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DEVOCIONARIO ESPIRITISTA

BREVE HISTORIA DEL ESPIRITISMO

Hay una fecha fundamental, dentro de la historia del Espiritismo y que lógicamente hemos de citar junto a este
ramillete de oraciones dictadas por el ‘‘más allá’’. Nos referimos al 31 de mayo de 1848 y a un lugar, Hydesville,
Condado de Wayne, Estados Unidos.
Poco podían suponer los moradores de una pequeña casa situada en aquel lugar que las manifestaciones
paranormales que se producían, en especial con la presencia de las hermanas Margarita y Kate Fox que a partir de
entonces fueron consideradas como las elegidas por los espíritus desencarnados para testimoniar ante el mundo el
nacimiento de una nueva filosofía, la Espiritista, que ya desde muy antiguos orígenes había sido y para muchos
sigue siendo una auténtica religión.
Dicha casa tenía una leyenda de embrujamiento antes de que fuera ocupada por la familia Fox cuya cabeza era
el hermano Fox, Pastor de la Iglesia Metodista. Hombre de pocos recursos que buscaba una residencia con bajo
alquiler. La casa en cuestión reunía esta condición de bajo precio ya que según el vecindario en ella ocurrían hechos
misteriosos. Según decían malas lenguas hacía algunos años se había cometido en ella un asesinato, y desde
entonces el fantasma de la víctima vagaba entre las viejas paredes. John D. Fox no tenía manías al respecto;
hombre creyente decidió establecer a toda la familia en la casa en cuestión.
Seremos breves. Al poco tiempo empezaron los fenómenos: golpes en las paredes y techo, así como
desplazamiento de objetos sin fuerza física visible que los moviera, fenómenos Psi-Kappa estudiados y reconocidos
por la actual Parapsicología.
Cierto día una de las hermanas Fox, ante la repetición de golpes que se prodigaban por la habitación se le ocurrió
preguntar al ‘‘espíritu’’ que diera un golpe; un solo golpe, si era el alma de un hombre, o dos golpes si era el de una
mujer. Ante la sorpresa general del resto de la familia sonó un claro, fuerte y rotundo golpe. A partir de entonces se
inició una serie de preguntas y respuestas mediante la frecuencia de los golpes, más adelante producidos en la
mesa en torno a la cual se sentaba la familia. De los golpes se pasó a los movimientos de la mesa que debidamente
codificados también daban respuestas.
La conclusión, y confirmación de dichos mensajes fue que en efecto en la casa había sido asesinado por la
anterior familia que vivió en ella, un vendedor ambulante cuyo cuerpo fue escondido en determinado lugar de la
construcción. La sorpresa fue mayor aún, cuando efectivamente hallaron los restos del vendedor así como un
maletín de metal, propio de los vendedores ambulantes, en el lugar indicado por el espíritu.
Desde el principio de las manifestaciones corrió la noticia. Se hablaba en América y en Europa de un sistema de
comunicación con los muertos. Y así estalló todo el movimiento espiritista en el cual intervinieron los más destacados
científicos de aquellos tiempos. Allan Kardec se convirtió en la cabeza visible de la doctrina espiritista. Sus
seguidores se cuentan por millones y desde aquel lejano entonces su difusión ha tenido sus altibajos debido a
circunstancias políticas y religiosas.
Después de la época franquista el Dr. F. de A. Rovatti junto con quien escribe estas líneas organizaron cerca de
Barcelona y en un importante hotel lo que fue el Primer Simposium Nacional de Espiritismo, Simposium que dio pie
a que al siguiente año la Sociedad Espírita Española, de Madrid, celebrara en esta ciudad un magno Congreso
Espiritista, después de muchos y largos años de silencio en los que gran parte de sus antiguos seguidores hallaron
refugio en la Sociedad Teosófica Internacional.
Ofrecemos seguidamente una serie de oraciones escogidas dictadas en varias sesiones espiritistas. Van desde
el nacimiento hasta el cese de la vida física. Algunas sirven de ayuda para acompañar el alma del difunto en su
tránsito hacia otras formas de vida.
Recordemos que la muerte es tan sólo ‘‘Cambio’’ y que nada nace ni muere, todo es transmutación y en ella se
encuentra el camino hacia una constante evolución.
