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Concepto
Son normas con el fin de regular las relaciones de los estados para facilitar el
juzgamiento de las personas que cometieron un delito en un determinado país, es
decir que es el conjunto de normas relativas a la fijación del ámbito espacial de validez
de la ley penal. Para ampliar podemos decir que son reglas que delimitan la aplicación
del Derecho penal de cada Estado, teniendo en cuenta el sitio o lugar de realización
material y los efectos de los hechos que el califica como delictuosos
Denominaciones
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La interdisciplinariedad con el derecho internacional siempre fue compleja, pero el
incremento de su frecuencia vincular producido en el curso del siglo XX tuvo su
inevitable reflejo en la multiplicación de dificultades prácticas y teóricas. Hasta las
últimas décadas del siglo era posible sintetizarla siguiendo la huella trazada por
Sánchez de Bustamante, quien distinguía entre
Cualquiera sea el juicio que merezca la clasificación bipartita referida, lo cierto es que
en la segunda parte del siglo XX, cobraron particular impulso dentro del derecho
internacional público el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho
internacional humanitario, con considerable grado de autonomía. Más allá de las
consideraciones precisas que se deban realizar acerca de la naturaleza de las
diferentes normas, lo cierto es que, en razón de la complejidad y en homenaje a la
claridad expositiva, es necesario distinguir al menos cuatro áreas temáticas de
interdisciplinariedad del saber penal con el internacional:
(a) el derecho internacional penal,
(b) el derecho internacional de los derechos humanos,
(c) el derecho internacional humanitario y
(d) el derecho penal internacional.
El derecho internacional público rige las relaciones entre estados (resulta complicado
en un mundo globalizado), tratando de controlar el uso indiscriminado de la fuerza en
beneficio de los más poderosos. Al dejar la lucha como forma de resolver los conflictos
entre los particulares y pasar al ejercicio vertical del poder, o sea, al establecerse el
poder punitivo en la sociedad (corporativizarla como ejercito) , se formaron los estados
nacionales (se superó el feudalismo) y la lucha fue reservada a los estados entre si
(lucha entre monarcas o señores). El derecho internacional público tata de contener
estas luchas, lo que pareciera tender a un gobierno mundial, que se ha ido jalonando
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con organismos mundiales (Liga de las Naciones entre las guerras; ONU), pero con
escaso poder. La costumbre internacional y los tratados (bilaterales y multilaterales)
son la ley internacional. El derecho internacional penal surge en este esfuerzo, a partir
del final de la primera guerra (1914-1918), para ocuparse de la delincuencia entre
estados y de la responsabilidad criminal internacional de los gobernantes. Comenzó
en el siglo XX con la tentativa fallida de criminalizar al emperador de Alemania en el
Tratado de Versalles, que puso fin a esa guerra. Hubo luego varios proyectos de
códigos de delitos internacionales, pero la cuestión cobro relevancia a partir de los
juicios de Núremberg y Tokio, en que se condenó a los criminales de la segunda
guerra (1939-1945)
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Las normas internacionales que obligan a perseguir delitos internacionales se gestan
de diferente manera:
a) Una es con la progresiva acumulación de obligaciones internacionales (deber
de reprimir la esclavitud y la trata de mujeres y niños, el trafico internacional
de estupefacientes, la piratería, el secuestro de aeronaves, el terrorismo, el
secuestro de personas que gocen de protección internacional)
b) Otra son los tratados que no se desarrolla ni acumulan progresivamente (la
convención de la Union Postal Universal sobre el transporte de material
peligroso).
c) La tercera la constituyen las convenciones referidas directamente a los
estados (la convención sobre genocidio, contra el apartheid de 1972 y contra
la tortura).
