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MÚSICA EN GRECIA
La cultura helenística sigue presente hoy en día debido a que los romanos absorbieron
la cultura griega y estos se expandieron.
La música en Grecia tenía una función social.
La palabra música proviene de la palabra musas.
Las ceremonias funerales
Teatro
Bacanales
-Platón República
-Aristoxeno
-AristóelesPoética
-Boecio
SISTEMA MUSICAL GRIEGO
Dórico – modo de mi
Frigio – modo de re
Lidio – modo de do
Mixolidio – modo de si
La Edad Media es el periodo de tiempo que transcurre entre el hundimiento del Imperio Romano
(saqueo de Roma por Alarico, año 410) y las transformaciones que se producen durante el siglo
XV, culminando con la difusión de la imprenta, el descubrimiento de América y con la caída del
Imperio Bizantino (1453).
En el siglo V, los pueblos germánicos y eslavos toman el relevo del Imperio Romano en Europa
central y occidental.
Tres son los grandes legados de Roma a los pueblos bárbaros: el Derecho, la Religión Cristiana y
el idioma latín, que los invasores adoptaron por ser vehículo de relación común entre los
pueblos.
Parece, pasado el año mil, que la vida en Europa cobrase una nueva vitalidad: se amplían las
relaciones comerciales, se intensifican los intercambios culturales, empieza a desarrollarse la
vida en las ciudades. En estos años, el latín, da paso a las lenguas propias de cada región (las
lenguas romances).
La iglesia asume un papel protagonista, ejerciendo una influencia absoluta en todos los aspectos.
Su monopolio cultural cortará todos los vínculos que pudieran existir con las manifestaciones
profanas de los tiempos clásicos; la consecuencia inmediata es un tipo de expresión cultural en
que el elemento predominante es el religioso.
LA MÚSICA
La música litúrgica
Desde algunas décadas antes de las invasiones, la religión cristiana fue adoptada por el Imperio
Romano. Su liturgia estuvo condicionada por la tradición judía, a la que vino a sumarse la
influencia griega y romana. Las celebraciones religiosas de los primeros cristianos fueron
conformando un nuevo tipo de expresión musical austero, puramente vocal y profundamente
fiel a la idea religiosa a la que sirve.
La rápida extensión del cristianismo dio una gran vitalidad a sus prácticas litúrgicas y muy pronto
se incorporaron nuevos cantos, como los himnos, en forma estrófica. Entre los creadores de
himnos destaca San Ambrosio, arzobispo de Milán a finales del siglo IV.
El canto gregoriano
El Papa Gregorio I trabajó con sus ayudantes en un repertorio de música litúrgica llamado
romano antiguo y recogió la práctica musical de los primeros cristianos.
Durante el siglo VII y los dos siguientes se fue constituyendo un repertorio que se llama canto
gregoriano.
En el siglo XI se establecen las reglas de su escritura musical (notación) y durante los siglos XII y
XIII se enriquece con nuevas aportaciones; a partir de esa época, se inicia un largo declive que,
tras un nuevo esplendor a principios del siglo XX, acaba en nuestros días por desaparecer
prácticamente de la liturgia.
El canto gregoriano es monódico, de una sola línea melódica en la que no interviene la armonía
ni el contrapunto. Es colectivo, anónimo y vocal, sin acompañamiento de instrumentos. El ritmo
del canto gregoriano es libre, no sometido a la métrica del compás; la música fluye potenciando
el sentido del texto.
El gregoriano puede ser silábico, si canta una nota en cada sílaba del texto, o melismático,
floreando ciertas sílabas con varias notas distintas.
El canto gregoriano estuvo sometido a una tendencia uniformadora por los reyes y obispos. La
expansión de los benedictinos de Cluny fue imponiendo el canto romano antiguo en todas las
regiones de Europa.
Tropos y secuencias
La influencia absoluta de la Iglesia sobre los hombres del medievo alcanzó a su práctica musical,
incluso la no litúrgica. Todos los resortes de la cultura y sus posibilidades de difusión estaban en
manos de la Iglesia. No nos han llegado noticias de esa música popular no eclesiástica que debía
constituir el repertorio de los primeros juglares.
La necesidad de recordar los largos melismas de determinadas piezas, hizo que hacia el siglo IX
en lo monasterios franceses de San Marcial, en Limoges y de Saint Gall, se “rellenasen” esas
largas vocalizaciones con textos inventados de manera que correspondiese una sílaba a cada
nota musical.
Estos textos, llamados secuencias, además de ayudar a la interpretación musical, buscaban una
cierta calidad musical rítmica que, encontró en seguida gran popularidad, y supuso un estímulo
para la invención poética y musical, no tardando mucho en adoptar textos en lengua vulgar e
independizarse de su origen litúrgico.
