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TOMO 4
ENSEÑANZA N° 83
ENSEÑANZA N° 84
28. Mis palabras del Segundo Tiempo han sido el camino de salvación
para los que han perseverado en él. Bienaventurados sean los que han
puesto su confianza en mí enseñanza. Mas no penséis que todos los que
dicen creer en Mí, confían en mi palabra o practican mi Doctrina. Veo
en los hombres en el momento de la prueba, dudar entre perdonar como
enseña Jesús o defenderse como su instinto les aconseja. En su corazón
sienten que es difícil llevar a la práctica las lecciones del Maestro. A
éstos les digo: que mientras no tengan fe y amor para sus semejantes,
no será posible que mi Doctrina sea la que guie a los corazones; mas
Yo enviaré a los pueblos de la Tierra hombres virtuosos que os
probarán la fuerza de la fe y los milagros que hacen el perdón, la
caridad y el amor.
29. Sin fe y sin cumplir con la Ley, mi palabra es tan sólo como semilla
vana que, sembrada, no nace porque quien fertiliza esa semilla es la
virtud. Cuando esta palabra llegue a todos los corazones, habrá muchos
que juzguen demasiado severo el juicio del Señor, por eso os digo que
sois un mundo que necesita la fe, para poderme sentir y comprender.
30. Yo digo a todos los que os llamáis pertenecientes al mundo
cristiano, que mi juicio es benévolo si tomáis en cuenta que hace veinte
siglos que os traje un mensaje divino para que con él vencierais al
mundo, a la carne, a las pasiones, a la muerte, y todavía os veo
confiándolo todo a vuestras propias fuerzas, a vuestra manera de sentir
y de pensar. Y si los instintos de la carne aún prevalecen sobre las
virtudes del espíritu, es que todavía sois más materia que espíritu.
31. La contienda se aproxima, lucharán la fe de unos contra el
escepticismo de otros; la moral de unos contra la maldad de otros. Y
como en los tiempos pasados, mi caridad estará con los hijos que
confíen en Mí, para ayudarles a realizar obras prodigiosas, como sólo
se pueden hacer cuando se tiene verdadera fe en mi Divinidad.
32. Debéis comprender que no sólo vengo en busca de los que creen en
Mí, más bien vengo por los que dudan de mi existencia. En el Segundo
Tiempo en que vine como el Mesías prometido, surgí entre el pueblo
que creía en el Dios invisible, mas mi mensaje no fue tan sólo para
Israel, sino para todos los pueblos gentiles que no me conocían. No
venía a salvar a unos y dejar que se perdieran otros.
33. El árbol corpulento tiende sus ramas para proteger a todos y ofrece
sus frutos sin distinción alguna. ¿Acaso recordáis que alguna vez os
haya señalado pueblos a los que no debíais llevar mi palabra? Jamás os
he enseñado a buscar motivos para negarle a alguien mi luz. ¿Por
ventura erais vosotros justos cuando os hice dignos de oír mi palabra y
de recibir mis complacencias? En verdad os digo que no.
34. Os encontré pecando y así os elegí para conduciros a la fuente de
regeneración, para que mañana hicieseis lo mismo con vuestros
hermanos. Este es el tiempo en que los pecadores salvarán a los
pecadores y en que los muertos resucitarán para levantar a sus muertos.
Los corazones endurecidos, aquellos que han visto pasar a la viuda, al
huérfano, al hambriento, al enfermo sin que sus fibras se conmuevan,
van a despertar al amor, van a estremecerse ante el dolor ajeno y a
destruir su egoísmo; van a olvidarse hasta de sí mismos, para compartir
el dolor de sus hermanos.
35. Quien no conozca el dolor, no podrá comprender a los que sufren;
ahí tenéis la razón de porqué me sirvo de los que han bebido mucho en
el cáliz del dolor, para que estén capacitados para comprender las
miserias de la humanidad y sean los que lleven un consuelo verdadero.
36. El que ha pecado y luego ha vuelto al buen sendero, ese no podrá
escandalizarse jamás de las faltas de sus semejantes, en cambio, sabrá
ser indulgente y comprensivo.
37. Todo aquel que despierte sorprendido por la claridad de esta luz,
comprenderá que este es el tiempo en el cual debe trabajar por la
humanidad separando unos instantes del tiempo que al mundo dedica,
para consagrarlos a la práctica espiritual de la caridad, así amaréis a
vuestro Señor y serviréis a vuestro hermano.
38. No seréis de aquellos que viendo cuanto acontece en el mundo,
exclamen: Este es tiempo de juicio y de muerte, tras del cual, tal vez el
infierno espera.
39. Os digo que es tiempo de reconciliación y de resurrección y que
más allá espera la paz de mi gloria a todos los que crean y se levanten
en pos de mi palabra.
40. Hay gozo en mi espíritu, cuando me veo rodeado de aquellos a
quienes he llamado en este tiempo mis discípulos. Sois los
predestinados para cumplir una misión espiritual, en esta Tercera Era.
41. Largo ha sido el camino que habéis tenido que recorrer para poder
llegar a recibir esta revelación, mas no sentís cansancio, porque el
espíritu que sabe elevarse sobre la materia y sobre las pasiones del
mundo, jamás se fatiga de buscarme o seguirme. En este tiempo he
venido a derramar mi caridad sobre todo espíritu y sobre todo
entendimiento para que, abriendo vuestros ojos espirituales, podáis
contemplar la verdadera vida en toda su plenitud. Todo ojo me verá, os
dije refiriéndome a este tiempo, y en verdad que todo ojo está
comenzando a verme.
42. La humanidad está despertando y presintiendo la verdad, muchas
enseñanzas le serán reveladas directamente a su espíritu, porque no
serán los hombres quienes se las señalen. Cuando esta humanidad
llegue a escuchar mi voz en el fondo de su corazón, no volverá a
alejarse de Mí, porque habrá sentido mi amor y habrá contemplado la
luz de la verdad. Vosotros sois los hijos de la luz, los Espiritualistas
Trinitarios Marianos, porque sois los que habéis visto venir al Espíritu
Santo y habéis oído su revelación. ¿Sería justo que los hijos de la luz,
creasen tinieblas entre la humanidad? No, hijos míos.
43. Vuestro corazón se sorprende y me dice: Maestro, ¿Por qué
desconfiáis de nosotros? A lo cual os respondo: Os hago estas
advertencias, porque este tiempo de luz, es también tiempo de mentira,
de engaño, de peligros, porque en vuestro ambiente flotan las fuerzas
del mal, que hacen caer a los hombres y pueden empañar vuestra luz si
no veláis. Es el tiempo de la luz, no porque el hombre la haya
encendido, sino porque os he traído mis revelaciones en cumplimiento
de las profecías. Es el tiempo de la mentira, mas no por causa de mi
llegada entre los hombres, sino por la maldad de ellos, que ha
alcanzado mayor altura.
