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Personajes:
Nuncio
Fray Follonero
ESCENA 0
[Todas las emociones dormidas y a oscuras en el escenario. Cada una lleva una luz que se va
encendiendo a medida que van interviniendo. La primera luz que se enciende es la de miedo]
Sor Asco A ver, Ira, ¿desde cuándo hacemos caso a lo que tú dices?
Sor Miedo Callaos, se va a despertar Sor Estricta…Sor Ira, Sor Asco, dejad de discutir
(Sor Asco y Sor Ira discuten, entra Sor Estricta con una luz)
Sor Estricta ¡Sor Alegría! ¿Qué pasa? ¿estamos de cachondeo? ¡A rezar a la capilla!
(entra la presentadora, hace un chasquido con los dedos y toda la escena queda paralizada)
Presentadora Esta historia se está descontrolando un poco. No era esto lo que nos ha traído
aquí, sino una historia de héroes…de héroes musicales…lo que nos toca es una
historia de encuentros, descubrimientos, emociones y conquistas en la música
medieval.
(hace un chasquido con los dedos y los personajes cobran vida, pero miran a la narradora y se retiran
“huyendo” del escenario)
ESCENA 1
[La escena es un convento medieval. La sala está vacía. Después de hablar el narrador entra Sor Estricta]
Narrador Estamos en pleno siglo XII en un monasterio a orillas del Rin, en Alemania. El
coro se compone de cinco monjas muy particulares: Sor Alegría, Sor Tristeza, Sor
Miedo, Sor Asco y Sor Ira. [luz de escenario]
[Entran en escena las cinco monjas “emocionales”, colocándose cada una el mandil con su color
característico; se nota que se acaban de organizar; una de ellas lleva un atril.
Cuando se colocan en torno al atril entra por el lado contrario Sor Estricta]
Sor Asco Bah, ¿qué más da? Da igual quien mande. Nunca haremos nada que valga la
pena.
Sor Alegría ¿Por qué decís eso? Nuestro monasterio va a despegar con ella.
Sor Ira Hala, a repetir los mismos cantos, los mismos trabajos, las mismas oraciones…
estoy un poquito harta…
Sor Estricta Aquí llega. Demos la bienvenida a la hermana Hildegard [desde aquí, Sor Estricta
permanece un poco apartada del grupo]
Sor Estricta A la hermana le acompañan los famosos organistas de París Leonin y Perotin.
Hildegard Bueno, vamos a cantar el salmo 142. Abramos el libro de coro. [abre el gran libro
y lo pone en el atril]
Sor Ira Siempre cantando los salmos dichosos. ¿Nunca va a haber nada diferente?
[se canta] Nosotras somos las emociones, cada una tenemos rasgos diferentes…
Hildegard No está mal. Pero ahora vamos a cantar esta melodía que os traigo [saca una
gran partitura]
Hildegard Comencemos.
[se canta; comienza Perotin marcando la nota pedal y Leonin canta el inicio, se incorporan las monjas]
Sor Estricta [acercándose] Hermana, qué bonita melodía. Pero ¿no decía San Agustín que no
había que escribir música bonita para no distraerse?
Sor Ira Jeje, ¡toma ya!! nos ha tocado una abadesa compositora. Se van a enterar las del
convento de al lado.
[se apaga la luz; las monjas emocionales salen por un lado y Sor Estricta y Hildegard por el otro]
ESCENA 1,5
PEROTIN Estás un poco anticuado, amigo. Hay que meter más voces, y ritmo. Haz tu ahora
el bajo.
NARRADORA [entrando] Muy bonito, muy bonito. Pero vosotros sois personajes
SECUNDARIOS.
La narradora hace un chasquido y se apaga la luz, Perotin sale Leonin se esconde detrás del órgano y se
enciende la luz de la narradora]
ESCENA 2
[La escena representa una biblioteca. Debe haber al menos una mesa con tres sillas en un extremo del
escenario. Están en escena Hildegard y Sor Estricta]
Narradora: Hildegard von Bingen era una persona muy sabia y además le interesaban
muchos temas diferentes. [luz de escenario]
Sor Estricta: Mmmh…a ver…tenemos una hermana que podría ayudarte. Que venga sor
Empanada…
Sor Estricta: Las dejo, Sor Empanada, ayude a la hermana Hildegard en todo lo que necesite.
