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Se dice que los mitos forman parte del sistema religioso de una cultura, que los
considera como historias verdaderas. Tienen la función de otorgar un respaldo
narrativo a las creencias centrales de una comunidad.
En su origen, el mito es un relato oral. Con el correr del tiempo, sus detalles van
variando de acuerdo a la transmisión del conocimiento de generación en
generación. Una vez que las sociedades desarrollaron la escritura, el mito fue
reelaborado en forma literaria, con lo que extendió sus versiones y variantes.
Por otra parte, el concepto de mito también suele utilizarse para referirse a
personajes o hechos históricos, como un adjetivo. Por ejemplo: “Juan Manuel
Fangio es una figura mítica del automovilismo”.
Los estudiosos han distinguido distintas clases de mitos, como los cosmogónicos
(que intentan explicar la creación del mundo), los teogónicos (se refieren al origen
de los dioses), los antropogónicos (sobre la aparición del ser humano) y los
fundacionales (nacimiento de las ciudades), entre otros.
Eros
El dios del amor. Dentro de la cultura Griega al dios del amor se le conoce como
Eros, este dios también fue venerado por los romanos, pero ellos lo conocían como
Cupido.
Cupido era un ser con forma de niño, juguetón, travieso y sobre todo mentiroso, él
era hija de Afrodita y siempre era acompañado por himero, el dios del deseo, ambos
recorrían las tierras provocando que las personas se enamoraran, pero para llegar
a ser lo que era tuvo que pasar por muchas pruebas. Cuando era solo un bebe,
Zeus le ordeno a Afrodita que lo dejara en un bosque, hay Cupido tuvo que aprender
cómo sobrevivir, para eso construyo un arco y flechas, diariamente practicaba, hasta
que un día su madre le regalo alas para que pudiera volver con ella.
Dentro de la mitología griega se representa a Eros como un niño con alas, las alas
son para dar a entender que el amor no es para siempre, también este lleva los ojos
vendados, haciendo referencia a que el amor es ciego y no mira defectos. Pero
aparte de llevar flechas capaces de provocar enamoramiento, llevo flechas que
provocan el odio, haciendo referencia que el amor rápidamente se puede convertir
en odio.
Rómulo y Remo
Rómulo y Remo son los fundadores de Roma según el mito del que son
Albalonga apenas nacieron, puesto que eran herederos legítimos al trono, pero los
criados no pudieron llevar a cabo un acto tan horrible, así que decidieron poner a
los bebés en una canasta y dejarla en el rio, para que el destino se encargara de la
tarea, pero lo que en verdad ocurrió es que el destino sí se encargó, los niños fueron
encontrados por una loba que los amamantó hasta que fueron finalmente
encontrados por una pareja que los adoptó como a hijos propios.
entonces le quitaron la vida y recuperaron así el trono para su abuelo y legitimo rey,
luego decidieron fundar una nueva ciudad para gobernar a la cual llamaron Roma y
Todos los dioses habían asistido a la boda de Tetis (divinidad marítima) y Peleo (rey de Ptía
Tesalia), pero Eris no había sido invitada. Ella ofendida, llegó y lanzó una manzana de oro
en medio de todos e indicó que el fruto debía ser entregado a la diosa más hermosa de
todas. Las diosas inmediatamente trataron de adueñarse de la manzana, pero cuando Hera,
Afrodita y Atenea entraron todas se apartaron, ya que ellas eran las más poderosas.
La disputa entre las diosas no se hizo de esperar, y como no había solución al problema ya
que los dioses no querían tomar partido, Zeus envió a las diosas al monte Ida, en la Tierra
con Hermes quien se encargaría de llevar a Paris, príncipe troyano, elegido para dar
veridicto sobre tan importante cuestión. El joven primero tuvo miedo, luego cada diosa le
ofreció lo que estaba en sus manos para que la eleigiera a ella: Atenea le ofreció la sabiduría
y el triunfo en la guerra, Hera el poder y la riqueza y Afrodita a la mujer más hermosa del
mundo. Paris eligió a Afrodita. Fue debido a esta promesa que Paris raptó a Helena de
Troya, causa del largo conflicto bélico entre aqueos y troyanos.