44. La batalla final se acerca, mas no os hablo de vuestras guerras
fratricidas, sino de la lucha de la luz contra todo lo que sea falso,
impuro, imperfecto. Reconoced el momento que vivís, para que os
apresuréis a hacer acopio de armas de amor y fortaleza espiritual.
Comprended desde ahora, que en medio de esa batalla, no vais tan sólo
a luchar por vuestra propia fe y salvación, sino que olvidados de
vosotros mismos, tendréis que ir en pos de los que están en peligro de
perecer.
45. Este es tiempo de luz, porque el espíritu humano a través de su
evolución y experiencia ha recogido luz en la vida. No lloréis ya
vuestro pasado, pero sí debéis aprovechar todas sus lecciones, para que
en adelante miréis vuestra senda iluminada y ya no tengáis tropiezos ni
incertidumbre en las encrucijadas.
46. Vuestro pasado espiritual es desconocido para vuestra materia, Yo
lo dejo impreso en vuestro espíritu, para que sea como un libro abierto
y os sea revelado por la conciencia y la intuición. Esa es mi justicia,
que antes de sentenciaros, os doy la ocasión de reparar la falta o de
rectificar el error. Si de vuestro espíritu se borrase el pasado, tendríais
que recorrer nuevamente las pruebas ya pasadas, más si oís la voz de
vuestra experiencia y os dejáis iluminar por esa luz, veréis más limpio
vuestro camino y más brillante el horizonte.
47. El mundo os brinda muchos placeres, unos concedidos por Mí y
otros creados por el hombre, ahora habéis visto que no los habéis
podido alcanzar, lo cual ha causado inconformidad a unos y tristeza a
otros. Debo deciros que a muchos no les está concedido en este tiempo
dormirse o perderse en los deleites y satisfacciones de la materia,
porque su misión es otra muy diferente. En verdad os digo que no
existe un solo espíritu en la humanidad que no haya conocido todos los
deleites y haya comido todos los frutos. Hoy vino vuestro espíritu a
gozar la libertad de amarme y no a ser de nuevo esclavo del mundo, del
oro, de la lujuria o de la idolatría.
48. La escala del sueño de Jacob se presenta ante vuestros ojos para que
ascendáis por ella en busca de vuestra mayor dignidad y de vuestra
perfección. Mi Ley espiritual no os exime de vuestros deberes
terrestres, tenéis que buscar la forma de armonizar ambas leyes para
que vuestro cumplimiento sea perfecto ante mi Divinidad y ante el
mundo.
49. El buen soldado no debe huir de la batalla, no debe amedrentarse
por los rumores de guerra. En esa contienda universal que se aproxima,
seréis soldados, vuestra causa será la justicia y vuestras armas el amor,
la buena voluntad y la caridad. Hace tiempo que sin daros cuenta de
ello, estáis luchando contra el adversario que es el mal, aquel que
inspira guerra y odios. Vuestras armas no solamente están luchando
contra elementos visibles, sino también contra elementos invisibles:
para ayudaros en esa lucha os he dado los dones de videncia y de
revelación, para que descubráis al lobo cuando os acecha.
50. Quiero que mis discípulos aprendan a vivir en armonía con toda la
creación, que marchen al compás de los tiempos, para que lleguen hasta
el final en la hora propicia, en la hora señalada por Mí, para que al
haceros el llamado ya estéis presentes y podáis responderme.
51. En este instante se elevará vuestro espíritu hacia Mi para pedir mi
ayuda, él sabe que Yo le he entregado dones que son eternos e innatos a
él, más la materia cual débil criatura también eleva sus ojos al Creador
para pedirle y lo que ella pide, son sólo satisfacciones para el mundo y
muchas de ellas superfluas.
52. Dejad que el postrero me pida, mas vosotros, ¿Qué podéis pedirme
que no poseáis? ¿Por qué me pedís lo que ya lleváis en vuestro ser? Si
pronunciáis la oración del Padre Nuestro que os enseñé, hacedlo
sintiendo y comprendiendo su esencia y entonces dejad mansamente
que se haga la voluntad del Padre, Así en la Tierra como en el Cielo.
Penetrad en mi Doctrina y encontraréis en vosotros tesoros y dones que
hoy no creéis, poseer.
53. Es menester que aprendáis a pedir, a esperar y a recibir y que nunca
os olvidéis de dar lo que os concedo, que es lo que encierra mayor
mérito. Orad por los que mueren día tras día en la guerra. Yo concederé
a los que oren de limpio corazón, que antes de 1950, todo aquel que
haya muerto en la guerra, resucite espiritualmente a la luz.
54. Ya viene el espíritu de Elías, conduciendo a las ovejas extraviadas
hacia la paz del aprisco. Cuando vosotros seáis fuertes de espíritu, no
temeréis al lobo que os amenace con sus fauces sedientas de sangre,
sabréis descender a los abismos a rescatar a los perdidos, sin temor de
quedaros ahí. Podréis cruzar por lagos de fango sin mancharos y
también sabréis cruzar por mares tempestuosos sobre una barquilla
frágil en apariencia, sin temor de zozobrar. Vuestra fe y virtud os darán
esa fuerza. ¿No os creéis capaces de grandes acciones en el mañana?
¿No creéis que las nuevas generaciones den a mi Doctrina mejor
interpretación y cumplimiento? Comprended que si no fuese así, no os
estuviera hablando, aconsejando y enseñando.
55. Ved a los hombres, a los pueblos, a las naciones, cómo dan su vida
por un ideal; se consumen en la hoguera de sus luchas, soñando con las
glorias del mundo, las posesiones, el poder; mueren por la gloria
pasajera de la Tierra; y vosotros que empezáis a encender en vuestro
espíritu un ideal divino que tiene por meta la conquista de una gloria
que será eterna, ¿No ofreceréis, no ya vuestra vida, siquiera parte de
ella, por cumplir vuestros deberes de hermanos?
