departamento específico, por lo que si se desea hallar a una persona que vive en el
departamento 2B, se deberá buscar en el departamento 2B, ya que es ahí donde se encontrará
con mayor probabilidad. ¿Existe la posibilidad de que se encuentre en un área común? Claro,
puede ser que le ubique en las escaleras o en la lavandería, pero momentáneamente, ¿puede
ser que esté en otro departamento? Sí, pero solo de paso, ya que su residencia está en el
departamento 2B y es ahí donde existen más probabilidades de localizarlo. Como los
departamentos tienen más de una habitación, entonces la persona buscada puede ser
detectada con mayor facilidad en una habitación específica. Dicho de otro modo, si se buscase
a una determinada persona podría decirse que esta se halla en el edificio 1, departamento 2B,
oficina 4, si no estuviese ahí, mejor esperar, ya que su ausencia es temporal.
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Aunque el ejemplo descrito es bastante claro, falla en un hecho relevante, los orbitales solo
existen si hay un electrón que los ocupe. ¿Cómo es esto?, bien obsérvese el sistema solar en
términos didácticos, en especial la órbita de cualquier planeta, por ejemplo, Marte. Se verá
que este se traslada alrededor del Sol describiendo un óvalo o elipse. Ese ovalo no es más que
un dibujo que ilustra el recorrido del planeta, pues lo que se aprecia realmente es al planeta
moviéndose y a ese recorrido se le llama órbita. ¿Y si Marte no estuviese? Entonces, no
existiría la órbita. Esto es lo que sucede con los orbitales y los electrones que orbitan en ellos,
si no hay electrón para ocupar un orbital, se debe considerar que ese orbital no existe.
Los niveles (niveles energéticos) de un átomo aumentan su energía a medida que se alejan del
núcleo atómico, es decir, el primero tiene menos energía que el segundo y este tiene menos
energía que el siguiente. Estos valores energéticos también se aplican a los electrones que
ocupan una posición en la estructura del átomo, estos valores energéticos están definidos por
los llamados números cuánticos (Castellan, 1974). Los valores para cada electrón son cuatro, el
primero corresponde al nivel de energía en que se ubique, el segundo se refiere al orbital que
ocupe, el tercero representa al suborbital y el cuarto, el giro.
Los niveles se identifican con números (1, 2, 3, etc.) y reciben el nombre de número cuántico
principal n y teóricamente son infinitos, aunque, según los átomos descubiertos, solo son siete
en la práctica. Cada n representa a un nivel de energía y en cada uno de ellos hay orbitales que
comienzan con un valor cero hasta el valor que tenga n menos uno, es decir, si n es 4,
entonces los orbitales reciben los números 0, 1, 2 y 3, si n fuera 1, habría solo un orbital con
valor 0. A estos números se les llama número cuántico azimutal l y normalmente se les
identifica con letras: 0 = s, 1 = p, 2 = d, 3 = f.
En cada orbital hay suborbitales, que se designan con el número cuántico magnético m, cuyos
valores dependen del valor de l, desde –l hasta +l. Si l tiene valor 3, m tiene valor -3,-2, -1, 0,
+1, +2 y +3, y cada uno de estos números (m) representa un suborbital dentro del orbital, cada
suborbital puede contener hasta dos electrones, los que por definición, uno gira hacia la
derecha y si se agrega otro al mismo suborbital, entonces el segundo girará hacia la izquierda.
Estos giros reciben los valores de +½, si el electrón gira hacia la derecha y -½ si el electrón gira
hacia la izquierda, estos últimos valores reciben el nombre de número cuántico de spin s (spin
= giro en inglés).
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decir, los electrones, por ejemplo, se ubican en el nivel 4s antes que se ocupe el orbital 3d.
En la Figura 2 se puede apreciar nuevamente el diagrama de Moller con flechas que orientan el
orden de llenado. Se parte la ubicación de los electrones desde el nivel 1 en su orbital s, luego
el orden es 1s, 2s, 2p, 3s, 3p, 4s, 3d, 4p, etc.
