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TEMA 10 LAS PARTES EN EL PROCESO

I. INTRODUCCION

II. CARACTERISTICAS

1) Dualidad
2) Igualdad
3) Legitimación

III. CAPACIDAD PARA SER PARTE

1) Personas físicas
2) Personas jurídicas

IV. CAPACIDAD PROCESAL

1) Personas físicas
2) Personas jurídicas

V. POSTULACION

1) Procurador
2) Abogado

VI. JUSTICIA GRATUITA

1) Objeto
2) Sujetos
3) Requisitos
4) Contenido
5) Reconocimiento
6) Tramitación

I. INTRODUCCION
A la hora de analizar las partes que actúan en un proceso judicial, nos
ceñiremos a su estudio dentro del llamado proceso civil entendido como
medio o forma de exigibilidad o realización de la pretensión de una persona o
justiciable frente a otra, también llamada justiciable, tomando como Derecho
Sustantivo el Código Civil y como Derecho Procedimental la Ley de
Enjuiciamiento Civil.
Dentro del proceso civil las partes son (normalmente) dos: el
demandante o actor que sería el justiciable o titular de un derecho subjetivo
que reclama su realización a través de los Juzgados y Tribunales y el
demandado o reo que es el justiciable al que se le reclama la realización de
un derecho subjetivo o pretensión.
La fijación de las partes procesales es interesante básicamente en base
a dos motivos:

a) Diferenciación de las mismas frente a la existencia de otros sujetos


que intervienen en el proceso civil (por ej. testigos o peritos)

b) Diferenciación de las mismas respecto a los sujetos que las


representan (Procurador y Abogado)

II. CARACTERISTICAS

Las características que definen la participación de las partes en un


proceso civil, es decir, los principios de actuación de las mismas dentro del
mismo proceso serían las siguientes:

a) Principio de dualidad de partes: en todo procedimiento civil hay


dos posiciones encontradas o contrapuestas (antagónicas), ya que
existe una parte que pide o solicita una pretensión (que es el
demandante) y otra que es la parte a la que se exige el cumplimiento
de esa pretensión (demandado). Por lo tanto siempre existirá una
dualidad de partes ya que, como norma general, el procedimiento
civil es contencioso (al existir un peticionario o demandante y un
reclamado o demandado). Una excepción al principio de dualidad de
partes sería la llamada jurisdicción voluntaria: la misma se
caracteriza porque existe una parte que solicita al órgano
jurisdiccional la realización de un derecho o pretensión jurídica, sin
que exista una contraparte frente a la que se solicita dicha
pretensión. Por tanto en la tramitación de un proceso incluido dentro
de la jurisdicción voluntaria no hay dualidad de partes sino sólo una
(lo que no implica que posteriormente se pueda transformar dicho
proceso civil voluntario en uno contencioso). Ejemplos de jurisdicción
voluntaria serían asuntos relativo a adopción de menores o la
sucesión intestada.

b) Principio de igualdad: supone que ambas partes procesales deben


tener una posición equidistante o equivalente la una de la otra, es
decir, deben tener los mismos derechos, obligaciones, deberes,
recursos, etc... En el caso de que dicha igualdad se rompa,
podríamos encontrarnos en una situación de indefensión (reconocida
en el art. 24.2 de la Constitución) respecto a la parte que sufre la
desigualdad.

c) Principio de legitimación: hay que distinguir:

1) Legitimación activa : dicha legitimación la ostenta el


demandante y supone que única y exclusivamente la persona
que a través de los Juzgados y Tribunales quiere exigir un
derecho o la realización de una pretensión todo ello se debe
basar en un derecho propio de la misma: es decir, se puede
acudir a un Tribunal exigiendo una cantidad de dinero
prestada a alguien si ese dinero es de la persona que reclama
(si ese dinero es propio). Por tanto no se tendrá legitimación
cuando lo que se reclama (sea derecho o pretensión) no se
sustente en un derecho propio (es decir, que reclamemos
situaciones o derechos que sean de otros). Sin embargo, a lo
anterior cabe una excepción: si la persona que ostenta el
derecho propio no puede ejercerlo debido a que no tiene
capacidad para ejercitarlo y lo ha de hacer a través de un
tercero: sería el caso de un menor de edad que no tiene
capacidad procesal (que posteriormente analizaremos): en
este caso la ley permite litigar a un tercero por un derecho
que no es propio de él.

2) Legitimación pasiva: dicha cualidad la ostenta el demandado


que es la persona frente a la que se exige el derecho o la
pretensión jurídica. Se ha de tener muy en cuenta este hecho
debido a que un error en la identificación del demandado
puede suponer la no admisión a trámite de la demanda y por
tanto la imposibilidad (por lo menos inicial) de exigir nuestro
derecho o pretensión jurídica.