56. Sobre vosotros se está desatando una batalla invisible, que sólo los
preparados pueden ver: Todo el mal que de los hombres brota, en
pensamientos, en palabras y en obras; todo el pecado de siglos, todos
los seres humanos y los espirituales que se han turbado; todas las
confusiones, las injusticias, el fanatismo religioso y la idolatría de los
hombres, las necias ambiciones y la falsedad, se han unido en una
fuerza que todo lo arrasa, lo invade y penetra, para tornarlo en contra
mía. He ahí el poder que se opone a Cristo. Grandes son sus huestes,
fuertes sus armas, pero no son fuertes ante Mí, sino ante los hombres. A
ellas, les daré la batalla con la espada de mi justicia y estaré en la lucha
con mis ejércitos, de los cuales quiero que forméis parte. Mientras esta
batalla agita a los hombres que van en pos de los placeres, vosotros, a
quienes he confiado la facultad de sentir lo que vibra en el Más allá,
velad y orad por vuestros hermanos, porque así estaréis velando por
vosotros mismos.
57. Cristo, el príncipe guerrero, ha levantado ya su espada; es menester
que ella como una hoz, arranque de raíz el mal y con sus destellos haga
la luz en el Universo. ¡Ay del mundo y de vosotros si vuestro labio
calla! Sois simiente espiritual de Jacob y a él le prometí que en vosotros
serían salvas y benditas las naciones de la Tierra. Quiero uniros como
una sola familia, para que seáis fuertes.
58. ¡Cuán hermoso ejemplo de armonía os ofrece el cosmos! Astros
luminosos que vibran en el espacio llenos de vida, alrededor de los
cuales giran otros astros. Yo soy el astro luminoso y divino que da vida
y calor a los espíritus, mas cuán pocos van por su trayectoria y que
numerosos son los que giran fuera de su órbita. Podéis decirme que los
astros materiales no gozan de libre albedrío y que, en cambio, a los
hombres, esa libertad es la que los ha hecho apartarse del camino. Por
eso os digo: ¡Cuán meritoria será la lucha para todo espíritu, ya que
teniendo el don del libre albedrío, sepa someterlo a la Ley de la
armonía con su Creador!
59. La lucha que os anuncio no será prolongada, la paz pronto vendrá,
porque la luz de mi justicia alumbrará a todos mis hijos.
60. Yo, en unión del pueblo que estoy formando y al cual saqué de la
oscuridad y la ignorancia, daré cumplimiento a las profecías dadas en
los tiempos pasados y ante mis pruebas y prodigios se estremecerá el
mundo y los teólogos e intérpretes de las profecías quemarán sus libros
y se prepararán para estudiar esta revelación. Hombres con título,
hombres de ciencia, hombres de cetro y corona, se detendrán a escuchar
mi Doctrina y muchos dirán: ¡Cristo, el Salvador, ha vuelto!
61. Discípulos, esmeraos en vuestra preparación, porque aún no os he
dicho cuanto tengo que deciros y ya se acerca 1950.
62. Orad con verdadera limpieza y que vuestros pensamientos se unan a
los de los ángeles para entregar vuestra ofrenda ante mi divinidad.
ENSEÑANZA N° 85
ENSEÑANZA N° 87
ENSEÑANZA N° 88
ENSEÑANZA N° 89
ENSEÑANZA N° 90
ENSEÑANZA N° 91
ENSEÑANZA N° 92
ENSEÑANZA N° 93
ENSEÑANZA N° 95
1. Sustentaos con mi palabra que es el pan del espíritu. Mas para que
este pan llegue verdaderamente a vuestro corazón, es preciso que os
despojéis, aunque sea por unos instantes, de cuanto os ata a este mundo.
Nadie ignora la forma de elevarse a Mí y sin embargo muchas veces os
veo llorar creyéndoos indignos, sin saber que ese llanto os purifica y os
prepara para llegar a Mí.
2. En mi palabra encontraréis vida eterna para vuestro espíritu;
analizadla y encontraréis en ella esencia divina, amor y fortaleza que
estoy derramando sobre el Universo.
3. Párvulos y discípulos: mirad cuan cerca de vosotros me encuentro; y
si sabéis esto ¿Por qué hay ocasiones en que me llamáis con
desesperación creyendo que no os escucho? A vuestra incomprensión
se debe que tenga que repetiros mis lecciones.
4. Quiero que desde ahora logréis la espiritualidad necesaria para sentir
mi presencia, y cuando ya no me escuchéis por este conducto y
encontréis estos recintos donde ahora os reunís, aparentemente vacíos y
desolados, os baste la oración en silencio, la elevación de vuestro
espíritu, para que sintáis mi presencia y seáis llenos de mi Espíritu.
5. Bienaventurados los que aprenden a elevarse a Mí, porque de lo
infinito recibirán la inspiración que les guiará por el camino trazado por
mis enseñanzas. Con cuanto regocijo se abrirán los labios de los
inspirados para dar a sus hermanos testimonio de mi presencia.
6. Cuando haya dejado de vibrar mi palabra por el entendimiento
humano, la voz de los elementos desencadenados hablará a los hombres
testificando el acontecimiento que ésta manifestación divina significó.
7. También cuando mi rayo estaba próximo a descender al
entendimiento humano, la Naturaleza se conmovió y los elementos
desatados estremecieron a los hombres, despertaron a los pueblos y
asombraron a los científicos.
8. No vayáis a olvidar mis advertencias, para que en los días de vuestra
preparación no os intimidéis ante las pruebas a que será sometida la
humanidad. Vuestra misión es orar, meditar y practicar la caridad,
únicos méritos por los que este pueblo se salvará de las tempestades y
por sus obras de amor recibirán consuelo los demás pueblos.
9. Mi palabra siendo arrulladora para vuestro espíritu, no os aletarga,
por el contrario, os despierta a una vida superior. Acercaos a Mí por la
senda del pensamiento, no dejéis que la carne os lleve a alimentaros de
satisfacciones o deleites materiales, y habréis dado un paso firme hacia
la espiritualidad.
10. He hablado mucho en el desierto de vuestro corazón, sin que mi voz
encuentre eco en el espíritu de mi pueblo. Ahora que os hablo a través
de estos portavoces, prestad atención a la palabra que sus labios vierten,
si me creéis y queréis alcanzar la paz.
11. Nadie se extrañe de que Yo le busque cuando se extravía ni que
siga sus pasos por los senderos del mundo, porque me pertenecéis, sois
obra de mi inspiración de Padre. ¿No habéis imaginado lo hermoso que
será cuando los hijos busquen y amen a su Padre en la misma forma en
que El los ama? ¡Qué diferente será entonces vuestra vida y qué
próximo me sentiréis en vuestro corazón!
12. Mi palabra siempre ha sido dulce, inmutable en el perdón y en la
caridad que os he manifestado. Sé que habréis de levantaros con un
firme propósito de regeneración, y que me devolveréis cuanto os
confié, con la pureza con que lo recibisteis. Por eso os hago oír mi
verbo y os doy incontables muestras de mi amor por vosotros.
13. Al tiempo de justicia en que vivís, viene aparejado el dolor que
marca el principio de vuestra depuración.
