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ANTES DE QUE SEA TARDE

“Antes de que sea tarde” es correcto en el diagnóstico de la gravedad de los efectos


del cambio climático y en la evidencia de la necesidad acuciante de hacer algo al
respecto. También en la denuncia del negacionismo climático patrocinado por los
poderes empresariales relacionados con los combustibles fósiles, empeñados en
sembrar la duda y en influenciar al poder político para paralizar cualquier tipo de
movilización en contra de sus intereses económicos.

Sin embargo, más allá de mostrar la comprensible indignación y de entonar un


cierto “ES MI CULPA”, el “Antes de que sea tarde” adolece de un
marcado posicionamiento tecno-optimista y de una patente tibieza en la propuesta
de soluciones. En ningún momento cuestiona el modelo social y económico
dominante que nos está conduciendo al desastre ecológico, cuando cada vez es
más obvio que este modelo está en la base del problema. Y las soluciones que
plantea no dejan de ser parches a dicho modelo: ajustes de consumo, voto o dieta,
impuestos sobre el carbono, reciclaje y adopción de tecnologías más limpias y
energías renovables. Un giro mero giro verde al capitalismo, aderezado con una
declaración de fe en la tecnología, que ahora mismo resulta poco verosímil y del
todo insuficiente.

Para los que ya conocen el fenómeno y sus implicaciones “antes de que sea
tarde” puede resultar, entonces, superficial y no aportar gran cosa, más allá de
evidenciar ese sentimiento de urgencia creciente y del breve recetario de
pequeñas soluciones parciales que no cuestionan la base del sistema económico,
social y de valores que necesitamos transformar para poder sobrevivir, como
especie, al gran cambio en la Tierra que ya se está produciendo. Que ya está
siendo, y será, el gran evento de nuestras vidas.

No, “antes de que sea tarde” no es una propuesta revolucionaria. Aunque tampoco
lo pretende, porque su público objetivo no deja de ser ese ciudadano medio
occidental nada o poco informado, y a menudo desinformado, sobre este tema. Ese
ciudadano que constituye aún la mayoría de la población de las sociedades más
culpables del cambio climático, las nuestras. Sin su movilización ningún cambio
será posible pues sólo, según el documental, a través de la presión popular los
políticos realizarán las acciones correctoras necesarias para evitar mayores
desastres.

Para ello, “antes de que sea tarde” adopta un acercamiento emocional típicamente
hollywoodiense, muy centrado en la propia figura del actor que, enlazando con su
propia historia personal y su implicación progresiva en temas medioambientales,
oficia de testigo y se convierte en los ojos del espectador para poder hacerle
consciente. Porque la consciencia para DiCaprio, como para cualquiera de
nosotros, es la antesala de la acción. Y donde ha fallado la ciencia tal vez funcione
la apelación sentimental.

Ahora es el momento de actuar, aunque quizás ya sea tarde…

ROSALES VAZQUEZ GUSTAVO 15090650 GRUPO:NB

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