III. CAPACIDAD PARA SER PARTE

Se define, dentro del procedimiento civil, como la aptitud o capacidad de


ser titular de todos los derechos y de todos los deberes en la vida particular y
que pueden ser defendidos o reclamados ante los Tribunales de Justicia. En
otro sentido, hablamos de derechos y deberes que entrañan posiciones y
pretensiones jurídicas ( sea como demandante o como demandado). Es decir,
son las situaciones características o requisitos necesarios para poder reclamar
a los órganos jurisdiccionales un derecho o una pretensión jurídica o bien ser
sujetos de exigibilidad de ese derecho subjetivo o pretensión jurídica.
La capacidad para ser parte ha de ser analizada en atención a los
sujetos titulares de la misma y diferenciando entre persona física o jurídica.
1) Persona física

La adquisición de ese conjunto de derechos y obligaciones inherentes a


un proceso civil o lo que lo mismo la capacidad de ser titular de derechos
subjetivos y de obligaciones para el cumplimiento de los cuáles se puede
recabar la tutela de los Juzgado y Tribunales se inicia con el nacimiento de una
persona. Es decir, el nacimiento es el hecho que determina la existencia de
capacidad para ser titular de derechos y obligaciones en el plano jurídico.
Según el Código Civil, en su art. 30, se entiende por “persona”(a los
efectos de ser titular de derechos y obligaciones) aquellos fetos humanos que
reúnan las siguientes características:

1º Que tuvieran figura humana


2º Que vivieran 24 horas

3º Que viviera el mismo desprendido del seno materno ese lapso de


tiempo más arriba indicado

Por tanto todo nacido que reúna estos requisitos será “persona” y será
titular de derechos y obligaciones (es lo que se denomina capacidad natural)
aunque a la hora de exigirlos o que se lo exijan necesitará de un tercero o
representante que supla la carencia de legitimación procesal.
Dentro del nacimiento como forma de adquisición de derechos y deberes
se ha de hacer mención especial al denominado “nasciturus” (que es el
concebido pero no nacido). El art. 29 del Código Civil lo define como nacido
para todos los efectos que le sean favorables, en tanto en cuanto reúna los
requisitos recogidos en el art. 30 del Código Civil (vistos más arriba). Por tanto
los derechos y obligaciones que ostenta el “nasciturus” son una expectativa
sometida a doble condición: la primera es que nazca y la segunda que tenga
las características de “una persona”. La capacidad procesal del “nasciturus” se
llevaría a cabo por los representantes del mismo en el caso de que el mismo ya
hubiera nacido.
Si con el nacimiento se adquieren un conjunto de derechos y
obligaciones (que forman la denominada capacidad natural o de ser parte) con
la muerte de una persona se extingue esa capacidad natural y esa capacidad
procesal. A efectos de la Ley de Enjuiciamiento Civil la muerte de una persona
puede ser de dos tipos:

a) Muerte natural o física

b) Muerte legal (que sería una ficción jurídica): ello supone tramitar la
denominada declaración de fallecimiento: la misma se tramita
como un expediente de jurisdicción voluntaria y se lleva a cabo
cuando una persona ha pasado largo tiempo desaparecida y según
las circunstancias en que se produjo la desaparición se puede
presumir que la misma ha muerto. La finalidad de esta declaración se
fundamenta en la necesidad de que los familiares del presunto
fallecido puedan disponer de los bienes del mismo y que además el
Estado puede conceder prestaciones relativas a la Seguridad Social
(por ejemplo, pensiones de viudedad u orfandad). Si el fallecimiento
de una persona se produce en tanto en cuanto se esta tramitando un
procedimiento civil (contencioso o voluntario) ello no supone la
extinción del mismo ya que se prevé la figura de la sucesión
procesal: enalgunos procesos civiles la Ley de Enjuiciamiento Civil
(LEC) prevé la posibilidad que los herederos del fallecido continúen la
reclamación entablada por su el fallecido o bien que los herederos
del fallecido queden obligados como sucesores del fallecido (cuando
éste actúe en la posición de demandado).

2) Personas jurídicas

Según en el art. 35 del Código Civil existen tres tipos de personas


jurídicas, que serían corporaciones, asociaciones y fundaciones. Al igual
que las personas físicas, se les reconoce la capacidad para ser parte, es decir,
pueden exigir (o se les puede exigir) la realización de un derecho subjetivo o de
una pretensión jurídica en tanto en cuanto estén válidamente constituidas
acorde a Derecho (es decir, que según los estatutos constitutivos de la misma
estén válidamente constituidas o a falta de los anteriores, según lo establecido
en la normas legales que regulan tanto corporaciones, asociaciones y
fundaciones).
Por lo tanto las personas jurídicas que estén válidamente constituidas
tendrán capacidad para ser parte, tendrán derechos y obligaciones en un plano
jurídico y podrán ejercitar las acciones civiles en defensa o reclamación de sus
derechos subjetivos.