La Jurisdicción Internacional
A partir de 1992 fue preparándose en la ONU, por encargo de la Asamblea General,
un proyecto de estatuto para una corte penal internacional, que culmino en la
redacción de una convención internacional en Roma. El impulso para su
establecimiento proviene de la creación del tribunal ad hoc para la ex Yugoslavia, al
que siguió el de Rwanda, lo que había dividido las opiniones entre quienes prefirieron
que los crímenes internacionales sean juzgados por tribunales ad hoc y quienes
defienden la creación de una corte o tribunal penal internacional de carácter
permanente. Si bien los tribunales internacionales (permanente o ad hoc) reproducirán
estructuras punitivas selectivas, no tendrán otro poder que el de decidir la
continuación o interrupción de una criminalización en curso, tendrán también el efecto
de garantizar un cierto grado de menor irracionalidad, en que el derecho penal podrá
contener al poder punitivo y, garantizaran que este no alcance a inocentes.
Cabe señalar que cuando los estados asumieron la potestad punitiva en detrimento
de las víctimas de los conflictos criminalizados, la lucha dejó de ser el modo de
establecer la verdad para resolver los conflictos, siendo reemplazada por la inquisitio,
pero al mismo tiempo se disolvía la Respublica Christiana y la ocupación y la lucha
pasaban a ser la forma de resolverlos entre los monarcas 237. Las tentativas de
contener la lucha entre monarcas y de establecer relaciones más o menos pacíficas
entre ellos fueron configurando el derecho internacional público que, por no disponer
de una organización internacional capaz de suprimir las guerras, fue considerado un
derecho anárquico, contra lo que reaccionaron los teóricos, aduciendo que la anarquía
es lo contrario del derecho . Se trata de dos configuraciones simultáneas y dispares,
o sea, el criterio de verdad por lucha o guerra fue transferido al derecho internacional,
en el mismo momento en que la verdad por inquisitio colonizaba todo el saber a partir
del penal. El fenómeno no ha sido bien analizado, pero es necesario apuntar que la
confiscación de la víctima fue el instrumento de poder que permitió la
corporativización social y, con ella, el reclutamiento de grandes ejércitos para las
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guerras, que generaron el moderno derecho internacional público. El criterio de verdad
por lucha no desapareció del ámbito jurídico sino que se transfirió al espacio
internacional, lo que demandaba su previa cancelación en el espacio nacional. Se trata
de un fenómeno de poder bifronte (concentración de poder estatal y quiebra del poder
feudal) con discursos legitimantes asimétricos.
Dentro del derecho internacional público, sin contar antecedentes remotos, el derecho
internacional penal (configurador de delincuencia y de responsabilidad penal
internacional) es un producto contemporáneo, que aparece al finalizar la Primera
Guerra Mundial, en el Tratado de Versalles (arts. 227 a 230), que responsabilizaba
penalmente al destronado emperador de Alemania, Guillermo II Hohenzollern, frustrado
en la práctica por la negativa de Holanda a entregarlo. Aunque hubo tentativas de
codificación de crímenes internacionales, la cuestión se actualizó a partir de la última
etapa de la Segunda Guerra Mundial, cuando se previo la posibilidad de juzgar a los
jerarcas de las potencias del Eje, particularmente a los de la Alemania nazi. En rigor,
desde antes de la Gran Guerra venían disputándose el terreno dos posiciones: los
alemanes, partiendo del principio de soberanía de los estados, afirmaban que sólo
éstos podían ser responsables internacionalmente, en tanto que los ingleses afirmaban
que también los individuos podían ser responsabilizados por el derecho internacional.
Pero sin duda, la cuestión generó un amplio debate a partir de los juicios
fundacionales de Nuremberg y Tokio, cuya valoración ha sido sumamente dispar en
lo jurídico.
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[DERECHO PENAL PARTE GENERAL , ZAFFARONI]
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A su vez consagra, todas las garantías procedimentales y penales existentes en la
legislación internacional (tratados, convenciones, declaraciones).
En el espacio
Las leyes penales son validas y obligatorias y para delimitar su ámbito de aplicación
surgen distintos principios.
