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CARRERA: ENFERMERIA
FACULTAD: CIENCIA DE LA SALUD
CATEDRA: ENFERMERIA MÉDICA
AÑO: 2
ALUMNOS:
XIMENA, LOPEZ
MEDINA, MAXIMILIANO
RIVERO, NAHUEL
ZURITA SOLEDAD
Desequilibrio
hidroelectrolíticos
Desequilibrio electrolítico
Son aquellos que en función de sus desajustes y alteraciones de sus parámetros
considerados como normales son capaces de tener una traducción o como
consecuencia de ellos provocar o precipitar trastornos fisiopatológicos que
modifican de tal forma el estado normal que condicionan cuadros clínicos
metabólicos, que de no corregirse pueden llevar al exitus letalis.
Causa
Pérdida de fluidos corporales por períodos prolongados con vómitos, diarrea,
sudoración o fiebre alta.
Dieta inadecuada y falta de vitaminas de los alimentos.
Malabsorción: el cuerpo no puede absorber estos electrolitos debido a
distintos trastornos estomacales, medicamentos, o por la forma en que se
ingieren los alimentos.
Trastornos hormonales o endocrinológicos.
Enfermedad renal.
Una complicación de la quimioterapia es el síndrome de lisis tumoral. Esto
ocurre cuando el cuerpo destruye las células tumorales rápidamente después
de la quimioterapia y baja el nivel de calcio en sangre, aumenta el nivel de
potasio en sangre y se producen otras anormalidades electrolíticas.
Medicamentos pueden causar un desequilibrio electrolítico, como por
ejemplo:
Medicamentos para quimioterapia (cisplatino)
Diuréticos (furosemida[Lasix] o bumetanida[Bumex])
Antibióticos (amfotericina B)
Corticosteroides (hidrocortisona)
Síntomas
Como se describió anteriormente, un desequilibrio electrolítico puede crear muchos
síntomas. Estos síntomas se basan en el nivel de electrolito afectado.
Si los resultados del análisis de sangre indican niveles alterados de potasio,
magnesio, sodio o calcio, puede experimentar espasmos musculares, debilidad,
espasmos o convulsiones.
Los niveles bajos en los resultados de los análisis de sangre pueden provocar:
latidos irregulares, confusión, cambios en la presión sanguínea, trastornos del
sistema nervioso o a largo plazo, en los huesos.
Los niveles altos en los resultados de los análisis de sangre pueden provocar:
debilidad o espasmos musculares, entumecimiento, fatiga, latidos irregulares y
cambios en la presión arterial.
Diagnósticos
Por lo general, un desequilibrio electrolítico se diagnostica según la información que
se obtiene mediante:
La historia de los síntomas.
Un examen físico del médico.
Resultados de análisis de orina y sangre.
Si hay otras anormalidades basadas en estos estudios, el médico puede sugerir
exámenes más exhaustivos, como un electrocardiograma. (Los niveles muy altos o
bajos de potasio, magnesio y/o sodio pueden afectar el ritmo cardíaco).
Si el desequilibrio electrolítico se produce por problemas renales, el médico puede
solicitar una ecografía o una radiografía de los riñones.
Tratamiento
Identificar y tratar el problema subyacente que causa el desequilibrio electrolítico.
Fluidos intravenosos, reemplazo de electrolitos. Un desequilibrio electrolítico menor
se puede corregir con cambios en la dieta. Por ejemplo, realizar una dieta rica en
potasio si tiene niveles bajos de potasio, o restringir la ingesta de agua si el nivel de
sodio en la sangre es bajo.
Deshidratación
La deshidratación es la alteración o falta de agua y sales minerales en el plasma
de un cuerpo, también se puede definir como la pérdida de agua corporal por encima
del 3%. Esta deshidratación más leve se produce incluso aunque se tenga toda el
agua que se quiera. Se denomina deshidratación voluntaria. La deshidratación
voluntaria se reduce o incluso se elimina por completo con las bebidas isotónicas.