IV CAPACIDAD PROCESAL

Se define como la capacidad objetiva y necesaria para poder


comparecer en juicio, es decir realizar actuaciones procesales dentro de un
proceso civil (sea común o especial) tanto en la posición del demandante como
en la del demandado. Hemos de distinguir, en relación a la capacidad procesal
entre:

1) Personas físicas

Según el art. 2 de la LEC sólo pueden comparecer en juicio, es decir


tienen capacidad procesal, los que estén en pleno ejercicio de los derechos
civiles, lo que conlleva:

1) Mayor de edad no incapacitado


2) Menor de edad emancipado
Cuando la persona que reclama la realización de un derecho subjetivo o
bien una pretensión jurídica o por el contrario se le exige la realización o
permisibilidad del mismo pero no reúne los requisitos arriba indicados, se han
de arbitrar medios que suplan esa carencia de capacidad para ser parte. Esos
medios de suplir la carencia quedan establecidos mediante la figura de la
representación legal: dicho representante suplirá la capacidad procesal del
que carece de la misma.
Los supuestos de representación legal más comunes serían los
siguientes:

a) Menores de edad no emancipados: la representación legal es


asumida por los que ostentan la patria potestad del menor (que
pueden ser los padres, el padre o la madre o bien un tutor). En el
caso del tutor, es necesaria la autorización judicial para entablar una
demanda en defensa de los intereses del pupilo o tutelado.

b) Menores de edad emancipados: puede por sí mismo comparecer


en juicio pero no pueden realizar ciertos actos (hasta que no cumpla
los 18 años) en los que necesitaría consentimiento de los padres o
del tutor o de su cónyuge (si fuera mayor de edad), actos tales como
tomar dinero a préstamo, gravar o enajenar bienes inmuebles,
establecimientos mercantiles o industriales u objeto de extraordinario
valor.

c) Incapacitados: la incapacidad ha de ser declarada en sentencia


judicial que determine los límites y la extensión de la incapacidad.
Dicha incapacidad puede ser de dos tipos (según lo que se
establezca en la sentencia) por lo que el incapacitado puede quedar
sometido a tutela o curatela. Si mientras con la tutela se suple la
capacidad procesal con la curatela se suple o complementa la
incapacidad en determinados ámbitos o actos de la vida privada del
incapacitado, por lo que el sujeto a curatela sí tiene capacidad
procesal para determinado actos no para todos (y son en estos
últimos donde actúa la figura del curador).

d) Personas sometidas a curatela: serían:

1) Los menores de edad emancipados cuyos padres fallecieron o


están privados de la patria potestad

2) Los menores que obtengan el beneficio de la mayor edad. Son


aquellos menores que han cumplido 16 años y viven
independientes (tanto personal como económicamente) de sus
padres

3) Los pródigos: son aquellas personas que dilapidan o


malgastan el patrimonio familiar (siempre y cuando el pródigo
tenga obligaciones con terceros)

4) Los incapacitados sometidos a curatela

e) Los ausentes: al igual que en el tema de la declaración de


fallecimiento, para el supuesto de que una persona desaparezca,
pero que de las características de su desaparición no se pueda
deducir que haya fallecido se procederá a tramitar el denominado
expediente de declaración de ausencia (que normalmente es el
paso previo a una declaración de fallecimiento) con la finalidad de
que se designe un representante legal en relación a los bienes y
derechos del ausente. Al igual que en el caso de la declaración de
fallecimiento, se trata de un expediente de jurisdicción voluntaria.

f) Quebrados y concursados: la diferencia entre ambos estriba que


mientras la quiebra hace referencia a empresarios individuales o
comerciantes, el concurso de acreedores hace referencia a
particulares que no se dedican a ninguna actividad profesional o
comercial. La declaración de alguna de estas situaciones que afectan
al patrimonio económico de una persona supone que en los
procedimientos civiles relativos al patrimonio del quebrado o
concursado serán representados por las personas que administran
su patrimonio (sean síndicos, depositarios etc...) mientras que en los
procesos civiles relativos a los derechos de la personalidad tendrán
capacidad procesal para representarse.

2) Personas jurídicas

Si en las personas físicas la capacidad para ser parte o capacidad


natural se adquiere con el nacimiento y se extingue con la muerte y la
capacidad procesal se adquiere con la mayor edad, en las personas jurídicas la
ambas capacidades se adquieren desde el mismo momento de su constitución
(en tanto en cuanto estén válidamente constituidas).
La representación de la persona jurídica en un proceso civil corresponde
a la persona física a la que esta posibilidad se le reconoce en los estatutos
constitutivos de la persona jurídica. Por tanto se habrá de examinar tanto los
estatutos como las normas legales reguladoras de la persona jurídica de que
se trate para determinar quien ostenta la representación legal de la misma.
Frente a la anterior representación legal o necesaria de las personas
jurídicas también cabe la denominada representación voluntaria cuando
quien ostenta la representación procesal es diferente de la persona recogida en
los estatutos de la misma o en las normas reguladoras y el proceso civil no
exige de la representación legal. Dicha representación se articula a través del
poder para pleitos en la que se designa como representante de la empresa a
un tercero diferente del representante legal.
La representación de las personas jurídicas públicas o Corporaciones de
Derecho Público (ya sea Administración del Estado, Administración Autonómica
o Administración Local) corresponde a los Letrados que constituyan los
servicios jurídicos de la Administración correspondiente (Abogados del Estado,
Letrados de una Comunidad Autónoma etc...). No obstante lo anterior, es
posible que la representación y defensa de los intereses del Estado pueda ser
ostentada por un Abogado colegiado y designado para el caso concreto.