Yo me voy, que tengo que tocar la campana.
Hildegard: Hermana necesito su ayuda. Vamos a escribir muchas cosas, hay que extender el
conocimiento por el mundo. Usted va a ser mi secretaria.
Sor Empanada: ¿Qué hay que escribir? ¿Oraciones? [Hildegard le indica que se siente y Sor
Empanada se sienta y saca una libreta donde apunta; Hildegard se pasea]
Hildegard: No, no. Por ejemplo, del arte de los sonidos. Me interesa profundizar en la
monodia religiosa basada en los tonos eclesiásticos…
Hildegard: De música
Hildegard: También de medicina. Hay que hablar de las propiedades terapéuticas de los
elementos…
Hildegard: De herbología. La riqueza del mundo vegetal es inmensa y debe ser clasificada…
Sor Estricta: ¿Qué tal con Sor Empanada? ¿Todo bien? Si tiene mucho trabajo he pensado
que también podrían ayudarla Sor Desastre y Sor Caótica.
Hildegard: Tomad nota: capítulo I. La música. El método para escribir las melodías.
Hildegard: [gran suspiro] Ay…A ver, cómo lo hago…Mirad, os voy a contar una historia.
Hildegard: Tenemos que viajar más de cien años hacia atrás. Los monjes anglosajones lo
llaman “hacer flashback”.
Sor Empanada: ¿Viajar? Entonces…nos tenemos que ir…vamos, hermanas [se levantan]
Hildegard: No, no. Os voy a contar cómo un monje muy listo inventó la escritura musical.
Hildegard ¡Leonin!
Leonin Una pregunta, como vais a hacer flashback, ¿yo me tengo que ir?
Hildegard [piensa un poco] mmh, mejor quédate, que en la historia que vamos a contar
también necesitan un organista…eso sí, tenéis que hablar a partir de ahora con
acento italiano.
Leonin ¿eh?
Hildegard Estamos en el año 1017, catedral de Arezzo, Italia. Están reunidos los miembros del coro,
que por cierto, son un grupo muy especial: Fray Alegría, Fray Tristeza, Fray Miedo, Fray
Asco y Fray Ira. [luz de escenario]
[Entra el grupo de frailes, entre ellos los cinco “emocionales”, armando jaleo. Poco después entra Fray
Estricto]
Fray Tristeza Ay, si no hay manera. Nunca vamos a poder con el canto gregoriano
Fray Miedo ¿Y si es un tirano? ¡Nos va a hacer aprender todos los salmos de memoria!
Fray Asco Llevamos un mes sin profesor. ¿Ahora hay que volver a cantar? Yo paso
Fray Ira Sí, va a ser un desastre. Todos los profes que hemos tenido han sido horribles. A este le
vamos a montar un buen pollo.
Fray Estricto Hermanos, demos la bienvenida al padre Guido. [a partir de ahora, Fray Estricto se
aparta un poco del grupo]
Guido Vamos a ver qué tal va este coro. Empezaremos con el salmo 221.
Guido No, el 221 es el Studium pessimus. Bueno, es igual. Cantemos, por ejemplo, el 142.
Fray asco ¡Qué desastre! Cantad vosotros, que yo paso. Yo hago como que canto…No sé cómo se
llama eso. Seguro que hay una palabra.
Fray miedo ¡Nos van a echar! ¡Nos van a echar! Con lo calentitos que vivimos aquí. Nos van a hacer
campesinos.
Todos: [cantan un poco; con la melodía de Dies Irae] “Este coro es una ruina, si uno canta otro
desafina”
[mientras los monjes cantan Guido pone gesto de extrañeza y niega con la cabeza]
Fray estricto [acercándose] Hermano Guido. Disculpad a este grupo de incompetentes. Serán
castigados con 200 rosarios.