Etiología
Una causa habitual de deshidratación en los adolescentes son las enfermedades
gastrointestinales, las cuales pueden ser infecciosas o no infecciosas. En las
infecciosas pueden actuar virus, bacterias, parásitos, hongos y organismos
saprófitos, los cuales desencadenan situaciones de alto riesgo. Algunos ejemplos:
bacterias como E. coli, parásitos, hongos y por saprófitos que provocan que se
rompa el equilibrio a nivel intestinal.
Las enfermedades no infecciosas pueden ser causadas por malas técnicas
alimenticias. Las metabólicas se deben principalmente a problemas tiroideos, por
intolerancia a la lactosa; puede ser de nacimiento o adquirida que se da por irritación
intestinal. Ésta puede ser sustituida por proteicos no lácteos como la leche de soya,
y por medicamentos como los antibióticos que, al ser mal usados por un tiempo
prolongado, desencadenan una diarrea. Esto hace perder mucha agua, ya que
además suele ir acompañada de vómitos. También puede provocarse
deshidratación con el exceso de ejercicio físico, sobre todo si no se repone el agua
y los electrolitos que se consumen, aunque es muy poco habitual llegar siquiera al
nivel de la deshidratación moderada mientras se hace deporte u otra actividad física
normal al aire libre.
Cuadro clínico
Los síntomas de la deshidratación pueden incluir dolores de cabeza, similares a los
experimentados durante una resaca, un repentino episodio de nieve visual,
disminución de la presión sanguínea, vértigo y desvanecimiento al ponerse de pie
debido a una hipotensión ortostática. Si no se da tratamiento, pueden aparecer
delirios, inconsciencia y, en casos extremos, la muerte.
Los síntomas de la deshidratación son perceptibles después de haber perdido un
3% del volumen de agua. Inicialmente aparece la sed y el malestar, posiblemente
acompañado de pérdida de apetito y piel seca. Los atletas pueden sufrir una pérdida
que aumenta en un 30 por ciento, aparece rubor, se pierde resistencia, aumenta el
pulso cardíaco, aumenta la temperatura corporal, y rápidamente aparece la fatiga.
Síntomas
Sed intensa
Hambre
Dolor abdominal, de columna, cefalea o en las extremidades
Náuseas
Movimientos lentos del cuerpo
Sueño
Mareos
Fatiga
Respiración por la boca
Grados de deshidratación
Los síntomas de la deshidratación leve incluyen sed, disminución del volumen de la
orina, la cual se vuelve más oscura de lo normal; cansancio sin motivo aparente,
escasez de lágrimas al llorar, dolor de cabeza, boca seca y vértigo al ponerse de
pie (hipotensión ortostática). En una deshidratación moderada puede no producirse
orina. Otros síntomas de este estado incluyen letargo y somnolencia, ataques; en
los bebés se observa un hundimiento de las fontanelas, desvanecimiento y ojos
hundidos.
Los síntomas se vuelven cada vez más grave con mayor pérdida de agua. La
frecuencia cardíaca y la frecuencia respiratoria empiezan a aumentar para
compensar la disminución del volumen del plasma sanguíneo y de la presión
arterial. A su vez, la temperatura corporal puede aumentar debido a una disminución
de la sudoración. Al perder alrededor de un 5 o un 6 por ciento de agua, el individuo
se muestra somnoliento, puede tener dolores de cabeza, náuseas y hormigueo en
algún miembro. Si se pierde de un 10 a un 15 por ciento del agua corporal, los
músculos se vuelven espásticos, la piel se seca y se arruga, la vista se vuelve turbia,
el volumen de orina se reduce considerablemente y la micción puede resultar
dolorosa, y se empieza a delirar. Más de un 15 por ciento de pérdida suele ser
mortal. En ocasiones la aparición de todos estos acontecimientos puede tardar más
de un día. La muerte por deshidratación puede ocurrir en un lapso de 3 a 5 días.