V. POSTULACION

Se define como la representación profesional necesaria para actuar en el


proceso civil que corresponda. En relación a ello, dicha representación
profesional no es necesaria u obligatoria para todos los procesos civiles (sino
los que expresamente vienen establecidos). En otro orden de cosas, el
justiciable que ostenta la capacidad para ser parte de derechos y obligaciones
y la capacidad procesal necesita de esta

representación profesional para poder ejercer o defender su pretensión en el


proceso civil correspondiente.
Esta representación procesal queda integrada por el Procurador que
representa al justiciable o titular de derechos subjetivos y el Abogado que
defiende o dirige el proceso en aras a conseguir un resultado positivo del
mismo a favor de su cliente.

1) Procurador

Son profesionales liberales que representan los derechos y los intereses


del justiciable ante los Juzgados y Tribunales de Justicia. Esta representación
que ostenta el Procurador se lleva a cabo mediante el denominado poder para
pleitos. La regulación de la figura del Procurador queda recogida tanto en la
LEC, LOPJ y en el Real Decreto 2046/1982 de 30 de julio que regula el
Estatuto General de los Procuradores de los Tribunales.
Son requisitos para ejercer la profesión de Procurador los siguientes:

a) Ser de nacionalidad española o de alguno de los Estados Miembros


de la Unión Europea
b) Ser mayor de edad

c) Ostentar el título de Licenciado en Derecho

d) Haber obtenido el título de Procurador

e) Inscripción en el Colegio de Procuradores correspondientes

f) Abono de la cuota en la Mutualidad de Previsión de los Procuradores


de Tribunales de España

g) Constituir fianza según lo establecido en el Estatuto de los


Procuradores

h) Prestar juramento o promesa ante la Sala de Gobierno del órgano


jurisdiccional donde el Procurador va desarrollar su profesión (en la
demarcación territorial)

Según lo visto, para que el Procurador pueda representar al justiciable


ha de existir el denominado poder para pleitos. Este poder o documento de
apoderamiento es de naturaleza notarial y en el mismo se establece ese
contrato de mandato o representación entre el justiciable o mandante y el
Procurador o mandatario. En dicho poder constan todas las facultades o
potestades que el justiciable concede al Procurador (facultades que suelen ser
bastante amplias). Dicho poder se ha de presentar obligatoria y
necesariamente con el primer escrito que se presente en el proceso civil (sea
por parte del demandante o del demandado). El poder para pleitos puede ser
dos tipos:

a) Poder general para pleitos: es el ordinario

b) Poder especial a favor del Procurador: menos frecuente que el


anterior y se relacionan con situaciones procesales puntuales y que
normalmente no quedan recogidas en un Poder General para pleitos.

Tanto uno como otro poder han de estar bastanteados, es decir, que el
Abogado que dirige el pleito a favor del justiciable asegure que el poder del
Procurador es suficiente como manifestación de representación del justiciable.
El bastanteo suele referirse en el inicio de la demanda con expresiones tales
como “...debidamente bastanteado” o “...poder suficiente”.
Aunque el apoderamiento normalmente se realiza a través de Notario
cabe la posibilidad de que la designación de Procurador se lleve a cabo a
través del Secretario del Juzgado o Tribunal correspondiente. Esto es lo que se
conoce como apoderamiento o poder “apud acta”.
Como referíamos anteriormente, no en todo proceso civil es necesaria la
presencia del Procurador. A continuación mencionaremos aquellos en los que
no es necesaria la representación a través de Procurador y por tanto todas las
actuaciones y notificaciones judiciales se entenderán con el justiciable
directamente. Los litigios exceptuados de representación por Procurador
serían los siguientes: (Art. 4 LEC)

a) Los actos de conciliación

b) Los juicios verbales, cognición y de desahucio (en relación a estos


últimos se necesitará Procurador si el desahucio se insta en relación
a un local de negocio, establecimiento mercantil o fabril o finca
rústica

c) Juicios universales

d) Justicia gratuita, alimentos provisionales, embargos preventivos y


diligencias previas a la iniciación de un proceso civil

e) Actos de jurisdicción voluntaria

Son deberes inherentes a los Procuradores:

a) Seguir el juicio en tanto en cuanto no cese en su cargo

b) Notificación al Abogado del cliente de toda la documentación,


encargos e instrucciones que el cliente quiera hacer llegar al mismo

c) Solicitar del Abogado (que cese o es cesado en su defensa) toda la


documentación y escritos en poder del mismo para entregarlos, en su
caso, al nuevo Abogado

d) Tener siempre informado (tanto al cliente como al Abogado) de


cualquier notificación o comunicación que afecte a los intereses de
ambos

e) Pagar todos los gastos que se causen en el proceso civil (incluyendo


los honorarios del Abogado)

f) Firmar todas las notificaciones que deban de hacerse a su cliente


excepto aquellas que la LEC establece como personales y que se
han de realizar en la persona del cliente (sea demandado o
demandante)