Así las cosas, Eris logró su cometido pues causó la confrontación entre las diosas que
derivó en un conflicto de diez años entre los mortales.
Según la versión posterior de Los Trabajos y los Días de Hesíodo, habría que distinguir dos
diosas con este nombre. La primera, perniciosa, hija de la Noche (Nix), y la segunda
representante del espíritu de emulación que Zeus ha puesto en la Tierra, a modo de
estímulo. De esta forma, es ella quien pone al artesano celoso del artesano, al pintor del
pintor, etcétera, y es ella quien inspira en cada mortal el gusto por su propio oficio, es decir
la vocación.
Esta diosa se representa la mayoría de las veces como un genio femenino alado, semejante
a las Erinias.
Mito de la medusa
Dentro de la cultura Griega, Medusa era un mujer como cualquier otra, la única
diferencia es que ella era más bella que cualquier otra, su ojos, su pelo hasta su
forma de caminar atraían a los hombres. Un día cuando medusa caminaba cerca
del mar Poseidón el rey del mar, no pudo apartar la vista de tan hermosa mujer, de
inmediato quedo enamorado de tanta belleza, fue tan grande el sentimiento que
contra de la voluntad de medusa Poseidón la llevo al templo de Atenas donde la
tomo a la fuerza.
Algunos han mencionado que esto es solo un mito para dar a entender a los
hombres que una mujer hermosa los puede llevar a su destrucción.
Ulises y las sirenas
Probablemente el relato más conocido de las sirenas sea el de La Odisea de
Homero.
Después de pasar una larga temporada en el palacio de Circe, Ulises emprende
definitivamente el camino a Ítaca.
La diosa, antes de dejarle partir, le adelanta algunas de las aventuras que va a vivir
en los días siguientes. La primera de ellas será el encuentro con las sirenas.
Las sirenas han sido famosas seductoras, porque según la mitología eran capaces
de encantar con su voz a los marinos con la intención de raptarlos.
Al cantar, parecían ser hermosas doncellas, pero los que sucumbían ante sus
encantos, pronto averiguaban su verdadera naturaleza. El canto de las sirenas
anunciaba de forma engañosa los placeres del mundo subterráneo.
Las sirenas vivían en la isla de Artemisa, en donde yacían los huesos de los
marineros que habían sido atraídos por sus deliciosos cantos.
Odiseo (Ulises), hombre de gran imaginación, cuando se iban acercando a la isla
temida, por consejo de Circe, ordenó a sus hombres que se taparan los oídos con
cera, y él, que no podía con la curiosidad de escucharlas, se hizo amarrar al mástil,
con orden de que pasara lo que pasara, no lo desataran.
Al escuchar los cantos de las sirenas quiso soltarse pero sus compañeros no se lo
permitieron. Cuenta la leyenda que las sirenas, devastadas por su fracaso, se
lanzaron al mar y murieron ahogadas
LA CONFESIÓN DE UN MUERTO
Se dice que una noche a principios del siglo XVII el Abad de la antigua Basílica de
Guadalupe vio que entraba un hombre de elegante apariencia que le solicitó la
confesión, por lo que el Abad pidió a unos familiares que lo esperaban unos minutos.
Después de un rato, el Abad salió con el rostro pálido, y cerró las puertas, por lo
que sus familiares se extrañaron y le preguntaron por qué cerraba si el hombre
elegante aún no había salido, sin embargo, el Abad se negó a contestar y los
apresuró a dejar el lugar.
Ya en casa de los familiares, uno de sus sobrinos le preguntó al Abad qué le había
pasado, sin embargo, el Abad llevó su mano derecha hacia su oído, haciendo notar
que se le dificultaba escuchar. Después de que el sobrino le hiciera nuevamente la
pregunta, el Abad le respondió que el hombre que había entrado a la Basílica horas
antes era un muerto que había venido de ultratumba para confesarse, y que
después de escuchar la confesión había tenido dificultad para escuchar por el oído
derecho.