MANDAMIENTOS GENERALES
● Debes amar y conocer a Dios y santificarlo con tus oraciones.
● Lo mismo tienes que hacer con la Naturaleza, el espíritu y la Humanidad entera sobre todo individuo natural,
espiritual y humano.
● Debes conocerte, respetarte, amarte y sacrificarte como semejante al Creador y como ser individual y colectivo.
● Debes vivir y actuar como un Todo humano con entero sentido, facultades y fuerzas, en todo lo que hagas.
● Debes conocer, respetar y amar tu alma y tu cuerpo, por separado y juntos, manteniéndolos puros, sanos y en
armonía, viviendo tú en ellos como una unidad de belleza.
● Haz el bien con libre, pura y entera voluntad con todos los medios a tu alcance.
● Debes ser justo con todos los seres y contigo mismo y amar a todos los seres y a ti mismo con pura, libre y leal
inclinación.
● Debemos vivir en Dios, y bajo su poder vivir en la razón, en la naturaleza, en la humanidad, con ánimo dócil y
abierto a toda la vida, a todo goce legítimo y a todo amor puro.
● Debes buscar la verdad con espíritu vigilante y sin desmayo, por ella misma.
● Debes conocer y cultivar en ti la belleza y la armonía como semejanza de Dios.
● Debemos educarnos con sentido dócil para recibir en nosotros las influencias bienhechoras de Dios y del
mundo.
ORACIÓN PARA ANTES DE EMPEZAR UNA REUNIÓN O INVOCACIÓN ESPIRITISTA
Rogamos Señor Dios Todopoderoso nos envíes buenos espíritus para asistirnos y alejes a los que pudieran
inducirnos al error. Dadnos la luz necesaria para distinguir la verdad de la impostura.
Separad, también a los espíritus malévolos, encarnados o desencarnados, que podrían intentar la discordia entre
nosotros y desviarnos de la caridad y del amor al prójimo. Si alguno pretendiera introducirse aquí, haced que no
encuentre acceso en ninguno de los presentes.
Espíritus buenos que os dignáis venir a instruirnos, hacernos dóciles a vuestros consejos, y desviad de nosotros
el egoísmo, el orgullo, la envidia, y los celos. Inspiradnos indulgencia y benevolencia para nuestros semejantes,
presentes y ausentes, amigos y enemigos; haced que reconozcamos vuestra saludable influencia en los
sentimientos de caridad, humildad y abnegación con los que nos sentimos animados. Os rogamos Señor, que a los
médiums a quienes encarguéis transmitir vuestras enseñanzas, les deis la conciencia de la santidad del mandato
que les ha sido confiado a fin de que tengan el fervor y el recogimiento necesarios.
Si en esta reunión se encontrasen personas que fueran atraídas por otro sentimiento que no sea el del bien,
abridles los ojos a la luz y perdonadles si vienen con torcidas intenciones.
Y rogamos muy especialmente a nuestro guía espiritual que nos asista y vele por todos los aquí reunidos.
ORACIÓN POR UN RECIÉN NACIDO
Dios clementísimo, puesto que habéis tenido a bien permitir al espíritu de este niño que venga a sufrir las pruebas
terrestres para hacerle progresar, dadle luz a fin de que aprenda a conoceros, amaros y serviros.
Haced, por vuestro poder infinito que esta alma se regenere en el manantial de vuestras divinas instrucciones y
que bajo el amparo de su ángel protector su inteligencia aumente, y desarrolle el camino de la enseñanza que le
conduce a Vos; que la ciencia del espiritismo sea luz brillante que le ilumine a través de los escollos de la vida; que
sepa, en fin, apreciar toda la inmensidad de vuestro amor, y superar toda clase de pruebas para que así se fortalezca
su alma y las nuestras.
Señor, dirigid una paternal mirada sobre la familia a que habéis confiado esta alma, para que pueda comprender
la importancia de su misión. Haced germinar en este niño las buenas semillas, hasta el día en que él mismo pueda
por sus propias aspiraciones elevarse sólo ante vuestra Divina presencia.
