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Actividades de la unidad IV.

Los textos narrativos


Semana práctica
Los signos de puntuación, acentuación y mayúscula
Ejercicios para mostrar las competencias adquiridas

I Escribe los signos de puntuación donde se requiera en las oraciones


siguientes. Escribe mayúscula cuando sea necesario.

1.- Galileo fue el primero en asegurar: “la tierra gira alrededor del sol.”

2.- El vino tan pronto pudo, no obstante, tuvo que regresar de inmediato.

3.- Tomaría algo más de café, más lo prefiero menos dulce.

4.- Yo estudio arquitectura; Mi hermano se dedica al canto.

5.- Ha sido convertida en un nido de serpientes, esta hermosa isla.

6.- Querida amiga, te invito a comer helados esta tarde.

7.- Mi madre me aconsejaba: “haz bien y no mires a quién.”

8.- Le pregunté, siempre lo hago, si me quería acompañar a la conferencia.

9.- ¿Le gusta a usted García Márquez?

10.- No, no conozco a ese escritor.

II.- En el siguiente texto, fragmento del texto Platero y yo del autor Juan Ramón Jiménez
identifica los diferentes signos de puntuación y coloca la función de cada uno. Colocar
ejemplo.

Si tú vinieras, Platero, con los demás


niños, a la miga, aprenderías el a, b, c, y
escribirías palotes. Sabrías tanto como
el burro de las Figuras de cera - el amigo
de la Sirenita del Mar, que aparece
coronado de flores de trapo, por el
cristal que muestra a ella, rosa toda,
carne y oro, en su verde elemento -; más
que el médico y el cura de Palos,
Platero.
Pero, aunque no tienes más que cuatro
años, ¡eres tan grandote y tan poco fino!
¿En qué sillita te ibas a sentar tú, en qué mesa ibas tú a escribir, qué cartilla ni qué pluma
te bastarían, en qué lugar del corro ibas a cantar, di, el Credo?
No. Doña Domitila - de hábito de Padre Jesús de Nazareno, morado todo con el cordón
amarillo, igual que Reyes, el besuguero -, te tendría, a lo mejor, dos horas de rodillas en
un rincón del patio de los plátanos, o te daría con su larga caña seca en las manos, o se
comería la carne de membrillo de tu merienda, o te pondría un papel ardiendo bajo el
rabo y tan coloradas y tan calientes las orejas como se le ponen al hijo del aperador
cuando va a llover...
No, Platero, no. Vente tú conmigo. Yo te enseñaré las flores y las estrellas. Y no se reirán
de ti como de un niño torpón, ni te pondrán, cual, si fueras lo que ellos llaman un burro,
el gorro de los ojos grandes ribeteados de añil y almagra, como los de las barcas del río,
con dos orejas dobles que las tuyas.
Vestido de luto, con mi barba nazarena y mi breve sombrero
negro, debo cobrar un extraño aspecto cabalgando en la
blandura gris de Platero.
Cuando, yendo a las viñas, cruzo las últimas calles, blancas
de cal con sol, los chiquillos gitanos, aceitosos y peludos,
fuera de los harapos verdes, rojos y amarillos, las tensas
barrigas tostadas, corren detrás de nosotros, chillando
largamente.
- ¡El loco! ¡El loco! ¡El loco!
... Delante está el campo, ya verde. Frente al cielo inmenso y
puro, de un incendiado añil, mis ojos - ¡tan lejos de mis
oídos! - se abren noblemente, recibiendo en su calma esa
placidez sin nombre, esa serenidad armoniosa y divina que
vive en el sin fin del horizonte...
Y quedan, allá lejos, por las altas eras, unos agudos gritos,
velados finalmente, entrecortados, jadeantes, aburridos...
- ¡Él lo... co! ¡Él Lo... co!
¡No te asustes, hombre! ¿Qué te pasa? Vamos, quietecito... Es que están matando a
Judas, tonto.
Sí, están matando a Judas. Tenían puesto uno en el Monturrio, otro en la calle de
Enmedio, otro, ahí, en el Pozo del Concejo. Yo los vi anoche, fijos como por una fuerza
sobrenatural en el aire, invisible en la oscuridad la cuerda que, de doblado a balcón, los
sostenía. ¡Qué grotescas mescolanzas de viejos sombreros de copa y mangas de mujer,
de caretas de ministros y miriñaques, bajo las estrellas serenas! Los perros les ladraban
sin irse del todo, y los caballos, recelosos, no querían pasar bajo ellos...
Ahora las campanas dicen, Platero, que el velo del altar mayor se ha roto. No creo que
haya quedado escopeta en el pueblo sin disparar a Judas. Hasta aquí llega el olor de la
pólvora.
¡Otro tiro! ¡Otro!
... Sólo que Judas, hoy, Platero, es el diputado, o la maestra, o el forense, o el
recaudador, o el alcalde, o la comadrona; y cada hombre descarga su escopeta cobarde,
hecho niño esta mañana del Sábado Santo, contra el que tiene su odio, en una
superposición de vagos y absurdos simulacros primaverales.