En la practica, ninguna legislación admite un solo principio, sino que, por lo general,
admiten un principio como regla básica (como nuestro país, que aplica el de
territorialidad) y luego van reconociendo casos de excepción, en los cuales se aplican
los otros principios.
Recepción legal
Las leyes penales rigen dentro del territorio del Estado que las dictó; se aplicaran a
todos los delitos cometidos dentro de dicho territorio, sin importar la nacionalidad del
autor del delito (ej: cometido un delito en territorio argentino, se aplicará la ley
argentina, sin importar si el delincuente era chileno, argentino o español).
La ley penal es aplicable a los delitos cometidos en el territorio del Estado y en los
lugares sometidos a su jurisdicción. Se basa este principio en la soberanía, expresión
que sintetiza la idea de independencia de los Estados. Naturalmente la exclusividad
del principio de territorialidad lleva a establecer que los delitos perpetrados fuera del
territorio no son punibles por la ley del país.
Concepto de territorio
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a) El espacio físico dentro de los límites internacionales de la república, de
acuerdo con los antecedentes históricos y geográficos y de conformidad con los
tratados.
b) Los mares territoriales hasta la distancia que determinan las legislaciones
especiales, independientemente del poder jurisdiccional sobre la zona contigua. Hay
que tener en cuenta lo dispuesto por la ley 17.094 cuyo artículo 1 establece: “La
soberanía de la Nación Argentina se extiende al mar adyacente a su territorio hasta
una distancia de 200 millas…”
El art. 2 de dicha ley dispone: “Dicha soberanía se extiende a si mismo al lecho del
mar y subsuelo de las aguas submarinas adyacentes a su territorio hasta una
profundidad de 200 m. o más allá de este límite si la explotación de los recursos
naturales lo permiten”.
c) El subsuelo del territorio físico
d) El espacio aéreo que cubre tanto el territorio físico como el mar territorial
e) Las naves públicas y privadas
f) Las aeronaves.
El territorio es la extensión de tierra firme (suelo) y acuática (ríos, lagos, islas) que se
encuentra comprendida dentro de los limites políticos del Estado, abarcando, además,
el mar territorial (200 millas marinas de la costa) y su espacio aéreo; y también el
subsuelo que se encuentra bajo la superficie territorial.
La ley de un Estado se aplica a todos sus nacionales, sin importar el lugar donde se
cometió el delito. Es decir que toma en cuenta la nacionalidad del actor (principio de
nacionalidad activo) o de la victima (principio de nacionalidad pasivo).
Solo se le aplica nuestra ley penal a un argentino por un delito que cometió en un país
extranjero si volvió a nuestro país y se denegó su extradición.
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Derecho penal por representación
La ley del país a que el individuo pertenece es la que debe aplicársele; un francés o
un argentino cualquiera sea el lugar donde el delito se cometió, deberán ser juzgados
conforme con la ley francesa o argentina. Se funda ésta tesis en el sentido de
dependencia personal de cada súbdito a su estado.
El principio personal es excepcional en el ordenamiento jurídico argentino, limitado a
la incidencia de la nacionalidad en el instituto de la extradición, no puede concederse
la extradición del ciudadano argentino que haya delinquido en el exterior, en este caso
debe ser juzgado de acuerdo con la ley argentina, lo que constituye el llamado derecho
penal por representación.
Un Estado aplica sus leyes penales a todo delito que vulnere los intereses o bienes
jurídicos protegidos por el, sin importar si el delito fue cometido dentro de su territorio,
o en el extranjero (toma en cuenta a que Estado pertenecen los bienes o intereses
jurídicos lesionados por el delito).
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D| Principio universal o cosmopolita
De esta forma, cuando la Argentina captura al actor de un delito de esta clase (sin
importar su nacionalidad y siempre que no haya sido castigado por ese delito)
cometido en el exterior, le aplica sus leyes penales.