Todos los átomos se representan por un símbolo constituido por la primera o las dos primeras
o, incluso, las tres primeras letras de su nombre (en latín, griego, etc.). En estos símbolos
siempre la primera letra va en mayúscula y la o las siguientes en minúscula. Volviendo al
carbono, este se simboliza por una C; en el caso del azufre se simboliza con una S (por sulphur
en latín), el calcio es Ca (por calcium) o el Ununseptio es Uus (debido a que es el elemento
117).
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El número atómico (Z) de un elemento es la cantidad de protones que este posee en su
núcleo, el número másico (A) es la suma total de protones y neutrones de un átomo en su
núcleo, el número de oxidación o estado de oxidación es un valor (positivo o negativo) que
indica la carga eléctrica de un átomo. Si el átomo no tiene carga, entonces es neutro y no se
escribe en la simbología. Existen dos formas de simbolizar estos valores, poniendo el número
másico o no:
Otro ejemplo:
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Como se vio en la sección anterior, cada orbital tiene sus propias divisiones (suborbitales
dados por el número cuántico magnético m), al hacer el ejercicio correspondiente y basándose
en la Figura 1, obsérvese el Esquema 1:
Valor n s p d f
0 1 Orbitales
7 0 -1 0 +1 suborbitales
0 1 2 Orbitales
6 0 -1 0 +1 -2 -1 0 +1 +2 suborbitales
0 1 2 3 Orbitales
5 0 -1 0 +1 -2 -1 0 +1 +2 -3 -2 -1 0 +1 +2 +3 suborbitales
0 1 2 3 Orbitales
4 0 -1 0 +1 -2 -1 0 +1 +2 -3 -2 -1 0 +1 +2 +3 suborbitales
0 1 2 Orbitales
3 0 -1 0 +1 -2 -1 0 +1 +2 suborbitales
0 1 Orbitales
2 0 -1 0 +1 suborbitales
0 Orbitales
1 0 suborbitales
ESQUEMA 1
El análisis del Esquema 1 muestra que, por ejemplo, en el nivel 3 se pueden hallar hasta tres
orbitales: el 0 o s, el 1 o p y el 2 o d. El orbital s tiene solo un suborbital, que comúnmente
recibe el nombre de su orbital (es decir suborbital s), el orbital p tiene tres suborbitales
comúnmente llamados px, py y pz. El orbital d tiene cinco suborbitales que reciben el nombre
de dxy, dxz, dyz, dx2-y2, dx2. Entonces, hay que tener en claro que un orbital s está compuesto por
solo un suborbital, un orbital p está compuesto por tres suborbitales, un orbital d está
compuesto por cinco suborbitales y un orbital f está compuesto por siete suborbitales. Ahora,
cada suborbital puede llegar a contener hasta dos electrones, uno con spin positivo y otro con
spin negativo.
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Por lo tanto, los orbitales s pueden contener hasta dos electrones, los orbitales p pueden
contener hasta 6 electrones, los orbitales d pueden contener hasta 10 electrones y los
orbitales f pueden contener hasta 14 electrones.
El helio es el segundo elemento y tiene dos protones (2H) y en su estado neutro tendrá dos
electrones ubicados en el nivel 1, orbital s, lo que denota como 1s2, el carbono es el elemento
seis, es decir, tiene seis electrones en su estado neutro, dos ubicados en el nivel 1 orbital s
(1s2) otros dos ubicados en el nivel 2 orbital s (2s2) y los otros dos ubicados en el nivel 2 orbital
p (2p2), pero como se ve en el Esquema 1, el orbital p está compuesto por tres suborbitales
que son iguales energéticamente hablando, por lo que el primero de los electrones se ubicará
en uno de estos y el segundo, en uno de los dos restantes, ya que si se ubica en el mismo
suborbital, por ejemplo el px, tendría que invertir más energía para compartir este suborbital
que si utiliza otro en el mismo orbital, por lo que el ordenamiento interno de este orbital p
debe ser px1 py1 lo que se abrevia como 2p2.