El Abad nunca pudo contar lo que le había dicho el misterioso personaje, guardando
el secreto de confesión, quedando la duda para siempre.
Creación de la Tierra
(Flor C., Luna y Ainhoa)
Las diferentes criaturas han terminado viviendo del modo en que lo hacen por causa
de algo que les aconteció en el pasado. La paloma, por ejemplo, vive cómodamente
en un palomar, alimentándose de semillas y yendo y viniendo a su antojo, porque la
paloma ayudó a Noé cuando iba en el arca.
Por eso hoy por hoy todavía viven del mismo modo, todavía siguen buscándolo.
DIOSES DE LA MUERTE
En una tierra lejana, que podría ser cualquiera de las que conocemos, existía un
pueblo rodeado de montañas, en el vivía un matrimonio con sus dos hijas cuyos
nombres eran Llunia y Vialba, era una familia feliz, hasta que un dia llegaron a ese
pueblo una tropa de soldados que se adueñaron de todo, el matrimonio en cuestion
fue puesto a disposición de las autoridades y por ser de distinta religión los mataron.
Las niñas quedaron en el desamparo hasta que dos personas tomaron a cada una
de ellas y se fueron por distintos lugares, separando a las jóvenes para siempre.
Las dos lloraban porque se vieron solas, sin sus padres y sabían que nunca mas se
iban a encontrar, pero Llunia no paraba de llorar, hasta que su angel guardian Adbel,
se hizo cargo de la situación y pensó que esas lagrimas deberían convertirse en
una gran nube, y de allí poder dar a otros pueblos lo que necesitaban que era mucha
agua para que sus sembradíos pudieran dar al hombre el alimento necesario.
Fue en ese momento que empezó a llover, esa nube se convirtió en una nube de
agua y empezó a regar los campos, y convertirse en lagos, ríos, lagunas, pero esa
lluvia se convirtió en caricia para Vialba, porque cuando la misma toco su carita, por
el olor, se dio cuenta que era su hermana, y desde ese instante cada vez que ve
llovia ella salía de la casa y alzaba su carita hacia al cielo para que esa maravillosa
lluvia la cubriera y asi pensar que su hermana Llunia estaba junto a ella.
Asi como nació la lluvia que tanto necesitan los humanos para poder cosechar sus
alimentos.
Leyenda
La etimología del término leyenda nos lleva al vocablo legenda, que pertenece al
latín. Legenda puede traducirse como aquello que “debe ser leído”: por eso, en su
origen, una leyenda era una narración que se plasmaba en un texto escrito para que
pudiera ser leída públicamente, por lo general dentro de una iglesia o de otro edificio
religioso.
Las leyendas no se caracterizan por narrar hechos reales con rigor y exactitud, sino
que su finalidad era subrayar un componente espiritual o una intención asociada a
la moral y las buenas costumbres.
La historia avanzó y la idea de leyenda comenzó a vincularse a una narración, ya
sea escrita u oral, que se exhibe como verdadera (al sustentarse en lo real) pero
que incluye ciertos componentes propios de la imaginación y de la ficción. Las
leyendas se transmiten de generación en generación, lo que posibilita que se vayan
modificando de acuerdo al contexto social y a la época.
Una leyenda, de este modo, permite explicar y respaldar una cierta cultura. Siempre
se halla ligada a un personaje, un espacio geográfico o un objeto preciso, y muestra
cómo dicho elemento concreto se integra a la historia o la vida cotidiana de la
comunidad.
La leyenda del Fauno
Una continuación de la leyenda indica que luego de cortar cada una de las cabezas
de la Hidra, Hércules bañó su espada en la sangre ponzoñosa y después quemó
las cabezas caídas para que no pudiesen volver a crecer.