Tratamiento
Rehidratando por vía intravenosa. Las soluciones isotónicas con electrolitos (como
la solución de Ringer con lactato o la de sodio a 0,9%) son de utilización frecuente
en el tratamiento de los hipotensos con déficit volumétrico, ya que expanden el
volumen plasmático. Tan pronto se restaura la normotension, es común que se
administre una solución electrolítica hipotónica (como la cloruro de sodio a 0,45%),
con el fin de aporta electrolitos y agua libre para la excreción renal de los desechos
metabólicos.
Para tratar la deshidratación, es preciso restablecer el adecuado equilibrio hídrico
en el organismo. No suspender la leche, ni diluirla, usar azúcar en lugar de
edulcorantes dietéticos. Dar abundantes líquidos: agua hervida, caldos caseros.
Suspender bebidas gaseosas, jugos envasados, o alimentos preparados o
conservados fuera de casa. Continuar con la alimentación habitual, para prevenir la
desnutrición. No se debe suspender los alimentos sólidos. Los primeros días,
ofrecer alimentos en pequeñas porciones 6 veces al día. Los alimentos deben estar
bien cocidos, evitar verduras crudas. Si el niño vomita, ofrecer líquidos en pequeñas
cantidades.
Prevención
La forma más fácil de evitar la deshidratación es beber mucho líquido, sobre todo
en los días calurosos, secos y/o ventosos. Esto puede implicar beber entre 6 y 8
vasos (entre 1,5 y 2 litros) diariamente para algunas personas, según cuánta agua
obtienen a través de los alimentos y cuánto sudan a consecuencia de la actividad
física que realizan. Hay que recordar que el beber agua no añade calorías a la dieta
y es definitivamente muy bueno para la salud.. Si hay mareos, sensación de que se
va la cabeza o mucha sed, será necesario descansar durante varios minutos,
sentarse a la sombra o en un lugar fresco y beber agua. El hecho de no consumir
bebidas que contengan cafeína, como el café, el té y los refrescos de cola, puede
ayudar a evitar la deshidratación. La cafeína es diurética (es decir, aumenta la
producción de orina).
Hipervolemia
Se conoce como hipervolemia al trastorno hidroelectrolítico consistente en un
aumento anormal del volumen de plasma en el organismo. EL exceso volumétrico
es la expansión isotónica del líquido extra celular a acusa de retención supranormal
de agua y sodio en la las proporciones que les corresponde en el medio extracelular.
Este exceso siempre es secundario a aumento del contendido corporal total de
sodio que a su vez origina un aumento continuo siendo casi normal, a causa de la
tención isotónica de sustancias corporales.
EL exceso del volumen líquido se deriva de una simple sobrecarga de líquidos o de
disminución del funcionamiento del mecanismo homeostático que regula el
equilibrio hídrico
Causas
Existe una gran cantidad de causas directas de hiponatremia:
Síndrome de secreción inapropiada de ADH
Exceso en el consumo de agua
Insuficiencia Cardiaca
Insuficiencia Renal
Insuficiencia Hepática
Insuficiencia suprarrenal
Pérdidas vía vómitos o diarrea
Hipotiroidismo
Tratamiento
El tratamiento del exceso volumétrico (hipervolemia) está dirigido a los factores
causales. El tratamiento sintomático consiste en la administración de diuréticos, la
restricción de líquidos o soluciones con sodio, quizá baste interrumpir esta. El
tratamiento casi siempre incluye la restricción del sodio.
SE indica al paciente que evite el uso de fármacos que se expendan sin receta
médica, a menos que consulte a su médico o personal que lo atiende, si contiene o
no sodio. En el caso de persista a retención de líquidos a pesar del acatamiento de
la dieta prescrita, procede considerar la posibilidad de fuentes ocultas de sodio,
como el agua potable o el uso de reblandecedores del agua.
Entre las intervenciones de enfermería se encuentran reposo, restricción de sodio,
vigilancia estrecha de la administración de los medicamentos apropiados. En la
mayoría de los sujetos con exceso volumétrico se requieren diuréticos de modo que
también se vigila la respuesta a estos fármacos.
Tratamiento
El tratamiento de la hipernatremia consiste en su disminución gradual administrando
por venoclisis y soluciones electrolítica hipotónica (como cloruro de sodio a 0,3%).