14. Recordad que os he profetizado una guerra de religiones y que os
he anunciado una lucha de doctrinas, en verdad os digo que la batalla
ha comenzado ya, ¿Quiénes verán su fin? Nadie lo sabe, mas Yo os
digo que no triunfará el hombre, en esa lucha triunfará la verdad.
Quiero que os preparéis como buenos soldados a fin de que sepáis
defender esta causa.
15. Hoy venís a buscar alimento para vuestro espíritu y tratáis de que la
materia se someta y renuncie a vanas satisfacciones. Venís como
buenos y atentos discípulos, para lo cual aquietáis vuestros sentidos y
dejáis que el espíritu se eleve a Mí en una oración tierna y respetuosa.
Yo os recibo, os consuelo y vivifico.
16. Aquí están muchos de los que en otros tiempos fueron doctores de
la Ley o científicos; ahora traen su mente despierta para el saber
espiritual, convencidos de que en el limitado saber humano no
encontrarán la suprema verdad.
17. Aquí están los que en otros tiempos fueron poderosos y ricos en la
Tierra, que ahora han venido a saber de la pobreza y la humildad, Yo
los bendigo por su conformidad y por su anhelo de perfeccionamiento.
Ahí tenéis una prueba de mi amorosa justicia al hacerlos venir
nuevamente a la Tierra para mostrarles una página más del libro de la
sabiduría eterna.
18. La humanidad vive en un caos del que no puede librarse por sí
misma; necesita de ayuda y Yo estoy siempre presto a dársela; Solo
espero de ella una palabra, una breve oración o un momento de
arrepentimiento para iluminar su sendero y convertir este mundo de
tinieblas en un valle de paz, en que el hombre se sienta poseedor de la
vida que Yo le he concedido.
19. Vuestra misión no se reduce tan sólo a salvar a vuestro espíritu; es
necesario que ayudéis a encauzar a los que se han perdido. A cada paso
os recuerdo esta misión. ¿Hasta cuándo vais a espiritualizaros? ¿Hasta
cuándo vais a hacer mi voluntad? Si aprovecháis este tiempo y lleváis
en vuestro corazón mi palabra sin mezclar a vuestras prácticas ideas
extrañas, si os eleváis a Mí con limpidez, recibiréis con claridad la
inspiración espiritual que os alimentará y haréis que cuantos os rodeen
alcancen gracia y paz en su corazón.
20. El año de 1950 está muy cercano y de cierto os digo que la vida de
mis discípulos cambiará. Después de esa fecha veréis desatarse los
elementos de la Naturaleza y a los hombres levantarse en guerras de
ideas y doctrinas. Cuando eso sea, la confusión y el dolor serán tan
grandes que desearéis que mi palabra vuelva a hacerse oír a través del
entendimiento humano, mas ya os he dicho que esta manifestación no
se repetirá. A vosotros corresponde prepararos para las pruebas
venideras y dar valor a vuestros hermanos.
21. Estad alerta, porque en ese tiempo aparecerán falsos cristos, falsos
Elías y profetas, y los incautos estarán en peligro porque no sabrán
distinguir la verdad de la impostura; será entonces cuando hablaréis sin
reservas y ratificaréis mis palabras, y os haréis reconocer como hijos
del pueblo doctrinado por Mí en este Tercer Tiempo.
22. Vendrán a esta nación hombres y mujeres de todos los lugares de la
Tierra en busca de testimonios sobre mi nuevo advenimiento, y mi
Obra, representada por mis discípulos, les recibirá como madre
amorosa.
23. Aprended de Mí cuanto podáis, para que mañana os convirtáis en
maestros de vuestros hermanos; vuestra caridad y abnegación serán el
mejor recuerdo que hagáis de Mí y el mejor testimonio que deis de mi
palabra. Fortaleced vuestro espíritu en mis enseñanzas y comprobaréis
que cuando existe fe, no puede haber cansancio, temor ni cobardía. La
práctica y el trabajo serán vuestro sostén.
24. En el Segundo Tiempo escogí a doce discípulos, y ellos sin
preguntar quién les invitaba a seguirle, sintieron el llamado en su
espíritu y todo lo dejaron para ir en pos de mi huella. Así os he
escogido a vosotros, para prepararos y por vuestro conducto hacer el
llamado a otros más.
25. Velad a fin de que vuestras obras os dignifiquen y os sintáis
capacitados para guiar a vuestros hermanos. No olvidéis que un ciego
no puede guiar a otro ciego. Si la humanidad necesita luz, dádsela y
llevadla de la mano como a un hermano menor. Sanaos también, para
que más tarde sanéis a vuestros semejantes. Sed fuertes en vuestra
lucha e impartid fortaleza a los débiles.
26. Os doy el tiempo necesario para que podáis desempeñar la obra que
os encomiendo. Hombres y mujeres, trabajad por la elevación de la
humanidad. Cada pensamiento, cada obra vuestra quedará escrita y Yo
haré que toda simiente de amor sea fecundada. Dejaréis que sea Yo
quien juzgue vuestras obras y no publicaréis la caridad que hagáis si
queréis recibir un galardón. No busquéis honores, ni vasallaje, ni pago
alguno; sed humildes, caritativos y desinteresados y Yo os ensalzaré.
27. Cuando es mi voluntad haceros poseedores de bienes terrestres, os
los concedo para que los compartáis con vuestros hermanos
necesitados, con los que no tienen un patrimonio o un apoyo; con los
débiles y los enfermos. Muchos de los que nada poseen en la Tierra,
pueden en cambio participaros de sus bienes espirituales.
28. Si vosotros que habéis recibido mi palabra, no habláis de esta
verdad, los torpes y rudos hablarán. Tened presente de que esta
Doctrina os ha sido confiada, para que salvéis espiritualmente a muchos
seres que han sucumbido bajo el peso del desaliento y la amargura que
han dejado en ellos la guerra o la batalla que cada hombre libra
interiormente.
29. Orad en verdad, pueblo amado, no os concretéis a ensalzar con
bellas frases a mi Divinidad; amad a vuestros hermanos y velad por la
paz de las naciones.
30. Este pueblo a quien he doctrinado desde el principio de los tiempos,
no podrá deshacerse de su misión espiritual: debe ser guía, profeta y
mensajero entre los hombres. A él le he inspirado el culto perfecto
hacía Mí, y hoy tendrá la oportunidad de terminar de edificar el templo
que desde el principio le fue encomendado.
31. Le he apartado de toda influencia perjudicial para que pueda recibir
mi inspiración divina en toda su pureza. Sólo la enseñanza del Maestro
y la dulce voz de María, habrán de oírse en el santuario que mi pueblo
está construyendo en lo más profundo del espíritu.