Nótese que en aquellos orbitales con más de un suborbital, estos solo comienzan a ser
compartidos (con dos electrones) cuando todos los suborbitales ya tienen un electrón.
En otros términos, no hay forma de descomponer la materia, por medios físicos o químicos, en
partes más pequeñas que un átomo. Entonces, la expresión más pequeña de un elemento es
un átomo. La unión de dos o más átomos del mismo elemento sigue siendo un elemento, ya
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que presenta exactamente las mismas propiedades que el tipo de átomo que la conforma solo
que a mayor escala en lo que a masa y volumen se refiere. A estas agrupaciones de átomos se
les llama moléculas y al ser del mismo tipo de átomos se les denomina moléculas
homoatómicas, como ejemplo se puede considerar la unión de dos átomos del elemento
oxígeno, los que dan forma a la molécula de oxígeno (O2), que sigue representando al
elemento oxígeno. Pero si se unen dos átomos del elemento oxígeno con un átomo del
elemento carbono se tendrá una molécula de dióxido de carbono (CO2) y como está formada
por más de un tipo de elemento es una molécula heteroatómica y, por tanto, es un
compuesto.
Hasta a mediados del siglo XIX los elementos químicos conocidos eran mucho menos de los
118 que hoy se conocen. No estaban clasificados de modo muy específico y solo se tenía una
lista lineal de los mismos, muchas veces ordenados alfabéticamente sin considerar sus
características. Fue el químico ruso, Dmitri Ivánovich Mendeléyev en 1869, quien ordenó los
elementos por su masa (de menor a mayor), pero junto a esto notó que algunos de los
elementos tenían propiedades similares (como sucede con el litio y el sodio), esto hizo que se
ordenaran inicialmente de izquierda a derecha (tal como se escribe en Occidente) y ubicando
los elementos que comparten características uno bajo el otro. (Chang & College, 2002).
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Es por eso que se reordenaron los elementos ubicando aquellos con características similares
en una misma columna y según sus pesos de izquierda a derecha, lo que como se ve guarda
relación con el número atómico de cada elemento.
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Los dos bloques centrales corresponden a los bloques d (celeste) y al bloque f (este último
grupo de elementos esta desplazado hacia abajo en la Tabla Periódica), ya que sus últimos
electrones se ubican en estos orbitales.
Con los años los datos aportados a los elementos se han ido agregando a la tabla periódica, es
por esto que en la mayoría de las que se encuentran en el mercado tienen datos en su parte
interna o al reverso, muchos de estos son deducibles a partir de la ubicación del elemento en
la tabla periódica y su configuración electrónica, pero se detalla para mayor comodidad del
usuario.
Bloque s: Formado por los grupos IA y IIA, con configuraciones electrónicas ns1 y ns2
respectivamente.
Bloque p: Formado por los grupos IIIA al VIIA, sus configuraciones van desde ns2 np1 hasta
ns2 np5, además del grupo VIIIA o grupo 0, que es el de los gases nobles o de
“orbital cerrado”, ya que todos, a excepción del He, tienen configuración ns2 np6.
Bloque d: Los llamados elementos de transición abarcan desde el grupo IIIB al IIB, con
configuraciones que van desde ns2 (n-1)d1 hasta ns2 (n-1)d10. En este bloque se
encuentran algunos elementos irregulares, especialmente en los grupos VIB y IB.
Bloque f: Llamados elementos de transición interna, suelen tener configuraciones
irregulares del tipo n2 (n-2)f14 (n-1)d10.
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Los valores (n-1) y (n-2) hacen referencia a que en toda configuración electrónica en que se
representen los orbitales d y f los valores del nivel que les acompañan serán menores en una
y dos unidades respectivamente que aquel valor del nivel al que pertenecen, esto se deduce
del análisis del diagrama de Moller.