a) Comas: La coma se usa para separar y hacer pequeñas pausas en un


texto, párrafo u oración. Ej.:

Si tú vinieras, Platero, con los demás niños, a la miga, aprenderías el a, b, c, y


escribirías palotes.

b) Punto: Se usa para indicar el final de una oración, de un párrafo o de un


texto. EJ.:

Yo te enseñaré las flores y las estrellas.


c) Guion: sirve para indicar tanto las intervenciones, parlamentos o
aclaración de los personajes. Ej.:

-Hola Joven

El hermano de Gabriel –el menor, no el que tú conoces- me invitó a salir esta


mañana

d) Punto y coma: se utiliza para separar ideas diferentes pero asociadas en


un mismo enunciado. Ej.:

el amigo de la Sirenita del Mar, que aparece coronado de flores de trapo, por el
cristal que muestra a ella, rosa toda, carne y oro, en su verde elemento -; más
que el médico y el cura de Palos, Platero.

e) Signo de exclamación: sirve para indicar asombro o emociones fuertes


en un enunciado. Ej.:

¡eres tan grandote y tan poco fino!

f) Signo de interrogación: indica que la oración que le sigue o precede es


una pregunta. Ej.:

¿En qué sillita te ibas a sentar tú, en qué mesa ibas tú a escribir, qué cartilla ni
qué pluma te bastarían, en qué lugar del corro ibas a cantar, di, el Credo?

g) Puntos suspensivos: indican la omisión de palabras señalando una


pausa larga que deja en suspenso el texto. Ej.:

te daría con su larga caña seca en las manos, o se comería la carne de


membrillo de tu merienda, o te pondría un papel ardiendo bajo el rabo y tan
coloradas y tan calientes las orejas como se le ponen al hijo del aperador
cuando va a llover...

h)

III.- Reescribe con mayúscula las letras que lo requieran en las oraciones que aparecen
a continuación.

1.- La emisión de monedas es privativo del Estado.

2.- El día martes debe su nombre a Dios marte de la mitología.

3.- Querida amiga: Te anuncio que iré a visitarte el mes próximo.

4.- Ayer tomó posesión de su cargo el Presidente de la Suprema Corte de Justicia.

5.- Sin pensarlo mucho, le dijo: ´´Las cosas claras y el chocolate espeso´´.

6.- ¿No crees que Dios es el principio y el fin de todas las cosas?

7.- La operación se llevó a cabo en el Instituto de Cardiología.


8.- El nombre del caballo de Alejandro Magno era Bucéfalo.

9.- El río Amazona, que desemboca en el Atlántico, es el más caudaloso de la tierra.

10.- Dice el refrán: “A Dios rogando y con el mazo dando.”

IV.- Redacta un texto narrativo donde hagas uso de los diferentes signos de
puntuación.

"Érase una vez la hija de un viejo hortelano que se quejaba constantemente


sobre su vida y sobre lo difícil que le resultaba ir avanzando. Estaba cansada
de luchar y no tenía ganas de nada; cuando un problema se solucionaba otro
nuevo aparecía y eso le hacía resignarse y sentirse vencida.

El hortelano le pidió a su hija que se acercara a la cocina de su cabaña y que


tomara asiento. Después, llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre
fuego. Cuando el agua comenzó a hervir colocó en un recipiente una
zanahoria, en otro un huevo y en el último vertió unos granos de café. Los dejó
hervir sin decir palabra mientras su hija esperaba impacientemente sin
comprender qué era lo que su padre hacía. A los veinte minutos el padre apagó
el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los
colocó en otro plato. Finalmente, coló el café.

Miró a su hija y le dijo: "¿Qué ves?”. "Zanahorias, huevos y café", fue su


respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y
notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera.
Le quitó la cáscara y observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café.
Ella sonrió mientras disfrutaba de su dulce aroma. Humildemente la hija
preguntó: "¿Qué significa esto, papá?"

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad:


agua hirviendo. Pero habían reaccionado en forma muy diferente. La zanahoria
llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se
había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su
cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua
hirviendo, su interior se había endurecido. El café sin embargo era único;
después de estar en agua hirviendo, había cambiado el agua.

"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu


puerta, ¿Cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que
cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu
fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido, te has
vuelto dura y rígida? Por fuera eres igual, pero, ¿cómo te has transformado por
dentro?

¿O eres como el café? El café cambia el agua, el elemento que le causa dolor.
Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si
eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas
mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.
Conclusión

Los signos de puntuación son de vital importancia para la compresión del


lenguaje escrito, queda más que evidenciado su importancia en los textos
anteriores. El empleo de la mayúscula para los casos de instituciones estatales
era algo de desconocía así que, he aprendido algo nuevo, así como el correcto
uso del guion otro detalle que desconocía a su totalidad.
Bibliografía

www.ejemplos.co/12-ejemplos-de-uso-del-guion/

www.lafelicidadestadelante.com/cuento-zanahoria-huevo-y-grano-cafe/

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