32. A través de los tiempos os he concedido revelaciones espirituales a
mis hijos. En cada era me he manifestado en diferentes formas y
también en cada una de esas eras, he encontrado a la humanidad en
diferente grado espiritual; hoy la he sorprendido entregada a una
existencia material, egoísta y científica, y su espíritu se ha
materializado desconociendo el valor de los dones espirituales.
33. El hombre de este tiempo está librando en su interior la batalla
espiritual más grande que ha tenido la humanidad, porque su adelanto
científico y su desarrollo mental están en pugna con la evolución que su
espíritu ha alcanzado. Se niega a oír la voz de su conciencia y trata de
ahogar sus impulsos de liberación, sin darse cuenta de que vive un
tiempo de restitución y de justicia.
34. Abrid vuestros ojos, pueblo amado, y comprended que vos, a quien
Yo he destinado para ser la luz del mundo, no debéis dejaros llevar de
las pasiones que a otros subyugan ni confundiros entre las turbas que
caminan a ciegas por la vida.
35. Me decís que es difícil lograr la espiritualidad en un tiempo como
éste, dentro de una vida como la presente; mas Yo os digo que no es
imposible y si muy meritorio el esfuerzo que hagáis por libertaros del
mal, para dedicaros a una vida juiciosa y elevada.
36. En esta batalla triunfarán los que aparten de su corazón el temor al
juicio y a la crítica de los demás; y se elevarán los que se olviden de sí
mismos para servir a sus semejantes.
37. Yo, el Maestro, el Padre, he descendido a través de esta luz hasta
vuestro espíritu y por esa causa habéis llamado Espiritualismo a esta
revelación. Pues bien, cuando os pregunten qué quiere decir
espiritualismo, decid que es la Doctrina revelada por el Divino Maestro
en el Tercer Tiempo: La Doctrina de la espiritualidad.
38. Más si os preguntan que es espiritualidad, decid que es elevación de
pensamiento, limpieza en las obras y en las palabras, vida elevada y
generosa.
39. Vosotros, como discípulos de esta enseñanza, preguntaos con
frecuencia si estáis haciendo un esfuerzo para llegar a llamaros
dignamente: Espiritualistas. Para ayudaros en esta obra, os he dado mi
luz, porque seréis los encargados de construir el templo espiritual a mi
Divinidad. Con vuestra unión, formaréis el templo: Unos por su
firmeza, serán cimientos; los que alcancen mayor elevación, serán los
muros; otros con su caridad, serán escalinatas; y otros más, con su don
de palabra, se asemejarán a las campanas que con sus voces llaman a
las multitudes. Habrá quienes por su inspiración, simbolizarán altas
torres y cúpulas del recinto; y los que por su amor a la humanidad sean
como puertas siempre abiertas al necesitado, al sediento, al enfermo, al
incomprendido.
40. Este templo será concluido cuando la armonía entre mis discípulos
sea verdadera. Su base estará en la Tierra y sus cúpulas tocarán el
Cielo. Cuando esté cimentado lo hallaréis en todo el Universo. Tened
confianza en esa obra y trabajad sin deteneros.
41. Ninguno se aparte de la misión que tiene encomendada, para que no
vaya a carecer de solidez su santuario; todos debéis procurar alcanzar el
mismo conocimiento para que ese templo sea edificado con vuestra
espiritualidad.
42. Velad y orad. Amaos en verdad para que la soberbia no se apodere
de vuestro corazón, porque esta es simiente que destruye la humildad y
la caridad. Cuidaos de que no os acontezca lo que a los constructores de
Babel, a quienes los perdió su soberbia. Recordad que la mala simiente
fue la causa de la división entre aquellos hombres. La torre quedó sin
concluir, y fue tan grande la confusión de la gente, que se dividieron en
pueblos que hasta ahora viven todavía distanciados.
43. Una sola luz ha descendido sobre vosotros: la de mi Espíritu, que es
como un faro luminoso y un principio para vuestra unificación y
armonía.
44. Tomad como luz para vuestra práctica, la experiencia de los
primeros pueblos, meditad sobre sus pruebas y tomad sus ejemplos.
Construid y trabajad, hoy en materia y mañana en espíritu y así seguid
por siempre hasta que todos hayáis penetrado por las puertas del amor
en el templo de la verdad.
45. Que nadie quiera apartarse ni un paso del camino trazado por mi
Ley, porque un instante perdido, un tropiezo, un error, lo lamentaréis
amargamente.
46. El Maestro está en espera de que sus discípulos del Tercer Tiempo
sigan sus huellas al igual que aquellos que dieron testimonio de Mí, en
el tiempo pasado. A vosotros que me escucháis os digo: no esperéis
estar en espíritu para dar comienzo a vuestra misión. Si he venido a
hablaros ahora que habitáis la Tierra, es señal de que tenéis un destino
que cumplir en esta morada. En este cumplimiento vuestra mayor lucha
la tendréis con vosotros mismos; mas si usáis vuestros dones, habréis
vencido vuestras flaquezas y todo lo demás os será fácil.
47. Cuando este pueblo se haya unido y preparado, Elías anunciará a la
humanidad el resurgimiento del pueblo del Señor. Ahora pensad cuán
grande deberá ser vuestra la lucha, para lograr que vuestra vida sea una
enseñanza y una doctrina para la humanidad. Por eso os digo que
examinéis vuestras obras a fin de que tengáis conocimiento de lo que
hacéis; mas si hubiera actos o pensamientos que no alcancéis a
distinguir si están dentro o fuera de la Ley, elevad vuestro espíritu a Mí,
en una verdadera confesión espiritual y mi voz, reflejada en la luz de
vuestro pensamiento y en la paz de vuestro corazón, os señalará la
verdad.
48. No os parezca imposible esta clase de comunicación, que es la
misma que os he inspirado desde el principio de la existencia de la
humanidad. Hoy que es el tiempo en que impera como nunca el
materialismo, vengo a inspiraros la oración perfecta, precisamente
cuando el mundo dividido en sectas y religiones, trata en vano de
sustentar a su espíritu con ritos y tradiciones, olvidándose de la
verdadera oración; aquella que brota de lo más profundo de vuestro ser,
para elevarse a Mi por el camino del amor.
49. Todo este tiempo le habla de justicia al hombre y sin embargo, su
corazón no se conmueve. Los elementos, las plagas, las enfermedades
extrañas, los diarios acontecimientos en diferentes lugares de la Tierra,
son señales que hablan de la justicia Divina. Mas nadie ora y muy
pocos estudian las palabras que dejaron mis profetas.