En cuanto a los derechos del Procurador, básicamente hablamos de la


retribución. La retribución de los Procuradores se realiza por medio de arancel
de tal modo que la cantidad a pagar es fija o determinada ya que en la misma
va en relación a la actuación procesal que verifique el mismo a favor de su
mandante. Este derecho a la retribución se concreta en la llamada Provisión
de
fondos: el cliente o mandante ha de abonar previamente al Procurador los
gastos iniciales que supone el inicio de un proceso judicial (en este caso civil).
Si iniciado el correspondiente pleito judicial el mandante o justiciable no hubiere
habilitado al Procurador los fondos necesarios para la continuación del proceso
civil, éste podrá solicitarlo ante el órgano judicial que esté conociendo del
pleito. El mismo órgano judicial dictará un auto por el cuál se fijará la cantidad
necesaria para continuar el proceso iniciado. Se requerirá al justiciable el
abono de la misma y en caso contrario se le advertirá que el no pago puede
suponer el embargo de los bienes del justiciable y su posterior ejecución. (Art. 7
LEC).
Por otro lado y en caso de impago de aranceles al Procurador existe un
procedimiento judicial para requerirlos que es la denominada jura de cuentas:
dicho procedimiento se insta para el caso de que se haya finalizado el proceso
y resulte que el mandante no ha abonado cuantía alguna en concepto de
derechos y suplidos. La jura de cuentas se lleva a cabo a través del Juzgado o
Tribunal que ha conocido del pleito donde el Procurador ha sido apoderado.
(Art. 8 LEC).

2) Abogado

Se define como el profesional que dirige la defensa técnico-jurídica de


las partes que intervienen en un proceso judicial. La regulación del régimen
jurídico de los Abogados queda recogido en la LEC, LOPJ y el Estatuto
General de la Abogacía, aprobado por Real Decreto 2090/1982 de 24 de julio,
además de la normativa propia aplicable de cada uno de los Colegios de
Abogados.
Son requisitos para ejercer la profesión de Abogado:

a) Ser de nacionalidad española o de alguno de los Estados miembros


de la Unión Europea

b) Ser mayor de edad

c) Estar en posesión del título de Licenciado en Derecho

d) Carecer de antecedentes penales que le inhabiliten para el ejercicio


profesional

e) Pagar la correspondiente cuota de ingreso al Colegio Profesional

f) Pagar la cuota de ingreso en la Mutualidad General de Previsión de


la Abogacía

g) Estar dado de alta de licencia fiscal o I.A.E


Estas condiciones son obligatorias para el ejercicio de la profesión salvo
la primera que puede ser dispensada por norma legal
Al igual que en el caso de los Procuradores, no en todo proceso civil es
necesaria la presencia de Abogado. A continuación mencionaremos aquellos
en los que no es necesaria la defensa través de Abogado. Los litigios
exceptuados de participación de Abogado serían los siguientes: (Art. 10 LEC)

a) Los actos de conciliación

b) Los juicios verbales, de desahucio, en relación a éstos últimos salvo


los que se funden en la falta de pago de la renta de locales de
negocio, que será preceptiva la presencia de Abogado.

c) Los actos de jurisdicción voluntaria de cuantía determinada que no


exceda de 400.000 ptas., así como los que tengan por objeto la
adopción de medidas urgentes o que deban instarse en un plazo
perentorio

d) Los escritos que tengan por objeto personarse en el juicio, pedir la


suspensión de vistas y cualquier otro de mera tramitación. Cuando la
suspensión de vistas o diligencias que se pretenda se funde en
causas que se refieren especialmente al Abogado, deberá éste firmar
el escrito, si fuera posible

Al igual que en el caso del Procurador, el Abogado tiene derecho a ser


remunerado por sus servicios que presta como profesional independiente. La
cuantificación de la remuneración del Abogado queda reflejada en la
denominada minuta: si mientras en el caso del Procurador su retribución viene
fijada por la Ley por cada una de las actuaciones procesales que realice (que
es el denominado arancel) en el caso de Abogado los honorarios o retribución
que percibe son libremente fijados por los mismos sin sujeción a normativa
alguna. No obstante lo anterior, los Colegios de Abogados suelen establecer
unos baremos de honorarios

orientativos, fijándose entre un máximo y un mínimo la cantidad a percibir por


parte del Abogado. Como hemos dichos, esos baremos son orientativos y no
obligatorios (aunque normalmente los Abogados se suelen ceñir al mismo).
Al igual que en el caso del Procurador existe la jura de cuentas para el
caso de que el cliente no abone o pague las cantidades devengadas por parte
del Abogado en la defensa técnico-jurídica del pleito.