Torculus
S
Porrectus N
Los juglares
Los juglares son personajes errantes que van de aldea en aldea, de castillo en castillo, divirtiendo
a un público analfabeto. Herederos de los mimos y joculatores de la Roma clásica y pagana,
mitad poetas mitad saltimbanquis, mezclan en sus actuaciones la declamación y el malabarismo,
la música y la sátira, la lírica y las gestas épicas.
Son los únicos transmisores de la música popular no litúrgica, pero en seguida la enriquecen con
procedimientos más avanzados e incorporan las novedades surgidas de la práctica de tropos y
secuencias.
A veces eran clérigos, que habían abandonado la vida religiosa y vagabundeaban intentando
sacar partido de su superioridad cultural. Se llamaban entonces goliardos. Cantaban y recitaban
en latín y en vulgar, y en su repertorio figuraba la poesía junto con las canciones al vino, a las
mujeres, contra los eclesiásticos, etc. Los más conocidos son los de Ripoll o las conocidas
Carmina Burana.
Los juglares se acompañaban con instrumentos musicales, que estaban prohibidos por la Iglesia
(a causa de su antigua vinculación a la vida pagana). Había juglares de muy diferentes tipos,
desde los más simples y vulgares, llamados cazurros o remedadores, hasta los más pulidos en su
arte, muy próximos con los trovadores.
Los trovadores
Pertenecen a una clase social más elevada. Generalmente los trovadores componen y cantan
sus propias obras, mientras que el juglar solo interpreta porque no tiene formación ni facultades
para componer.
Los temas que los trovadores cantan son: canciones de gestas heroicas, de amor (pastorelas,
albas…), de carácter político, moral o satírico, piadosas, fúnebres…
Musicalmente, las formas son el rondó (alternancia de coplas y estribillo), virelai (en que el
estribillo no interrumpe el desarrollo de las estrofas), balada (estribillo alternante cada tres
estrofas)
El ciclo trovadoresco alcanza su apogeo en la segunda mitad del siglo XII, tiene importantes
cultivadores en el siglo XIII, el catalán Giraut Riquier o el francés Adam de la Halle, autor de “Jeu
de Robin et Marion”, pastorela escenificada compuesta a base de baladas, canciones de corro y
danzas, representa un interesante punto intermedio ente la monodía trovadoresca y el teatro
profano. Los trovadores del norte de Francia se llamaban troveros, y los alemanes minnesänger.
Ya no utilizan textos en prosa latina sino verso romance, la rítmica de sus obras no se basa en la
cantidad métrica de cada sílaba; esto hace desarrollar ciertas fórmulas rítmicas, que tendrán
gran repercusión en la música polifónica.
La teoría griega, heredada por Roma, fue el punto de partida de la especulación musical
medieval a través de los escritores como Boecio y Casiodoro que fueron, junto con los
traductores árabes, quienes introdujeron la teoría musical griega en Europa.
Los tratadistas incurrieron en graves errores de traducción e interpretación. Esos errores fueron
acumulándose en tratadistas posteriores y el resultado de querer a todo trance concordar la
práctica musical de su tiempo con la doctrina, fue un sistema teórico medieval
extraordinariamente complicado.
La escritura musical era alfabética en época griega y romana. En la Edad Media se abandonó
este tipo de notación por otra llamada neumática que aparece en el siglo IX. Los neumas so unos
signos colocados sobre cada sílaba de las palabras que forman el canto. No expresan con
exactitud ni la duración ni la altura, intentan “dibujar” la marcha de la melodía, sirviendo tan
sólo como recordatorio de las diferentes melodías ya conocidas.
San Isidoro de Sevilla, contemporáneo del papa Gregorio, dedica a la música una parte de las
etimologías. Refiriéndose al problema de la notación dice: los sonidos mueren, pues no pueden
escribirse.
En el siglo X un importante teórico, Hucbaldo, decidió escribir varias líneas horizontales
superpuestas, de manera que a cada una correspondía una nota musical. El texto se dividía en
sílabas y cada una iba escrita en la línea que señalaba su altura de entonación. Este es el origen
remoto de la pauta musical que hoy en día se emplea con cinco líneas (pentagrama), aunque en
aquella época las líneas fueron apareciendo progresivamente, primero una, luego dos,
cuatro…hasta ocho o nueve.
Guido D´Arezzo dio valor tanto a las líneas como a los espacios entre ellas. En lugar de poner las
sílabas del texto en la pauta, puso neumas. Este es el origen directo de nuestra escritura musical.
Guido dio un nombre a cada nota de la escala. Las escalas medievales estaban formadas de seis
notas (exacordos). Guido dio nombre a las notas musicales a partir de la primera nota de cada
sílaba del himno de San Juan de Bautista.
UT queant laxis
REsonare fibris
MIra tuorum
FAmuli gestorum
SOLve polluti
LAbii reatum
Sancte lohannes.
La nota SI se formó más tarde con las mayúsculas del último verso. UT fue sustituida en el siglo
XVII por DO, más fácil de pronunciar.
A B C D E F G
La Si Do Re Mi Fa Sol