Está en la página 1de 2

Los enfoques de la ufología acientífica son tan variados, como las opiniones de los que proponen

las teorías. Sobra decir que dichos enfoques no gozan de ninguna aceptación científica, y
solamente la astrobiología y la ufología procientífica se acercan a la noción de ciencia, sin llegar
a ser aceptadas por completo en forma generalizada.

En el contexto de la astrobiología, existen esfuerzos de investigación para intentar demostrar la


presencia de vida en el cosmos, por ejemplo el llamado proyecto SETI, dedicado a rastrear el
espacio con radiotelescopios, a la espera de captar alguna señal no natural o mensaje
proveniente de seres inteligentes.

Según los escépticos y, a pesar de que mucha gente afirme supuestamente haberlos conocido
o, incluso, ser uno de ellos, no existe en la actualidad ninguna prueba fiable que confirme la
existencia de vida extraterrestre. Se sostiene que la mayoría de las pruebas aportadas son
testimonios de supuestos avistamientos o raptos, o fotografías, que no representan por sí
mismas evidencia irrefutable; con todo, un sector variable de la población (cambiante en función
del país y la cultura) a lo largo del mundo, cree en la veracidad de las afirmaciones de muchos
de los llamados testigos.

Actualmente, se asocia la idea de extraterrestre con la del fenómeno ovni, pero no siempre ha
sido así. Y aunque el avistamiento de extraños vehículos y fenómenos aéreos es quizás muy
antiguo (véase foo fighters y aviones fantasma), su asociación con los extraterrestres es
históricamente muy reciente. Quizá el caso que llevó a asociar a los ovnis con los extraterrestres
sea el caso de Kenneth Arnold, que afirmó haber avistado «platillos voladores» cerca del Monte
Rainier el 24 de junio de 1947, en el estado de Washington, Estados Unidos. Luego de hacer
públicas sus afirmaciones, multitud de personas informaron haber sido testigo de avistamientos
en los Estados Unidos, fenómeno que no ha cesado hasta el presente, y que se extiende a lo
largo y ancho del planeta.

Cabe notar que, en esa época, ya existía un rico folclore sobre extraterrestres, producto de la
popularidad de obras como La guerra de los mundos de H. G. Wells, la adaptación y emisión de
esta por la radio a cargo de Orson Welles, algunas obras de Julio Verne, pero sobre todo, los
«Pulps», en donde escritores luego célebres, vertían sus ideas sobre la vida en otros planetas, y
sobre sus posibles atributos.

En la ciencia ficción se usa con frecuencia el término alienígena (deformación del latín [alien],
que significa otro) para designar las formas de vida de origen extraterrestre, y son muy
recurrentes como argumento narrativo, pues desde la época de los Pulps los extraterrestres
pueden servir para producir en el lector maravilla, asombro, o miedo (en ese entonces, niños,
adolescentes, y adultos jóvenes), al poder imaginárseles atributos imposibles para los seres
humanos. El cine pronto tomó dicha predilección literaria, transformándola en múltiples sagas
de películas, todas las cuales ejemplifican distintas perspectivas sobre los extraterrestres,
concomitantes con las distintas ideas de los diferentes autores literarios.
Este uso del término es claramente antropocéntrico, ya que rara vez se aplica a los seres
humanos nacidos fuera de la Tierra; aún cuando los humanos invaden algún otro lugar del
universo en la ficción, suelen seguir empleando el término para designar a los nativos del lugar.

Es notorio el trato que le da la cultura estadounidense a la idea de "extraterrestre", al que en


inglés denominan alien, término que también se aplica a quien viene de afuera (inmigrantes). La
palabra "alien" es un término legal dentro de las leyes de Estados Unidos para denotar a no
ciudadanos del país. A partir de este concepto se crearon novelas consideradas políticamente
correctas para hablar de inmigrantes dentro de los Estados Unidos, sin hacerlo de forma directa,
a través de los extraterrestres. De hecho es notorio que en algunas obras de autores de dicho
país, la cultura descrita para los extraterrestres es sacada de alguna cultura terrestre real, o la
imagen que los autores y la sociedad estadounidense se hacen de dicha cultura [].
Extraterrestres colectivistas donde la individualidad se sacrifica en pos del grupo, representaban
veladamente al Comunismo y su falta de individualismo. Actualmente, extraterrestres con
culturas teocráticas fundamentalistas hacen paralelos con la percibida amenaza terrorista de los
llamados grupos islámicos.

Características asociadas a los extraterrestres Una imagen frecuente en la cultura popular, el


cine y las historietas es una de la de extraterrestres de apariencia humanoide, como los
hombrecillos verdes de la ciencia ficción clásica o los grises popularizados por Encuentros en la
tercera fase y The X-Files.

Varias razones propician que en la cultura popular se le asocie frecuentemente una


representación humanoide a una forma extraterrestre inteligente, pese a que no haya razón
científica para suponerla probable. Ejemplo de ello es que en el caso de las películas, esta
representación simplifica el proceso de vestuario y maquillaje necesario para la representación
de uno de ellos; además, el diseño basado en rasgos y expresiones humanas reconocibles
favorece la estimulación de reacciones emocionales en el espectador. En este sentido la reacción
humana tiene similitudes con la que se experimenta ante los robots en cuyo caso una mayor
similitud física con el ser humano genera una mayor empatía, tal como demuestra la teoría del
valle inexplicable.

Es este sentido, a nivel psicológico es más fácil familiarizarse con un posible extraterrestre con
características físicas reconocibles como brazos y piernas, dos ojos, una nariz y una boca, así
también con aquel que posea un comportamiento reconocible tal como mostrar sus dientes en
casos de enojo o realizar muecas en situaciones de sorpresa, e igualmente sea más fácil
asociarlos inconscientemente como un ser inteligente, producto de la forma física similar a la
nuestra que se les otorga popularmente. Igualmente destaca que mientras más sean descritos
como seres semejantes a las características y apariencia humana, igualmente son descritos
como seres más pacíficos y de características angelicales; en cambio, mientras más sean
descritos como seres menos semejantes al ser humano, son además más descritos como seres
belicosos, terroríficos, malignos, etc...

También podría gustarte