Los deberes u obligaciones genéricas del Abogado serían:

a) Deber de actuación con buena fe ante los Tribunales de Justicia

b) Colaboración con la Administración de Justicia


c) Deber de secreto de todos los hechos o noticias que conozcan por
razón de cualquiera de las modalidades de su actuación profesional,
no pudiendo ser obligado a declarar sobre los mismos

d) Deber de colegiación: única y exclusivamente los Abogados adscritos


al correspondiente Colegio Profesional pueden actuar ante Juzgados
y Tribunales

VII. LA JUSTICIA GRATUITA

1) Objeto

Según lo que se establece en la Constitución en su art. 119 “ la justicia


será gratuita cuando así lo disponga la Ley y, en todo caso, respecto a quienes
acrediten insuficiencia de recursos para litigar”. Por tanto y a la vista de lo
establecido en la Constitución podemos definir el término justicia gratuita como
exención de los gastos que debe de afrontar una persona física o jurídica en
defensa de sus intereses ante los Tribunales de Justicia.
La actual regulación de la justicia gratuita queda recogida en la ley
1/1996 de 10 de enero que conlleva novedosos cambios en relación a la
legislación anterior. Una de estas novedades es que la regulación de la misma
se extiende a todos los procesos (sean civiles, penales, contencioso-
administrativos o laborales) y por tanto suprime la normativa especial que en
relación a esta materia existía para cada uno de estos ámbitos judiciales.

2) Sujetos

Dentro de los sujetos que tienen derecho a este beneficio de justicia


gratuita hemos de diferenciar aquellos que lo tienen por ley y aquellos otras
que lo tienen por disposición administrativa en tanto en cuanto puedan
demostrar insuficiencia de recursos para poder litigar.
Son sujetos del beneficio de justicia gratuita por disposición de la ley
1/1996 de 10 de enero y sin necesidad de acreditar insuficiencia de recursos
para litigar:

a) Las Entidades Gestoras y Servicios Comunes de la Seguridad Social

b) En el orden jurisdiccional social, a los trabajadores y demás


beneficiarios de la Seguridad Social

Son sujetos del beneficio de justicia gratuita por disposición


administrativa en tanto en cuanto acrediten insuficiencia de recursos para
litigar:

a) Personas físicas
? Ciudadanos españoles, los nacionales de los demás Estados
Miembros de la Unión Europea y los extranjeros que residan
legalmente en España

? En el orden jurisdiccional penal, tendrán derecho a la asistencia


letrada y a la defensa y representación gratuita los ciudadanos
extranjeros, aún no residiendo legalmente en territorio español

? En el orden contencioso-administrativo, y en la vía administrativa


previa, los ciudadanos extranjeros aún no residiendo legalmente
en territorio español, tendrán derecho a asistencia letrada y a la
defensa y representación gratuita en todos aquellos procesos
relacionados con la solicitud de asilo

b) Personas jurídicas

? Asociaciones de utilidad pública previstas en el art. 4 de la ley


191/1964 de 24 de diciembre, que regula las asociaciones

? Fundaciones inscritas conforme a la normativa reguladora de las


mismas

3) Requisitos

Tres son los requisitos que exige la Ley 1/1996 de 10 de enero para la
concesión administrativa del beneficio de justicia gratuita:

1) Insuficiencia de recursos para litigar: la persona que solicita el


beneficio ha de probar la falta de recursos para litigar. La ley
establece los siguientes condicionantes según se sea persona física
o persona jurídica

a) Persona física:

a.1) Concesión del beneficio de justicia gratuita a personas


con ingresos económicos inferiores al doble del salario mínimo
interprofesional computados a la unidad familiar. La unidad familiar
(de la que forma parte el solicitante) queda integrada por:

? los cónyuges no separados legalmente y los hijos menores no emancipados

? el padre o la madre y los hijos menores no emancipados

No se computarán los ingresos de la unidad familiar en su conjunto en el


caso de que existan intereses familiares contrapuestos (por ejemplo,
separación, divorcio etc...)
a.2) Exclusión del beneficio por motivos económicos a
personas con ingresos económicos inferiores al doble del salario
mínimo interprofesional, para el supuesto de que el solicitante tenga
rentas de otro tipo o bienes inmuebles así como signos externos que
manifiesten su real capacidad económica, y ello

suponga que el solicitante exceda de los límites del doble del salario
mínimo interprofesional.

a.3 Reconocimiento excepcional del derecho a personas con


ingresos superiores al doble del salario mínimo interprofesional
pero inferiores al cuádruplo del mismo. En este supuesto concreto se
valoran no sólo las circunstancias de carácter económico del solicitante
sino otras tales como número de hijos o familiares a cargo del solicitante,
circunstancias personales, costes del procedimiento etc...

b)Persona jurídica:

Se entiende que hay insuficiencia de recursos económicos


cuando la base imponible en el Impuesto de Sociedades fuese
inferior a la cantidad equivalente al triple del Salario Mínimo
Interprofesional.

