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LA MITOLOGÍA DEL MITO

Blancas las hojas que cubrían el cielo nocturno, negras las aguas del bosque
que empapaban mis vestiduras de fino lino. Allá en la lejanía un extraño ser me
observaba intimidante entre las sombras. Instantes en los que la oscuridad se cernía
sobre nosotros y apenas tras unos segundos cambió la escena drásticamente. La
pregunta que transformaba todo aquello en magia, en pura fantasía.

- ¿Qué es un mito?

La arena brillaba incesante iluminando el cielo más que el propio sol, aquella
bola de fuego que nos había dado la vida. Allá en aquel desierto comenzó todo. La
magia nació de la arena, de la fantasía que desprendía el aire, de la creatividad del
sol y de la pureza que impregnaba la noche. Cuando las gotas de rocío se
entremezclaban con los suaves hierbajos que allí sobrevivían, un mundo paralelo
abrió las mentes de todos los habitantes, entrelazando todas sus realidades y
respondiendo a sus infinitas preguntas…

Magia... leyendas... ángeles... fantasía… sueños... demonios… dioses…

Mitos…

Allá donde el sol nace y la vida se hace presente, allí donde se refleja la luna y
la oscuridad permanece… la fantasía impregna el aire y la magia transforma el
ambiente.

Entre lirios y amapolas, faunos, hadas, ninfas, cíclopes, elfos y multitud de


seres, conviven igual que el resto de animales no fantásticos. ¿Quién dice que en
un pasado los dragones, las quimeras o las arpías no convivieron con los cuervos y
demás aves que ahora conocemos? ¿Quién puede asegurar que las sirenas,
hipocampos, ondinas o incluso el kraken no existieron jamás? La gran parte de las
profundidades del mar son desconocidas para nosotros, así que nadie puede
asegurar que allí no habiten ciertos seres. ¿Y que en las profundidades de la tierra,
no hay o habían contempladores, enanos o driders?
Ese mundo, esa dimensión de fantasía, pudo formar parte de éste antes de
que nuestra conciencia humana los negara rotundamente y tuvieran que marcharse.
Pero no olvidemos que hay multitud de culturas que hablan de ellos e incluso
científicos que han encontrado pruebas respaldando algunas de estas historias que
ahora llamamos mitos.

Pero entonces... ¿qué es un mito?

¿Es únicamente una historia fabulosa que explica acciones de seres que
encarnan fuerzas de la naturaleza, aspectos de la condición humana, etc., como
podemos encontrar con una simple búsqueda en internet?

¿O es algo más...?

Entre las aguas cristalinas de un mar en calma, una escamosa y brillante cola
jugueteaba con pequeños remolinos salados. Burbujas llamaban la atención allá
donde aquello tan mágico aparecía. Todo el ambiente parecía transformarse con su
dulzura y gracia.

Sirenas… ¿quién no ha oído hablar de ellas? Tan resueltas y llenas de vida,


surcando las olas junto a los delfines y danzando entre las algas y corales.
Majestuosas tanto fuera como dentro del agua.

Aunque quizás esa imagen esté un poco retocada. A lo mejor simplemente


tienen una cola, quizás azulada, y un torso un poco humano. Quizás, ni siquiera
canten y únicamente emiten ondas como los delfines o las ballenas. Quizás, no
sean tan finas y graciosas como las que imaginamos.

Quizás sean simplemente, simios acuáticos.

Hace días, unos científicos llamaron mi atención en la televisión. En una costa


de Sudáfrica habían encontrado restos del esqueleto de una especie nunca antes
vista. Lo más raro de todo fue que al estudiarlos vieron que por la forma de la pelvis
y de la supuesta cola, ese ser había andado a dos patas anteriormente y
únicamente un animal de esas características caminaba en ese entonces sobre dos
patas: el ser humano.

Ellos no estaban convencidos, por lo que buscaron incesantemente más


pruebas por todo el mundo, encontrando reproducciones de ondas diferentes a las
escuchadas antes y que parecían mantener alguna forma de relación con los
delfines. Tras varios años de estudio y relación con otros científicos, llegaron a la
conclusión de que el ser humano prehistórico en ciertas zonas de la costa, por unas
razones u otras, fue obligado a introducirse cada vez más en el mar, hasta llegar a
formar parte de él e incluso sobrevivir a estos tiempos. Su mente, más desarrollada
que la del resto de animales, le ayudó a mantenerse a salvo.

¿Cómo podemos asegurar entonces que, a lo mejor no una sirena tal y como
nos la muestran (con larga cabellera dorada y voz angelical), pero sí quizás un
antepasado común haya podido evolucionar de forma muy diferente a la nuestra?
¿Cómo podemos asegurar entonces que el resto de lo que llamamos mitos es
totalmente falso? Y… ¿cómo podemos, después de ver tantos cambios que han
sucedido en las últimas décadas, negar la idea de que existan o hayan existido otro
tipo de seres...?

Quizás los mitos, o una parte de ellos, no sean tan increíbles como creemos y
sean simplemente explicaciones retocadas fantásticamente de hechos y seres que
nuestros antepasados tuvieron la suerte de experimentar y conocer.

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