Muchos clínicos consideran que esta es menos riesgosa que la soluciones de
dextrosa a 5% en agua, ya que hace posible la reducción gradual de la
hipernatremia y, con esto aminora los riesgos de edema cerebral. La reducción
acelerada de la hipernatremia disminuye en forma transitoria la osmolaridad
plasmática por abajo de la correspondiente al líquido de los tejidos cerebrales, lo
que causa edema cerebral peligroso.
Prevencion e intervenciones de enfermería
La enfermera procura prevenir la hipernatremia ofreciendo líquidos al enfermo a
intervalos constante en especial si trata de una persona debilitada que no percibe
la sed ni responde a ella en caso de que persista la ingestión deficiente de líquidos,
se consulta con el médico, a fin de planear vías alteñas de administración líquidos,
sea la alimentación por sonda, debe administrase agua suficiente para mantener a
los valores séricos de sodio y del nitrógeno de la urea sanguínea dentro de los
límites normales.
Sintomas
Rubor
Hipotensión
Somnolencia
Hiporreflexia
Depresión respiratoria
Paro cardiaco
Coma
Tratamiento
El mejor tratamiento de la hipoermagnesemia es el preventivo. Puede lograr si se
evita la administración de magnesio a sujeto con insuficiencia renal y se vigila de
manera estrecha cuando se prescriben sales de magnesio a sujetos graves. En
presencia de hipermagnsemia grave, deben interrumpirse las sales de magnesio
ingeribles y parenterales que se estén administrando. Si hay depresión respiratoria
o defectos de la conducción cardiaca están indicadas medidas de urgencia con el
tratamiento de sostén respiratorio y la administración endovenosa de calcio. La
hemodiálisis con un dializado sin magnesio es unas medidas eficaces, que deben
acompañarse de concentraciones séricas no riesgosas del elemento en cuestión de
horas.
Prevención e intervenciones de enfermería
Procede la identificación y la evaluación de los pacientes en riesgo de
hipermagnesemia. Cuando se supone la presencia de esta, la enfermera debe
vigilar los signos vitales, tomando nota de la presencia de hipotensión y
respiraciones superficiales, además de verificar si hay disminución de los reflejos
rotulianos y cambios del nivel de conciencia. Debe evitarse por completo la
prescripciones de medicamentos que contenga magnesio a persona con
insuficiencia renal o en las que haya riesgo dela misma. Debe tenerse precaución
en la administración de soluciones parenterales que contenga magnesio, en
particular debido a las soluciones de magnesio parenteral.
Acidosis metabólica
(Déficit de la base bicarbonato)
La acidosis metabólica es un trastorno clínico que se caracteriza por pH bajo
(aumento en la concentración de hidrogeniones) y concentración plasmática baja
de bicarbonato; puede ser resultado de incremento de hidrogeniones o perdidas de
bicarbonato. Se divide clínicamente en dos formas según los valores de la diferencia
iónica; las acidosis metabólicas de diferencia iónica alta y la normal. La diferencia
iónica es la que hay entre los aniones y cationes.
La acidosis de diferencia iónica alta es resultado de la acumulación excesiva de
ácidos fijos.
Las acidosis diferencia iónica normal se deriva de la perdida directa bicarbonato,
como ocurre en la diarrea y fistulas intestinales.
Tratamiento
El tratamiento se dirige a la corrección del defecto metabólico. Si la causa del
problema es la ingestión excesiva de cloruro, es evidente que el tratamiento consiste
en eliminar la fuente de este anión. Cuando es necesario, se prescribe bicarbonato.
Alcalosis metabólica
(Exceso de la base bicarbonato)
La alcalosis metaboliza es un trastorno clínico que se caracteriza por pH alto y
concentración plasmática alta de bicarbonatos. Puede deberse a incrementos de
bicarbonato o pérdida de hidrogeniones.