Dignaos, ¡oh Dios mío!, escuchar esta humilde plegaria en nombre y por los méritos del que dijo ‘‘Dejad que los
niños se acerquen a Mí, porque el Reino de los Cielos es para los que se parecen a ellos’’.
ORACIONES PARA INVOCAR A LOS BUENOS ESPÍRITUS
Alabados seáis, espíritus puros del Señor. Yo, humilde y atrasada criatura, elevo a vosotros mi pensamiento y
mi corazón, para rogaros que me guiéis por el camino de la verdad y me iluminéis siempre en los divinos preceptos,
para no faltar a ellos. Hacedme digno de alcanzar pronto la bienaventuranza.
Espíritus muy amados, ángeles guardianes, vosotros a quienes Dios en su infinita misericordia permite velar
sobre los hombres, sed nuestros protectores en las pruebas de nuestra vida terrestre. Dadnos fuerza, valor y
resignación, inspiradnos todo lo bueno, detenednos en la pendiente del mal y que vuestra dulce influencia penetre
en nuestra alma. Haced que conozcamos que un amigo sincero está aquí, cerca de nosotros, que ve nuestros
sufrimientos y toma parte en nuestras alegrías. Y vos, mi Ángel de la Guarda, no me abandonéis, tengo necesidad
de vuestra protección para sobrellevar con fe y amor, las pruebas que Dios quiera enviarme. Así Sea.
ORACIÓN PARA ALEJAR LOS MALOS ESPÍRITUS
En nombre de Dios Todopoderoso, que los malos espíritus se alejen de mí y de este lugar, y que los buenos
sirvan de baluarte contra ellos. Espíritus malvados que inspiráis malos pensamientos a los hombres. Espíritus
tramposos y engañosos, espíritus burlones que abusáis de su credulidad, os rechazo con todas las fuerzas de mi
alma y cierro mis oídos a vuestras falsas sugestiones, pero al mismo tiempo pido que se derrame sobre vosotros la
misericordia de Dios.
Espíritus buenos que os dignáis asistirme, dadme fuerza para resistir la influencia de los malos espíritus y la luz
necesaria para no caer en la burla de sus perversas intenciones. Preservadme del orgullo y de la presunción,
separad de mi corazón los celos, el odio, la malevolencia y todo sentimiento negativo y contrario a la caridad, porque
son otras tantas puertas abiertas a las fuerzas del mal.
ORACIÓN PARA EL MÉDIUM ANTES DE EMPEZAR UNA SESIÓN ESPIRITISTA
Dios Todopoderoso, permitir a los buenos espíritus que me asistan en la comunicación que solicito, preservadme
de la presunción de creerme al abrigo de malos espíritus y del orgullo que pudiera ofuscarme sobre el valor de lo
que obtenga en esta reunión, de todo sentimiento contrario a la caridad con respecto a los demás médiums. Si soy
inducido a error, inspirad a alguno el pensamiento de que me advierta, y a mí, la humildad que me hará aceptar la
crítica con reconocimiento y tomar para mí mismo los consejos que se servirán darme los buenos espíritus.
Si por cualquier concepto intentase abusar o envanecerme, la facultad que habéis tenido a bien concederme os
ruego que me la retiréis, antes de permitir que la desvíe de su objeto providencial, que es el bien de todos y mi
propio adelantamiento espiritual. Amén.
ORACIÓN CONTRA UN ESPÍRITU OBSESOR
Puede ser dicha por el exorcista o por otra persona del grupo.

Dios infinitamente bueno, imploro vuestra misericordia para el espíritu que obsesa a este hermano, hacedle intuir
la luz divina a fin de que vea el falso camino en que está.
Espíritus buenos, ayudadme para comprender que está haciendo el mal, y con ello todo lo pierde; y que todo lo
gana realizando el bien.
Espíritus que os complacéis en atormentar a este hermano, escuchadme porque os hablo en nombre de Dios.
Si queréis reflexionar comprenderéis que el mal no puede sobrepujar al bien, y que no podéis ser más fuertes que
Dios y los buenos espíritus. Ellos le podrían preservar de toda persecución por vuestra parte, si no lo han hecho, es
porque debía sufrir una prueba, pero cuando esta prueba concluya os quitarán toda acción sobre su persona; el mal
que le habéis hecho, en vez de hacerle daño servirá para su adelantamiento, y por lo mismo será más feliz. De este
modo vuestra maldad habrá sido una pérdida para vosotros y se volverá contra vosotros mismos.