Dentro del ordenamiento jurídico argentino, las leyes son obligatorias “para todos los
habitantes de la república, sean ciudadanos o extranjeros, domiciliados o transeúntes”
(Art. 1 CC). Importa tal regla la adopción del sistema territorial y el rechazo del
principio personal o de nacionalidad, que solo veremos jugar en algunos casos
excepcionales.
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a) En concordancia con el Art. 1 CP dispone su aplicación “a los hechos
cometidos o cuyos efectos deban producirse en el territorio de la Nación Argentina,
o en los lugares sometidos a su jurisdicción”.
b) Con la aplicación de la ley argentina a los hechos cuyos efectos debe
producirse en el territorio de la república o en lugares sometidos a su jurisdicción, el
Código adopta también el principio real o de defensa.
c) El principio de nacionalidad solo juega para los casos en que no se concede
la extradición de los ciudadanos argentinos.
1) El principio de territorialidad:
El principio universal encuentra acogida en el art. 118 in fine C.N.: Cuando el delito
se cometa fuera de los límites de la Nación, contra el derecho de gentes, el
Congreso determinará por una ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio.
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No obstante, la falta de enunciación expresa por parte de la ley argentina, obliga a su
individualización a través del examen de los instrumentos internacionales celebrados
por la República: de este modo son delitos contra el derecho de gentes, para los que
rige el principio de validez universal de la ley penal: el tráfico de drogas, el comercio
de esclavos, la trata de blancas, el comercio con publicaciones pornográficas, la lucha
contra la falsificación de moneda, la defensa de los cables submarinos, la lucha contra
la piratería aérea, la toma de rehenes, la tortura, el tráfico internacional de menores
y el terrorismo.
5) El principio de representación:
El art. 12 de la Ley de Extradición N° 24.767, que regula el supuesto de opción del
nacional a ser juzgado por la ley argentina por hechos cometidos en el extranjero
cuando no exista tratado internacional que obligue a lo contrario.
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LUGAR DE COMISIÓN DEL DELITO
La formulación de un concepto jurídico de territorio que limita el ámbito de aplicación
de la ley penal, trae aparejado el problema atinente a fijar el lugar de comisión del
delito, tal determinación depende de la aplicabilidad de las leyes penales definidas por
su territorialidad.
La problemática exhibe sus mayores dificultades en todas aquellas infracciones en las
que la acción y el resultado se producen en lugares diferentes, en tanto sujetos a
distintas soberanías. Ello puede ocurrir en los delitos a distancia; en los delitos
complejos- cuya acción se integra por varias figuras delictivas- en el delito
continuado- que requiere la realización de varias acciones u omisiones; o en los delitos
permanentes o habituales, en los cuales la acción antijurídica se prolonga en el tiempo.
Se registra un interesante antecedente jurisprudencial referido a los delitos de esta
especie, en que se rechazo la extradición reclamada por la justicia de Chile respecto
de un pasajero de un avión comercial que, en vuelo regular de cabotaje en ese país,
consiguió, mediante amenazas con armas, desviar el vuelo y hacerlo aterrizar en la
Provincia de Mendoza. Se considero que el acto intimidatorio fue llevado adelante
continuadamente y ceso en territorio nacional, quedando así atrapado por la
disposición del art.1 inc.1 del Cód. Penal.
El “lugar de comisión” del delito, es importante para determinar la ley aplicable ya
que:
-si fue cometido en nuestro territorio: se aplica nuestra ley.
-si fue cometido en el extranjero: se aplica la ley extranjera (salvo que el delito
produzca sus efectos en nuestro territorio)
Para determinar el lugar donde se cometió, es necesario saber cuando se considera
que el delito ha sido ‘cometido’, o sea, cuando se dice que hubo ‘comisión’.