[Se apagan las luces; los monjes se retiran por un lado y Guido y Fray Estricto por el otro]
ESCENA 4 A
[luz del órgano; entra Fray Teclas, que es el mismo Perotin, aunque él no lo sabe; se va a sentar pero
está Leonin tumbado en la banqueta y se despierta, los dos se llevan un susto]
Perotin ¿Eh? Os equivocáis. Yo soy Fray Teclas. Me han llamado para tocar el órgano,
Leonin Perotin, que yo soy tu amigo Leonin. Lo que no sé es qué haces aquí, que hemos
hecho flashback y estamos en el siglo XI.
Perotin Os digo que os equivocáis, soy fray teclas y vengo a tocar el órgano, que me han
dicho que el organista que hay es muy malo.
Leonin [de repente con acento italiano] Eh, il organista sono io!
Perotin Ya, pues yo es lo que me han dicho. Supongo que no te sabes bien el repertorio.
Perotin ¿Os sabéis el salmo Para Elisum? [toca un poco; Leonin lo continúa]
Leonin no caigo…
Perotin [sigue un poco de “despacito”] Sí, hombre, el salmo “despacitum”, del libro
Regetonensis.
Hildegard [se acerca] Dejad de discutir. Preparaos, que en esta escena tenéis que hacer de
músicos callejeros.
[la escena ahora representa una calle de una ciudad medieval. En un extremo están los músicos,
preparándose para tocar. En el otro aparecen Guido y Fray Preguntas]
Guido: No, no. Creo que tengo la solución. Vamos a escribir las melodías
[Los dos siguen caminando, de repente, los músicos callejeros comienzan a tocar la melodía sobre la
percusión que ya estaba sonando]
Fray Preguntas: Hermano, ¿No vamos a llegar tarde? No deberíamos saltarnos las vísperas, ¿no?
Juglar callejero:
Escuchad niños y niñas esta historia legendaria También había un ilustre profesor
Músico Asco: Ya, eso dicen todos y luego no nos dan ni una moneda.
Guido: ¿Os habéis fijado, Fray Preguntas? la música de la calle tiene instrumentos…y un
ritmo que se repite… Y no recitan en latín, sino en la lengua del pueblo.
Guido: [a los músicos] ¿Vosotros os tenéis que aprender las canciones de memoria?
[todos se miran]
Guido: Venid un día a la catedral, que os tengo que enseñar unos trucos. [todos se
miran] Haremos un trato. Vosotros me enseñáis a tocar instrumentos y esos
ritmos que hacéis y yo os puedo enseñar a escribir la música.
Fray Preguntas: Hermano, ¿en qué año vives? ¿No sabes que la gente de la calle ni siquiera sabe
leer?
Guido: Un momento [se les queda mirando] ¡Vosotros sois los frailes de la catedral!
Músico Alegría: Te equivocas, hermano Guido [se da cuenta que ha metido la pata] ¡uy!
Músico Alegría: Pero no pasa nada, ¿verdad, hermano? ¿a que es un pecado muy pequeño?
[los músicos salen por un lado y Guido y Fray Preguntas por el otro]
[Perotin, que se ha quedado solo en el órgano, toca despacio la melodía de Quen a omagen]
ESCENA 5:
[En la escena, vacía, trabajan los frailes “emocionales” y Fray Colesterol, cada uno con un apero de
labranza]
Sor Empanada: Hildegard, una pregunta…¿por qué salían los frailes con esas ropas?
Fray Asco: (irónico) Sí, lo nunca visto…kilos y kilos de pepinos, de berenjenas…de brócoli…
Fray Miedo: Hay que darse prisa en recolectar, que como caiga la pedriza se estropea la
cosecha…
Fray Tristeza: Ora et labora, ora et labora…todo el día “ora et labora”, ora et labora”…
Fray Tienes que pensar que la fruta y la verdura son buenísimas para el cuerpo.
Fray Miedo: Como solo comas grasas te va a dar una miaja de apechusque y la roscas…
Fray No te pases con los dulces, que te hemos pillado muchas veces en la cocina del
monasterio.