Dios, que todo lo puede, y los espíritus superiores, sus delegados, son más poderosos que vuestra fuerza, y
podrán poner término a esta obsesión cuando lo quieran, y vuestra tenacidad se estrellará contra la Suprema
Autoridad. Pero por lo mismo que Dios es bueno, quiere dejaros el mérito de que ceséis por vuestra propia voluntad.
Este es un plazo que os concede y si no os aprovecháis de él, sufriréis sus deplorables consecuencias, grandes
castigos y crueles sufrimientos. Os veréis forzados a implorar su piedad y las oraciones de vuestra víctima, que ya
os perdona y ruega por vosotros, lo cual es un gran mérito a los ojos de Dios.
Activad vuestra liberación liberando de vuestra posesión a este hermano.
Reflexionad pues mientras aún hay tiempo. Porque la justicia de Dios caerá sobre vosotros, como sobre todos
los espíritus rebeldes. Pensad que el mal que hacéis en este momento tendrá su término, mientras que si os
obstináis en vuestra actitud vuestros sufrimientos aumentarán sin cesar. Cuando estabais en la tierra ¿no os hubiera
parecido estúpido el sacrificar un gran bien por la satisfacción de un pequeño momento? Lo mismo sucede ahora
que sois espíritus. Pensad lo que ganáis con lo que estáis haciendo. El triste placer de atormentar, lo que no os
impide ser más desgraciados aún.
Por otra parte ved lo que perdéis, mirad a los buenos espíritus que os rodean y ved si su suerte no es acaso
preferible a la vuestra. Participaréis de la felicidad que ellos gozan ¿qué es menester para conseguirlo? Implorad a
Dios y haced el bien en vez del mal. Ya sé que no podréis transformaros de repente, pero Dios no pide nada
imposible, lo que quiere es la buena voluntad. Probad pues, y os ayudaremos con nuestras oraciones. Haced que
pronto podamos decir por vosotros la oración de los espíritus arrepentidos, hasta que más adelante podáis contaros
entre los buenos y no tengamos que colocaros entre los espíritus malignos.
ORACIÓN POR LA PAZ DEL HOGAR
¡Señor! Soy uno de los mortales que tal vez tenga más imperfecciones y se halle más en la oscuridad, pero
comprendiendo que Vos sois tan misericordioso y deseando entrar en el buen camino, arrepintiéndome por completo
de mis pasos equivocados, te pido tengas piedad de mí. Comprendo Señor que tu grandeza todo lo puede, y que
por más imperfectos que seamos no nos abandonas y siempre nos tiendes tu mano misericordiosa, por eso, Señor,
elevo a ti mis pensamientos, para que me concedas, como pan de de mi hogar, la Paz, y la Paz para los pobres de
espíritu, y que la Paz sea para reconciliación de los enemigos, para la sumisión de los tiranos.
Que en nuestro cerebro brille la estrella de la Paz, y que fortalecidos todos por la sublimidad de tu Santo Espíritu,
bebamos de la misma fuente para que arrepentidos de nuestras equivocaciones, sólo Paz, tranquilidad y armonía
podamos compartir en nuestro hogar, transportando al mundo de lo bello nuestras humildes almas.
¡Oh, Paz sagrada! Fortalece nuestros corazones con tus Santos efluvios y no nos abandones. Fortalece también
por tu magnificencia a todos los demás miembros de mi familia, para que la Paz, y sólo la Paz, reine en mi humilde
hogar.
¡Oh, Jesús Sacramentado! Tú que sólo Paz nos enseñaste y la practicaste durante tu peregrinación por este
mundo, consérvame en la cadena armónica de mi familia, y dale Paz y tranquilidad a mi atribulado espíritu
encarnado, para que esa misma Paz sea esparcida en el santuario de mi casa (a continuación rezar un Padrenuestro
y hacer la señal de la Cruz).
ORACIÓN FAMILIAR
Bendice Señor esta casa y a todos los que en ella vivimos. Aparta los malos espíritus y las malas influencias.