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Lo esencial es la manifestación de su voluntad, el movimiento corporal, la
exteriorización objetiva del querer interno. Se ha cuestionado este criterio
afirmando que no elimina los problemas que se suscitan con los delitos a
distancia, complejos. etc, en los cuales la producción del resultado tiene lugar
en territorio diferente al de la actividad. A partir de tal premisa, no es difícil
pensar que tales delitos pueden ser objeto de interés punitivo de dos o más
Estados, o que el Estado donde se ha realizado la acción carezca de interés
en su represión con la consecuente impunidad del autor del delito.
Los delitos a distancia son aquellos en los cuales la actuación externa, manifestación
de la voluntad o de la persona, se realiza en un país y el resultado se produce en otro.
Como ejemplo: puede mencionarse el disparo a través de la frontera. En cuanto a esto
hay 2 criterios: El del lugar de la conducta y el del lugar del resultado. Esta disparidad
puede dar lugar a conflicto de competencia de carácter negativo que acarrearía la
impunidad del autor. Tomando el ejemplo de arriba: que el país desde donde se disparó
adopta el criterio del resultado no podría aplicarse su ley, y si el país donde se
manifestó el resultado adopta el sistema de manifestación de la voluntad tampoco
aplicaría su ley.
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Los delitos de transito se cometen a través de varias jurisdicciones, se ha propuesto
como solución la jurisdicción del Estado captor, de acuerdo con las normas del Tratado
de Montevideo. Los delitos de transito serán oralmente permanentes, delitos contra
la libertad cometidos a través de varios países, piratería aérea con su desplazamiento
a través de la frontera, etc.
LA EXTRADICIÓN
Concepto
Para soler la extradición es “el acto por el cual un Estado entrega un individuo a otro
Estado que lo reclama, a objeto de someterlo a un juicio penal o a la ejecución de una
pena”
Activa y Pasiva
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a proceso o para cumplir una pena privativa de la libertad ya impuesta por autoridades
jurisdiccionales extranjeras.
a| Que exista tratado firmado para ambos países. Priman las condiciones del
mismo sobre cualquier texto legal.
El poder ejecutivo por medio del ministro de relaciones exteriores, realiza un
control de los requisitos formales del pedido. Satisfechos los mismo se deriva
el caso al Juez competente del lugar donde se halle la persona.
Tramites
Extradición Pasiva
Etapas
16 | P á g i n a
Se evalúa preliminarmente el cumplimiento de los requisitos formales y si
faltare alguna documentación o información se solicitará al Estado requirente
que subsane las falencias con carácter urgente
Si la solicitud no es observada se iniciará la Etapa o Trámite Judicial, dándole
curso a través del Ministerio Público Fiscal o del Juzgado Federal que se
encontrare interviniendo si el reclamado ya se encontrare detenido
preventivamente con fines de extradición
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- Etapa de Decisión Final
Extradición Activa
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En algunos tratados, como los celebrados en Montevideo en 1889 y 1933, se
requiere que el hecho tenga fijada una pena por debajo de la cual el pedido no
prosperara. En el Tratado de Montevideo de 1889, para el caso en que la persona
requerida este condenada requiere una pena mínima de un año de privación de
libertad, mientras que tratándose de una persona procesada el mínimum debe ser
de dos años de esa misma clase de pena. El Tratado de Montevideo de 1933 no
distingue entre procesados, condenados y simplemente requiere una pena cuyo
mínimo sea un año de privación de libertad.
La ley 1.612, tampoco distinguía entre procesados y condenados, exigiendo que el
hecho estuviera tipificado en nuestro país con una pena mínima de un año de
prisión.
EL Código de Procedimientos en lo Criminal Federal, establecía que “La
extradición de delincuentes se procede:
A falta de tratados, en los casos en que sea procedente la extradición, según “el
principio de reciprocidad o la practica uniforme de las naciones”.
Con la sanción de la ley 24.767, se obtiene un grado mayor de certeza jurídica.
Ante una solicitud de extradición de un Estado con el cual la República Argentina
no tenga un tratado en vigencia, se aplicará esta ley.