Fray Alegría: ¿Os acordáis de aquella melodía que cantaban los estudiantes en aquella
taberna?
[sobre la última sílaba todos van hacia fray Colesterol, que retrocede entonando “bueno vale, bueno
vale, vale yaaaaaaaa” y se retiran; se apaga la luz]
[cuando se queda solo el organista toca un poco la melodía de o fortuna; luz de órgano]
ESCENA 6
[la escena es una biblioteca; en un extremo está Fray Manequin leyendo, llegan Guido y Fray Estricto
por el otro extremo]
Hildegard: ¿Cómo?
Sor Caótica: Sí, sí, que yo sé de teatro, que he actuado en autos sacramentales. Esta escena
no tiene enlace argumental con la historia de Guido.
Sor Caótica: Le falta ritmo, la construcción de los personajes es débil, la escenografía adolece
de…
Hildegard: Para, para, para…todo tiene su explicación. En fin, continuemos. Guido conoce a
otros monjes del monasterio catedralicio. [luz de escenario]
Fray Manequin: Bonjour, hermano Guido. Su fama de buen maestro le precede. [se queda de
piedra]
Fray Estricto: Fray Manequin tiene un pequeño problema, como veis. Nada grave. [le da una
colleja y fray Manequin reacciona] ¿Véis? Bueno, os dejo, que tengo que ir a
tocar la campana. [sale Fray Estricto]
Fray Manequin: O, lala, si necesitáis ayuda en cualquier cosa no dudéis en decírmelo. [se queda]
Fray Manequin: Bien [pero en francés], enchantee, voy a seguir con mis cosas. Mirad, en mi
pueblo, en Francia tenemos un saludo especial…nos damos la mano…así…[se
dan la mano y Fray Manequin se queda de piedra]
[Guido retira su mano y se fija en la mano de Fray Manequin, con los cuatro dedos un poco separados y
estirados, se queda pensando, como de piedra también. Entonces aparece Fray Preguntas]
Guido: [sigue elucubrando mirando a la mano de Fray Manequin; le toca los dedos de
abajo a arriba y tararea un arpegio ascendente] mh-mh-mh-mh, sí, sí, eso es…[se
queda otra vez quieto pensando, igual que antes]
Fray Preguntas: Es horrible, Fray Estricto, yo diría que la tontería de…digo la enfermedad de Fray
Manequin es contagiosa…¿no le parece?
[Fray Estricto se dirige hacia Guido con la intención de darle una colleja…cuando está casi a punto, Guido
reacciona]
Guido: ¡Eso es! [Guido, muy contento; Fray Estricto y Fray Preguntas se llevan un buen
susto] ¡Ya lo tengo, Fray Preguntas! ¡Ya lo tengo, Fray Estricto!
Fray Estricto: Debéis alejaros de Fray Manequin. Haremos que os vean los médicos.
[Salen los tres y queda solo Fray Manequin, hasta que Fray Estricto se acuerda de él, vuelve y le da una
colleja]
Fray Estricto: ¡Fray Manequin, parece ser que se ha perdido usted un momento histórico!
[Se retiran]
[Sala de ensayos del coro. Entran los monjes “emocionales”, uno de ellos con el atril]
Sor Caótica: Yo no me he enterado bien qué pasaba con eso de los dedos.
Hildegard: A ver…ya lo veréis. Dejadme continuar. Decía que el sistema de escritura de Guido está
siendo un éxito. Sólo falta un último detalle. [luz de escenario]
“Este coro ya se anima, y a todos nos sube la autoestima” [con la música de Dies Irae; Guido va
marcando las notas con su mano]
Fray Follonero: No se ve desde aquí. No se ve bien eso de la mano ¿No podéis hacer nada? No sé,
proyectar con una cámara…así, en pantalla gigante…
Fray Estricto: [entrando enfadado] ¡Fray Follonero! ¡Estamos en el siglo XI! Dejad de decir
barbaridades
Guido: Un momento…creo que tengo la solución…[sale y vuelve con una mano gigante]
Fray Asco: Si, vaya. A ver cómo hago ahora…eso que no sé cómo se llama…lo de no cantar…
Fray Ira: Vete a saber qué le pasa ahora. Me pone de los nervios.
