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Novatos Adultos Violin PDF
Novatos Adultos Violin PDF
avanzada.
Es un hecho bien conocido que tocar el violín es una de las tareas más
exigentes que “ homo sapiens” se ha propuesto a dominar. El instrumento
mismo, inventado por una persona que debió tener un conocimiento
profundo e íntimo del cuerpo humano – hay indicios que fuera Leonardo da
Vinci, pero faltan pruebas para afirmarlo - presupone una postura que, a
primera vista, es diferente de todas las otras posturas que el ser humano
adopta para realizar sus múltiples actividades. Cualquier persona puede
probar elevar su brazo izquierdo, con un ángulo de aprox. 60º en el codo, y
sin que el antebrazo toque el torso. ¿Cuánto tiempo aguanta Ud. esto sin
cansarse? Pues bien, los violinistas hacen eso por horas, y no deben
cansarse. ¿Y porque no se cansan? Porque, si se hace esto durante algún
tiempo todos los días, desde temprana edad, músculos se desarrollan que
convierten esto en una postura natural. Lo malo es, que si esto no se
convierte en algo habitual y cotidiano, los hombros se tensan, y entonces
realmente tendremos serias dificultades. Yo estimo que el 95% de todos los
defectos de los que aprenden el violín proviene de hombros tiesos. Es fácil
demostrar porqué. Levante cualquiera de sus brazos, con un ángulo en la
región del codo, y comience a agitar su muñeca, como si quisiera decir
adiós, pero con las palmas para arriba. Ahora tense sus hombros y,
inmediatamente, las muñecas se endurecen y la moción del adiós se
convierte en algo duro, forzado. Esto demuestra que hombros sueltos y
muñecas sueltas son la misma cosa, y ya que el violín se toca con dedos
igualmente sueltos, éstos lo serán solamente si la muñeca lo es también.
(También es fácil poner esto a prueba). Hemos descrito todo este camino
para entender porque el cuerpo y ciertos músculos constituyen las
herramientas básicas de cuyas buenas condiciones dependen resultados
satisfactorios.
Pero, esto es apenas uno de los aspectos. Miremos los ángulos psicológicos
y neurológicos. Para empezar, hay que superar la simetría que tenemos
instalada en nuestro cerebro. El ser humano tiende a querer hacer lo mismo
con ambos pies, o sus dos manos, o ser activo con apenas una mano y
descansar la otra. (Por ello está prohibido manejar un coche y hablar
simultáneamente por el teléfono móvil). Para poder hacer cosas diferentes
simultáneamente con ambas manos hace falta entrenamiento. Y para hacer
cosas diferentes difíciles simultáneamente con ambas manos hace falta un
entrenamiento intensivo y prolongado. O, para ir aproximándonos al asunto
desde otra perspectiva, la habilidad de coordinar las notas que se tocan
sobre el violín con la izquierda, y de tirar arco con la derecha, representa
para nuestro cerebro un esfuerzo considerable, lo que implica ejercicios
complicados, precisamente para desarrollar esta comprensión y –
indispensable – para lograr eventualmente su total automatización. Es vital
que esto sea así porque – y aquí tocamos otro punto álgido – se supone que
toquemos con facilidad, sin un esfuerzo consciente, precisamente para
poder expresar libremente nuestros sentimientos para llegar a la meta
original: hacer música con el violín.
Es, por todo esto, indispensable confrontar a los candidatos adultos con
todos estos problemas, antes de empezar. Si han entendido lo que significa
el aprendizaje del violín, su actitud será más resueltamente decidida hacia la
superación de los obstáculos, y entonces puede haber alguna remota
posibilidad que la meta de tocar una sencilla melodía de manera afinada y
con una calidad sonora discreta pueda ser alcanzada en, digamos, un año y
medio.