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Pu: 1s2 2s2 2p6 3s23p6 4s2 3d104p6 5s2 4d10 5p6 6s2 4f14 5d10 6p6 7s2 5f14
En la actualidad se tiende a nombrar a las columnas desde el número 1 al 18, partiendo por la
izquierda, pero aquí se prefirió utilizar la designación tradicional en número romano y letras,
ya que esta forma guarda estrecha relación con los estados de oxidación de los elementos
pertenecientes a los grupos correspondientes.
Principio de exclusión de Pauli: establece que en un mismo átomo solo puede haber un
electrón con una determinada combinación de números cuánticos (n, m, l y s) (Castellan,
1974).
Una forma práctica de visualizar los orbitales y suborbitales atómicos para hacer la
construcción de la configuración electrónica es la siguiente:
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Fuente: Material creado para este curso. Labra, M., 2012.
En este esquema los orbitales se representan con su respectiva cantidad de suborbitales (en
los que solo se pueden ubicar dos electrones como máximo). Aunque aquí se presentan todos
los orbitales que pueden llegar a ocuparse, no es necesario reproducir el esquema en su
totalidad, pudiendo representarse solo aquella parte necesaria para el ejercicio y el átomo en
cuestión.
Para los siguientes ejemplos se sugiere tener una tabla periódica y el diagrama de Moller a
mano (Figura 2).
Ejemplo 1:
Nitrógeno (7N):
El nitrógeno tiene 7 protones en su núcleo por lo que en su estado basal (neutro) deberá
presentar 7 electrones en su corteza, repartidos entre los primeros niveles y orbitales.
Configuración 1s2 2s2 p3, nótese que, ya que el suborbital 2s y el 2p se hallan contiguos no es
necesario escribir el número del nivel dos veces, ni se especifica que los electrones en el
suborbital p están separados, ya que es algo que se deduce del principio de Hund.
Los números cuánticos del último electrón ubicado serían n = 2 (nivel 2), l = 1 (orbital p), m =
+1 (suborbital pz) y s = +½ (ya que el electrón “apunta” hacia arriba).
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Flúor (9F):
Nótese que al estar los orbitales p ocupados por un electrón, al poseer 7 electrones como es el
caso del nitrógeno, los electrones 8 y 9 comparten los suborbitales px y py con los electrones
que ya se hallaban ubicados ahí, pero lo hacen con spin opuesto, lo que se denota con flechas
apuntando hacia abajo.
Los números cuánticos del último electrón ubicado serían n = 2 (nivel 2), l = 1 (orbital p), m = 0
(suborbital py) y s = -½ (ya que el electrón “apunta” hacia abajo)
Magnesio (12Mg):
Se sabe que el nivel 3 tiene además de los orbitales s y p un orbital d, pero como ya se explicó,
no es necesario agregarlo, ya que no se utiliza en este caso.
Los números cuánticos del último electrón ubicado serían n = 3 (nivel 3), l = 0 (orbital s), m = 0
(suborbital s) y s = -½ (ya que el electrón “apunta” hacia abajo).
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Germanio (32Ge):
El Germanio tiene 32 electrones en su estado neutro, que se ubican en el diagrama utilizando
las reglas ya nombradas. Es necesario destacar que, siguiendo el esquema de Moller, el orbital
4s se “llena” con dos electrones antes de comenzar el llenado del orbital 3d.
Configuración 1s2 2s2 p6 3s2 p6 4s2 3d10 4p2. En este caso es necesario estipular el número del
nivel en el orbital 3d, ya que está separado de los otros orbitales del nivel 3 al seguir el
esquema de Moller, lo mismo sucede con el nivel 4p.
Los números cuánticos del último electrón ubicado serían n = 4 (nivel 4), l = 1 (orbital p), m = 0
(suborbital py) y s = +½ (ya que el electrón “apunta” hacia arriba).
