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INTRODUCCIÓN

En estos últimos tiempos hemos presenciado cómo la discusión acerca del

fenómeno de la homosexualidad se ha ido haciendo cada vez más pública, con

gran difusión a través de los medios de comunicación de masas y, no pocas

veces, como bandera de lucha de determinadas ideologías. En efecto, la

homosexualidad en nuestros días parece ser más un tema socio-político que

científico o moral, lo que en cierto sentido dificulta el análisis sereno que su

complejidad y multi-dimensionalidad merece. Asimismo, la ideologización tiende

a desviar la atención de los verdaderos protagonistas de este fenómeno: las

personas homosexuales, quienes muchas veces viven su condición con gran

sufrimiento y son víctimas de injustas discriminaciones. Este documento tiene

precisamente el objetivo de entregar algunos antecedentes e instrumentos de

análisis para quienes deseen formarse un juicio fundamentado y desapasionado

en torno a esta compleja realidad. La gran publicidad de este debate ha llevado

a que, en este momento, la gente común tenga muchas interrogantes acerca del

fenómeno de la homosexualidad, de su génesis y de su desarrollo. ¿Es una

enfermedad, una perversión, una desviación o simplemente otro “modo de ser”,

tan normal como cualquiera? ¿La persona homosexual nace o se hace?

¿Depende de la biología, de la sicología, de la sociología, del proceso natural de

cambios culturales o, acaso, de alguna combinación de estos factores? ¿Hay

uno o varios tipos de tendencia homosexual? ¿La homosexualidad es

reversible? Junto con todas estas preguntas especí- ficas, últimamente ha

surgido una nueva fuente de dudas. Muchos no saben bien cómo evaluar el

hecho de que en algunos países de Occidente se esté dando cierta relevancia

jurídica a las uniones entre personas del mismo sexo, llegando incluso a darles
el carácter de “matrimonio” y a permitirles la adopción de hijos (o la

maternidad por fecundación artificial). ¿Qué postura se debe tomar frente a

esto?.

Este documento responde al gran interés que el tema de la homosexualidad

está despertando entre los padres, profesores, formadores de personas,

periodistas y sacerdotes. De allí que este trabajo se oriente al gran público,

vale decir, a todos aquellos que sin ser expertos tienen el legítimo anhelo de

conocer con mayor profundidad este fenómeno y formarse un juicio adecuado


LA HOMOSEXUALIDAD

La homosexualidad (del griego homós = que significa igual y no proviene de la

palabra homo que significa hombre y el latín sexualis) se define como “la

atracción sexual y emocional hacia personas del mismo sexo, que como tal, lleva

implícita, aunque no siempre de forma exclusiva el deseo sexual, las fantasías

eróticas, la vinculación emocional y las conductas sexuales deseadas con

personas del mismo sexo.”

Dentro del colectivo homosexual podemos distinguir dos grupos:

- Gais: hombres que son atraídos por otros hombres.

- Lesbianas: mujeres que se sienten atraídas por otras mujeres.

La homosexualidad es la facultad de sentir atracción hacia otra persona del

mismo sexo en el plano emotivo, romántico, sexual y afectivo.


¿ES UNA ENFERMEDAD?

La homosexualidad es una de las formas de la sexualidad humana, y como tal

puede acarrear problemas que pueden ser aliviados con ayuda psicológica, al

igual que en el caso de la heterosexualidad.

Existe amplia evidencia científica que certifica que la homosexualidad es de

carácter innato y está determinada por factores genéticos, biológicos y

ambientales. Al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad es normal en

humanos y animales. Por consiguiente, no es una enfermedad.

Como la homosexualidad no es una enfermedad ni puede ser cambiada por ser

de carácter natural, las instituciones que prometen “curar” a los gays a través

de terapias de conversión o reparativas son incapaces de cumplir dichas

promesas. Los argumentos a favor de estas terapias provienen de

organizaciones con una perspectiva ideológica que condena la homosexualidad.

Estas personas definen el éxito de la “curación” en el hecho de que algunas de

las personas bajo tratamiento suprimieron sus deseos y contrajeron


matrimonio con personas del sexo opuesto. Sin embargo, por lo general, no

logran superar el año de abstinencia de sexo gay y se ven obligados a vivir dos

vidas con verdaderos trastornos psicológicos.

LA UNIÓN CIVIL

La unión civil es un contrato legal entre una pareja, similar al matrimonio,

reconocido jurídicamente por un estado o gobierno que les confiere algunos de

los derechos y ventajas que obtienen las parejas casadas. En ese sentido, el

estado vela por los derechos y obligaciones mutuas de ambas personas.

Típicamente, la unión civil se refiere a una pareja del mismo sexo, aunque en

algunos países también es una opción para parejas heterosexuales que

prefieren no casarse formalmente, sino vivir en concubinato obteniendo ciertos

derechos.

Sin embargo, a diferencia del matrimonio, la pareja conformada a partir de la

unión civil no puede adoptar hijos o heredarse mutuamente en caso de muerte.

Tampoco pueden recibir cientos de otros beneficios destinados a las parejas

casadas.

Algunos activistas de la igualdad consideran a las uniones civiles como la

moneda de cambio que ofrecen algunas sociedades para evitar el concepto de

matrimonio, que por sus implicaciones históricas y religiosas genera más

polémica y oposición.

Como las uniones civiles entre parejas del mismo sexo, al igual que el

matrimonio, no son reconocidos a nivel federal en Estados Unidos, las parejas


gay y lesbianas no pueden obtener exenciones fiscales, seguridad social en caso

del deceso de la pareja, ni estatus inmigratorio si uno de los dos es extranjero.

Los estados que reconocen la unión civil, a veces también llamadas "parejas

domésticas o de hecho" son Nueva Jersey, Illinois, California, Nevada, Oregon

y Washington. En Latinoamérica tienen validez legal a escala nacional en

Colombia y Uruguay, y a nivel local en Ciudad de México.

OPINION

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