Haz, Señor, que nuestros ángeles custodios velen por nuestra salud espiritual y corporal. Que el bien sea con
nosotros, y el mal no tenga cobijo bajo nuestro techo. Espíritus de la Luz ahuyentad las sombras del mal y guiadlas
hacia los planos elevados de las buenas influencias y de los buenos guías. Gracias te damos Señor por atender
nuestra súplica. Nuestra humilde morada se convierta en el Sagrado Templo de tu bondad infinita. Así sea.
ORACIÓN PARA UN AGONIZANTE
¡Dios Todopoderoso y misericordioso! Aquí tenéis un alma que deja su envoltura terrestre para volver al mundo
de los espíritus, su verdadera patria; haced que pueda entrar allí en paz y que vuestra misericordia se extienda
sobre ella. Que su separación sea lo menos penosa.
Espíritus buenos que la habéis acompañado en la tierra, no la abandonéis en este momento supremo y dadle
fuerzas para soportar los últimos sufrimientos.
ORACIÓN PARA UNA PERSONA RECIÉN FALLECIDA
¡Dios Todopoderoso! ¡Que vuestra misericordia se extienda sobre esta alma que acabáis de llamar ante vuestra
presencia! ¡Que las pruebas que ha sufrido en esta vida le sean tomadas en cuenta, y nuestras oraciones puedan
aliviar y abreviar las penas que aún tenga que sufrir como espíritu!
Espíritus buenos que habéis venido a recibirle, y sobre todo vos, su Ángel de la Guarda, asistidle, para ayudarle
a despojarse de la materia, dadle luz y la conciencia de sí mismo, con el fin de sacarle de la turbación espiritual que
acompaña el tránsito de la vida corporal y la vida espiritual, inspiradle al arrepentimiento de las faltas que haya
cometido y al deseo de que le sea permitido repararlas, para activar su adelantamiento hacia la vida de eterna
bienaventuranza. Tú (aquí el nombre del fallecido) acabas de entrar en el mundo de los espíritus, y sin embargo
estás presente entre nosotros, nos oyes y nos escuchas porque no hay más diferencia entre tú y nosotros que el
cuerpo perecedero que acabas de dejar y que muy pronto será reducido a polvo. Has dejado la grosera envoltura
sujeta a las vicisitudes y a la muerte, y sólo conservas la envoltura etérea e imperecedera. Si no vives ya por el
cuerpo vives la vida de los espíritus, y esta vida se halla exenta de las miserias que afligen a la humanidad. Tampoco
tienes el velo que oculta a nuestros ojos los resplandores de la vida futura; de hoy en adelante podrás contemplar
nuevas maravillas, mientras que nosotros estamos aún sumergidos en las tinieblas.
Vas a recorrer el espacio y visitar los mundos con toda libertad, mientras que nosotros nos arrastramos
penosamente sobre la tierra en la que nos retiene nuestro cuerpo material, semejante para nosotros a una carga
muy pesada. El horizonte de lo infinito va a desarrollarse ante ti; en presencia de tanta grandeza comprenderás la
vanidad de nuestros deseos terrestres, de nuestras ambiciones mundanas y de nuestros banales goces de que los
hombres hacen sus delicias.
Para los hombres la muerte es sólo una separación material de algunos instantes. Desde el lugar del destierro
en donde nos retiene aún la voluntad de Dios, así como los deberes que tenemos que cumplir en la tierra, te
seguiremos con el pensamiento hasta el momento en que se nos permita reunirnos a ti, así como tú te has reunido
con los que te han precedido. Si nosotros no podemos ir a tu lado, tú puedes venir al nuestro. Ven, pues, entre los
que te aman y te han amado, sostenlos en las pruebas de la vida, vela por los que te son queridos, protégelos según
tu poder, y calma sus pesares con el pensamiento de que eres más feliz ahora, y la consoladora certeza de lograr
reunirnos un día en un mundo mejor.
En el mundo donde estás, deben extinguirse todos los resentimientos terrestres, ¡que a ellos sea inaccesible
para tu felicidad futura! Perdona, pues, a los que han podido hacerte algún agravio para que ellos te perdonen las
ofensas que tú puedas haberles hecho.

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