50. Desde los primeros tiempos estaba anunciado todo lo que hoy veis
realizado y aun en este tiempo profeticé por conducto de los primeros
portavoces, acontecimientos que tuvieron muy pronto su cumplimiento.
51. ¿Quiénes de los que ahora oyen mi palabra, me volverán la
espalda? Eso sólo Yo lo sé.
52. Los que en aquel tiempo fueron en busca de Jesús con la esperanza
de recibir riquezas del mundo y bienes temporales, se sintieron
defraudados al ver que el Rey que sus padres les habían anunciado que
vendría a salvar a su pueblo, estaba sin corona, sin cetro y sin trono;
con sus manos vacías y desnudos sus pies. No pudieron reconocer en
Jesús al Mesías prometido. Considerad ahora todos los caminos que
habrán tenido que recorrer esos espíritus para recobrar la paz y los
beneficios que desaprovecharon. Hoy están entre vosotros.
53. Sabed que vuestro espíritu no nació al mismo tiempo que vuestro
cuerpo, sino que ha habitado en diferentes épocas y hoy, al sentir mi
presencia, viene a Mi con avidez y me pide que le permita oír mi
palabra hasta el final de mi comunicación; tiene la impresión de que en
otro tiempo no me quiso escuchar y hasta me negó, y ahora quiere
reparar su falta.
54. Habéis comprobado que ninguna falta queda oculta delante de Mí,
que todo error tiene que ser enmendado y toda deuda tiene que ser
saldada, pero también comprendéis que esa justicia procede del amor
divino que os quiere perfectos por que sois sus hijos.
55. Yo no destruyo a ninguno de mis hijos por mucho que me ofendan,
los conservo y les doy oportunidad de corregir su falta y retornar al
camino que habían dejado. Mas a pesar de que los he absuelto,
encuentran el fruto de sus obras y éstas son las que le juzgan y les
señalan el camino recto.
56. Las grandes naciones de este tiempo quieren la guerra, piden sangre
y claman venganza las que se sienten ofendidas, sin saber que todas
corren precipitadamente hacia el mismo abismo; no quieren
comprender que el poder que con tanto afán persiguen, pronto va a
tornarse en un cáliz cuyo contenido será el dolor, la desesperación y la
muerte; y cuando estén en ese abismo los sedientos de grandeza, los
hambrientos de venganza, cuando se encuentren en lo más grande de su
tribulación, alcanzarán a oír mi voz que les dice: ¡Mi paz sea con
vosotros! En ese momento se hará la luz en todos los espíritus y su
conciencia hablará con voz clara y será por todos oída. Comenzará en
el interior del hombre, la batalla del espíritu contra el materialismo, y
en mi Doctrina encontrará la luz necesaria para vencer.
57. Os habéis desengañado porque no traigo caudales ni riquezas
materiales para halagaros y hacer que por ello me sigáis; más bien hay
entre vosotros quienes tienen que dejar su elevada esfera para
descender a la humildad de estas multitudes que me escuchan. Y es que
esos me han reconocido y se disponen a renunciar a su vida vanidosa
para dedicarse a meditar en mi enseñanza para practicarla más tarde.
58. Si los primeros habitantes de este mundo, que vivieron en la virtud,
aparecieran entre vosotros, os darían testimonio de la paz, inocencia y
beatitud que envolvía a la humanidad de aquellos tiempos. También
podrían deciros que el dolor no existía y que la Tierra tenía seno y
rostro de madre; que entre las criaturas que la habitaban sólo había
simiente de amistad y de fraternidad. En verdad que este planeta estaba
engalanado a semejanza de la morada celestial.
59. Si a mi juicio, envié a los espíritus a habitar en este destino
temporal, quise todavía rodear su existencia de maravillas, como
prueba de mi amor para que el hijo no se olvidase de su Padre y en cada
obra suya lo viese y también lo amase. Más de aquel mundo, dé aquella
lozanía, de aquella pureza con que Yo le entregué la Tierra al hombre,
nada ha quedado; aquel santuario fue profanado, originándose con esto,
el dolor en innumerables formas. Ved lo que habéis hecho de ese reino
que el Señor os entregó para que en él fueseis como príncipes herederos
de su sabiduría y de su amor; poseedores de un mundo que con toda
vuestra ciencia aun no conocéis.
60. A nadie hagáis responsable de haber perdido la gracia y la paz que
rodeaba esta vida en el principio. No culpéis a vuestros primeros padres
porque en cada edad y en cada generación habéis sido probados y casi
siempre habéis caído. A pesar de ello mi amor y mi piedad han estado
siempre presentes en vuestra vida.
61. Alguien dice en su corazón: Señor, si nuestros antepasados fueron
los que faltaron, ¿Por qué hemos de ser nosotros los que suframos esas
consecuencias? Y Yo os digo: ¿Qué sabéis vosotros de las faltas de los
primeros? ¿Quién os dice que no seáis vosotros de los que formaron las
primeras generaciones? Por ahora, despertad, velad y orad, comprended
que no será vuestro amor sino el dolor, lo que purifique a la humanidad
y le devuelva su dignidad. Ya sobre la Tierra preparada Yo derramaré
la semilla de mi Doctrina, ésta que estoy revelándole a un pueblo
humilde que ha sabido reconocerme por la esencia de mi palabra, y que
será el indicado para dar la buena nueva a la humanidad en el momento
oportuno.
62. Quiero que el recuerdo de mi palabra sea imborrable en vosotros,
que viva, perdure y esté siempre presente en vuestra memoria y deis
testimonio de ella a vuestros hermanos con vuestras obras de amor.
63. Habéis sido preparados por Mí en el tiempo de la justicia, para que
tengáis una prueba de mi amor y no vayáis a quejaros después diciendo
que nada sabíais de lo que se acercaba. Mi justicia será sentida por todo
espíritu, ni uno de ellos escapará a esa Ley. Y mi amor eterno vencerá
todo error y obstinación en el mal. Las tinieblas serán disipadas y sólo
la luz estará en toda criatura.
64. Estudiad cuidadosamente esta lección y acabaréis comprendiendo
que nadie está irremisiblemente perdido, que nadie quedará lejos de Mí
y que todas vuestras tribulaciones llegan hasta mi Espíritu y vuestras
obras son puestas a juicio. Mas os digo que después de que me miréis
de cerca como Juez, me conoceréis como Padre y en verdad me
amaréis.
65. En el Segundo Tiempo os tracé el camino con mi sangre, ahora
tenéis la esencia divina de mi palabra y por ella os salvaréis y llegaréis
a Mí.