EL CALLEJON DEL BESO
Se cuenta que Doña Carmen era hija única de su padre intransigente y violento,
pero como suele suceder, siempre triunfa el amor por infortunado que este sea.
Doña Carmen era cortejada por su galan Don Luis, en un templo cercano al hogar
de la doncella, primero ofreciendo de su mano a la de ella el agua bendita. Al ser
descubierta, sobrevivieron al encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y lo
peor de todo, casarla en España con un viejo rico y noble, con el que, además,
acrecentaría el padre su mermada hacienda.
Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, pero de ellas hubo una que le pareció la
más acertada. Una ventana de la casa de Doña Carmen daba hacia un angosto
callejón, tan estrecho, que era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la
pared de enfrente.
Si lograra entrar a la casa frontera podría hablar con su amada, y entre los dos,
encontrar una solución a su problema. Preguntó quién era el dueño de aquella casa
y la adquirió a precio de oro.
Hay que imaginar cuál fue la sorpresa de Doña Carmen, cuando, asomada a su
balcón, se encontró a tan corta distancia con el hombre de sus sueños. Unos
cuantos instantes habían transcurrido de aquel inenarrable coloquio amoroso, y
cuando más abstraídos se encontraban los amantes, del fondo de la pieza se
escucharon frases violentas. Era el padre de Doña Carmen increpando a Brígida,
quien se jugaba la misma vida por impedir que su amo entrara a la alcoba de su
señora.
El padre arrojó a la protectora de Doña Carmen, como era natural, y con una daga
en la mano, de un solo golpe la clavó en el pecho de su hija. Don Luis enmudeció
de espanto…la mano de Doña Carmen seguía entre las suyas, pero cada vez más
fría. Ante lo inevitable, Don Luis dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y
pálida, ya sin vida.
El lugar existe y es sin duda uno de los más típicos de la ciudad de Guanajuato, y
precisamente se le llama “El Callejón del Beso”.
La princesa y el viento
Un cacique muy respetado tuvo una
hija que era la más hermosa de toda
la tribu, ella podía deslumbrar con
su belleza y todos los hombres la
pretendían. Sin embargo, el viento
también la quería tener y por eso
mandó un tornado que se la llevó
para ocultarla en un bosque. Intentó
varias veces salir del bosque donde
estaba siendo secuestrada y luego de mucha pena lo consiguió. Cuando al fin volvió
con su familia y su gente, su padre dijo que no podía decir a nadie sobre la pena
que había pasado.
Así fue como la princesa se calló durante años y la pena fue cada vez más grande,
tanto así que su rostro se tornó feo de tanta tristeza, nadie más la volvió a pretender
con tanta fealdad. Sin embargo, un día llegó a la tribu un cacique de otra parte y
venía con su hijo, quien se enamoró a primera vista de la callada, tierna e inteligente
princesa. Todos sus amigos le decían que era muy fea para casarse con ella, pero
él respondía que su amor era semejante.
Una noche mientras la niña dormía escucho unos ruidos en el pasillo, abrió lentamente la puerta de
su cuarto para mirar el pasillo que comunicaba los cuartos, enormemente largo y oscuro, lleno de
cuadros y enlosados.
Al final del pasillo la niña vio lo que parecía un niño de su edad levantando una de las losetas y
metiendo algo dentro de un hueco en el suelo. La niña no podía creerlo, lo que vio relucir en la mano
del muchacho al pasar por la tenue luz que entraba por la ventana eran monedas de oro.
Cuando el niño se fue, salió y se dirigió hacia allí; entonces apareció una de las criadas con una vela
enorme, ya que también había visto al niño y quería sacar partido.
Decidieron que no dirían nada a nadie, todas las noches se acercarían y con la ayuda de la luz de la
vela levantarían la loseta y sacarían las monedas hasta acabarlas. Asi lo hicieron, todas las noches,
la niña, que por su tamaño cabia dentro, se metia en el hueco bajo la loseta e iba dando monedas a
la criada, quien las iba guardando en un enorme saco. Las noches pasaban y aquel tesoro parecía
no acabarse nunca. Cada noche que pasaba la vela iba consumiéndose más y más, pero las
monedas seguían saliendo a pares.