Síntomas
La principal manifestación de la alcalosis son los síntomas relacionado con la
diminución de la ionización del calcio, como el hormigueo de dedos de manos y
pies, mareo e hipertóniciadad muscular. Las respiraciones se deprimen, lo que es
una acción compensatoria de los pulmones
Tratamiento
EL tratamiento tiene como fin revertir el trastorno subyacente. El enfermo debe
recibir cloruro en cantidad suficiente para qué los riñones lo resorban junto con el
sodio (lo que permite la excreción del exceso de bicarbonato). El tratamiento
también incluye la restauración del volumen liquido normal con la administración de
los soluciones salinas.
Acidosis respiratoria
(Exceso de acido carbónico)
La acidosis respiratoria es una trastorno clínico en que el pH es menor de 7.35 y la
PaCO2 es mayor de 45 mm Hg. Puede ser aguda o crónica. Casi siempre se debe
a excreción deficiente de dióxido de carbono con ventilación también inadecuada,
lo que da por resultado aumento de la contracción plasmática de dicho gas y en
consecuencia de su similar del ácido carbónico. La acidosis respiratoria aguda surge
en situaciones de urgencia, como el edema pulmonar agudo, la aspiración de
cuerpo extraño, atelectasia, neumotórax, sobredosis de sedantes y neumonía
grave. La acidosis respiratoria crónica se relaciona con padecimiento crónico, como
el enfisema, bronquiectasia y asma bronquial.
Síntomas
Los siguientes síntomas no específicos puede verse en pacientes que sufren de
acidosis respiratoria:
Ansiedad
La falta de aire
Trastornos del sueño
La somnolencia diurna excesiva
Alucinaciones
Confusión
Sibilancias
El aumento de la expansión del tórax
La disminución de los ruidos respiratorios
Coloración de la piel azulada
Dedos hipocráticos
Depresión
Temblores en las manos
Contracciones
Convulsiones.
Si no se trata, otros síntomas también pueden llegar a ser evidentes a medida que
las complicaciones de la acidosis respiratoria se presentan.
Tratamiento
El tratamiento se dirige a mejorar la ventilación; las mediadas precisa varían según
la causa de la ventilación deficiente. Se emplean fármacos en la medida en que
estén indicados. Por ejemplo, los brondilatadores reducen el broncoespasmo y los
antibióticos atacan las infecciones respiratorias. También se toman medidas de
higiene pulmonar en la medida necesaria, para eliminar el moco y drenaje purulento
de las vías respiratorias .La oxigenoterapia se aplica en la medida necesaria.
Alcalosis respiratoria
(Déficit de ácido carbónico)
La alcalosis respiratoria es un trastorno clínico en que el pH es mayor de 7.45 y la
hipercapnia es inferior a los 38 mm Hg. Al igual que la acidosis respiratoria, puede
ser aguda o crónica.
Casi siempre se debe a hiperventilación; la excreción de dióxido de carbono es
excesiva y, por lo tanto, disminuye la concentración plasmática de ácido carbónica.
Entre sus causas se incluyen ansiedad intensa, hipoxemia, fases iniciales de la
intoxicación por salicilatos y ventilación mecánica excesiva.
Cuadro clínico (síntomas)
Los signos clínicos consisten en aturdimiento a acusa de vasoconstricción y
disminución del flujo sanguíneo cerebral, incapacidad para la concentración,
entumecimiento y hormigueo derivados de disminución de la ionización del calcio,
zumbido y, en ocasiones, perdida de la conciencia.
Tratamiento
El tratamiento depende de la causa subyacente de la alcalosis respiratoria. Se debe
la ansiedad, es preciso hacer entender al sujeto que su ritmo respiratorio anormal
es la causa de los síntomas. Resulta útil indicarle que respires con mayor lentitud
para que se acumule el dióxido de carbono o que lo haga en un sistema cerrado
(como una bolsa de papel). Con frecuencia se requiere de un sedante para el alivio
de las hiperventilaciones en personas muy ansiosas.
P.A.E: Hipernatremia
_Vómitos _Implementación de
una dieta hiposodica
_Control de ingreso y
egresos de líquidos