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La tecnología y su agencia

By E. Jenny Hernández
Psicoanalista

Uno de los fenómenos del S. XXI que consume nuestro tiempo, atención y atrapa
nuestros sentidos tiene que ver con la tecnología independientemente de la actividad
que se realice, las redes sociales en especial como parte de la web en general,
vinculan a las personas de diversos modos a través de un ordenador, tienen una
complejidad tal que no es posible asirla en una sola imagen ni comprenderla toda bajo
una definición (Vargas, 2013: p.41). Deleuze de alguna manera pudo advertir el
estatus que tendrían las redes sociales en la actualidad y la suerte de infinito futuro al
que se enlazaban. Llegó a vislumbrar la relación simbiótica de las mismas con el
capitalismo y definió la estructura del poder con que actúan sobre los individuos
(Constante, A. 2013: p. 9). Este tema causa una gran controversia, puesto que es parte
de un acontecimiento1 social, y es muy complejo tomar una postura positiva o
negativa ante los avances tecnológicos que presenciamos día a día.
Esto ha dado pie a diversas investigaciones en diferentes niveles social, psicológico,
neurocientifico, etc. en las que por una parte, miran con recelo el uso y abuso de la
tecnología y buscan o enfatizan el efecto nocivo de las redes en la funcionalidad de
los individuos, y por otro lado, están las que sostienen que su uso implica un progreso
para la humanidad y las consideran no solo como facilitadoras de las acciones
cotidianas, sino como un potente sustituto o mejora de capacidades mentales y físicas
del ser humano.
Sin tomar de manera radical una u otra postura, lo que se puede considerar acertado es
que ese acontecimiento es sumamente dificil de capturar, esto debido a que las nuevas
tecnologías avanzan a pasos agigantados, entonces todo lo que podamos capturar de
ellas hoy es muy probable que cambie de manera radical mañana.
Lo anterior me lleva a plantear la pregunta sobre la agencia de la tecnología en el
comportamiento humano, es decir ¿será que la tecnología en sí misma es un agente
que provoca conductas adictivas o cierto tipo de personalidades favorecen la
dependencia al uso de las TIC?

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El acontecimiento entendido como lo define Foucault, da cuenta de una novedad histórica, el paso de una
episteme a otra que se va marcando por la aparición de nuevos acontecimientos arqueológicos. Se encuentra
enmarcado por la regularidad pues cada acontecimiento arqueológico inaugura ciertas prácticas históricas. Así el
acontecimiento discursivo da cuenta de la regularidad histórica de las prácticas.
De acuerdo con Daniel Levitin, quien publicó hace meses un artículo en The gardian
sobre el “multitasking”, lo que nos dice no es nada alentador, puesto que describe un
panorama muy gris en donde el sujeto se convierte no solo en dependiente de la
tecnología sino en un adicto. Explica de manera muy simple que debido a los
diferentes estímulos que proporciona el uso de redes y diferentes dispositivos, hace
que tengamos cada vez más problemas para realizar elecciones, describe el “síndrome
de la fatiga de decisión” y en especial el concepto de “digifrenia” de Douglas
Rushkoff como la nueva psicopatología de la tecnología.
Lo cual me hace regresar a la pregunta que planteo, pues hasta el momento, los
estudios que se han realizado respecto a las redes sociales y en general al uso de la
tecnología, han abierto una nueva línea de posibilidad de entender al humano que da
fin a la era del “humanismo” y da la bienvenida al post-humanismo. Este término ha
sido acuñado al filósofo alemán Peter Sloderdijk a partir de su conferencia titulada
“normas para el parque humano2”, pone énfasis en el fracaso de la educación
humanista tradicional y en su sentido ‘civilizatorio’ que basada en una cultura de los
libros llevó a domesticar lo más brutal y doméstico de la raza humana; tenía la ilusión
que a través de la lectura el hombre podría salvarse humanizándose.
No obstante en el mundo contemporáneo, al que se puede acceder a lectura por medio
de diferentes dispositivos, se permea la información que existe en todo tipo de temas
y de disciplinas que de manera constante mantienen una interacción entre expertos y
legos en el mundo virtual.
Siguiendo el pensamiento de Sloterdijk, el de post-humanismo plantea que hay que
prescindir de una interpretación (humanista) del mundo estructurada sobre la
dicotomía sujeto-objeto, porque "los hombres necesitan relacionarse entre ellos pero
también con las máquinas, los animales, las plantas y deben aprender a tener una
relación polivalente con el entorno. Entiende al hombre como una deriva
biotecnológica subjetiva que vive hoy un momento decisivo en términos de política de
la especie. De allí la crisis del humanismo y el reclamo por parte de Sloterdijk de una
nueva constitución ontológica que tenga en cuenta a los otros seres humanos, a los
animales y las máquinas. Además de esa discusión que de hecho fue muy criticada e
incluso rechazada, en sus obras posteriores mantiene abierto análisis sobre individuo,
sociedad y tecnología haciendo un planteamiento muy original sobre las relaciones