Cobre (29Cu):
El Cobre tiene 29 electrones en su estado neutro, que se ubican en el diagrama utilizando las
reglas ya nombradas. Siguiendo el diagrama de Moller, el orbital 4s se llena con dos electrones
antes de comenzar el llenado del orbital 3d.
Configuración 1s2 2s2 p6 3s2 p6 4s2 3d9. En este caso es necesario estipular el número del nivel
en el orbital 3d ya que está separado de los otros orbitales del nivel 3 al seguir el esquema de
Moller.
Los números cuánticos del último electrón ubicado serían n = 3 (nivel 3), l = 2 (orbital d), m = 1
(suborbital dx2-y2) y s = -½ (ya que el electrón “apunta” hacia abajo).
Aquellos átomos que completan todos los orbitales de un nivel de energía, son llamados gases
nobles o inertes (última columna en la tabla periódica), ya que al tener todos sus orbitales
llenos presentan bajísima o nula capacidad de reacción con otros elementos, como es el caso
del He, Ne, Ar, Kr, etc.) Por ejemplo, la configuración electrónica del 10Ne es 1s2 2s2 p6 (todos
los orbitales del nivel 1 y 2 llenos).
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Ahora, si se analiza la configuración del Mg, 1s2 2s2 p6 3s2, se ve que la primera parte de ella es
igual a la del Ne, es decir, la configuración del Mg es igual a la del Ne con el agregado de 3s2.
De este modo la configuración del Ne, 1s2 2s2 p6, puede abreviarse como [Ne], y la
configuración del Mg puede escribirse como [Ne] 3s2. Esta manera de anotar la configuración
electrónica se le conoce como configuración abreviada o reducida y en contraparte la otra, la
original o completa, recibe el nombre de configuración extendida. Asimismo, la configuración
del 18Ar es 1s2 2s2 p6 3s2 p6, que puede simbolizarse como [Ar] para utilizarla en la
configuración reducida del Ge del modo [Ar] 4s2 3d10 4p2.
“Todo átomo intentará parecerse al gas noble más cercano” (Valenzuela, 1995), esta es un
máxima al momento de calcular algunos de los estados de oxidación o la capacidad de enlace
de un átomo.
A modo de ejemplo, el 8O tiene una configuración electrónica 1s2 2s2 2p4, esto implica que su
gas noble más cercano es el 10Ne, pero para tener su misma configuración debe “ganar” dos
electrones, lo que le dejaría con 8 protones en el núcleo (+8) y 10 electrones en la corteza (-
10), entonces +8 -10 = -2, de ahí que el estado de oxidación o número de valencia del oxígeno
sea -2. Por otra parte, si consideramos al 19K tiene una configuración 1s2 2s2 p6 3s2 p6 4s1 por lo
que el gas noble más cercano es el 18Ar, entonces para tener la misma configuración debiera
perder un electrón de su capa de valencia, quedando con 19 protones en el núcleo (+19) y solo
18 electrones en la corteza (-18), entonces +19 – 18 = +1, que es la valencia del potasio.
Hay otros elementos que pueden tener más de un estado de oxidación como, por ejemplo, el
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P cuya configuración es 1s2 2s2 p6 3s2 p3. Debería ganar 3 electrones para tener igual
configuración que el 18Ar, quedando con valencia -3, pero este átomo también puede vaciar su
último orbital (perdiendo 3 electrones), teniendo una valencia +3 o incluso vaciar su último
nivel por completo perdiendo 5 electrones y quedando con un estado de oxidación +5. Este
comportamiento (de vaciar el último orbital o nivel) es común entre los átomos ubicados en el
centro del bloque p. Se sugiere revisar los estados de oxidación en la tabla periódica y probar
los cálculos expuestos.
Estas reglas no son absolutas, ya que hay estados de valencia que no se pueden calcular por
este método y otros que, aunque sí son calculables no existen en la práctica, sin embargo esta
es una buena estrategia para calcular números de valencia de modo rápido.