Todos: ¿eh?
Guido: Es un lío, pero no os preocupéis. Tengo la solución. A ver, ¿cómo se llaman las notas?
Guido: Es muy difícil leer así. Tenemos que inventar un nuevo nombre para cada nota. ¿Os
acordáis del himno a San Juan Bautista? “Doce frailes cantan” …
Guido: Cada verso empieza en una nota. Vamos a usar la primera sílaba para nombrar las notas.
Tutti conmigo:
Todos: [cantan ]Doce frailes cantan, recuerdan la letra, míralos qué contentos hoy, famosos se
van a hacer, solo tienen que esforzarse, la gloria les espera, si se ponen les saldrá.
Fray Miedo: Esto no puede ser tan fácil. Tiene que haber algún pero…
Fray Alegría: Vamos a celebrarlo a la taberna [mira a Fray Estricto]¡perdón, quiero decir al refectorio!
Fray Estricto: Hermano Guido, podrías escribir todas tus ideas en un libro.
Fray Tristeza: Do, Re, Mi, Fa…No tiene gancho, no va a funcionar… Bueno…alomejor sí funciona…ya
solo nos falta cantar bien…
Hildegard: Pues sí, pues sí, con la canción de San Juan Bautista…bueno, lo único que creo
que la letra era algo diferente, pero sí…Decía que Guido se decide a poner sus
ideas en un libro un tratado que fue muy famoso en su época y se llamó
Micrologus. [susurrando a Sor Desastre] ¡¡Te toca salir!!
Guido: Hermano, necesito una persona que me ayude para escribir mi libro.
Fray Estricto: Mmmh…a ver…tenemos un hermano que podría ayudarte. Que venga Fray
Empanao…
Fray Estricto: Les dejo, Fray Empanao, ayude al hermano Guido en todo lo que necesite.
Guido: Hermano necesito su ayuda. Vamos a escribir muchas cosas, hay que extender el
conocimiento por el mundo. Usted va a ser mi secretario.
Guido: No, no. Va a tratar del arte de los sonidos. Me interesa profundizar en la
monodia religiosa basada en los tonos eclesiásticos…
Guido: De música
Guido: Pero sobre todo tenemos que escribir las melodías de los cantos gregorianos
Fray Empanao: ¿Cantos qué?
Fray Empanao: Pero si son del Papa…habrá que pedirle permiso, ¿no?
Fray Empanao: ¿Y por qué no escribimos las canciones del papa de ahora?
Guido: El Papa Gregorio fue el que reunió todos los cantos que utilizamos en la iglesia.
Fray Empanao: Los reunió a todos…(se queda pensando)…¿y qué les dijo?
Fray Estricto: ¿Qué tal con Fray Empanao? ¿Todo bien? Si tiene mucho trabajo he pensado
que también podrían ayudarle Fray Desastre, Fray Caótico o Fray Insulso.
Guido: No, gracias, no es necesario, es suficiente por hoy…[luz apagada, Guido, Estricto y
Empanao salen]
[El organista comienza unos arpegios de hoy puede ser un gran día, que continúa la escena siguiente]
ESCENA 8 y MEDIO
[Leonin y Perotin realizan un acompañamiento suave sobre “Hoy puede ser un gran día” que durará
toda esta escena]
Hildegard: Los frailes de Arezzo convencieron a Guido para que se presentara a una especie
de concurso de talentos en el que se proponían novedades para la música de la
época. Así que Guido se prepara para presentar sus ideas ante el alto tribunal
eclesiástico.
Guido: [aparece solo en el escenario, como repasando antes del examen] Hoy puede
ser un gran día para la música. Tengo que hacerlo bien. A ver, concentración. Me
gusta la paz de este monasterio. Este silencio, esta soledad.
[de repente, entran todos los amigos de Guido: todos los frailes y personajes que han aparecido en las
escenas anteriores; cada uno recita un par de versos de la siguiente canción]
Hoy puede ser un gran día, Hoy puede ser un gran día
plantéatelo así, donde todo está por descubrir,
aprovecharlo o que pase de largo, si lo empleas como el último
depende en parte de ti. que te toca vivir.