2) Litigar por derechos propios

Es decir, sólo se reconoce dicho beneficio a aquellos que litiguen en


defensa de sus derechos e interese propios y de este modo se intenta
evitar que existan fraudes, en el sentido de que demande una persona
que le concederán dicho beneficio por un pleito de otro que no puede
acceder al mismo.

3) Sostenibilidad de la pretensión planteada

Unica y exclusivamente se concederá dicho beneficio si la


pretensión que pretende llevarse a efecto es sostenible jurídicamente
en el sentido de que no es ni temeraria ni carece de base o fundamento
la pretensión que se pretende llevar a efecto.

4) Contenido

El beneficio de justicia gratuita tiene como contenido los siguientes


elementos:
a) Asesoramiento extrajudicial: estudio y examen de la pretensión
previo el inicio de la vía judicial

b) Asistencia al detenido: en este caso en concreto no será


necesario acreditar la insuficiencia de recursos para litigar:
en este caso se designa el Abogado, y una vez finalizado el
procedimiento en curso se determinará si el detenido tiene o no
recursos económicos. En el caso que tenga recursos económicos
deberá abonar los honorarios al Abogado designado de oficio.

c) Trámites procesales: gratuidad de Abogado y Procurador de oficio


en aquellas actuaciones donde la presencia de ambos
profesionales sea preceptiva.

d) Anuncios y edictos: inserción gratuita de anuncios y edictos que


hayan de publicarse en periódicos oficiales (B.O.E, B.O.P etc...)

e) Depósitos judiciales: para la interposición de determinados


recursos es necesario realizar un depósito en efectivo. En el caso
de obtener la justicia gratuita se produce la exención de dicho
depósito.

f) Asistencia pericial gratuita: de peritos o profesionales en


determinadas materias necesarios para cualquier trámite
procesal. Dichos peritos pertenecen o están adscritos a órganos
jurisdiccionales. Pueden ser peritos desvinculados del órgano
jurisdiccional para el caso de que no estén adscrito al mismo.

g) Copias notariales

h) Reducción del 80% de los aranceles notariales en relación a


documentos notariales no recogidos en el punto anterior

i) Reducción del 80% de los aranceles del Registrador, tanto


Registro Mercantil como Registro de la Propiedad

En los casos h) e i) se producirá la exención total de aranceles del


beneficiario de justicia gratuita tiene ingresos inferiores al Salario Mínimo
Interprofesional (S.M.I)
La extensión del derecho a la justicia gratuita se relaciona con todos los
trámites procesales que se originen no sólo en la primera instancia sino
también en la segunda instancia y en su caso ante el Tribunal Supremo.
Puede suceder que un justiciable inicie un proceso judicial con Abogado
y Procurador designado por él (al tener ingresos económicos para hacer frente
al proceso) y posteriormente y de forma sobrevenida se produzca la
insuficiencia de recursos para litigar y por tanto no pueda hacer frente a los
costes del proceso. Ante ello la Ley 1/1996 de 10 de enero prevé la posibilidad
que la persona que sobrevenidamente carezca de recursos para litigar se le
pueda reconocer el derecho a justicia gratuita, en tanto en cuanto pruebe esa
situación sobrevenida ante el órgano administrativo que reconoce tal derecho
(que es la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, que a continuación se
analizará).

5) Reconocimiento

El órgano legitimado para el reconocimiento del derecho a la justicia


gratuita es la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita. (en adelante CAJG).
Tienen su sede en las capitales de provincia, en las ciudades de Ceuta y Melilla
y en las islas que aglutinen varios partidos judiciales.
Queda integrada por los siguientes miembros:

a) Un miembro del Ministerio Fiscal, que la preside

b) El Decano del Colegio de Abogados y del Colegio de Procuradores

c) Dos representantes de las Administraciones Públicas (Central,


Autonómica o Local), y uno de ellos realizará las funciones de
Secretario

Cabe el establecimiento de delegaciones de la CAJG si el volumen de


asuntos o las circunstancias así lo aconsejan dentro de la misma provincia.