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4.3. UTILIDAD DE LOS ESTADOS DE OXIDACIÓN
El uso de los estados de oxidación es bastante sencillo una vez calculados, ya que basta hacer
un simple ejercicio matemático para poder comenzar a “armar” moléculas.
Ya se ha visto que el 8O tiene estado de oxidación -2 y el 20Ca tiene estado de oxidación +2,
¿qué sucederá con esta combinación?, como en todo ejercicio matemático (y como sucede con
los imanes) las cargas positivas del Ca atraerán a las cargas negativas del O y viceversa, es
decir, el oxígeno compartirá sus dos electrones extra con el calcio llevándolos a enlazarse y,
por lo tanto, sus cargas se sumarán y, en este caso, se anularán, dejando una molécula neutra,
cuya fórmula será CaO (óxido de calcio u óxido cálcico).
¿Qué sucederá si el 8O se combina con 19K que tiene estado +1? Similar al caso anterior, el
oxígeno compartirá sus dos electrones extra con dos átomos de potasio (uno con cada uno de
ellos), nuevamente sus cargas se sumarán anulándose y formando la molécula K2O (óxido de
potasio u óxido potásico), el subíndice 2 en el potasio indica que hay dos átomos de potasio en
la molécula formada.
Nótese que si se puede formar la molécula CaO, también debe poder formarse la molécula CaS
(sulfuro de calcio o sulfuro cálcico), ya que el azufre y el oxígeno pertenecen al mismo grupo y
comparten características y al menos uno de los estados de oxidación. Del mismo modo, debe
poder formarse la molécula MgO (óxido de magnesio) o la molécula Li2O (óxido de litio).
En una reacción química suceden cambios a niveles moleculares, que modifican la naturaleza y
esencia de aquel o aquellos elementos o compuestos que intervienen en la misma. Estas
reacciones están presentes en todo ámbito de la vida, desde la respiración hasta el
sentimiento de amor (que son desde el punto de vista orgánico una serie de reacciones en
cadena).
Por su parte, la combustión del papel o de la madera es un ejemplo de cambio químico, ya que
el o los compuestos involucrados cambian a nivel molecular y (en este caso) no es un proceso
reversible, la molécula de celulosa (C6H10O5)n. La n implica que se puede unir en una cadena de
n moléculas de celulosa), por acción de la combustión se descompone en moléculas de CO2,
CO y H2O, dejando como residuo la ceniza.
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COMENTARIO FINAL
El contenido planteado constituye la base del conocimiento para la comprensión de la
naturaleza de la química y sus reacciones. El análisis de su lectura entregará las herramientas
adecuadas para el desarrollo y la comprensión de los temas futuros, es por ello que se insta al
alumno a estudiar el material de apoyo y a practicar el mismo para perfeccionar sus
conocimientos y estos se integren a su acervo.
La química está presente en todo ámbito de la vida, toda la materia existente está constituida
por átomos y se rige por las leyes y reglas que la química plantea y ejecuta, desde el
comportamiento de los sistemas planetarios, el funcionamiento de las herramientas
(electrónicas o mecánicas), los flujos de energía hasta el desarrollo de la vida y, en muchos
casos, la psique del ser humano (recordando que la psique se define neurológicamente como
un conjunto de equilibrios químicos). Es un medio para conocer y comprender, en términos
químicos, todo aquello que existe en el mundo, sea orgánico o inorgánico.
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REFERENCIAS
Granell, Conrado. (1975). Tratado elemental de química moderna. Madrid, España: Ed. Bailly-
Bailliere S. A.
Castellan, Gilbert W. (1974). Fisicoquímica (2ª ed.). Tlacopac San Miguel, México: Editorial
Kragh, Helge. (2007). Generaciones cuánticas, una historia de la física del siglo X. Madrid,
Raymond Chang y Williams College (2002). Química, editorial McGraw-Hill. 2° ed., Bogotá –
Colombia.
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