Una noche, en medio de su labor, la vela comenzó a parpadear haciendo amagos de apagarse, la
criada le dijo a la niña que saliera del hueco, que ya tenían dinero de sobra. La niña obedeció y
abandono el escondrijo, pero en el último momento una moneda cayo del saco al hueco y, en un
acto de avaricia y sin pensárselo, la pequeña se metió de nuevo al hueco. La criada intento agarrarla
pero no pudo, mientras le gritaba que por favor saliera de allí y dejara la moneda, pero en medio de
ese griterío la vela termino por apagarse.
En el momento justo en el último rayo de luz que salió de la vela la loseta se cerró ante los ojos de
la criada dejando a la niña dentro.
La criada decidió no decir nada a nadie, los padres dieron a la niña por desaparecida y el tema se
fue olvidando con el tiempo. Pero aun en la actualidad dentro de esa casa se siguen oyendo por las
noches los gritos de auxilio de la niña que repite noche tras noche.
Incluso, a día de hoy, se dice que la policía ha acudido multitud de veces ante la llamada de los
vecinos que oían voces pidiendo auxilio, pero al llegar al viejo caserón lo único que siempre
encontraban y siguen encontrando es una vela vieja y consumida ubicada justo en el centro de la
loseta.
El jinete sin cabeza
El jinete sin cabeza , una leyenda que cuenta sobre un cliente habitual de la cantina, llegó
aquel día pidiendo a sus amigos unos pesos para llevar a su hijo enfermo con el doctor.
Pero aquellos bribones encontraron en la desgracia de su compañero, un motivo para
seguirse divirtiendo, uno de ellos le dijo: -No tenemos ni un peso, pero le comparto un
secreto. Dicen que si monta al caballo negro que corre por la loma y logra domarlo, lo llevará
a la cueva de su antiguo amo, que está llena de oro. Y puede agarrar lo que quiera para su
chamaco-.
Por supuesto aquello era mentira, lo habían inventado en ese momento, para burlarse de
su amigo. Pero el otro andaba tan desesperado que se enfiló a la loma, y sobre la rama de
un árbol, esperó al caballo y se dejó caer sobre él. Con tanto relinchido y movimiento, la
cabeza del hombre quedó colgada en aquella misma rama y su sangre cubrió completo los
ojos del animal. La bestia emprendió la carrera, con el cuerpo del hombre a cuestas, sus
manos habían quedado bien sujetas al pelaje y en unos segundos ambos cayeron por el
despeñadero. Hombre y bestia estaban ahora unidos por un lazo de sangre y muerte, no
se sabía cuál era uno y cual el otro.
La sangre corría como un rio salvaje, haciendo grietas en la tierra seca, que la succionaba
como si estuviera sedienta, se llenó de burbujas y en un momento comenzó a arder, entre
el fuego intenso, ambos cuerpos fueron tragados por la tierra.
Muchos años atrás, cuando el mundo era aún muy joven, salvajes y maravillosas
creaturas corrían libres por todas partes. El más hermoso de todos ellos era el
Unicornio.
Constantemente perseguido por los poderes mágicos de su cuerno, el Unicornio no
era fácil de capturar. No solo era suave y gentil, sino también extremadamente
rápido, seguro y agraciado, lo que frustraba hasta los más expertos cazadores.
Pero lo que aseguraba la captura segura del Unicornio, era la ayuda de una joven
e inocente moza. Pues a la creatura le atraía su pureza, se acercaba confiado y
descansaba su cabeza en las piernas de la joven.
Una noche iban en un coche una muchacha y su familia por una carretera de
la Vera. Cuando llegaron a una curva muy cerrada y peligrosa se estrellaron, y
la muchacha y su familia (padre, madre y hermana) desaparecieron. Sus
familiares no volvieron a saber nada de ellos.
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