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En esa obra Sloterdijk (1999) dirige una crítica a la carta del humanismo de Heidegger y a las interpretaciones
que Habermas y otros filósofos hicieron a su contenido.
humanas y las transformaciones del espacio público y privados, permeados por las
nuevas tecnologías.
Esta postura nos lleva a pensar en la descentralización del sujeto, es decir en el
abandono de la supremacía que tiene en relación a la relación que puede establecer en
el conocimiento del mundo y de las cosas e invita a desmitificar la idea de que la
tecnología en sí misma puede generar conductas negativas para la salud mental.
Para muchos esto se podría considerar como un golpe narcisista, puesto que la
capacidad de conocimiento del individuo comparada con la de la tecnología se
muestra muy limitada. Siguiendo lo que propone D. Levitin la tecnología interfiere en
el “buen funcionamiento” de algunas capacidades como la memoria, podríamos seguir
esa idea y afirmar que efectivamente antes de la llegada de la web, los sujetos
almacenaban gran cantidad de información necesaria para la vida cotidiana; números
telefónicos, direcciones, datos relevantes de personas allegadas, como fechas de
cumpleaños, aniversarios etc. Sin embargo toda esa información ya no utiliza espacio
en la memoria propia del hipocampo, el cerebelo y la amigdala, ahora gran parte de
esa información se ubica en las aplicaciones que se descargan desde cualquier
dispositivo. Tal vez, la cantidad de información que almacenamos en la memoria
consciente comparada con la de un dispositivo electrónico en realidad no se podría
asimilar, sin embargo ¿es esto algo que afecte realmente a la función de la memoria
como tal? me atrevo a afirmar que, más bien, el uso de los dispositivos podrían ser
una mejora o extensión de la misma memoria, pues el espacio en la memoria que
ocupaba el directorio telefónico, es muy probable que sea ocupado para almacenar
otro tipo de información de mayor relevancia. Así la agencia de la tecnología más que
considerarse como una “ilusión diabólica”, podría resultar un giro positivo del
desarrollo humano, pues pensarlo de otra manera estaríamos anulando la voluntad y la
capacidad de control sobre el propio comportamiento y entonces, sí, afirmar el
surgmiento de nuevas categorías psiquiátricas como la digifrenia.
Referencias:

Alberto Constante, Ramón Chaverry Soto, Carlos Vargas, Alberto Ayala, Alberto
Mora,Alberto Carrillo, Linda Romero. (2013). Violencia en las redes sociales.
México: FFyL, UNAM.

Don Ihde. (2015). Los cuerpos en la tecnología: Nuevas tecnologías, nuevas ideas
acerca de nuestro cuerpo . Cataluña: OUC.

Fayaz Chagani. (2014). Critical political ecology and the seductions of


posthumanism. Journal of Political Ecology, 21, 425.

Levitin, D. Want to learn faster? Stop multitasking and star daydreamer. Visto en:
https://www.theguardian.com/education/2015/oct/24/want-to-learn-faster-stop-
multitasking-and-start-daydreaming. Octubre, 2016

Michael Foucault. (2002). Le retour de Pierre Rivière. París: Gallimard.

Peter Sloterdojk. (2006). Normas para el parque humano. España: Siruela.

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