66. En aquel tiempo, los duros de corazón no creyeron en Mí, a pesar
de palpar mis obras, ¿Qué será de los duros de corazón de este tiempo,
ahora que mis manifestaciones son más sutiles?
67. Limpiad el vaso de vuestro corazón por dentro y por fuera, para que
brote de vuestros labios sólo la esencia de vida y verdad, y derramad su
contenido en vuestros hermanos sin limitaciones. No seáis avaros e
imitadme a Mí, que siendo el dueño de todo, todo os lo doy. Sed
intermediarios míos para con vuestros hermanos y trabajad
incansablemente en la obra de restauración universal.
68. ¿Os extraña que vuestro Señor se interese tanto por vosotros que
aún sois imperfectos? Es que me pertenecéis; os amo y por eso he
llegado en busca de vosotros.
69. Me preguntáis por qué os duele vuestra carne y hay penas en
vuestro corazón, cuando os he dicho que os amo, a lo cual Yo os
contesto que si en el Segundo Tiempo, siendo Yo inocente padecí por
vosotros para haceros dignos de estar conmigo, ahora no sabéis si
vosotros estáis padeciendo para ayudar con vuestros méritos a otros
espíritus que no han podido libertarse del pecado. Imitadme en vuestras
pruebas sin pensar en el premio o galardón que podáis alcalizar, mirad
que aún no tenéis suficientes méritos para hacer que otros alcancen
perdón por vosotros; por eso os doy nuevas oportunidades de que os
lavéis para que lleguéis a poseer lo que os ha sido prometido desde el
principio de los tiempos: La paz del espíritu.
70. ¿Por qué teméis al mundo y os ocultáis para trabajar, si mi Obra es
pura y sólo inspira amor y enseña caridad? Debíais sentiros dichosos
porque os he escogido para daros esta misión espiritual. No esperéis el
tiempo de mayores calamidades para comprobar mis profecías, ni
vayáis a entregaros al cumplimiento de vuestra misión tan sólo por
temor de ser castigados, porque si así lo hiciereis, no habréis sido
apóstoles por amor y por fe.
71. En verdad os digo que aquellos que me amaron y supieron obedecer
mis mandatos, se encuentran en Mí; ello significa que se hicieron
dignos de habitar la Mansión de Paz.
72. Interiormente me decís que el sabor de mi palabra os es conocido,
que en esencia es la misma Ley que os he dado a través de los tiempos
y en verdad os digo que esta palabra que oís a través de mis portavoces,
procede de la misma fuente de donde brotó aquella que os hice
escuchar por labios de Jesús.
73. Oís con atención la lección comenzada en tiempos anteriores.
74. El Verbo es el libro que se abrió en el principio de vuestra
evolución espiritual y que no se cerrará jamás.
75. Seguidme en la lucha, comprended mi Obra y sed perseverantes
hasta el fin, confiando en que mi caridad os acompaña a todas partes.
Os quiero ver unidos y preparados porque voy a tomar a todo aquél que
se haya fortalecido para convertirlo en emisario de mi enseñanza.
76. Toda palabra vertida por los labios de estos portavoces se cumplirá
y toda profecía de mis escogidos que hayan velado y orado, quedará
escrita y tendrá cumplimiento a su tiempo, como prueba de los dones
que he concedido a este pueblo y como testimonio de la verdad de mi
comunicación con el hombre.
77. Abrid el libro del pasado, ahí está vuestra historia; leed en él
iluminados por la luz de la conciencia y sentiréis profundamente la
verdad del Nuevo Tiempo.
ENSEÑANZA N° 97
ENSEÑANZA N° 98
ENSEÑANZA N° 99
OID MI PARABOLA:
ENSEÑANZA N° 101
ENSEÑANZA N° 102
ENSEÑANZA N° 104
ENSEÑANZA N° 105
1. Con esta palabra haréis un libro que quedará en la Tierra, para que
los hombres encuentren el sendero de la espiritualidad. Muchos de ellos
negarán su verdad; pero muchos también afirmarán que es cierto cuanto
él dice.
2. De generación en generación se irán manifestando más grandes y
claros los dones del espíritu, y esos hechos, surgiendo hasta en los más
escépticos e incrédulos, serán el testimonio de la verdad de cuanto os
anuncié en los tiempos pasados y os vine a confirmar en éste.
3. ¿Veis con cuánta intensidad ha vibrado mi palabra en este tiempo, al
comunicarse por el cerebro del portavoz? Pues no os imagináis el
prodigio de la comunicación de espíritu a Espíritu cuando ésta alcance
su plenitud.
4. ¿Os maravilláis al escuchar la descripción de un miraje por medio de
la videncia o de la fuerza profética de un sueño? De cierto os digo que
apenas habéis empezado a vislumbrar lo que otros verán en el futuro.
5. Os habéis maravillado del don de la intuición y os ha asombrado el
don de curación, mas es necesario que dejéis un buen ejemplo a los
espiritualistas del mañana.
6. El tiempo que predijo Joel, aquel en que los hombres recibirían sobre
el espíritu y la carne el Espíritu de Dios, es éste; mas está apenas en sus
albores, y es menester que vosotros, los primeros discípulos, dejéis
buena simiente, para que vuestras obras sean buenos frutos que alienten
en su jornada a los caminantes del mañana y no vayan a ser guijarros
con los que se tropiecen.
7. Por la luz que habéis recibido, sois de los que llegarán a interpretar
con justicia la enseñanza que desde los tiempos pasados os he,
revelado.
8. El análisis que hagáis de mi palabra y el cumplimiento que le deis,
será la mejor obra espiritual que dejéis a las generaciones venideras;
ellas os lo agradecerán y Yo os bendeciré.
9. Vosotros, primeros en esta era, seréis báculos, guías y guardianes de
los postreros y gozaréis en el desempeño de vuestra misión.
10. Vivid para salvar a vuestros hermanos, y Yo os salvaré a vosotros.
Echad vuestras barcas al mar e id en busca de los náufragos, y si veis
que las ondas se encrespan y amenazan, orad, y al instante sentiréis el
manto de mi paz sobre vuestro espíritu.
11. Discípulos: no penséis que sólo en el seno del pueblo de Israel
surgieron mis enviados, mis profetas, precursores e iluminados, porque
estaríais negando a muchos emisarios míos a quienes he enviado con
mensajes de luz, de paz y de amor a diferentes lugares de la Tierra.
12. La humanidad es la tierra donde siembro la semilla de amor; la cual
fue regada con el rocío divino, para que cuando llegase la simiente de
mi palabra encontrase campo propicio para fructificar.