Por otro lado, el artículo 6 de la ley 24.767, al contener expresamente los requisitos
de doble incriminación y de que el hecho tenga una pena mínima en ambos Estados,
al establecer “…el hecho materia del proceso deberá constituir un delito que tanto
en la ley argentina cuanto en la del Estado requirente tenga prevista una pena
privativa de libertad con mínimo y máximo tales que su semisuma sea al menos de
un año”.
En otros tratados se enuncian directamente los delitos sin someterlos a penas
mínimas. Este es el método adoptado en las Convenciones de Tokio (ley 18.730),
La Haya (19.793) y Montreal (ley 20.411).
Por ultimo hay tratados en los cuales también se crea un catálogo de delitos por
los cuales procederá la extradición, supeditado a que esos delitos, en el derecho
interno de uno o de ambos países (según el tratado) tengan tipificada una pena
mínima, que generalmente es de un año de prisión. Ocurre en los tratados
celebrados con Estados Unidos, Inglaterra, Países Bajos, Bélgica, Suiza y Portugal.
2| Que el delito sea un delito común, no político ni conexo con un delito político
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La ley 1.612 hoy derogada, prohibía la extradición por delitos políticos al establecer
en su art.3 inciso 2 “no se concederá la extradición cuando los delitos cometidos
tuviesen un carácter político o fueren conexos con delitos políticos”. La ley 24.767
incorpora esta condición en su artículo 8 incs, a) y d), al tomar improcedente la
extradición por delitos políticos y por opiniones públicas (aunque no hace
referencia a los delitos comunes conexos con un delito político.
La nueva ley argentina de extradición, 24.767, se enrola en esta postura, al
establecer en su art.9 “No se consideraran delitos políticos”
a| Los crimines de guerra y los crímenes contra la humanidad.
b| Los atentados contra la vida, la integridad corporal o la libertad de un jefe de
Estado o de gobierno, o de un miembro de su familia;
c| Los atentados contra la vida, la integridad corporal o la liberdad de personal
diplomático o de otras personas internacionalmente protegidas
d| Los atentados contra la vida, la integridad corporal o la libertad de la población
o del personal civil inocente
e| Los delitos que atenten contra la seguridad de la aviación o la navegación civil
comercial.
f| Los actos de terrorismo.
g| Los delitos respecto de los cuales la Republica Argentina hubiera asumido una
obligación convencional internacional de extraditar o enjuiciar.”
20 | P á g i n a
2| En caso de solicitarse la extradición de un penado, que la pena aplicada sea de la
clase de penas que según las leyes del país requirente corresponda a ese delito.
3| Que la persona reclamada no haya cumplido aun la pena, o que no haya sido
indultada amnistiada o perdonada en el país requirente.
Esta exigencia esta contenida tanto en el Tratado de Montevideo de 1889 como
en el Tratado de Montevideo de 1933.
También se encuentra regulada en los tratados de Inglaterra y Brasil.
4| Que el pedido de extradición no se funde en un hecho por el cual la persona
que se requiere haya sido condenada o absuelta en el país requerido.
La Ley 24.767, 11 inc.b, contiene esta condición, al igual que los siguientes
tratados: Tratado de Montevideo de 1933, Bélgica, Inglaterra, Países Bajos,
Portugal, Suiza, Brasil, Estados Unidos, España e Italia.
Aquí quedan comprendidos los aspectos personales del individuo requerido, y esto
cobra gran importancia, ya que en nuestro derecho positivo niega, en principio, la
extradición del nacional.
Desde antiguo, los tratados y leyes internas de muchos Estados incorporan la
disposición por la cual hacen improcedente la extradición de una persona nativa o
naturalizada del país requerido.
En los diversos tratados se han adoptado tres posturas diferentes. Una es la que
prohíbe la extradición del nacional. La segunda consiste en tornar facultativa para el
Estado requerido, la entrega del nacional. La tercera conlleva la obligatoriedad, también
para el Estado requerido, de entregar a sus nacionales.