[Sala del Obispado de Arezzo. En una mesa, en un extremo, están sentados los tres miembros del
jurado. Los tres llevan barba]
Fray Presentador: [entrando] Bienvenidos a una nueva edición de “la voz de la Edad Media”.
Hoy tenemos un aspirante que viene dispuesto a marcar una época…¡y
solo con una mano! Pero deberá para ello convencer a nuestro jurado:
Obispo Alegría, Embajador Melancólico y Nuncio Tiquismiquis. Veremos lo
que pasa…
Tribunal 2, Embajador: Maestro Guido, ay, [suspira] nos han hablado mucho de su sistema de
escritura musical. ¿Nos puede hacer una demostración?
Guido: Muy bien. Es muy sencillo. Cada dedo es un sonido diferente, cada vez
más agudo.
Tribunal 3, Nuncio: Parece sencillo, pero tienes que saber contar. No lo veo del todo claro…
Guido: Espera un momento…pero si…¡vosotros sois otra vez los frailes del
convento!
Guido: Yo creo que ya está bien. Primero os hacéis pasar por músicos callejeros.
Ahora por miembros de un tribunal…
[mientras va diciendo esto llegan los frailes de verdad, pero Guido no les ve]
Todos los frailes: Noooo [hacen gestos y aspavientos, pero Guido no les ve, pues están a su
espalda]
23
Tribunal 1, Obispo: Ayyyyyyy
Fray Manequin: Hermano Guido, nooooo. No quiero verlo [se arrodilla de frente al
público, se tapa con el brazo derecho la cara] Allí, allí [casi sollozando,
estira el brazo izquierdo hacia donde están los frailes y se queda clavado]
Guido: ¡Fray Manequin! ¿Qué hacéis aquí? [Le ve el dedo apuntando y mira hacia
ese lado, donde están los frailes; mientras tanto los tribunales siguen
doliéndose del tirón] ¡Hermanos!...¿Hermanos?
Todos: Aaaahhhhh [cada grupo se retira a un lado, el Papa avanza por el centro;
todos se arrodillan; uno se da cuenta que Fray Manequin sigue inmóvil y
le da una colleja]
Papa: Quería ver cómo se desarrollaba esta sesión, pero veo que hay mucho
alboroto.
Tribunal 3, Nuncio: Y nos ha ofendido, nos gritaba algo de…[duda] ¿era cara de anchoa?... No,
de asco, nos decía “cara de asco”…
Tribunal 1, Obispo: Con vuestro permiso, Santidad. ¿Creéis que un religioso puede andar
disfrazándose por ahí?
24
Papa: Pues la verdad, yo mismo he estado unos días infiltrado en un monasterio
para conocer la vida de los monjes
Fray Manequin: “¿¿El jefe infiltrado??” [se queda clavado con cara de asombro]
Papa: Bueno, a ver, hermano…van a ser muchas novedades juntas. Ya sabe que
nosotros avanzamos…despacio…poco a poco…tal vez dentro de unos
(cientos) de años…
Papa: Bueno, como estamos solos, supongo que no pasa nada porque lo
oigamos una vez, esto no va a salir de aquí. Adelante Fray Presentador,
imagínese que esto está lleno de gente y presente la obra como se
merece.
Papa: [le interrumpe] Un momento. Esas hermanas que están en el extremo del
escenario, ¿quiénes son?
Papa: Ah, bueno, pues…ale, ale, a cantar…¿no dice además que usted es
música? Venga, Fray Presentador, continúe.
Fray Presentador: Buenos días, querido público de Arezzo, Italia. ¡Tienen el honor de
presenciar, solo por esta noche, una reunión de grandes músicos de la
Edad Media…a mi derecha, desde Alemania, la gran compositora
Hildegard von Bingen…y a mi izquierda, el ídolo local, el inventor de la
escritura musical…el que ha dado nombre a las notas…el maestro de
maestros…Guido d’Arezzo!!!
[Telón]
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