w w w. c i u d a d c c s . i n f o .

v e JUEVES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2010 / CIUDAD CCS CULTURA 13

SWING LATINO / LUISITO CARRIÓN Y HERMaN OLIVERA

Dos monstruos
visitaron el país
> Mes a mes los
salseros boricuas, y
neoyorquinos, de fama
internacional, alternan
con los nuestros
en las salas privadas
de la capital

Luisito Carrión, batallando como solista. Herman Olivera, “Sonero del Siglo XXI”.

Ángel Méndez
Ciudad CCS
El cartel es vendido con antelación. Los em-
presarios del patio programan el festejo dos
o tres meses antes de que se produzca el
evento. El dinero no corre fácilmente y la
“gente” ahorra para admirar a sus ídolos. La
entrada nunca es barata.
En lo que va de año, han pasado gran can-
tidad de luminarias salseras por el país, des-
de Tony Vegas hasta el internacional Her-
man Olivera, quien al lado de Luisito Ca-
rrión se presentó en la Mansión Charvel la
semana pasada; el ambiente ha comenzado
a moverse y los nombres se barajan para ga-
rantizar la entrada. Los nuestros no se que-
jan: hay trabajo.
“EL MENSAJERO DE LA SALSA”
Aunque se torna difícil entrevistarlos, Swing
Latino siempre se las arregla para ubicarlos.
Herman Olivera y Luisito Carrión, llegaron
el mismo día, con apenas horas de diferen-
cia. Del avión a la presentación. Es la rutina
de este tipo de artista. Los entrevistamos an-
tes de que partieran: uno a Puerto Rico y el
otro a Perú. Herman tenía compromisos en
el XIV Festival Chimpún Callao y estaba mo-
lesto porque había perdido el vuelo. Reini-
ciamos una conversación que dejamos a
medias hace diez años. Herman recordó
que sólo por este medio puede conectarse
con el público que le aprecia. “El Sonero del
Siglo”, como lo bautizara el maestro Eddie
Palmieri, pero prefiere que le llamen “El
mensajero de la salsa”.
“Porque yo le canto al amor, a los niños, a
las situaciones, tú sabes, lo que está pasan-
do, la vida…”.
Hermenegildo Olivera Suárez es su nom-
bre de pila, con el que le bautizaron en la ca-
pilla de Newar, en New Jersy, donde nació
un 30 de enero de 1959, pero a una maestra
se le hacía difícil, pronunciar el nombre y
dejó el asunto en “Herman”.
“Éramos una familia muy humilde, tú sa-
bes. Fuimos a vivir al barrio de New Jersy
porque mis padres querían lo mejor para
mi hermana Mildred y yo. Allí estudié en un
colegio católico, el Saint Charles, pero más
tarde nos enviaron a Puerto Rico, ya que por
ese entonces se había formado un revulú
con el Black Power y todo eso de los
afroamericanos.
—¿Y de dónde llega la música?
—De mi casa. Papá y sus hermanos arma-
ban fiestas todo el tiempo y lo que allí se oía
era La Lupe, la Sonora Matancera, Celia
Cruz, Tito Rodríguez, Tito Puente, Gran
Combo, en fin, que el oído se fue acostum-
brando y yo comencé a balbucear melodías
casi desde que nací. Mis héroes eran Héctor
Lavoe, Ismael Quintana, Cheo Feliciano, to-
da esa gente con la que más tarde, gracias a
Dios, compartí escenarios. Eran mis héroes
y lo siguen siendo. Me hacen mucha falta.
Richard Peña, el empresario que contrató
a Olivera y a Carrión ronda por el aeropuer-
to. Hace lo imposible para que el hombre
Herman Olivera, “El mensajero de la salsa”, una gran trayectoria.
pueda cumplir su compromiso en Perú. Los
nervios persisten y la entrevista le sirve de
catarsis.
“Comencé en el ambiente a los 15 años
de edad. Pasé por varias agrupaciones en
esos comienzos, como La Justicia, la Or-
questa Sónica y la Orquesta Caramelo, de
donde salté al Grupo Libre, de Manny
Oquendo. Eso fue en 1978, que luego de un
show se me acercaron Manny, Andy Gonzá-
lez y Pupy Cantor, me pidieron el teléfono y
me dijeron que necesitaban un cantante.
Debuté con ellos el 29 de septiembre de ese
año en el Club “El Época”, en el Bronx. Lo
demás es historia. Canté con Eddie Palmie-
ri, Pacheco y su “Tumbao Añejo” y una bre-
ve pasantía por la Fania All Star”.
Ismael Rivera: LO MáS GRANDE
Para Ángel Luis Carrión Cáceres, mejor co-
nocido como Luisito Carrión, la figura de Is-
mael Rivera es, no sólo la inspiración, sino
el ejemplo a seguir en lo que a ser humano
Fotos Cortesía Kerrwitg Pérez
se refiere. Fue poco lo que pude conversar
con Carión, porque el hombre ya se estaba
embarcando hacia Puerto Rico, donde na-
ció un 26 de octubre de 1962 en la alegre
población de Arecibo.
La rumba le viene a Luisito de los tiempos
en que su padre, Angel Luis Carrión, dirigía
la Orquesta Kafé, donde dio sus primeros
pasos como trompetista cuando apenas
contaba 13 años de edad.
“Un accidente automovilístico en 1980
me postró en silla de ruedas durante mu-
cho tiempo. Perdí tres dientes y se me hizo
duro tocar el instrumento nuevamente, así
que por accidente me convertí en cantante,
porque yo no iba a dejar la música”.
—¿Estuviste con Cortijo?
—Fíjate que no. Mi carrera se desarrolló con
la Orqueta Kafé, como te dije y luego pasé a
La Nativa, Idé XIII y Concepto Latino, de
“Cuco” Pérez. Más tarde estuve un tiempo
con La Terrífica hasta que Julio “Gunda”
Merced se “divorció” de Roena y fundó Sal-
sa Fever, donde me di a conocer a nivel in-
ternacional.
—¿Bobby Valentín?
—Con el maestro Valentín trabajé a princi-
pios de los 80. Con él hice varias giras y de
verdad que fue una gran experiencia. Estu-
ve cinco años con él y de vez en cuando me
permitía cantar con la agrupación. Bobby es
un señor.
Se achica el espacio. Resumimos y en cor-
tas palabras acotamos que luego Carrión es-
tuvo con Don Perignon y dos años con la So-
nora Ponceña. Acto seguido, Luisito se lan-
za como solista, posición que mantiene has-
ta el día de hoy, participando como invitado
en festivales y especiales, como los progra-
mados por la Puerto Rican Mastar, compar-
tiendo tarima al lado de Pedro Brull (quien
estará en Venezuela el 1° de octubre al lado
de Tito Allen), Celia Cruz, Héctor Lavoe, Ro-
lando La Serie, Tito Rodríguez Jr., etc.
Asegura haber dejado buenos contactos
para regresar próximamente. ¡Ojalá!