La primera de las posturas a que hacemos referencia consiste en la prohibición de
extradición del nacional, que había sido consagrada en la ley nacional 1.612 y en
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algunos tratados internacionales, como por ejemplo: Bélgica, Países Bajos y Suiza.
En esos casos, se juzga a la persona en nuestro país, aplicándose las leyes argentinas.
Es un mecanismo creado para evitar la impunidad del hecho, que se denomina Derecho
Penal por Representación, juzgándose al presunto delincuente en su país con arreglo
a sus leyes penales, contrayendo este Estado la obligación de comunicar la sentencia
recaída al país al que se le denegó el pedido de extradición.
La segunda postura, que consiste en la facultad de Estado requerido de entregar o no
a sus nacionales, es la que adoptan otros tratados, como los celebrados con Inglaterra,
Brasil, Estados Unidos, España, Italia y el de Montevideo de 1933. La decisión de no
entregar a un nacional obliga al país requerido a someter a esa persona a un proceso
penal regido por sus propias leyes y a comunicar la sentencia al Estado requirente.
Por último la tercera postura, al único tratado que impone la obligatoriedad de la
extradición del ciudadano nacional del Estado requerido es el Tratado de Montevideo
de 1889, en su art.20 al establecer: “La extradición ejerce todos sus efectos, sin que
en ningún caso pueda impedirla la nacionalidad del reo”.
Corresponde agregar que la ley 24.767 art.12 establece el derecho de opinión del
ciudadano argentino en estos términos: “Si el requerido para la realización de un
proceso fuese nacional argentino, podrá optar por ser juzgado por los tribunales
argentinos, a no ser que fuere aplicable al caso un tratado que obligue a la extradición
de nacionales.
Si el nacional ejerciere esta opción, la extradición será denegada. El nacional será
entonces juzgado en el país, según la ley penal argentina, siempre que el Estado
requirente preste conformidad para ello, renunciando a su jurisdicción y remita todos
los antecedentes y pruebas que permitan el juzgamiento.
1| Que el Estado requirente tenga jurisdicción para juzgar y/o penar el delito que se
imputa al extraditable
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La contienen los tratados celebrados con Bélgica, Inglaterra, Países Bajos,
Portugal, Suiza, Brasil, Estados Unidos, España e Italia.
Según nuestro sistema, nadie puede ser condenado sin ser oído, y por ello la Corte
Suprema de Justicia de la Nación rechaza las condenas en rebeldía y solo se
concede la extradición en caso que el Estado reclamante reabra el proceso y
pronuncie nueva sentencia luego de haber garantizado el debido derecho de
defensa al extraditado.
Esta condición la regulan los tratados celebrados con Brasil, Estados Unidos,
España el Tratado de Montevideo de 1933. La ley 24.767 la contiene en su art.37,
que establece “Decidida definitivamente la solicitud de extradición, no se dará
curso a ningún nuevo pedido basado en el mismo hecho, salvo que no se hubiese
accedido a la extradición en razón de incompetencia del Estado requirente para
entender en el delito que motivo el pedido.
En tal caso la extradición podrá ser nuevamente solicitada por otro Estado que
considere competente”.
Esta exigencia esta contenida en el art.8 inc.c) de la ley 24.767 y en los tratados
celebrados con Suiza, Brasil, España y en el Tratado de Montevideo de 1933.
Derecho de asilo
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en sus buques de guerra y sedes diplomáticas. Este derecho está consagrado en el
Tratado de Montevideo de 1889, en su art. 16 el cual establece: “El asilo es inviolable
para los perseguido por delitos políticos, pero la nación de refugio tiene el deber de
impedir que lo asilados realicen en su territorio actos que pongan en peligro la paz
pública de la Nación contra la cual han delinquido”.
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