6) Tramitación

La solicitud del derecho de asistencia jurídica gratuita se efectuará a


través de:

a) El Colegio de Abogados del lugar donde se halle el Juzgado o


Tribunal que haya de conocer el proceso principal

b) El Juzgado del domicilio del peticionario de justicia gratuita quien la


tramitará al Colegio de Abogados de su demarcación

La solicitud de justicia gratuita habrá de ir acompañada de


documentación acreditativa de los situación económica del peticionario y de la
unidad familiar, documentación necesaria que se fijará reglamentariamente.
Analizada la solicitud de justicia gratuita por parte del Colegio de
Abogados, existe un plazo de 15 días desde la recepción de la solicitud del
peticionario para que el Colegio de Abogados se pronuncie. Este
pronunciamiento puede ser de tres formas:
a) El peticionario reúne los requisitos para obtener el derecho a la
justicia gratuita: el Colegio de Abogados procederá en el plazo
máximo de 15 días a la designación de Abogado y comunicará
también al Colegio de Procuradores este hecho, para que en el plazo
de tres días se le designe Procurador. Una vez efectuado lo anterior,
se pasará el expediente a la CAJG para que verifique y fiscalice el
cumplimiento de los requisitos por parte del peticionario. El
nombramiento de Abogado y Procurador se hace de forma
provisional a la espera de la decisión final de la CAJG.

b) El peticionario no reúne los requisitos para obtener el derecho a la


justicia gratuita: notificará este hecho al peticionario en un plazo de
cinco días, y dará traslado del expediente a la CAJG.

c) El Colegio de Abogados no se pronuncia en el plazo máximo de 15


días: el peticionario reiterará su petición ante la CAJG quien
designará provisionalmente Abogado y Procurador hasta en tanto en
cuanto se verifiquen los datos y circunstancias contenidas en la
petición de justicia gratuita.

La CAJG, una vez recibido el expediente por parte del Colegio de


Abogados pertinente o bien directamente recabará toda la información
necesaria para comprobar la veracidad de los datos y afirmaciones contenidas
en la solicitud del peticionario de justicia gratuita (sobre todo requiriendo a la
Administración de Hacienda la veracidad o fehaciencia de los datos que
constan en la solicitud). Una vez efectuadas estas comprobaciones la CAJG
tiene un plazo de 30 días para pronunciarse en relación a la confirmación o
denegación del derecho a litigar gratuitamente. La notificación de la misma se
habrá de efectuar en el plazo de tres días a:

a) Peticionario
b) Colegio de Abogados y Colegio de Procuradores
c) Juzgado o Tribunal que conozca del litigio

Puede ser que la resolución de la CAJG no sea expresa (como hemos


visto) sino que resuelva mediante silencio positivo: ello ocurrirá cuando
pasado el plazo de 30 días que tiene para pronunciarse sobre el derecho a
litigar gratuitamente no exista resolución expresa y por tanto la resolución
siempre será positiva o lo que es lo mismo se reconocerá el derecho a
litigar gratuitamente. (exista no resolución del Colegio de Abogados o bien
que directamente el peticionario haya acudido a la CAJG).
No obstante lo anterior, la CAJG puede revisar de oficio todas las
declaraciones favorables a la concesión del beneficio de justicia gratuita en
base a el falseamiento u ocultación de datos económicos que han sido
determinantes a la hora de la concesión de dicho beneficio.
Una vez dictada resolución por la CAJG ésta puede ser en dos sentidos:
a) Que se reconozca el derecho de asistencia jurídica gratuita

b) Que no se reconozca o revoque (si el expediente proviene del


Colegio de Abogados) el derecho de asistencia jurídica
gratuita. En este caso el peticionario habrá de abonar los
honorarios de Abogado y los derechos arancelarios del
Procurador, que se le habían designado provisionalmente.

La decisión tomada por la CAJG puede ser impugnada (tanto si es


estimatoria como si es desestimatoria). El plazo de impugnación es de cinco
días a contar desde la notificación de la resolución de la CAJG y el
conocimiento de la impugnación corresponde al Juzgado o Tribunal que

esté conociendo el asunto que origina la petición de justicia gratuita o bien el


Juzgado Decano (para el caso de que todavía no se haya iniciado el proceso
judicial). La resolución de la impugnación se lleva a cabo mediante auto frente
al que no cabe interponer recurso alguno.
Una vez concedido el derecho a la justicia gratuita ello conlleva la
designación de Abogado y Procurador de oficio. Puede ser que el peticionario
quiera que el litigio que ha iniciado o se pretenda iniciar sea llevado por un
Procurador y un Abogado diferente del que ha sido designado a través del
reconocimiento de la justicia gratuita. Esta posibilidad queda prevista en la Ley
1/1996 de 10 de enero y será efectiva, en tanto en cuanto estos profesionales
renuncien a sus honorarios o derechos que le correspondan según las
normas orientativas de cada Colegioy se sometan a las normas establecidas
al efecto en el caso de designas de oficio ordinarias. Es decir, se sometan a los
honorarios y aranceles como si se tratase de un reparto ordinario de casos del
Turno de Oficio al que estén adscritos.
En otro orden de cosas, tanto el Abogado como el Procurador
designados de oficio pueden renunciar a la defensa y representación de su
patrocinado en base a dos motivos:

a) Insostenibilidad de la pretensión por falta de documentación


suficiente para el estudio de la pretensión

b) Insostenibilidad de la pretensión por carecer de viabilidad o por ser


temeraria la misma

En ambos casos la tramitación y resolución de la insostenibilidad se


llevará a cabo a través de la CAJG.

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