13. Siempre que alguna revelación está por llegar a iluminar a los
hombres, les he enviado precursores o profetas a prepararles con el fin
de que aquella luz pueda ser contemplada por ellos; mas no creáis que
sólo son enviados míos aquellos que traen mensajes para el espíritu, no,
discípulos, todo aquel que entre la humanidad siembra el bien en
cualquiera de sus formas, es enviado mío.
14. A esos emisarios podéis encontrarlos en todos los caminos de
vuestra vida, lo mismo en las religiones, que en las ciencias, entre los
hombres que gobiernan o en aquellos que imparten buenas enseñanzas.
15. El verdadero siervo mío, nunca se aparta del sendero que debe
recorrer, prefiere morir en el camino que retroceder. Su ejemplo es
semilla de luz en la vida de sus semejantes y sus obras son ejemplos
para los demás. ¡Ah, si la humanidad supiese comprender los mensajes
que a través de ellos le envío! Mas no es así, porque existen muchos
hombres que teniendo delicadas misiones en el mundo, desvían sus
miradas de aquellos grandes ejemplos, para tomar el camino que mejor
les place.
16. Tenéis gobernantes en cuyo corazón no se alberga la justicia ni la
magnanimidad para gobernar a su pueblo, porque van tras el ideal
mezquino del poder y la riqueza. Hombres que se dicen representantes
míos y que ni siquiera conocen el amor hacia sus semejantes. Médicos
que no conocen la esencia de su misión, que es la caridad, y jueces que
confunden la justicia con la venganza y utilizan la ley con fines
perversos.
17. Todo el que tuerce su senda, desviando su mirada de aquella luz
que lleva en el faro de su conciencia, no imagina el juicio que a si
mismo se va preparando.
18. También hay quienes han tomado misiones que no les corresponden
y que con sus errores van dando pruebas de carecer en lo absoluto de
los dones necesarios para desempeñar el cargo que por sí mismos han
asumido.
19. Así podéis encontrar ministros de Dios que no lo son, porque no
fueron enviados para ello; hombres que conducen pueblos y que no son
capaces de conducir sus propios pasos; maestros que carecen del don de
enseñar, y que en vez de hacer luz turban las mentes. Doctores en cuyo
corazón no ha latido el sentimiento de la piedad ante el dolor ajeno,
ignorando que el que verdaderamente posee este don, es un apóstol de
Cristo. Todas mis instituciones han sido profanadas por los hombres,
mas ya es llegada la hora de que todas sus obras sean juzgadas. Ese
juicio es a Mí a quien corresponde hacerlo; por lo que os digo: velad y
cumplid con mis preceptos de amor y de perdón.
20. ¿Os he dicho que formáis parte del pueblo de Israel, el poseedor de
la simiente divina? Pues preparaos para que seáis dignos de llevar en
vuestro alfolí la semilla del amor, de la paz y de la luz.
21. Meditad sobre las lecciones que en este día os he enseñado, para
que no os desviéis del sendero que os he trazado, usurpando cargos que
no os corresponden y para que no hagáis mal uso de vuestros dones;
porque si después de cuanto habéis escuchado en mis lecciones
cayeseis en los errores que os he señalado, vuestro juicio tendrá que ser
más severo que el de aquel que, durante su vida no conoció una
enseñanza con la luz que contiene ésta que habéis recibido.
22. Pueblo amado: multiplicaos, perseverad y cumplid con vuestra
misión.
23. Yo he encendido una luz en el camino del espíritu, para que éste no
se pierda y venga con firmeza por el sendero, como oveja que sabe en
dónde está el aprisco.
24. Esa luz que es la del conocimiento espiritual, ilumina la brecha y
descubre al lobo cuando este acecha entre la maleza.
25. No todos los hombres vienen por la senda segura; hay muchos
perdidos en el camino, viajeros errantes, seres sin rumbo fijo. Cuando
cruzó en su camino y les pregunto: ¿A dónde vais? ¿Qué o a quién
buscáis? Ellos, inclinando su cabeza me dicen: “Maestro, no sé a dónde
voy, a dónde me conducen mis pasos, ni qué es lo que busco”,
Entonces les he dicho: “Seguidme” y esa sola palabra, penetrando en su
corazón, ha bastado para encender una luz de esperanza, una flama de
fe que les ha reanimado para venir en pos de mi huella, porque desde el
instante en que se levantaron a seguirme sintieron una fuerza
desconocida que no les ha abandonado un momento, haciéndoles sentir
una confianza absoluta en su destino.
26. Quiero que sepáis, todos los que estáis escuchando esta palabra, que
al invitaros a caminar por esta senda no os ofrezco en ella tan sólo
satisfacciones y goces espirituales sino también pruebas, lecciones y
expiaciones; pero que, al mismo tiempo, desciende una fuerza superior,
a sostener al que está siendo probado y que esa fuerza, a lo largo de la
jornada, es el báculo en el que habrá de apoyarse el caminante. Esa
fuerza lo encierra todo, fe, amor, obediencia y confianza.
27. Tened presente, discípulos, que empezáis a caminar en pos del
Maestro, para que cuando las pruebas se presenten a vuestro paso,
penséis: “ya estaba yo preparado, el Maestro me había advertido y
confío salir avante con su divina ayuda”. En verdad os digo que si
tomáis con espíritu fuerte y elevado estas lecciones, comprobaréis que
ninguna prueba es en vano, porque lo mismo la que va destinada a un
hombre, que aquella que se presenta en el seno de una familia o la que
toca a una nación, todas y cada una de ellas encierran un sentido
profundo y muchas veces grandes lecciones. ¿Quién podrá decir en este
instante que está exento de pruebas? Nadie, porque es tiempo de
restitución espiritual.
28. Abrid vuestros ojos a la realidad, y daos cuenta de la
responsabilidad que contraéis al escuchar mi palabra y convertiros en
testigos de mis manifestaciones de este tiempo. Quiero deciros que no
os conforméis con escuchar mi palabra y satisfacer vuestras
necesidades espirituales sin pensar en las de los demás, porque esa
satisfacción no podrá ser completa si meditáis en que precisamente en
los instantes de vuestro deleite espiritual, millones de hermanos
vuestros luchan, se desesperan o sucumben entre el fuego de las guerras
fratricidas.
29. Mi Doctrina viene a prepararos para una lucha en favor de la paz y
de la espiritualidad en el mundo, mi enseñanza viene a deciros lo que
debéis hacer, para que todos trabajéis en esta Obra salvadora. Entonces
comenzará a experimentar vuestro espíritu la paz y la satisfacción que
corresponden a quienes laboran conmigo en mis obras de amor.
ENSEÑANZA N° 106
ENSEÑANZA N° 108
ENSEÑANZA N° 109
ENSEÑANZA N° 110